El Mandil y Su Simbolismo
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El mandil y su simbolismo
Título original “The apron an its symbolism” de Bro. F.R. Worts, M.A, P.A.G.D.C, Ars Quator Coronatorum. Transactions
of the Quator Coronati Lodge No. 2076, London.
http://freemasonry.bcy.ca/aqc/apron.html
Traducido por: Alonso Berrío C, Julián David Duque, R:.L:.S:. Armonía 39, Or:. de Medellín.
Historia del mandil [1]
No puede existir duda que el mandil masónico se desarrolló a partir del delantal usado por los
masones operativos en la edad media. Los pocos ejemplos que sobreviven muestran que el mandil
operativo estaba confeccionado de la piel de un animal, más probablemente de un cordero. Era lo
suficientemente grande para cubrir al usuario desde el pecho hasta las caderas, y era sostenido
por una cargadera de cuero que pasaba alrededor de la nuca. Desde cada cargadera lateral,
firmemente atada el operario podía amarrar el delantal alrededor de su cintura. El uso de este
tosco delantal se prolongó por muchos siglos; El mandil tejido usado por los Masones modernos es
comparativamente tardío; se popularizó en el siglo XVIII.
Las primeras representaciones del Mandil del Masón se ven en el retrato grabado de Anthony
Sayer, el primer Gran Maestro de la Orden Moderna (1717), y en la ilustración del frontispicio de la
carátula del primer libro de las Constituciones de Anderson (1723). En el primero,
desafortunadamente, sólo es visible la parte superior del mandil, y lo que parece ser la baveta está
levantada. [Fig 1] En el segundo ejemplo un Guardatemplo está llevando a la sala varios mandiles
[Fig 2]; Parecen tener largas cargaderas de cuero. También son grandes, capaces de cubrir a un
hombre desde el pecho hasta las caderas. El método de amarrar el mandil era de los masones
operativos, con la baveta y cargaderas al frente. Este método continuó más tarde, aún cuando se
usaran cargaderas de seda o lino.
Fig 1. Anthony Sayer
Fig 2. Portada Constituciones de Anderson
El mandil de cuero tardó en morir. A pesar del uso de materiales más suaves desde posiblemente
1740, sobrevivió en uso hasta por lo menos 1811. La evidencia de esto es la primera referencia
oficial al mandil hallado en las minutas de la Gran Logia del 17 de marzo de 1731 [2]:
“Maestros y Vigilantes de Logias particulares pueden adornar sus mandiles de cuero
blanco con seda blanca, y pueden colgar sus joyas con cintas blancas alrededor de sus
cuellos” (A.Q.C., x.p. 146).
Esta regulación se repitió en las ediciones de 1738 y subsiguientes de las Constituciones
incluyendo la edición de Noorthouck (1784), que fue la última edición antes de 1815.
Crowe sustentaba que en 1738 el lino había reemplazado al cuero, pero Rylands no estuvo de
acuerdo; ambos académicos, sin embargo, creían posible que en los años 1730 algunos masones
estaban experimentando con telas diferentes al cuero en sus mandiles. [3]
No sabemos en qué momento los mandiles largos entraron en desuso. Sólo cuatro de los grabados
de Rylands (Nos. 2, 8, 10, 23), que muestran mandiles no operativos, muestran que el mandil era
largo. El más interesante de éstos es el número 23, fechado en 1754. Muestra un grupo de seis
masones y sólo uno de ellos está usando un mandil largo. Es, presumiblemente, el Primer
Vigilante; luce un nivel como joya, y su baveta del mandil está baja. La sexta figura, probablemente
el Guardatemplo, con espada desenvainada y sin joya, usa su baveta levantada.
La antigua moda de usar la baveta levantada pronto cayó en desgracia. La baveta fue o bien
cortada o bajada. Las ilustraciones de Rylands ofrecen sólo dos o tres ejemplos de bavetas
levantadas (Nos. 1, 1717; 23, 1754; 42, 1784). De sus ilustraciones Nos. 1 a 38, no menos de
nueve, al parecer no tienen baveta; en las restantes éstas están bajadas.
Es evidente a partir de los mandiles sobrevivientes e ilustraciones del periodo primitivo que fueron
diseñados para ser usados con la baveta levantada y asegurados por medio de un ojal, a un botón
en el abrigo o correa. Muchos de estos viejos mandiles tienen un ojal en la baveta, pero parece
haber existido una tendencia entre los Maestros Masones a usar la baveta baja o a abstenerse de
ella. [4] (Ver ilustraciones c y g)
Desde 1731 en adelante el mandil comenzó a asumir una forma más conveniente, usualmente
hasta la rodilla. El cuero abrió paso a materiales más suaves, seda, satín, terciopelo, gamuza. La
baveta, cuando se mantuvo, fue o bien cortada en forma triangular o en línea semicircular. Esta
última fue crecientemente adoptada por los maestros masones, probablemente para recalcar su
rango. La parte inferior del mandil era a veces cuadrada, pero generalmente las esquinas eran
recortadas para darle una línea semicircular, y las cargaderas de cuero fueron desplazadas por
correas o cuerdas.
Según Dermott (Ahiman Rezon, 1764, pp. 24 – 31), algunos Masones “Modernos”, objetando los
mandiles de trabajo de los operativos, introdujeron una nueva forma de usar sus mandiles en
sentido contrario; lo que originalmente era la parte inferior ahora fue atada al abdomen y las
cargaderas colgaban hacia abajo, luciendo de una manera tal que convencía a los espectadores de
que no había un masón operativo entre ellos. Blackham afirma que este “subterfugio” fue
introducido entre 1730 y 1740 pero que tuvo corta vida. [5]
Antes de 1760 se pusieron de moda mandiles elaboradamente pintados o bordados y siguieron
teniendo acogida hasta la Unión (1813). Muchos de estos mandiles eran de fabricación casera, a
menudo artísticamente terminados y adornados con diseños simbólicos. Desde 1760 en adelante
aparecieron los mandiles estampados o grabados, muchos de los cuales eran posteriormente
coloreados a mano.
La tendencia a decorar los mandiles masónicos con diseños simbólicos comenzó en los años 1730,
y entre 1740 y 1790 esta práctica se generalizó. Estos esfuerzos eran en su mayor parte burdos,
pero muchos ejemplos sobrevivientes revelan destreza y gusto. Tinta hindú, pinturas y bordados
eran usados para esta ornamentación. Los diseños más populares incluían El ojo que todo lo ve, las
Columnas y la Escuadra y el Compás, evidencia del avance de la Masonería Especulativa en la
segunda mitad del siglo XVIII.
Rylands resume el asunto así:
“… por 1784 el mandil se redujo de tamaño significativamente… por largo tiempo había
sido considerablemente laxo. Y no había ninguna definición que condujera a la
uniformidad. Dado que el material era blanco el frente podía ser decorado con cualquier
de símbolos masónicos u otros símbolos sin infringir la norma, previendo siempre que no
interfierese con los privilegios de los Grandes Oficiales, quienes usaban ribetes púrpura en
su mandiles… El tamaño se había hecho más pequeño cada vez (ver Ilustraciones a, b, l).
… estaba muy dentro de la potestad de cada masón inventar para sí mismo casi cualquier
mandil que desease”. [6]
En la Biblioteca de la Provincia de Yorkshire (West Riding) hay un mandil datado alrededor de
1820. Es pequeño, hecho a mano, de lino blanco ribeteado con una franja estrecha azul clara, y no
tiene más adornos. Las cargaderas son muy largas y del mismo azul claro. La baveta está baja;
cortada en forma semicircular; pero también está cortada en dos mitades, cada una formando un
semicírculo, y las dos partes íntimamente unidas con el cordón azul.
Entre los “Antiguos” se volvió práctica común dibujar o pintar en sus mandiles el escudo de armas
de su propia Gran Logia, pero a la larga entre los Masones Atholl se adoptó la moda de los
“Modernos” ; además, ellos se permitían adornos inclusive más libremente que sus rivales y en la
elección y uso de embellecimientos. En septiembre 2 de 1772, la Gran Logia Atholl pasó la
siguiente resolución:
“Habiéndose dado cuenta la Gran Logia que varios Hermanos últimamente han aparecido
en público, con lazos y flecos dorados, junto con muchos adornos en sus mandiles, etc., lo
que fue considerado inconsistente con la dignidad, propiedad y antiguo uso de la Orden,
resolvió y ordenó que en el futuro, ningún Hermano, exceptuado los Grandes Oficiales,
aparecerá con lencería dorada, flecos dorados, bordados dorados, o cualquier cosa que se
parezca al oro, en sus vestiduras u ornamentos Masónicos” (Ahiman Rezon, 1807, pp. 90 –
91).
Esto era simplemente una prohibición de decoración dorada; aún no había intentos de ordenar al
uniformidad del diseño.
Cargaderas Azules y Seda Azul
La resolución de la Gran Logia de marzo 17 de 1721 ordenaba que:
“Nadie, excepto el Gran Maestro, su Diputado y Vigilantes, podrá usar sus Joyas en Oro o
Joyas pendientes de collares azules alrededor de sus cuellos, y mandiles de cuero blanco
con seda azul; tal suerte de mandiles puede también ser usada por antiguos Grandes
Oficiales”.
Esta fue la primera mención oficial de seda azul como cuerda para los mandiles, y queda claro que
el azul estaba originalmente reservado para los Grandes Oficiales. El Manuscrito Rawlinson, c.
1740, menciona: “Dos mandiles de Gran Maestro bordeados con Ligas de seda azul y bordeadas de
dos pulgadas de cuerdas de seda blanca”.
En 1745-50 los Grandes Oficiales estaban comenzando a ribetear sus mandiles con cintas púrpura.
El azul claro gradualmente descartado por los Grandes Oficiales, fue rápidamente adoptado por
los Maestros Masones, y como no había reglamentación oficial sobre el tema (hasta 1815), los
mandiles ribeteados de azul se hicieron muy comunes con el rango de la Orden más o menos
desde 1745 en adelante.
La uniformidad y regularidad del material, diseño, forma y decoraciones del mandil no fueron
oficialmente reglamentados por la Gran Logia Unida hasta el 2 de marzo de 1814. El modelo fue
enviado y aprobado el 2 de mayo, y luego se expidió la orden de uniformidad general. Las
Constituciones (1815), p 123, prescribían:
Mandiles
- Aprendiz Aceptado, - Un plano de piel de cordero blanco de 14” a 16” de ancho, 12” a
14” de largo, cuadrado en la parte inferior, y sin adornos, ataduras blancas.
- Compañero, - Un plano de piel de cordero blanco, similar al del Aprendiz Aceptado,
con la adición solamente de dos rosetas azul cielo en la parte inferior.
- Maestro Masón, - Lo mismo, con ribetes y ataduras azul cielo, de 1” a 1 ½” de ancho y
una roseta adicional en la solapa o baveta. No se permitirá ningún otro color o adorno
excepto para los Oficiales o Past Oficiales de las Logias, quienes pueden tener los
emblemas de sus oficios en plata o blanco en el centro del mandil.
Se verá que ha sido necesaria muy poca modificación al texto de 1815 en el pasado siglo y medio.
Hoy está reglamentado que el mandil del Aprendiz debe tener una solapa, que las dos rosetas del
Compañero deben estar ubicadas en las esquinas inferiores del mandil, y que los Mandiles de los
Maestros Masones deben estar ribeteados con “No más de 2” de ancho”, que “borlas de plata”
deben colgar sobre la cara del mandil y que las ataduras del mandil deben ser de color azul claro,
también se reglamenta que los “emblemas” de “Oficios… en el centro del mandil” pueden estar
“rodeados por un doble círculo en el cual puede insertarse el Nombre y Número de la Logia”.
Borlas
Las borlas, en forma rudimentaria, deben haber aparecido en fecha muy temprana como un
desarrollo natural de las correas que se ataban por el frente y que colgaban hacia abajo sobre el
mandil. Hay además varios ejemplos de mandiles sobrevivientes del siglo XVIII con amplias
ataduras, cuyos extremos están enmarcados por cinta, usualmente dorada, de tal manera que
cuando se amarran al frente los extremos dorados tienen el aspecto de un par de borlas. (Ver
ilustraciones g, j, m).
Es imposible decir cuándo hicieron su aparición las borlas de plata como decoración estándar para
el mandil del Maestro Masón. Probablemente estaban en uso algún tiempo antes de 1841, y
fueron oficialmente prescritas por primera vez en el Libro de las Constituciones de 1841.
Ni Crowe ni Rylands pudieron datar la introducción de las borlas de metal, y éstas no eran usadas
en todas la jurisdicciones masónicas. Crowe escribió:
“No puedo decir cuándo fueron introducidas, pero exceptuando las Grandes Logias de
Australia y Canadá, que naturalmente nos copian, las Grandes Logias de Gran Bretaña son,
hasta donde alcanzan mis investigaciones, los únicos cuerpos que las usan, y en el caso de
Irlanda están omitidas de los Mandiles de los Grandes Oficiales”. (Op. cit. p 30)
Rosetas
El origen de las rosetas en los mandiles de Compañero y Maestro es también desconocido. En
Inglaterra fueron una introducción comparativamente tardía, y no fueron prescritas oficialmente
hasta 1815, cuando fueron específicamente diseñadas para diferenciar los tres grados. Es
probable, sin embargo, que su propósito original era puramente ornamental. Existe una medalla
masónica alemana o joya, datada en 1744 (o posiblemente 1755), que muestra un mandil con tres
rosetas. (Ver ilustraciones h y k)
Desafortunadamente, no hay trazas de una Gran Logia en ese periodo ni Inglesa o Europea, que
prescribiera el uso de rosetas, y circunstancialmente nos vemos obligados a suponer que eran
puramente decorativas. Esto no excluye la posibilidad, sin embargo, que ellas pueden haber tenido
un significado más práctico en las Logias en las que se usaban.
Escuadras o Niveles
No parece haber nombre oficial para las escuadras o niveles que decoran el Mandil de un Maestro
o Past Maestro. Las Constituciones de 1815 los describían como “líneas perpendiculares sobre
líneas horizontales, formando así tres conjuntos de dos ángulos rectos”, y originalmente deberían
ser de cinta de una pulgada de ancho. La misma definición aparece en las actuales Constituciones,
aunque no obstante los emblemas son usualmente de plata o metal blanco. Fueron diseñados sólo
para propósitos de distinción. (Ver ilustración m)
Concepciones especulativas del mandil
Para todos los estudiantes, tanto jóvenes como viejos, debe hacerse una advertencia antes de
considerar esta fase de nuestro tema. La Orden moderna es esencialmente especulativa, y todo
Masón debe necesariamente ser especulativo hasta cierto punto en su actitud hacia sus principios;
pero hay una marcada tendencia a extender los límites de la verdadera investigación especulativa
y a exagerar sus valores simbólicos. Esta tendencia ya se había desarrollado fuertemente hacia
fines del siglo XVIII, y en los tiempos modernos se ha vuelto dañina para la Orden y para una
apropiada comprensión de sus demandas morales y enseñanzas.
Desafortunadamente, este increíblemente exagerado simbolismo ha sido enseñado por cerca de
dos siglos por muchos masones sinceros y famosos tales como Oliver, Paton, Fort Newton y
Wilmhurst, quienes ejercieron mucha influencia en su época.
Los estudiosos deben, por lo tanto, estar en guardia y tener presente que, en opinión de los
académicos masónicos modernos, tales extremos de interpretación especulativa son inaceptables.
Enseñar por medio de símbolos es una práctica anticuada y la Masonería comparte con todas las
organizaciones importantes de la vida civilizada, el Estado, las Iglesias, las Fuerzas Armadas, la
posesión de símbolos apropiados, todos los cuales tienen una aceptable interpretación. La mejor
conocida y más ampliamente aceptada definición de Masonería es aquella de “Un peculiar sistema
de moralidad… ilustrado por símbolos”, y la Orden maneja esto a su propia manera, una manera
simple y llana, con los símbolos de los grados, las palabras, etc.
Aunque la Gran Logia nunca ha autorizado ningún sistema de interpretación de los símbolos
masónicos, publicó en 1929 una declaración de Principios Básicos, en la cual afirmaba tener:
“… única e indiscutible autoridad sobre la Orden o Grados Simbólicos (Aprendiz,
Compañero y Maestro)… (Principios Básicos para el Reconocimiento por la Gran Logia,
Septiembre 4 de 1929, cl.5; pub en el Masonic Year Book).”
Antes de echar una mirada al mandil a la luz de lo anterior, es prudente establecer una clara
diferenciación entre los términos Símbolo, Emblema e Insignia.
“Símbolo es una idea, seña, mecanismo u objeto que tiene dentro de sí mismo, algo mas –
una idea, un hecho, incluso una proposición – que la guarda de un fácil escrutinio, pero
que puede producir si es estudiada. Algunos símbolos son simples, otros muy complejos.
En la Masonería, ciertos símbolos denotan algo vagamente ciertas “virtudes” o “hechos”,
mientras que otros son susceptibles de una amplia interpretación.
Emblema es también un mecanismo simbólico, pero su significado no tiene que ser
descubierto; su significado es obvio, conocido y aceptado por común acuerdo, por
ejemplo, una corona significa realeza, el blanco significa pureza.
Insignia es una marca o signo por medio del cual una persona u objeto se distingue; es un
mecanismo usado para dar a conocer la membrecía a cualquier entidad corporativa;
realmente sirve a su poseedor para establecer su identidad, así como lo hace su nombre.”
La Masonería usa los tres, Símbolo, Emblema, Insignia, y en algunos casos Símbolo y Emblema
parecen ser lo mismo.
Durante la exhortación desarrollada por el Oficial investido y el discurso del Maestro, después de
la investidura, tanto en el Primero y en el Tercer Grado al candidato se le informa:
“Que el mandil es la insignia; marca su membrecía a la Fraternidad, siempre debe usarlo
en Logia.
Que él es el “lazo de amistad”. Esto puede revelar al mandil como un símbolo (Si se
deseara uno) de las virtudes fraternales.
Que es la “insignia de inocencia”. Esto es difícil; la concepción probablemente surge del
color blanco de la piel de cordero; pero hay mandiles que tienen colores diferentes.
Que él testifica o atestigua la honorable edad de la Orden. Las afirmaciones históricas
hechas en la Investidura de un Iniciado a menudo lo sorprenden; pero son
irremediablemente hechas, y deben ser aceptadas. Que el mandil es un Símbolo de
antigüedad no puede sustentarse, excepto en el sentido general que los masones siempre
han usado mandiles. Por lo menos parece que el mandil es un emblema de edad
institucional histórica.
Que, en el Tercer Grado, es una insignia de autoridad preceptiva, que justifica que el
Maestro Masón instruya a los demás que no hayan alcanzado su rango en la Orden.”
El mandil parece tener en él símbolos o emblemas como elementos decorativos, por ejemplo, la
cinta azul del ribete, las rosetas, las borlas de siete nudos. ¿Son estos símbolos o emblemas?
¿Tienen ellos alguna valía a parte de sus formas artísticas o embellecedoras?
Los extremistas enseñan que todos ellos son símbolos: además, van mucho más allá y afirman que
la forma actual del mandil, y la forma de su baveta; y la posición de ésta son importantes en su
contenido simbólico. Poca, si alguna, credibilidad necesita dársele a tales opiniones o juicios. A lo
mejor las decoraciones del mandil son posiblemente emblemáticas, pero qué significan los
emblemas es imposible de establecer con exactitud, por ejemplo, se dice que el ribete azul
simboliza caridad. Puede ser, pero la caridad es una virtud común de la orden, y muchos mandiles
tienen ribetes de colores diferentes. Las tres rosetas se dice que representan los Tres Grados, pero
ningún académico sabe cuál fue su origen. Los orígenes simbólicos de las borlas y sus siete
cordones también están rodeados de misterio. Es mucho mejor aceptar la probabilidad que los
fabricantes de Regalía desde 1830 en adelante contribuyeron con un diseño simétrico para el
mandil colocando las borlas con sus cordones ornamentales en ambos lados del mismo.
Finalmente, los extremistas incluso deberán hacer el “anzuelo” (el circulo) y el “broche” (la
serpiente) símbolos de tremendas y místicas ideas; no podría darse mejor ejemplo de
“pensamiento subjetivo”. Que estos humildes mecanismos, tan comúnmente usados en todo el
mundo llenen necesidades de atar los vestidos deban ser torturados para producir semejantes
significados no se justifica; además eso puede ser fatuo.
La exhortación del Maestro al neófito debe ser recordada. Le advierte a él “Nunca entrar sin el
mandil…. El mandil es por lo tanto, en su valor final no solo una insignia oficial de membrecía de la
antigua y honorable Sociedad”, si no una advertencia que un hermano debe siempre entender y
aceptar la ética de la Orden, de manera que en la Logia, por lo menos, una justa, agradable y
fructífera paz prevalecerá.
Las explicaciones simbólicas que son virtualmente estandarizadas en los rituales modernos son
claras, simples y completamente satisfactorias. Es derecho inalienable de todo Masón buscar
interpretaciones más profundas que satisfagan sus necesidades espirituales. Pero deberá recordar
la sentencia de Tennyson de “La falsedad de los extremos”, y ser cauto en aceptar las “más
amplias explicaciones” hasta que pueda hacerlo así con completa convicción.
1.In 1892 Bro. W. H. Rylands wrote his paper on the Masonic Apron (A.Q.C., vol. v). An important essay with no less than 83 pl ates or
drawings, illustrating the history of the Masonic apron, it has been largely used as the basis of the historical portion of this paper, and
all Masonic students are advised to read it.
2.Presumably, the first official reference to Masonic clothing is in the seventh clause of the General Regulations sanctioned by G.L. in
1721, but aprons are not mentioned specifically
VII. Every new Brother at his making is decently to cloath the Lodge, that is, all the
Brethren present . . .
3.Rylands, op. cit., p. 175 ; Crowe, Masonic Clothing (A.Q.C., v, pp. 29 et seq.).
4.In France, F.C.’s apparently wore the flap up and buttoned to the coat (vide L'Ordre des Francs Maçons Trahi, 1745, p. 116, and Les
Francs-Maçons Ecrasés, 1747, p. 221). In the exposure, Solomon in All His Glory, 1766 the description of the M M. ceremony contains
the following: ". . . the master undid the flap of my apron, which was fastened to one of my waistcoat-buttons ; and told me that in
quality of master, I was at liberty to let it fall down . . ."
5.Blackham, Apron Men, p. 213. Rylands, op. cit., pp. 177-8, v. his plate No. 26, dated c. 1766, which illustrates this mode.
6.Rylands, op. cit., pp. 180, 172, 179. For description of some, of these embellished aprons, see Rylands, p. 179; Crowe, op. cit., p. 30;
Blackham, op. cit. p. 30.
Reprinted with permission of Ars Quatuor Coronatorum, the Transactions of Quatuor Coronati Lodge No. 2076, UGLE, vol. lxxiv (1961)
pp. 133-37. Minor typographical errors corrected and footnotes renumbered as endnotes. Two pages of photographs omitted.