Violencia en la Biblia.

BIBLIA

San Antonio el cantor de Maria

ESPECIAL

n.3 Julio - Agosto 2014

San Luis, Rey de Francia

OFS

NUEVOS TIEMPOS

Di rec tor: Carlos Trovarelli

Jefe de Redaccion: Luis Furgoni Ferrari

Consejo de Redacción: Ismael Crespo, Orquídea Díaz Maseda, Luis Furgoni Ferrari, María Cecilia Jaurrieta, Gabriel López Santamaría, Elida Orfano, Carlos Trovarelli

Responsable edición digital: Gabriel Lopez Santamaria / gabriel@pazybien.es

Redacción: Cóndor 21501437 Buenos Aires, Argentina

Te lé fo no: Argentina +54-11-49183673 - Fax: +54-11-49181209

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P á g i n a w e b : w w w . v o z d e s a n a n t o n i o . o r g

w w w . f a c e b o o k . c o m / p a z y b i e n . e s

ACTUALIDAD IGLESIA EN FAMILIA

SUMARIO

n.3 Julio - Agosto 2014

DI REC CIO NESPARA INFORMACIÓN

ITALIAVia Or to Bo ta ni co, 11 35123 Pa duaTel.: +39-0498225777 Fax: +39-0498225650

CANADÁSaint Anthony of Padua Mission Aid1320 Leslie St. Suite 100Toronto, ON - M3C 2K9Tel: +1 416 690 9904 / Fax: +1 416 690 2969

USAAn tho nian As so cia tion101 St. An thony Dri ve Mount St. Fran cis, IN 47146Tel.: +1-812-9236356 / Fax: +1-812-9232300

ESPAÑAPlaza de los Franciscanos,328011 MADRIDTel. 91-464.76.30

Colaboran en este numero:Luis Furgoni, Hugo Sartorio, Orquidea Diaz Maseda, Maria Cecilia Jaurrieta, Victor Parachin, Lucas Cerviño, Ariel Alvarez Valdes, Monica Borile, Jesus Bayo Mayor, Antonio Saraceno Menzano.

Publicidad: info@vozdesanantonio.org

La revista "El Mensajero de San Antonio", edición digital es la voz de la Basílica de San Antonio (Padua-Italia), y es editada por los Hermanos Franciscanos Conventuales, de la Provincia Rioplatense "San Antonio de Padua".

Con el permiso de los Superiores.

Todos los derechos reservados.

EDI TO RIAL 1

MUNDIAL DE FUTBOL 2014 2

BIBLIA: LA VIOLENCIA EN LA BIBLIA 4

ESPIRITUALIDAD LAICA: DIOS EN EL LUGAR DE TRABAJO 8

TESTIMONIO: MARIEL PONS, PASTORA METODISTA 10

PAPA FRANCISCO: ORACION POR LA PAZ 15

ESPECIAL: SAN ANTONIO, EL CANTOR DE MARIA 16

DOCUMENTOS: LA ALEGRIA DEL EVANGELIO 22

PSICOLOGIA: HIJOS ADOLESCENTES 24

VOCACION A LA SANTIDAD 26

SAN LUIS, REY DE FRANCIA 28

EL DESAFIO DE LA FAMILIA ACTUAL 30

EL CUEN TO 32

NOTICIAS 33

Violencia en la Biblia.

BIBLIA

San Antonio el cantor de Maria

ESPECIAL

n.3 Julio - Agosto 2014

San Luis, Rey de Francia

OFS

NUEVOS TIEMPOS

1Julio - Agosto 2014

Con gran emoción, el día 10 de junio del presente año, durante el desarrollo del convenio “Descubriendo el rostro de Antonio”, realizado en el Centro Cultural

San Cayetano de la ciudad de Padua (Italia), por iniciativa de la Municipalidad, de la pontificia Basílica del Santo, de la Provincia Italiana de San Antonio de los Frailes Menores Conventuales, de la Venerable Arca de San Antonio y del Centro de Estudios Antonianos, se dio a conocer el nuevo rostro de San Antonio: la re-construcción forense más cercana a la realidad.

Antonio de Lisboa, ha sido mostrado excepcionalmente entre el 12 y el 22 de junio en la exposición “ESTOS OJOS HAN VISTO EL CIELO”, un sugesti-vo instante de recogimiento y de fe, para dar finalmente un rostro al imaginario colectivo de un Santo que, luego de ocho siglos de historia, sigue estando en el corazón de millones de peregrinos esparcidos por el mundo.

La reconstrucción ha estado a cargo del Museo de Antropología de la Universidad de Padua, en colaboración con Arc-team Archaeology, el Centro de Estudios Antonianos, el Centro de Tecnología de la Información “Renato Archer” y Labo-ratorio de Antropología y Odontología Forense de San Pablo (Brasil). Han logrado remontarse al verdadero rostro del Santo, gracias a los análisis morfométricos de la calavera que se conserva en la tumba de San Antonio.

A estos análisis, se han añadido los conocimientos sobre el estado de salud del Santo en el período inmediatamente anterior a su muerte: algunas fuentes consig-nan que Antonio sufría de hidropesía, una patología que causa exceso de líquido en el tejido subcutáneo hasta del rostro.

Para alcanzar el grado más alto de posibilidades, han sido consideradas también las características de los portugueses de la época, afectadas por las poblaciones turcas y árabes. El resultado es un rostro que se asemeja más al de las personas que se ponen de rodillas delante de él, que al que nos presenta la iconografía tradicional.

Un rostro que ha emocionado a todos los que han trabajado en la reconstrucción: en primer lugar a Cicero Moraes, designer 3D, brasileño, muy conocido por las diversas reconstrucciones faciales en el ámbito arqueológico. Sólo cuando terminó el trabajo se le dijo que el rostro que había reconstruido, era nada más y nada menos que el de San Antonio.

De aquí en más los peregrinos que lleguen a la Basílica podrán mirar de frente a San Antonio, muerto hace 8 siglos, pero permanentemente vivo en la fe. Su rostro tal vez no sea el que estamos acostumbrados a ver en las estampitas tradicionales, pero es el que los paduanos de la Edad Media tuvieron la suerte de ver.

El nuevo rostro de San Antonio.

Por el Padre Director.

EDITORIAL

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ACTUALIDAD

MUNDIAL DE FUTBOL

Steilpass es una propuesta que se sitúa en coherencia con el malestar social que

se viene expresando en las protestas de no pocos

brasileños.

Con motivo del Mundial de Fútbol 2014, la Acción Episcopal de la Iglesia Católica en Alemania (ADVENIAT), al igual que otros organismos solidarios de este país, pre-sentaron en Río de Janeiro y en Brasilia la campaña “Steilpass” (pase largo), en conjunto con la Conferencia Nacional de Obispos del Brasil (CNBB) y la Conferencia de Religiosos del Brasil (CRB), con el fin de promover “juego limpio para todos”, esto es, una sociedad más justa y equitativa.

La campaña, que cuenta con el apo-yo de 11 personalidades célebres, como la actriz alemana Eva Habermann, fue lanzada en Colonia, ciudad sede de Adveniat, y fue presentada días después también en Brasil.

El 12 de junio, que coincide con el inicio del Mundial, se pretende entregar al gobierno brasileño las diez peticiones que dan forma a la propuesta: “diez reglas para un juego limpio y justicia para todos”.

Las peticiones destacan la necesidad de crear trabajo digno para todos, posibilitar el acceso a la formación integral, garantizar

el control democrático de la justicia, realizar reformas rurales y agrarias justas, promover a la juventud y protegerla de la violencia, combatir la corrupción y velar por la trans-parencia, entre otras. De este modo, Steilpass es una pro-puesta que se sitúa en coherencia con el malestar social que se viene expresando en las protestas de no pocos brasileños.

Christian Frevel, coordinador de la Campaña expresó que “las quejas contra la corrupción, los abusos de poder, la falta de participación pública, el transporte, así como un sistema de prevención, salud y educación accesibles a todos, refuerzan esta idea”.

10 reglas para el juego limpio

“DIEZ REGLAS PARA UN JUEGO LIMPIO PARA TODOS”

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La alianza de acción “Steil-pass”, reivindica el cumpli-miento de las siguientes diez reglas para un juego limpio para todos.

1) Crear trabajo digno para todos. Cada ser humano

tiene derecho al trabajo, sin importar su origen, religión o su género. Demandamos que todos puedan acce-der indiscriminadamente al mercado de trabajo y que tengan la posibilidad de de-sarrollar sus capacidades y puedan vivir de su trabajo.

2) Posibilitar el acceso a la formación integral. La

formación es un derecho fundamental para todos los varones y todas las mujeres. Una formación integral es el requisito para que todos participen en la organización de la sociedad. Por eso, de-mandamos una formación adecuada para todos los hombres, con el fin de que puedan asumir sus dere-chos y su responsabilidad democráticos.

3) Garantizar el control de-mocrático de la justicia.

En todas las sociedades, cada ser humano tiene un “derecho al derecho”. De-mandamos que la justicia pueda trabajar con indepen-dencia y esté comprometida con el orden jurídico.

4) Realizar reformas rurales y agrarias justas. Practi-

car una economía sostenible quiere decir: limitar la explo-tación de recursos naturales a una medida aceptable y hacer posible una nueva vida digna para la gente que

vive y trabaja en el campo. Reivindicamos que se prote-jan las pequeñas empresas campesinas a través de una reforma rural y agraria justa y una justa distribución de los recursos naturales.

5) Introducir un control democrático de los me-

dios de comunicación. Los medios tienen derecho a informar objetivamente. La monopolización de los me-dios o su manipulación por intereses particulares de la economía y la sociedad, perjudican a la democracia. Demandamos una plurali-dad de medios y un efecti-vo control democrático, así como un autocontrol de los medios.

6) Promover a la juventud y protegerla de la violencia.

Los niños y jóvenes tienen derecho a un desarrollo sano y bueno de su perso-nalidad. Reivindicamos una protección de los niños y de la juventud que los fortalez-ca y garantice su integridad, así como una estrategia de prevención que guarde a los niños y jóvenes de la violencia.

7) Conservar la pluralidad cultural de los pueblos.

Es importante en las socie-dades democráticas que se considere la pluralidad cul-tural como una oportunidad de participar para todos y para todas. Demandamos que se respete y se proteja la pluralidad cultural, espe-cialmente de las minorías.

8) Combatir la corrupción y velar por la transpa-

rencia. Es indispensable para nuestras sociedades, contrarrestar el abuso del poder y la corrupción en todos los niveles del actuar social. Reivindicamos la lucha contra la corrupción, la transparencia y el control independiente de las finan-zas y del presupuesto de las instituciones públicas.

9) Apoyar el compromi-so de la sociedad civil.

Necesitamos formas demo-cráticamente legitimadas de la participación de los ciudadanos, hombres y mu-jeres. Se deberían promover, preferencialmente, las inicia-tivas locales y los movimien-tos populares antes que las iniciativas estatales. Deman-damos que los ciudadanos obtengan, en los diferentes niveles, formas democráti-cas de participación.

10) Garantizar una aten-ción sanitaria para

todos. En nuestras socieda-des es importante que se capacite a la gente para que conserve y promueva su sa-lud. Reivindicamos una justa distribución de los accesos a los productos alimenticios y viviendas, reglamentos para que se proteja a la gen-te en el trabajo, una atención sanitaria adecuada y el abastecimiento de viviendas para todos y todas.

“DIEZ REGLAS PARA UN JUEGO LIMPIO PARA TODOS”

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BIBLIA

Tenemos que ingeniarnos para vivir en un mundo donde no haya enemigos,

donde no tengamos que destruir

violentamente a nadie, y donde sólo el amor pueda aplicarse

como método de convivencia.

por Ariel Álvarez Valdés

En su Autobiografía publica-da en 1887, Charles Darwin

cuenta tímidamente y casi con vergüenza cómo surgieron sus dudas sobre la religión, y cómo llegó a perder la fe: “Me di cuenta de que en el Antiguo Testamento aparece un Dios terrible, con sentimientos de un tirano vengativo; vi que la Biblia no era más fiable que los libros sagrados de los hindúes, o que las creencias de cualquier bárbaro”.

Darwin no fue el único que perdió la fe leyendo la Bi-

blia. Innumerables científicos, filósofos, pensadores, catequis-tas y hasta simples cristianos se han sentido escandalizados ante este libro, donde se lo ve a Dios vengándose, destruyendo y asesinando a cuantos le des-obedecen. No ha faltado quien se tomara el trabajo de contar

cuánta gente aparece en la Biblia eliminada por Dios, y la cifra es escalofriante: 2.038.334 personas. Sin incluir a los muer-tos en los grandes exterminios como el diluvio universal, la destrucción de So doma, o la matanza de los primogénitos de Egipto, cuyas cifras no figuran.

Parece que al Dios de la Biblia le gustaba en ese

tiempo matar a sus oponentes sin el menor escrúpulo, lo cual llevó al inglés Derek Clayton a exclamar: “Si más cristianos leyeran la Biblia, habría menos cristianos”.

Pero nuestro asombro crece aún más cuando descubri-

mos que la Biblia nos enseña también a desear el mal y la muerte de nuestros enemigos. Lo vemos por ejemplo en el li-bro de Los Salmos. Éste ha sido tradicionalmente uno de los li-

bros más queridos de la Iglesia, por ser un escrito lleno de ala-banzas, cantos y meditaciones profundas, al que millones de cristianos en el mundo recurren varias veces al día para rezar y meditar. Pero de pronto, mien-tras uno está elevando su espí-ritu con un salmo, se encuentra con frases como éstas: “Dios mío, rómpeles los dientes de su boca, arráncales esos colmillos de leones. Que desaparezcan como el agua que se escurre. Que se pudran como la hierba que se pisa. Que sean como el niño abortado que nunca vio la luz. Que pueda lavarme los pies en su sangre” (Sal 58,7-11). “Que lluevan sobre él carbo-nes encendidos, y que caiga en un pozo del que no pueda salir. Que su vida dure poco, porque es un insolente. Que le suceda una desgracia, por ser tan violento” (Sal 140,11-12).

LA VIOLENCIA EN LA BIBLIA

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“Destrúyelos con odio. Que desaparezcan y no quede nin-guno” (Sal 31,18-19).

Estas fórmulas tienen un nombre en la literatura: se

llaman “imprecaciones”. Son una invocación pidiendo una desgracia, un castigo divino o una maldición contra un enemigo o alguien que nos ha ofendido. En el caso de los salmos, se trata de una súplica a Dios para que haga justicia y castigue a un rival. De los 150 salmos de la Biblia, 30 contie-nen imprecaciones, es decir, el 20% de ellos.

Odio entre la ternura

Sin duda el peor de todos los salmos, y el que mayor

repertorio de amenazas incluye contra un enemigo, es el 109. Estos salmos no contienen exclusivamente imprecacio-nes, sino que las incluyen a continuación de frases llenas de amor y de ternura. Por ejem-plo el salmo 137, después de describir con emoción cómo los israelitas en Babilonia se reunían a la orilla de un río a rezar y cantar, dice de repen-te: “Ciudad de Babilonia, la destructora, dichoso el que te devuelva el mal que nos hiciste. Dichoso el que tome a tus hijos y los reviente contra una roca” (Sal 137,8-9).

El salmo 143, luego de un verso maravilloso que nos

conmueve hasta las lágrimas, dice a continuación: “Por favor, mata a mis enemigos y destruye a mis oponentes” (Sal 143,12). Incluso el famoso salmo del Buen Pastor, uno de los más tiernos y piadosos de la Biblia, al hablar de los delicados cui-

dados de Dios para con sus fieles, dice: “Tú preparas para mí un banquete, delante de mis enemigos” (Sal 23,5). Como si la felicidad del creyente no es-tuviera completa hasta que el enemigo lo vea disfrutar, y sufra así de rabia y envidia.

No sólo los salmos contienen estas oraciones. Muchos

grandes personajes bíblicos están impregnados por la misma mentalidad. El profeta Jeremías, por ejemplo, implora a Dios por sus enemigos que intentaron matarlo: “Señor, haz que sus hijos sufran hambre, y que mueran desangrados por la espada. Que sus mujeres queden sin hijos y viudas. Que sus maridos sean asesinados, y sus hijos mueran en la guerra” (Jer 18,21).

Interrogantes

Todos estos textos plan-tean varios interrogantes.

¿Cómo es posible que la Biblia nos ense-ñe a maldecir a nuestros ene-migos? Si es-tas oraciones están res-paldadas por Dios, ¿cómo se armonizan con el man-damiento del amor, el perdón y la misericordia que se encuen-tran en otras partes de la Biblia? ¿Podemos hoy seguir rezando esos sal-mos? Los estudiosos han dado diferentes respuestas a este problema de las imprecaciones

y maldiciones, que tanto han escandalizado a los lectores.

Una de ellas consiste en no considerar inspirados, es

decir, como Palabra de Dios, los pasajes violentos de la Sa-grada Escritura. Es la solución propuesta por varios autores, que ven en tales declaracio-nes la frustración y el dolor del salmista, expresados en un mo-mento de rabia e impotencia, pero no una Palabra de Dios.

Esta solución resulta inacep-table. De ser así, ¿cómo

distinguir qué es inspirado y qué no en la Biblia? ¿Quién está en condiciones de decir cuáles frases resultan ofensivas y cuá-les no, para saber qué viene de Dios y qué viene sólo del hombre? Caeríamos en un sub-jetivismo inadmisible. Además la misma Biblia dice que todo lo que hay en ella, no sólo algunas frases, es inspirado por Dios (2Tim 3,16). Otros estudiosos han propuesto una segunda

salida: tomar simbólicamen-te las amenazas. Así,

los enemigos con-tra los que habla

el salmista no serían perso-nas humanas reales sino las pasiones, los pecados y las debi-lidades del hombre. Por

ejemplo, cuan-do el salmo 137

pide que los hijos de los babilonios

sean estrellados contra la roca, se refiere a los malos

pensamientos que brotan del alma; el hombre, pues, que toma esos pensamientos y los destruye contra la roca sólida

LA VIOLENCIA EN LA BIBLIA

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de la fe es llamado “feliz” en el salmo.

Pero esta segunda solución tampoco es correcta. Por-

que si bien al rezar el salmo uno puede “aplicado” a su vida, al “explicarlo” de esa manera no estaría reflejando la verdadera intención del autor bíblico. Por-que el poeta que compuso el salmo no estaba pensando en las pasiones, ni en los pecados, sino en sus enemigos de carne y hueso a los que quería aniqui-lar. Estaríamos, pues, traicio-nando la mentalidad del autor.

A veces se recurre a una so-lución más simple: evitar su

uso. Es lo que ha hecho la Igle-sia en la liturgia. Ha eliminado de la oración oficial tres salmos, que nunca se rezan por resultar muy violentos: el 58, el 83 y el 109. Otras veces, en lugar de suprimir el salmo completo, suprime los versículos más escandalosos. Así, el salmo 63, que describe bellamente al alma sedienta de Dios, ha sido amputado de la frase final donde dice: “Pero los que tratan de hacerme mal, que caigan en un pozo profundo. Que mueran asesinados con la espada, y se lo coman los chacales” (63,10-11).

Sin embargo esta tercera salida no resuelve el pro-

blema de fondo, que consiste en averiguar por qué la Biblia conservó textos tan agresivos para proponerlos como oración.

Cuando Dios debe cumplir

Para resolver el problema con seriedad, es decir, para to-

mar estos textos como referidos a los enemigos, y a la vez como inspirados por Dios, hay que partir de una noción clave de la Biblia: el concepto de alianza.

Todos saben que, según el Antiguo Testamento, Dios

y el pueblo de Israel habían pactado una alianza muchos siglos antes, en el monte Sinaí. Pero pocos saben qué tipo de alianza fue aquella. No se trató de una alianza entre iguales, como las que hoy firman dos socios ante un escribano. Dios y el pueblo de Israel no estaban al mismo nivel como para con-certar un convenio igualitario. Entonces ¿qué clase de pacto hicieron?

Hoy los estudiosos han des-cubierto que la alianza del

Sinaí estaba calcada de los antiguos “pactos de vasallaje”

orientales. Éstos eran acuerdos firmados por dos reyes, uno de los cuales era superior y el otro súbdito. Y si bien el tratado era de mutua cooperación y ayuda, el superior era el que imponía las condiciones, mientras que el súbdito se limitaba a aceptarlas. Por eso se llamaban “de vasa-llaje”: porque uno lo firmaba en calidad de señor y el otro de vasallo.

Los arqueólogos han encon-trado textos con pactos de

vasallaje de los reyes hititas del siglo XIII a.C. Y cuando leemos sus partes y cláusulas, vemos que son las mismas que encon-tramos en la alianza del Sinaí (Deut 1-30).

Esto significa, entonces, que los israelitas entendían su

relación con Dios como la de un vasallo con un rey superior.

Ahora bien, en estos tratados, una de las cláusulas funda-mentales era el juramento del rey superior de proteger a su subalterno, cuidarlo, y velar para que nada le pasara. Por lo tanto, los israelitas del Antiguo Testamento veían en Dios una especie de gran Rey o Señor, que había jurado protegerlos de cualquier peligro, como los grandes reyes del antiguo Oriente juraban defender a sus súbditos.

Con este trasfondo cultural, podemos ahora entender el

sentido de los salmos impreca-torios. Los hebreos sabían que estaban “en alianza” con Dios, y por lo tanto protegidos por un gran Rey; y que mientras ellos cumplieran su parte de la alian-za, es decir, los mandamientos divinos, Dios tenía la obligación de cumplir la suya y salir en defensa de ellos ante cualquier dificultad. Tal alianza era, pues, lo que legitimaba su oración para que Dios castigara a sus enemigos. ¿Por qué?

Con el amor ensanchado

Porque los salmos impreca-torios no eran más que el

recordatorio de los creyentes para que Dios cumpliera su par-te de la alianza. No se trataba de un mero deseo de venganza personal, ni de un arrebato de odio, ni de un pedido rencoroso, sino un reclamo de justicia para

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que el gran Rey interviniera. Al fin de cuentas, Dios así lo había prometido: “Si escuchas mi voz y haces todo lo que yo te digo, tus enemigos serán mis enemigos y tus adversarios mis adversarios” (Ex 23,22).

Pero aún cuando los israelitas sabían que habían hecho

un pacto con Dios, y que por lo tanto tenían derecho a ser defendidos, también sabían que Dios les había pedido que mi-dieran sus oraciones y tuvieran una actitud sana y equilibrada hacia sus enemigos.

Efectivamente, en el libro del Levítico, Dios ordenaba: “No

te vengarás ni guardarás rencor a tu hermano, sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo” (19,18). En el libro del Éxodo: “Si encuentras el buey o el asno perdido de tu enemigo, debes llevárselo. Si ves caído por el peso de su carga el burro de alguien que te odia, ayúdalo a levantar su animal’ (23,4-5). O sea que la alianza del Sinaí, a pesar de permitir las impreca-ciones, también enseñaba a no vengarse del enemigo, a per-donarlo, y a ayudado cuando estuviera necesitado.

Con el transcurso de los siglos, la alianza del Sinaí

quedó en cierto momento en-vejecida por la historia, y Dios decidió realizar una nueva alianza (Heb 8,1-13). Pero esta vez con características diferen-tes, que son: a) el mediador ya no fue un simple ser humano, como Moisés, sino un personaje divino: Jesús de Nazaret; b) el escenario no fue el monte Sinaí en el desierto, sino la última cena en Jerusalén; c) no se trató de un pacto de vasallaje entre un rey superior y unos subalternos, sino de una alianza entre amigos (Jn 15,15); d) lo más importante: los beneficia-rios no fueron únicamente los

miembros del pueblo de Israel, sino toda la humanidad.

Y las cláusulas de esta nueva alianza no consistieron ya en

una larga lista de leyes, precep-tos y normas, como la del Sinaí que llegó a tener nada menos que 613 leyes, sino que con-sistió en un solo mandamiento: el amor a los demás, el amor universal. Así lo expresó Jesús durante aquella cena: “Les dejo un mandamiento nuevo: que se amen los unos a los otros; así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros” (Jn 13,34). Y para que quedara en claro que éste era su precepto, a diferencia de los de Moisés, agregó: “Éste es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros como yo los he amado” (Jn 15,12).

Jesús quiso enseñar que ya no existe un pueblo preferi-

do por Dios como en la antigua alianza para socorrer, al cual él esté dispuesto a aplastar y destruir a los demás. Ahora, en el nuevo pacto, a Dios le inte-resan todos los pueblos, todas las naciones. Y si en nuestra oración deseamos que acabe con alguien que nos molesta, habrá que tener en cuenta que ese enemigo es también amado por él. Por lo tanto, Dios ahora ya no puede salir a aplastar a nuestros adversarios, ni a hu-millar a nuestros contrincantes. Ahora las condiciones de la alianza en la que estamos han cambiado.

La verdadera destrucción

Una de las grandes enseñan-zas de Jesús es que Dios

ama a todos los hombres, sean buenos o malos, justos o injus-tos. Por eso no puede aniquilar a nadie, como se pensaba en el Antiguo Testamento. Ade-más, nos pidió hacer lo mismo a nosotros: “Amen a sus ene-

migos, y recen por quienes los persiguen. Así serán hijos del Padre celestial, que hace salir el sol sobre buenos y malos, y llover sobre justos e injustos” (Mt 5,44-45).

Jesús no sólo lo enseñó en teoría, sino que lo puso en

práctica, porque al morir en la cruz rezó por sus verdugos, y perdonó a sus torturadores (Lc 23,34). Por eso en la nueva alianza ya no existen textos imprecatorios, ni salmos mal-dicientes. Y la Iglesia ha hecho bien, a pesar de la opinión contraria de algunos teólogos, en eliminar de su liturgia los versículos cargados de violen-cia y amenazas, porque ya no reflejan el espíritu de la nueva alianza.

Ahora tenemos que inge-niarnos nosotros para vivir

en un mundo donde no haya enemigos, donde no tengamos que destruir violentamente a nadie, y donde sólo el amor pueda aplicarse como método de convivencia.

Se cuenta que en cierta oportunidad, siendo Abra-

ham Lincoln presidente de los Estados Unidos, pronunció un memorable discurso alabando a uno de sus peores rivales políticos. Desconcertado por semejante falta de táctica, un asesor de su partido le advirtió: “Señor Presidente, yo pensé que usted quería destruir a sus enemigos”. Y Lincoln respondió: “Claro que quiero destruirlos: convirtiéndolos en amigos”.

Cuando estemos tentados de pedir a Dios que castigue

o actúe violentamente contra alguien que nos cae mal, al estilo de los antiguos salmos, recordemos que estamos en una nueva alianza, en la que el fundamento es el amor a todo el mundo. Y que la única forma que tenemos de destruir a un enemigo, es convirtiéndolo en amigo.

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ESPIRITUALIDAD

“Todo lo que esté a tu alcance, hazlo con empeño”

(Qo 9,10)

Me di cuenta que los alumnos descubrían su pertenencia a una

comunidad…

por Victor Parachin

se sentiría más satisfecho, si se aplicara la Regla de Oro: “Haz a los demás lo que quieres que te hagan a ti” (Mt 7,12).

La Regla de Oro nos invita a tratar a los demás de la manera en

que deseamos ser tratados. En una oportunidad, un empleado se dirigió al Director General de su empresa, quejándose porque, pese a ser un buen empleado -hacía paquetes para despachar-, nunca recibía un ascenso. El Director llamó al supervisor y le dijo: ¿Por qué no lo asciendes? Y recibió como respues-

ta: “Nadie hace los paquetes mejor que él”.

Luego de esta explicación se tuvieron en cuenta las aspira-

ciones del “empaquetador” y fue promovido a un cargo superior. El resultado fue que, con el tiempo, se convirtió en uno de los gerentes de la empresa. Simplemente, alguien lo trató con la consideración que merecía.

Respeto hacia todos

Tratar a los demás con justicia es otra muestra de espiritualidad.

DIOS EN EL LUGAR DE TRABAJO

Hace un tiempo Mario, un niño de ocho años, hizo una colecta de

alimentos enlatados en un barrio po-bre de Los Ángeles. Aunque su fami-lia también pasaba necesidades, no pedía para él. Estaba participando, lleno de orgullo, en una tarea asigna-da por su maestra, Jill McLaughlin. Esta docente, al aceptar trabajar en un barrio lleno de carencias econó-micas, se dio cuenta del desafío. Y en vez de pedir ayuda fuera del barrio, emprendió una colecta de alimentos secos y enlatados utilizan-do a los mismos niños que padecían necesidades. El resultado fue muy gratificante: “me di cuenta que los alumnos descubrían su pertenencia a una comunidad”.

Jill es una persona que sabe cómo proporcionar espiritualidad al lu-

gar de trabajo. No solamente realiza su tarea como maestra, sino que se ejercita en la virtud de la compasión. A veces se piensa que la “espiritua-lidad” se vincula con un retiro, con tiempos generosos para reflexionar, orar y estudiar. La espiritualidad no se limita a una hora en el domingo. La espiritualidad se debe practi-car en el lugar de trabajo, donde muchas personas conviven por lo menos cuarenta horas a la semana.

La Regla de Oro

El lugar de trabajo sería más armonioso y cada trabajador

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Debemos tener un respeto profundo por todos sin importar raza, religión, color, origen étnico o cualquier otra diferencia. Debemos ver a un prójimo en cada uno de nuestros compañeros de trabajo. En la Biblia leemos: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Lv 19,18).

Hubo empresarios norteamerica-nos que desafiaron las conven-

ciones sociales de su país donde prevalecía la segregación racial. Uno de ellos fue S. Truett Cathy que abrió una cadena de restaurantes, convocando como empleados a

afroamericanos.

Debemos respetarnos a nosotros mismos en el lugar de trabajo,

junto con la práctica del respeto a los otros. “Todo lo que esté a tu al-cance hazlo con empeño” (Qo 9,10). Todo trabajo tiene una grandeza maravillosa y siempre contribuye al bien común. Un trabajador de la construcción escribió este poema:

Soy un constructor de edificios…Mis antepasados crearonlos jardines colgantes de Nabuco-donosory con paciencia construyeron el Partenón. Mis sucesores construirán plata-formas espaciales y estaciones en las estrellas. (…) El más poderoso de los rascacie-los comienza con una viga que clavo en el suelo y termina con la vuelta de una llave en la cerradu-ra que instalo.

Alabanza y acción de gracias

Estas acciones han sido forma-lizadas a través de días espe-

ciales. El día de la secretaria, del trabajador, los cumpleaños… Sin embargo, entre todas estas celebra-ciones hay espacio para agradecer, alabar, estimular, dar ánimo, dar impulso, afirmar la autoestima de los que nos rodean.

Todos, absolutamente todos, necesitamos de estos gestos

para vivir. Son como el pan de cada día. Si no se dan experimentamos hambre.

En un juzgado, luego de cinco años de convivencia laboral,

la secretaria tuvo la inspiración de charlar un tiempo con una emplea-

da administrativa que le parecía un poco antipática. El resultado fue inesperado. Precisamente “parecía insociable” porque nunca nadie se había interesado en preguntarle por su familia, por su madre, por sus hermanos. A veces creemos que, poniendo distancia, tendremos las riendas de la conducción de una organización, y es precisamente al revés. El reconocimiento genera confianza y motivación.

Demasiados trabajadores, ge-rentes, supervisores, ejecutivos

son culpables por no escuchar cuando otros hablan y comparten preocupaciones. La escucha es una seria responsabilidad que debe ser estimulada hoy en día.

Integridad personal

La palabra integridad alude a honestidad y sinceridad. Hoy

día se necesitan mucho estas vir-tudes. La hipocresía, la falsedad entre compañeros de trabajo, son fuente de desaliento y desilusión en el lugar de trabajo. En ningún lugar del mundo puede crearse un equipo de trabajo sin confianza en el otro.

Con creatividad, la “imaginación de la caridad” puede hacer

brotar infinidad de buenos gestos y acciones tendientes a crear una atmosfera de armonía en el lugar de trabajo. Sin entorpecer la tarea habitual es posible mejorar la ca-lidad de vida de los compañeros. El trabajo será humanizado y cada uno mantendrá una alta autoestima y voluntad de cooperación.

DIOS EN EL LUGAR DE TRABAJO

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Sobreabundando en calidez, Mariel me recibe en

Olavarría 677, Escuela William Morris contigua a la Iglesia Metodista del barrio La Boca (Buenos Aires, Argentina). Tomamos mate y charlamos durante una hora larga. Al final, antes de despedirnos, me invita a orar tomadas de las manos para dar gracias al Señor por el encuentro.

¿Cómo nació tu vocación por ser pastora?

Cuando mis antepasados llegaron de España se

establecieron en el último pueblo al que llegaba el tren, Bowen, en el sur de Mendoza. Mi bisabuelo tuvo una fuerte discusión con el sacerdote del lugar y se apartó de la comunidad católica. Tiempo después se encuentra en la finca con un colportor (ver

ECUMENISMO

“La iglesia era todo para la familia y para el pueblo y a

mí me encantaba estar en la iglesia…

Acompañar mujeres «trabajadoras sexuales» me cambió la vida. Experimenté una verdadera conversión…”.

“Yo no te voy a preguntar a qué iglesia vas o como adoras, sino si tienes a Jesús en tu corazón y si el otro es tu hermano” (John Wesley, fundador de la Iglesia

Metodista).

por Maria Cecilia Jaurrieta, ofs

MARIEL PONS, PASTORA METODISTA.

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recuadro), de apellido Vallejo, que había sido compañero de armas en una guerra en España.

Por medio de él se conecta con la Iglesia Metodista y así

es que soy cuarta generación de cristianos metodistas. La iglesia era todo para la familia y para el pueblo y a mí me encantaba estar en la iglesia. En un campamento de jóvenes conocí a una pastora

holandesa y para mí fue toda una novedad porque siempre había tratado con pastores varones. Entonces me dije: “¡Yo quiero ser como ella!”. Tenía unos dieciocho años. Tomé entonces la decisión, pero como había que venir a Buenos Aires a estudiar al ISEDET (Instituto Superior Evangélico de Estudios Teológicos) mi mamá no me dejó.

Era el año 1983, y como resurgía la democracia,

me incliné a estudiar Ciencias Políticas y Administración Pública en la Universidad de Cuyo, alcanzando la Licenciatura.

¿Cuál fue el itinerario que seguiste para lograr tu objetivo?

Siempre participaba de las actividades de la Iglesia.

Estudiaba y trabajaba en una cooperativa de transportes, vendiendo boletos. Fue el Pastor Clausen que una vez me llamó y me dijo: “Vos tenés que ir al ISEDET, tenés condiciones, tenés que servir en la Iglesia”. Entonces tenía 24 años. Ya no tenía una visión tan romántica del ministerio, pero sumaba mi trabajo secular. La experiencia de la vida te sirve para adquirir cierta sabiduría práctica que te ayuda a trabajar en una

comunidad. Tardé cinco años. Pero, mientras tanto, uno sirve al lado de un pastor, en un ministerio parecido al acolitado de la Iglesia Católica.

Luego de una tarea pastoral, que no puede ser inferior a

tres años ni mayor de seis, me presentaron como candidata al presbiterado. En ese tiempo se pone a prueba al candidato y el candidato se prueba a sí mismo, acompañado por el Pastor y la Congregación. Entonces ambos, Pastor y Congregación, recomiendan la consagración ministerial a la Asamblea de los responsables de la Iglesia. Luego de aceptada la postulación se hace una celebración de ordenación. Se hace con imposición de manos por parte del Obispo, quien formula las preguntas. Nosotros prometemos obediencia no a la Iglesia, sino a Dios. No hacemos votos de pobreza ni de celibato. Estamos en la iglesia en relación de dependencia y cobramos el sueldo mínimo, vital y móvil. En los hechos hacemos votos de pobreza.

Todos mis estudios, mi preparación previa a la

ordenación, mi casamiento, el nacimiento de mi primera hija, transcurrieron en la Tercera Iglesia Metodista de Constitución, en la Avenida Garay. Allí me ordené y de la celebración participaron varios

MARIEL PONS, PASTORA METODISTA.

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sacerdotes católicos amigos que, a pedido del Obispo, impusieron sus manos sobre mí en su condición de ministros ordenados. Fue el 27 de diciembre de 1998.

¿Cómo está formada tu familia?

Tengo tres hijos: Rocío de 17 años

y mellizos varones de 13, Pedro y Tobías. La familia de mi marido pertenece a la iglesia, pero él no. Es profesor de actividad física. Me acompaña en mi trabajo. A veces se suscita una situación algo cómica. Siempre se piensa que la pastora es la esposa del pastor. En cambio en nuestra iglesia siempre hubo pastoras. Y a veces piensan que mi esposo es el verdadero pastor… y preguntan por él

para consultas espirituales, a lo que tengo que explicar cómo es la relación y quién ejerce el ministerio.

¿Cómo se organiza la tarea pastoral?

Hago lo que hace un cura. Trabajo diez horas por

día, menos los lunes. Imparto los sacramentos. Preparo

todo lo que tiene que ver con las celebraciones dominicales. Además de entrevistas, relaciones con la comunidad, visita a los enfermos.

Le damos mucha importancia al diálogo

ecuménico e interreligioso. Tenemos muy buena relación con la parroquia San Juan Evangelista. Junto con el párroco, estamos presentes en los actos cívicos, a los que nos invita el Gobierno de la

Ciudad.

Hacemos actos devocionales juntos para la Pascua de Resurrección. Una vez, nuestra iglesia fue una estación del viacrucis parroquial. Muchas veces quisiéramos hacer más cosas pero tenemos trabajo y no nos dan los tiempos.

Esta iglesia de la Boca tiene dos escuelas con

todos sus ciclos completos, la William Morris y la Juana

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Manso en Dock Sud. Además del ciclo completo q u i s i é r a m o s tener un terciario con salida laboral.

Los pastores asumimos las capellanías de las escuelas, es decir, la pastoral educativa.

Trabajando en la iglesia de C o n s t i t u c i ó n vino la propuesta de acompañar m u j e r e s t r a b a j a d o r a s sexuales. Eso me cambió la vida. Lo hice durante diez años y experimenté una verdadera conversión. La facultad no te prepara para muchas cosas y ése es un tipo de servicio para el que no estás preparada. Me cambió la mirada sobre muchos temas. Fue un tiempo muy lindo, de muchísima bendición para mi vida.

¿Desde cuándo hay cristianos metodistas en la Argentina?

La primera iglesia metodista es la que está en la calle

Corrientes. Allí iba Sarmiento a practicar su inglés. Y las primeras maestras que

vienen de Estados Unidos son metodistas. Dejan un sello muy importante ya que consideran a la educación como una herramienta de cambio. La iglesia de Mendoza está construida sobre un terreno que fue adquirido con una donación de dinero de estas primeras maestras traídas por Sarmiento.

Los metodistas dejaron su impronta en la educación

y en la salud. John Wesley, su fundador, que vivió en el siglo XVIII, se adelantó a su época al aconsejar medidas de higiene absolutamente desconocidas, como el lavado

de manos antes y después de las cirugías. También escribió libros con consejos para llevar una vida sana. Wesley era anglicano y comienza a predicar contra el trabajo esclavo y la explotación de los mineros.

Él comienza una propuesta innovadora para su época: la escuela para pobres. Eran escuelas para los niños que trabajaban en las minas de carbón, que después dieron origen a las escuelas

dominicales. De la misma manera comienza esta iglesia de la Boca con William Morris, para educar a los niños pobres que trabajaban en el puerto. Estamos hablando de 1890. Primero alquila una piecita que luego fue expropiada para hacer el puente que cruza el Riachuelo. El objetivo era que aprendieran a leer y escribir con la Biblia. Pero muy pronto descubre que hay que alimentarlos. Funda esta Iglesia y también el hogar El Alba.

¿QUÉ ES UN COLPORTOR? LA PALABRA COLPORTOR SURGIÓ EN EL SIGLO XII, APROXIMADAMENTE EN EL AÑO 1173 EN FRANCIA

(COLPORTOUR = QUE PORTA ALGO JUNTO CON OTRO).EN LA CIUDAD DE LYON HABÍA UN COMERCIANTE MUY ADINERADO LLAMADO PEDRO VALDO. LEYENDO LAS

SAGRADAS ESCRITURAS, SE CONVIRTIÓ AL SEÑOR Y SU VIDA CAMBIÓ RADICALMENTE. VALDO COMENZÓ A AMAR LA

PALABRA DE DIOS Y TUVO UN FUERTE DESEO DE COMPARTIRLA CON OTROS, PARA QUE ELLOS TAMBIÉN DISFRUTEN DE LA

FELICIDAD Y ALEGRÍA QUE EL MISMO EXPERIMENTABA. COMO TENÍA MUCHO DINERO, CONTRATÓ COPISTAS, PARA QUE

TRASCRIBIESEN LAS ESCRITURAS EN PEQUEÑOS CAPÍTULOS. LUEGO, OTROS TUVIERON LA MISMA EXPERIENCIA DE VALDO Y AUMENTÓ LA DIVULGACIÓN DE LA PALABRA DE DIOS EN LOS

PUEBLOS Y CIUDADES.EN ESOS TIEMPOS LA LECTURA DE LA BIBLIA ERA UN PRIVILEGIO DE LOS CLÉRIGOS. POR ESTA RAZÓN LOS

COMPAÑEROS DE VALDO COMENZARON A DIVULGAR LAS COPIAS DE LA ESCRITURA SECRETAMENTE, ESCONDIDAS

ENTRE SUS ROPAS. HICIERON BOLSAS QUE COLGABAN DEL CUELLO Y LUEGO LAS CUBRÍAN CON SUS ABRIGOS. CUANDO

ESTOS COLPORTORES SE ENCONTRABAN CON LAS PERSONAS Y HABLABAN DISCRETAMENTE DE LA SALVACIÓN EN JESÚS Y SU PLAN, OFRECÍAN UNA COPIA QUE “PORTABAN”, QUE “TRAÍAN”

EN SUS CUELLOS DE LA PALABRA DE DIOS. ASÍ NACE LA FIGURA DEL COLPORTOR.

¿Qué realidad se “revela” en la escuela?

A la escuela concurren familias de clase media

baja, muchísimos de Provincia que migran porque trabajan en la ciudad.

Recibimos el mismo subsidio de los colegios privados para el sostenimiento de sueldos docentes. No obligamos a nadie a hacerse metodista. Le ofrecemos el acompañamiento pastoral. Los padres saben que se les da orientación cristiana a sus hijos y todos los meses hay celebraciones. Si quieren, pueden prepararse para la comunión. Los docentes no son todos metodistas, pero acompañan al proyecto de la escuela.

Lo que se exige es la idoneidad y la calidad del docente. Como decía John Wesley: “Yo no te voy a preguntar a qué iglesia vas o cómo adoras, sino si tienes a Jesús en tu corazón y si el otro es tu hermano”.

Muchas veces, la realidad es tan dura que nos encontramos con que no hay más una familia… No le podemos cambiar la vida al niño, pero si tratar que el

tiempo que pasa con nosotros sea un tiempo de disfrute. Cuando Juan Bautista de Lasalle funda sus escuelas dice algo así como que “la escuela debe lograr que el niño sienta que es su familia, que el niño quiera volver”.

Ahora pasa al revés, tenemos chicos que no quieren

volver a su casa. Queremos darle el marco de rutinas que sirven para la vida: cumplir lo pactado, llegar a horario... Tenemos 1400 alumnos y en ambas escuelas los docentes están comprometidos con la tarea. Son los primeros en detectar los problemas. Me dicen: “¡Habla con tal chico!”.

¿Qué actividades tiene la comunidad?

Lassociedades femeninas se reúnen y son las servidoras

de la comunidad. Hay otros espacios de encuentro donde no se habla ni de religión ni de política. Hay un día de Iglesia abierta: los viernes a la tarde. Hay preparación de catequesis. Hay un grupo de mujeres con distintas problemáticas para ayudarse debido a que pasan situaciones difíciles. Los domingos se da la celebración.

¿Cómo te vinculaste a SOBICAIN?

En los encuentros ecuménicos de la Palabra, que se

reúnen hace unos diecisiete años, conocí muchas personas vinculadas con el trabajo ecuménico del Arzobispado de Buenos Aires.

En una oportunidad, estuvo presente en Buenos Aires el Director Internacional de SAN PABLO y pidió que algún religioso hablara sobre el apóstol Pablo. Se deslizó mi nombre y me acerqué para rechazar la invitación porque sentía que era demasiado para mí. Sin embargo, el padre paulino Rubén Darío me convenció y participé del encuentro. Desde entonces se estableció el vínculo. La hermana María de la Paz me convocó para dar distintos cursos presenciales y virtuales.

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SOBICAIN es la sigla de la SOCIEDAD BIBLICA INTERNACIONAL fundada

por el visionario Beato Santiago Alberione en 1924, para la animación

bíblica de la pastoral. Actualmente, no sólo dicta cursos presenciales,

sino que ha desarrollado un espacio virtual donde capacitar agentes de

pastoral:

www.sanpablocampus.comwww.sanpablo.com.ar

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ORACIONEl Papa Francisco elevó esta

oración el domingo 8 de junio, en el Vaticano, durante la invo-cación por la paz para Oriente

Medio, ante los presidentes israelí y palestino, Simon Peres

y Mahmud Abbas.

ORACION POR LA PAZ.

¡Señor, Dios de paz, escucha nuestra súplica! Hemos intentado muchas veces y durante muchos años resolver nuestros conflictos con nuestras fuerzas, y también con nuestras armas; tantos momentos de hostili-dad y de oscuridad; tanta sangre derramada; tantas vidas destrozadas; tantas esperanzas abatidas... Pero nuestros esfuerzos han sido en vano.

Ahora, Señor, ayúdanos tú. Danos Tú la paz, enséñanos Tú la paz, guíanos Tú hacia la paz. Abre nuestros ojos y nuestros corazones, y danos la valentía para decir: «¡Nunca más la guerra!»; «con la guerra, todo queda destruido». Infúndenos el valor de llevar a cabo gestos concretos para construir la paz. Señor, Dios de Abraham y de los Profetas, Dios amor que nos has creado y nos llamas a vivir como hermanos,

danos la fuerza para ser cada día artesanos de la paz; danos la capacidad de mirar con benevolencia a todos los hermanos que encontramos en nuestro camino.

Haznos disponibles para escuchar el clamor de nuestros ciudadanos que nos piden transformar nuestras armas en instrumentos de paz, nuestros temores en confianza y nues-tras tensiones en perdón. Mantén encendida en nosotros la llama de la espe-ranza para tomar con paciente perseverancia opciones de diálogo y reconciliación, para que finalmente triunfe la paz. Y que sean desterradas del corazón de todo hombre estas palabras: división, odio, guerra.

Señor, desarma la lengua y las manos, renueva los corazones y las mentes, para que la palabra que nos lleva al encuentro sea siempre «hermano», y el estilo de nuestra vida se convierta en shalom, paz, salam. Amén.

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En las vísperas del día 13 de junio de 1231, mientras San

Antonio vivía los últimos instantes de su vida terrenal, quiso dedicar a la Virgen María su última canción, sellando así su ferviente devoción a la Madre de Dios, a la que había permanentemente amado y “defendido” en sus prerrogativas, revelándose al mismo tiempo como un sutil teólogo y poeta.

Uno de sus primeros biógrafos, relatando la muerte de Antonio,

escribe: “Comenzó a recitar devotamente a su bendita Señora el himno O Gloriosa Dómina (Oh Gloriosa Señora), invocando su ayuda, más sublime que las estrellas, para que, cual fúlgida

puerta y atrio del cielo, le abriera la entrada del paraíso. ¡Oh feliz y devoto amigo de la Virgen… estás ahora introducido, acompañado por Ella, a los eternos premios del cielo!” (Rigaldina 10,13b-14).

Una joya preciosa en la mariología de San Antonio, es su doctrina

sobre la Asunción de María en alma y cuerpo a la gloria celestial. La definición dogmática de esta verdad se dio solamente a mitad del siglo XX, pero para nuestro Doctor Evangélico, que bien puede ser llamado también Doctor Mariano, el dogma ya estaba resuelto, a tal punto que en la constitución apostólica Munificentissimus Deus del 1° de noviembre de 1950, con

la cual el Papa Pío XII proclamó solemnemente la Asunción de la Virgen María, a San Antonio se le reconoce un lugar eminente en la cadena de los testimonios que desde la era apostólica hasta nuestros días, han inspirado el dogma:

“Entre los sagrados escritores que en este tiempo, sirviéndose

de textos escriturísticos o de semejanza y analogía, ilustraron y confirmaron la piadosa creencia de la Asunción, ocupa un puesto especial el doctor evangélico San Antonio de Padua. En la fiesta de la Asunción, comentando las palabras de Isaías «Glorificaré el lugar de mis pies» (Is 60, 13), afirmó con seguridad que el divino Redentor

ESPECIAL SAN ANTONIO SAN ANTONIO EL CANTOR DE MARÍAEl Doctor Evangéli-co nació en Lisboa, pero murió en Pa-dua, y de ahí su

apellido hagiográfi-co. Ingresó franci-scano en Coímbra; pero su apostolado lo realizó en el sur de Francia y en el

norte de Italia, don-de se revelaron sus excepcionales talen-tos de predicador. Escribió sermones, llenos de ciencia y de elegancia.

Se conservan seis sermones sobre la

Santísima Virgen, de la que era devotísi-

mo. Fue un gran mariólogo de la alta

Edad Media.

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Dice Jeremías: “Solio (trono) de la gloria, exaltado desde el comienzo, lugar de nuestra santificación, esperanza de Israel” (17,12 13). El solio, como un sólido asiento, es llamado así del verbo “sentarse”. Solio (trono) de gloria fue la bienaventurada María, que en todo fue sólida e íntegra. En ella tomó asiento la gloria del Padre, o sea, el Hijo sabio o, más bien, la misma Sabiduría, cuando de ella asumió la carne.Dice el Salmo: “Para que la gloria habite en nuestra tierra” (84,10). De veras, la gloria de las alturas, o sea, de los ángeles, habitó en tierra, o sea, en nuestra carne. La bienaventurada María fue solio de la gloria, o sea, de Jesucristo, quien es la gloria de las alturas, o sea, de los ángeles. Dice el Eclesiástico: “Firmamento de la altura es su belleza, esplendor del cielo en una visión de gloria” (43,1).

Jesucristo es “el firmamento (sostén) de la altura”, o sea, de la

sublimidad angélica, que El mismo afianzó, mientras el ángel apóstata con sus secuaces se precipitaba. Se lee en Job: “¿Tú, quizás, fabricaste con El los cielos, que son solidísimos como fundidos”, o fundados, “en el bronce?” (37,18). Como si dijera: “¿No fue, quizás, la sabiduría del Padre que fabricó los cielos, o sea, la naturaleza angélica?”. En efecto, “en el principio Dios creó el cielo” (Gen 1,1). Y por cielo se entiende tanto el continente como el contenido. “Después que los ángeles que pecaron fueron arrastrados con las cadenas al infierno” (2Pe 2,4), los ángeles buenos, que permanecieron unidos al Sumo Bien, fueron confirmados en la estabilidad como en el bronce.

En la durabilidad del bronce está figurada la eterna estabilidad de

los ángeles. Jesucristo, “firmamento

ha glorificado de modo excelso a su Madre amadísima, de la cual había tomado carne humana. «De aquí se deduce claramente, dice, que la bienaventurada Virgen María fue asunta con el cuerpo que había sido el sitio de los pies del Señor». Por eso escribe el salmista: «Ven, ¡oh Señor!, a tu reposo, tú y el Arca de tu santificación». Como Jesucristo, dice el santo, resurgió de la muerte vencida y subió a la diestra de su Padre, así «resurgió también el Arca de su santificación, porque en este día la Virgen Madre fue asunta al tálamo celeste»... (29).Por tanto, después de elevar a Dios muchas y reiteradas preces e invocar la luz del Espíritu de la Verdad, para gloria de Dios omnipotente, que otorgó a la Virgen María su peculiar benevolencia; para honor de su Hijo, Rey inmortal de los siglos y vencedor del pecado y de la muerte; para acrecentar la gloria de esta misma augusta Madre y para gozo y alegría de toda la Iglesia, por la autoridad de Nuestro Señor Jesucristo, de los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo y por la nuestra, pronunciamos, declaramos y definimos ser dogma de revelación divina que la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, cumplido el curso de su vida terrena, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celeste” (44).

La Iglesia celebra la solemnidad de la Asunción de María el

día 15 de agosto. “Según una tradición local -escribe Fray Vergilio Gamboso-, que surgió mucho tiempo después de la muerte del Santo, Fray Antonio habría nacido un 15 de agosto, día en el cual se festejaba (y se sigue festejando) la gloriosa Asunción de la Virgen en alma y cuerpo. Una coincidencia interesante para quien habría de ser, en su vida y en sus escritos, el

apóstol de este admirable privilegio mariano. No hay que olvidar que la iglesia catedral de Lisboa (donde el Santo fue bautizado), como la humilde capilla de la Porciúncula (Ntra. Sra. de los Ángeles) en Asís, la pequeña iglesia de Arcella (donde el Santo murió), y la capilla de Santa Maria Mater Domini (donde Fray Antonio fue enterrado), están todas dedicadas a la Asunción de María”.

En el siglo XIII, los teólogos discutían sobre la autenticidad

de la Asunción de la Virgen y las opiniones no siempre coincidían. Un predicador franciscano del siglo XV, el húngaro Pelbarro de Temeswàr, en su Stellarium coronae gloriosissimae Virginis escribió: “La mañana de la vigilia de la Asunción, el 14 de agosto de un año no precisado, Antonio cometió una desobediencia. Se rehusó a participar en el rezo del matutino, quedándose a rezar a solas en su celda. Lo turbaba el escuchar la lectura del Martirologio (de Usuardo), que parecía insinuar algunas dudas sobre el insigne privilegio mariano. Se le apareció la Virgen y lo confirmó en su fe, liberándolo de esa molestia”.

Pero escuchemos lo que escribió San Antonio, el “Cantor de

María”, en el Sermón para la Asunción de la beata Virgen María.

ASUNCIÓN DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARIA

Exordio

La dignidad de la Virgen gloriosa

“Como un vaso de oro macizo, adornado con toda clase de

piedras preciosas; como un olivo que se expande y como un ciprés que se eleva hacia lo alto” (Sir 50,10 11).

SAN ANTONIO EL CANTOR DE MARÍA

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de la sublimidad angélica”, es también su belleza. A aquellos a los que consolida con la potencia de su divinidad, los sacia con la belleza de su humanidad. Hay también el esplendor del cielo, o sea, de todas las almas que habitan en los cielos; y ese esplendor consiste en la visión de la gloria. Mientras contemplan cara a cara la gloria del Padre, ellos también resplandecen de la misma gloria. ¡Miren, pues! ¡Qué grande es la dignidad de la gloriosa Virgen, que mereció ser Madre de aquel que es “el firmamento” y “la belleza de los ángeles”, y el esplendor de todos los santos!

Digamos, pues: “Solio de la gloria de la

altura, desde el principio”; o sea, desde la creación del mundo, la dichosa María fue predestinada a ser la madre de Dios con potencia, según el Espíritu de santificación (Rom 1,4). Por ende añade: “Lugar de nuestra santificación y esperanza de Israel”. La santa Virgen fue lugar de nuestra santificación, o sea, del Hijo de Dios que nos santificó. El mismo dice en Isaías: “El abeto y el boj y el pino vendrán juntos para adornar el lugar de mi santificación; y yo glorificaré el lugar donde se posan mis pies” (60,13).

El abeto se llama así, porque más que los demás árboles

va hacia lo alto (asonancia entre abies, abeto, y ab eo, voy, subo), y simboliza a los que contemplan las cosas celestiales. El boj no se yergue a lo alto ni tiene fruto, pero tiene un verde perenne; y simboliza a los neo-creyentes que conservan la fe de un perenne verdor. El pino es llamado así por la forma aguda de sus hojas. Los antiguos llamaban “agudo” al pino. Y simboliza a los penitentes que, conscientes de sus pecados, con la agudeza de la contrición punzan el corazón,

para hacer brotar la sangre de las lágrimas.

Todos ellos, o sea, los contemplativos, los fieles y los

penitentes, en esta solemnidad vienen a adornar (honrar) con la devoción, con la alabanza y con la predicación a la bienaventurada María, que fue el lugar de la santificación de Jesucristo, en la que

el mismo se santificó. Dice Juan: “Por ellos yo me santifico a mí mismo”, de una santificación creada, “para que ellos también sean santificados en la verdad” (17,1 9), en mí, que en mí mismo, el Verbo, me santifico a mí mismo como hombre, o sea, por medio de mí, el Verbo, me colmo de todos los bienes.“Y glorificaré el lugar de mis pies”. Los pies del Señor significan su humanidad. Por esto Moisés dice: “Los que se acercan a sus pies, acogerán su doctrina” (Dt 33,3). Nadie puede acercarse a los pies del Señor, si antes, como manda el Éxodo, “no desata sus sandalias” (3,5); o sea, no se quita las obras muertas de sus pies, o sea, de los afectos de su mente. Acércate, pues, con los pies desnudos, y acogerás su doctrina. Dice Isaías: “¿A quién

enseñará la ciencia y a quién le hará comprender lo que oye? A los niños destetados, que acaban de dejar el pecho” (28,9). El que se aleja de la leche de la mundana concupiscencia y se separa de las mamas de la gula y de la lujuria, merecerá ser amaestrado en la ciencia divina en la vida presente y oír en la vida futura: “¡Vengan, benditos de mi Padre!”.

El lugar de los pies del Señor fue la feliz

María, de la que asumió la humanidad; y hoy glorificó este “lugar”, porque la exaltó por encima de los coros de los ángeles. Por esto comprendes claramente que la bienaventurada Virgen fue elevada al cielo también con el cuerpo, que fue el “lugar” de los pies del Señor. Se lee en el Salmo: “Levántate, Señor, y entra en el lugar de tu reposo: tú y el arca de tu santificación” (131,8). Se levantó el Señor, cuando subió a la derecha del Padre. Se levantó también el arca de su santificación, cuando en este día la Virgen Madre fue asumida a la gloria celestial.

En el Génesis está escrito que el arca se detuvo

sobre los montes de Armenia. Armenia se interpreta “monte separado”, y simboliza la naturaleza angélica, que se llama “monte” en relación con los ángeles que fueron confirmados (en gracia), y “separado” en relación con los que fueron precipitados (en el infierno). El arca del verdadero Noé, que “nos hizo descansar de nuestras fatigas, en la tierra maldecida por el Señor” (Gen 5,29), se detuvo en este día sobre los montes de la Armenia, o sea, por encima de los coros de los ángeles.

Para alabanza de la misma Virgen, que es la expectación de

Israel, o sea, del pueblo cristiano, y para mayor lustre de una festividad tan grande, vamos a exponer la

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LA DEVOCIÓN A NUESTRA SEÑORA, SAN ANTONIO LA EXPRESA EN CINCO ELEMENTOS:

1. EN ALABAR A MARÍA, COMO LA MUJER DEL

EVANGELIO. DICE TAMBIÉN: “POR EL SÁBADO QUE PASÓ MARÍA JUNTO AL SEPULCRO DE CRISTO, EN SU HONOR

CELEBRAMOS EL SÁBADO LOS FIELES CRISTIANOS”.

2. MEDITAR, CONTEMPLAR Y VIVIR LOS MISTERIOS, ES DECIR, LOS DE CRISTO Y DE

MARÍA.

3. INVOCÁNDOLA CONTINUAMENTE, COMO LO

HACÍA EL SANTO DESDE NIÑO: “CLAMEMOS EN TODA HORA Y

MOMENTO: AVE MARÍA”.

4. EN IMITAR SUS VIRTUDES Y EN UN AMOR DILIGENTE: PRACTICAR LA VIRTUD POR

AMOR A JESÚS-MARÍA.

5. EN LAS PÚBLICAS ALABANZAS Y EN PREDICAR

SUS PRIVILEGIOS, EN LA CELEBRACIÓN DE SUS

FIESTAS, COMO LO HACÍA ÉL, PREDICADOR INCANSABLE DE

LAS GLORIAS DE MARÍA.

cita predicha: “Como vaso de oro macizo, adornado con toda clase de piedras preciosas, como olivo que se expande y como ciprés que sube a lo alto” (Sir, SO, 10 11).

SANTIDAD Y GLORIA DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA

Presta atención a estos tres elementos: el vaso, el olivo y el ciprés.

La bienaventurada María fue “un vaso” por la humildad, “de oro”

por la pobreza, “macizo” por la virginidad, “adornado con toda clase de piedras preciosas” por los carismas y privilegios. La concavidad del vaso lo hace adecuado para recibir lo que se le vierte; y por ende simboliza la humildad, que acoge la gracia de las infusiones celestiales. En cambio, el orgullo inhibe tales infusiones.

El Señor, en el Éxodo, ordenó que en el

altar se cavara una fosa, en la que se guardaran las cenizas del sacrificio (27,4). En la fosa de la humildad se guarda la ceniza, o sea, el recuerdo de nuestra mortalidad. Y del penitente dice Jeremías: “Pondrá su boca en la sepultura” (Lam 3,29); o sea, hablará de la sepultura que seguirá a su muerte. Se dice en el Génesis que “Abraham sepultó a Sara en una doble caverna, que miraba hacia Mambré” (23,19). La doble caverna es la humildad del corazón y del cuerpo, en la que el justo debe sepultar su alma, fuera del tumulto de las cosas seglares. Y esta humildad debe mirar hacia Mambré, que se interpreta “transparencia”, e indica el esplendor de la vida eterna y no de la gloria temporal. Hacia ella miró la humildad de la bienaventurada virgen; y por esto

mereció “ser mirada” (Lc 1,48).

Y como la humildad se conserva con la pobreza, por eso se

dice vaso “de oro”. Y con razón la pobreza es llamada “oro”, porque vuelve ricos y esplendentes a los que la poseen. Donde hay la verdadera pobreza, allí hay lo que es suficiente; en cambio, donde hay abundancia, allí hay indigencia. Por esto dice el filósofo Walther: “Raramente hay un daño que no venga de la abundancia”. Y Séneca: “No considero pobre aquel a quien basta lo poco que le sobra”.

Dice Bernardo: “En el cielo había abundancia de todas las

cosas; sólo faltaba la pobreza. En cambio, la pobreza abundaba en la tierra; pero el hombre no conocía su valor. Vino, pues, el Hijo de Dios a buscarla, para hacerla preciosa con su aprecio”. De este oro se dice en el Génesis que “en la tierra de Hevilá nace el oro, y el oro de esa tierra es óptimo” (2,11 12). Hevilá se interpreta “parturienta”; y es figura de la dichosa Virgen, que dio a luz al Hijo de Dios y lo envolvió con los pañales de la áurea pobreza.

¡Oh espléndido oro de la pobreza! El que no te posee, aunque tuviera todo lo demás, ¡nada posee! Las cosas temporales hinchan; e, hinchando, vacían. En la pobreza hay la alegría, y en las riquezas la tristeza y la lamentación. Dice Salomón: “Más vale un mendrugo seco con alegría que un novillo cebado con discordia, o una casa llena de reses faenadas”, o con las riquezas acumuladas con violencia a daño de los pobres. Y de nuevo: “La mente tranquila es como un perenne banquete. Más vale poco con el temor del Señor

que grandes tesoros que no sacian”. Y también: “Más vale habitar en un país desierto o sea, en la pobreza que con una mujer pendenciera y de mal genio”, o sea, en la abundancia de las cosas materiales. Y en fin: “Más vale habitar en un rincón de la terraza”, o sea, en la humildad de la pobreza, “que compartir la casa con una mujer peleadora” (Prov 17,1; 15,15 16; 21,19; 21,9).

Y porque la humildad y la pobreza de la

bienaventurada María fueron adornadas con la integridad de la virginidad, por eso el texto sagrado añade: “Vaso de oro macizo”.

La feliz Virgen fue “maciza” por la virginidad, y por eso pudo contener la Sabiduría. En cambio, dice Salomón, “el corazón del necio es como un vaso rajado, que no puede contener la sabiduría” (Sir 21,17). Este vaso fue hoy adornado con toda clase de piedras preciosas, o sea, con todo privilegio de dones celestiales. Juntó en sí los méritos de todos los santos, aquella que engendró al Creador y al Redentor de todos.

Acerca de este vaso, adornado con toda clase de piedras preciosas,

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tenemos u n a

concordancia en el libro de Ester, donde se dice que “cuando le tocó el turno de presentarse delante del rey, Ester no buscó adornos femeninos y no pidió nada fuera de lo que le indicaba Hegué, el custodio de las vírgenes. Ella era muy agraciada y de increíble belleza; y aparecía amable y graciosa a los ojos de todos. Fue llevada a la cámara del rey Asuero. Y el rey la amó más que a todas las demás mujeres y puso sobre su cabeza la diadema real” (2,15 17). Ester se interpreta “escondida”, Hegué “solemne” y Asuero “bienaventuranza”.

Ester es figura de la santa Virgen María que permaneció

escondida y cerrada por todas partes; y el ángel mismo la halló en un escondrijo.Hegué, custodio de las vírgenes, es figura de Jesucristo. Conviene que a las vírgenes sea asignado tal custodio, que es solemne y es eunuco: solemne y festivo, para no contristar a los pusilánimes; y eunuco, para no ofender la integridad de las vírgenes, sino para custodiarla. Y está bien que estas dos cualidades estén juntas, porque a menudo sucede que el afecto se desvanece con la excesiva alegría, o que el casto afecto se acompañe a una exagerada severidad.

Cristo tuvo en sumo grado ambas cualidades, y por eso

resulta el más perfecto custodio de las vírgenes. Como Hegué, salió alegremente al encuentro de las mujeres, diciéndoles: “¡Salud a

ustedes!” (Mt 28,9). Pero hizo esto sólo después de la resurrección, cuando su cuerpo ya era inmortal. Antes, fue tan reservado que no se lee que haya saludado a mujeres. “También los apóstoles -como dice Juan-, se maravillaron que hablara con una mujer” (4,27).

Este Custodio (Cristo) adornó a nuestra Ester, o sea, a la

bienaventurada Virgen tanto más ricamente en cuanto ella para nada buscó adornos femeninos. Tampoco quiso tenerse a sí misma ni a algún otro como “adornador”, sino que totalmente se confió a la voluntad del Custodio, quien la adornó de modo tan sublime, que hoy ella es exaltada por encima de los ángeles.

Esta nuestra Ester fue muy agraciada, cuando la saludó

el ángel; fue de increíble belleza, cuando sobrevino el Espíritu Santo; y fue amable y graciosa a los ojos de todos, cuando concibió al Hijo de Dios.

Después de haber concebido al Hijo de Dios, su rostro llegó a

ser tan esplendente por el fulgor de la gracia, que ni el mismo José podía fijar la mirada en ella. Y no debemos asombrarnos. Si los hijos de Israel no podían fijar sus ojos en el rostro de Moisés, por el esplendor de ese rostro, aunque fuera efímero (2Cor 3,7); dice también el Éxodo: “Aarón y los israelitas, al ver tan radiante el rostro de Moisés, después de haber conversado con el Señor, tuvieron miedo de acercarse a él” (34,29 30); tanto menos José se atrevía a acercarse y a fijar la mirada en el rostro de la Virgen gloriosa, esplendente por los rayos del verdadero Sol, que llevaba en el seno. En efecto, el verdadero Sol estaba como cubierto por una nube, y a través de los ojos y del rostro de su Madre despedía rayos de áureo fulgor.

Este rostro está embellecido con todas las gracias y es estupendo

a los ojos de los ángeles. Ellos desean fijar su mirada en ese rostro, porque brilla como el sol, cuando resplandece en todo su fulgor. Y la

feliz Virgen es amable y graciosa a todo el mundo; y por eso fue digna de acoger al Salvador.

Esta nuestra Ester, hoy, es llevada por las manos de los ángeles

hasta la cámara del rey Asuero, o sea, hasta el etéreo tálamo, en el cual sobre un trono de estrellas está sentado el Rey de los reyes, la bienaventuranza de los ángeles, Jesucristo, que amó a la Virgen gloriosa más que a todas las mujeres y de la que tomó carne humana. Y ella, delante de Él, halló gracia y misericordia por encima de todas las mujeres.

¡Oh incomparable dignidad de María! ¡Oh inefable sublimidad

de la gracia! ¡Oh inescrutable abismo de misericordia! ¿Cuándo, pues, a un ángel o a un hombre les fueron dadas o les serán dadas una gracia tan grande y una misericordia tan sublime, cuantas le fueron dadas a la bienaventurada Virgen, a quien Dios Padre quiso que fuera la madre de su propio Hijo, igual a sí mismo y engendrado antes de todos los siglos? Grandísimas serían la gracia y la dignidad, si alguna pobrecilla mujer tuviera un hijo con el emperador. A todas luces, superior a toda gracia fue la de la bienaventurada María, que tuvo un Hijo en común con Dios Padre; y por ende hoy mereció ser coronada en el cielo.Y se añade: “Y puso sobre su cabeza la corona del reino”. Dice Salomón en el Cantar de los Cantares: “Hijas de Jerusalén, salgan y contemplen al rey Salomón con la diadema, con la que lo coronó su madre, en el día de sus bodas” (3,11). La dichosa María coronó al Hijo de Dios con la diadema de la carne humana en el día de sus desposorios, o sea, en el día de la concepción del Hijo, por la cual la naturaleza divina, como un esposo, se unió a la naturaleza humana, como una esposa, en el tálamo de la misma Virgen. Por eso su Hijo en este día coronó a la Madre con la diadema de la gloria celestial.

¡Salgan, pues, y contemplen a la Madre de Salomón con la

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diadema con la cual la coronó su Hijo en el día de su Asunción! Con toda razón, pues, se dice: “Como un vaso de oro macizo, adornado con toda clase de piedras preciosas”.

“COMO UN OLIVO QUE SE EXPANDE”

El olivo es el árbol, la aceituna el fruto y el jugo el aceite. El

olivo, ante todo, produce una flor perfumada, de la que se forma la aceituna, que antes es verde, después es rojiza y en fin llega a la madurez.

La bienaventurada Ana fue como el olivo, del que brotó la cándida

flor de incomparable perfume, o sea, la bienaventurada María, que fue “verde” en la concepción y en la natividad del Hijo de Dios. Se dice “verde” (viridis) en cuanto conserva la fuerza (vím). La bienaventurada Virgen permaneció “verde” en la concepción y en la natividad del Salvador y conservó la fuerza de la virginidad. Permaneció virgen antes del parto y en el parto; fue roja en la pasión del Hijo, cuando “la espada traspasó su alma” (Lc 2,35); y llegó a la madurez hoy en la solemnidad de su asunción, germinando, o sea, floreciendo con alegría, en la bienaventuranza de la gloria celestial.

Por eso, compartiendo su alegría, cantamos en el introito de la

misa de hoy: “Alegrémonos todos en el Señor”. En la misa se lee el evangelio: “Jesús entró en una aldea” (Lc 10,38). Aldea se dice en latín castéllum, castillo, o castrum, fortificación, y suena casi como casto, o que allí fue cercenada la libido. El enemigo, cuando asalta con ímpetu la fortificación desde el exterior, impide que los habitantes se entreguen a la molicie o sean contaminados por la lujuria. La vehemencia de la batalla contra la fortificación elimina el estímulo de la libido.

Observa que el castillo consta de un muro que lo circunda y de

una torre en el centro. El castillo es la bienaventurada María, que brilló con el esplendor de una castidad

perfecta; y por eso en ella entró el Señor. La muralla que la defendía, rodeando la torre, fue la virginidad. Y la torre que defendía la muralla, fue su fe. Y la torre se llama así, porque es (en latín) teres, o sea, enhiesta y alta. La humildad de la bienaventurada María fue enhiesta y alta: “enhiesta”, porque sólo miró a aquel que a su vez “miró su humildad”; y “alta”, porque, cuando ella pronunció las palabras de la humildad: “He aquí la esclava del Señor”, fue elegida reina del cielo.

La Virgen María fue a la vez “Marta” y “María”. Fue “Marta”, cuando

envolvió al niño Jesús en pañales, cuando lo recostó en el pesebre, cuando lo amamantó con su pecho lleno de cielo, cuando con El huyó a Egipto y cuando con El regresó a la patria; y fue “María”, cuando, como dice Lucas, “conservaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón” (Lc 10,38...; y 2, 19).

“COMO CIPRÉS QUE SUBE A LO ALTO”

La bienaventurada María, como un ciprés, hoy se elevó más en

alto que todos los ángeles.A este propósito tenemos una concordancia en Ezequiel: “Sobre el firmamento, que estaba por encima de las cabezas de los cuatro seres vivientes, apareció algo como una piedra de zafiro, con figura de trono; y encima de esta especie de trono, en lo más alto, una figura con semblanza de hombre” (1,26).

En los cuatro seres vivientes están representados todos los

santos, adornados con las cuatro virtudes e instruidos en la doctrina de los cuatro evangelios. En el firmamento están indicados los ejércitos angélicos, confirmados por la potencia del Omnipotente. En el trono está figurada la bienaventurada Virgen María, en la cual el Señor se humilló, cuando de ella recibió la carne humana. El Hijo del hombre es Jesucristo, Hijo de Dios y del hombre.

En la gloria celestial, que está por encima de la cabeza de los cuatro

seres vivientes, o sea, de todos los santos, hay el firmamento, o sea, los

ángeles y por encima de los ángeles, el trono, o sea, la bienaventurada Virgen; y por encima del trono, el Hijo del hombre, Jesucristo. Sobre el “trono”, consulta el sermón del V domingo después de Pentecostés, sobre el evangelio: “La multitud se amontonaba alrededor de Jesús”. Por la piedra de zafiro, consulta el sermón de la Anunciación: “Yo soy como el rocío”.

Te suplicamos, Señora nuestra e ínclita Madre de Dios,

exaltada por encima de los coros de los ángeles, que llenes el vaso de nuestro corazón con la gracia celestial; que nos hagas resplandecer con el oro de la sabiduría; que nos sostengas con la potencia de tu intercesión; que nos adornes con las preciosas piedras de tus virtudes y que derrames sobre nosotros, oh aceituna bendita, el aceite de tu misericordia, con el que cubras la multitud de nuestros pecados; y así merezcamos ser elevados a las alturas de la gloria celestial y vivir eternamente dichosos con los bienaventurados.

Dígnese concedérnoslo Jesucristo, tu Hijo, que en

este día te exaltó por encima de los coros de los ángeles, te coronó con la diadema del reino y te colocó en el trono del eterno esplendor. A El sean honor y gloria por los siglos eternos.

Y toda la Iglesia responda: ¡Amén! ¡Aleluya!

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LA ALEGRIA DEL EVANGELIO

DOCUMENTOS

Primera Exhortación Apostólica del Papa Francisco, donde in-terpela a gobiernos,

empresas y personas con fuertes críticas a la ilimitada libertad de mercado y a la exacer-bación del consumo.

por Dra. Orquídea A. Díaz Maseda

“La vocación de un empre-sario es una noble tarea, siempre que se deje interpe-lar por un sentido más am-plio de la vida; esto le per-mite servir literalmente al bien común, con su esfuer-zo por multiplicar y volver más accesibles para todos los bienes de este mundo”, nos dice el padre Jorge Mario Bergoglio, hoy Papa Franci-sco, en la Exhortación Apo-stólica “Evangelii Gaudium”. El documento papal hace un llamado a toda la política económica para que se estructure sobre la base del respeto a la dignidad hu-mana y la búsqueda del bien

común. El men-saje del papa F r a n c i s c o no sólo in-terpela sino que tam-bién provoca cuando so-stiene que: “Así como el manda-miento de «no matar» pone un lími-te claro para asegurar el valor de la vida huma-

na, hoy tenemos que decir «no a una economía de exclu-sión e iniquidad». Porque esa economía mata.”, enfatiza el Papa.

En su primera Exhorta-ción Apostólica “Evan-

gelii Gaudium” (La Alegría del Evangelio), dirigida con carácter pastoral a los católi-cos, Papa Francisco sostiene que la economía debe ser en-tendida como el arte de admi-nistrar de manera adecuada y eficiente los bienes, sin exclu-sión de personas y cuidando la naturaleza, regalo de la cre-ación.

Exhorta a ocuparse de los pobres y a trabajar para

que a cada ser humano le lle-gue, no sólo lo indispensable para subsistir, sino lo necesa-rio para avanzar y desarrollar-se como persona (acceso a la salud, a la educación, a la vivienda, al esparcimiento…). Sostiene que “Los planes asi-stenciales, que atienden cier-tas urgencias, sólo deberían pensarse como respuestas pasajeras. Mientras no se re-suelvan radicalmente los pro-blemas de los pobres, no se resolverán los problemas del mundo”. Hace un claro llamado a no dar

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supremacía al dinero, interpe-lando no sólo a gobernantes y empresarios, sino también al “ciudadano de a pié” al-canzado por “la globalización de la indiferencia” que, según palabras de papa Francisco, hace que “perdamos la calma si el mercado ofrece algo que todavía no hemos comprado”, mientras observamos con in-diferencia las vidas truncadas que pasan a nuestro lado, como “mero espectáculo”.

En su Exhortación, el Pontífice rechaza que el

mundo esté gobernado por la ambición de poder y tener, y sostiene que el ser huma-no debe ser el centro de toda política. Este es su ideal: “el ser humano en el centro de toda política”. El firme rechazo a la “teoría del derrame”, que confía en que el crecimiento por sí mi-smo provoca una mejora en la situación social, pero jamás confirmada en los hechos, ex-presa según Papa Francisco “una confianza burda e inge-nua en la bondad de quienes detentan el poder económico y en los mecanismos sacrali-zados del sistema”.

El rechazo a la “teoría del derrame” y la postura a

favor de intervenciones del Estado para orientar la mar-cha de la economía hacia la inclusión de los marginados, de los pobres, son quizá las afirmaciones de Papa Franci-sco más cercanas a una teoría económica.

Cuando el Santo Padre advierte sobre los efectos negativos de las políticas económicas que no ponen a la persona en el centro de las mismas, debemos interpretar que, lo por él expresado, es un llamado a humanizar el sistema y a abandonar la absolutización de sus principios, como el de la libertad de mercado.

Nos dice expresamen-te “Las ganancias de

pocos crecen exponencial-mente y las de la mayoría se quedan cada vez más lejos del bienestar de esa minoría. El desequilibrio proviene de ideologías que defienden la autonomía absoluta de los mercados y la especulación financiera”. Las críticas al sistema están a la vista de todos. El “siste-ma” por definición, ha sido y sigue siendo el libre mercado que, llevado al extremo, se ha convertido en un nuevo dios, que produce los desvíos que el Papa Francisco denuncia y señala en su Exhortación Apostólica. Por eso es impor-tante la acción del Estado para compensar el desequilibrio, y hacer una economía más hu-mana, más personal.

El arzobispo Víctor Manuel Fernández, rector de la

Universidad Católica Argen-tina (UCA), analizando la Exhortación Apostólica sostie-ne que: “La economía tiene la noble función de aumentar la

riqueza, mejorar los bienes y hacerlos circular para nivelar para arriba, pero se necesitan acciones que permitan la inte-gración social y el desarrollo de los que tienen menos posi-bilidades”.

Papa Francisco, no sólo reclama

la intervención del Estado, sino que reclama la interven-ción y el compromiso de toda la sociedad. Y sigue diciendo en su Exhortación Apostólica: “Mientras no se resuelvan ra-dicalmente los problemas de los pobres, renunciando a la autonomía absoluta de los mercados y de la especula-ción financiera y atacando las causas estructurales de la ini-quidad, no se resolverán los problemas del mundo”.

Me pregunto: ¿es posi-ble una economía con

sensibilidad por lo huma-no, como nos propone el Papa? Y sí, es posible. Si nos manejamos con coherencia entre la palabra que pronun-ciamos con la conducta que desarrollamos, con una ética no ideologizada que condene la corrupción y la evasión fi-scal egoísta, es posible hacer realidad la propuesta del Papa Francisco.

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PSICOLOGIA

Es una pregunta que los padres se hacen a menudo. Los resultados de dos investigacio-

nes.

por Dra. Mónica Borile

¿CÓMO TRATAR CON LOS HIJOS ADOLESCENTES?

Por un lado, el psicólogo Jeff Cookston, de la San

Francisco State University de Estados Unidos, ha descubierto en un estudio cómo propiciar la armonía entre los progenitores y sus hijos. Según él, cuando un adolescente tiene una discusión con sus padres y busca ayuda por ello en otras personas, la respuesta que reciba de éstas puede propiciar una mejora de las relaciones padres-hijo. Esto se consigue si esos sujetos explican al hijo las razones de la conducta de sus padres y madres. De esta manera, el adolescente alcanza un mejor entendimiento de la situación, y pasa a sentirse mejor consigo mismo y con su progenitor. Esto es importante, no sólo por el bien del padre, de la madre, de los hijos y de la familia en general, sino además porque los sentimientos positivos acerca del padre han sido vinculados a un menor riesgo de depresión en los jóvenes, afirma el investigador.

Características del estudio

Según publica la web de la San Francisco University, este estudio es el primero que explora la complejidad de las relaciones padres-hijo a estas edades. Investigaciones anteriores de Cookston se habían centrado en cómo los adolescentes buscan y reformulan el porqué de las discusiones.

La presente investigación va un paso más allá. “Hay una

gran cantidad de evidencias que han sugerido que hablar con la gente sobre sus conflictos resulta positivo para los adolescentes”, explica Cookston. “Lo que nosotros hemos hecho por primera vez ha sido analizar lo que realmente sucede cuando los adolescentes hablan de este

tipo de conflictos con alguien”.

Cookston y sus colaboradores encuestaron a 392 familias acerca de los conflictos de los adolescentes con sus padres y padrastros, con los que convivían. Se preguntó a padres e hijos si buscaban apoyo en estas situaciones y con qué frecuencia; con qué frecuencia los chicos explicaban el comportamiento de sus padres o los culpaban de los conflictos; y se indagó en cómo los adolescentes se sentían sobre ellos mismos y sus padres después de la reformulación de dichos conflictos.

La importancia de la conversación La investigación reveló que las madres eran la fuente de apoyo

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¿CÓMO TRATAR CON LOS HIJOS ADOLESCENTES?más buscada en estos casos, seguida por amigos u otros miembros de la familia no directa. La siguiente fuente eran los propios padres biológicos y, por último, los padrastros.

Los resultados de los análisis señalaron que la frecuencia

de búsqueda de apoyo por parte de los adolescentes no tenía un impacto en su bienestar. En cambio, sí lo tenía la calidad de la reformulación de los conflictos, esto es, el hecho de proporcionar una

buena explicación para el comportamiento del padre o la asignación de la responsabilidad del conflicto. Ambas acciones propiciaban un modo de sentir de los jóvenes tras la conversación. De este modo, “cuando los niños reciben explicaciones y razones ajustadas a su mundo, se les ayuda a sentirse mejor”, afirma Cookston. “A veces es difícil cambiar el sentimiento de los adolescentes acerca de ciertas situaciones, pero podemos hablar con ellos sobre su forma de pensar sobre ellas.”

Aprender a relacionarse El estudio pone de relieve el valor de ayudar a los adolescentes a entender los conflictos, su papel en la familia y sus

relaciones, afirma Cookston. “La adolescencia es una época de cambios fisiológicos en el cerebro y en la forma en que un niño ve e interpreta el mundo. Podemos utilizar este tiempo para ayudarles a entender las relaciones personales de la misma manera que esperamos que aprendan y comprendan, por ejemplo, la geometría o álgebra”, añade.

“Las familias son más felices cuando tienen menos emociones negativas, así que cualquier cosa que podamos hacer para promover más emociones positivas, e incluso más neutrales, dentro de la familia, es deseable”.

El afecto ayuda a evitar conductas nocivas

Por otra parte, todos los padres temen que sus hijos adolescentes incurran en conductas nocivas. ¿Qué es lo que se aconseja para evitarlas?

En otro estudio, un equipo internacional de investigadores -liderado por el Instituto Europeo de Estudios en Prevención (Irefrea) con sede en Mallorca-, ha analizado el papel de los padres a la hora de determinar el riesgo del consumo de alcohol, tabaco y cannabis de sus hijos

en seis países de Europa: Suecia, Reino Unido, España, Portugal, Eslovenia y la República Checa.

Los resultados obtenidos en este caso, informa la

plataforma Sinc, apoyan la idea de que los extremos en este caso no funcionarían: ni el autoritarismo ni, por el contrario, la ausencia de control y afecto. Lo que va bien -afirman los autores de esta segunda investigación-, es que exista una buena relación con los hijos. Esta puede ir acompañada de control directo (familias que proporcionan normas claras, razonan con los hijos de forma afectuosa y flexible, al tiempo que les exigen su cumplimiento), o no (estilo mal llamado ‘indulgente’ en inglés).

Una investigación más, realizada en 2010 por

especialistas de la Brigham Young University, de Estados Unidos, coincide en parte con estos últimos resultados, pues demostró que los hijos de padres calificados como “indulgentes” (poco exigentes y demasiado protectores) presentaban un riesgo tres veces mayor de beber demasiado, mientras que los hijos de padres calificados como “estrictos” (muy responsables y poco cálidos) presentaban el doble de riesgo de excederse con el alcohol.

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REMANSO

Una cultura vo-cacional favorece la formación de

hombres y muje-res capaces de consagrarse a

Cristopor H. Jesús Bayo Mayor

VOCACIÓN CRISTIANA A LA SANTIDAD

Una cultura vocacional favore-ce la formación de hombres y mujeres capaces de consagrarse a Cristo

La vocación de todo ser huma-no es ser persona, descubrir

el sentido profundo de su vida, de su cultura y de su fin trascen-dente. La vida cristiana reviste diversos modelos, ya sea desde la perspectiva laical, consagra-da o clerical, pero todos están orientados a la santidad, es de-cir, a vivir en el amor. El llama-do de Jesús es seguirle a Él y el camino para descubrir la propia vocación cristiana requiere de un encuentro íntimo con Cristo, sabiendo que tenemos todos la misma meta: la santidad. Así lo reconoce la Iglesia al propo-nernos santos como modelo de todas las condiciones: hombres y mujeres, fundadores y matri-monios, médicos y mendigos, abogados y monjes, príncipes y esclavos, mercaderes y obreros, papas y campesinos, etc.

Buscar el Reino de Dios y su ju-sticia Estamos acostumbrados fre-

cuentemente en nuestra pasto-ral a buscar objetivos finales: “El Reino de Dios”, “la salvación de las almas”, etc. Pero hay varias formas de trabajar por el Rei-no, existen diversas funciones o mediaciones para realizar la pastoral: servicio, celebración y liturgia, comunión, anuncio. Hay diversas instancias o estructuras donde realizamos el apostolado: instituciones, familias, parro-quias, colegios, organizaciones, movimientos, comunidades, lu-gares de trabajo...

Cada una de las acciones que hacemos y de las dimensio-

nes en que trabajamos, y de las estructuras y medios que utili-zamos para nuestro apostolado, puede ser una instancia vocacio-nal si realmente tiende a buscar el Reino de Dios. Por eso, pode-mos decir que la Pastoral voca-cional se genera y realiza desde todas las dimensiones de la Pa-storal. En el lenguaje de la refor-ma educativa podríamos decir que la Pastoral vocacional es un “objetivo transversal” en nuestro quehacer apostólico, como lai-cos o como religiosos.

La promoción de las vocacio-nes cristianas es una tarea

de todos los integrantes de la Iglesia. A la hora de plantearnos la pastoral vocacional tendría-mos que preguntarnos no sólo qué cosas podemos hacer, sino cómo hacer de un modo nue-vo, con una actitud distinta, lo

que estamos haciendo en los diversos frentes de nuestras ac-tividades apostólicas. No se trata de aumentar la cantidad de ac-ciones sino la calidad de nuestra presencia como educadores ma-ristas, religiosos y laicos.

El Señor llama a quien quiere, su gracia actúa por encima

de nuestras previsiones, pero podemos observar ciertas con-stantes en los medios humanos de los cuales El se sirve para lla-mar. Observamos que detrás de cada persona bautizada hay un cristiano comprometido, un pa-drino, un maestro, un guía que influyó como modelo de identi-ficación en su opción vocacional. También hay modelos y testigos que ayudaron, personas que oraron por su fidelidad, otras que fueron ejemplos creíbles de servicio y disponibilidad para re-sponder a Dios. Detrás de cada hombre o mujer con una voca-ción de servicio están quienes motivaron con cariño su entrega a los pobres, a los niños, a los en-fermos... ayudándole a discernir la voluntad del Señor con su pa-labra y con su ejemplo.

En la pastoral vocacional no intervienen sólo sacerdotes,

religiosas, religiosos y profesio-nales de la orientación, sino toda una cadena de amigos y fami-liares que permiten formar un hábitat o ambiente vocacional para que surja la respuesta a la vocación específica como laico, religiosa, sacerdote, religioso.

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VOCACIÓN CRISTIANA A LA SANTIDAD

Hacia una “cultura” vocacional A este ambiente favorable, po-dríamos llamarlo “cultura voca-cional” porque favorece la for-mación de hombres y mujeres capaces de consagrarse a Cristo. Por otra parte, Dios puede llamar y dar su gracia excepcionalmen-te a quien desee, por encima de los cálculos humanos, pero nor-malmente se sirve de instrumen-tos humanos. Por eso, podemos delimitar la pastoral vocacional al campo donde nos encontre-mos trabajando, siempre que exista y propiciemos un ambien-te o “cultura” vocacional. ¿Exi-ste en nuestras parroquias una cultura vocacional? ¿Favorece-mos la búsqueda de lo que Dios quiera para cada persona? ¿Ayu-damos a dar respuestas libres y generosas al plan de Dios sobre cada uno?

Una cultura vocacional será ese tejido de personas que

encarnan valores y concepciones de la vida que hacen realidad los criterios pastorales, que motivan

a los jóvenes a descentrarse de sí mismos, a mirar más allá de los propios proyectos personales, a sentir la vida cristiana como vo-cación, a escuchar las llamadas de Dios y abrirse a la alternativa de la vida religiosa o sacerdotal como posibilidad real.

Entendemos por vocación todo estado de vida elegido

como fruto de un proceso de discernimiento para responder a la voluntad de Dios. En un am-biente vocacional, la promoción comenzará por despertar el de-seo de ser fieles a las llamadas de Jesucristo y a la misión que Dios desee para cada uno.

Sólo en ese contexto se hace significativa la propuesta de

un determinado modo de vida, incluyendo la vida consagrada, como posible vocación. Por eso, en la promoción de las vocacio-nes cristianas, los laicos, los reli-giosos, los sacerdotes hemos de sumar esfuerzos y no interferir ni restar. Es una acción eclesial y no sectaria ni personalista. Todas las vocaciones surgen en la Iglesia y

son para la Iglesia. En el apostolado de cada uno de nosotros descubriremos que la familia juega un papel muy im-portante. También la parroquia, las comunidades eclesiales, los movimientos, los colegios, los grupos juveniles, etc. Por otra parte, influyen los medios de comunicación, el ambiente, los amigos, los valores y antivalores, las actividades y la ocupación del tiempo libre, etc. En definitiva, la gracia no destruye la naturaleza.Influyen también las comuni-dades religiosas y el modo de entender en ellas los valores, la vida, la relación con Dios y con los demás. Una comunidad reli-giosa será vocacional si refleja la gratuidad de Dios, el servicio y la sencillez. Será testimonio si en-tiende la vida como un modo de dar las gracias, la libertad como posibilidad de fidelidad y com-promiso, el amor como entrega oblativa y generosa, el pecado y la enfermedad como lugares donde se manifiesta el poder de Dios.

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“Supo acordar una polí-tica profunda con una

justicia escrupulosa, y es tal vez el único soberano que merece este elogio: pru-dente y firme en el consejo, intrépido en los cambios sin ser temerario, piadoso como su}i siempre hubiese sido un desdichado” (Voltaire).

El siglo XIII ha sido definido “el siglo de san Luis” por

muchos historiadores, sin embargo, San Luis IX Rey de Francia sigue siendo “el me-nos conocido de los grandes reyes de la Francia medieval”. La celebración del 8° Cen-tenario de su nacimiento, acontecido el 25 de abril de 1214, nos da la ocasión de volver a incursionar en la historia de este complejo personaje. Reinó por cuaren-ta y cuatro años, a pesar de haber vivido solamente 56 años. San Luis ha sido, junto al emperador Federico II, el personaje político más im-portante del siglo XIII en el Occidente cristiano.

Según el historiador moder-no Jacques Le Goff, hay un punto de inflexión en la vida de san Luis, casi de ruptura,

antes y después de la cruza-da. Antes del año 1254, tene-mos a un rey devoto como todo rey cristiano occidental. Después de ese año, nos en-contramos con un soberano penitencial y escatológico, “que se prepara, y quiere preparar a sus súbditos, para la salvación eterna dando un ordenamiento religioso y moral a su reino y apres-tándose a ser él mismo un rey-Cristo”.

Nueva biografía

La Editorial Misiones Francis-canas, con sede en Buenos Aires, ha editado una nueva biografía de San Luis IX, Rey de Francia y Patrono de la Orden Franciscana Seglar. Su autor es el conocido hagió-grafo popular Fray Cotardo Miglioranza OFMConv., que falleció el 6 de junio de 2012. Esta representación de la vida y del reino de san Luis obedece al modelo hagio-gráfico, que busca en la vida de los santos reyes un momento de “conversión” al modelo de la realeza bíblica, que hace de san Luis a un nuevo Josías, cuyo reino se

dividió en dos partes: redes-cubrimiento y reactualiza-ción del Pentateuco. En el año 1254, san Luis, vuelto de Tierra Santa, se encuentra en la Provenza con Fray Hugo de Dignes, un franciscano seguidor del “milenarismo”, que auspiciaba un nuevo y largo período de justicia y paz sobre la tierra, como prefiguración del Paraíso.

El historiador moderno William Chester Jordan, ve en san Luis a un rey desga-rrado entre sus deberes de monarca y una devoción similar a las de las Órdenes mendicantes; mientras que Fray Contardo Miglioranza OFMConv., coincidiendo con J. Le Goff, nos presenta a un san Luis que supo conciliar la política con la religión, el realismo con la moral.

San Luis es un santo caris-mático y excepcional, y en la pluma de Fray Contardo, lo que san Francisco fue como religioso, san Luis lo fue como laico y como rey. El Papa Bonifacio VIII, en la bula de canonización, intentará expresar todo esto califican-do a san Luis de “superhomo”

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(superhombre). San Luis es un rey sagrado, taumaturgo y santo.

San Luis es también un santo caballero, un santo guerrero. La regla de oro para los ca-balleros cristianos era la de no ser jamás agresor, sino buscar la justa paz. San Luis se esforzó en seguir siempre esta regla, con el riesgo de provocar los reproches de su entorno que interpretaban su conducta como un acto de debilidad.

En política, quiso ser el rey cristiano ideal. Basta con leer las “Enseñanzas” o los cinco “Espejos de los príncipes”, y sobre todo la “Eruditio re-gum et principum”, escrita por el franciscano Gilbert Tournai a petición del rey Luis. La virtud del rey se ma-nifiesta a través del poder, la sabiduría y la bondad. El poder del rey debe ser con-trolado por la sabiduría, que le impide volverse un tirano. Y finalmente, el príncipe tie-ne que “superar en bondad a todos aquellos que debe gobernar”. Tiene que hacerlo guardándose de la envidia y de las adulaciones.

Santidad de Luis IXSi para muestra, como se dice, basta un botón, he aquí algunas frases de la carta que San Luis, en vísperas de su muerte entregó a su hijo Felipe, heredero del trono.

“Hijo amadísimo, lo prime-ro que te quiero enseñar, es

que ames a Dios con todo tu corazón: sin ello nadie

puede salvarse. Guárdate de hacer algo que desagrade a Dios, es decir,

el pecado mortal. Al contra-rio, has de estar dispuesto

a sufrir toda clase de marti-rios antes que cometer un

pecado mortal.Si Dios te envía adversida-des, sopórtalas paciente-mente y da gracias a Dios. Piensa que lo mereciste y

que todo será para tu bien. Si te concede prosperidad, agradécelo con humildad y vigila que no sea en detri-

mento tuyo, por vanagloria o por cualquier otro mo-tivo; porque los dones de

Dios no han de ser causa de que lo ofendas. Confiésa-te frecuentemente y elige un confesor prudente que sepa enseñarte lo que has de hacer y lo que has de evitar. Y con el confesor y con tus asesores te has de portar de tal modo que se animen a corregirte de tus

defectos... Ten un corazón dulce y

compasivo hacia los po-bres, los desgraciados y

los afligidos; y ayúdalos y consuélalos según tus posi-

bilidades. Guarda las buenas cos-

tumbres del reino y lucha contra las malas. No codi-cies contra tu pueblo y no graves tu conciencia con impuestos excesivos…

Procura tener por compa-ñeros a personas prudentes

y leales, tanto religiosas como laicas; y evita las ma-

las compañías.

Escucha con gusto la pala-bra de Dios y guárdala en tu corazón. Solicita oracio-

nes e indulgencias. Ama lo útil y lo bueno; odia lo malo, dondequiera se ha-lle. No permitas que en tu

presencia se digan palabras disolutas, calumnias o blas-

femias… Para con tus súbditos, obra con toda rectitud y justicia, sin desviarte a la derecha ni

a la izquierda. Ponte siempre más del

lado del pobre que del rico, hasta que averigües de qué

lado está la razón. Procura con la mayor dili-gencia que todos vivan en

paz y con Justicia... Esfuérzate por evitar toda

guerra; y si estás obligado a hacerla, reduce al máximo

los perjuicios... Procura tener siempre buenos magistrados, y

contrólalos con frecuencia y controla también al per-sonal de tu palacio. Averi-gua si se dejan tentar por el soborno, la mentira o el

fraude. Ajusta los gastos de tu palacio que no superen

los razonables…”.

1214-2014 - 8° Centenario del Nacimiento

Patrono de la Orden Franciscana Seglar

Pide ya la nueva

biografia en

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Julio - Agosto 2014

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Para que realmente la pasto-ral familiar, que abreva en la

identidad y misión de la familia cristiana, sea una respuesta edu-cativa adecuada, pertinente, efi-caz y plausible a la problemática de la familia actual, se hace nece-sario conocer la situación real de la familia y tratar de descubrir las causas que la originaron. Debe-mos situarnos e intentar respon-der a la pregunta: ¿De qué familia estamos hablando?

En general, la familia del fin de siglo XXI es una familia nuclear, privatizada, plural y funcional en una sociedad postmoderna y ne-oliberal. He aquí algunos de sus rasgos característicos.

Rasgos de la familia postmoderna y neo liberal

Como un rasgo convergente, existen, en la realidad, gran-

des diferencias y pluralidad en cuanto a la configuración de la familia, la vivencia de valores y comportamientos, pero algunos de estos datos descriptivos que si-guen nos permiten homologarlas

corno:

• Familias nucleares, es decir, pa-dres sin muchos hijos, y en las que cada vez más raramente con-vive una tercera generación, la de los abuelos.

• Familias con poco tiempo para el diálogo y las actividades en común; y funcionales, flexibles y adaptables a lo que el mercado de trabajo o las modas culturales reclaman.

• Familias muy influenciadas por los medios de comunicación so-

cial. Estos, de hecho, se convier-ten para los niños en su niñera y hasta en su principal educador, con las consecuencias de anoni-mato y masificación que produ-cen.

• Familias en las que los roles de pareja y las responsabilidades se reparten cada vez más. La mujer está siendo protagonista de su emancipación y su vinculación al mercado de trabajo con una gran capacidad de multi-empleo. Su triple rol de madre, esposa y vecina del barrio, la convierte, por su creatividad, participación,

CATEQUESIS

Tanto en la familia como en las comunidades eclesiales y en las diversas organizaciones,

las mujeres son quienes más comunican, sostienen y promueven la vida, la fe y los

valores.

por Antonio D. Saraceno Menzano

EL DESAFÍO DE LA FAMILIA ACTUAL

Julio - Agosto 2014

31

y resistencia ante el su-frimiento, en verdadera sostenedora de la eco-nomía doméstica, en lu-chadora social y prota-gonista casi exclusiva de la educación de los hijos, padeciendo en muchas ocasiones las consecuen-cias del “machismo”, la violencia doméstica, el alcoholismo y la discri-minación de su pareja.

• Familias “atípicas” en aumento: monoparen-tales, madres solteras, separados, separados y divorciados vueltos a casar, parejas sin hijos, hijos que viven solos, uniones de hecho, fami-lias extensas, familias superpuestas de nupcia-lidad reincidente, abue-los o tíos-padres, proge-

nitores sustitutos, viudos y viudas, parejas homosexuales, etc.

• Familias monoparentales con un bajo índice de natalidad y conse-cuente descenso del número de miembros de la unidad familiar, lo que lleva a hablar de “civiliza-ción de jubilados”.

• Familias con poco sentido de la militancia social y de la solidari-dad, con una fuerte valoración de la propia calidad de vida, desde un narcisismo e individualismo exacerbado.

• Familias que viven en situa-ciones de pobreza y miseria económicas con sus inevitables consecuencias: la desigualdad por salarios insuficientes, el desem-pleo, la promiscuidad en la vi-vienda, el deterioro de la salud, la dificultades para el estudio de los jóvenes, la desintegración fami-liar, el consumo y tráfico de dro-gas, la emigración forzosa con su consecuente extrañamiento afec-tivo y cultural, etc.

¿El principio del fin?...

El avance de una sociedad cada vez más tecnócrata, seculari-

sta, móvil, dinámica, pluralista, democrática, consumista, clasista, violenta y excluyente desafía cul-turalmente los comportamientos, actitudes y valores de la institu-ción familiar en permanente cam-bio y adaptación.

La profunda crisis social está causando el masivo éxodo de los núcleos rurales a las ciudades. El fenómeno del acelerado creci-miento demográfico, más patente en el hecho de la urbanización, ha obligado a las familias a un cam-bio en el comportamiento sexual reproductivo con una conciencia de la necesidad del control de la natalidad y hasta con una actitud anti-vida y anti-natalista fomen-tada por campañas de organismos estatales e internacionales.

El placer se ha convertido en el centro de la vida sexual

en un ambiente social hedonista, permisivo y libertino. Hay miedo a la educación de los hijos y de los niños, delegando esta responsabilidad a otras insti-tuciones educativas a edades muy tempranas, debido a un cierto relativismo moral, confusión de ideas y a una deficiente formación humana y religiosa. A nivel social se está imponiendo la privatiza-ción de la familia y el Estado se desentiende de una adecuada y eficaz política pública de familia. El Estado prefiere atender a los miembros de la familia por colec-tivos separados, y no a la familia en cuanto tal.

Ante este panorama, Sánchez Monge señala: “La familia se ha

transformado profundamente. Han cambiado modos de pensar,

sentir y actuar. Los hábitos de vida y las costumbres tienden a diversificarse cada vez más. Algunos interpretan esta situa-

ción como el principio del fin, de la destrucción y el desmorona-

miento de la familia. Para otros, la crisis actual de la familia no

es una derrota sino una encruci-jada... Nos encontramos ante los

dolores del alumbramiento de una nueva época en la historia de la familia. Frente al modelo tradicional-burgués de familia nuclear, es preciso que surjan

nuevos modelos...”.

En la próxima nota hablaremos de la “tipología” de la familia actual según su lugar en el mundo.

EL DESAFÍO DE LA FAMILIA ACTUAL

32Julio - Agosto 2014

Había un niño con un pésimo carácter.

Su papá le dio un martillo y unos clavos, diciéndole:

- ¡Hijo, coloca un clavo en la pared de tu cuarto cada vez que

pierdas la paciencia o pelees con alguien!

El primer día el niño puso ¡17 clavos! Y… los días siguientes

empezó a controlarse un poco al constatar que era más

fácil que seguir metiendo clavos en la pared, arruinando su

habitación.

Llegaron finalmente días en que no puso ningún clavo, y fue

contento a decírselo a su papá. Le dio entonces su padre unas

tenazas y le dijo:

- Ahora, hijo, con estas tenazas debes sacar un clavo por cada

día en que no te enojes ni pelees.

Después de muchos días el niño le dijo a su papá que había

sacado todos los clavos.

Tomó entonces el papá a su niño de la mano, lo llevó a la pared

y le dijo:

- Hijo, te portaste bien, pero… ¡mira cuántos agujeros han

quedado en la pared! Esta pared jamás será como antes.

Cuando peleas con alguien y lo hieres, le dejas una herida

como estos agujeros. Puedes clavarle el cuchillo a una persona

y sacárselo, pero… siempre quedará la herida. No importa

cuántas veces pedirás disculpas: la herida quedará siempre.

¡Cuida de tus amigos, ¡no los lastimes!

Clavos en la pared.por Hermano Suplicio

EL CUENTO

Julio - Agosto 2014

NOTICIAS

HOMILÍA EN LA MISA EN HOMENAJE A MONS. ENRIQUE ANGELELLI. Catedral de La Rioja, Santuario de San Nicolás, 3 de julio de 2014

Mis queridos hermanos riojanos,

Un 3 de julio de 1968, hace exactamente 46 años, Pablo VI nombraba a Enrique Angelelli, obispo de La Rioja. En esta providencial coincidencia, mientras esperamos verdad y justicia, celebramos el sacrificio de Cristo y rendimos homenaje a quien fuera buen pastor de su pueblo.[...]

Enrique Angelelli, testigo de Jesucristo entre nosotros.

Treinta y ocho años atrás, en estos mismos días, Enrique Angelelli padecía ataques e injustas acusaciones mientras se le impedía el libre ejercicio de su ministerio pastoral. No podía aceptar la sugerencia de tomar distancia, de cuidar su propio pellejo, de dejar a su rebaño. Presentía los peligros que se cernían sobre él pero obraba movido por el Evangelio de Jesucristo en su compromiso personal irrenunciable a favor de los hombres. Entrevió que las muertes de Gabriel, Carlos y Wenceslao preanunciaban la suya. Pero seguiría en la brecha, sosteniendo hasta el final el cayado de buen pastor.

Escuchemos al mismo Mons.

Angelelli recorrer emocionado sus veinticinco años de ministerio sacerdotal, para entrar en la intimidad de su corazón y apreciar cabalmente sus gestos y palabras.

Mi vida fue como el arroyo…anunciar el aleluya a los pobres

y pulirse en el interior;canto rodado con el pueblo

y silencios de “encuentros”…contigo… solo… Señor.

Mi vida fue como el sauzal…pegadita junto al Río

para dar sombra nomás.Mi vida fue como el camino…

pegadita al arenalpara que la transite la gente

pensando:

“Hay que seguir andando nomás”.

Mi vida fue como el cardón…sacudida por los vientosy agarrada a Ti, Señor;

vigía en noches de estrellaspara susurrarle a cada hombre:

“Cuando la vida se esconde entre espinas,

siempre florece una flor”.Mi vida canta hoy dichosa a Ti,

Señor…Es misterio que se hizo camino

ya andado un buen trecho, Señor…

Mesa que acoge y celebralos racimos ya madurosque tu Sangre fecundó.

Todo esto soy yo, Señor…un poco de tierra y un Tabor,

veinticinco años de carne ungidacon un Cayado, un pueblo y una

Misión.

Como cristianos no ansiamos venganza ni cultivamos el odio o el rencor. Plenamente identificados con los sentimientos de Cristo, esperamos justicia para que esta sociedad que conformamos conozca la verdad de cuanto aconteció aquella dramática tarde del 4 de agosto de 1976. Dios conduce la historia y sabemos que siempre fracasan los intentos de los prepotentes que “matan el cuerpo pero no pueden matar el alma”. De Cristo resucitado hemos aprendido que la vida siempre tiene la última palabra. [...]

El dia 4 de Julio de 2014, el tribunal de La Rioja, Argentina, dictaminó la culpabilidad de Luciano Menendez, ex general y Luis Estrella, otro ex militar, por el asesinato de Monseñor Angelelli en 1976. El Papa Francisco aportó dos cartas que estaban en el archivo del Vaticano sobre este caso y ayudo asi a que se haga justicia 37 años despues.

http://www.vozdesanantonio.org