El Mensajerode San JoséMarzo-Abril 2015

El Mensajerode San JoséMarzo-Abril 2015

Transverberación de Santa Teresa con laSagrada Familia. Atribuida a Marcos Zapata.(Escuela de Cuzco, Perú) hacia 1750.

Marzo-Abril 2015. Nº 552

REVISTA DE LAS ASOCIACIONESJOSEFINAS DE ESPAÑA

Editado por elCentro Josefino Español

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EL MENSAJERO DE SAN JOSÉ¡Gracias a todos!

Habla el Papa Francisco:Sobre la familia de Nazaret 3-4

Un caso especial de protecciónde San José 5

La Encarnación, casa natal de la devoción a San José 6-7

Grandes devotos de San José:San José el Himnógrafo 8-9

Una alabanza preciosa para S. José 10-11

Posible ascensión de San José 12-13

…Mirando hacia el futuro… 14-15

José y María buscandoa su hijo perdido 16

San Juan de Ávila(1500-1569) (VIII) 17-18

«Ríase por favor» 19

Sumario

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en esa familia. «Su madreconservaba todo esto en sucorazón. Y Jesús iba cre-ciendo en sabiduría, en es-tatura y en gracia ante Diosy ante los hombres» (2, 51-52). No se habla de mila-gros o curaciones, de pre-dicaciones –no hizo nadade ello en ese período–, demultitudes que acudían aÉl. En Nazaret todo parecesuceder «normalmente»,según las costumbres deuna piadosa y trabajadorafamilia israelita: se trabaja-ba, la mamá cocinaba, ha-cía todas las cosas de la ca-sa, planchaba las cami-sas… todas las cosas demamá. El papá, carpintero,trabajaba, enseñaba al hijoa trabajar. Treinta años.«¡Pero que desperdicio,padre!». Los caminos deDios son misteriosos. Loque allí era importante erala familia. Y eso no era undesperdicio. Eran grandessantos: María, la mujermás santa, inmaculada, y

HABLA EL PAPA

FRANCISCOSobre la familia de Nazaret

e decidido, porello, reflexionarcon vosotros, du-rante este año,

precisamente sobre la fa-milia, sobre este gran donque el señor entregó almundo desde el inicio,cuando confirió a Adán yEva la misión de multipli-carse y llenar la tierra (cf.Gn. I, 28). Ese don que Je-sús confirmó y selló en suEvangelio.

La cercanía de la Navi-dad enciende una gran luzsobre este misterio. La En-carnación del Hijo de Diosabre un nuevo inicio en lahistoria universal del hom-bre y la mujer. Y este nue-vo inicio tiene lugar en elseno de una familia. Él po-día llegar de manera espec-tacular, o como un guerre-ro, un emperador… No,no: viene como un hijo defamilia. Esto importante:contemplar en el belén estaescena tan hermosa.

Dios eligió nacer en unafamilia humana, que Élmismo formó. La formó enun poblado perdido de laperiferia del Imperio Ro-

mano. No en Roma, queera la capital del Imperio,no en una gran ciudad, sinoen una periferia casi invisi-ble, sino más bien con ma-la fama. Lo recuerdan tam-bién los Evangelios, casicomo un modo de decir:«¿De Nazaret puede saliralgo bueno?» (Jn. I, 46). Talvez, en muchas partes delmundo, nosotros mismosaún hablamos así, cuandooímos el nombre de algúnsitio periférico de una granciudad. Sin embargo, pre-cisamente allí, en esa peri-feria del gran Imperio, ini-ció la historia más santa ymás buena, la de Jesús en-tre los hombres. Y allí seencontraba esta familia.

Jesús perteneció a esaperiferia durante treintaaños. El evangelista Lucasresume este período así:Jesús «estaba sujeto a ellos[es decir a María y a José].Y uno podría decir: «Peroeste Dios que viene a sal-varnos, ¿perdió treintaaños allí, en esa periferiade mala fama?». ¡Perdíatreinta años! Él quiso esto.El camino de Jesús estaba

H

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José, el hombre más jus-to… La familia.

Ciertamente que nos en-terneceríamos con el relatoacerca del modo en que Je-sús adolescente afrontabalas citas de la comunidadreligiosa y los deberes de lavida social; al conocer có-mo, siendo joven obrero,trabajaba con José; y luegosu modo de participar en laescucha de las Escrituras,en la oración de los salmosy en muchas otras costum-bres de la vida cotidiana.Los Evangelios, en su so-briedad, no relatan nadaacerca de la adolescenciade Jesús y dejan esta tareaa nuestra afectuosa medita-ción. El arte, la literatura,la música recorrieron estasenda de la imaginación.Ciertamente, no se nos ha-ce difícil imaginar cuantopodrían aprender las ma-dres de las atenciones deMaría hacia ese Hijo. Ycuanto los padres podríanobtener del ejemplo de Jo-sé, hombre justo, que dedi-có su vida en sostener y de-fender al niño y a su esposa–su familia– en los mo-mentos difíciles. Por nodecir cuánto podrían seralentados los jóvenes porJesús adolescente en com-prender la necesidad y labelleza de cultivar su voca-ción más profunda, y desoñar a lo grande. Jesúscultivó en esos treinta añossu vocación para la cual lo

envió el Padre. Y Jesús ja-más, en ese tiempo, se de-salentó, sino que creció envalentía para seguir ade-lante con su misión.

Cada familia cristiana–como hicieron María yJosé–, ante todo, puedeacoger a Jesús, escucharlo,hablar con Él, custodiarlo,protegerlo, crecer con Él; yasí mejorar el mundo. Ha-gamos espacio al Señor ennuestro corazón y en nues-tras jornadas. Así hicierontambién María y José, y nofue fácil: ¡cuántas dificul-tades tuvieron que superar!No era una familia artifi-cial, no era una familiairreal. La familia de Naza-ret nos compromete a re-descubrir la vocación y lamisión de la familia, de ca-da familia. Y, como suce-dió en esos treinta años enNazaret, así puede sucedertambién para nosotros:convertir en algo normal elamor y no el odio, conver-tir en algo común la ayudamutua, no la indiferencia o

la enemistad. No es una casualidad, entonces, que«Nazaret» signifique «Aque -lla que custodia», comoMaría, que –dice el Evan-gelio– «conservaba todasesas cosas en su corazón»(cf. Lc. 2, 19.51). Desdeentonces, cada vez quehay una familia que cus-todia este misterio, inclu-so en la periferia del mun-do, se realiza el misteriodel Hijo de Dios, el mis-terio de Jesús que viene asalvarnos, que viene parasalvar al mundo. Y esta esla gran misión de la fami-lia: dejar sitio a Jesús queviene, acoger a Jesús enla familia, en la personade los hijos, del marido,de la esposa, de los abue-los… Jesús está allí. Aco-gerlos allí, para que crez-ca espiritualmente en esafamilia. Que el Señor nosdé esta gracia en estos úl-timos días antes de la Na-vidad.

Gracias.

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herida pudo llegar al pensionado con una

esquirla de hierro que se le había clavado

en la espalda. Un empleado del obispado

la llevó en el coche al hospital más cerca-

no. Le acompañó el P. Rodrigo que le con-

fesó antes de ser operada. La operaron y le

sacaron la esquirla que le había atravesa-

do el pulmón. La operación fue todo un

éxito.

Mientras tanto el P. David atendía a

los heridos en la rotonda, donde el espec-

táculo era estremecedor. Una de las vícti-

mas era Sarkis, un trabajador humilde y

de sincera piedad, beneficiario de la ayu-

da del SOS (* Blog) que de camino a la es-

tación de ómnibus se encontró justo de-

lante de la explosión. Voló muchos metros

abrasado casi por completo por las llamas

y sufrió varias quebraduras en su cuerpo.

El P. David le administró los últimos sa-

cramentos y uno de nuestros jóvenes le

trasladó inmediatamente en su auto al

hospital. La gravedad de las quemaduras

y la imposibilidad de operarle en ese esta-

do presagiaba lo peor. Pero Sarkis se enco-

mendó una vez más a San José, a quien

acostumbraba a invocar cada día con la

oración de la treintena y sobrevivió.

El ejemplo de Sarkis nos invita a invo-

car cada día a San José y a encomendarnos

a él, como la mejor garantía de que nos

ayudará cuando llegue el momento difícil

o la necesidad material o espiritual. Dice

Santa Teresa: ﾇSolo pido por amor de Dios

que lo pruebe quien no me creyere y verá

por experiencia el gran bien que es enco-

mendarse a este glorioso Patriarca y te-

nerle devociónﾈ (V 6,8). Eso lo experimen-

tó Sarkis su devoto.

U na devota de San José me ha manda-

do un correo en el que aparece una es-

pecial protección de San José para con sus

devotos. No es reciente, lleva fecha del 8 de

febrero de 2013 y lo mandan los Padres y

Hermanas misioneros del Verbo divino.

El día 15 de enero en Alepo (Siria) es-

tallaron tres misiles, a pocos metros de

donde ellos viven, en un sitio céntrico de la

ciudad, a la 1 del mediodía, hora de la ma-

yor congestión de tráfico y peatones en

una rotonda donde comienza la ciudad

universitaria y delante de los edificios que

actualmente ocupan familias refugiadas.

Ese día murió mucha gente. Además

del tráfico de coches a esa hora y el cons-

tante fluir de estudiantes, esa esquina de

la ciudad universitaria estaba ocupada

por decenas de carpas de refugiados y la

rotonda atestada de vendedores con sus

puestos. Alguien afirma que murieron

más de 400 universitarios; hubo muchos

desaparecidos y cientos de heridos.

Entre los heridos está Hedra, estu-

diante, residente en el pen-

sionado de las Hermanas.

Pasaba por la rotonda y

Un caso especial de protección de San José

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padre la tuvo en casa, la cuidó con mimo, la lle-vó incluso a una curandera rural, la de Becedas,de acuerdo con los usos y con la medicina deltiempo. No se explica uno cómo pudo sobrevi-vir a aquellos tratamientos, «porque casi unmes me había dado una purga cada día» (Vida,5-7). Retornó a Ávila, la tuvieron por muerta, yen estado lamentable volvió a su convento.Atribuirá la curación a los médicos celestiales,en los que confiaban aquellas sociedades másque en los terrenos. Concretamente, a uno, aSan José.

Y es entonces, en el recuerdo del milagro,cuando entona el elogio a San José, escasamentevenerado entonces. La oímos a ella. Dice entu-siasmada: «Pues, como me vi tan tullida y en tanpoca edad y cuál me habían parado los médicosde la tierra, determiné acudir a los del cielo para

La Encarnación casa natalde la Devoción a San José

Decidida doña Teresa de Ahumada a sermonja, optó por el Monasterio de la Encarna-ción. La costó, y mucho, la decisión por el cari-ño a su padre. Y en el convento carmelitano en-contró una familia nueva, porque la Encarna-ción, debe quedar claro, fue el espacio en el quetranscurrió la mayor parte de su vida.

Allí, con sus veinte años, fue admitida doñaTeresa de Ahumada «el día de ánimas» de 1535.Al año siguiente tomó el hábito, y, recordará, «ala hora me dio un gran contento de tener aquelestado, que nunca jamás me faltó hasta hoy». Yal otro hizo la profesión.

Enfermó otra vez, y ella misma describecon realismo aquella enfermedad tan grave. Su

Santa Teresa ante la fachada de la Encarnación.

Grabado de la época del Monasterio de la Encarnación.

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rá por experiencia el gran bien que es encomen-darse a este glorioso patriarca y tenerle devoción.En especial personas de oración siempre le ha -bían de ser aficionadas; que no sé cómo se puedepensar en la Reina de los ángeles, en el tiempo quetanto pasó con el Niño Jesús, que no le den lasgracias a San José por lo bien que les ayudó enellos. Quien no hallare maestro que le enseñe ora-ción, tome este glorioso santo por maestro y noerrará en el camino. Pues él hizo, como quien es,en hacer de manera que pudiese levantarme y an-dar y no estar tullida; y yo, como quien soy, en usarmal de esta merced».

Este capítulo VI del Libro de la Vida de SantaTeresa se ha llamado, y con razón, Manifiesto de ladevoción a San José. Apenas venerado hasta enton-ces, comenzó a ser querido cuando estas pala-bras encendidas se dieron a conocer por predi-cadores, por lectores, por tantos conventos de laorden teresiana en todo el mundo católico. Fueel punto de partida de la devoción creciente,arrolladora, al mejor y más poderoso de sus pro-tectores y al que dedicaría la casi totalidad de susfundaciones a partir de la primera.

Todo ello aconteció en el Monasterio de laEncarnación, lugar tan teresiano y hogar afortu-nado del nacimiento de la devoción a San José.

TEÓFANES EGIDO

que me sanasen. Y tomé por abogado y señor alglorioso San José, y encomendéme mucho a él.Vi claro que así de esta necesidad, como de otrasmayores de honra y pérdida de alma, este padrey señor mío me sacó con más bien que yo le sa-bía pedir. No me acuerdo, hasta ahora, haberlesuplicado cosa que la haya dejado de hacer. Escosa que espanta las grandes mercedes que meha hecho Dios por medio de este bienaventura-do santo; que a otros santos parece les dio el Se-ñor gracia para socorrer en una necesidad; a esteglorioso santo tengo experiencia que socorre entodas, y que quiere el Señor darnos a entenderque, así como le fue sujeto en la tierra, que comotenía nombre de padre, siendo ayo, lo podíamandar, así en el cielo hace cuanto le pide».

Dice con claridad cómo en el monasterio secelebraba ya la fiesta de San José, y ella era la ani-madora: «Procuraba yo hacer su fiesta con toda lasolemnidad que podía, más llena de vanidad quede espíritu, queriendo se hiciese muy curiosamen-te y bien. Querría yo persuadir a todos fuesen de-votos de este glorioso santo, por la gran experien-cia que tengo de los bienes que alcanza de Dios».

«Si fuera persona que tuviera autoridad de es-cribir, de buena gana me alargara en decir por me-nudo las mercedes que ha hecho este gloriososanto a mí y a otras personas. Solo pido, por amorde Dios, que lo pruebe quien no me creyere; y ve-

Vista desde la Encarnación de la provincia de Ávila.

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a San Gregorio el Decapolita que hacia elaño 840 le llevó consigo a Constantino-pla, donde vivió junto con otros discípu-los en la iglesia de San Antipas.

Al año siguiente, José fue enviado aRoma para exponerle al Papa Grego-rio IV la lucha que estaban sosteniendocontra la herejía iconoclasta iniciadapor el emperador León III el Isaurico en726 y pedirle ayuda. Cayó en manos deunos corsarios árabes que le llevaron aCreta. Al ser liberado por personas cari-tativas en el 843, volvió a Constantino-pla, incorporándose como eremita a laiglesia de San Antipas. Su maestro Gre-gorio había muerto.

Por cinco años fue a la iglesia de SanJuan Crisóstomo. Allí fundó un monas-terio en el 850, del que fue abad, trasla-dando allí las reliquias de San Gregorio,su maestro, de su discípulo Juan y delapóstol San Bartolomé, que había con-seguido cuando estaba en Tesalónica.

Trabajó mucho por la causa de la fe.Fue desterrado al Quersoneso por elimpío Armendo Barda, contra quien ha-bía argumentado admirablemente. A lamuerte de este, fue liberado por la em-peratriz Teodora, promotora de la orto-doxia y se le encomendó la custodia delos vasos sagrados de Santa Sofía. Y enesta función recibió a los enviados delPapa Adrian II al Concilio de Constanti-nopla.

Después de una vida santa y evangé-lica, de ser tenido en gran amor y máxi-ma estimación, se durmió en el Señorel 3 de abril de 883. Se dice que su almafue llevada al cielo por los mártires ylos ángeles. Un santo vio en sueños: elalma del poeta José, que ha muerto es-ta noche, ha sido llevada por nosotros,a quienes honró con himnos y cantos ypuesta en presencia de Dios.

Compuso seiscientos himnos o me-lodías, según el Diácono Juan en su Vi-

an José, el Himnógrafo, nacióde padres piadosos, Pulido yÁgueda en Sicilia, en 826. Antelas depredaciones de los ára-

bes en 827 huyeron al Poleponeso enGrecia. En 831 se trasladaron a Tesalóni-ca y con 15 años entró en el monasteriode Latomia, de los monjes de San Basi-lio, reconocido por la devoción y ascetis-mos de sus religiosos. Consagrado sacerdote tuvo como maestro espiritual

GRANDES DEVOTOSDE SAN JOSÉ

SAN JOSÉEl Himnógrafo

S

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da de este santo, de la Vir-gen María, el Mariale delSan José, el Himnógrafo yuna belísima a San José.De estos himnos o melo -días con su música dice eltraductor de su obra: es to-do oro, todo perlas precio-sas, todo compuesto con elazúcar de la piedad y lamiel de la devoción. Algu-nos himnos todavía se can-tan en algunas iglesias or-todoxas.

Se le ha llamado «Luminaria total-mente clarísima de la Iglesia griega» yde su obra Mariale que es una obra to-talmente eximia, un monumento egre-gio de la veneranda antigüedad.

La mejor prueba de la devoción deSan José el Himnógrafo a San José,aparte de llevar el nombre, es el himnoque compuso al Santo Patriarca para eldomingo después de la Natividad en elque celebramos la memoria de San Jo-sé, esposo de la Santísima Madre deDios. Suena así:

Diste a luz en Belén a Cristo encar-nado, Santa Virgen sin la experienciadel matrimonio, y lo envolviste en paña-les; José, tocado de estupor, magníficasu venida y adora su poder.

Viendo el justo José que Dios habíatomado carne en tus castas entrañas,¡oh Virgen pura!, y que había nacido enuna cueva y colocado en un pesebre, en-grandece con himnos al Señor, que seaparece a nosotros.

Para remover claramente de tu mentetoda ambigüedad, se te apareció el invi-sible, diciéndote: No temas, José, tomarahora a María Inmaculada, porque lle-

va en su vientre al que go-bierna con su divina poten-cia todas las cosas.

Se halló, como dijo el pro-feta David, conteniendo ensu vientre al que es incom-prensible, el Dios Emma-nuel. Lo que no entendiendoel divino José, fue enseñadopor el ángel en sueños,mientras dormía.

Viste al niño nuevo sobrela tierra, ¡oh nobilísimo José!, nacido deMaría Virgen, el que había nacido delPadre antes de los siglos; y viste a losángeles alabando al que, dentro de lacueva, yacía en el pesebre.

Como el justo José te conociese figu-rada en los sagrados símbolos, ¡oh Vir-gen agradabilísima a Dios!, por lassuertes de la vara aceptó el matrimoniovenerando contigo, acordándose de lasanta vara de Aarón, que en otro tiempofloreciera.

Viste las sombras de la ley, deseandoardientemente la abundancia de la luzde la gracia, y contemplaste el sol inte-lectual naciente en carne de la Virgen,nube lúcida, y como un astro, ¡oh sabioJosé!, iluminaste a todos los que cla-man: ¡Bendiga toda criatura al Señor!

Guardando, ¡oh portador de Dios!, lavirginidad íntegra, guardaste a la Purade la que el Verbo Dios tomó carne,guardaste a la misma Virgen intactadespués del parto; con ella, deífero Joséacuérdate de nosotros.

P. ROMÁN LLAMAS, OCD

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corredentor con Cristo, perteneciente alorden hipostático, Patrono de la Iglesiacatólica, aliento especial de la evangeli-zación y reevangelización de la Iglesia,subido en cuerpo y alma al cielo, todo loalcanza de su Hijo, mi padre y Señor SanJosé.

Quiero ahora referirme a una alabanzade que se hace cargo el recientementebeatificado Pablo VI. En su rica y pre-ciosa homilía del 19 de marzo de 1969,escribe así de San José: «San José esel tipo del Evangelio que Jesús, dejandola pequeña oficina de Nazaret y comen-zando su misión de profeta y maestro,anunciará como programa para la re-dención del mundo». Conforme a estaspalabras podemos decir que San Josées el ideal de las enseñanzas de Jesús,que José es el Evangelio, la Buena Nue-va que predica Jesús. Y así podemosdecir que José es el tipo, ideal de lasBienaventuranzas, el discurso paradig-mático de Jesús. Es el ideal de los po-bres de espíritu que ponen su confianzasolo en Dios. Solo Dios basta. De la Vir-gen María, su esposa, dice el ConcilioVaticano II que sobresale sobre los hu-mildes y pobres de Yahvé (LG. 65), lomismo digamos de San José, su espo-so, en fuerza de las palabras del BeatoPablo VI, ya que Dios dio a José comoesposo de María «no solo como com-pañero de vida, testigo de la virginidad,tutor de la honestidad, sino también pa-ra que participase por medio del pactoconyugal en la excelsa grandeza deella» (RC 29).

San José es el tipo e ideal de los miseri-cordiosos. Se compadecía de los nece-sitados y miserables. Sin duda Jesús deniño y de joven vio ese comportamientocon los pobres y necesitados, como vio

Una alabanza pre

Las alabanzas que se han dado a SanJosé a lo largo de los tiempos son infini-tas: varón justo, santísimo, santificadoen el seno de su madre, matado en él elfomes peccati, gloriosísimo, el singularcustodio de Jesús y de María, digno es-poso de María y digno padre de Jesús, elHijo de Dios, purísimo, por carpinteromodelo de trabajadores, ideal de las ge-nuinas virtudes evangélicas y de todaslas virtudes, modelo de los humildes, es-taba tan hecho uno con María que tenerque dejarla le arrancaba las entrañas y lerompía el corazón, profundo contempla-tivo en su silencio, Maestro de oración,depositario singular del misterio de Dios,coopera en la plenitud de los tiempos enel gran misterio de la redención y es ver-daderamente ministro de la salvación,

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otra serie de virtudes que San José vivíay las aprendió de él.

San José tipo e ideal de los que buscanla paz. San José es un hombre de paz yun hombre pacífico y, sobre todo, con laperfección con que lo era San José, esesencialmente pacificador, pega paz,comunica paz y serenidad y alegría aaquellos con quienes convive. San Josénunca se enfadó, nunca dijo algo quemolestase a los demás y se le presenta-rían más de una ocasión en su oficio decarpintero. Y Jesús era testigo de todoeste comportamiento pacífico. Nuncaperdió la paz. Todo lo hizo y lo dijo desdela paz que reinaba en su corazón.

San José es el tipo e ideal de los queconfían y esperan en la misericordia deDios Padre. San José confió totalmenteen la providencia de Dios y el que confíaen el Señor la misericordia de Dios le ro-dea (Sal. 31.10). Si algo destaca el Evan-gelio de San José que no habló, pero hi-zo, es precisamente esa plena y totalconfianza y esperanza en su Dios. Mu-cho más perfecta que la de Abraham,paradigma de fe y esperanza en Dios enel Antiguo Testamento. Baste recordarsu huida a Egipto. Ante el mandato delSeñor, por medio de su ángel en sueños,se pone en camino de varias jornadashasta llegar a la nación pagana. En todoel trayecto y durante su estancia en lanación de los Faraones con su esposa laVirgen María y su hijo Jesús, se confíaplena y totalmente a Dios, porque sabeque ni un solo cabello se cae de nuestracabeza sin permiso de nuestro Padre delcielo.

San José es el tipo e ideal de las perso-nas orantes. Jesús da una importanciaesencial a la oración en la vida del cristia-

no. Lo vemos especialmente en el evan-gelio de Lucas al que se le ha llamado elevangelio de la oración. Orad sin desfa-llecer (Lc. 18, 1). Pedid y recibiréis, bus-cad y hallaréis, llamad y se os abrirá (Lc.5, 9). Jesús pasaba noches enteras enoración con su Padre del cielo (Lc. 6, 12)¿Vio esto en su padre José y su madreMaría? San José es, sin duda, el tipo delas personas orantes ¿no fue su vida unaoración sin desfallecer en su continuotrato con Jesús de niño y de joven y consu esposa María? Porque, ¿qué es laoración sino un trato de amistad estandomuchas veces tratando a solas conquien sabemos que nos ama? (V. 8, 5).No parece sino que Santa Teresa ha sa-cado esta definición de la oración de lavida de trato de José con Jesús y María.

Podemos decir que San José está pre-sente en todas las enseñanzas del Evan-gelio de Jesús, y verle en ellas nos harámás fácil el vivirlas.

ciosa para San José

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La Trinidad terrenal consta de la Virgen,San José y el Niño Jesús. Sabemos queJesús ascendió a los cielos por su propiopoder, que la Virgen lo hizo con la ayudade los Ángeles, pero que San José noascendió ni tuvo asunción. ¿Es esto cierto?Este artículo se decide a meditar esteasunto, desde luego nada vanal. Podemospensar que esta Trinidad terrenal pudocontinuar en el Cielo en cuerpo y alma,pues no olvidemos que San José es el padrehumano de Jesús y que es único yexcepcional.

Según el evangelio de San Mateo, vers.50, 51, 52 y 53: «Jesús dando de nuevoun fuerte grito, expiró. La cortina del

templo se rasgó de arriba abajo en dos partes,

la tierra tembló y se hundieron las rocas, seabrieron los monumentos y muchos cuerposde Santos que dormían, más tarde resucitarony salieron de los sepulcros, tras la resurrec-ción de ÉL, vinieron a la Ciudad Santa y seaparecieron a muchos, pero después de la re-surrección de Cristo. No encajan bien los dosrazonamientos. Hay otra suposición. Estosresucitados volvieron a morir, dos veces, co-mo le ocurrió a Lázaro. También podría serque Mateo se adelantara, prefigurando la re-surrección del Juicio Final. Lo que si ocurrióes que la tierra creada por Dios se conmovióbrutalmente ante la muerte de su Creador.Hay documentos del S. IV que hablan de unahendidura en la roca del calvario, que inclusohoy puede verse en la Basílica del Santo Se-pulcro. Jesús murió a la hora nona (a las 3 dela tarde) y resucitó al amanecer, a las 6 de lamañana. Los Evangelios cuentan que cuandoresucitó, a la primera persona que se apare-ció fue a María Magdalena, pero tambiénuna serie de personas con las que habló, yasentados con ellos, ya andando. Recuerdo larotunda frase que dijo San Pablo: «Sí Cristono resucito, vana es nuestra fe, vana nuestrapredicación». Vano nuestro amor al prójimo.La muerte no puede acabar con todo, con no-sotros, con nuestros familiares… Creemosen algo más detrás de la muerte. Tampoconos atrae vivir aquí siempre pues compren-demos nuestra propia degradación. Por tradi-ción sabemos que San José murió en presen-cia de Jesús y María y por eso se le designa«Patrón de la Buena Muerte» y de invoca-ción de los enfermos. Y ya está aquí la inte-rrogación: ¿murió dos veces? Como ya noestaba en este mundo, cuando Jesús inició lavida pública (Las Bodas de Caná) y tampocopresenció la Crucifixión, ¿pudo Dios acor-darse de él (sacarle de la tumba, resucitarle),y retornarle al cielo con su hijo? Tremendo

POSIBLE ASCENSIÓN DE SAN JOSÉ

«Asunción de San José». Anónimo, siglo XIX.

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solo pensarlo, pero no imposible. Es compli-cado pensar que San José merecía el mismotrato que María en su Ascensión pues ella tu-vo en su seno al hijo de Dios y además estabainmaculada y sin pecado. Pero podemos pen-sar, porqué no, que si resucitaron algunosmuertos, aquí sí que podemos decir que elmás meritorio fue él. Resucitó José al hacer-lo su hijo y como Santo que era le acompañóal cielo. Estamos en el campo de las hipótesisrazonadas y así debemos comprenderlo. Ynos vamos a hacer otra pregunta: Estosmuertos que resucitaron ¿cuánto tiempo vi-vieron? ¿Vivieron definitivamente hasta susegunda muerte? Muchos teólogos piensanque esta resurrección fue pasajera y otros quefue definitiva y otros que no hubo resurrec-ción, salvo la de Cristo.

Lo cierto es que no conocemos el lugarde su sepultura y tampoco ningún otro dato.Dice el P. Carrasco que: «¿Permitiría Dios laputrefacción del cadáver o lo impidió comohizo con Lázaro?».

Santa Teresa adoraba a San José y siem-pre lo tenía en mente, y reconoció que todolo que le pedía se le concedía. Ayer he leídoen la prensa que de cada cuatro matrimoniosuno se divorcia. Como final de este artrículoacordémonos de pedir a San José, el mayorprotector de la familia, pues ahí está su ejem-plo, que nos ayude al respecto, a la toleranciay al amor conyugal, dentro de este amor ecle-sial, no solo terrenal sino eterno, como sacra-mento que es. Él mediará por nosotros tantoen la desgracia como en la alegría. Dice el P.Román Llamas que después de Jesús y Ma-ría, San José es el Santo más importante, másque San Juan Bautista o San Pedro. Y añade«que para Jesús las peticiones de su padreSan José son mandatos».

En 1870 fue proclamado por Pío X Pa-trón de la Iglesia Universal. ¡San José, queimportante eres para nosotros!

Ciriaco CASQUETE ROMÁN

NOTA.–Esta es la opinión de este médico.En cambio la mayoría de los autores quetratan este tema están de acuerdo deque San José está en cuerpo y alma en elcielo, como la Virgen María, a la izquierdade Jesús, como ella está a la derecha. Essentencia hoy muy recibida entre los de-votos josefinos. Entre ellos estos tres san-tos: San Bernardino de Siena, San Francis-co de Sales, San Alfonso María de Ligorio,y otros de la categoría de Isolano, Carta-gena, Micowiense, Bernardino de Busto,Suárez, que dice que en su tiempo estasentencia era bastante recibida, Seld-

mayr, Trombelli… «Creemos, dice el P. Bonifacio Llamera que teológicamente, según los prin-cipios josefinos, que puede insinuarse la posibilidad y conveniencia de que el Santo Pa-triarca resucitase»… y «podemos por tanto creer que San José, nuestro amantísimo Patriar-ca, ha triunfado ya en cuerpo y alma… de un modo absoluto, de la vida del alma y tambiénde la vida del cuerpo, que a él principalmente le es debida, en la divina e inseparablecompañía de Jesús y de María» (La teología de San José, BAC, Madrid, 1953, p. 306)

«Tránsito de San José», de Alonso Cano, siglo XVII.

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no se nos pierda de nuestras manos…es vivir con raíces… ¡Cuántos ánimosencontramos cuando recordamos!…Es rebobinar la vida y proyectarla ex-tradimensionalmente… ¡Cuántossentimientos reverdecen en el recuer-do para alimentar ilusiones de futuro!Es decir, lo que he hecho… o heaprendido… o he vivido, no ha pasa-do de mí, de alguna manera está con-migo.

Es bueno que nosotros hagamosuna tarea de memoria… la dejemosfluir y la acojamos en clave de agra-decimiento como la mejor respuesta.

Con el presente constituimos elestado de mayor propiedad. Es unarealidad que se nos va dando con ma-yor definición y fronteras… vivi-mos… sentimos… lloramos… nosalegramos… todo un cúmulo deaconteceres. Es la hora de vivir larea lidad… y de darla sentido –por-que esta realidad esté definida no laconsideremos que está cerrada–. Ca-da uno tiene la suya y nadie está sinella. Es el momento de cargar conella y encargarse de ella.

En el presente nos encontramos. Yhay que vivirlo con fuerza para sentir-

Es necesario que en todos losmomentos de la vida de las

personas encontremos la clave inter-pretativa para vivirlos con sentido…con ilusión…

Si pudiéramos hacer un esquemade la vivencia humana, tendríamosque hacerlo con los siguientes pun-tos: Memoria de un pasado, viven-cia del presente y sentimiento delfuturo.

La psicología de la memoria esuna de las más ricas y complejas quevive la personalidad humana. Ahí, en-tran… hechos… datos… emocio-nes… sentimientos… Es hacer pre-sente lo que hemos visto… oído…aprendido… vivido. Es poner un lazode conexión con el pasado para que

…MIRANDO HACIA EL FUTURO……MIRANDO HACIA EL FUTURO…

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nos protagonistas de nuestra vida y ennuestro medio. Este es nuestro mo-mento. No le dejemos pasar. Está ennuestra manos vivirlo con pasión deser uno mismo abierto a los demás.

De futuro hablamos y al futuro nosdirigimos. Aún cuando vivamos conintensidad el presente… el momentoactual… no perdemos perspectivas…horizontes. De ahí que soñar con futu-ro es de alguna manera ir configuran-do nuestro presente… Es encontrarhorizontes… objetivos y sentido deseguir caminando hacia adelante.

En estos momentos hagamos his-toria en la oportunidad que nos ofre-ce nuestro Tiempo… «saber vivir elpresente» y hacer un camino de fu-turo…

Recordemos aquello que nos dejóVíctor Hugo en la obra de Los Mise-rables: Solo viven aquellos que lu-chan y miran hacia delante.

FRANCISCO A. SEVILLANO SEVILLANOPsicólogo

Solo por hoy…

Solo por hoy trataré de vivir exclusivamente el día

sin querer resolver el problema de mi vida

[todo de una vez.

Solo por hoy tendré el máximo cuidado

de mi aspecto: cortés en mis maneras,

no criticaré a nadie y no pretenderé mejorar

o disciplinar a nadie sino a mí mismo.

Solo por hoy seré feliz en la certeza

de que he sido creado para la felicidad,

no solo en el otro mundo, sino también en éste.

Solo por hoy me adaptaré a las circunstancias,

sin pretender que todas las circunstancias

se adapten a mis deseos.

Solo por hoy dedicaré diez minutos de mi tiempo

a una buena lectura, recordando que, como el alimento

es necesario para la vida del cuerpo,

así la buena lectura es necesaria para la vida del alma.

Solo por hoy me haré un programa detallado.

Quizá no lo cumpliré cabalmente, pero lo redactaré

y me guardaré de dos calamidades:

la prisa y la indecisión.

Solo por hoy no tendré miedo de gozar

de lo que es bello y de creer en la bondad.

San Juan XXIII

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JOSÉ Y MARÍA BUSCANDO A SU HIJO PERDIDO

Ha llegado a mí esta poesía que con sus faltasde ortografía respira una sencillez y encanto

singular. La presento tal como está escrita en unpapel a cuadros:

El niño Dios sea perdidoy San Jose va abuscarlotambien la Virgen Mariacada uno por un lado;Se en cuentra Jose y Marialos dos muy desconsoladosquen sen cuentran al niñohide casa sea marchado,Maria de buscar tieneel corazón des trozadoy el pobre de San Josede pena sea des mallado;Maria dice a Josealberlo tan apenadoComo es el hijo de diosAlcielo seabra marchado;y San Jose diceheso no puesermedijo el Señorque cuidara del;Maria des consoladaatodos le preguntabahinadie leda respuesta

hininguno sabe nada;Pobre de mi hijoquesera de elqueno hay en el mundoquiende señas del;Maria ya esta pensandomandar un mensage al cielosupadre quelove todoquele quite el desconsuelo;San Jose no quierepor que el se encargode cuidar al niñoSer su protector:

–––––Busque todo el mundoal niño de diosquesalio de casahino seen contro.Si alguno lo en cuentrapor casualidades el hijo de diosnotratarlo mal.

A. HINOJOSAS

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CAUSAS DE PARTE DE LA VIRGEN.TERCERA: POR CUMPLIR EL DESEO DE OBEDIENCIA DE MARÍA

Ama el Señor a la Virgen, y deseamos darcontentamiento a quien amamos; y casólaDios por condescender a los deseos y peticio-nes de esta Virgen bendita. Mas ¿quién serátan atrevido que ose hablar de los deseos deaquel virginal corazón, dotado de tanta pro-fundidad y alteza de santidad, que sólo Aquelque tal la hizo es solo que la puede compre-hender?

Y conforme a esta humildad y obras humil-des, eran, Señora, vuestros deseos y entraña-bles peticiones a Dios, suplicándole no os die-se honras en este mundo, no mandos ni rique-zas, sino sujección, obediencia, tener a quienreverenciar y por quien ser regida en la tie-rra.

¿Cómo había de negar Dios deseos de per-sona tan humilde, y pedidos con tanto ahínco?

Concedióle, pues, su petición, diole conten-tamiento y descanso; y cuando ordenó su divi-na Providencia que la Virgen saliese de deba-jo de la mano de la perlada que en el templotenía, púsola debajo de la mano del santo Jo-sef, para que le obedeciese, reverenciase yrespetase con mucho cuidado; porque dárselopor marido es dárselo para que use con él deaquestos oficios. La cabeza del varón es Jesu-cristo, y la cabeza de la mujer es su varón;para que entienda el varón que ha de ser su-jeto a Jesucristo, y entienda la mujer casadaque ha de ser sujeta a su marido en todas lascosas que no fueren pecado, como es el cuerpoa la cabeza y como es la Iglesia a Jesucristo;sin que sea estorbo de aquesto ser el maridoalto o bajo, porque no ha de ser mirado conojos de carne, que tienen más cuenta con lascosas de carne que con la verdad, mas conojos cristianos, que entienden en representarel marido la persona de Cristo, y que el aca-tarle o desacatarle es acato o desacato hechoal mismo Señor.

CUARTA: POR HUMILDAD: PARA SERLA ESPOSA DE UN CARPINTERO

Y para que más os admiréis de la altezadel divino consejo y cuán por otros caminosva la sabiduría de Dios que la humana pru-dencia, da marido a la que tenía por Espo-sa y la había de tomar por Madre, no duqueni conde, ni rico ni rey, sino un carpintero,que tenía necesidad para se mantener deganarlo con la azuela en la mano. ¿Quiénno se admirará hasta salir de sí de cosa tanextraña y fuera de los quicios de la humanarazón? ¿Quién no dirá con San Pablo: ¡Ohalteza de las riquezas de la sabiduría y

SAN JUAN DE ÁVILA (1500-1569) (VIII)

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ciencia de Dios, cuán incomprehensiblesson sus juicios y cuán sin rastro sus cami-nos! ¿Quién conoció el sentido del Señor?¿Quién fue su consejero? ¿Quién le enseñó?Todas las cosas salen de Él, todas son he-chas por Él, todas son conservadas por Él.

¡Señor para siempre bendito, Dios cuyasabiduría no tiene término!, ya que determi-naba vuestra voluntad de tener madre casa-da. ¿Por qué ordenáis casamiento tan desi-gual, dando a la que es Reina de los ángeles,y lo que más es, que es Madre vuestra, no arey ni emperador, sino a un carpintero?¿Tan amigo sois de humildad y pobreza, nosólo amadas en el corazón, mas puestas porobras?¿Tan dulce sonido hace en vuestrasorejas y de vuestra Madre que os llamen avos hijo y a ella esposa de un carpintero?

AGRADECIENDO GRACIAS Y PIDIENDO FAVORES

OREMOS POR NUESTROSDIFUNTOS

Patro Sacha de Mucientes. Victorina Gonzálezde Torrecilla de la Abadesa. Carmen Villasecode Nava del Rey.

Mariangeles Becerril, 20 €; AGREDA, AlfonsaGarcía, 13 €; BENAVENTE, Antonia Pérez, 3 €; CA-RRIÓN DE LOS CONDES, MM. Carmelitas Descal-zas, 3 €; DON BENITO, Josefa Blanco, 3 €; Car-men Sánchez, 3 €; EL BONILLO, Ubalda Blanco,10 €; FUENSALDAÑA, Ernestina, 3 €; GRANADA,Nicolás Parejo, 3 €; GRAUS, Carmelitas Misione-ras Teresianas, 8 €; LUGO, Bernarda Sánchez, 10€; MUCIENTES, una devota, 3 €; NAVA DEL REY,Mª Luisa Paniagua, 5 €; ORENSE, Digan Perejil,13 €; PALENCIA, MM. Carmelitas Descalzas, 3 €;PALMA DE MALLORCA, Mª José Castreño, 5 €;POZAL DE LAS GALLINAS, Lucía Rodríguez, 3 €;Áurea Rodríguez, 3 €; Pilar Rodríguez, 3 €; Águe-da León, 3 €; Orosia Alonso, 3 €; Ceferina Marcos,3 €; María Alonso, 3 €; Teofila Rodríguez, 5 €; Es-trella Heras, 3 €; Sagrario García, 3 €; SEVILLA,María Santervás, 3 €; Josefina Miramontes, 3 €;Diego Rodríguez, 3 €; Isabel María Pérez, 13 €; TA-GLE, Mª Luisa Pilar Fernández, 8 €; TALAVERA DELA REINA, Mª Carmen Ávila, 3 €; TORRALBA DEOROPESA, Eugenia Moreno, 13 €; TORRECILLADE LA ABADESA, Soledad González, 2 €; ValeriaChillón, 3 €; Amparito Casado, 4 €; VALDEPE-ÑAS, Manuela Sánchez, 3 €; VALENCIA, Mª Nie-ves Talayero, 43 €; Miguel Hernández, 3 €; VA-LLADOLID, Soledad Olea, 3 €; Tomás Burgos, 3 €;Rebeca Delgado, 8 €; Purificación Elices, 3 €; Jo-

GIROS RECIBIDOS

ALDEANUEVA DEL CAMINO, CÉVICO DE LA TO-RRE, LA MUDARRA, LA MUELA, MADRIGAL DELAS ALTAS TORRES, MANGANESES DE LA LAM-PREANA, MOJADOS, PANTOJA, POZAL DE LASGALLINAS, SALAMANCA (Purificación Elices),SEVILLA (María Santervas), TORRECILLA DE LAABADESA, VALLADOLID (Carmina Tabares), VI-LLALAR DE LOS COMUNEROS, VILLOSLADA.

MISAS

1 misa por Marina de Torrecilla de la Abadesa. 1misa por Pilar de Villabrágima. 1 misa por Pilar yDavid de Villabrágima. 1 misa por la madre So-ledad González de Torrecilla de la Abadesa. 1 mi-sa por difuntos de Loly Morchón de Torrecilla dela Abadesa.

Llóren como gente muy perdida, por ver-se tan lejos de la humildad de la sagradaVirgen María, que, olvidaba de la grandeventaja que a su marido llevaba, le respetay acata en su corazón, le sirve y obedececon las obras de fuera.

Pues los cielos y la tierra y todo lo que enellos está dirán a voces que no hay cosa másmonstruosa ni digna de mayor castigo que,humillándose el Rey de la majestad, elhombre y gusano se quede enhiesto y sober-bio; y que, acatando y honrando la Madrede Dios, a su esposo Josef, como a cabezasuya y lugarteniente de Dios, se desdeñe lamujer hormiga de no hacer lo mismo con sumarido.

(CONTINUARÁ…)

sefina Ahumada, 3 €; Pilar, 10 €; Andrés Villate,3 €; Carmina Prieto, 1 €; VICAR, Carmen Álvarez,3 €; VILLAFRECHÓS, Isolina Atienza, 3 €; VILLA-LAR DE LOS COMUNEROS, Julia, 3 €.

Se encuentran dos niños y uno le diceal otro:

–Mi papá ha comprado un perro quesabe leer.

–A ver –contesta el otro– le pones alperro frente al periódico y después deun rato le pregunta al amigo:

–¿Qué es lo que dice? Responde elotro:

–Te digo que el perro sabe leer, ¡nohablar!

* * *El empleado y el jefe:–Jefe, ¿puedo salir dos horas antes?

Mi mujer quiere que le acompañe a ha-cer unas compras para aprovechar lasofertas.

–De ninguna manera.–¡Gracias jefe! Ya sabía yo que Vd. no

me iba a defraudar.* * *

–Defíname la Orquesta.–La Orquesta es un esquema de dis-

tribución de los instrumentos y criteriosde colocación de los mismos. La Or-questa es cuando se juntan mucha gen-te que toca y toca la música. Los instru-mentos se colocan unos delante y otrosdetrás y eso depende del tamaño: porejemplo, la gaita siempre se coloca de-lante.

¡Y se quedó tan orondo!* * *

Dos amigos charlando:–Y tú ¿a quién vas a votar en las pró-

ximas elecciones?–Yo, a Ali babá y los 40 ladrones.–¿Y eso?–Para asegurarme de que sean solo

40.

* * *–¿Qué son los terremotos?–Son movimientos bruscos que se

tragan a las personas.

* * *–¿Sabes que el otro día se cayó mi

madre por el balcón y ahora está en elcielo?

–Pues ¡cómo rebota la vieja!

* * *Estaban un cojo, un sordo, un ciego y

un calvo. En eso que va a llegar la poli-cía y el sordo dice:

–Oigo pasos.El ciego ve al policía, el cojo sale co-

rriendo y en esto el calvo dice al policía:–Para mí, que me están tomando el

pelo

* * *Dos amigos hablando:–Oye, ¿cómo se escribe «nariz» en in-

glés?–«NOSE».–¿Tú tampoco? ¡Jp.! Nadie lo sabe.

POR FAVORRíaseRíase

ESTUDIOS JOSEFINOSRevista de investigación y de información sobre la presencia de San José:

APARECE DOS VECES AL AÑOSUSCRIPCIÓN: 22 €. Misma dirección que «EL MENSAJERO DE SAN JOSÉ»

• En los Evangelios• En la Iglesia

• En la Historia• En la Actualidad

19

EL MENSAJERO DE SAN JOSEP P. C A R M E L I TA S D E S C A L Z O S

Teléf. 983 33 01 69

San Benito, 3

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Franqueo Concertado47 - 15

Transverberación de Santa Teresa con laSagrada Familia. Atribuida a Marcos Zapata.(Escuela de Cuzco, Perú) hacia 1750.

Marzo-Abril 2015. Nº 552

REVISTA DE LAS ASOCIACIONESJOSEFINAS DE ESPAÑA

Editado por elCentro Josefino Español

Redacción y Administración:PP. CARMELITAS DESCALZOSC/ San Benito, 3Teléf. 983 / 33 01 6947003 Valladolid

Director:P. ROMÁN LLAMAS

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¡¡ATENCIÓN A TODOS LOS AMIGOS Y SUSCRIPTORES DE LA REVISTA «EL MENSAJERO DE SAN JOSÉ»!!Avisamos a nuestros suscriptores que a partir de FEBRERO DE 2014 no se podrá realizar ninguna operación bancaria sin

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EL MENSAJERO DE SAN JOSÉ¡Gracias a todos!

Habla el Papa Francisco:Sobre la familia de Nazaret 3-4

Un caso especial de protecciónde San José 5

La Encarnación, casa natal de la devoción a San José 6-7

Grandes devotos de San José:San José el Himnógrafo 8-9

Una alabanza preciosa para S. José 10-11

Posible ascensión de San José 12-13

…Mirando hacia el futuro… 14-15

José y María buscandoa su hijo perdido 16

San Juan de Ávila(1500-1569) (VIII) 17-18

«Ríase por favor» 19

Sumario

Se encuentran dos niños y uno le diceal otro:

–Mi papá ha comprado un perro quesabe leer.

–A ver –contesta el otro– le pones alperro frente al periódico y después deun rato le pregunta al amigo:

–¿Qué es lo que dice? Responde elotro:

–Te digo que el perro sabe leer, ¡nohablar!

* * *El empleado y el jefe:–Jefe, ¿puedo salir dos horas antes?

Mi mujer quiere que le acompañe a ha-cer unas compras para aprovechar lasofertas.

–De ninguna manera.–¡Gracias jefe! Ya sabía yo que Vd. no

me iba a defraudar.* * *

–Defíname la Orquesta.–La Orquesta es un esquema de dis-

tribución de los instrumentos y criteriosde colocación de los mismos. La Or-questa es cuando se juntan mucha gen-te que toca y toca la música. Los instru-mentos se colocan unos delante y otrosdetrás y eso depende del tamaño: porejemplo, la gaita siempre se coloca de-lante.

¡Y se quedó tan orondo!* * *

Dos amigos charlando:–Y tú ¿a quién vas a votar en las pró-

ximas elecciones?–Yo, a Ali babá y los 40 ladrones.–¿Y eso?–Para asegurarme de que sean solo

40.

* * *–¿Qué son los terremotos?–Son movimientos bruscos que se

tragan a las personas.

* * *–¿Sabes que el otro día se cayó mi

madre por el balcón y ahora está en elcielo?

–Pues ¡cómo rebota la vieja!

* * *Estaban un cojo, un sordo, un ciego y

un calvo. En eso que va a llegar la poli-cía y el sordo dice:

–Oigo pasos.El ciego ve al policía, el cojo sale co-

rriendo y en esto el calvo dice al policía:–Para mí, que me están tomando el

pelo

* * *Dos amigos hablando:–Oye, ¿cómo se escribe «nariz» en in-

glés?–«NOSE».–¿Tú tampoco? ¡Jp.! Nadie lo sabe.

POR FAVORRíaseRíase

ESTUDIOS JOSEFINOSRevista de investigación y de información sobre la presencia de San José:

APARECE DOS VECES AL AÑOSUSCRIPCIÓN: 22 €. Misma dirección que «EL MENSAJERO DE SAN JOSÉ»

• En los Evangelios• En la Iglesia

• En la Historia• En la Actualidad

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