El monte de las ánimas.
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Parte 1
La historia transcurre en un monte soriano, llamado Monte de las Ánimas, el día de los Difuntos. Comienza con una expedición de cazadores de ese lugar, pero ya se encuentran preparando el regreso. Así es como Beatriz y Alonso, hijos de los Condes de Borges y de Alcudiel, montados a caballo, inician el camino hacia casa. Alonso, que es cazador, empieza a contar una leyenda, la del Monte de las Ánimas. Al parecer, a este monte que llamaban de las ánimas pertenecía a los Templarios, que eran guerreros y religiosos a la vez. Cuando los árabes fueron expulsados de Soria, el Rey los hizo venir para defender la ciudad, lo que ofendió a los nobles de Castilla y se creó cierta hostilidad entre ellos. Entonces, se inició una profunda lucha hasta que el rey finalizó la espantosa batalla; el monte fue abandonado y en la capilla de los religiosos se enterraron los cuerpos de unos y otros. Desde entonces, cuando llega la noche de los difuntos corre la leyenda de que las ánimas de los muertos corren junto con todos los animales del monte, muertos de miedo y sin que nadie quiera permanecer ahí por esta fecha.
Parte 2Una vez en casa de los Condes, sólo Beatriz y Alonso permanecían ajenos a la conversación general, hasta que el joven rompió el largo silencio comunicándole a su prima que pronto se separarían y que antes de ello le quería regalar una joya. Beatriz le contestó que aceptar un regalo suyo podía comprometer su voluntad, y entonces Alonso le contó que era el día de todos los santos y que por lo tanto, un día de celebración para todos. Ella, sin decir nada, aceptó el regalo y él le pidió alguna cosa suya. Beatriz estuvo de acuerdo y le dijo que en el monte de las ánimas perdió la banda azul que llevaba en la cacería, y que justamente quería regalársela. A estas palabras, Alonso, aún sintiéndose capaz de luchar contra los lobos, no era lo suficiente valiente como para ir de noche al monte y buscar aquel objeto perdido. Pero al ver una sonrisa irónica de Beatriz, se levantó, y muerto de miedo se dirigió hacia el monte en su caballo, diciéndole adiós a la hermosa. Fueron pasaron las horas hasta llegar la media noche y Beatriz no pudiendo dormir se levantó a rezar creyendo oír su nombre cuando sólo era el viento que azotaba su ventana. Así, asustada y con insomnio, oyendo las campanas de la ciudad de Soria, hasta que llegó el amanecer. Cuando se levantó, estando a punto de reírse de ella misma por haberse asustado tanto la noche anterior, vio su banda azul rota y ensangrentada en su mesilla de noche. Beatriz quedó paralizada, sus ojos se desencajaron y cuando vinieron sus sirvientes para avisarla que Alonso había sido devorado por los lobos del monte, la encontraron inmóvil y muerta de horror.
Parte 3
Dicen que después de este suceso, un cazador logró estar una noche dentro
del monte de las ánimas, y que antes de morir pudo narrar que vio los
esqueletos de los antiguos Templarios y de los nobles sorianos enterrados en la
capilla, y además, pudo ver también como una mujer desmelenada y con los
pies ensangrentados que daba vueltas alrededor de la tumba de Alonso.
Beatriz oyó entre sueños las vibraciones
de la campana lentas, sordas,
tristísimas…Creía haber oído a un par
de ellas pronunciar su nombre; pero
lejos, muy lejos, y por una voz ahogada
y doliente.
Así pasó una hora, dos, la
noche, un siglo, porque la
noche aquella le pareció
eterna a Beatriz.
g
Al fin despuntó la aurora: vuelta de
su temor, entreabrió los ojos a los
primeros rayos de la luz. Después de
una noche de insomnio y de
terrores, ¡es tan hermosa la luz clara
y blanca del día!
Separó las cortinas de seda
del lecho, y ya se disponía a
reírse de sus temores
pasados…
…cuando de repente un
sudor frío cubrió su
cuerpo, sus ojos se
desencajaron y una
palidez mortal descoloró
sus mejillas;
sobre el reclinatorio había visto
sangrienta y desgarrada la
banda azul que perdió en el
monte, la banda azul que fue
a buscar Alonso.
Cuando sus servidores llegaron
despavoridos a noticiarle la muerte del
primogénito de Alcudiel, que a la
mañana…
…había aparecido devorado por los
lobos entre las malezas del Monte de
las ánimas, la encontraron inmóvil,
crispada, asida con ambas manos a
una de las columnas de ébano del
lecho
Desencajados los
ojos, entreabierta la
boca, blancos los
labios, rígidos los
miembros, muerta,
muerta de horror…
En la leyenda se establecen los siguientes temas› Bécquer recoge el tema folclórico universal con el
enfrentamiento de los templarios contra los nobles de Soria, y añade el carácter de la mujer, la cual engaña al hombre para conseguir sus propósitos y dominarlo. Estos dos temas van constantemente relacionados durante la obra, que son la lucha y el amor.
› Aparece lo tradicional y el arte, con elementos como la iglesia tocando las campanadas a las doce de la noche informando de que es todos los santos. También se p destacan toda clase de ruidos extraños, como el ruido de unas pisadas sobre la alfombra de Beatriz, el crujido de la madera; el azote de los vidrios del balcón; el agua que caía sin cesar, etc… Así pretendía transmitir al lector los sentimientos de miedo e inquietud.
En este relato de Bécquer se manifiestan casi todas las características del Romanticismo:
Individualismo, predominio del yo (Bécquer comienza la leyenda hablándonos de él mismo, de cómo conoció la leyenda, y dónde y por qué la escribió) y subjetivismo (nos describe la realidad no objetivamente, sino desde el punto de vista de los personajes: la leyenda la conocemos por lo que sabe de ella Alonso y, sobre todo, la noche de espera la vivimos tal y como la vivió Beatriz, sabiendo sólo lo que ella oye, ve y siente; no se nos CUENTA lo que "objetivamente" sucedió).
Por una parte, los personajes actúan movidos por los sentimientos y no por la razón: por amor a Beatriz, Alonso comete la insensatez de ir al Monte de las Ánimas la Noche de Difuntos.
Por otra parte, Bécquer intenta con esta leyenda conmover al lector, tocar sus sentimientos produciéndole terror, sorpresa, compasión, simpatía o pena.
Ruptura de las normas, rebeldía, afán de libertad: como en muchas otras leyendas, los personajes rompen una norma o tabú (en este caso, el tabú o norma no escrita de no ir al Monte de las Ánimas esa noche), pero esto conlleva un castigo: en este caso, el final trágico o desgraciado.
Pesimismo: visión negativa de la realidad. Los personajes, que luchan por su ideal (alcanzar el amor de Beatriz en el caso de Alonso), rompiendo para ello cualquier TIPO de norma, terminan encontrando un final trágico: la muerte. Este final trágico, la imposibilidad de lograr la felicidad, es muy frecuente en las obras románticas.
La mujer de belleza diabólica o perversa es otro motivo típicamente romántico, relacionado con los peligros de perseguir un ideal o un sentimiento, que lleva siempre a la desgracia PARA los románticos.
Obsesión con la muerte: la muerte es un elemento fundamental de ESTA leyenda, tanto por el final de los dos personajes, COMO por la propia leyenda del Monte de las Animas, en que se CUENTA como se levantan los espíritus de todos los muertos en una espantosa batalla del pasado. Se alude a muchos elementos tétricos relacionados con ella: esqueletos, tumbas, sudarios...
Evasión de la realidad (propia del rechazo de la realidad de los románticos): en esta leyenda se manifiestan dos de las formas que tenían los románticos de huir de esa realidad que no les gustaba:
A través del historicisimo, en este caso, al recoger una leyenda que nos lleva a la Edad Media (una de las épocas preferidas de los románticos).
A través de la imaginación, la fantasía, lo sobrenatural (con el que además los románticos muestran su rechazo de la razón): en la leyenda suceden muchos fenómenos inexplicables contrarios a la razón, fantásticos, por ejemplo, que las almas de los difundos se levanten de sus tumbas y toquen las campanas, que la banda azul llegue a la habitación de Beatriz cuando Alonso ha muerto en el monte o lo que el cazador ve cuando queda atrapado (entre otras cosas, el alma de Beatriz penando eternamente en el monte). Como es común en las obras románticas, estos elementos sobrenaturales aparecen ligados a la noche (en concreto, la noche de difuntos) e influyen en la vida de los personajes (en este caso, los llevan a la muerte y, además, hacen que Beatriz y Alonso terminen FORMANDO parte de la leyenda del Monte).
Uso de la naturaleza acorde con los sentimientos, para expresar un determinado estado de ánimo: en este caso, el Monte de las Animas es el espacio lúgubre y terrorífico mediante el cual Bécquer expresa el misterio, el miedo, el CONTACTO con lo inexplicable.