EL MOVIMIENTO CONSERVACIONISTA AMERICANO

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UN PRECEDENTE LEJANO DEL DEBATESOBRE LA SOSTENIBILIDAD: EL MOVIMIENTOCONSERVACIONISTA AMERICANO (1890-1920)José Luis Ramos Gorostiza*

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  • JUNIO-JULIO 2002 NUMERO 80031

    DESARROLLO SOSTENIBLE

    1. Introduccin

    El Movimiento Conservacionista Americano (1890-1920) fuequiz el movimiento social ms importante de Estados Unidos acomienzos del siglo XX. Pero no slo se trat de un amplio fen-meno popular y cultural, sino que adems el conservacionismolleg a desempear un papel decisivo en varias eleccionesnacionales, convirtindose en parte de un importante programade reforma poltica bajo las presidencias de Theodore Roosevelt(1901-1909) y William Howard Taft (1909-1913).

    Probablemente no se pueda entender bien la creciente preo-cupacin contempornea por la preservacin ambiental tradu-cida en medidas polticas concretas o el debate actual sobre lasostenibilidad de los sistemas econmicos sin el referente hist-rico del Movimiento Conservacionista. Es cierto que ste pre-senta importantes diferencias con lo que hoy consideramos elmovimiento verde, y tambin es verdad que la idea de con-servacin tal y como fue entendida entonces no se corres-ponde con la idea de sostenibilidad tan discutida en nuestrosdas. Sin embargo, el Movimiento Conservacionista signific laprimera toma de conciencia a gran escala tanto en el mbitosocial como en el poltico sobre los problemas ambientales, ycondujo a iniciativas pblicas y privadas sin precedentes, dirigi-

    Este trabajo muestra que el Movimiento Conservacionista Americano (1890-1920) es un referente histrico fun-damental para comprender la conformacin de la actual preocupacin social por el medio ambiente y el desa-rrollo sostenible. El Movimiento Conservacionista signific la primera toma de conciencia a gran escala sobrelos problemas ambientales, y condujo a iniciativas pblicas y privadas sin precedentes, dirigidas a preservar lavida salvaje y los entornos naturales singulares, y a lograr un uso sabio y cientfico de los recursos natura-les. Asimismo, situ en primer plano el imperativo tico de la obligacin respecto a las generaciones futuras enla utilizacin del medio natural. Aunque el Movimiento Conservacionista no fue capaz de desarrollar un anlisiseconmico riguroso de la escasez de recursos naturales, a su sombra s hubo algunos economistas como Ely,Gray o Ise que intentaron explorar la conexin entre la tica conservacionista y la teora econmica.

    Palabras clave: pensamiento econmico, desarrollo sostenible, conservacin de la naturaleza, EE UU.

    Clasificacin JEL: B10, N51.

    UN PRECEDENTE LEJANO DEL DEBATE SOBRE LA SOSTENIBILIDAD: EL MOVIMIENTOCONSERVACIONISTA AMERICANO (1890-1920)

    Jos Luis Ramos Gorostiza*

    * Profesor Asociado. Departamento de Historia e Instituciones Econmicas I.Facultad de Ciencias Econmicas y Empresariales. Universidad Complutensede Madrid.

  • das a preservar la vida salvaje y los entornos singulares y alograr un uso sabio y cientfico de los recursos naturales.Asimismo, el conservacionismo norteamericano trajo a primerplano el imperativo tico de la obligacin respecto a las genera-ciones futuras, que hoy encontramos claramente establecido en trminos de la idea de equidad intergeneracional bajo elconcepto de desarrollo sostenible.

    En el terreno econmico, el Movimiento Conservacionista nofue capaz de desarrollar un anlisis riguroso. Como se tendrocasin de comprobar, la doctrina conservacionista recogidaen una amplia literatura de carcter eclctico y heterogneogir en torno a una idea de escasez fsica u objetiva de recursosnaturales, su posible agravamiento por comportamientos huma-nos inadecuados, y sus consecuencias socioeconmicas. Por unlado, no parece que los principales impulsores del Movimientotuvieran formacin especfica en economa sino mayoritaria-mente en ingeniera y ciencias naturales, y por otro comoindican Barnett y Morse (1963: 96) los escritos conservacionis-tas pretendan ser instrumentos de una corriente de reforma pol-tico-social, lo que a veces les dotaba de un talante oportunista yun estilo poco acadmico, repleto de eslganes, demagogia yefectismo. Partiendo de un entusiasta optimismo tecnolgico, ydesde el reconocimiento explcito del inevitable impacto de lasactividades humanas en el medio ambiente, se confiaba en lacapacidad del hombre para modular dicho impacto activa y sabia-mente en su propio beneficio con el apoyo de la ciencia. En gene-ral, la tendencia dominante fue buscar el crecimiento econmicosacando el mximo partido a los recursos naturales, especialmen-te los renovables (aprovechamiento intensivo de las cuencas flu-viales mediante obras de regulacin, rendimiento sostenido delos bosques a travs de su conversin en plantaciones forestales,etctera). De hecho, Samuel Hays (1959), en su ya clsico estu-dio sobre el Movimiento Conservacionista Americano, definiste como el evangelio de la eficiencia en el uso de los recursosque hoy denominaramos ecoeficiencia. No obstante, no falta-ron voces crticas entre los ms preservacionistas.

    En el contexto de las preocupaciones suscitadas por Movi-miento Conservacionista s hubo algunos economistas Ely,

    Gray e Ise que intentaron explorar la conexin entre la ticaconservacionista y la teora econmica. En concreto, para Gray(1913) el problema de la conservacin era macroeconmico yestaba necesariamente vinculado a la cuestin tica de la equi-dad intergeneracional, sintetizada en la discusin sobre la tasade descuento del futuro respecto a la utilizacin de los recursosnaturales. Asimismo, Gray (1914) realiz una exposicin bastan-te acabada de la teora microeconmica de la explotacin mine-ra en un entorno perfectamente competitivo que luego refina-ra y formalizara Hotelling [1987(1931)]. Ambos trabajos,aunque poco citados especialmente el primero estn en lasbases fundacionales de la moderna economa de los recursosnaturales.

    El objetivo del presente artculo es destacar el legado delMovimiento Conservacionista, que le convierte en un hito his-trico fundamental para comprender la conformacin de laactual preocupacin social por el medio ambiente y el desarro-llo sostenible. Dicho legado hace referencia bsicamente a cier-tas iniciativas polticas que han tenido continuidad en el tiempo(creacin de parques nacionales y reservas de fauna, legisla-cin sistemtica para el control de la contaminacin, elabora-cin de bases estadsticas sobre el patrimonio natural, educa-cin ambiental, etctera), pero tambin alude a la anticipacinde algunas controversias que han marcado el debate conserva-cionista posterior. Asimismo, est relacionado con las citadasaportaciones de teora econmica que vieron la luz al amparode las preocupaciones suscitadas por este importante fenme-no social.

    Tras apuntar algunos de los rasgos bsicos que perfilaron elvariopinto Movimiento Conservacionista, se pasar a presen-tar su dimensin econmica, dominada por una singular con-cepcin de la escasez de recursos naturales y sus efectos. Acontinuacin se expondrn brevemente las aportaciones anal-ticas realizadas por economistas como Gray o Ise al alientodel clima social conservacionista. Y finalmente, a modo deconclusin, se har una sntesis de los elementos que consti-tuyen la herencia ms tangible del Movimiento Conservacio-nista.

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  • 2. Races, carcter y manifestaciones del MovimientoConservacionista

    Si algo define al Movimiento Conservacionista norteamericanoes su naturaleza compleja y heterognea, como punto de con-fluencia de grupos e intereses muy diversos. Sobre la base de unamplio sustrato de valores, acab constituyndose una importan-te fuerza poltica que intent mantener en todo momento suatractivo. Este hecho explica algunas cosas. En primer lugar, lascontradicciones internas del Movimiento y su fuerte dependen-cia de personalidades polticas concretas, lo que a la postre con-tribuira a la desaparicin del mismo. En segundo lugar, la pro-gresiva ampliacin de sus propsitos, desde el nfasis inicial ycasi exclusivo en los recursos naturales, hasta la inclusin ensus aos finales de diversas propuestas sobre legislacin anti-trust, urbanismo, o bienestar y poltica social (en relacin aaspectos tales como el trabajo infantil, la inmigracin o la calidadalimentaria). De hecho, la idea de conservacin lleg a signifi-car en la prctica cosas muy distintas para diferentes colectivossociales (Hays, 1959: 175). Y en tercer lugar, su eclecticismo: enel discurso conservacionista era habitual que se dieran cita ideasrelacionadas con las ciencias naturales, la ingeniera, la poltica,la organizacin administrativa, la economa, la sociologa, el arteo la salud pblica, mezclando un nivel abstracto de exposicincon la referencia a asuntos del da a da.

    Aparte de ensayos e informes tcnicos, la doctrina conserva-cionista se expres tambin, de una u otra manera, bajo otrosmuchos formatos: textos legislativos, discursos polticos, litera-tura de viajes, poemas, litografas, fotografas, pinturas, cancio-nes populares, artesana de la madera, recreacin de formasarquitectnicas rurales1, etctera. Igualmente, entre las mani-

    festaciones del espritu conservacionista cabra situar la eclo-sin del nuevo excursionismo o turismo de naturaleza prime-ro por ferrocarril y luego por automvil, la proliferacin declubs deportivos y de actividades de ocio al aire libre para lasclases medias urbanas (caza, camping, jardinera del paisaje,montaismo, ornitologa, picnic, etctera), y la aparicin denumerosas organizaciones juveniles que utilizaban la naturalezacomo instrumento educativo y de socializacin2.

    El contexto en el que nace el Movimiento Conservacionistatiene una especial relevancia. A finales del siglo XIX la llamadafrontera salvaje ha desaparecido tras dcadas de expansinhacia el oeste, y la base de recursos de la federacin ha quedadoya claramente delimitada. La Guerra Civil est an bastantereciente y es tambin un momento de afirmacin del carcter y laidentidad nacional, que en buena medida se va a vincular a la ricanaturaleza de Norteamrica3. Son asimismo los aos de la llama-da segunda revolucin industrial perodo clave en el ascensoestadounidense al liderazgo mundial, con una profunda trans-formacin de las relaciones que el hombre haba mantenido consu entorno casi desde los primeros asentamientos europeos:triunfo de la industrializacin a gran escala, rpido crecimientodel grado de urbanizacin, plena orientacin hacia el mercado de

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    1 En Inglaterra, bajo el influjo del movimiento Arts and Crafts liderado porWilliam Morris, ya se haba dado una reivindicacin de formasarquitectnicas arcaizantes y de gusto rural. Asimismo, en el terreno delurbanismo verde los primeros pasos tambin se dieron en Inglaterra. En1898 Ebenezer Howard propuso un modelo de ciudad jardn concntrica deentre 32.000 y 58.000 habitantes, con la existencia de cinturones verdesagrcolas y forestales de decenas de kilmetros, y en la que la titularidad delsuelo se mantendra en manos pblicas para que el incremento de rentas

    diferenciales por el uso urbano del suelo revirtiera en la administracin de lapropia ciudad. Se tratara de comunidades econmicamente autnomas y deayuda mutua, que produciran poco ms que sus propias necesidades. Elferrocarril circundara la ciudad y sera bsicamente para el transporte deobjetos no de personas y la conexin con centros principales (MARTINEZALIER y ROCA, 2000: 401; FRAMPTON, K., Historia crtica de laarquitectura moderna, Barcelona, Gustavo Gili, pginas 27-8).

    2 Destac en especial el Movimiento Juvenil Woodcraft Indians, fundado en1902 por Ernest Thompson Seton.

    3 La afirmacin de la identidad nacional y su vinculacin con la naturalezapuede encontrarse ya incluso antes de la Guerra de Secesin. Un ejemplomuy claro es el prlogo de 1855 a la primera edicin de Hojas de Hierba deWalt WHITMAN (1819-1892): Los Estados Unidos son en esencia el poemams grande [...] Los poetas americanos han de abrazar lo viejo y lo nuevoporque Amrica es la raza de las razas. El bardo ha de estar a la altura desu pueblo [...] Su espritu responde al espritu de su pas...encarna sugeografa y su naturaleza y sus ros y sus lagos. A partir de aqu comienzaa describir las maravillas de la generosa naturaleza americana, para concluirms tarde: Hablar en literatura con la propiedad perfecta y naturalidad delos movimientos de los animales, y a la manera del sentimiento de los rbolesen los bosques y de la hierba al borde del camino, es el triunfo irreprochabledel arte (edicin de Espasa Calpe, Madrid, 1999, pginas 83, 86-7 y 95).

  • una agricultura cada vez ms intensiva en el uso de capital, vastaexplotacin de los recursos naturales, etctera. En concreto, elproceso de rpida deforestacin en el Este de Estados Unidos espatente y crece una cierta ansiedad social ante la idea de dilapida-cin del patrimonio natural nacional. Asimismo, el georgismoest en auge4 y hay un debate abierto sobre el uso, control y dis-tribucin de las tierras pblicas en el Oeste. Por ltimo, la fe en laidea de progreso y en el poder de la ciencia y por tanto en lacapacidad de control y dominio del entorno fsico se encuen-tran en un momento lgido, confiando en la autoridad indiscutidade la ciencia para guiar la accin humana y en el potencial de latcnica para solucionar cualquier problema. En este sentido, seva a reivindicar una poltica de gestin cientfica y racional delos recursos naturales liderada por cientficos e ingenieros desdeinstancias pblicas. No obstante, es importante tener presenteque en los aos del surgimiento del Movimiento Conservacionis-ta las fronteras entre ciencia profesional y amateur, entre cienciay religin, y entre lite y cultura popular eran en muchosaspectos menos claras y fijas de lo que son hoy: los individuosde educacin liberal an podan hablar con cierta autoridad sobretemas cientficos, la investigacin cientfica an poda ser explica-da como complemento de la fe religiosa, y los instrumentos deexpresin cultural rebasaban a menudo las divisiones de clase5.

    Las fuentes intelectuales del Movimiento ConservacionistaAmericano se sitan en la variada literatura sobre recursosnaturales generada en Norteamrica desde mediados del siglo

    XIX (algunos, incluso, fechan aqu los inicios del Movimientocomo tal). El autor ms influyente es sin duda el polifacticoGeorge Perkins Marsh6 (1801-1882) y su obra Man and Nature;or Physical Geography as Modified by Human Action, publicadaen 1864. Este libro puso de manifiesto la interdependencia de laesfera social y la medioambiental, llamando la atencin respectoal destructivo impacto humano sobre el entorno: frente a la ideapredominante entre los gegrafos de la poca de que la aparien-cia fsica de la Tierra era resultado casi enteramente de fenme-nos naturales, Marsh [1965(1864)] subray a los seres humanoscomo importantes agentes de cambio7; el hombre modificaba elcomplejo natural y los cambios en la naturaleza tenan unainfluencia decisiva en el hombre. En especial, y a partir de suspropias observaciones en la Europa mediterrnea y en NuevaInglaterra, Marsh llam la atencin sobre los peligros de la talaindiscriminada de bosques, pues la erosin y la alteracin delsistema de drenaje natural echaban abajo la productividad de latierra, algo que ya haban subrayado autores de diversos paseseuropeos. Insisti en que la naturaleza no siempre se curaba a smisma como haban credo ciertos telogos de pocas ante-riores, habiendo algunos actos de destruccin que rebasabanla capacidad de recuperacin de la Tierra8. En cualquier caso,

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    4 Henry GEORGE (1839-1897) public en 1879 Progreso y Miseria, ellibro de economa ms ampliamente ledo en el mundo anglosajn a finalesdel siglo XIX, traducido enseguida a 13 lenguas y vendido en cantidadesasombrosas durante las tres dcadas que siguieron a su aparicin ms dedos millones de ejemplares, superando incluso a las novelas ms popularesdel momento. En esta obra, con la base analtica del modelo ricardianomodificado y tras la constatacin de la intensa especulacin sobre la tierraque haba acompaado a la construccin del primer ferrocarriltranscontinental, George defendi la creacin de un impuesto nico queconfiscase la totalidad de las rentas puras de la tierra rendimientos noganados, que crecan con el simple progreso social. Aunque George fuedespreciado por la mayora de los economistas acadmicos, el movimientogeorgista lleg a ser polticamente importante durante aos (RAMOS, 2001).

    5 Pgina tres del prefacio de la coleccin multimedia sobre el MovimientoConservacionista Americano de la Bilbioteca del Congreso de EstadosUnidos: .

    6 Adems de su inters por las ciencias naturales y las labores agrcolas,Marsh fue abogado, editor de peridico, congresista, diplomtico en Turquae Italia, y destacado lingista conocedor de veinte lenguas y estudioso delos orgenes del ingls y de la cultura escandinava. Sus intereses intelectualeseran tan amplios que abarcaban desde la publicacin de un extenso librosobre el camello y su posible introduccin en los desiertos americanos, hastael diseo del monumento a Washington. La biografa clsica sobre esteinslito personaje es la de David Lowenthal, George Perkins Marsh: VersatileVermonter, Nueva York, Columbia University Press, 1958.

    7 GLACKEN [1996(1967)] sita la obra del conde de BUFFON (1707-1788) como pionera a la hora de considerar la importancia de la accin delhombre sobre el entorno fsico. A partir de tal percepcin de la capacidadhumana de modificacin de la Naturaleza, URTEAGA (1987) identificaclaramente en la Ilustracin las primeras manifestaciones de una doctrinaconservacionista, bien que en convivencia con una fuerte tradicin de controly dominio del medio.

    8 Las devastaciones cometidas por el hombre trastornan las relaciones ydestruyen el equilibrio que la naturaleza haba establecido entre suscreaciones orgnicas e inorgnicas; y ella se venga del intruso dejando queacten sobre sus provincias mutiladas energas destructivas [...]. La Tierra seest convirtiendo a pasos agigantados en morada inhspita para suhabitante ms noble, y otra era de iguales crmenes e imprevisin humanos

  • no clamaba por detener la interferencia humana, sino por lograruna explotacin equilibrada de la madera, es decir, no rechaza-ba toda actividad de explotacin, sino que abogaba por unaadministracin cientfica de los recursos9 (Bowler, 1998: 231).La accin humana era capaz de restaurar las armonas natura-les, y esa accin deba provenir, ms que de la intervencinestatal, del propio inters educado en la visin de la naturalezacomo algo que trabajaba junto al hombre en su beneficio (co-worker of nature) (Dorman, 1999: 31).

    Marsh defenda una concepcin de los recursos naturalesamplia: stos eran algo enormemente complejo y diverso, enconstante cambio e interaccin dinmica de componentes. Porello, consideraba que reducirlos al factor tierra de los econo-mistas clsicos era una abominable simplificacin abstracta, almismo tiempo que rechazaba la idea maltusiana de que existierauna conexin simple entre los requerimientos de subsistenciahumana y la capacidad productiva agrcola; es decir, la depen-dencia del hombre respecto de los recursos naturales tal comol los entenda era algo mucho ms complejo que un meroflujo de alimentos procedentes de una oferta limitada de tierraagrcola sujeta a rendimientos decrecientes. En consecuencia, elproblema de la escasez de recursos y sus efectos tena mltiplesdimensiones, en la medida en que existan muchas posibilidadesde variar el equilibrio entre el hombre y la naturaleza, tanto deforma favorable como desfavorable. Asimismo, la escasez no erauna fuerza absolutamente ineluctable, en el sentido de imponer

    lmites a la actividad humana de los que tarde o tempranono caba escapar (y que en el caso de los clsicos se concretabanen la llegada del estado estacionario).

    El pensamiento de Marsh tuvo un gran impacto en la configu-racin del ideario del Movimiento Conservacionista, y en elterreno prctico en la dcada de 1890 deriv en la creacinde un sistema nacional de bosques administrados por una Comi-sin Forestal, con el establecimiento de reservas que no sepodran vender a compaas madereras privadas. Pero hubootro autor que tambin ejerci una destacada influencia intelec-tual en el naciente conservacionismo: el escritor, filsofo y natu-ralista Henry David Thoreau (1817-62)10. Thoreau expres congran viveza el nuevo sentido de deleite en la experiencia de lanaturaleza virgen como smbolo de lo sublime, y contribu-y a difundir la idea de que las reas de belleza natural extraor-dinaria deberan preservarse para las generaciones futuras, sal-vndolas de la voracidad de las empresas mineras y madereras.Poco a poco la exploracin del Oeste fue revelando la existenciade unos paisajes sorprendentes captados en multitud de cua-dros, litografas y fotografas11, lo que dio cada vez ms fuerza

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    [...] la reducira a tal condicin de productividad miserable, de superficiearruinada, de exceso climtico, que amenazara con la depravacin, labarbarie y hasta con la extincin de las especies [MARSH, 1965(1864): 42-3]. Precisamente, el objetivo de Man and Nature, segn se seala en suprefacio, era indicar el carcter y, aproximadamente, la amplitud de loscambios producidos por la accin humana en las condiciones fsicas delglobo que habitamos; sealar los peligros de la imprudencia y la necesidadde precaucin en todas las operaciones que, a gran escala, interfieren conlos arreglos espontneos del mundo orgnico o inorgnico; [y] sugerir laposibilidad e importancia de la restauracin de las armonas distorsionadas yla mejora material de regiones devastadas y exhaustas.

    9 Para Marsh era importante meditar todas las consecuencias y razonar yjustificar las razones de las actuaciones humanas. As, los beneficiosderivados del Canal de Suez segn l compensaran con creces losefectos ecolgicos adversos.

    10 El trabajo ms influyente de THOREAU (1976) quiz sea Walden; or Lifein the Woods (1854), que redact tras pasar dos aos en una rstica chozajunto a una pequea charca llamada Walden, cerca de Concord(Massachusetts), dedicado a cubrir sus necesidades bsicas y a liberarse delas prisas y la ansiedad de las ciudades. La libertad y el encanto de lanaturaleza segn Thoreau podan encontrarse lo mismo en los paisajestransformados por la mano del hombre cerca de las ciudades que en losbosques deshabitados del Maine, pero en cualquier caso slo en lo salvajeestaba la preservacin del mundo. Thoreau era amigo de Emerson y, comol, transcendentalista versin americana del romanticismo: Dios estabapresente en la naturaleza y en los seres humanos, y cada individuo debaconfiar en su propia consciencia e intuicin para encontrar las verdadesespirituales. El hombre poda ser definido mejor como parte de la naturalezaque como miembro de la sociedad, y slo se encontraba verdaderamente a smismo en lo ms hondo de un bosque virgen, logrando la unificacin de sumente con la dimensin espiritual de la naturaleza. Thoreau tambin destacpor sus aportaciones a la comprensin de la dinmica ecolgica de las reasforestales (WORSTER, 1994: 71). Sobre este autor puede consultarse el librode Paul BROOKS, Speaking for Nature: How Literary Naturalists from HenryThoreau to Rachel Carson Have Shaped America, Boston, Houghton MifflinCo., 1980. Vase tambin MUMFORD [1960(1931)].

    11 Uno de los fotgrafos ms importantes fue William Henry Jackson(1843-1942). Entre los pintores destac Albert Bierstadt, y entre losensayistas de la naturaleza y los autores de literatura de viajes despuntaronClarence King, John Burroughs y Thomas Starr King.

  • a las tesis de Thoreau. As, en 1864 Yosemite pas a manos delestado de California en calidad de parque pblico, y en 1872 secre el primer Parque Nacional en Yellowstone (Wyoming)12.

    Si Marsh y Thoreau representan en gran medida las basesintelectuales de conservacionismo, otros personajes se distin-guieron ms bien por su trabajo en pos de la difusin social dela tica conservacionista y de su institucionalizacin entre lasburocracias gubernamentales (Dorman, 1998). Frederik LawOlmsted (1822-1903) fue uno de los ms ardientes defensoresde la elaboracin de legislacin especfica y del control estatalcomo medios de garantizar la preservacin: particip activa-mente en la defensa de Yosemite frente a las pretensiones deexplotacin privada, as como en las iniciativas para la salvaguar-dia de las cataratas del Nigara que tuvieron lugar desde 1869, yque culminaron en su declaracin como reserva en 1885. Tam-bin promovi la creacin de amplios espacios verdes en lasgrandes ciudades, diseando el Central Park de Nueva York en185313. Otra figura importante fue John Muir (1838-1914), granviajero-explorador desde Alaska a Amrica del Sur y quiz elms famoso ambientalista de Estados Unidos. Fue el principalprotagonista de la transformacin efectiva de la percepcin de lanaturaleza entre las crecientes clases medias urbanas, desde lopeligroso y vedado hasta el espectculo agradable y seguro paradisfrute general. Se distingui en la lucha a favor de la creacinde los parques nacionales de Sequoia, Mount Ranier, PetrifiedForest y Grand Canyon, y logr la declaracin del de Yosemiteen 1890. Fundador del Sierra Club (1892) para la defensa de lasbellezas naturales de California en su estado original, puedeconsiderrsele el adalid de la corriente ms puramente preser-

    vacionista dentro del conservacionismo14. Por fin, cabe destacaral gelogo John Wesley Powell (1834-1902), que dirigi numero-sas expediciones al Oeste llamando la atencin sobre la bellezade lugares como el gran Can del Colorado. En 1878 publicsu influyente Report on the Lands of the Arid Region of the UnitedStates un autntico estudio de planificacin regional donderecalc el carcter singular del medio ambiente del Oeste yabog por la divisin del territorio segn las disponibilidades deagua, con el desarrollo de una actividad econmica adaptada alas condiciones naturales. Ms tarde, propuso que se empren-dieran obras para lograr el riego a gran escala y que toda elagua del Oeste fuera controlada desde instancias pblicas ennombre de la administracin cientfica, pues la explotacin pri-vada podra arruinar para siempre esas frgiles tierras. Talesideas desempearan luego un papel importante en el desarrollode la poltica de obras hidrulicas y gestin del agua en muchosestados del Oeste rido15. De hecho, ya en 1902 bajo la presi-dencia de Theodore Roosevelt (1901-1909) se aprob la Recla-mation Act, que significaba el reconocimiento explcito de lanecesidad de impulsar el regado desde instancias pblicas.

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    12 Otra figura legal que se estableci, que implicaba un menor nivel deproteccin, fue la del Monumento Nacional. En Espaa los primeros ParquesNacionales se crean en 1918 en Covadonga y Ordesa, dentro de unatradicin aristocrtica, cazadora y deportista, impulsados por Pedro Pidal yBernaldo de Quirs, marqus de Villaviciosa. El modelo inspirador fueprecisamente el norteamericano, que planteaba los parques como grandessantuarios de naturaleza virgen y salvaje, algo que en el caso espaolresultaba poco realista (CASADO DE OTAOLA, 1997: 396).

    13 La biografa ms importante sobre Olmsted es la de Laura W. ROPER,FLO: A Biography of Frederick Law Olmsted, Baltimore, The Johns HopkinsUniversity Press, 1973.

    14 Las principales obras de MUIR The Mountains of California (1894) y Our National Parks (1901) al igual que las de otros autoresfundacionales del Movimiento Conservacionista, puede consultarse en texto completo dentro de la coleccin multimedia elaborada por laBiblioteca del Congreso de Estados Unidos: . Tambin estn disponibles a travs de lapgina web elaborada por el Sierra Club . Para obtener ms datos biogrficos sobreMuir vase el libro de Stephen FOX, John Muir and His Legacy: TheAmerican Conservation Movement, Boston, Little Brown & Co., 1981.

    15 Para el caso de California, donde la verdadera expansin de las obrashidrulicas comienza a finales de la dcada de 1920, puede consultarseHUNDLEY, N., The Great Thirst: Californians and Water, 1770s-1990s,Berkeley y Los Angeles, University of California Press, 1992 y PISANI, D. J.,From the Family Farm to Agrobussines: The Irrigation Crusade in California andthe West, 1850-1931, Berkeley y Los Angeles, University of California Press,1981. Con carcter ms general para todo el Oeste rido vase Worster(1985). El libro de William E. SMYTHE, The Conquest of Arid America,publicado en 1900, es un buen ejemplo de la visin optimista respecto al futurode un Oeste en regado, y transmite bien la mentalidad popular, que lleg aexaltar el riego a gran escala va control cientfico del agua comoaspecto esencial de la poltica de conservacin. Su paralelo en Espaa seraJoaqun Costa y su poltica hidrulica. Vase SMYTHE (1900). Sobre la figurade John Wesley Powell se ofrece una buena semblanza en DORMAN (1998).

  • Precisamente, fue Roosevelt quien dio carta de naturalezapoltica al conservacionismo, aunque su antecesor, McKinley(1897-1901), hubiera adoptado ya algunas medidas en estadireccin. Roosevelt subray la necesidad de la administracincientfica de los recursos de la nacin y elabor un programaque abogaba por el establecimiento de controles estatales sobrelos recursos forestales, minerales e hdricos como medio degarantizarlos, regulando su uso comercial. Durante su mandatopasaron al dominio pblico un total de 84 millones de hectreasde pastizales y zonas boscosas, y comenz la poltica efectiva deaprovechamiento sistemtico y multifuncional de las cuencasfluviales, con obras tan emblemticas como la gran presa cons-truida a principios de siglo cerca de Phoenix (Arizona)16. Asi-mismo, Roosevelt estaba muy interesado en el establecimientode reservas de osos, venados y otros animales, con objeto deproteger la vida salvaje y evitar que como haba ocurrido aosatrs con el bfalo o bisonte estas especies fueran colocadasal borde de la extincin por la caza indiscriminada17. En 1908promovi la celebracin de un famoso Congreso de Goberna-dores de todos los Estados, en el que junto a expertos y

    legisladores se discutieron las directrices de una futura polti-ca nacional de conservacin y se promovi la realizacin demiles de estimaciones sobre cantidades y caractersticas fsicasde los recursos naturales de Norteamrica18 (Hays, 1959: 127-133). Sin embargo, en 1909, con la llegada de Taft a la presiden-cia (1909-1913) y la destitucin de Gifford Pinchot que entre1898 y 1910, como jefe del Servicio Forestal, haba sido la cabe-za visible del conservacionismo junto a W. J. McGee, la doc-trina de la conservacin ira perdiendo progresivamente fuer-za en la agenda poltica.

    Pinchot (1865-1946), ingeniero forestal formado en Alemania,encarna la tradicin dominante dentro del conservacionismonorteamericano: la del culto a la ecoeficiencia, subrayando elvalor econmico de los bosques-plantacin como productores demadera de forma sostenida bajo una explotacin adecuada19. Porel contrario, John Muir representa la defensa del culto a la natu-raleza silvestre y es un claro antecesor de la corriente ecocntri-ca que ms tarde desarrollaran autores como Aldo Leopold: elbosque como fuente de valores recreativos incluso sagrados.Un buen ejemplo de la contraposicin de ambas posturas elenfoque utilitario frente al preservacionista se dio en el casodel proyecto de construccin de una presa en el Hetch HetchyValley parte del Parque Nacional de Yosemite para abaste-cer de agua a San Francisco. El proyecto se llev finalmente a

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    16 El conservacionismo estadounidense, comparado con el movimientoverde actual, haca hincapi no en la distribucin sino en el crecimiento.Foment el desarrollo de las cuencas fluviales basndose en el argumento deque la energa hidroelctrica reemplazara al carbn. Cuando alguien sealque el aprovechamiento del Nigara poda menoscabar su belleza, losconservacionistas adujeron la opinin de Kelvin de que era un crimeninternacional menospreciar tanta energa (MARTINEZ ALIER ySCHLPMANN, 1992: 199; la ancdota sobre Lord Kelvin aparece en Hays,1959: 127). En 1932 Franklin D. Roosevelt impulsara un segundomovimiento conservacionista como parte de la poltica del New Deal,volviendo a hacer de nuevo especial hincapi en la construccin de presas yen el aprovechamiento de las cuencas fluviales con el fin de obtener energahidroelctrica. Con tal propsito precisamente sera creada la TennesseValley Authority.

    17 Durante estos primeros aos del siglo XX tambin se ponen en marchainiciativas en este sentido en Gran Bretaa y a nivel mundial. La SociedadPro Conservacin de la Fauna del Imperio Britnico nace en 1903 y laSociedad Ecolgica Britnica en 1913 (la americana aparecer el ao1916). En 1909 se celebra en Pars un Congreso Internacional para laConservacin de Paisajes, y en 1914 tiene lugar en Berna la PrimeraConferencia Internacional para la Conservacin de la Naturaleza. Desde ladcada de 1860 ya exista una Sociedad Pro Conservacin de Veredas yEspacios Abiertos Comunes que intentaba salvar la herencia rural britnica, ya finales del siglo XIX haban surgido en Gran Bretaa y Estados Unidos,respectivamente, la Sociedad Protectora de las Aves y la Sociedad Audubon.

    18 En este terreno el conservacionismo tambin fue de algn modo pionero.Actualmente, desde el convencimiento de que la gestin ambiental exige unainformacin que vaya mucho ms all de las magnitudes monetarias relativasa los procesos de produccin y consumo proporcionadas por la contabilidadnacional tradicional, se trabaja en la elaboracin de cuentas del patrimonionatural que integren magnitudes monetarias y fsicas, y que se ocupentambin del antes y el despus de los procesos de produccin y consumo: ladisponibilidad de recursos y la generacin de residuos.

    19 Para una revisin crtica de la poltica forestal durante la eraconservacionista puede consultarse LIBECAP y JOHNSON (1979). En 1902 elingeniero alemn emigrado a Norteamrica Bernhard E. FERNOWpublic The Economics of Forestry: A Reference Book for Students of PoliticalEconomy and Professional and Lay Students of Forestry. En l se recogantodos los grandes avances alemanes decimonnicos sobre gestin forestal,justo en un momento en que las prcticas de manejo cientfico de losbosques se haban convertido en la punta de lanza del conservacionismo. Dehecho, el manual de FERNOW (1902) encarnaba a la perfeccin los idealesde gestin racional y cientfica al servicio del progreso econmico queguiaban al Movimiento Conservacionista.

  • cabo a pesar de la tenaz oposicin de Muir y su Sierra Club, peroqued constancia de las tensiones existentes dentro del conser-vacionismo que anticipaban debates futuros20.

    En cualquier caso, el reconocimiento de la obligacin respec-to al futuro era algo ampliamente compartido. Pinchot, al definirel conservacionismo desde su marcada posicin utilitarista,expresaba dicha obligacin de un modo que recuerda mucho lafamosa declaracin del Informe Brundtland sobre desarrollosostenible:

    La conservacin significa el mayor bien para el mayornmero a lo largo del perodo ms largo de tiempo,[...][y] demanda el desarrollo completo y ordenado denuestros recursos para beneficio de todo el mundo, envez de su explotacin parcial en provecho de unospocos. Reconoce el pleno derecho de la generacinactual a usar [...] todo lo que necesite de los recursosnaturales ahora disponibles, pero igualmente reconocenuestra obligacin de usar lo que necesitemos de formaque nuestros descendientes no se vean privados de loque ellos necesiten (Pinchot, 1910: 48 y 80).

    3. Escasez, uso sabio y gestin de recursos naturales

    Barnett y Morse (1963) estudiaron a fondo la extensa literatu-ra del Movimiento Conservacionista en relacin al problema dela escasez, llegando a la conclusin de que en ella no se hacauso de anlisis econmico alguno para aproximarse a esta cues-tin, ni tampoco se realizaba un examen de la historia econmi-ca del siglo XIX el siglo de la rpida industrializacin y delcrecimiento de las ciudades intentando identificar y medir laescasez y sus efectos econmicos. El enfoque de los conserva-cionistas era esencialmente descriptivo y estaba centrado en elcaso norteamericano, lo que haca que en la prctica fuera pocooperativo para servir de base a generalizaciones abstractas.

    La escasez era un rasgo permanente de la naturaleza, y portanto un hecho propio de la vida: derivaba del carcter finito de losrecursos naturales, lo que se traduca en unos claros lmites fsi-cos. En realidad, as entendida la escasez era inevitable, algo de loque en ltima instancia no caba escapar de ningn modo, ni bajocondiciones de extrema frugalidad: la oferta de carbn, petrleo ogas cuyo uso constitua una necesidad fsica de la sociedadindustrial era fija, y una vez que estos elementos se quemabanhaban desaparecido para siempre; los minerales, aunque recicla-bles, tambin estaban sujetos a agotamiento, por factores comocorrosin, prdida y deterioro. Los lmites de la nacin, por tanto,eran absolutamente tangibles y la labor de inventariar las reservasfsicas de los recursos disponibles se antojaba esencial.

    Pero el concepto de escasez y por tanto de lmites era multi-dimensional para los conservacionistas, en la medida en que losrecursos naturales [eran] especficos en tipo, localizacin, calida-des y relaciones de unos con otros. Y la escasez econmica en elsentido de disponibilidad fsica limitada [caracterizaba] todas estasdimensiones (Barnett y Morse, 1963: 77). En suma, la escasezslo poda describirse adecuadamente como un vector de variascoordenadas. Por otra parte, haba una interdependencia entre losorganismos biolgicos de la naturaleza y entre los elementos delentorno geolgico y atmosfrico. As, por ejemplo, la desaparicinde los bosques alteraba la calidad y distribucin de las aguas,aumentaba la erosin del suelo, incida en una menor humedadambiental, etctera. Es decir, las cantidades y calidades de losrecursos naturales individualmente considerados dependan unasde otras. Por consiguiente, estas interdependencias existentes enla naturaleza que subyacan a los equilibrios ecolgicos eranotro elemento clave a la hora de hacer referencia a la escasez21.

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    20 Sobre la tensin entre preservacionistas y conservacionistas de corteutilitarista, vase HAYS (1959: 189-198).

    21 Como puede observarse, la huella de G. P. Marsh que rechazaba porreduccionista el nfasis de los economistas clsicos en la tierra agrcola einsista en la importancia de los complejos equilibrios ecolgicos esevidente en la conceptualizacin conservacionista de la escasez comofenmeno multidimensional. Los conservacionistas reprobaban tambin laconsideracin de la tierra como mero factor de produccin al margen de susvalores vitales. Sin embargo, su visin de la escasez como un lmite de tipoabsoluto era similar a la de los clsicos, aunque contaran con la ventajasobre stos de haber asistido a importantes logros tcnicos.

  • La actividad humana, inevitablemente, agravaba la escasez los lmites naturales en la disponibilidad de recursos, al dis-torsionar los equilibrios ecolgicos y utilizar minerales no reno-vables. Sin embargo, tal agravamiento de la escasez era enbuena medida una cuestin de grado, pues dependa de que sehiciera o no un uso sabio de los recursos (wise use). Por eso,los conservacionistas se ocuparon prolijamente del despilfarro ysus formas, pues entendan que ste era un elemento activo enla generacin de escasez. El despilfarro era ineficiencia fsicaen el empleo de los recursos, y poda tener su origen tanto en laapata e ignorancia humanas, como en la inconveniente inter-vencin pblica y la incompetencia del gobierno, e incluso endecisiones racionales adoptadas en el contexto del sistema depropiedad privada, soberana del consumidor y competencia.Era despilfarro no obtener el mximo rendimiento fsico soste-nible de los recursos renovables bosques, pesca, hidroelectri-cidad, etctera, pues ello llevara a menudo a recurrir a recur-sos no renovables sin necesidad22; asimismo, stos ltimosdeban explotarse extrayendo del subsuelo todo su potencialaprovechable. En el uso de los recursos tambin poda haberdespilfarro, en la medida en que fuera posible obtener aproxi-madamente el mismo tipo de ser vicio o producto con unamenor cantidad de recurso o con un uso menos destructivo delmismo (evitando la contaminacin, erosin, sobreexplotacin,etctera). Por ltimo, la utilizacin inadecuada de bienes finalesen cuya produccin se hubieran empleado recursos naturalestambin contribua de forma indirecta a agudizar la escasez23.

    De acuerdo con los escritos conservacionistas, las consecuen-

    cias del agravamiento de la escasez que nunca llegaron a jus-tificar de forma convincente eran de dos tipos. En lo social,cada vez mayores proporciones de poblacin se vean obligadasa abandonar las formas de vida rural en contacto directo conla naturaleza para concentrarse en zonas urbanas, y ello alte-raba las virtudes tradicionales de la sociedad americana, al ame-nazar la figura del hombre independiente y hecho a s mismo, ysus valores de sobriedad, honestidad y trabajo duro frecuente-mente ligados a una profunda religiosidad (Hays, 1959: 142-3).Lo que en realidad subyaca aqu era una reivindicacin nostl-gica e idealizada de la vuelta a la naturaleza como fuente devalores eternos, que servira de antdoto a los males y desrde-nes de la sociedad industrial y de base para su regeneracinespiritual. Los clases medias urbanas haban vivido los efectosde la rpida industrializacin sobre el medio ambiente y la socie-dad norteamericana, y no les gustaba nada lo que perciban: lacontaminacin, la degradacin de entornos naturales, la fealdadde los desarrollos urbansticos, los conflictos sociales nacidosde la polarizacin de trabajadores y patronos, la creciente delin-cuencia, etctera (Ekirch, 1963).

    En lo econmico, el agravamiento de la escasez de recursosnaturales contribua a reducir la productividad del trabajo y aincrementar el coste real de todos los productos. Por otro lado,el recrudecimiento de la escasez junto a la alta eficiencia delos trust como forma de organizacin industrial llevara apare-jado un aumento del poder de monopolio y de sus rentas, con elconsiguiente efecto distributivo perverso. Adems, el control delos recursos en un pequeo nmero de manos era incompatiblecon los principios bsicos de una sociedad democrtica.

    Lgicamente, la contrapartida del despilfarro era el usosabio, centrado en la minimizacin de la destruccin de recur-sos naturales y en la maximizacin de su rendimiento fsico, loque conllevaba no daar la capacidad de regeneracin de losrecursos renovables emplendolos siempre que fuera factibleen lugar de los no renovables, explotar primero los recursosms abundantes en la medida de lo posible, aprovechar las opor-tunidades disponibles de reciclaje y eficiencia energtica, y apu-rar al mximo la vida til de los productos. Todo esto nos suena

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    22 Ntese que en el caso de los bosques la edad de mximo crecimientofsico medio de las especies arbreas (que puede llegar a ser elevada, porejemplo de 120 aos o ms) no coincide con el turno de corta ptimo, desdeun punto de vista econmico, establecido por Faustmann-Pressler. Es decir,obtener el mximo rendimiento fsico de la naturaleza algo que eraesencial para los conservacionistas no tiene por qu ser necesariamente loaconsejable desde la perspectiva de la racionalidad econmica.

    23 Dentro de estas amplias categoras, podan considerarse despilfarro unagran diversidad de situaciones: el cierre prematuro de explotaciones depetrleo, gas o carbn, los incendios forestales o los problemas deinundacin de minas derivados de una mala gestin, la utilizacin decalefaccin y luz ms all de lo necesario, el no aprovechamiento del plenopotencial de produccin hidroelctrica de los ros, etctera.

  • hoy familiar, pues en muchos casos se trata de medidas queestn entre las estrategias actualmente recomendadas para ellogro de una economa sostenible. Sin embargo, lo cierto es quelos conservacionistas se refirieron a cuestiones de significativocontenido econmico relacionadas con la gestin de recursosnaturales desde la mera intuicin y el sentido comn, sinreconocer la relevancia de ciertos principios econmicos bsi-cos, y por tanto, sin llegar a captar a menudo las verdaderasdimensiones de los problemas24. En cualquier caso, tales limita-ciones no fueron bice para que el Movimiento Conservacionis-ta lograra un notable xito poltico y social en su poca, dejandouna impronta en las mentalidades que aos despus marcara elrenacimiento de las preocupaciones ambientales en Norteam-rica. No obstante, y pese a todas las prevenciones de los con-servacionistas, las postrimeras del siglo XIX y los inicios del XXfueron una poca de expansin sin paralelo en el consumo derecursos en Estados Unidos (Bowler, 1998: 234-5).

    Algunos autores, como los citados Barnett y Morse (1963), sehan mostrado muy crticos con la visin fsica y objetiva de laescasez de los conservacionistas, que les llev a considerar staa la manera de los clsicos como un lmite absoluto. Sinembargo, hoy dicha visin de escasez objetiva vuelve a ser rei-vindicada desde el enfoque biofsico, utilizando indicadorescomo los costes energticos de extraccin por unidad de outputque llevan a conclusiones contrarias a las obtenidas en sumomento por Barnett y Morse en su famoso estudio sobre la

    escasez de recursos naturales25 (Carpintero, 1999: 231). Por otraparte, en la medida en que en lo referente al uso de energael proceso econmico es esencialmente entrpico, y dado que laley de la entropa tiene un carcter irrevocable e irreversible, elhombre se enfrenta de hecho a un problema de escasez objetiva,tal y como sealara Georgescu-Roegen [1996(1971): 56].

    Por ltimo, conviene volver a recalcar que, junto a las referen-cias al problema de la escasez, en la literatura conservacionistasubyace claramente la idea de gestin cientfica de recursosbasada en criterios de eficiencia fsica, el precepto tico de obli-gacin respecto a las generaciones futuras, y una concepcinorgnica del hombre y la naturaleza. Desde tales postulados, loque se deja traslucir es una clara desconfianza hacia el laissezfaire y el atomismo econmico, y una preferencia por el controlpblico del funcionamiento de los mercados26 (Kula, 1998: 48-9;Hays, 1959: 124).

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    24 As, los conservacionistas utilizaron el concepto de rendimiento mximosostenible, bsico en recursos como la pesca o los bosques, sin ahondarmnimamente en su significado. Actualmente por ejemplo loseconomistas toman en consideracin el coste de mantener los stockspesqueros al mximo nivel sostenible, que es una funcin creciente delesfuerzo pesquero (el cociente entre la extraccin anual y las existencias), porlo que lo mejor es mantener las capturas a un nivel ms bajo que el mximosostenible. Por otra parte, hoy resulta difcil hablar en trminos econmicosde la extraccin de recursos minerales sin atender a conceptos bsicos comoel coste marginal de extraccin y su comparacin con el valor marginal deloutput, o sin hacer referencia al criterio de maximizacin del valoractualizado de la corriente de ingresos futuros derivados del activoambiental, criterio que con el tiempo acab generalizndose entre loseconomistas dedicados a los temas de gestin intertemporal y cuyo origenhay que situar en la ingeniera forestal alemana de principios del siglo XIX.

    25 BARNETT y MORSE (1963) utilizaron como indicadores de escasezeconmica los costes de extraccin unitarios (medidos en trminos de capitalmonetario y trabajo por unidad de producto) y la tendencia de los precios enlos sectores estudiados (agricultura, minera, recursos forestales y sectorpesquero), llegando a la conclusin de que haba habido una cada generalde tales indicadores entre 1870 y 1957 salvo en el caso los recursosforestales. Desmentan as la idea de una escasez general y absoluta de laque no se puede escapar, presente tanto en lo que ellos llamaron escasezmaltusiana caracterizada por la existencia de unos lmites ltimos a lacantidad de tierra disponible para el cultivo como en la ricardiana en laque a los lmites cuantitativos haba que aadir la disminucin cualitativa enla calidad de la tierra. Enfatizando la capacidad tecnolgica (para disminuircostes monetarios de extraccin, lograr una mayor sustitucin de factores yrecursos, y aumentar las dotaciones minerales de explotacin rentable) ,Barnett y Morse afirmaban que la flexibilidad era lo que caracterizaba larelacin del hombre con su entorno fsico, y que las restricciones naturalessiempre tendran un carcter relativo.

    26 El mito de la gestin cientfica que ha tenido una larga vigenciatemporal enlaza con una tradicin de discusin y diseo de polticaspblicas desde arriba por equipos restringidos de tcnicos y polticos, enun mbito opaco, cerrado y reducido, y en el marco de un procesoadministrativo controlado y predecible. Todo esto encaja perfectamente conuna visin monoltica y nave del Estado, segn la cual ste tendera a actuaren la bsqueda del bien comn a la manera de un dspota benevolente,trasladando rigurosamente a la prctica las directrices marcadas por unconjunto de expertos que estudia de forma asptica y cientfica losproblemas. Pero han sido muchos los autores que han contribuido a echarpor tierra esta arraigada concepcin casi siempre implcita. Los politlogoshan mostrado la importancia decisiva del poder en el mbito de lasdecisiones pblicas y de la vida econmica en general. Entre los economistas,

  • 4. Teora econmica a la sombra del MovimientoConservacionista: Ely, Gray e Ise

    Hubo tres economistas que intentaron estudiar las conexio-nes entre la tica conservacionista y la teora econmica. El pri-mero de ellos, Richard T. Ely (1854-1943), no realiz ningunaaportacin analtica digna de mencin, quiz porque su metodo-loga era inductivista y descriptiva, en la lnea de la Escuela His-trica Alemana (no en vano, se haba doctorado en Heildelbergy haba seguido un curso con K. Knies)27. El principal mrito deeste autor reside, esencialmente, en el hecho de haber introdu-cido en Estados Unidos, desde 1889, el inters sistemtico pordiversos aspectos de la economa de los recursos naturales, queen gran medida haba asimilado en Alemania. Las propuestas deEly (1918) para una mejor conservacin de los recursos natura-les se centraron en la propiedad pblica y la regulacin estatal.

    El segundo economista, y con diferencia el ms importante, esLewis Cecil Gray (1881-1952), que se form en la Universidad de

    Wisconsin durante los aos dorados del conservacionismo,encontrando precisamente en el citado Ely al maestro que leintroducira al campo de los recursos naturales. Como ha seala-do Crabb (1983: 213-5), mientras que las contribuciones deGray a la historia econmica norteamericana en concreto en elmbito de la historia agraria y de la viabilidad econmica de laesclavitud recibieron enseguida un amplio reconocimiento, noocurri as con sus aportaciones analticas de carcter neoclsi-co y recogidas en dos artculos publicados en el Quarterly Jour-nal of Economics en los aos 1913 y 1914. El de 1913, Las posibi-lidades econmicas de conser vacin, ha permanecidoprcticamente olvidado hasta la actualidad, en tanto que el de1914, Renta bajo el supuesto de agotabilidad, slo empez aser reconocido lentamente entre la profesin a partir de 1955,aunque no de forma generalizada. En l se sentaban las bases dela moderna economa de los recursos naturales no renovables.De hecho, su exposicin de la teora microeconmica de laexplotacin minera en un entorno perfectamente competitivo que luego refinara y formalizara Hotelling [1987(1931)] estcasi completa en sus aspectos fundamentales28.

    En Las posibilidades econmicas de conservacin, Gray(1913) intentaba abordar de forma nueva desde el instru-mental analtico propio de los economistas uno de las temasms candentes del momento, la conservacin de las riquezasnaturales, que hasta entonces nadie haba tratado desde laperspectiva de la ciencia econmica. Tal y como Gray lo plante-aba, el problema de la conservacin era macroeconmico yestaba necesariamente vinculado a la cuestin tica de la equi-dad intergeneracional, sintetizada en la discusin sobre la tasade descuento del futuro respecto a la utilizacin de los recursos

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    hace ya tiempo que HIRSCHMAN [1961(1958)] se esforz en mostrar quemedian demasiadas cosas entre el diseo de planes concretos y su ejecucinprctica, lo que hace que los resultados de las actuaciones pblicas tiendan aalejarse muchas veces en exceso de las previsiones tericas. Por su parte, laescuela de la Eleccin Pblica ha dibujado al Estado como un conjuntocomplejo de polticos y funcionarios que tienen objetivos dispares, mostrandosus importantes imperfecciones de funcionamiento (derivadas de problemasen los procedimientos de votacin, inercias burocrtico-administrativas,actuacin de grupos de presin, etctera).Hoy se reclaman modelos de elaboracin de polticas pblicas relacionadascon el medio natural que sean ms abiertos y participativos, pues seconsidera que es importante hacer explcitos los valores en disputa y losintereses en juego. La ciencia representada por el tcnico o expertopuede ayudar a comprender las consecuencias de las distintas decisiones,pero no puede proporcionar la solucin definitiva, porque en gran medida laeleccin final es una cuestin tica. Por otra parte, el sistema cientficomoderno y su modelo de toma de decisiones se ve desbordado, a veces, porla propia magnitud de algunos problemas, que son globales, complejos,cambiantes y quiz irreversibles como el progresivo calentamiento de lasuperficie terrestre, y para los que se carece de experiencia previa.

    27 Ely es considerado un precursor del institucionalismo americano, comomaestro que fue de John R. Commons y Wesley C. Mitchell. Asimismo, fuefundador junto a Seligman de la afamada American Economic Association.Inici su carrera de profesor en la Universidad Johns Hopkins de Baltimore,pero ante sus continuos enfrentamientos con Newcomb y los marginalistasacab trasladndose a la de Wisconsin. Tras una larga dedicacin a laeconoma laboral sera ya al final de su vida acadmica cuando se centraraplenamente en los temas conservacionistas y de economa agraria.

    28 Respecto a GRAY (1914), puede consultarse ROBINSON (1989: 137-56). El trabajo de CRABBE (1983) tambin centra su atencin en las ideas deGray sobre teora microeconmica de los recursos no renovables, estudiandosus antecedentes y comparndolas con las de HOTELLING [1987(1931)].Gray estableci que la pauta de utilizacin de los recursos agotables a lolargo del tiempo deba regirse por la igualacin del beneficio marginalactualizado que se obtena con la extraccin en cada perodo; es decir, elbeneficio marginal (precio menos coste marginal de extraccin) deba crecera una tasa constante, el tipo de inters de mercado.

  • naturales. Hoy los economistas tambin ligan la idea de soste-nibilidad con la obligacin de las generaciones actuales frente alas venideras, aunque dan a este controvertido concepto uncontenido bastante ms amplio, que desborda con creces lamera discusin sobre el problema del descuento del futuro. Noobstante, dicha discusin sobre el descuento en la que Grayfue pionero sigue abierta, y hoy ya no slo hace referencia ala eleccin de un ritmo de utilizacin de recursos naturales norenovables que atienda tanto a la eficiencia econmica inter-temporal como a la equidad intergeneracional29, sino tambin acul debe ser la tasa de actualizacin de los costes y beneficiosde proyectos de inversin pblica con claros impactos ambien-tales a veces irreversibles30. Por otra parte, la aportacinde Gray (1913) puede considerarse en cualquier caso un prece-dente destacado del actual debate sobre la sostenibilidad de lossistemas econmicos, por el mero hecho de haber introducidoen el discurso econmico la idea de equidad intergeneracionalrespecto al problema de la utilizacin intertemporal del medionatural.

    Para Gray, la conservacin era una cuestin tica totalmentenueva por su amplitud, en la medida en que involucraba a los nonacidos, y haca bsicamente referencia a los recursos no reno-vables, absolutamente limitados en su oferta y cuya utilizacinobligaba a hacer una eleccin definitiva entre presente y futu-ro. De hecho, el autntico quid del problema de la conserva-cin [...] [era] ajustar el conflicto entre los intereses del presentey del futuro (Gray, 1913: 501 y 499). Conservacin, por tanto,era equivalente a no utilizacin o en su defecto al logro demenores tasas de utilizacin (pgina 515). Los recursos erancontemplados claramente como esenciales, no sustituibles.

    Segn Gray, definir una poltica de conservacin entendidacomo ralentizacin de la tasa de extraccin de recursos no renova-bles implicaba delimitar un escenario macroeconmico en el queluego se permitira actuar a las fuerzas micro movidas por la bs-queda de la eficiencia, es decir, se trataba de crear condicionessociales adecuadas que proveyesen motivos de conservacin. Porconsiguiente, lo primero que haba que hacer era investigar lascondiciones que en el caso de un individuo [determinaban] la con-veniencia de una poltica de conservacin (pgina 504). Dado queel objetivo del agente era maximizar el valor actualizado de lacorriente de todos los beneficios netos futuros derivados de susactivos, la ms importante de dichas condiciones era la tasa de des-cuento. Pues bien, tras discutir ampliamente la importancia de latasa de descuento para el ritmo de extraccin de recursos naturalesen lo que constituye la primera aproximacin a esta cuestin enla literatura econmica, Gray conclua que la ralentizacin de latasa de extraccin de recursos no renovables se poda lograrmediante una poltica que redujera el tipo de inters de mercadotanto como fuera institucionalmente factible. Asimismo, el hecho defavorecer en lo posible un incremento del precio de mercado de losrecursos extrados tambin podra contribuir con matices allogro del objetivo conservacionista de ralentizacin (pginas 517-8).

    Un conservacionismo estricto que llevase a otorgar la mismaimportancia a las necesidades futuras y presentes aplicandouna tasa de descuento cero no tendra ningn sentido, pues deeste modo la cantidad de uso presente llegara a ser infinitesimaly el perodo de utilizacin de recursos no renovables sera infini-

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    29 Gray es el iniciador del debate sobre esta cuestin en la literaturaeconmica, que luego ha contado con contribuciones importantes. Vase, porejemplo, la tercera parte del influyente libro de Talbot PAGE, Conservationand Economic Efficiency, Baltimore, The Johns Hopkins University Press(1977). Tambin pueden consultarse los siguientes artculos: Dasgupta, P.S.,On Some Alternative Criteria for Justice between Generations, Journal ofPublic Economics, 1974, 3, pginas 405-423; SOLOW, R.M.,Intergenerational Equity and Exhaustible Resources, Review of EconomicStudies, 1974, volumen 41, pginas 29-45; DASGUPTA, P. S., y MITRA, T.,Intergenerational equity and efficient allocation of exhaustible resources,International Economic Review, 1983, 24, pginas 133-153; SOLOW, R.M.,On the intergenerational allocation of natural resources, ScandinavianJournal of Economics, 1986, 88, pginas 141-9; y ROWSE, J., DiscountRate Choice and Efficiency in Exhaustible Resource Allocation, TheCanadian Journal of Economics, 1990, 23(4), pginas 772-90.

    30 Vanse, por ejemplo, los captulos 14 y 15 del reputado manual dePEARCE, D. W., y TURNER, K. R., Economa de los recursos naturales y delmedio ambiente, Madrid, Celeste Ediciones, 1995. Sobre este tema tambincabe destacar, entre otros, los siguientes artculos: FELDSTEIN, M. S., TheSocial Time Preference Discount Rate in Cost Benefit Analysis, EconomicJournal, 1964, 74, pginas 360-79; KRUTILLA, J. V., ConservationReconsidered, American Economic Review, 1967, LVII (4), pginas 777-86;ARROW, K. J. y FISHER, A. C., Environmental Preservation, Uncertainty andIrreversibility, Quarterly Journal of Economics, 1974, 88, pginas 313-319;o WEITZMAN, M. L., On the Environmental Discount Rate, Journal ofEnvironmental Economics and Management,1994, 26(2), pginas 200-9.

  • to (pgina 515). Ahora bien, desde la teora econmica no cabaestablecer cul deba ser el nivel de conservacin ptimo o sucontrapartida, el grado ms conveniente de utilizacin de recur-sos sintetizado en una determinada tasa de descuento. Y esque antes de poder decir algo relevante a este respecto, los eco-nomistas deban ser capaces de demarcar el criterio de valorsocial, elucidar cmo poda compararse la deseabilidad relativade dos alternativas sociales como el consumo presente o futu-ro de un bien, y discernir si desde una perspectiva social debaaplicarse la misma tasa de descuento que utilizaban los indivi-duos (pginas 518-9). As, Gray conclua que, filosficamenteconsiderada, la cuestin [del apropiado equilibrio entre conser-vacin y utilizacin] no puede ser respondida de forma definitivasin una comprensin definida del propsito de la existenciahumana []. En ausencia de bases ms slidas deberemos apo-yarnos en la muleta del sentido comn (Gray, 1913: 515).

    Junto a la apelacin al sentido comn, Gray (1913: 516) llega-ba incluso a sugerir que los economistas deban ampliar suvisin con el fin de ocuparse de la evaluacin de los deseoshumanos para cuya satisfaccin eran usados en ltima instan-cia los recursos naturales, pues la conexin entre progresosocial y utilizacin de recursos no era directa. Por un lado, mxi-ma produccin no significaba necesariamente mayor progresoms bien, un mal sistema distributivo poda presionar enfavor de un crecimiento ms rpido de la produccin, y portanto de la utilizacin de recursos. Por otro lado, una vastacantidad de consumo no estaba necesariamente vinculada ni albienestar ni al disfrute, sino dictada por la mera convencin31.Los numerosos anuncios luminosos de las grandes ciudades

    norteamericanas, por ejemplo, llevaban aparejado un enormedespilfarro de carbn por el que algn da miles de individuos[tendran] que temblar durante meses (pgina 516).

    El ltimo economista a considerar es John Ise (1885-1969), quepublica ya en la resaca final del perodo conservacionista. En unamonografa sobre La poltica forestal de Estados Unidos (1920),sealaba que la preeminencia mundial del pas descansaba en laposesin de un inmenso patrimonio natural, y que el manteni-miento de dicha posicin dependa de que se hiciese un uso sabioy econmico de los recursos naturales, algo no demasiado com-patible con el estilo de vida norteamericano. Por otra parte, en Lapoltica petrolfera de Estados Unidos (1927), discuta los costes ybeneficios sociales del automvil. Aos ms tarde, en la lneaapuntada por Gray, Ise pas a analizar la relacin entre necesida-des humanas y utilizacin de recursos naturales, y no dud encuestionar la legitimidad de la satisfaccin de determinados dese-os que implicaban el despilfarro de una gran cantidad de recur-sos nacidos de la moda, la convencin y la emulacin social (dela que tanto haba hablado Veblen), y poco relacionados con elnivel de bienestar objetivo de las personas (Smith, 1982: 490-2).

    Pero el trabajo ms interesante de Ise es sin duda un artculode 1925 publicado en la American Economic Review, donde sepreguntaba sobre la poltica de precios ms apropiada para losrecursos naturales no renovables. En el caso de aqullos sin cla-ros sustitutivos renovables, Ise (1925: 285) sostena que debaaplicarse algn tipo de descuento del futuro debido a la incerti-dumbre, pero que no era posible decir a priori cul. Y ello noslo por el problema tico de valorar en el presente las necesi-dades de las siguientes generaciones, sino porque adems laeleccin de una tasa de descuento que persiguiese optimizaruna pauta de utilizacin (o agotamiento) se basara siempre ensupuestos relativos al cambio tcnico y al grado de sustituibili-dad de los recursos. En el caso de los recursos no renovablescon claros sustitutivos renovables, los precios deberan fijarse almismo nivel aproximado que el coste de producir sustitutivosadecuados y satisfactorios (Ise, 1925: 286). De este modo seincentivara la conservacin por un lado, y el desarrollo de susti-tutos eficaces por otro.

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    31 Algunas de estas opiniones recuerdan a las vertidas por J. S. MILL en elcaptulo sexto (libro III) de sus Principios de Economa Poltica (1848), dondecuestionaba la deseabilidad del aumento puro y simple de la produccin yla acumulacin, y la identificacin implcita entre bienestar y capacidad deconsumo. La cuestin de la relacin entre necesidades humanas y recursosnaturales volvera luego a ser apuntada por Lancelot Hogben en la dcadade 1930, en polmica con Hayek (vase MARTINEZ ALIER y SCHLPMANN,1992: 182-9). Ms recientemente este tema ha seguido recibiendo atencin;puede consultarse, por ejemplo, el artculo de Tibor Scitovsky, Can changingconsumers tastes save resources?, Journal of Cultural Economics, 1977, I, 1-12.

  • 5. Conclusin: el legado del MovimientoConservacionista

    El Movimiento Conservacionista fue un complejo fenmenopoltico-social que domin la escena estadounidense a comien-zos del siglo XX, y que slo puede entenderse atendiendo a uncontexto histrico muy determinado, a unos claros anteceden-tes intelectuales representados por autores como Marsh oThoreau y al liderazgo poltico de personalidades como Roo-sevelt o Pinchot.

    Con la figura de los Parques Nacionales, el conservacionismonorteamericano cre un modelo de preservacin de los valoresnaturales de un territorio promovido y administrado desde ins-tancias pblicas que sera imitado en todo el mundo. Tambinimpuls una adelantada legislacin federal para la proteccin deciertos tipos de vida salvaje estableciendo con tal fin un siste-ma nacional de reservas y promovi la realizacin de numero-sos estudios cuantitativos sobre el patrimonio natural norteame-ricano, estudios que recuerdan mucho a las actuales tentativasde inventario y cuantificacin fsica del medio natural como basepara la toma de decisiones (que pretenden llenar los grandesvacos de los sistemas convencionales de contabilidad nacional).Del mismo modo, el Movimiento Conservacionista est ligado alos primeros esfuerzos sistemticos por controlar el impacto dela contaminacin ambiental sobre la salud y el bienestar huma-nos, as como al fomento de iniciativas de educacin ambientalespecialmente entre los escolares que hoy da se considerande gran importancia para la concienciacin ecolgica; entre ellascabe destacar la edicin de guas y obras divulgativas, la difusindel excursionismo juvenil, el establecimiento de fechas represen-tativas (da del rbol, da de los pjaros, etctera), o la realizacinde exposiciones (como la gran muestra nacional que tuvo lugaren Knoxville, Tennessee, en 1913). En suma, el conservacionis-mo consigui aunar esfuerzos muy diversos cvicos, guberna-mentales y empresariales en una frgil alianza caracterizadapor continuas tensiones y contradicciones internas.

    En otro orden de cosas, el Movimiento Conservacionista elevlos principios de la gestin forestal ptima a la categora de polti-

    ca gubernamental a gran escala, con la creacin de un ServicioForestal federal, y convirti en objetivo pblico de inters socialla construccin y gestin de grandes obras hidrulicas pararegado idea que arraigara con fuerza durante dcadas. Todoello, ciertamente, desde un ensalzamiento mitificado de la ges-tin cientfica, una concepcin bastante ingenua del funciona-miento de la Administracin pblica y del proceso poltico, y unaclara voluntad de sacar el mximo partido al uso de los recursosnaturales en encendido canto a la ecoeficiencia. No obstan-te, en el seno del conservacionismo se dieron crecientes discre-pancias entre la visin utilitaria dominante liderada por GiffordPinchot y la ms preservacionista representada por la figurade John Muir, discrepancias que fueron el primer anticipo deimportantes controversias posteriores. De cualquier forma, ycon carcter general, la idea de la obligacin moral de los sereshumanos en el uso del mundo natural frente a sus contempor-neos y a las generaciones futuras tan presente en el actualdebate sobre la sostenibilidad fue uno de los principios moto-res del conservacionismo, como tambin lo fue la visin mltiplede la naturaleza y la conviccin del necesario carcter interdisci-plinar de los conocimientos sobre gestin ambiental.

    La literatura conservacionista, eclctica y heterognea, fueenormemente limitada desde la perspectiva del anlisis econ-mico. Gir en torno a una idea de escasez de recursos naturalesde carcter absoluto y multidimensional, y trat de identificardistintos tipos de despilfarro o ineficiencia fsica en el apro-vechamiento de recursos, insistiendo en la necesidad de pro-mover un uso sabio con estrategias que hoy suscribira cual-quier partidario del desarrollo sostenible (no daar la capacidadde regeneracin de los recursos renovables, emplendolos en loposible en lugar de los no renovables; aprovechar las oportuni-dades disponibles de reciclaje y eficiencia energtica; apurar lavida til de los productos; etctera). Y es que, aunque la escasezera para los conservacionistas un rasgo permanente de la natu-raleza, poda verse notablemente agravada por el hombre, conconsecuencias tales como el xodo rural a gran escala asocia-do a efectos negativos en los valores y el orden social, lareduccin de la productividad del trabajo paralela al incremento

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  • del coste real de todos los productos, y el aumento del poder demonopolio y de sus rentas.

    Entre los economistas que escribieron en el contexto poltico-social conservacionista, destaca poderosamente la figura deLewis Gray. Al margen de desarrollar en sus aspectos funda-mentales la teora de la explotacin minera en un entorno per-fectamente competitivo (Gray, 1914), este autor tambin abordel candente problema de la conservacin desde una perspectivaeconmica, entendiendo ste que era macroeconmico y estabavinculado al compromiso tico con las generaciones veniderassintetizado en la discusin sobre la tasa de descuento del futu-ro respecto a la utilizacin de los recursos no renovables (Gray,1913). Dej as abierto un debate relativo a la compatibilidadentre eficiencia econmica intertemporal y equidad intergenera-cional que ha merecido especial atencin por parte de econo-mistas importantes en las ltimas dcadas. Gray entendi que lacuestin de delimitar una tasa ptima de descuento escapaba ala economa, pues supona valorar en el presente las necesida-des del futuro. Por otra parte, como luego sealara John Ise(1925), en cualquier caso la eleccin de una tasa de descuentoque persiguiese optimizar una pauta de utilizacin (o agotamien-to) habra de basarse en supuestos relativos al cambio tcnico yal grado de sustituibilidad de los recursos.

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