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El mundo ¡eón ico de la «Crítica de la razón pura» Aquí se trata de Inmanuel Kant, pero en cuanto síntoma y miembro promi- nente de la cultura en que nos movemos. El texto casi solamente habla de otro texto, pero cada lector, conforme a la información y sagacidad de cada cual, captará las alusiones insinuadas y otras que no se le han ocurrido al autor. Los estudios usuales acerca del famoso libro suelen versar sobre la articulación de las tesis entre camino del sistema, así como la articulación de cada una con su argumentación. Al servicio de ese propósito, algunos han analizado la «ter- minología», el estilo redaccional y la composición. Otros estudian la vincula- ción del libro con otros anteriores y posteriores del autor, o buscan los precedentes e influjos de y sobre otros autores. Nadie negará la conveniencia de tal tipo de estudios, pero por esos caminos ¿no está ya dicho todo... lo que vale la pena decir? La lectura que voy a presentar pretende destacar y analizar algo que en el texto apenas asoma y suele pasar inadvertido hasta para los especialistas. En realidad son ellos los que pasan de largo delante de algo que, sin embargo, está allí esperando, fijado por La escritura, aunque sin llamar la atención. Sus contemporáneos tuvieron a Kant por notable «escritor» y hay indicios para juz- gar que él tuviese a veces prurito de literato también en este libro. Desde lue- go, también la literaturalidad del libro pudiera estudiarse, si es que no ha sido estudiada ya. Sin embargo, al pretender yo detectar y organizar las imágenes en él empleadas, no me interesan las que tengan mero valor decorativo o di- dáctico, ni tampoco las lexicalizadas, sino aquéllas que puedan delatar los con- dicionamientos tácitos del modo como Kant organizó su mundo conceptual. Una por una, cada imagen puede importar poco; aunque faltase u otra ocupase su lugar, nada faltaría del discurso conceptual. Otra cosa habrá que decir de las «recurrentes» y que vengan en constelación. Los textos sólo dicen lo que el autor consideró procedente enunciar y tampoco Kant pretendió enunciar más que tesis, así como razonamientos que avalen las suyas y desacrediten las con ellas incompatibles. Sin embargo, eso «diciendo» —eso digno de decir como «leyenda» es lo digno de contar y leer— depende y va congruente con otra cosa A 1za/e~ dci Se,,, mano cl, A’teíafisic a. N si ni. Extra. íí >rn en aje a ~Si Róhade. Ed. Cornjil u tense. 1992

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El mundo ¡eónico de la «Críticade la razón pura»

Aquí se tratade InmanuelKant, peroen cuantosíntomay miembropromi-nentede laculturaen quenos movemos.El textocasi solamentehabladeotrotexto, pero cadalector, conformea la informacióny sagacidadde cadacual,captarálas alusionesinsinuadasy otrasqueno se le hanocurridoalautor. Losestudiosusualesacercadel famosolibro suelenversarsobrela articulacióndelastesisentresí caminodel sistema,asícomola articulacióndecadaunaconsu argumentación.Al serviciode esepropósito,algunoshananalizadola«ter-minología»,el estilo redaccionaly la composición.Otrosestudianla vincula-ción del libro con otros anterioresy posterioresdel autor, o buscan losprecedentese influjos de y sobreotrosautores.Nadie negarálaconvenienciade tal tipo de estudios,peropor esoscaminos¿noestáyadicho todo... lo quevale la penadecir?

La lecturaquevoy a presentarpretendedestacary analizaralgoque eneltexto apenasasomay suelepasarinadvertidohastaparalos especialistas.Enrealidadson ellos los que pasande largo delantede algo que, sin embargo,estáallí esperando,fijado por La escritura,aunquesin llamar la atención.Suscontemporáneostuvierona Kantpor notable«escritor»y hay indiciosparajuz-gar queél tuviesea vecesprurito de literato tambiénen estelibro. Desdelue-go, tambiénla literaturalidaddel libro pudieraestudiarse,si es queno ha sidoestudiadaya. Sin embargo,al pretenderyo detectary organizarlas imágenesen él empleadas,no me interesanlas que tenganmerovalor decorativoo di-dáctico,ni tampocolaslexicalizadas,sinoaquéllasquepuedandelatarlos con-dicionamientostácitos del modo como Kant organizósu mundoconceptual.Una por una,cadaimagenpuedeimportarpoco;aunquefaltaseu otra ocupasesu lugar, nadafaltaríadel discursoconceptual.Otra cosahabráquedecirdelas «recurrentes»y que venganen constelación.Los textos sólo dicen lo queel autorconsideróprocedenteenunciary tampocoKant pretendióenunciarmásquetesis,así comorazonamientosqueavalenlas suyasy desacreditenlas conellas incompatibles.Sin embargo,eso«diciendo»—eso digno de decircomo«leyenda»es lo dignode contary leer— dependey va congruenteconotracosa

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previay tácita: con escalasde valores,conrelevancias,posposicionesy omi-stones,conángulosde mira tomadosen lugarde otros quefuerondesechadoso queno se leocurrieronal autor. Sinduda, puestoquea esovienen,las metá-forasqueaparezcanen el textoestaránal serviciode aclararconceptosy ame-nizarla exposición,pero algunasemejanzaimplicarán entrelo conceptualyla vida cuotidianade que estántomadas,asícomoentre lo conceptualy laselaboracionesque de esasimágenesse hayahechoen los ámbitos culturalesextrafilosóficos.Por otra parte,si variasimágenesvienenarticuladassedebe-rá a quepertenecena totalidadesde sentidode la vida cuotidiana,las cualesalgunacorrespondenciatendráncon las respectivastotalidadesde sentidocon-ceptual.Además,aunquetodostengamosaproximadamentela mismavalora-ciónde las situacionesde lavidacuotidiana,cadacual lleva consigosu personalsubjetividad,nuncaigual a ladecualquierotro. HabiéndosecaracterizadoKant,comosabemos,por su vida metódicay por su sedentarismo,no erande espe-rar de él en suslibros vivenciasinsólitaspropiasde un literato,el cual suelecultivarlas.Ahora bien, como todos,tambiénél tendríaen la vida cuotidianaun cuadropeculiarde preferenciasy menosprecios,cuandono tabúes.¿Nopo-drían servir las imágeneso metáforasque aparezcanen su decir comosínto-masde preferencias,menospreciosy tabúesa lahorade enfocarlos temasqueabordaconceptualmente?En un filósofo técnico —y más precisamenteportécnico—hay«mediaciones»ocultasentrela experienciacuotidianay los con-ceptoselaborados,mediacionesque puedeser útil poneral descubierto.Unsistemafilosófico es un constructocon maticespersonales,por másquese pre-sentecomomerareproducciónfotográficadel Universo(o, comoprefierode-ctr, el Omniverso). Las apelacionesa la vida cuotidianapuedencontribuir adetectaresosmaticesen el modo de enfocarel asunto,así comoéstospuedencontribuira ponerde relievematicesde su personalidad.Lo queaquíme pro-pongoes descubrirla estructurao armadurade la mentede Kant ajuzgarporlas imágenesde la vida que seleecionóy por cómo las relacionó. Sin duda,éstasleveníanseleccionadaspor las conclusionesdoctrinales,pero,ala inver-sa,atalesconclusionesllegó desdedeterminadoscriteriosy éstospuedendela-tarlos las preferenciasque tomabaante las situacionesde la vida cuotidiana,de las que forman partetales comparacionesy metáforas.

Se trata,pues,de repensarla Cdtica dela RazónPura, completadacon al-gunamenciónocasionaldelosProlegómenos,a la luz de su «mundoicónico»;algoasí,portanto, comoquiencurioseaen el envésde un tapiz paradescubrirel cartón ignorado al queobedeceel tejido. No se trata, pues,de añadirunacontribucióncuriosamásalaya innumerableseriede Kantstudien,sino deapor-tar un nuevomodo de leer lo ya sabidoen la confianzade quepuedeayudaracaptarmaticespoco advertidos.Sobrarádecirqueun estudioasíhabrádedirigirsealos planteamientosy enfoques;lo restante,por derivado,puedaquesedeba,en efecto,solamentea razonamientosconceptuales,asícomoa la tra-dición erudita, y es pertinentedejarloa las disertacionesacadémicasde deta-líe. Aquí setratadeindagarsi el sistemadoctrinal,el sistemaicónicoy el sistemabiográfico formanplexoy hastaquépunto.Destacarloconllevará,aúnsinpre-

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tenderlo,caer en la cuentade lo que no utilizó o por no venirle a cuento opor desecharlo.En efecto,decir —«lenguajearo>—consistepor naturalezaenexpresar,determinar,algodeentreunamasaindiferenciaday porla positivi-dad de esodicho las glosassuelenlimitarse a esodicho, olvidando que esono es sino el elementovisibledeun marcomuchosde cuyoselementosde sen-tido quedantácitos.

Siemprese comentaaquelloqueel propioKant dejó dichode que«Humeledespertódesu sueñodogmático»,peroel comentariosueledirigirseexclusi-vamentea estudiarla filosofia deWolff, queeraesesueño,y el fenomenismoescépticodel inglésqueactuódedespertador,y la transicióndesdela fasepre-crítica a la crítica. Al hechomismodeque, enésta,se hallaseen la situaciónanímicadel desilusionadoy desconfiadoqueahorase encuentrasatisfechoporsaberselúcido y dueñodesusantiguoserrores,no se lesueleatribuir relevan-cia. Puesdesdelas implicacionesdeeste hechoes desdedondeprecisamenteseva apartir aquí. Sobraráañadirquesi el enfoquede esteestudioes icónico,losparentescosqueselebuscaránmástardeno serántantoconotrosfilósofos,segúnes lo sólitodesdeel enfoquehabitual, como en generalcon la vivenciade los mtsmosiconosen la culturaen cuantoreflejo de la vida cuotidiana.Ytampocoseránecesariodecirque,en Kant, quedandesnudadoslos supuestosicónicosde cuantosfilósofoshayanpartidode vivenciassimilaresy, por lo mis-mo, desemboquenenparecidasconclusiones.Igual quecabedecirconocasiónde otro cualquiera,tambiéna propósitode Kant hay que repetirque, en cadafilósofo creador,resuenala filosofía toda.

La recolecciónpuedehaberquedadoincompleta,porqueen vanose busca-rían tales«entradas»ni siquieraen los Indicesmás mínuctosos—talesIndicessedirigen alosconceptosy desdeñanbagatelascomoéstas—y lo quepresentoes resultadode unabuscapersonalqueno aspiraa la exhaustividad.Confío,sinembargo,quelo recolectadocubralo indispensableparaconfigurarel cua-dro general,que es el que importa.Las metáforasmeramentelexicalesy lasquepasaneventualmentepor sus páginascomo moscapor garaje,ya quedódicho que no interesaban.

Paratrabajarlos materialesseimponíacrearalgunosneovocablos(«ciscons-ciente»,«omniverso»,«ontorama»,«axiorama»)o adaptaral casode la filoso-fía algún término en uso fuera de ella (por ejemplo, «icono»).El significadoque aquí tomanpuedevérseloen el Glosarioque se añadeal final.

EL CAMINO Y LAS SITUACIONES VIARIAS

El año 1787 redadaKant elprólogoa la segundaediciónde la Crítica dela RazónPura. Paraentonceslaobrallevabavariosañospublicaday suautorpodíaverla ya comoalgo objetivado,un escrito que seguíasiendosuyo porderechode autor, peroque ahorapodía leer desdela distancia de un lector.Porello estasegundapresentaciónvienea ser, tanto o másqueunareflexiónsobreel contenido,unareflexión sobrela obra misma. En un pasajeulterior

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(B, 295), tambiénretrospectivo,dirá haberhechoen ella una descripcióndela mentequeequivaleal «mapade un territorio>’. A primeravista, unametáfo-ra, apartede bastantemanida,esporádica,suelta,aunquemásadelantehabráocasiónde ver queno lo es tanto; resultaqueeseterritorio tiene fronterasqueno caberebasar,es unaisla, etcétera.En todo caso,tal mapaestabaal serviciode un itinerario. Debía servir paraexaminarsi es posibledarconel ‘<caminoseguro»que hastaahorano tuvo la Metafísica,por seréstael campodondesejuegala suertede la filosofía 1 Tenemos,por tanto, un territorio complejoparael quese necesitamapay, por lo visto, un lugar de él es o tienequevercon la metafísica,la cual consideradacomociencia no lleva «marchasegura»y en cuantodominio de objetos es algoa lo que tal vez no se llega, a pesarde creerloasíalgunos.En general,todoeseprólogovamontadosobreel iconodel caminoy valelapenaexaminarlodesdetal enfoque.Lo primeroseráreco-ger literalmenteunacantidadsuficientedemencionesicónicasparaque secom-pruebequeno setratadeocurrenciasesporádicas.Al añejoiconoya empleadopor Parménidesleva a dar Kant unaacepcióninusitada.No se trata de queel individuo o la Razóno la Humanidadencuentrensu camino. Setratadequela Ciencia,entendiendopor tal el gremiode los científicos, lo ha encontrado,encuantoprosiguenlos mismostemasalo largodelas generaciones,aceptan-do los herederoslo alcanzadopor susantecesores,mientrasno parecehaberloencontradola Metafísica,entendiendopor tal el quehacerde los metafísicos.Por hombredel siglo XVIII, Kant ya se muevedentrode la concienciainci-pientede quehay historia de la Ciencia,comotambiénhistoriade la Filoso-fía 2 aunquecon disparsuerte.Por seguridaddel caminono va a entenderelqueno estéa mercedde salteadores,sino aquéldondeun pasosigaal otro ha-cia adelante,en lugar de darvueltaso ir cadaviandantepor su lado. «Caminoseguro»quieredeciraquíseguridadde quehay camino,estoes,avancecolec-tivo. DesdeGreciaseestabaen W convicciónde queinmediatamenteaccesiblesolamentelo es lo sensorialy concreto.Quea lo otroquetienequehaberantesy detrásse requieraaccedera travésde un esfuerzolo dabantodospor obvioy tambiéna laserieordenadade trabajosparaobteneresepropósitose ledabael nombrede camino, comose le daen cualquiercampoquesea,peroeseca-minohabíade andarlocadacualy bastabaquelo anduvieseen soledadíntima.Ahora Kant estáenfocandoel asuntode otro modo. Entiendepor metafísicala sucesiónde suscultivadoresy lo quehandejadocomoresultadode esees-fuerzo: ideas,libros, debates,propuestas.Y seráciencia únicamentesi esosesfuerzosson asumidoscolectivamentey se heredan,¡oqueobviamenteno havenido ocurriendo.

1. «Siempreha habido y seguiráhabiendoen eí mundo algunametafísica,pero conella se encontrarátambiénunadialécticade la razónpura quele es natural. El primeroy más importanteasuntode la filosofíaconsiste,pues,en cortar, de unavez por todas.cl perjudicial influjo de la metafísica»(Prólogo a la segundaedición. E, XXXI).

2. Paraentoncesya Brucknery otros habíanpublicadosus respectivosmanualesdeHistoria de la Filosofía.

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Ya el primer párrafosecuestionacual seael criterioparadiscriminarcuán-do la razónlleva o no la «marchasegura»(densicherenGang)quesabemoslleva la Ciencia.Los resultadoslo dirán. Por ejemplo, si «trasmuchosprepa-rativosy aprestos»,se quedaestancadao si unay otravez cambiaderuta,seráseñalde no haberencontradosu camino,O sea:si no hayunanimidaden acep-tar los unoslos resultadosde los anterioresy silos ulterioresno prosiguenaéstos.Con otraspalabras:si no hay esoque,desdehacíaunasdécadas,se de-nominaba«progreso».¿Quéhaceren ese caso?«Constituyeun mérito averi-guarel camino»—dondedicemérito, entiéndaseobligación, tarea—y dirimirpor qué lo hay en unoscasosy cual y cómo puedellegar a haberloen otroscasos.tallo queKant iba a intentar. A Descartesle movíael encontrarel ca-mino que, de seguro,tenía que habersi se sabíaarrancarde dondese debíay encaminarseporbuenasendaen lugarde andaral buentuntún.Lo queofre-ció fue normasparaquecadacual «dirigiesesu razón».Peroestoeratareaquecorrespondíaa cadauno porsi, ahistóricamente.Másavisado,menosoptimis-ta, conocedorya de que conel caminocartesianohabíaocurrido lo que conlosanteriores—queunoslo seguíany otroslo rechazaron—,el deKoenisbergpretende,por lo pronto,revisarporquéno hay«caminoseguro»enlaMetafí-sica, siendoasíque lo hay en las ciencias.

Puesbien, tan certeramenteencontrósu camino la Lógica conAristótelesque—esodice Kant— «segúntodaslas aparienciasse halladefinitivamentecon-cluida». Ello sedebeaque«no hacemásqueexponerdetalladamentey demos-trar conrigor las reglasformales de todo pensamiento».Ya a la Matemáticano le resultótan fácil encontrarese«caminoreal»(kóniglichenWeg). Por serla primera vez que sale, vale lapenanotarla fuerzade estametáforaen ori-gen, a pesarde estardesgastadapor el tópico. En unaEuropaque caminabaporveredasy senderos,el camino real equivalíaa lo quehoy unaautopista,caminoanchoy seguro,comolos quesepreparabancuandoiba aandarlosunrey («¡Allanad los caminos!¡Preparadlos senderosdel Señor!»,exhortabaelprofetabíblico). A pesarde las dificultades,desdeTaleso desdequienfuese,tambiénen las matemáticas«no se podíaya confundirla ruta (Bahn), y el ca-mino habiaquedadoiniciado parasiempre(B, XI) (nótesecomoel Ciscons-cienteva acumulandosinónimos;Gang,Weg, Bahn).¿Aquése debióen estecasoel éxito?,siguepreguntándoseKant. A quela razónhabíacomprendidoque«no debíaindagarlo queveíaenla figura o enelmeroconceptodeellay,por asídecirlo, leera partirde ahí suspropiedades,sinoextraeréstasa prioripor mediode lo queél mismopensabay exponía(en construcción)en concep-tos» (B, XII). No, pues,por induccióndesdela realidad, sino por análisis ydeduccióndesdeel propioquehacerconceptual.Tardómásla Físicaen encon-trar su camino,peroal fin «despuésde tantosañosde no habersido másqueun meroandara tientas(herumtappen)»,tambiénacabóencontrándoloconGa-lileo, al tomaréstecomométodoverificar experimentalmentehipótesisantici-padaspor la razón,o sea,al no situarsedelantedela naturalezaenactituddediscípuloqueaprende,sino de juez queinterrogaa lostestigos(B, XIII). No,pues,limitarseaobservarlo queaparece,sinoofrecer salidasteóricamentey

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comprobarcual de ellas se cumple. Lo que implica que la mentedisponedepluralesalternativas,mientrasquela naturaleza,comofácticaquees,hareali-zadosolamenteunaen cadacaso.La menteviene,pues,provistaa priori deuna ampliadotación,peroen vacío, a modo de moldescon su lógica interna(que en el casode las Ideasconstituiráuna«dialéctica»..).

Pero¿quéocurrecon laMetafísica?Aquí la razón«seatascacontinuamen-te» y «hay quevolver atrás». Kant distaya de adoptaruno entrelos sistemasmetafísicoscomoúnicoválido y despreocuparsedelos demáso considerarlosmerosdesvíoso partessectorialesdel único válido. Del icono viario extraerátambiénla causa—«quizásimplementehemoserradoel camino»—y el reme-dio: emprenderuna«renovadabusca»(8, 15). Que tambiénla Metafísicadebaserunacienciaconuna«marchasegura»y, por ello, unánimees tesisqueKantno juzganecesariosiquieraestablecer:ladapor evidente.La propia brillantezde la metáforacontribuyeapasarpor altosi un cuerpode tesisquedanel saltoal límite estánencondicionesde cumplir lo quepuedencumplir las Ciencias,las cualesprecisamentese caracterizanpordejaratráslos supuestosy no atre-versetampococonla última clausurao cierrecupuiar.Lo quevalede lasuce-sion de lugares¿valedel espacio?En todo caso,eseescamoteode la cuestiónhabríaqueimputárselotambiéna otros muchos,antesy despuésdeKant. Estápor saberhastaqué momentolos filósofos creyeronen serio que su filosofíadejabainstaladaa la filqsofíaenla «marchasegura»y unánime.No pareceque,desdefinales del siglo pasado—despuésde haberseentradoen concienciahistórica—, lo hayancreídodel todo ni siquieraquieneslo afirmaban,peroel hechoes quetodavíaHegel. Marx y Comte lo creíanconenvidiableinge-nuidad.Kant, porsu parte,habíainiciadounalíneadondeel progresoconsisti-ráen razonarla imposibilidad,aunque,a sujuicio limitadaal sectorteorético,especulativo.Ni estole impediráseguirenlaconviccióndequedebehabertam-biénuna«marchasegura»,aunqueseaparasaberdondeestánlos limites y porquéla menteno estáencapacidadde ir másallá. Si la Físicasalióde su atascosecularcuandosepusoaanticiparhipótesisy contrastaríascon laexperiencia,anticipemostambién—dirá Kant— unahipótesisrespectodel pensarmetafísi-co a ver si asíse encuentraun camino seguro,aun si de alcancelimitado oreducidoa razonarpor qué no lo hay desdeun punto.Sabemosquéhipótesispropuso:suponer«queseael objeto(en cuantoobjeto de los sentidos)el quese rige por la naturalezade nuestrafacultad de intuición» en lugar de seguircreyendoquela facultadserige porla naturalezade los objetos.Probablemen-teporquelamenciónde Galileoevocabala astronomíade Copérnico,unaaso-ciaciónde ideasconduciráal filósofo a compararla suya con la «revolucióncopernicana>~.En realidad,y comotantasvecesse hanotado,la hipótesiskan-tianase parecíamásavolver de Copérnicoa Ptolomeo,peroKant estabarefm-riéndoseaque, en el sistemaheliocéntrico,la Tierrase muevey, por lo tanto,desdeella se puedever el sol y demásastrosdesdediversasperspectivas.Ynóteseque, con ello, el Cisconscientesigueentremetáforasde movimiento.Lo que importa es que, con los resultadosde haberdado por supuestoqueelmundose rige por y seacomodaal sujeto,creeKant haberencontradoel cami-

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no seguroparalaqueconsideraprimerapartede la Metafísica,estoes, laquesecomprometeadar razónapriori de losobjetosde laexperiencia.La simpli-cidadde la propuesta—unasimple inversión,un «volver» laoraciónpor pasi-va»— estabaocultandoun vuelco gravísimo. Se estabadestruyendo,de unmanotazo,la concepcióndel conocimientocomo reflejo especular,como re-producción,quehabíasido la grantesisdelos griegos.Se lepartíael esternónal realismoy sesentabaunaafirmaciónqueimplicabaqueenel conocimientolo ponecasi todoy, desdeluego, lo decisivolamenteorganizadora.Si negasecorrespondenciaentrelamentey la realidadestaríadandola razónal escepti-cismo fenoménicode David Hume,lo que,desdeluego, no quierehacer,dadoqueadmitequelo uno «serija» por lo otro—comodecíanlos escolásticos,quese «mensure»—,peroatribuyetanto papela la mentequeestabainiciandoeseidealismoqueéldenominará«trascendental»o delo formal vacío. La metáforadel vasoo contenedorvacioveníaasubstituira la tradicional del cuñosobrela cera~. Hastaaquíla primerapartede la Metafísica, la partenegativa.Enlo que hace a la que declara segundaparte —dar razón de los objetosultraempíricos—,denuevovuelveunametáforaviana:«jamáspodremostras-pasaríafronterade laexperiencia»(8, XX). En el decursodelaobramatizaráqueenlaMatemáticala razónha encontradoun «caminoreal»(B, 735)allendela experiencia,peroése no es válido parala Metafísicaa la que,por compro-misode saber,no leeslícito limitarsealo formal. Ahorabien,encuantoquieraopinar acercade lo real, ya habráido másalláde lo permitidopor su capaci-dad.

He aquí,pues,quehasalido otraincidenciaviana;toparsecon unafrontera,con un non plusultra. Leshabíaocurridoyaalosprimerosgriegos—Heráclito,Parménides—y el casolo habíadiscutidoAristóteles,quiencreyó, sin embar-go, quecabía rebasaresa frontera. En efecto,el sabera que se comprometela Metafísicaexcedede la experienciaempírica—valga la redundancia,por-queenestecasono lo es—,peroél creía—y conél lo creyeronotros muchos—que cabíaen lo paniculary mudableleer —iluminar— la forma, estoes, logeneraly permanente,queparaellos no eravacío, aunsiendoformal. Así jus-tificaron sus seguidoresel nombrede Meta-físicaquealguien le habíapuestopor un azar. Ahora bien, nihil est in intellectuquod prius non fuerit in sensu

3. J. Ortega y GassetvcLasdos grandesmetáforas»,en OC., II, 387-399. De todosmodos, no aciertaOrtegacuandodice quela metáfora del vasocorrespondeal idealismoy surgecon Descartes.Lo de recibir en recipientesunaplenitud que sedesbordaproveníade Plotino y lo recogieronlos medievalesen su teoríade la participacióndiversadel esseconformea la cabidade cadaesencia.Quidquid recipitur admodumrecipientisrecipitur.A diferenciade lo queocurriráen el idealismo,esacabidano es meramenteformal —delapriori mental—,sino de los diversos«génerosdel ser».O sea,quepara los medievalesatañíaa la propiarealidad, por la cual se mesurabala cabidade lo mental formal. Ellosaceptabancorrespondenciaentrelo entitativoy lo cognitivo. Poreso, másbienquede vasohabríaquehablar,parael casodeKant, degrapao molde.Tododependedequela gnoseo-logia modernalo es de la representación.

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se decíatradicionalmente,pero¿nohabíaañadidoLeibniz: nisi intellectusip-se?Con Kant, el intelectono abstrae,sino queponemoldesapriori. Deespe-jo, se ha convertidoen grapa,segúncomprobaremosmás tarde.Cuandolosmetafísicosanterioresintentabanrebasarla experiencia,incurríanen contra-dicción (paralogismos,antinomias),afirmaKant. Desdela explicaciónqueélda del factumde la Metafísicay desdela queél considera«Metafísicafutura»,lo ultraempíricopodemospensarlo(denken),pero no conocerlo (erkennen).Por suerte,esode pensarloen vacíodejaabiertala posibilidadde «llenarlo»,considerandoel uso práctico (moral) de la misma razón. «Estamos,incluso,invitadosa hacerlo»,añadeenigmáticamente.Como se sabe,la Crítica de laRazónPrácticaseagarraráaestecabosuelto. Peorera,asujuicio, lo queocu-rría con la (anterior)Metafísica.En efecto,desdela hipótesistradicionaldeque es nuestramente quiendebeacomodarsea los objetos (entes),la razónespeculativa,por excesode atrevimiento,dejabala existenciade Dios, la in-mortalidaddel alma,etc.,sometidasaldescréditoy burlade materialistas,ateos,escépticos,librepensadoresy demás.Ahora, en cambio, se dejacampolibrea la consideracióndel factumdel debery, desdesuanálisis,cabe recuperar,hastaciertopunto, lo perdido.Claro que lo recuperableseráya solamenteelan sit, no el quidsit. Lo perdidocomoteoría,yasolamentevolverácomopos-tulado, estoes, condiciónde sentido.

La sospecha—quizála constatación—de que el nuevosistemahabíasidorecibido conojerizamueveal pensadoradedicartodavíaunaspáginasmásdeesteprólogoa explicitar queni la Metafísicaanteriorllegabaal puebloni tam-poco va a llegar la Crítica. Por lo tanto, no hay motivo paratemer queéstasvayana tenerconsecuenciasprácticasen lasociedad.Si me detengopor unaslíneas sobreestepunto se debea que, con tal ocasión,volvemosa leer que,al menos,la Crítica ofrece,dentro del límite de sus ambiciones,un caminoseguro«encomparaciónconel andara tientasy el irreflexivo vagabundeocuandose prescindede la Crítica» (8, XXXI). Adviértasecomo vuelve la metáforaviana; sin dudaporqueel Cisconscientedel autor nuncahabíasalidode ella.Por cierto que, contralo que cabríaesperar,no escatimaelogiosal «métododel célebreWolff, el másgrandede los filósofos dogmáticos»(«Dogmático»funcionabaentoncescomoopuestoa «escéptico»y, desdeKant, a «critico»).Los elogiosse referirán al método,pero acusándolede no «haberpreparadopreviamenteel terreno»,por no haberhechounacríticadel órganon.En todocaso,quienesrechacenel método de Wolff y el procederde la Crítica de laRazónPurano hacensino~<desentendersede losgrilletesde laciencia(die Fesselnder Wissenschaffl,convirtiendoel trabajoen juego, la certezaen opinión yla filosofíaen filodoxia» (8, XXX VII). Notablesubstitución:en lugardel «ca-mino seguro>~,los grilletes. Es queéstos,si impiden al presocaminar,tambiénle impiden descaminarse.Delo quese infierequelaCienciadebecumplirahorarespectodc la fiosofía la función de trabay, así,salvarlede caer en aquellatríadaquetanto temíaya Platón.Tal situaciónleevocalo que vieneocurrien-do con los debatesentremetafísicos,«un campode batallasolamentedestina-do, al parecer,a ejercitar las fuerzaspropiasen un combatedondeninguno

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de los contendientesha logradojamásconquistarel máspequeñoterrenonifundarsobresuvictoriaunaposesiói¶duradera»(8, XV, Cfr. A, VIII): un pu-gilato tan estérilcomoel andarcaminosqueno llevan apartealguna..Nótesecomoel símil bélicoconcluyede nuevoen otro topológico. Por lo demás,elpasajeterminarácon la consabidaequivalenciaal «mero andara tientas»,yatantasvecesmencionado.

Lo del camino prosigue,latente,a lo largo de todo el libro y se haráexplí-cito al terminarlo. Despuésdetanto habercensuradoa la Metafísicatradicio-nal diráque,apesardel desdény frialdadconquesela trate,«sevolverásiemprea ella como a una amadaconla que se ha tenido unadesavenencia»para, arenglón seguido de tan lírica comparación,volver a algunosde los iconosde los prólogos.Dirá que la Crítica se atrevea <‘volar con sus propiasalas»,lo que,por lo visto, no es ilícito adiferenciade «volar con las alasde la espe-culación»,quees de lo que acusaráa laMetafísica, segúntendremosocasióndecomprobar.Avanzarpor un camino, conquistarun territorio, volar: ¿noes-tamosen lo mismo?E invitará nuevamentea proseguirel camino de la cien-cia, «el único que, una vez desbrozado,quedasiempreabiertoy no permitedesviaciones»(8, 850).Estaeraunade las salidasquecabíanrazonablementetras comprobarel inevitable fracasodel intento metafísicode pensarlo me-taempírico:aplicarlo dela «marchasegura»a la Críticay organizaruna«Me-tafísicafutura quepuedaconvertirseen ciencia».Al bordemismode laúltimalíneadel libro y tras recordaruna vez máslas contrapuestasposicionesdeWolff y Hume,manifestaráquesóloquedaelcaminocritico (derkritischeWeg)e invitaráal lector a «aportarsu parteparacontribuira laconversiónde estesenderoencaminoreal».En loscaminosrealesconvergíanmuchossenderosyviandantesque, desdeahí, caminabanjuntos.Tambiénen esteasuntose tratade, entretodos—autoresy lectores—conseguirantesdequetermineestesiglo(XVIII) lo quelos precedesoresno habíansido capacesde obtener:«darplenasatisfaccióna la razón humanaen relacióncon los temasa los que siempreha dedicadoésta su afánde saber,pero inútilmentehastahoy». Líneasatrás,babiaexplicitadocual eraesaaspiraciónala quelaCríticadebiaservir: la fe-licidad universal(B. 879). Estáhablandoel ilustrado,el heraldotambiénde«la pazperpetua».

Perocabíatambiénotra salida: comprobarsi seriaposiblecompensarenlo posibledesdeel análisisdel uso práctico (moral) lo perdidoanalizandoeluso teórico de la razón. Y esoes lo queva a dejarapuntadoen estasúltimaspáginascual un dedo índicequeseñalaunaesperanza.El es elprimeroen re-conocerque «es humillanteparala razón humanaque no consiganadaen suuso puro y quenecesiteinclusounadisciplinaquerefrenesus extravaganciasy evite las ilusionesconsiguientesa las mismas»(8, 823).Cierto, ¿quésentidotienecaminarsi no se llega a ningunaparte?¿Quésentidotiene un anhelosinuncapuedeser satisfecho?Así razonamosen los campospragmáticosy asíguíaKant surazonamientoen las páginasdeestelibro queanticipanladesem-bocadurahaciael análisisdel «usoprácticode la razón».Tiene quehaberenalgúnlugarunafuentede conocimientospositivospertenecientesal ámbito de

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la razónpura,de conocimientosque, si ocasionanerrores,sólo sedebaquizása un malentendido,peroque, de hecho,constituyanel objetivo de los afanesde la razón».Nóteseesode «tienequehaber».No podemosaceptarla frustra-ción naturalde un anhelonatural. «Tiene que haber...».

La respuestavendrádadade nuevoen iconosprevisibles.El párrafoconti-núa de estamanera:

«De lo contrario, ¿aquécausahabríaque atribuir su anheloinextinguibledehallarun suelo firme situadoenteramentefuerade los ¡imites de la existencia?La razónbarruntaobjetosquecomportanparaellael mayorinterés.Conel fin de aproximar-se a talesobjetos,emprendeel caminode la meraespeculación,pero éstoshuyenanteella. Es deesperarquetengamás suerteenel únicocaminoquele quedatoda-vía: el del usopráctico»(8, 824-825).

Veremosque,tomandoen consideraciónel uso práctico,losobjetosanhe-lados «no huyen».

A cualquierbuenconocedorde Descartes.lo del «suelofirme» habrádetraerlea la memoriapáginasbien conocidasde éste.En cuantoa lo del «úni-co camino»,tanto lo ha repetidoKantqueya parececomosi lepertenecieraenexclusiva,aúnsabiendo,comosabemos,serun tópico. Lo notabledel casoesqueahoralo del «únicocamino»lo apliqueno,comoantes,ala«Metafisi-ca futura»,sino a la Crítica de la RazónPráctica.

Si heacumuladotantasalusionesviarias —probablementehayamástodavía—asabiendasdel peligro de resultarprolijo, ha sido parahacerver queno esta-mosanteun símil eventual.Es todo eldiscurso,tanto elprólogoa laSegundaEdición comode las páginasterminalesde la obra, el queva montadosobredicha metáfora.Los estudiosde historia de la Ciencia—y la propia partedelacienciaqueseha añadidodesdeentoncesalahistoria— handejadoenentre-dicho esa sucesiónunilineal y rectilíneaque el hombredel siglo XVIII dabaporevidente,peroes otra cosala queaquíinteresa.Kant se sitúaa sí mismoen la historia desdeel supuestode hallar un camino parala filosofía que lahaga,comoalaCiencia,un saberen avanceunánime.No eramuchoel futuroquecabíaparaesta«metafísicafutura», peroen la medidaen quelo haya,ten-drá que ser un camino convergentey unánimesobrelos apriori. Puesbien,esoes precisamentelo que, por muchoquela razónlo persuada,distade serevidente.¿QuiénhademostradoquelaMetafísicatengaquesery puedallegara serunaSuperciencia,másabarcante,perosometidaal mismométodo y conderechoaigual éxito enunanimidad?Unavez más,observamosqueunametá-forase ha rebeladoe impone su magia.Lo de quelas cienciaspositivasseanuna«marcha»,¿pruebaquetambiéntengaque serlo la filosofía a no seren laaceptaciónmeramentecronológica’?Lasreflexionesdel siglo siguientepondríanen evidenciaque las concepcionesdel mundovienencondicionadasno pocopor el momentohistóricoy por el punto de vista, y en el nuestroha quedadopatenteel condicionamientopor el lenguaje,peroseríailícito acusara nadiepor no anticiparseal futuro. El de Koenisbergcorrespondeal Weltbiirger ilus-

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tradoque,con ingenuasimplicidad,calculabaquetodocorpustemáticopodía,conunostoquesmágicos,transformarseen una cienciadeprogresounilinealy quela«felicidaduniversal»estabaal alcancedelamano.Siendoasí,no pue-de extrañarquelabrillantezicónicadel caminoseguro—variantedel Progreso—sedujesealos mejoresespíritus.¿Qué,dehecho,alguna«ciencia»no progre-saba,no seguíauna«marchasegura»?En esecaso,mostrandopor quéno ocu-rría, ya se habríacumplidoel progreso,aunqueseael progresode saberporquéno sesabe.Conello, Kant estabainaugurandoesaextrañasatisfacciónqueBaltasarde Graciánhabríallamado «hacertrofeosde la derrota».Todo, porno habersecuestionadosi teníasentido, cuandouno ha de habérselascon locupular,aplicar la pautadel camino.

Poniendolosbueyesdelantede lacarreta,no faltará quienobjeteque,pri-mero, Kant constatólo queocurría con la historia no paralelade la Cienciay la Metafísicay despuésse le habíaocurridocompararloconlasvariasposi-bilidadesen relaciónconandarun camino. Sin embargo,inclusola merahe-churadel textodejapatentequeno estamosdelantedeningúnsímil o, si prefiere,que hay similitud únicamenteen cuanto se piensa sinópticamentela historiay el camino. Esteconceptode historia no existeya sin una pautacomúnconel camino. Sondos conceptoscorrelativosa la mismapauta.Todo el discursokantianovienecondicionadoaque,porenfoque,no pretendiótantodarun sentidoglobal a lo quehaycuantoexplicar las causasdeque los metafísicos,al revésdelos científicos,no convergiesenen unacienciaprogresivay unánime,sinoqueestuviesenenzarzadosenuna guerracivil interminable.El lo atribuyóaquecadaunodabavueltasa ciegasy se pusoa examinarsi cabíasuperarese«singulardestino».Unavez comprobadoqueno eraposibletal «marchasegu-ra» y por qué,ofreceríaunaalternativa,laúnicaquecabía:buscaresecaminodesdela Crítica. Aplicándolaal análisisdel uso teórico, no erapoco el futuroquele cabíaa esaMetafísicaFutura:a suparecer,despuésde suestudio,nohabíaproblemametafísicoparael queno hubiesedejadounasolucióno laclaveparaella (A, 13). En cambio, estabatodo por hacerenel análisisde la RazónPráctica.Perolo queanosotrosnos interesabaahoraerahacernotarquetodasesasreflexionesestánhechasdesdesituacionesviarias: la dehabero no cami-no, la de ser o no unilineal y progresivo,lade dar vueltasal buen tuntún, lade dejarde intentarllegara la metay, en lugarde eso, rendirseal escepticis-mo, la de encontrarsecon una barrerainsuperable...Ciertamentees muchoel pesoque asíse concedea queun esfuerzoconvergentede conocer—unacienciaen estesentido—logre o no avanzarunánimemente.IgnoramoscuantotiempojuzgabaKant necesarioparaconstatarque la falta de progresoindicaincapacidadde conseguirlo,pero en el casode la Metafísicaha sido, por lovisto,lo suficienteparajuzgarqueelplazodepruebahaconcluidoy debeyaconsiderarsedescartadala posibilidadde conseguiren el futuro lo que no seconsiguióhastaahora.Porque,comosesabe,lahipótesisqueofrecenoes paraquehayaen lo sucesivoprogresounánimeenconocer,sino progresounánimeen saberlas causasde queno lo haya.

A la luz de lo dicho quedaclarocuángraveseranlos compromisoscontraí-

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dos por Kant al entenderque solamentevalela Metafísicay es posiblecomociencia—es deoir,solamentelahaycomomerecedoradeexistir ydarlecrédito—st es un caminoquesus cultivadoresdebenandarunánimemente,prosiguién-dolo los posteriorespor darya por valederasparasiemprelas etapasanterio-res. Todo el discursokantianoqueda condicionadoa que lo meta-físicoseadesglosabledela pregunta,divisableporcualquierasimplementeenuso de surazóny unacosaconpartesalas quesepuedeir accediendosucesivay acumu-lativamente.¿Y si la preguntano fuesecontestable,tal comoconstatabaSanAgustínde la preguntapor quées el tiempo?¿Y si la respuestano fuesediso-ciabledela pregunta?¿Ysilo metafísicofuesealgosolamentecaptableen unavivenciapersonalintuitiva que acasono todosesténen capacidadde teneramenosde hallarseen lacapacidady disposiciónnecesarias?¿Y si solamentefulguraseenunavivenciaplenae instantánea?Realmenteno erapocolo impli-cadosubrepticiamenteen esode Kant de compararlaconun camino progresi-vo, igual que el de las ciencias. Implicaba,nadamenos,quelo metafísicooes algoempíricoo algoformal o bienno essino flatusvocis,discursomera-menteverbal comoel de quien, por deseoagudo,ve un espejismo.

Me he detenidopormenorizadamentesobreel icono del camino, pero yaquedóapuntadocomo éstequedaensartadoconotras metáforasque tambiénaluden a invadir y apropiarsede un territorio. Son los conceptosmismosdeciencia, formal, etc, los que van transidosde ese icono y la correspondientearquevivencia.El mismoanhelode saber,por Platón puestoen conexiónconel erosque se dirige al merocontemplarenamorado,Kant lo ve comoansiade posesión.Pero iay! vamos comprobandoque, en campode la metafísica,ese anhelo se frustra.

El camino va por el suelo,perotambiéncabevolar, caminarpor el aire.¿No se repetirátambiéna ese nivel lo de volar seguroo bien caerpor faltade aire sobreel que remar?Pasemosdel suelo al cielo.

LA PALOMA Y EL VUELO ESPECULATIVO

Volar: el viejo mito de Icaro y Dédalo,el vuelo del alma cuandoocurrela muerte(«voló al cielo»), el vuelo de los místicos(«aparta,quevoy de vue-lo», se leeen el CánticoEspiritual). GastonBachelarddedicósendoscapítulosde su libro E/aire y los sueñaval «sueñodel vuelo» y a la «poéticade lasalas»4y pudo deciren el primerode ellos que la de Shelley es una «poesíaaérea».Sentadobocaarriba en el campo,¿quéniño campesinono ha envidia-do a la alondra mañanera—aquel punto sonoro apenasdivisable en elfirmamento—o al ave queremamajestuosahastaposarseen elmeristemoter-minal del árbol másalto oteandoelpanoramatal queel señorfeudal contem-plandosus tierras?Pero ay! el vuelo tambiénda ocasiónde comprobarLas

4. El aire y los ,sueflos(México, Breviariosdel Fondode Cultura Económica,1980).

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máspenosascaídas,simbolizadaspor la deIcaro en la mitología griegay porla de Satán, «el ángelcaído», en la bíblica.

Fue necesariomovilizar a variosespecialistasparadar cazaa la palomakantiana:por supuesto,en losLexiconsno aparecetal «entrada»y resultéque,si bientodoslosespecialistasconsultadoshabíanvisto algunavez ala tal palo-ma, solamenteuno entreellos atinó a encontrarel pasaje. ¡Un buen indiciode la nulaatenciónqueseprestaa lo icónico! Vieneenla introduccióna la Crí-tica dela RazónPura y, comoeraprevisible,enconexiónconla tendenciairre-frenablea extendernuestroconocimientoallendela experiencia,imitandoalosmatemáticos:a guisade mal ejemplo, citaráde inmediatoa Platón.‘<Entusias-madaconsemejantepruebadel poderdela razón,nuestratendenciaaextenderel conocimientono reconocelímite alguno. La ligera palomaquesientela re-sistenciadel airepodríaimaginarsequevolaríamuchomejoraúnen elespaciovacío» (B, 8-9). La resistenciadel aire, mensajeradel límite, recuerdaqueelandarexigedesplazar,quitarle la plazaaquien la ocupa.Se vuela contraelaire queofreceresistencia.Ya anteriormentehabíasalidoa colaciónel límite.Peroresultaque, si elaire ofreceresistenciay establecelímites, tambiénsirvede soporte,garantizandocontrala caída.Por fácil, el vuelo libre nos seduce:adiós a las trabas,todo el espacioes de uno. ¿Quépájarono habrásoñadoenquedejasede haberresistenciaal aire para,sinesfuerzoalguno,remontarlasalturas?En tiemposde Kant, ya se hacíanintentosde volar en globo, peroanadie—a nadiequeno fueseun LeonardodaVinci— se le ocurriríasoñarsi-quieraen la posibilidadde acrostatosy cohetes,máspesadosqueel aire, porlo cual él no creesiquieranecesariodetenerseacontarlo que lehabríaocurri-do al pájaro temerario.La palomateníaun puesto,pero muy distinto, en lamitologíay la literatura.Era en la Biblia la palomade lapaz,conla ramitade olivo en el pico: en el folklore hasimbolizado,consuarrullo, la fidelidadconyugal.Parael vueloaudazse mencionabanel águilacupularo laalondraqueparecedormirseen lasalturaso el cóndordelos Andeso elalbatrosinmu-ne a la tempestadmarina:el vuelo rastrerolo simbolizabael patoo la gallina.El casoesque,parasímbolodel vuelo audaz,Kant va a elegirel humildepája-ro domésticoo casi,acasoporqueera el que tenía en aquelmomentomásala vista, acasoparaindicar la naturalidadconquecualquieraes tentadoa en-tregarsea los vuelossobreel vacíode la Metafísica. En todo caso,quefueseéste u otro pájaro el elegido paraejemplarimporta poco; lo importantees laasociación«vuelo especulativo».Ello implica que se ha perdido la alusiónalespejoquerefleja: en adelantelapalabrava a tomarel sentidode las «especu-lacionesde ¡a Bolsa», «altos vuelos»,ambicionesdesmesuradas,cálculosconescasofundamento,quetantopuedencumplirsecomofallar lamentablemente.El camino atabaal suelo,a lo sólido, prosaico,peroseguro.Parecidopapelal que cumplela resistenciadel aire al volátil es el que Kant va a atribuir ala experienciarespectodel pensar:éstaes «piedrade toque», dirá otro lugardel prólogo.De ahí queel Cisconscientede Kant —¿quizátambiénsu Sub-consciente?—vayaa estaren adelanteobsesionadoporlo queocurraallendela experiencia,límite, perotambiénsoporte.

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Sobradecirqueen el cuadroparalelode analogados,la Metafísicase co-rrespondeconel vuelo sobreel vacío; la Críticaconel aire queofreceresis-tencia,perotambiénsostén.Cuandoloslatinostradujeronlaexpresióngriegatheoretikéepistemeporsejentiaspeculativaestabanmuyorgullososconel vo-cablospeculatio.Tambiénentrelosgriegostheo¡iaconservabasu original refe-renciao contemplación,peroeluso atendíamásbienala función. Portheoriase entendíalo contrapuestoa praxisy poiesis,conformealas estipulacionesde Aristóteles.Eraconocimientoteóricoel quesimplementecontemplaba,co-mo el de Dios, simpley feliz espectadorde su propiaperfección,ajenoa lasmudanzasy desordendeun cosmosquenohabíacreadoy sobreelqueno ejer-cía funcionesde providenciani dejuez. Los latinos,por suparte, introdujeronla speculatiopor referenciaa la raíz*spec/spic,quesignificamirary estápre-senteen tantosvocablos(inspección,perspectiva,perspicaz...),perode modorelevanteenel espejo,esecuotidianoadminículocapazde contenerdentro desus limites sucesivamentetodas las cosas(anima fit quodanmodoomnia) sinafectaríasni serporellasafectado.¿Quiénmásfeliz queel niño dueñode unespejo?De un espejoplano, se entiende,que representafielmente,no de loscurvosy convexosqueachatan,alargany desfiguran.Ahora, a Ja vuelta desiglos, la vozespeculaciónvaasertomadapeyorativay despectivamente.Que-daráasociadaconla metafísica,estoes,con la audaciairresponsabley yana.conel vacíorellenode verborreavacua. Por el contrario, la Críticadesempe-ñarála función de lo sólidoquecoartalas alas,peroofrece,acambio, firme-za, seguridad.

En otrasocasiones,otra imagencinética tomaráel relevo. Porlo visto, larazónes arrastrada,alguientira de ella, incitándolaaaventurarsesiempreplusultra. (¿Quién?El orgullo, laantiguabestianegrade la Biblia.) Léasedeteni-damenteel siguientepárrafo:

«Larazónesarrastradapor unatendenciadesu naturalezaa rebasarsu usoempíricoyaaventurarseen un usopuromediantesimplesideas,másalláde los úlúmos¡imi-tesde todo conocimiento»(B, 825).

Kant, el sobrio,se limita a constatar,perolo queconstatadistade ser unfactum, implica unavisión o explicación. Por lo visto hay una«tendenciadela naturaleza»que arrebata,quearrastraa transgredirlos límites, aunqueenvanoy para una ilusión estulta. La preguntasurgede inmediato: ¿esque elMundo lo creó algúnGenioMaligno quesc complaceen contemplarnosaspi-randoa imposiblestal comolos adultosse divierten viendoa los niñostomaren serio las bromasde los mayores?Si a Kant se le ocurrió ¡a hipótesisde!GenioMaligno no laexplicitó; él selimita a constatarque,seapor arrogancia,o sea porquealguien nos arrastray seduzca,en todo casola aspiracióna loimposiblefunciona.Hay entrenuestrastendenciasalgúndesarreglo,algúnan-helo que ineludiblementeha de frustrarse.Que un anhelose frustre implicaqueesoaquese aspirabaen vano tengavalor. Y ¿enbasea quéjustifica Kantquevalgala penaconocerlos fundamentosde lo quehay?Igual quetenemos

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ensueñosfútiles, igual queinventamosentesde ficción por juegoimaginativo,¿porqué el vuelo especulativoha de tenerotro sentidoque el de volar? Estahipótesises algoqueno tomasiquieraencuenta:la Metafísicaes comolaama-da a la quevolvemossiemprea pesarde las desavenencias.Por eso,el vueloespeculativole parecerá,por lo pronto, ridículo. Con estehorror vacui, quetantasvecesvuelveensus páginas,rimabaaquellaprevenciónquesentiacon-tra todo lo «místico», quees en la religión el paraleloa las «especulaciones»en las ctencias.

Antes,el caminoquese internabaen terrenodonde,sinembargo,acababadeshilachadoeninfinitas sendasqueyano conducíanapartealguna.Tambiénlapeleaporinvadir territoriosque,sinembargo,no seconseguíaposeer.Aho-ra, un volar sobreel vacíoqueacabarálastimosamenteen el suelo.La lógicaicónica requiereen este momentosaltara la otra banda.

CONTRA EL VUELO EN EL VACIO, LA SOLIDEZ DEL EDIflCIO

Por la conocidaley del contraste,a continuacióninmediatade mencionarel ilusorio vuelo de la palomaen el vacío, el discursopasaa lo contrario: ala solidezdel edificio. Comoladecualquiera;tambiénlamentedel meticulosoKant estabaestructuradasegúnla ley del contrastey susposicionesdoctrinalesibanparalelasa laorganizacióndel mundocuotidianoo mundodoméstico.¿Quéespectáculomásdeprimentequever al pájarocayendocomoun bólido de lasalturasal sueloparaconvertirseenun pequeñobultosanguinolento,inmediatoalimentode moscasy hormigas?Tambiénen su menteestaríanen ristra todaslas caídasde lo alto; la del pájaro y la de las hojas y la del edificio y la delárbol y la lentadel solcadatardey lade los grandesdel mundoquesondespo-seídosde sus poderes,comoHécuba,antañoreina respetada,ahoraexiliadallorosa. A la par de ellas acabade poner al metafísicoque volaba sobresusespeculacionesnebulosas.

Frentea ello, tendríaorganizadala ristradelos entesqueestánenel suelo,sin altas aspiraciones,sindestacarsobresus igualesni serobjetode envidia,perosólidos,firmes,duraderos,incólumesalvendavaly ladada.En la listaestaríantambiénlos amoresfirmes, la propiedadde la tierra, lamonedafuer-te, la profesiónen propiedad,la personalidadfirme y, casi por antonomasia,el edificio sólidamenteconstruido.Contralayanailusión,el proyectobienba-sado.Contralaarrogancia,lamodestia.Contrala «especulación»,la«Crítica»en la acepciónque estádandoa estavoz. De ahí queel párrafode la palomaprosiga:

«Perosueleocurrirle a la razónhumanaqueterminacuantoantessu edificio en laespeculacióny no examinahastadespuéssi loscimientostienenel asentamientoade-cuado.Se recurreentoncesaLodaclasede pretextosquenosasegurandesu firmezao que(incluso)nos dispensende semejanteexamentardíoy peligroso.Perolo quenoslibra detodo cuidadoy detodasospechamientrasvemosconstruyendoel edifi-cio y nos halagacon su aparentesolidez...»

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No importa ahoratranscribirlo que sigue. Ya se adivina que estarárefi-riéndosea que,’conmotivo de losjuicios analíticos,la mentese atrevea lan-zarseajuicios sintéticosa priori enlos asuntosmetafísicos,siendoasíquecarecende baseexperiencial.Así la especulaciónmetafísicaviene a serasimiladaa«construircastillosen el aire»y a edificarsobrearenasmovedizasen lugar deconstruirsobrerocafirme, comose dice en el Evangelio.Descarteshabíade-sarrolladoampliamenteesode, medianteladudametódica,tantearla solidezde nuestrasconvicciones,encontrandotierra parael náufragoy quienno hacepie en el agua,rocafirme parael constructor,punto de apoyoparala palancade Arquímedes.El papelde la dudase lo asignaahoraKant a la crítica, «exa-men sobresi los cimientostienenel asentamientoadecuado».La función essimilary valdríalapenadetenerseacompararlas.Parasalir deladudaofrece-rá Descartesla «evidenciade la razón»;paradiscriminarcon la Crítica, Kantofreceráel si losjuicios son analíticoso sintéticosapriori o biensi sonjuiciossolamente«puros»,aéreos,en el vacío,comolosdela Metafísica.Parael pri-mero es la claridad y distinción de las ideasla quedecide: parael segundo,el tipo de juicio.

Lo de la palomahabíavenidoacolación, en la introducción,conmotivode hablarde Platón. A quientome las metáforaspor ocurrenciascasualesde-bierahacerlereflexionarel que,a la mitaddel libro, cuandocomienzaadesa-rrollar la Dialécticatrascendentaly aocuparsede las ideas,de nuevomencionea Platóny denuevoreaparezcalo del edificio bieno mal cimentado.ReconoceKant que aquello, tan platónico, de ascenderdesdela consideracióndel cos-mosfísico en cuantocopia(espejo)hastasu conexiónarquitectónicasegúnfinesconstituyeun «esfuerzodigno deserrespetadoy proseguido»,peroañade:

«Nosotrosnos ocuparemosahorade unatareamenosbrillante, perono carentedemérito, asaber,allanary consolidarlos cimientosdeesosmajestuososedificiosmo-ralesen los cualesseencuentrantoda clasedepasillossubterráneosexcavadosporunarazónque, con firmeconfianza,aunqueen vano,buscatesorosescondidos.Talespasillosdañanla firmezadel edificio. Lo quenos tocahacerahoraes, por tanto,conocerconexactitudel uso trascendentaldc la razónpura, con sus principios ysus ideas»(B. 375-376).

Curiosavariantede inseguridadlaqueahorase nosponedelante.Los «ma-jestuososedificios morales»tambiénpuedenofrecerpeligro por estaraguje-readospor pasillosabiertosen buscade tesorosescondidos.Los metafísicos—lostradicionales—sonesosbuscadoresde tesoros,«con firme confianza,aun-que en vano». El hecho es que tales pasillossubterráneosdañanal conjuntodc la Ciencia,entendiendoahorabajo tal palabrael conjuntode conocimien-tos, si se prefiere: el Conocimiento.A salvar de ese peligro, precisamente,vienela Crítica,quedetectay desenmascaralos usostrascendentalesde lara-zónquelos metafísicosconvertíanen abusos.Esteordenamientoo «arquitee-tónica» de la razón,que ahorava a insertarel autoren el libro, respondealo quehabíaprometidoya en el prólogobajo el lema de «inventariode todos

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los conocimientosqueposeemos,sistemáticamenteordenadospor larazónpura»y queenotro lugarde la obrallamará«el mapadeun territorio» (B, 295). Es-tamosanteotra delas obsesionesde Kant: el orden,la sistematizaciónmeticu-losos de la dotaciónnoética, aunquesiemprebajo un criterio único y muydiscutible: la siemprerepetidaclasificaciónde losjuicios, asícomoel supues-to dequeúnicamentela experienciasensorial—el «caosde impresiones»—proporcionabasey garantía.

VIVIENDA CONFORTABLE EN LUGAR DE CASTILLO ROQUERO

No seráéstala última vezquesalgaen laspáginasdelaCríticade laRazónPuraesodelas edificaciones.En el pasajequevoy a comentarKant seacuerdade que, entrelos edificios,hay el castillo roquero(Turm) y la viviendao sim-ple casa(Wohnhaus).El uno, cimero,peraltadosobreel paisaje,paraelduer-mevelade la guerra,nido desdedondeel águilavigila su territorio o aguardael asaltodel rival; la otra,al nivel de la calle,parala paz entreiguales,peroespaciosay confortable.Ahora en estaspáginaspróximasa la terminacióndellibro, Kant hablaa menudodela «arquitectónicade la razón»y estáhaciendoel balanceentérminosde arquitectoqueconstruyesensatamentea la medidade los materialesde quedispone,«determinandola clase,altura y solidezdeledificio parael queson suficientes».No olvidemosque, en el siglo XVIII, laaristocraciaeuropeaestabaabandonandolos castillosen el campo,pronto ni-dos de ratonesy grajos,paraconstruirespaciosasviviendasurbanas.Siguien-do la lógica del icono, el filósofo asimila la «doctrinatrascendentalde loselementos»queacabade exponer—ahoraestácon la doctrina del método--al cálculoqueel arquitectoprudentehaceparaconstruiramedidade los mate-rialesdequedispone.«Naturalmenteel resultadohasido que,si bienpensába-mos en unatorre (Turm) quedebíallegar hastael cielo, los materialesde quedisponíamossólo hanalcanzadoparaunacasa(Wohnhaus)lo suficientementeespaciosaen relacióncon nuestrosasuntosenel plano empíricoy suficiente-mentealta paraabarcarloscon lavista» (B, 735). Platóno, dichomássimbóli-camente,la Torre de Babel,eranlo quequedaaludido enlas primeraslineas.La Metafísicafalló por «la audaciade laempresa».No sinnostalgia(«pensába-mos en unatorrequedebíallegar hastael cielo»), diceKant adiósen nombrede la Humanidada sabernadaresponsablementeacercade lo cupular: acercade si hay o no Dios, acercade la naturalezaíntima de los entes,acercadelmundocomototalidad,acercadel alma. En compensaciónpor la renuncia,ofreceun saberlimitado, perosólido. «No podemosdejarde construirunacasasóli-da»,añade,y pocosrasgosdenunciantanclaramentecomoestadivisala perte-nenciade Kant a la Ilustración, estoes,a un saber mundanoy parala vidaterrena.Deinmediatoapareceotromás,sin embargo.Antiguamente,cadaobrerotrabajabapor sí, «demodo quecadacual edificabaa su aire, de acuerdoconsu propioproyecto».Kant estáhaciendoelpapeldearquitectode la razónquetrabajaparatodosy bajoplan. «Estamosyaadvertidosen el sentidode no líe-

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558 Baliñas, C.

varío acabosiguiendoun proyectoarbitrarioy ciego,susceptibleacasodere-basartodanuestracapacidad».Sobrahacernotarcuantaviolenciapuedehaberejercidocontra la realidadpluriforme y proteica,conestaautodisciplinaquele obliga a cerrarlos ojos a cuantono seatrabajablede acuerdoconestaexi-genciade un plansometidoa no excedersede lo quepermitanlos materialesy elpropósitoutilitario. La alusióna la babelización—cadacual construyendoa su aire, sin entenderseentreellos— ¿norima conaquel«campode batalla»que, al inicio del libro, le habíaparecidoel pasadode la Metafísica?Por suparte,lo del arquitectoque construyesegúnun proyecto,no deja de ir cohe-rentecon lo de seguirun camino-métodoigual que en las ciencias.

Despuésy a pesarde Kant, precisamentetomandosu doctrinacomobase,erigirían los idealistasabsolutosmajestuosossistemasno menosairososy audacesque el de Platón.Por lo que se ve, proseguíala nostalgiade llegar hastaelcielo. Por cierto que,acercadeellos, ironizaríaKierkegaardconque primeroconstruíangrandespalaciosy despuésseretirabanamortrenunachoza.Claroquealabuelodel existencialismotampocolesatisfacíalacómodavivienda«bur-guesa»de Kant: élpreferíadejaral serhumanoa la intemperie,en la inseguri-dad inhóspitadel individuo solo, único, a quien únicamentele cabeacogersea Dios, si esqueno prefiereresignarsepatéticamentea su simpledestino.Desdeluego, nadamejor que esa menciónde la vivienda(Wohnhaus)en contrasteconel castillo roquero(Turm) paracaptarel talanteburguésde laCrítica, quees todoun alegatocontrael vueloen el vacio, contrael castillo roquero,contrala audaciaaventureray en pro del vuelo sobreaire pesado,de laconstrucciónsobresuelofirme y conun proyectorazonablefielmenteseguido.El pisarsuelocontrael volar, el arquitectocontrael constructorsin plan, lo terrenocontralo celeste,la pacatasensatezcontra la aventuraespeculativa.

Seguirun camino seguroen lugar de andara tientas,no extralimitarsemásallá de la atmósfera,preferiral castillo roquero la casacómoday espaciosa,construir segúnun plany conformea la naturalezade los materiales:la sumade iconosva perfilandoquévalorestoma Kant comocriterio debuenConoci-miento. Todo cuantorebaselaexperiencia—cuantosea’«puro»—y no se ajus-te a la cuadrículadel Plan, cuantodisloquea la mentede esteestilo sólido,conceptual,racionalista—quedaya proscritode antemano.Y no digamoslos«arrebatos»del entusiasmo,los excessusmentis, los pensamientossueltosdelespritde finessequeno encajenen lo «geométrico»,cuantaexperienciarebasela sometibleal espacio-tiempo(lo físico de la Física).

Ier-rned¡o-con--Ka~«a ~

Nuncamenciónalgunade un pasajede KaRa daráidea, a quien no hayaleído todo el relato,de laatmósferaopresivay angustiosa,comode pesadillanocturna,que hay en suspáginas.Al ir leyendoun relato damospor supuestoquedel nudo se irá avanzandohaciael desenlace,perohe aquíque,en los su-yos, lejosde irsesaciandola curiosidad,cadavez aumentanlas incógnitasy

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El mundoicónico de la «Crítica de la razónpura» 559

lasalidase aplazaunay otra vez hastaqueel escritoterminesin terminación.A pesarde queningún pasajese basteparadar la vivenciade esafrustración,valela penamencionarel siguientepasajede unade susnovelas,yaque,hastacierto punto, se correspondecon lo que ocurre en la Crítica kantiana.

El agrimensorK. ha llegadoa laaldea,requeridopor el condequese supo-ne habitaalláen elcastillosobrela colina.Si el lectorescapazdeapurarhastala última línea la infinita prolijidad de un relato dondeel discursoaumentayaumentasinavanzarun milímetro hacia el desenlace,tendráocasiónde saberque el anónimoagrimensornuncallegaráa penetraren el castillo ni menosver al condeni muchomenosmedir un palmodetierra. Y, sin embargo,esecastillo inaccesiblellena todo el espaciode la novela: lo llena como aquelloque es constantetema de conversación,recuerdo,esperanzay temor.

Hay un momentoen que el agrimensor,y conél el lector, casi creenquevan a sabercómoes por dentroaquelcastillocuyo exteriordivisanapenasen-tre laniebla, alláarriba, siempresuperior.Efectivamente,el agrimensortieneocasióndehablarconlahermanadeunjoven, de nombreBarnabás,quetraba-ja en el castillocomo mensajero.¡Bueno! En realidad, las cosasson menosclaras.Cadamañanasubeal castillo y, a veces,le dan algún mensaje,perono es,obviamente,un funcionariosuperior,Tampocoun ordenanza,porqueno le han dado librea como a todoslos ordenanzas.Por eso la hermanay élmismosienten,a veces,dudasde si aquellasoficinasadondeva cadamañanapor si quierenencomendarlealgúnrecadoseránelcastilloe, incluso,si seránsiquieradependenciasdel castillo. Perocedamosla palabraa la hermanadeljoven recaderoparaescucharla descripciónde esasoficinas tal comoa ellase las describesu hermano:

«El llega a cierrasoficinas, peroéstasno son más queunapartede su totalidad,pues luegohay unas barreras,y traséstasadnhay másoficinas todavía.No es queexpresamentese le prohibaseguiradelante,pero ¿cómohabríade seguirunavezqueha visto a sussuperioresy queéstosle despacharony le despidieron?Por lodemás,allá en el castillo siemprelo observanauno, al menoséstaes la creenciaque se tiene. Y aunquesiguieraadelante,¿dequéle serviríasin tenerallí ningunatareaoficial, no siendo,pues,nadamásqueun intruso?No debestampocoimagi-nartequeesasbarrerasconstituyenun límite definido;ésteesotro puntoqueRama-bás recalcasiemprede nuevoen nuestrasconversaciones.Barrerashay tambiénenlas oticinasa las cualesél va. Hay, pues,tambiénbarrerasqueél atraviesa,y notienenotro aspectoqueaquéllaspor lascualesno hanpasadoaún: y porestamismarazon tampocopuedesuponersede antemanoquedetrásde estasúltimas barrerashayaoficinas esencialmentedistintas de aquéllasque Barnabásconoceya.»5

¿Kal1cianoo kantiano?A menudointroduceKant la palabra«barrera»(ale-mán: Schranke,Grenze). El noúmenopodemospensarlo—mejor dicho: nopodemosmenosde pensarlo—,perosin conocerlo. Imposicionesa priori trasotrasimposicionesa priori, pero ¿dóndese halla el quéde la realidad?Inútil-

5. KaWa. El Castillo, págs. 190-191. Madrid, Akal, 1988.

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560 Ra/lilas. C.

mentese lo preguntaráel mensajeropreguntón.En unaoficina no hay cosas—si es de una empresaagrícola, en vano se esperaríasentir la fraganciadeunaperamadurao comerseunamanzanao compararel verdordelas diversasverduras—,sinosólo escritos,estoes, referencias,remisiones,informacionesque remitena otras informaciones.

Estasingularoficina tieneun largo pupitrequeva de pareda pared,conun estrechocorredorparaquese instalenlos diversosfuncionarios,cadaunosobresupupitre,enel cual haysu correspondientelibro. Cuandohande cam-biar de asunto,no intercambianlos libros, sino queson ellosquienessecam-bian de asiento.¿No recuerdaesto a la razónpura kantianaincurriendoenantinomiasy paralogismos?A la verade cadafuncionariohay un escribiente,al que, stn embargo,nadiele dicta nada,sino quetieneél queestarpendientede lo quemusiteel funcionarioy, si no leoye,ponersede pieparatranscribirlo que diga.

Al frentede la oficina, en nombredel condesiempreinvisible, estáun ad-ministrador llamado Kramm, al quefuncionarios,escribientesy ordenanzashande dirigirseparatodo. Tambiénen la aldeahablantodosde él: si le hanvisto o no, sobrepeticionesparahacerle,sobrecómoviste,perocadaunotie-ne de él unaimagendiversa,la suya. Y he aquíque la informantehaceestecomentario:esaimagencambiante«quizásni siquieraes tan variablecomolapropia y verdaderaaparienciade Kramm»,el cual, a juzgarpor estedicho.seríaplural, equívoco,no sometidoal principio de contradicción.Tantoes es-to asíqueel joven mensajero,a pesarde verle a menudoy hablarconél, nisiqueraestásegurode que ése sea el verdaderoy no un doble.

En todo esteconjunto de rasgos,que creanun ambienteangustiosocomoel de unapesadillanocturna,hay quien no ve sino una sutil crítica sarcásticaa la burocraciahodierna.Unavez metidosen susredes,ya no sabemosquienresuelvelosasuntosni cuandoni siquierasi enbaseaalgunanormativay cuál.Solamentepodemosservirnosde recaderosy esperarla respuestaquenos trai-ga, si alguna vez llega, el pertinentemensajero.Con nadie podemoshablardepersonaa persona,porquesi tenemosaccesoa algunodeesosfuncionarios,resultahablarcomo funcionario, estoes,en nombrede algunainstanciaim-personal,sin opinar por sí y reservandotodainformaciónqueno seaestricta-mentenecesaria.Es decir, quenos hallamosen cl mundode los formularios,las instancias,los títulosoficiales, los recursos,las apelaciones,las esferasdecompetencia,los trámites,las inhibicionesy subrrogaciones,el silencioadnii-nistrativo.

Tambiénesa interpretaciónvale, desdeluego, pero¿nopodemostambiénver en el señorKramm al Dios de laCrítica de la RazónPura,instaladoentreel almay el mundo,merofuncionariode un mundoqueno sabemossi funcio-na? SegúnKant, todo cuantoda la experienciaes un «caosde impresiones»;el restoes ordenamientonuestro.¿No tienetodaesaprolija «arquitectónicadela Razón»algo de similar con el mundode los funcionarios?La realidaddeverdadquedasiempreen situaciónde remitidoy en trámite,puroreferentedelque se hablade continuo, pero mero tema de referencia...

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El inundo icónico ~lela «Crítica de la razón pura» 561

Los escritoresde ficciones se permiteny tienena gala inventar,estoes,transgredirlavericidadyaún laverosimilitud.Sonfarsantesamuchahonra.A losdemás,sin embargo—a los informantes,a los historiadores,alos cientí-ficos y filósofos— les condenamossi transgredenesoslimites, si no se atienena sólo lo verificable.Conviene,por eso, pasarahoraaocuparsedel aspectode transgresión.

LA TRANSGRESIONDE LIMITES

Cadaentetieneun término másallá del cual comienzael lugar del colin-dante. Muy prontoaprendeel niño pequeñoquesu cuerpoacabaenalgúnpun-to del espacioy quelosobjetosvisibles,si invadensu territorio,leproduciránalgúnefectoparticular: un dolor si aquelloes duroy llegade golpe, un placersi es unacaricia. Por esocon su manitava aprendiendoa calcularlos límitesde su cuerpoy ladistanciade los objetosqueestándentrodesucampodeaten-clon. Desdesiemprelas comunidadeshumanas—lo hacenya algunascoloniasde animales—tienenconcienciade un territorio quelesperteneceny de dondeexpulsaránal intruso. Haciadentro,el límite es terminación,perohaciaelex-terior implica un espacioal que Aristótelesdenominó«última superficie am-biente».Desdeahípuedenaparecerbarrerasy fronteras,en principiosuperables,pero cuya superaciónpuedesignificar un mérito cuandoes licito superarlasy unasanctonsí se transgreden,estoes,si sepasancuandoes ilícito rebasar-ías. Aristótelesorganizóel conceptode«definición»(horismós)en relaciónconel trazado:todavíahoy llamamos«horizonte»a la líneaquecierra el espaciodivisable6.O sea:cadacosase definepor su territorio. La esenciaes el terri-torio de cadacosa,aquelloque le da fin, que la define. A la terminacióndeun territorio la denominabanlos romanoslimes, de dondederivanlimitar ylimítrofe. DesdeAugusto,una vez queconsideraronterminadala expansióny proclamadala paxaugusta,a su imperio le pusieronlimes,estoes, fronteraa defender.Lo exterioreralo salvaje,sin ley, sincivilidad, sindefinición,pro-miscuoy, por ello, carentede interés. Si nosotrostenemosun perro, le pon-dremosnombre,le reconocemosindividualidad. Hablandode los perrosde lacalle o del perroajenodiremos,simplemente,«un perro».De modoparecido,a los individuosde los pueblosquedespuésfueron llamadossalvajes,los ro-manos los considerabanimpersonales:sin status,sin derechos,sin nombre.Peroallí dondeel Estadoromanoencontróotrospueblosconorganizaciónfija—conEstado—,tal comoen Oriente, hubo de establecercon los colindantesfronterasmáso menosfijas segúnconvenios,o sea: límites jurídicos que nocabe transgredir.De ordinario la fronterajurídica se establecíasobrealguna

6. Si, además,comoaceptanalgunoslingíjistas, el verbo orao—quesignifica mirarviendo— tieneparentescoetimológicoconhorismós,definir equivaldríaamirar y ver loshitos quedemarcancadaente.

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562 Raliñas C.

barreranatural.La experienciadelo vedadonos llega tambiénporotrasexpe-rienciasquepor las del territorio. La familia defiendela intimidad del hogar.Por su parte,cadapersonaconsideraquesusexono puedemirarseni tocarsey, másen general,se sientemolestade que lemanoseeny aúnde quele «cla-ven losojos»,deque «leponganla miradaencima».En el templohay un Sanc-ta Santorumy los emperadoreschinosteníansu CiudadProhibida...

Tambiéna la conductahumanase le pusodesdeel principio ordenconfor-me a lo permitidoy a lo prohibido. Esto es: hay limite moral aúnparalo quefisicamenteestoyencapacidaddehacer.Dentrodelcanhayun ought: dentrodel kónnen,un ddrfen; dentro de lo posible, lo lícito. Hastaen el Jardíndelas Delicias,hayun veto: no comerdel Arbol de laCienciadel Bieny del Mal.Qué sea buenoy qué malo lo determinóantesel Creador.Respectode ellohabráquesometersey repetir: non licet. non possumus(a pesarde estardentrode las posibilidadesfácticas).Si se transgredeeselímite, se cometepecado.

Era necesarioestesomero recordatorioporque,cuandoKant acusaa losmetafísicosde «transgresiónde limites»usaunaexpresiónqueconlíevasusconi-promisos.Si encuentraque los metafísicosincurrenen esoseráporquetienela concienciade que tal cosapuedeocurrir. Lo característicosuyo va a sersu intensasensibilidada la transgresiónen el campode la facultaddejuzgar.Ya quedódicho que, por ciencia,él no entiendetanto un conjuntode conoci-mientos—reproducciones,reflejos—cuantoun cuerpoorganizadodejuicios.por lo quepuedehabertanto cienciaauténticacomocienciafalsa. El transgre-dir el limite de la capacidadde afirmar será,precisamente,lo que determinequeunaciencia seafalsa, falsaciencia,cienciaadesenmascarary abandonar.Como,ya quedódicho, en las páginasde susCríticas vana apareceramenudolas palabrasSchranke,Grenze. Comparándosecon un policía de fonteras(E, XXV), el autordela Críticade la RazónPurase pasarálas páginasadvir-tiendocontra ir allendeel limes, a sujuicio determinadopor la empiria. «Lafilosofía consisteprecisamenteen conocerlos limites propios»(A, 727). LaCrítica—dirá en ocasiones—no pretendeampliarel campode conocimientos,sino establecerlos límitesde lo quepodemossaberconcerteza(«¿Quépuedosaber?»).Puesbien.¿noeraesolo quequeríaindicarla vieja consejanoscete ipsum?Transgredirese limite serápecadode temeridad,de orgullo, dcarrogancia,palabraéstaúltima queKantrepetiráa menudocomoeldelitopeculiarde la Metafisica.La Critica descubrequea la razónle cabeinter-narseen los temasespeculativos,perosi lo haceseráirresponsablemente.sin poderjustificar la objetividad.Esosasuntosnos eslicito pensarlos(denken).pero-nonoscs-posibie-conocerlos-(erkennen).porlo quetnmnncn nn’z e~ lici-to intentarlo. Hay, pues,un códigode la licitud científica, un código que novienedeterminadopor la ley moral ni por la ley divina,sino por la razonmismaconvertidaen aduanerade si propia.

La Críticaes tambiénunadeontologíadel pensar.El castigoa los infracto-resconsistiráen quese perderánlos dos caracteresdistintivosde la verdaderaciencia: la seguridady launanimidad.De constatarla faltade estosdoscarac-

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563El mundo icónicode la «Crítica de la razónpura»

teresen la Metafísicaarrancanlos prólogosa la obray a analizarla causavadedicadoel cuerpodel libro.

Estaconcienciadel territorio y del límite fue recogidadesdeprontopor losfilósofos. Entre los griegos,comoentreotros pueblosantiguos,estabavivala concienciade quela arrogancia(hybris) tendríaun castigo (némesis).Enopinión de Sólon, ello se cumplíatambiénen las sociedadeshastaquese res-taureel equilibrio, el justo medio. Entonceshay justicia (diké) y consiguientepaz social.

Aristótelesen suLógica, moral del razonamiento,recogeríaesaobligaciónde atenersea la esenciade cadacosaentendidacomo territorio. Definir, enesoconsistíaprecisamente:en otorgara cadaentelo suyo. Deahí la prohibi-ción de lo promiscuo,indefinible, indeterminado.Esocaeríafueradel logos,en lo alógico(irracional), en la vecindaddel 3,1416...Tambiénuna ley dela buenadivisiónprohibíaquesusmiembrossecubriesenentresí. «Cadacosaen su sitio y un sitio paracadacosa».Asimismo si en el discursose cometíametábasiseis alío genosse pecabacontrala Lógica. En latín, esterebasarellimite se expresaríaconel sufijo transcontrapuestoain... Los escolásticoslosaplicabanen el nivel ontológico.Inmanenteeralo quepermanecíacerradoso-bresí. Trascendenteeslo que,además,rebasacualquierlimite, estoes,lo abarcatodo. Dios trasciendea lacreatura:atodasy cadauna. En la escolásticatardíapasanadenominartrascendentalesa los atributosdel ser.Kantretomaestaspalabras,perorefiriéndolasal conocer.Dadoqueel sujetocognoscentemarchacomoun buscador,comounaamebaqueemitepseudópodos,le trasciendecuantono consigueabrazary hacersuyo. Si bien, comose sabe,no se atuvoen estoa unanomenclaturafija, por simplificarpodemosconveniren quedenominaba«trascendente»a lo que estabaallendela experiencia—entendiendoel límitede la experienciacomolo queparala miradaes el horizonte—y trascendentala lo quequedabaaquendelaexperiencia,comoel ojo y las gafasal mirar. Lotrascendentalsoncondicionesde lasqueno cabedesprendersey, graciasaellas,organizamosel pensar.Porel otro extremo,nos trasciendecuantosobrepasalo espacio-temporal.Lo metafísiconos trasciende.Estásituadomás allá dellimite. No importaque sustextosno expliciten referenciasa rebasarla línea,sobrepasarelhorizontey otros hechoslocales.Lasexpresionestopológicasvanen el buchede susexpresionesabstractas.Por ejemplo,vayanestostrespárra-fos. Consubrayarlasrefrrenciastopológicascabedispensarsede máscomen-tario. «Teniendoen cuentaquesemejanteintuición, es decir, la intelectual,sehalla absolutamentefuerade nuestracapacidadcognoscitiva,tampocopuedeel usode las categoriasextendersemásallá de los límites delos objetosdela experiencia(B, 308). No podemos,pues,ampliar positivamenteel campodeobjetosde nuestropensarsobrepasandolas condicionesde nuestrasensibi-lidad (A, 287). «¿Queremos?(...) Somosmuy libres de hacerlo,pero(...) nosirve másqueparaseñalarlos limites de nuestroconocimientosensibley paradejarabiertoun campoqueno podemosocupar»(A, 289). Y asísepodríacon-tinuar recogiendotextos, peroreiteraríanlo mismo. Y, sin embargo,eso—lacosaen sí, el noúmeno—nos hace falta (B, 310), comonos hacefalta el otro

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ladode lamontañay la caraocultade la luna: es lo otroversuslo cualse defi-ne esto.

CuandoKant indicaque, si se sobrepasatal límite, secaeráen lo fútil, estáafirmandoun factum, perosi, comodehechohace,acusa,además,a los meta-físicosde arrogancia,hay razonesparaafirmar queestéhaciéndoseeco de lahybris griega, heredadaen el cristianismopor el orgullo de la razón.

Los escolásticosponíanlo trascendentearriba, eralo superiora lo quenoalcanzamos.Hablabande lo sobrenatural,de lo suprarracional,de lo supra-sensible.Kant se fijó másbienen lo inalcanzableen horizontal;haciadelante(trascendente)y haciaatrás(trascendental).Un temaquedabaabierto,quedis-ta dehabersecerrado.Andandoel tiempo,Nicolai Hartmann,en suMetafísi-cadel Conocimiento.haríasutilesdistincionessobreposibilidadesallendelabarrera.Distinguiráallendelo racional, lo alógico, lo transinteligible,lo «irra-cional eminente»...

LA GRAPA EN LUGAR DEL CUÑO

Pero ¿porqué otros habíanencontradoalcanzablelo metafísico,estoes,la cosaen si? Kant responderáque por aceptarquehay intuición intelectual,perodesdeun análisisicónico se estáobligadoa buscarla respuestaen elem-pleo de diversosiconos.

No apareceen laCrítica, queyo sepa,lo del cuñosobrelacerani tampocolo dela«iluminación»y escoherentequeno aparezcan.Un largopárrafo(H, 322)muestraqueKant conocíabienel alcancedela doctrinaaristotélico-escolásticade la materiay forma en acepcióngeneral(no sólo en la cosmología,que esunaaplicación).De uno de los miembrosde la pareja—de la «forma»— haráusoparadesignarel plexo deespacio-tiempo,«formasdela intuición», «delasensibilidad».Aúnpodría haberlesaplicadoel carácterde formal a las catego-ríasdel intelecto,peroya no a las ideasdela razónpura,porqueen éstasfaltatoda«materia».Ahí la razónse ha quedadopura. En todo caso, la uniónentreamboselementosno laconcibeya él como«información»,educiendola formade la materiani tampocomencionael principiocorruptiounius,generatioalte-rius. Todo sugierequeentendiesela forma comoun moldeo unagrapae. in-cluso, un vaso,ajenosa aquello que incluyen dentro de sí.

La cosatienequever conquetampocoemplearála voz «abstracción»,si-no,dondecorresponda,la dc«subsumir».Imaginemosunascajasdediversotamaño,perodela mismaforma que,por lo tanto,se puedanencajarunasden-tro de otras.¿Cuálseríael conceptoquese les podríaaplicar? Evidentementeel de subsumir.Repáresesobreestepárrafo.-«Comparadoscon las intuicionesempíricas,los conceptospurosdel entendimientosson totalmenteheterogéneosy jamáspuedenhallarseen intuición alguna.¿Cómopodemos,pues,subsumiréstabajo talesconceptosy, consiguientemente,aplicarlacategoríaa los fenó-menos,ya quea nadiese le ocurrirádecirqueunacategoría—la causalidad,por ejemplo—puedaser intuida por los sentidosni hallarsecontenidaen el

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El mundo leónico de la «Crítica de la razónpura» 565

fenómeno?»Los aristotélicosadmitían similitud entreel cognoscendumy laforma reproducidaen el sujeto cognoscente.Todo el problemase reducíaaexplicarlas mediacionesparaqueelobjetofueserecibido ad modumrecipien-tis. Ahora, paraKant, al haberésterenunciadoaJa simiJitud,ambosextremosquedanheterogéneos.¿Esquela aplicaciónde tal categoríaa tal fenómenoyno a otro va a dejárselacomomero factumregular,pero sin que sepamosdevínculo algunointernoque nos asegurede que, en el futuro o en el pasado,no ocurriese?¿Habráquedar la razóna Humecuandoreducíala causalidada merasucesiónregularde dos fenómenos?Kant, que se halla ojo avizor alescepticismo,tienequebuscarseun mediador.Será,comose sabe,el «esque-matrascendentalde laimaginación».Por él sesubsumetal materiaental formanoéticay se aplica tal forma a tal materiay no a otra.

No hace falta buscariconosdesarrollados.Bastarepararen las expresio-nes:«subsumir»,«incluir», «aplicar»...Con ellas,vanotrascongruentes.Enla tradición griega, lo que llegade fueraes unaforma accidentalquese impri-me sobreel sujeto,tal comolaefigie del sellosobrelacera. Kantaesomismolo designacomo«dato»,sin quenadadiga de quienlo da. Tampocoimprimesu forma, sino que «afecta»(affiziert) al sujeto. Estapalabra,procedentedefacereconel prefijo de direcciónad, dio ademásotras como afecto, afecta-ción, etc. Tradicionalmentea los afectosse los considerabahechosemotivos,acompañantes,pero distintos de las noticias. Una cosaes la noticia que medeny otra queyo hayaquedadoo no «afectado»por ella. LosracionalistasdelXVII habíandegradadolosafectosacosade la sensibilidad,estoes,de lasen-sorialidad.Ahí enlazaaquelpárrafode la Dissertatioquejustificaqueno hayaintuición intelectual «porquela intuición de nuestramente siemprees pasivay, por lo tanto, sólo es posibleen cuantoalgo puedeafectar(afficere)anues-tros sentidos»(Dissertatio,10). La mentees pasivacuandorecibeesoexteriorqueno es la formadel objeto,correspondientee idénticaa la forma del sujeto.Simplementeésteimponesu formaa algoheterogéneo.Los moldesson,a estenivel, comose sabe, las formasde espacioy tiempo, que se imponenal caosde sensaciones...

En congruenciaconello vael verbo queKant intercambiaconjuzgar.Paralos aristotélicos,el juicio consisteen atribuir un predicado(forma) aun sujeto(materia)y ello porqueel intelecto intuyeen ésteaquélla.Poresose lo deno-minaapofántico:porque«muestra».ParaPlatónel intelectointuyedirectamentela forma universal;lamateriaesun casopanicularde esaintuición. Encuantoal resultadoson indiferenteslas dos variantes.En cualquiercasoel juicio esapofántico,estoes,«muestra».Representémonosahoraunagrapafijando doscosasdiversas,unaagujacosiendoun papela unatela, un tornillo fijando unatabletaaunaparedde cemento.¿Quéocurreen talescasos?Que no hay fusióninterior, queno surgeningúnnovum. Puesbien, Kant definirá unay otra vezel juzgarcomo«referir(beziehen)unaintuición aun concepto»(B, 304: 238-239,etc) y ya sabemosque referir equivalesimplementea poneren relación(re-cuérdesela sinonimiaconnarrary tambiénel significadode «referente»).Otrasvecesexpresarálo mismodiciendoquees «reducirlavariedada unidad»y ha-

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566 Ha/masC.

blaráde «síntesis»,de «enlace».Cierto que,cuandolos aristotélicosdescribenel juzgarcomoatribuir, tampocomencionanel abstraere intuir. Sin embargo,las explanacionespermiten interpretarloasí.Por el contrario,el contextoesquienconfirmaenKant queentiendeel juzgar,simplemente,comoun impo-nerforma (categorías)alos datosempíricosque,si handejadosu caosorigina-río, serápor la intermediacióndelas formasdeespacio-tiempoy losesquemasde la imaginación.Renunciandoo no advirtiendo la abstraccióncomo intui-ción (tradicióngrecomedieval)y no aceptandotampocola intuición de natura-lezassimples(tradicióncartesiana)¿noera lógico interpretarlo pensadoallendela materiacomo mero noúmeno,al que cabepensar,pero nuncaconocer?

Con transitaraestenuevo icono no hemosdejadolacongruencia.El cami-no, comotambiénel vuelo, invaden,la guerraintentadominarun territorio,el vaso o grapao molde se aplican a algoexterior o bien esto es referido aello. Siempredos elementos,perono isomorfos,sinouno invadiendoy el otroa serincluido. El límite insuperablesurgiráallí dondeno hayaelementohete-rogéneoasumible.Dadoqueportal entiendeKant la experiencia,a nivel deideastrascendentalesya no hayengarce.Si. a pesarde ello, se lo finge. se hatransgredidoel límite.

LA ISLA

Anteriormente fuimos del suelo al cielo. Toca ahora referirse al navegar.Un casode territorio con límite intensamentemarcadoes la isla. A pesar

de lo que digan los diccionarios, no es isla todo territorio rodeado de mar. Uncontinentetambiénestácircundadoporelmary, sin embargo,no lo conside-ramosisla. Es que.parahablardeisla, se requieretener,con respectoa ella.sentimientode insularidady tal sentimientosolamentese da si el mar estápróximo, estoes.si sepercibeel límite comocercanoy se tieneconcienciaderepresentarunalimitación eléctivaparanuestrosmovimientos.A menudolaliteraturatomó la isla paraescenariodel aislado.Filoctetes.el personajeho-méricocastigadoporlos dioses,muereabandonadoen una isla. En su islaperdidavive su vida adámicaRobinson.Tambiéna supersonajeAndreniolehabíahechonacerBaltasardeGraciánen unaisla. Aquélvive delos recuer-dos y restosdel naufragopropio y de losulteriores.Estetiene,desdesu aisla-miento original,quedarlesentidoal mundo.«La isla» tituló Huxley unadesus novelas.Las islashansuscitadosentimientoscontrarios.A irse juntosauna isla solitaria invita el enamoradoa su amada.Muchos son los que,enposdel pintor Gauguin,buscaronen las islasde los Maresdel Sur el Jardínde las Delicias.

Así es la isla paraquien va a ella a alsiarse. El isleño, por cl contrario,queha nacidoallí. y aquéla quienhanaisladocontrasuvoluntad,puedenver el asuntocon otro cariz.

Perola isla es tambiénel lugar de los límites próximose irrebasables,elespaciodondese sufreclaustrofobiay, a la vez, temor a salirsede ella. Pues

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El mundoicónico dela «Crítica de la razónpura» 567

bien,éstees el aspectoparael quela vaatraeracolaciónKant ensu discurso.A mitad del libro, cuandoestáterminandola Analítica, describeasíel «te-

rritorio del entendimientopuro»quedice haberexploradocuidadosamente.«Eseterritorio es unaisla queha sido encerradaporla mismanaturalezaentrelími-tes invariables.Es el territorio de laverdad—un nombreatractivo—,peroestárodeadoporun océanoanchoy borrascoso,verdaderapatriade la ilusión, dondealgunasnieblasy algunoshielosquese deshacenprontamenteproducenlaapa-riencia de nuevastierrasy engañanunay otra vez convanasesperanzasal na-veganteansiosode descubrimientos,llevándoloaaventurasquenuncaes capazde abandonar,peroquetampocopuedeconcluir jamás»(B, 299).Sediría queel pasajeglosauna vagareminiscenciade las singladurasde San Barandánode los wikingos. La isla es la TierraFirme, la patria de la verdad.Igual quea Irlanday demásislasdel Mar del Nortey OcéanoArtico, a ésalacircundaun océanoancho y borrascoso,dondenieblase icebergsproducenilusionesde nuevastierras.El dramacomienzaahora.Siemprehabráun naveganteilu-stonadopor el afán del descubrimiento,que se embarcaráen aventurasqueno serácapazni de abandonarni de rematarconéxito. La razónes esenave-gantequese meteaespecularsobrelo quele rebasa,estoes,embarcarsehaciala «patriade la ilusión», sufriendode resultasese«singulardestino»registradoen el primer párrafo del Prólogo a la primera edición. Entescomo PrimeraCausa,Dios, alma, esenciaúltima, sonesosentesdeilusión en los quese en-zarzala razónpura,incapazyaparasiempretanto de desasirsecomodehallarsatisfacción.

Queésteeraun icono actuante,inclusosi latente,lo confirmaelquereapa-rezcapáginasadelantebajootra variante.LascolumnasdeHérculesvana sa-lir aescenaahora,juntocon la Leyendadel Nonplusultra. El autorestátratandounavez másde definir la tareadela Críticacomocorrectorade vanasaventu-rasnáuticas~.«Sóloesacríticapuedeconfinartodasnuestraspretensionesespe-culativasal campodela experienciaposible,no con insípidasburlassobrelastentativas,unay otra vez fallidas, de nuestrarazón,o conpiadososlamentossobrelas limitacionesde la misma,sino señalandosus fronterasconprecisión,segúnprincipios segurosy fijando conla mayor confianzael nihil ulterius delas columnasde Hérculesquela mismanaturalezaha levantadocon el fin dequeel viaje de nuestrarazón sólo llegarahastadondealcanzanlas permanen-tes y continuascostasde la experiencia.No podemosabandonaresascosas,si no queremosaventurarnosen un océanoque carecede orillas y que, consus horizontessiempreengañosos,nos obliga, al final, adar por perdidotodoel penosoy prolongadoesfuerzo»(A, 395-396).Otra vez, estaobsesiónporno perdertiempoy energíasenbalde. Cabenpocasdudasdequeconlaalusióna las «burlas insípidas»se refiera a escépticosy materialistas.Con esode las«lamentaciones»no estaráaludiendoquizása David Hume, queno suposeña-lar fronteras?Desdeluego es a éstea quien vaa referirseen esteotro pasaje,éste procedentedel libro complementariolos ProlegómenosOtra vez vuelveel olor a salobrey a brea. Ahora bien, esta vez no va a invitar a resignarsea la insularidady no abandonarla costa.

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568 BaliAa~ C.

KANT LE DESENCALLA EL BARCO A HUME

En los Prolegómenosa todaMetafísicafutura, Kantva a presentarpor lamejorcaralo quepuedehaberde esperanzadortras ladestrucciónoperadaenel libro anterior.A sujuicio, cabeunaMetafísicafutura «quequieraelevarsea ciencia»,aunquecontales limitacionesquelos metafísicosde sistemadiganque ya ni merecetal nombreni vale la pena. «Se trata —manifiestaen elPrefacio—deuna nuevaciencia,en la cual a nadiese lehabíaocurridopensarantes,cuya misma meraideaera desconocida»,ya queparaello eraprecisohaberpartidode la duda deDavid Hume. «el cual, igualmente,no adivinó lacienciaformal, tambiénposible».A él el inglésle había«despertadode su sue-ño dogmático»y es muy reveladorfijarse en lo que, en el calor de la redac-ción, le viene a la plumacomo resumeny cifra. Podíahaberseacordadodemuchascosasy. sin embargo,heaquíquelo quelevieneal recuerdoes,preci-samente,aquellargo y lacrimógenopárrafoconqueHumecerrabala PrimeraParte de su Tratado,todo aquello de que se hallabacomo marino al que sele habíaencalladoel barcoen las rocasy no conseguíadesencallarlo.Puede

sorprender—aunqueno debiera—quelo quele vengaa lamemoriaseapreci-samenteun iconoy quela respuestala dé precisamenteofreciendootra salidaal mismoicono.peroasíson lascosas.«(Hume)paraponeren seguridadsunave,lahizo fondearen la costa(del escepticismo)dondepodíaestacionarsey pudrirse,en vez de lo cual a mí me importadarle un piloto que, provistode los segurosprincipios del artedel timonel, con un mapacompletodel mary un compás,puedadirigir seguramenteel barcoadondela parezcabien»(Trad.Besteiro).En estepasajela isla nos es presentadacomolugar de retiro deses-perado,especiede Tristánde Cunhaadondehuyenlos naufragadosen la vida,los desilusionadosque se acogena un lúcido y resignadono saberni querersaber.Estaveza Kant no le tocapincharlas arroganciasinfundadasde los me-tafísicos,sino, al revés,dar ánimosy ofrecersalidaa los empiristasescépti-cos. La Crítica,vistadesdeaquí,resultaser,ajuiciodel autor,el artede! timonel,más el mapay la brújula «paradirigir el barcoadondele parezcabien>~. Loqueimplica —ironíasaparte—queel sedentariovecinode Koenisbergque,porlo que cuentan,nunca se decidió a ir a ver el mar —distante unos treintakilómetros—,se atribuyeestavez el papelde piloto. Y. porcierto, nóteseotravez la evocacióndel mapa: levantarun mapadel territorio es lo que él dijohaberhechoen la Críticadela RazónPura Solamenteque,estavez, el mapaes unacartamarina,porqueahorase tratadeconseguirsalir de la isla. Efecti-vamente,al caboKant no podráresignarse,comolos neopositivistasy analíti-cosde nuestrosiglo —anticipadosyaen losescépticosy fenomenistasde antaño—a no sentiranhelosdeplus ultra. En el pasajemencionadode losProlegónie-nosestárefitiéndosea unaMetafisicafutura nuncamuysatisfactoria,peroalmismo impulsoobedecerála restauración,por análisisde la razón práctica,delacreenciaenDios, la inmortalidad,etcétera,aunqueno puedasermásquecomopostulados.Ya anteriormentetranscribípárrafossobrecómo,desdeese

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El mundo irónico de la «Crítica de la razónpura» 569

campo, cabesatisfaceranhelosque se frustran desdeel análisisde la razónteórica. Ahí los objetosdeseados«no huyen».

EL TRIBUNAL

Si reparamosenel tratamientode losiconoshastaaquímencionados,vere-mosqueserepite elmismoesquema.Setratadeindicarleaalguien—caminante,volátil, navegante—el límite entreaquello de que es capazy aquello con loqueno debeilusionarseporquele rebasa.Ni envalentonarseconWolff ni de-sanimarseconHume. Ahora bien,esoimplica quela razónasumeelpapeldeautocontroladory tambiénésteestáenconexióncon unaexperienciade lavidacuotidiana,segúnvamosa comprobar.

El prólogoa laprimeraediciónpresentaa la Crítica dela RazónPura como«un llamamientoa la razónpuraparaqueinstituyaun tribunalquegaranticelas pretensioneslegítimasy que seacapazde terminarcontodas las arrogan-cias infundadas».Se nombraun tribunal cuandohayparteslitigantes, un obje-to o derechodiscutido y una norma segúnla cual emitir veredicto.Además,es desuponerhayafiscal ydefensor.El autores el fiscal; acusaalos metafísi-cosde, en nombredela razón,transgredirlos límitesdelaexperiencia,come-tiendoun pecadodearrogancia.La causaes,por lo tanto,unacuestióndelímites,pero involucratambiénun comportamientomoral. Alguien —la Metafísica—se arrogaprerrogativasque no le correspondeny el resultadoes su despresti-gio: de reinahapasadoadesterradacomoHécuba,la troyana.(Porveces,Kanttoma airesde literato, a la verdadun poco plúmbeoy desmañado,y éstaesunade las ocasiones).La Metafísicacaídaarrastraen su desprestigiotambiéndoctrinasvenerablesy necesariasparael buenfuncionamientodela sociedad,y estohabíade preocuparaaquelciudadanomoralistaque siemprefue Kant.Al Tribunalse le señalatambiénel códigosegúnel cual juzgar: «no conafir-maciOnesde autoridad,sino con las leyes eternase invariablesque la razónposee».Al ilustradoqueél erahabíade indignarlequelospoderesfácticoscon-trolaseny juzgasena la razón. Lo contrarioes lo que debeocurrir. Por esono dudaráen afirmar que es a la Crítica a quieneshande someterse,si hande merecerrespeto,la Religióncon su «santidad»y el Estadocon su «majes-tad».

Paralos del siglo XVIII la menciónaun «tribunal» en relaciónconel pen-sarno podíaparecerles,comoa nosotros,unametáforainnocua.Pesabatoda-vía el temor al Tribunal de la Inquisición y a otras vigilancias que, aun sintal nombre, seguíanejerciendolos poderespúblicos sobreel pensamientoysu libre expresión.Sobradecirque el tribunal a queél se está refiriendo esel de la propia razónjugando sobresi misma el acuerdocon sólo el códigode la razon.

Por su parte, La «crítica» estabarecibiendocadavez másunaacepciónpe-yorativacomo censurafrívola y corrosiva. De ahí que quieraaquilatarbienlas acepcionesqueél da a las palabras.

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570 Saliñavt C.

Su crítica no pretendedirigirsea «libros y sistemas»y tampococonsistiráen unacensurade lo reprobable(acepciónantonomásticade lapalabra).Se-ráuna«críticadela facultaddel conocimientoengeneral».Y el teutónqueesle lleva a añadirqueserá«severa»encontraste—aunqueno lo diga—conlasfrívolasironíasy petulanciasde libertinos,librepensadorese «indiferentistas»(¿Estápensandoen Bayle, en Voltaire?).

Esto escribíaen el prólogo a la primera edición. Hacia el final del librova atraerparaunaúltima comparecencia,aunquemuy depaso,algocongruente(8, 823). Ahora, auna pesarde lo mal quesuenela menciónde unacensura,va a aceptarun tipo de censura;seráunacensurainterior de la propia razónsobresímisma, el control que la crítica debehacersobrela metafísicaparaqueno transgredalos límitesy no invadaterrenovedado.La metafísicareno-vada,futura, «en virtud de la censuraqueejerce,asegurael ordenuniversal,laarmoníae, incluso, elbienestarde la comunidadcientífica»,al impedir quelos miembrosde la comunidadcientíficase alejendel fin principal quees lafelicidad universal.Es cieno que la Crítica dejaa la razón humanaen situa-ción humillante.«Eshumillanteparala razónhumanaqueno consiganadaensuuso puroy evite las ilusionesconsiguientesa las mismas» (B, 823). Pero,cuandomenos,es unacensurainternaquelapropia razónse imponea sí mis-ma «sin permitir otra censurasupertor>~.

Por lo demás,el libro termina,comotodo el mundosabe,aunquea vecesse olvide, inconcluso.«Tienequehaberen algúnlugar una fuentede conoci-mientospositivospertenecientesal ámbitodela razónpura.deconocimien-tosque,si ocasionanerrores,sólose debaquizásaun malentendido,peroque,dehecho,constituyanelafánde losafanesde la razón»(A, 796).Al caboKantno se resignaaaceptarla frustraciónde un anhelonatural.Por algúnprocedi-miento habráqueconseguirsuperaraquel famoso«destinosingular»constata-do en el primer párrafodel Prólogoa la PrimeraEdición. Por carenciade esasensibilidades por lo que, ulteriormente,positivistas,materialistasy analíti-cos han intentadoextirparhastaese anhelo(«positivismoterapéutico»).

Cuandohoy leemosel párrafomencionado,lo hacemosa sabiendasya dela Crítica dela RazónPráctica.No eraasí cuandoKant lo escribióy convienetenerloen cuenta,porquedelataqueyacuandomeditabasobrela razónteoré-ticaestabainsatisfecho.Probablementeaúnno disponíaentoncesde las claves—tendríaunosañosparaencontrarlas—,perobarruntabaquelo perdidodesdeel análisisde la razónpuracabíay eraprecisorecuperadodesdeotravía. Des-de la consideraciónteorética,los objetosde la Metafísica«huyenante ella»,pero«esdeesperarquetengamássuerteenelúnicocaminoquelequedatoda-vta: el del uso práctico»(A, 796-797). Un poco más adelante(B, 856), en elpárrafofinal de la obra, aludiráal «caminocrítico» comoel único quequedae invitará atodosa contribuir a «la conversióndeestesenderoencaminoreal».Estamenciónnosconfirmacómo,hastael cabodel libro, mantienelaobsesiónpor el camino. La «Metafísicafutura», depuradapor la Crítica, permitiríaha-cer de ella un saberunánimey progresivo,estoes,con la «marchaseguradela ciencia»;deello estátancierto queel prólogoala PrimeraEdiciónconcluye

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El mundoicónico de la «Crítica de la razónpura» 571

conunaaseveraciónqueunono sabesicalificar decandorosao de petulante.Peropor esa seguridadhabríaquepagarun alto precio: renunciara saberloinsabible.El otro camino,el análisiscrítico de laRazónPrácticacompensaríala insatisfacciónquedejaba.«Tuvequesuprimirel saberparadejarsitio ala fe...»

COTEJO DE ICONOS

Si sometemosacomparaciónlos diversosiconosexplicitados,comproba-mosque encajanentresí.

Arriba, sueltode los demás,se hallael Tribunalde la Razón,estoes,laRazónconstituidaentribunal paradirimir un conflicto de fronterasy de co-rrespondientescapacidadesy licitudes. Al crearla Crítica(del conocimiento),Kant no hizo sino darestatutoepistemológicoa unafunción quela Razónha-bía asumidodesdeque se constituyóen filosofía. Ocurría,sin embargo,quedesdeGrecia funcionabao comolegitimacióndel conocimientoexitoso(ver-dad)o comonegaciónrebelde(escepticismo).Kant, queestápensandoen vis-ta de la experienciahistórica, va a entenderesa función como instanciaindependientequeexaminadesdefueray conneutralidad.Esodesituarsefue-rade sí, cuandosabemosqueesjuez y parte,cuandosabemosqueella mismaes el instrumentocon quejuzgar, no dejade conllevarunaparadojamuchasvecesseñalada,peroenestemomentopodemosprescindirde examinarla7.Loqueinteresaes señalarque, aldenominara laCrítica «tribunal»,no hacesinoexplicitarlo quevieneexigidoyapor lamismafunción quedesdesiemprerea-lizó la razónfilosófica. Todo lo más, la mencióndel Tribunalsubrayala pre-sunta imparcialidad.No se trata, por tanto, de que comparea la Críticaconun tribunal: ya desdesiemprela filosofía en cuantodiscutíasus capacidadesy suslimites sentenciaba.La novedades queahora,al volversedisciplinaautó-nomacomo consecuenciadel escarmientodeHume, asumeconmás intensi-dadel papeldefiscal acusadory, de resultas,aparecemásacentuadotambiénel papelde juez y, por cierto, en relación precisamentecon las pretensionesmetafisicas.Porlo antesdicho secomprendequecuandolos neoescolásticos,despuésdel susto inicial, asumiesenla nuevadisciplina la encauzasencomola función defensivade la Metafísica(«Metafísicacrítica»), lo queequivalíaa subrayarla función del abogadodefensoren tanto queKant subrayabaladefiscal.

De los iconosalegados,la mayoríapresentauna situaciónen que alguieno algo puedeexcedersede su capacidadefectivay el juez sentenciaquedebeatenerseasusposibilidadesefectivas.(La Críticaañadesaber,sólo enel senti-do de saberquépodemosy no podemos.No amplía,pues,el saber,sino que

7. Prolegornena zu ciner jeden kúnftigen Meraphysik, Vorrede, pág. 9 (Hamburgo.Felix Meiner, 1957). Lo dequeHumele despertódel «sueñodogmático»(literalmente«meinternnnpióel sueñodogmático»,den dogmatischenSchluminer)vienepocoantesen lapágina6.

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572 Salnias; C.

limita.) Si el caminanterebasael límite, su camino dejaráde serseguro,estoes,sefragmentaráen muchos—comocuandoun caminodesembocaendesier-to o selva— y los viandantesdaránvueltassin avanzar.A lo mismo viene aequivalerunaguerrainacabablesin vencedoresni vencidos.Volando,la palo-ma puedeabandonarel espacioaéreoe internarseen el vacío, pero seráparacaerlastimosamente.Si el constructorse despreocupade queel suelosea fir-me, construirácastillos roqueros,muy airososy arrogantes,perocon subte-rráneoscarcomidos,y un día se vendránabajo. ¿No le vale más limitarse aconstruirviviendasurbanas,espaciosasy seguras?Siel vaso,igual queel moldey la grapa,recibenun contenidoquele es heterogéneo—si el contenedornoespiel ni, portanto,seamoldaal contenido—llegaráun tiempoenquefuncio-nenen vacío,conpseudocontenidos.Tampocoala mentelees dadosobrepa-sarlaexperiencia,estoes.el caosdeimpresionessensorialesalasquela menteha impuestolas formasa priori (espacio-tiempo).Parala tradiciónplatónico-aristotélica,habíavínculo internoentrela «materia»y la forma: no eranextra-nos entresí, ni siquieracuandoelcontenidoera la materiaen acepciónfuerte(sensorial).Por eso, calificar a lasformasde «puras»significabaelmayorelo-gio: de forma puracalificabaTomásde Aquino a cadaángel, por esoúnicoen su especie.Porel contrario,cuandoKant califica a lasIdeasde «puras»estácalificándolasde vacuas.El no aceptamásintuición quela sensorial:no aceptaunaideainternaalacosa—suesencia—intirible aunqueseaperconversionemad phantasmata.En su opinión, el mundo es caos,extraño,heteróclitoa lamente.Dichoconotroicono: siel naveganteabandonalascostasdela isla y scinternaenel océanonebuloso,naufragará.Segúnseobserva,todasestassitua-cionesvandirigidascontralas pretensionesexcesivasde losmetafísicos,per-sonificadasen Wolff, ajuicio de Kant el herederolegitimo y representantedela Metafísica,entendiendoportal lo queha ido haciendoelgremiode los me-tafísicos. Por el contrario,otro icono aludeal extremoopuesto,a la posturaderrotistade David Hume. Si el barcoha quedadoencallado,lo queprocedeno esconsumtrseenlamentaciones,sino proveerledepiloto, aprestosde nave-gación y carta marina. En definitiva: ni Wolff ni Hume.

Tenemos,pues,el siguientecuadro:

TribunalCaminoseguro Dar vueltas en tornoEspaciocon aire Paloma Caídacn el vacíoVivienda urbana Constructor ‘1’orre desmoronándoseIsla Navegante OcéanopeligrosoMolde adaptadoal cnntenido Lo formal «puro»Navegarcon aprestosnáuticos Harco encallado

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SUMA Y SIGUE

El encajede los iconos,junto con laausenciadeotros quepodíaKant ha-berelegidoy no eligió, permitenhacerseunacomposiciónde esoquelos tex-tosno explicitan. En efecto,los textossólo enunciany aquellomismoconquejustifican los enunciadospertenecea su ámbito. Lo quecondicionalos enun-ciadoslo dejantácito. Pormásqueaveceselautorincorporeun «ami juicio»,él esincapazdepercatarsedecuantolecondicionasupunto de vista,unoentretantosposibles.El códigode valores,la lista de deciblese indecibles,las deci-sionesde preferenciasy posposiciones,etcétera,todo esoque no explicitanlostextoseslo quedelatanlosiconosy demás«primordios».Aquíheintentadorecogery dar sentidoa los iconosqueasomanen la Crítica dela RazónPura.Aún a concienciade queel recuentopodríaresultarun tanto prolijo, he inten-tadorecogerparsimoniosamentelosiconosempleadosa lo largo del libro. Noexcluyoquehayaotros,pemtio creoqueañadannadanuevo.Lo primeroanotares la fuertepresenciade unadeontologíadel pensar.La reflexiónno sedirige tanto a detectarcómo son las cosas,cuanto a cómo fue y cómodebeserel pensaracercadeellas.Lo uno apareceimplicadoconlo otro. Kantdeci-dió cómopensarél a la vistade los resultadosdel pensarde los anterioresy,a la inversa,el cómo él piensadeterminael juicio que hacede aquéllos.Ha-ciendobalance,se diría queel filósofo de Koenisbergteníamentalidadde agentede seguros:caminoseguro,suelofirme, navegacióncontodoslos aprestosnáu-ticos, tribunal quedelimite lo accesibley lo vedado,inclusoautocensuraqueimpida las arroganciasde la razón. Los comentariosad usumde y a los filóso-fos suelenfijarse únicamenteen las tesisenunciadas,perosi se llega a haceralgunavez prospeccionesy recuentosdelosadjetivosy de losmatices,severácuantopesanen elpensarde Kant lasapelacionesa laseguridad—desdeaque-lía «marchasegurade laciencia»,queapareceen elprólogo a laSegundaEdi-clon. Tambiénpuedeinteresarrepararen el anverso:aborrecelo inseguro,laaventurairresponsable,lo «místico».Antes queexponerseal peligrode errar,prefiererenunciaraopinar.No es antimetafísicoen laacepcióndenegary des-preciar los (entes)metafísicos.Al revés,se le ve añorándolosy deseandolle-gar a ellosporotro camino,ya quese resistea queun anhelonaturalse frustre.Tampocoes un simple agnósticoen Metafísica,porquese le observaeviden-ciando por qué es imposible la cienciametafísica.Por supuesto,reconocealaMetafísicaencuantocorpusde temasy tesis consentido,sólo queseocupade examinarcómoestáhechay, al hacerlo,encuentraqueella vamásallá desu capacidadcuandoabordatemasincontrastablespor laexperiencia.Estamosante un talantemarcadamenteahorrativo.Con hallar queun campode debates—queeso,por lo pronto,es unacienciaen acepciónacadémica—no haencon-tradoel camino del progresoleparecemotivo suficienteparadesecharla.Nisiquierasepriva de aceptarunapalabrafuertementepeyorativasiempre,peromásentonces(siglo XVIII), lade censura,paliadaporquese tratade unaauto-censura,quees la propia razón quien se la imponea sí misma. Ahora bien,tanto insiste en quelos quecultivan la metafísicaincurrenen arroganciaque

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hayrazonesparasospecharquesobresuánimopesaselo quelosgriegoslla-maronhybris y loscristianosorgullo. Vienea sercomosi, paraél, loslímitesdela naturalezafuesentan sacrosantoscomo suscapacidades.Ahora bien,encontrasteconesarenunciaa lo inseguroapareceno menospatentela demandade satisfacereseanhelopor lo queestáallendela frontera.Por lo pronto,nadadequedarse,comoHume,enun perpetuoignoramus,ignorabimus.En el pró-logoa la PrimeraEdición no dudaráen afirmarque«no hay un soloproblemametafísicoqueno hayaquedadoresueltoo del queno se hayaofrecido(aquDal menosla clavepararesolverlo»(A, XIII). Y, por si esesaberel motivo deno saberno satisficiese,todala obra va transidade apelacionesa que, por elanálisisde la razónactuando(moralmente),se recuperarála certidumbreenaquellasrealidadesmetafísicasque nos estánvedadasdesdeel análisisde larazónteórica.Los iconosmismosquemencionademandancontinuidad.La fron-teratiene sentidosi hay un allende.El caminodebeconducira algunaparte.De la isla se puedesalir a mar abiertodisponiendode piloto, brújula y demásaprestosnáuticos.Quienesde Kantquedansolamenteconla Críticade la Ra-zón Pura la mutilan y. en definitiva, son infieles a susentido.

Talesson las conclusionesa que llega unaCrítica correcta.Descartesre-dactóun manualdel BuenConductorde su Razón.No hizo tal Kant, peroen-tre lineasde otraslíneasse constatasu interéspor serun «buencritico». Estavoz fue tomadadel vocabulariomédico: hacíacrisis unaenfermedadcuandose inclinabahacia la curacióno hacia la muerte. Sabedorde vivir en la «erade la crítica»y de queéstaeraelementoindispensablede la Ilustración («ma-yoría de edadde la Humanidad»),quiere, sin embargo,distanciarla suyadela maledicenciairresponsablede los «libertinos»quetodo lo arrasanconsu ma-ligna frivolidad. La suya seráunacrítica severay no «de libros y sistemas»,sino dela «facultadde la razón»,constituidaen juez natural que sopesaprosy contrasy únicamentesentenciadespuésde madurareflexión.

ESTOSICONOSFORMAN BATERíA

Otrossímileshabrátambiénenel libro, perocumplenunafunciónpuntual,suelta,o bienestántomadosdel stockde tópicosya lexicalizados,estoes,quehanperdidosu naturalezademetáforas.Porel contrario,los seleccionadosfor-manjuego,batería(en realidadvariosjuegosdentrodel juegoglobal) cuandodansentidoa nivel delaexperienciacuotidiana.Tampocoresultaríaaventura-do afirmar que, en buenamedida,vancoherentesy «hacenjuego»con el ca-ráctery la biografiadel jugador,aúnsin exageraraquellode Fichtede que«lafilosofía refleja la humanidaddel filósofo» ni haceruna frívola subjetivación.No digo que Kant fueseagnósticorespectode la Metafísicameramenteporserpersonarecelosay quepreferíala seguridada laaventura:razonarasíseriatanto comoolvidar el valor de susanálisis sobrelosconceptosbásicosen queaquéllase apoya. Quierosimplementeinsinuarque hay congruenciaentrelouno y lo otro, porqueaplicaunaparecidajerarquíadevaloresy unatablasimi-

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lar de preferenciasy tabúesen la horade hacerfrentea las incitacionesde lavida cuotidianay en la hora de poner orden cosmovisional.

Seael primer párrafodel Prólogoa laprimeraediciónde laCrítica: aque-lío de que«la razónhumanatieneel destinosingular,en unode suscamposdeconocimiento,de hallariseacosadapor cuestionesqueno puederechazarporseplanteadaspor lamismanaturalezadela razón,peroalas quetampocopue-de responderpor sobrepasartodassuscapacidades».Parano atribuir conclu-sióntanpesimistaa sólo sucarácterrecelosobastarecordarque,durantebuenapartedesuvida, habíaprestadofe a lametafísicadeWolff. Sinembargo,ahoraestáde vuelta, ha «despertado»,cosaque, en definitiva, solamentele ocurrea quienestáalertaa los motivos de dudaquehayaen sus creenciasen lugardedormirseen éstas.Y susreflexionesle ponendelanteunasituaciónparticu-larmentedesasosegante.Nóteseel juego de antítesis:no puederechazar,nopuederesponder.En estemomentoyadesistede salir de tal aporía: la aceptaresignadamentecomoun «destino»(fatum). La irracionalidadde que se frus-trendisposicionesnaturales—suplicio de Tántaloy Sísifo—desagradaa cual-quiera,peroes naturalque lleguemásfácilmentea advertirla o quela sientaconmayoragudezaalguienque,en suvida cuotidiana,porcaráctery porhábi-to, seacautelosoy prefierano concebiresperanzasfrustrables.La glosaordi-nariada por obvio quea esaconclusióntan pesimistaconque abrela Críticahubiesellegadomeramentecomo consecuenciaracional de haberconstatadoen susestudiosla inviabilidad de rebasarlo empírico,lo físico. Perotambiéncabeenfocardeotromodolacuestión:partirdequeKant estabaya,por carác-ter, particularmentesensitivoa la posibilidadde sufrir decepciones.Sabemosque erahombreamantede la tranquilidaddel hogar y de su pequeñaciudad—otro hogar—,queno emprendíaviajesa pesarde tenergrancuriosidadporinformarsede «lo extraño»,quese quedósoltero,queeramuy metódico,queerapersonamásdadaaexaminarlo quehay quearealizarél cosasinexistentes(proyectos).Lógico queestuviesepredispuestoaqueHumeledespertase:un¡-camenteel propensoa despertarsueledespenar.Y lógico quedespuésgustasedemencionartambiénotrassituacionesde lavida cuotidianaen queseconsta-ta el fracasodeambiciones:caminosqueno conducena partealguna,vuelosen el vacío, perder la seguridadde la tierra firme y aventurarseen océanosdondeson las tormentasy los naufragios.Es de suponerfuesensus temoreshabituales:aquéllosquele hicieron recelardeviajar, decontraermatrimonio,y le llevaron a distribuir su tiempo conpuntualidady regularidadlegendarias.Estesegundoenfoqueno invalidael tradicional,lo completa.Si Humele «des-pertóde su sueñodogmático»,nadiequeno hayaestudiadoantesal inglésen-tenderádel todo la Críticade la RazónPura.Podráentenderlo queenuncia,pero no «el cuentoaque viene». Y lo mismohay que decirde la Metafísicade Wolff: era el sueñoen que habíaestadodormido.

Vayamosahorahaciadelante.Si ocurriese,efectivamente,esafrustraciónde unatendencianaturalen un campode conocimientostan deseados,ello de-jaráencuestiónel valor queespontáneamentedamosa«lo natural».Ya no serálo normal, lo permanente,lo quenos aseguracontrael azary contralo artifi-

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cioso,en concretocontralo violento que quiereimponersea lo natural (nihilviolentumdurabile).Porelcontrario.Kant lo encuentrasiendo.al menosencuantoconocible,lo desuyodesordenado,o caótico.ese«caosde impresio-nes»que registraenla Estética,conel que se correspondeel caosde afectosen la Crítica de la RazónPura... El orden, la justicia, el ajuste y «ajusticia-miento» lo pondrálamente.Poresopodrá deciren algúnlugarquela Natura-lezaes lo existentepensandobajoaspectode generalidad;ya se entiendequetal generalidadla impone la mente.Ahora bien, trabajandoésta con unadota-ción a priori y en vacío, la seguridad,el «llenado»de esasformas-fórmulashabráde venirde la «experiencia».Ojo, sin embargo,queexperienciasignifi-ca facticidadbruta,queresiste,es piedrade toque(contraste)y se oponea laspretensioneshumanasno legitimadas.Luego la razón humanaya no es partent está iluminadapor la Razón en general,por la Razón Divina. La razón loesdel hombre-juezy ha dejuzgarinclusoacercade sípropia(Crítica), encon-trandoque enuno de sus camposmásimportantespadecede un «destinosin-gular»,quees trágicocomolo eranlos destinosdeTántaloy Sísifo. Los iconostraducenesosdos puntos:el fracasoquehay queevitarno transgrediendoloslímites (lo de los caminosqueno llevana partealguna, lo de abandonarla islasegura,lo de volar en el vacío) y tambiénel estadode llegar a percatarsedeesefracaso(«despertar»,«tribunal de la Crítica»).

Ahora faltaríapor estudiarlos iconos no tenidosen cuenta(no los contra-riosde los mencionados,sino aquéllosquedejóKant a trasmano,en sombra).No cabeencontrarlosen lostextos—alo máspodríaaparecer,alguno,aludido—,pero claro es que irían congruentescon otras tesis cosmovisionales.

Otrosjuegoscon las mismaspiezas

Hastaaquíhepresentadounabateríade iconosqueformansistema.Ahorabien, piezaa pieza,cadauno podría serjugadofueradel sistema,don otrosresultados.Seríaingenuopensarqueesosiconos los hubiesetomadodirecta-mentede la experienciacuotidiana,sueltosy con independenciadel empleoque otros le hubiesendado o pudiesendarle.Aún si Kant lo hubiesecreídoasí, de hechotodoso la mayoría le habríallegado con su propio sistemadecongruenciasde sentidoy conuna tradicióncultural que su Cisconscientenoignoraba.Poniendoahoraenjuego otrasposibilidadespodremospercatamosmejor de la singularidaddel juegokantiano.

Muchos otros anteriormentehabíanvisto el esfuerzodel pensarcomoca-mino, perocaminodeun caminanteindividual. El pensarde platónicosy cris-tianos,porejemplo,erahaciael interior y haciaarriba, y porcierto sin límitesirrebasables,porquela luz de Dios colmabala miopía de la razón, pero esaluz era dadaa cadauno en solitario... En cuantoal cartesianoBuenConduc-tor, él sólo se basta,dadala«luz natural»,paraestablecerel cuadrode lo quehayy progresaren las cienciasparautilidad del génerohumano.En general,esode hallar el camino, como tambiénlo de encontrarsuelofirme y progre-

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sar,va congruenteconel racionalismomoderno,emprendedory mundano,quecuentaconsussolasfuerzasy entiendeel conocercomo un captardandofor-maal caos. Al realismoplatónico,así comoa la filosofía cristiana,le va másel seriluminado. El racionalismoes un filosofar frío, haciael meroentender;el pensarde platónicosy cristianoses un filosofaremotivo,dirigido aun cono-cer vivenciadocomogaudiumde veritate. En el fondo todo dependedesi seadmiteo no unaVerdadOntológica,unaMente Dios a la vez creadorade larealidady de nuestrafacultadcognitiva. No aceptándola,es coherenteconsi-derarel conocimientocomo función de un sujeto que sale de sí paracaptar—cazar----un caosexterior y extraño.En queKant vieseel mundocomocaosde impresionessejugóel destinodesu sistema,porquesiendoasí, las formasmentalesyano podíancumplir otrafunciónquela de moldesy grapas.En rea-lidad se estáansiosode un camino cuando,de antemano,se sienteuno queestá o podría, sin saberlo,estarextraviado.

Lo derenunciara Los castillosairosos,peroen peligro dederrumbey pre-ferir la viviendaurbana,pero sólida, veníaa darconun tópico de Descartes.Tambiénéstedemandabasuelofirmeparaedificar: lo encontraráen el cogitoy la «evidenciade la razón».Con ella, estabasegurode poderconstruiresametafísicaa la queKant renuncia.Es que, ajuicio de Descarteslas ideasnose reducena moldesvacíosparaun contenidoheteróclito,sino quela ideaes,ala vez, unarepresentacióninternamenteevidentey laesenciade la realidad.En Kant las ideas—y no solamentelastresa las queporantonomasiadenomi-na así— son formas vacías.Llevamos,pues,con nosotrosel proyectode irhaciaalgunaparte,perocamino solamentelo hayallí dondehaysueloqueper-mitaapoyarlos piesy proseguirlas pisadas.Y esesuelo es «lo dado»(por nose sabequién),la empiricidadbruta.

Fracasaa partir de cierto punto el caminar,porque«ni haycamino ni sehacecaminoal andar».Buenapartede losintelectualeseuropeosselo hancreídodesdeentonces;la plebeintelectualestáresignadaal agnosticismometafísico,de siempresugeridoademáspor el empirismovulgar («Nuncahe encontradoel almacon mi bisturí», «no he encontradoa Dios por partealguna»,comuni-cadoesteúltimo del primer cosmonautasoviético). El adentrarsehacia lo me-tafísico queda,por tanto,asimiladoal abandonarla seguridadde la isla porla incertidumbredel océano.La isla veníafuncionandoen la cultura, desdelaOdisea,como símbolode la seguridadclausadesdecuyointerior se quieresalir a laaventura,aunqueseaparadespuéssentiruna perennenostalgiadelregreso:cuandoestoocurre,el dramatermina. Dificultado de regresara Itacapor un dios quele quieremal, Ulises sufreincontablesaventuras,algunastantentadorascomolas de Circey las sirenas,perobienseve que,tanto él comolos lectoresdela Odisea,estándisfrutandodehabersalidodelo cerrado,paca-to y conocido.Sinembargo,siempreestaráañorandovolver al calordel hogary de su esposa,la fiel Penélopey la emociónle vencerácuando,al arribar ala isla de los Feacios,dondele acogencontanta benevolencia,palpelo queseriaarribar a la tranquilidadde su Itacay contemparel humo ascendiendode su hogar. TambiénKant invita a quedarseen la isla, «patriade la verdad»,

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rechazandola tentacióndeaventurarseen elocéano,«patriade la ilusión». Alfin, los griegostambiénhabíanpuestoen la isla lejanala sedede la vidafeliz(«IslasAfortunadas»),tradicióncontinuadatambiénentrelos europeos(«LaIsladel tesoro»)mientrasqueel nórdicono reparamásqueenlos peligrosdelnau-fragio entrelas nieblashiperbóreas.Platónhabíapuesto,el primero, en bocade un filósofo, lo de navegar(la «segundanavegación»de Sócratesen el Ti-meo) y Lord Baconse habíapreciadode queen su tiempocabíaya másqueunanavegaciónde cabotaje,peroHume se habíasentidonaufragadoy a Kantyano se leolvidará. Si esofuesetodo, seríael suyoalgúntipo de «posítívísmoterapéutico»,al modo de los recomendadospor los Analíticos. Sabemos,sinembargo,quesu reconocimientodelos límitesde la razónteóricava acompa-ñadode unademandaa colmarla insatísfacciónquedeja medianteel análisisde la razónpráctica.«Tuve que suprimir el saberparadejarsitioa la fe...»;él creepodersuministrarlealbarcoencalladode Humepiloto, mapasy brúju-la. Un filósofo de laexistencia,.laspers,recogeráel iconode la isla comosím-bolo de la clausurainsatisfactoriadesdela quesequierearribaral continente.Acuciadapor esainsatisfacción,la razónseinternaenel mar,peronuncacon-seguiráarribaral continentedeseadoporqueelbarcoquedebíaconducirlenollegaráy asíha de quedarparasiemprecomouna mariposaaleteandosobreel abismo8. TambiénJaspershablaráde la fe (filosófica).

CuandoHume, al percatarsede la inanidadde la Metafísica,se sintió enpasajefamosocomobarcoencallado,repetíaunavivencia tan antigua,de se-guro, como la navegación.Las maderaspudriéndose,las algascubriendoloque fue artilugio mecánicobogandoairosocon su velamendesplegado,todoello ensoledady olvido, mientrasel mar repite indiferentesumonótonoruido:¿hayalgoquesimbolicemejor la ruina queun barcoencallado?Todosnoshe-mosapropiadode esavivencia en RobinsonCrusoe.Así se han sentidosiem-pre los «vencidosde lavida».Cuandoun poetaespañol(Gil deBiedma)presin-tió su estadoanímicode anciano,arruinadala saludy la voluntadde vivir.buscóparasintoníaun pueblocosteroconespectáculodiadode viejosbarcosoxidándosey el marsiempreigual.

En un viejo país ineficiente,algo asícomo Españaentredos guerrasciviles, en un pueblojunto al mar,poseerunacasay pocahacienday memorianinguna. No leer,no sufrir, no escribir, no pagarcuentasy vivir como un noblearruinadoentre las ruinasdc la inteligencia.

8. K. iaspers,Lafilosofíadesdeel puntode vistade la existencia,págs.107-108(Mé-xico, FCE, 1953).

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CuandoKant mencionalo del barcoencalladoen unaisla conocasióndeexpresarla situación anímicadel que se siente impotenteante las preguntasmetafísicas,estáevocandoun pasajede Hume,pero él lo contestará,porqueél no se declaravencidoni se resignaa la impotencia.El buscaráun caminoseguro,aunqueseasobreel océanotenebroso.Estaopción le distanciarádelempirismoy el positivismo, en los que muy biense puedequedarun lectorde la Crítica de la RazónPura que,de antemano,tengadecididono ir másallá. La caídadel personajemítico griego que quisoaproximarseal sol conalas deceradoblael mismofracasoen el ámbitodel vuelo, perolos humanosproseguiríancol su anhelode emularal pájaroy algúndía llegaríanacosmo-nautas.

«Despertardel sueño...»¡Cuántasvecesse habíadicho esoantesde queKant lo aplicaseal«sueñodogmático».La culturaeuropea(la Cultura)se basóen estableceruna seriede dicotomías—vigilia frente al sueño,adultezfrentea infancia, cordurafrentealocura, razónfrentea fe, razónfrentea mito, rea-lismofrentea idealismo—,despreciandoy tabuizandosiempreelsegundoele-mento,queeraaquellodelo queprocedíaliberarse.Hume, Kant, incorporanaesolo metafísico(Kant hablóexpresamentedelpeligro de reducir«el trabajoajuego,la certezaa opinión,la filosofia a filodoxia»)y tambiénalo metafisicolo arrojarána las «tinieblas exteriores».En realidad,encontrabanel terrenoabonadoparasu propuestadecondena.Sin embargo,el segundono se resignamelancólicamentealanesciencia.Seatreveaexplicardesdedentroel discursometafísico(con su dialéctica,sus antinomiasy sus paralogismos),lo mismoqueposteriormentequerráhacerel psicoanálisisconeldiscursoonírico y otrosconel discursodel psicópatay los quecorrespondeconeldiscursomitológicoy demás.Sólo que, al hacerlo,no profundizó suficientementeen su genealo-gía, en cuyo casohubieradebidollegar a, entreotros factores,lo icónico. Entodo caso,al hacerlodescubrequeno es posibleraerel anhelo, aúnno dispo-niendode capacidadnatural(Naturanlage)parasatisfacerlo.Repensandolapraxis(moral), extraerálas consecuencias.

Tampocoesodelacrítica lo halló Kant virgen. Desdesiempre,eldesperta-do dirime entresueñosy realidades;desdeun siglo antes,ahíestabael Criti-cóndeBaltasardeGracián,último y másdepuradorepresentantedelpesimismobarroco.El tal personaje,ceñudomoralista,entiendela crítica comopincharlas grandezashuecasy dejaral descubiertounaverdadreligiosa,seay ascéti-ca, contralaqueyano ejercela crítica. Peregrinando,elCriticón habíaalcan-zadoRoma, a lavez quemadurezdel otoño.Despuéshabíavenidola pléyadedecríticosfrívolos quetodo lo corroíanconsu agudezahirienteeirrelevante,literalmente«despiadada».Kant se cuidaráde salvaguardarlos valoressólidosy, por si esapidasdepietistano aplacasealostemerosos,no dudaráenadver-tir queal puebloni antesllegabala Metafísicani llegaráahorasuCrítica. Endefinitiva, Kant se nosmuestraconservador,aunquedesdebasesquejuzgamássólidasquelasde unarazónaltiva, perohuera.De ahíla significaciónquetie-ne esode.definir a¡aCríticacomo«tribunal»:tribunaldiceexamendepruebasy sentenciaimparcial.El despertar,el criticar estánfuerade la dicotomíaarri-

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ba aludida. El despiertono está simplementeen vigilia: llamamosdespiertoal quesabequeacabade salir del ensueñoy sehalla en la vigilia a sabiendas.Escrítico el queestásabedordelo quesabey lo queignora.Uno y otro estánex-céntricos,son concienciaexteriora laconciencia«natural»,se hallan«me-ta» (en estesentidotambiéna Kant se le podríaconsiderarmetafísico,sujetoquesabeacercade los límites de lo físico,ya seentiendequedesdefitera de ello).

Hastaaquíalgunosde losparentescosquecadauno de los iconosdejainsi-nuadosconotrascosmovisionesy convivenciasliterarias. En definitiva, el ca-riz de la bateríade iconosescogidosdejapatentela ambigúedadde un pensarque, por un lado, preconizala renunciay, por otro, aludeuna y otra vez aquehay —y cabealcanzarlodandoun rodeo— lo metafísico.Quebrólas alasal pájaro,perono el anhelode volar. La Metafísicaes la amadaa laque,des-puésde haberroto con ella, se vuelve siemprede nuevo.

Ni tendríasentidoni he pretendidoconestodiscutir la validezde los desa-rrollos conceptualesdeKant, sino solamentemostrarqueéstosno son ajenosa previastomasdc postura,igualesa las quetomamosen la vida cuotidiana.El cotejo de los iconosque mencionacon los que no toma en cuentanos lomuestracautivode lanecesidadde caminoy obsesionadoconqueestamosen-cerradosy conquees inútil, ademásde ilícito, transgrediresoslímitespuestospor una«naturalezahumana»acercade cuyo sentidodentrodel Omniversona-da explicaen eselibro, peroa la vez insatisfechoy convencidode queun an-helo natural no puedefrustrarse.Se comprende,por ello, que la conclusiónde unaCrítica le estuviesedemandandoel inicio de la otra. «Tuve que supri-mir el saberparadejarsitio a la fe»...

CODA

En todo caso,a la cortalahistoria tuvo un final irónico. Apelandoen 1781al «tribunal de la crítica», Kant era el típico «ilustrado»,orgullosoy segurodel poderde la crítica («La nuestraes la era de la crítica»). Tan persuadidoestabade ello que, en un pasajeya transcrito,no dudabaen afirmar que nila religión con su «santidad»ni la legislación con su «majestad»podíansus-traerseal libre y público examensi queríanmerecer«respeto».Sin embargo,quizápor el estallidode la Revolución Francesa,pronto esospoderesiban adarpruebasde importarlesbienpocoese«respeto».Unosañosmástarde(1793)publicabaKant otro libro que, segúnsc adviertehastapor el titulo, tambiéntratabadeun conflicto de fronteras(la religión dentrode los límitesde la merarazón). En 1794 un edicto del ministro de asuntosculturalesy eclesiásticosde Prusia, conel Visto Buenodel rey, le hacia patenteel disgustoregio por«abusarde la filosofía deformandoy profanandono pocasdoctrinascentralesy básicasde las SagradasEscriturasy del cristianismo»,al tiempoquele invi-taba a abstenerseen lo sucesivode tales temas.Es que, entre tanto,habíanocurridolos «excesos»de la RevoluciónFrancesa,incluida la ejecucióndel reyy laabolicióndela monarquía.Al filósofo no le quedóotro remedioquecom-

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prometersea no volver a tocarlos.PorestavezelTronoy elAltar habíantriun-fado sobre el «tribunal de la crítica».

Estono pasade datoanecdótico;el queahoravienetienemayor importan-cia. Entre tos propios seguidoresde Kant la Metafísicarebrotaríalozana: noya la proscritaMetafísicade objetos,perosi la del sujeto. Comoquiendice,desmochadoel árbol por la copa,rebrotabapor la raíz. Y aquellabatallaina-cabable,sin vencedoresni vencidos,quemásparecíaun torneo,entredoctri-nasy escuelasvolvía ainiciarse.LasIdeas,alasqueKant pretendiónarcotizar,recibíanahorala encomiendade fundarel Omniversoy la voz dialéctica,sinó-nimoparaéldedespliegueenvacio, iba arecibiren adelantesentidoaltamentepositivo. Pasabaa significar el impulsodel pensar,un pensarqueyano nece-sitabair allendede ningunafrontera,porqueeraun pensarcreador,queponíaél mismolas barrerasy, porello, estabatambiénen capacidadde superarlas.La seguridadno vendríaya de queel gremiode los pensadoresse prosiguiesey progresasecolectivamente,al modode los científicos,sino de la capacidadparadar cuentade la génesisy del desplieguedel Todo,cuyasvariedadesnoson fronteras,sino etapasy manifestacionesdel mismo procesoconjunto.

Con decirquesi la bateríade iconoshubierasido otra,otra hubierasidotambiénla doctrinade la Crítica dela RazónPura se estadadiciendoalgotanobvio comoqueunapersona,cuandoestácreciendo,necesitasubstituirsucal-zadopor otro mayor o queutilizamosdistintaropaparalaceremoniaqueparael baño. Sin duda, haytesis del libro que dependendel razonamientoque elautor le pone o, cuandomenos,éste refuerzala pertinente.Pongopor caso:si los tratadistasde metafísicano han constituidounaciencia en progresoysilos argumentosparademostrarlaexistenciade Dios no persuaden,es lógicopensarquese debea que,enesteterreno,la mentefuncionacon«Ideas»,estoes, endialécticavacía.Perootras decisiones—si no ésta misma— dependendeopcionesentrevaloresy entrematicesde ellos. Si Goetheprefería«la injus-ticia al desorden»,tambiéncabepreferir la seguridada la aventura,la convic-ción colectivaa la intuición personal,la demostrabilidadepistemológicamentesocializadaa la fe, perotambiéncabelo contrario. Decisionesde ese tipo setomanen transicionesmuy tenuesque fácilmentepasandesapercibidasen eltexto conceptualerizadode fórmulas,mientrasquese adviertenfácilmenteenlos iconoscorrespondientes.Trasdesvelaresaspreferenciasy postergacionesde Kant quedaclaro quesu discursosolamentevale en el supuestode que larealidadmetafísicalo seade la mismanaturalezaquela realidadfísicay, porlo mismo,se puedaaccederaella unánimementey por partescontal solamen-te quese tengauso de razón y se hagael esfuerzoadecuadode razonar.Tales lo exigido paraque los cultivadoresde la Metafísicaprosigany dejenuncaminoseguro.No seránecesarioañadirque el discursokantianodejaríadevalersi lo metafísicofueseaccesibleúnicamenteen unavivencia intuitiva ins-tantáneay plenaria(Plotino, Bergson)o solamentedivisabledesdeunasitua-cióncadente—de experienciavulgar—,apartir de lacual nosvemosobligadosa preguntar,perosincapacidadparadarlerespuestadeterminada(Heidegger).Si tal ocurriese,sobradecirque tendríanque serotros los iconosde la vida

Page 42: El mundo ¡eón ico de la «Crítica de la razón pura»El mundo icónico de la «Cn’tica de la razón pura» 543 tenderlo, caer en la cuenta de lo que no utilizó o por no venirle

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cuotidianaconlosqueenlazary dar sentido.Kantpartede quela razónhuma-na o sehalla radiantecomo el sol meridiano—de quees igual quela divina,Razóncon mayúsculay a secas—o es una incapacidadosada.¿Y si se diesetertium?Sobradecirquelos iconospor él empleadosno valenparaesahipóte-sis y van congruentescon otra tabla de preferenciasy tabúes.

O bien con los mismos iconos,perodentrode otro juego. Heidegger,he-raldo, otravez, dela metafísica,peropartiendodel sabervulgar enquela con-dición humananos dejainstalados—una situación decaída—,pondríacomolemade la edición completade sus Obras: Nicht Werke, Wege («No obras,caminos>~),conpuntossuspensivosexplicitadoso implícitos. Y pudierahaberañadido:Nicht kñniglicheWege,sondernHolzwege, «No caminosreales,si-no sendasperdidas».

NOTAS

Parala traducciónde los textosalemanesde la Crítica de la RazónPura me he servidoindistintamentede las traduccionesde GarciaMorente(Madrid, Editorial Victoriano Suá-rez, 1960) y de PedroRibas(Madrid. Alfaguara, 1978). Parala traducciónde los flvI~ó-menoshe utilizado la de Besteiro.Como es usual, he citado de ordinario el texto de lasegundaediciónde la Crítica,alegandopasajesde la primera solamentecuandono fueronincorporadosa la segunda.

GLOSARIO

Arquivivencia.Vivenciaqueestáenel origene impregnatodoun sistemacosmovisional.Cisconsciente.Porcontrastey complementodeconsciente,inconsciente,subconscien-

te, empleo de estavoz paradesignarla partede actividaddel sujetodel discursoquenoes resultadode decisiónreflexionadani de inferencialógica y tampocose debea la meracostumbre.

Icono. Denominoasíalasimágenesplásticasdelos campospragmáticosquefuncionencomotutores y guíasdel discursoconceptual.Por«campopragmático»designocadaunode los ámbitosdc sentidoen la vida cuotidiana(Lebenswelt).

CarlosBALIÑÁS(Univ. de Santiagode Compostela)