El nacimiento, visto por el osteópata - Osteo-gandia · Las dos partes condilares, que constituyen...

12
________________________________________________________________________________________________ El nacimiento 1/12 El nacimiento, visto por el osteópata Pierre Tricot 1 Nos maravillamos por la llegada al mundo de un vástago del hombre. Sin embargo, con frecuencia el nacimiento constituye para un ser humano la primera prueba de su vida. No nos imaginamos las dificultades que debe atravesar un niño para nacer, ni qué consecuencias puede tener un nacimiento difícil para el resto de su vida. El osteópata tiene un punto de vista particular sobre el nacimiento. Es lo que vamos a desarrollar ahora, tratando de mostrar las posibles consecuencias de un nacimiento difícil sobre la vida de un niño, y la ayuda no desdeñable que puede aportar el osteópata. El cráneo del niño al nacer En este momento de su desarrollo, el cráneo del niño no está osificado. El sistema nervioso central está contenido en el saco membranoso constituido por las meninges, el cual asegura una cierta solidez del cráneo y la protección del cerebro. Los huesos craneales están constituidos por núcleos de osificación y evolucionan un poco como unas placas no soldadas entre ellas y mantenidas por este saco membranoso meníngeo. Esta organización confiere al cráneo una gran flexibilidad, permitiéndole deformarse y acomodarse al modelado impuesto durante el nacimiento. No obstante, si las fuerzas mecánicas sobrepasan el umbral de solidez del conjunto membranoso, nada impide que se produzcan determinadas deformaciones importantes, en ocasiones incluso irreversibles. Fig. 1: El cráneo del niño al nacer Los huesos del cráneo están constituidos por dos partes esenciales, los huesos de la bóveda y los de la base del cráneo. Los huesos de la base están formados por hueso cartilaginoso, muy denso y sólido; y los de la bóveda, al contrario, están constituidos por hueso membranoso, más fino y se presentan como unas placas separadas entre sí por una membrana. En los primeros meses de la vida, la membrana que separa estas placas óseas puede percibirse bajo los dedos como una zona mucho más elástica y más hundida. En algunas partes del cráneo estas zonas se llaman fontanelas (fig. 1). La región de la base del cráneo debe retener más particularmente nuestra atención. El cráneo, en el momento del nacimiento, es retenido por el cuello del útero de la madre que se dilata. La base del 1 Artículo publicado en la revista francesa “Les dossiers de l’obstétrique”, octubre 2002, nº309. Traducido por Juan Bañuls Puig y Miguel Hernández Callejo. Revisado el 25-01-2012.

Transcript of El nacimiento, visto por el osteópata - Osteo-gandia · Las dos partes condilares, que constituyen...

________________________________________________________________________________________________

El nacimiento 1/12

El nacimiento, visto por el osteópata Pierre Tricot1 Nos maravillamos por la llegada al mundo de un vástago del hombre. Sin embargo, con frecuencia el nacimiento constituye para un ser humano la primera prueba de su vida. No nos imaginamos las dificultades que debe atravesar un niño para nacer, ni qué consecuencias puede tener un nacimiento difícil para el resto de su vida. El osteópata tiene un punto de vista particular sobre el nacimiento. Es lo que vamos a desarrollar ahora, tratando de mostrar las posibles consecuencias de un nacimiento difícil sobre la vida de un niño, y la ayuda no desdeñable que puede aportar el osteópata. El cráneo del niño al nacer En este momento de su desarrollo, el cráneo del niño no está osificado. El sistema nervioso central está contenido en el saco membranoso constituido por las meninges, el cual asegura una cierta solidez del cráneo y la protección del cerebro. Los huesos craneales están constituidos por núcleos de osificación y evolucionan un poco como unas placas no soldadas entre ellas y mantenidas por este saco membranoso meníngeo. Esta organización confiere al cráneo una gran flexibilidad, permitiéndole deformarse y acomodarse al modelado impuesto durante el nacimiento. No obstante, si las fuerzas mecánicas sobrepasan el umbral de solidez del conjunto membranoso, nada impide que se produzcan determinadas deformaciones importantes, en ocasiones incluso irreversibles.

Fig. 1: El cráneo del niño al nacer Los huesos del cráneo están constituidos por dos partes esenciales, los huesos de la bóveda y los de la base del cráneo. Los huesos de la base están formados por hueso cartilaginoso, muy denso y sólido; y los de la bóveda, al contrario, están constituidos por hueso membranoso, más fino y se presentan como unas placas separadas entre sí por una membrana. En los primeros meses de la vida, la membrana que separa estas placas óseas puede percibirse bajo los dedos como una zona mucho más elástica y más hundida. En algunas partes del cráneo estas zonas se llaman fontanelas (fig. 1). La región de la base del cráneo debe retener más particularmente nuestra atención. El cráneo, en el momento del nacimiento, es retenido por el cuello del útero de la madre que se dilata. La base del

1 Artículo publicado en la revista francesa “Les dossiers de l’obstétrique”, octubre 2002, nº309. Traducido por Juan Bañuls Puig y Miguel Hernández

Callejo. Revisado el 25-01-2012.

________________________________________________________________________________________________

El nacimiento 2/12

cráneo recibe el empuje de las fuerzas de trabajo del útero aplicado sobre el cuerpo del niño. Ahora bien, a este nivel, las fuerzas son transmitidas sobre dos pequeños puntos, las articulaciones de la primera vértebra cervical con el occipital (fig. 2).

Fig. 2 : Transmisión de las fuerzas de trabajo Por lo tanto, conviene observar más detalladamente cómo está constituido el occipital del niño en el momento del nacimiento. En este momento del desarrollo normal del niño, el occipital está constituido por cuatro partes, los núcleos de osificación, unidos entre sí por una membrana. Estas cuatro partes son la apófisis basilar, las dos partes condilares y la escama occipital. Apuntemos que estas cuatro partes participan en la formación del perímetro del agujero occipital, orificio que da paso a la médula espinal en su salida del cráneo hacia la columna vertebral.

Fig. 3 : El occipital del niño al nacer Las dos partes condilares, que constituyen la parte lateral del agujero occipital, reciben este nombre porque albergan los cóndilos del occipital, los cuales se articulan con la primera vértebra cervical.

________________________________________________________________________________________________

El nacimiento 3/12

Señalemos también que en la proximidad de estos núcleos de osificación pasan estructuras nerviosas que pueden estar comprimidas por la deformación del hueso durante un nacimiento traumático. En el centro, la médula espinal pasa por el agujero occipital. De cada lado de las partes condilares, a nivel de su parte posterior, se encuentra un orificio delimitado por la parte condilar y el hueso temporal, el agujero rasgado posterior. Por este orificio pasan tres nervios craneales muy importantes, el N. glosofaríngeo (IXº nervio craneal), que controla una parte de la fonación y de la deglución, el N. vago o N. neumogástrico (Xº nervio craneal), que constituye 90% del sistema parasimpático y participa en el control del funcionamiento de los sistemas cardíaco, respiratorio y digestivo; por último el N. accesorio o N. espinal (XIº nervio craneal), el cual controla una parte de la musculatura de la nuca y de los hombros (fig. 3). Nervios craneales Destino y función

N. glosofaríngeo (IX)

Controla en parte el funcionamiento de la faringe y de la lengua

N. neumogástrico o N. vago (X)

De él depende el 90% de la inervación parasimpática del cuerpo. El sistema parasimpático constituye, con el sistema simpático, el sistema nervioso vegetativo o autónomo encargado de evaluar las necesidades del organismo y de hacer ejecutar todas las acciones necesarias para satisfacerlas. Por consiguiente, es fácil imaginar los problemas que puede provocar la lesión de tal nervio.

N. accesorio o N. espinal (XI)

Inerva una parte de los músculos del cuello

N. hipogloso (XII) Él también inerva los músculos de la lengua N. oculomotor (III) o motor ocular común

Inerva los músculos motores del ojo

N. troclear o patético (IV)

Inerva los músculos motores del ojo

N. abducens o motor ocular externo (VI)

Inerva los músculos motores del ojo

Otros nervios, que pasan más hacia delante, a nivel de la apófisis basilar (articulación del occipital con el esfenoides), también pueden lesionarse durante traumatismos importantes si la articulación esfeno–basilar está forzada de forma anormal. Se trata de los nervios motores del ojo. La lesión de uno de estos nervios puede ocasionar la aparición de un estrabismo. Para terminar, una última observación. El agujero rasgado posterior da paso a estructuras vasculares venosas. Por esas estructuras pasa el 95 % de la sangre venosa proveniente del cráneo. Esto se corresponde con la parte esencial del drenaje venoso craneal. Sabemos cuán importantes son los flujos de circulación para la vida de los tejidos y particularmente del tejido nervioso, fundamental para el desarrollo psicomotor del niño. Así pues, podemos deducir fácilmente que la integridad de las estructuras de la base del cráneo es indispensable para la salud y el buen desarrollo del sistema nervioso central. El mecanismo del nacimiento Analicemos brevemente lo que le pasa al cráneo del niño en el momento en que desciende por la pelvis de la madre y se encuentra con la barrera del cuello del útero. El cráneo del niño, mientras desciende, busca el mayor diámetro posible para pasar más fácilmente. La cabeza del niño está paralela a la cara anterior de la pelvis (fig. 4). En este momento, el cráneo puede encontrarse ya comprimido y modelado por el promontorio del sacro o del pubis de la madre (fig. 5). El cráneo empujado por las contracciones uterinas, sigue descendiendo y gira para presentar la parte posterior frente al cuello del útero (en el nacimiento normal).

________________________________________________________________________________________________

El nacimiento 4/12

Fig. 4 : Presentación del niño ; Descenso y rotación del cuerpo del niño

Fig. 5 : La presentación del niño

Él sigue encontrándose con la resistencia del cuello uterino y las fuerzas que se ejercen en este momento sobre la base del cráneo pueden ser considerables. Esta rotación de la cabeza del niño bajo una fuerte presión, produce en los tejidos una huella mecánica que se mantendrá perceptible. Luego, siguiendo el trabajo, el cuello uterino se abre y puede dejar pasar la cabeza del niño para su salida (fig. 5 y 6).

________________________________________________________________________________________________

El nacimiento 5/12

Fig. 6 : Periodo de salida ; la nuca gira alrededor del pubis materno Las fuerzas mecánicas soportadas por el cráneo del niño no son forzosamente perjudiciales, especialmente si el parto no es demasiado largo, las contracciones y la resistencia de los tejidos de la madre no son demasiado fuertes. El parto asegura entonces un modelado del cráneo del niño, el cual puede soportar esto perfectamente, sin ningún perjuicio. Es más. Los osteópatas han destacado la importancia de este modelado del cráneo del niño para la puesta en marcha de los movimientos del sistema craneal (del mecanismo respiratorio primario). Han descubierto este fenómeno al analizar los movimientos craneales de niños nacidos en un parto normal y compararlos con los de niños nacidos por cesárea. De este modo, han puesto de manifiesto que el movimiento del cráneo del niño nacido por cesárea no es igual. Es menos amplio, menos marcado, a veces mal definido a nivel de los huesos del cráneo. Por consiguiente, el cráneo no modelado por el nacimiento también presenta anomalías de funcionamiento que tienen una repercusión sobre la fisiología del organismo del niño. Esto va en contra de la idea de hacer nacer a todos los niños por cesárea para ahorrarles dificultades craneales. Nacimiento normal Aunque parezca simplista, podríamos decir que un nacimiento normal es aquel que se efectúa sin traumatismo para el niño ni para la madre. El nacimiento es un proceso natural de la vida y no se debe considerar como un acontecimiento que favorece automáticamente una serie de problemas. En este sentido, la medicalización sistemática del parto, aún teniendo efectos beneficiosos cuando aparecen dificultades, nos ha llevado a considerar el proceso del nacimiento como algo patológico, lo que es totalmente erróneo. Es más, podemos afirmar que la medicalización del parto y las prácticas ilógicas a las cuales conduce, constituyen sin duda, una fuente de dificultades que no aparecerían si se dejaran desarrollar espontáneamente los procesos normales. Es así con procedimientos tales como provocar sistemáticamente un parto en un momento decidido por el tocólogo, o la inyección de productos destinados a acelerar o detener un trabajo ya iniciado, ya que el médico no está listo… Analizando los elementos presentes, es como podremos evaluar las condiciones óptimas de un parto. Los elementos mecánicos Ya se han descritos brevemente. Se trata del cráneo del niño y de la pelvis de la madre. Las mejores condiciones están reunidas cuando el niño ha llegado a término, pues el desarrollo del cráneo es entonces óptimo, ofreciendo la mejor relación entre elasticidad y solidez.

� El niño no debe ser demasiado grande, pues esto aumenta el conflicto entre el cráneo y la pelvis materna.

________________________________________________________________________________________________

El nacimiento 6/12

� La pelvis materna debe estar equilibrada, sin ningún bloqueo a nivel de las articulaciones esenciales como las sacro-ilíacas o el pubis. Estos bloqueos provocan zonas duras que no permiten a la pelvis adaptarse a las fuerzas mecánicas del momento. La elasticidad de los tejidos blandos también es importante a fin de que no ofrezcan una resistencia demasiado grande. (fig. 7).

Fig. 7 : Tope sobre pelvis estrecha

� La inercia de los tejidos es uno de los elementos más importantes a nivel mecánico en el

momento del nacimiento. Podemos expresarlo diciendo que los tejidos del cuerpo pueden aceptar grandes fuerzas mecánicas, pero necesitan tiempo para hacerlo. Entenderemos mejor la inercia tomando el ejemplo de una barca en reposo, sobre el agua, que deseamos mover disponiendo para ello de una cierta cantidad de energía. Podemos diluir, transmitir esta energía de dos maneras :

- La primera consiste en transmitirla en un tiempo muy corto, lo cual proporcionará una fuerza intensa pero breve. La barca avanzará poco, pues al no respetarse su tiempo de inercia en el agua, se comportará como un conjunto fijo, la mayor parte de la energía transmitida será devuelta ¡ y el operador se hará daño !

- La segunda consiste en diluir la energía en un tiempo largo. La fuerza así creada será poco intensa, pero persistente. La barca avanzará dócilmente esta vez. Todos hemos experimentado que es más difícil desplazar la mano cuando está sumergida en el agua. Si lo hacemos en la bañera intentando desplazarla rápidamente, advertiremos que la resistencia al desplazamiento en el agua es mucho mayor. La resistencia que opone el agua al movimiento de la mano es el testimonio de ese mayor tiempo de inercia en el agua. El cuerpo humano es un medio hídrico. Los tejidos del cuerpo están constituidos como mínimo por un 65% de agua. Así pues, su tiempo de respuesta frente a una solicitación exterior es relativamente largo. Estos presentan una gran inercia al movimiento. El tiempo de inercia depende igualmente de las estructuras que se consideran. El hueso por ejemplo, es mucho más denso que el músculo y por lo tanto necesitará mucho más tiempo para deformarse. En el momento del parto se presenta el mismo tipo de situación. El niño debe abrirse paso a través de los tejidos que resisten a su progresión. Siendo lo ideal unas fuerzas de empuje lo suficientemente intensas como para hacer progresar al niño, a la vez que se les concede el tiempo necesario a los tejidos de la pelvis materna y del cráneo del niño para adaptarse a las deformaciones.

________________________________________________________________________________________________

El nacimiento 7/12

La prevención del parto durante el embarazo, tanto en el plano psicológico como en el mecánico, tiene una gran importancia. Efectivamente, es en este momento cuando el organismo de la madre puede ser preparado para eliminar las principales tensiones y barreras mecánicas.

� La presentación del niño también es muy importante, pues condiciona el desarrollo mecánico fácil o no, de las distintas fases del parto. Algunas presentaciones son sistemáticamente origen de dificultades. Se trata por supuesto de problemas técnicos y no podemos más que evocarlos sin describirlos.

� La utilización de fórceps, ventosas y otros aparatajes, aún pudiendo revelarse como indispensables en algunas ocasiones, puede contribuir a crear o agravar determinadas deformaciones craneales en el niño (fig. 8).

Fig. 8 : Utilización de los fórceps

La utilización de fórceps o ventosas por una no-progresión presentan dos indicaciones osteopáticas. La no-progresión indica una impronta de las líneas de fuerza en el organismo del niño. Los fórceps pueden crear una lesión osteopática con impactación de una sutura craneal contra otra. Es una lesión en la superficie del cráneo. Mientras que una ventosa deja huellas en superficie y en profundidad al traccionar de las membranas intra-craneales y de la duramadre hasta el sacro. Las causas de los nacimientos difíciles Pueden ser numerosas y nos conformaremos con mencionar algunas entre las más frecuentes y evidentes.

1. La prematuridad del niño. El cráneo es frágil. 2. La pelvis de la madre demasiado tónica, deformada, o bloqueada (fig. 9 & 10). 3. El mal estado de salud de la madre. El estrés, es en particular muy perjudicial para el niño.

El estado de estrés induce, en efecto, tensiones anormales en los tejidos del cuerpo, tanto el de la mujer embarazada como el del niño. La rigidez de los tejidos de la madre y del niño aumentan las dificultades mecánicas del parto. En efecto, en el caso de la mujer embarazada, no hay diferencia evidente a nivel de la fisiología entre los tejidos de la madre y los del niño, de tal forma que la rigidez de los tejidos de la madre consecuencia del estrés aparece en la misma medida en el niño, aumentando las dificultades mecánicas del parto.

4. La mala presentación del niño.

________________________________________________________________________________________________

El nacimiento 8/12

5. La práctica sistemática innecesaria de técnicas médicas como provocar o detener temporalmente el proceso de parto.

6. La duración: un trabajo demasiado rápido no respeta el tiempo de inercia de los tejidos. Un trabajo demasiado largo también es perjudicial pues las estructuras están comprimidas demasiado tiempo.

Fig. 9 : Pelvis materna normal

Fig. 10 : Pelvis materna escoliótica

________________________________________________________________________________________________

El nacimiento 9/12

Nacimiento difícil - Consecuencias Algunas consecuencias se perciben inmediatamente, ya sea porque son particularmente graves, poniendo quizás en juego la vida del niño, ya sea porque producen ciertas manifestaciones visibles como la deformación del cráneo. Muchos problemas del niño pueden estar relacionados con un nacimiento difícil. Pero como en la medicina clásica no ha sido imaginada ni estudiada ninguna relación de causa a efecto en este campo, esta idea aún está lejos de ser admitida en el ámbito médico. Ha sido en Estados Unidos que el tema fue estudiado por osteópatas americanos, principalmente por la Dra. Viola Frymann. Esta eminente osteópata se especializó en el tratamiento de los niños. Ella efectuó varios estudios científicos para determinar la eventual existencia de una relación de causa a efecto entre ciertos problemas de desarrollo del niño y la dificultad de su nacimiento. En primer lugar evaluó el mecanismo craneal de 1250 lactantes y estableció una clasificación de lo que percibió. Sólo el 11 % de estos recién nacidos tenía un mecanismo craneal normal o casi normal. Eso significa que el 89 % de los niños tenían un mecanismo craneal alterado, en distintos grados, después de nacer. Evidentemente, entre este 89 %, podía encontrarse cualquier tipo de lesión, desde la más benigna hasta las más grave. Sobre el total de los niños evaluados, el 58 % no presentaba síntomas hasta el día de la evaluación, efectuada entre uno y cinco días después de nacer. El 17 % presentaba síntomas reconocibles de irritación del sistema nervioso central. El 12 % presentaba signos de dificultades respiratorias (fig. 11). Otros estudios efectuados por la Dra. Frymann fueron realizados sobre niños con dificultades escolares y concretamente problemas de aprendizaje de la lectura y de la escritura, o con dificultades de la visión. Estos estudios permitieron establecer una correlación significativa entre estas dificultades y determinados problemas craneales consecutivos al nacimiento o a un traumatismo durante la primera infancia.

Sin síntomas Irritación del SNC Dificultades respiratorias

Fig. 11 : Reparto de los casos según el sondeo de V. Frymann Los problemas craneales consecutivos al nacimiento se presentaban en niños que habían nacido en condiciones calificadas como no óptimas, según los criterios mencionados anteriormente. Determinados elementos no traumáticos, que influyen en el comportamiento del niño, aún están por concretarse. Se trata especialmente de su calidad de vida en el entorno en el que se desenvuelve y de la ayuda que recibe cuando aparecen las dificultades. La Dra. Frymann insiste en que el reconocimiento sistemático de las dificultades craneales de los bebés antes de los dos años, probablemente evitaría muchos problemas relacionados con la vida cotidiana del niño y con su aprendizaje de la vida. Esto permitiría concretamente a estos niños encontrarse con menos fracasos en el ámbito escolar, fracasos que no se deben a su falta de aptitud natural, sino únicamente a dificultades en la adquisición del control y del manejo del cuerpo o con problemas de maduración de éste. Los niños que fracasan, pronto son rechazados por su entorno por ser incapaces y con frecuencia se ven empujados hacia la espiral del fracaso la cual no hace más que hundirlos cada vez más.

________________________________________________________________________________________________

El nacimiento 10/12

Después del nacimiento Después del nacimiento pueden presentarse multitud de traumatismos vinculados a las circunstancias de la vida. Su aparición es demasiado aleatoria para que se les pueda catalogar con un cierto interés.. Podemos apuntar que el periodo de aprendizaje de la posición vertical y de la marcha puede producir determinados traumatismos relacionados con la fragilidad del equilibrio del niño. Las caídas sobre las nalgas son muy frecuentes en este periodo y pueden, según el principio del palo de la escoba que encajamos, provocar o agravar una compresión del occipital sobre la primera vértebra cervical. Los testimonios de un nacimiento difícil Los padres, al no conocer nada de la osteopatía ni de la medicina, generalmente no pueden evaluar el grado de dificultad del nacimiento de su hijo. El punto de vista de la madre al respecto no es suficiente, puesto que si el parto no ha durado demasiado tiempo y no ha sido excesivamente doloroso, ella tiende a pensar que el niño no ha sufrido. El osteópata sabe que sólo el punto de vista del niño es válido. Lo descubre a través de la palpación de su cráneo. Sólo los tejidos saben verdaderamente lo que ha pasado. El punto de vista de la madre está particularmente desprovisto de validez cuando ha sido anestesiada, incluso cuando ha recibido una epidural, pues las sensaciones que provienen del abdomen y de la pelvis están ausentes o alteradas. En ausencia de problemas evidentes en el momento del parto, determinados signos observados después del nacimiento pueden hacer pensar que éste ha sido difícil y que existen problemas craneales. Las deformaciones del cráneo Justo después de nacer, el niño presenta con frecuencia determinadas asimetrías más o menos evidentes a nivel del cráneo (fig. 12 & 13). Esto siempre significa que ha sufrido unas presiones mecánicas importantes. Lo más habitual, es que el tocólogo o la matrona diga a los padres “ Eso se resolverá con el tiempo, no se preocupen ”. Efectivamente, a veces la deformación parece disminuir, no obstante, puede que esto no sea más que una apariencia.

Fig. 12 : Deformaciones del cráneo de un/a niño/a

Recordemos que en el momento del nacimiento, el cráneo está formado por dos partes, los huesos de la base, de origen cartilaginoso, densos y rígidos, y los huesos de la bóveda de origen membranoso, los cuales son unas simples placas óseas muy finas. De ello resulta que los huesos de la bóveda son muy deformables y aseguran una acomodación para todas las fuerzas mecánicas impuestas sobre el cráneo. En el momento del nacimiento, dichos huesos se pueden deformar. Más adelante, con el empuje del Mecanismo Respiratorio Primario, tienden a recuperar su posición simétrica. Esta no-simetría también puede ser la consecuencia de deformaciones padecidas en la base del cráneo. En este caso, la base, constituida por huesos cartilaginosos más densos, no tiende a corregirse espontáneamente, sino que permanece en lesión.

________________________________________________________________________________________________

El nacimiento 11/12

La deformación de la bóveda tendrá, a pesar de todo, tendencia a atenuarse bajo el empuje del Mecanismo Respiratorio Primario dejando creer que las estructuras se corrigen espontáneamente, lo cual no es cierto.

Fig. 13 : Deformaciones del cráneo de un/a niño/a

Cada vez que el cráneo del niño presenta determinadas deformaciones evidentes, aun si tienden a atenuarse en los días o meses que siguen al nacimiento, debemos sospechar una lesión de la base del cráneo que será necesario corregir específicamente. Cuanto más tiempo necesite la bóveda para rearmonizarse después del nacimiento, más deberemos sospechar una lesión importante de la base del cráneo. Problemas de comportamiento Clasificamos en este apartado todas las dificultades que presenta la niña/el niño después de de nacer, pudiéndonos hacer suponer que está en una situación de incomodidad.

� Niño nervioso, muy rígido, no se relaja nunca, se sobresalta al menor ruido. � Niño hiperactivo, que no para nunca, sin descanso. Siempre en movimiento. � Niño apático, demasiado flácido, el cual al contrario, no reacciona nunca, demasiado tranquilo � Niño con problemas de sueño : sueño de mala calidad, sueño desfasado, etc. � Retrasos en su evolución motora. Retraso en el “ hacerse cargo ” - el manejo y en el control del

cuerpo. Principalmente en el aprendizaje de la posición sentada, en la adquisición de los mecanismos del gateo o de la marcha. Igualmente retrasos en la adquisición y el manejo del lenguaje. Algunos de estos signos manifiestan una irritación del sistema nervioso central (hiperactividad, nerviosismo). Otros revelan un funcionamiento ralentizado (apatía). Por último, otros indican una dificultad en la maduración y el desarrollo del sistema nervioso (dificultades de aprendizaje), pero todos corresponden a la dificultad del sistema nervioso para cumplir normalmente con su función, dificultad que con frecuencia está relacionada con alteraciones del Mecanismo Respiratorio Primario. Aquí no hemos mencionado más que los signos menores, al limitarse al marco de lo que es normal. Pueden existir signos más graves, pero generalmente éstos se detectan al realizar las exploraciones postnatales y se refieren a patologías precisas que no desarrollaremos aquí. Problemas de digestión En esta este apartado hemos clasificado diferentes problemas relacionados con la actividad digestiva.

� Dificultades de succión o deglución que hacen que el niño tenga dificultades para mamar. � Reflujos anormales. � Problemas intestinales, flatulencias.

Estas dificultades traducen generalmente una alteración en la regulación del tono nervioso o parasimpático y frecuentemente están relacionadas con la compresión o la irritación de uno de los

________________________________________________________________________________________________

El nacimiento 12/12

nervios craneales mencionados anteriormente, en su paso a través de uno de los orificios de la base del cráneo. Esto a menudo indica que la base del cráneo ha sido como mínimo, comprimida fuertemente al nacer. Determinados problemas digestivos pueden tener otro origen, principalmente alimentario. Problemas de rinofaringe Algunos niños son especialmente frágiles a nivel de las vías respiratorias y pasan continuamente de resfriados a estados gripales.

� Rinofaringitis de repetición. � Sinusitis de repetición. � Otitis de repetición.

Todas estas manifestaciones frecuentemente son la consecuencia de compresiones de la base del cráneo, lo que provoca un enlentecimiento del Mecanismo Respiratorio Primario, ocasionando a posteriori un mal drenaje de las estructuras faciales o temporales y una fragilidad frente a las infecciones (tendencia a padecer infecciones). Aprendizaje y escolaridad Hemos desarrollado un poco este asunto al mencionar los trabajos de la Dra. Viola Frymann, de modo que no los retomaremos detalladamente. Las dificultades de aprendizaje del niño siempre atestiguan una dificultad del sistema nervioso central para asegurar su maduración. En el capítulo siguiente detallaremos cómo se desarrolló el sistema nervioso central, lo que nos permitirá comprender mejor por qué determinadas alteraciones del mecanismo craneal pueden provocar problemas en el desarrollo de las facultades del niño/a.