El “No +”: Apropiación por los movimientos sociales opositores a la Dictadura del símbolo del...

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1 Escuela de Sociología El “No +”: Apropiación por los movimientos sociales opositores a la Dictadura del símbolo del CADA. Por: Camilo Norambuena Madariaga. 2do Año de Sociología. Cátedra: Movimientos sociales. Profesora: Adriana Capaldo. Ayudante: Alejandra Haro. Fecha de entrega: 11 de junio del 2014.

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La palabra “dictadura” evoca, irremediablemente, una imprecación a la memoria. Estarán muchos de acuerdo que, hasta nuestros días, este período de la historia chilena estremece los cristales del recuerdo: una ventana trizada por donde se cuela un chiflón del peor de los inviernos cordilleranos. Quizás podamos decir en voz alta la palabra, pero el significante no deja de sangrar significados. La palabra deja una huella en la conciencia, y tras de sí se despiertan insignes sus hijas Persecución, Clandestinidad, Prisión y Tortura; sus hijos Exilio y Silencio, Estado de Sitio, Toque de queda y Fusilamiento. La Dictadura dejó una herencia fastuosa por las calles de Chile. El “País Memorial Desaparecidos, Chile” (Zurita, 2007, pág. 82), es una imagen que se levanta por los rincones rebeldes del pensamiento, como un paredón del recuerdo que se rehúsa a ser demolido, y es donde yacen inscritos los nombres de la resistencia y el dolor. Si se barre un poco el polvo, entre las piedras de ese memorial se podrá leer una sigla rayada con aerosol: CADA.

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Escuela de Sociología

El “No +”: Apropiación por los movimientos sociales

opositores a la Dictadura del símbolo del CADA.

Por: Camilo Norambuena Madariaga. 2do Año de Sociología.

Cátedra: Movimientos sociales.

Profesora: Adriana Capaldo.

Ayudante: Alejandra Haro.

Fecha de entrega: 11 de junio del 2014.

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El “No +”: Apropiación por los movimientos sociales opositores a la

Dictadura del símbolo del CADA.

La palabra “dictadura” evoca, irremediablemente, una imprecación a la memoria. Estarán

muchos de acuerdo que, hasta nuestros días, este período de la historia chilena estremece los

cristales del recuerdo: una ventana trizada por donde se cuela un chiflón del peor de los

inviernos cordilleranos. Quizás podamos decir en voz alta la palabra, pero el significante no

deja de sangrar significados. La palabra deja una huella en la conciencia, y tras de sí se

despiertan insignes sus hijas Persecución, Clandestinidad, Prisión y Tortura; sus hijos Exilio

y Silencio, Estado de Sitio, Toque de queda y Fusilamiento. La Dictadura dejó una herencia

fastuosa por las calles de Chile. El “País Memorial Desaparecidos, Chile” (Zurita, 2007, pág.

82), es una imagen que se levanta por los rincones rebeldes del pensamiento, como un

paredón del recuerdo que se rehúsa a ser demolido, y es donde yacen inscritos los nombres

de la resistencia y el dolor. Si se barre un poco el polvo, entre las piedras de ese memorial se

podrá leer una sigla rayada con aerosol: CADA.

Breve introducción a la acción del CADA

El Colectivo Acciones de Arte, fundado en 1979 por artistas de diferentes ramas como

Fernando Balcells, Juan Castillo, Diamela Eltit, Lotty Rosenfeld y Raúl Zurita, fue una

iniciativa artística-política de alto contenido crítico e innovador de las formas de hacer arte

en Chile, además de presentarse a las filas de la resistencia chilena contra la Dictadura

Militar, que gobernó al país desde el año 1973 al 1990, con un espíritu confrontacional y

creativo. Las acciones del CADA, se caracterizaron también por una línea discursiva

contraria a la institucionalidad artística regente, apresada en gran parte por el brazo represor

de la autoridad oficial. Robert Neustadt, define las acciones del Colectivo en su propuesta de

“intervenir el espacio cotidiano de Santiago con imágenes insólitas para interrogar

condiciones que se habían vuelto habituales en el ámbito reprimido del Chile dictatorial”

(Neustadt, 2012, pág. 27). Los diversos análisis desde el campo de las ciencias sociales, la

historia del arte y los diversos campos de expresión artística, recalcan en la trascendencia de

la incidencia del CADA en las formas de concebir la acción artística, desarrollándose como

una gestación colectiva, social y de profundo carácter político, formando parte de lo que

Nelly Richard (1994) nombró como la “escena de avanzada” del arte chileno en Dictadura.

Entre las acciones del Colectivo Acciones de Arte, comprendidas por el alto riesgo que

implicaban, se invocan: “Para no morir de hambre en el arte” e “Inversión de escena” (ambas

en 1979), “¡Ay Sudamérica!” (1981) y “Viuda” (1985). Cuando hablamos de riesgo, no lo

tratamos solamente pensando en el contexto de la acción – como si no fuera suficiente el

contexto de represión incesante–, sino que todas éstas se condujeron por una planificación

estratégica al borde de la legalidad, pues el CADA recurrió a engaños, robos, falsificaciones

de documentos, todos ellos envueltos por una deslumbrante creatividad. Otro aspecto a tener

en cuenta como antecedente, guarda relación con los espacios y objetivos elegidos por el

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grupo para ser intervenidos. Muchas de las acciones se efectuaron en zonas periféricas de

Santiago, al mismo tiempo que se vinculó a los pobladores en la misma acción de arte.

Elevándose entonces una noción de “arte colectivo”; una creación que debe ser

necesariamente receptora de una respuesta o movimiento del público-habitante de la ciudad,

o sea, inclinándose hacia una función integradora y participativa del arte en comunidad: un

arte social (Neustadt, 2012). Incluso podemos hablar de la supresión de la autoría misma de

obra. Imágenes como la entrega de “1/2 litro” de leche a los pobladores de la comuna de La

Granja, mentando la medida adoptada en el gobierno de la Unidad Popular, para cubrir el

déficit alimentario de los niños en condiciones sociales más vulnerables; el telón blanco con

que se envolvió la fachada del Museo de Bellas Artes, emblema del arte oficial cooptado por

la Dictadura y la lluvia de 400.000 volantes cayendo desde seis avionetas por las comunas

de Santiago. Todas estas son imágenes que quiebran con la rutina, que desvían el

pensamiento coartado, que desprenden la retina de la población más allá de la avasalladora

fuerza represora del régimen pinochetista.

Cerrando esta contextualización, citamos parte de uno de los 400.000 panfletos que lanzó el

CADA. Esto ayuda a hacerse una idea del discurso que propugnaba el Colectivo, tomándolo

como una declaración de principios leída por miles de pobladores, además de vislumbrarse

un sentido de identificación empática con el paisaje-corporalidad que a diario perciben (pero

acallan) los habitantes del Santiago de mediado de los 80, y que es acallado:

CUANDO USTED CAMINA ATRAVESANDO ESTOS LUGARES Y MIRA EL CIELO Y BAJO

EL LAS CUMBRES NEVADAS RECONOCE EN ESTE SITIO EL ESPACIO DE NUESTRAS

VIDAS: EL COLOR PIEL MORENA, ESTATURA Y LENGUA, PENSAMIENTO.

(…) “NOSOTROS SOMOS ARTISTAS, PERO CADA HOMBRE QUE TRABAJA POR LA

AMPLIACIÓN, AUNQUE SEA MENTAL, DE SUS ESPACIOS DE VIDA ES UN ARTISTA”.

LO QUE SIGNIFICA QUE DIGAMOS EL TRABAJO EN LA VIDA COMO UNICA FORMA

CREATIVA Y QUE DIGAMOS, COMO ARTISTAS. NO A LA FICCION POR LA FICCION

(Neustadt, 2012, pág. anexos).

El CADA y el “No +”

Ahora bien, no mencionamos una de las acciones más significativas del CADA: la acción

“No +”. Este símbolo-consigna, al contrastarlo con la brutalidad vivida, hasta ese momento,

10 años de autoritarismo y violaciones a los derechos humanos, se carga de significación.

Pero no cualquier tipo de significación, sino como un concepto amplio, abierto, que requiere

ser completado. En una entrevista, el poeta Raúl Zurita enmarca el inicio del “No +” en el

año 1983, agregando que no terminó sino con la derrota de Pinochet en el plebiscito de 1988:

Esta vez invitamos a todos los artistas a escribir “No +” en los muros, en los letreros, en todas

partes. Muchos le agregaban al “No +” la figura de un revólver, o las botas de un soldado.

Fue algo absolutamente colectivo y anónimo. La disolución del arte en una acción subversiva,

política (…). Salíamos a rayar durante el toque de queda. Allí se fundó una acción política de

verdad porque toda la estructura mental que comenzó a abrirse contra el sistema era el “No

+” (Neustadt, 2012, pág. 138).

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¿Se presentó realmente una apropiación del símbolo “No +”, como consigna de lucha,

propuesto por el CADA en 1983, por las diversas organizaciones y movimientos a favor de

la vuelta de la democracia en Chile, en tanto consigna de lucha? Las palabras de Zurita dan

el punto de partida al eje de nuestra investigación. Posterior al rayado de muros entre 1983 y

1984, de la colocación de un lienzo en la ribera del río Mapocho con el símbolo “No +” a la

izquierda de una mano empuñando un revólver apuntando al frente (figura 1), y con el inicio

de las primeras protestas masivas en contra del Régimen, se distingue una noción de

apropiación del símbolo “No +” por parte del movimiento social anti-dictatorial.

Argumentamos, al igual que Zurita, que la ausencia de firma en esta acción de arte se concretó

en un gesto político tal, que dio el espacio a su libre uso por la oposición al gobierno

autoritario. El sólo hecho de rayar “No+”, dejando libre el espacio para que la ciudadanía

completara la oración y la transformará de signo a consigna de los movimientos por la

restitución de la democracia en Chile.

Para sustentar esta afirmación, nos concentraremos en la búsqueda de material fotográfico y

audiovisual, como también en la revisión de la prensa y de panfletos, posteriores a la fecha

de inicio de la acción de arte. También, seguiremos recogiendo la opinión directa de algunos

de los miembros del CADA, quienes describen la acción, su reproducción y sus pormenores.

(Figura 1) Acción pública CADA, “No+” (Brantmayer, 1983).

En entrevista con la artista visual y miembro del CADA, Lotty Rosenfeld (Neustadt, 2012),

se refiere al símbolo “No +”:

Al CADA (…), le pareció indispensable crear una nueva consigna cuando se cumplían 10

años de dictadura militar. Las viejas consignas identificaban poco a la gente. Nuestra

propuesta tendría que ser participativa, es decir, que las personas se sintieran estimuladas a

completarla. Si eso ocurría estaríamos cumpliendo nuestro objetivo y, como consecuencia

lógica, esta consigna se tendría que reproducir sin nuestra participación (pág. 91).

Por tanto, se advierte que el plantear este nuevo símbolo-consigna se debe corresponder a

una necesidad de identificación con nuevas formas de expresión y de protesta, tomando en

cuenta el miedo generalizado ante los mecanismos de control social de la dictadura. En este

sentido, el Colectivo, con la ayuda de diversos colaboradores (artistas, intelectuales y otros

miembros de la sociedad civil), premedita esta acción. Sin embargo, no se esperaba la

recepción y la trascendencia que el paso de los años, el despertar de nuevos focos de

movilización, de nuevos actores sociales (como las mujeres) y potenciándose con las primera

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olas de “retornados” del exilio. Además, en palabras de Rosenfeld, la acción “No +” marcó

un punto de inflexión respecto a las otras intervenciones:

(…) fue el trabajo de mayor eficacia social que hizo el CADA y porque con ello se ampliaron

significativamente los espacios artísticos que nos habíamos propuesto desde los inicios. (…)

se le podía ver durante años por todas partes, en protestas, en rayados, en panfletos, en afiches,

en muros” (2012, pág. 91).

Existe una apropiación, entonces. Pero ella se puede comprender mejor mentando la

entrevista que el mismo Neustadt hace a la escritora Diamela Eltit, o sea, sin tener en cuenta

el trabajo que hizo el CADA al tratar el “problema de la autoría” (pág. 172): la inexistencia

de la firma. La firma es una característica propia de la tradición histórica de protesta, así

también en la creación artística, delimitando la acción o la obra como propiedad intelectual

privada, que al terminarse se sella con un nombre. Al dejar el espacio que la ciudadanía

terminaría por completar, según las carencias que sentía en su día a día, logra convertirse el

“No +” en una consigna que se establece como propiedad pública de su uso por quién sea.

La apropiación del “No +” por los movimientos sociales opositores al Régimen

Organizaciones de Mujeres

Uno de los movimientos que más tempranamente adoptó el uso de la consigna “No+”, fue el

Movimiento de Mujeres por la Vida, el cual se constituyó como una gran agrupación de

mujeres que coordinó muchos de los actos y marchas en repudio a la Dictadura. Cuando este

grupo se reúne en un congreso en el Teatro Caupolicán en diciembre de 1983, lo hace bajo

el lema “NO + PORQUE SOMOS +” (Análisis, 1984, pág. 29), el cual está escrito en el

fondo del escenario. Cristalizado como consigna, el “No +…” de Mujeres por la Vida será

su pilar discursivo con el que harán frente al Régimen. Alcanzamos a ver también cómo unas

páginas más atrás de ese número de la revista Análisis, se sigue cumpliendo el sentido que el

CADA le dio a la acción estudiada. Dentro de ese mismo “Caupolicanazo”, se le confiere

más sentido aún a la apropiación del símbolo. Desde otra fotografía se logra apreciar la

versatilidad del concepto, al encontrarnos con otro lienzo desde el escenario, donde el “No

+” se transforma en un “NO + DICTADURA/ NO + EXILIO/ NO + HAMBRE/ NO +

MUERTE. POR LA VIDA, POR LA DEMOCRACIA HOY Y NO MAÑANA” (Análisis,

1984, pág. 19). De igual manera, en la revista Hoy del mismo año, se muestra este hito (Hoy,

1984, pág. 10). Unos años más tarde en otro número de la revista Análisis, cubriendo la

masiva asistencia a la marcha en conmemoración del Día de la Mujer en el parque Forestal

de Santiago (Análisis, 1986, pág. 9), una fotografía a un lado del encabezado plasma el lema

“No + porque somos +”. Incluso el reportaje se empeña en recalcar esa consigna: “Las

organizaciones femeninas que llamaron a la participación masiva, con el lema ‘No más,

porque somos más’ en el Parque Forestal (…) exhortaron a los hombres a no acudir sino a

‘ayudar quedándose en casa con los niños para que las mujeres podamos manifestarnos’”

(Óp. cit.). La revista Cauce (Cauce, 1988), resalta esta identificación con la consigna,

refiriéndose a la convocatoria de Mujeres por la Vida, junto con otras entidades defensoras

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de los Derechos Humanos y organizaciones políticas opositoras, de la siguiente forma: “‘No

más’, dirán las mujeres el 8 de marzo” (pág. 46). Para el año 1988, acercándose la fecha del

plebiscito, el símbolo ya se había masificado y era común verlo en las pancartas de las

organizaciones de mujeres.

Recordamos también la práctica con la que el CADA inició su acción de arte y que también

se expresó en la expresión anti-dictatorial de las organizaciones de mujeres: la difusión por

medio del rayado de consignas en las murallas o, derechamente, el muralismo como

herramienta generalizada en su función de agitación y convocatoria. En la revista Análisis

(1989), en un artículo en relación a los presos políticos que, post-plebiscito, seguían

encarcelados por el Régimen, se puede ver la fotografía de una mujer, en una convocatoria

de Mujeres por la Vida, rayando en el pavimento “NO + PRESAS (…)” (la captura se realizó

cuando aún no se terminaba de escribir) (pág. 22). Como otro registro de este tipo de

acciones, y aunque no está firmada por ninguna organización, se asume que sería de una

organización de mujeres al notar la distinción de género en la frase “NO + PRESAS

POLITICAS” (Figura 2).

Por último, podemos ver la utilización del “No +” en un panfleto de llamado concurrir a un

acto de apoyo a la campaña del No el año 1988, donde nuevamente se continúa con la

apropiación del símbolo por Mujeres por la Vida: “MUJER/ Las mujeres votamos No + Te

esperamos/ 15 septiembre 17 hrs. Estación Mapocho” (Figura 3).

(Figura 3) Campaña del No (Archivo Biblioteca Nacional, 1988).

(Figura 4) No + Presas Políticas (Lorenzini, 2010, pág. 83).

Estudiantes

Otras de las agrupaciones que, se puede demostrar, usó la consigna a modo de expresar el

descontento contra la dictadura son los estudiantes. Incluso antes de la masificación del

símbolo “No +” en la época cercana al plebiscito del año 88, agobiados por la intervención

del gobierno y la persecución política dentro la universidades, se hizo notar la apropiación.

Lienzos pintando el mensaje “NO + SANCIONADOS”, bajo otro que dice “ESTA

UNIVERSIDAD NO ES CATÓLICA” (figura 4), o, tres años más tarde, “A

DEMOCRATIZAR LA UNIVERSIDAD/ NO + REPRESIÓN” (CAUCE, 1987), prueban

esta premisa. En la figura 5, se puede notar entre la multitud de asistentes a la marcha del Día

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Internacional de la Mujer del año 1987, la frase “NO + HAMBRE”, firmada por estudiantes

de la Universidad de Chile.

(Figura 4) Protesta estudiantil U. Católica (Hoy, 1984, pág. 18).

(Figura 5) Día Internacional de la Mujer, Parque Forestal (Neustadt, 2012, pág. anexos).

Organizaciones pro Derechos Humanos

Al empezar a expandirse la noticia de las violaciones a los Derechos Humanos (DDHH) a

partir de 1973, diversas organizaciones se levantaron en su defensa en Chile. Más aún en la

década de los 80, junto con la reorganización de los partidos políticos, entidades como la

Vicaría de la Solidaridad, las Mujeres de la Comisión Chilena de los Derechos Humanos, la

Comisión Chilena Pro-Derechos Juveniles, el Comité Base de los Derechos Humanos, entre

otras, tomaron cartas en la denuncia al maltrato, la persecución y la defensa jurídica de los

opositores de la dictadura. La fusión entre partidos políticos, movimientos de mujeres y

estudiantiles, se condensa en la participación en llamados a esta causa reivindicatoria.

(Figura 6) MEMCH’ 83 (Lorenzini, 2010, pág. 149).

El mayor registro conseguido que prueba la apropiación del símbolo “No +” por las

organizaciones defensoras de los DDHH, es el que extrajimos de la revisión de panfletos, en

su mayoría sacados del libro de recopilación fotográfica “Marcas crónicas” de Kena

Lorenzini (2010). En la figura 6, se retrata en el papel una imprecación al Sergio Fernández

(“Sr. Fernández”), abogado responsable de la firma de multitud de decretos para la captura

de opositores a Pinochet, enviándolos a centros de reclusión y tortura. El “NO +

DESAPARECIDOS” del Movimiento Pro Emancipación de la Mujer Chilena (MENCH), el

año 83 en su renacimiento como organización (Movimiento Pro-Emancipación de la Mujer,

s.f.), nuevamente es una manifestación temprana de apropiación. Sin duda, esto marca cómo

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las mujeres, en este caso en defensa de los derechos humanos, fueron pioneras en la

utilización del “No +” como nuevo símbolo de la resistencia contra el Régimen. En otro

ejemplo, vemos un panfleto-convocatoria a un acto llamado por el Comité de Base de

Derechos Humanos: “NO + TORTURA/ 19 DE AGOSTO/ 16 hrs. / AV. PERÚ/ Comité base

de los derechos humanos” (Figura 7).

(Figura 7) Comité Base de Derechos Humanos (Lorenzini, 2010, pág. 157).

La Comisión Chilena Pro-Derechos Juveniles, fue otra organización que se constituyó

alrededor del contexto de represión generalizada en el país el año 1978, en pos de la

promoción y defensa de las violaciones a los DDHH, el derecho a la vida, la paz, la cultura,

la creación de espacios y estímulos a jóvenes artistas (Álvarez, 2012). Se observa la

utilización de la consigna que inauguró el CADA en su acción de arte, en un panfleto: “X EL

DERECHO A LA VIDA/ NO + REPRESION”. Por otro lado, en las Mujeres de la Comisión

Chilena de Derechos Humanos, encontramos nuevamente el “No +” (Figura 9 y 10). En ellas

se cumple la intención del CADA al crear este símbolo versátil para el libre uso por la

ciudadanía, completando la frase con gran variedad de conceptos.

(Figuras 9 y 10) Mujeres Comisión Chilena de DDHH (Lorenzini, 2010, pág. 184).

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Partidos políticos

Llegada la década de los 80, especialmente en la segunda mitad, progresivamente se empezó

a hacer común el retorno de los exiliados políticos, en su mayoría militantes de los partidos

que conformaron la derrocada Unidad Popular. Así mismo, la rearticulación de los partidos

políticos en clandestinidad se afirmó en este último período, siendo la puesta en marcha de

planes políticos o movimientos políticos que los aunaran en una única fuerza opositora del

Régimen. La máxima expresión de la comunión de partidos por la vuelta de la democracia

en Chile, fue al momento del plebiscito del año 88 (Concertación de Partidos por el No) y,

posteriormente, en la elecciones presidenciales del año 89. Sin embargo, anterior a este

período también se manifestaron planes de acción conjunta, por ejemplo, el Movimiento

Democrático Popular (MDP). Tanto a nivel de pactos entre partidos, como en su

manifestación particular en tanto colectividad, la utilización del símbolo-consigna “No +”,

como también, acercándose el Plebiscito, el sólo poner la cruz (“+”) implicaba una

deformación del signo hacia la figura de “marcar” marcar el voto del No. Por tanto, todo esto

confluyó hacia la amplitud y apropiación del “No +” como parte del movimiento por la vuelta

de la democracia, quedando guardado en el archivo de la memoria de las organizaciones

políticas opositoras a Pinochet.

Evocamos el recuerdo perpetuado en las fotografías de aquellos años. Dentro de lo que fueron

los panfletos del período entre 1983 a 1989, hemos recolectado impresiones firmadas por

distintos partidos.

En la figura 11, vemos, por una parte, un panfleto de la Juventud Revolucionaria Miguel

Enríquez (JRME. Facción juvenil del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, MIR), y, en

la figura 12, la utilización del signo “+” en forma de voto por el MIR.

(Figura 11) Juventud Revolucionaria Miguel Enríquez (Memoria Chilena, s.f.).

(Figura 12) Panfletos MIR (Lorenzini, 2010, pág. 138).

Así mismo, el Movimiento Democrático Popular (MDP), conglomerado de partidos que en

1983 reunía al Partido Comunista de Chile (PC), al Partido Socialista-Almeyda y al MIR

(Memoria Chilena, s.f.), muestra, en la figura 13 y 14, la utilización del símbolo “No +” o

“+”, dentro de su propaganda política. El MDP, luego de pasar a la clandestinidad, fue

antecedente de su renacimiento con el nombre Izquierda Unida, donde confluían la Izquierda

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Cristiana (IC), el Mapu-OC, el Partido Radical-Luengo (PR-Luengo), el PC, PS-Almeyda,

PS Histórico y el MIR-Gutiérrez. Izquierda Unida también muestra la utilización del símbolo

del CADA (MAS, en vez de “+”), en un panfleto (Figura 15) reclamando libertad a una de

sus militantes, Fanny Pollarolo.

(Figura 13) Movimiento Democrático Popular (Memoria Chilena, s.f.).

(Figura 14) Movimiento Democrático Popular (Lorenzini, 2010, pág. 135).

(Figura 15) Izquierda Unida: libertad para Pollarolo (Óp. cit., pág 152).

También el símbolo está presente en la consigna “NO + MISERIA/ NO MAS CESANTÍA”

(Lorenzini, 2010, pág. 139), divulgada en un panfleto firmado por la Juventud Radical

Revolucionaria, durante la década de los 80. Las mujeres de la Izquierda Cristiana, propagan

la convocatoria a la marcha del Día Intenacional de la Mujer, completando el “No +” con los

conceptos “DISCRIMINACION, HAMBRE, MUERTE, DOLOR” (Lorenzini, 2010, pág.

181). Otro ejemplo es el PS, para cuando su dirigente Clodomiro Almeyda se encuentra

privado de libertad por el Régimen, realizan mitines en repudio a la represión autoritaria. Así

se ve en el panfleto de la figura 16 y en la fotografía presente en la revista Análisis (1988,

pág. 29).

Dentro del periodo que comprende 1983 hasta 1989, se convocaron gran cantidad de

concentraciones en repudio a la Dictadura Militar en el extranjero. Los militantes exiliados,

coordinados en redes de apoyo mutuo e internacional, buscaron aportar al movimiento anti-

dictatorial con iniciativas de las que, lamentablemente, no se cuenta con un registro

fotográfico público. Sin embargo, hemos recuperado de la revista Análisis la imagen

expuesta en la figura 17, donde se muestra una mujer de las Juventudes Comunistas (JJCC)

con una pancarta que contiene el “No +”.

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(Figura 16) Libertad para Almeyda (Análisis, 1988, pág. 29).

(Figura 17) Exiliados votan simbólicamente (Análisis, 1988, pág. 29).

El “No +” por anónimos

Si bien las organizaciones de mujeres, de estudiantes, defensoras de los DDHH y los partidos

políticos, evidencian a lo largo de esta revisión una apropiación del símbolo “No +” a partir

del año 1983, también existen otro tipo de expresiones, sobre todo en el ámbito del rayado

de paredes, donde, asimismo como el CADA, no existe firma. Los rayados, que en su temblor

muestran una idea de urgencia, de desesperación antes de la huida, de una mano apretando

la cabeza de una lata de spray, eran una imagen recurrente en dictadura. El CADA eligió este

tipo de lienzos para iniciar su acción con mayor sentido colectivo, una destrucción paulatina

del ego del artista, como modo de expresión popular, expedita, invasiva y abierta.

La figura 18 nos muestra un “NO +”. El símbolo habla por sí solo si se entiende la atmósfera

condensada en los matices de los grises en la fotografía, sin embargo, agudizamos más la

mirada: la intersección de Avenida Los Leones con 11 de Septiembre, la estatua y el león

rugiendo. Este león puede estar alegando su vulneración, su rabia, o bien podría ser que él

mismo gritara “NO +”. Una idea similar se puede sacar al ver el “NO +” escrito en la esquina

desolada de Av. Ricardo Lyon con calle Hernán Cortés (Lorenzini, 2010, pág. 67). Esa

reflexión depende de los ojos con que se mire dicha imagen. Pero ¿no era el CADA el que

propugnaba que esta multiplicidad de miradas completaran el sentido estético-político de su

acción?

Vemos otro caso (figura 19), en lo que parece el centro de Santiago, por la infraestructura del

edificio bombardeado de letras y signos, se lee al parar la micro en una esquina el “NO +

ALZAS”. Y, saliendo de la capital, en una pequeña muralla de una plaza, en el Cerro Alegre

del puerto de Valparaíso, unas heridas de pincel llevan la forma de un “NO + HAMBRE NO

+ DICTADURA” (figura 20).

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(Figura 18) No +, Los Leones con 11 de septiembre (Lorenzini, 2010, pág. 59).

(Figura 19) No + Alzas (Lorenzini, 2010, pág. 66).

(Figura 20) No +, 1986: Cerro Alegre, Valparaíso, Chile (Neustadt, 2012, pág. anexos).

Los paredones de Chile parecieran ser infinitos. Así mismo, el alcance de la influencia del

“No +” del Colectivo Acciones de Arte, nos parece una tarea de mayor complejidad si se

trata de revisar la cantidad de rayados en los paredones nacionales.

Campaña del No

El “No +” alcanzó su máxima expresión mediática al ser tomado como consigna de la

Campaña por el No en el plebiscito del año 1989. La carga política que caía sobre el símbolo

propuesto por el CADA, era la de ser utilizado como uno de los elementos propagandísticos

esenciales de dicha campaña y de su franja televisiva.

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(Figura 21) “No +”, 1988: Plebiscito, franja televisiva (Neustadt, 2012, pág. anexos).

En dicha franja, uno de las escenas que se mantuvo a lo largo de todas sus emisiones, estaba

caracterizada por la voz en off que decía: “Sin odio, sin violencia, sin miedo. No más. Vote

No” (Salcedo, 1988), mientras se muestra en video una papeleta de votación donde un lápiz

marca la línea horizontal la opción “No”, generando el signo “+” y reluciendo la consigna

que empezó su recorrido por las paredes de Santiago de Chile a mediados del año 1983. Un

caso de la misma índole, cuando en la franja se presenta el video de un agente de Carabineros

golpeando a un manifestante. En un momento, la grabación se para y la luma del policía

queda en posición horizontal, la atraviesa una raya vertical y aparece un “NO” encima del

signo “+” (Óp. cit., minuto 6:40).

Otro ejemplo dentro de la misma campaña televisiva, se evidencia al marcar la voz en off, las

conocidas formas de completar el símbolo “No +”: “Todos tenemos una razón para votar no.

No más miseria” (Óp. cit., minuto 5:20). La matriz se mantiene y, de acuerdo a la escena de

la cual se justifica, la consigna cambia “No más desaparecidos” (Óp. cit., minuto 3:50) o a

“No más jóvenes frustrados” (Óp. cit., minuto 7:50).

La mayoría de las organizaciones nombradas anteriormente en este estudio, pertenecieron a

este gran movimiento, consideramos el gran pacto de la Concertación de Partidos por el No

- compuesta por partidos de centro e izquierda mayoritariamente, aunque parte de la centro-

derecha se sumaron también a la campaña-; así también, la participación activa de una de las

primeras agrupaciones que se apropiaron del símbolo “No +” como lo fue Mujeres por la

Vida (“NO + PORQUE SOMOS +”). Quizás –a pesar de considerarlo un argumento a priori

-, se pueda aseverar que la implicancia de estas organizaciones en la Campaña sea uno de los

motivos por los cuales, el “No +”, alcanzó este estatus dentro del movimiento anti-dictatorial.

Obviamente, hay que sumarle la coincidencia de ser “No” la opción a marcar en la papeleta

de votación para destituir, al cabo de un año, a Pinochet por elecciones libres. Sin embargo,

a nivel político, dentro de las fuerzas opositoras congregadas (y también las distantes) se le

dio un uso propio, transversal a sus grandes diferencias políticas e ideológicas. Esta última

idea la desarrollaremos en las conclusiones.

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Conclusiones

A modo de cierre, podemos responder a la pregunta de investigación afirmativamente. Ahora

bien, no es tan simple y hemos descubierto líneas alternativas para comprender esta

apropiación del símbolo por las distintas organizaciones. El solo hecho de ser utilizado por

distintas colectividades, preñadas siempre de un embarazo ideológico, creaba diferencias en

el sentido del “No +”. Por tanto, cabe recalcar lo necesariamente incompleto de este símbolo,

pero sí que supo trasladarse a diversas esferas de la ciudadanía buscando ser acompañado por

una palabra que lo complementara.

Entonces, habrá que entender al “No +” como un símbolo-consigna que no supo tener un

dueño absoluto, negado, inclusive por sus propios creadores, quienes lo dejaron recorrer las

calles, reproduciéndose salvaje en todas las esquinas de Chile. Si nuestra pregunta inicial

recalcaba en un sentido de apropiación, debemos decir que habrá que tratar este concepto de

una manera distinta. Al demostrar lo transversal del símbolo, al entenderlo desde su

versatilidad y su recorrido por distintos estados de los movimientos sociales opositores a la

dictadura, se puede tatar al “No +” desde un sentido de posesión, pero solamente si se toma

como posesión colectiva.

Dentro de los circuitos literarios, existen opiniones divididas sobre el legado del CADA. Por

una parte, se le trata como un hito esencial en la creación y propagación de nuevas formas de

entender y hacer arte en Chile, agregando su carácter transgresor de la cotidianidad estática

e impuesta, tanto de la obra del Colectivo Acciones de Arte, como de la obra individual de

sus integrantes. Otra postura, pudiendo reconocer o no el primer punto, critica al rol de los

miembros del grupo, ya disuelto, en la década de los 90. Más de alguna vez se ha tratado a

Zurita o a Eltit como “los escritores de la Concertación”, aludiendo a su apego a la nueva

institucionalidad que continuó y perfeccionó, en gran parte, el modelo neoliberal instaurado

a la fuerza por la Dictadura. Por supuesto, nos hemos cargado hacia la primera posición a lo

largo del estudio, sin menospreciar los análisis críticos que los circuitos literarios

contemporáneos han reprochado a los integrantes del CADA. Esto es materia de otro estudio,

del que las ciencias sociales y la teoría e historia del arte debieran hacerse parte de forma

integral.

Por el momento, nos queda finalizar este trabajo volviendo al tema de la Memoria. Es ésta la

que nos lleva a descascarar las capas de pintura –en una foto, en el recorte de un periódico –

y a rescatar, desfigurado por el paso del tiempo, ese símbolo; ese aullido gráfico

desconcertando la ciudad, incitando a la población a acompañarla en un grito, una consigna

indomable. “Lávenla o/ no con agua ras o sosa/ cáustica, escobíllenla/ con puntas de acero,

líjenla/ con uñas y balas, despíntenla, desmiéntanla/ por todas las pantallas de/ la mentira de

norte a sur (…) (Rojas, 2005)”.

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