El nominalismo.Las relaciones entre fe y razón.

El poder político: relaciones entre la Iglesia y el Estado.

• La filosofía nominalista surge en relación con el problema de los “universales”. • Para Sócrates, sólo es posible el conocimiento si podemos llegar a

definiciones universales en el campo de la Ética: la virtud, la justicia, etc.• Platón considera que los “universales”, que el llama Ideas o Formas en sí, son

realidades existentes, inmutables y eternas, que existen en el Mundo Inteligible, separado del sensible, que son el fundamento del la verdadera ciencia.

• Aristóteles niega la existencia separada e independiente de los universales o esencias: existen en las cosas mismas (substancias) y el entendimiento es capaz de conocerlas por abstracción (recordar la teoría aristotélica del conocimiento).

• Tomás de Aquino adopta en relación con los “universales” la posición de Aristóteles.

• Para Ockham, los universales no son más que conceptos mentales que son signos de las cosas. Son simplemente nombres que se predican de un conjunto de individuos singulares.

• Ockham considera que la única realidad existente son las sustancias primeras aristotélicas, es decir, los individuos.

• La escolástica cristiana (Tomás de Aquino) creyó que era posible armonizar la razón y la fe. Ambas provenían de la misma fuente y entre ellas no podía haber contradicción. La razón (filosofía) ha de ser sierva de la fe (religión).

• Ockham piensa que no puede haber más ciencia que la natural, la de los seres sensibles singulares. La Teología no es una ciencia. La existencia de Dios no se puede demostrar, es cuestión de fe.

• La revelación divina se acepta por fe y es inaccesible para la razón. Los artículos de fe no son racionales, las verdades de fe no son evidentes como los axiomas, ni son demostrables.

• La fe es un don gratuito de Dios. Fe y razón son fuentes de conocimiento distintas y no tienen ninguna zona en común (recordar los preámbulos de la fe según Tomás de Aquino). No hay colaboración posible entre ambas: la razón no puede aportar nada a la fe. La razón es una facultad insuficiente en relación con las verdades reveladas.

• Si el empeño de Tomás de Aquino fue reconciliar fe y razón, el empeño de Ockham fue separar ambas fuentes.

• Contexto: Disputa entre el emperador Luis de Baviera y el Pontificado (Juan XXII) sobre la supremacía de poderes, enmarcada en una tendencia general de la época hacia la completa independencia del Estado respecto de la Iglesia. También la disputa de los franciscanos con el papa Juan XXII que había considerado herética la posición de la corriente franciscana espiritualista a favor de la pobreza evangélica.

• Para el agustinismo político, la supremacía de la Ciudad de Dios frente a la Ciudad terrena significaba que el poder político, la gobernación del Estado había de estar sometido al poder de la Iglesia (en la práctica al poder del Papa). Dios concede el poder terrenal a su hijo Jesucristo quien se lo entrega a su vicario el Papa, y éste al emperador, que es un delegado divino.

• Para Ockham, Dios no otorgó a Pedro y a sus sucesores ningún poder temporal que tampoco Él poseyó como hombre: sólo una autoridad espiritual que no puede ejercerse como poder coercitivo.

• El Papa no puede ejercer ni someter a tutela el poder que corresponde al Emperador que lo es por haber sido elegido por sus electores y no necesita ser investido por el Papa para el ejercicio de su potestad que es completamente autónoma.

• Ockham afirma que la potestad del Papa es de origen divino, pero solamente en el orden estrictamente espiritual.

• Emperador, reyes y príncipes no tienen superior en las cosas temporales, y no necesitan aprobación pontificia después de su elección. Los emperadores no son vasallos del Papa. El Imperio romano nació antes de la institución de la Iglesia y era legítimo. Luego pasó a Carlomagno y de ahí a los germanos…

• Ockham opta por defender al Emperador frente al Papa en el sentido de defender sus derechos frente al absolutismo papal. Sin embargo, el verdadero interés de Ockham es la reforma de la vida de la Iglesia: la lucha contra el poder absoluto del Papa dentro de la Iglesia

• Tesis de Ockham: El Papa y el Concilio son falibles. Sólo es infalible la Iglesia en cuanto comunidad universal de fieles. La reforma de la Iglesia ha de ir dirigida a la recuperación de la pobreza evangélica de los orígenes, sin ambiciones terrenas ni aspiraciones autoritarias: se trata de recuperar el ideal franciscano de pobreza radical que ha de extenderse a toda la Iglesia.

• Con la reforma predicada por Ockham se preludia la todavía lejana reforma protestante: la unidad y la armonía en el seno de la Iglesia han desaparecido y se ponen las bases de un pluralismo que se convertirá más tarde en fragmentación y dispersión.