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1 El origen económico del poder político en el siglo XXI: una aproximación empírica desde los municipios colombianos Juan Felipe Rubio Facultad de Economía, Universidad de los Andes 23 de mayo de 2016 Resumen El propósito de este artículo es investigar la relación entre la concentración de la tierra y la competencia electoral en un contexto de alta desigualdad como lo es el caso colombiano. Se utiliza un modelo econométrico de variables instrumentales representativo para todo el país que relaciona el Gini de tierras con la votación para las alcaldías de 2003, 2007 y 2011. La intención de esta aproximación es llenar un vació en la literatura económica sobre el acercamiento a esta relación entre democracia y distribución de la tierra a partir de enfoques cuantitativos. Las estimaciones muestran que la concentración de la tierra genera un aumento en la hegemonía electoral y una reducción del margen de victoria. En los municipios donde se presenta riesgo electoral previo a las elecciones el efecto se reduce a la mitad pero se mantiene significativo. Los resultados encontrados coinciden con la literatura que habla sobre el efecto de la reforma agraria en la concentración de la tierra y la variación de la competencia electoral a partir de las manifestaciones de violencia. Palabras clave: competencia electoral, concentración de la tierra, elecciones, violencia

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El origen económico del poder político en el siglo XXI:

una aproximación empírica desde los municipios

colombianos

Juan Felipe Rubio

Facultad de Economía, Universidad de los Andes

23 de mayo de 2016

Resumen

El propósito de este artículo es investigar la relación entre la concentración de la tierra y la

competencia electoral en un contexto de alta desigualdad como lo es el caso colombiano. Se utiliza

un modelo econométrico de variables instrumentales representativo para todo el país que relaciona

el Gini de tierras con la votación para las alcaldías de 2003, 2007 y 2011. La intención de esta

aproximación es llenar un vació en la literatura económica sobre el acercamiento a esta relación

entre democracia y distribución de la tierra a partir de enfoques cuantitativos. Las estimaciones

muestran que la concentración de la tierra genera un aumento en la hegemonía electoral y una

reducción del margen de victoria. En los municipios donde se presenta riesgo electoral previo a las

elecciones el efecto se reduce a la mitad pero se mantiene significativo. Los resultados encontrados

coinciden con la literatura que habla sobre el efecto de la reforma agraria en la concentración de la

tierra y la variación de la competencia electoral a partir de las manifestaciones de violencia.

Palabras clave: competencia electoral, concentración de la tierra, elecciones, violencia

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1. Introducción

La relación entre la desigualdad económica y la democracia es relevante y fundamental en

el análisis del desarrollo económico y político de los países. Colombia registra una de las más altas

desigualdades en la distribución de la propiedad rural en América Latina y el mundo. El índice

Gini de tierras del país (0,86) se encuentra por encima del promedio mundial (0,63) y del nivel

regional (0,85), solamente superado en el continente por Paraguay, Brasil y Perú. En Colombia se

han mantenido tendencias hacia la concentración de la tierra (Machado, 1998; Fajardo, 2002) e

incluso se han incrementado en virtud del paso del tiempo y de la acomodación a las dinámicas

sociopolíticas y económicas actuales. En los últimos años, se le ha dado suma importancia al papel

que juega la propiedad rural en el desarrollo económico y político de los países. En ese contexto,

este artículo busca estudiar el efecto de la concentración de la tierra sobre la competencia electoral

en los municipios colombianos.

El régimen democrático nacional es heterogéneo y no se puede entender como un universo

compacto sino que debe desagregarse hasta el nivel municipal para poder entender las dinámicas

electorales particulares. Cada municipio e individuo gozan de preferencias o comportamientos

electorales que están inmersos en un contexto político, social y económico que los controla, los

modifica e incluso los limita (Gibson, 2005). La desigualdad social y económica configura un tipo

de prácticas que transforman la democracia en función de los intereses particulares de los

gobernantes de turno. La concentración de la tierra (uno de los tipos de desigualdad económica

más frecuente en países en desarrollo) incentiva a los terratenientes a influir en las dinámicas

electorales para traducir su poder económico en poder político a través de prácticas legales e

ilegales, como el clientelismo y la violencia política (Pino, 2012). El propósito de los grandes

tenedores de tierra es mantener el orden establecido y con ello obtener beneficios por su posición

de titulares tácitos del poder político local.

Por medio de la estimación de un modelo de variables instrumentales, este artículo muestra

que en los municipios con estructura de la propiedad latifundista los tenedores de la tierra tienen

mayor influencia sobre el sistema político, representado a partir de la hegemonía o el dominio

electoral. De esta manera, en el nivel subnacional colombiano se muestra que a mayor

acaparamiento de la tierra se presenta un cierre en la competencia electoral en las elecciones de

autoridades locales, es decir, se reduce el margen de victoria de los candidatos y aumenta el

porcentaje de votos del candidato elegido. La aproximación de este trabajo es novedosa en la

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medida en que esta relación se ha estudiado de manera cualitativa y a partir de estudios de caso,

pero no desde un modelo estadístico que relacione ambas variables a lo largo del tiempo. En la

literatura no existe una aproximación econométrica que intente explicar la relación entre la

concentración de la tierra y la competencia electoral en Colombia. El artículo presenta una

metodología de variables instrumentales a partir de información de votaciones de elecciones de

autoridades locales, del índice Gini de tierras y de características generales de los municipios

colombianos para el periodo 2000-2011.

La metodología de variables instrumentales es necesaria debido al problema de

endogeneidad por variable omitida o por simultaneidad entre la competencia electoral y la

concentración de la tierra. En el contexto colombiano el poder político está asociado a la

distribución de la propiedad desde los momentos fundacionales de la república. De esta manera, el

aumento en la concentración de la tierra ha generado mayor dominio electoral y este a su vez ha

producido un aumento de la desigualdad en la distribución de la propiedad rural a lo largo del

tiempo. El problema de endogeneidad en el modelo se soluciona instrumentando la concentración

de la tierra a partir de una variación exógena como las adjudicaciones de baldíos. En Colombia la

reforma agraria se redujo a la adjudicación de terrenos baldíos como herramienta para solucionar

conflictos y para redistribuir de manera más equitativa la tierra. Las adjudicaciones son un buen

instrumento exógeno porque no se correlacionan con la competencia electoral y sí explican un

porcentaje de las variaciones en la concentración de la tierra.

Los resultados de las estimaciones por variables instrumentales muestran una relación

positiva y significativa entre la concentración de la tierra y la competencia electoral en el periodo

de tiempo comprendido entre 2003 y 2011, específicamente confirman que ante el aumento de una

décima en el coeficiente de Gini de tierras el porcentaje de votos del candidato ganador en las

alcaldías municipales aumenta en 5,4%. Estos resultados confirman que la tierra en Colombia tiene

un valor político y que la inequitativa distribución de esta genera que aumente la hegemonía

electoral en las elecciones de autoridades locales. Las estimaciones se mantienen significativas si

se controla por el riesgo electoral (violencia) pero se atenúa el efecto generando un aumento del

2,8% de la votación del ganador frente a un aumento del Gini de tierras. Además, las estimaciones

muestran la relación entre los usos del suelo y su efecto significativo sobre la competencia electoral,

así como la influencia determinante que tiene la violencia sobre el sistema político.

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2. Concentración de la tierra y elecciones

La estructura de la propiedad rural es un factor determinante para explicar los orígenes de

la democracia (Moore, 1966; Acemoglu & Robinson, 2000). Los patrones económicos, como la

distribución de la tierra, ejercen una influencia persistente en las políticas de las sociedades

industriales. La desigualdad en la distribución de la propiedad agraria se ha concebido en la

literatura económica como un generador de inestabilidad política, sobre todo en sociedades

caracterizadas por una alta desigualdad en la distribución del ingreso (Russett, 1964), y como un

obstáculo para la transición y la consolidación de la democracia.

La literatura económica se ha concentrado en la probabilidad de ocurrencia y de persistencia

de la democracia a partir de los niveles de desigualdad en el ingreso y en la propiedad rural. La

corriente estructuralista propone que la democracia no es sostenible en escenarios donde las élites

son grandes propietarios de la tierra (Boix, 2003) y la probabilidad de la transición democrática

está inversamente relacionada con el nivel de participación de los latifundistas en la estructura

agraria (Ansell & Samuels, 2010). Aproximaciones recientes muestran que la democratización es

poco probable donde la desigualdad es extremadamente alta o extremadamente baja (Acemoglu &

Robinson, 2006), pero es más probable en aquellas sociedades donde existen niveles moderados

de desigualdad. La intuición detrás de esta relación se explica a partir de que la democratización

se entiende como una lucha indirecta sobre la redistribución, y la tierra, como un bien inmueble,

genera una resistencia fuerte a la democratización si está distribuida de manera desigual (Ziblatt,

2008).

La relación entre la distribución de la propiedad rural y el sistema político se ha estudiado

en la economía a partir dos grandes canales específicos: la interacción entre patrón-cliente en el

sistema electoral y el efecto de la desigualdad sobre las instituciones. En primer lugar, la dimensión

política y económica de la tierra muestra la relación entre patrón-cliente que existe en las

sociedades altamente agrícolas. Baland y Robinson (2012) examinan el caso particular de las

implicaciones de las relaciones clientelistas entre terratenientes y trabajadores sobre los resultados

electorales a partir del efecto que generó la introducción de una reforma electoral en Chile, en 1958.

De acuerdo con los autores, los terratenientes utilizaban su poder económico (la tierra) para

controlar el comportamiento electoral de sus trabajadores, a partir de la relación de dependencia

laboral. El estudio concluye que el control que los patrones (terratenientes) tienen sobre los clientes

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(votantes) debe ser incorporado en el valor de los bienes que permiten que el clientelismo ocurra,

es decir, la tierra. Así, los beneficios políticos se capitalizan a partir del precio de la tierra y los

económicos a partir de la productividad de la misma.

En segundo lugar, la inequitativa distribución de la propiedad rural afecta de manera

negativa el surgimiento de instituciones que promueven el capital humano como la educación

pública. Galor, Moav y Vollrath (2009) muestran que la concentración de la tierra es un obstáculo

para la acumulación de capital humano, lo que desacelera el proceso de industrialización y la

transición al crecimiento industrial moderno. Los autores muestran que los terratenientes tienen

fuertes incentivos para que se reduzca la movilidad de la fuerza laboral rural, a partir del

favorecimiento de políticas que desestimulan la educación de las masas, para mantener el arreglo

político y económico que maximiza su beneficio. De esta manera, los grandes tenedores de tierra

buscan el acceso a la burocracia estatal para que les permita incidir sobre las políticas

socioeconómicas. Esto lo logran teniendo representación política a nivel local y regional. En la

misma línea, Ziblatt (2008) muestra que en contextos de alta desigualdad en la distribución de la

tierra, las luchas sobre democratización se desarrollan entre aquellos que representan a los grandes

tenedores de tierra y los representantes de otros intereses económicos. El autor analiza la

continuidad del sistema de sufragio desigual en Prusia a principios del siglo XX, a pesar de las

aumento de la riqueza y de los continuos esfuerzos de reformas institucionales. Ziblatt concluye

que los representantes de las circunscripciones electorales marcadas por altos niveles de

concentración de la tierra eran más propensos a votar en contra de las reformas democráticas.

Estas aproximaciones estructuralistas proponen como condición necesaria para la

consolidación de la democracia una desigualdad moderada en la distribución de la tierra y del

ingreso. Este artículo se aleja de esa concepción y se ubica en la literatura que reconoce la

consolidación de la democracia en contextos de alta concentración de la tierra y de distribución

inequitativa del ingreso. El caso latinoamericano difícilmente se puede explicar desde la literatura

mencionada anteriormente, teniendo en cuenta que en las sociedades latinoamericanas

contemporáneas coexisten la desigualdad y la democracia. Kaufman (2009) sostiene que la

persistencia de una alta desigualdad no se muestra como un efecto importante en la supervivencia

de los regímenes democráticos. De cierta manera la desigualdad afecta sobre todo la calidad de la

democracia, en el sentido de la estabilidad y la apertura de la misma. En sociedades altamente

desiguales, dice el autor, los políticos no necesariamente se enfrentan a presiones electorales

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redistributivas. Esta interpretación nace del supuesto de Robert Dahl (1971), que sostiene que las

personas deben percibir la desigualdad como injusta, deben creer que el gobierno y las élites causan

esta injusticia y, además, deben creer en la eficacia de entrar a la arena política para cambiar la

situación original. Kaufman (2009) muestra, a partir de un análisis de percepción política realizado

por el Barómetro de las Américas, que los ciudadanos latinoamericanos no cumplen con este tipo

de comportamiento.

En ese contexto, este artículo es novedoso en el sentido en que no se pregunta sobre la

transición o estabilización de la democracia, sino que asume la existencia de un régimen político

democrático estable para analizar la relación entre la distribución de los factores económicos como

el ingreso y la tierra sobre la competencia electoral.

3. Contexto: el poder político y la concentración de la tierra en Colombia

En la sección anterior se estableció el punto de partida para el estudio del origen económico

del poder político: la sociedad colombiana entendida como un régimen democrático estable pero

precario. Este artículo parte de la crítica que se hace al estructuralismo (Moore, 1966;

Rueschemeyer, Stephens & Stephens, 1992) desde la ciencia política para explicar el surgimiento

y la estabilidad de la democracia colombiana. Bejarano (2011) rechaza el papel protagónico que se

le da a la burguesía y a la caracterización del papel de las clases obreras para explicar los resultados

democráticos. La autora explica el proceso de democratización desde la coalición sociopolítica y

su papel en el proceso del cambio institucional. Según Bejarano, la clave de la ‘democratización

desde arriba’, entendida como el proceso de la construcción del régimen a partir de los partidos

políticos tradicionales, fue el papel de los sectores medios urbanos vinculados con los terratenientes

en un contexto de una clase obrera pequeña y débil, y un campesinado subordinado y diezmado

por la violencia.

Partiendo de este punto, es necesario plantear un marco conceptual sobre el poder político

en Colombia y su relación con variables económicas como la distribución del ingreso, la asignación

de recursos públicos y la distribución de la propiedad rural.

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3.1. El poder político en los municipios colombianos

El poder político en los municipios de Colombia se puede explicar desde el concepto de

autoritarismo subnacional (Gibson, 2005). Los actores políticos alteran el régimen democrático y

configuran monopolios de poder político en territorios donde las élites locales y regionales

mantienen su hegemonía y cierran el espacio político que abrieron las reformas de democratización

(Pino, 2012). El origen económico del poder político en el nivel subnacional se puede explicar a

partir de una tipología en el caso colombiano.

Velasco (2014) plantea una diferenciación del poder en la provincia colombiana a partir de

las diferencias socioeconómicas de los políticos en el nivel subnacional. En primer lugar, los

‘aristócratas’ son aquellos individuos pertenecientes a familias que han ocupado los principales

cargos del poder ejecutivo y se caracterizan por tener un nivel de educación alto. Un ejemplo claro

de políticos aristócratas han sido las familias Santos, Turbay y Lleras, que le deben su estatus al

linaje que les antecedió. En segundo lugar, los ‘profesionales del voto’ son los políticos que operan

la mayoría de relaciones clientelistas y se mantienen en el poder dependiendo de su capacidad para

distribuir bienes y servicios públicos. Por último, el concepto de ‘gamonal’ corresponde a los

políticos que no tienen un linaje en los cargos estatales y que son dueños de grandes extensiones

de tierra. Esta última clase de político es la que se va a desarrollar en el artículo para entender la

relación entre la distribución de los factores económicos y el sistema político en Colombia.

Este tipo de poder se enmarca en relaciones clientelistas dentro de la democracia. El

clientelismo se puede definir como las relaciones entre patrones y clientes que intercambian

servicios políticos por beneficios monetarios y no monetarios. El clientelismo colombiano es un

“moderno clientelismo político mercantil alimentado por el Estado y sustentado en el antiguo y

difundido valor social de las lealtades. Se caracteriza por la apropiación privada de recursos

oficiales con fines políticos”. De esta manera, “el clientelismo comanda al conjunto de relaciones

sociales que definen la forma real como opera la política (sistema), a partir de las normas

establecidas para el efecto por el Estado (régimen)” (Leal & Dávila, 2010: 53). Así, niveles más

altos de desigualdad rural generan patrones tradicionales de control social que son perjudiciales

para la democracia.

No muy lejos de estas relaciones clientelistas, se encuentran los empresarios ilegales y

legales que utilizan la violencia para acceder al poder. A pesar de que la violencia no es una variable

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de interés en este artículo, no es posible desconocer el efecto que tiene sobre el sistema político

colombiano. Es imperativo destacar la confrontación armada altamente diferenciada en el nivel

subnacional (Vásquez & Vargas, 2011) y el carácter instrumental y no contingente que adquiere la

violencia (Grupo Nacional de Memoria Histórica, 2008). Se puede hacer una relación, en algunos

municipios, entre la apropiación ilegal de los ingresos que provienen de las regalías y del recaudo

tributario de los municipios (Rubio, 2002) y los actores armados ilegales. Aunque no se puede decir

que la guerra en Colombia se configura en términos de agravios y codicia (Collier & Hoeffler,

2004), sí se puede hablar de relaciones entre las rentas económicas y la política a nivel subnacional.

Cabe mencionar algunas conclusiones de la literatura sobre el conflicto armado y los

procesos electorales: a) cuando hay disputa entre los grupos armados ilegales hay menor

participación electoral, b) cuando hay control territorial de los actores armados paramilitares hay

menor participación electoral y c) cuando hay control municipal de los actores armados ilegales,

los ciudadanos del municipio son propensos a alinear sus preferencias políticas con las del actor

armado ilegal dominante (García , 2010). En ese contexto, se puede decir que la relación entre los

actores armados ilegales y el sistema político depende tanto de las dinámicas subnacionales

económicas, sociales y políticas, como de la naturaleza del actor armado y su tipo de organización

en lo local. Dichas relaciones diferenciadas se gestan a partir de la confrontación armada

diferenciada, las condiciones particulares de una subregión, la naturaleza de los actores armados

ilegales, la intención o vocación del actor armado (promoción de intereses, captura del estado, etc.)

(Garay, Salcedo & de León, 2012) , entre otras cosas. Así, se puede hablar de una relación directa

entre la presencia o la incidencia de los actores armados ilegales y el sistema político, pero no se

puede establecer un patrón único de relación y menos de análisis.

3.2. La concentración de la tierra en Colombia

En Colombia domina un modelo de desarrollo excluyente que mantiene una estructura

agraria bimodal que configura “dos polos de tenencia de propiedad de la tierra: uno conformado

por un gran número de propietarios con muy poca tierra (minifundio) y otro donde un porcentaje

pequeño de propietarios monopolizan un alto porcentaje de ella” (Machado, 2002). Corresponde a

una estructura agraria tradicional dominada por la coexistencia del latifundio, con títulos de

propiedad y concentración del poder político, y el minifundio, sin acceso a la propiedad privada y

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con limitaciones y subordinación a las relaciones socio-económicas de la aparcería y el

arrendamiento (Fals, 1976).

A partir de un recuento histórico sustantivo sobre el papel de los colonos y los campesinos

dentro del uso y la posesión de tierra, LeGrand (1988), Molano (1987) y Palacios (2011) muestran

cómo fueron las transformaciones de los conflictos por la tierra entre colonos y empresarios

territoriales. En este sentido, la concentración de la propiedad rural se entiende a partir de la

tradición de poder, como las alianzas territoriales entre élites regionales, y del papel del Estado

dentro de los conflictos agrarios, como agente capaz de adjudicar terrenos baldíos y reconocer

títulos de propiedad.

La concentración de la tierra en Colombia también se puede entender desde la participación

de los narcotraficantes y de los actores armados. La compra de finca raíz urbana y de tierras rurales

han sido las estrategias preferidas por los narcotraficantes y los actores armados para el lavado de

activos, la evasión de controles tributarios, el relevo de élites regionales y el control sociopolítico

de los territorios (Fajardo, 2002; Kalmanovitz, 2006; Machado, 1998; Reyes, 2009; Romero,

2006). Este fenómeno modificó el paisaje y la estructura predial en algunas regiones del país. La

inserción del narcotráfico en la estructura agraria ha propiciado la desaparición del mercado de

tierras en algunas regiones del país, debido a que los traficantes de droga controlaban el precio de

los derechos de propiedad sobre la tierra. De la misma manera, la concentración de la tierra también

se dio por procesos de acumulación violenta por parte de las guerrillas, los grupos paramilitares y

los demás actores armados (Gutiérrez, 2014; Reyes, 2009; Romero, 2011) donde la tierra adquirió

una fuerte relación con los niveles de control territorial de los actores armados (Duncan, 2006;

García, Arenas & Hernández, 2011) y con dinámicas de desplazamiento forzoso (Ibáñez &

Querubín, 2004).

Este contexto sirve para entender la relación que tiene la estructura de la propiedad rural

con otras variables económicas y políticas en el país. No obstante, es necesario acercarse de manera

más precisa a la relación entre la concentración de tierra y el sistema político. Uribe (2009) muestra

cómo las élites rurales logran tener poder de veto sobre la redistribución de la tierra, a partir de la

capacidad de controlar la fijación de la tarifa del impuesto predial en los concejos municipales.

Esto es un ejemplo claro de que la distribución inequitativa de la propiedad, representada en el

dominio del latifundio, afecta el sistema electoral y protege los intereses de los grandes tenedores

de tierra.

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3.3. Tierra y votos: la concentración de la tierra y la competencia electoral en

Colombia

En Colombia la competencia electoral y la concentración de la tierra coexisten y se

determinan mutuamente a partir de prácticas clientelistas. En particular, “la propiedad latifundista

tiene una relación intrínseca con el poder político. El propietario de la gran hacienda, además de

gozar de poder económico, también controla el poder político local, ya sea porque éste provee de

trabajo al pequeño campesino, o compra su ganado y/o su producción agrícola al menudeo; de esta

manera se fortalece el capital político del latifundista, que le sirve para despertar el interés de

candidatos (…) en periodos electorales” (Centro Nacional de Memoria Histórica, 2010: 85). No

obstante, esta no es la única vía por la que el titular de la tierra obtiene poder político en Colombia:

el principal mecanismo es la obtención de rentas y la cooptación de la burocracia estatal para que

se les permita incidir sobre las políticas socioeconómicas de la región. El régimen democrático

subnacional es en su mayoría clientelista y “no es meritocrático y es poco competitivo. Predomina

el conflicto para capturar rentas y no está muy presente la cooperación para lograr que el gasto

público sea un elemento de desarrollo económico y equidad social” (Kalmanovitz, 2001: 112). Por

el contrario, el gasto público (entendido como el porcentaje de gasto en inversión) se ha convertido

en la ventana de oportunidad para direccionar recursos hacia intereses particulares, todo a partir

del poder económico que genera la tierra y que se traduce en poder político en las elecciones.

Existen aportes al estudio de esta relación desde la ciencia política y la economía sobre todo

desde aproximaciones cualitativas que son muy ricas en los enfoques regionales. Estos trabajos

como los desarrollados por el Centro Nacional de Memoria Histórica son útiles para entender los

mecanismos y la forma en que se erige el poder político a partir del poder económico. No obstante,

no es posible hacer generalizaciones así como también se dificulta el análisis nacional y la validez

externa de estos estudios. Las investigaciones de la Misión de Observación Electoral (MOE) son

quizá el esfuerzo más cercano a investigaciones empíricas de naturaleza estadística que aborden la

relación entre el poder político y la concentración de la tierra. Jiménez (2011) muestra una relación

directa e incremental entre el riesgo electoral, la ruralidad y la concentración de la tierra. De igual

forma, muestra que no existe correlación entre participación electoral y las variables

socioeconómicas de los municipios. En este punto es evidente el vacío que existe en la literatura

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colombiana sobre aproximaciones econométricas a la relación entre la inequitativa distribución de

la propiedad agraria y la competencia electoral.

Desde el año 2000 la estructura de la propiedad y la democracia han sufrido cambios

significativos en Colombia. El índice Gini aumentó de 0,85 a 0,89 entre 2000 y 2011, debido a la

influencia directa del conflicto armado y a factores institucionales y políticos específicos. La figura

1 muestra el cambio en la distribución de la propiedad en los municipios de estudio, donde se

señalan aquellos donde aumentó o disminuyó la medida de concentración de la tierra. En la figura

se puede apreciar que el 53,53% de los municipios de estudio presentaron un aumento en el Gini

de tierras, mientras que el 46,47% de los municipios experimentaron una reducción del mismo.

El sistema político también sufrió cambios significativos con la entrada de la reforma del

año 2003. El propósito de la reforma era combatir el personalismo y la atomización de las distintas

facciones de los partidos, y aumentar el umbral electoral con el fin de fortalecer los partidos

políticos (Wills, 2009). El efecto de esta reforma fue progresivo y sus frutos no se mostraron hasta

las siguientes elecciones legislativas y de autoridades locales. La figura 2 muestra el cambio en la

hegemonía electoral, entendida como el porcentaje de votos del ganador. Este mapa muestra el

cambio que experimentaron los municipios colombianos a lo largo del periodo de interés (2003-

2011). En 39,81% de los municipios el porcentaje de votos del candidato ganador en las elecciones

para la alcaldía municipal aumentó, mientras que se redujo en 60,19% de los municipios de estudio.

Esto sugiere que en la mayoría de los municipios se redujo la cantidad de votos que logró el ganador

y esto se puede explicar a partir de la reforma del 2003, que justamente pretendía unificar los

partidos y la representación política. La figura 3 confirma lo dicho anteriormente pues muestra la

evolución del margen de victoria en las elecciones de alcaldía municipal en Colombia: en el 45,41%

de los municipios el margen de victoria aumentó mientras que en el 54,59% se redujo. Esta es una

buena medida para observar el fortalecimiento de la competencia electoral y la reducción en las

diferencias que existe con los partidos de menor envergadura.

Hacer una sobre posición de los tres mapas permite ver que la zona andina es la que presentó

aumento en las tres variables en la mayoría de los municipios. Por el contrario, la zona oriental

experimentó reducciones en términos de la competencia electoral y de la concentración de la tierra.

La relación entre estas variables se analiza con profundidad a partir de un modelo econométrico

que suple el vacío que existe en la literatura sobre una aproximación cuantitativa a este fenómeno

relevante en la vida política y económica del país.

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Figura 1 Figura 2 Figura 3

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4. Estrategia empírica y datos

4.1. Estrategia empírica

¿Existe una relación entre la concentración de la tierra y la competencia electoral? Para

explorar la relación entre el sistema político y la distribución de la propiedad rural es necesario

hacer una estimación que considere el problema de endogeneidad que se presenta debido a la

causalidad inversa o doble causalidad entre las dos variables de interés. A lo largo del texto y del

análisis de la literatura disponible, se puede intuir que existe una relación de causalidad circular

entre la competencia electoral y la distribución de propiedad rural en Colombia debido al nexo

entre los políticos regionales y los grandes tenedores de tierra. De esta manera, existe una relación

simbiótica entre el gamonal y el político, inclusive muchas veces los latifundistas no necesitan de

una representación política local debido a que ellos mismos pueden acceder al poder y de esta

manera aseguran de manera mucho más directa la representación de sus intereses.

Lo anterior genera un problema de endogeneidad que puede ser resuelto por el método de

variables instrumentales. Como se mencionó anteriormente, esta metodología considera la

presencia de endogeneidad a partir de la inclusión de información de variación de variables

exógenas (instrumentos) sobre la variable endógena (concentración de la tierra). De esta forma, los

estimadores de variables instrumentales son consistentes y solucionan el problema de causalidad

circular.

La herramienta fundamental de esta metodología es la variable instrumental que debe

cumplir con el criterio de exogeneidad y donde la correlación del instrumento y la variable

endógena sea estadísticamente distinta de cero. Específicamente, el propósito es utilizar un

instrumento que no esté correlacionado con la competencia electoral pero que sí explique los

cambios en la concentración de la tierra. Un buen instrumento que permite ver la reacción de las

variables explicativas ante un cambio exógeno es la adjudicación de baldíos. La adjudicación de

terrenos baldíos en Colombia se ha entendido o utilizado en la literatura económica como la

principal herramienta desarrollada por el gobierno nacional en torno a la redistribución de la tierra

(Palacios 2011), es decir como la política de reforma agraria. Así, la inclusión de esta variable en

el modelo también cumple con el propósito de evaluar el impacto de la reforma agraria en la

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concentración de la tierra. La descripción del instrumento y de cada una de las variables de interés

se desarrolla en la siguiente sección.

Para abordar la pregunta de investigación se estima el siguiente modelo utilizando la

metodología de variables instrumentales:

𝑐𝑜𝑚𝑝𝑒𝑡𝑒𝑛𝑐𝑖𝑎_𝑒𝑙𝑒𝑐𝑡𝑜𝑟𝑎𝑙𝑖𝑡 = 𝛽0 + 𝛽1 ∗ 𝑐𝑜𝑛𝑐𝑒𝑛𝑡𝑟𝑎𝑐𝑖ó𝑛_𝑡𝑖𝑒𝑟𝑟𝑎𝑖𝑡 + 𝛽2𝑐𝑜_𝑣𝑎𝑟𝑖𝑎𝑏𝑙𝑒𝑠𝑖𝑡 + 𝛾𝑡 + 𝜀𝑖𝑡 (1)

Donde la competencia electoral se operacionaliza a partir de dos variables dependientes

distintas. En primer lugar, la variable hegemonía corresponde a la votación dominante que logra

obtener el candidato que logra el cargo de alcalde en cada municipio, es decir, corresponde al

porcentaje de votos obtenidos por el ganador de la elección a nivel municipal. En segundo lugar,

la variable margen de victoria captura el nivel de cierre o apertura que goza cada municipio y se

define como la diferencia entre el porcentaje de votos del candidato ganador y aquel que obtuvo la

segunda mejor votación en cada municipio. Por su parte, como ya se mencionó anteriormente, el

instrumento utilizado para la metodología de variables instrumentales es el promedio del número

de hectáreas adjudicadas por el gobierno nacional y se desarrolla con mayor detenimiento en la

sección de datos.

La variable independiente de interés que captura la concentración de la tierra es el índice

Gini de tierras para cada municipio en los tres periodos de interés (2003, 2007 y 2011). Esta es una

buena medida que captura la distribución de la tierra en cada municipio, el “Gini de tierras es el

más tradicional en la literatura puesto que el área del terreno de los predios provee la información

básica de desigualdad en la tenencia de la tierra. De este modo, ponderando por el número de

propietarios por predio, se realiza el primer cálculo a nivel municipal, departamental y nacional”

(CEDE, 2016).

En cuanto a las covariables se utilizan cuatro tipos de variables que pretenden controlar los

resultados por las características de cada municipio: controles geográficos, controles

institucionales, controles de pobreza y controles de usos del suelo que se describen en la siguiente

sección. De igual forma se controla por violencia utilizando una dummy de riesgo electoral que

tiene en cuenta todas las manifestaciones de violencia y todas las irregularidades que pueden

amenazar el buen desarrollo de las elecciones. Finalmente, se agregan controles de efectos fijos

por año (𝛾𝑡).

Page 15: El origen económico del poder político en el siglo XXI ...

15

4.2. Datos

Los datos de competencia electoral son tomados de la Base de datos electoral del CEDE y

la información corresponde a los años de las elecciones de autoridades locales en Colombia que

están dentro del periodo de estudio, es decir 2003, 2007 y 2011. Se utilizó la información sobre la

votación de cada candidato en cada municipio y a partir de esta información se construyó el

porcentaje de votos de cada ganador y de cada perdedor (segunda votación en el municipio). Con

lo anterior se creó la variable de margen de victoria así como la variable de hegemonía. Por un

lado, las elecciones para las alcaldías se utilizan para ver la relación de los gamonales con el sistema

político, en la medida en que un municipio que es altamente desigual en la distribución de la tierra

debe generar un incentivo para controlar el poder político y con esto obtener beneficios a través de

bloquear la actualización catastral, desestimular el recaudo del impuesto predial, entre otras cosas.

Los datos de concentración de la tierra provienen del Atlas de la distribución de la

propiedad rural en Colombia, que corresponden al coeficiente de Gini de tierras de cada municipio

en el periodo 2000-2012. El coeficiente de Gini es un indicador que mide hasta qué punto una

distribución entre individuos u hogares dentro de una economía se aleja de una distribución

perfectamente equitativa, siendo 1 distribución completamente desigual y 0 distribución

perfectamente igualitaria. La variable corresponde al promedio del Gini en cada uno de los tres

periodos de interés: el promedio del Gini del periodo uno corresponde a los años 2000-2003, el

periodo dos es el promedio de los años 2004-2007 y, finalmente, el último periodo es el promedio

de los valores entre el año 2008 y el año 2011. La clave de la metodología de variables

instrumentales es, precisamente, el instrumento. Las hectáreas adjudicadas por el gobierno nacional

provienen de la base de datos del Sistema de Información de Desarrollo Rural (SIDER) del Instituto

Colombiano de Desarrollo Rural (INCODER), que corresponde al número de hectáreas

adjudicadas a cada municipio en cada año. Se realizó un promedio idéntico al realizado con los

datos de concentración de la tierra: el promedio de hectáreas adjudicadas en cada uno de los

periodos de interés.

La base de Riesgo y Dominio electoral de la Misión de Observación Electoral (MOE) se

utiliza para incorporar información de violencia y de irregularidades que afecten el buen desarrollo

de las elecciones. La variable de riesgo electoral toma valores de cero si no existió riesgo electoral

en el municipio previo a las elecciones de alcalde de cada periodo. Por el contrario, si existió riesgo

Page 16: El origen económico del poder político en el siglo XXI ...

16

medio, alto o extremo en el municipio, la variable toma el valor de 1. Los riesgos electorales que

considera esta variable son: desplazamiento, violencia política, presencia de grupos guerrilleros,

presencia de paramilitares, violaciones a la libertad de prensa, limitaciones a la competencia

electoral, votaciones atípicas por votos nulos, no marcados y en blanco, y finalmente, por atipicidad

en la participación electoral.

Es fundamental controlar los resultados por características individuales de los municipios

para que el efecto de la concentración de la tierra sobre la competencia electoral no esté capturando

otro tipo de efecto distinto al esperado. Por ello, se utilizan las siguientes variables de control

geográfico: distancia lineal a la capital departamental (km) y distancia lineal a la capital nacional,

Bogotá (km). Por otro lado, se encuentran algunas variables de control de tipo institucional que son

relevantes en el contexto de esta investigación: número de notarías por municipio, porcentaje de

ingresos propios sobre el total de ingresos de cada municipio, el índice de desempeño fiscal creado

por el Departamento Nacional de Planeación (DNP) y el PIB per cápita de cada municipio. Las

variables que controlan por pobreza se incluyen para que el efecto de la concentración de la tierra

sobre la competencia electoral no esté capturando otros fenómenos socioeconómicos que

históricamente se han presentado como determinantes para el comportamiento de los individuos en

los comicios electorales. Se incluyeron el Índice de Pobreza Multidimensional de cada municipio,

las Necesidades Básicas Insatisfechas reportadas para cada municipio y el porcentaje de cobertura

eléctrica. Por último, los controles correspondientes al uso del suelo se añaden para incorporar

información relevante que explique la concentración de la tierra y el tipo de suelo ideal que buscan

los gamonales y latifundistas para traducir su poder económico en poder político.

Todos los datos de las variables de control provienen del panel municipal del CEDE y

corresponden al promedio de los tres periodos de interés de esta investigación. La tabla 1 muestra

las estadísticas descriptivas de cada una de las variables de interés y de los controles que se

incorporaron a las estimaciones. Se puede observar que las estimaciones se realizaron sobre una

base de datos panel con información para 756 de los 1.123 municipios de la República de

Colombia, lo que expone que la muestra es representativa para todo el país. Este número de

municipios corresponde a la información disponible de votaciones para el año 2003 que también

estaban disponibles en los otros dos periodos. De igual forma, es necesario advertir que el

departamento de Antioquia (125 municipios) posee un sistema catastral independiente, por lo que

no es posible acceder a la información sobre concentración de la tierra de estos municipios.

Page 17: El origen económico del poder político en el siglo XXI ...

17

5. Resultados

El efecto de la distribución de la propiedad rural sobre la democracia se analiza a partir de

la estimación de la ecuación (1) expuesta en la sección anterior. El uso de la metodología de

variables instrumentales se justifica por la relación histórica entre los terratenientes y el poder

político, este fenómeno se confirma con las estimaciones de la tabla 2. Las columnas 1 y 2 muestran

que la concentración de la tierra explica un porcentaje de la variación de la hegemonía y la

competencia electoral. Las columnas 3 y 4 evidencian que la competencia electoral también explica

la concentración de la tierra. La relación entre las variables es circular y, por ende, se hace necesario

el uso de variables instrumentales para controlar la endogeneidad.

La primera etapa del modelo (mínimos cuadrados en dos etapas) se reporta en la tabla 3.

Se puede observar que la relación entre las hectáreas adjudicadas y el Gini de tierras es negativa y

significativa al 1% de significancia. Esta relación confirma la hipótesis de Faguet, Sánchez y

Villaveces (2015): la reforma agraria, entendida como la adjudicación de terrenos baldíos,

disminuye la concentración de la tierra y disminuye los índices de pobreza, no obstante, advierten

que los efectos de la reforma se ven disminuidos por la persistencia del latifundio. En el caso

específico de los municipios analizados en el periodo de estudio, un aumento de 1000 hectáreas

adjudicadas sobre un municipio genera, en promedio, una reducción del Gini en 0,005 unidades.

Es decir, un Gini de 0,845 se reduce a 0,840 con una adjudicación de 1000 hectáreas, pero hay que

tener en cuenta que estas adjudicaciones pueden llegar a superar las 38 mil hectáreas. Los

resultados se mantienen significativos y con el signo esperado después de controlar por las

características municipales y por el riesgo electoral.

La estimación de la ecuación (1) por la metodología de variables instrumentales está

precedida y se puede comparar como ejercicio a partir de la estimación de un modelo de Mínimos

Cuadrados Ordinarios. La tabla 4 muestra el modelo estimado por MCO y por VI utilizando las

dos variables dependientes que capturan la competencia electoral, hegemonía en el panel A y

margen de victoria en el panel B. El primer resultado llamativo de la comparación de los dos

modelos es el signo de los estimadores. A pesar de que los estimadores en las columnas 1, 2, 3 y 4

son sesgados porque no consideran el problema de endogeneidad, llama la atención que el signo

no es el esperado. El modelo arroja una relación inversa entre la competencia electoral y la

concentración de la tierra, que deja de ser significativa cuando se introducen los controles por tipo

Page 18: El origen económico del poder político en el siglo XXI ...

18

de terreno. Sin embargo, es claro que este modelo no contempla el problema de endogeneidad

presentado en la tabla 2.

Las columnas 5, 6, 7 y 8 de la tabla 4 muestran el modelo por variables instrumentales que

estima la ecuación (1) y que confirma la hipótesis planteada al principio de este texto: un aumento

en la concentración de la tierra genera incentivos para que se concentre el poder político, es decir,

para que aumente la votación del ganador. En promedio y manteniendo lo demás constante, un

aumento de 0,1 unidades en el Gini de tierras genera un aumento de 5,4 puntos porcentuales en la

votación del candidato ganador en las elecciones de alcaldías municipales. El resultado que arroja

la estimación sólo es significativo para hegemonía y no lo es para margen de victoria. Es preciso

advertir el cambio de signo bajo esta metodología respecto a las estimaciones de MCO: el modelo

de VI corrige el problema de endogeneidad que estaba causado por un sesgo negativo que no estaba

permitiendo ver el verdadero efecto de la concentración de la tierra sobre la competencia electoral.

El error estándar del estimador de concentración de la tierra está reportando la gran variación del

instrumento en sus unidades. Finalmente, se puede observar que al momento de incluir controles

los coeficientes cambian en magnitud hasta que se controla por todas las posibles variaciones de

las características municipales (columna 8) y el estimador vuelve a reportar una magnitud similar

a la que no incluía ningún tipo de control (columna 5).

A lo largo del texto se concluyó que la violencia no era una variable de interés en este

artículo, por el hecho de demostrar que existen mecanismos menos visibles y que utilizan

herramientas estatales más sofisticadas para afectar la democracia. No obstante, no incluir la

dimensión de la violencia dentro de los modelos sería un error pues desconocería el gran efecto

que todavía tiene este fenómeno sobre el sistema político y las elecciones. Por ello, se incluyó una

variable dicótoma de riesgo electoral que captura cualquier manifestación de violencia, compra de

votos y de comportamientos atípicos en las elecciones de autoridades locales. La variable se

recodificó para agregar todos los tipos de riesgo en uno sólo, aunque más adelante se hace un

análisis controlando por cada tipo de riesgo.

Los municipios que experimentaron riesgo electoral están entre el 12% y el 15% y varían

dependiendo del periodo de estudio. La tabla 5 muestra los resultados de estimar la ecuación (1)

incluyendo la variable de riesgo electoral. El panel A corresponde a la variable de hegemonía y

muestra que los resultados dejan de ser significativos para un tipo de controles (columnas 6 y 7).

Sin embargo, la relación encontrada en el modelo anterior, controlando por los 4 tipos de variables

Page 19: El origen económico del poder político en el siglo XXI ...

19

que pueden afectar la estimación, se mantiene significativa y en la misma dirección. La columna 8

del panel A muestra que ante un aumento de una unidad en el Gini de tierras la votación del

candidato ganador aumenta en 2,8%. Este resultado quiere decir que la inclusión de la violencia

atenúa el efecto de la concentración de la tierra sobre la competencia electoral. El panel B muestra

que la variable de margen de victoria sigue sin ser significativa con todos los controles luego de

incluir la dimensión de violencia. Es preciso resaltar que el coeficiente correspondiente al riesgo

electoral es significativo al 1% en todos los casos y para las dos variables dependientes, lo que

quiere decir que la violencia sigue explicando en gran medida las variaciones de la competencia

electoral. Los municipios con reporte de riesgo antes de las elecciones tuvieron una reducción entre

2,5% y 3% en la votación del ganador por causa de este fenómeno.

Además de la inclusión de la variable de riesgo también se realizaron unas regresiones

auxiliares para determinar la naturaleza del riesgo y la incidencia del tipo de acción o de actor en

el municipio. En resultados que no se reportan en las tablas, se encontró que la presencia de las

Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) reduce en 2,19% la votación y el margen

de victoria en las elecciones de alcaldía. La inclusión de variables dicótomas sobre la presencia o

no de otros actores armados no resultó significativa estadísticamente.

Como se mencionó anteriormente y dada la importancia de la violencia como mecanismo

atenuador del efecto entre concentración de tierra y competencia electoral, se desagregó el tipo de

riesgo para analizar el efecto de la intensidad. El panel A de la tabla 6 muestra el efecto del riesgo

medio, riesgo alto y riesgo extremo sobre las elecciones de autoridades locales. Es evidente que el

riesgo toma mayor relevancia cuando llega a niveles extremos que se reportan previo a los comicios

electorales. Un municipio con riesgo medio puede presentar una reducción de la votación del

ganador cercana al 1,8% (columna 4), mientras que uno que experimente riesgo electoral extremo

puede sufrir una reducción del 4,0%, es decir, más del doble. Cabe destacar que cuando se controla

por tipo de riesgo la variable margen de victoria es significativa (columna 2) y arroja una relación

inversa con la concentración de la tierra: un aumento de una décima en el Gini de tierras genera

una reducción del margen de victoria en 3,4%. Lo anterior quiere decir que las votaciones se

vuelven más estrechas y que hay un cierre en el sistema político. La diferencia de las relaciones

que tiene la distribución de la propiedad con cada una de las variables dependientes se puede

explicar a partir de la reforma electoral de 2003: los partidos de alguna manera se unificaron y esto

Page 20: El origen económico del poder político en el siglo XXI ...

20

redujo el margen de victoria en las elecciones pero siguió aumentando, aunque en menor medida,

la hegemonía del ganador.

Un ejercicio adicional que puede ilustrar la relación causal que existe entre la inequitativa

distribución de la tierra y las elecciones es el de controlar por el tipo de suelo que puede ser ideal

para los grandes tenedores de tierra. La intuición detrás de esta estimación es que los latifundistas

en Colombia prefieren controlar terrenos de grandes extensiones de pastos y matorrales que se

pueden utilizar para la ganadería. Además, se controla por el tipo de cultivo para corroborar la

hipótesis de Arias e Ibáñez (2012): los hogares que viven en medios del conflicto dedican un mayor

porcentaje de tierra a los cultivos transitorios que a los cultivos permanentes, debido a la

incertidumbre que resulta del conflicto armado. El panel B de la tabla 6 reporta el efecto de estos

tipos de suelo y los tipos de cultivo y su efecto sobre la competencia electoral. Los resultados

arrojan un resultado distinto al esperado: la votación del candidato ganador se reduce con el

aumento de los pastizales como porcentaje del territorio municipal. De igual forma, una mayor

proporción de matorrales generan una reducción de la hegemonía electoral. Este resultado se puede

explicar desde la competencia que puede existir entre distintos tipos de individuos, con aspiraciones

políticas y sin ellas, que quieran acceder terrenos aptos para la ganadería. En cuanto a los tipos de

cultivos no se encuentran resultados significativos.

6. Conclusiones

La incidencia de la distribución de los factores económicos sobre la democracia ha sido

ampliamente estudiada por las ciencias sociales. No obstante, el efecto directo que puede tener la

concentración de la tierra sobre el comportamiento de las elecciones en Colombia no ha tenido una

atención suficiente por parte de la literatura económica. Este artículo contribuye a la literatura que

relaciona la democracia con la concentración de la tierra pues presenta un modelo econométrico

representativo para todo el país que arroja una relación positiva y significativa entre la

concentración de la tierra y la hegemonía electoral.

El efecto no se materializa en una sola dirección y se atenúa cuando existe presencia de

violencia o de riesgo electoral en el territorio. Por un lado, la votación del candidato ganador se

reduce en 5,4% a partir del aumento de una décima en el Gini de tierras, pero esta relación se reduce

a la mitad cuando el municipio experimentó riesgo electoral antes de los comicios. Por el otro lado,

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21

el margen de victoria se reduce cuando aumenta la concentración de la tierra, lo que quiere decir

que el porcentaje de votos del ganador no es el único que aumenta, pues también aumenta el de la

oposición. Este resultado se explica a partir de la reforma electoral que sucedió en Colombia en el

año 2003.

Los resultados permiten concluir que la distribución inequitativa de la propiedad rural sí

afecta la democracia y que la estructura dual de la propiedad de la tierra (latifundio y minifundio)

sigue siendo determinante para explicar muchos fenómenos sociopolíticos y económicos en el país.

Las estimaciones también permiten concluir que la violencia sigue siendo un factor determinante

para explicar las variaciones en la competencia electoral, sobre todo en los casos donde se mantiene

la presencia de las FARC en los territorios.

La concentración de la tierra aumentó entre 2003 y 2011 y la hegemonía y el margen de

victoria se redujeron. Estos fenómenos son cambiantes en el tiempo y merecen atención por parte

de la academia y por parte del Estado colombiano. Es importante decir que la investigación no

pudo abordar un periodo de estudio mayor por la falta de datos disponibles sobre concentración de

la tierra y por la inexistencia de reportes electorales para muchos municipios antes del año 2003.

Esto sugiere un reto para las nuevas investigaciones en economía política, pues en este artículo se

demostró que la incidencia de la tierra sobre los votos se mantiene, al igual que el de la violencia.

Estos dos fenómenos deben ser estudiados a profundidad por su relevancia en un contexto de

eventual posconflicto en Colombia, uno de los países con mayor desigualdad en la distribución de

la tierra y con mayores niveles de violencia.

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Tabla 1: estadísticas descriptivas

Año 2003 Observaciones Promedio Desv. Est Mínimo Máximo

Hegemonía 756 52,84 12,79 22,20 97,92

Margen de victoria 756 18,11 18,07 0,03 95,83

Gini de tierras 756 0,69 0,10 0,19 0,98

Adjudicaciones de baldíos (H) 756 83,83 612,83 0 9424,96

Año 2007

Hegemonía 756 49,80 11,59 21,81 96,33

Margen de victoria 756 15,65 14,55 0,01 96,65

Gini de tierras 756 0,69 0,10 0,19 0,98

Adjudicaciones de baldíos (H) 756 263,69 2310,77 0 38589,79

Año 2011

Hegemonía 756 48,71 10,83 23,98 86,17

Margen de victoria 756 14,49 12,53 0,06 74,76

Gini de tierras 756 0,70 0,10 0,36 0,98

Adjudicaciones de baldíos (H) 756 279,13 1881,76 0 25487,73

Total Observaciones Promedio Desv. Est. Mínimo Máximo

Hegemonía 2268 50,45 11,89 21,81 97,92

Margen de victoria 2268 16,08 15,29 0,01 95,83

Gini de tierras 2268 0,69 0,10 0,19 0,98

Adjudicaciones de baldíos (H) 2268 208,88 1758,00 0 38589,79

Distancia a la capital (Km) 2268 76,20 51,61 0 322,16

Distancia a Bogotá (Km) 2268 305,75 194,21 11,92 1270,85

Notarías 2268 0,69 0,98 0 11

Ingresos propios (%) 2217 12,79 11,79 0,23 78,91

Desempeño fiscal 2217 58,87 6,59 27,15 83,58

PIB per cápita 2268 7468701 7938483 191816,80 122000000

Cobertura eléctrica (%) 2268 77,90 14,62 2,01 98,98

Necesidades Básicas Insatisfechas 2268 43,64 19,09 7,12 100

Índice de Pobreza

Multidimensional 2268 68,48 15,64 16,46 99,05

Matorrales (%) 2268 1,89 7,34 0 78,00

Pantanos y ciénagas (%) 2268 4,88 13,74 0 92,68

Pastos (%) 2268 0,90 3,89 0 64,79

Cultivos permanentes (%) 2268 3,86 12,29 0 94,80

Cultivos transitorios (%) 2268 2,21 8,20 0 81,41

Se presentan las estadísticas descriptivas para las variables de interés desagregadas por año al igual que para el total de la muestra. Las

variables de control se presentan de manera general para todo el panel.

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26

Tabla 2: relación de doble causalidad entre competencia electoral y concentración de la tierra

Variable dependiente margen de victoria hegemonía gini de tierras

(1) (2) (3) (4)

Mínimos Cuadrados Ordinarios

Gini de tierras -6.833** -8.941***

-3.225 -2.487

Margen de victoria -0.000290**

(0.000137)

Hegemonía -0.000636***

(0.000177)

Efectos Fijos de año SI SI SI SI

Controles geográficos SI SI SI SI

Observaciones 2,268 2,268 2,268 2,268

R-Cuadrado 0.019 0.035 0.059 0.062

Errores estándar en paréntesis. Significancia estadística resaltada por los siguientes p-valores: *** p<0.01, ** p<0.05, * p<0.1 Tabla 3: primera etapa de los modelos estimados por variables instrumentales

Variable dependiente Gini de tierras

(1) (2) (3) (4) (5) (6)

Mínimos Cuadrados Ordinarios

Hectáreas adjudicadas (miles) -0.00588*** -0.00596*** -0.00534*** -0.00688*** -0.00550*** -0.00705***

(0.00121) (0.00121) (0.00112) (0.00117) (0.00112) (0.00117)

Riesgo electoral -0.0211*** -0.0209***

(0.00571) (0.00568)

Efectos Fijos de año NO SI SI SI SI SI

Controles municipales NO NO SI SI SI SI

Controles de terrenos NO NO NO SI NO SI

Observaciones 2,268 2,268 2,217 2,217 2,217 2,217

R-Cuadrado 0.010 0.011 0.159 0.171 0.165 0.176

Errores estándar en paréntesis. Significancia estadística resaltada por los siguientes p-valores: *** p<0.01, ** p<0.05, * p<0.1

Page 27: El origen económico del poder político en el siglo XXI ...

27

Tabla 4: regresiones por MCO y VI para las variables de competencia electoral

Panel A Variable dependiente: Hegemonía

(1) (2) (3) (4) (5) (6) (7) (8)

Mínimos Cuadrados Ordinarios Variables Instrumentales

Gini de tierras -8.569*** -8.172*** -3.185 -2.762 54.55** 45.66* 58.42** 54.23**

-2.449 -2.425 -2.625 -2.631 (27.42) (26.02) (29.14) (23.34)

Efectos Fijos de año NO SI SI SI NO SI SI SI

Controles municipales NO NO SI SI NO NO SI SI

Controles de terrenos NO NO NO SI NO NO NO SI

Observaciones 2,268 2,268 2,217 2,217 2,268 2,268 2,217 2217

R-Cuadrado 0.005 0.027 0.067 0.073

Panel B Variable dependiente: Margen de victoria

(1) (2) (3) (4) (5) (6) (7) (8)

Mínimos Cuadrados Ordinarios Variables Instrumentales

Gini de tierras -6.057* -5.708* -6.729* -6.620* 6.340 -0.789 -1.025 4.864

-3.156 -3.143 -3.457 -3.472 (31.17) (30.57) (34.35) (28.02)

Efectos Fijos de año NO SI SI SI NO SI SI SI

Controles municipales NO NO SI SI NO NO SI SI

Controles de terrenos NO NO NO SI NO NO NO SI

Observaciones 2,268 2,268 2,217 2,217 2,268 2,268 2,217 2,217

R-Cuadrado 0.002 0.011 0.024 0.026 0.010 0.023 0.021

Errores estándar en paréntesis. Significancia estadística resaltada por los siguientes p-valores: *** p<0.01, ** p<0.05, * p<0.1. Los

controles municipales se refieren a los controles geográficos, controles institucionales y controles de pobreza de cada municipio, definidos

en la sección 4.

Page 28: El origen económico del poder político en el siglo XXI ...

28

Tabla 5: regresiones por MCO y VI para las variables de competencia electoral controlando por violencia

Panel A Variable dependiente: Hegemonía

(1) (2) (3) (4) (5) (6) (7) (8)

Mínimos Cuadrados Ordinarios Variables Instrumentales

Gini de tierras -8.569*** -1.325 2.785 3.113 54.55** 17.51 26.99 28.72*

-2.449 -1.838 -1.998 -1.999 (27.42) (17.62) (19.85) (16.26)

Riesgo electoral 22.28*** 21.73*** 21.72*** 22.78*** 22.21*** 22.22***

(0.539) (0.539) (0.538) (0.719) (0.683) (0.641)

Efectos Fijos de año NO SI SI SI NO SI SI SI

Controles municipales NO NO SI SI NO NO SI SI

Controles de terrenos NO NO NO SI NO NO NO SI

Observaciones 2,268 2,268 2,217 2,217 2,268 2,268 2,217 2,217

R-Cuadrado 0.005 0.446 0.463 0.468 0.420 0.427 0.428

Panel B Variable dependiente: Margen de victoria

(1) (2) (3) (4) (5) (6) (7) (8)

Mínimos Cuadrados Ordinarios Variables Instrumentales

Gini de tierras -6.057* 3.700 1.660 1.639 6.340 -37.29 -42.96* -29.50

-3.156 -2.268 -2.494 -2.502 (31.17) (22.73) (25.68) (20.32)

Riesgo electoral 30.62*** 30.53*** 30.54*** 29.54*** 29.64*** 29.93***

(0.665) (0.673) (0.673) (0.928) (0.884) (0.801)

Efectos Fijos de año NO SI SI SI NO SI SI SI

Controles municipales NO NO SI SI NO NO SI SI

Controles de terrenos NO NO NO SI NO NO NO SI

Observaciones 2,268 2,268 2,217 2,217 2,268 2,268 2,217 2,217

R-Cuadrado 0.002 0.490 0.495 0.497 0.416 0.422 0.461

Errores estándar en paréntesis. Significancia estadística resaltada por los siguientes p-valores: *** p<0.01, ** p<0.05, * p<0.1. Los controles

municipales se refieren a los controles geográficos, controles institucionales y controles de pobreza de cada municipio, definidos en la sección 4.

Page 29: El origen económico del poder político en el siglo XXI ...

29

Tabla 6: regresiones por tipo de riesgo electoral y por tipo de usos del suelo

Panel A: variable dependiente Margen de victoria Hegemonía

(1) (2) (3) (4)

MCO VI MCO VI

Gini de tierras 1.491 -34.04* 3.039 26.38*

-2.128 (17.72) -1.885 (15.29)

Riesgo medio 22.29*** 21.60*** 17.53*** 17.99***

(0.644) (0.765) (0.570) (0.660)

Riesgo alto 50.34*** 49.50*** 31.84*** 32.39***

-1.366 -1.508 -1.210 -1.302

Riesgo extremo 67.61*** 67.15*** 40.47*** 40.77***

-1.776 -1.899 -1.573 -1.639

Efectos Fijos de año SI SI SI SI

Controles municipales SI SI SI SI

Controles de terrenos SI SI SI SI

Observaciones 2,217 2,217 2,217 2,217

R-Cuadrado 0.637 0.591 0.528 0.495

Panel B: variable dependiente Margen de victoria Hegemonía

(1) (2) (3) (4)

MCO VI MCO VI

Gini de tierras -6.620* 4.864 -2.762 54.23**

-3.472 (28.02) -2.631 (23.34)

Matorrales -0.0948* -0.101** -0.109*** -0.140***

(0.0486) (0.0509) (0.0368) (0.0424)

Pantanos y ciénagas 0.0142 0.00887 0.00543 -0.0208

(0.0240) (0.0273) (0.0182) (0.0227)

Pastos -0.0168 -0.0331 -0.113* -0.194**

(0.0865) (0.0953) (0.0655) (0.0794)

Cultivos permanentes 0.0147 0.0141 0.0222 0.0192

(0.0276) (0.0277) (0.0209) (0.0231)

Cultivos transitorios -0.0167 -0.0160 -0.0114 -0.00775

(0.0405) (0.0406) (0.0307) (0.0338)

Efectos Fijos de año SI SI SI SI

Controles municipales SI SI SI SI

Controles de terrenos SI SI SI SI

Observaciones 2,217 2,217 2,217 2,217

R-Cuadrado 0.026 0.021 0.073

Errores estándar en paréntesis. Significancia estadística resaltada por los siguientes p-valores: ***

p<0.01, ** p<0.05, * p<0.1. Los controles municipales se refieren a los controles geográficos,

controles institucionales y controles de pobreza de cada municipio, definidos en la sección 4.