El Original

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Arte & Diseño #242 / Abril 2013 140 141 R olf Fehlbaum, ceo de Vitra desde el año 1977, lo define claramente: es la pieza fabricada con el derecho de producción del diseñador, es decir, el autor del diseño, que fue quien estableció los parámetros dentro de los que debe ser reproducida su creación. “Un diseño es auténtico si lo fabrica un fabricante legal siguiendo la idea del diseñador, independientemente del momento de su fabricación”. Fehlbaum también tiene claro que los imitadores defienden la idea del original como el primer ejemplar fabricado de un producto. Este criterio implica que todas las reproducciones posteriores serían copias, concepto que contribuye enormemente a la confusión, principalmente de personas que no tienen conocimiento sobre la materia. David Obel Rosenkvist, Vice Presidente de Ventas de Fritz Hansen para América del Norte, va un poco más lejos y opina que la copia “no es un tributo al original, sino escupir sobre él”, porque las copias abaratan la industria del diseño y la confección artesanal, detalles que hacen al verdadero diseño, fruto de una estrecha relación entre el diseñador y el fabricante. Fehlbaum explica que el imitador no tiene esa relación, y es incierto el modo en el que la copia se aparta de la idea original, ya sea por ignorancia, por negligencia, o a fin de reducir costos. Una pieza que solo tiene el diseño, pero no la calidad o la forma de fabricación original, como lo afirma Rosenkvist, “no debe considerarse original, sino más bien una burla al original”. ¿Cómo es posible, entonces, desarrollar una conexión emocional con una pieza no original? Cuando uno adquiere una pieza de mobiliario original, adquiere los beneficios de ese diseño original, y este parte de la base de una serie de objetivos a alcanzar, entre ellos calidad de diseño y funcionalidad, calidad de los materiales y calidad de terminación, al igual que sucede con un modelo de vehículo de una marca de alta gama. Para Rosenkvist, el diseño original y su diseñador deben ser siempre respetados: “…al adquirir un clásico, no solo se adquiere una pieza que durará décadas, sino una pieza Por Cinthia Castelo El original de valor histórico y escultural que debería ser vista como una inversión. Las copias lucen como el original, pero no incluyen materiales ecológicos, longevidad, calidad, integridad, sustentabilidad, maestría o historia en sus procesos de fabricación. Los mejores diseños del mundo merecen conservar la reputación que tienen. Por eso con el tiempo devinieron en clásicos, porque están bien hechos. “La pieza original puede incluso aumentar su precio con el paso del tiempo. Prueba de ello es el propio mobiliario de Fritz Hansen del Royal sas Hotel en Dinamarca —primer design hotel del mundo— que, años después de haber adquirido y usado las piezas, las vendió a un valor superior. El diseño tiene que ver además con un tema muy sensible y poco hablado en estas latitudes, que es la sustentabilidad visual. Para Pascal Berberat, responsable de la división Vitra Airport, el diseño tiene un papel muy importante en la sustentabilidad, que rompe con la filosoa de la moda, el diseño superficial y el concepto del yo también: “Gracias a la cooperación que hemos tenido con una variedad de diseñadores maestros como George Nelson y Charles Eames, nos dimos cuenta que para desarrollar productos exitosos no solo tenían que durar mucho, sino que también debían tener sustentabilidad visual. Considerando que el 90% de las emisiones de co 2 son generadas durante la fabricación de un producto, ¿qué es más ecológico?, ¿utilizar un producto por décadas o reemplazarlo cada cinco años porque su estética ya pasó de moda?” Tal vez para muchos, una silla es un simple objeto donde uno puede sentarse, por lo que no se invierte en un producto de la misma manera que se invierte, por ejemplo, en un vehículo. Pero más allá de la pasión que sienten algunas personas por el mobiliario de diseño y la calidad de fabricación, es imprescindible tener en cuenta lo mucho que la ergonomía influye después de todo, en nuestra salud. Aquí es entonces cuando se hace necesario cuestionarnos si la pieza original, más que un lujo o capricho, no debería ser en realidad considerada como una valiosa inversión. Diseño de pieza icónica de Panton, una de las piezas más copiadas de la historia Heart Cone Chair (Verner Panton, 1959). Fotograa cortesía Vitra AG Tag de Fritz Hansen original en butaca Swan, una de las piezas más copiadas de la historia. Swan (Arne Jacobsen, 1958). Fotograa cortesía Fritz Hansen A/S Detalle de firma de autor en Panton Chair, una de las piezas más copiadas de la historia. Panton Chair (Verner Panton, 1959-60). Fotograa cortesía Vitra AG Detalle de sello original en silla NAP. NAP (Kasper Salto, 2010). Fotograa cortesía Fritz Hansen A/S Una de las mesas escultóricas más copiadas, parte de la colección del Vitra Design Museum. Coffee Table (Isamu Noguchi, 1944). Fotograa cortesía Vitra AG Diseño

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Arte & Diseño, Marzo 2013

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Arte & Diseño #242 / Abril 2013 140 141

Rolf Fehlbaum, ceo de Vitra desde el año 1977, lo define claramente: es la pieza fabricada con el derecho de producción del diseñador, es decir, el autor del diseño, que fue quien estableció los

parámetros dentro de los que debe ser reproducida su creación. “Un diseño es auténtico si lo fabrica un fabricante legal siguiendo la idea del diseñador, independientemente del momento de su fabricación”.Fehlbaum también tiene claro que los imitadores defienden la idea del original como el primer ejemplar fabricado de un producto. Este criterio implica que todas las reproducciones posteriores serían copias, concepto que contribuye enormemente a la confusión, principalmente de personas que no tienen conocimiento sobre la materia. David Obel Rosenkvist, Vice Presidente de Ventas de Fritz Hansen para América del Norte, va un poco más lejos y opina que la copia “no es un tributo al original, sino escupir sobre él”, porque las copias abaratan la industria del diseño y la confección artesanal, detalles que hacen

al verdadero diseño, fruto de una estrecha relación entre el diseñador y el fabricante. Fehlbaum explica que el imitador no tiene esa relación, y es incierto el modo en el que la copia se aparta de la idea original, ya sea por ignorancia, por negligencia, o a fin de reducir costos. Una pieza que solo tiene el diseño, pero no la calidad o la forma de fabricación original, como lo afirma Rosenkvist, “no debe considerarse original, sino más bien una burla al original”. ¿Cómo es posible, entonces, desarrollar una conexión emocional con una pieza no original?Cuando uno adquiere una pieza de mobiliario original, adquiere los beneficios de ese diseño original, y este parte de la base de una serie de objetivos a alcanzar, entre ellos calidad de diseño y funcionalidad, calidad de los materiales y calidad de terminación, al igual que sucede con un modelo de vehículo de una marca de alta gama. Para Rosenkvist, el diseño original y su diseñador deben ser siempre respetados: “…al adquirir un clásico, no solo se adquiere una pieza que durará décadas, sino una pieza

Por Cinthia Castelo

El original

de valor histórico y escultural que debería ser vista como una inversión. Las copias lucen como el original, pero no incluyen materiales ecológicos, longevidad, calidad, integridad, sustentabilidad, maestría o historia en sus procesos de fabricación. Los mejores diseños del mundo merecen conservar la reputación que tienen. Por eso con el tiempo devinieron en clásicos, porque están bien hechos. “La pieza original puede incluso aumentar su precio con el paso del tiempo. Prueba de ello es el propio mobiliario de Fritz Hansen del Royal sas Hotel en Dinamarca —primer design hotel del mundo— que, años después de haber adquirido y usado las piezas, las vendió a un valor superior.El diseño tiene que ver además con un tema muy sensible

y poco hablado en estas latitudes, que es la sustentabilidad visual. Para Pascal Berberat, responsable de la división Vitra Airport, el diseño tiene un papel muy importante en la sustentabilidad, que rompe con la filosofía de la moda, el diseño superficial y el concepto del yo también: “Gracias a la cooperación que hemos tenido con una variedad de diseñadores maestros como George Nelson y Charles Eames, nos dimos cuenta que para desarrollar productos exitosos no solo tenían que durar mucho, sino que también debían tener sustentabilidad visual. Considerando que el 90% de las emisiones de co2 son generadas durante la fabricación de un producto, ¿qué es más ecológico?, ¿utilizar un producto por décadas o reemplazarlo cada

cinco años porque su estética ya pasó de moda?” Tal vez para muchos, una silla es un simple objeto donde uno puede sentarse, por lo que no se invierte en un producto de la misma manera que se invierte, por ejemplo, en un vehículo. Pero más allá de la pasión que sienten algunas personas por el mobiliario de diseño y la

calidad de fabricación, es imprescindible tener en cuenta lo mucho que la ergonomía influye después de todo, en nuestra salud. Aquí es entonces cuando se hace necesario cuestionarnos si la pieza original, más que un lujo o capricho, no debería ser en realidad considerada como una valiosa inversión.

Diseño de pieza icónica de Panton, una de las piezas más copiadas de la historiaHeart Cone Chair (Verner Panton, 1959).

Fotografía cortesía Vitra AG

Tag de Fritz Hansen original en butaca Swan, una de las piezas más

copiadas de la historia.Swan (Arne Jacobsen, 1958).

Fotografía cortesía Fritz Hansen A/S

Detalle de firma de autor en Panton Chair, una de las piezas más copiadas de la historia.Panton Chair (Verner Panton, 1959-60).

Fotografía cortesía Vitra AG

Detalle de sello original en silla NAP.NAP (Kasper Salto, 2010).

Fotografía cortesía Fritz Hansen A/S

Una de las mesas escultóricas más copiadas, parte de la colección del Vitra Design Museum.Coffee Table (Isamu Noguchi, 1944).

Fotografía cortesía Vitra AG

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