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EL PALACIO DE LOS LEONES DE LA ALHAMBRA. FUNCIONES E ICONOGRAFIA DE LA ARQUITECTURA EN LA CIUDAD PALATINA Basilio Pavón Maldonado Resumen. En los dos palacios de la Alhambra, Comares y Leones, y palacios mudéjares se da comunidad de salas y antesalas, salones, qubbas, al-haniyyas, pórticos, puertas, portadas, nichos de sitial del trono, patios con albercas y crucero. Este trabajo da una visión global y restrospectiva de cómo funcionaban esas piezas en la arquitectura islámica en general. Se añade iconografía de las pinturas de la Sala de Justica del Patio de los Lones. En resumen, una visión globalizada de dos palacios granadinos que tuve el honor de tratar en escritos comprendidos entre 1967 y 2010, con nuevos avances de interpretaciones, reflexiones e ilustraciones conocidas o inéditas. Abstract In the two palaces of the Alhambra, Comares and Leones, and Moorish palaces there is a community of rooms and anterooms, reception rooms, qubbas, al-haniyyas, gates, doorways, niches of the throne seat, courts with pool and cruise. This work provides an overview and retrospective of how they worked those pieces in Islamic architecture in general. It adds iconography of the paintings in the Justice Room of the Lyons Court. In short, a global vision of the two palaces of Granada that I had the honor to address in written between 1967 and 2010, with new advances and interpretations, thoughts and illustrations known or unpublished. INTRODUCCIÓN Fig. 1. Palacios de Comares y de los Leones de la Alhambra, según Orihuela Uzal

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EL PALACIO DE LOS LEONES DE LA ALHAMBRA. FUNCIONES E ICONOGRAFIA DE LA ARQUITECTURA EN LA CIUDAD PALATINA Basilio Pavón Maldonado Resumen. En los dos palacios de la Alhambra, Comares y Leones, y palacios mudéjares se da comunidad de salas y antesalas, salones, qubbas, al-haniyyas, pórticos, puertas, portadas, nichos de sitial del trono, patios con albercas y crucero. Este trabajo da una visión global y restrospectiva de cómo funcionaban esas piezas en la arquitectura islámica en general. Se añade iconografía de las pinturas de la Sala de Justica del Patio de los Lones. En resumen, una visión globalizada de dos palacios granadinos que tuve el honor de tratar en escritos comprendidos entre 1967 y 2010, con nuevos avances de interpretaciones, reflexiones e ilustraciones conocidas o inéditas. Abstract In the two palaces of the Alhambra, Comares and Leones, and Moorish palaces there is a community of rooms and anterooms, reception rooms, qubbas, al-haniyyas, gates, doorways, niches of the throne seat, courts with pool and cruise. This work provides an overview and retrospective of how they worked those pieces in Islamic architecture in general. It adds iconography of the paintings in the Justice Room of the Lyons Court. In short, a global vision of the two palaces of Granada that I had the honor to address in written between 1967 and 2010, with new advances and interpretations, thoughts and illustrations known or unpublished.

INTRODUCCIÓN

Fig. 1. Palacios de Comares y de los Leones de la Alhambra, según Orihuela Uzal

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De siempre el Palacio de los Leones ha sido objeto de debate, por él pasaron autores, historiadores del arte, arquitectos y arqueólogos, reflexiones, propuestas, hipótesis de tal manera que a la altura de nuestro tiempo los estudiosos del monumento tienen numerosas vías y apoyos para seguir estudiando o investigando. La bibliografía existente últimamente enriquecida con intervenciones arqueológicas a cargo de Malpica Cuello. Visitar este palacio es ya toda una revelación, quién lo hace por primera vez descubre un paisaje arquitectónico inédito. Un hito arquitectónico de difícil encaje no ya en la Historia del Arte en general sino también en el arte islámico; sus innovaciones se acumulan como caídas del cielo sin un hilo o cadena palpable de eslabones clarificadores, no es fácil relacionarle con otra construcción anterior de al-Andalus, del Norte de África o del Oriente. Los mismos dos palacios de la Alhambra, codo con codo, de Yusuf I y Muhammad V, padre e hijo, de Comares y de los Leones, tienen perspectivas y funciones muy distintas bien expresado en la presencia de la Qubba Real, clásica o tradicional sala regia desde el punto de vista granadino la de Comares y desconcertantes las cinco acumuladas en el Palacio de Leones, sus ropajes decorativos válidos para recapitular en ellos todo el ataurique y la lacería de la historia del arte islámico. El lenguaje de las muqarnas sobre todo del Palacio de los Leones el mismo aunque ahora sublimizado de Oriente, la Qal´a de los Banu Hammad, palacios sículo-normando de Sicilia, mezquitas almorávides y almohades (Fez, Marrakech) y madrazas marinies coetáneas de nuestros dos palacios nazaríes: Yusuf I reina entre 1333-1354 y el reinado de Muhammad V dividido en dos parte, 1454-1359 y 1362-1390. Tiempo en que efectivamente eran erigidas al otro lado del Estrecho las madrazas en Salé, Fez, Marrakech, Meknes, prácticamente todas ellas erigidas en la primera mitad del siglo XIV (figs. 2, 3, 4, 5) (1).

Fig. 4. Madrasa Abu Inaniyya de Fez

Fig. 2. Madrasas de Salé , 2; Abu Inaniyya, 3-1; Tasfiniyya de Tremece, 4; Sahriy, 5; Attarine, 6. Zawiyas de la Chela ,1 y Nussak de Salé,3.

Fig. 3. Zawiya de Nussak, Sale, 1;madrasa de Marrakech, 3; mezquita-madrasa del Centeno, Lorca (A. Pujante Martínez, 1999.

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¿Y los palacios mariníes? Prácticamente desaparecidos, de ahí que sea temerario diagnosticar que nuestros dos palacios nazaríes dependan básicamente de esas madrazas, se podría decir lo contrario: alarifes granadinos viajando de corte en corte desde Rabat-Salé a la corte de los sultanes hafsíes de Túnez en los siglos XIII y XIV, mezquita de la alcazaba de esa ciudad y según Ibn Sa´id construcciones de la primera mitad del siglo XIII siguiendo el modelo de los palacios andalusíes (2). Y así hasta llegar a monumentos de El Cairo y de Siria (3). Y esta cita de Ibn al-Jaldun en su Historia de los bereberes: palacios de Tremecen construidos bajo el gobierno de Abu Hammu I (1352.1389) por arquitectos de Granada. ¿Cómo eran estos palacios magrebíes y de Ifriqiya? Sin duda en la Alhambra tenemos la respuesta, también en el palacio Badi de Marrakech (4) aunque ya en tiempo tardío, como los templetes añadidos al patio de la mezquita de Qarawiyyin de Fez. En Meknes palacio alauita o Qasr Muhannasha con patios con crucero y qubbas de aparato. Curiosamente, dejando a un lado el palacio mudéjar de Pedro I del Alcázar de Sevilla, no se ha detectado mano de obra nazarí en las iglesias, sinagogas y palacios mudéjares castellanos de los siglos XIII y XIV, como prueba de que la yesería mudéjar con foco inicial en Toledo brillaba en ese tiempo con luz propia en gran parte debido al impulso inicial almohade-nazarí de la primera mitad de la primera centuria. Naturalmente en este mensaje entre nazarí y mudéjar no es aceptable para nada que cuadrillas de alarifes nazaríes trabajaran concretamente las yeserías de los palacios de Tordesillas como ha pretendido probar sin argumentos ni resultados Ruiz Souza (1996) en oposición a mi tesis ya largamente madurada a partir de mi libro Arte toledano: islámico y mudejar (1975-1980), el dominio completo o absoluto de alarifes toledanos en esa residencia vallisoletana (5). Tal es el panorama general del arte del entorno del Palacio de los Leones que voy a estudiar y de paso el de Comares los que por diversos caminos pueden sacar a la Alhambra de su aislamiento estilístico y funcional sobre lo cual me explayé ya en artículo de 1994 aparecido en los Cuadernos de la Alhambra (6). Y un aparte para breve orientación bibliográfica de la Alhambra. Se recoge últimamente una bibliografía básica en la Alhambra y el Generalife. Guía historico-artistica de Mª Elena Díez Jorge (7); con anterioridad J. A Malpica Cuello en Pensar la Alhambra (2001) aborda esta ciudad palatina en base a las intervenciones arqueológicas hasta las realizadas por Jesús Bermúdez Pareja, autor considerado aquí como arqueólogo, aunque un año después las marcadas ausencias de ese libro se corrigen en su Alhambra de Granada, un estudio arqueológico (8) en que los autores citados por orden de sus aportaciones al monumento son Leopoldo Torres Balbás, Jesús Bermúdez Pareja,, Antonio Malpica Cuello (estudios básicamente arqueológicos pero de fuera del núcleo palatino que nos ocupa), Basilio Pavón Maldonado, J. Bermúdez López, Emilio García Gómez, A. Fernández Puertas, y Carlos Vilchez Vilchez. Por mi parte algunas de mis primeras aportaciones de la ciudad palatina vertidas en Estudios sobre la Alhambra (9) son reiteradas con ampliaciones, matizaciones y nuevas interpretaciones en mi Tratado de arquitectura hispanomusulmana, III Palacio (2004) (10).Y vaya por delante la obra de M. Gómez-Moreno y de su discípulo más cercano Jesús Bermúdez Pareja, contribuciones del Padre Dario Cabanelas y de A. Fernández-Puertas en materia de

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epigrafía de la Alhambra y La Alhambra de A. Gallego Burín, aventajados siempre por L. Torres Balbás cuya dilatada obra se puede ver y valorar en La Alhambra de Leopoldo Torres Balbás (obras de restauración y conservación, 1923-1936) de Calos Vilchez Vilchez (11). Básica es la obra de A, Orihuela Uzal, Casas y palacios nazaríes. Siglos XIII-XV (12). Con estos precedentes de raíces históricas indeclinables y siempre comprobables paso a abordar los palacios de la Sabika, no sin antes dar paso a un curioso y sorprendente trabajo publicado en 2001, hace ya doce años, cuyo título es “El Palacio de los Leones de la Alhambra: ¿Madrasa, zawiya y tumba de Muhammad V? Estudio para un debate”, su autor Juan Carlos Ruiz Souza (13). En principio el artículo debería ser importante o revelador al haberse publicado en la prestigiosa revista Al-Qantara, en cuyo Consejo de Redacción figuraba por entonces A. Almagro Gpbea. Pero los signos de interrogación en el artículo merman ya el contexto, así como el final del título “Estudio para un debate”. No cabe debate en un escrito en el que se desplaza o condena a Muhammad V, fundador del palacio, a vivir o pernoctar en una sala más del Palacio de Comares para entregar todo el de los Leones a las funciones de una madraza, repleta de libros en estanterías de las paredes lisas de la salas, una zawiya y un mausoleo de ese sultán, entes arquitectónicos implicados en la ciudad palatina de los que nadie habla en el siglo XIV.Ruiz Souza en mi criterio deberá madurar más sus trabajos de arte hispanomusulmán y mudéjar para alcanzar el nivel de las contribuciones Únicamente Ibn al-Jatib quien, siguiendo a Darío Cabanelas (14), tuvo el propósito de construir una madrasa, una zawiya y una tumba referidas a Muhammad V. Un primer pasaje: Luego pensé en la construcción de la zawiya, la madrasa y la tumba, como primicias de las obras buenas a realizar en este cargo”. El otro pasaje referido a la biografía del sultán ponderando las muchas y espléndidas obras por él realizadas: hasta el punto de mostrarme su conformidad y autorizar lo que yo había ideado con su permiso y llevado a cabo por su nobleza de espíritu, respecto a la erección de la madrasa y la zawiya, así como la determinación de la tumba, emulando en todo ello los designios de los reyes. ¿Por qué dichas construcciones habrían de estar precisamente en la Alhambra? y ¿fueron efectivamente consumadas aquí o en algún otro lugar granadino? La ocurrencia es de Souza quien guiado por su admiración por el arte de las zawiyas, madrazas y mausoleos magrebíes del otro lado del Estrecho quiere a toda costa magrebizar la Alhambra en el corazón,de su palacio más emblemático y por supuesto siempre polémico, el de los Leones. Todo este dislate es un ejemplo de lo que se puede llegar a decir de un monumento de la categoría de la Alhambra si se burla el consenso artístico atesorado por los autores más idóneos que han pasado por ella, desde Gómez-Moreno y Torres Balbás hasta nuestros días incluidos en la bibliografía de uno de los últimos libros aparecidos sobre Alhambra ya aludido de Mª Elenea Díez Jorge.

Fig. 5. Espacios religiosos de zawiyas y ribat: 1, 2, de la Chella de Rabat; 3, el llamado palacio Favara de Palermo (A. Goldschmidt); A, B, ribat de Susa; D, castillo de San Romualdo de Cádiz, según torres Balbás.

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Con estas líneas no pretendo entrar en debate, simplemente poner los puntos sobre la íes en lo que afecta a la historia del arte de la Alhambra en la que no todo es o deberá ser arqueología y escenario de entrenamientos historiográficos e interpretativos.Gómez-Moreno (15) escribió que detrás de la iglesia antigua (refiriéndose a Santa María de la Alhambra antes mezquita de Muhammad III) hubo un edificio grande de fábricaárabe seguramente quizás la madraza citada por Aben Aljatib, que fue cedido por los Reyes Católicos para colegio o seminario cuando estaba allí la Catedral; una parte de él fue demolido en 1541 por estorbar al palacio nuevo y el resto cuando se levantó la iglesia. Esto por lo que se refiere a la supuesta madrasa. Sobre zawiyas García Gómez (16) pensaba que la construcción de este tipo de edificio en Granada era habitual sobre todo en tiempos de al-Jatib que se jactaba de haberlas fundado con prodigalidad, como el sultán mariní Abu-l- Hasan en el Norte de África, incansable constructor de mezquitas, madrasas y zawiyas. Y luego está cuál era exactamente la definición iconográfica desde el punto de vista arquitectónico de la zawiya que no era precisamente una pequeña o lugareña qubba con cúpula y cuatro puertas, antes, mirando su funcionalidad, desde el Oriente, un caravansar, posada, complejo edificio rodeado de galerías, morada de peregrinos y viajeros que permanecían gratuitamente en el edificio o edificios, muchas veces con presencia de un oratorio (17) (figs. 5, 1, 2); era frecuente la construcción de zawiya junto a una madrasa. ¿Esto y la formalista y compleja planta de las madrasas magrebíes aplicables al patio de los Leones de la Alhambra? El señor Souza debería habernos dicho donde comenzaba y terminaba la madrasa y donde empezaba y terminaba la zawiya en el ámbito de Leones. Es imposible y ridículo desde todo punto de visita tratar de identificar en los Leones serie de celdas lo mismo para madrasas que para zawiyas. Y yéndonos a la tumba o mausoleo supuestamente de Muhammad V, imaginarle en la Sala-Qubba de los Abencerrajes, como propone el neófito autor, todo un dislate; naturalmente por mucho que se discurra nada hay en esa sala de nicho o mihrab y lo de pila, hoy centrada en la sala, convertida en agua para las abluciones todo un desacierto. Vayamos por partes, ¿es identificable una zawiya en la Alhambra? No. ¿Es identificable una madrasa en la Alhambra? En este sentido, Jesús Bermúdez (18) ya dijo que la mezquita pequeña de los accesos a la Casa Real Vieja, el inmediato al patio de Machuca, era de madraza (fig. 6, 1, 3). ¿Era este pequeño complejo prepalatino madraza? Lo podría confirmar la mezquitilla que tiene delante pila para las abluciones y patio

Fig. 6. Plantas del sector de los patios de acceso a la Casa Real Vieja de la Alhambra, con la supuesta madraza.

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inicialmente rodeado de seis salas oblongas pero sin al-haniyyas. Últimamente Orihuela ha implantado sobre el papel en el patio tres naves separadas con columnas (fig. 6, 4) y en la nave o sala meridional de la seis existentes dibuja un nicho potestativo o simbólico haciéndose eco de un pasaje de Ibn al-Jatib comentado por García Gómez (19). Como quiera que fuere, esas salas carecen de al-haniyyas, al igual que las de las madrazas africanas, aunque pudieron funcionar como estancias de uso oficial o burocrático que no otro sería el caso de los patios de acceso al Generalife que en otro lugar relacioné por primera vez con los de la Casa Real Vieja de la Alhambra. Debe tenerse en cuenta que el inmediato Patio de Machuca tenía una puerta independiente en el muro norte a su vez comunicado con la supuesta madrasa. ¿Es identificable un mausoleo en la Alhambra? ¿en la Sala de los Abencerrajes? Imposible dentro del Palacio de los Leones o el de Comares. El mausoleo real de la Rauda de la ciudad palatina (figs 7 y 8) es efectivamente una tumba regia atribuible su

construcción por igual a Yusuf I y a Muhammad V el cual que se sepa no fue enterrado en la Alhambra, cuyas características principescas casan perfectamente con el módulo oficial de planta central cuadrada u oblonga rodeada de cuatro galerías atajadas por cuadrados de los ángulos (20): salas aristocráticas de baños árabes, el apodyterium o el tepidarium, estancias palatinas del siglo XII en Palermo y en la misma Alhambra, en

Figs. 7 y 8. Estudio de mausoleos árabes en general; 15, 16, de la Rawda de la Alhambra; la segunda figura dedicada a este complejo.

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Marrakech Qubbat al.Barudiyyin, mausoleo ya del siglo XVI de los príncipes sa´adíes de Marrakech y mausoleos de El Cairo, s. XI y XII (21) (fig. 7, 6, 13, 14, 15, 16, 12).En una palabra, la reiterada plurifuncionalidad de plantas en el Islam. Entiéndase que a veces el mausoleo propiamente dicho se dibuja entre un tramo de nichos reverenciales o simbólicos y una mezquita sin alminar. Este esquema reiterado en el Cairo, en la tumba del siglo XVI de Marrakech (22) y en la Alhambra, si bien en el mausoleo de ésta falta un nicho o mihrab en el espacio cuadrado contiguo, mihrab tal vez simbólico, amovible esculpido o pintado en la pared (23). ¿Sería este mausoleo el referido en pasaje de Ibn al-Jatib? ¿sería la madraza de delante del patio de Machuca la referida por al-Jatib? Pero, ¿donde ubicar la zawiya? ¿pudo ser el edificio que señala como madrasa Gómez-Moreno en las inmediaciones de la mezquita aljama de la ciudad palatina? Al parecer era edificio grande y de fábrica árabe. En todo caso habrá que esperar a que aparezca en el ámbito alhambreño, puesto que según García Gómez Ibn al-Jatib fabricaba este tipo de edificio en Granada en abundancia. Souza es partidario de magrabizar a escala estilística y funcional la arquitectura residencial de la Alhambra vía madraza y zawiyas del otro lado del Estrecho. Si así lo cree que siga creyéndoselo, pero sin mi seguimiento.. Con todo ello la trilogía madraza, zawiya y mausoleo dentro del Palacio de los Leones queda desautorizada por imposible, con lo cual, dicho en tono irónico, Muhammad V recobra su palacio por él fundado en 1362 exclusivamente para uso y funciones palatinas, palacio doméstico nuevo o moderno, con salas de recepción y espacios festivos, complementario del de Comares presidido por la Qubba o Sala del trono oficial de la monarquia nazarí. Al cabo de los siglos el palacio más internacional en la escala geográfica del Islam por cuanto en él concurren atributos de construcciones de cuantos palacios han sido de toda la orilla del Mediterráneo. ESPACIOS RELIGIOSOS EN LA ALHAMBRA

Figs. 9 y 9-1. Espacios religiosos en la Alhambra

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En mi criterio ni el Palacio de los Leones ni el de Comares de puertas para adentro tuvieron oratorio. Oratorios de reducida planta cuadrada u oblonga con el nicho de mihrab orientado a sureste, figura 9: 1, 2, mezquita de delante del Patio de Machuca o supuesta madraza palatina; 3, planta del oratorio del Mexuar, de Muhammad V, nicho de mihrab pentagonal, reiterado en el oratorio del Partal, 4, 5, esta vez coronado por bovedilla de mocárabe (24) siguiendo el ejemplo de las mezquitas almorávide de al-Qarawiyyin de Fez (8), mezquitas almohades de Tinmall y la Kutubiya (9) (10) y mihrab de la mezquita de la alcazaba de Fez Bali (12). Sobre nicho con mocárabes elocuentes son los ejemplos del palacio de la Zisa de Palermo (14) no ausentes de la Alhambra. Respecto al arco del nicho o ventana (7), considerado a partir de Gallego Burin como mihrab, de supuesto oratorio privado en el pasillo entre la Sala de la Barca y el Salón de Comares (fig. 9-1, 1) habría que ver su autenticidad en base a los siguientes datos. Gómez-Moreno lo veía como puertecilla, luego sustituida por saetera, de bajada a los subterráneos cuya escalera está macizada (18). Por su forma Torres Balbá la relacionó con los mihrab-s de mezquitas, lo ve como nicho con concha en

Fig. 9. Mezquitas u oratorios islámicos de la Alhambra, 1, 2, 3, 4, 5 y 6. La arquitectura religiosa nazarí y mariní en las demás ilustraciones.

Fig. 10. Arco del oratorio del Mexuar de la Alhambra.

Fig. 11. Mezquita Sayyidi Abu-l- Hasan, Tremecen, 1; mezquita de la madrasa de Granada, 2; arco del Patio Dorado de la Alhambra, 3.

Fig. 10. Arco del mihrab del Mexuar de la Alhambra, 1;

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abertura de 0,6 m. de luz en forma de saetera (25). ¿Se trata de cúpula agallonada o de arco con gallones?. Tratándose de arco se le ve ya en la Kutubiyya (fig.9-1, 2) y en el Cuarto Real de Santo Domingo (3). Parece evidente que se trata de arco. Un dato importante es que al contrario de todos los arcos de mihrabs no lleva columnas. Respecto a la orientación se aparta de la cardinalación sureste de los oratorios alhambreños vistos en la figura 9. La posición actual del supuesto oratorio en la figura 9-1 la (1-1) se pudo cambiar de flecha yendo a la par de los oratorio vecinos (1-2) al igual que ocurrió por ejemplo en oratorios cairotas entre los siglos XIII y XIV (fig. 9, 15). Y la connotación de que el arco tiene rizos en el intradós, vieja modalidad decorativa practicable desde el siglo XI lo mismo en Zaragoza que en Granada, rizos reservados básicamente a los arcos de mihrabs de mezquitas pero que en la Alhambra acompañaron a otros arcos de la arquitectura doméstica (fig. 9-1, 4). Es por lo que la identificación como oratorio en base al arte de la yesería de la ventana-saetera de Comares no queda suficiente probado. Por último, la planta de la desaparecida Mezquita Aljama fundada por Muhammad III (fig. 9, 6), fuera del recinto palatino propiamente dicho (26), con tres naves y nicho de mihrab de ocho lados al estilo del mihrab de la mezquita aljama de Córdoba del siglo X. Por lo que se refiere a arco del mihrab del Mexuar (fig. 10, A) destacar los tres nudos del alfiz, en la clave y los costados, arcaísmo que viene del mihrab de la mezquita zaragozana de Maleján (B) reiterado en la mid´a de la gran Mezquita de Qayrawan (C) (27). No podía faltar aquí el nicho-mihrab del oratorio de la madraza de la ciudad de Granada erigida por Yusuf I (fig. 11, 2) (28), su programa de portada esta vez muy semejante a la del mihrab de la mezquita de Abu-l- Hasan de Tremecen (1), su fundador coetáneo de Yusuf I, pero el granadino añade dos alfices entre los que se interpone registro epigrafiado sobre la clave del trasdós del arco imitando la fachada del mihrab califal de la mezquita aljama de Córdoba, un nuevo arcaísmo que añadir al expresado del mihrab de la mezquita principal de la Alhambra. Siendo el arco de herradura apuntado expresión arcaica de los mihrab-s alhambreño donde todo era arco de medio punto o de muqarnas descuella por excepción un arco hoy cegado que comunicaba el Cuarto Dorado con la antesala de la mezquita del Mexuar (fig. 11, 3). Y por su relación con el mihrab del Mexuar el arco del nicho de la mezquita mayor de Ronda (fig. 11-1) (29): en (A) arco del Mexuar, el (B) de Ronda el cual añade por novedad que la rosca del arco descansa en moldura de nacelilla apoyada en la imposta, modalidad mariní registrada por ejemplo en la madraza Attarin de Fez, mezquita de Abu-l-Hasan de Tremecen (fig. 11, 1) y mezquita mayor de Taza (C). La relación artística entre Granada y la dinastía mariní del siglo XIV la podemos sintetizar aquí en Ronda. Esta plaza junto con Tarifa y Algeciras fue cedida por Muhammad II de Granada al benimerín Abu Yusuf (1275), siendo Abu-l-Hasan, oponente de Alfonso XI en la batalla del Salado, el que llevaría a cabo importantes construcciones en Ronda como bien lo expresan las yeserías de la mezquita. A este respecto expresiva es esta referencia del Musnad de Ibn Marzuk (30): “También en Ronda hay ejemplos de construcciones de nueva planta que se levantaron por orden suya- de Abu-l- Hasan-, fortalezas bien guardadas y altas torres, pozos abundantes, zawiyas y jan-es”.

Fikg. 11-1, Arco del migrab de la mezquita mayor de Ronda, B.

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En el arte de las mezquitas por la vía de los mihrab-s se puede establecer relación entre las magrebíes y las granadinas, mihrab de la madraza de Granada y el de Ronda considerados posteriores a los de oratorios africanos de Sayyidi Abu-l- Hasan de Tremecen, Taza o los las madrazas mariníes anteriores al segundo reinado de Muhammd V de Granada (1362-1391), aunque las fronteras estilísticas entre el arte hispanomusulmán y el magrebí, inexistentes en el siglo XII, empiezan a despuntar en la segunda centuria, pero el maremagnum de yeserías de uno y otro lado del Estrecho nos impide trazarlas con mano firme. Sí se perfila un antes y un después de uno y otro bando, el antes para el arte granadino, al menos en la arquitectura palatina; en lo religioso supervalorado lo del suelo africano como consecuencia de la anterior religiosidad almohade. Acerca de la reciprocidad estilística entre lo nazarí y lo marini puede hablarnos la lámpara de la Mezquita Mayor del granadino Muhammad III que se codea con la del oratorio de la madraza de ´Attarin de Fez sobre la que Gómez-Moreno dice que el parecido de los atauriques de la segunda con los de la primera es absoluto, como hecha quizá la africana en Granada (31). Esto viene a decirnos que en lo religioso hubo una unidad de estilo que afecta a todo el siglo XIV. En lo palatino remito al predominio nazarí consignado en páginas anteriores de este artículo, como una prueba más de valor esta vez de Ibn Jaldun: Abu Hammu I (1308- 1332) y su hijo Taxufin demandaron al granadino Ismael I ayuda, que le fue dada, de artistas especializados para erigir en Tremecen palacios de gran belleza (32). LA QUBBA POPULAR Y SUS FUNCIONES (figs. 12, 13, 14)

De ella solo consta un modelo en la Alhambra. Se trata de la llamada Puerta de la Rawda (fig. 12, 6), esta vez al parecer con la función de edificio de reposo en el jardín o rawda extramuros del palacio de los Leones y no lejos del mausoleo del cementerio nazarí. Extraña su elevada altura, como la cúpula gallonada de la Puerta de las Armas de la Alhambra atribuida a Yusuf I o a Ismael I, esta vez cual si se tratara de una torre lucernario; si el edificio fuera de menor altura tendríamos una qubba normal de carácter popular mas que palatino: por ejemplo la llamada “Piccola Cuba” de Palermo en los jardines de supuesto palacio (4). En ambos

Fig. 12. Funciones de la qubba popular; qubba de la Rawda, 6

Fig. 13. Rabita de San Sebastián de Granada,

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casos planta cuadrada con cuatro puertas permanentemente abiertas que así se presentan las qubbas con función funeraria de cementerios islámicos: 1, 2, de cementerio marini de Fez. Se dan casos de qubba-fuente en Palos de Moguer (3) (3-1), en Sicilia qubba-fuente (5). De carácter más palatino la Capilla de la Asunción de la Huelgas de Burgos (8) (fig. 13, 2) muy emparejada con la Capilla de Belén de Toledo (7), en este caso pabellón de recreo si no tumba, con tres puertas abiertas. No faltan ejemplos de qubba-moravito o de santón con una o dos puertas abiertas, en zona murciana la (9), en Huelva los dos modelos de (10), capilla de San Bartolomé de Lepe (Huelva) (11); el (12) de Belyune (Ceuta) (33); en Toledo capillita de San Lorenzo (13), esta vez con tres arcos nichos dando planta cruciforme; el cuerpo superior del alminar de la Gran Mezquita de Qayrawan (14) a modo de moravito con cuatro puertas abiertas. El sólo nicho de la construcción de Belyunes reiterado en la llamada rábita de San Sebastián de Granada (fig, 13, 1) (34). Bastantes modelos acusan en planta la cruz o cuadrado con tres o cuatro nichos popularizados en cadena en recintos complejos como aljibes desde muy temprana edad (fig. 14, 1), puertas (1-1) (8) (10), torres baluartes (4), salas de baños (7), vestíbulo en Tordesillas (9), el caso de modelo de ribat dado en el castillo de San Romualdo de la Isla de San Fernando (Cádiz) (3) o el claustro de Santa Clara de Moguer (2) (5). Unidades independientes en la Alcaicería de Granada (6) y algunas salas pequeñas del Palacio de Comares, y como veremos el Mirador de Lindaraja del Palacio de los Leones. Hasta aquí nada parecido a las madrasas, zawiyas y mausoleos del Norte de África.

Al-HANIYYAS O ALCOBAS EN LA ALHAMBRA. Son como nichos con o sin arco de entrada ubicados en los extremos, a veces bastaba con realzar su solería, de salas oblongas de aparato de palacios o salas de estar en toda

Fig. 14. funciones del módulo cruciforme de la qubba popular .Entre los siglos XII y XIII traspasada aaljibes (1), puertas monumentales o de planta sencilla (1-1) (8), baños (7), capillas y vestíbulos de residencias de linaje (6) (9).

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construcción doméstica del medio mediterráneo islámico. Muchos autores las llaman alcobas en el sentido de estancia para dormir. Se confunden a veces con los nichos honoríficos o decorativos que se acumulan en residencias palaciales desde el siglo X al XIV. La Alhambra es bastante generosa a la vez que ambigua en este tipo de espacio. La figura 15 quiere despejarnos algo sobre sus orígenes más remotos árabes: 1, sala de honor tipo iwan en el centro con estancias a uno y otro lado de la ciudad fatimi de Sabra Mansuriyya, cerca de Qayrawan, tratada entre otro autores por Grabar, Michel Terrasse y Patrice Cressier (35). El trío de saletas precedidas de pórtico precisamente de cinco arcos de los lados enseñan especie de nichos tal vez abovedados de escasa profundidad y ancho inferior al de la saleta, tipología habitual en otro palacio también del siglo X, el Ziri en Achir (Argelia), estudiado por L. Golvin y A. Lézine (2) (36), módulo repetido siete veces aquí, que pasa a los palacios palermitanos de la Zisa y de la Cuba (3) (4) y antes a residencias palatinas y de servidumbre de la Qal´a de los Bannu Hammad (5) (6) (8). Sobre estos precedentes de al-haniyyas hispanas ya me ocupé en artículo sobre

nichos de mihrab publicado en mi página personal y últimamente también A. Almagro (2010). Cualquiera que vea la sala de recepción a la vez que del trono central precedida de pórtico de cinco arcos de Sabra Mansuriya puede pensar en el “Salón Rico” de Madinat al-Zahra (fig.15-1, 6).

Fig. 15. Orígenes de la al-haniya en Oriente y el Norte de África en los siglos IX, X y XI. Fig.15-1. El módulo al-haniya en al-Andalus. 1, 2, 3, 6, de Madinat al-Zahra; casa de Còrdoba, 4; Castillo-palacio de Galiana de Toledo, 5; almunia de Rumaniyya, Córdoba, 7; palacio de Pedro I del Alcázar de Sevilla, 8; unidad palatina de Samarra, A.

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A partir también del siglo X y quizá antes en Oriente (Samarra, palacio de Ujahidir y Egipto) se populariza el tipo de vivienda con tres salas o iwan cortejado de habitaciones que con el añadido de pórtico forma una T invertida (fig. 15, 7, 7-1) (36). En realidad no difiere mucho este tipo de las salas comentadas de Sabra Mansuriyya. Llevando el tema a la Córdoba califal los autores miran con interés lo acaecido en la ciudad palatina de Madinat al-Zahra (fig. 15-1) en donde el nicho tipo Sabra Mansuriyya es sustituido por saleta al-haniyya con arco de entrada desde la gran sala oblonga llamada maylis en la etapa nazarí de la Alhambra. Este caso visto por Félix Henández, Castejón, Torres Balbás, Pavón Maldonado, Vallejo Triano y A. Almagro (37) se da en el complejo del patio de los pilares de la ciudad palatina (1, B) (2) con la novedad de tratarse de saletas cuadradas. El hecho de figurar en construcción dedicada a funciones burocráticas como se ha dicho invalida tal función dado que la al-haniyya es más propia de residencia doméstica conforme iremos viendo. De todas formas las dimensiones del edificio invitan a ver en él ágora o lugar oficial de concentración de gentes y funciones. En Madinat al-Zahra se dan casas de linaje cuyo núcleo principal se forma con tres naves longitudinales precedidas de especie de pórtico con tres arcos o el tribelon bizantino (1. D), la llamada casa de Safar por Vallejo Triano (38), tipología que se podría relacionar con la vivienda egipcia (7) de la figura anterior. En esta línea se debe contar también con la vivienda (3) de la presente figura que dibuje en el año 1964 (39). Antes de abandonar Madinat al-Zahra una reseña para dos casos muy particulares: el llamado “Salón Rico” de Abd al-Rahman III (6) y la planta de nueve estancias de la almunia califal Rumaniyya de Córdoba (7) exhumada por Velázquez Bosco (40), reiterada groso modo en el Palacio Occidental de al-Zahra; planta de nueve espacios fácilmente convertible en quince como se ve en la fortaleza-palacio mudéjar de Galiana de Toledo (5) que sin mucho esfuerzo cabe comparar de una parte con sala de trono de los palacios de Samarra (A) y de otra con el complejo palatino del Salón de Embajadores del palacio mudéjar de Pedro I en el Alcázar de Sevilla (8). Respecto al “Salón Rico”, por mi parte lo relacioné ya con basílicas bizantinas de Constantinopla como veremos más adelante, si bien en el edificio de al-Zahra se añaden dos salas laterales con al-haniyya al fondo ligeramente oblonga en sentido vertical denunciando función de almacenamiento en salas tildadas de espacios de desahogo en días de solemnes recepciones. Fig. 16. La al-haniyya hispanomusulmana a partir del siglo XI-XII

(1, alcazaba de Almeria; 2, del Patio de la Monteria de Sevilla).

Fig. 17. Al-haniyyas de la Alhambra; el 3 del palacio almohade de la Casa de Contratación de Sevilla; 4, de la alcazaba de Málaga.

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La al-haniyya tipo hispanomusulmán es ya una realidad palpable antes de llegar a la Alhambra, entre los siglos XI y XII, caso de la alcazaba de Almería (fig. 16, 1); en palacio de debajo del Patio de la Montería del Alcázar de Sevilla (2) (41). Del siglo XII casa de la calle de Pinares de Murcia (6) y viviendas de Cieza (42) y en Játiva palacio de Pinohermoso que a juzgar por dibujo de Laborde tenía al-haniyyas de techos planos o alfarjes (43). En el Alcázar de Sevilla sala palatina del Palacio del Yeso (6-1). Ya del siglo XIII en el palacio árabe del convento de Santa Clara de esa ciudad salas de uno y otro lado de gran patio (3) (44). En la etapa nazarí Casa del Gigante de Ronda (5) y como caso excepcional la llamada “Palacio el Eubbab” de Tremecén (s. XIV) estudiada por G. Marçais y L. Golvin (13) (45), un caso singular que nos lleva de una parte a Palacio de Comares. Coinciden en salas con doble al-haniyya en el testero y laterales del patio. Otro caso muy particular es el de vivienda de linaje de la aldea ceutí de Belyunes (A) (46) esta vez con nicho de honor o bahw en el centro de la sala principal. Ya dentro de la Alhambra, pórtico norte y Sala de la Barca del Salón en el Palacio de Comares (4) (7) y salas laterales del patio de la alberca (8). El caso de dos saletas a uno y otro lado de la Qubba de los Abencerrajes del Palacio de Los Leones (10) reiterado en Alcázar Genil de Granada (12), su singularidad puesta en los arcos gemelos de las saletas laterales muy empleados en baños hispanomusulmanes (7-2) desde el siglo XI-XII. Un modelo de vivienda palatina es la de la torre de las Infantas de la Alhambra (7-1) y la Qubba de Dos Hermanas con saletas de única al-haniyya. Hasta ahora siempre la al-haniyya de planta rectangular. Hay excepciones en patio de crucero del Alcázar cristiano de Córdoba (14), la al-haniyya cuadrada repetida en sala de honor del palacio de Pedro I del alcázar sevillano (15, arriba sala de la derecha), en Toledo salón o tarbea de “Taller del Moro”, modelo de salas del patio del Vergel del palacio mudéjar de Tordesillas (16) (47). Dentro de la Alhambra destacamos dos ejemplos curiosos, el piso superior de la torre del Homenaje de la alcazaba (17, 2), salas oblongas con al-haniyya única de planta cuadrada y en el llamado Palacio de Abencerrajes de la parte de la Puerta de Siete Suelos como formando parte de complejo residencial con baños, sala tripartita, el espacio central prácticamente cuadrado (1) (48), por delante una planta de qubba de tipo del mausoleo de la Rawda de la Alhambra. Luego se dan nichos con función distinta a la de las al-haniyyas a uno y otro extremo de los pórticos de viviendas señeras: casa incompleta de la explanada del Palacio de Carlos V estudiada por Torres Balbás (6) (49), pórtico norte del Patio de Comares (7 (A) y pórtico norte del patio de la Acequia del Generalife (5) (B). Como remoto origen de nicho o minúsculo

Fig. 18. Del maylis del pabellón norte del patio de la acequia del Generalife, 1, 3; 2, casa de la alcazaba de la alhambra.

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compartimiento de pórtico cabría traer algún ejemplo de residencias principescas de la Antigüedad y en nuestro entorno islámico el Palacio del Crucero de la Casa de Contratación del Alcázar de Sevilla (s. XI-XII) (3) (50) y palacio de la alcazaba de Málaga (4). En Túnez entre los siglos XV y XVI por ejemplo de vivienda de alto linaje de influencia andalusí la llamada Dar Rondana Bey con salas de al-haniyya doble y en el pórtico dos espacios acotados a los extremos que responden por el nombre de “Makasar”, según Revault (51). La alhaniyya solía cubrirse con techo plano o adintelado como se ve en la Casa del Gigante de Ronda, se veía en el palacio de Pinohermoso de Játiva y aún puede verse en el maylis del pabellón norte del Generalife (fig. 18, 1). En este caso destacar una de las portaditas de nicho del pórtico (fig. 18, 3). En los casos de al-haniyya doble sin arcos sólo ostensible por ligera elevación del suelo el techo plano cubriría por igual los tres espacios, es el caso de casas de la alcazaba de la Alhambra (2). LAS PUERTAS Y PORTADAS DE INGRESO DIRECTO DE LA ALHAMBRA Sin entretenerme en demasía en los orígenes de este tipo de puertas, interesa subrayar la Puerta del Vino (figuras 19, 1 y 20, A) (52). Traspasado el espacio de las cuatro mochetas, puerta propiamente dicha, vemos un cuadrado cortejado por dos saletas nichos con bancal para los centinelas, esquema tripartito tras del cual se ingresa directamente, sin mochetas de control, en la explanada del Palacio de Carlos V. Por poner un remoto ejemplo la puerta ”Chalki” del Palacio Imperial de Constantinopla (1) (53); en el palacio de Jirbat al-Mafjar el modelo (2) (54), otro de puerta del fuerte bizantino de Tignica (Túnez) (3) (55) y el (5) de la entrada del ribat de Susa, según A. Lézine (56) que podría llevarnos al modelo (5) de la Qal´a de los Bannu Hammad. No se conservan puertas de esta especie en la Córdoba califal.

Fig. 19. Las puertas de la arquitectura doméstica de la Alhambra.

Fig. 20. Portadas de la Alhambra y otras.

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En Granada la puerta de la Alhóndiga del Carbón (B), en realidad pórtico con bancos y puerta propiamente dicha con las dos saletas o nichos a los costados. En el Generalife el tipo de entrada (D) reproduciendo el caso de la Puerta del Vino. Otro caso de puerta de ingreso directo es la desaparecida de Bibabrrambla (G) (I) (H, de dibujo del siglo XIX), inédito doble espacio con tres pares de mochetas, la portada (H) con indicios de ser de tipo almohade del siglo XII-XIII (57). Dentro de los palacios de la ciudad palatina se dan curiosos ingresos, el (C) de habitaciones de la derecha a la entrada de la Sala Qubba de Dos Hermanas; el (E) ingreso directo al Patio de los Leones, y otra entrada de triple codo que comunica el Patio Dorado con el patio del Palacio de Comares (F). Respecto a portadas domésticas la Alhambra es bastante generosa a la vez que ambiguas dejándose influenciar básicamente por la arquitectura almohade del siglo XII. El tipo del palacio de Pinohermoso (fig. 20, 1) dejándose ver en (2) (3) en el Patio del Yeso de Sevilla y de la Giralda, seguido del (5), palacio del Convento de Santa Clara de Murcia (58), tipificadas las dos ventanas dentro de la Alhambra en (6) (7) (8) y (A), el caso (7) y (8) de mezquitas. El tipo (4) en camarínes del Salón de Comares; el 9 de salas costales del Patio de Comares. Luego se impone la portada de arco único de entrada y arriba tres ventanas propio de mezquitas de los unitarios en el Norte de África sin tener constancia de su presencia en palacios africanos de esa época. Se constata en la Casa del Gigante de Ronda (fig. 21, 1), Casa de Girones de Granada (2), de la Alhambra la (3) y (4, de la Sala de la Barca); la (5) que da entrada al Mirador de Lindaraja.

Figs. 21 y 22. . Portadas nazaríes de Granada y mudéjares

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La puerta adintelada con dovelas de vieja estampa califal, mezquita aljama de Córdoba (7), puerta de entrada a la Giralda y ventana del alminar de la mezquita aljama de Hasan de Rabat (9). Para la Alhambra la (6) de entrada al Mexuar de Muhammad V, en la ciudad la (8), calle de la Concepción (59); la (11), entrada del Tocador Bajo de la Reina cuyos precedentes están en la puerta de Bibarrambla (15), madraza de Yusuf I de Granada (10) (59), puerta del segundo patio de acceso al Generalife (14). En la misma Granada puerta desaparecida del Maristan (13, A) con dintel epigrafiado, el “sólo Dios es vencedor” replicado en la portada del palacio mudéjar de Pedro I del alcázar sevillano (13, B). La portadita 12 y 16 son del palacio mudéjar de Tordesillas. En la figura 22 las portadas (1) de la fachada oficial del Palacio de Comares (60) formada por portada doble tomada del exterior de la Puerta del Vino reformada por Muhammad V, con modificaciones replicada en la portada oficial del palacio sevillano de Pedro I (2). Singular es en ésta el dintel de dovelas decorado al estilo almohade alternando con otra de flora naturalista de procedencia toledana (3). Dovelas engatilladas en la portada de Tordesillas (4) y otras en la Puerta de Siete Suelos de la Alhambra (6) respondiendo al modelo almohade de (8) de puerta de Sevilla de Carmona y de una de las puertas de la mezquita aljama de córdoba del siglo X (5); del alminar de la Kutubiyya son los dinteles pintados (7). El modelo real de puerta adintelada de Maristán de Granada en (fig. 23, 2) con un sólo arco encima, reiterado en fachada desaparecida al pie de la Torre de los Picos de la Alhambra (1) (61).

Fig. 23 . Puerta desaparecida al pie de la Torre de los Picos, 1; portada del Maristan de Granada, 2.

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LA QUBBA REAL EN LA ALHAMBRA Sala prioritaria o principal de un palacio árabe. Grabar llama espacio dinámico a las qubbas de la Alhambra. La qubba, además de salón del trono, mexuar, es también sala de reposo o de descanso. En los palacios omeyas y abasíes de Oriente la qubba era lugar de audiencia y también de uso privado, con dormitorios o bayt en derredor (J. Sauvaget) (62). La qubba de la arquitectura se multiplica y se confabula con la torre de presencia militar simbiosis que constituye una gran aportación de la Granada árabe. La qubba es un concepto y símbolo arquitectónico que el mundo islámico heredó de la Antigüedad como escenario real y punto de referencia capital en el ordenamiento o programación de los palacios. La qubba equivale a iwan persa, al sarh de Salomón, kioscos – kamillas- del emperador Teodosio y al Salón del trono-Chysotriclinos- del Gran Palacio de Constantinopla. Sobre el término qubba y su aplicación a estas salas de honor o del trono de la Alhambra hablan claramente las inscripciones de las paredes con poemas del poeta Ibn Zamrak y en parte textos de Ibn al-Jatib, referidas a la Sala de las Dos Hermanas y al Mexuar de la Alhambra (63), además de las propias inscripciones laudatorias sin autor de las paredes, caso de la Qubba de Comares (64). Es voz que viene de residencias regias de Oriente, Samarra, mezquita aljama de Qayrawan y edificaciones desaparecidas de Madinat al-Zahra, en Palermo existe el palacio de la Cuba, propiamente Qasr al-Qubba. De manera que los nazaríes de Granada no inventaron la Qubba Real, se limitaron a adaptar el prototipo oriental y de Qayrawan a su estilo heredado de los almohades. A la qubba le ocurre lo que a las portadas ya comentadas que no se sabe exactamente si nacieron como entes propios de residencia palatina o son un traspaso de las qubbas, una o tres, que precedían al nicho del mihrab de la mezquitas, ejemplo en la mezquita aljama de Córdoba de al-Hakam II: cúpula de

la qubba regia delante de la portada del mihrab de arco remontado por registro de arquillos decorativos. La qubba es impensable en el Palacio Oriental y “Salón Rico” de Madinat al-Zahra.

Figs. 24 y 24-1. Presentación y análisis de la Qubba Real en Granada: 1, 1-1, 1-2, y fig. 24-1, del Cuarto Real de Santo Domingo.

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Es posible que existiera en el Alcázar de Córdoba por obra de al-Hakam II, promotor de las cuatro qubbas de la mezquita aljama. Este tema lo tratamos yo y Manzano Martos a partir de los cuales se normalizó este vocablo en todo tipo de palacio con cúpula (65). En ello lo importante no es ya el hallazgo de una qubba en este o aquel palacio árabe o mudéjar sino la descripción o definición de la misma por fuera y por dentro, la pedagogía de este edificio hispano empezando por su ilustración que este y no otro es el cometido del texto que viene a continuación. El interés ahora se centra en la iconografía un tanto cambiante o moldeable de la qubba granadina habilitada como sala cuadrada de honor, del trono o sala de recepciones e incluso de fiestas y banquetes, uso plurifuncional que viene de la Antigüedad y de los primeros jerarcas omeyas y abasíes de Oriente. En Granada se inicia en el llamado Cuarto Real de San Domingo (fig. 24, 1, 1-1, 1-2) sin duda réplica de la de los palacios almohades que existieron en el Nayd de la ciudad al decir de Ibn al-Jatib (66). La fachada principal del muro del fondo (1-1) la estudiaremos en el apartado del trono de los palacios. Las ilustraciones de la figura 24 y la 24-1 definen su decorado de yesería, esquema tripartito presidido por gran arco de medio punto y arriba registro de cinco clásicas ventanas con celosías. Este modelo reiterado con variantes en el Salón de Comares de la Alhambra (3), cuya detallada imagen veremos en el apartado del nicho del trono, y en la torre del Partal (4): esta vez tres arcos abajo, más ancho el central, y hasta llegar a las cinco ventanas de arriba sendos registros de yesería de composiciones diferentes. De mayor simplicidad es la qubba de alcázar Genil (5) (5-1) y la qubba del pabellón Norte del Patio de la Acequia del Generalife (fig. 25, 1). Una reproducción de la qubba nazarí de Granada se da en la Sala de Justicia del palacio del Yeso del Alcázar de Sevilla, mudéjar del siglo XIV, que vista con detenimiento es una versión un tanto libre de Comares esta vez los tres arcos sustituidos por nichos de medio punto, pero el central conserva la primacía del ancho (fig. 24-2, 3, 5); entre ellos y las ventanas de arriba el muro se alisa por completo (3). Orienta bastante que la portadita exterior de ingreso (4) enseñe arco remontado por tres ventanas de celosía, inexistente en las qubbas granadinas, luego reflejada en la qubba del Corral de Don Diego de Toledo (5).Igualmente realza este edificio su esplendida cubierta ochavada de madera del género de par y nudillo que cubría las otras qubbas granadinas exceptuadas las mocarabadas de la qubbas de Dos Hermanas, de los Abencerrajes y de Justicia. Techo de la Qubba de Comares.

Fig. 24-2. La Qubba de la Sala de Justicia, Alcázar de Sevilla, 2, 3, 4, 5.

Desarrollo de la decoración geométrica del techo de Comares. Los mismos lazos representados en la cerámica monumental: E-1, I; K, yesería mudéjar de Écija. X, traza previa de la composición de Comares.

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Clave del techo de madera de la Qubba de Justicia, Sevilla.

La espectacularidad de la qubbas de las Dos Hermanas, de los Abencerrajes y las tres de la Sala de Justicia del palacio de los Leones (figs. 25, 2, 3, 4, 5 y 25-1) se debe sobre todo en los dos primeros casos a la mitad superior de cuerpo octogonal o estrellado apoyados en cuatro trompas con columnillas de consuelo o simbólicas con lo que se resucita el modelo de qubba trompeada de las mezquita aljama de Qayrawan y de Córdoba (fig. 25, A, B). Se reverdece en las paredes el esquema tripartito de los laterales del Cuarto Real de Santo Domingo. La eficiente y prodigiosa técnica de las muqarnas de los cuerpos superiores como expresión de riqueza y poder dejan boquiabiertos a todos los palacios islámicos que han sido

Fig. 25. Qubbas. Del Generalife, 1; Sala de Dos Hermanas, 2, 3; de los Abencerrajes, 4, 5. Fig. 25-1. Las tres qubbas de la Sala de Justicia. -

Fig. 26. La Qubba Real o Sala de Embajadores. Palacio mudéjar de Pedro I, Alcázar de Sevilla.

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en el medio mediterráneo oriental y occidental. Toda la decoración más selecta de la dinastía para la sala de trono y de recepciones del sultán. Las tres pseudo cúpulas, al carecer de trompas, de la Sala de Justicia se pueden relacionar con el tipo del Cuarto Real de Santo Domingo y de Comares. En el arte mudéjar descuella en solitario la qubba del Salón de Embajadores del palacio de Pedro I de los Reales Alcázares de Sevilla (fig. 26) cuya cúpula fue sustituida por la actual del siglo XV. A. Almagro sin documentación de base en uno de sus dibujos virtuales del palacio sevillano traslada la techumbre de la Sala de Justicia a la Sala de Embajadores (67). La planta básica de éste es la (B) que bien mirado es la misma de la Sala- Qubba de las Dos Hermanas como vio por primera vez Guerrero Lovillo (68), y si se quiere recurriendo a modelos orientales o de El Cairo una de las tumbas del siglo XI-XII de esta ciudad (fig. 7, 2-1). La sala en si (B-I) y sus tres espacios oblongos que la enmarcan acusan yeserías de facturas trivalentes: la sala decorada por alarifes granadinos, la de la izquierda yesería mudéjar toledana y la de la derecha yesería mudéjar sevillana (69). El arcaísmo de la Sala radica básicamente en el trío de arcos o tribelon califal de los palacios de Madinat al-Zahra, presentes en el patio almohade del Yeso y en el de la Casa de la Contratación del Alcázar; en la sala mudéjar tres arcos por tres de sus lados, los mismos que al parecer tenía una pequeña qubba dando cobijo a fuente de crucero del palacio o Dar al-Sugrà almorávides del Convento de Santa Clara de Murcia (D), según Navarro Palazón (70), y en esta línea qubba central descrita por al-Ansari en una tumba almohade de Ceuta (E) y palacio del sultán Salih de la Isla de Rodah 1241), destruido (C) (71). El frente exterior contrario a la entrada de la Sala se ve decorado con especial iconografía referida a dos pavos de la enjutas y friso sobre los tres arcos con roleos acompañados de águilas en reposo o dando caza a otra ave (2) (3) (4), iconografía traída de palacios mudéjares toledanos y de Tordesillas. No queda reflejado si en esta sala con tan particular decoración había un nicho o bahw de potestad del trono semejante al que se ve en la sala de los Ajimeces de la Alhambra, el mirador de Lindaraja..

Fig. 27. Qubbas mudéjares. La “Capilla Dorada” de Tordesillas, 1, 2; sinagoga de Córdoba, 3, 4, 5, 6.

Fig. 28. Exteriores de las qubbas hispanomusulmanas: 1, 2, 2-1, 7, de la Alhambra; Cuarto Real de Santo Domingo de Granada, 3; Sevilla, 3-1, 6; Tordesillas, A; Ronda, 4; Toledo, 5.

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En los años de los reinados de Alfonso XI y Pedro I se alzaron los palacios mudéjares de Tordesillas cuya “Capilla Dorada” es fácil de identificar con la Qubba Real de la residencia, pues su planta casa con la vista en la Sala de Justicia del alcázar sevillano (fig. 27, 1, 2) (72), los arcos centrales ligeramente más ancho que los laterales como réplica del Partal y del Salón de Comares. La sinagoga de Córdoba adopto por planta y alzado el modelo de qubba nazarí con esquema tripartito en el muro principal del nicho del talmud y dos laterales y las cinco ventanas por lado de arriba (fig. 27, 3, 4, 5, 6) (73). En la figura 28 distintas estampas del exterior de la qubbas hispanomusulmanas: 1, 2, Sala de las Dos Hermanas; 2-1, Sala de los Abencerrajes; 3, Cuarto Real de Santo Domingo; 3-1, entrada de la Sala de Justicia del Alcázar de Sevilla; A, Capilla Dorada de Tordesillas; 4, edículo de la entrada de la iglesia de Santa María de Ronda; 5, del Corral de Don Diego de Toledo; 6, palacio de la Casa Olea de Sevilla; 7, la Qubba del Mexuar de la Alhambra; B, exterior de una de las qubbas de delante del mihrab de la mezquita aljama de Córdoba.. La relación de qubba nazarí granadina y qubba de Palermo por la vía de pabellón aislado o kiosco de cuatro aberturas se manifiesta en la llamada Puerta de la Rawda de la Alhambra (fig. 29, 1) y la “Piccola Cuba” (pequeña cuba) de la ciudad italiana (4), ambas ubicadas en zonas ajardinadas, con cúpulas y tambor de tres ventanas por cada lado el mismo aspecto que tendría la qubba central del palacio palermitano de la Cuba (3), según restitución de V. Noto (74). Una puerta tratada como qubba es la Bab al-Rihana del patio de Gran Mezquita de Qayrawan (5) que al quedar anexa al edificio recuerda a la Puerta de la Rawda alhambreña como ya dejó apuntado Gómez-Moreno (75). El problema de la puerta granadina es su excesiva altura frente a la de la Piccola Cuba. Si se la rebaja como se ve en (2) se podría hablar de qubba palatina de recreo

aunque chocarían las tres ventanas de los costados dada la abundancia de luz que entra por los cuatro arcos de las puertas abiertas permanentemente. Entonces habría que pensar como ya lo hice en páginas anteriores en un simulacro de estancia de la Puerta de las Armas de la Alhambra coincidentes en la bóveda agallonada, o en todo caso qubba simbólica de ceremonias religiosas o palatinas. Por último un tipo de qubba religiosa haciendo las veces de alminar en el patio de la mezquita aljama de Susa

Figs. 29. y 30. Las qubbas de la Rawda de la Alhambra (1, 2) y “Piccola cuba” de Palermo, 3, 4. Fig. 30, mezquita de Susa.

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(fig, 30). Ya vimos otro tipo de qubba con funciones religiosas en el alminar de la Gran Mezquita de Qayrawan (fig. 12, 14). Sobre la qubba de la Torre de la Cautiva y de la Torre de las Infantas instaladas en tipo de vivienda de linaje insistiremos en el apartado del nicho del trono. Torre-qubba de la Cautiva de la Alhambra y su arco de mocárabes. Proyecto de qubba anterior a Comares. En la búsqueda de qubbas árabes o mudéjares fácilmente se puede incurrir en error ya que no todos los palacios las tenían, desaparecidas si las había en algunos casos, desde luego se reservaban para residencias regias árabes o mudéjares. Un ejemplo de ello se ve en las teóricas intervenciones arquitectónicas de los palacios medievales llevadas a cabo últimamente por A. Almagro: quiere verlas en el Alcázar de Sevilla del reinado de Pedro I descontadas las existentes, Salón de Embajadores y la de la Sala de Justicia del Patio del Yeso; en Tordesillas desestima la “Capilla Dorada” como qubba y se la imagina precedida de sala o pórtico más en línea con el Patio del Vergel, cree que la habría en palacio del castillo de Guadalajara, irreconocible; también habla de qubba con sala delantera en alguna parte del Palacio de los Leones anterior al actual, inexistente; sigue viéndolas en el Alcázar de Segovia, sin confirmar, qubba-mirador en al-Zahra, poniendo al arquitecto A. Jiménez por testigo, otra en “El Castillejo” de Murcia, inexistente pese a apoyarse en Navarro Palazón y P. Jiménez (76). Luego pasa a las qubbas ya seguras del Cuarto Real de Santo Domingo de Granada, obliterando trabajo de Gómez-Moreno y otro mío sobre esta qubba (1991), anterior al suyo y de Orihuela, qubba de torre mirador del palacio de Abencerrajes de la Alhambra, nuevo silencio para mi trabajo sobre este palacio de 1975 hasta entonces inédito, y la del exconvento de San Francisco. Oculta la qubba del palacio de Olea de Sevilla publicada en mi Tratado de arquitectura III, y luego subraya qubbas de palacio cristiano sevillano, del siglo XIII, en el que dice había varias salas algunas precediendo a qubbas agrupadas alrededor de un patio, todo integrado en el convento de Santa Clara, poniendo por testigo a M. A. Tabales y a Lázaro . La qubba de cuatro columnas La estudiamos en las tres figuras siguientes (31, 32, 32-1). Como remotos precedentes planta bizantina de la iglesia Hosios Lucas, tipo Teotokos Killise jami de Constantinopla (s. XI) (1), replicada en la iglesia de la Martorana de Palermo (2). Se define cono espacio con nueve compartimientos, mayor y más elevado el central. Cyril Mango (77) trae a colación sala de audiencia del príncipe árabe al-Mundhir de Resafa aunque pudo ser iglesia bizantina (A) con ábside para el trono; en (B) uno de los palacios de Samarra repetido con nueve espacios, el central priorizado en tamaño que nos lleva a espacio principal del palacio Cuba de Palermo (3), reiterado en el Palacio Real de esa ciudad (4) y según Bellafiore (78) en la planta tercera del palacio de la Zisa (5); de aquí se puede pasar fácilmente a la qubbas de cuatro columnas de la Alhambra con o sin señalar los nueve espacios ya que a veces los arcos son sustituidos por el

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sistema adintelado: 6, del apodyterium de Baño Real de la Alhambra, con sendos nichos-camas en dos costados, en parte reiterado en baños del Palacio de la Esposa (13) (79); 7, 8, torre del Peinador Bajo (81); 9, 10, qubba del Mexuar descrita por el poeta ibn Zamrak e Ibn al-Jatib; en 11 apodyterium de baños árabes de Ronda; 12, baños mudéjares de Tordesillas; 14, apodyterium de baños califales de Córdoba; 15, tepidarium del baño árabe de la judería de Mallorca; 16, tipo de mezquita de el Cairo.

Los dinteles en sustitución de arcos patentes en el Baño Real de la Alhambra (fig. 32, 1, A, B) con la fuente (3) en medio de la Sala de las Camas siguiendo el ejemplo de la Cuba de Palermo (fig. 31, 3) y dinteles de las qubbas del Mexuar (4) y del Peinador de la Reina (5, restitución); el (6) qubba del Palacio Real de Ruggero II de Palermo con arcos en lugar de dinteles incidiendo en un apoyo. La qubba de planta tripartita Qubba de planta cuadrada con sala oblonga a uno y otro lado con entrada de uno o dos arcos, según

Figs. 31 y 32. Origen y evolución de la qubba de cuatro columnas en Palermo y en la arquitectura residencial hispanomusulmana exclusivamente referida a la Alhambra. Palermo, 1, 2, 3, 4, 5; Alhambra, 6, 7, 8, 9, 10, 13. Baños con el mismo tipo, sala del apodyterium, 8, 12, 14, 15; mezquita de El Cairo, 16. En la siguiente figura, la Sala de las Camas del Baño Real de Comares, 1, 3, A, B; qubba del Mexuar, 4; restitución de la qubba del Peinador de la Reina, 5; solución de cuatro arcos sobre una columna de ángulo de qubba, Palacio Real de Palermo, 6.

Fig. 32-1. El qa´a egipcio.

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descripción de Ibn Marzuq en su Musnad al hablar de residencia o palacio que proyectaba hacer Abu-l-Hasan en Tremecén con motivo de la llegada de una princesa tunecina: un palacio que debía tener cuatro qubbas y dos pabellones o salas a los lados (80). En el Egipto fatimí y etapas posteriores arraigó este módulo arquitectónico aquí llamado qa´a: dos iwanes a uno y oro lado de patio de suelo rehundido y con linterna, característico en salas de recepción de casas importantes y en el harem de casas de linaje (fig. 32-1) (81). Sobre la linterna o manqab de este tipo de edificio que Torres Balbás relacionó con linternas de nuestras más encomiables salas que ahora llamamos qubbas (82), señala como ejemplo el bayt al-maslaj de los baños egipcios estudiados por Pauty, según disposición procedente del qa´a del palacio egipcio fatimi (969-1161), probablemente de origen abasí. Personalmente me inclino por ver un reflejo del qa´a en el núcleo central de la vivienda o palacio del interior de la Torre de las Infantas de la Alhambra. Dice Torres Balbás que el qa´a egipcio fue adoptado en Granada poco antes de mediar el siglo XIV, pero la qubba del Cuarto Real de Santo Domingo con sus veinte ventanas en la linterna lo desmiente, pues sus yeserías pregonan el siglo XIII. Y en el tema de las linternas que tratamos se entrometen las de las qubbas califales de la mezquita aljama de Córdoba del siglo X, qubbas con sus respectivas linternas con columnas en los arcos de trompas de la transición de planta cuadrada a octógono, a cuatro siglos de distancia replicadas en las qubbas de las dos Hermanas y de los Abencerrajes. En la figura 33, Qubba del Cuarto Real de Santo Domingo (1), Sala de los Abencerrajes del Palacio de los Leones (2) y palacio de alcázar Genil (3), dichas salas reflejadas en los esquema (4). Sobre los orígenes en (A) reconstrucción de la Puerta “Chalki” del Palacio Imperial de Constantinopla, según Krautheirmer (1965) y en (F) sala tripartita del Palacio del Mar de la Qal´a de los Bannu Hammad, Su traspaso a la arquitectura religiosa entre otros muchos ejemplos en mezquita Cariota (H) y madraza de Tremecen de Abu-l- Hasan llamada Tachufiniyya (D). Todavía dentro de la Alhambra torre-qubba del palacio de Abencerrajes (B) y qubba del Palacio del exconvento de San Francisco (D-1). En Sevilla palacio mudéjar de Olea (C) y Palermo con el Palacio de Cuba (E), en Caronia palacio de su castillo (G). Bien mirado el esquema del Salón de Embajadores de Sevilla con dos salas a los costados comunicadas por triples arcos puede pasar como qubba de este tipo. Queda fuera de toda duda que la Qubba Real de palacios hispanomusulmanes ejercía plurales funciones siguiendo tradición antigua y medieval: sala de audiencias y del trono raramente en solitario, la excepción es la Qubba del Trono del Palacio de Comares seguida del Partal y la torre del pabellón Norte del patio Fig. 33. Sala-qubba tripartita de Granada, 1, 2, 3, 4, B, D-1; Palermo, E, G; oratorio de El Cairo, H; madraza de Tremecen, D; palacio Olea de Sevilla, C; de la Qal´a de los Banu Hammad, sala F.

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de la acequia del Generalife, si bien la ausencia de salas cortesanas ad latere se suplía con la presencia de camarines o nichos que ejercían como unidades prioritarias, sobre todo la unidad central de ubicación de personajes reales. Otra excepción es la Sala de Justicia del palacio del Yeso y la “Capilla Dorada” de Tordesillas a las que se suma la qubba del Corral de Don Diego de Toledo. El segundo tipo de las cuatro columnas y el tercero de planta tripartita más en consonancia con el ritual de los palacios de la Antigüedad y de la corte abbasi. Basta volver la vista al palacio con iwan de Sabra Mansuriyya y al mismo “Salón Rico” de Madinat al-Zahra para establecer la correlación o dicotonomia qubba o sala de recepciones con dos salas contiguas y sala basilical de audiencias con salas laterales secundarias o dependencias del servicio. ARCOS DE LOS PÓRTICOS La arquitectura de los palacios de la Alhambra es porticada, pórticos enfrentados ubicados en los lados menores de patio o jardín rectangular desde los tiempos de la Aljafería de Zaragoza, luego la tradición almohade; exceptuado el pórtico de la torrecilla del Patio de Machuca de la Alhambra, siempre el arco central priorizado en altura y latitud, modalidad que pude presenciar por primera vez en el patio de la mezquita aljama de Madinat al-Zahra (fig 34, A) (83). En esta línea predecesora destacar el juego de pilares y columnas de las naves centrales del Palacio Oriental de esa ciudad palatina (B): arco central de pilares y a los lados juego de tres arcos iguales o tribelon bizantino que puede figurar como modelo del pórtico (2) del Patio del Yeso del Alcázar de Sevilla. En este sentido pórticos del patio mudéjar de Santa María de Carmona, relacionado con supuesta mezquita (4) y una réplica muy desvirtuada en el claustro del convento de Santa Clara de Moguer (5). Yéndonos a la Alhambra, pórticos del patio de Comares (1) (2), de solo columnas, los arcos de medio punto con los alfices individualizados, tipología trasladada al pórtico del pabellón norte del Patio de la

Fig. 34. Arcos de pórticos de patios de la Alhambra, 1, 2, 6, 7; del Generalife, 8; Patio del Yeso, 3; mezquita de Carmona y Santa Clara de Moguer, 4, 5; A, B, de Madinat al-Zahra.

Fig. 35. Patios de pórticos con el arco central priorizado: patio de las Doncellas del Alcázar de Sevilla, 1, 2; palacio de Fuensalida de Toledo, 3; Patio de los Leones de la Alhambra, 4, 5, A, B, C

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Acequia del Generalife, esta vez cinco arcos en vez de los siete de Comares (8). Pórticos de tres arcos sólo en el patio del “Cuarto Dorado” (6) y patio de la casa alta de la Qubba de los Abencerrajes (7), esquema habitual en la casa nazarí granadina (9) (10) (11). En relación con la arquitectura nazarí fuera de Granada sobresalen los pórticos del Patio de las Doncellas del palacio mudéjar de Pedro I en el Alcázar de Sevilla (fig. 35, 1, 2): en los lados mayores pórticos de siete arcos de Comares con el central priorizado y cinco arcos, como en el Generalife, en los lados menores (fig. 35, 1, 2). Este tipo de patio trasciende a la Casa de Olea de Sevilla y al Palacio de Fuensalida de Toledo (3) aunque aquí los arcos sustituidos por dinteles y variado el número de arcos, tres en los frentes menores y cinco en la lados mayores.

Fig. 36. Arquitectura y simetría racionalizada. Tesis de G. Marçais, 1; estampa real del Patio de Leones, según planos del Archivo de la Alhambra, 2; de un templete sin alfices individuales, X, 4; imagen de fachada de arquitectura religiosa oriental, A; madraza-mausoleo de Kalaun, El Cairo, B; fachada principal del patio, Gran Mezquita de Qayrawan, 3; euritmia aplicada a los arcos exteriores del Palacio de la Cuba, Palermo, 5, 6, 7, 8.

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Centrándonos ahora en el Patio de crucero de Leones (figura 35, 4) vemos arcos más anchos y altos sólo en los centrales de las galerías porticados mayores ((4) (5) (C), para los lados menores se reserva un templete de tres arcos por lado con arquillos de muqarnas (B). Los restantes arcos de las galerías son sencillos arcos de medio punto peraltados con alfices individualizados (D). G. Marçais (84) se ocupó de la estética y euritmia de estas galerías del patio de Leones dando peculiar dibujo representado en (1) de la figura 36, por comparación la ilustración (2) del Patronato de la Alhambra. Este autor francés se equivocó en poner alfices individualizados en los arquillos de los tem-

pletes, alfices propios de los templetes del patio de la mezquita de la Qarawiyyin de Fez; el modelo granadino es el del dibujo (X) y el (4). En cierto modo lo que hace Marçais en su estudio es universalizar el caso de los arcos granadinos reconociendo que su euritmia era un principio estético árabe universal patente entre otros casos, por ejemplo arquerías del patio de la Gran Mezquita de Qayrawan (3). Pongo otros ejemplos igualmente universales, de Oriente el (A), el complejo de madraza y mezquita de Kalaun de el Cairo (B) y así hasta recalar en los palacios de sículo-normandos de Palermo, en el de la Cuba (5) (6) (7) (8) y figura 37 (1) (2). los arcos de enlace más estrechos. Aunque sin tanto alarde eurítmico en la Zisa se alcanza a ver variedad de arcos en un mismo frente (fig. 37-1 1, 2), según ilustraciones de A.Goldschmidt (85). Tal vez todos los ejemplos mencionado de esta orilla del Mediterráneo inspirados en la versatilidad en arcos de la ejemplar mezquita almohade de Tinmall (fig. 37, 3) en que se cuentan hasta seis arcos distintos distribuidos con ejemplar simetría , los arcos son 3,

Fig. 37. Arcos exteriores del Palacio de la Cuba de Palermo, módulos 1 y 2; arcos de la mezquita de Tinmall 3.

Fig. 37-1. Tres fachadas del palacio de la Zisa, Palermo, arcos diferentes reiterados.

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4, 6, 7, 8, 9. Con el número 5 se localizan las bovedillas de muqarnas. Y no sería justo omitir en este apartado las arquerías decorativas de la Giralda dispuestas de seguido en un mismo reglón sus cuatro caras (fig. 38) en la que bien pudiera haberse inspirado directamente el programador del Patio de los Leones de la Alhambra.

EL SITIAL, NICHO O LUGAR DEL TRONO EN LOS PALACIOS DE LA ALHAMBRA Descritas las qubbas reales y los arcos procede intervenir en uno de los aspectos poco claros de la arquitectura residencial de reyes, califas o sultanes que en principio ubicábamos en un lugar concreto de la Qubba Real: el sitial o lugar del trono. La búsqueda por lo tanto es de orden arquitectónico, ¿cuál era el espacio exactamente? ¿simplemente el dibujo de un arco en el muro del testero? ¿torrecilla o espacio torreado o bahw? ¿nicho o mihrab? La figura 39 ofrece varios ejemplos referidos esta vez a nicho o brazo de planta de cruz griega de palacios islámicos en general. Hasta arribar al nicho o bahw instalado en el centro de sala oblonga, al estilo occidental, hay mucho recorrido. Ejemplo antiguo de Roma publicado por Rivoira (2) (86); el caso de vestíbulo y sala residencial del complejo palatino de Amma divulgado por A. Almagro (2) (87); en la Persia sasánida palacio de Servistan (3) (88); el triconque del palacio omeya de Maxatta (4) (89). De las ruinas de termas de Itálica es el (5) y un ejemplo antiguo más el (6). Hasta aquí es fácil localizar el trono en el brazo del fondo o testero de la unidad de tres o cuatro nichos, en el caso de Servistán, tras el vestíbulo o iwan sala cuadrangular y pequeño espacio cuadrado o nicho de planta rectangular. Estos precedentes nos adentran de seguido en los palacios árabes del siglo X y XI de Argelia y Túnez en los que el nicho ya se define como unidad independiente a titulo de nicho o bahw en proceso de

Fig. 38. Las cuatro caras por pisos exteriores de la Giralda dispuestas a renglón seguido. Otro ejemplo de euritmia.

1 2 3 4

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independizarse de la cruz: palacio de Ziri en Achir, Argelia (6) (90), con bahw en el palacio y viviendas adyacentes; palacio de Sabra Mansuriyya (fig. 15, 1) el testero de la nave central del iwan precedido por pórtico de cinco arcos (91); del palacio de Manar de la Qal´a de los Bannu Hammad el (8) (92) esta vez respetada entera la planta cruciforme que pasa a los palacios palermitanos de la Zisa y de la Cuba (9) (93). Antes en Samarra unidad palatina (10) formada por cinco espacios oblongos excepto el cuadrado central que no ha lugar, al igual que el Salón de Embajadores del palacio de Pedro I en el Alcázar de Sevilla, a sitial reservado al jerarca. De la Qal´a de los Bannu Hammad son todos los ejemplos de 11, A, B, C, D, E F, G, de viviendas de sectores palatinos de la ciudad. En “El Castillejo” de Murcia la planta (12) da nichos bahw abundantes con distribución simétrica y polifuncionales, al parecer nicho de sitial sólo en las torrecillas exteriores de los lados menores del patio central de crucero. Debajo de la figura que nos ocupa varios modelos: H, de Samarra, Uhaydir y el Fustat, espacio nicho con sala oblonga formando la T invertida advertida ya por G. Marçais; reiterado en la unidad (I) y (LL), pasa al dar tunecino medieval y moderno; J y L del palacio citado de Achir; el (N) de “El Castillejo”; el (M) de casa de linaje granadina de los siglos XIII y XIV. Yéndonos a la Córdoba califal en Madinat al-Zahra el “Salón Rico” enseña en el testero de las tres naves basilicales arco de herradura sin profundidad como referentes del trono o sitiales aristocráticos (figs. 40, 40-1 y 41, 1, 2, 3), trilogía que nos reservamos para cuando nos ocupemos de la Sala de Justicia del Palacio de los Leones de la Alhambra.

De todas formas este trío de arcos de ambigüedad o engañosas funcionalidad se da después en el testero del muro de qibla de la mezquita aljama de Córdoba de al-Hakam II reiterado más tarde, como vio Torres Balbás, en el testero de la vieja mezquita del castillo de San Marcos del Puerto de Santa María (fig. 42) (94). Sobre el nicho o no nicho de trono en las palacios califales de Córdoba Torres Balbás creía que los palacios destinados a recepciones o solemnidades palatinas tenían un nicho en el fondo de su

Fig. 39. Representaciones del nicho del trono, evolución en la arquitectura árabe hasta el nicho-bahw del siglo XIV de Granada.

Fig. 40. Arco referencial del trono. “Salón Rico” de Madinat al-Zahra; iglesias bizantinas, 2, 3; supuestas sala de audiencias de Resafa.

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nave central, lo que las asemejaba aún más a las mezquitas, en el que se colocaba el trono, nicho rectangular en el salón de Abd al-Rahman III en al.Zahra (95). En nota aparte dice este autor que los tres nichos del salón no figuran en los planos. En realidad no se les incluye porque no son nichos sino como veíamos simplemente arcos de referencia. Sigue el texto de Torres Balbas: otro análogo- nicho- habría en el salón principal, llamado al-Kamil, del Alcázar de Córdoba, pues ´Idhari cuenta que en la proclamación y juramento de Abd al-Rahman III estaba éste sentado en el mihrab. Y a continuación apostilla que los nichos se multiplicaron en los alcázares fatimíes de Ifriqiya y Sicilia en el siglo XI (cita la obra de G. Marçais L´Architecture musulmane d´Óccident, pág. 87 y figuras 44,78 y y 79, además de su artículo “Nichos y arcos lobulados”, Al-Andalus, XXI, págs. 147-172). En el Palacio oriental de las cinco naves de al-Zahra no han aparecido arcos con referencia de sitial, aunque A. Almagro lo desmiente en sus últimos trabajos sobre la ciudad palatina. Su plano de la figura 40-1 en este sentido merece algunas connotaciones. El Salón Orienta de (A) en el que ese autor imagina arco de sitial de trono; en el plano figura la mezquita palatina girada bruscamente su orientación cuyo mihrab según Almagro tenía planta octogonal, como en la mezquita aljama de Córdoba del siglo X, cuando en realidad su planta no apareció en la excavación de este oratorio, por lo tanto el nicho poligonal es un invento. La excavación dio la planta (B) en cimientos. Asimismo, las excavaciones de 1964-66 referidas al salón de las cuatro albercas del jardín que precede al “Salón Rico” de Abd al-Rahman III, número 7, no dieron el pórtico con cinco arcos de delante de la sala basilical, ni siquiera esta consta a ciencia cierta que llevara columnas por apoyos. Por lo que se refiere al “Salón Rico” (3) damos como probable paralelo el palacio de Sabra Mansuriyya (2), en el centro tres naves precedidas de pórtico con cinco arcos.

Fig. 40-1. Plano de Madinat al-Zara, publicado por A. Almagro, 1; Palacio Occidental, A; Maqsura con el mihrab en cimientos, mezquita aljama de al-Zahra, B; Sala de Sabra Mansuriyya, 2; “Salón Rico de al-Zahra, 3.

Nichos con venera: 1, personaje en nicho de sarcófago bajo romano, San Francesco, Ravena; 2, nicho de al-Zahra, 2; uno de los iconos nichos del mirab, Gran Mezquita de Qayrawan, 3; arco-nicho de habitación regia de al-Zahra, 4.

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Resueltamente el nicho o ábside de la arquitectura residencial de la aristocracia alcanzo amplia difusión en Roma pero con intencionalidad diferente. María Cruz Villalón (96) ha escrito que a parte de su valor `puramente arquitectónico, el ábside fue forma elegida en la arquitectura de mas alta significación, el templo y el palacio como espacio receptor del emperador entronizado y de la divinidad. El nicho o arco nicho cobija a un dios, al emperador, cónsul o alto dignatario. Ese nicho podía adopta la forma de exedra o venera, un dintel arcuado y también un frontón. Se sabe por visitantes de prestigio de la época, Constantino Porfirogénito y Liutprado de Cremona, que el Palacio Sagrado Imperial de Constantinopla tenía varias salas de recepción en las que era obligado la presencia de ábside triconque, salón del trono con tres ábsides en nave basilical; el Chrysotriclinio del trono de Justiniano II era salón con gran cúpula y ábside para el trono real. Inspirada en el Aula Regia romana la sala de asambleas del palacio de Aquisgrán, Aula Regia, tenía señalado el lugar del sitial, también en Treveris, una basílica de tres ábsides, uno para el rey y los otros para altos dignatarios, lo cual podría servirnos de precedentes para el caso del “Salón Rico” de al-Zahra. La influencia bizantina en el proceso de formación del arte omeya cordobés era constante, para mí el “Salón Rico” tiene precedentes en la arquitectura de Constantinopla, tal vez la de los palacios desaparecidos, si bien de la religiosa nos llegan dos basílicas, la de Aqueiropoietos (fig. 40, 2) y San Juan de Estudio (3) con tres naves y pórtico con cinco arcos y atajos cuadrangulares, en la primera la nave central tiene tres arcos iguales o tribelón, por entrada, modalidades que vemos sobre todo en los salones regios de al-Zahra. Más interesante para este estudio es la planta de edificio de Gerasa, sala de audiencia de al-Mundhir, jeque árabe protegido por los bizantinos (529-581) sobre la cual Cyril Mango se pregunta si era iglesia o palacio (fig. 40, 4) (97). Responde al tipo de qubba de cuatro apoyos que estudiamos en páginas anteriores, esta vez con ábside del trono en la nave central. En la figura 41, aparte de la planta del “Salón Rico” y arcos simbólicos de su testero recuperados por Félix Hernández (1) (2) (3), a vanzo otros ejemplos de nichos árabes orientales: esquema (A) rescatado por A. Almagro de estructuras tardía del palacio omeya de Amman; (B), Sala de Audiencias adjunta a baños del palacio de Jirbat al-Mafyar, según Creswell, tres absides por lado mural (98) (recordaremos esta sala en el estudio de la qubba del Palacio de Comares de la Alhambra y la sala-qubba de Justicia del Alcázar de Sevilla). Dos salas basilicales con nicho en la nave central de Ayn yarr-Anjar, palacio principal (C) (99). En (D) sala con nicho de trono del palacio de Favara a las afueras de Palermo, s. XII. En al-Zahra en espacio presidido por patio pequeño

Fig. 41. Arcos-nichos del trono en palacios árabes.

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adjunto al baño real del “Salón Rico” figura arco-nicho de herradura (4-5). Y como ejemplo curioso a reparar un mihrab-trono, s. XIII, del Museo de Bagdad esta vez con iconos humanos dentro de serie de nichos trilobulados (6). En El Cairo palacio del siglo XIV de tres naves con nicho esbelto asistidos por dos columnillas (11). Y adentrándonos en la arquitectura nazarí de Granada, el testero de la qubba del Cuarto Real de Santo Domingo (7) (8), con tres nichos-ventanas, arco geminado al fondo de la ventana central receptora del trono con dobles arcos potestativos superpuestos, mocarabado abajo y de medio punto peraltado encima, un icono que pasa al Mirador de Lindaraja (9) y sala con vistosas yeserías del palacio mudéjar de las Teresas de Écija (10). Torres Balbás quedó ya sorprendido de la presencia de tres ábsides en el testero de la mequita del castillo de San Marcos del Puerto de Santa María (fig. 42), cuadrado el mihrab propiamente dicho y nichos rectangulares poco profundos los que se corresponden con las naves laterales. Se podrían interpretar tales huecos como calcos del trío de arcos de la maqsura de la mezquita aljama de Córdoba de al-Hakam II, o tal vez un remedo de salas palatinas desaparecidas. En la Alhambra la sorpresa la da el Palacio de Comares (fig. 43, 3), el Baño Real a su derecha. Quiérase o no su planta evoca la del Palacio del Mar de la Qal´a de los Bannu Hammad, s. XI-XII (1) (1-1) (100) también con hammam añadido a la derecha por bajo del cual figura sala de recepciones tripartita (2) o qubba de tres espacios que ya relacionamos con la qubbas granadinas de los siglos XIII y XIV. Atendiendo a la Qubba Real de Comares (4) su estructura en planta nos lleva a la lejana sala de audiencias del palacio omeya de Jirbat al-Mafyar (A), con sus tres nichos por cada lado, en Comares nichos o camarines-ventanas haciendo honor a la topografía en que se ubica la gran torre. Los nichos en grupo de tres por lado vistos en la Sala-Qubba de Justicia del alcázar de Sevilla (5), “Capilla Dorada” del palacio mudéjar de Tordesillas (6), con evocación de oratorios cairotas de los siglos XIII y XIV (7). En Toledo el caso de la capilla de Belén esta vez nichos en los lados de un ochavo (8). De la Alhambra es la planta del aljibe (9), de debajo de la explanada del Palacio de Carlos V, y la planta B de la mezquita toledana de las Tornerias.

Fig. 42. Mezquita del Castillo de San Marcos, Puerto de Santa María, planta según Coral Jiménez Ramón.

Torre-Qubba de Comares. Al contrario de la riqueza decorativa del interior el exterior se deja ver completamente liso en la cara que mira al patio y en las que dan a Granada. Únicamente en la primera cara centrada y guardando eje con el del arco central del pórtico del patio se ve en la segunda planta una ventana de dos arcos gemelos, icono que estaba reservado para los nichos del trono, según se aprecia muy al fondo del arco mencionado del pórtico y que corresponde al trono de Yusuf I en la Qubba Real. La ventana de arcos gemelos sin duda de vivienda privada, de Yusuf I o de mujeres de la corte real, a la que se subía por angosta escalera ubicada a la izquierda del pasillo entre la Qubba y la Sala de la Barca inmediata. Para este tipo de ventana y su función ver las figuras del apéndice de este artículo. Jemes Dickie pensaba que la ventana era de vivienda de invierno del sultán.

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La gran torre de Comares vista por el exterior (44, A) con las ventanas de los nichos remontadas por dos ventanillas y arriba las cinco clásicas ventanas de la qubba granadina; mide en planta 11,30 m. de lado y altura de 30 m., capaz para más de un centenar de asistentes en días de solemnidad. Los camarines-ventanas dan 2,90 m. de profundidad sobresaliendo en latitud los arcos de camarines centrales. El central del muro del testero sitial del trono señalado con una flecha en la sección (B). Sobre nichos dentro de la Alhambra de menor trascendencia uno se da según Orihuela en sala del primer patio de acceso a la Casa Real Vieja de la Alhambra (3) en donde antes Torres Balbás veía una escalera de subida a la pequeña mezquita con su alminar de encima (101); otro en sala alta de la Puerta de la Justicia de la ciudad palatina fig.47, 5) y en la planta alta de la Puerta del Vino.

Fig. 43. La Qubba Real del Palacio de Comares. Su historia y formación: 3, 4.

Fig. 44. La Qubba Real del Palacio de Comares; supuesto nicho-bahw de sala, patio primero de acceso a la Casa Real Vieja (Alhambra), 3, según Orihuela.

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La Qubba de Comares es el símbolo arquitectónico más prestigioso de la ciudad árabe de Granada, lugar del trono por excelencia de la monarquía nazarí, toda ella extrovertida asomándose a la pendiente que desciende al río Darro. La acompaña la Sala de la Barca con pórtico de columnas delante, la famosa T invertida que venimos rastreando en todo el Norte de África. Las decoraciones más llamativas del palacio se centran en los mocárabes y lugares más nobles, el capitel de mocárabes del parteluz de la ventana del camarín del trono (fig. 44, 5) y las partes señaladas con números del plano (4): 1, 2, frisos bajos y altos; 3, arcos; 4, tacas; 5, clave de la

techumbre del salón; 7, mensuras o repisas de arcos y columnas; 8, ménsulas del pórtico alto del sur; 9, bovedillas de los nichos de los dos pórticos; 10, pareja de capiteles del arco central del pórtico norte (fig. 44-1): 11, gorroneras de madera de puertas. Esta distribución de muqarnas en grado ascendente de sur a norte que va a culminar en el Patio de los Leones se debe en parte a Muhammad V, prácticamente todo el patio de la alberca con sus pórticos, Sala de la Barca y pasadizo entre ésta y el gran salón al cual se ingresa por arco de honor con muqarnas, precedido en el tiempo por el arco principal de la qubba de la Torre de la Cautiva, obra también de Yusuf I. Recuerda el arco de mocárabes de entrada al oratorio de la madrasa deAbu Inaniya de Fez. La mejores galas decorativas se reservan para el cubículo o nicho central del testero una de cuyas inscripciones proclaman su función de dar cobijo a Yusuf I, llamándola qubayba o qubba pequeña frente a la gran Qubba de la Sala y el “trono del reino”, la decoración más opulenta de nicho-trono conocida en el mundo islámico (102). Los números de la planta (fig. 45, 1) dispuestos para aclarar la localización de los diferentes decorados como ilustración incluida en mis Estudios sobre la Alhambra (1975-1977). En las paredes decoración de yeserías con lazos de 16 (2), de los fustes de la entrada decoración vidriada (3), el techo de madera con lazo de 12 rodeado de seis lacillos de 9. Los zócalos de preciosa y original lacería (6) y fig. 46, 2. Los zócalos vidriados, de alicatado, de la sala señalados con números romanos en la planta, cinco modelos diferentes simétricamente dispuestos, quizá el más vistoso el (5) que con variantes se repite en la torre del Partal. En la figura 45-1 detalle del la entrada del camarín del trono y en la 46 el (1) de su solería.

A) Interior de arco central con capitel de mocárabes, pórtico norte del Patio de la Alberca de Comares; B) del patio de Leones

Fig. 45. La decoración de sitial de trono (2, 3, 4, 6) y de la Qubba Real, 5).

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Siguen los nichos del trono en la Sala de Lindaraja del completo de la Sala de las Dos Hermanas (fig. 46, 1-1) que estudiaremos más adelante, donde el poema que lo exorna lo llama “trono” de Muhammad V, según García Gómez: Y en la torre del Partal (5) (7), las tres ventanas por lado en ejemplar qubba, la central del testero adornada con el zócalo vidriado (6) semejante al señalado antes del Comares. Las dos ventanas gemelas del nicho de honor de Comares reflejadas también en el camarín-ventana de la Torre de las Infantas (8). Un ejemplo del eco que tuvo la Qubba de Comares en el Norte de África es el dar tunecino llamado

Rondana- Bey, s. XV-XVI, estudiado por Revault (9) (103), la pieza principal en forma de torre con nueve camarines, de mayor nobleza el central del testero, Bakú o khu, y las salas restantes con planta de T invertida. De mayor excelencia decorativa es la ventana-nicho del testero de la Torre de la Cautiva (fig. 47, 1). Tres nichos cerrados para tres qubbas que veremos en la Sala de Justicia del Palacio de los Leones (2); la T invertida en Daralhorra de Granada (3); el nicho de sala alta de la Puerta de la Justicia de la Alhambra (5). Otras qubbas con nicho potestativo ya de arte mudéjar: (6) (8) de la Sala-Qubba de Justicia del Alcázar de Sevilla; en las Huelgas de Burgos la Capilla de la Asunción (7), con dos nichos en el testero. Qubba del palacio del Corral de Don Diego de Toledo, tres nichos en el testero por frente de la entrada (9), y en el palacio de Tordesillas la “Capilla Dorada” (10), el arco central de los tres de cada costado de mayor ancho, como en la Sala de Justicia sevillana, del lado que mira al patio del Vergel frente a la puerta exterior de entrada figura centralizado un gran nicho en herradura herradura para el sitial.

Fig. 45-1. Espléndido aspecto parcial del nicho-ventana del trono, Qubba Real de Comares. El arco del nicho siempre con columnas.

Torre-Qubba de la Cautiva de la Alhambra y su arco de mocárabes, anterior a Comares.

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Al final de esta exposición cuadra referirnos al término bahw, su identificación en la arquitectura árabe así como su función con el paso del tiempo. En Oriente podía ser sala central de una planta radial, es decir qubb, según J. Sourdel-Thomine (104), pero en Occidente bahw se aplica a la nave central de una planta de múltiples naves, bien sea salón de

recepciones o mezquita, como lo explica documentalmente Dessus Lamare (105). Conocido es que al- Bakri para la Gran Mezquita de Qayrawan escribe qubba bab al-bahw= la qubba de la puerta que precede a la nave mayor o central. Normalmente a la nave central se la llama balat. Parece que la nave central de Palacio Occidental de Madinatb al-Zahra se identifica con el bahw, según Dessus Lamare, exactamente Bab al-bahw. En descripción de palacio del Alcázar de Córdoba una crónica árabe dice que el califa debía estar al fondo del bahw sobre una cama de aparato, sarir, y lo visires a derecha e izquierda del bahw. Al ´Udri en el siglo XI describe una sala de recepciones del palacio que al-Mu´tasim se hizo construir en la alcazaba de Almeria, en esta ocasión se dice maylis al-bahw, o sea, salón del o con bahw (106). Hay que pensar que el término pasa a denominar con el tiempo el nicho central o mihrab añadido a sala rectangular apaisada cual es el caso de Sala y mirador de Lindaraja de la Alhambra,

Fig. 46. Decoración del nicho-ventana del trono de Comares, 1, 2; mirador de Lindaraja de la Sala-Qubba de Dos Hermanas, 1-1; la Torre-Qubba del Partal de la Alhambra, 5, 7 (6, zócalo vidriado del nicho-ventana central del testero); sitial del trono de la Torre-Qubba de las Infantas, 8; Dar Romdana - Bey, Túnez, 9.

Fig. 47. Nichos del trono: 1, Torre-Qubba de la Cautiva; 2, tres nichos de la Sala de Justicia del Patio de Leones; 3, Daralhorra de Granada; 4, casa de Belyunes; 5, planta alta de la Puerta de la Justicia; 6, 8, Sala-Qubba de Justicia del Alcázar de Sevilla; 7, Capilla de la Asunción de las Huelgas de Burgos; 9, qubba del Corral de Don Diego, Toledo; 10, “Capilla Dorada”Tordesillas.10.

Dos nichos de la planta alta de la Puerta del Vino

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según Diwam tunecino leído por Rubiera Matas. y bahw es término que usa A. Lézine al describir la estancia pequeña o nicho del salón de recepciones de la fortaleza de Afdabiya y del palacio de Ziri en Achir, en Argelia (107) formándose así, en ambos casos, a costa de la sala apaisada y nicho, la típica planta en forma de T invertida de clara ascendencia abasíí. Por último, ya Dessus-Lamare apuntó que actualmente bahw designa el nicho cuadrado de galería de la casa marroquí (véase mi ejemplo de vivienda de Belyunes, Ceuta, en la figura 47,4) (108). Al comparar los camarines-ventanas de la gran Qubba de Comares con los nichos reiterados de la Qubba de Justicia del Alcázar de Sevilla no hay duda de que unos y otros merecen la designación de bahw (ver fígura 43, 4, 5). Por último esta connotación referida a baños antiguos llevados de la mano de Pauty (109): Si el baño o terma era privado el apodyterium era amplio vestuario, caso de Serdjilla fig. 47-1, 2), pero si era de importancia, aristocrático, el apodyterium sería sala de estar regia, por ejemplo baño egipcio de Karami que tiene en la sala (A) tres nichos, el central semicircular (1), ejemplo que no está demás comparar con el Baño Real del Palacio de Comares, una qubba por apodyterium con dos grandes nichos para cama o un palacio con el añadido de baño.

La Sala de Justicia del Palacio de los Leones (figs. 48, 48-1, 49, 50)

Fig. 47-1. Baños antiguos con nichos: 1, de Karami, Egipto, con reformas, tres nichos en el apodyterium; 2, de Serdjilla, según Bogué, nichos sólo en el tepidarium.

Nichos con mocárabes: 1, 2, de la Zisa de Palermo; 3, nicho laterales de los pórticos de Comares.

eones.

La función de los distintos espacios de la sala. Tres Qubbas Reales de planta cuadrada con sus respectivos nichos esta vez rectangulares equivalentes a sitial del trono útiles también para personajes relevantes de la corte, salas-qubbas pensadas para tertutilas o festejos de la corte. Las saletas de los extremos del conjunto de las tres qubbas actuarían como al-haniyyas para dormir o descansar. A este respecto Lalaing en el siglo XVI dice que a un extremo de este patio (el de Leones) en una gran sala con el pavimento de mármol blanco solía acostarse el rey moro para estar más fresco, y tenía su cama en un extremo de la sala, y la de la reina en otro.

Fig. 48. Lasa de Justicia de la Alhambra.

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Es quizá el espacio más intrigante o engañoso de toda la Alhambra (fig. 48). De lo que no cabe duda es que se trata de tres qubbas cortejadas por cuatro saletas oblongas, cada qubba con espacioso nicho rectangular en el testero al que se entra por arco de medio puntos con apoyos de finas pilastrillas ochavadas. Suntuosa y rica vista en perspectiva (fig. 48-1, 1). Arcos transversales y qubbas con sus espacios intermedios asistidos por muqarnas, estampa versallesca muy próxima a la que presenta la nave transversal de delante de qibla de la mezquita de la Kutibiyya de Marrakech (3). Los arcos proyectan en planta serie de celdillas simétricamente distribuidas (1-1), las qubbas con pseudo bóvedas de base cuadrada, tres ejemplares de muqarnas de sofisticada técnica y belleza sin par (fig. 49), la clave de las tres diferente: A, central y B y C las laterales, el arranque de la central (E) con modelo en friso de la capilla del palacio de la Zisa de Palermo (D) (110). Entre las

qubbas techos de muqarnas casi planos o adintelados de decorados diferentes (fig. 48, 5). El nicho de la qubba central decorado con pinturas con representación de diez musulmanes o altos dignatarios con espadas sentados y en actitud dialogante formando rueda, una especie de tabla redonda dentro de la elipse de la bóveda (2 y figs. 48,1 y 48-1). En ambos extremos de la misma como presidiendo la tertulia o más bien explicándola escudos de la banda cristiana de Alfonso XI o Pedro I custodiados por dos leones sentados enfrentados (fig. 48, 4), debajo cenefa con decoración naturalista mudéjar (6) propia de la sinagoga de El Tránsito de Toledo y del palacio de Pedro I del alcázar sevillano (decoración naturalista del dintel de la puerta principal del palacio). Fue Pedro I monarca que ayudó a Muhammad V a recuperar el trono de Granada en 1962, por lo que en este sentido mi criterio es

Fig. 48-1. La Sala de Justicia, sus qubbas y decoración.

Fig. 49. La pseudo bóveda de la qubba central de la Sala de Justicia.

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que esas pinturas se deben interpretar como un homenaje de la corte nazarí de la época al emblema de la orden de la banda castellana en la que se inspiró el escudo de Muhammad V: banda diagonal con el añadido del lema “Sólo Dios es vencedor” (111). Para el tema de escudos de la época ver las figuras 49-1 y 49-2. Pedro I muere en 1369 y Muhammad V en 1991. Si el Palacio de los Leones se inicia en 1962, ya con el nuevo escudo, el jerarca nazarí tuvo por delante siete años para terminar la simbólica o apoteósica residencia, en nuestro criterio en vida del monarca castellano, aunque la banda cristiana también la ostentaron Enrique II (sin reflejo de ello alguno en sus construcciones que nos han llegado) y Juan I, como ha indicado Balbina Martínez Caviro quien trata de llevar las pinturas una o dos décadas más allá de 1369 (112)). Sobre este tema me explayo en artículo del año 2004 (113). Lo de los tres nichos-trono, que no alcobas, como se ha venido diciendo, en el testero como receptores de personas de alta jerarquía nos hace volver los ojos atrás (“Salón Rico” de al-Zahra, los tres arcos, mihrab y falsos mihrab-s de la maqsura de la mezquita aljama de Córdoba del siglo X, el caso del oratorio del Puerto de Santa María, tres nichos-ventanas en Comares y el Partal) invitan a hablar de una parte de sitial o trono de Muhammad V y dos jerarcas más probablemente en calidad de invitados en sala principesca dedicada a festejos, banquetes y pasatiempos cortesanos, como quieren apuntarlo la ausencia en la sala de puertas, espacio permanentemente abierto, y las estampas míticas, cinegética y amatorias de las bovedillas de los nichos laterales, estampas en mucha parte relacionadas con siluetas animada del palacio sevillano y escenas pintadas en aliceres y arrocabes de techumbres mudéjares castellanas.

Figs. 49-1 y 49-2. Escudos cristianos castellanos con la Banda de Alfonso XI y Pedro I : 2, 16, Alcázar de Sevilla; 14, palacio mudéjar de Astudillo; 15 Alcázar de Marchena, Carmona; 17, puerta del albacar del castillo de Moclín; 19, pinturas de la Sala de Justicia de la Alhambra; 20, de puerta del castillo de Alcalá de Guadaira. La llave como símbolo emblemático: 1, 4, castillo de Alcalá de Guadaira; 3, Tordesillas; 3, 5 de las plazas de Tarifa y Giblantar; 8, de Alcalá la Real; 7, 10, 12, llaves nazaríes. Leones rampantes coronados: 21, 22, de los palacios de Tordesillas; 23, Capilla Real de Córdoba. Figura 49-2, la Banda nazarí con el lema “sólo Dios es vencedor” de Muhammad V, propios de la Alhambra posterior al año 1362: 1, de paño cerámico que estuvo en la Qubba Real de Comares; 5, yesería de Murcia; 9, friso de techo de la torre del Peinador de la Reina de la Alhambra; 10, 11, escudos de albanegas de puerta de las Atarazanas de Málaga; 2, 3, 4, 7, 8, de cerámica vidriada de la Alhambra; 6, yesería de la Capilla de San Bartolomé de Córdoba; 12, 13, 14, 15, el “solo Dios es vencedor” de yeserías de la Alhambra.

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No obstante, el tema más atractivo de esta ejemplar sala es su proceso de formación. La figura 50 trata de guiar nuestras intenciones sin menoscabar cualesquiera otras. La sala de Justicia con tres entradas desde el pórtico este del patio, entradas permanentemente abiertas de tres arcos mocarabados, el central de mayor luz, ello formando parte de la estética de aquél. La sala completa de este a oeste da entre 30 y 35 metros de longitud; las tres qubbas y los cuatro compartimentos oblongos, los dos extremos con función de al-haniyya al menos honorífica, los otros dos como solución de trabazón de las qubbas. Ateniéndonos a esta relación de espacios encontramos precedentes seguros, otros menos seguros. Si se prescinde de los cuadraditos que separan los nichos del testero obtenemos el esquema (A) que es testero de vieja iglesia mozárabe del Trampal, en la provincia de Cáceres, estudiada por Caballero (114), el cual nos lleva al testero del palacio campestre de “El Castillejo”, almorávide, de Murcia (3) (4) en que los nichos destacados como torrecillas experimentan cambio de dimensiones; el mismo tema aplicado al espacio inmediato del Mausoleo de príncipes sa´adíes de la alcazaba de Marrakech (5) (115). Lo que ha hecho el proyectita de la Sala de Justicia es añadir muro transversal a modo de testero ganando con ello cuatro pequeños espacios cuadrados entre nichos para diversos usos domésticos. Con esta tesis se cruza la de que en realidad cada qubba responde a la clasificación de qubba de sala tripartita que ya estudiamos, es decir la unidad (B) del palacio de Muhammad V en el exconvento de San Francisco de la

Fig. 50. La formación de la Sala de Justicia de la Alhambra.

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Alhambra, unidad que emparenta con la (6) de palacio del castillo de Caronia cerca de Palermo. Esta unidad dispuesta en serie da la estructura C de la Sala de Justicia. Se puede añadir esta otra visión que es la de las distintas unidades de espacios que conforman el patio del castillo-ribat de San Romualdo de la Isla de San Fernando, Cádiz (7) en donde se da alternancia de sala cuadrada y sala estrecha en la proporción que se ve en el dibujo (1-2.-1-2). Sobre la autenticidad de las tres qubbas de la sala alhambreña basta mostrar el esquema (8) con las qubbas aisladas o independientes. Y también añadir que el Patio de los Leones y el de “El Castillejo”, ambos con crucero, tiene las mismas dimensiones, en el cielo raso, 33 m. de longitud por 19 m. de latitud, lo que podría llevarnos a ver en el rectángulo de Leones un espacio de jardín aprovechado de construcción anterior a Muhammad V. Las mismas medidas advertidas en el patio de crucero de la Casa de la Contratación del Alcázar de Sevilla. Sobre la ambigüedad o engañosas interpretaciones de las pinturas de la Sala de Justicia

Fig. 51. Representaciones de soberanos según la iconografía árabe a partir de representaciones sasánidas y bizantinas, 1, 1-1.

Fig., 52. Representación de soberanos supuestamente árabes. Pinturas de la Capilla Palatina de Palermo.

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La representaciones de jerarcas en ámbitos como la Roma antigua, Bizancio y arte sasánida, sin descontar la parcela del califato de Córdoba, personajes bien echados sobre alfombras, aposentados en el trono dentro de arco-nicho o simplemente sobre simbólicas tarimas en el ejercicio de fiestas y libaciones cortesanas, ello reflejado a modo de síntesis en las figuras de la 51 a la 58. En la primera: 1, estampa de pinturas preislámicas de Tadjidistan (116); 1-1, díptico de marfil del cónsul Anastasio, s. VIII (Victoria & Albert Museum, de Londres), sentado en el trono y portando el cetro, dentro de nicho con concha y frontón; 2, representación del “Maestro del Mundo” en sala de audiencia de baños omeyas de Qusayr Amra, según ilustración de Ettinghausen (117), aposentado en arco-nicho con columnas; 3.medallón de plata con el califa al-Muqtadir (908-932) (118), jerarca sentado al uso oriental en una tarima, con pequeño cetro y vaso de libaciones; 4, 5, el bote de marfil de Ziyad (969-970) (Victoria & Albert Museum de Londres), jerarca sentado en el trono bajo especie de dosel, porta un banderín y le asisten dos servidores con simbólica espada y vaso de libaciones; la segunda representación, tratada por Mercedes Lillo (119), es de un elefante que porta un baldaquino de dos columnas sosteniendo especie de frontón dando cobijo a personaje de la corte, sentado al uso oriental en la tarima; 6, 8, arqueta de Marfil de Leyre, la primera personaje central sentado con simbólico vegetal en una mano y vaso o redoma en la otra, destaca mucho en tamaño frente a los dos cortesanos que le asisten; 7, marfil de al-Muguira del Louvre, dos personajes de la corte con músico en medio; 9, escena de festejo de la pila de piedra de Játiva, s. XI, jerarca de la corte tumbado con vaso en la mano y dos músicos de compañía. Tales estampas casan ya con la representación de supuesto rey de las pinturas de la techumbre de la Capilla Palatina de Palermo (10 y fig. 52). Se cree que es Ruggero II, patrocinador de la Capilla, como el personaje del marfil de Leyre (6) destaca su tamaño al lado de los dos asistentes, trilogía de personas que puede compararse con el arco mayor y otro menor a uno y otro lado de los pórticos de patio y paredes de salas o qubbas; la identificación de rey la daría la corona de tres puntas inédita en nuestras representaciones hispanomusulmanas. Tiene corona un personaje de las siluetas animadas del palacio de Pedro I del Alcázar de Sevilla (fig. 51, 11) sentado en sencillo trono. Tocado característico de los jerarcas hispanomusulmanes es el turbante, bien reflejado en las pinturas del nicho central de la Sala de Justicia y en las pinturas de vivienda del Partal; también se deja ver en personaje sentado con centro de la Cantigas (fig. 51, 12. Volviendo a los diez personajes del nicho central de la Sala de Justicia (figs. 53, 54, 55, A), nada en ellos nos dice que sean reyes, vieja creencia que arranca del siglo XVI, Lalaing y Hurtado de Mendoza (120), en la que no cabe insistir, tampoco cuadra la identificación propuesta de sabios (¿sabios con espadas?). A lo sumo imaginarios musulmanes de alto linaje portadores de espadas. En el espacio disponible de la bovedilla sólo cabían diez figuras humanas sentadas en cojines dispuestos sobre bancal seguido. El supuesto tema de dialogo en mi criterio lo provocan los escudos de las extremos con la banda cristiana custodiados por dos leones sentados (fig. 53, 1-2), el escudo cristiano rojo o bermejo con banda y cabezas de dragantes en oro, tal como predica la Crónica de Pedro I: “vio el rey en el campo del Infante Don Enrique un caballero que traía sobreseñales bermejas con bada de oro” (121), los mismos colores que se conservan en escudos nazaríes de piezas vidriadas de la Alhambra (2): campo bermejo y banda con el lema nazari dorado “sólo Dios es Vencedor” que inauguró Muhammad V para su palacio de la alhambra pues no se le conoce en decoración alguna granadina anterior al año 1362 en que comienza su segundo reinado. Yo defendí el

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traslado de la efigie de la Banda cristiana de Pedro I al escudo institucionalizado por el soberano nazarí. Respecto a la iconografía del dialogo de dos en dos personajes sugerí hace tiempo el modelo de miniaturas cristianas de la época conservadas en la Biblioteca Nacional publicadas por Domínguez Bordona (122) (fig. 53, A), también los clérigos sentados en cojines y portando tarjetones o maquetas de iglesia, y habría que tener en cuenta estampa pintada en los muros del claustro del convento de la Concepción Francisca de Toledo estudiada por Balbina Martínez Caviro (123). En los personaje de la Sala de Justicia se dejan notar espadas de ceremonia y otras de montar, sus correaje y cojines muestran temas decorativos propios del arte mudéjar castellano (fig. 55, A). Será por lo que Gudiol Ricard que restauró las pinturas observa modalidades técnicas desconocida en la obras cristianas, en nuestro criterio por tratarse de pinturas a cargo de artistas mudéjares que venían

Las dos palomas de un cojín de la pintura de la bóveda central de la Sala de Justicia, 1; aves de madera mudéjar del Museo de Catalunya, 2; mármol del siglos XI de Toledo, 3; aves de las pinturas, Capilla Palatina de Palermo, 4.

Figs. 53 y 54. Pintura de la bóveda central. Sala de Justicia.

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practicando el arte del estilo lineal de la segunda mitad del siglo XIV patente en yeserías toledanas (fig. 56, 1, 2, 3), además de las siluetas de una de las salas del Palacio de Pedro I del Alcázar de Sevilla (fig. 56, A) con temática de batallas, lances de amor y la figura del salvaje que vemos en las pinturas de los nichos laterales de la Sala de Justicia de la Alhambra (fig. 56, B, C, E, F). La lucha de jinetes cristiano y musulmán muy propias de estampas fronterizas entre cortesanas, amatorias y cinegéticas, el caso de dos caballeros de distinta religión de las pinturas de la techumbre mudéjar de la catedral de Teruel (fig. 58, 1) o de las pinturas del la Capilla Palatina (fig. 57, 6). El tema de jinete cazando con lanza león o jabalí muy repetido en arrocabes de techumbres mudéjares de la época (fig, 56, D) en paralelo con las estampas (E) y (F) de la Sala de Justicia. Una razón más para que los alarifes mudéjares se pasasen al arte cristiano de la época. Otro tema es el del supuesto San Jorge dando caza a monstruo híbrido o reptil repetido en algunos azulejos nazaríes de Granada (fig. 57, 3) que viene de temario de los marfiles califales hispanos (1), el (2) de la Capilla Palatina de Palermo; de las siluetas mudéjares del Alcázar de Sevilla el (4). Muy extraña la escena de supuestos reyes del nicho central para autoras que con aires novedosos se han ocupado de la temática de las bóvedas laterales, Jerrilynn Dodds (1979) y Cynthia Robinson (2007) (124) con la tesis de escenas amatorias de Flores y Blancaflor y de Tristan e Isolde, un Tristan musulmán con la figura entremedia del hombre salvaje, enfrentamiento de Tristan y Palomares delante de la torre en la que Isolde se había refugiado.

Fig. 55. A) los personajes musulmanes de la bóveda central de la Sala de Justicia según dibujos de Basilio Pavón realizados antes de la restauración de la pintura por Gudiol Ricard. B) detalles de las pinturas árabes del Partal de la Alhambra. C) El “bastón del Cardenal Cisneros”.

Fig. 56. Pinturas mudéjares del siglo XIV. 1, 2, 3, de yeserías de palacio de Suer Téllez de Meneses de Toledo; A, siluetas pintadas del palacio de Pedro I del Alcázar de Sevilla; B, C, E, F, detalle de las pinturas de las bóvedas laterales de la Sala de Justicia de la Alhambra; D, escena de caza del jabalí de techo mudéjar castellano.

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Si las pinturas de la Sala de Justicia son de artistas mudéjares de formación cristiana dentro del estilo lineal propugnado por Gudiol Ricard,, atribución que tiene a bien recoger en varios de sus estudios Rachel Arié (125), otra escuela esta vez árabe granadina formada en la pintura selyuki, pintó las paredes de una casa o vivienda contigua al Partal de la Alhambra (fig.55, B) (125 bis) en las que se constata tiendas de campaña con jerarca central asistido por dos guerreros de menor tamaño, sentados a la usanza oriental, según la tradición vista en los marfiles hispanos y estampas de la Capilla Palatina. Los personajes con espada en mano y en actitud reverencial los secundarios o asistentes, únicas escenas humanas que cabría trasladar a los nichos de la arquitectura de los palacios de la Alhambra. Sobre esas tiendas de campañas en campo de batallas matizar que la tienda principal recibía el nombre de qubba (Anales Palatinos de al-Hakam II), qubba al-hamra de campamento cordobés de Abd al-Rahman III, también reflejada en el Libro de Banderas de Copenhague y en el Musnad de Ibn Marzuq figura la estampa de Abu-l-Hasan sentado en tienda de campaña-qubba ( 126). Hasta la fecha no se han reconocido en el entorno de la Alhambra seña alguna de los cetros o bastón de mando de la dinastía nazarí salvo el caso del bastón llamado del

Fig. 57. Caza de león y monstruo: 1, marfil califal; 2, pintura de la Capilla Palatina de Palermo; 3, azulejo vidriado de la Alhambra; 4, silueta mudéjar sevillana. Torneo entre musulmán y cristiano: 6, pinturas de la Capilla Palatina de Palermo.

Fig. 58. Combatientes cristiano y musulman, techumbre mudéjar de la Catedral de Teruel, 1; representaciones pictóricas árabes y cristianas de personajes regios con centro o bastón, 2.

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Cardenal Cisneros hoy conservado en el convento de las “Juanas” de Alcalá de Henares (fig. 55, C) (127). Sería vara de monarca o personal principal de la corte granadina, pues el centro sería de menor longitud, como el de las cortes cristianas, en la fig. 51 el personaje (12) sacado de las Cantigas y otras estampas de miniaturas cristianas y árabes del siglo XIII-XIV (fig. 58, 2). La vara alcalaína mide 1, 47 m. EL PATIO DE LOS LEONES

Fig. 59. Síntesis de patios y jardines con crucero árabes y mudéjares anteriores al Patio de los Leones de la Alhambra.

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El reflejado en las ilustraciones que vienen a continuación. Di ya una interpretación del mismo en el año 2000 (128), empezando con las ilustraciones de la figura 59. Precedentes de la caja de cielo raso con o sin crucero, a la cabeza el Patio de Santa Isabel de la Aljaferia de Zaragoza (A), patio del siglo XI-XII de la Casa de la Contratación del Alcázar de Sevilla (B) (C), el (D) almorávide de Marrakech, seguido del (F) almorávide de “El Castillejo” de Murcia; el (H) mudéjar del Alcázar Cristiano de Córdoba. Un aparte para el crucero de Madinat al-Zahra aunque la planta es cuadrada (E) o el (L) de casa de linaje de la misma ciudad. Caja excesiva alargada la de patio palatino de la Alcazaba de Almería (J) que lleva a considerar la (K) del patio de la acequia del Generalife de Granada. Los patios (a) y (b) respectivamente de “el Castillejo” de Murcia y de los Leones de la Alhambra con idénticas dimensiones reflejadas en (A) y (B): 33 metros de longitud por 19 de latitud aplica también al patio (C) sevillano del siglo XI-XII. En (X) bosquejo del crucero de los Leones supuestamente anterior a Muhammad V. La tesis básica es que en el patio de este sultán se aprovechó caja de jardín con crucero anterior de 33 por 19 metros, caja en este caso con cuatro arriates o jardines rebajados desaparecidos en el actual el cual tendría piso llano enlosado, sin jardines rebajados. Esto de pasar de jardín a patio enlosado o viceversa fue un ejercicio muy al uso en patios palatinos árabes y cristianos durante la Edad Media. Como ejemplo el Patio de las Doncellas del palacio mudéjar de Pedro I en el Alcázar de Sevilla (figs. 59-1 y 59-2 ), ahora jardín con dos arriates con alberca longitudinal en medio, fruto de reformas llevadas a cabo tras la muerte en 1369 de Pedro I, ya que el patio de éste sería completamente enlosado, al igual que el patio de los Leones o el del Palacio de Fuensalida de Toledo, todos ellos con cuatro crujías o pórticos cuyos arcos centrales están priorizados (129). No se sabe en qué se basa A. Almagro al diagnosticar que este palacio era privado frente al contiguo del Crucero de anterior fundación que ejercía como residencia oficial o publica, con sus arriates de exagerada profundidad siempre incómodos para los viandantes de las pasarelas, ejemplo desestimado para el Patio de los Leones. Lo curioso es que Almagro también dice que era privado el supuesto palacio de la segunda planta con fachada al patio de la Montería.

Figs. 59-1 y 59-2. El Patio de las Doncellas del Alcázar de Sevilla, antes (1, 4) y después del descubrimiento del jardín hacia los años 2001 y 2002. (2, 3) con alberca y arriates del jardín (1, 2, 3, fotos publicadas por A. J. Morales) decorados con arcos de medio punto entrelazados y nudos en las claves; 4, patio con alberca del palacio de Altamira, Sevilla. En la ilustración 5 contraste entre la yesería exterior de arco del Salón de Embajadores y la yesería nazarí del fondo correspondiente al interior de la qubba.

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Este planteamiento permite asegurar que la caja del crucero de Leones de 33 por 19 m. era anterior al patio con larga alberca del Palacio de Comares el cual tuvo que adaptarse al espacio disponible de antes de su fundador Yusuf I: si el primitivo patio de Leones era apaisado en el sentido este- oeste, el nuevo patio de la alberca de ese sultán tuvo que ser dirigido de sur- norte, eje potestativo dominante en adelante en toda la ciudad palatina, con lo que el Baño Real adjunto a la derecha tuvo adecuado espacio. Frente a esta tesis la contraria que mantienen la mayoría de los tratadistas de la Alhambra empezando por Torres Balbás (130): el Palacio de Leones de nueva fundación a cargo de Muhammad V tuvo que ser proyectado de este a oeste y no el sur-norte por impedírselo la ubicación del Baño Real de Comares. Todo ello reflejado en la figura 60: plano tradicional de la Casa Real Vieja de la Alhambra (1) y la tesis de Leones antes que Comares (2). Si Leones se inicio en 1362 con Muhammad V fue imposible darle por eje el de sur-norte, pues se lo impedía el anterior palacio de Yusuf I (3). Mi tesis de caja del Patio de Leones anterior a Comares, aquel con el eje este-oeste, la veo más normal que la contratesis. Todo esto en parte en base a exploraciones o intervenciones arqueológicas anteriores a Gómez-Moreno y del tiempo de éste que dieron a luz indicios de patio o jardín de crucero con arriates muy rebajados sobre lo que también opinó Jesús Bermúdez Pareja, que habría que situar en tiempo anterior a Muhammad V (131). Las últimas intervenciones arqueológicas llevadas a cabo en la parte del patio no dieron completa seguridad de la existencia de jardín con arriates anterior a Muhammad V. Este sultán se limitaría a colmatar dichos arriates dejando la solería cual tabula rasa, pero respetándose el símbólico y viejo esquema del crucero. Si el modelo del crucero de Leones está en los patios del siglo XI y XII del Alcázar de Sevilla y de “El Castillejo” de Murcia, los tres con pabellones destacados en los lados menores, el crucero y las dimensiones 33-19 tendría mucha lógica el planteamiento de mi tesis. Piénsese que han aparecido yeserías del siglo XIII en el llamado Palacio de Abencerrajes de la Alhambra, según mi publicación del año 1975 (132), y siguiendo excavaciones posteriores de Malpica Cuello (1992) referidas a ese sector las estructuras de los baños son fechadas en esa centuria supongo que tomando por testigo la decoración antes consignada que este autor oblitera (132). En este palacio del secano se ve torre tipo qubba de triples salas

precedida de alberca apaisada con cuerpo destacado hacia adentro (fig. 60-1,1) casando con los ejemplos (A) (C) (F) (L) de la figura 59 a la que se suman las alberquillas que cortejan el salón regio del jardín que precede al “Salón Rico” de Madinat al-Zahra /fig. 60-1, 2). Antes de adentrarnos a pormenorizar el Palacio de los Leones avanzamos una panorámica de la arquitectura residencial árabe y mudéjar de la época de Muhammad V reflejada en la figura 61 dividida en dos apartados, A y B, pero sin perder de vista la figura 2 de este trabajo referida toda a las madrasas que en años anteriores

Fig. 60. Tres disposiciones del Patio de los

Fig. 60. Posiciones de la caja del patio de los Leones.

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a ese sultán se levantaban en el reino mariní del Magreb Occidental, todas ellas con patio porticado. De la parte mudéjar muy influenciada por el arte nazarí a todos los niveles, arquitectónico y decorativo sobre todo, patios con cuatro pórticos que ya vimos en el Patio de las Doncellas del Alcázar de Sevilla. El patio 1 y 2, del palacio mudéjar de Tordesillas empezado a construir por Alfonso XI y a partir de 1354 continuado por Pedro I, el monarca amigo y aliado de Muhammad V, obras que debió continuar Enrique II a juzgar por leoncillos heráldicos coronado que se ven en yeserías del Patio del Vergel. Éste debió tener cuatro pórticos suplantados completamente por otros de piedra de tiempos modernos; el patio 2 replanteado por mí (2004) (133) sobre anterior plano publicado por Lampérez: crujía de supuestas columnas o pilares de albañilería y habitaciones oblongas atajadas por supuestas al-haniyyas cuadradas en los ángulos. Descendiendo al apartado B de la figura con plantas de A. Almagro (2007) (134) vemos en (3) el patio del Vergel metamorfoseado por el autor, con al-haniyya ahora segura en la crujía de abajo.

Estas largas salas a modo de tarbeas con atajos cuadrados llegan a Tordesillas de la mano de las tarbeas de palacios toledanos como es la conservada en el “Taller del Moro” (patio 5 y su sala 10 de mis ilustraciones del apartado A), en parte también presente en la “Casa de Mesa” de la misma ciudad (4), sus respetivos patios medievales completamente desaparecidos. Del siglo XIV sólo nos han llegado patios porticados bien organizados en la Casa de Olea de Sevilla (3), patio de pilares ochavados, cual es el caso también del Palacio de Fuensalida de Toledo, ya de los primeros años del siglo XV (6). En estos dos se advierte que los cuatro frentes de pilares ochavados tienen sus intercolumnios centrales más anchos que los restantes, siguiendo la pauta marcada en el Patio de los Leones y en el de las Doncellas de Sevilla. De ello deducimos que las dos modalidades señaladas debieron darse en el Patio del Vergel de Tordesillas, en el cual al parecer aparecieron de la parte del centro de los lados menores a modo de pabellones o salientes hacia fuera reflejados en el patio (3) de A. Almagro, dando ello lugar a argumento precipitado fraguado por

Fig. 60-1. Qubba del palacio de Abencerrajes con alberca con saliente delante, 1; las cuatro albercas del jardín de delante del “Salón Rico” de Madinat al-Zahra, 2 .

Fig. 61. Apartado A (Pavón), estado de la cuestión de patios mudéjares coetáneos del Patio de los Leones; B (Almagro), patios de los palacios de Astudillo, Alcázar de Sevilla, Tordesillas y patio de Leones de la Alhambra.

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J. C. Ortiz Souza que ve en el patio, que imagina con crucero, un posible precedente del de Leones de la Alhambra, o “su hermano menor rico” (135). Otro patio singular es el “Claustrillo” de Santa Clara de Moguer (8), ajardinado, cuatro arriates, sus arcos centrales en los cuatro lados de mayor luz y altura. Con crucero nos ha llegado la casa-palacio del Alcázar Cristiano de Córdoba (9) supuestamente del reinado de Alfonso XI, en los lados menores salas oblongas con al-haniyyas cuadradas, como en el “Taller del Moro” de Toledo y en Tordesillas. El palacio 7 es de Gutierre de Cárdenas en Ocaña, gemelo del toledano de Fuensalida. Para comparar A. Almagro da en su apartado B los patios a la misma escala 1, palacio mudéjar de Astudillo, el 2 de las Doncellas de Sevilla y 4 de Leones de la Alhambra. En el momento presente la tendencia fraguada por Almagro y en parte J. C Ortiz Souza es explicar el patio de Leones de la Alhambra por la vía de la arquitectura mudéjar castellana de Pedro I que llega hasta el Alcázar de Sevilla, contrarreplicada en mi criterio al estar engarzado el patio granadino en la tradición islámica que pasa por Marrakech y el “El Castillejo” de Murcia, y su novedad referida a los cuatro pórticos con los arcos centrales priorizados más que de Castilla llegarían de los patios de las madrazas magrebíes del tiempo de Muhammad V, sin poder decir lo mismo de los palacios dada su casi inexistencia (ver figura 2 con ilustraciones de plantas de las madrasas y zawiyas de la Chella de Rabat, madrasa de Salé, zawiya de Nussak de Salé, madraza Inaniyya de Fez, madraza de Tachfiniyya de Tremecen, madrazas Sihrij y Attarine de Fez, entre otras, con predominio en ellas de pilares de albañilería).

Con Muhammad V, a partir del año 1362, surge la planta 1 de la figura 61-1 del Palacio de los Leones, con cuatro novedades básicas de cara a anteriores palacios hispanomusulmanes: los cuatro pórticos de columnas, los dos pabellones salientes, templetes o kioscos de los lados menores del patio, la fuente de los doce Leones en el centro del crucero y el que los capiteles del patio sean todos diferentes. La base saliente de los templetes ya vista en Madinat al-Zahra, la Aljaferia y cruceros de Sevilla y de “El Castillejo” de Murcia, en cuarentena el caso antes referido del Patio del Vergel de Tordesillas. El planteamiento de Leones es: patio central (1), Sala de los mocárabes (2), Sala de los Abencerrajes (3), Sala de Justicia (4), Sala de las Dos Hermanas (5), Mirador de Lindaraja con la Sala de los Ajimeces (6), en (7) los dos templetes del patio; 8, la fuente de los Leones; aljibe antiguo con vivienda encima (9); Puerta -Torre a modo de qubba adjunta a Leones (10). Las distintas partes referidas expuestas

Fig. 61-1. Descripción del Palacio de los Leones.

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en las demás ilustraciones de esta figura a las que se añaden tres capiteles de de lujo de las galerías del patio. Templetes

El monográfico de la figura 62 con evolución de este tipo de arquitectura: (1) (3) templete de Leones; el (4) base de la qubba que existió a la entrada de la nave central de la Gran Mezquita de Qayrawan; (5) base de la qubba en el arranque de la mezquita aljama de Córdoba del siglo X. En (B): 1, de la mezquita referida de Qayrawan; 2, 3, qubbas de la mezquita aljama de Susa; 4, de Leones, la única planta de este tipo de construcción que enseña tres arcos por lado, el central de mayor latitud, tipología remedada en el siglo XVI en los templetes del patio de la mezquita Qarawiyyin de Fez (2) y en parte en el Palacio de Badi de Marrakech según Meunie (fig. 65-1, 5) (136). El mismo modelo instalado por ejemplo en el tepidarium de algunos baños árabes, el de Mallorca (6), y en templete en el centro del crucero de de Dar as-Sùgra del Convento de Santa Clara de Murcia (7) (137), reiterado con otro uso por ejemplo en tumba almohade de Ceuta según descripción del siglo XV de al-Ansari (8). Respecto al trío arcos priorizado el central de la Sala de Justicia de Leones, a titulo de puerta honorífica, sustituto del tribelon bizantino adoptado en Madinat al-Zahra y en los palacios del siglo XI-XII del Alcázar de Sevilla; se da con anterioridad en la entrada del maylis del pabellón norte del Patio de la Acequia del Generalife. Queda por referir el templete del ángulo suroeste del claustro de la Catedral de Monreale (10) (11), tres arcos con columnas por lado de la planta cuadrada, en los ángulos cuatro columnas reunidas en plinto o base

Fig. 62. Formación de los templetes del Patio de los Leones. Abajo templete y solería en sustitución de jardín de los primeros años del siglo XX.

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cuadrada, modelo inédito en los templetes hispanomusulmanes consignados. Este tema de los templetes de Leones tiene en mi criterio este proceso de formación: los salientes en los lados menores de los pórticos vistos con seguridad en Al-Zahra, la Aljaferia, Marrakech y “El Castillejo” de Murcia que no afloraron como pabellón o edificio en el ejemplo de estos patios, únicamente en el patio de Muhammad V fueron aprovechados los salientes del jardín anterior a él para disponer en ellos los templetes de los nuevos pórticos, solución tal vez un tanto forzada pero que nos llega como uno de los aciertos más espectaculares de la arquitectura islámica de todos los tiempos Muqarnas El Palacio de los Leones es un verdadero espectáculo verle plagado de arcos y cúpulas de muqarnas dispuestos con impecable simetría siempre reservadas para la exaltación de las salas o compartimientos más nobles del edificio (138). En el plano de la figura 63 vemos esa distribución, distinta de la que analicé en el plano del Palacio de Comares de la figura 44, aunque los números indicadores del tipo de mocárabes vale para las dos plantas: el 5 es para bóvedas o cúpulas y el 3 para los arcos (2, frisos altos y bajos, 4, friso de tacas; 6, clave de cúpula; 7, impostas o repisas de arcos de medio punto en el patio; 8, ménsulas de las vigas que sostienen los techos planos de los pórticos; 9, trompas). Lo más enriquecido con este tipo de decoración cuaja mayormente en el eje oeste-este del patio que a punta a la Sala de Justicia de las pinturas. Las qubbas y salas oblongas principales (Sala de los Ajimeces y Sala de los Mocárabes) como ejemplos de bóvedas alargadas mocarabadas. Para los templetes tres arcos de mocárabes sin alfices

Figs. 63 y 64. Muqarnas y su distribución en el Palacio de los Leones, 1; muqarnas de templete, 2; muqarnas de arco de la entrada a la Sala de la Barca, Palacio de Comares, 3; muqarnas de las trompas de Salas de Dos Hermanas y de los Abencerrajes, 4. Fig. 64. La cúpula de muqarnas de la sala de las Dos Hermanas, 1, 2, 3-1.; arco de la Sala de Justicia, 6.

Media naranja de templete del patio de Leones; dibujo de G. Schneider (137 bis).

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(2), trompas de las salas de las Dos Hermanas y de los Abencerrajes (4), tipo de mocárabes posiblemente inaugurados en el gran arco de entrada a la Sala de Barca del palacio de Comares (3) decorada en el reinado de Muhammad V sobre modelo de uno de los arcos de la mezquita de la Kutubiyya de Marrakech. La Sala de las Dos Hermanas (fig. 64, 1) atestada de mocárabes lo mismo en la cúpula que en las trompas; su esquema básico (2) (3) lleva al esquema de muqarnas del mihrab de la Kutibiya (5) (139). Para la Sala de Justicia arcos de separación de las tres qubbas (6). Tales maravillas decorativas se acercan, por calidad y cuantía, a las muqarnas con que fueron decorados los palacios sículo-normandos de Palermo, básicamente la Zisa y la Cuba, en mi criterio por obra de alarifes hispanomusulmanes que decoraron las mezquitas del siglo XII de Sevilla, Tinmall, Marrakech y la Qarawiyyin de Fez. Efectivamente, a la vista de la figura 65 no es desacertado comparar la Sala de las dos Hermanas (4) con los dos arcos mocarabados de la Sala del Ninfeo de la Zisa (1) (2); de la Cuba son las trompas (5) y del palacio de Uscibene, también de Palermo, sala cruciforme con muqarnas (3), según dibujo publicado por A. Goldschmidt (140). Algunas connotaciones con probables arrimos del arte magrebí en el palacio de Leones. En primer lugar la disposición de las qubbas de Dos Hermanas y de los Abencerrajes a uno y otro lado de los costados mayores del patio según el eje sur-norte que pasa por la fuente de los doce leones (fig. 65-1, 1, 2) de fácil comparación con la madraza Abu Inaniyya de Fez (3) (3-1) construcción pocos años anterior (1355) al palacio granadino, donde además se da ya distribución simétrica de arcos de mocárabes expresados con el número 3, el 5 para la bovedilla del mihrab y 8 para ménsulas de vigas de techos. También la madraza de Attarin de Fez (1323) (fig. 65-1, 4) da balance de muqarnas de

Fig. 65. Muqarnas de los palacios de la Zisa y de la Cuba de Palermo, 1, 2, 3, 5; Sala de las dos hermanas de la Alhambra, 4.

Fig. 65-1. El paralelo de salas de las Dos Hermanas y de los Abencerrajes (1, 2) y la madraza de Abu Inaniya de Fez, 3.

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arcos, frisos y repisas de arcos de medio punto en el patio. Y en estas y otras madrazas falsos arcos de muqarnas luego adoptados en las trompas de las dos salas referidas de Leones (fig. 63, 4). La abundante presencia de muqarnas en la madrazas y mezquitas del otro lado del Estrecho ha llevado a algunos autores a diagnosticar en falso que las muqarnas es privativa de la arquitectura religiosa, antes que de la domestica o civil. El palacio de la Zisa y el de la Cuba de Palermo, restos de ellas aparecidos en la Qal´a de los Banu Hammad revelados por L. Golvin (141) y la propia Alhambra son testimonios elocuentes de la falsedad del aserto consignado (recuérdese la casa de Abomelik de Ronda y el pórtico de la Alhóndiga del Carbón de Granada). Mocárabe de la Alhambra El mirador de Lindaraja asociado a la Sala de Dos Hermanas y el Palacio de la Zisa de Palermo. En dos artículos míos de mi página personal de Internet así como en mi libro de este mismo medio de difusión Arquitectura y decoración en el Islam Occidental. España y Palermo doy un avance bastante desarrollado de la dualidad arquitectónica Mirador de Lindaraja-Sala del Ninfeo del palacio de la Zisa de Palermo, expresada en las presentes figuras 66, 67 y 68, paralelo en base a los arcos de mocárabes del mirador granadino y sala del Nifeo palermitano. Vaya por delante que Dos Hermanas es una Qubba Real

Fig. 66, Monográfico de la Sala-Qubba de las Dos Hermanas y el mirador de Lindaraja

Fig. 67. Paralelo del mirador de Lindaraja (1) y Sala del Ninfeo de la Zisa de Palermo (2)

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cortejada por dos saletas con una al-haniyya cada una, la central destinada a audiencia de carácter privado equivalente al diwan-i-haas oriental frente a la Qubba Real de Comares de audiencia pública o diwan-i- amm. Añadese a las Dos Hermanas la T invertida o sala apaisada y torrecilla- bahw o mirador de Lindaraja como el sitio del trono de Muhammad V que así lo predica la epigrafía árabe de las paredes. El monográfico del mirador en la primera figura donde hago hincapié en la planta cruciforme (2) vista y analizada en otros palacios. La planta baja o sótano de la Sala de Dos Hermanas con su mirador proyectado al exterior (3) (A) (B) invita a asomarnos a plantas semejantes o parecidas de nuestro entorno occidental: C) sala o palacio del Manar de la Qal´a de los Banu Hammad que ya L. Golvin comparó con la planta de las salas de la torre de la Vela de la Alcazaba de la Alhambra (D) (142), y a su vez yo dejé consignado que el tipo referido de planta de la Qal´a es módulo imitado en dos plantas de la Torre Pisana del Palacio Real de Ruggero II de Palermo, según criterio de David Knipp (E) (F) (143). Las restantes ilustraciones del mirador son: 4, exterior del mismo en el que está presente la ventana de doble arco propia como vimos del nicho-trono del Cuarto Real de Santo Domingo de Granada y del Palacio de Comares; 5, 6, portada con el arco de mocárabe de entrada, vistos al fondo tres arcos mocarabados puramente decorativos adosados. En la jambas del arco tacas ciegas (8) de tres arquillos. La Sala de Ajimeces con la Sala de Dos Hermanas y sus dos saletas contiguas en paralelo con el núcleo del Salón de embajadores del palacio mudéjar de Pedro I del Alcázar de Sevilla (7). Queda pues aclarado que el mirador tiene los siguientes arcos de mocárabes: a la entrada, al fondo de la saleta otro distinto y adosado y a los costados otros dos esta vez gemelos y diferentes de aquél. Respecto a la denominación del mirador en época árabe se impone el término bahw, según en su día me comunicó María Jesús Rubiera: “en un diwan tunecino está aludido el mirador de Lindaraja con el vocablo bahw”. El paralelo mirador y sala del Nifeo analizado en la figura 67: en dos apartados, 1 y 2. el primero para el mirador, el 2 para la sala de la Zisa, con las siguientes aclaraciones.

Zócalo vidriado de jamba del arco de entrada del mirador de Lindaraja.

67-1. Yeserías hispanomusulmanas en la Zisa (1, C, D, F) y del Palacio de la Cuba de Palermo (G).

Fig. 68. Composición de montaje de un arco de muqarnas de la Alhambra (B) en arco de entrada del Ninfeo de la Zisa (A), con resultado imaginario en el arco (D), semejante al mirador de Lindaraja (C).

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En 1, planta en cruz griega (2), (4) (6) para el arco de mocárabes de la entrada; al fondo del (3) arco adosado de mocárabes que es diferente del (5) de uno y otro lado de la saleta-nicho, los dos semejantes. Pasando al apartado 2 de Palermo: (2) (3) planta en cruz; (4) la sala en el siglo XIX según grabados Girault de Prangey y el inglés Gally Knight (144), el segundo representado en la fig. 68, A, desaparecido el arco de entrada original en los dos grabados, en ellos se dejan ver los tres arcos-nichos de mocárabes del frente y de los costados. El (1) del frente distinto del (5) (6) de los costados, ambos iguales (ver fig. 65, 1, 2). Por complemento en la misma figura modelos de la sala cruciforme en el Palacio de ziri en Achir, Argelia, s. X (A), sala del Manar de la Qal´a de los Banu Hammad (C) y sala de honor de palacio Uscibene de Palermo (B). Abajo unidades o celdillas de muqarnas que figuran en el interior de los arcos mocarabados de la Zisa: a, b, c, algunos de yeso añadidos a las muqarnas de piedra; el del arco-nicho del fondo que se repite en el e de mocárabes de la Alhambra. Respecto al arco de mocárabes desaparecido de la Sala del Ninfeo, Bellafiore en exploraciones realizadas en esa parte de la sala vio señales de muqarnas que pertenecieron al arco original de la entrada (145). En este sentido visto el paralelo de mirador granadino y sala del Ninfeo, el arco de ésta sería parecido al del mirador, en último término el granadino confirmaría la presencia de muqarnas a la entrada del Ninfeo, en este caso arco de muqarnas de estuco, no de piedra. Se llega a este extremo viendo que las yeserías de los muros de la entrada son hispanomusulmanas según expuse en trabajos aludidos anteriores (fig. 67-1, 1, C, D, F); otras yeserías hispanas en el palacio de la Cuba (G) (ver figura 65, 5) con atisbos de modalidades geométricas y florales de yeserías magrebíes del siglo XII y del claustro de San Fernando de las Huelgas de Burgos. Todos estos argumentos conducen a que la entrada del Ninfeo tuvo efectivamente arco de muqarnas, como propuesta arco del tipo empleado en la Alhambra dos siglos después, ejemplo uno de la Sala de Justicia del Palacio de los Leones (fig. 68, B) que acoplado al arco del grabado inglés (A) daría el fotomontaje (D) obteniéndose una imagen semejante a la (C) del mirador de Lindaraja de la Alhambra. Ello nos sitúa en la tesitura de aceptar relación artística entre Palermo y Granada fraguada en el siglo XIV dentro del palacio más célebre hasta ahora conocido de Occidente, o pensar que el modelo del Ninfeo se fraguó en palacio hispanomusulmán desaparecido del Norte de África o de al-Andalus peninsular en cuyo caso tendríamos en España el modelo directo del mirador de Lindaraja. Aquí tratado espacio o nicho o bahw como sitial del trono privado de Muhammad V. Adviértase que la planta cruciforme del Ninfeo sin cascada o fuente de agua en el nicho frontal se repetía según Bellafiore, arquitectura y atributos decorativos, en la tercera planta del edificio esta vez como verdadera sala de audiencias del monarca Guglielmo II. Sobre los techos adintelados o alfarjes de las galerías del Patio de los Leones Últimamente se han publicado trabajos sobre los techitos de las galerías de este patio (146), algunos reflejados en artículos míos pasados, que por vía de síntesis traemos a

Mirador de Lindaraja o Daraxa, según Girault de Prangey (1843-1845).

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estas páginas. La planta del Palacio de los Leones (fig. 69, 1), aparte de reflejar la ubicación de los diferentes mocárabes, da información sobre el montaje de los alfarjes reflejado en los pares de vigas transversales señaladas en el plano con la letra T. Las ilustraciones (2) y (3) dan fe de ello: sobre los arcos de las galerías y paredes interiores descansan voladizas pilastrillas como sostén de ménsulas de muqarnas en las que apoyan las maderas sobre las que se acoplan los frisos de fábrica de apoyo a los tableros de techos o alfarjes propiamente dichos (fig. 69-1). En los ángulos del oeste dicho sistema deja libre espacios rectangulares donde van preciosas bovedillas de muqarnas (4) con esquemas geométricos que se remontan a pasadas épocas clásicas. Este sistema de soportes suspendidos para cubrir una sala o galería viene de la Aljafería de Zaragoza (fig. 70, B, 1, 1-1), según interpretación de Cabañero Subiza ( B) (147) al que yo di orígenes localizables en iglesias bizantina (A); también recordar aleros de madrazas magrebíes ya propuestas por Torres Balbás (2) (C), y de paso techos o aleros con soportes voladizos en portada de la mezquita aljama de Córdoba (5), pasadizo de la mezquita de Ibn Tulun de El Cairo (4) y en Madinat al-Zahra probable esquema de apoyo de vigas del techo plano del “Salón Rico” (3).

Fig.. 69. Techos adintelados de las galerías del Patio de los Leones reflejados con una T en la planta 1; bovedillas de mocárabes de los ángulos, 4. Fig. 69-1. Tableros de los alfarjes y vigas transversales, 6, 7, 8. Fig. 70. Orígenes de techos adintelados con soportes suspendidos. Sala de Honor de la Aljaferia, restitución de Cabañero Subiza, B; miembros del techo, 1, 1-1; soportes suspendidos de cubierta adintelada de iglesia bizantina, A; alero con soportes suspendidos de madrasa maríni del Norte de África, C, 2; alero de la puerta de San Esteban, mezquita aljama de Córdoba, 5; detalle de cubierta de piedra de puerta de la mezquita de Ibn Tulun, 4; detalle de soporte de Madinat al-Zahra, 3.

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La Sala-Qubba de los Abencerrajes. La linterna estrellada

Figa. 71 y 72. Sala-Qubba de los Abencerrajes con lucernario estrellado, 3 y dibujos de pantalla en negro; esquema de bóveda estrellada de la qubba de delante del mihrab de la mezquita aljama de Córdoba, A; bóvedas de dibujo estrellado en edificios religioso selyuquíes, B, C. La relación de estas dos bóvedas con los Abencerraje es mera coincidencia. V. Noto ha dibujado en la pantalla en negro los esquemas B-3, B-4, B-5 y B-6 generadores de las linternas de las salas de Dos Hermanas y de los Abencerrajes. En la fig. 72 supuesto modelo de las trompas de la bóveda de los Abencerrajes: 5, 6, 7, de la puerta principal de la Chella de Rabat, señalados como tal precedente por Cabañero Subiza; esquinales achaflanados con mocárabes granadinos y de Huelva, 6-1, 8, 9.

Figs. 73 y 74. Teoría sobre el origen de la bóveda estrellada de Abencerrajes y su influencia en la Torre Nueva mudéjar de Zaragoza, según Cabañero Subiza. Bóvedas de linterna octogonal de lados curvos; 2 , de la mezquita mayor de Susa; A-1, A-2, bóveda del ribat de Susa y bóveda de delante del mihrab de la Gran Mezquita de Qayrawan; 1, mausoleo de Assuan, Egipto. Por mi parte ya expuse con anterioridad a esta teoría supuesto precedente en el Iman Dur, tumba de Muslim ibn Karaish, en Samarra, s. XI, según Herzfeld, 3, 4, 5. Respecto a la Torre Nueva de Zaragoza, fig. 74, la base estrellada de la parte inferior, 1, 2, 3, 4; la torre 6 de la muralla de Teruel también de planta estrellada con picos grandes alternando con picos pequeños; la planta 5 es de baluarte militar moderno de la zona de de Tetuán-Ceuta descendiente de torres baluarte italianos del siglo XV en los que debió inspirarse la torre mudéjar zaragozana del siglo XVI. En las murallas de Ceuta del siglo XV-XVI existe otra torre estrellada esta vez de puntas iguales.

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Planteamiento de la sala ya publicado en mi Tratado de arquitectura hispanomusulmana, III (figs.71 y 72). En las siguientes figuras, 73 y 74 con la propuesta de Cabañero Subiza sobre la probable influencia de la torre en forma de estrella de los Abencerrajes en la Torre Nueva mudéjar de Zaragoza (fig. 74) (148); de paso otros probables modelos árabes que se acercan al estrella de la Alhambra (149), todo ello explicado en epígrafes a pie de ilustración. Y vaya por delante la función de la Sala-Qubba que en principio he identificado con vivienda de lujo de estar femenina, tal vez la sultana, con apartamento casi secreto en la parte superior del edificio tradicionalmente llamado harén. Sobre este tema Emilio García Gómez opinaba que el harén que no acaba de encontrarlo en los textos árabes, estaría, dice, en los pisos altos de los Abencerrajes, tal vez también en los altos de la Sala de las Dos Hermanas en opinión de Mª Elena Diez Jorge (150). Y habría que saber interpretar un pasaje de Ibn Marzuk de su Musnad : palacio que proyectaba hacer Abu al-Hasan en Tremecen con cuatro qubbas, con motivo de la llegada de una princesa de Túnez, ¿qubba como habitación de mujer? Y a todas luces desestimar como ya lo deje dicho la identificación de los Abencerrajes como mausoleo de Muhammad V. La qubba con dos salas adjuntas simétricamente dispuestas que predica Ibn Marzuq en su Musnad a veces es representada en Egipto y Oriente con funciones religiosas, pero esto es un tema que no viene a cuento relacionar con los Abencerrajes, teniendo en cuenta que ese modelo de qubba viene del Cuarto Real de Santo Domingo de Granada. El discurso del agua en palacios y jardines de los palacios hispanomusulmanes y sículo-normandos de Palermo

El artificio del agua como espectáculo a la vez que decoración de las regias residencias hispanomusulmanas puede darse por inaugurado en los palacios de Madinat al-Zahra y los del siglo XII con el referente incontestable de los patios-jardínes con crucero tan divulgado a través del patio de los Leones de la Alhambra (fig. 75, 1): la cruz de acequias con pilillas intercaladas en el suelo (2) que convergen en el centro donde se sitúa la pila dodecagonal sostenida por doce leones de pie que expulsan agua por las fauces (3) (4) y figura 76 (1). Conocidos son los leones esta vez sentados que estuvieron al pie de gran alberca del Maristán granadino de

Fig. 75. Fuente, acequias y albercas nazaríes de

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Muhammad V (2) (3), (153) reiterados estos modelos en animal surtidor fatimí de el Cairo (6), leones sentados aunque esta vez sin relación con el agua que sostienen una tumba de monarca de la dinastía normanda de Palermo conservado en la Catedral de esta ciudad (5). Cabezas de león surtidor de escena de las pinturas de la Capilla Palatina de Palermo (4) y figura 77, 7. En la misma figura alberca con cabezas de ciervos expulsando agua de la Biblioteca Apostólica Vaticana según publicación de Torres Balbás (4) (151). Cabeza de león con boca surtidor del Museo Arqueológico de la Alhambra (6). También en (3) pila cuadrangular con cuatro nicho-lóbulos con representación dentro de leones relacionados con el agua aparecida en la Qal´a de los Banu Hammad (152). De estas imágenes con animales surtidores se hacen eco las crónicas árabes referidas al Norte de África y residencia de la misma Granada. Este animal tiene una larga trayectoria en el mundo islámico, en la historia, la literatura y el arte, en este último nivel con carácter profiláctico, mágico, protector o de custodia o como símbolo de poder siguiendo una vieja herencia asiática. Como surtidor o surtidores zoomórficos los ejemplos mencionados y como dice la doctora María Jesús Rubiera el olvidado león de la almudaina de Mallorca estudiado por Roselló Bordois (153), el de Abd al-Rahman III ubicado en la almunia de la Noria, los animales surtidores de pila de al-Zahra traída de Constantinopla (154), león negro de palacio de Almanzor, la alberca con leones surtidores de palacio del taifa al-Ma´mun de Toledo (155); en el Norte de África el poeta siciliano Ibn Hamdis decribe palacio de un emir de la dinastía hammadi en Bugía : “Valientes leones habitan la guarida de los jefes y dejan el susurro del agua como rugidos…están sentados sobre sus cuartos traseros para atacar…”. Para Granada en el siglo XI el judío Ibn Nagrella habla de palacio de la Alhambra con leones surtidores (156). Después, entre este caso y el de la fuente de los leones nazaríes del siglo XIV un palacio en el Nayd que se construye Muhammad III con fuente: “los leones abren alrededor de la alberca y arrojan coral de líquido” Sobre los leones ver Tratado de arquitectura hispanomusulmana, III.

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La arquitectura y el agua, no siempre con vegetación, alcanza a viviendas de élite de El Cairo desde la época fatimí (fig. 75, A), en el patio como marco pilas o alberquillas de las que parte acequia o canalillo incrustado en el suelo camino del iwan con pórtico en cuyo frente o testero se acopla fuentecilla o pila cuadrangular con cuatro lóbulos, es el mismo paisaje palatino, privado o doméstico, de las salas del Palacio de los Leones y Sala del Ninfeo de la Zisa de Palermo (fig. 78). Se prodigan en estas residencia regia o de clase elitista los patios o jardines con estanque central o al pie de los pórticos con pila surtidor en el testero: tipos reflejados en la figura 75 (4-1) (5) (6) (7), el (8) del patio con crucero del Alcázar Cristiano de Córdoba. A estos modelos añado otros de la figura 77: (2) de pililla de estanque de casa de la explanada del palacio de Carlos V de la alhambra, el mismo modelo en mármol del patio del Palacio de Comares y del Cuarto Real de Santo Domingo (4-1), la pililla en el suelo cuadrangular con cuatro lóbulos de El Cairo y de la Qal´a argelina reflejadas en la aparecida en la parte de la Rawda de la alhambra (3-1) reiterada por partida doble en pieza de piedra alargada que estuvo desde el siglo XVI en el llamado Patio de Machuca de los accesos a la Casa Real Vieja de la Alhambra (3-2) modelo que a juicio de Orihuela se inspira en pila fuente de palacios de la romana Volúbilis. De este complejo arqueológico es otra pila de patio porticado (1): es pieza rectangular apaisada con lobulillo en tres de sus costados bordeada de canalillo que recoge el agua de fuentecilla surtidor circular instalado en el frente principal, la circulación del agua de forma parecida a la pila (3) de la Qal´a y la (3-1) de la Alhambra. Sería interesante hacer un inventario morfológico de las albercas o estanques del orbe mediterráneo occidental para así poder compararlas cómodamente con las hispanomusulmanas. Mérida, Itálica, Lixus, Utica, Cartago y otras ciudades en ruinas romanas arrojan un balance muy interesante de contenedores de agua relacionados con

Figs. 76, 77, 78, 79. Tratado del agua en las residencias de Granada, lla Alhambra y la Qal´a de los Banu Hammad de Argelia; en las figuras 78 y 79, 6, 7 palacio de la Zisa por comparación con el tratado del agua en Madinat al-Zahra (fig. 79, 1, 2, 3, 4; el 5 patio de crucero del palacio almorávide del convento de Santa Clara de Murcia; 8, Palacio de los Leones de la Alhambra.

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patios, jardines o huertos. Sin duda algunas de esas viviendas presididas por albercas recibirían el nombre de éstas. En Granada ha prevalecido el Patio de la Alberca, también llamado de los Arrayanes, del Palacio de Comares y en Marruecos figura madraza de Fez llamada Al-Sahriy-estanque- erigida en 1221-1223 que por lo visto para distinguirla de otras menores recibió el nombre de Madraza al-Qadra. En el Musnad de Marzuq es llamada Madrasa de Al-sahriy y se atribuye a Abu- l-Hsan. Un refinamiento de esta arquitectura del agua sin duda traspasado de la Antigüedad al Islam es el canalillo de mármol gris exhumado en la Qal´a de los Bannu Hammad (Argelia) con el fondo decorado por líneas en zig-zag en relieve simulando el oleaje del agua decoración acompañada a veces de figuras de peces que marcan la dirección del líquido elemento. Esta decoración zigzagueante es llamada chatravan viéndose en casas aludidas del Fustat, según Creswell. En la figura 78, 1, 4, de la fuente de la Sala del Ninfeo de la Zisa se ve una plancha inclinada con el rayado de ángulos sucesivos por la que discurría el agua que vertía en pililla de la arranca canalillo longitudinal, pieza llamada sadriwan, cadar o bien salsabil (Marçais) de influencia egipcia (157). No se conoce en España semejante artificio del agua. Fuentes con canalillos con el agua simulada en dibujo de líneas zigzagueantes pueden verse en un tapiz con jardines de crucero procedente de la región de Tabriz, s. XVIII. APENDICE. La segunda planta de palacios hispanomusulmanes y mudéjares

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En escasos edificios de la Alhambra hay segunda y tercera planta. En la figura 1: costado sur del patio de Comares con dos plantas de pórtico separados por entresuelo, (1); en el Partal la torrecilla y viviendas adjuntas (2); luego el Palacio de los Leones, dos

plantas en las qubbas de Dos Hermanas y de los Abencerrajes con miradores de triple ventana al patio del crucero /3); las Puerta del Vino (4) y la fachada de la Alhóndiga del Carbón (5); la gran portada del Palacio de Comares en el “Cuarto Dorado” (6); pabellón o pórtico meridional o de los pies del Patio de la Acequia del Generalife de Granada (7); y en Comares la torre de este nombre (8) a cuya segunda planta y la terraza se asciende por angosta escalera del dibujo adjunto. En la figura 2 fachada principal del palacio

mudéjar de Pedro I en el Alcázar de Sevilla (1) casi gemela de la portada de Comares de la figura 1; portada de los palacios mudéjares de Tordesillas (2) y la del palacio de Astudillo (4) a las que se suma la portada del llamado Palacio del Rey Don Pedro en Toledo (5). En la figura 3 ventana del patio del Palacio de los Córdoba en Écija (1); ventanas de la segunda planta del palacio de Tardecillas (2) (3);

portada del palacio de Doña María de Molina en Valladolid, (4). Figura 4, ventanas de la fachada interior de la planta superior de la Puerta del Perdón de la mezquita aljama almohade de Sevilla junto a la cual he dibujado una fachada exterior de puerta del siglo XII de las murallas de Niebla, las ventanas superiores meramente decorativas al contrario de lo que se ve en la Puerta del Vino de la Alhambra. Dentro del Isla, Occidental las tres plantas del palacio de la Zisa de Palermo, según A. Goldschmidt. Recapitulando, las portadas dobladas de la arquitectura residencial nazarí y mudéjar coinciden en la presencia arriba de un arco o arcos gemelos de ventana, icono que aunque a veces de carácter simbólico podría significar que el palacio tuviera arriba espacio privilegiado liso o decorado equiparable a los espacios de la planta baja, como el pretendido palacio privado de Pedro I que A. Almagro ve a título de hipótesis en la planta alta del alcázar de Sevilla con fachada al Patio de la Montería. A propósito de los espacios reservados a las mujeres musulmanas en los palacios no se descarta que las plantas altas fueran destinadas a ellas, cual es el caso seguro del llamado Harém de la

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Sala-Qubba de los Abencerrajes que así viene rezando la tradición de ese lugar, últimamente reivindicado por la historiadora del arte Mª Elena Diez Jorge quien no acaba de encontrar en los textos árabes testimonio claros o seguros acerca de la morada asignada a la mujer musulmana en las residencias regias. Veamos como veía Torres Balbás este tema referido al patio de los Leones de la Alhambra: “en el centro de los lados mayores abrense grandes arcos semicirculares dando entrada a los aposentos de las salas de las Dos Hermanas y de los Abencerrajes; encima avanza hasta el hueco del patio los cuerpos altos de estas salas formando sendos miradores abiertos por triples arcos con cuatro ventanitas encima que darían a los aposentos femeninos” (ver figura 1, 4). En otros trabajos míos he identificado esa habitabilidad femenina con los espacios de primera o segunda planta de pabellones opuestos o distantes del principal o del sultán con jardín o alberca por medio, cual ocurría en palacios orientales de los siglos XV y XVI, principalmente de Irán. Este sería el caso de pórtico doble, a modo de balconadas, del sur de Comares o el pabellón también meridional del Patio de la Acequia del Generalife. Pabellones por lo tanto de hombres y mujeres enfrentados arquitectónicamente, ello rubricado por el enfrentamiento de las salas de las Dos Hermanas y de los Abencerrajes con su harém en la segunda planta.

6 Fachada-portada del Palacio de Comares en el Patio del “Cuarto Dorado”. Alhambra.

SOBRE LA SUPUESTA O DESAPARECIDA FACHADA DEL COSTADO MERIDIONAL DEL PATIO DE LA ALBERCA DE COMARES. Como punto de partida Gómez-Moreno y Torres Balbás coincidián en el siguiente criterio escrito por el segundo: “Es insostenible aseverar que la entrada principal de la Alhambra estaba en la parte del palacio de Carlos V, desde que se conoce la verdadera”, o sea, la del “Cuarto Dorado”. Lo demás sobre este tema cae más de la parte de la dilatante leyenda histórica. Emilio García Gómez a raíz de su Foco de antigua luz sobre la alhambra de Ibn al-Jatib de 1362 (1988) sostuvo esa poratada en eje con el salón del trono de Comares e incluso habla de traslado de portada fantasma al “Cuarto Dorado”, es decir, la actual trabajada por A. Fernández-Puertas y M. López Reche (La fachada del Palacio de comares, 1980). Semejante traslado lo desestimamos Darío Cabales Rodríguez y yo con parecidas argumentaciones (“La fachada de Comares y la llamada puerta de la Casa Real de la Alhambra”, Cuadernos de la Alhambra, 23, 1991, y “Notas bibliográficas”, Al-Qantara XI, 1990). C. Vilchez Vilchez entra en el tema con su artículo “Sobre la supuesta fachada meridional del Palacio de Comares” (Cuadernos de Historia del Arte de la Universidad de Granada, 22, 1991) donde habla de la existencia de plaza o explanada de delante del costado sur de Comares en la que desembocaban las arterias o vías principales (J. Bermúdez López, “Notas sobre la traza urbana de la Alhambra: sus calles principales”, Actas del II Congreso de Arqueología Medieval Española, 1987), plaza desestimada años después por Marinetto Sánche (2004) por el desnivel que se producía allí, por contestación a Ruiz Souza que la mantiene en su artículo “El palacio de los Leones de la Alhambra…” (2004). Este autor de explaya en este tema en su artículo de ese último año titulado “El Palacio de Comares de la Alhambra de Granada: tipología y funciones. Nuevas propuestas de estudio”, Cuadernos de la alhambra, 40. La exposición en este artículo como prueba de la desaparecida puerta del palacio que nadie ha visto es una retahíla de argumentos y citas entre históricas y legendarias que parte de lo sasánida y pasa por las dinastías omeya y abasi e incluso se menciona sin venir al caso al-Zahra y palacios del Alcázar de Córdoba al decir de las crónicas árabes con estancias regias de altas plantas dando sus portadas a plaza o explanada pública a la que podía asomarse el jerarca de turno, algo parecido a lo que nos cuenta A. Almagro Gorbea del Alcázar de Sevilla, vía hipótesis sin confirmar, concretamente la portada mudéjar de Pedro I de la Monteria (1364-65, con ventanas duplicada en la segunda planta. La tesis o propuesta de larga trayectoria retrospectiva traida por Ruiz Souza tiene dos vertientes, la existencia de la propia y su-

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Palacio del Mar de la Qala a´de los Bannu Hammad. La sala tripartita de la derecha desgajada del plano. BIBLIOGRAFIA 1. Terrasse, Ch., Medersas du Maroc, París, 1927; Marçais, G. “ Remarques sur les méderses funéraires en Berbérie, á propos de la Techfiniyain de Tlemcen », Melanges Gaudefroy-Demonbynes, Le Caire, 1937. Golvin, L., La madrasa mediévale, Aix -en-Provence, 1995. 2. La influencia andalusí en Túnez fue una constante en la dar o vivienda tunecina entre los siglos XIV y XVI. 3. Creswell, K.A.C., The Muslim architecture of Egypt, II. 4. Marçais, G., Architecture musulmane d´Occident, Paris, 1954. 5. Ruiz Souza, J. C., « Santa Clara de Tordesillas. Nuevos datos para su cronología y estudio entre la relación de Pedro I y Muhammad V”, Reales Sitios, 130, i996. 6. Pavón Maldonado, B., “Sobre el no aislamiento de la Alhambra. Un prólogo para siete notas de arquitectura”, Cuadernos de la Alhambra, 29-30, 1993.1994. 7. Diez Jorge, Mª Elena (ed.), La Alhambra y el Generalife. Guía historico-artistica, 2006.

puesta portada que no llega a ser probada y el tema de portada en eje con el salón del trono propugnado como se ha visto por García Gómez. Si en Oriente los califas omeyas y abbasies y luego las dinastían reinantes en tierras tunecinas y argelinas a partir de los siglos IX y X, incluidos por extensión los palacios de la Qala´a de los Bannu Hammad de Argelia y los palermitanos de la Zisa y de la Cuba, respetaron en sus residencias tal modalidad nada en lo hispanomusulmán y lo mjudéjar permite reivindicarla. En las ilustraciones de este apéndice se ven portadas de doble planta, con una ventana de arco único o geminada, siempre desenténdiéndose del eje que pasa por el centro del patio y jardín director de las distintas estancias. En ello no cabe duda que intervendrían motivos topográficos pero la mayoría de las veces es evidente que se busca el recoveco o codo único, doble o triple hasta llegar al patio o el trono de la Qubba Real. Esto es lo que hace más distantes a portada y trono, lo digo respondiendo a Malpica Cuello que escribe en 2002 lo siguiente: “Es totalmente imposible que el acceso principal al Palacio de Comares fuese por la puerta del mismo nombre, que se haya en un extremo del Cuarto Dorado. Además de otros muchos argumentos, la entrada a Comares no se podía hacer tan cerca del trono” (La Alhambra de Granada. Un estudio arqueológico). Dicho sea de paso, esta portada es oficial, común para Comares y para el palacio de los Leones, la implantó Muhammad V en 1370, propuesta por Fernández-Puertas, un año antes muere Pedro I de Castilla, aliado y amigo del sultán granadino, su portada mudéjar de Montería del Alcázar sevillano del año 1364 se adelanta a la de Comares, y que la entrada con portadas del Generalife para nada se alinea con el jardin de la Acequia y sala del trono. Esto es lo que hay hoy de la planimetría de vivienda palatinas altas árabes y mudéjares con vistosas portadas que en principio se pueden asignar a las mujeres: Comares, Generalife, fachada de la Monteria del Alcázar de Sevilla, palacio de Tordesillas, palacio de doña María de Molina de Valladolid, palacio de doña María de Padilla de Astudillo, palacio del Rey Don Pedro y palacio de Fuensalida de Toledo, palacio del Convento de Santa Isabel la Real de Toledo Uno de los palacios mudéjares tardíos de Castilla con la puerta de entrada en eje con el patio es de los Cárdenas de Ocaña, siglo XV-XVI. Dicho esto, las madrazas marroquíes ya comentadas pueden tener la entrada a los pies del patio o no. Las viviendas individualizadas granadinas, leáse como ejemplo la de las torres alhambreñas de la Cautiva y de las nfantas enseñan entrada de codo sencillo o múltiple. Un ejemplo de palacio del Islam Occidental, de estructura unitaria y axil con gran estanque centralizado en sustitución de patio o jardín , tipo Comares y en parte palacio de Pdro I del Alcázar de Sevilla, es el llamado Alcázar del Mar, en la Qala´a de los Bannu Hammad de Argelia, (s. XI-XII), estudiado por L. Golvin, precisamente el que más parecido tiene en mi criterio con el palacio de Comares que viene en teoría y parcialmente a dar la razón a los que propugnan el eje portada -salón del trono de Comares.. Lo que en este es salón del trono en la Qala´a es gran patio cuadrado, coinciden en los pórticos de los costados menores del gran estanque y en la presencia de Baño Real a la derecha del mismo. La entrada en el costado de los pies, centralizada aunque con dobles codos simetrizados. Y una variante palmaria cual es que la sala que se supone del trono queda a la derecha relacionada con los baños, sala tripartita, qubba y dos salas laterales, tipo qubba del Cuarto Real de Santo Domingo de Granada.

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8. Malpica Cuello, A., La Alhambra de Granada, un estudio arqueológico, Granada, 2002. Es un libro elaborado por alumnos del autor que asume la responsabilidad intelesctual del trabajo. Libro teóricamente aperturista con el pensamiento puesto en el futuro: la investigación arqueológica de la Alhambra, “no por ello despreciamos, sino todo lo contrario, las diferentes posibilidades que existe para el conocimiento de la ciudad palatina”. “Pensamos que hay que romper una imagen tan consolidada del monumento como la que hasta ahora ha tenido, y así darle una dimensión distinta que, en nuestro caso, es claramente más material” o arqueológica. Por lo que afecta a la decoración y la epigrafía árabe toda uina propuesta de futuro: “aún cuando hay numerosos trabajos parciales y se conoce bastante, a veces no es suficiente y habrá que esperar que nuevas investigaciones culminen y vean la luz. Entre tanto nos conformaremos con la que tenemos”. A lo largo del libro muchas veces los abundantes y abultados de textos entrecomillados copiados de distintos autores, que dan pie al meollo del libro, puerta abierta al cometido o revisión arqueológica de la nueva andadura de Malpica Cuello, no son reproducidos con la deseada fidelidad, justedad y cuantía. 9- Pavón Maldonado, B., Estudios sobre la Alhambra, I-II, Anejo II de Cuadernos de la Alhambra, 1975-1977 (contiene la Alcazaba, el Palacio de Abencerrajes, los Accesos a la Casa Real Vieja, el Palacio de Comares; el Generalife, Torre de la Cautiva, el Cuarto de Leones. Puertas y torres de la Alhambra, (siglo XIV), Las columnas en la arquitectura nazarí, Decoración mural pintada, Conclusión: la Qubba del Islam Occidental, Apéndice. 10. Pavón Maldonado, B. Tratado de arquitectura hispanomusulmana. Palacios, Madrid, 2004 (contiene 206 páginas dedicadas al arte nazarí de Granada con 96 figuras a toda plana que comprenden 725 documentos históricos o ilustraciones en su mayoría inéditas con atención preferente para la decoración y la epigrafía las parcelas más desatendidas de la Alhambra). 11. Vilchez Vilchez, C., La Alhambra de Leopoldo de Torres Balbás (Obras de restauración y conservación. 1923-1936., Granada, 1988. 12. Orihuela Uzal, A., Casas y palacios nazaríes. Siglos XIII-.XV, 1995. 13. Ruiz Souza, J. C., “El palacio de los Leones de la Alhambra: ¿Madrasa, zawiya y tumba ded Muhammad V? Estudio para debate”, Al-Qantara, XXII, 2001. 14. Cabanelas Rodríguez, D., “La madraza árabe de Granada y su suerte en época cristiana”, Cuadernos de la Alhambra, 24, 1988. 15. Gómez-Moreno, M., Guía de Granada, 1892, pp. 118-124. 16. García Gómez, E., Foco de luz sobre la Alhambra desde un texto de Ibn al-Jatib en 1362, Madrid, 1988. 17. Sourdel Thomine, “Locaux d´enseiglnement et madrasas dan el Islam Mediéval », Revue des Etudes Islamiques, XLIV, 1976 ; Basset, H., y Lévi-Provençal, E., « Chella. Une nédropole merininide », Hesperis, 1922 : Meunié, J., « La zaouita Noussak. Une fondation mérinide aux abords de Salé », Melanges d´Histoire det d´archeologie de l´Occident musulman, Homenaje a George Marçais, Alger, 1957. 18. Bermúdez Pareja, J., La Alhambra. La Casa Real. Forma y Color, p. 4. 19. López López, C. y Orihuela Uzal, A., “Una nueva interpetación del texto de Ibn al-Jatib sobre la Alhambra en 1362”, Cuadernos de la Alhambra, 26, 1990. 20. Tratamiento o interpretación de la Rawda de la Alhambra en Torres Balbás, L. (“Paseos por la Alhambra. Una necrópoli nazarí: la Rawsa”, Archivo Español de Arte y Arqueología, 6, 1926); Gallego Burín, A. (La Alhambra, 1963), Pavón Maldonado (Estudios sobre la Alhambra, 1975-1977); Salmerón Escobar, P. y Cullel Muro, M., “La Rauda de la Alhambra. La memoria del lugar como base de la intervención”, Cuadernos de la Alhambra, 36, 2000. 21. Para tipologías de mausoleos con nichos, Mohamed Hamzah Ismael Al-Haddad, Estudios e investigaciones en la arqueología islámica, El Cairo, I-II, 2004 (en árabe). Entiendase en este tema que la planta de la Sala-Qubba de los Abencerrajes de la Alhambra, planta tripartita (sala cuadrada con dos saletas rectangulares a los lados), venía siendo habitual en el Egipto fatimí y el mameluco y bastantes casos medievales de Oriente, argumento que esgrime Ruiz Souza para ver en la Sala de los Abencerrajes supuesto mausoleo de Muhammad V; pero este caso granadino sigue la línea de plantas adcritas a la Qubba Real que viene del Cuarto Real de Santo Domingo de Granada y de Alcázar Genil de la misma ciudad. La engañosa plurifuncionalidad de esa planta tripartita que afecta también a mezquitas de madrasas del otro lado del Estrecho no debe apartarnos de la tradición nazarí palatina heredada de los almohades desde muy temprana edad, con la aclaración del Musnad de Ibn Marzuq para el siglo XIV de qubbas en palacio de Tremecén con sala central y estancias colaterales (ver nota 80 de este artículo). 22. Rousseau, G., Le mausolée des Princes Sa´diens à Marrakech, Paris, 1925. 23. Pavón Maldonado, B., Tratado de arquitectura hispanomusulmana, IV, Mezquitas, Madrid, 2009, pp 723, fig. 29.

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24. Los mocárabes del mihrab del Partal responden a la tradición de la arquitectura religiosa magrebí de la época aunque en este caso granadino las muqarnas serían objeto de restauraciones. (Torres Balbás ,”El oratorio y la casa de Astasio de Bracamonte, en el Partal de la Alhambra”, Al-Andalus, X, 1945). 25. Torres Balbás, L., “Pasadizo entre entre la sala de la Barca y el salón de Comares en la Alhambra de Granada”, Al-Andalus, II, 1934; y Pavón Maldonado, Tratado, III. 26. Gómez-Moreno, Guía de Granada, y Torres Balbás, “La mezquita real de la Alhambra y el baño frontero”, Al-Andalus, X, 1945. 27. Pavón Maldonado, B., “Sobre el no aislamiento de la Alhambra…”. 28. López Guzman, R. y Diez Jorge, M. E., La madraza: pasado, presente y futuro, Granada, 2007. 29. Pavón Maldonado, B., “De nuevo sobre Ronda musulmana”, Awraq, 1979. 30. Viguera, M. J., El Musnad de Ibn Marzuq. Hechos memorables de abu-l- Hasan sultan de los benimerines, Madrid, 1977. 31. Gómez-Moreno, M., “El arte islámico en España y el Magreb”, en Arte del Islam, Labor, 1961, p. 747. 32. A prtir de la decoración del Generalife empezamos a acordarnos del arte de las madrsas magrebíes pues entre este palacio granadino y las madrasas se advierten analogías y paralelismos suficientes para ver que el arte nazarí y el africano son parte de una misma unidad estilística, un análisis muy del estilo de H. Terrasse. 33. Pavón Maldonado, B., “Arte hispanomusulmán en Ceuta y Tetuán”, Cuadernos de la Alhambra, 6, 1970. 34. Torres Balbás, L., “Rabitas hispanomusulmanas”, Al-Andalus, XIII, 1948. 35. Terrasse, M., Islam et Occident Mediterranéen. De la conquête aux Ottomans, Paris, 2001 ; Cressier. P. y Mourad Rammad, «Sabra Mansuriyya, une otre villa califale », Cuadernos de Madinat al-Zahra, 2004. 36. Golvin, L., “ Le palais de Ziri à Achir (dixiéme siècle J. C.) « , Ars Orientalis, VI, 1966 ; Lézine, A., « La salle d´audience du palais d´Achir », Revue des Études Islamiques, X, 1972 ; Marçais, G., « Salle, antisalle », Annales de l´Institut d´études orientales, X, 1952. 37. Este gran patio con salas alargadas con atajos cuadrados tratado por los especialistas que han pasado por al-Zahra, Félix Hernández, Rafael Castejón, Torres Balbás, Pavón Maldonado, Vallejo Triano y A. Almagro Gorbea. 38. Vallejo Triano, A. La ciudad califal de Madinat al-Zahra, Córdoba, 2010. 39. Pavón Maldonado, B, Estudios sobre la Alhambra, I, p. 28, figura 26, 2; Vallejo Triano, La ciudad califal de Madinat al-Zahra. 40. Velázquez Bosco, R., Medina Azzahra y Alamiriría, Madrid, 1912. 41. Tabales Rodríguez, “Investigaciones arqueológicas en el Alcázar de Sevilla”, Apuntes del Alcázar de Sevilla, 1, 2000. 42. Navarro Palazón, J., “La casa andalusí en Siyasa. Ensayo para una clasificación tipológica “, La casa hispanomusulmana. Aportaciones de la arqueología, Granada, 1990. 43. Torres Balbás, L., “Játiva y los restos del palacio de Pinohermoso”, Al-Andalus, XIII, 1958. 44. Navarro Palazón, J. y Jiménez Castillo, P., Casas y palacios de al-Andalus (siglos XII y XIII), Murcia, 1995. 45. Revault, J., Golvin, L., Amahan, A., Palais et demeures de Fès, I, époques merinide et sandienne (XIV-XVII siècles), París, 1988. 46. Pavón Maldonado, « Arte hispanomusulmán en Ceuta y Tetuán”. 47. Almagro Gobea, A., “Los palacios de tradición andalusí en la corona de Castilla: las empresas de Pedro I”, El legado de al-Andalus. El arte andalusí de León y Castilla durante la Edad Media, Valladolid, 2007. 48. Pavón Maldonado, Estudios sobre la Alhambra, I; Malpica Cuello, “Intervenciones arqueológicas en el Secano de la Alhambra. El conjunto de los Abencerrajes”, Cuadernos de la Alhambra 28, 1992. 49. Torres Balbás, L., “Plantas de casas árabes en la Alhambra”, Al-Andalus, II, 1934. 50. Manzano Martos, R., Patios con jardín en la Sevilla islámica, Sevilla, 1991, y El Alcázar de Sevilla. Los palacios almohades en el último siglo de Sevilla islámica, Sevilla, 1995. 51. Revault, J., Palais et demeures de Tunis (XVI et .XVII siècles), I, 1967. 52. Pavón Maldonado, B., « La Puerta del Vino de la Alhambra », Cuadernos de la Alhambra, 31-32, 1995-1996; Salameh, I. M., “Un estudio de los elementos decorativos de la Puerta del Vino de la Alhambra de Granada”, Arqueoplogía y Territorio Medieval, 5, 1998. 53. Según Krautheirme, 1965. 54. Creswell, Early Muslim architectuire, parte II. 55. Pavón Maldonado, España y Túnez: arte y arqueología islámica, Madrid, 1996. 56. Lézine, A., Le ribat de Sousse suivi de notes sur le ribat de Monastir, Tunis, 1956.

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57. Torres Balbás, L., « La Puerta de Bibarrambla de Granada », Archivo Español de Arte y Arqueología , XXXIII, 1935.; Pavón Maldonado, “Bibarrambla”, Miscelánea de Estudios Árabe y Hebraicos, 49, 2000. 58. Navarro Palazón, Jiménez Castillo, Casas y palacios de al-Andalus… 59. Pavón Maldonado, B. “Una portada nazari con decoración geométrica y epigrafía”, Homenaje al Prof. Darío Cabanelas Rodríguez, II, 1960. 60. Fernández-Puertas, A., La fachada del Palacio de Comares, Granada, 1980. Sobre esta portada García Gómez la suponía trasladada del costado sur del Patio de los Arrayanes de Comares (Foco de antigua luz sobre la Alhambra), tesis que rebatí en 1990 (“Notas bibligráficas”, Al-Qantara, XI). Algunos autores entre ellos Ruiz Souza piensan en la presencia de gran portada honorífica desaparecida en el costado sur del patio de Comares que daba a una gran plaza, de identificación poco segura, tesis como aquella otra de imposible comprobación. En este sentido Malpica Cuello no ve la portada del Cuarto Dorado como la del Palacio de Comares al que daba ingreso al quedar muy cerca del salón del trono ( La Alhambra de Granada…). Sobre este tema ver el apéndice de este artículo. 61. Pavón Maldonado, “Un problema arqueológico en la Alhambra. En torno a la Torre de los Picos y la puerta desaparecida de un grabado de Laborde”, Cuadernos de la Alhambra, 5, 1969. 62. Sauvaget, J. “Remarques sur l´art sassanide, Revue des études islamiques, 1938 ; La mosquée omeyyade de Medine, 1947; Sourdel Thomine, « Question de cerémonial ´abbaside », Revue des Études Islamiques, 1960. 63. García Gómez, E., Ibn Zamrak, poeta de la Alhambra, Madrid, 1943. 64. Nykl, A. R., “Inscripciones árabes de la Alhambra y el Generalife”, Al-Andalus, IV, 1936-39. 65. Pavón Maldonado, B., “En torno a la Qubba Real en la arquitectura hispanomusulmana”, Actas de las Jornadas de Cultura Árabe e Islámica, 1978, Madrid, 1981; Manzano Martos, R., La qubba, aula regia en la España musulmana, Madrid, 1994. 66. Pavón Maldonado, B., con la colaboración de Barceló, C., El Cuarto Real de Santo Domingo de Granada. Los orígenes del arte nazari., Granada, 1991. Ver Rubiera , M. J., La arquitectura en la literatura árabe, Madrid, 1981. 67. Almagro Gorbea, A., “Los palacios de tradición andalusi…” 68. Guerrero Lovillo, J., Al-Qasr al-Mubarak, el Alcázar de la Bendición, Sevilla, 1974. La misma planta como prueba de su papel plurifuncional se da en mausoleos medievales de El Cairo. 69. Pavón Maldonado, B., Arte toledano: islámico y mudéjar, Madrid, 1973-1988. 70. Navarro Palazón, J., “La Dar al-Sùgra de Murcia. Un palacio andalusí del siglo XII”, Colloque International d´archéologie Islamique, IFAQ, Cairo, 1993. 71. Hoag, D. John, Arquitectura islámica, Madrid, 1976, pp.177. 72. El paralelo estilístico de la “Capilla Dorada” y la Sala de Justicia del alcázar de Sevilla ya quedó reflejado en mi Tratado III y “Arquitectura y decorzación en la corona de Castilla del siglo XIV. El triángulo Toledo, Tordesillas y Sevilla pasando por Rabat” en artículo de mi Página Personal de Internet. 73. Pavón Maldonado, B., Tratado de arquitectura hispanomusulmana. Mezquitas, IV, Madrid, 2009. 74. Noto, V. “Elementos para un estudio de los sistemas proporcionales y petrológicos en la arquitectura islámica”, Cuadernos de la Alhambra, 29-30, 1993-1994; Noto, V. y Caronia, G., La Cuba di Palermo (Arabi e Uorman nell XII Séc,), Palermo, 1988. 75. Gómez-Moreno, M., “Granada en el siglo XIII”, Cuadernos de la Alhambra, 2, 1966. 76. Almagro Gorbea, A., “Los palacios de tradición andalusi…” 77. Cyril Mango, Arquitectura bizantina, Madrid 1989. 78. Bellafiore, G., La Zisa di Palermo, Palermo, 2008; Stakke, U., La Zisa, Palermo, 1991 (para la relación planimétrica de palacio de Ziri de Achir y la Zisa). 79. Torres Balbás, L., “ Dar al-Arusa y las ruinas de palacios y albercas granadinas situadas por encima del Generalife de Granada”, Al-Andalus, XIII, 1948. 80. Léví-Provençal, E., “Le Musnad de ibn Marzuq”, Hespéris, 1926, texto árabe p. 38, trad. 75-76. 81. Hoag, Arquitectura islámica. 82. Torres Balbás, L., “Salas con linterna central en la arquitectura granadina “, Al-Andalus, XIV, 1959. Lézine, A., “Salles nobles des palais mamelouks”, Annales Islamologiques, X. 83. Pavón Maldonado, B., Memoria de la excavación de la mezquita aljama de Madinat al-Zahra, Madrid, 1966. 84. Marçais, G., “Remarques sur ´l´esthetique musulmane “, Annales de l´Institut d´Études Orientales, IV, 1938.. 85. Goldschmidt, A., « Die normannischen Königspaläste in Palermo”, Zeitschrift für Bauwesen. XLVIII, (1998), coll.541-90. 86. Rivoira, G. T., Archittetura musulmana. Sue orogini e suo sviluppo, Milán, 1914. 87. Almagro Gorbea, A., El palacio omeya de Amman, I, Arquitectura, Madrid, 1983. 88. Ghirshman, R. Iran. Partos y sasánidas, Madrid, 1962.

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89. Creswell, The Muslim architecture, I. 90. Lézine, A., “La salle d´audience du palais d´Achir », Revue des Études Islamiques, XXXVII, 1967. 91. Relación de pórrtico de cinco arcos iguales de Sabra Mansuriyya y el del « Salón Rico” de Madinat al-Zahra restituido por Félix Hernández. 92. Beyle, L. de, La Kala des Beni Hammad. Une capitale berbère de l´Afrique du Uord au XI siècle, Paris, 1909 ; Golvin, L., Recherches archeologiques sur la Kala des Beni Hammad, París, 1965. 93. Bellafiore, La Zisa di Palermo. 94, Torres Balbás, L., “La mezquita de al-Qanatir y el oratorio de Alfonso el Sabio en el Puerto de Santa María”, Al-Andalus, VIII, 1942. 95. Torres Balbás, l., “Arte hispanomusulmán hasta la caída del califato de Córdoba “, Historia de España de R. Menéndez Pidal, Madrid, 1857. 96. Villalón, M. C., “Iconografía arquitectónica desde la Antigüedad a la época visigoda. Ábsides, nichos, veneras y arcos “, Anas, I, 1988. Sobre mihrab y nichos en la arquitectura islámica, Pavón Maldonado, B., “Mihrab, nichos, hornacina con columnas y concha en la arquitectura del Islam Occidental”, primera y segunda parte de mi Página Personal de Internet. 97. Cyril Mango, Arquitectura bizantina, pp. 54-55. 98. Creswell, Early Muslim architecture 99. Ibidem y Hoag, Arquitectura islámica 100. Golvin, L., Recherches archéologiques. 101. López López, A., Orihuela Uzal, A., “Una nueva interpretación del texto de Ibn al-Jatib sobre la Alhambra en 1362”, Cuadernos de la Alhambra, 26, 1990. 102. Los nichos de favor del Salón de Comares y de la Sala del Ninfeo de la Zisa que se repetirían en la tercera planta del palacio en el criterio de Bellafiore son los sitiales únicos de referencia tocados de gran lujo conocidos en el Islam Occidental. 103. Revault, G., Palais et demeures de Tunis (XVI et XVII siècles), t. I, 1967. 104. Dessus Lamare, A., « Bahw », Journal Asiatique, 1936. 105. Sauvaget, La mosquée de Médina. 106. Seco de Lucena, L., « Los palacios del taifa almeriense al-Mu´tasim, Cuadernos de la Alhambra, 3, 1967. 107. Lézine, A., “ Sur deux chateaux musulmans d´Ifriqiya », Revue des Études Islamiques, 1971, y Salle d´audience... 108. Ibidem. y Marçais, G. « Salle, antisalle »,Annales de l´Institut d´études orientales, X, 1952. 109. Pauty, Le hammam du Caire, 1933, y « Vue d´emsanble sur les hammams du Rabat-Salé », Revue Africane, 88, 1944. 110. Bellafiore, G., La Zisa di Palermo. 111. Pavón Maldonado, B., “Escudos y reyes en el Cuarto de los Leones de la Alhambra”Al-Andalus, XXXV, 1971; “Notas sobre el escudo de la Orden de la Banda en los palacios de Pedro I y Muhammad V”, Al-Andalus, XXXVII, 1971, “La Torre de Abu-l- Hayyay en la Alhambra o del Peinador de la Reina”, Actas de las II jornadas de Cultura Árabe e Islámica (1980), Madrid, 1985. 112. Martínez Caviro, B., “El arte mudéjar en el convento toledano de Santa Isabel la Real” Al-Andalus, XXXVI, 1971. 113. Nota 111. 114. Caballero Zoreda, J. y Saez, A., “La iglesia mozárabe de Santa María del Trampal, Alcuescar (Cáceres), Arqueología y Arquitectura, 1999. 115. Rousseau, G., Le Mausolée des Princes Sa´adiens. 116. Rice, D., « Studies in islamic metal work », Bulletin of the School of Oriental and African Studies, VI, 1958. 117. Ettinghausen, R., La peinture arabe, 1962, 190. 118. Museo Nacional de Berlín. 119. Lillo Alemany, M., “Las representaciones figurativas humanas del bote de marfil de Ziyad”, Cuadernos de Arte e Iconografía, IV, 7, 1991. 120. Sobre estas pinturas de la Sala de Justicia han opinado varios especialistas de reconocida autoridad: Gómez-Moreno Martínez, M., “Arte cristiano entre los moros de Granada”, Homenaje a don Francisco Codera, Madrid, 1904 y Guía de Granada, 1892; Marçais, G. Manuel d´art musulman,1927; María Elena Gómez-Moreno, en Mil joyas del Arte Español, 1947; Gudiol Ricard, J., Pinturas góticas, Ars Hispaniae,, IX, 1956; Pavón Maldonado (ver nota 111 de este artículo, 1970 y 1971), Bermúdez Pareja, J., Pinturas sobre piel en la Alhambra de Granada, 1974; Pavón Maldonado, B., Arte toledano: islámico y mudéjar, 1973 y1988; Arié , R., “Quelques remarques sur le costume des musulmans d´Espagne au temps des Nasride”, Arabica, XII/3; Bernis, C,, “Las pinturas de la Sala de los Reyes de la Alhambra. Los asuntos, los trajes, la fecha”, Cuadernos de la Alhambra, 18, 1982; Jerrilin D. Dodds, “The Painnting in the Sala

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de Justicia of the Alhambra. Iconography and Iconology”, The Art Bulletin, 61, 1979; Robinson . C, “El manuscrito Bayad wa Riyad y las relaciones con las distintas culturas mediterráneas, cristianas e islámicas en la Península Ibérica”, El legado de Al-Andalus. El arte andalusí en los reinos de León y Castilla durante la Edad Media, 2007. El artículo de C. Bernis fecha las pinturas en el año 1380, data que otros autores han utilizado para la construcción global de Leones en sustitución de la impuesta por mi para terminación del palacio no después de 1369-1370, cuando Muhammad V concluiría su gestión principal como patrociador de la ampliación de Comares y en los Leones simbolizada en la monumental portada del “Cuarto Dorado”. 121. Continuación de la Crónica de España del Arzobispo D. Rodrigo Jiménez de Rada, por el obispo D. Gonzalo de la Hinojosa, p. 51, y Crónica de los Reyes de Castilla, I, cap. VIII, 1353. 122. Domínguez Bordona, J., Manuscritos con miniaturas, vol. II, p. 194. 123. Martínez Caviro, B., “Las pinturas murales del claustro de la Concepción Francisca”, Archivo Español de Arte, 181, 1973. 124. Sobre interpretaciones de las pinturas de las bovedillas laterales de la Sala de Justicia: artículos citados de Jerrilynn Dodds y Cynthia Robisson. 125. Sobre las misma pinturas artículos citados de Rachel Arié y Carmen Bernis. 125 bis. Gómez-Moreno, M., Pinturas de moros en Granada, Granada, 1916; Mehrez, G-. Las pinturas musulmanas en el Partal de la Alhambra, El Cairo, 1951 (tesis doctoral). 126. Pavón Maldonado, B., “En torno a la Qubba real…” 127. Gómez-Moreno, M., “El bastón del Cardenal Cisneros”, Al-Andalus, V, 1940; Pavón Maldonado, Alcala de Henares medieval. Arte islámico y mudéjar, Madrid-Alcalá de Henares, 1982. 128. Pavón Maldonado, B., “Metrología y proporciones en el Patio de los Leones de la Alhambra”, Cuadernos de la Alhambra, 36, 2000. 129. Un resumen del Patio de las Doncellas del alcázar sevillano con fotografías del nuevo jardín puesto al descubierto entre 2001 y 2002, en Morales, A. J., ·”el Alcázar del Rey don Pedro I y los palacios mudéjares sevillanos”, Arte mudéjar en Aragón, León, Castilla, Extremadura y Andalucía, coord. María del Carmen Lacarra Ducay, Zaragoza, 2006. 130. Torres Balbás, L., Arte almohade. Arte nazari. Arte mudéjar, Ars Hispaniae, IV. De imprescindible consulta es el artículo de este autor titulado “El Patio de los Leones”, Arquitectura, 1929 (con numerosos detalles de los reparos sacados de los documentos del Archivo. Restauraciones llevadas a cabo entre 1541 y 1927, incluidas las de los templetes), y “Patios de crucero”, Al-Andalus, 23, 1958. Respecto a capiteles decorados, Pavón Maldonado en “Estudios sobre la Alhambra”, II, y Marinetto Sánchez, P., Los capiteles del palacio de los Leones de la Alhambra, Granada, 1996. 131. Detallada descripción de sondeos arqueológico del patio en Gallego Burin, A., La Alhambra, 1963, pp. 121, nota 206. Sobre la lisura del patio del crucero alhambreño habría mucho que hablar. Yo ya me expresé con amplitud en el Tratado III a partir de los informes sucesivamente alineados de Lalaing- enlosado de mármol con 6 naranjos-, Navaggiero, Luis de Mármol, Pedro Medina, Diego Cuelbis traido a cuento por Gonzalbes Cravioto y Münzer uitilizado por Enrique Nuere-patio con grandes losas de mármol-. Para Girault de Prangey, pavimento de ladrillos barnizados; grabado de 1775 de H. Swiriburne , según J.TitoRoldriguez en publicación de 2010. Rafael Contreras habla de patio embaldosado de mostagueras azules y blancas para las galerías. Pero en mi criterio el argumento principal es que no se puede concebir el patio con pronfundos recuadros de arriates que dificultaban el trasiego diario de la familia real y acontecimientos escenificados en las Qubbas colindantes., criterio que se debe aplicar también al primitivo Patio de las Doncellas sevillano de Pedro I convertido después en jardin con profundos arriates. No veo que este tipo de jardín se diera en palacios oficiales árabes y mudéjares. 132. Malpica Cuello, A., Intervenciones arqueológicas en el Secano de la Alhambra. 133. Pavón Maldonado, B., Tratado III. 134. Sobre el Patio del Vergel de Tordesillas con discutibles propuestas artículo citado de Almagro Gorbea, A. (2007). Ruiz Souza, J. C., artículo del mismo libro libro y año (El legado de Andalus) “Al-Andalus y cultura visual…” 135. De Ruiz Souza, igualmente con frágiles propuestas, “El Patio del Vergel del Real Monasterio de Santa Clara de Tordersillas y la Alhambra Granada”, Al-Qantara, XIX, 1998, y “Santa Clara de Tordesillas. Nuevos datos para la cronología y estudio. La relación entre Pedro I y Muhammad V”, Reales Sitios, 1130, 1996 (los paralelos entre Tordesillas y la Alhambra en base a los patios del Vergel y el de los Leones carecen de fundamento científico, e igualmente como ya he expresado en páginas anteriores no es sostenible la intervención de alarifes nazaríes de Granada en Tordesillas; torpe critica a la autoría absoluta toledana de las yeserías que he venido propugnando con continuidad desde mi Arte toledano: islámico y mudéjar (1973 y 1988): “Arquitectura y decoración árabe y mudéjar. Toledo y Tordesillas (Valladolid)”, Lo uno y lo otro. Homenaje a Félix del Valle y Días, vol. II. Real Academia de Bellar artes y Ciencias Históricas de Toledo; y “Arquitectura y decoración en la Corona de Castilla del

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siglo XIV. El triángulo Toledo, Tordesillas (Valladolid) y Sevilla pasando por Rabat”, pastes primera y segunda, en mi Página Personal de Internet. 136. Marçais, G., La architecture musulmane d´Occident, pp. 393-95; y plano de la Inspección de Monumentos Históricos de Marruecos. 137. Navarro Palazón, J.., “Dar as- Sùgra de Murcia”. 137 bis. “Zu zuwei geometrischen kuppelornament der Alhambra in Granada”, Madrider Mitteilungen, 40. 1999. 138. Pavón Maldonado, B., Trtatado de arquitectura hispanomusulmana. Palacios, III. 139. Ibidem. 140. Goldschmidt, Die Uormannischen… 141. Presencia de muqarnas en los palacios de la Qal´a de los Bannu Hammad de Argelia (Golvín, l., “Notes sur quelques fragments de Plâtre” trouvés recentment à la Qal´a des Beni Hammad”, Melanges d´histoire et d´ archeologie de l´Occident muulman; Marçais, G., Les plafonds à muqarnas de la Qal´a des Banu Hammad et leur influence posible sur l´art de la Sicilie a la periode normande », Revue de l´Occident musulman et de la mediterranée, 17, 1974), Sicilia , palacios de la Zisa y la Cuba (Bellafiore, G. La Zisa di Palermo) y España (Pavón Maldonado, B. “El Maylis del taifa al-Mu´tasim en la alcazaba de almería. Muqarnas= muqarbas=mucarnas= almocárabes= mocárabes en el arte hispanomusulmán”, Revista del Institucio Egipcio de Estudios Islámicos en Madrid, XXXII, 2000, Trtatado de arquitectura hispanomusulmana. Palacios, III; y Arquitectura y decoración en el Islam Occidental. España y Palermo, libro de mi Página Personal de Internet). 142. Golvin, L., “La torre de la Vela à Granade et le donjon du Manar de la Qal´a des Banu Hammad (Algerie) », Cuadernos de la Alhambra, 10-11, 1975. 143. Knipp, David, “The Tower Pisana in Palermo. A Maghribi concept and its Byzantinization”, Wissen and Lateinische Mittelalter. pp. 745-775. 144. Grabados de la Sala del Ninfeo de la Zisa: Girault de Prangey, Essai sur l´architecture des Arabes et des Moros en Espagne, en Sicile et en Barbarie, París, 1841 ; y Gally Knight, H., The normans in Sicily : being a sequel to», An architestural tour in Uormandy, London,1838.. 145. Bellafiore, La Zisa di Palermo, 2001, p. 54. 146. Torres Balbás, L., “El Patio de los Leones”, Arquitectura, 1929, y “El patio de los Leones de la Alhambra de Granada, su disposición y últimas obras realizadas”, Al-Andalus, III, 1935. Velasco Gómez, J. M., “Estructura original de elementos lígneos en el Patio de los Leones”, Cuadernos de la Alhambra, 28, 1992; Pavón Maldonado, B., Arte toledano: islámico y mudéjar, 1973 y 1988, lám. CXLV, y Tratado de arquitectra hispanomusulmana. Palacios, III. 147. Cabañero Subiza, B., “Las techumbres islámicas del palacio de la Aljaferia. Fuentes para su estudio”, Artigrama, 10. 148. Cabañeros Subiza, B., “Elementos arquitectónicos y decorativos nazaries en el arte mudéjar aragonés , I: la Torre Nueva de Zaragoza , una réplica de la Sala de los Abencerrajes de la Alhambra de Granada”, Artigrama, 19, 2004. 149. Herzfeld, H., “Damascus”. Studies in architecture, I,, Ars Islamica, IX, 1942. 150. Diez Jorge, M. E., “El espacio doméstico: lo femenino y lo masculino en la ciudad palatina de la Alhambra”, Cuadernos de la Alhambra, 38. 151. Escena de una miniatura del Hadith Bayad wa Riyad, Biblioteca Apostólica Vaticana, publicada por Torres Balbás. 152. Bourouïba, R., “Note sur une vasque de pierre trouvée au palais du al -Manar de la Kalaa des Bani Hammad « , B. A. A., V, 1971-74. Para la Alhambra, la fuente de los Leones en Bermúdez Pareja. J., “La fuente de los Leones”, Cuadernos de la alhambra, 3, 1977; Gómez Román, A. M., Rodríguez Domingo, J. M., Bermúdez López, J., “La Fuente de los Leones como símbolo de poder”, Cuadernos de la Alhambra, 28, 1992. 153. Rubiera Mata, M. J., La arquitectura en la literatura árabe. 154. bidem 155. Ibidem 156. Ibidem 157. Sobre el tema de fuentes con alusión a salsabil (fuente, fuente pública) y shardirwan o Chatrawan (parte de la fuente por la que se derrama el agua en cortina con lineas zizaguante en relieve simulando el liquido elemento) caracteristicos de jardines y palacios hammadies y fatimíes de Egipto con presencia en los palacios de la Zisa y la Cuba, ver Marçais, G., “Salsabil y sadirwan”, ´Etudes d´Orientalisme dediée a la memoire de Lévi- Provençal, T. II, París, 196; un resumen en la Zisa di Palermo de G. Bellafiore.