El paso atrásde Jruschov - Revista de la Universidad de … · dentro de moldes rígidos, se borra...
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El paso atrásde JruschovPor Víctor FLORES OLEA
UNIVERSIDAD DE MEXICO
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"Tienen ideas tan torcidas que parecen jorobados a quienes sóloenderezará el ataúd"
Hace algunas semanas, a grandes titulares, los periódicos de todo el mundoanunciaron la nueva irrupción- brutalde la política soviética en el arte. Antemás de seiscientos representantes calificados de la. inteligentsia de la URSS,Nikita Jruschov hizo un llamado a losartistas para que se ciñan a una· solaconcepción creadora: el "realismo socialista", impuesto por Stalin durante losúltimos veinte años de su dictadura. Habría mucho que decir sobre las nefastasconsecuencias del "dirigismo" en materia estética; bástenos con subrayar que,en la propia Unión Soviética, el panorama desolador del arte bajo Stalin esel más rotundo testimonio del absurdoque significa la imposición en esta materia. La discusión y el diálogo, el juegode las opiniones encontradas y las afirmaciones individuales, en suma: la libertad, es el único clima propicio a la creación. Ahí donde ha sido excluida lainiciativa, o donde se pretende sujetarladentro de moldes rígidos, se borra degolpe la capacidad creadora del hombre.
Pero no son tanto estas evidencias lasque nos han movido a comentar el discurso de Jruschov. En realidad, la sorpresa mayúscula que provocó se debe, enparte, a razones políticas. En el xx yen el XXII Congreso del PCUS, NikitaSerguievitch, convirtiéndose en vocero deuna serie de exigencias inaplazables delpueblo soviético, abrió las puertas a ladesestalinización. A partir de entoncesse pensó que la "liberalización" del sistema era un hecho, y que a pesar de losescollos que pudieran surgir, el procesocontinuaría sin graves retrocesos. Ahorabien, el discurso de J ruschov es un bañode agua fría a quienes, un poco apresuradamente, imaginaron tal cosa. Por unaparte, al señalar directrices sin apelación,desde la más alta tribuna política, elPrimer Ministro de la URSS revivióel "estilo" del viejo dictador. Es cierto,sin amenazas de represalias o castigos,pero no por eso con un tono menos duro.Por la otra, el discurso de Jruschov parece contener una reivindicación parcialde Stalin. Frente a las brutales denuncias del otoño de 1961, en que habló coninusitada franqueza de violaciones alorden constitucional, de crímenes y deportaciones, de purgas gratuitas entrelos cuadros del Partido, ahora J ruschovha dicho que "no todo iba tan mal" enla época de Stalin, y criticó "las tendencias erróneas de algunos autores que, ala hora de describir el periodo del cultode la 'personalidad de Stalin, subrayaneXclusIva y exageradamente las ilegalidades, el terror y los abusos del poder".. El incidente plantea una serie de cues
tIOnes que no podemos soslayar. ¿Hayun verdadero retroceso en la desestaliniz~~ión? ¿Por qué justamente la emprendIO Jruschov contra los intelectuales ylos artistas? ¿Son tan importantes en lal!nión Soviética hasta el punto de amentar tamaña reprimenda? ¿Es lógicoa,c~ptar la ~oexistencia en el terreno pohtICO y SOCIal y negarla en el ideológico?¿~u.é razones pudo tener el Premier soVIeuco para hablar así? Naturalmenteno podemos sino aventurar hipótesis e~
vista del cuadro general del desarrollode la URSS en los últimos tiempos.
Es obvio que toda restricción a la libertad implica un paso atrás, un retroceso en la democratización del régimen.Pero, ¿por qué lo hizo Jruschov, justamente cuando parecía haber tomado porcuenta suya las exigencias mayoritariasdel pueblo soviético? Hay quienes afirman, por ejemplo, que la presión deChina jugó su papel, auspiciada internamente por los viejos cuadros stalinianos que en la propia. URSS, sorda peroinsistentemente, se han opuesto a la política jruschoviana. Otros piensan que,después de todo, Jruschov no hace sinoatender la fórmula de Lenin: dos pasosadelante, uno atrás, y que si analizamosen detalle su política, nacional e internacional, no debemos sorprendernos;Jruschov, como siempre, sólo habría seguido los dictados de una inspiracióninmediata y empírica desligada de unplan teórico y coherente y a largo plazo.Por último, otros más sostienen que elalto mando soviético, alarmado por el radicalismo de las iniciativas, decidió poner un freno al "clima" intelectual delos últimos tiempos, que amenazaba consalir de los límites "aceptables" dentrodel actual status.
~s muy probable que todas estas hipóteSIS tengan su parte de verdad. Y queJ ruschov, en efecto, haya tenido poderosas razones para actuar como lo hizo.Pero el problema, a mi manera de ver,no radica ahí. Lo grave del asunto esque la vida intelectual y artística siguecondicionada a la política, a rastras dec~i~erios táctico~ y estratégicos muy provlSlonales. Y (lIgo provisionales porque
discursos como el de Jruschov perjudicanmucho más a la revolución, como proceso histórico global, que las tensionesque esté obligado a soportar el régimenen lo inmediato. Para nadie es un secreto que el "molde" staliniano del socialismo le ha restado, en todas partes delmundo, apoyo activo a la empresa revolucionaria. Y que estas maniobr.as e imposiciones le dan argumentos a los voceros más interesados de la reacciónmundial. ¿Cómo sostener válidamentela superioridad del soc.ialismo frente a ladescomposición capitalista, cuando enrenglón tan decisivo como el del artesigue privando un "dirigismo" injustificable? ¿Cómo pensar en niveles más avanzados de vida social y cultural cuandose impide la libre creación? El socialismoh~ d~mostrado su eficacia técnica y economIca, pero en tanto no pruebe unaindiscutible superioridad' humana, su poder de atracción se verá gravemente disminuido. Y que no se diga que las dificultades presentes impiden aún la cabalrealizaci~!m de~ socialismo; éste, ya desdeahora, mclusIve en momentos críticosextremos, está obligado a mostrar queel futuro representa un avance neto sobre el pasado.
No hay duda que la desestalinizaciónha surgido de las raíces más profundasdel pueblo soviético, y que es una necesidad suya impostergable. Jruschov, consu apertura liberal, no hizo sino expresaresa necesidad. Pero ahora vemos claroque el proceso, para llegar a su fin, tendrá que vencer aún obstáculos gigantescos, objetivos y subjetivos. Objetivos,porque la vieja estructura de poder staliniana sigue aún en pie; subjetivos, por-
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Por Enrique GONZÁLEZ PEDRERO
Zapatero a tus zapatosque todavía pesan, como una herencianefasta, los hábitos del pasado. El tonoagr~sivo y. ~uro d~l discurso.de)rl;lschov,las ImposIciOnes desde arnba sm previa discusión democrática, lo pruebansuficientemente; como lo prueba la cauda de "autocríticas" y "actos de contrición" que han seguido a las nuevas directivas estéticas. Naturalmente que laresistencia no es fácil; pero por eso mismo las capas más conscientes de la élitesoviética deben continuar sin desmayosu ardua tarea. Para llevarla a feliz término contarán de seguro con un apoyomasivo en sil propio país, y con la simpatía entusiasta de todas las fuerzas auténticamente revolucionarias del mundo.Por mi parte, estoy convencido que elproceso de desestalinización, pese a estostropiezos, seguirá adelante. J ruschov havuelto sobre sus pasos, pero no debe olvidar que las condiciones actuales del pueblo soviético son muy distintas a las queimperaban hace algunos decenios. Elperiodista K. S. Karol nos recuerda que:en diciembre último, al hablar con jóvenes pintores, afirmó Jruschov: "Algunosde ustedes tienen ideas tan torcidas queparecen jorobados a quienes sólo enderezará el ataúd." A lo que alguien respondió: "Camarada Jruschov, ya no vivimos en la época en que se enderezabaa la gente con ayuda de ataúdes." Y concluye Karol: "La lucha por la verdaderadesestalinización será larga, pero continuará."
No deja de sorprender, sin embargo,que la máxima autoridad soviética hayahecho tal despliegue de poder frente aescritores y artistas. En sociedades comola nuestra la función pública de los intelectuales es marginal, subsidiaria; en laUnión Soviética, en cambio, a juzgar porestos síntomas, es de primera importancia. Por eso tienen una responsabilidadmultiplicada. Y por eso mismo el poderpolítico tiene obligaciones precisas frentea ellos. No es nuestro propósito comentar las opiniones estéticas de Jruschov, nipreguntarnos sobre la legitimidad delarte abstracto en una sociedad que construye el socialismo. En todo caso, estamosprofundamente convencidos de que nohay vida intelectual sin fidelidad a laverdad, ni creación sin estímulo a la expresión individual. Ahora bien, el "dirigismo" hace imposibles· una y otra.
La "vuelta a Lenin" es la divisa de ladesestalinización soviética. Ahora bien,no hay tal renovación de los principiosleninistas sin el restablecimiento plenode la democracia en el.partido y en todoslos órganos de la administración y delgobierno, sin el impulso de la iniciativadel pueblo, sin el estímulo del debate ylas discusiones, sin la tolerancia de loserrores eventuales, sin la restitución dela plena independencia de juicio y de carácter de los ciudadanos y sin la reeducación de los cuadros de un partidointegrado por millones de hombres ymujeres. La "vuelta a Lenin" es unavuelta a la democracia, a la dialéctica, alas fuerzas racionales y críticas del marxismo; en suma, es un esfuerzo concretopor realizar aquí y ahora los principioshumanistas de la revolución y la superioridad de la nueva sociedad sobre lavieja. Un análisis detallado de las perspectivas actuales de esa "vuelta a Lenin"rompe los marcos estrechos de estas notas. En todo caso, el discurso de Jruschoven nada ayuda a esa evolución. El socialismo soviético sigue siendo un idealpuesto en el futuro.
Stalin domina durante tres décadas elpensamiento y la acción socialista. Nadavive en su dominio sin su voluntad. Lade millones de hombres depende de él:se hace o deja de hacerse historia a partir de sus opiniones. Nunca como entonces se vio tan cerca el juego del factorsubjetivo en la sociedad. Nunca comoentonces la dialéctica se negó a sí mismaen forma tan rotunda. Nunca como entonces un hombre tan aislado, un "Anteoen vilo" como gustaba él mismo de calificar a sus enemigos, hizo de su soledad,solidaridad; de su miedo, coraje; de sudebilidad, fuerza.
De un pueblo pobre, desorganizado,hambriento, surgió un socialismo replegado, un socialismo acosado, el socialismoen un solo país. Ciertamente, no el que lateoría había entrevisto como una fasepostcapitalista que aprovecha-niega-y-supeTa el formidable desenvolvimiento técnico anterior: la socialización de la riqueza. Sino un socialismo férreo, subdesarrollado, que se ve forzado a salvar etapasa base de puentes entre ellas. Un socialismo de "cinturón apretado", a la defensiva, austero -y desconfiado: staliniano.
¿Tuvo Stalin la culpa de todo aquello?¿Se debió a él, acaso, que la futura revolución europea pasara antes por Asia?La manera fácil de escaplotear los problemas históricos, de falsificar la historia-tal como Stalin lo hizo-, sería volcandosobre él todos los vituperios imaginables,echarle la culpa de todo. Afortunadamente 1. Deutcher nos ha dejado ya sutestimonio, quizás el más riguroso que sehaya escrito en nuestro tiempo. Perocomo quiera que sea, Stalin legó un estilopolítico que influirá por mucho tieml?~'
directa e indirectamente, en forma POSitIva y negativa, a su país y al mundo delsocialismo.
Si en el XX y XXII Congresos del PCUS el mundo atónito escuchó revelaciones que clandestinamente conocía y vioel intento que los nuevos dirigentes realizaban para construir un nuevo puenteque ayudara una vez más a superar laetapa anterior, a pa~a~ del stalinism~ ~onolítico al colectIVIsmo democratlco,ahora y tal vez por influencias exteriores, vuelve a sorprenderse con la semirehabilitación que Jruschov ha recomen-
- zado: después de todo, el malo no eratan malo.
Tan esquematismo hubo en la caracterización del stalinismo como "culto ala personalidad", un aspecto totalmenteformal de aquel régimen político, comoesquematismo hay ahora en este nuevoproceso de rehabilitación parcial. Tanempírica fue la lucha contra el culto a lapersonalidad, como ahora lo es la defensa del que después de todo construyó elsocialismo. Tan zigzagueante fue la penapor su muerte y su expulsión posteriordel mausoleo, como ahora su realce. Ytodo ello: los esquemas, el empirismo político y la línea zigzagueante son del máspuro estilo staliniano. Los aprendices debrujo invocan un fantasma y luego -como siempre- no sabrán qué hacer con él.
Estas contradicciones esenciales no hanrecibido todavía la atención de los estu-
diosas que, continuando bajo la inerciadel esquematismo, apenas comienzan abalbucear tímidas explicaciones del mundo que vivimos. Pero si la inercia de losesquemas se resiente, hay otra todavíamás peligrosa: la inercia del miedo. Después de treinta años de repeticiones, larevolución ha perdido su ingenuidad, suinventiva: se ha estereotipado, tiene temor a equivocarse. Muchos fetiches, elmundo contra el que Marx luchó, la espantan aún. "Un fantasma recorre elmundo". El fantasma del miedo. ¿Acasono se tiene miedo de hablar sobre lascontradicciones del socialismo? ¿No llegóa afirmarse durante largo tiempo que elinforme secreto de Jruschov en el XXCongreso era una burda invención delDepartamento de Estado? ¿No se tienemiedo ahora de señalar en voz alta lasinsensateces que se han dicho recientemente sobre el arte? Claro que se tiene.Claro que lo tenemos. Aun quienes novivimos intensa, generacional, históricamente los treintas, las purgas, los procesos, el pacto germanosoviético, las expulsiones en masa, las "liquidaciones". Peronuestra obligación en tanto intelectualeses pasar sobre el miedo y temblando yequivocándonos decir lo que creemos ylo que pensamos. Luchar, gritar, romperel círculo vicioso del silencio.
Zapatero a tus zapatos .reza el ~iejodicho popular. Para qué diablos opmanlos políticos sobre lo que I~O sabe~. Paraqué meterse a sei'íalar a artistas e Intelectuales un camino que éstos conocen mejor que aquéllos. Alguien me decía h~ceunos días: "Tienes razón, pero ¿qué obJeto tiene romper lanzas por algo que noocurre aquí? Curioso razonamiento éste,típico del oportunismo.que durante tanto tiempo ha prevaleCIdo: ~rotesto porprincipio, porque soy SOCIalIsta, porquequiero un socialismo en el que los hombres sean los que manden, no· las cosas,las abstracciones o los fetiches. Porquequiero la libertad par.a todos, no. raraunos cuantos. Porque mtento partICiparen la construcción de una política racional, nacional, popular y verdaderamentedemocrática. Porque quiero, desde ahora,tomar posición en un debate que, tardeo temprano, se emprenderá. Porque sipretendemos realizar lo anteri~r, debemos desde aquí y desde ahora, lIbrar esabatalla en la que, como Marx quería, elhombre sea el autor y el actor de su propio drama. Porque ante todo y sobretodo el marxismo es un humanismo, perono en abstracto sino de carne y hueso,que debe cuidar, proteger y alentar eldesarrollo de los hombres concretos deahora. No de un hombre remoto, del futuro, sin pecados.
Ancha es la realidad y ningún método,ninguna cosmovisión por completa quesea, podrá jamás apresarla por c0!Hpleto.Si Marx se preguntaba por la valIdez delarte griego, era porque reconocía en elarte una legitimidad que había ciertamente que tratar de explicar racionalmente. Esta afirmación es en nuestrosdías una verdad evidente y, sin embargo,habrá que repetirla siempre porque, porlo visto, los políticos se olvidan de ellacon mucha frecuencia.