EL PENSAMIENTO MORAL DE A. BELLObdigital.binal.ac.pa/bdp/andresbello7.pdf · 2005-06-07 · de los...

34
CAPITULO NOVENO ELPENSAMIENTOMORALDEA .BELLO 1. EL INTERES COMO CRITERIO MORAL Enloscapítulosprecedenteshemosseñaladolosrasgosmás sobresalientesyoriginalesdelaTeoríadelConocimientoydela MetafísicadeBello,siguiendoparaelloelcursodelanálisispsico- lógico . Entremosahoraalaconsideracióndesufilosofíapráctica, esdecir,desupensamientomoral . Adecirverdad,Bellonollegóadarletérminoasusistemafi- losófico . AlaFilosofía del Entendimiento,quecomprendelaPsi- cología Mental ointelectual y laLógica,debíacorresponder,se- gúnsupropiadivisióndelafilosofía,unasegundaparte :laFilo- sofíaMoral . Esta,asuvez,debíacomprenderunaPsicologíaMo- raly una Etíca . Estasegundapartenuncallegóaredactarse . Noobstanteloanterior,noresultadifícilfijarlasideasfunda- mentalesdeladoctrinamoraldeBellosiconsideramos,enpri- merlugar,ciertosproblemasplanteadosenlaFilosotíadelEnten- dimientoy,ensegundolugar,susnotascríticasapropósitodela moraldeJouffroy . Alláencontramossusideasconcernientesala libertad,baseyfundamentodelamoral ;acá,susideassobreel bien,lavirtudylafelicidad . Conellopodemosestablecer,conun ampliomargendeseguridad,elcontextogeneraldelafilosofíamo- raldeBello . Ensudefinicióngeneraldelafilosofía,Bellodejabayaes- tablecidasuconcepcióndelamoral :lafilosofía-nosdice-"en cuantotieneporobjetoconocerlasfacultadesyactosdelavolun- tadsellama PsicologíaMoral ; yfinalmente,encuantodareglas paralaacertadadireccióndenuestrosactosvoluntarios,ledamos elnombredeEtica" ( 1) . (1)F,g,(Psicologíamental), e . - 217 -

Transcript of EL PENSAMIENTO MORAL DE A. BELLObdigital.binal.ac.pa/bdp/andresbello7.pdf · 2005-06-07 · de los...

Page 1: EL PENSAMIENTO MORAL DE A. BELLObdigital.binal.ac.pa/bdp/andresbello7.pdf · 2005-06-07 · de los límites de una doctrina que no admite más que un hecho único y, por lo demás,

CAPITULO NOVENO

EL PENSAMIENTO MORAL DE A. BELLO

1 . EL INTERES COMO CRITERIO MORAL

En los capítulos precedentes hemos señalado los rasgos mássobresalientes y originales de la Teoría del Conocimiento y de laMetafísica de Bello, siguiendo para ello el curso del análisis psico-lógico . Entremos ahora a la consideración de su filosofía práctica,es decir, de su pensamiento moral .

A decir verdad, Bello no llegó a darle término a su sistema fi-losófico . A la Filosofía del Entendimiento, que comprende la Psi-cología Mental o intelectual y la Lógica, debía corresponder, se-gún su propia división de la filosofía, una segunda parte : la Filo-sofía Moral . Esta, a su vez, debía comprender una Psicología Mo-ral y una Etíca. Esta segunda parte nunca llegó a redactarse .

No obstante lo anterior, no resulta difícil fijar las ideas funda-mentales de la doctrina moral de Bello si consideramos, en pri-mer lugar, ciertos problemas planteados en la Filosotía del Enten-dimiento y, en segundo lugar, sus notas críticas a propósito de lamoral de Jouffroy. Allá encontramos sus ideas concernientes a lalibertad, base y fundamento de la moral ; acá, sus ideas sobre elbien, la virtud y la felicidad . Con ello podemos establecer, con unamplio margen de seguridad, el contexto general de la filosofía mo-ral de Bello .

En su definición general de la filosofía, Bello dejaba ya es-tablecida su concepción de la moral : la filosofía -nos dice- "encuanto tiene por objeto conocer las facultades y actos de la volun-tad se llama Psicología Moral; y finalmente, en cuanto da reglaspara la acertada dirección de nuestros actos voluntarios, le damosel nombre de Etica" ( 1) .

(1) F, g, (Psicología mental), e .

- 217 -

Page 2: EL PENSAMIENTO MORAL DE A. BELLObdigital.binal.ac.pa/bdp/andresbello7.pdf · 2005-06-07 · de los límites de una doctrina que no admite más que un hecho único y, por lo demás,

Obsérvase aquí igual criterio que en la Filosofía del Entendímiento : reducción de las facultades del alma al entendimiento y ala voluntad, y distinción entre el conocimiento teórico de las ope-raciones de esas facultades y su regularización práctica : "Nues-tro espíritu no nos es conocido sino por las afecciones que experi-menta y por los actos que ejecuta . . . Las afecciones y actos sonde dos especies. Por las unas conoce, investiga la verdad y se ase-gura de que la posee . Por las otras quiere, apetece la felicidad yse esfuerza por alcanzarla y retenerla .,- Tiene el alma, por con-siguiente, poderes o facultades de dos clases: por las unas cono-cemos; por las otras apetecemos . El conjunto de las primeras sellama mente, entendimiento, inteligencia : el conjunto de las se-gundas, voluntad" P) . . . "Atribuimos a la voluntad ciertos actospor medio de los cuales nos dirigimos a los objetos que sirven pa-ra nuestro bienestar o placer, o nos alejamos de los objetos que noscausan molestia o dolor" (2) . . . "Lo que constituye la imputabili-dad, la moralidad de los actos humanos, es la volición en que par-ticipan" ( 3) .

La filosofía de Bello, indicamos anteriormente, es una filosofíade la acción . Reafirmándose en esa orientación activista, su Eticasigue una dirección normativa y práctica . Tal es la primera ob-servación que cabe hacer en la consideración de su doctrina moral .

Ahora bien, dentro del marco general de las corrientes filosó-ficas en que se mueve Bello, una filosofía moral podía asumir unade estas dos soluciones : la solución racionalista defendida por Jouf-froy, o bien, la solución utilitarista de Bentham y Mill . Ante estasdos alternativas, Bello, conforme a su espíritu ecléctico, intenta unavía conciliadora entre esos dos extremos : "Mr. Jouffroy, despuésde establecer su sistema, juzga los otros, combatiendo vigorosamen-te a los que se oponen al suyo : y en esta polémica, figuran dosfacciones principales: la de los racionalistas, que fundan la ideadel deber sobre ciertas relaciones fundamentales que llaman orden(sistema de Mr. Jouffroy), y el de los utilitarios, que resuelvenaquella idea en la utilidad, y ulteriormente en la de felicidad yplacer . . . Ni a las unas ni a las otras adherimos enteramente ; loque nos proponemos en estos Apuntes, es señalar un rumbo me-dio, que nos parece más satisfactorio y seguro" ( 4 ) .

Lo que Bello opone simultáneamente al utilitarismo y al racio-nalismo es una moral del interés que, enfrentándose al uno y alotro, no desecha sin embargo los elementos de esos dos extremos

(1) Ibid, 5, 6.(2) Ibid, 9, 10 .(8) Ibid, 142 .(4) BELLO, Andrés : "Teoría de los sentimientos murales de Mr . Jouf-

froy" (que desde ahora citaremos : TSM) . Op. cit. p. 548,

- 218 -

Page 3: EL PENSAMIENTO MORAL DE A. BELLObdigital.binal.ac.pa/bdp/andresbello7.pdf · 2005-06-07 · de los límites de una doctrina que no admite más que un hecho único y, por lo demás,

que él considera conciliables . Como en la Filosofía del Entendi-miento, Bello vuelve a hacer profesión de fe ecléctica . Pero, ¿enqué consiste la moral del interés?

La moral del interés sigue la dirección general del sensualis-mo. Es a Condillac, en consecuencia, a quien se vincula la doc-trina moral de Bello . En efecto, la filosofía de la sensación, par-tiendo de un hecho único, la sensación, había desembocado nece-sariamente, en moral, a un principio único : el interés.

El hombre, según el sensualismo, es sensible al placer y a lapena : elude la una, persigue el otro . Ese es su primer instinto, yese instinto no lo abandona jamás . El placer puede cambiar deobjeto y diversificarse de mil maneras, pero sea cual fuere la for-ma que tome, placer físico, placer intelectual, placer moral, essiempre el placer lo que persigue el hombre y es el interés el re-sorte que lo mueve a buscar, en todas las cosas, el placer y la feli-cidad . Así, la felicidad viene a ser el fin único de la vida en lamedida en que el interés es el móvil único de nuestras acciones .Bello, al colocar el interés a la base de la moral, se adhiere a estepunto de vista sensualista : "El interés ocupa, creemos, en la Psi-cología Moral de Bello -señala el profesor García Bacca- el pa-pel correspondiente al instinto en la Psicología Mental . Del ins-tinto surgirán las leyes, principios, fórmulas generales ; del interéssurgirá como producto específicamente propio del interés humano,seguridad hacia la felicidad ( 2 ) .

Ahora bien, una moral del interés presentaba una serie de difi-cultades que ponían en juego el verdadero carácter y la realidadmisma de la moral En efecto, la moral quedaba allí reducida auna moral del placer perfeccionado en cuanto sustituye la felicidadpor el placer, lo útil por lo agradable, la prudencia por la pasión .Quedaban admitidos, claro está, los términos de bien y mal, de vir-tud y vicio, de mérito y demérito, de pena y recompensa, pero losexplicaba a su manera . El bien es aquello que a los ojos de larazón es conforme con nuestro interés ; el mal, todo lo contrario .La virtud es aquella sabiduría que sabe resistir a la fuerza de laspasiones, que discierne lo que es verdaderamente útil y marcha conseguridad hacia la felicidad ( 1 ) .

Planteado así el problema moral, las consecuencias siguientesresultaban inevitables : 1) Si el interés es el móvil de nuestras ac-ciones, es el deseo quien las determina. Siendo ello así, no haylibertad, ya que el deseo es precedido y determinado por la sola

(1) GARCIA BACCA, Juan David : "Introducción a las obras filosófi-cas de Bello". Op. cit . p. LXXIII .

(2) Cf. COUSIN, Víctor : Du vrat, du beau at du bien . . Qéme éditionaugmentée d'un appendice sur l'art francais, Didier, libraire-édi-teur. Paris, 1854 . p, 274 y ss .

- 219 -

Page 4: EL PENSAMIENTO MORAL DE A. BELLObdigital.binal.ac.pa/bdp/andresbello7.pdf · 2005-06-07 · de los límites de una doctrina que no admite más que un hecho único y, por lo demás,

sensación, y, como tal, no es más que un fenómeno pasivo . 2) Sino hay libertad, tampoco hay distinción esencial entre el bien y elmal, ya que es la acción misma la que determina el bien y el mal .3) Si no hay libertad y, en consecuencia, distinción esencial entre elbien y el mal; si, en definitiva, no hay más que el interés bien omal entendido, no puede haber obligación moral . 4) Si no hay nibien ni mal, sino en la suma de interés contenido en la acción, elcamino queda abierto para esa exaltación del yo que llamamos egoís-mo, puesto que, si el fin supremo de la vida humana es la felicidad,se puede concluir muy razonablemente que el fin supremo de mivida es mi felicidad personal .

Tales son las consecuencias necesarias de una moral del interésfundada sobre la sola sensación. ¿Se reduce a ello el pensamien-to moral de Bello? Si así fuera, estaría en abierta oposición con sufilosofía del espíritu; si así no fuera, sería preciso buscar otros ele-mentos que funden la verdadera moral, la moral de la libertad y dela virtud .

Antes que nada, es preciso tener presente que Bello, en laFilosofía del Entendimiento, no sólo criticó continuamente el pasi-vismo sensualista, sino que incluso trató de superarlo a través desu concepción del espíritu . ¿Cómo es posible entonces que se redu-jera a los límites de una doctrina moral que, partiendo de un fenó-meno pasivo, el deseo, no era capaz de explicar la verdadera acti-vidad, la actividad voluntaria y libre? Si el sensualismo, según laspropias palabras de Bello, no podía explicar la naturaleza del espí-ritu en cuanto se negaba a ver en todas las operaciones del almaotra cosa que la sensación transformada, ¿cómo adherirse a unadoctrina moral fundada sobre el interés que, como hemos indicado,se reduce a un fenómeno pasivo precedido y determinado por lasola sensación?

Por una lógica del sistema, Bello no podía mantenerse dentrode los límites de una doctrina que no admite más que un hechoúnico y, por lo demás, de carácter pasivo . Su doctrina sobre laactividad original del espíritu le negaba una tal solución . Pero .¿cómo romper con los límites de una doctrina que le ha dado elpunto de partida?

Recordemos que Bello nos ha ofrecido una concepción delhombre según la cual en la naturaleza humana hay que conside-rar tanto lo que pertenece a la sensibilidad como aquello que per-tenece a la racionalidad . Formulado así el problema de la natu-raleza humana, la moral debía admitir todos los hechos, tanto lossensibles como los racionales, dándoles el rango que les corres-ponde. Es por este camino como Bello intentará superar los lí-mites y las consecuencias de una moral propiamente sensualistacomo las de una moral estrictamente racionalista : "Somos no só-

- 220 -

Page 5: EL PENSAMIENTO MORAL DE A. BELLObdigital.binal.ac.pa/bdp/andresbello7.pdf · 2005-06-07 · de los límites de una doctrina que no admite más que un hecho único y, por lo demás,

lo seres racionales, sino seres sensibles ; y la moral tiene una re-lación tan íntima, tan inmediata, con la parte sensible de nuestroser, como con la parte racional . Supóngase al hombre destituidode razón ; la moral perece . Supóngasele destituido de sensibilidad ;¿qué será de las recompensas de la virtud, de los remordimientosdel crimen, del mérito de resistir a las seducciones" (1) .

Es, pues, sobre la base de una tal concepción del hombre queBello intentará reencontrar la naturaleza del bien, del bien obliga-torio, es decir, el verdadero fundamento de la ley moral, allí dondese encuentra la última explicación de la conducta humana,

2. TEORIA DEL BIEN

Conforme a los postulados básicos de la moral del interés,Bello comienza por establecer que el placer, la felicidad, es elbien que persigue, por un instinto irresistible, la naturaleza huma-na, Bajo la denominación de placer Bello comprende, no sólo losgoces materiales que se reducen a simples sensaciones, sino tam-bién, y principalmente, los goces del espíritu, del entendimien-to, de la imaginación, de la beneficencia ; los goces que acompa-ñan al testimonio que la conciencia da al hombre justo de la rec-titud de sus actos; los goces, en fin, que producen en los espíritusreligiosos la idea de un Ser Supremo (2 ) . Placeres espirituales, pla-ceres intelectuales, conciencia recta, conciencia religiosa son, pues,parte esencial de la felicidad, del bien perseguido por la naturalezahumana . El placer se encuentra allí diversificado : junto al placerfísico tenemos el placer espiritual, el placer intelectual, el placermoral y el placer religioso, pero siendo siempre el placer lo queel hombre persigue . Hasta aquí, pues, Bello se encuentra aún den-tro del marco general de la moral del interés que hemos caracte-rizado .

Correlativa a la idea de la felicidad se encuentra la idea dela utilidad, entendiéndose por útil todo aquello que sin ser un bienen sí mismo, es un medio para procurarnos ciertos placeres en elsentido extenso y general en que Bello lo ha indicado : "Los queresuelven la bondad moral en la utilidad, y sólo llaman utiles lascosas que nos proporcionan goces materiales, establecen un prin-cipio funesto a los más altos intereses de la sociedad ; y degradanla naturaleza humana" (a) . Lo útil no es, pues, el bien, sino unmedio para alcanzarlo .

(1) TSM., 677 .(2) Ibid, 549.(3) Ibid, 660.

- 221 -

Page 6: EL PENSAMIENTO MORAL DE A. BELLObdigital.binal.ac.pa/bdp/andresbello7.pdf · 2005-06-07 · de los límites de una doctrina que no admite más que un hecho único y, por lo demás,

Pero, ¿qué es el bien? "El Supremo Autor del universo hadado sin duda un fin peculiar al hombre ; y si ese fin es un bien, nopuede ser otra cosa que la felicidad del hombre . Llámasele desa-rrollo, elevación, purificación de las facultades humanas; todo es-to si no es una felicidad más exquisita, más elevada, más pura,es un medio para obtenerla; y si tampoco es esto, no podemos con-cebir para qué sirva, ni qué valor tenga" (1) .

El bien es, pues, la felicidad ; y la felicidad no e5 más que lamayor suma de placer posible, sea cual sea ; no concentrado en talo cual instante, sino repartido sobre una cierta extensión de la du-ración . La realización del bien, el bien mismo, no puede produ-cirse, por tanto, sino en el placer, que es su consecuencia y susigno; y el mal no puede ser otra cosa que el dolor : "Un ser ac-tivo, pero no sensible, tendría motivos peculiares que determina-sen su actividad, y de que no podemos ni siquiera formar idea .Los motivos que determinan la actividad humana, son el placer yel dolor . ¿Qué son el bien y el mal separados de ellos y profun-damente distintos, como dice Mr . Jouffroy? No pueden ser sinolos objetos que el autor de la naturaleza se propuso en el plan delos destinos humanos . Pero, ¿cómo se revelan al hombre estosobjetos? Por el placer y el dolor . El signo es para él la cosamisma" (2) .

Esto nos coloca ante dos consecuencias que ubican aun ladoctrina moral de Bello en la dirección general de la moral delinterés . En primer lugar, la identificación del bien, lo útil y lafelicidad . "Es fácil colegir que no reconocemos como distintas lastres ideas del bien, lo útil y la felicidad. La primera comprendesegún nuestro modo de ver, las otras dos . . . La felicidad es un .fin, de que los bienes son medios" (8) . En segundo lugar, la ine-ficacia de una distinción esencial entre el bien y el mal, puestoque el bien está ligado a lo útil y se identifica con él, en tantoque el mal está ligado a la pena y se identifica con ella . En con-secuencia, las ideas de lo útil son perfectamente claras e inteli-gentes sin la intervención de una, distinción entre el bien y el pla-cer entre el mal, y el dolor. Toda criatura aspira al placer ; enconsecuencia, es necesario que ella ame las cosas útiles para pro-curárselo, al mismo tiempo que odia y evita las cosas dañinas, esdecir, aquellas que obstaculizan su consecución . . . . Bello no estimanecesario para hacer esta clasificación, remontarse a la idea deun fin que la mayoría de los hombres es incapaz de representár-selo en aquella edad, en que se forman las nociones de lo útil yde 10 dañino: "nosotros no vemos que la razón comprende que desde

(1) Ibid, 558 .(2) Ibid, 553 .(3) Ibid, 562.

- 222 -

Page 7: EL PENSAMIENTO MORAL DE A. BELLObdigital.binal.ac.pa/bdp/andresbello7.pdf · 2005-06-07 · de los límites de una doctrina que no admite más que un hecho único y, por lo demás,

luego que todas esas facultades aspiran a un solo y mismo objeto ;y que este objeto sea la satisfacción de la naturaleza humana, comolo concibe Mr. Jouffroy . Apenas un hombre entre mil será ca-paz de elevarse a esas ideas generales . . . Si el hombre aspira alesa suma, a esa resultante, a ese bien, distinto del que la sensi-bilidad le muestra, o por mejor decir, estampa en él con todas lasimpresiones de placer y de pena que le halagan y le punzan entodos los momentos de la vida, si el hombre aspira a ese bien, sise dirige a él, es con los ojos cerrados, porque no lo conoce ; loque conoce es su reverberación, su signo, sus efectos sensibles"(i) •

Según Bello, pues, el fin del hombre debe ser buscado en elhombre mismo y tomas como signo inequívoco de haberlo alcanzado,el placer, sin elevarse al ¡in último de la creación y conocer todoslos fines particulares de todas las criaturas posibles y que este finuniversal comprende y resume. Rechaza la fijación del bien porel fin último de la creación porque este fin no es un hecho testi-moniado por la conciencia . De allí que el fin de la ética no seael bien absoluto sino el bien humano, es decir, la felicidad, que esel bien por excelencia, ya que es el resultado de todos los bienesy porque es ella lo que les da el carácter de tal así como lo queellos significan : "Descartamos toda suposición, todo hecho no ates-tiguado por nuestra conciencia . No nos hundamos en el abismoinmenso de la creación ; harto haremos con ceñirnos a la especiehumana" (2) . Queda en esta forma condenado el racionalismo deJouffroy. En efecto, el racionalista francés había afirmado a pro-pósito del bien: "Puisque la fin est le bien, la fin absolue de lacréation est le bien absolu ; or, ce bien nous apparaft comme sacréet obligatoire . Et comme la fin de chaque etre partículier est unélément de la fin absolue, le bien de chaque étre particulier est unelément de bien absolu; il est done sacré et obligatoire" (a). Estono significa, desde luego, que la metafísica moral de Bello, a ejem-plo de la metafísica sensualista, no intente llegar a la idea de loabsoluto como fundamento de la moral . Todo lo contrario, y comoseñalaremos en su oportunidad, su doctrina, moral ; termina en laidea de lo absoluto, pero por vía distinta a la de Jouffroy .

(1) Ibid, 660.(2) Ibid, 578 .(3) JOUFFROY, Théodore : Coura de droit naturel professe a la Fa-

culté de Lettres do Paris . Op. cit. Lección 29 . p . 126 .

- 223 -

Page 8: EL PENSAMIENTO MORAL DE A. BELLObdigital.binal.ac.pa/bdp/andresbello7.pdf · 2005-06-07 · de los límites de una doctrina que no admite más que un hecho único y, por lo demás,

3 . LA LEY MORAL Y LAS FUENTES DE LA MORAL

"Toda idea de moralidad, toda noción de lo justo o lo injus-to, de virtud y vicio, de heroismo y crimen, envuelve la idea deobligación o deber' (') . Pero, si no hay distinción esencial entreel bien y el mal, y si, por otra parte, no hay un bien absoluto fun-dado sobre un fin absoluto que se nos revele como sagrado y obliga-torio, ¿en qué se funda la idea de la obligación moral?

La razón, dice Bello, comprende que ciertas cosas tienen lapropiedad de conducirnos al más alto bien posible . Esta propiedadno se confunde con el placer mismo, con el bienestar o felicidadque podemos procurarnos con ellas, pero, en tanto que mediospara alcanzar un bien de gran intensidad o duración, se convier-ten, por así decir, en un bien representativo y, como tal, son bus-cadas por los hombres (a) .

Hay un primer periodo en la vida moral en que los esfuerzosproducidos por las tendencias, por los apetitos, por los instintos,son indeterminados; los movimientos no son dirigidos a sus obje-tos por el conocimiento que tengamos de ellos ni por la capacidadque ellos tengan para satisfacer nuestras tendencias, Pero, unavez acumulados los conocimientos por la experiencia, el hombre di-rige su conducta a base de comparaciones, por un cálculo cadavez más complicado; el campo de las posibilidades se hace cada vezmás vasto . Ya la razón distingue los objetos como buenos y co-mo malos, como útiles o dañinos, porque descubre nuevas conexio-nes de causa y efecto de las que dirigen el mundo físico y moral .Guiándose por la idea de su interés, por la idea del más alto bienposible, es evidente que ahora como antes lo que determina su se-lección es la idea de placeres y goces, de penas y sufrimientos .Pero no se trata ya del simple goce inmediato de aquello que loexcita, sino el goce mediato, el bien representativo, el interés cal-culado . La pasión actúa en ella por la idea, pero la idea no ten-dría poder sobre ella sin la pasión (1) .

Quedan establecidos así los tres períodos en la génesis de lamoral-. al comienzo no hay más que tendencias, apetitos, pasiones,sin libertad ni acción . Luego hay pasiones e ideas . Finalmente,pasiones, ideas, libertad y elección . El segundo período comienzaantes de que termine el primero, y los dos reaparecen con mayoro menor frecuencia durante toda la vida del hombre ( 4 ).

(1) TSM., 547 .(2) Ibid, 561 .(3) Ibid, 565 .(4) Ibid, 566,

- 224 -

Page 9: EL PENSAMIENTO MORAL DE A. BELLObdigital.binal.ac.pa/bdp/andresbello7.pdf · 2005-06-07 · de los límites de una doctrina que no admite más que un hecho único y, por lo demás,

Por otra parte, Bello establece una cierta distinción entre loque llama interés relativo y el interés absoluto ; "Hemos distin-guido entre el interés de una pasión dominante, y el interés denuestra mayor felicidad posible ; entre el interés relativo y el interésabsoluto; entre el interés de una tendencia, y el interés bien enten-dido del conjunto de todas las tendencias" (1) . Ahora bien, si elinterés calculado mira una sola tendencia y el interés absoluto es elresultado de todas las tendencias, el descubrimiento del segundo esprecedido de una experiencia más larga, implica nociones más vas-tas, comparaciones más complicadas, que las que suponen el des-cubrimiento del primero . De allí se sigue que la fuerza directrizdel interés relativo deba preceder cronológicamente a la fuerza di-rectriz del interés absoluto, del interés bien entendido .

Puestas así las cosas, la idea de obligatoriedad se perfila . Enefecto, el interés absoluto reconocido, es decir, el interés bien entendido, el hombre se apasiona por la norma que él prescribe . Sur-ge a partir de entonces una especie de conciencia moral que aprue-ba o condena nuestros actos según que ellos sean o no conformescon la norma . La consecuencia del testimonio de esta concienciamoral es la sensación de satisfacción o contrariedad, de placer ode dolor; la norma se convierte así en un bien representativo : lasinfracciones que cometemos, por el sólo hecho de serlo, nos pro-ducen malestar; los sacrificios que hacemos a la norma, por el sim-ple hecho de serlo, nos producen placer (2) .

Correspondiendo a la distinción establecida entre un interés re-lativo y un interés absoluto, queda establecida también una distin-ción entre una conciencia relativa y una conciencia absoluta Laauténtica conciencia moral es la conciencia absoluta: "Hay una con ,ciencia, por decirlo así, relativa, y por tanto errónea, durante el rei-nado del interés parcial ; hay otra conciencia absoluta, durante elreinado del interés absoluto, del interés bien entendido, concienciaque nos guía rectamente, porque nos guía en el verdadero sentidode nuestra mayor felicidad posible'" (3).

Pero, ¿en qué consiste esa norma que nos descubre el interésabsoluto? Y, por otra parte, supuesta la existencia de esa norma,¿permite ella superar el egoísmo sin acudir a otro principio que elde la felicidad?

La solución que Bello ofrece a este problema es fundamen-tal por cuanto ella le permitirá superar los límites reducidos delsensualismo . Para ello comienza por formular el principio de quetodo hombre es consciente de que lo que ocurre en él ocurre en

(1) Ibid, 568 .(2) Ibid, 569.(3) Ibid, 570 .

- 225 -

Page 10: EL PENSAMIENTO MORAL DE A. BELLObdigital.binal.ac.pa/bdp/andresbello7.pdf · 2005-06-07 · de los límites de una doctrina que no admite más que un hecho único y, por lo demás,

todos los hombres, y que, siendo todas las creaturas de naturalezaidéntica a la suya, tenga presente que es lógico que todas aspiren,como él, a la mayor felicidad posible . Ante este hecho es de su-poner un choque entre las distintas aspiraciones, choque ante elcual no queda otra alternativa que sacrificar todas las aspiracionesajenas a las propias, o bien, hacer intervenir una especie de acuer-do o transacción . Tal será el principio de la norma moral. Enefecto, como las aspiraciones ilimitadas de cada individuo encuen-tran un obstáculo insuperable en las aspiraciones ilimitadas de losotros, y, como, por otra parte, cada individuo es débil en relacióncon el conjunto, la razón termina por decir a cada hombre : tu nodebes, es decir, tu no puedes, en el interés de tu mayor felicidadposible, permitirte a ti mismo lo que, permitido a cualquier otrohombre en circunstancias semejantes, serla pernicioso a todos (1 ) .

La norma así concebida nos ordena sacrificar el interés par-ticular al interés general . Pero ¿en nombre de quién nos lo or-dena? ¿Es sólo a nombre del interés? Si el interés como tal de-be afectarnos, evidentemente nuestro interés particular debe afec-tarnos también, y serla necesario preguntarse por qué nosotros losacrificaríamos al de los otros . Si el fin supremo de la vida es lafelicidad, ¿por qué no nuestra felicidad personal?

El principio sobre el cual se funda ese sacrificio no puede ser,pues, el interés mismo, sino algún principio más general. Es asícomo Bello llega a la idea de un orden que la razón descubre comosuperior a la idea misma de la dicha personal, y que nos da el fun-damento de la obligación de la norma : "Llegada la razón a estepunto, concibe un orden general, de que el individuo es sólo un ele-mento ; concibe una norma fundada en este orden . Pero, ¿porqué nos interesa el orden general, la armonía de las aspiracionesindividuales? Primeramente, porque, prescindiendo del principiode simpatía, ese orden es una garantía de nuestro interés indivi-dual, de nuestra existencia misma; en segundo lugar, porque elprincipio de simpatía hace necesaria la felicidad ajena a la nues-tra; en tercer lugar, porque, concebida una norma útil, nos apa-sionamos a ella como a todas las cosas útiles, y desde que nuestraconciencia nos avisa que nos apartamos de ella, sucede a este avisoun sentimiento de desazón y de pena, y se nos acibaran los placerescon que nos halagaban las seducciones que nos han extraviado ; encuarto lugar, porque ese orden general nos lo santifica la religión,que habla también por medio de placeres y penas" (2) .

Bello se defiende así de una reducción de la moral al cuadrolimitado del sensualismo, En efecto, la filosofía de la sensación,confundiendo la voluntad con el deseo, justifica la pasión que es

(1) Ibid, 678, 674.(2) Ibid, 574 .

- 226 -

Page 11: EL PENSAMIENTO MORAL DE A. BELLObdigital.binal.ac.pa/bdp/andresbello7.pdf · 2005-06-07 · de los límites de una doctrina que no admite más que un hecho único y, por lo demás,

el deseo en toda su fuerza, la pasión que es precisamente lo contra-rio de la libertad. Se desencadenan así todos los deseos y todaslas pasiones y se suprime todo freno a la imaginación y al cora-zón, puesto que su deseo es ser lo más feliz posible y su interés,conseguirlo, por el medio que sea, bajo esta sólo reserva : que nosean contrarios a su fin.

Siguiendo un rumbo opuesto, Bello establece la idea de un or-den superior al interés que hace surgir la idea de una obligaciónque implica, en cierto sentido, la de algo inflexible, en tanto queella se traduce en la idea de deber, al cual todos los hombres estánligados al mismo título . Ante este deber, todos los caprichos dela imaginación, de la sensibilidad, deben desaparecer en beneficiode nuestra seguridad y, a través de ella, de nuestro bienestar y fe-licidad, Todos los hombres aspiran necesariamente a la felicidad,pero sólo están obligadas a la virtud, puesto que, al lado y porencima del interés bien entendido, hay una ley moral, es decir,una norma que se manifiesta a nuestra conciencia como una pres-cripción imperiosa, la cual no podemos eludir sino a riesgo decomprometer nuestra propia felicidad.

Pero la idea de orden no debe ser una simple verdad de larazón; ella debe ser también una verdad del corazón, es decir, unaverdad que pueda hacer llamado al aspecto sentimental del serhumano: "No está en la naturaleza del hombre apasionarse a ver-dades abstractas, únicamente porque son verdades . Si el ordengeneral se recomendase sólo al entendimiento, si no hablara al co-razón, si no suscitase afecciones, no concebimos como pudiera te-ner más imperio sobre nuestra voluntad, que un teorema de Eu-clides" (1).

La norma, tal como es concebida por Bello, debe apasionarnos,y esta pasión es un motivo nuevo de acción . Pero esta pasión noes la pasión sin freno del sensualismo, sino la pasión que acompañay perfecciona los mandatos de la razón : "La razón que se proster-na, que venera, que adora, o es sólo la razón impasible que ve re-laciones y las reconoce como verdaderas, o es además el corazónque se apasiona por una idea de orden que la razón le pone de-lante . Si lo primero, no hay un motivo de acción; si lo segundo(que es lo cierto), el motivo inmediato es una pasión, una tenderocia a la mayor suma posible de felicidad individual, según la razónla calcula y concibe . La filosofía sensualista yerra en cuanto supo-ne que la voluntad no es capaz de apasionarse por el orden, lafilosofía idealista yerra en cuanto supone que la idea de orden escapaz de mover la voluntad sin apasionarla" (2),

(1) Ibid, 574, 576.(2) Ibid, 576, 577.

- 227-

Page 12: EL PENSAMIENTO MORAL DE A. BELLObdigital.binal.ac.pa/bdp/andresbello7.pdf · 2005-06-07 · de los límites de una doctrina que no admite más que un hecho único y, por lo demás,

Proclamando as¡ dos fuentes de la moral, la una de origen in-telectual, la otra de origen sentimental, Bello se ha situado entre unamoral intelectualista que se remite a la razón concebida como unapura forma, y una mural del sentimiento que se remitirá a una emo-ción incapaz de cristalizarse en representación .

Ahora bien, cuando Bello le abre campo a la pasión en la gé-nesis de la moral, el no piensa sino en la emoción que acompañala representación misma del orden . -Es ella la que empuja la vo-luntad hacia adelante, pese a los sacrificios que el orden impone .Es ella, sobre todo quien vitaliza los elementos intelectuales que,con ella constituyen la razón de ser de toda moral . Si la inteli-gencia reconoce la fuerza compulsiva del orden, no es sino por unestado emocional como ese orden se hace atractivo . Así, la obli-gación, que es dada por la conciencia, es recibida con entusiasmopor el corazón . Recuerdese, a propósito de esto, las siguientes pa-labras de Bergson : "De ce qu'on aura constate le caractére ration-nel de la conduite morale, il ne suivra pas que la morale alt sonorigine su méme son fondement dans la pure raison . La grossequestion es de savoir pourpuoi nous sommes obligé dans le cas oúil ne suffit nullement de se laisser aller pour faire son devoir .Que ce soit la raison qui parle, je le veux bien ; mais si elle s'expri .mait uniquement en son nom, si elle faisait autre chose que for-muler rationnellement l'action de certaines forces que se tiennentderriére elle, comment lutterait-elle contre la pasion ou l'intérét?"( 1) . Bello, a propósito de la moral racionalista de Jouffroy, se ex-presaba de una manera muy semejante : "Qué la idea de ordenproduce una convicción inmediata, verdadera, profunda? Prodúz-cala en buena hora; esa convicción no sería más que la percepciónclara y evidente de una relación o de un conjunto de relaciones,y si no encuentra algún auxiliar poderoso en la voluntad, no esconcebible que la razón tenga más motivo de prosternarse ante ella,que ante la idea de la relación del radio con la circunferencia",(z) •

4 . HACIA UNA MORAL DE LA LIBERTAD

Partiendo de la idea del hombre como ser sensible y como serracional, Bello ha llegado, pues, a admitir todos los hechos, tantosensibles como racionales en la formulación de su doctrina moral .

(1) BERGON, Renri : Les deum sources de la nmrale et de la religion.Presses Universitaires de France. Paris, 1966. Med ed . p . .96 .

(2) TSM., 576.

- 228 --

Page 13: EL PENSAMIENTO MORAL DE A. BELLObdigital.binal.ac.pa/bdp/andresbello7.pdf · 2005-06-07 · de los límites de una doctrina que no admite más que un hecho único y, por lo demás,

Es por esta vía que logra superar no solamente los límites estre-chos de la moral del interés proclamada por la filosofía de la sen-sación, sino también las nociones parciales del racionalismo puro,Nos da así la idea de una obligación moral que encuentra su funda-mento tanto en la función especulativa del espíritu como en nues-tra vida afectiva . Pero la obligación supone un ser capaz de cum-plirla, puesto que el deber no se aplica sino a un ser libre . En con-secuencia, la libertad existe. Pero, ¿sobre qué bases fundarla? Lacuestión es digna de formularse siendo así que la mayoría de losmoralistas del interes megan la libertad del hombre, consecuencianecesaria de un sistema que extrae el alma entera, todas las facul-tades como todas las ideas, de la sola sensación y sus expresiones .

Bello habla rechazado ya esta doctrina sensualista postulando,en su filosofía del espíritu, la idea de un "yo" único, indivisible,continuo . Y es esta concepción del "yo" la que le permitirá ex-traer la idea de la libertad, ya que la libertad no se comprende sinocomo el carácter de un todo con respecto a sus elementos : ella exi-ge una unidad verdadera a la cual se le pueda conferir, es decir,una identidad personal verdadera, puesto que ella supone una li-gazón real, una dependencia de un cierto género entre los motivosy los actos, entre nuestro carácter consciente y nuestra conducta,sin lo cual no sería posible que nos reconociéramos a nosotros mismes en nuestras decisiones : "Mirándose el alma como idéntica, con-tinua y una bajo todas sus modificaciones simultáneas y sucesivas-dice Bello-, coloca todas estas modificaciones en si misma, comoen algo que les sirve de asiento y apoyo ; de otra manera no podríaconsiderarlas como suyas" (1) . He allí lo fundamental : sin estaidentidad personal la responsabilidad sería quimérica, el "yo" de hoyno pudiendo cargar con la pena de los actos del "yo" de ayer quehabría totalmente desaparecido (2),

Tenemos así la primera condición de la existencia de la liber-tad: la identidad personal, Pero, ¿basta ella para afirmar la exis-tencia real de la libertad? Bello ha reconocido la idea de la cau-salidad como un principio necesario . Entonces ¿cómo conciliar laidea de una causalidad necesaria con la idea de la libertad? Si lalibertad no se comprende bajo una representación fragmentaria del"yo", tampoco puede comprenderse en un universo sometido a unorden causal inflexible .

(1) P. E. (Psicología mental), 33 .(2) "La percepción de nuestra identidad es un principio esencial de la

constitución del alma humana, en virtud del cual nos es imposibleno considerar nuestras varias afecciones sucesivas o simultáneas,no sólo como simultáneas o sucesivas, sino como nuestras, como es-tados o modificaciones de una sola sustancia" Ibid, p. 216 .

- 229 -

Page 14: EL PENSAMIENTO MORAL DE A. BELLObdigital.binal.ac.pa/bdp/andresbello7.pdf · 2005-06-07 · de los límites de una doctrina que no admite más que un hecho único y, por lo demás,

Ante esta dificultad, Bello establece como segunda condición dela libertad, la existencia de causas voluntarias, sin lo cual sequedaría uno en la alternativa de renunciar a justificar la posibili-dad misma de la moral, o, cosa más singular aún, de eliminar todamoral .

Ray, pues, según Bello, dos especies de causas : las unas ciegas,esclavas en tanto que obedecen a un antecedente que determina,desde todo punto de vista, la acción que ellas ejercen, sin que pue-dan rechazarla ni modificarla . Tal es el caso de un cuerpo A enmovimiento que choca con un cuerpo B : A no puede actuar sobreB sino de la manera particular determinada por su masa, velocidady demás agentes dinámicos (1) .

Junto a estas causas ciegas están aquellas dotadas de inteli-gencia y voluntad que desarrollan espontáneamente su acción, o, sison provocadas por un antecedente, no se someten ciegamente : pue-den modificar la acción solicitada, e, incluso, rechazarla .

Se podría objetar, desde luego, que la idea de causas volunta-rias está en contradicción con la conexión causal sobre la cual sefunda la ciencia del universo material. "Yo se bien -afirma Be-llo- que muchos reclamarán contra esta división y rechazarán lasegunda especie de causas como inconcebible, mirando el elementode espontaneidad o elección con que las caracteriza, como un efectosin causa, en manifiesta oposición al principio de causalidad . Pe-ro, si por razones irrefragables nos vemos obligados a reconocer queexisten causas dotadas de espontaneidad y de elección, en una pa-labra, causas libres y que sin ellas no puede concebirse el uni-verso, ¿no será preciso inferir que el principio de causalidad no estan universal como muchos creen o debe entenderse en un sentidodiverso del que más comúnmente se le da?" (2) .

Al enunciar esta teoría de las causas voluntarias, Bello se sitúaen oposición a la doctrina de Stuart Mill en donde éste niega lascausas libres : "Entendue exactement -decía Mill- la doctrine dela necessité philosophique se réduit á ceci : étant donné égalementles motifs présents á I'esprit d'un homme, étant donné son carac-fére et sa disposition actuelle, la maniére dont il agira pourrait étreinférée infailliblement; si nous connaissions á fond la personne, etsi nous savions toutes les influences qui s'exercent sur elle, nouspourrions prédire sa conduite aves tout autant de certitude qu'encomporte la prédiction d'un phénoméne physique. Je regarde cetteproposition comme la simple interprétation d'une expérience univer-

(1) Ibid, 148 .(2) Ibid, 148.

- 230 --

Page 15: EL PENSAMIENTO MORAL DE A. BELLObdigital.binal.ac.pa/bdp/andresbello7.pdf · 2005-06-07 · de los límites de una doctrina que no admite más que un hecho único y, por lo demás,

selle, comme l'énoncé verbal de ce dont tout homnie est intimementconvaincu" (1) .

Así nos encontramos en Mili, junto a la negación de las causasvoluntarias, la afirmación de la libertad moral comprendida como au-tonomía, que no implica por ningún título contingencia o indeter-minación: "Une personne se sent moraiment libre quand elle sentqu'elle les domine, lorsque, méme en y cédant, ello sent qu'elle pou-rrait leur résister ; que si elle désirait les réprimer absolument, 11 noluifaudrait pas pour cela une plus grande force de désir que celledont elle se salt capable" (2) .

A la afirmación de Mili según la cual podríamos predecir laconducta de una persona si la conociéramos a fondo con tanta cer-teza como comporta la predicción de un fenómeno físico, Bello dirá :"Esta afirmación de Mr. Mili rueda toda sobre hipótesis inverificable .¿Qué hombre sensato puede lisonjearse de haber penetrado hasta enlos más recónditos pliegues del corazón ajeno, o aun del suyo pro .pio . .? Y una hipótesis inverificable, ¿cómo podrá ser mate-ria de una experiencia universal . .? Ni veo cómo pueda con-ciliarse con el sentimiento íntimo de mi propia libertad la persua-sión de que otro sea capaz de predecir con una seguridad completacuál ha de ser mi conducta en circunstancias dadas" (a) .

En lo que concierne a la afirmación de Mili según la cual la li-bertad moral de que nosotros tenemos conciencia se reduce a laconvicción de que podemos modificar nuestras inclinaciones si que-remos, Bello objetará : "Pero en este si quiere significa una viola-ción como otra cualquiera . ¿Puede ella desarrollarse en el almasin una antecedencia que necesaraimente la produzca, y de todo pun-to la determina? Somos libres, ¿Es ello la consecuencia indefec-tible de cierto concurso de antecedentes? La libertad humana noexiste" (1) .

A decir verdad, el propósito perseguido por Mill con su doc-trina no era otro que la separación de la idea de la libertad moralde la idea del "yo" sustancial, cuya confusión pudiera llevarnos apostular la idea de la libertad como la resistencia de un "yo" vacíoa los motivos que lo impulsan y, en consecuencia, como una puraindeterminación . En ese sentido, la conciencia de la elección noimplicaría absolutamente el sentimiento de una indeterminación en

(1) MILL, John Stuart : La logique des sciences morales (Logique, Li-

vre VI) . Traduction ,nouvelle aves notice biograpbique, préface etnotes par Gustave Belot. Libraire Ch. Delagrave . Paria, 189? . P. 9 .

(2) Ibid,19 .(3) F. E. (Psicología Mental, 160, 161,(4) Ibíd, 152,

- 231 -

Page 16: EL PENSAMIENTO MORAL DE A. BELLObdigital.binal.ac.pa/bdp/andresbello7.pdf · 2005-06-07 · de los límites de una doctrina que no admite más que un hecho único y, por lo demás,

la elección, no revelaría una fuerza suplementaria creada por un"yo" distinto de sus propios motivos ( 1) . El sentimiento de esfuerzoque experimentamos en ciertos actos de elección no resulta, pues,de un conflicto entre un "yo" vacío y sus motivos, sino de un con-flicto entre dos elementos del "yo" mismo ; uno de ellos, es cierto,puede ser más estable, más durable, de suerte que cuando es él elque triunfa, decimos que hemos vencido la tentación, mientras que,en el caso contrario, nos sentimos vencidos, porque ahora "el yo quedesea termina, pero el yo cuya conciencia es herida, puede durarhasta el fin de la vida" (2) .

Pero esta doctrina de Mill, a pesar de todos sus esfuerzos pormantener la unidad del yo al mismo tiempo que denuncia la doc-trina sustancialista, no sale sin embargo del puro fenomenismo, deuna suerte de atomismo psicológico . ¿Y cómo comprender la li-bertad en una doctrina según la cual el "yo" no es más que unagregado de fenómenos donde el uno impulsa el otro como nos re-presentamos que se impulsan las diferentes partes de un mecanis-mo?

Bello en cambio partiendo de la idea de la unidad y de laidentidad del yo corsigo mismo ha podido remontarse a la idea delibertad concebida como una causalidad voluntaria y de la cualDios sería el garante .

Supongamos, nos dice Bello que la libertad no existe y quenuestras voliciones no sean más que fenómenos producidos cons-tantemente por otros fenómenos ; quedaría a saber si no hay otroelemento de espontaneidad y elección en el universo . Al menosseria cierto que el gran sistema de causalidad que nos presenta eluniverso comienza por una causa primera y debe suponerse enella una volición que en la producción del universo no ha tenidoun antecedente, una causa determinante . Y esta suposición admi-tida, resulta evidente que el principio de causalidad, tomado en susentido general, no es necesario de necesidad absoluta ; si estásometido a una excepción, puede estarlo igualmente a otras ( 2) .La serie de excepciones posibles no sería otra cosa que la serie deviolaciones que constituyen las causas voluntarias fundamento de laidea de libertad .

Pero, estas violaciones, ¿no son ellas contrarias a la naturalezade Dios?

La evolución de voliciones en el tiempo, nos dice Bello, no re-

(1) Cf . MILL, John Stuart : Philosophie de Hamilton. Op. cit . p, 466 .(2) Ibid, 555, 656 .(8) Ti . r . (Psicología mental), 152 .

- 232 -

Page 17: EL PENSAMIENTO MORAL DE A. BELLObdigital.binal.ac.pa/bdp/andresbello7.pdf · 2005-06-07 · de los límites de una doctrina que no admite más que un hecho único y, por lo demás,

pugna a la naturaleza divina . Dios ha podido crear causas iner-tes, destinadas a actuar en todo y por todas partes en conformidadcon las acciones recibidas, y causas libres, capaces de modificaresas acciones, e incluso de actuar espontáneamente . El elementode espontaneidad y elección es en las causas libres, una emanaciónde la libertad soberana, así como el poder de las cosas creadaspara producir, en circunstancias dadas, los efectos particulares queles son propios, es una emanación del poder increado, infinito queabraza todos los tiempos y todos los lugares (I) .

Así nos encontramos, en la doctrina moral de Bello, con laparticipación de Dios como el principio sobre el cual reposa la li-bertad del hombre . Nosotros somos libres porque Dios es libre ;nuestra libertad no es más que la derivación de la libertad ori-ginal, la libertad divina: "La libertad de la primera causa es ori-ginal e ilimitada ; la libertad del espíritu humano es derivada y fi-nita:. es una facultad impresa al hombre como todas las otras fa-cultades de que gozan su alma y su cuerpo . Una acción voluntariadel hombre tiene por consiguiente su causa inmediata en el mis-mo espíritu humano que tiene respectivamente la suya en el espí-ritu creador . As¡ la libertad o albedrío del hombre, cuando existe,no menos que el poder o acción de cada una de las cosas creadas,reconoce por única fuente la esencia divina, soberanamente librecomo soberanamente poderosa" (2) .

Por otra parte, Dios se nos presenta como el principio delorden moral, de la idea de bien y de la obligación en ella implí-cita : Dios, "Inteligencia Suprema, no sólo es el principio del or-den, sino del tipo de la perfección del orden ; y supuesto que lajusticia, la veracidad, la beneficencia, constituyen la esencia mis-ma del orden moral, cuyas leyes ha estampado el Creador en laconciencia del hombre, es preciso que el Principio del orden sea ab-solutamente justo, veraz y benéfico" (3) .

Bello ha hecho, pues, de Dios, no un ser abstracto, sino unser real y determinado, una persona moral como la nuestra, cuyacaracterística esencial, en tanto que persona moral, es la libertad .Dios es así todo justicia y todo bondad, como principio que es delorden . El posee, por tanto, los mismos atributos nuestros, bien queelevados al infinito . De allí que él esté sobre el hombre y puedaser, en consecuencia, el verdadero principio de la moral,

Es, pues, a ejemplo del espiritualismo francés, que Bello ha

(1) Ibid, 155.(2) Ibid, 165.(3) Ibid, 169,

- zas -

Page 18: EL PENSAMIENTO MORAL DE A. BELLObdigital.binal.ac.pa/bdp/andresbello7.pdf · 2005-06-07 · de los límites de una doctrina que no admite más que un hecho único y, por lo demás,

traspuesto en Dios los atributos morales del hombre para hacer deél una persona moral y, como tal, la fuente del bien y de la fe-licidad (1) .

Así Bello, aunque no ha rechazado totalmente la moral delinterés como lo habla hecho Cousin, conduce su doctrina hastaciertas conclusiones finales que lo aproximan bastante a las doc-trinas expuestas por el maestro del espiritualismo francés . Partiendo de un principio sensualista, el interés, ha podido elevarse aprincipios más sólidos que aquellos que podía ofrecer la filosofíade la sensación, para llegar así a una doctrina moral fundada so-bre la creencia en la espiritualidad del alma y sobre la idea deDios concebido como principio de la verdad moral y del bien . Sila metafísica de Bello nos había remontado a lo absoluto, concebidocomo Causa-Absoluta, su moral nos remonta también a lo absoluto,concebido como persona moral . Dios se convierte así, en el sis-tema de ideas de Bello, en el principio común de toda verdad, enla respuesta final a toda investigación de la inteligencia humana .La verdad filosófica' reencuentra así la verdad religiosa . Tal es elresultado final de su doctrina .

(1) "Notre Díeu - decía Cousin - c'est sans doute assusi l'auteur dumondo, mais c'est surteut le pére de 1 humanité ; son intelligence,c'est la nótre á laquelle en ajoute la nécessité de I'essence et lapuissance infinie . De méme notro justice et note charité, rapPer-tees ánleur inmortel exemplaire, nous donnent une idée de la cha-rité divinos. Voilá un Dieu réel aves lequel nous peuvons seutenirun rapport réel ansal, que neus pouvons comprendre et sentir, etqui á son teur peut cemprendre et sentir nos efforts, nos souffran ;ces, nos vertus, nos miséres. Faits á son image, conduits jusga'ahti par un rayen de son étre . 11 y a entre lui et nous un lien vi-vant et sacra" . COIISIN, Víctor : Du vrat, du beatc et du bien .Op. cit . P. 454,

- 2a4 -

Page 19: EL PENSAMIENTO MORAL DE A. BELLObdigital.binal.ac.pa/bdp/andresbello7.pdf · 2005-06-07 · de los límites de una doctrina que no admite más que un hecho único y, por lo demás,

CONCLUSION GENERAL

1 . BELLO Y EL HECHO AMERICANO

El pensamiento filosófico de Bello, así como su concepción ge-neral del problema de la cultura en América, se inscribe directa-mente en la perspectiva histórica-cultural que plantea la revoluciónpolítica hispanoamericana . Nacido y formado intelectualmente enel mundo ilustrado de fines del período colonial, su obra creadoradebía corresponder a la primera etapa de la reconstrucción de lasociedad hispanoamericana, independiente y republicana .

Las condiciones socio-políticas de este periodo inicial de lanueva vida americana, a causa precisamente de su condición deinicial y de sus vínculos aún poderosos con el pasado inmediato,imponían lógicamente diversas limitaciones a todo esfuerzo crea-dor. Los intereses de las castas dominantes, la débil y casi inexis-tente cultura popular, el frágil desarrollo institucional, aunado alatraso económico de las antiguas colonias, hacían no sólo difícil,sino incluso imposible toda transformación violenta del antiguo or .den establecido desde siglos atrás . Tales eran las condiciones ge-nerales de cambio de las instituciones políticas, jurídicas y de lavida del espíritu,

El escenario que ofrecía el mundo republicano naciente no era,pues, propicio para el triunfo de ideas muy avanzadas, demasiado"modernas" La caída estrepitosa del liberalismo democrático enlos primeros años de la vida independiente era de esperarse: susideas iban más allá de lo que la realidad podía exigir o resistir .Las consecuencias políticas, sociales y culturales de la revolución nopodían extenderse más allá de lo que las condiciones históricas per-mitían. Siendo éste un periodo de transición, todo esfuerzo crea-dor debía llevar la imprenta de ese estado de transición .

Tales son las razones que nos explican en gran parte el éxito

-235-

Page 20: EL PENSAMIENTO MORAL DE A. BELLObdigital.binal.ac.pa/bdp/andresbello7.pdf · 2005-06-07 · de los límites de una doctrina que no admite más que un hecho único y, por lo demás,

de Bello, no solamente en Chile, sino en casi todos los países his-panoamericanos . Formado espiritualmente según las líneas gene-rales del pensamiento dieciochesco ; muy comprometido, por tanto,con ciertas ideas y tendencias tradicionales, su pensamiento encua-draba perfectamente en ese mundo que se transformaba de unasociedad feudal a una sociedad moderna . El pensamiento de Belloviene a ser así un pensamiento de transición al mismo título que lasociedad que le sirve de escenario.

He allí por qué el pensamiento de Bello difícilmente puede sercomprendido fuera de la estructura social de la América Latinade comienzos del siglo XIX, de la situación particular de una castacriolla que se debate entre sus orígenes y sus conexiones con unaburguesía naciente, de una parte y, de otra, la aceptación de unaRepública que amenaza a cada momento sus privilegios de carac-ter feudal, debatiéndose, en consecuencia, entre su acción revolucio-naria y su pensamiento conservador ; fuera, en fin, de la existenciade una corriente positivista, expresión ideológica radical de lavisión del inundo de esa burguesía naciente, y de la condenaciónde esa corriente por la vieja casta oligárquica. Por otra parte, lasignificación auténtica del pensamiento de Bello se aclara en par-ticular desde que se compara la interpretación romántica de unaclase media revolucionaria (generación chilena de 1843), a la inter-pretación moralisante de un Juan Egaña, representante típico delpensamiento ilustrado, a la interpretación de un Ventura Marín,quien ve en Bello un pensador peligroso y anarquista (expresionesambas de una oligarquía sólidamente instalada en el poder, hostil atodo extremismo), y, en fin, a la interpretación positivista de unLastarria o de un Echeverría, contrapartida rigurosa de la inter-pretación del racionalismo ilustrado, como la burguesía ascendidaal poder por su fusión con la oligarquía era la contrapartida dela clase media revolucionaria de la primera mitad del siglo XIX .

Bello se comprende mejor, pues, como el filósofo de una situa-ción histórica en la cual encontramos una burguesía prematura as-pirando a una revolución que no podía hacer y una oligarquía queno aspira ya a ninguna transformación social . Se comprende así elpensamiento de Bello como la expresión coherente, en los diferen-tes dominios, de un estado de equilibrio relativo en el cual se ad-vierten de continuo ciertas formas transitivas por la comprensión delas cuales se toma en consideración, tanto la necesidad de coheren-cia de la antigua ideología oligárquica, como la acción contraria delas fuerzas sociales que rompen o intentan romper los marcos deesa coherencia para constituir poco a poco los elementos de una nue-va visión del mundo. Es por ello que hemos considerado el pena.miento de Bello en sí mismo y en sus consecuencias en el orden dela acción social y política, como el pensamiento de un períodode transición en el cual nos encontramos con una oligarquía que

- 236 -

Page 21: EL PENSAMIENTO MORAL DE A. BELLObdigital.binal.ac.pa/bdp/andresbello7.pdf · 2005-06-07 · de los límites de una doctrina que no admite más que un hecho único y, por lo demás,

deviene humanista y una burguesía que se funde a ella progresiva-mente .

Es, por tanto, la debilidad de la burguesía, el escaso desarrollodel capitalismo en el marco de una sociedad eminentemente agra-ría, y la ausencia consecuente de una revolución burguesa, lo queha frenado el desarrollo, en el curso de la primera mitad del sigloXIX hispanoamericano, de una filosofía que hablara la lengua pro-pia del humanismo burgués . Era necesaria, pues, la aceptación deun pensamiento que, de una parte, satisfaciera los intereses de unaoligarquía instalada en el poder y que, de otra parte, abriera lasperspectivas ideológicas de la burguesía naciente . El eclecticismodel pensamiento de Bello vino a satisfacer, en gran medida, lasexigencias ideológicas del drama de una tal sociedad .

Su realismo espiritualista, ya lo hemos indicado, significa, enamplio grado, un retorno a las concepciones clásicas y a las tra-diciones mentales, bien que en el cuadro de las posibilidades prác-ticas americanas, de tal modo que al mismo tiempo que satisface ple-namente las exigencias del despotismo chileno ilustrado, refleja lasnuevas inquietudes del hombre americano . Se comprende así porqué ciertas ideas de Bello, tales como sus ideas estéticas, fueronrechazadas por las nuevas generaciones chilenas que las conside-raban como la expresión de una actitud desaparecida con el viejoorden, al tiempo que gran parte de su obra, como la jurídica, pasóa ser patrimonio del Estado moderno hispanoamericano .

En lo que respecta a los discípulos del Bello filósofo, éstos secaracterizan más como sus opositores que como sus continuadores .Así, por ejemplo, uno de sus discípulos más distinguidos, José Vic-torino Lastarria, nos ha dejado el testimonio de la actitud de su ge-neración ante la obra filosófica del maestro : "Mr. Bello -nos di-ce- era un filósofo, no solamente porque se mostraba como tal ensus investigaciones filosóficas, sino también porque en aquellos tiem-pos escribió sus lecciones como discípulo que era de la escuela esco-cesa . Pero el método experimental que ha bastado a muchos gran-des escritores para remontarse al conocimiento científico del arte li-terario, no era útil a Mr . Bello, si no nos equivocamos, para libe-rarse de las reglas empíricas de tal arte. Este fenómeno tiene po-siblemente una explicación . El método experimental que es apli-cado por la escuela escocesa al conocimiento de lo que pasa en elmundo interior, sometido a la observación individual de cada uno,constituye un empirismo singular y puede ser tan vago, ilusorio ycontrovertible como el espiritualismo germánico . Si la presuntuosateoría absoluta del yo, buscando su criterio en el entendimiento vir-gen, juzgándolo todo e investigando la verdad fuera de la percep-ción sensible y por medio de la razón pura, ha podido producir tan-tas escuelas filosóficas en Alemania como hay opiniones diversas en-tre los filósofos, el método experimental, remitido a la experiencia

- 237 -

Page 22: EL PENSAMIENTO MORAL DE A. BELLObdigital.binal.ac.pa/bdp/andresbello7.pdf · 2005-06-07 · de los límites de una doctrina que no admite más que un hecho único y, por lo demás,

individual y, en consecuencia, relativa a cada uno, también ha dis-persado por diferentes caminos a los discípulos de Reid y de DugaldStewart, conduciéndolos a confinarse, por una observación intere-sada, en viejos errores o encaminándolos desde las ilusiones del es-piritualismo hasta las transacciones fáciles de la escuela eclécticafrancesa" (1) .

El rechazo del realismo espiritualista de Bello era de esperar,Incluso si ese pensamiento habla sido el primer paso hacia unanueva visión del mundo del hombre americano . Lastarria y sugeneración pertenecen a una nueva sociedad; la estructura socialha sido fundamentalmente modificada ; los problemas de su tiemposon de otra naturaleza . El período de transición entre el antiguorégimen y el Estado moderno hispanoamericano en vías de supe-rarse, resultaban necesarias ahora nuevas formas de pensamiento,más claramente representativas de lo que debía ser el carácter pro-pio de la nueva sociedad .

Es por ello que la generación positivista chilena, cuyos orí-genes mentales se encuentran en las mismas enseñanzas de AndrésBello, tenía que terminar por condenar el pensaminto del maestro .He allí una ley inexorable del destino de todos aquellos que pien-san para varias generaciones .

2 . LAS CONTRADICCIONES DE BELLO

Andrés Bello es un hombre del siglo XVIII, tanto por sus preo-cupaciones como por la manera de plantearse el problema generalde la cultura, La orientación de sus ideas pedagógicas que noshace pensar que Juan Jacobo Rousseau ; su sensibilidad estética hapregnada de un perfume y de una técnica neoclásica; su concep-ción de la ciencia como medio de mejorar la condición humana,bien próxima de lo que era el pensamiento de la Ilustración, así co-mo su curiosidad realista por todo aquello que podía ser útil al per-feccionamiento de la vida social, lo vinculan a la mentalidad posi-tiva del siglo de las luces . Su misma filosofía encuentra sus orí-genes fundamentales en el pensamiento del siglo XVIII : sus maestrosson los maestros del siglo XVIII . Newton, Locke, Berkeley, Humo,los escoceses, Condillac, Leibniz, Kant . Sus escritos filosóficos, re-dactados hacia la mitad del siglo XIX nos hacen pensar en lo queera la situación general del pensamiento europeo hacia los fines delsiglo ilustrado,

Se podría señalar en sus escritos ese asincronismo del cual nos

(1) LASTARRIA, José Victorino: Recuerdos literarios Apuntes parala historia literaria de la América y del progreso intelectual deChile M., Serbet, Santiago de Chile s 1885, 2a . ed p. G7

-- 238 -

Page 23: EL PENSAMIENTO MORAL DE A. BELLObdigital.binal.ac.pa/bdp/andresbello7.pdf · 2005-06-07 · de los límites de una doctrina que no admite más que un hecho único y, por lo demás,

habla Perdomo García a propósito del desarrollo de la filosofía enEspaña y en América Latina : "Tanto en España como en Amé-rica Latina -nos dice- se filosofa generalmente inoportunamente,sea con anticipación, sea tardíamente. Digo "se filosofa", pero sepodría decir lo mismo a propósito de la literatura, de la ciencia,del arte y, en general, de todas las creaciones del espíritu . Esa ma-nera de ser inoportuno se manifiesta algunas veces por una antici-pación sobre las creaciones filosóficas que serán desarrolladas mástarde por otros pueblos; otras veces, por un retraso inexplicable enla aceptación y asimilación de nuevas formas de filosofar . Nues-tros filósofos, tanto en América Latina como en España, tienen amenudo la tendencia a ser precursores que anticipan la introducciónde ciertas verdades que repentinamente son relegadas al olvido, obien a ser continuadores tardíos que aceptan ciertos enunciados yasuperados" (1).

En efecto, su sistema de ideas sería, bajo diversos aspectos, unejemplo vivo del carácter asincrónico del pensamiento en lenguaespañola . En primer término, el pensamiento de Bello, por su ca-rácter de transición, no ha logrado liberarse enteramente de ciertassupervivencias tradicionales que él comienza, sin embargo, a denun-ciar. Así, por ejemplo, la idea de sustancia, a pesar de su opo-sición a las doctrinas sustancialistas, sobrevive en la unidad y conti-nuidad del alma ; la idea de un devenir histórico providencial semantiene dentro del marco de una concepción positiva de la his-toria ; la opinión de que el interés constituye el fundamento de todojuicio moral conserva en él toda su fuerza a pesar de su conde-nación del sensualismo y de su búsqueda de otros principios más só-lidos que aquellos que podía ofrecer la filosofía de la sensación ; fi-nalmente, la adhesión absoluta al punto de vista psicológico quehace de u doctrina demasiado circunspecta en metafísica (2 ).

(1) PERDOMO GARCIA, José : "La filosofía hispanoamericana y suritmo asincrónico" en Cuadernos Hispanoamaricana . Revista men-sual de cultura hispánica . No. 45 . Madrid, Septiembre de 1953 .PP. 337, 338,

t2) Agregamos a ello lo que hemos dicho de sus concepciones estéticasy jurídicas, Las primeras que se resuelven en una actitud oscila-toria entre el neoclasicismo, propio de la mentalidad del siglo XVIII,y el romanticismo, propio a la sensibilidad del siglo XIX . Apoyán-dole sobre las concepciones y técnicas del neoclasicismo, llega aasimilar a tal punto el espíritu romántico que puede decirse que lanueva sensibilidad ocupa un lugar altamente significativo en elconjunto de sus ideas estéticas. En lo concerniente al derecho, lehemos visto aceptar, en el interior de una actitud jurídica abier-tamente positiva, concepciones propine del clasicismo jurídico y quese manifiestan en su adhesión a la idea de un orden metafísicoque, dominando el mundo por una armonía pre-establecida, nos da-ria la medida del orden a imponer sobre, las relaciones humanasy entre las naciones . La concepción del Derecho Civil y del De-recho Internacional de Bello siguen así la misma dirección de suconcepción de la vida moral .

- 239 -

Page 24: EL PENSAMIENTO MORAL DE A. BELLObdigital.binal.ac.pa/bdp/andresbello7.pdf · 2005-06-07 · de los límites de una doctrina que no admite más que un hecho único y, por lo demás,

Pero el hombre y particularmente el pensador, está compro-metido en un mundo que es el objeto directo de su experiencia . Elvive en ese mundo una actitud práctica que inspira su tendencia yrevisa su imaginación, liberandolo de sus primeras ideas por el fra-caso de sus actos y la urgencia de una revisión de conceptos . Esascorrecciones lo arman de mejores aproximaciones a la verdad ; in-cluso si ese esfuerzo de invención no acaba nunca. De allí que lesea necesario al pensador, confirmar y ampliar sin cesar su sa-ber; porque su experiencia y la orientación general del pensamien-to humano rebasan siempre sus conocimientos y los límites de suspropias ideas primitivas, aguijoneando así su curiosidad natural .Puede ocurrir que en este esfuerzo por superar los viejos concep-tos, el pensador termine por modificar las circunstancias físicas ysociales del mundo que lo incita . Se produce entonces una espe-cie de interacción entre el pensamiento y la acción, entre las ideas yla experiencia vital, proceso que no se traduce ya en un progresocontinuo sino en avances que implican retrocesos . Si no se puedehablar allí propiamente de contradicciones, no se puede hablartampoco de un sistema acabado que exprese una marcha continuao una coherencia absoluta, sino de un método siempre abierto sobrela experiencia humana y atento a seguir el curso de la vida del,espíritu.

Tal es la razón por la cual nosotros encontramos en Bello ele-mentos tradicionales a la par de sugestiones novísimas ; ideas nosólo en concordancia con la situación general del pensamiento desu época; sino incluso formulaciones y principios que superaban esasituación general . As¡, por ejemplo, su condenación de todo aso-ciacionismo que impedía a los filósofos prestar suficiente atencióna la actividad propia del espirítu ; la idea de la compatibilidad entreidentidad y diferencia, lo cual impide introducir distinción real allídonde la conciencia no la concibe, y que lo lleva a condenar todaconcepción de la realidad como si ella estuviera regida por el prin-cipio de identidad ; su doctrina de la anulación progresiva de laspotencias de la conciencia, superiores a la primera, problema plan-teado en la actualidad por Husserl, Heídegger y Sartre ; sus aproxi-maciones al gestalismo o psicología de la forma, evidentes en suteoría del espíritu en la que se consideran los fenómenos espiri-tuales no como una suma de elementos sino como un conjunto queconstituye una unidad absoluta (3) ; su rechazo de toda moral quese funde en un puro intelectualismo o en su sentimentalismo puro ;la crítica formulada a la doctrina escolastica dei silogismo y la

(1) "No debemos concebir indica Bello- las facultades espiritualescomo diferentes órganos particulares del alma; porque en cada unade de ellas y en cada nao de sus actos está el alma toda, el y o . . .La conciencia nos testifica del modo más claro la simplicidad oindivisíbidad del alma y su constante identidad consigo misma entodos sus actos". P. E. (Psicología Mental), p. 9 .

- 240 -

Page 25: EL PENSAMIENTO MORAL DE A. BELLObdigital.binal.ac.pa/bdp/andresbello7.pdf · 2005-06-07 · de los límites de una doctrina que no admite más que un hecho único y, por lo demás,

introducción de un lenguaje simbólico en la lógica, por donde Bellose acerca a la lógica matemática moderna (1).

Su afirmación según la cual nuestro conocimiento de los cuer-pos es un conocimiento indirecto y simbólico, y que los datos delos sentidos no tienen ningún valor ontológico ni científico, doctri-na que reaparece en las concepciones de la física contemporánea ; elvalor que le concede al instinto, lo cual pudiera permitir una cier-ta conexión entre su filosofía y el surgimiento del vitalismo y, fi-nalmente, su oposición a la opinión según la cual la idea es unaimagen más o menos fiel de una impresión, estableciendo, por elcontrario, que ella no es sino una creación del espíritu a partirde la sensación (s) .

Fuera de estas sugestiones novísimas para su tiempo, en Be-llo se encuentran otras no menos importantes con respecto a lapsicología. En ese sentido observa el profesor Gaos : "La psico-logía de Bello es la Psicología filosófica de la dirección que va

(1) Como contribuciones de Bello a la lógica, el profesor García Bacaca señala, entro otras, las siguientes : 1-Reducción de todo juicioea un juicio afirmativo por medio de la interpretación del juiciocomo estructura relacional ; 2-Reconocimiento de la originalidad eirreductibilidad del modus ponen a las formas silogística no obs-tante la afirmación de Aristóteles y la reafirmación escolástica, loque, fuera de la razón intrínseca, está confirmado por la lógicamatemática moderna que cataloga en el orden de los axiomas oreglas fundamentales, anteriores lógicamente al silogismo mismo,el modus ponens; 3-Irreductibilidad de la inducción a la deduc-ción . La inducción no es siquiera un silogismo . Una vez más -dice el profesor García Bacca- Bello tiene razón, según la lógicamoderna y según los axiomas de la física moderna, contra las con-cepciones tradicionales. Y si la inducción no es reductible a ladeducción, el principio de causalidad no puede ser un principioanalítico, tal como Bello lo había ya establecido ; 4-Determinaciónde la dirección general del curso de la ciencia : la marcha de laciencia es alternativamente analógica, analítica y sintética, a loque se añade su afirmación de que hipótesis es lo mismo que ana-lógia, Esta revaluación de la hipótesis y de la analogía, después dela fiebre axiomática desencadenada por Hilbert, es una de las ca-racterísticas de la ciencia moderna, la que recibe actualmente el nom-bre de idoneísmo, dirección en la que apuntaba Bello desde haceun siglo ; S-Aprovechamiento de sus ideas sobre Gramática purapara fundar ciertas ideas lógicas y metafísicas : anticipación dela fundamentación semántica de la lógica moderna . Ver GARCIABACCA, Juan David : "Introducción a las obras filosóficas de Be- llo". Op. cit. P. LXVII y as.

(2) La distinción hecha peor Bello entre la sensación producida por laimpresión de un objeto y la idea que tenemos de cae objeto, se ins-cribe directamente en el uso actual de la palabra idea . Así, porejemplo, r . Rauh, miembro de la Sociedad Francesa de Filosofía,dice claramente a este propósito : "No es leg ítimo llamar idea sinoa un acto intelectual a partir de la sensación no la sensación misma .La idea, en el buen sentido del término, es siempre una operacióno una creación del espíritu" . Ver LALANDE, André : Vocabulai-ro teclenique et critique do la phrtlosoploio . Op. cit. p. 449. Término :Idea. Obseración marginal.

- 241 -

Page 26: EL PENSAMIENTO MORAL DE A. BELLObdigital.binal.ac.pa/bdp/andresbello7.pdf · 2005-06-07 · de los límites de una doctrina que no admite más que un hecho único y, por lo demás,

desde Locke hasta la Ideología y la escuela escocesa, Psicología queconstruye con unos y otros elementos la vida psíquica entera, in-cluso sus manifestaciones o producciones más altas, la fe en Dios,la convicción de la existencia del mundo exterior, el mundo hu-mano colectivo de la cultura, aunque la atención se interesa tanpreferentemente por lo individual que sólo marginal y rudimenta-riamente se desliza hacia lo colectivo. Hay, sin embargo, en la Psi-cología de Bello conatos de Psicologías desarrolladas como disci-plinas especiales en días más cercanos a los nuestros o sólo en és-tos, pero que en él sólo representan y aportan instrumentos y ma-teriales de construcción" ( 1 ) . Cabe observar, sin embargo, que siesas aportaciones psicológicas de Bello no representan más que ele-mentos instrumentales y que si ellas no han ejercido influenciaalguna sobre el desarrollo posterior de las ciencias psicológicas, sínos dan, en cambio, suficientes elementos de juicio para estimarla fuerte personalidad científica del maestro americano .

Ahora bien, si esta coexistencia de supervivencias tradicionalescon ideas novísimas en relación al contexto filosófico de la época,nos hace pensar en ese asincronismo de la filosofía hispanoame-ricana de que nos habla Perdomo García, no es menos cierto queella representa, en más de un sentido, la fuerza original del cara-queño . Más aún si esta coexistencia no se traduce de ningún mo-do en una especie de sincretismo . Desde luego que si Bello halogrado superar, en muchos aspectos, la actualidad filosófica de sutiempo, ello se debe, en gran parte, al hecho de haber seguido muyde cerca el desarrollo de la filosofía francesa de la primera mitaddel siglo XIX, particularmente en su dirección espiritualista . Noobstante ello, nosotros estimamos que su originalidad en tanto quepensador va más allá de las fuentes que lo inspiran por una espe-cie de reajustamiento de las influencias vividas que han sido con-firmadas y completadas por actos de reflexión propia . De otromodo no podría comprenderse la unidad lógica de sus ideas porencima de la diversidad de elementos presentes en su filosofía dela naturaleza humana . Es probablemente esta convicción lo que hahecho decir al profesor Gaos : "Si Bello hubiera sido escosés ofrancés, su nombre estaría con las historias de la filosofía al ladoy en plan de igualdad con los de Dougald Stewart y Brown, de Ro-yer Collard y Jouffroy, si no con los de Reid y Cousin ( 2 ) .

(1) GAOS, José : "Introducción" (a la obra de) BELLO, Andrés : Fi-losofía del Entendimiento . Op. cit. p. LXXXIII . Esas sugestionesfueron, entre otras, las siguientes : a la Psicología psicofísica : re-lación entre la intensidad de los estímulos y la sensación, a pesarde la negación de la posibilidad de medir loa fenómenos psíquicos ;a la Psicología evolutiva : enunciación del principio del paralelis-mo ontogenético y poligenético ; a la Psicología patológica : ideadel desdoblamiento de la personalidad . Añúdase a ello sus anti-cipaciones al gestaltismo .

(2) GAOS, José : Op . cit . p. LXVII-LXVIII .

- 242 -

Page 27: EL PENSAMIENTO MORAL DE A. BELLObdigital.binal.ac.pa/bdp/andresbello7.pdf · 2005-06-07 · de los límites de una doctrina que no admite más que un hecho único y, por lo demás,

3, BELLO EN LA HISTORIA DE LAS IDEASHISPANOAMERICANAS

Aunque después de la muerte de Bello sus escritos no han sidoconsiderados sino como parte de la historia literaria de la Amé-rica Latina y que con posterioridad a la filosofía de la naturalezahumana por él desarrollada, otras escuelas y corrientes se im-pusieron en la vida universitaria chilena, ello no significa en modoalguno que su influencia fuera débil o que ella desapareciera delcontexto filosófico chileno de fines de Siglo XIX . Si las ideas fi-losóficas de la segunda mitad del décimonono se remiten constan-temente a las realidades dadas como a la única fuente posible ycomo a la piedra de toque necesaria del pensamiento en los diferen-tes dominios, ¿no significa ello que algo de su espíritu se hamantenido en el temperamento intelectual de los hombres que lesucedieron en la dirección de la vida del espíritu? Y, por otraparte, si la influencia de Bello en diferentes aspectos de la culturahispanoamericana persiste aún, ¿no indica ello que sus ideas filo-sóficas, sustrato de toda su obra intelectual, representan un mo-mento básico de la historia del pensamiento hispanoamericano? .

¿Cuál es, pues, la significación histórica del pensamiento filo-sófico de Andrés Bello, no solamente en relación con el siglo que laAmérica Latina acaba de trasponer, sino también en la perspectivafutura?

"La Filosofía del Entendimiento -afirma Gaos- con parte decrítica y hasta de doctrina tan personal . . . debe considerarse comoel remate, en la valía sino rigurosamente en el tiempo, de toda lafilosofía que en la América de lengua española respondió a la mo-derna anterior al pensamiento romántico y a la filosofía positi-vista de. Europa" (1) .

Pero la Filosofía del entendimiento no sólo representa el re ,mate de una época, sino también el comienzo de nuevos tiemposPodría decirse, incluso, que la obra filosófica de Bello constituyeel punto de partida de la historia de las ideas contemporáneas enHispano América . La anterior afirmación se funda en el hechode que la Filosofía del Entendimiento es la obra de ins-piración moderna más acabada y representativa escrita en His-pano América antes de la introducción del positivismo . Si ellano es la primera en el tiempo, lo es en cuanto a la valía, por cuan-to ella constituye, en el conjunto de sus ideas, una síntesis de todala filosofía moderna, desde Descartes hasta las formulaciones de lafilosofía espiritualista del siglo XIX, aunque esta haya sido he-cha en el sentido del empirismo psicologista y no de la filosofía

(1) Gaos, José: Antología del pensamiento hispanoamericano.. Op. cit.p. XXVI.

- 248 -

Page 28: EL PENSAMIENTO MORAL DE A. BELLObdigital.binal.ac.pa/bdp/andresbello7.pdf · 2005-06-07 · de los límites de una doctrina que no admite más que un hecho único y, por lo demás,

trascendental alemana. Su obra viene a ser así la síntesis dialéc-tica que se constituye, por derecho propio, en la primera palabrade un capítulo que ya trasciende la simple modernidad, y que an-tecede Y prepara la mentalidad positiva y cientifista que caracte-rizaría al pensamiento hispanoamericano de la segunda mitad delsiglo XIX . Es sin duda en vista de ello que el Profesor GarcíaBacca ha podido decir que "en la historia del pensamiento delengua española, la Filosofía del entendimiento representa la ma-nifestación más importante de la filosofía hispano-americana in .fluida por la europea anterior al idealismo alemán y contemporá-nea de ésta hasta la positivista -puedo rectificar el juicio- y porlo mismo un hito de relieve singular en la historia entera de dichopensamiento' (1) .

Así encontramos a Bello, pues, filósofo de transición en to-dos los sentidos . Primeramente, tal como señaláramos anterior-mente, porque es el filósofo de una sociedad en estado de tran-sición; luego, porque el conjunto de sus ideas nos ofrece la coexis-tencia de un cierto tradicionalismo con sugestiones novísimas parasu tiempo; finalmente, porque en la historia de las ideas hispano .americanas, él representa el remate de una época y el inicio deun nuevo capítulo en el desarrollo de nuestra vida intelectual . Na-turalmente, esos tres aspectos del pensamiento de Bello se expli-can y se complementan mutuamente . Por otra parte, ellos nosofrecen la certidumbre de una coherencia fundamental en su sis-tema de ideas al mismo tiempo que nos descubren la fidelidad delpensador a su tiempo, por donde su personalidad se reconoce, enla creación, como un pensador auténtico,

Es así que el pensamiento de Bello propone a la reflexión his-tórica el problema, no solucionado aún de manera definitiva, de laexistencia o no existencia de una verdadera historia del pensamien-to filosófico en Hispano América . Fundándonos en su obra, no-sotros nos inclinamos a creer en tal historia, porque si hay hom-bres que en el proceso de nuestra evolución se han consagrado ala búsqueda de la verdad, uniendo su inteligencia a la de un pue-blo, igualmente poseído de ciencia y de inquietudes morales, es defuerza asociar su obra a ese pueblo que les es propio, incluso si esaobra no representa más que un capítulo reducido en la historia ge-neral del pensamiento humano.

(1) García, Bacca, Juan David : "Introducción". Op. cit. p. LXXXIV.

- 244 -

Page 29: EL PENSAMIENTO MORAL DE A. BELLObdigital.binal.ac.pa/bdp/andresbello7.pdf · 2005-06-07 · de los límites de una doctrina que no admite más que un hecho único y, por lo demás,

INDICE DE NOMBRES PROPIOS

-A-Alberdi, 15, 20, 128, 130.Alcedo, 34 .Alegre (Peo, Xavier), 49 .Alvarez (Agustín), 21 .Amunátegui, 118.Anacreonte, 83 .Arcos (Santiago), 127.Argüelles, 128 .Aristóteles, 12, 51, 60,831 200, 241 .Arnal (Agustín), 87.Arnott, 67 .Arosemena, 20 .Arraiza, 82, 88.Aubrun, 80.Avila (José Cecilio), 62 .Azcárate (Gumersindo), 148 .

.-B-

Bacon (Francia), 36, 02, 88 .Balmes, 88, 112, 187, 188 .Barreda, 20 .Barres Arana, 125 .Bascuan Guerrero, 128.Bataglia (Felice), 147.Bayle, 26,Beach (Williams), 157 .Bello (Bartolomé), 88 .Bello (Juan), 127.Beltran Guerrero, 1,08 .Bentham, 50, 67, 68, 88, 100, 108.

110, 138, 218 .Bergson, 180. 184, 196, 228 .Berkeley, 62, 68, 87, 89, 90, 91,92, 93, 113, 177, 194, 206, 207,209, 238 .

Bermejo, 84 .Bilbao (Manuel), 127, 128. 130 .Bilbao (Francisco), 1271 129, 130 .

2 4 5 -

Biran, 97, 98, 164, 167, 173, 179.212, 213, 214,

Blair (Hugo), 132 .Blanco Escalada, 121.Blanco Fombena, 82, 70, 72, 108,

128, 159 .Blanco White, 67, 68, 79 .Boernaave, 35 .Bolívar, 21, 30, 40, 41, 66. 117,

123 .Bonnecasse, 147.Bonpland, 89.Boole, 59.Boquijamo y Carrillo, 35 :Bessuet, 168.Boutreux, 101 .Brehier, 23 .Brescia, 60, 61 .Briceño, 51, 52, 54, 57. 60 .Brissol, 130 .Brown, 87, 90, 92, 93, 94, 95, 96,

242 .Brunschvieg, 174.Burgos (Javier de), 72 .Burke, 41 .Byron, 78, 80.

-C-Cabanis, 87, 100, 188, 214 .Cabarrus, 35.Caldas, 34 .Calderón, 33 .Calzada (Bernardo de la), 41 .Cnmpbell, 112.Campis Ballestero, 36 .Carbonell, 36 .Caro, 72, 82, 133 .Casas (Bartelomé de las), 47 .Casas (Manuel de las), 53,Caso, 17. 22.

Page 30: EL PENSAMIENTO MORAL DE A. BELLObdigital.binal.ac.pa/bdp/andresbello7.pdf · 2005-06-07 · de los límites de una doctrina que no admite más que un hecho único y, por lo demás,

Cavo, 49 .Chalaye, 14 .Cienfuegos, 82.Clarke, 88, 94, 95, 111, 189, 202 .

Egaña (Mariano), 116 .Elizaguirre, 121 .Emparan, 41 .Escalona, 34, 36, 37, 51, 58, 60,

Clavijero, 34, 49. 61, 62 .

87,

Espejo, 128 .Esriche, 146 .

Cocote, 110 .Condillac, 36, 41, 60, 62, 63,

88, 89, 96, 97, 98, 100, 108, 166, Euclides, 227.169, 173, 174, 175, 178, 194, 218, Eximeno, 62 .219, 238 .

Contreras (Francisco), 17 .Copérnico, 36.Cousin, 19, 50, 87, 88, 90, 95, '101,

- F -

102, 103, 104, 105, 111, 115, 138, Fauchille, 158 .164, 172, 177, 182, 184, 186, 203, Febrero, 146 .204, 213 . 215, 234 . 242 . Feijoo, 35, 54 .

Crawford Williams, 18 .Croce, 13 .Cudworth, 110 .Cumberland, 110 .Cuvier, 112 .

- D -

D'Alembert, 88, 112 .Damiron, 101, 174, 215 .

Feliu, Cruz, 70 .Fenelon, 112 .Fernández de Agüero, 1.9, 137.Fernández Madrid, 117, 118 .Fichte, 88, 164 .Floranes, 73 .Fontanals, 75 .Fortoul, 31 .Freire, 121 . .Fresnel, 112 .

Danton, 130.Degerando, 88, 98, 138, 173, 174,

175 . -G-Delvincourt, 146. Caos, 10, 15, 34, 89, 92, 103, 106,Depons, 39 . 109, 210, 241, 242, 243 .Descartes, 36, 60, 62, 87, 88, 101, Gallardo, 68112, 168, 177, 184, 206, 243 . Gamboa Correa, 146 .

Deustua, (Alejandro), 16 . García Bacca, 52, 55, 50, 61., 63,95, 103, 106, 179, 219, 241, 244 .Díaz (José Domingo), 40 .

Díaz de Gamarra, 35 .Diez (Friedrich), 76 .

García Calderón, 19, 108 .García del Río, 70, 71 .García Reyes, 128 .Dilthey, 11 .

Domat, 146 . Garnier, 112 .Gassendi, 36, 62 .Goethe, 83 .Gómez Hermosilla, 80, 81, 82, 133 .González del Valle, 19.Gonet, 51 .Gouhier, 11, 13, 212, 21.3 .

Domínguez, 38 .Donoso, 122 .Dozy, 74 .

-E-

Echeverría, 22, 130, 230 . Grases, 30, 65, 70 .

Egaña (Juan), 121, 122, 127, 129, Grim (Wilhelm), 76,132. 141, 236 . Gueroult, 88 .

-. 246 - .

Page 31: EL PENSAMIENTO MORAL DE A. BELLObdigital.binal.ac.pa/bdp/andresbello7.pdf · 2005-06-07 · de los límites de una doctrina que no admite más que un hecho único y, por lo demás,

Guevara, 49.Guevara Vasconccios, 89 .Guirior, 60 .Gumilla, 49 .Gutiérrez, 146.

- H -Hamilton, 92, 95, 108, 177, 203,204 .

Hartley, 110 .Hazard, 27.Hegel, 101 .Heidegger, 240 .Henriquez, 129 .Herder, 84.Herschell, 88 .Hevia Belaños, 146 .Hidalgo, 49.Hilbert, 241 .Hobbes, 89, 97, 110 .Horacio, 72, 7B, 88,Hostos, 17, 20.Hugo, 78, 80, 130 .Humboldt, 32, 39, 70 .Hume, 88, 89, 91 . 93. 97, 106, 110,

118, 163, 191, 199, 201, 205, 216 .288.

Huret, 94 .Husserl, 240 .

-. 1 -.

Ingenieros, 20,Insúa Rodríguez, 89. 92, 10&Iriarte, 82 .Irisarri, 70, 128, 157 .Iturbide, 142.Iznardi, 40.

- d-

Jacquier, 60. 61 .Jaspers, 11 .Jevons, 59.Jouffroy, 88, 94, 99, 100, 107, 168,

216, 217, 218, 223, 228 . 242.jovellanos, 88 .

- 247 -

-K-Kaden, 14? .Kant, 88, 103, 104, 105, 103, 164,

188, 189 . 201, 205, 288 .Kent, 146 .Kluber, 158 .

-L-Lachmann (Karl), 76.Lalande, 12, 211,Lamartine, 130 .Lammarck, 62Lancaster, 67.Landivar, 80 .Laplace, 36 .Laromiguiere, 87, 98 . 99, 109. 138,

176.Larraga, 51 .Lastarria, 20, 128, 129, 180 . 182,

149. 236, 237, 238.Lavoisier, 36 .Lechelier, 211.Leibniz, 86, 62, 88, 101, 111, 164,

184. 189, 107. 202, 238 .Leen y Gama, 34 .Leasing, 110 .Lillo, 128 .Lira Urquieta, 42 . 70, 92, 141, 143,

148.Littre, 110 .Locke, 86, 41, 62, 63, 87, 88, 90,

92. 106, 108, 110. 141, 163, 184,191, 194, 206, 238 .

Lombardo (Pedro), 52.López (Fidel), 128 .López Méndez, 41, 66 .Lukacs, 85 .Luz y Caballero, 19, 20 . 21 .

-M-Machillanda, 37.Maldonado, 49.Malebranche. 62, 88, 112,Maríategui, 20 .Marín, 138, 236,Márquez, 49 .

Page 32: EL PENSAMIENTO MORAL DE A. BELLObdigital.binal.ac.pa/bdp/andresbello7.pdf · 2005-06-07 · de los límites de una doctrina que no admite más que un hecho único y, por lo demás,

Ochoa, 74 .O'Higgins, 120, 121, 126 .Olmedo, 67, 68, 70.Oppenheim, 157 .Orrego Vicuña, 70, 92, 156 .Ortega y Gasset, 13,Ossot, 38,

- 248

Romero, 17 .Rosas, 128 .Rousseau, 21, 36, 112, 238 .Royer - Collard, 93, 101, 186, 214 .242 .

-S-

Sáenz 40, 51 .Saint Just . 130 .

Marrero, 35, 51, 60 . 61, 62 . -P-Martens, 158 . Paley, 88, 112 .Martí, 17, 20, 21 .Mayans, 60, 61 .Meléndez, 82 .Méndez Planearte, 108 .Mendival, 71 .Menéndez Pelayo, 58, 74, 75, 76,

Pando, 158 .Parra (Caracciolo), 62, 63 .Parra (Porfirio), 20 .

Paz Castillo, 79 .Peñalver, 14 .

89, 93, 108, 113, 145 . Peralta, 34.

Menéndez Pidal, 76. Perdomo García, 10, 239, 242 .

Merlin, 146.

88, 106,

Picon Salas, 47 .Pinillos, 53 .Pinto, 121, 122 .

Mila, 75 .Mill (James), 50. 67, 68,

107, 110, 113, 138, 218 . Platon, 12, 101 .Mili (John Stuart), 67, 88, 108, Plaza, 156 .

109, 110. 201, 204, 230, 231, 232 . Portales, 121, 123, 140 .Miranda, 30,,,67 .Mires, 38 .Mociño, 34 .Montalvo, 17, 20 .Montenegro, 34, 38.Montesquieu, 36, 141 .

Pothier, 88, 146 .Prevost, 88, 91.

53, 54 .

- Q -

Quevedo Villegas, 51, 52,Moore, 110. Quezada (Cristóbal de la), 33, 34,

38 .Mora (José Joaquín), 89, 122, 127,129, 132. Quintana, 82 .

Mora (José María), 138.Muller (Alois), 11 .Musschenbrock, 35 .

- N -

Napoleón, 66 . 143 .

-R-

Rauh (F .), 241 .Ravaison, 212 .Raynouard, 73, 74 .Recasens Siches, 89 .Reid, 88, 90, 92, 94, 95, 96, 100,Navarrete, 51, 54 . 163, 177, 183, 205, 238, 242 .

Nebrija, 71 .Newton, 35, G0, G2 .Nollet, 35 .

Renan, 110 .Robertson, 39.Rodo, 17, 20 .

-O-

Rodríguez (Simón), 21 .Romanell, 22 .

Page 33: EL PENSAMIENTO MORAL DE A. BELLObdigital.binal.ac.pa/bdp/andresbello7.pdf · 2005-06-07 · de los límites de una doctrina que no admite más que un hecho único y, por lo demás,

Saint Simón, 21, 130 .Salas, 129 .Salgado, 53.Salva. 67, 68 .Samudio, 36 .Sánchez Reulet, 9, 10.Sanfuentes, 129 .San Javier (Conde do), 36, 98 .Sarmiento, 20, 21, 42. 86, 128, 132,

133, 134 .Sarraihl, 35.Sartre, 195, 240 .Savigny, 146 .Say, 87, 88 .Schweitzer, 14 .Sepúlveda, 47 .S'Gravesande, 35 .Sierra, 21 .Siguenza, 34 .Sismondi, 78 .Smith (Adam), 88, 110 . 112 .Sócrates, 12 .Spencer, 1110.Spinoza, 164, 167.Stewart (Dugald), 87, 90, 92, 94,

96. 97. 99, 100, 208, 288, 242 .Sucre, 19, 138.

-T -Ticknor, 74, 76 .Tosca, 60, 61 .Tracy (Destutt de), 19, 50, 88, 90,

98, 99, 100, 108, 138, 173, 174 .Turgot, 110 .

-U-Ugarte, 130 .Uslar-Pietri, 84, 119 .Ustariz, 40 .

-V-Valera, 51, 53, 54 .Valverde, 86, 60, 61, 62 .Varas (Miguel), 138 .Vargas Fontecilla, 126.Varona, 17, 20, 21.Vasconcelos, 16, 20 .Vattel, 157.Velasco, (Juan de), 49.Velásquez de Cárdenas, 34 .Vergiaud, 130 .Verney, 62 .Virey, 76.Vittier, 16.Voltaire, 86 .

-W-Wheaton, 157 .Windelband, 18 .Wolf, 75 .Wolff, 62, q10 .

Zavala, 46.Zea, 14, 20.

-Z-

Page 34: EL PENSAMIENTO MORAL DE A. BELLObdigital.binal.ac.pa/bdp/andresbello7.pdf · 2005-06-07 · de los límites de una doctrina que no admite más que un hecho único y, por lo demás,