Violín vivía en una pequeña casa con su familia.

Su abuelo Contrabajo era muy serio y cada vez que hablaba asustaba a todos con su voz ronca y profunda.

Su padre, Violonchelo, no era tan serio, pero su voz sonaba tan triste y melancólica que hacía llorar a toda la familia.

Su madre, Viola, era la más parecida a Violín, aunque no tan juguetona, pero siempre estaba ocupada y nunca tenía tiempo de hablar o jugar con él.

Contrabajo

Violonchelo

Viola

Violín

-¡No aguanto más! – dijo un día el pequeño. - Iré en busca de amigos. Necesitamos otras voces que alegren nuestra casa.

Y con su hatillo al hombro se perdió en el horizonte.

Caminó durante días enteros sin encontrar a nadie.

Una tarde, mientras descansaba a la sombra de un árbol, oyó una voz detrás de él.

-¿Quién eres?-Soy Violín, ¿y tú?-Pandereta. ¿Por qué estás tan triste?

-Porque mi familia es muy seria y cada vez que hablan me asustan o me hacen llorar.

-Ven, te presentaré a la mía. Ellos te alegrarán.

Pandereta

Llegaron hasta la casa de la familia Percusión y allí hablaban con sus alegres voces.-¡Esto sí que es diverti-do!- exclamó el pequeño Violín.

-Este es el abuelo Bombo. Este es el abuelo Timbal. Y mi padre don Pandero. Sus voces te pueden asustar. No les hagas mucho caso que su genio no es de verdad.

Aquí están mis primas Maracas y sus hermanas Sonajas. Y mis primos Crótalo, Triángulo y Cascabel.-¡Qué familia tan grande!- dijo Violín.

- Pues tengo muchos tíos más que aquí no están.

Bombo

Timbal

Maracas

Triángulo

Cascabel

Sonajas

Pandero

Todos estaban muy contentos de tener en casa el pequeño Violín.

-¡Qué voz tan bonita tiene! – dijo don Pandero.

-Cantemos todos juntos – dijo Pandereta.-Y Así lo hicieron.

Una música alegre se extendió por todo el valle y llegó hasta la casa de los instrumentos de Viento.

-¿Qué es lo que oigo? – dijo Flautín.

-¡Música! – contestó mamá Flauta.

-Y no suena tan ruidosa como de costumbre – habló papá Saxo.

-Se oye una voz melodiosa – dijo el tío Clarinete.

-Deben tener algún visitante – dijeron a la vez el abuelo Fagot y la abuela Tuba.

-Vamos a verles- corearon los demás tíos: el Oboe, la Trompeta, el Trombón, la Trompa …

Flautín

Flauta

Saxo

Clarinete

Tuba

Oboe

Trompeta

Trombón

Trompa

Fagot

Silenciosamente se deslizaron, escondiéndose detrás de los árboles, hasta la casa de la familia percusión.

Violín, que tenía una vista muy aguda, en-seguida los descubrió.

-¿Quiénes son esos? – preguntó a su amiga Pandereta.

- Son nuestros vecinos, no les hagas caso. Siempre están protestando porque dicen que hacemos mucho ruido.

-¡Y es verdad! – Dijo muy ofendida mamá Flauta asomándose detrás de un árbol – pero hoy no hemos venido a protestar.

-¿Qué queréis entonces? – gruñó don Pandero.

-No se enfade señor, sólo sentimos curiosidad. Oímos una voz melo- diosa y pensamos que, quizá, nos de- jaría venir a cantar.-¡No, no se hable más!.

-¡Por favor papá …! - suplicó Pandereta.

- Sí, sí, lo podemos intentar. Tiene una voz tan dulce … - dijo Violín.

-Está bien, en honor a nuestro invitado os dejaré cantar.

Todos los instrumentos de Viento, que todavía permanecían detrás de los árboles, salieron de su escondite.

-Nos colocaremos por familias – ordenó el abuelo Timbal.

-Violín se puso muy triste. Era el único instrumento de cuerda.

En ese momento se oyó una voz muy grave:-¡Violín!

Era su abuelo Contrabajo que venía por el camino acompañado de toda su familia.

Llevaban mucho tiempo buscándole y, al verle, se pusieron tan contentos que ni siquiera le riñeron.

-¡Papá, mamá, abuelo …!

Violín lloraba de alegría.

-Venid, poneos aquí, a mi lado.

Colocados todos los instrumentos en su lugar, a una señal de don Timbal, comenzaron a tocar.

Tanto disfrutaron que, desde entonces, decidieron reunirse todos los días para cantar y tocar.

Y así es como se formó la Orquesta.