El placer de descubrir Richard ......El placer de descubrir Richard Feynman Colaboración de Sergio...
Transcript of El placer de descubrir Richard ......El placer de descubrir Richard Feynman Colaboración de Sergio...
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 1 Preparado por Patricio Barros
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 2 Preparado por Patricio Barros
Reseña
El placer de descubrir permite acceder al mundo personal, social y
científico de Richard Feynman, por ejemplo, a sus aventuras
mientras participó en el Proyecto Manhattan, cuando se divertía —y
escandalizaba— descifrando las claves de cajas fuertes, o a cómo se
inició, siendo un niño, en el estudio de la naturaleza (en el «placer
de descubrir»), que terminaría ocupando toda su vida. Podemos,
asimismo, conocer sus pioneras ideas sobre las computadoras del
futuro, su opinión acerca del valor de la ciencia o la explicación, tan
sencilla como profunda, que dio al desastre de la lanzadera espacial
Challenger. Es este, sin duda, un libro tan fascinante como su
autor.
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 3 Preparado por Patricio Barros
Índice
Prólogo
Introducción del editor
1. El placer de descubrir
2. Los computadores del futuro
3. Los Álamos desde abajo
4. Cuál es y cuál debería ser el papel de la cultura científica en
la sociedad moderna
5. Hay mucho sitio al fondo
6. El valor de la ciencia
7. Informe minoritario de Richard P. Feynman en la
investigación de la lanzadera espacial Challenger
8. ¿Qué es la ciencia?
9. El hombre más inteligente del mundo
10. Ciencia tipo «cultos cargo»
11. Tan sencillo como uno, dos, tres
12. Richard Feynman construye un universo
13. La relación entre ciencia y religión
Procedencias
Sobre el autor
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 4 Preparado por Patricio Barros
Prólogo
Desde esta idolatría
«Amé al hombre, desde esta idolatría, tanto como el que más»,
escribió el dramaturgo isabelino Ben Jonson. «El hombre» era
William Shakespeare, amigo y mentor de Jonson. Jonson y
Shakespeare fueron escritores de éxito. Jonson era culto y erudito,
Shakespeare era desenfadado y genial. No existía rivalidad entre
ellos. Shakespeare era nueve años mayor, y ya había llenado los
escenarios londinenses con obras maestras antes de que Jonson
empezara a escribir. Shakespeare era, como dijo Jonson, «honesto y
de una naturaleza abierta y franca», y dio a su joven amigo apoyo
moral y material. El apoyo más importante que Shakespeare le dio
consistió en representar uno de los papeles principales en la
primera obra de Jonson, A cada cual según su humor, cuando se
estrenó en 1598. La obra fue un éxito clamoroso y lanzó la carrera
profesional de Jonson. Jonson tenía entonces veinticinco años, y
Shakespeare treinta y cuatro. Después de 1598, Jonson siguió
escribiendo poemas y obras de teatro, y muchas de sus obras
fueron representadas por la compañía de Shakespeare. Jonson llegó
a hacerse famoso por propio derecho como poeta y erudito, y al final
de su vida fue honrado con un entierro en la Abadía de
Westminster. Pero nunca olvidó su deuda para con su viejo amigo.
Cuando Shakespeare murió, Jonson escribió un poema, «En
recuerdo de mi amado maestro, William Shakespeare», que contenía
los versos bien conocidos:
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 5 Preparado por Patricio Barros
No era de una época, sino para todos los tiempos
Y aunque sabías poco latín y menos griego,
para honrarte, yo no necesito ir allí a buscar nombres,
sino que directamente invoco a los tronantes Esquilo,
Eurípides y Sófocles…
De nuevo a la vida, para oír su paso melodioso.
La propia Naturaleza estaba orgullosa de sus diseños,
y alegre se adornaba con sus líneas,…
Pero no debo conceder todo a la Naturaleza: tu arte,
mi dulce Shakespeare, se merece su parte.
Pues aunque la naturaleza sea la materia del poeta,
es su arte quien proporciona el estilo; ese es el esfuerzo
de quien escribe una línea viva,…
Pues un buen poeta se hace, además de nacer.
¿Qué tienen que ver Jonson y Shakespeare con Richard Feynman?
Sencillamente esto. Yo puedo decir, como dijo Jonson: «Amé a este
hombre, desde esta idolatría, tanto como el que más». El destino me
deparó la tremenda suerte de tener a Feynman como mentor. Yo era
el estudiante instruido y erudito que vino de Inglaterra a la
Universidad de Cornell en 1947 y fui inmediatamente hechizado por
el genio en bruto de Feynman. Con la arrogancia de la juventud,
decidí que podía desempeñar el papel de Jonson con respecto a
Feynman-Shakespeare. No esperaba encontrar a Shakespeare en
suelo americano, pero no tuve ninguna dificultad en reconocerlo
cuando le vi.
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 6 Preparado por Patricio Barros
Antes de conocer a Feynman yo había publicado algunos artículos
matemáticos llenos de trucos astutos pero totalmente carentes de
interés. Cuando conocí a Feynman, supe inmediatamente que había
entrado en otro mundo. Él no estaba interesado en publicar
artículos bonitos. Él estaba luchando, con más fuerza con la que yo
había visto luchar antes a nadie, por comprender el funcionamiento
de la naturaleza reconstruyendo la física desde abajo. Tuve la suerte
de encontrarle casi al final de sus ocho años de lucha. La nueva
física que él había imaginado cuando era estudiante de John
Wheeler siete años antes estaba cuajando finalmente en una visión
coherente de la naturaleza, la visión que él denominó «el enfoque
espacio-temporal». En 1947 la visión estaba todavía inacabada,
llena de cabos sueltos e inconsistencias, pero yo vi inmediatamente
que tenía que ser correcta. Aproveché cualquier oportunidad para
oír hablar a Feynman, para aprender a nadar en el torrente de sus
ideas. A él le gustaba hablar, y me acogió como un oyente. Así nos
hicimos amigos de por vida.
Durante un año observé cómo Feynman perfeccionaba su forma de
describir la naturaleza con imágenes y diagramas, hasta que
consiguió atar los cabos sueltos y eliminar las inconsistencias.
Entonces empezó a hacer números, utilizando sus diagramas como
guía. Con una velocidad sorprendente fue capaz de calcular
cantidades físicas que podían cotejarse directamente con los
experimentos. Los experimentos coincidían con sus números. En el
verano de 1948 pudimos ver cómo se hacían ciertas las palabras de
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 7 Preparado por Patricio Barros
Jonson: «La propia Naturaleza estaba orgullosa de sus diseños, y
alegre se adornaba con sus líneas».
Durante el año en que estuve paseando y hablando con Feynman,
también estuve estudiando la obra de los físicos Schwinger y
Tomonaga, quienes llegaron a resultados similares siguiendo
caminos más convencionales. Schwinger y Tomonaga, que
utilizaban métodos más complicados y laboriosos, consiguieron
calcular de forma independiente las mismas cantidades que
Feynman pudo obtener directamente de sus diagramas. Schwinger y
Tomonaga no reconstruyeron la física: la tomaron tal como la
encontraron y solo introdujeron nuevos métodos matemáticos para
extraer números a partir de ella. Cuando quedó claro que los
resultados de sus cálculos coincidían con los de Feynman, yo supe
que se me había brindado una oportunidad única para unir las tres
teorías. Escribí un artículo titulado «Las teorías de radiación de
Tomonaga, Schwinger y Feynman», en el que explicaba por qué las
teorías parecían diferentes pero en esencia eran iguales. Mi artículo
apareció en Physical Review en 1949, y lanzó mi carrera profesional
de forma tan decisiva como A cada cual según su humor lanzó la de
Jonson. Yo tenía entonces, como Jonson, veinticinco años.
Feynman tenía treinta y uno, tres años menos de los que tenía
Shakespeare en 1598. Tuve cuidado en tratar a mis tres
protagonistas con la misma dignidad y respeto, pero en el fondo
sabía que Feynman era el más grande de los tres y que el objetivo
principal de mi artículo era hacer accesibles sus ideas
revolucionarias a los físicos de todo el mundo. Feynman me animó
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 8 Preparado por Patricio Barros
activamente para que publicara sus ideas, y ni una sola vez se quejó
de que yo estuviese robando sus truenos. Él era el protagonista de
mi obra.
Una de las preciadas pertenencias que yo llevé de Inglaterra a
América era The Essential Shakespeare de J. Dover Wilson, una
corta biografía de Shakespeare que contiene la mayoría de las citas
de Jonson que he reproducido aquí. El libro de Wilson no es una
obra de ficción ni una obra de historia, sino algo que está a medias
entre ambas. Se basa en el testimonio de primera mano de Jonson y
otras personas, pero Wilson utilizaba su imaginación, junto con los
escasos documentos históricos, para dar vida a Shakespeare. En
particular, la primera evidencia de que Shakespeare actuó en la
obra de Jonson procede de un documento datado en 1709, más de
cien años después de aquel suceso. Sabemos que Shakespeare era
famoso como actor tanto como escritor, y no veo ninguna razón para
dudar de la historia tradicional tal como la cuenta Wilson.
Felizmente, los documentos que proporcionan evidencia de la vida y
las ideas de Feynman no son tan escasos. El presente volumen es
una colección de tales documentos, que nos ofrece la voz auténtica
de Feynman registrada en sus conferencias y escritos ocasionales.
Son documentos informales, dirigidos a audiencias generales más
que a sus colegas científicos. En ellos vemos a Feynman tal como
era, siempre jugando con las ideas pero siempre serio sobre las
cosas que le importaban. Las cosas que le importaban eran la
honestidad, la independencia, la disposición a admitir la ignorancia.
Detestaba la jerarquía y disfrutaba de la amistad de personas de las
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 9 Preparado por Patricio Barros
más diversas condiciones. Era, como Shakespeare, un actor con
talento para la comedia.
Además de su pasión trascendental por la ciencia, Feynman
también disfrutaba con las bromas y los placeres humanos
corrientes. Una semana después de conocerle, escribí una carta a
mis padres en Inglaterra en donde le describía como «mitad genio y
mitad bufón». Mientras luchaba heroicamente por comprender las
leyes de la naturaleza, disfrutaba relajándose con los amigos,
tocando sus bongos y divirtiendo a todo el mundo con trucos e
historias. En esto también se parecía a Shakespeare. Del libro de
Wilson tomo el testimonio de Jonson:
Cuando se sentaba a escribir, podía estar haciéndolo día y
noche; se esforzaba sin pausa, hasta que desfallecía: y cuando lo
dejaba, se dedicaba de nuevo a cualquier deporte y ocio; era casi
imposible hacerle volver a su libro: pero cuando lo conseguía, se
había hecho más fuerte y más serio.
Así era Shakespeare, y así era también el Feynman que yo conocí y
amé, desde esta idolatría.
FREEMAN J. DYSON
Institute for Advanced Study
Princeton, New Jersey
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 10 Preparado por Patricio Barros
Introducción del editor
Recientemente asistí a una conferencia en el venerable Laboratorio
Jefferson de la Universidad de Harvard. La conferenciante era de la
doctora Lene Hau del Rowland Institute, que acababa de realizar un
experimento del que no solo se informó en la reputada revista
científica Nature, sino también en la primera plana de The New York
Times. En el experimento, ella (con su grupo de investigación
formado por estudiantes y científicos) hizo pasar un haz de luz láser
a través de un nuevo tipo de materia denominado un condensado de
Bose-Einstein (un extraño estado cuántico en el que un puñado de
átomos, enfriados casi hasta el cero absoluto, dejan prácticamente
de moverse y actúan en conjunto como una sola partícula), lo que
frenaba al haz de luz hasta el ritmo increíblemente lento de 17
metros por segundo1. La luz, que viaja normalmente a la vertiginosa
velocidad de 300.000 kilómetros por segundo, o 1.080.000.000
kilómetros por hora, en el vacío, se frena cuando atraviesa algún
medio, como aire o vidrio, aunque su velocidad sigue siendo del
mismo orden que la velocidad en el vacío. Pero hagan ustedes el
cálculo y verán que 17 metros por segundo dividido por 300.000
kilómetros por segundo es igual a 0,00000006, o seis millonésimas
de un 1 por 100 de su velocidad en el vacío. Para poner un ejemplo
comparativo, esto es como si Galileo hubiese dejado caer sus balas
1 Se refiere a la velocidad de grupo de un pulso de luz compuesto de ondas monocromáticas diferentes. Para que se
produzca este fenómeno hay que crear una fuerte dependencia del índice de refracción con la frecuencia cerca de una
línea de absorción, lo que se consigue mediante transparencia inducida electromagnéticamente. (N. del t.)
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 11 Preparado por Patricio Barros
de cañón desde lo alto de la Torre de Pisa y estas hubiesen tardado
dos años en llegar al suelo.
La conferencia me dejó sin aliento (incluso Einstein se hubiera
sentido impresionado, creo yo). Por primera vez en mi vida sentí una
pizca de lo que Richard Feynman llamaba «la excitación del
descubrimiento», la repentina sensación (probablemente semejante
a una epifanía, aunque una epifanía vicaria en este caso) de que yo
había captado una idea nueva y maravillosa, de que había algo
nuevo en el mundo y yo asistía a un suceso científico trascendental;
una sensación no menos espectacular y excitante que la que sintió
Newton cuando se dio cuenta de que la fuerza misteriosa que hizo
que la manzana apócrifa cayera en su cabeza era la misma fuerza
que hacía que la Luna se mantuviera en órbita alrededor de la
Tierra; o la de Feynman cuando dio ese primer y difícil paso hacia la
comprensión de la naturaleza de la interacción entre la luz y la
materia, que le llevó finalmente al Premio Nobel.
Sentado entre la audiencia, casi pude sentir a Feynman mirando
por encima de mi hombro y susurrándome al oído: « ¿Ves? Por esto
es por lo que los científicos continúan sus investigaciones, por lo
que luchamos tan desesperadamente por cada pedazo de
conocimiento, velamos noches enteras buscando la respuesta a un
problema, escalamos los obstáculos más escarpados hasta el
próximo pedazo de conocimiento, para alcanzar finalmente ese
momento feliz de la excitación del descubrimiento, que es parte del
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 12 Preparado por Patricio Barros
placer de descubrir»2. Feynman siempre decía que él no hacía física
por la gloria ni por los premios y recompensas, sino por el placer de
hacerlo, por el puro placer de descubrir cómo funciona el mundo,
qué es lo que lo mantiene en marcha.
El legado de Feynman es su inmersión y dedicación a la ciencia: su
lógica, sus métodos, su rechazo del dogma, su infinita capacidad de
duda. Feynman creía y vivía en el credo de que la ciencia, cuando se
utiliza de forma responsable, puede no solo divertir sino que
también puede ser de valor inestimable para el futuro de la sociedad
humana. Y como todos los grandes científicos, a Feynman le
gustaba compartir su asombro ante las leyes de la naturaleza con
colegas y legos por igual. En ninguna parte se manifiesta más
claramente la pasión de Feynman por el conocimiento que en esta
colección de sus obras cortas (casi todas publicadas con
anterioridad, salvo una inédita).
El mejor modo de apreciar el misterio Feynman es leer este libro,
pues aquí encontrarán ustedes una gran variedad de temas sobre
los que el gran físico pensó en profundidad y habló de forma
encantadora: no solo de física —en cuya enseñanza no fue superado
por nadie— sino también de religión, de filosofía y del temible
escenario académico; del futuro de la computación y el de la
nanotecnología, de la cual fue un pionero destacado; de la
humildad, del placer en la ciencia y del futuro de la ciencia y la
civilización; de cómo deberían ver el mundo los científicos en
2 Otro de los sucesos más excitantes, si no en mi vida, al menos en mi carrera de editor, fue el encontrar la
transcripción largo tiempo extraviada y nunca antes publicada de tres conferencias que dio Feynman en la
Universidad de Washington a comienzos de los años sesenta, que se convirtió en el libro Qué significa todo eso. Pero
eso fue más el placer de encontrar que el placer de descubrir. (N. del e.)
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 13 Preparado por Patricio Barros
ciernes; y de la trágica ceguera burocrática que condujo al desastre
de la lanzadera espacial Challenger, el informe que fue objeto de
titulares de prensa que hicieron de «Feynman» una palabra familiar.
Curiosamente, hay muy poco solapamiento en estas piezas, pero en
aquellas pocas ocasiones en que una historia se repite me he
tomado la libertad de suprimir una de las dos apariciones para
ahorrar al lector una repetición innecesaria. Inserto puntos
suspensivos […] para señalar dónde se ha suprimido una «gema»
repetida.
Feynman mantenía una actitud muy informal hacia la gramática
propiamente dicha, como se muestra claramente en la mayoría de
las piezas, que fueron transcritas de conferencias o entrevistas
habladas. Por ello, para mantener el tono de Feynman, he
conservado en general sus giros poco gramaticales. Sin embargo,
donde una transcripción pobre o esporádica hacía que una palabra
o frase resultase incomprensible o difícil, la he corregido para
hacerla legible. Creo que el resultado queda prácticamente
inalterado, aunque legible, feynmanesco.
Aclamado durante su vida, reverenciado en el recuerdo, Feynman
sigue siendo una fuente de sabiduría para personas de cualquier
condición. Espero que este tesoro de sus mejores charlas,
entrevistas y artículos estimulará y divertirá a generaciones de
devotos y recién llegados a la mente única y a menudo descarada de
Feynman.
Así que lean, disfruten y no tengan miedo de reírse a carcajadas o
de aprender una lección o dos sobre la vida; inspírense y, sobre
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 14 Preparado por Patricio Barros
todo, experimenten el placer de descubrir cosas sobre un ser
humano poco común.
* * * *
Me gustaría dar las gracias a Michelle y Carl Feynman por su
generosidad y apoyo constante desde ambas costas; a la doctora
Judith Goodstein, a Bonnie Ludt y a Shelley Erwin, de los archivos
de Caltech, por su ayuda y hospitalidad indispensables; y
especialmente al profesor Freeman Dyson por su elegante e
iluminador Prólogo.
También me gustaría expresar mis agradecimientos a John Gribbin,
Tony Hey, Melanie Jackson y Ralph Leighton por sus frecuentes y
excelentes consejos durante la confección de este libro.
JEFFREY ROBBINS
Reading, Massachusetts
Septiembre de 1999
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 15 Preparado por Patricio Barros
Capítulo 1
El placer de descubrir
Esta es una transcripción retocada de una entrevista con Feynman
en 1981 para el programa de la BBC Horizon, emitido en Estados
Unidos como un episodio de Nova. Feynman ya había dejado atrás la
mayor parte de su vida (murió en 1988), de modo que podía
reflexionar sobre sus experiencias y logros con una perspectiva que
no suele estar al alcance de una persona más joven. El resultado es
una discusión franca, relajada y muy personal sobre muchos temas
queridos para Feynman: por qué el simple conocimiento del nombre
de una cosa es prácticamente lo mismo que no saber nada en
absoluto sobre ella; cómo él y sus colegas científicos del Proyecto
Manhattan pudieron beber y festejar el éxito del arma terrible que
habían creado, mientras en Hiroshima, en el otro extremo del mundo,
miles de sus congéneres humanos habían muerto o estaban muriendo
a causa de ello; y por qué Feynman también podría habérselas
arreglado sin un Premio Nobel.
Contenido:
§. La belleza de una flor
§. Evitar las humanidades
§. Un «Tyrannosaurus» en la ventana
§. Álgebra para el hombre práctico
§. Charreteras y el Papa
§. Invitación a la bomba
§. Éxito y sufrimiento
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 16 Preparado por Patricio Barros
§. «Yo no tengo que hacerlo bien porque ellos piensen que voy a
hacerlo bien»
§. El Premio Nobel: ¿valió la pena?
§. Las reglas del juego
§. Rompiendo átomos
§. «Que lo haga George»
§. Aburrido de la historia
§. De tal palo, tal astilla
§. «Ciencia que no es una ciencia…»
§. Duda e incertidumbre
§. La belleza de una flor
Tengo un amigo artista que suele adoptar una postura con la que yo
no estoy muy de acuerdo. Él sostiene una flor y dice: «Mira qué
bonita es», y en eso coincidimos. Pero sigue diciendo: «Ves, yo, como
artista, puedo ver lo bello que es esto, pero tú, como científico, lo
desmontas todo y lo conviertes en algo anodino». Y entonces pienso
que él está diciendo tonterías. Para empezar, la belleza que él ve
también es accesible para mí y para otras personas, creo yo. Quizá
yo no tenga su refinamiento estético, pero puedo apreciar la belleza
de una flor. Pero al mismo tiempo, yo veo mucho más en la flor que
lo que ve él. Puedo imaginar las células que hay en ella, las
complicadas acciones que tienen lugar en su interior y que también
tienen su belleza. Lo que quiero decir es que no solo hay belleza en
esta escala de un centímetro: hay también belleza en una escala
más pequeña, en la estructura interna. También los procesos, el
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 17 Preparado por Patricio Barros
hecho de que los colores de la flor evolucionan para atraer insectos
que la polinicen es interesante, pues significa que los insectos
pueden ver el color. Añade una pregunta: ¿existe también este
sentido estético en las formas inferiores? ¿Por qué es estético? Todo
tipo de preguntas interesantes que ponen de manifiesto que un
conocimiento de la ciencia añade algo a la excitación, el misterio y el
respeto por una flor. Añade; no entiendo cómo puede restar.
§. Evitar las humanidades
Siempre he estado muy sesgado hacia la ciencia y cuando era joven
concentré casi todos mis esfuerzos en ella. No tenía tiempo de
aprender ni tenía mucha paciencia con lo que se denominan las
humanidades, incluso si en la universidad era obligatorio seguir
cursos de humanidades. Hice todo lo posible para no tener que
estudiar mucho ni trabajar en ello. Solo más tarde, cuando me hice
mayor y estaba más relajado, me he dispersado un poco. He
aprendido a dibujar y leo un poco, pero realmente sigo siendo una
persona muy sesgada y no sé mucho. Tengo una inteligencia
limitada y la utilizo en una dirección concreta.
§. Un «Tyrannosaurus» en la ventana
En casa teníamos la Enciclopedia Británica y, cuando yo era
pequeño, [mi padre] solía sentarme en su regazo y leerme algunas
páginas. Por ejemplo, podíamos estar leyendo algo sobre los
dinosaurios, y probablemente hablaría del Brontosaurus o algo
parecido, o del Tyrannosaurus rex, y diría algo parecido a esto: «Este
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 18 Preparado por Patricio Barros
animal mide diez metros de altura y la cabeza mide dos metros», ya
saben ustedes. Entonces él dejaba de leer y decía: «Veamos lo que
eso significa. Significa que si el tyrannosaurus estuviese en el jardín
delantero tendría la altura suficiente para introducir la cabeza por
la ventana pero no podría hacerlo porque su cabeza sería demasiado
ancha y rompería la ventana al intentarlo».
Todo lo que leíamos se traducía de la mejor forma que podíamos en
algo real y así es como aprendí a trabajar: trato de hacerme una
imagen de cualquier cosa que leo, de lo que realmente quiere decir,
traduciéndolo de esta forma; así que [risas] solía leer la Enciclopedia
cuando era muchacho pero con traducción, ya ven, y resultaba muy
excitante e interesante pensar que había animales de ese tamaño.
No tenía miedo de que uno fuera a entrar por mi ventana, no lo
creo; más bien pensaba que resultaba enormemente interesante que
todos ellos hubieran muerto y en esa época nadie sabía por qué.
Solíamos ir a las Montañas Catskill. Vivíamos en Nueva York y las
Montañas Catskill eran un lugar de veraneo: había allí un grupo
numeroso de personas. Los padres de familia seguían trabajando en
Nueva York y venían a pasar los fines de semana. Cuando venía mi
padre me llevaba a dar paseos por el bosque y me contaba las cosas
interesantes que allí pasaban, y que explicaré en seguida. Viendo
esto, las otras madres pensaban que era maravilloso y que los otros
padres también deberían llevar a sus hijos a dar un paseo. Ellas
trataron de convencer a sus maridos pero estos se negaron al
principio y pretendían que mi padre llevase a todos los niños, pero
él no quería porque tenía una relación muy especial conmigo —nos
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 19 Preparado por Patricio Barros
unía algo muy personal—, de modo que al final los otros padres
tuvieron que llevar de paseo a sus hijos el fin de semana siguiente.
Y el lunes siguiente, cuando todos habían vuelto a su trabajo, los
chicos estábamos jugando en el campo y uno me dijo: « ¿A que no
sabes qué tipo de pájaro es ese que hay ahí?». Y yo le dije: «No tengo
la menor idea de qué tipo de pájaro es». Él dijo: «Es un tordo de
garganta marrón», o algo así; «tu padre no te cuenta nada». Pero era
todo lo contrario: mi padre me había enseñado. Mirando a un pájaro
decía: « ¿Sabes qué pájaro es ese? Es un tordo de garganta marrón;
pero en portugués es un… en italiano un…», decía, «en chino es
un…, en japonés un…», etc. «Ahora sabes qué nombre tiene ese
pájaro en todos los idiomas que quieras —decía—, pero cuando
hayas acabado con eso no sabrás absolutamente nada sobre el
pájaro. Solo sabrás cómo llaman al pájaro los seres humanos de
diferentes lugares. Ahora —concluía—, miremos al pájaro».
Me había enseñado a fijarme en las cosas. Un día estaba yo jugando
con lo que llamamos un vagón exprés, que es un vagón pequeño que
va por un raíl circular para que los niños jueguen tirando de él.
Tenía dentro una bola —lo recuerdo bien— y me fijé en un detalle
del movimiento de la bola, así que le dije a mi padre: «Papá, he
notado algo: cuando tiro del vagón la bola rueda hacia la parte
trasera, y cuando estoy tirando y de repente dejo de hacerlo, la bola
rueda hacia la parte delantera —y añadí—: ¿por qué pasa eso?». Él
me dijo: «Nadie lo sabe. Hay un principio general que dice que las
cosas que están en movimiento tratan de seguir en movimiento, y
las cosas que están en reposo tienden a permanecer en reposo a
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 20 Preparado por Patricio Barros
menos que ejerzas una fuerza sobre ellas. —Y concluyó—: Esta
tendencia se llama inercia pero nadie sabe por qué es verdad». Eso
es un conocimiento profundo: él no me dio un nombre, él sabía la
diferencia entre saber el nombre de algo y saber algo, y yo lo aprendí
muy pronto. Siguió diciendo: «Si te fijas bien verás que no es la bola
la que rueda hacia la parte trasera del vagón, sino que es la parte
trasera del vagón del que tú estás tirando la que avanza hacia la
bola; verás que la bola sigue quieta o que quizá empieza a moverse
debido a la fricción, pero en realidad se mueve hacia delante y no
hacia atrás». Así que volví corriendo al vagón, puse la bola de nuevo,
tiré del vagón y miré de lado, y vi que él tenía razón: la bola nunca
se movía hacia atrás en el vagón cuando yo tiraba del vagón hacia
delante. Se movía hacia atrás con respecto al vagón, aunque se
movía ligeramente hacia delante con respecto al suelo, simplemente
[porque] el vagón la arrastraba con él. Así es como me educó mi
padre, con este tipo de ejemplos y discusiones, sin presiones, solo
con agradables e interesantes discusiones.
§. Álgebra para el hombre práctico
Mi primo, que tenía tres años más que yo, estaba en el instituto de
enseñanza secundaria; tenía bastantes dificultades con el álgebra y
le habían puesto un profesor particular, y a mí me permitían
sentarme en un rincón mientras [risas] el profesor trataba de
enseñar álgebra a mi primo: problemas de esos de 2x más algo.
Entonces le dije a mi primo: « ¿Qué estás tratando de hacer? Sabes,
le he oído hablar de x». Él dijo: «Qué sabrás tú: 2x + 7es igual a 15, y
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 21 Preparado por Patricio Barros
estoy tratando de averiguar cuánto vale x». «Quieres decir 4», le dije.
Él dijo: «Sí, pero tú lo has hecho por aritmética, y hay que hacerlo
por álgebra». Por eso es por lo que mi primo nunca fue capaz de
hacer álgebra: porque no entendía cómo se suponía que tenía que
hacerlo. No había manera. Afortunadamente yo aprendí álgebra sin
ir a la escuela y sabiendo que la idea general consistía en averiguar
cuánto valía x y que daba igual cómo lo hicieras; todo eso de hacerlo
por aritmética o hacerlo por álgebra era algo que se habían
inventado en la escuela para que los niños que tienen que estudiar
álgebra puedan aprobarla. Se habían inventado un conjunto de
reglas tales que si uno las seguía mecánicamente podía llegar a la
respuesta: restar 7 de ambos miembros, si hay un factor común que
multiplica dividir ambos miembros por dicho factor, y todo eso, y
una serie de pasos mediante los que uno podía llegar a la respuesta
aunque no entendiera lo que estaba tratando de hacer.
Había una colección de libros de matemáticas que empezaba por
Aritmética para el hombre práctico, seguía con Álgebra para el
hombre práctico, y luego Trigonometría para el hombre práctico, y allí
aprendí la trigonometría para el hombre práctico. Pronto la olvidé
porque no la entendía muy bien, pero la colección continuaba y la
biblioteca iba a adquirir el Cálculo para el hombre práctico. En
aquella época supe, por la lectura de la Enciclopedia, que el cálculo
infinitesimal era una materia importante y que debería estudiarlo.
Ahora era mayor, tenía quizá trece años; finalmente apareció el libro
de cálculo y yo estaba tan excitado que fui a la biblioteca a sacarlo y
la bibliotecaria me miró y dijo: «Pero ¡si solo eres un niño! ¿Qué
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 22 Preparado por Patricio Barros
haces sacando este libro? Este libro es un [libro para adultos]».
Aquella fue una de las pocas veces en mi vida que me he sentido
incómodo, y mentí y dije que era para mi padre, que él lo había
seleccionado. Así que lo llevé a casa y aprendí en él el cálculo
infinitesimal y traté de explicárselo a mi padre, pero él leyó el
principio y lo encontró confuso. Eso realmente me molestó un poco:
yo no sabía que él tuviese esa limitación, ya saben, que él no lo
entendía; yo pensaba que era relativamente sencillo y directo y él no
lo entendía. Y entonces me di cuenta por vez primera que en algo yo
había aprendido más que él.
§. Charreteras y el Papa
Una de las cosas que me enseñó mi padre además de física [risas],
fuera correcta o no, fue a tener una falta de respeto por lo
respetable… por cierto tipo de cosas. Por ejemplo, cuando yo era
niño y por primera vez salió un fotograbado en The New York Times,
él me sentó en sus rodillas, como solía hacer, abrió la página y allí
había una foto del Papa con todo el mundo inclinado ante él. Y él
dijo: «Mira estos hombres. Aquí hay un hombre de pie, y todos los
demás están inclinados. ¿Cuál es la diferencia? Este es el Papa. —Él
odiaba al Papa en cualquier caso y decía—: la diferencia está en las
charreteras». No en el caso concreto del Papa, por supuesto, sino
cuando aparecía un general; pero siempre había un uniforme, una
postura. «Este hombre tiene los mismos problemas, come lo mismo
que cualquier otro, va al baño, tiene los mismos problemas que todo
el mundo, es un ser humano. ¿Por qué se inclinan ante él? Solo por
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 23 Preparado por Patricio Barros
su nombre y su posición, por su uniforme, no por algo especial que
él haya hecho, ni por su honor ni nada parecido». Dicho sea de
paso, mi padre se dedicaba al negocio de los uniformes, de modo
que sabía cuál era la diferencia entre un hombre sin uniforme y un
hombre con uniforme: para él eran el mismo hombre.
Él se sentía feliz conmigo, creo yo. Una vez, sin embargo, cuando
regresé del MIT —había permanecido allí algunos años— me dijo:
«Ahora que te has instruido en estas cosas, hay una pregunta que
siempre me hice y que nunca entendí muy bien; así que, ahora que
tú lo has estudiado, me gustaría hacértela para que me la
expliques». Yo le pregunté de qué se trataba, y él dijo que entendía
que cuando un átomo hace una transición de un estado a otro emite
una partícula de luz llamada fotón. «Eso es correcto», dije. Y él
replicó: «Bien, pero ¿está el fotón en el átomo antes de salir, o no
hay ningún fotón de entrada?». Contesto: «No hay ningún fotón
dentro; se produce precisamente cuando el electrón hace una
transición» y él pregunta: «Bien, ¿de dónde procede entonces, de
dónde sale?». No pude decirle simplemente que «La idea es que el
número de fotones no se conserva; los fotones se crean
precisamente por el movimiento del electrón». No pude explicarle
algo parecido a esto: el sonido que hago ahora no estaba dentro de
mí. No es como mi hijo pequeño que cuando empezó a hablar dijo de
repente que ya no podía decir una determinada palabra —la palabra
era «gato»— porque en su bolsa de palabras se había agotado la
palabra gato [risas]. Nadie tiene dentro una bolsa de palabras que
vaya gastando a medida que salen: uno simplemente hace las
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 24 Preparado por Patricio Barros
palabras sobre la marcha; y en el mismo sentido no hay una bolsa
de fotones en un átomo, y cuando los fotones salen no vienen de
ninguna parte. Pero yo no pude hacerlo mucho mejor. Él no quedó
satisfecho conmigo en este aspecto porque yo nunca fui capaz de
explicar ninguna de las cosas que él no entendía [risas]. Así que él
no tuvo éxito: me envió a todas estas universidades para descubrir
estas cosas y nunca las descubrió [risas].
§. Invitación a la bomba
[Mientras estaba trabajando en su tesis doctoral, Feynman fue
invitado a unirse al proyecto para el desarrollo de la bomba atómica].
Era algo completamente diferente. Significaba que tendría que dejar
la investigación que estaba haciendo, que era el deseo de mi vida, y
robar tiempo para dedicárselo a esto que yo sentía que debía hacer
para proteger a la civilización. ¿De acuerdo? Así que tuve que
debatir esto conmigo mismo. Mi primera reacción fue que no quería
interrumpir mi trabajo normal para hacer este otro trabajo extraño.
Por supuesto, también estaba el problema moral de todo lo
implicado con la guerra. Yo no tendría mucho que ver con esto, pero
me asusté cuando me di cuenta de cuál sería el arma, y comprendí
que, puesto que podía ser posible, debía ser posible. Por todo lo que
yo sabía, si nosotros podíamos construirla, ellos también podrían, y
por lo tanto era muy importante tratar de cooperar.
[A comienzos de 1943 Feynman se unió al equipo de Oppenheimer en
Los Álamos]. Respecto a las cuestiones morales, me gustaría
decirles algo. La razón original para poner en marcha el proyecto,
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 25 Preparado por Patricio Barros
que era que los alemanes constituían un peligro, me involucró en
un proceso que trataba de desarrollar este primer sistema en
Princeton y luego en Los Álamos; que trataba de hacer que la bomba
funcionase. Se habían hecho todo tipo de intentos por rediseñarla
para hacer de ella una bomba más potente y todo eso. Era un
proyecto en el que todos trabajamos muy duro, en cooperación. Y
una vez que uno ha decidido hacer un proyecto como este, sigue
trabajando para conseguir el éxito. Pero lo que yo hice —diría que
de forma inmoral— fue olvidar la razón por la que dije que iba a
hacerlo; y así, cuando la derrota de Alemania acabó con el motivo
original, no se me pasó por la cabeza nada de esto, que este cambio
significaba que tenía que reconsiderar si iba a continuar en ello.
Simplemente no lo pensé, ¿de acuerdo?
§. Éxito y sufrimiento
[El 6 de agosto de 1945 la bomba atómica fue arrojada sobre
Hiroshima]. La única reacción que recuerdo —quizá yo estaba
cegado por mi propia reacción— fue una euforia y una excitación
muy grandes. Había fiestas y gente que bebía para celebrarlo. Era
un contraste tremendamente interesante: lo que estaba pasando en
Los Álamos y lo que al mismo tiempo pasaba en Hiroshima. Yo
estaba envuelto en esta juerga, bebiendo también y tocando
borracho un tambor sentado en el capó de un Jeep; tocando el
tambor con excitación mientras recorríamos Los Álamos al mismo
tiempo que había gente muriendo y luchando en Hiroshima.
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 26 Preparado por Patricio Barros
Experimenté una reacción muy fuerte y extraña después de la
guerra —quizá por la propia bomba y quizá por alguna otra razón
psicológica, pues acababa de perder a mi mujer— pero recuerdo que
estaba en Nueva York con mi madre en un restaurante,
inmediatamente después [de Hiroshima], y estaba pensando en
Nueva York. Yo sabía el tamaño que tenía la bomba de Hiroshima,
la gran superficie que había destruido y todo eso, y me di cuenta de
que allí donde estábamos —no lo sé muy bien, quizá en la Calle
59— todo quedaría barrido si cayese una bomba en la Calle 34, y
todas estas personas morirían y todas las cosas serían destruidas; y
que no había solamente una bomba disponible sino que era fácil
seguir haciéndolas; y que, por consiguiente, estábamos condenados
porque tuve la sensación —muy temprana, mucho antes que otros
que fueron más optimistas— de que las relaciones internacionales y
la forma en que la gente se estaba comportando no eran diferentes
de lo que habían sido antes y que todo iba a seguir igual, y por eso
estaba seguro de que esas armas iban a seguir utilizándose muy
pronto. Por ello me sentía muy incómodo y pensé, realmente lo creí,
que todo era estúpido: veía gente construyendo un puente y decía
«no lo entienden». Realmente creía que era absurdo hacer cualquier
cosa porque todo sería destruido muy pronto, pero ellos no lo
entendían. Y yo tenía esta idea muy extraña, y cuando veía
cualquier construcción pensaba siempre que estaban locos por
tratar de hacer algo. De modo que caí realmente en una especie de
estado depresivo
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 27 Preparado por Patricio Barros
§. «Yo no tengo que hacerlo bien porque ellos piensen que voy a
hacerlo bien»
[Después de la guerra Feynman se unió a Hans Bethe3 en la
Universidad de Cornell. Rechazó la oferta de un trabajo en el Instituto
de Estudios Avanzados en Princeton]. Ellos [debieron] pensar que yo
recibiría encantado una oferta de trabajo como esta, pero yo no
estaba encantado, y así comprendí un nuevo principio: que yo no
soy responsable de lo que otras personas piensen que puedo hacer,
que no tengo que hacerlo bien porque ellos piensen que voy a
hacerlo bien. Y de un modo u otro pude relajarme y pensé para mí
que no había hecho nada importante y nunca iba a hacer nada
importante. Pero solía disfrutar de la física y las matemáticas, y
puesto que solía jugar con ellas, muy pronto desarrollé las cosas por
las que más tarde gané el Premio Nobel4.
§. El Premio Nobel: ¿valió la pena?
[Feynman ganó un Premio Nobel por su trabajo sobre electrodinámica
cuántica]. Lo que hice en esencia —y también lo hicieron,
independientemente, otras dos personas [Sin-Itiro]Tomonaga en
Japón y [Julian] Schwinger— fue imaginar la forma de controlar, de
analizar y discutir la teoría cuántica original de la electricidad y
magnetismo que había sido elaborada en 1928; cómo interpretarla
para evitar los infinitos, para hacer cálculos de los que se pudieran
3 Hans Bethe (n. 1906) ganó el Premio Nobel de Física en 1967 por sus contribuciones a la teoría de las reacciones
nucleares, en especial por sus descubrimientos concernientes a la producción de energía en las estrellas. (N. del e.) 4 En 1965, el Premio Nobel de Física fue compartido por Richard Feynman, Julian Schwinger y Sin-Itiro Tomonaga
por su trabajo fundamental en electrodinámica cuántica, y sus profundas implicaciones para la física de partículas.
(N. del e.)
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 28 Preparado por Patricio Barros
obtener resultados razonables que luego han resultado estar en
completo acuerdo con todos los experimentos que se han hecho
hasta ahora, de modo que la electrodinámica cuántica encaja con
los experimentos en todos los detalles dentro de su marco de
aplicación —cuando no haya implicadas fuerzas nucleares, por
ejemplo— y fue por ese trabajo que hice en 1947 para imaginar
cómo hacerlo por el que gané el Premio Nobel.
[BBC: ¿Valió la pena el Premio Nobel?] Tanto como un [risas]… no sé
nada sobre el Premio Nobel, no entiendo qué es o para qué sirve,
pero si las personas que hay en la Academia sueca deciden que x, y
o z gana el Premio Nobel, entonces así sea. No quiero tener nada
que ver con el Premio Nobel… es un grano en el… [risas]. No me
gustan los honores. Lo aprecio por el trabajo que hice, y por las
personas que lo aprecian, y sé que hay muchos físicos que utilizan
mi trabajo. No necesito más, no creo que tenga más sentido que ese.
No veo qué importancia puede tener que alguien en la Academia
sueca decida que este trabajo es lo bastante bueno como para
recibir un premio. Yo ya he tenido mi premio. El premio está en el
placer de descubrir, en la excitación del descubrimiento, en
observar que otras personas lo utilizan [mi trabajo]: esas son cosas
reales, los honores no son reales para mí. No creo en los honores,
eso me fastidia, los honores me fastidian, los honores son las
charreteras, los honores son los uniformes. Así es como me educó
mi padre. No puedo soportarlo, me duele.
Cuando estaba en el instituto de secundaria, uno de los primeros
honores que obtuve consistió en ser miembro de los Arista, que es
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 29 Preparado por Patricio Barros
un grupo de niños que sacan buenas notas, ¿eh? Todo el mundo
quería ser miembro de los Arista, y cuando entré en los Arista
descubrí que lo que hacían en sus reuniones era sentarse y discutir
quién más era digno de unirse a este maravilloso grupo que éramos
nosotros, ¿entienden? Así que nos sentábamos y tratábamos de
decidir a quién se iba a admitir en los Arista. Este tipo de cosas —
los honores— me molesta psicológicamente por alguna razón que yo
mismo no puedo entender, y desde entonces hasta hoy siempre me
ha molestado. Cuando me convertí en miembro de la Academia
Nacional de Ciencias, tuve que renunciar finalmente porque era otra
organización que gastaba la mayor parte del tiempo en decidir quién
era suficientemente ilustre para unirse a ella, para que se le
admitiera en nuestra organización, incluyendo cuestiones tales
como si los físicos deberíamos unirnos porque hay un químico muy
bueno al que ellos tratan de introducir y no hay plazas suficientes y
tal y tal. ¿Qué problema hay con los químicos? Todo estaba podrido
porque el objetivo principal era el decidir quién podría tener este
honor, ¿comprenden? No me gustan los honores.
§. Las reglas del juego
[Desde 1950 hasta 1988 Feynman fue profesor de física teórica en el
Instituto de Tecnología de California]. Una forma, una analogía
divertida para hacerse una idea de lo que estamos haciendo cuando
tratamos de entender la naturaleza, consiste en imaginar que los
dioses están jugando una gran partida de ajedrez, pongamos por
caso, y nosotros no conocemos las reglas del juego. Pero se nos
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 30 Preparado por Patricio Barros
permite mirar el tablero, al menos de vez en cuando, quizá en una
pequeña esquina, y a partir de estas observaciones tratamos de
imaginar cuáles son las reglas del juego, cuáles son las reglas para
mover las piezas. Al cabo de un tiempo podríamos descubrir, por
ejemplo, que cuando hay solo un alfil en el tablero, este alfil siempre
se mueve por casillas del mismo color. Más adelante podríamos
descubrir que la ley para el movimiento del alfil consiste en que este
se mueve en diagonal, lo que explicaría la ley que descubrimos
antes —que el alfil estaba siempre en una casilla del mismo color—
y eso sería análogo a descubrir una ley y más adelante obtener una
comprensión más profunda de la misma. Luego pueden suceder
cosas, todo va bien, hemos obtenido todas las leyes, todo parece
muy bien; y entonces, de repente, ocurre un fenómeno extraño en
algún rincón, así que empezamos a investigarlo: es un enroque, algo
que no esperábamos. Dicho sea de paso y en física fundamental
siempre estamos tratando de investigar aquellas cosas de las que no
entendemos las conclusiones. Una vez que las hemos puesto a
prueba suficientemente, estamos conformes.
Lo que resulta más interesante es aquello que no encaja, la parte
que no procede según lo que uno esperaba. Además, podríamos
tener revoluciones en física: una vez que hemos advertido que los
alfiles se mueven por casillas del mismo color y se mueven en
diagonal y así sucesivamente durante mucho tiempo, y todo el
mundo sabe que esto es verdad, entonces uno descubre
repentinamente un día en cierta partida de ajedrez que el alfil no
sigue en una casilla del mismo color, que ha cambiado de color.
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 31 Preparado por Patricio Barros
Solo más tarde descubrimos una nueva posibilidad, que un alfil
haya sido capturado y que un peón haya coronado para dar lugar a
un nuevo alfil (lo que puede suceder pero no lo sabíamos). Así que
esto se parece mucho a cómo son nuestras leyes: a veces parecen
definitivas, siguen funcionando y luego, de repente, algún truco
muestra que eran erróneas y entonces tenemos que investigar las
condiciones en las que sucedió el cambio de color de este alfil, y así
sucesivamente. Y poco a poco aprendemos la nueva regla que lo
explica con mayor profundidad. Sin embargo, a diferencia del juego
de ajedrez, en el que las reglas se hacen más complicadas a medida
que uno avanza, en física todo parece más simple cuando uno
descubre cosas nuevas. Parece más complicado en conjunto porque
abarcamos más —esto es, aprendemos acerca de más partículas y
más cosas nuevas— y por eso las leyes parecen complicarse de
nuevo. Pero si uno se fija bien, es algo maravilloso pues, aunque
extendamos nuestra experiencia a regiones cada vez más
inexploradas, de cuando en cuando obtenemos estas síntesis en las
que todo encaja de nuevo en algo unificado, en donde todo resulta
ser más simple de lo que parecía antes.
Si ustedes están interesados en el carácter último del mundo físico,
o del mundo entero, nuestra única forma de comprenderlo por el
momento es mediante un razonamiento de tipo matemático. Por eso
yo no creo que una persona pueda apreciar por completo, ni
siquiera que pueda apreciar mucho de estos aspectos concretos del
mundo y del carácter profundamente universal de las leyes y de las
relaciones entre las cosas, sin tener una comprensión de las
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 32 Preparado por Patricio Barros
matemáticas. Yo no conozco otra forma de hacerlo, no conocemos
ninguna otra forma de describirlo con exactitud… o de ver las
interrelaciones si no es con ellas. Así que no creo que una persona
que no haya desarrollado cierto sentido matemático sea capaz de
apreciar por completo este aspecto del mundo. No me
malinterpreten: existen muchísimos aspectos del mundo para los
que las matemáticas no son necesarias; aspectos tales como el
amor, que son deliciosos y maravillosos de apreciar y hacia los que
se puede sentir temor y misterio. No pretendo decir que lo único que
hay en el mundo sea la física, pero ustedes estaban hablando de
física y si es de eso de lo que están hablando, entonces, el no saber
matemática es una grave limitación para entender el mundo.
§. Rompiendo átomos
Bien, en lo que estoy trabajando ahora en física es en un problema
especial con el que nos hemos encontrado. Voy a describir de qué se
trata. Ustedes saben que todo está hecho de átomos, ya hemos
descubierto eso hace tiempo y la mayoría de la gente ya sabe que el
átomo tiene un núcleo rodeado de electrones. El comportamiento de
los electrones en el exterior es ahora completamente [conocido]; se
entienden bien las leyes para ello hasta donde podemos afirmar en
esta electrodinámica cuántica de la que les he hablado. Y una vez
que eso se desarrolló, entonces el problema era: ¿cómo funciona el
núcleo, cómo interaccionan las partículas, cómo se mantienen
unidas? Uno de los productos secundarios fue el descubrimiento de
la fisión y la construcción de la bomba. Pero la investigación de las
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 33 Preparado por Patricio Barros
fuerzas que mantienen unidas a las partículas nucleares era una
larga tarea. Al principio se pensaba que era un intercambio de cierto
tipo de partículas en el interior, llamadas piones, que fueron
inventadas por Yukawa, y se predijo que si haces chocar protones —
el protón es una de las partículas del núcleo— contra un núcleo,
entonces golpeas en estos piones y, con toda seguridad, salen tales
partículas.
No solo salían piones, sino también otras partículas, y
empezábamos a agotar los nombres: kaones y sigmas y lambdas y
todo eso; ahora se denomina a todos hadrones. Y a medida que
aumentábamos la energía de la reacción obteníamos cada vez más
tipos diferentes, hasta que había cientos de tipos de partículas
diferentes; entonces el problema, por supuesto —este periodo dura
de 1940 a 1950, hasta hoy—, era encontrar el esquema que había
detrás de ello. Parecía haber muchas relaciones y muchas pautas
interesantes entre las partículas, hasta que se desarrolló una teoría
para explicar estas pautas: que todas estas partículas estaban
hechas realmente de alguna otra cosa, que estaban hechas de
objetos llamados quarks —tres quarks, por ejemplo, formaban un
protón— y que el protón es una de las partículas del núcleo; otra es
un neutrón. Hay diferentes variedades de quarks: de hecho, al
principio solo se necesitaban tres para explicar todos los centenares
de partículas y los diferentes tipos de quarks (se llamaban tipo-u,
tipo-d, tipo-s). Dos quarks u y un quark d forman un protón, dos
quarks d y un quark u forman un neutrón. Si se movieran de un
modo diferente en el interior formarían otra partícula. Entonces
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 34 Preparado por Patricio Barros
surgió el problema: ¿cuál es exactamente el comportamiento de los
quarks y qué es lo que les mantiene unidos? Y se ideó una teoría
que es muy sencilla, una analogía muy estrecha con la
electrodinámica cuántica —no exactamente igual pero muy
parecida— en la que los quarks son los análogos del electrón y las
partículas denominadas gluones son los análogos de los fotones que
se intercambian entre los electrones y dan lugar a las fuerzas
eléctricas. Las matemáticas eran muy similares aunque hay algunos
términos ligeramente diferentes. La diferencia en la forma de las
ecuaciones que se conjeturaron residía en que dichas conjeturas
estaban guiadas por principios de belleza y simplicidad tales que no
son arbitrarias sino que están casi completamente determinadas. Lo
que es arbitrario es cuántos tipos diferentes de partículas existen,
pero no el carácter de la fuerza entre ellas.
Ahora hay una diferencia con la electrodinámica, en la que dos
electrones pueden ser separados tanto como uno quiera; de hecho,
cuanto más separados están, más débil es la fuerza. Si esto fuera
verdad para los quarks, uno esperaría que cuando se hicieran
chocar objetos con energía suficiente tendrían que salir quarks.
Pero lo que sucede, por el contrario, es que cuando se hace un
experimento con la energía suficiente para que pudieran salir
quarks, lo que se encuentra en su lugar es un gran chorro; es decir,
todas las partículas salen en la misma dirección que los viejos
hadrones, pero no salen quarks. Y a partir de la teoría estaba claro
que lo que se necesitaba era que, en cuanto se producen los quarks,
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 35 Preparado por Patricio Barros
se formen estos nuevos pares de quarks, se unan en pequeños
grupos y formen hadrones.
La pregunta es: ¿por qué esto es tan diferente de lo que sucede en
electrodinámica, cómo es posible que estas pequeñas diferencias,
estos pequeños términos que son diferentes en la ecuación
produzcan efectos tan diferentes, efectos completamente diferentes?
De hecho, tan sorprendente resultaba para casi todo el mundo que
esto se produjera que al principio se pensó que la teoría era falsa,
pero cuanto más se estudiaba más clara resultaba la posibilidad de
que estos términos extra produjeran estos efectos. Ahora estamos
en una situación que es diferente de cualquier otra en la historia de
la física, es totalmente diferente. Tenemos una teoría, una teoría
completa y definida de todos estos hadrones, y tenemos un número
enorme de experimentos y montones y montones de detalles, de
modo que ¿por qué no podemos poner a prueba ya la teoría y
descubrir si es correcta o falsa? Porque lo que tenemos que hacer es
calcular las consecuencias de la teoría. ¿Qué debería suceder si esta
teoría es correcta? ¿Y qué es lo que ha sucedido? Bien, esta vez la
dificultad está en el primer paso. Si la teoría es correcta, lo que
debería suceder es muy difícil de calcular. Las matemáticas
necesarias para calcular cuáles son las consecuencias de esta teoría
han resultado ser, por el momento, de una dificultad insuperable.
Por el momento, ¿de acuerdo? Y entonces es obvio cuál es mi
problema: mi problema es tratar de desarrollar una forma de
obtener números de esta teoría, de ponerla a prueba con mucho
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 36 Preparado por Patricio Barros
detalle, y no solo cualitativamente, para ver si podría dar el
resultado correcto.
He pasado algunos años tratando de inventar matemáticas que me
permitieran resolver las ecuaciones, pero no llegué a ninguna parte,
y entonces decidí que para hacerlo debo comprender primero qué
aspecto aproximado va a tener la respuesta. Es difícil explicar esto
muy bien, pero tenía que hacerme una idea cualitativa de cómo
funciona el fenómeno antes de que pudiera hacerme una buena idea
cuantitativa. En otras palabras, la gente ni siquiera comprendía
aproximadamente cómo funcionaba, y por eso he estado trabajando
recientemente, en el último o en los dos últimos años, en entender
aproximadamente cómo funciona, no todavía de una forma
cuantitativa, con la esperanza de que en el futuro esa comprensión
aproximada pueda refinarse en una herramienta matemática
precisa, en una forma o algoritmo para ir de la teoría a las
partículas. Ya ven que estamos en una posición divertida: no es que
estemos buscando la teoría, tenemos la teoría —una candidata muy
buena— pero estamos en ese paso de la ciencia en que necesitamos
comparar la teoría con los experimentos, ver cuáles son las
consecuencias y comprobarlas. Estamos atascados en ver cuáles
son las consecuencias, y mi objetivo, mi deseo, es ver si yo puedo
desarrollar una forma de calcular cuáles son las consecuencias de
esta teoría [risas]. Es una situación para volverse loco, tener una
teoría de la que no puedes desarrollar las consecuencias de… no
puedo soportarlo, tengo que entenderlo. Algún día, quizá.
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 37 Preparado por Patricio Barros
§. «Que lo haga George»
Para hacer un trabajo realmente bueno en física necesitas mucho
tiempo, porque cuando estás reuniendo ideas que son vagas y
difíciles de recordar, eso es muy parecido a construir un castillo de
naipes y cada uno de los naipes es frágil, y si olvidas uno de ellos
todo se viene abajo. No sabes cómo llegaste allí y tienes que
construirlo de nuevo, y si te interrumpen olvidas cómo se unieron
los naipes. Tus naipes son partes de tipos diferentes de ideas,
partes que hay que juntar para construir la idea general. Tú pones
todo junto, es una torre y es fácil que se venga abajo, hace falta un
montón de concentración —esto es, mucho tiempo para pensar— y
si te han asignado un trabajo de administración o algo parecido,
entonces no tienes el tiempo necesario. Así que yo me he inventado
otro mito: el de que soy irresponsable. Digo a todo el mundo que no
voy a hacer nada. Si alguien me pide que esté en un comité para
ocuparme de las admisiones, digo que no, que yo soy irresponsable
y me importan un bledo los estudiantes —por supuesto que sí me
importan los estudiantes, pero sé que otro lo hará— y adopto la
postura «Que lo haga George», una postura que se supone que no
vas a adoptar porque no está bien hacerlo, pero yo lo hago porque
me gusta hacer física y quiero ver si aún puedo hacerla, así que soy
egoísta, ¿de acuerdo? Yo quiero hacer mi física.
§. Aburrido de la historia
Todos esos estudiantes están en el aula; ahora ustedes me
preguntan: ¿Cuál sería la mejor forma de enseñarles? ¿Debería
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 38 Preparado por Patricio Barros
enseñarles desde el punto de vista de la historia de la ciencia, o
partiendo de las aplicaciones? Mi teoría es que la mejor forma de
enseñar es no tener ninguna filosofía, ser caótico y mezclarlo todo
en el sentido de que uno utiliza todas las formas posibles de
hacerlo. Esa es la única forma en que puedo ver una respuesta,
enganchar a este o aquel muchacho con ganchos diferentes sobre la
marcha, pues mientras el alumno que está interesado en la historia
se está aburriendo con las matemáticas abstractas, aquel a quien le
gustan las abstracciones se está aburriendo con la historia; si
consigues que no se aburran todos, todo el tiempo, mejor que mejor.
Realmente yo no sé cómo hacerlo. No sé cómo responder a esta
cuestión de los diferentes tipos de mentes con diferentes tipos de
intereses: no sé qué es lo que les engancha, lo que les hace
interesarse, no sé cómo guiarles para que se interesen. Una forma
es recurrir a la imposición, tú tienes que superar este curso, tienes
que pasar este examen. Es una forma muy efectiva. Mucha gente
pasa así por la escuela y quizá sea una forma efectiva. Lo siento:
después de muchos, muchísimos años de tratar de enseñar y tratar
todo tipo de métodos diferentes, realmente no sé cómo hacerlo.
§. De tal palo, tal astilla
Cuando yo era un muchacho disfrutaba mucho cuando mi padre
me contaba cosas, de modo que traté de contar a mi hijo cosas
interesantes acerca del mundo. Cuando él era muy pequeño
solíamos llevarle a la cama, ya saben, y contarle historias, y yo
inventé una historia acerca de unas personas pequeñas que
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 39 Preparado por Patricio Barros
merodeaban por allí, [que] iban a picnics y todo eso y vivían en el
ventilador; y atravesaban unos bosques con unos objetos largos y
azules parecidos a árboles, pero sin hojas y solo con un tronco, y
tenían que andar entre ellos y cosas así; y él poco a poco
comprendió que eso era la alfombra, el pelo de la alfombra, la
alfombra azul, y a él le encantaba este juego porque yo describía
todas estas cosas desde un punto de vista singular y le gustaba oír
las historias. Pasaban todo tipo de cosas maravillosas: incluso había
una cueva húmeda donde el viento entraba y salía; entraba frío y
salía caliente y todo así. Resulta que estaban dentro de la nariz del
perro, y entonces yo podía hablarle de la fisiología y todo eso. A él le
gustaba y así le conté montones de cosas; y yo disfrutaba porque le
estaba contando cosas que me gustaban y nos divertíamos cuando
él conjeturaba lo que pasaba y todo eso. Luego tuve una hija e
intenté lo mismo con ella. Pues bien, la personalidad de mi hija era
diferente: ella no quería oír esta historia, quería que le repitiera de
nuevo la historia que estaba en el libro, y que se la leyera otra vez.
Ella quería que le leyera, no que inventara historias; tiene una
personalidad diferente. Y por eso, si dijera que un buen método
para enseñar ciencia a los niños consiste en inventar estas historias
de personas pequeñas, tendría que decir también que eso no
funciona en absoluto en el caso de mi hija —pero resulta que
funcionó con mi hijo—, ¿de acuerdo?
§. «Ciencia que no es una ciencia…»
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 40 Preparado por Patricio Barros
Debido al éxito de la ciencia, existe, pienso yo, un tipo de
pseudociencia. Las ciencias sociales son un ejemplo de una ciencia
que no es ciencia. No hacen [cosas] de forma científica, solo siguen
las formas: recogen datos, hacen esto y aquello y todo lo demás,
pero no llegan a ninguna ley, no han descubierto nada. No han
llegado a ninguna parte todavía; quizá lleguen algún día, pero
todavía no están muy desarrolladas, lo que sucede está en un nivel
todavía más trivial. Tenemos expertos en todo que parece que
fueran expertos científicos. No son científicos, se sientan ante una
máquina de escribir y dicen algo parecido a «el alimento producido
con fertilizante orgánico es mejor para usted que el alimento
producido con fertilizante inorgánico»; quizá sea cierto o quizá no,
pero no ha sido demostrado ni en un sentido ni en el otro. Pese a
todo, siguen sentados ahí delante de la máquina de escribir como si
fuera ciencia y entonces se convierten en expertos en alimentos,
alimentos orgánicos y todo eso. Hay todo tipo de mitos y
pseudociencia por todas partes.
Quizá yo esté equivocado y quizá ellos sepan todas estas cosas,
aunque yo no creo que esté equivocado. Ya ven, tengo la ventaja de
haber descubierto lo duro que es llegar a conocer algo realmente,
cuánto cuidado hay que poner en comprobar los experimentos, qué
fácil es cometer errores y engañarse a uno mismo. Yo sé lo que
significa saber algo, y por eso cuando veo cómo obtienen ellos su
información no puedo creer que ellos lo sepan, no han hecho el
trabajo necesario, no han hecho las comprobaciones necesarias, no
han puesto el cuidado necesario. Tengo grandes sospechas de que
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 41 Preparado por Patricio Barros
no saben nada, que esto es [falso] y ellos están intimidando a la
gente. Así lo creo. No conozco muy bien el mundo pero eso es lo que
yo creo.
§. Duda e incertidumbre
Si ustedes esperan que la ciencia dé respuestas a todas las
preguntas maravillosas acerca de quiénes somos, a dónde vamos,
cuál es el significado del universo y todo eso, creo que podrían
desilusionarse fácilmente y buscar alguna respuesta mística a estos
problemas. Yo no sé cómo un científico puede adoptar una
respuesta mística porque la idea general es comprender; bien, no
importa. En cualquier caso, yo no lo entiendo, pero en cualquier
caso si uno piensa en ello, lo que yo creo que estamos haciendo es
que estamos explorando, estamos tratando de descubrir tanto como
podamos del mundo. La gente me dice: « ¿Está usted buscando las
leyes últimas de la física?». No, no estoy haciendo eso, simplemente
estoy tratando de descubrir más sobre el mundo; y si resulta que
hay una simple ley última que explique todo, así sea, eso sería muy
bonito de descubrir.
Si resulta que es como una cebolla con millones de capas y nosotros
simplemente estamos hartos y cansados de buscar en las capas,
entonces así es. Pero cualquiera que sea su naturaleza, está allí y va
a mostrarse como es; y, por consiguiente, cuando vamos a
investigarla no deberíamos decidir por adelantado qué es lo que
estamos tratando de hacer excepto que tratamos de descubrir más
sobre ello. Si uno dice que su problema es tal, porque descubre más
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 42 Preparado por Patricio Barros
sobre ello, si uno piensa que está tratando de descubrir más sobre
ello porque así va a obtener una respuesta a alguna cuestión
filosófica profunda, quizá está equivocado. Pudiera ser que no
pueda obtenerse una respuesta a esa pregunta concreta por más
cosas que descubramos sobre el carácter de la naturaleza, pero yo
no lo veo así. Mi interés en la ciencia consiste simplemente en
descubrir cosas sobre el mundo, y cuanto más descubro más me
gusta descubrir.
Hay misterios muy notables en el hecho de que seamos capaces de
hacer muchas más cosas de lo que los animales pueden hacer
aparentemente, y otras cuestiones similares, pero esos son
misterios que quiero investigar sin saber la respuesta a ellos. Y por
eso tampoco puedo creer en esas historias especiales que se han
construido sobre nuestra relación con el universo en general,
porque parecen demasiado simples, demasiado hilvanadas,
demasiado locales, demasiado provincianas. La Tierra, Él vino a la
Tierra, una de las personas de Dios vino a la Tierra, imagínenselo y
miren lo que hay ahí fuera. No está en proporción. En cualquier
caso, no sirve de nada discutir, yo no puedo discutirlo, solo estoy
tratando de decirles por qué las ideas científicas que yo tengo tienen
algún efecto en mi creencia. Y hay otra cosa que tiene que ver con la
cuestión de cómo descubres si algo es verdad; y si todas las
religiones diferentes tienen teorías diferentes sobre eso mismo,
entonces empiezas a hacerte preguntas. Una vez que uno empieza a
dudar, como se supone que lo hace, ustedes me preguntan si la
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 43 Preparado por Patricio Barros
ciencia es verdad. Uno dice no, no sabemos si es verdad, estamos
tratando de descubrir y posiblemente todo sea falso.
Empezamos a entender la religión diciendo que posiblemente todo
es falso. Veamos. En cuanto haces eso, empiezas a deslizarte por
una pendiente que es difícil de remontar, y así sucesivamente. Con
la visión científica, o la visión de mi padre, lo que deberíamos mirar
es lo que es cierto y lo que puede ser o puede no ser cierto, una vez
que empiezas a dudar. Pienso que esto es una parte muy
fundamental de mi espíritu, dudar y preguntar, y cuando dudas y
preguntas se hace un poco más difícil creer.
Ya ven cómo es la cosa, yo puedo vivir con duda e incertidumbre y
sin saber. Pienso que es mucho más interesante vivir sin saber que
tener respuestas que pudieran ser falsas. Yo tengo respuestas
aproximadas y creencias posibles y grados diferentes de certeza
sobre cosas diferentes, pero no estoy absolutamente seguro de nada
y hay muchas cosas de las que no sé nada, tales como si significa
algo preguntar por qué estamos aquí, y qué podría significar la
pregunta. Yo pensaría un poco sobre ello y si no puedo entenderlo,
entonces paso a otra cosa, pero no tengo que conocer una
respuesta, no me siento aterrorizado por no conocer las cosas, por
estar perdido en un universo misterioso carente de propósito, que
así es realmente hasta donde yo alcanzo. No me asusta.
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 44 Preparado por Patricio Barros
Capítulo 2
Los computadores del futuro
Cuarenta años después del bombardeo atómico de Nagasaki,
Feynman, veterano del Proyecto Manhattan, pronuncia una
conferencia en Japón. Pero ahora se trata de un tema pacífico que
sigue ocupando a nuestras mentes más perspicaces: el futuro de los
computadores, incluido el tema que hizo de Feynman un
Nostradamus de la ciencia de la computación: el límite teórico inferior
para el tamaño de un computador. Este capítulo puede constituir un
desafío para algunos lectores; no obstante, es una parte tan
importante de la contribución de Feynman a la ciencia que confío en
que se tomen el tiempo necesario para leerlo, incluso si tienen que
saltarse los puntos más técnicos. Termina con una breve explicación
de una de las ideas favoritas de Feynman, que impulsó la revolución
actual en la nanotecnología.
Contenido:
§. Introducción
§. Computadores paralelos
§. Reducir la pérdida de energía
§. Reducir el tamaño
§. Preguntas y respuestas
§. Introducción
Es para mí un honor y un gran placer estar aquí como
conferenciante en recuerdo de un científico al que he respetado y
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 45 Preparado por Patricio Barros
admirado tanto como al profesor Nishina5. Venir a Japón para
hablar sobre computadores es como pretender darle un sermón a
Buda. Pero llevo algún tiempo pensando sobre computadores y este
es el único tema que se me ocurrió cuando se me invitó a hablar.
Lo primero que me gustaría decir es de lo que no voy a hablar.
Quiero hablar del futuro de los computadores. Pero no hablaré de
los posibles desarrollos futuros más importantes. Por ejemplo, hay
un gran trabajo por hacer en el desarrollo de máquinas más
inteligentes, máquinas con las que podamos tener una relación más
fácil de modo que el input y el output puedan lograrse con un
esfuerzo menor que el que supone la compleja programación que
hoy es necesaria. A esto se le suele llamar inteligencia artificial, pero
a mí no me gusta ese nombre. Quizá las máquinas no inteligentes
puedan hacerlo mejor incluso que las inteligentes.
Otro problema es la estandarización de los lenguajes de
programación. Hoy hay demasiados lenguajes, y sería una buena
idea escoger solo uno. (Dudo en mencionar esto en Japón, pues lo
que sucederá es sencillamente que aparecerán más lenguajes
estándar: ustedes ya tienen ahora cuatro formas de escribir, y los
intentos por normalizar algo aquí dan como resultado aparente ¡más
normas estándar y no menos!).
Otro problema futuro interesante en el que vale la pena trabajar
pero del que no voy a hablar es el de los programas de depuración
automática de errores. Depurar significa corregir los errores en un
5 Yoshio Nishina (1890-1951) fue el introductor en Japón de la mecánica cuántica que estudió y contribuyó a
desarrollar durante su estancia en Europa a finales de los años veinte. Entre sus primeros discípulos se encontraban
Hideki Yukawa y Sin-ItiroTomonaga. Hasta la Segunda Guerra Mundial, el Laboratorio Nishina en Riken fue el
centro más importante de física teórica en Japón. (N. del t.)
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 46 Preparado por Patricio Barros
programa o en una máquina, y es sorprendentemente difícil corregir
programas a medida que se van haciendo más complicados.
Otra vía de mejora consiste en hacer máquinas físicas
tridimensionales en lugar de hacerlo todo en la superficie de un
chip. Esto puede hacerse por etapas en lugar de hacerlo todo de
una vez: se pueden tener varias capas y luego añadir muchas más
capas con el paso del tiempo. Otro dispositivo importante sería uno
que pudiese detectar automáticamente elementos defectuosos en un
chip; entonces el chip se re cablearía automáticamente para evitar
los elementos defectuosos. Actualmente, cuando tratamos de hacer
grandes chips se suelen producir fallos o defectos en los mismos, y
entonces desechamos el chip entero. Sería mucho más eficiente si
pudiéramos aprovechar la parte efectiva del chip. Menciono estas
cosas para decirles que soy consciente de cuáles son los problemas
reales para las máquinas del futuro. Pero de lo que quiero hablar
ahora es simplemente de algunas cosas técnica y físicamente
válidas que, en teoría, pueden llevarse a cabo de acuerdo con las
leyes físicas. En otras palabras, me gustaría discutir la propia
maquinaria y no el modo en que utilizamos las máquinas.
Hablaré de algunas posibilidades técnicas para construir máquinas.
Serán tres temas. Uno es el de las máquinas de procesamiento
paralelo, que pertenece al futuro inmediato, casi actual, y que ahora
empieza a desarrollarse. Más lejana está la cuestión del consumo
energético de las máquinas, que ahora se plantea como una
limitación, aunque realmente no lo es. Finalmente hablaré del
tamaño. Siempre es mejor construir máquinas más pequeñas, y la
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 47 Preparado por Patricio Barros
pregunta es: ¿hasta dónde es posible, en teoría, seguir haciendo
máquinas más pequeñas según las leyes de la naturaleza? No
discutiré cuáles de estas cosas aparecerán realmente en el futuro.
Eso depende de problemas económicos y problemas sociales, y no
voy a hacer conjeturas sobre estos.
§. Computadores paralelos
El primer tema se refiere a los computadores paralelos. Casi todos
los computadores actuales, los computadores convencionales,
trabajan basados en un diseño o una arquitectura ideada por Von
Neumann6, dividida en una memoria muy grande que almacena
toda la información, y una unidad central que hace cálculos
simples. Tomamos un número de este lugar de la memoria y un
número de aquel otro lugar, enviamos ambos números a la unidad
aritmética central para sumarlos, y luego enviamos la respuesta a
algún otro lugar de la memoria. Por consiguiente, hay efectivamente
un procesador central que está trabajando intensamente y a gran
velocidad, mientras que la memoria entera está allí como un fichero
de acceso rápido que se usa muy raramente. Es obvio que si
hubiese más procesadores trabajando al mismo tiempo deberíamos
ser capaces de hacer cálculos con más rapidez. Pero el problema
está en que alguien que pudiera estar utilizando un procesador
podría estar utilizando alguna información de la memoria que algún
otro necesita, y todo se hace muy confuso. Por estas razones se ha
6 John von Neumann (1903-1957), matemático húngaro-americano, reconocido como uno de los padres de los
computadores. (N. del e.)
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 48 Preparado por Patricio Barros
dicho que es muy difícil tener muchos procesadores trabajando en
paralelo.
Se han dado algunos pasos en esta dirección en máquinas
convencionales más grandes llamadas «procesadores vectoriales».
Cuando en ocasiones haya que hacer exactamente el mismo paso en
muchos puntos diferentes, quizá sea posible hacerlos al mismo
tiempo. Se confía en poder escribir programas regulares de la forma
ordinaria, y luego un programa intérprete descubrirá
automáticamente cuándo es conveniente utilizar esta posibilidad
vectorial. Esta idea se utiliza ya en el Cray y en los
«supercomputadores» en Japón. Otro proyecto consiste en tomar lo
que de hecho es un buen número de computadores relativamente
simples (aunque no muy simples), y conectarlos todos juntos con
una cierta estructura. Entonces cada uno de ellos puede trabajar en
una parte del problema. Cada uno de ellos es realmente un
computador independiente, y transferirá información a los demás a
medida que uno u otro la necesite. Este tipo de esquema se ha
utilizado en el Caltech Cosmic Cube, por ejemplo, y representa solo
una entre muchas posibilidades. Mucha gente está construyendo
ahora máquinas semejantes. Otro proyecto consiste en utilizar un
número muy grande de procesadores centrales muy simples
distribuidos por toda la memoria. Cada uno de los procesadores
trabaja con solo una pequeña parte de la memoria y hay un
complicado sistema de interconexiones entre ellos. Un ejemplo de
una máquina semejante es la Connection Machine construida en el
MIT. Tiene 64 000 procesadores y un sistema de direccionamiento
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 49 Preparado por Patricio Barros
en el que cada grupo de 16 pueden hablar con otros 16, y por lo
tanto tiene 4000 posibilidades de conexión de direccionamiento.
Parece que algunos problemas científicos como la propagación de
ondas en determinado material serían muy fácilmente tratables por
un procesamiento en paralelo. Esto es así porque lo que sucede en
una región del espacio en un instante dado puede calcularse
localmente y solo es necesario conocer las presiones y las tensiones
en volúmenes vecinos. Estas pueden calcularse simultáneamente
para cada volumen y estas condiciones de contorno pueden
transmitirse a los distintos volúmenes. Por eso es por lo que este
tipo de diseño funciona para problemas semejantes. Resulta que un
gran número de problemas de todo tipo pueden trabajarse en
paralelo. En cuanto el problema es lo bastante grande para que
haya que hacer un montón de cálculos, la computación paralela
puede acortar enormemente el tiempo necesario para llegar a una
solución, y este principio no solo se aplica a problemas científicos.
¿Qué sucedió con el prejuicio que existía hace dos años en el
sentido de que la programación paralela es difícil? Resulta que lo
que era difícil, casi imposible, es tomar un programa ordinario e
imaginar automáticamente la forma de utilizar la computación
paralela en dicho programa. En lugar de ello, hay que empezar de
cero con el problema, considerando que tenemos la posibilidad de
cálculo paralelo, y reescribir por completo el programa con una
nueva [comprensión de] lo que hay dentro de la máquina. No es
posible utilizar efectivamente los viejos programas. Deben
reescribirse. Esto es una gran desventaja para la mayoría de las
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 50 Preparado por Patricio Barros
aplicaciones industriales y ha encontrado una resistencia
considerable. Pero los grandes programas pertenecen normalmente
a científicos u otros programadores inteligentes, no funcionarios, a
quienes les gusta la ciencia de la computación y están dispuestos a
empezar de cero y reescribir el programa si pueden hacerlo más
eficaz. De modo que lo que va a suceder es que los programas
difíciles, los muy grandes, serán los primeros en ser reprogramados
en la nueva forma por expertos, y luego todo el mundo tendrá que
adaptarse poco a poco; cada vez se programarán más programas de
esa forma, y los programadores tendrán simplemente que aprender
la forma de hacerlo.
§. Reducir la pérdida de energía
El segundo tema del que quiero hablar es de la pérdida de energía
en los computadores. El hecho de que estos deban ser refrigerados
es una limitación aparente para los computadores más grandes: se
gasta mucho esfuerzo en refrigerar la máquina. Me gustaría explicar
que esto es simplemente el resultado de una ingeniería muy pobre y
no es nada fundamental en absoluto. Dentro del computador, cada
fragmento mínimo de información es controlado por un cable cuyo
voltaje puede tener dos valores. Se denomina «un bit», y tenemos
que cambiar el voltaje del cable de un valor a otro y poner o quitar
carga. Se puede establecer una analogía con un sistema hidráulico:
supongamos que tenemos que llenar un recipiente con agua para
alcanzar un nivel o vaciarlo para alcanzar el otro nivel. Esto es
simplemente una analogía; si a ustedes les gusta más la electricidad
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 51 Preparado por Patricio Barros
pueden pensar de forma más precisa en términos eléctricos. Lo que
hacemos ahora es análogo, en el caso del agua, a llenar el recipiente
vertiendo agua desde una tubería en un nivel más alto (véase la
figura 1), y hacer descender el nivel
abriendo una válvula en el fondo y
dejando que el agua escape. En
ambos casos hay una pérdida de
energía debido a que el agua cae
bruscamente desde el nivel superior
por donde entra hasta el nivel inferior,
y también cuando empezamos a
verter agua para llenar de nuevo el
recipiente. Con el voltaje y la carga
ocurre lo mismo.
Como Mr. Bennett ha explicado, esto
es como llevar un automóvil que tiene que ponerse en marcha
encendiendo el motor y se para pisando el freno. Cada vez que se
enciende el motor y luego se pisa el freno, se pierde potencia. Una
forma diferente de disponer las cosas para un automóvil sería
conectar las ruedas a volantes inerciales. Entonces, cuando el
automóvil se para el volante se acelera, guardando así la energía
que luego puede reutilizarse para poner de nuevo en marcha el
automóvil. El análogo a esto en el caso del agua sería tener un tubo
en forma de U con una válvula en el centro que conecta los dos
brazos de la U (véase la figura 2). Empezamos con el brazo derecho
lleno y el brazo izquierdo vacío, con la válvula cerrada. Si ahora
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 52 Preparado por Patricio Barros
abrimos la válvula, el agua pasará al otro lado y podemos cerrar de
nuevo la válvula en el momento preciso para atrapar el agua en el
brazo izquierdo. Ahora, cuando queramos proceder en sentido
contrario, abrimos de nuevo la válvula y el agua vuelve al otro lado y
la atrapamos otra vez. Habrá alguna pérdida y el agua no subirá a
la misma altura que antes, pero todo lo que tenemos que hacer es
añadir un poco de agua para compensar la pérdida: una pérdida de
energía mucho menor que con el método de llenado directo. Este
truco utiliza la inercia del agua; el análogo de la inercia en el caso
de la electricidad es la inductancia. Sin embargo, con los
transistores de silicio que hoy utilizamos es difícil formar
inductancia en los chips. De modo que esta técnica no es
especialmente práctica con la
tecnología actual.
Otro método consistiría en llenar el
tanque a partir de una reserva con una
llave de salida que está solo un poco
por encima del nivel del agua, e ir
subiendo la llave a medida que
llenamos el tanque (véase la figura 3),
de modo que la caída de agua es
siempre pequeña durante todo el
proceso. Análogamente, para reducir el
nivel de agua en el tanque podríamos
utilizar un escape que simplemente deje salir el agua próxima al
nivel superior y vaya bajando poco a poco, de modo que no
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 53 Preparado por Patricio Barros
aparecerían pérdidas de calor en la posición del transistor o serían
pequeñas. La pérdida real dependerá de la diferencia de alturas
entre la llave de suministro y la superficie a medida que llenamos el
tanque. Este método corresponde a un cambio en la diferencia de
potencial con el tiempo. Por ello, si pudiéramos utilizar una
diferencia de potencial variable con el tiempo, podríamos utilizar
este método. Por supuesto, hay pérdida de energía en el suministro
de voltaje, pero toda está localizada en un lugar y allí es sencillo
hacer una inductancia grande. Este esquema se denomina
«temporización caliente», porque la fuente de voltaje actúa al mismo
tiempo como el reloj que lo controla todo. Además, no necesitamos
una señal de reloj extra para programar los circuitos como sucede
con los diseños convencionales.
Estos dos últimos dispositivos utilizan menos energía si van más
lentos. Si intentamos variar demasiado deprisa el nivel del
suministro de agua, el agua que hay en el tubo no puede seguir este
ritmo y termina habiendo una gran caída de nivel del agua. Así
pues, para que el dispositivo funcione hay que proceder lentamente.
Análogamente, el esquema del tubo U no funcionará a menos que la
válvula central pueda abrirse y cerrarse en un tiempo menor que el
tiempo que necesita el agua para ir de un lado a otro del tubo en U.
Así pues, mis dispositivos deben ser más lentos: he ahorrado una
pérdida de energía pero he hecho los dispositivos más lentos. De
hecho, el producto de la pérdida de energía por el tiempo necesario
para que opere el circuito toma un valor constante. Pero en
cualquier caso, esto resulta muy práctico porque el tiempo
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 54 Preparado por Patricio Barros
característico del reloj es normalmente mucho mayor que el tiempo
característico del circuito con los transistores, y podemos utilizar
eso para reducir la energía. Además, si hiciéramos nuestros cálculos
tres veces más lentos, pongamos por caso, podríamos utilizar un
tercio de la energía durante un tiempo tres veces mayor, lo que
supone una potencia disipada nueve veces menor. Quizá esto valga
la pena. Quizá con otro diseño que utilice las computaciones en
paralelo, o con otros dispositivos, podamos consumir un tiempo un
poco mayor que el que consumiríamos a la velocidad máxima del
circuito, para hacer una máquina más grande que sea práctica y de
la que aún podríamos reducir la pérdida de energía.
Para un transistor, la pérdida de energía multiplicada por el tiempo
necesario para operar es un producto de varios factores (véase la
figura 4):
1. La energía térmica proporcional a la temperatura, kT.
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 55 Preparado por Patricio Barros
2. La longitud del transistor entre emisor y colector, dividida por
la velocidad de los electrones internos; la velocidad térmica
(√3kT/m)
3. La longitud del transistor medida en unidades del recorrido
libre medio entre colisiones de los electrones en el transistor.
4. El número total de los electrones que hay dentro del transistor
cuando está funcionando
Introduciendo valores apropiados para todos estos números
obtenemos que la energía utilizada hoy en los transistores está entre
mil millones y diez mil millones o más veces la energía térmica kT.
Cuando el transistor conmuta, utilizamos toda esa energía. Esta es
una gran cantidad de energía. Obviamente es una buena idea
reducir el tamaño del transistor. Acortamos la longitud entre emisor
y colector, y podemos reducir el número de los electrones y utilizar
así mucha menos energía. Resulta además que un transistor más
pequeño es mucho más rápido, porque los electrones pueden
atravesarlo más rápidamente y se pueden hacer conmutaciones más
rápidas. Por todas estas razones, es una buena idea hacer el
transistor más pequeño, y todo el mundo está tratando siempre de
hacerlo.
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 56 Preparado por Patricio Barros
Pero supongamos que llegamos a una situación en la que el
recorrido libre medio es mayor que el tamaño del transistor;
entonces descubrimos que el transistor ya no funciona
adecuadamente. No se comporta de la forma que esperábamos. Esto
me recuerda que hace años existía algo llamado la barrera del
sonido. Se suponía que los aviones no podían volar a una velocidad
mayor que la del sonido porque, si se diseñaban de la forma
habitual y luego se intentaba introducir la velocidad del sonido en
las ecuaciones, las hélices no funcionarían y las alas no se
levantarían y nada funcionaría correctamente. Pero lo cierto es que
los aviones pueden ir más rápidos que la velocidad del sonido. Solo
hay que saber cuáles son las leyes correctas en las circunstancias
correctas, y diseñar el aparato con las leyes correctas. No podemos
esperar que los viejos diseños funcionen en nuevas situaciones.
Pero nuevos diseños pueden funcionar en nuevas situaciones, y yo
afirmo que es perfectamente posible construir sistemas de
transistores o, más correctamente, sistemas de conmutación y
dispositivos de computación en los que las dimensiones sean
menores que el recorrido libre medio. Hablo, por supuesto, «en
teoría», y no estoy hablando de la fabricación real de tales
dispositivos. Discutamos por consiguiente lo que sucede si tratamos
de hacer los dispositivos tan pequeños como sea posible.
§. Reducir el tamaño
Mi tercer tema es el tamaño de los elementos de computación y
ahora hablo de una forma completamente teórica. Lo primero por lo
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 57 Preparado por Patricio Barros
que tendríamos que preocuparnos cuando las cosas se hacen muy
pequeñas es por el movimiento browniano7: todo está en continua
agitación y nada permanece quieto. ¿Cómo podemos entonces
controlar los circuitos? Además, si un circuito funciona, ¿no tiene
una probabilidad de volver atrás accidentalmente? Si utilizamos dos
voltios para la energía de este sistema eléctrico, que es lo que
utilizamos normalmente (véase la figura 5), esto es, ochenta veces la
energía térmica a temperatura ambiente (kT = 1/40 voltio) y la
probabilidad de que algo vuelva atrás frente a una energía 80 veces
superior a la térmica es igual a e, la base de los logaritmos
naturales, elevado a menos ochenta, o 10-43. ¿Qué quiere decir esto?
Si tuviéramos mil millones de transistores en un computador (que
todavía no los tenemos), todos ellos conmutando 1010 veces por
segundo (un tiempo de conmutación de una décima de
nanosegundo), conmutando continuamente durante 109 segundos,
que son 30 años, entonces el número total de conmutaciones en
una máquina semejante sería de 1028. La probabilidad de que uno
de los transistores vuelva atrás es de solo 10-43, de modo que en
esos 30 años no se produciría ningún error debido a las oscilaciones
térmicas. Si a ustedes no les gusta eso, utilicen 2,5 voltios y
entonces la probabilidad se hace aún menor. Cualquier rayo
cósmico que atravesase accidentalmente el transistor provocaría un
fallo real en un tiempo mucho menor, así que no tenemos por qué
ser más perfectos.
7 Movimiento desordenado de las partículas en suspensión en un medio fluido causado por las continuas colisiones
aleatorias de las moléculas del fluido, registrado por primera vez en 1828 por el botánico Robert Brown, y explicado
por Albert Einstein en un artículo publicado en 1905 en Annalen der Physik. (N. del e.)
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 58 Preparado por Patricio Barros
Sin embargo, se puede hacer mucho más y me gustaría remitirles a
un artículo de C. H. Bennett y R. Landauer, «Los límites físicos
fundamentales de la computación»8, publicado recientemente en
Scientific American. Es posible construir un computador en el que
cada elemento, cada transistor, puede avanzar e invertirse
accidentalmente, y aun así el computador funcionará. Todas las
operaciones en el computador pueden ir hacia delante o hacia atrás.
La computación procede durante un rato en una dirección y luego
se auto-deshace, se «descalcula»; y luego sigue de nuevo hacia
delante y así sucesivamente. Basta con tirar de ella un poco para
conseguir que el computador avance y concluya el cálculo, con solo
hacer un poco más probable que vaya hacia delante que vaya hacia
atrás.
8 Scientific American, julio de 1985. [Hay traducción española en Investigación y Ciencia, septiembre de 1985]. (N.
del e.)
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 59 Preparado por Patricio Barros
Es sabido que es posible hacer cualquier computación juntando
ciertos elementos simples como los transistores; o, si queremos
utilizar un lenguaje lógico más abstracto, algo llamado una puerta
NAND (NAND significa NOT-AND). Una puerta NAND tiene dos
«cables» de entrada y uno de salida (véase la figura 6). Olvidemos de
momento el NOT. ¿Qué es una puerta AND? Una puerta AND es un
dispositivo cuya salida es 1 solo si ambos cables de entrada son 1, y
de lo contrario la salida es 0. NOT-AND significa lo contrario, de
modo que el cable de salida lee 1 (esto es, tiene el voltaje
correspondiente a 1) salvo cuando ambos cables de entrada lean 0
(esto es, tengan el voltaje correspondiente a 0). La figura 6 muestra
una pequeña tabla de entradas y salidas para una puerta NAND
semejante. A y B son entradas y C es la salida. Si A y B son ambas
1, la salida es 0, y en los demás casos es 1. Pero un dispositivo
semejante es irreversible: la información se pierde. Si yo solo
conozco la salida, no puedo recuperar la entrada. No cabe esperar
que el dispositivo salte hacia delante y luego retroceda y siga
computando correctamente. Por ejemplo, si sabemos que la salida
es ahora 1, no sabemos si eso procedía de A = 0, B = 1 o de A = 1, B
= 0 o de A = 0, B = 0, y no se puede volver atrás. Semejante
dispositivo es una puerta irreversible.
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 60 Preparado por Patricio Barros
El gran descubrimiento de Bennett e, independientemente, de
Fredkin consiste en que es posible hacer la computación con un
tipo diferente de puerta unidad fundamental, a saber, una puerta
unidad reversible. He ilustrado su idea con una unidad que
podríamos llamar una puerta NAND reversible. Tiene tres entradas
y tres salidas (véase la figura 7). De las tres salidas, dos, A’ y B’, son
las mismas que dos de las entradas, A y B, pero la tercera entrada
funciona de la manera siguiente: C’es la misma que C a menos que
A y B sean ambas 1, en cuyo caso cambia cualquiera que sea C. Por
ejemplo, si C es 1 cambia a 0, y si C es 0 cambia a 1 (pero estos
cambios solo ocurren si A y B son ambas 1). Si colocamos dos de
estas puertas seguidas, podemos ver que A y B pasarán, y si C no
cambia en ninguna de las dos, seguirá siendo la misma. Si C
cambia, cambia dos veces, así que sigue siendo la misma. De modo
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 61 Preparado por Patricio Barros
que esta puerta puede invertirse y no se pierde información. Es
posible descubrir qué es lo que entró si uno sabe lo que salió.
Un dispositivo hecho enteramente con estas puertas hará cálculos
si todo avanza hacia delante. Pero aunque las cosas den pasos atrás
y adelante durante un cierto tiempo, pero a la larga avancen,
seguirá operando correctamente. Si las cosas vuelven atrás y luego
siguen hacia delante, todo sigue estando bien. Es muy parecido a lo
que sucede con una partícula inmersa en un gas, que es
bombardeada por los átomos que la rodean. Normalmente una
partícula semejante no va a ninguna parte, pero basta con un
pequeño tirón, un pequeño sesgo que haga que la probabilidad de
moverse en una dirección sea un poco mayor que la de moverse en
la otra, para que el objeto sufra una lenta deriva hacia delante y
viaje de un extremo al otro, a pesar del movimiento browniano al
que está sometido. Lo mismo hará nuestro computador siempre que
apliquemos una fuerza de arrastre que tire de él durante el cálculo.
Aunque el cálculo no se haga de un modo uniforme, un cálculo de
este tipo, hacia delante y hacia atrás, acabará finalmente la tarea.
Como sucede con la partícula inmersa en el gas, si tiramos de ella
ligeramente perdemos muy poca energía, pero se necesita mucho
tiempo para que cruce de un lado a otro. Si tenemos prisa y tiramos
más fuerte de ella, entonces perdemos mucha energía. Lo mismo
sucede con el computador. Si somos pacientes y procedemos
lentamente, podemos hacer que el computador funcione con una
pérdida prácticamente nula, menor incluso que k por paso,
cualquier cantidad tan pequeña como queramos si disponemos del
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 62 Preparado por Patricio Barros
tiempo suficiente. Pero si tenemos prisa, debemos disipar energía, y
una vez más es cierto que el producto de la energía perdida para
tirar del cálculo hasta su conclusión multiplicada por el tiempo de
que disponemos para hacer el cálculo tiene un valor constante.
Con estas posibilidades en mente, veamos hasta qué punto
podemos reducir el tamaño de un computador. ¿Qué tamaño debe
tener un número? Todos sabemos que podemos escribir números en
base 2 como cadenas de «bits», siendo cada uno de estos un uno o
un cero. Y el átomo siguiente podría ser un uno o un cero, de modo
que una pequeña cadena de átomos es suficiente para guardar un
número, un átomo por cada bit. (En realidad, puesto que un átomo
no puede tener más que dos estados, podríamos utilizar incluso un
número menor de átomos, ¡aunque uno por bit es suficientemente
pequeño!). Así, por puro placer intelectual, consideremos si
podríamos construir un computador en el que la escritura de bits
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 63 Preparado por Patricio Barros
sea de tamaño atómico, en el que un bit consista, por ejemplo, en
que el espín del átomo apunte hacia arriba, para 1, o hacia abajo,
para 0. Y entonces nuestro «transistor», que conmuta los bits en
diferentes lugares, correspondería a ciertas interacciones entre
átomos que cambiarían sus estados. El ejemplo más simple sería un
tipo de interacción de 3-átomos que pudiese llegar a ser el elemento
o puerta fundamental en un computador semejante. Pero una vez
más, el dispositivo no funcionará correctamente si lo diseñamos con
leyes adecuadas para objetos grandes. Debemos utilizar las nuevas
leyes de la física, leyes mecanocuánticas: las leyes que son
apropiadas para el movimiento atómico (véase la figura 8)
Por consiguiente, tenemos que preguntarnos si los principios de la
mecánica cuántica permiten una disposición de átomos en número
no mucho mayor que unas pocas veces el número de puertas en un
computador actual, y si tal disposición podría operar como un
computador. Esto se ha estudiado en teoría, y se ha encontrado un
dispositivo semejante. Puesto que las leyes de la mecánica cuántica
son reversibles, debemos utilizar la idea de Bennett y Fredkin de
puertas lógicas reversibles. Cuando se estudia esta situación
mecanocuántica se encuentra que la mecánica cuántica no añade
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 64 Preparado por Patricio Barros
ninguna limitación adicional a la que Mr. Bennett ha establecido a
partir de consideraciones termodinámicas. Hay por supuesto una
limitación, una limitación práctica en cualquier caso, y es que los
bits deben ser del tamaño de un átomo y un transistor debe tener 3
o 4 átomos. La puerta mecanocuántica que yo utilicé tiene 3
átomos. (Yo no trataría de escribir mis bits en núcleos, sino que
esperaré a que el desarrollo tecnológico llegue a los átomos ¡antes de
que yo necesite ir más allá!). Esto nos deja simplemente con:
a. las limitaciones en tamaño al tamaño de los átomos;
b. los requisitos energéticos dependientes del tiempo, como los
calculados por Bennett;
c. una característica que no mencioné concerniente a la velocidad
de la luz: no podemos enviar señales más rápidas que la
velocidad de la luz.
Estas son las únicas limitaciones físicas que conozco para los
computadores.
Si de algún modo conseguimos construir un computador de tamaño
atómico, ello significaría que su dimensión, la dimensión lineal, es
entre mil y diez mil veces menor que la de los chips minúsculos de
los que disponemos ahora. Significa que el volumen del computador
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 65 Preparado por Patricio Barros
es una 100.000 millonésima parte o 10-11 del volumen actual,
porque el volumen del «transistor» es menor en un factor 10-11 que el
de los transistores que construimos hoy. Los requisitos energéticos
para un solo conmutador son también once órdenes de magnitud
más pequeños que la energía hoy necesaria para conmutar el
transistor, y el tiempo para hacer las transiciones será al menos
diez mil veces menor por cada paso de cálculo. Así que hay mucho
lugar para mejoras en el computador y dejo esto como un objetivo a
alcanzar por ustedes, gente práctica que trabaja en computadores.
He sobreestimado el tiempo que necesitaría Mr. Ezawa para traducir
mis palabras, y no tengo preparado nada más para decir hoy.
¡Gracias! Responderé a preguntas si ustedes quieren.
§. Preguntas y respuestas
Usted mencionó que un bit de información puede ser
almacenado en un átomo, y yo me pregunto si usted puede
almacenar esta misma cantidad de información en un quark.
Sí. Pero no tenemos control sobre los quarks y eso sería una forma
de trabajar realmente impracticable. Quizá usted piensa que lo que
he estado contando es impracticable, pero yo no lo creo así. Cuando
hablo de átomos, creo que algún día seremos capaces de manejarlos
y controlarlos de uno en uno. Habría tanta energía implicada en las
interacciones entre quarks que sería muy peligroso manejarlos
debido a la radiactividad y cosas así. Pero las energías atómicas de
las que estoy hablando nos son muy familiares en términos de
energías químicas, energías eléctricas, y con estos números estamos
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 66 Preparado por Patricio Barros
dentro del mundo de la realidad, creo yo, por absurdo que pueda
parecer por el momento.
Usted dijo que es mejor cuanto más pequeño sea el elemento de
computación. Pero, yo pienso que el equipo tiene que ser
mayor, porque…
Quiere decir que su dedo es demasiado grande para presionar los
botones. ¿No es eso lo que quiere decir?
Sí, eso es.
Por supuesto, tiene razón. Yo estoy hablando de computadores
internos, quizá para robots u otros aparatos. Las vías de entrada y
salida son algo a lo que no me he referido, ya proceda la entrada de
mirar fotografías, oír voces, o presionar botones. Estoy hablando de
cómo se lleva a cabo la computación en teoría y no la forma que
debería tomar la salida. Es verdad que los periféricos de entrada y
salida no pueden reducirse en la mayoría de los casos de forma
efectiva más allá de las dimensiones humanas. Ya es demasiado
difícil pulsar los botones con nuestros dedos en algunos
computadores. Pero algunos problemas de computación
complicados, que necesitan horas y horas, podrían resolverse
rápidamente en máquinas muy pequeñas con bajo consumo de
energía. Ese es el tipo de máquinas en las que estoy pensando. No
en las aplicaciones simples para sumar dos números sino en
cálculos complicados.
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 67 Preparado por Patricio Barros
Me gustaría saber su método para transformar la información de
un elemento a escala atómica en otro elemento a escala
atómica. Si usted utilizara una interacción natural o
mecanocuántica entre los dos elementos, entonces un
dispositivo semejante estaría muy próximo a la propia
naturaleza. Por ejemplo, si hacemos una simulación por
computador, una simulación Monte Carlo para estudiar
fenómenos críticos, entonces su computador de escala atómica
estaría muy cerca del propio imán. ¿Cuáles son sus ideas sobre
esto?
Sí. Todo lo que hacemos es naturaleza. Nosotros lo disponemos de
una forma adecuada a nuestros propósitos, para que haga un
cálculo con un propósito. En un imán existe algún tipo de relación,
si usted quiere; hay algún tipo de computación en curso,
exactamente como la hay en el sistema solar, si así queremos
considerarlo. Pero quizá no fuera ese el cálculo que queremos hacer
en este momento. Lo que necesitamos construir es un dispositivo en
el que podamos cambiar los programas y hacerle computar los
problemas que nosotros queremos resolver, y no solo su propio
problema como imán que ya tiene que resolver por sí mismo. Yo no
puedo utilizar el sistema solar como un computador a menos que el
problema que alguien me planteara consistiera precisamente en
encontrar el movimiento de los planetas, en cuyo caso todo lo que
tengo que hacer es observar. Sobre esto había un divertido artículo
escrito en broma. En un futuro lejano, aparece un «artículo» que
discute un nuevo método de hacer cálculos aerodinámicos: en lugar
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 68 Preparado por Patricio Barros
de utilizar los computadores complicados de su tiempo, el autor
inventa un sencillo dispositivo para soplar aire en torno al ala.
(¡Reinventa el túnel de viento!)
He leído recientemente en un artículo de prensa que las
operaciones del sistema nervioso en el cerebro son mucho más
lentas que los computadores actuales, y que la unidad en el
sistema nervioso es mucho más pequeña. ¿Cree usted que los
computadores de los que nos ha hablado hoy tienen algo en
común con el sistema nervioso en el cerebro?
Existe una analogía entre el cerebro y el computador en cuanto que
hay aparentemente elementos que pueden conmutar bajo el control
de otros. Los impulsos nerviosos controlan o excitan otros nervios,
de una forma que a menudo depende de si entra o no más de un
impulso; algo parecido a una puerta AND o su generalización. ¿Cuál
es la cantidad de energía utilizada en una célula del cerebro para
una de estas transiciones? Yo no conozco el número. El tiempo
necesario para hacer una conmutación en el cerebro es mucho
mayor que en nuestros computadores actuales, dejando aparte las
fantasías de algún conmutador atómico futuro, pero el sistema de
interconexión del cerebro es mucho más complicado. Cada nervio
está conectado a miles de otros nervios, mientras que cada
transistor solo está conectado a otros dos o tres transistores.
Algunas personas consideran la actividad del cerebro en acción y
ven que en muchos aspectos supera al computador actual, y en
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 69 Preparado por Patricio Barros
muchos otros aspectos el computador nos supera a nosotros. Esto
inspira a la gente para diseñar máquinas que puedan hacerlo mejor.
Lo que sucede a menudo es que un ingeniero tiene una idea de
cómo trabaja el cerebro (en su opinión) y entonces diseña una
máquina que se comporta de ese modo. Esta nueva máquina puede
de hecho funcionar muy bien. Pero debo advertirles que eso no nos
dice nada sobre cómo funciona realmente el cerebro, ni es necesario
siquiera saberlo realmente para hacer un computador muy capaz.
No es necesario saber cómo baten sus alas los pájaros y cómo están
diseñadas las plumas para hacer una máquina voladora. No es
necesario entender el sistema de palancas en las patas de un
leopardo —un animal que corre mucho— para construir un
automóvil con ruedas que vaya muy rápido. Por lo tanto, no es
necesario imitar en detalle el comportamiento de la naturaleza para
diseñar un dispositivo que pueda superar en muchos aspectos las
capacidades de la naturaleza. Es un tema interesante y me gusta
hablar sobre ello.
* * * *
Su cerebro es muy débil comparado con un computador. Le daré
una serie de números, uno, tres, siete… O mejor, ichi, san, shichi,
san, ni, go, ni, go, ichi, hachi, ichi, ni, ku, san, go. Ahora quiero que
usted me los repita. Un computador puede tomar decenas de miles
de números y repetirlos al revés, o sumarlos o hacer montones de
cosas que nosotros no podemos hacer. Por el contrario, si yo miro
un rostro, puedo decir de una ojeada quién es, si conozco a esa
persona, o decir que yo no conozco a esa persona. Aún no sabemos
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 70 Preparado por Patricio Barros
cómo hacer un computador que si le proporcionamos una figura de
un rostro pueda ofrecernos tal información, incluso si ha visto
muchos rostros y hemos tratado de enseñarle.
* * * *
Otro ejemplo interesante son las máquinas de jugar al ajedrez. Es
sorprendente que podamos hacer máquinas que juegan al ajedrez
mejor que casi todas las personas que hay en la sala. Pero lo hacen
ensayando muchas, muchísimas posibilidades. Si mueve aquí,
entonces yo podría mover aquí, y él puede mover allí, y así
sucesivamente. Estas máquinas consideran todas las alternativas y
escogen la mejor. Los computadores consideran millones de
alternativas, pero un maestro de ajedrez, un ser humano, lo hace de
forma diferente. Él reconoce pautas. Solo considera treinta o
cuarenta posiciones antes de decidir el movimiento que va a hacer.
Por esa razón, aunque las reglas son más simples en Go, las
máquinas que juegan al Go no son muy buenas, porque en cada
posición hay demasiadas posibilidades de movimiento y hay
también demasiadas cosas que comprobar y las máquinas no
pueden ver con mucha anticipación. Por eso, el problema de
reconocer pautas y de qué hacer bajo estas circunstancias es lo que
los ingenieros informáticos (a ellos les gusta llamarse científicos de
computación) siguen encontrando muy difícil. Ciertamente es una
de las cosas importantes para los computadores del futuro, quizá
más importante que las cosas de las que he hablado. ¡Hacer una
máquina que juegue al Go de forma efectiva!
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 71 Preparado por Patricio Barros
Creo que ningún método de computación sería fructífero a
menos que le proporcionásemos una especie de instrucciones
para componer tales dispositivos o programas. Yo creía que el
artículo de Fredkin sobre lógica conservativa era muy
interesante, pero cuando me puse a pensar en la forma de hacer
un programa sencillo utilizando tales dispositivos, me quedé
atascado, porque elaborar un programa semejante es mucho
más complejo que el propio programa. Creo que fácilmente
podríamos entrar en una especie de regresión infinita porque el
proceso de construir cierto programa sería más complejo que el
propio programa y, al tratar de automatizar el proceso, el
programa de automatización sería mucho más complejo y así
sucesivamente, especialmente en este caso en que el programa
está integrado en lugar de estar separado como software. Creo
que es fundamental considerar las formas de composición.
Tenemos varias experiencias diferentes. No hay regresión infinita: se
detiene en un cierto nivel de complejidad. La máquina de la que
Fredkin está hablando en definitiva y aquella de la que yo estaba
hablando en el caso mecanocuántico son ambas computadores
universales en el sentido de que pueden ser programados para
hacer diversas tareas. Esto no es un programa integrado. No están
más integrados que un computador ordinario en el que usted puede
introducir información —el programa es una parte de la entrada— y
la máquina hace el problema que se le asigna. Es integrado pero es
universal, como un computador ordinario. Estas cosas son muy
inciertas pero yo encontré un algoritmo. Si usted tiene un programa
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 72 Preparado por Patricio Barros
escrito para una máquina irreversible, un programa ordinario,
entonces yo puedo convertirlo en un programa para máquina
reversible mediante un esquema de traducción directa, que es muy
poco eficiente y utiliza muchos más pasos. Luego, en las situaciones
reales, es posible que el número de pasos sea mucho menor. Pero al
menos sé que puedo tomar un programa con 2n pasos que es
irreversible y convertirlo en 3n pasos de una máquina reversible.
Eso son muchos más pasos. El que yo hice era muy poco eficiente,
puesto que no traté de descubrir la forma óptima sino solo una
forma de hacerlo. Yo no creo realmente que encontremos esta
regresión de la que usted habla, pero quizá tenga usted razón. No
estoy seguro.
¿No estaremos sacrificando muchos de los méritos que
estábamos esperando de tales dispositivos, debido a que dichas
máquinas reversibles son muy lentas? Yo soy muy pesimista
sobre este punto.
Son más lentas, pero son mucho más pequeñas. Yo no las hago
reversibles a menos que lo necesite. No tiene objeto hacer la
máquina reversible a menos que uno esté tratando de reducir la
energía enormemente —mejor dicho, ridículamente— porque con
solo 80 veces kT la máquina irreversible funciona perfectamente.
Ese 80 es mucho menor que los actuales 109 o 1010 kT, de modo
que hay una mejora por hacer de al menos un factor 107 en la
energía, y ¡aún puede hacerse con máquinas irreversibles! Eso es
verdad. Esa es la forma correcta de proceder, por el momento. Yo
me entretengo intelectualmente por diversión, preguntando hasta
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 73 Preparado por Patricio Barros
dónde podríamos llegar en teoría, no en la práctica, y entonces
descubro que puedo llegar hasta una fracción de un kT de energía y
hacer las máquinas microscópicas, atómicamente microscópicas.
Pero para hacerlo, debo utilizar las leyes físicas reversibles. La
irreversibilidad aparece porque el calor se reparte sobre un gran
número de átomos y no puede ser recogido de nuevo. Cuando hago
la máquina muy pequeña, a menos que admita un elemento
refrigerador con montones de átomos, yo tengo que trabajar
reversiblemente. Es probable que, en la práctica, siempre
prefiramos unir un pequeño computador a un gran pedazo de plomo
que contenga 1010 átomos (que es todavía muy pequeño), y hacerlo
así efectivamente irreversible. Por lo tanto, estoy de acuerdo con
usted en que en la práctica, durante mucho tiempo y quizá para
siempre, utilizaremos puertas irreversibles. Por otro lado, una parte
de la aventura de la ciencia está en tratar de encontrar una
limitación en cualquier dirección y extender la imaginación humana
hasta donde sea posible. Aunque en cada periodo ha parecido que
una actividad semejante era absurda e inútil, a menudo resulta
que, al menos, no es inútil.
¿Existen limitaciones procedentes del principio de
incertidumbre? ¿Existe alguna limitación fundamental sobre la
energía y el tiempo de reloj en su esquema de máquina
reversible?
Esa es una cuestión muy pertinente. No existe limitación adicional
debida a la mecánica cuántica. Uno debe distinguir cuidadosamente
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 74 Preparado por Patricio Barros
entre la energía perdida o consumida irreversiblemente, el calor
generado en la operación de la máquina y el contenido energético de
las partes móviles que podría extraerse de nuevo. Existe una
relación entre el tiempo y la energía que podría ser extraída de
nuevo. Pero esa energía que puede ser extraída de nuevo no es de
ninguna importancia o interés. Sería como preguntar si deberíamos
o no añadir la mc2, la energía en reposo, de todos los átomos que
hay en el dispositivo. Yo solo hablo de la energía perdida
multiplicada por el tiempo, y entonces no hay limitación. Sin
embargo, es cierto que si usted quiere hacer un cálculo a una
velocidad extraordinariamente alta, entonces tiene que suministrar
a la máquina piezas que se muevan rápidamente y tengan energía,
pero esa energía no se pierde necesariamente en cada paso del
cálculo; se recupera por inercia.
(Respuesta a ninguna pregunta): Con respecto a la cuestión de las
ideas inútiles me gustaría añadir algo más. Esperaba que ustedes
me lo preguntasen, pero no lo han hecho. Por eso, responderé en
cualquier caso. ¿Cómo podríamos hacer una máquina de
dimensiones tan pequeñas que tengamos que colocar los átomos en
lugares especiales? Hoy no tenemos ninguna maquinaria con partes
móviles cuya dimensión sea extraordinariamente pequeña, en la
escala de átomos o cientos de átomos incluso, pero tampoco hay
ninguna limitación física en dicha dirección. No hay ninguna razón
por la que, cuando depositamos el silicio, incluso hoy, las piezas no
puedan formar pequeñas islas de modo que sean móviles.
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 75 Preparado por Patricio Barros
Podríamos también disponer pequeños chorros de modo que
pudiéramos lanzar las diferentes sustancias químicas sobre ciertos
lugares. Podemos hacer maquinaria que es extraordinariamente
pequeña. Una maquinaria semejante será fácil de controlar
mediante el mismo tipo de circuitos computadores que fabriquemos.
En definitiva, de nuevo por diversión y placer intelectual, podríamos
imaginar máquinas tan minúsculas como de algunas micras de
tamaño, con ruedas y cables interconectados por conexiones de
silicio, de modo que el objeto en conjunto, un dispositivo muy
grande, se mueva no con los torpes movimientos de nuestras
máquinas robustas actuales sino con el movimiento suave del cuello
de un cisne, que después de todo es un montón de máquinas
pequeñas, células interconectadas y controladas de una forma
suave. ¿Por qué no podemos hacer eso nosotros?
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 76 Preparado por Patricio Barros
Capítulo 3
Los Álamos desde abajo
Y ahora, algo más ligero: joyas del Feynman bromista (por no decir
desvalijador9) metiéndose y saliendo de dificultades en Los Álamos.
Feynman violando aparentemente la regla de ninguna mujer en el
dormitorio de los hombres para hacerse con su propia habitación
privada; burlándose de los censores del campo; codeándose con
grandes hombres como Robert Oppenheimer, Niels Bohr y Hans
Bethe. Y el impresionante privilegio de ser el único hombre que
observó directamente la primera explosión atómica sin gafas
protectoras, una experiencia que cambió a Feynman para siempre.
La halagadora presentación del profesor Hirschfelder es bastante
inadecuada para mi charla, que es «Los Álamos desde abajo». Lo que
quiero decir con desde abajo es que, aunque actualmente tengo
cierta fama dentro de mi campo de investigación, en aquella época
yo no era famoso en absoluto. Ni siquiera tenía el título de doctor
cuando empecé con mi trabajo relacionado con el Proyecto
Manhattan10. Muchas de las otras personas que les van a hablar
sobre Los Álamos conocían a alguien en algún escalón superior de
la Administración o algo similar, personas involucradas en la toma
de grandes decisiones. Yo no tenía que tomar grandes decisiones.
9 Juego de palabras entre wisecracker (bromista) safecracker(desvalijador). (N. del t.)
10 Nombre dado al gigantesco proyecto para construir la primera bomba atómica, que se inició en 1942 y culminó
con el bombardeo de Hiroshima y Nagasaki el 6 y 9 de agosto de 1945, respectivamente. El proyecto estaba repartido
por todo Estados Unidos, con unidades, por ejemplo, en la Universidad de Chicago; Hanford, Washington; Oak
Ridge, Tennessee; y Los Álamos, Nuevo México, donde se construyeron las bombas, y que era fundamentalmente el
cuartel general del proyecto entero. (N. del e.)
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 77 Preparado por Patricio Barros
Siempre estaba revoloteando por abajo de un lado a otro. No estaba
en el último nivel. Llegué a ascender unos pocos escalones, pero
nunca fui una de las personas de arriba. Por eso quiero que ustedes
se coloquen en una situación diferente de la citada en la
introducción e imaginen simplemente a este joven estudiante
licenciado que todavía no tiene su título y está trabajando en su
tesis. Empezaré diciendo cómo entré en el proyecto y lo que me
sucedió luego. Eso es todo; simplemente lo que me sucedió durante
el proyecto.
Estaba un día trabajando en mi despacho11cuando entró Bob
Wilson12. Estaba trabajando… [risas] ¿Qué demonios pasa?, tengo
todavía montones de cosas más divertidas; ¿de qué se ríen ustedes?
Bob Wilson entró y dijo que había recibido fondos para hacer un
trabajo que era secreto y que no debía contar a nadie, pero iba a
contármelo porque sabía que en cuanto yo supiera de qué se
trataba, vería que tenía que colaborar con él. Así que me habló del
problema de separar los diferentes isótopos del uranio. La finalidad
última era hacer una bomba, y tenía un proceso para separar los
isótopos de uranio, que era diferente del que se utilizó al final, y
quería tratar de desarrollarlo. Me habló de ello y dijo: «Hay una
reunión…», y yo dije que no quería ir. Él dijo: «Muy bien, hay una
reunión a las tres, te veré allí». Le dije: «Está bien que me hayas
contado el secreto porque no voy a decírselo a nadie, pero no voy a
ir». Así que volví a trabajar en mi tesis durante tres minutos. Luego
empecé a caminar de un lado a otro y a pensar en el asunto. Los
11 En la Universidad de Princeton. (N. del e.) 12 Robert R. Wilson (1914-2000), primer director del Fermi National Accelerator Laboratory, 1967-1978. (N. del e.)
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 78 Preparado por Patricio Barros
alemanes tenían a Hitler y la posibilidad de desarrollar una bomba
atómica era obvia, y la posibilidad de que la desarrollasen antes de
que lo hiciéramos nosotros era temible. Así que decidí ir a la
reunión de las tres. A las cuatro yo ya tenía una mesa en una
habitación y estaba tratando de calcular si este método concreto
estaba limitado por la corriente total que puede transportar un haz
de iones, y todo eso. No entraré en detalles. Pero tenía una mesa, y
tenía papel, y estaba trabajando tan duro como podía y tan rápido
como puedo hacerlo. Los colegas que estaban construyendo el
aparato planeaban hacer el experimento allí mismo. Y era como
aquellas películas de animación en las que ves una pieza de la
maquinaria que va bruuup, bruuup, bruuuup. Cada vez que miraba
la cosa había crecido. Y lo que sucedía, por supuesto, era que todos
los muchachos habían decidido trabajar en esto y dejar las
investigaciones que estaban haciendo en ciencia pura. Toda la
ciencia se interrumpió durante la guerra, excepto lo poco que se
hizo en Los Álamos. No tenía mucho de ciencia; era un montón de
ingeniería. Y cada uno de ellos estaba desmontando el equipo de su
investigación, y estaban reuniendo todo el equipamiento de
diferentes investigaciones para construir el nuevo aparato y hacer el
experimento para tratar de separar los isótopos de uranio. También
yo interrumpí mi trabajo por la misma razón. Es verdad que,
cuando llevaba algún tiempo en ese trabajo, me tomé unas
vacaciones de seis semanas y acabé de escribir mi tesis. Obtuve mi
título justo antes de ir a Los Álamos, así que no estaba tan abajo
como les hice creer.
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 79 Preparado por Patricio Barros
Una de las primeras experiencias que me resultó muy interesante
en este proyecto en Princeton fue la de conocer a grandes hombres.
Yo nunca había conocido antes a muchos grandes hombres. Pero
había un comité de evaluación que tenía que decidir qué camino
íbamos a seguir, e iba a apoyarnos y ayudarnos en definitiva a
decidir qué método íbamos a seguir para separar el uranio. En este
comité de evaluación había hombres como Tolman, Smyth, Urey,
Rabi y Oppenheimer, y así sucesivamente. Y estaba Compton, por
ejemplo. Una de las cosas que vi me produjo una terrible
conmoción. Yo estaba sentado allí con ellos porque entendía la
teoría de los procesos que estábamos tratando, y por eso me hacían
preguntas y luego las discutíamos. Entonces alguien hacía una
observación, y luego Compton, por ejemplo, exponía un punto de
vista diferente, y tenía toda la razón, era la idea correcta, y decía
que ese debería ser el método. Otro tipo decía: «Bien, quizá, existe
esta otra posibilidad contraria que tenemos que considerar. Hay
otra posibilidad que tenemos que considerar». ¡Yo daba un bote!
¡Debería decirlo de nuevo, Compton debería decirlo de nuevo! Así
que todo el mundo estaba en desacuerdo, todos daban vueltas
alrededor de la mesa. Al final Tolman, que era el presidente, dice:
«Bien, después de oír todos estos argumentos creo que es cierto que
el argumento de Compton es el mejor de todos y ahora tenemos que
seguir adelante». Y fue muy chocante para mí ver que un comité de
hombres pudiera presentar un montón de ideas, considerando cada
uno de ellos un nuevo aspecto, y recordando lo que habían dicho los
otros colegas después de prestarles atención; y al final se tomaba
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 80 Preparado por Patricio Barros
una decisión sobre qué idea era la mejor, resumiéndolo todo, sin
tener que repetirlo tres veces, ¿ven ustedes? Así que aquello supuso
para mí una conmoción; eran realmente unos grandes hombres.
Finalmente se decidió que no era este el procedimiento que se iba a
seguir para separar el uranio. Nos dijeron entonces que lo
dejáramos, y que se iba a poner en marcha en Los Álamos, Nuevo
México, el proyecto que realmente llevaría a la bomba, y que todos
deberíamos ir allí para hacerla. Había experimentos que realizar y
trabajo teórico por hacer. Yo estaba en la parte teórica; el resto de
los colegas estaba en la parte experimental. La cuestión entonces
era qué hacer, porque teníamos este tiempo muerto desde que nos
habían dicho que lo dejáramos y Los Álamos todavía no estaba
preparado. Bob Wilson quiso aprovechar el tiempo enviándome a
Chicago para averiguar todo lo que pudiera sobre la bomba y sus
problemas, para que pudiéramos empezar a construir en nuestro
laboratorio instrumental contadores de diversos tipos y todo eso,
que pudiesen sernos útiles cuando fuésemos a Los Álamos. Así que
no se perdió el tiempo. Fui enviado a Chicago con instrucciones de
visitar a cada grupo, decirles que iba a trabajar con ellos, hacer que
me explicasen un problema hasta que yo conociese suficientes
detalles para que pudiese sentarme realmente y empezar a trabajar
en el problema; y tan pronto como lo consiguiera ir a otro tipo y
preguntarle por otro problema, y de esa forma yo entendería los
detalles de todo. Era una idea muy buena, aunque me remordía un
poco la conciencia. Pero resultó, por casualidad (tuve mucha
suerte), que cuando uno de los tipos me explicó un problema, yo le
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 81 Preparado por Patricio Barros
dije: « ¿Por qué no lo haces así?», y en media hora él lo había
resuelto, cuando habían estado trabajando en ello durante tres
meses. Así que ¡algo hice! Cuando regresé de Chicago describí la
situación a los colegas: cuánta energía se liberaba, cómo iba a ser la
bomba y todo eso. Recuerdo que un amigo que trabajaba conmigo,
Paul Olum, un matemático, vino después y me dijo: «Cuando se
haga una película sobre esto saldrá un tipo que vuelve de Chicago y
cuenta a los hombres de Princeton todo sobre la bomba, y él llevará
un traje y un maletín y todo eso; y tú estás aquí en mangas de
camisa y contándonos todo lo que hay». Pero en cualquier caso es
algo muy serio, y por eso él apreciaba la diferencia entre el mundo
real y el de las películas.
Bueno, parece que seguía habiendo un retraso y Wilson fue a Los
Álamos a averiguar qué era lo que estaba retrasando las cosas y en
qué punto estaban. Cuando llegó allí encontró que la compañía
constructora estaba trabajando muy duro y había terminado el
auditorio y algunos otros edificios porque sabían cómo hacerlo, pero
nadie les había dado instrucciones claras sobre cómo construir un
laboratorio —cuántas conducciones para el gas, cuántas para el
agua—, de modo que él simplemente se quedó allí y decidió cuánto
para el agua, cuánto para gas y todo eso, y les dijo que empezaran a
construir los laboratorios. Y luego regresó con nosotros —nosotros
ya estábamos todos preparados para ir, ven ustedes—, y
Oppenheimer estaba teniendo dificultades para discutir algunos
problemas con Groves y nos estábamos impacientando. Por lo que
yo entendí desde la posición en que me encontraba, Wilson llamó
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 82 Preparado por Patricio Barros
entonces a Manley en Chicago y ellos se reunieron y decidieron que
iríamos allí en cualquier caso, incluso si no estaba todo preparado.
Así que todos fuimos a Los Álamos antes de que estuviese
preparado. Fuimos reclutados, dicho sea de paso, por Oppenheimer
y otras personas, y él fue muy paciente con todos: prestó atención a
los problemas de todo el mundo. Se preocupó de mi esposa que
tenía tuberculosis, y de si había un hospital allí cerca y todo eso;
fue la primera vez que tuve un encuentro con él de una forma tan
personal; era un hombre maravilloso. Nos dijeron entre otras cosas,
por ejemplo, que debíamos tener cuidado. Que no comprásemos
nuestro billete de tren en Princeton porque Princeton era una
estación ferroviaria muy pequeña, y si todo el mundo compraba
billetes de tren para Albuquerque, Nuevo México, se levantarían
sospechas de que algo pasaba. Y por eso todo el mundo compró sus
billetes en algún otro lugar, excepto yo, porque imaginé que si todo
el mundo compraba sus billetes en algún otro lugar… Así que
cuando fui a la estación y dije: «Quiero ir a Albuquerque, Nuevo
México», el empleado dijo: « ¡Oh, así que todo este material es para
usted!». Habíamos estado facturando cajones llenos de contadores
durante semanas y confiando en que ellos no advirtiesen que la
dirección era Albuquerque. Así que al menos expliqué cuál era la
razón de que estuviésemos enviando cajones allí: yo iba a
Albuquerque.
Bien, llegamos con mucho adelanto y los edificios para los
dormitorios y cosas así no estaban listos. De hecho, ningún
laboratorio estaba listo. Estábamos empujándoles, presionándoles
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 83 Preparado por Patricio Barros
al llegar por adelantado. Iban como locos y alquilaron ranchos en
los alrededores. Así que al principio nos alojábamos en un rancho e
íbamos en coche por la mañana. La primera mañana que fui en
coche fue tremendamente impresionante; la belleza del escenario,
para una persona del Este que no viajaba mucho, era algo
sensacional. Están los grandes barrancos; ustedes han visto
probablemente fotografías, no entraré en detalles. Había mesas muy
altas a las que se podía subir desde abajo y ver estos grandes
barrancos, y quedábamos muy sorprendidos. Lo más impresionante
para mí fue que, mientras subía, yo dije que quizá había indios que
aún vivían allí, y el tipo que conducía el coche se detuvo; se bajó del
coche y caminó hacia una esquina y ahí había cuevas de indios que
se podían inspeccionar. De modo que, en ese aspecto, era realmente
excitante. Cuando llegué al enclave por primera vez, vi la puerta:
había un área técnica que se suponía que finalmente estaría
rodeada por una valla pero, puesto que todavía estaba en
construcción, seguía abierta. Luego se suponía que habría una
ciudad y luego otra gran valla más allá, alrededor de la ciudad. Mi
amigo Paul Olum, que era mi ayudante, estaba de pie con una
tablilla controlando los camiones que entraban y salían y
diciéndoles a dónde tenían que ir para descargar los materiales en
diferentes lugares. Cuando entré en el laboratorio encontré a
hombres a quienes conocía de oídas por haber visto sus artículos en
el Physical Review y todo eso. Nunca antes me había encontrado
con ellos. «Este es John Williams», dijeron. Se levantó un tipo que
estaba ante una mesa cubierta de planos, con las mangas
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 84 Preparado por Patricio Barros
remangadas, y que por una ventana ordenaba dónde debían ir los
camiones y los demás materiales necesarios para la construcción.
En otras palabras, asumimos el mando de la compañía constructora
y acabamos el trabajo. Los físicos, especialmente los físicos
experimentales en estos primeros momentos, no tenían nada que
hacer hasta que estuviesen listos sus edificios y estuviesen listos los
aparatos, así que sencillamente construían o ayudaban a construir
los edificios. Se decidió que los físicos teóricos, por el contrario, no
vivirían en los ranchos sino que lo harían en las propias
instalaciones puesto que podían empezar a trabajar de inmediato.
Así que empezamos a trabajar inmediatamente, y eso significaba
que teníamos una pizarra rodante, ya saben, una pizarra sobre
ruedas que uno puede empujar y llevar de un lado a otro, y Serber
nos explicaba todas las cosas que habían pensado en Berkeley
sobre la bomba atómica, física nuclear y todo eso, y no sé cuántas
cosas más. Yo había estudiado otro tipo de cosas. Y por eso tuve
que trabajar mucho. Durante todo el día estudiaba y leía, estudiaba
y leía, y fue un tiempo muy ajetreado. Tuve un poco de suerte. Por
una casualidad, todos los grandes jefes —todos salvo Hans Bethe—
tuvieron que irse al mismo tiempo: Weisskopf tuvo que regresar al
MIT para corregir algo, Teller estaba fuera en ese preciso momento,
y Bethe necesitaba alguien con quien hablar y confrontar sus ideas.
Bien, él vino a hablar con este mequetrefe que tenía un despacho y
empezó a argumentar, a explicar su idea. Yo le repuse: «No, no. Está
usted loco. Lo que sucederá será esto». Y él respondió: «Un
momento», y explicó por qué no estaba loco, y que el loco era yo, y
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 85 Preparado por Patricio Barros
seguimos así. Ya ven, cuando oigo hablar de física solo pienso en
física y no sé a quién estoy hablando, y digo las mayores bobadas
como «no, no, estás equivocado, o estás loco»; pero resulta que eso
era exactamente lo que él necesitaba. Así que yo me apunté un
tanto a cuenta de eso y terminé como jefe de grupo, por debajo de
Bethe y con cuatro tipos a mis órdenes.
Tuve un montón de experiencias interesantes con Bethe. El primer
día que vino teníamos una máquina de sumar, una Marchant de
funcionamiento manual, y él va y me dice: «Veamos, la presión —la
fórmula en la que él había estado trabajando incluía el cuadrado de
la presión—; la presión es 48; el cuadrado de 48…». Yo cojo la
máquina: «Es aproximadamente 2300». Así que enchufo la máquina
para calcularlo exactamente y él me interrumpe. « ¿Quieres saber el
valor exacto? Es 2304». Y así era: 2304. Así que le pregunté: «
¿Cómo lo hace?». Él declara: « ¿No sabes calcular los cuadrados de
números próximos a 50? Si el número está próximo a 50, por
ejemplo 3 por debajo, entonces tomas 25 menos 3, que es 22, lo
multiplicas por 100 y le sumas el cuadrado de la diferencia. Por
ejemplo, con los 3 de diferencia obtienes que 47 al cuadrado es
2200 más 9: 2209. Simpático, ¿verdad?». Seguimos trabajando (él
era muy bueno con la aritmética) y unos instantes después
teníamos que tomar la raíz cúbica de 2,5. Para calcular raíces
cúbicas se utilizaba una tabla con algunos números de prueba que
se introducían en la máquina calculadora que nos había dado la
Compañía Marchant. Así que (esto le llevó un poco más de tiempo,
¿saben?) abrí el cajón, saqué la tabla y él sentencia: «1,35». Yo
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 86 Preparado por Patricio Barros
imaginé que había alguna forma de tomar las raíces cúbicas de
números próximos a 2,5, pero resulta que no es así. Le pregunto: «
¿Cómo lo hace?». Y él me responde: «Bueno, tú sabes que el
logaritmo de 2,5 es tal y tal; entonces lo divides por 3 para tener el
logaritmo de la raíz cúbica. Ahora bien, yo sé que el logaritmo de 1,3
es este, el logaritmo de 1,4 es… yo hago una interpolación entre los
dos». Yo no podía haber dividido nada por tres, y mucho menos…
Así que él se sabía toda su aritmética y era muy bueno en ella, y eso
fue un desafío para mí. Seguí practicando. Establecimos una
pequeña competición. Cada vez que teníamos que calcular algo
hacíamos carreras para ver quién llegaba antes a la respuesta, él y
yo, y yo tenía que ganar; al cabo de varios años conseguí hacerlo, ya
saben, ganar alguna vez, quizá una de cada cuatro. Por supuesto,
cuando uno tiene que multiplicar 174 por 140, por ejemplo, se tiene
que percatar de alguna propiedad curiosa de los números. Uno
advierte que 173 por 141 es aproximadamente cien veces la raíz
cuadrada de 3 multiplicado por cien veces la raíz cuadrada de 2,
que es diez mil veces la raíz cuadrada de 6, o diez mil por 2,45. Pero
hay que reparar en los números, ya ven, y cada cual reparará en
ellos de una forma diferente; nos divertíamos mucho.
Bien, como he dicho, cuando llegué allí por primera vez no estaban
listos los dormitorios, pero los físicos teóricos teníamos que
alojarnos allí. El primer lugar donde nos colocaron fue en el edificio
de la vieja escuela, una escuela para niños que hubo allí antes. El
primer lugar en donde viví era algo llamado módulo de mecánica;
estábamos todos amontonados en literas y todo eso, pero no estaba
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 87 Preparado por Patricio Barros
muy bien organizado y Bob Christie y su mujer tenían que ir al
baño cada mañana cruzando nuestro dormitorio. Así que era muy
incómodo.
El siguiente lugar a donde nos trasladamos era algo llamado la Casa
Grande, cuya segunda planta rodeaba a un patio central, y allí
estaban pegadas todas las camas una junto a otra, a lo largo de la
pared. En el piso de abajo había un gran tablón donde decía qué
número tenía tu cama y en qué cuarto de baño tenías que
cambiarte. Y bajo mi nombre se leía «Baño C», ¡y no había número
de cama! Así que yo estaba bastante enfadado. Por fin se construye
la residencia. Voy allí para ver cómo se han asignado las
habitaciones y me dicen: «Ahora puedes elegir tu habitación». Traté
de escoger una; ¿saben lo que hice?: me fijé en dónde estaba el
dormitorio de las chicas y escogí una cama desde la que pudiese
verlo. Más tarde descubrí que, justo enfrente, estaba creciendo un
gran árbol. Pero, de todas formas escogí esta habitación. Me dijeron
que temporalmente habría dos personas en cada habitación, pero
que eso sería solo temporal. Cada dos habitaciones compartirían un
baño. Eran camas de dos pisos, literas, y yo no quería a otra
persona en la habitación. Cuando llegué ahí por primera vez, la
primera noche, no había nadie más. En ese momento mi mujer
estaba enferma con tuberculosis en Albuquerque, y por eso yo tenía
algunas cajas con cosas suyas. Así que abrí una caja y saqué un
pequeño camisón y simplemente lo tiré descuidadamente. Abrí la
cama de arriba y arrojé el camisón descuidadamente. Saqué las
zapatillas; esparcí polvos por el suelo del baño. Lo hice simplemente
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 88 Preparado por Patricio Barros
para que pareciese que había alguien más allí. ¿Comprenden? Si la
otra cama está ocupada, nadie más va a dormir ahí. ¿Entienden? ¿Y
qué sucedió entonces? Porque es un dormitorio de hombres. Bien,
cuando volví aquella noche mi pijama estaba doblado
cuidadosamente y puesto bajo la almohada, y las zapatillas estaban
colocadas cuidadosamente al pie de la cama. El camisón de mi
mujer estaba doblado cuidadosamente y puesto bajo la almohada,
la cama estaba hecha y las zapatillas colocadas cuidadosamente.
Habían limpiado el polvo del baño y nadie dormía allí. Seguía
teniendo la habitación para mí solo. Y la noche siguiente, lo mismo.
Cuando desperté desordené la cama de arriba, extendí el camisón,
esparcí polvos por el baño y todo eso, y seguí así durante cuatro
noches hasta que todo el mundo tuvo su lugar. Todo el mundo
estaba acomodado y ya no había peligro de que colocasen a una
segunda persona en la habitación. Cada noche, todo estaba muy
limpio, todo estaba bien, incluso si era un dormitorio de hombres.
Así que eso es lo que sucedió en tal situación.
Me vi metido en política porque había algo denominado Consejo
Ciudadano. Aparentemente los militares iban a decidir ciertas cosas
acerca del gobierno de la ciudad, con ayuda de una Junta de
Gobierno de la que nunca supe nada. Pero había mucha agitación
como la hay en cualquier cosa política. En particular, había
facciones: la facción de las amas de casa, la facción de los
mecánicos, la facción de los técnicos, y demás. Bueno, los solteros y
las solteras, la gente que vivía en la residencia, pensaban que tenían
que formar una facción porque se había promulgado una nueva
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 89 Preparado por Patricio Barros
regla: no podían entrar mujeres en el dormitorio de los hombres.
¡Esto es absolutamente ridículo! Todos éramos personas adultas,
por supuesto (ja, ja). ¿Qué se han creído? De modo que nos
planteamos una acción política. Lo debatimos y lo votamos, y todo
eso; ya saben cómo es. Y así fui elegido para representar a la gente
de la residencia, ya ven, en el Consejo Ciudadano.
Un día, cuando ya llevaba un año aproximadamente, o año y medio,
en el Consejo Ciudadano, estaba yo hablando con Hans Bethe sobre
algo. Él había estado en la Junta de Gobierno durante todo este
tiempo. Y yo le conté esta historia, el truco que había hecho
poniendo las cosas de mi mujer en la cama de arriba, y él se echó a
reír. Y confesó: « ¡Por eso estás en el Consejo Ciudadano!». Resulta
que había sucedido lo siguiente. Hubo un informe, un informe muy
serio. La pobre mujer de la limpieza estaba temblando; la mujer que
limpiaba las habitaciones del dormitorio había abierto la puerta y de
repente se encuentra con esto: ¡alguien está durmiendo con uno de
los hombres! Temblorosa, no sabe qué hacer. Hace un informe, la
limpiadora informa a la gobernanta, la gobernanta informa al
teniente, el teniente informa al mayor, y la cosa sigue hacia arriba,
hasta que llega a los generales en la Junta de Gobierno. ¿Qué van a
hacer?: ¡Lo van a pensar! Y mientras tanto, ¿qué instrucciones
transmiten a los capitanes, y estos a los mayores, y estos a los
tenientes, y estos a la gobernanta, hasta llegar a la limpiadora?
«Coloquen las cosas exactamente como están, límpienlas», y veamos
qué sucede. ¿Comprenden? Al día siguiente, nuevo informe: lo
mismo, brumo, bruuuuump, bruuuuuump. Entre tanto, durante
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 90 Preparado por Patricio Barros
cuatro días, se preocupan de lo que van a hacer. Finalmente
promulgan una regla. « ¡No pueden entrar mujeres en el dormitorio
de los hombres!». Y eso causó un gran revuelo allí. Ven ustedes,
ahora tenían que participar en la política y eligieron a alguien que
los representara…
Ahora me gustaría hablarles de la censura que teníamos allí.
Decidieron hacer algo completamente ilegal, que era censurar el
correo personal dentro de Estados Unidos, en los Estados Unidos
continentales, algo a lo que no tenían ningún derecho. De modo que
tuvo que ser establecido de forma muy delicada, como algo
voluntario. Todos aceptaríamos voluntariamente no cerrar los
sobres en los que enviábamos nuestras cartas. Aceptaríamos,
estaríamos de acuerdo en que se abriesen las cartas que nos
llegaban; eso fue voluntariamente aceptado por nosotros.
Dejaríamos abierto el correo saliente; ellos lo cerrarían si les parecía
que estaba bien. Si no estaba bien en su opinión, en otras palabras,
si encontraban algo que no debería salir fuera, nos devolverían la
carta con una nota señalando que había una violación de tal y tal
párrafo de nuestro «acuerdo», y todo eso. Así, de forma muy
delicada, una vez que todos estos tipos científicos de ideología
liberal habían aceptado una proposición semejante, se estableció
finalmente una censura. Con muchas reglas: por ejemplo, se nos
permitía hacer comentarios sobre el carácter de la administración si
así lo queríamos, y podíamos escribir a nuestro senador y decirle
que no nos gustaba cómo iban las cosas, y cosas por el estilo. Así
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 91 Preparado por Patricio Barros
que todo quedó establecido y nos dijeron que nos notificarían
cualquier dificultad que hubiera.
Y así llega el día, el primer día de la censura. ¡Teléfono! ¡Riiiiig! Yo: «
¿Qué?». «Venga, por favor». Yo voy. « ¿Qué es esto?». Es una carta de
mi padre. «Bien, ¿qué es?». Hay un papel rayado, y hay unas líneas
con puntos: cuatro puntos abajo, un punto arriba, dos puntos
abajo, un punto arriba, un punto debajo de un punto. « ¿Qué es
esto?». Yo dije: «Es un código». Y ellos: «Sí, es un código; pero ¿qué
dice?». Yo dije: «No sé lo que dice». Dijeron: «Bien, ¿cuál es la clave
del código; cómo lo descifra?». Yo dije: «Pues no lo sé». Entonces
ellos dijeron: « ¿Qué es esto?». Yo dije: «Es una carta de mi mujer».
«Dice TJXYWZ TW1X3. ¿Qué es esto?». Yo dije: «Otro código». «
¿Cuál es la clave?». «No lo sé». Dijeron: « ¿Usted está recibiendo
mensajes en clave y no la conoce?». «Exactamente —dije yo—. Juego
con ellos. Les reto a que me envíen un código que yo no pueda
descifrar, ¿ven ustedes? De modo que se inventan códigos y me
envían mensajes sin decirme cuál es la clave». Ahora bien, una de
las reglas de la censura era que no iban a interferir en nada que
uno hiciera normalmente en el correo. Así que dijeron: «Bien, usted
va a tener que decirles que por favor envíen la clave con el mensaje».
Dije: «Pero ¡yo no quiero ver la clave!». Dijeron: «Muy bien, nosotros
sacaremos la clave». Y llegamos a ese compromiso. ¿Comprenden?
Todo muy bien. Al día siguiente recibo una carta de mi mujer que
dice: «Me resulta muy difícil escribir porque me da la sensación de
que ese [espacio en blanco] está mirando por encima de mi hombro».
Y en ese lugar hay un borrón de algo que ha sido meticulosamente
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 92 Preparado por Patricio Barros
eliminado con un borrador de tinta. Así que voy a la oficina y digo:
«Se suponía que ustedes no iban a tocar el correo entrante si no les
gusta. Pueden decírmelo pero se suponía que no iban a tocarlo.
Simplemente pueden leerlo, pero se supone que no van a quitar
nada». Dijeron: «No sea ridículo; ¿piensa usted que es así como
trabajan los censores, con un borrador de tinta? Ellos utilizan unas
tijeras para cortar las cosas». Yo dije: muy bien. Así que contesté la
carta de mi mujer y le dije: « ¿Utilizaste un borrador de tinta en tu
carta?». Me contesta: «No, no utilicé borrador de tinta en mi carta;
debe haber sido el…», y aquí hay un hueco recortado. Así que volví
al tipo encargado de esto, el mayor que se suponía que estaba
encargado de todo esto, y me quejé. Eso sucedió durante algunos
días. Yo tenía la sensación de ser una especie de representante que
tenía que resolver las cosas. Él trató de explicarme que estos tipos
de la censura habían sido instruidos para hacerlo, y no entendían
esta nueva forma tan delicada. Yo trataba de ir por delante, de tener
la máxima experiencia, escribía a mi mujer todos los días. Así que él
dijo: « ¿Qué es lo que pasa, no cree usted en mi buena fe, en mi
buena voluntad?». Yo digo: «Sí, usted tiene muy buena voluntad,
pero creo que no tiene poder. Porque ya ve usted que esto viene
sucediendo hace tres o cuatro días». Dijo: «Bien, ¡vamos a verlo!».
Agarra el teléfono… todo estaba solucionado. Ya no habría más
cortes en las cartas.
Sin embargo, surgieron otras dificultades. Por ejemplo, un día recibí
una carta de mi mujer y una nota del censor que decía que había
un código incluido, sin la clave, y que por eso lo habían eliminado. Y
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 93 Preparado por Patricio Barros
cuando ese mismo día fui a ver a mi mujer a Albuquerque, ella me
dijo: «Bien, ¿dónde están todas las cosas?». Yo dije: « ¿Qué cosas?».
Ella dice: «El litargirio, la glicerina, los perritos calientes, la ropa de
la lavandería». Dije: «Espera un momento, ¿eso era una lista?». Ella
dice: «Sí». «Eso era un código», dije yo. Ellos lo tomaron como un
código: litargirio, glicerina, etc. Otro día estaba yo pasando el tiempo
—todo esto sucedió durante las primeras semanas, unas semanas
antes de que llegáramos a un acuerdo—: estaba enredando con la
máquina de sumar, con la máquina computadora, y advierto algo.
Por eso, cada día que escribía tenía un montón de cosas que contar.
Porque, fíjense que cosa tan curiosa. Si se divide 1 entre 243 se
obtiene 0,004115226337448559. Es muy preciso; luego se complica
un poco cuando los restos parciales se hacen pequeños y se pierde
la pauta durante algunos pasos, hasta que se llega a un resto
parcial de 1 y todo se repite de nuevo. Yo estaba explicando eso, de
qué forma tan bonita se repiten los ciclos; a mí me parecía bastante
divertido. Pues bien, lo pongo en el correo y me lo devuelven; no
pasa, y hay una pequeña nota: «Vea el párrafo 17B». Miro el párrafo
17B donde se especifica: «Las cartas estarán escritas solo en inglés,
ruso, español, portugués, latín, alemán… Para escribir en cualquier
otra lengua hay que obtener permiso por escrito». Y continuaba: «No
se permiten códigos». Así que contesté al censor con una pequeña
nota incluida en mi siguiente carta en la que decía que, en mi
opinión, esto no puede ser un código, porque si realmente uno
divide 1 por 243 obtiene de hecho…, y escribía todas esas cifras; y,
por consiguiente, no hay más información en el número 1-1-1-1-
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 94 Preparado por Patricio Barros
cero, cero, cero que la que hay en el número 243, que apenas es
información. Y así sucesivamente. Por lo tanto pedía permiso para
escribir mis cartas en números arábigos. Me gusta utilizar números
arábigos en mis cartas. Así conseguí que todo eso pasara.
Siempre había algún problema con la entrada y salida de las cartas.
En una ocasión mi mujer siguió insistiendo en mencionar el hecho
de que se sentía incómoda escribiendo con la sensación de que el
censor estaba mirando [por encima del hombro]. Como norma, se
suponía que no íbamos a mencionar la censura. Nosotros no lo
íbamos a hacer, pero ¿cómo podían decírselo a ella? Así que
continuamente me enviaban notas: «Su mujer mencionó la
censura». Por supuesto que mi mujer mencionaba la censura, así
que finalmente me enviaron una nota que decía: «Por favor, informe
a su mujer de que no debe mencionar la censura en sus cartas». Así
que cojo mi carta y empiezo: «Me han pedido que te informe de que
no debes mencionar la censura en tus cartas». Phoom, phoooo.
¡Devuelta! Así que escribo: «Me han pedido que informe a mi mujer
de que no debe mencionar la censura. ¿Cómo demonios voy a
hacerlo? Además, ¿por qué tengo que pedirle que no mencione la
censura? ¿Me esconden algo?». Es muy interesante que sea el
propio censor el que tenga que decirme que le diga a mi esposa que
no me diga que ella… Pero tenían una respuesta. Dijeron que sí, que
estaban preocupados por la posibilidad de que el correo fuera
interceptado en el camino desde Albuquerque y alguien descubriera
que había censura si miraban el correo, y que ella debía tener la
amabilidad de actuar de forma más natural. Así que la próxima vez
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 95 Preparado por Patricio Barros
que fui a Albuquerque hablé con ella y le dije: «Mira, no
mencionemos la censura», pero habíamos tenido tantos problemas
que al final tuvimos que elaborar un código, algo que era ilegal.
Establecimos un código; si yo ponía un punto al final de mi firma,
eso significaba que había vuelto a tener problemas, y ella pasaría al
siguiente de los movimientos que ella había planeado. Ella pasaba
allí todo el día sentada a causa de su enfermedad, y tenía tiempo
para pensar qué cosas podía hacer. La última cosa que hizo fue
enviarme un anuncio, para ella perfectamente legítimo, que decía:
«Envíe a su novio una carta-rompecabezas. Aquí están los espacios
en blanco. Nosotros le vendemos los espacios en blanco, usted tiene
que escribir la carta en ellos, trocearla, meterla en un sobre
pequeño y enviarla por correo». Así que con la carta recibí una nota
que decía: «No tenemos tiempo para juegos. Por favor, ¡diga a su
mujer que se limite a cartas normales!». Bien, estábamos listos para
la siguiente jugada. La carta empezaría: «Espero que te hayas
acordado de abrir esta carta con cuidado porque he incluido el
Pepto-Bismol para tu estómago, tal como quedamos». La carta
estaría llena de polvos. Esperábamos que la abrieran en la oficina y
el polvo se derramara por el piso; ellos se pondrían nerviosos porque
se suponía que no iban a revolver nada, tendrían que recoger todo
este Pepto-Bismol… Pero no hizo falta llegar a eso. ¿Comprenden?
Como resultado de todas estas experiencias con el censor, yo sabía
exactamente lo que podía pasar y lo que no podía pasar. Nadie más
sabía tanto como yo. Y así pude hacer algún dinero haciendo
apuestas. Un día descubrí que los hombres que todavía vivían fuera
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 96 Preparado por Patricio Barros
de la valla y querían entrar eran demasiado perezosos para dar un
rodeo hasta la puerta, así que habían abierto un agujero en la valla
a cierta distancia. Así que salí por la puerta de la valla, fui hasta el
agujero y entré, salí de nuevo, y así muchas veces, hasta que el
sargento que estaba en la puerta empezó a preguntarse ¿qué está
pasando, cómo es posible que este tipo esté siempre saliendo y
nunca entra? Y, por supuesto, su reacción natural fue llamar al
teniente y tratar de meterme en la cárcel por hacer esto. Yo les
expliqué que había un agujero. Ya ven, yo estaba tratando una vez
más de corregir las cosas, de señalar que había un agujero. Hice
una apuesta con alguien a que podría decir dónde estaba el agujero
de la valla, y enviarlo fuera por correo. Y efectivamente, lo hice. La
forma de hacerlo consistía en que yo escribía: «Tendrías que ver
cómo se administra este lugar»; ya ven, ese es el tipo de cosas que
se nos permitía decir. «Hay un agujero en la valla a 25 metros de tal
y cual lugar, es de tal y cual tamaño, así que se puede pasar por él».
¿Qué podían hacer ellos? No podían decirme que no había tal
agujero. Lo que quiero decir es que peor para ellos si existía el
agujero. Ellos son los que deberían arreglarlo. Así que conseguí que
eso pasara. También pasé una carta que contaba que uno de los
muchachos que trabajaba en uno de mis grupos había sido sacado
de la cama en plena noche e interrogado frente a unos focos por
algunos idiotas del ejército porque descubrieron algo sobre su padre
o algo parecido. No lo sé muy bien, se suponía que era un
comunista. Su nombre era Kamane13. Ahora es un hombre famoso.
13 Este es el nombre que aparece en el original. En realidad, se trata de John Kemeny (1926-1992), matemático y
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 97 Preparado por Patricio Barros
Bueno, había también otras cosas. Yo siempre estaba tratando de
arreglarlas, como lo de señalar los agujeros en la valla y todo eso,
pero siempre trataba de señalar estas cosas de una forma indirecta.
Y una de las cosas que yo quería señalar era esta: que desde el
principio teníamos secretos terriblemente importantes. Habíamos
calculado muchas cosas sobre el uranio, sobre cómo funcionaba, y
todo este material estaba en documentos que se guardaban en
archivadores de madera que tenían pequeños candados corrientes y
normales. Los armarios tenían también algunas piezas hechas en el
taller, como una barra que los recorría de arriba abajo y luego
estaba sujeta por un candado; pero al fin y al cabo era solo un
candado. Además, ni siquiera hacía falta abrir el candado para
hacerse con lo que había dentro, para sacar cosas de estos armarios
de madera; tan solo había que inclinarlos hacia atrás. Ya saben
ustedes que en el cajón inferior hay una varilla que supuestamente
lo sujetaba. Pero en la parte inferior hay un agujero, y uno puede
sacar los papeles desde abajo. Así que yo me acostumbré a abrir las
cerraduras y a señalar que eso era muy fácil de hacer. Cada vez que
teníamos una reunión de todo el grupo, y nos juntábamos todos, yo
me levantaba y decía que teníamos secretos importantes y que no
deberíamos guardarlos en esas cosas. Las cerraduras eran muy
malas. Necesitábamos candados mejores. Un día que estábamos
reunidos, Teller se levantó y me dijo: «Bien, yo no guardo mis
secretos más importantes en mi archivador; los guardo en el cajón
de mi mesa. ¿No es eso mejor?». Dije: «No lo sé, no he visto el cajón
filósofo de origen húngaro. Después de trabajar en el Proyecto Manhattan fue colaborador de Einstein; también es
conocido por ser coautor del lenguaje BASIC. (N. del t.)
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 98 Preparado por Patricio Barros
de tu mesa». Bueno, él estaba sentado en una de las primeras filas y
yo estaba sentado muy atrás. Así que la reunión continúa y yo salgo
furtivamente de la reunión y bajo a ver el cajón de su mesa.
¿Comprenden? Ni siquiera tenía que abrir la cerradura del cajón.
Resulta que si uno metía la mano por la parte trasera inferior, podía
sacar los papeles como en esos dispensadores de toallas de papel;
sale uno, luego otro, luego otro… Vacié por completo el condenado
cajón, saqué todo, lo aparté a un lado y luego subí al piso superior y
volví a entrar. La reunión había concluido y todo el mundo estaba
saliendo, así que yo me uno al grupo, ya saben, andando con ellos y
corro para alcanzar a Teller, y le digo: «Oh, a propósito, déjame ver
el cajón de tu mesa». Y dice: «Por supuesto», y entramos en su
despacho y me muestra la mesa, y yo la miro y digo que me parece
muy bien. Yo dije: «Veamos qué tienes ahí dentro». «Me encantaría
enseñártelo —dice, mientras introduce la llave y abre el cajón—, si
no lo hubieras visto ya por ti mismo». El problema de gastarle una
broma a una persona tan inteligente como Mr. Teller es que, en
cuanto ve que algo va mal, ¡el tiempo que necesita para comprender
lo que ha pasado exactamente es tan corto que apenas puedes
disfrutarlo!
Bien, tuve un montón de otras historias divertidas con cajas fuertes
pero esas ya no tienen nada que ver con Los Álamos, así que no
seguiré hablando de ello. Ahora quiero hablar de algunos otros
problemas con que me encontré y que son bastante interesantes.
Uno de ellos tenía que ver con la seguridad de la planta en Oak
Ridge. En Los Álamos se iba a construir la bomba, pero en Oak
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 99 Preparado por Patricio Barros
Ridge estaban tratando de separar los isótopos de uranio, el uranio
238 y el uranio 236, y el último, el uranio 235 que era el explosivo,
¿correcto? Así que justo empezaban a obtener cantidades
infinitesimales de algo experimental, de 235, pero al mismo tiempo
estaban practicando. Era una planta muy grande, iban a tener
tanques llenos del material, de sustancias químicas, y tenían que
tomar el material purificado y re purificarlo y tenerlo listo para el
paso siguiente. Había que purificarlo en varias etapas. Así que, por
una parte, estaban haciendo prácticas y, por otra, estaban
obteniendo experimentalmente una pequeña cantidad de una de las
piezas del aparato. Y estaban tratando de aprender a analizarlo, de
determinar cuánto uranio 235 había allí. Nosotros les enviábamos
instrucciones pero ellos nunca lo conseguían. Finalmente Segré14
dijo que lo único que se podía hacer era que él fuera allí para ver
qué es lo que estaban haciendo y para entender por qué el análisis
no funcionaba. Los militares dijeron que no, que nuestra política era
mantener toda la información de Los Álamos en un solo lugar, y que
la gente de Oak Ridge no debería saber nada del uso que se le iba a
dar; ellos solo sabían lo que estaban tratando de hacer. Quiero decir
que los jefes sabían que estaban separando uranio, pero no sabían
lo potente que era la bomba ni cómo funcionaba exactamente, ni
muchas otras cosas. La gente que estaba por debajo no tenía la más
mínima idea de lo que estaban haciendo. Y el ejército quería
mantenerlo así, sin intercambio de información; pero Segré insistió
en que eso era importante. Ellos nunca tenían éxito en los análisis,
14 Emilio Segré (1905-1989), ganador (con Owen Chamberlain) del Premio Nobel de Física en 1959 por el
descubrimiento del antiprotón. (N. del e.)
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 100 Preparado por Patricio Barros
todo se iba en humo. Así que Segré fue para ver qué estaban
haciendo y mientras andaba por allí vio que alguien llevaba una
garrafa llena de agua, agua verde; el agua verde es nitrato de
uranio. Él dice: « ¿Van a manejarlo igual cuando esté purificado?
¿Es eso lo que van a hacer?». Dijeron: «Por supuesto, ¿por qué no?».
«¿No explotará?», dice él. « ¡¿Hum?! ¿¡Explotar!?». Por eso el ejército
dijo: «Ven ustedes, ¡no deberíamos haber dejado que se filtrara
ninguna información!». Bien, resultó que los militares se habían
dado cuenta de cuánto material necesitábamos para hacer una
bomba, 20 kilogramos o lo que fuera, y se habían dado cuenta de
que nunca estaría todo ese material purificado junto en la planta,
así que pensaron que no había peligro. Pero lo que no sabían es que
los neutrones son mucho más efectivos cuando son frenados por el
agua; y que, por eso, en agua se necesita menos de una décima,
mejor dicho, menos de una centésima parte de material para dar
lugar a una reacción que genere radiactividad. No se produce una
gran explosión, pero se genera radiactividad que mata a las
personas que hay en las inmediaciones. Así que era muy peligroso y
ellos no habían prestado ninguna atención a la seguridad.
En vista de eso, Oppenheimer envía un telegrama para Segré:
«Recorre la planta entera, fíjate dónde se supone que se van a
concentrar las cosas, de acuerdo con el proceso que ellos han
diseñado. Mientras tanto nosotros calcularemos cuánto material
puede juntarse antes de que se produzca una explosión». Y así, dos
grupos se pusieron a trabajar en ello. El grupo de Christie trabajó
sobre disoluciones acuosas y yo, mejor dicho, mi grupo, trabajamos
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 101 Preparado por Patricio Barros
sobre polvo seco en cajas. Y calculamos cuánto material se
necesitaba. Christie iba a ir a Oak Ridge para contarles a todos cuál
era la situación. Así que yo le di con mucho gusto todos mis
números a Christie y le dije: aquí tienes todo, ve. Christie pilló una
pulmonía; tuve que ir yo. Nunca antes había viajado en avión; viajé
en un avión. Ataron los secretos con una especie de cinturón, ¡en mi
espalda! En aquellos días el avión era como un autobús. Tenía
varias paradas, con la diferencia de que las estaciones estaban muy
separadas. Te paras para esperar. Hay un tipo de pie, cerca de mí,
agitando una cadena y diciendo algo como: «Debe ser terriblemente
difícil volar en avión estos días sin tener una prioridad». No pude
resistir. Le dije: «No lo sé, yo tengo una prioridad». Un poco más
tarde embarcan algunos generales y tienen que sacar a algunos de
nosotros, los que tienen un número 3. Muy bien, yo tengo un
número 2. El pasajero probablemente escribió a su congresista, si
es que él mismo no era un congresista, diciendo, ¿qué hacen
enviando a estos niños con altas prioridades en medio de una
guerra? En todo caso, llegué allí. Lo primero que hice fue pedir que
me llevaran a la planta y no dije nada; simplemente lo miraba todo.
Descubrí que la situación era incluso peor de lo que había
informado Segré, porque él pasó algunas cosas por alto cuando fue
allí por primera vez. Él había advertido algunas cajas amontonadas
pero no había advertido otro gran montón de cajas que había en
otra habitación, y estaban pared con pared. Y cosas así. Y si se
junta mucho material, todo se va por los aires. Me recorrí toda la
planta; tengo una memoria muy mala pero cuando trabajo
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 102 Preparado por Patricio Barros
intensamente tengo una buena memoria a corto plazo y así pude
recordar todo tipo de cosas absurdas como el edificio noventa-y-dos-
cero-siete, los números de tanques, esto y aquello, y así
sucesivamente. Aquella noche volví a casa y lo repasé todo viendo
dónde estaban todos los peligros y lo que habría que hacer para
prevenirlos. Es bastante fácil: se pone cadmio en disolución para
absorber los neutrones que hay en el agua, se separan las cajas de
modo que no haya grandes concentraciones, que no haya
demasiado uranio junto y así sucesivamente, siguiendo ciertas
reglas. Y así utilicé todos los ejemplos, desarrollé todos los ejemplos
y calculé cómo funcionaba el proceso de congelación. Yo tenía la
impresión de que no se podría hacer la planta segura a menos que
ellos supieran cómo funcionaba. Para el día siguiente estaba
prevista una gran reunión.
¡Ah!, olvidé decir que, antes de partir, Oppenheimer me dijo:
«Cuando vayas a Oak Ridge tienes que saber cuáles son las
personas técnicamente capaces allí: Mr. Julian Web, Mr. Tal y Tal, y
así sucesivamente. Quiero que te asegures de que estas personas
están en la reunión, que les digas cómo están las cosas, ya sabes,
cuáles son los problemas de seguridad, que lo entiendan realmente:
ellos son los responsables». Dije: « ¿Y qué pasa si ellos no están en
la reunión, qué se supone que tengo que hacer?». Él dijo: «Entonces
tú debes decir: Los Álamos no puede hacerse responsable de la
seguridad de la planta de Oak Ridge a menos que…». Yo dije:
«¿Quiere decir que yo, Ricardito, vaya allí y diga…?». Él dice: «Sí,
Ricardito, vas y haces eso». ¡Realmente yo crecía rápido! Acudí al día
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 103 Preparado por Patricio Barros
siguiente a la reunión y, por supuesto, allí estaban todas estas
personas, los grandes jefes y los técnicos de la compañía a los que
yo quería encontrar, y los generales y demás, que estaban
interesados en los problemas, organizándolo todo. Era una reunión
importante para tratar este grave problema de la seguridad, porque
la planta nunca iba a funcionar. Hubiera explotado, les juro que
hubiera explotado si nadie le hubiera prestado atención. Había un
teniente que se ocupaba de mí. Me dijo que el coronel había dicho
que yo no debería contarles cómo funcionaban los neutrones y
todos esos detalles porque querían mantener las cosas separadas.
Solo tenía que decirles lo que había que hacer para mantener la
seguridad. Yo dije que, en mi opinión, era imposible que
obedecieran un montón de reglas si ellos no entendían el
funcionamiento. Por eso, mi opinión es que solo va a funcionar si se
lo explico, y ¡Los Álamos no puede hacerse responsable de la
seguridad de la planta de Oak Ridge a menos que ellos tengan una
información completa del funcionamiento! El efecto fue sensacional.
Él fue a ver al coronel. «Deme solo cinco minutos», dice el coronel.
Va hacia la ventana y se queda pensando, y en eso ellos son muy
buenos. Son buenos tomando decisiones. Para mí era realmente
notable que el problema acerca de si debía o no darse información
sobre el funcionamiento de la bomba en la planta de Oak Ridge
tuviera que decidirse, y pudiera decidirse, en cinco minutos. Por eso
yo tengo mucho respeto por estos tipos, los militares, porque yo no
puedo decidir nunca nada importante por mucho tiempo que me
tome.
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 104 Preparado por Patricio Barros
Así que, en menos de cinco minutos, él dice: «Muy bien, Mr.
Feynman, siga adelante». Entonces me senté y les hablé de los
neutrones, de cómo funcionan, da, da, ta ta ta, hay demasiados
neutrones juntos, ustedes tendrán que mantener el material
apartado, el cadmio absorbe, y los neutrones lentos son más
eficaces que los neutrones rápidos, y yak yak; todas las cosas que
eran el catón en Los Álamos, pero de las que ellos nunca habían
oído hablar, así que me tomaron por un gran genio. ¡Yo era un dios
venido del cielo! Estaban todos estos fenómenos que no se
entendían y de los que nunca habían oído hablar antes, y yo lo
sabía todo sobre ello, pude ofrecerles hechos y números y todo lo
demás. Así pasé de ser un principiante allí en Los Álamos a ser un
supergenio aquí. Bien, el resultado fue que decidieron hacer grupos
pequeños y realizar sus propios cálculos para aprender a hacerlo
bien. Empezaron a rediseñar plantas. Allí estaban los diseñadores
de las plantas, los arquitectos, los ingenieros y los ingenieros
químicos de la nueva planta que iban a tratar el material separado.
Había más personas. Volví allí otra vez. Me habían dicho que iban a
rediseñar la planta para la separación y que regresara en unos
meses.
Así que volví unos meses después, algo más de un mes; los
ingenieros de la Compañía Stone and Webster habían acabado el
diseño de la planta y ahora me tocaba a mí examinarlo.
¿Comprenden? ¿Cómo examinas una planta que todavía no está
construida? Yo no lo sé. Así que entro en una habitación con estos
colegas. Siempre había un teniente Zutano que venía conmigo,
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 105 Preparado por Patricio Barros
cuidando de mí, ya saben; yo tenía que tener un escolta en
cualquier lugar. Así que viene conmigo, me introduce en esta
habitación y ahí están estos dos ingenieros y una mesa larguísima,
una mesa enorme, tremenda, cubierta con un plano tan grande
como la mesa; no un plano, sino una pila de planos. Yo había hecho
dibujo técnico cuando estaba en el instituto, pero no era muy bueno
interpretando planos. Empiezan a explicármelos pensando que yo
era un genio. «Mr. Feynman, nos gustaría que entienda cómo está
diseñada la planta, ya sabe usted que una de las cosas que
teníamos que evitar era la acumulación de material». Hay que
resolver problemas del tipo siguiente: hay un evaporador en
funcionamiento donde se trata de acumular el material; si la válvula
se atasca o algo parecido y se acumula demasiado material,
explotará. Así que me explican que esta planta está diseñada de
modo que no haya solo una válvula y así, si una de las válvulas se
atasca no pasa nada. Hace falta que haya al menos dos válvulas en
cada lugar. Me explican cómo funciona. El tetra cloruro de carbono
entra por aquí, el nitrato de uranio pasa de aquí allá, sube y baja,
atraviesa el piso, sube por las tuberías, sube desde el segundo piso,
bluuuuuuurp, desde los planos, baja, sube, baja, sube, hablando y
explicando la complicadísima planta química a toda velocidad. Yo
estoy completamente aturdido; peor aún, ¡no sé lo que significan los
símbolos del plano! Hay una especie de cosa que al principio pienso
que es una ventana. Es un cuadrado con una cruz en el medio, y
aparece en cualquier maldito lugar. Líneas con este maldito
cuadrado. Yo pienso que es una ventana; pero no, no puede ser una
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 106 Preparado por Patricio Barros
ventana porque no está siempre en el borde. Tengo ganas de
preguntarles qué es. Ustedes ya deben haberse encontrado en una
situación parecida: no preguntaron inmediatamente, como hubiera
sido lo correcto. Pero ellos habían estado hablando demasiado
tiempo. Yo había dudado demasiado. Si les preguntas ahora, dirán:
¿por qué me has hecho perder todo este tiempo? Yo no sé qué
hacer. Reflexiono, a veces he tenido suerte. Ustedes no van a creer
esta historia, pero les juro que es absolutamente cierta; ¡no se
puede tener más suerte! Yo pensaba ¿qué voy a hacer, qué voy a
hacer? Tuve una idea. ¿No será una válvula? Por eso, para averiguar
si es o no una válvula pongo un dedo en uno de los planos en la
página número 3, abajo, y digo: «¿Qué sucede si esta válvula se
atasca?», imaginando que ellos van a decir: «Eso no es una válvula,
señor, es una ventana». Pero uno mira al otro y dice: «Bien, si esa
válvula se atasca», y suben y bajan por el plano, suben y bajan, el
otro tipo sube y baja, de aquí para allá, y ambos se miran uno a
otro y se dirigen hacia mí con la boca abierta: «Usted está
absolutamente en lo cierto, señor». Así que enrollan los planos y se
van, y nosotros salimos detrás. Y el teniente Zutano, que había
estado siguiéndome todo el rato, dijo: «Usted es un genio. Ya pensé
que usted era un genio cuando después de recorrer la planta una
vez podía hablar a la mañana siguiente del evaporador C-21 en el
edificio 90-207, pero lo que usted acaba de hacer es fantástico,
¿cómo puede hacer algo así?». Yo le dije: «Hay que tratar de
averiguar si es o no una válvula». Otro tipo de problema en el que
trabajé era el siguiente. Teníamos que hacer montones de cálculos y
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 107 Preparado por Patricio Barros
los hacíamos en máquinas calculadoras Marchant. Dicho sea de
paso, y solo para darles una idea de cómo era Los Álamos, teníamos
estas computadoras Marchant. No sé si ustedes saben cómo son:
son calculadoras manuales en las que hay teclas con números; uno
pulsa las teclas y la calculadora multiplica, divide, suma y todo eso.
No con la facilidad con que lo hacen ahora, sino con dificultad; eran
artilugios mecánicos. Y había que enviarlas a la fábrica cuando
necesitaban ser reparadas. No teníamos a nadie preparado para
hacerlo, que es lo habitual, y por eso siempre había que enviarlas a
la fábrica. Muy pronto empezamos a quedarnos sin máquinas. Así
que yo y otros colegas empezamos a quitar las cubiertas. Se suponía
que no debíamos hacerlo, porque las instrucciones decían: «Si
ustedes quitan las cubiertas, nosotros no nos hacemos
responsables…». Así que quitamos las cubiertas y sacamos una
buena serie de lecciones. Cuando quitamos la primera cubierta
vimos que había un eje con un agujero y un muelle que colgaba, y
era obvio que el muelle debía entrar en el agujero: eso era fácil. En
cualquier caso, sacamos una serie de lecciones sobre la forma de
repararlas y cada vez nos hacíamos más expertos y nos atrevíamos
con reparaciones cada vez más complicadas. Cuando nos
encontrábamos con algo demasiado complicado enviábamos la
máquina a la fábrica, pero nosotros hacíamos las reparaciones
fáciles y manteníamos las cosas funcionando. Yo también reparé
algunas máquinas de escribir. Acabé reparando todas las
computadoras; los demás me lo dejaban a mí. Reparé algunas
máquinas de escribir, pero había un tipo en el taller de máquinas
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 108 Preparado por Patricio Barros
que era mejor que yo en eso y él se ocupó de las máquinas de
escribir; yo me ocupé de las máquinas de sumar. El problema más
importante que nos planteamos era averiguar qué es lo que sucedía
exactamente durante la explosión de la bomba, cuando se comprime
el material mediante una explosión y luego se libera. Había que
saber qué sucede exactamente, para poder calcular exactamente
cuánta energía se liberaba, y eso requería mucha más capacidad de
cálculo de la que disponíamos. Y un colega muy inteligente llamado
Stanley Frankle se dio cuenta de que eso podía hacerse en
máquinas IBM. La compañía IBM disponía de máquinas para fines
comerciales, máquinas de sumar, denominadas tabuladoras, y un
multiplicador, tan solo una máquina, una caja grande: uno
introducía tarjetas perforadas y la máquina tomaba dos números de
una tarjeta, los multiplicaba y los imprimía en otra tarjeta. Y luego
había compiladoras y clasificadoras y todo eso. Con todo eso, él ideó
un bonito programa. Si pudiéramos tener muchas de estas
máquinas en una habitación, podríamos tomar las tarjetas y hacer
un ciclo de operaciones con ellas; cualquiera que haga cálculos
numéricos sabe ahora exactamente de lo que estoy hablando, pero
entonces esto era algo nuevo: producción en serie con máquinas.
Habíamos hecho cosas así en máquinas de sumar. Normalmente
uno procede paso a paso, y lo hace todo uno mismo. Pero esto era
diferente: primero se va al sumador, luego vamos al multiplicador,
luego se vuelve al sumador y así sucesivamente. Así que él diseñó
este método y encargó una máquina de la compañía IBM, porque
comprendimos que era una buena manera de resolver nuestros
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 109 Preparado por Patricio Barros
problemas. Descubrimos que había alguien en el ejército que tenía
formación en IBM. Necesitábamos un hombre para repararlas, para
mantenerlas en marcha y todo eso. Nos iban a enviar a este tipo,
pero se retrasaba, siempre se retrasaba. Ahora bien, nosotros
siempre teníamos prisa. Tengo que explicarlo: todo lo que hacíamos,
tratábamos de hacerlo lo más rápidamente posible. En este caso
concreto, desarrollamos todos los pasos numéricos que se suponía
que había que hacer, que se suponía que iban a hacer las
máquinas: multiplicar esto, y luego hacer eso otro y restar lo de más
allá. Desarrollamos el programa, pero no teníamos ninguna
máquina para probarlo. De modo que lo que hicimos fue llenar una
habitación con chicas, cada una de ellas con una Marchant. Pero
ella era el multiplicador y ella era el sumador, y esta elevaba al
cubo; teníamos tarjetas, tarjetas con índices y todo lo que ella hacía
era elevar al cubo un número y pasárselo a la siguiente. Esta hacía
de multiplicador, la siguiente hacía de sumador; recorríamos el
ciclo, eliminábamos todos los errores. Bien, así lo hicimos. Y resultó
que podíamos hacerlo a gran velocidad. Nunca antes habíamos
hecho cálculo en serie; cualquiera que hubiera hecho cálculos antes
alguna vez había realizado todos los pasos por sí mismo. Pero Ford
tuvo una buena idea, la maldita cosa trabajaba mucho más
rápidamente que de la otra forma, y con este sistema llegamos a
alcanzar una velocidad igual a la predicha para la máquina IBM:
exactamente la misma. La única diferencia es que las máquinas
IBM no se cansaban y podían trabajar tres turnos. Pero las chicas
se cansaban al cabo de un rato. En cualquier caso, este proceso nos
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 110 Preparado por Patricio Barros
sirvió para corregir los errores. Finalmente llegaron las máquinas,
pero no el hombre que tenía que repararlas. Así que nosotros las
montamos. Estas computadoras eran unas de las máquinas con
una tecnología más complicada de aquellos días, grandes
mamotretos que venían parcialmente desmontados, junto con
montones de cables y planos de lo que había que hacer. Las
montamos Stan Frankle y yo con otro colega, aunque tuvimos
nuestros problemas. El problema mayor era que continuamente
venían los grandes jefes y decían que íbamos a romper algo. Las
montamos y a veces funcionaban y a veces estaban mal
ensambladas y no funcionaban. Y así nos las apañamos y las
hicimos funcionar, aunque no conseguimos que todas funcionasen.
Una vez que estaba yo trabajando con un multiplicador, vi una
pieza doblada dentro y tuve miedo de enderezarla porque podría
romperse. Siempre nos estaban diciendo que íbamos a romperlas y
dejarlas irreparables. Hasta que finalmente llegó el hombre de la
compañía IBM, tal como estaba previsto. Vino y reparó lo que
nosotros todavía no teníamos listo, y así pudimos poner en marcha
el programa. Pero él tuvo problemas con la misma máquina con la
que yo los había tenido. Al cabo de tres días, él todavía estaba
tratando de arreglarla. Fui y le dije: «Oh, yo noté que esto estaba
doblado». Y él dijo: « ¡Claro, eso es todo lo que le pasa!». (Chasquido).
Todo estaba bien. De modo que era eso.
Bien, Mr. Frankle puso en marcha este programa pero cogió una
enfermedad, la enfermedad del computador, algo que ahora conoce
todo el que haya trabajado con computadores. Es una enfermedad
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 111 Preparado por Patricio Barros
muy grave e interfiere completamente en el trabajo. Era un
problema serio que tratábamos de resolver. La enfermedad con los
computadores es que tú juegas con ellos. Son maravillosos. Tienes
estos conmutadores que determinan, si es un número par haces
esto, si es impar haces aquello; y si eres suficientemente listo, muy
pronto puedes hacer cosas cada vez más complicadas en una
máquina. Pero al cabo de un tiempo, todo el sistema se vino abajo.
Resulta que él no estaba prestando ninguna atención; no estaba
supervisando a nadie. El sistema iba muy, muy lentamente. El
auténtico problema consistía en que él estaba sentado en una
habitación imaginando la forma de hacer que un tabulador
imprimiese automáticamente arco-tangente de x, y luego empezase
a imprimir columnas y luego bitsi, bitsi, bitsi y calcularía el arco-
tangente automáticamente integrando sobre la marcha y haciendo
una tabla entera en una misma operación. Eso era absolutamente
inútil. Teníamos tablas de arcos-tangentes. Pero si ustedes han
trabajado alguna vez con computadores comprenderán la
enfermedad: es el placer de ver todo lo que uno puede hacer. Pero él
fue el primero que pilló la enfermedad; el pobre colega que inventó
la cosa fue el que pilló la enfermedad.
Así que me pidieron que dejase de trabajar en lo que yo estaba
haciendo con mi grupo y asumiese la dirección del grupo de IBM.
Advertí la enfermedad y traté de evitarla. Y aunque resolvían tres
problemas en nueve meses, mi grupo era muy bueno. El primer
problema era que nadie les había dicho nada; los habían
seleccionado por todo el país para algo llamado Destacamento de
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 112 Preparado por Patricio Barros
Ingenieros Especiales. Había muchachos muy inteligentes
procedentes de los institutos que tenían una gran capacidad para la
ingeniería, y el ejército los reunió en el Destacamento de Ingenieros
Especiales. Los enviaron a Los Álamos. Los alojaron en barracones y
no les contaron nada. Luego les pusieron a trabajar, y lo que tenían
que hacer era trabajar con máquinas IBM, perforando agujeros,
números que ellos no entendían: nadie les dijo de qué se trataba. La
cosa iba muy lenta. Yo dije: lo primero que hay que hacer es que los
técnicos sepan lo que estamos haciendo. Oppenheimer habló con el
personal de seguridad y obtuvo un permiso especial. Así que yo di
una bonita conferencia en la que les conté lo que estábamos
haciendo, y todos ellos quedaron entusiasmados. Estamos luchando
en la guerra. Vemos lo que es eso. Ellos sabían lo que significaban
los números. Si la presión aumentaba mucho, eso significaba que
había más energía liberada y así sucesivamente. Ellos sabían lo que
estaban haciendo. ¡Fue una transformación completa! Ellos
empezaron a idear formas de hacerlo mejor. Mejoraron el esquema.
Trabajaban por la noche. No necesitaban supervisión por la noche.
No necesitaban nada. Lo entendían todo. Idearon varios de los
programas que utilizamos y así sucesivamente. De modo que mis
muchachos realmente cumplieron, y todo lo que hubo que hacer era
decirles de qué se trataba, eso es todo. Es simple: si no les cuentas
nada, tan solo están perforando agujeros. Como resultado, si antes
les había llevado nueve meses resolver tres problemas, ahora
resolvíamos nueve problemas en tres meses, que es casi diez veces
más rápido. Una de las formas secretas en que trabajábamos con
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 113 Preparado por Patricio Barros
nuestros problemas era la siguiente: los problemas se traducían en
un mazo de fichas que debían recorrer un ciclo. Primero sumar,
luego multiplicar, y así iban recorriendo las máquinas de la
habitación, dando lentamente una y otra vuelta. Descubrimos un
método que consistía en tomar un conjunto de fichas de un color
diferente y hacerle seguir otro ciclo, pero desfasado respecto al
anterior. Trabajaríamos en dos o tres problemas a la vez. Como ven,
era un problema diferente. Mientras en un problema se estaba
sumando, en otro se estaba multiplicando. Y con tales esquemas de
gestión, resolvimos muchos más problemas.
Finalmente, casi al final de la guerra, muy poco antes de que
acabara tuvimos que hacer un ensayo en Alamogordo, y la pregunta
era, ¿cuánta energía se liberará? Habíamos estado calculando la
liberación de energía para diferentes diseños, pero no habíamos
hecho cálculos con el diseño concreto que finalmente se utilizó. Así
que Bob Christie vino y dijo: «Quisiéramos tener los resultados de
cómo va a funcionar esto en un mes, o en un periodo muy corto, no
sé cuánto, menos que eso, tres semanas». Yo dije: «Es imposible». Él
dijo: «Mira, tú estás resolviendo tantos problemas a la semana. Se
necesitan solo dos semanas por problema, o tres semanas por
problema». Yo dije: «Ya lo sé, pero se necesita mucho más tiempo
para resolver el problema; lo que pasa es que los estamos
resolviendo en paralelo. Para cada uno se necesita mucho tiempo y
no hay forma de hacer que vaya más rápido». Y él se fue. Me puse a
pensar: ¿hay alguna forma de hacerlo más rápido? Quizá si no
hiciéramos ninguna otra cosa con la máquina, y no hubiese nada
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 114 Preparado por Patricio Barros
que interfiriera. Me puse a pensar. Escribí en la pizarra un reto para
los muchachos: ¿PODEMOS HACERLO? Todos ellos respondieron:
sí, trabajaremos doble turno, trabajaremos tiempo extra, y todo eso,
vamos a intentarlo. ¡Vamos a intentarlo! Así que la regla era: ¡fuera
cualquier otro problema! Hay que coger solo un problema y
concentrarse en ello. De modo que empezaron a trabajar.
Mi mujer murió en Albuquerque y tuve que ir allí. Le pedí prestado
el automóvil a Fuchs15, que era un amigo de la residencia. Él tenía
un automóvil. Lo estaba utilizando para llevarse secretos, ya saben,
a Santa Fe. Él era el espía; yo no lo sabía. Tomé prestado su
automóvil para ir a Albuquerque. Al condenado cacharro se le
pincharon tres ruedas por el camino. Cuando regresé quise entrar
en la habitación, porque se suponía que yo lo estaba supervisando
todo, pero no pude hacerlo durante tres días. Había un buen
desorden, una gran agitación por obtener la respuesta para el
ensayo que iba a hacerse en el desierto. Entro en la habitación y veo
que hay tarjetas de tres colores diferentes. Hay tarjetas blancas,
tarjetas azules, tarjetas amarillas y empiezo a decir: «Bien, se
suponía que no ibais a trabajar en más de un problema, ¡solo un
problema!». Ellos dijeron: «Sal de aquí, sal, sal. Ya te lo explicaremos
todo». De modo que esperé, y lo que sucedía era lo siguiente. A veces
la máquina cometía un error o ellos introducían un número
equivocado; eso solía pasar. Lo que hacíamos en estos casos era
15 Klaus Fuchs (1911-1988), físico de origen alemán nacionalizado británico. Terminado el Proyecto Manhattan
regresó a Gran Bretaña, donde fue director de la división teórica en Harwell. En 1950 fue detenido y confesó haber
pasado información a agentes soviéticos. Condenado a catorce años de cárcel, fue liberado en 1960. Tras su
liberación, el gobierno de la Alemania Oriental le ofreció una cátedra en Leipzig, donde vivió hasta su muerte. (N.
del t.)
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 115 Preparado por Patricio Barros
retroceder y hacerlo de nuevo. Pero ellos habían advertido que el
mazo representaba posiciones y profundidad en la máquina, en el
espacio o algo. Un error cometido aquí, en un ciclo, solo afecta a los
números cercanos; en el ciclo siguiente afecta a más números, y así
sucesivamente. El error se propaga a través del paquete de tarjetas.
Si uno tiene cincuenta fichas y comete un error en la ficha número
39, esto afecta a la 37, la 38 y la 39. En el ciclo siguiente afecta a
las fichas 36, 37, 38, 39 y 40. En los ciclos siguientes se extiende
como una epidemia. Así que si ellos encontraban un error, volvían
atrás. Pero tuvieron una idea. Computarían solo un pequeño mazo
de diez cartas en torno al error. Y puesto que diez cartas podrían
pasar por la máquina con más rapidez que el mazo de cincuenta
cartas, el cálculo con este otro mazo sería muy rápido, mientras la
epidemia se extendía por las cincuenta cartas. Pero como el otro
cálculo era más rápido, podrían cancelarlo y corregirlo todo.
¿Comprenden? Muy inteligente. Así es como trabajaban estos
muchachos, con intensidad y mucha inteligencia, para ganar
velocidad. No había otra forma. Si hubieran parado el proceso para
tratar de corregirlo, habríamos perdido tiempo; y no podíamos
perderlo. Eso era lo que estaban haciendo. Por supuesto, ya se
habrán imaginado ustedes lo que sucedió mientras lo estaban
haciendo. Encontraron un error en el mazo azul. Y por eso tenían
un mazo amarillo con algunas cartas menos y dando vueltas más
rápidamente que el mazo azul, ya saben. Andaban como locos,
porque una vez que lo habían resuelto tenían que corregir el mazo
blanco, quitar las otras cartas, reemplazarlas por las correctas y
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 116 Preparado por Patricio Barros
continuar, y esto es bastante confuso; ya saben ustedes cómo son
siempre estas cosas. Nadie quiere cometer un error. Y precisamente
cuando tenían estos tres mazos en marcha, y estaban tratando de
filtrarlo todo, entró el JEFE. «Déjanos solos», dijeron, de modo que
les dejé solos y todo salió bien; resolvimos el problema a tiempo y
así es como se hizo.
Me gustaría decirles unas pocas palabras sobre algunas de las
personas que conocí. Al principio yo era un subordinado. Llegué a
ser un jefe de grupo, pero en Los Álamos conocí a algunos hombres
extraordinarios, aparte de los hombres del comité de evaluación.
Hubo tantos que haber conocido a todos estos físicos maravillosos
es una de las mayores experiencias de mi vida. Hombres de los que
yo había oído hablar, unos más y otros menos importantes, pero los
más grandes estaban también allí. Por supuesto, estaba Fermi16.
Vino en alguna ocasión. La primera vez venía de Chicago para
aconsejarnos y para ayudarnos si teníamos algún problema.
Tuvimos una reunión con él. Yo había estado haciendo algunos
cálculos y había obtenido algunos resultados. Los cálculos eran tan
complicados que resultaban muy difíciles de entender.
Normalmente, yo era el experto en esto; siempre podía decir cuál iba
a ser la respuesta aproximada, o podía explicar por qué era así una
vez obtenida. Pero esta vez se trataba de algo tan complicado que yo
no podía explicar por qué era así. Así que le dije a Fermi que estaba
trabajando en este problema y empecé a hacer cálculos. Él dijo:
16 Enrico Fermi (1901-1954). Ganador del Premio Nobel de Física en 1938 por demostrar la existencia de nuevas
sustancias radiactivas producidas por irradiación con neutrones y trabajos relacionados. Fermi fue también director
del equipo que hizo posible la primera reacción nuclear controlada en la Universidad de Chicago en diciembre de
1942. (N. del e.)
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 117 Preparado por Patricio Barros
«Espera, déjame pensar antes de que me digas el resultado. Tiene
que salir algo parecido a esto —tenía razón—, y tiene que ser así por
esto y lo otro. Hay una explicación perfectamente obvia…». Así que
él estaba haciendo aquello en que se suponía que yo era bueno,
pero él lo hacía diez veces mejor. Fue toda una lección para mí.
También estaba Von Neumann, el gran matemático. Sugirió algunas
observaciones técnicas muy inteligentes; no quiero entrar aquí en
detalles. Ocurrían fenómenos muy interesantes con la computación
de los números. Parecía que el problema fuera inestable y él explicó
por qué y todo eso. Fue un consejo técnico muy bueno. Los
domingos y festivos solíamos hacer excursiones para descansar.
Caminábamos por los cañones de las proximidades y solíamos ir
con Bethe, Von Neumann y Bacher17. Era un gran placer. Y Von
Neumann me dio una idea muy interesante: uno no tiene por qué
ser responsable del mundo en el que vive. Así que yo he
desarrollado un sentido muy fuerte de irresponsabilidad social como
resultado del consejo de Von Neumann. Eso me ha hecho un
hombre muy feliz desde entonces. Pero ¡fue Von Neumann quien
puso la semilla de la que creció mi irresponsabilidad activa!
También conocí a Niels Bohr18. Eso fue interesante. Viajaba con el
nombre de Nicholas Baker y vino con Jim Baker, su hijo, cuyo
verdadero nombre es Aage19. Procedían de Dinamarca y vinieron de
17 Robert Bacher (n. 1905). Aunque empezó trabajando en el proyecto del radar, a partir de 1943 formó parte del
Proyecto Manhattan. Tras la guerra se trasladó a Caltech, donde fue sucesivamente director de la sección de física, vicepresidente y primer rector. (N. del t.) 18 Niels Bohr (1885-1962), ganador del Premio Nobel de Física en 1922 por su trabajo sobre la estructura de los
átomos y de la radiación que emana de ellos. (N. del e.) 19 Aage Bohr (n. 1922), ganador (con Ben Mottelson y James Rainwater) del Premio Nobel de Física en 1975 por su
teoría de la estructura del núcleo atómico. (N. del e.)
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 118 Preparado por Patricio Barros
visita; eran físicos muy famosos, como todos ustedes saben. Incluso
para los grandes popes, él era un gran dios. Él hablaba y todos le
escuchaban. Estábamos en una reunión y todo el mundo quería ver
al gran Bohr. Había un montón de personas, yo estaba atrás en un
rincón, para hablar y discutir los problemas de la bomba. Eso fue la
primera vez. Vino y se fue, y desde mi rincón solo pude verle entre
las cabezas de los demás. Estaba prevista una nueva visita. La
misma mañana en que estaba prevista su llegada recibí una
llamada telefónica. «Hola, ¿es usted Feynman?». «Sí». «Soy Jim
Baker»; era su hijo. «Mi padre y yo quisiéramos hablar con usted». «
¿Conmigo? Yo soy Feynman, solo soy…» «Muy bien. De acuerdo». Así
que a las ocho en punto de la mañana, antes de que nadie se
hubiera levantado, acudí a la cita. Entramos en un despacho en el
área técnica y me dice: «Hemos estado reflexionando sobre la forma
de hacer la bomba más eficaz y hemos pensado en lo siguiente».
Dije: «No, eso no va a funcionar, no es eficiente, blah, blah, blah». Él
dice: «¿Y qué tal esto otro?». Yo dije: «Eso suena un poco mejor, pero
sigue siendo una idea rematadamente loca». Siempre he sido torpe
en una cosa, nunca he sabido con quién estaba hablando. Solo me
preocupaba la física: si la idea parecía pésima, yo decía que parecía
pésima; si parecía buena, yo decía que parecía buena. Una simple
proposición, yo siempre he vivido así. Está bien, es agradable, si
uno puede hacerlo. Tengo suerte de poder hacerlo, la misma suerte
que tuve con el plano. Y así seguimos durante dos horas de idas y
venidas con un montón de ideas, discutiéndolas y
desmenuzándolas. El gran Niels siempre estaba encendiendo su
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 119 Preparado por Patricio Barros
pipa; se le apagaba continuamente. Y hablaba de una forma
incomprensible. Farfullaba «humm… humm», era difícil de entender,
pero a su hijo podía entenderle mejor. Finalmente dijo: «Bien —
encendiendo su pipa—. Creo que podemos llamar ahora a los
grandes jefes». Así que llamaron a todos los demás y tuvieron una
discusión con ellos. El hijo me contó lo que había sucedido: tras la
visita anterior su padre le había dicho: «¿Recuerdas el nombre del
colega que estaba al fondo? Es el único tipo que no me tiene miedo,
así que hablaremos con él cuando se me ocurra una idea loca. La
próxima vez que queramos discutir ideas, no vamos a poder hacerlo
con estos tipos que dicen a todo sí, sí, doctor Bohr. Llamemos
primero a ese tipo, hablaremos primero con él».
Una vez que hicimos los cálculos, el siguiente paso era, por
supuesto, la prueba. Teníamos que hacer la prueba. En esa época
yo estaba en casa con unas cortas vacaciones, por la muerte de mi
mujer, y recibí un mensaje de Los Álamos que decía: «Se espera el
nacimiento del bebé para tal día». Así que volví rápidamente, y
llegué al lugar justo cuando estaban partiendo los autobuses; ni
siquiera pude ir a mi habitación. En Alamogordo esperamos a cierta
distancia; estábamos a 30 kilómetros. Teníamos una radio por la
que se suponía que iban a avisarnos cuando estallara la bomba y
todo eso. La radio no funcionaba, y nunca supimos qué estaba
sucediendo. Pero solo unos minutos antes del momento inicialmente
previsto para la explosión, la radio empezó a funcionar y nos dijeron
que faltaban veinte segundos o algo parecido. A las personas que
estábamos muy lejos —otros estaban más cerca, a 10 kilómetros—
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 120 Preparado por Patricio Barros
nos dieron gafas oscuras para que pudiéramos observar. ¡Gafas
oscuras! A 30 kilómetros de la maldita cosa te dan gafas oscuras.
¡No puedes ver nada con gafas oscuras! Entonces yo pensé que lo
único que realmente podía hacer daño a los ojos es la luz
ultravioleta; la luz simplemente brillante no daña los ojos. De modo
que me puse detrás del parabrisas de un camión, de modo que la
luz ultravioleta no pudiera atravesar el cristal, y así estaría a salvo y
podría ver la maldita cosa. Otras personas no llegarían a ver nunca
la maldita cosa. Muy bien. Llega el momento y se produce este
tremendo destello, tan brillante que vi rápidamente una mancha
púrpura en el suelo del camión. Yo dije: «Eso no es. Es una imagen
posterior». Así que miro de nuevo y veo una luz blanca que se
transforma en amarilla y luego en naranja. Se forman nubes y luego
se deshacen, la compresión y la expansión provocan que se formen
nubes y las hacen desaparecer. Finalmente se formó una gran bola
naranja, con un centro muy brillante, una bola naranja que empezó
a ascender y a hincharse, y a oscurecerse por los bordes; y luego
ves que es una gran bola de humo con destellos de fuego en su
interior por el calor que desprende. Yo vi todo lo que acabo de
describir; duró un minuto. Fue una sucesión de resplandores y
oscuridades, y yo lo vi. Soy prácticamente el único que realmente
miró la maldita cosa, el primer test de Trinidad. Todos los demás
llevaban gafas oscuras. Los que estaban a 10 kilómetros no
pudieron verlo porque les dijeron que se tirasen al suelo con los ojos
tapados, de modo que nadie lo vio. Los que estaban donde yo estaba
llevaban todos gafas oscuras. Yo soy el único que lo vio a simple
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 121 Preparado por Patricio Barros
vista. Finalmente, al cabo de un minuto y medio, se produjo
repentinamente un ruido tremendo, ¡bang!, y luego un estruendo,
como un trueno, y eso es lo que me convenció. Nadie había dicho
una palabra durante todo ese minuto, todos estábamos observando
inmóviles, pero este sonido liberó a todo el mundo, y me liberó a mí
en especial porque la solidez del sonido a esa distancia significaba
que realmente había funcionado. Cuando se apagó el sonido, un
hombre que estaba de pie junto a mí dijo: « ¿Qué ha sido eso?»; yo
dije: «Eso era la bomba». El hombre era William Laurence, un
enviado de The New York Times. Iba a escribir un artículo en el que
describiría toda la situación. Se suponía que yo debía guiarle, pero
resultó que todo era demasiado técnico para él.
Más tarde vino Mr. Smyth20 de Princeton y le enseñé Los Álamos.
Por ejemplo, entramos en una habitación y allí, en el extremo de un
pedestal un poco más estrecho que este, había una pequeña bola
plateada, de aproximadamente este tamaño: si uno ponía la mano
en ella notaba que estaba caliente. Era radiactiva; era plutonio. Nos
quedamos en la puerta de la habitación hablando de ello. Allí había
un nuevo elemento químico que había sido fabricado por el hombre
y que nunca antes existió en la Tierra, excepto posiblemente
durante un periodo muy corto en el mismísimo principio. Y aquí
estaba aislado y radiactivo, y tenía estas propiedades. Y lo habíamos
hecho nosotros. Por eso era muy valioso, tremendamente valioso, no
había nada más valioso. Mientras hablábamos —ya saben ustedes
20 Henry de Wolf Smyth era entonces director del Departamento de Física de Princeton y uno de los principales
asesores del Proyecto Manhattan. El «Informe Smyth», La energía atómica al servicio de la guerra, publicado en
agosto de 1945, constituyó la primera divulgación pública del proyecto.
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 122 Preparado por Patricio Barros
qué es lo que hace la gente cuando habla, te mueves de un lado a
otro y todo eso— él le estaba dando patadas al tope de la puerta,
ven ustedes, y yo digo, sí, y dije que el tope de la puerta es más
apropiado que la puerta. El tope de la puerta era un hemisferio de
metal amarillo: de hecho, era oro. Era un hemisferio de oro de este
tamaño. Resulta que habíamos tenido que hacer un experimento
para ver cuántos neutrones eran reflejados por diferentes materiales
para ahorrar neutrones y así no tener que utilizar tanto plutonio.
Habíamos probado muchos materiales diferentes. Habíamos
probado el platino, habíamos probado el zinc, habíamos probado el
bronce, habíamos probado el oro. Así que para hacer los test con el
oro teníamos estas piezas de oro, y alguien tuvo la brillante idea de
utilizar esa gran bola de oro como tope para la puerta de la
habitación donde se guardaba el plutonio, lo que era bastante
apropiado.
Tras la explosión y las noticias que nos llegaron, se produjo una
tremenda excitación en Los Álamos. Todo el mundo lo celebraba,
todos corríamos de un lado a otro. Yo me senté en el capó de un
jeep tocando un tambor y haciendo cosas por el estilo. Todos lo
celebraban salvo una persona, que yo recuerde. Era Bob Wilson,
quien precisamente me había introducido en esto. Estaba sentado y
abatido21. Le dije: « ¿Qué haces tan abatido?». Dijo: «Es terrible lo
que hemos hecho». Yo dije: «Pero tú lo empezaste, tú nos metiste en
ello». Ya ven, lo que me sucedió a mí, lo que nos sucedió a todos los
21 Recién terminada la guerra, Robert Wilson fue uno de los principales impulsores y primer presidente de la
Federación de Científicos Atómicos, cuyo objetivo era limitar la aplicación de la energía nuclear a fines civiles y
pacíficos. (N. del t.
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 123 Preparado por Patricio Barros
demás es que empezamos por una buena razón, pero luego
estuvimos trabajando muy duramente por hacer algo, por
conseguirlo: eso es un placer, es excitante. Y entonces dejas de
pensar, simplemente dejas de pensar. Después de haberlo pensado
al comienzo, dejas de pensar. Y él era el único que aún estaba
pensando en ello, en aquel momento concreto. Yo volví a la
civilización inmediatamente después de eso y fui a Cornell a dar
clases. Mi primera impresión fue muy extraña, algo que todavía no
puedo entender, pero que entonces sentí de forma muy intensa.
Estaba sentado en un restaurante en Nueva York, por ejemplo,
miraba los edificios y la distancia a que se encontraban y, saben, yo
pensaba en cuál fue el radio de destrucción de la bomba de
Hiroshima y cosas así. ¿A qué distancia estaba la Calle 34? Pensar
en todos estos edificios aplastados… Tuve una sensación muy
extraña. Después veía a gente que estaba construyendo un puente o
haciendo una nueva carretera; y pensaba, están locos, no entienden
nada, no lo entienden. ¿Por qué están construyendo cosas nuevas si
es tan inútil? Pero, afortunadamente, ha sido inútil durante treinta
años, ahora, más o menos, pronto hará treinta años. He estado
equivocado durante treinta años sobre la utilidad de hacer puentes,
y me alegro de que esas otras personas fueran capaces de seguir
adelante. Pero mi primera reacción, una vez que había acabado con
esto, fue pensar que era inútil hacer cualquier cosa. Muchas
gracias.
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 124 Preparado por Patricio Barros
PREGUNTA: ¿Qué hay de su historia sobre algunas cajas
fuertes?
Bien, hay un montón de historias sobre cajas fuertes. Si me dan
diez minutos, les contaré tres historias sobre cajas fuertes. ¿De
acuerdo? La motivación para abrir el archivador, descerrajar la
cerradura, fue mi interés por la seguridad del conjunto. Alguien me
había dicho cómo abrir cerraduras. Entonces nos dieron
archivadores que tenían cerraduras de combinación. Tengo una
enfermedad, y es que trato de reventar cualquier cosa que sea
secreta. Y por eso las cerraduras de aquellos archivadores, hechos
por la Mosler Lock Company, en los que colocábamos nuestros
documentos —todo el mundo los tenía—, representaban un desafío
para mí. ¿Cómo demonios abrirlos? Así que trabajé y trabajé con
ellos. Se cuentan todo tipo de historias acerca de cómo se pueden
sentir los números de la combinación y oír las ruedas y todo eso.
Eso es cierto; yo lo entiendo muy bien. Eso es para cajas de
seguridad pasadas de moda. Pero ellos tenían un nuevo diseño de
modo que nada presionaba los engranajes mientras uno estaba
probándolos. No voy a entrar en los detalles técnicos, pero el caso es
que ninguno de los viejos métodos funcionaba. Yo leo libros escritos
por magos profesionales. Los libros escritos por magos profesionales
siempre empiezan contando cómo abrían ellos las cerraduras. Es el
no va más: la mujer está bajo el agua, la caja fuerte está bajo el
agua y la mujer se está ahogando o algo parecido y él abre la caja.
No sé, es una historia loca. Y al final cuentan cómo lo hacen y no
dicen nada razonable; parece imposible que sea así como abrían
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 125 Preparado por Patricio Barros
realmente las cajas. ¡Es tan poco razonable como conjeturar la
combinación de una caja basándose en la psicología del propietario!
Por eso, yo siempre he pensado que guardaban un secreto. En
cualquier caso, seguí trabajando. Y así, como una especie de
enfermedad, seguí trabajando hasta que descubrí algunas cosas. En
primer lugar descubrí qué margen admite la combinación, hasta
dónde tienes que acercarte. Y entonces ideé un sistema por el que
se pueden ensayar todas las combinaciones que sean necesarias.
En este caso eran ocho mil, porque había un margen de dos en
torno a cada número. Resulta así que hay que probar un número de
cada cinco, entre cuarenta mil… ocho mil combinaciones. Y
entonces desarrollé un esquema por el que podía ensayar números
sin alterar un número que ya había conseguido, moviendo
correctamente las ruedas, de modo que podía ensayar todas las
combinaciones en ocho horas. Y luego descubrí aún más cosas.
Esto me llevó otros dos años de investigación; ya ven, no había
muchas diversiones allí y me dedicaba a jugar. Finalmente descubrí
una forma fácil de obtener los dos números finales, los dos últimos
números de la combinación de la caja, si la caja está abierta. Si el
cajón está fuera, uno puede girar el número y ver si sube el
pasador, y tantear y descubrir qué hace, a qué número vuelve y
cosas así. Con un poco de habilidad es posible obtener la
combinación. Así que yo solía practicar igual que un malabarista
practica con naipes, ya saben, todo el tiempo. Cada vez con más
rapidez y más desenvoltura, entraba y hablaba con algún tipo y me
apoyaba contra su archivador, igual que estoy jugando con este
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 126 Preparado por Patricio Barros
reloj ahora; ustedes ni siquiera han notado que yo esté haciendo
algo. No estoy haciendo nada. Simplemente jugaba con el dial, eso
es todo, solo jugaba con el dial. Pero ¡estaba sacando los dos
números! Luego volvía a mi despacho y apuntaba los dos números.
Los dos últimos números entre tres. Ahora, si uno tiene los dos
últimos números solo se necesita un minuto para ensayar el primer
número; solo veinte posibilidades y está abierto. ¿Comprenden?
* * * *
Así que me gané una excelente reputación como desvalijador. Me
decían: «Mr. Schmultz está fuera de la ciudad, necesitamos un
documento de su caja fuerte. ¿Puedes abrirla?». Yo decía: «Sí, puedo
abrirla, pero tengo que ir a por mis herramientas» (yo no necesito
ninguna herramienta). Voy a mi oficina y miro los números de su
caja fuerte. Yo tenía los dos últimos números. Tenía los números de
las cajas de todo el mundo en mi despacho. Ponía un destornillador
en mi bolsillo trasero, como si fuese la herramienta que yo decía
necesitar. Volvía a la habitación y cerraba la puerta. Se trata de que
este asunto de cómo se abren las cajas fuertes no es algo que todo
el mundo debiera saber, porque lo hace todo muy inseguro; es muy
peligroso que todo el mundo sepa cómo hacerlo. Así que cierro la
puerta y entonces me siento y leo una revista, o hago algo. Solía
estar unos veinte minutos de media sin hacer nada y luego la abría;
mejor dicho, la abría en seguida para ver que todo estaba bien y
entonces me sentaba allí durante veinte minutos para ganarme una
buena reputación y que no pensaran que era demasiado fácil o que
había algún truco en ello. Y entonces salía sudando un poco, ya
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 127 Preparado por Patricio Barros
saben, y decía: «Está abierta. Ahí la tienen», y todo eso.
¿Comprenden?
* * * *
En cierta ocasión también abrí una caja simplemente por accidente,
y eso ayudó a reforzar mi reputación. Causó sensación, fue pura
suerte, la misma suerte que tuve con los planos. Pero eso fue una
vez que la guerra había terminado. Puedo contarles ahora estas
historias porque una vez que la guerra había terminado yo volví a
Los Álamos para acabar algunos artículos y allí abrí algunas cajas
fuertes. Podría escribir un libro de desvalijadores mejor que
cualquier libro de desvalijadores. Al principio explicaría cómo abrí la
caja absolutamente en frío sin saber la combinación, una caja que
contenía más secretos que cualquier caja que hubiera abierto antes.
Abrí la caja que contenía el secreto de la bomba atómica, todos los
secretos, las fórmulas, los ritmos a los que se liberaban los
neutrones del uranio, cuánto uranio se necesita para hacer una
bomba, todas las teorías, todos los cálculos, ¡TODA LA MALDITA
COSA!
* * * *
Les explicaré cómo sucedió. ¿De acuerdo? Yo estaba tratando de
escribir un informe. Necesitaba este informe. Era un sábado y yo
creía que todo el mundo trabajaba. Creía que las cosas seguían
igual en Los Álamos. Así que fui a sacarlo de la biblioteca. Todos
estos documentos estaban en la biblioteca de Los Álamos. Había
una gran cámara acorazada con un gran tirador de un tipo diferente
de los que yo conocía. Yo entendía los archivadores, pero solo era
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 128 Preparado por Patricio Barros
experto en archivadores. Por si fuera poco, había guardas
caminando arriba y abajo con pistolas. No puedes conseguir que
uno te abra, ¿comprenden? Entonces pienso, ¡un momento! El viejo
Freddy De Hoffman de la Sección de Desclasificación está encargado
de desclasificar documentos. ¿Qué documentos pueden
desclasificarse ahora? Para eso, él tenía que bajar a la biblioteca, y
volver a subir, y estaba cansado de hacerlo. Así que tuvo una idea
brillante. Se haría una copia de todos los documentos de la
biblioteca de Los Álamos. Se hizo su archivo: tenía nueve
archivadores, uno junto a otro en dos habitaciones, llenos con todos
los documentos de Los Álamos; y yo sabía que él lo tenía. Así que
iría a De Hoffman y le pediría que me prestase los documentos; él
tenía una copia. Así que subí a su despacho. La puerta del
despacho está abierta. Parece que él vaya a volver, la luz está
encendida; parece que vaya a volver en un minuto. Así que espero. Y
como siempre que estoy esperando, me pongo a jugar con los
tiradores. Probé 10-20-30, y no funcionó. Probé 20-40-60, y no
funcionó. Lo probé todo. Estoy esperando, no tengo nada que hacer.
Entonces empiezo a pensar en estos magos, ya saben, yo nunca he
sido capaz de imaginar cómo abrir las cajas con astucia. Quizá ellos
tampoco lo hacen, quizá sea cierto todo lo que me están contando
sobre psicología. Voy a abrir esto a base de psicología. Primero, el
libro dice: «La secretaria está muy nerviosa porque puede olvidar la
combinación». Le han dicho la combinación. Ella podría olvidarla y
el jefe podría olvidarla, así que ella tiene que saberla. De modo que
ella la escribe nerviosamente en alguna parte. ¿Dónde? Lista de
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 129 Preparado por Patricio Barros
lugares donde una secretaria podría escribir combinaciones.
¿Comprenden? Empieza, esta es la cosa más astuta, empieza que
abres el cajón y en la madera lateral del cajón, por la parte de fuera,
hay un número descuidadamente escrito, como si fuera un número
de una factura. Este es el número de la combinación. Bien. Está en
el lado de la mesa. ¿Comprenden? Yo recordaba eso, está en el libro.
El cajón de la mesa está cerrado, abro la cerradura inmediatamente,
saco el cajón, miro en la madera: nada. Está bien, está bien. Hay un
montón de papeles en el cajón. Miro entre los papeles y finalmente
lo encuentro, un bonito trozo de papel que tiene el alfabeto griego.
Alfa, beta, gamma, delta, etc., cuidadosamente escrito. Las
secretarias tienen que saber cómo hacer estas letras y cómo
llamarlas cuando están hablando de ellas, ¿conecto? Así que todas
las tenían, cada una de ellas tenía una copia. Pero garabateado
descuidadamente en la parte superior está π, igual a 3,14159. Bien,
¿por qué necesita ella el valor numérico de π si no está calculando
nada? Así que voy a la caja de seguridad. Honesto, esto es honesto,
¿de acuerdo? Es igual que en el libro. Estoy simplemente
diciéndoles cómo se hizo. Subí a la caja, 31-41-59. No se abre. 13-
14-95. No se abre. 95-14-13. No se abre. 14-31, hace veinte
minutos que le estoy dando vueltas a π. No sucede nada. Así que me
dispongo a salir del despacho y entonces recuerdo el libro sobre la
psicología y me digo, ya saben, pero ¡claro! Psicológicamente, yo
tengo razón. De Hoffman es precisamente el tipo de persona que
utilizaría una constante matemática para la combinación de su caja
fuerte. Otra constante matemática importante es e. Así que vuelvo a
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 130 Preparado por Patricio Barros
la caja, 27-18-28, clic, cloc, se abre. De paso comprobé que todas
las combinaciones eran la misma. Bien, hay otras muchas historias
sobre ello pero es demasiado tarde y esa está bien, de modo que
dejémoslo así.
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 131 Preparado por Patricio Barros
Capítulo 4
Cuál es y cuál debería ser el papel de la cultura científica en la
sociedad moderna
Esta es una conferencia que pronunció Feynman ante una audiencia
de científicos en el Galileo Symposium en Italia, en 1964. Con
frecuentes reconocimientos y referencias a la gran obra y las grandes
penalidades de Galileo, Feynman habla del efecto de la ciencia sobre
la religión, la sociedad y la filosofía, y nos advierte de que es nuestra
capacidad de dudar lo que determinará el futuro de la civilización.
Soy el profesor Feynman, a pesar de este traje. Normalmente doy
conferencias en mangas de camisa, pero cuando salía del hotel esta
mañana mi mujer me dijo: «Deberías ponerte un traje». Yo le dije:
«Pero yo doy normalmente las conferencias en mangas de camisa». Y
ella respondió: «Sí, pero esta vez tú no sabes a quién vas a hablar,
de modo que deberías causar buena impresión…». Así que me puse
un traje.
Voy a hablar sobre el tema que me propuso el profesor Bernardini22.
Para empezar, me gustaría decir que, en mi opinión, encontrar el
lugar adecuado de la cultura científica en la sociedad moderna no
va a resolver los problemas de la sociedad moderna. Hay muchos
problemas que no tienen mucho que ver con la posición de la
ciencia en la sociedad, y es un sueño pensar que el mero hecho de
decidir la forma ideal en que deberían encajar ciencia y sociedad va
a resolver de un modo u otro todos los problemas. Por eso, y les
22 Presidente de la Conferencia. (N. del e.)
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 132 Preparado por Patricio Barros
ruego que lo entiendan, aunque yo voy a sugerir algunas
modificaciones en esa relación, no espero que estas modificaciones
sean la solución a los problemas de la sociedad.
Esta sociedad moderna parece estar sometida a diversas amenazas
serias, y me gustaría centrarme en una de ellas que será de hecho el
tema central (aunque habrá un montón de pequeñas cuestiones
secundarias). El tema central de mi conferencia es que yo creo que
uno de los mayores peligros para la sociedad moderna es el posible
resurgimiento y expansión de las ideas de control del pensamiento;
ideas semejantes a las que tenía Hitler, o Stalin en su época, o la
religión católica en la Edad Media, o la China actual. Creo que uno
de los mayores peligros es que esto vaya en aumento hasta que
incluya a todo el mundo.
Ahora bien, al analizar la relación de la ciencia con la cultura
científica de la sociedad, lo primero que viene inmediatamente a la
mente es, por supuesto, lo más obvio, que son las aplicaciones de la
ciencia. Las aplicaciones también son cultura. Sin embargo, no voy
a hablar de las aplicaciones, aunque no tengo ninguna buena razón
para no hacerlo. Soy consciente de que todos los debates populares
sobre el tema de la relación entre la ciencia y la sociedad giran casi
enteramente alrededor de las aplicaciones, y de que las cuestiones
morales que se plantean los científicos acerca de su trabajo también
implican normalmente a las aplicaciones. De todas formas, no voy a
hablar sobre ellas porque hay otras cuestiones de las que no se
habla tanto, y así, por el placer de hacerlo, me gustaría hablar sobre
algo ligeramente diferente.
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 133 Preparado por Patricio Barros
Acerca de las aplicaciones diré, sin embargo, que, como todos
ustedes saben, la ciencia crea un poder mediante su conocimiento,
el poder de hacer cosas: uno puede hacer cosas una vez que conoce
algo científicamente. Pero la ciencia no incluye instrucciones con
este poder acerca de cómo hacer el bien frente a cómo hacer el mal.
Digámoslo de una forma simple: no vienen instrucciones con el
poder, y la cuestión de aplicar o no la ciencia se reduce
esencialmente al problema de organizar las aplicaciones de una
forma que no haga mucho daño y haga el máximo bien posible.
Pero, por supuesto, es frecuente que quienes se dedican a la ciencia
digan que esa no es su responsabilidad, porque la aplicación es
precisamente el poder de hacer cosas, y es independiente de lo que
uno haga con ello. Desde luego, es verdad en cierto sentido que
probablemente es bueno crear para el género humano el poder de
controlar esto, pese a las dificultades que tiene cuando trata de
imaginar cómo controlar el poder para hacerse el bien en lugar del
mal.
Podría decir también que aunque muchos de los que estamos aquí
somos físicos, y la mayoría de nosotros pensamos en los problemas
serios de la sociedad en términos de física, yo creo que con toda
seguridad la próxima ciencia que se encontrará en dificultades
morales con sus aplicaciones es la biología; y si los problemas de la
física con relación a la ciencia parecen difíciles, los problemas del
desarrollo del conocimiento biológico serán fantásticos. Estas
posibilidades fueron apuntadas, por ejemplo, en el libro de Huxley,
Un mundo feliz, pero ustedes pueden pensar en muchas cosas. Por
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 134 Preparado por Patricio Barros
ejemplo, si la energía en un futuro lejano puede ser suministrada
libre y fácilmente por la física, entonces es una mera cuestión de
química reunir los átomos de tal forma que produzcan alimentos, a
partir de la energía que los átomos han conservado, de modo que
uno puede producir tanto alimento como productos residuales haya
de los seres humanos; y hay así una conservación de la materia y
no hay problema de alimentación. Habrá serios problemas sociales
cuando descubramos cómo controlar la herencia, y qué tipo de
control, bueno o malo, utilizar. Supongamos que llegáramos a
descubrir las bases fisiológicas de la felicidad o de cualquier otro
sentimiento, tal como el sentimiento de ambición, y supongamos
que pudiéramos controlar entonces si alguien se siente ambicioso o
no se siente ambicioso. Y, finalmente, está la muerte.
Una de las cosas más notables es que en ninguna de las ciencias
biológicas se encuentra una clave respecto a la necesidad de la
muerte. Si alguien quiere construir el movimiento perpetuo, hemos
descubierto leyes suficientes en nuestro estudio de la física para ver
que esto es absolutamente imposible; y si no es así, las leyes están
equivocadas. Pero todavía no se ha encontrado nada en biología que
indique la inevitabilidad de la muerte. Esto me sugiere que no es en
absoluto inevitable, y que solo es cuestión de tiempo antes de que
los biólogos descubran qué es lo que nos causa el problema y se
cure esa terrible enfermedad universal o temporalidad del cuerpo
humano. En cualquier caso, uno puede ver que habrá problemas de
una magnitud fantástica provenientes de la biología.
Hablaré ahora sobre algo diferente.
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 135 Preparado por Patricio Barros
Además de las aplicaciones están las ideas, y las ideas son de dos
tipos. Uno de ellos es el producto de la propia ciencia, es decir, la
visión del mundo que produce la ciencia. Esta es en cierta forma la
parte más bella del conjunto. Algunas personas piensan: no, lo
importante son los métodos de la ciencia. Bien, depende de si a uno
le gustan los fines o los medios, pero los medios eran medios para
producir algunos fines maravillosos y no les voy a aburrir con los
detalles (o mejor dicho, no les aburriría si pudiera hacerlo bien).
Pero todos ustedes saben algo de las maravillas de la ciencia —no es
una audiencia popular a la que me dirijo—, de modo que no voy a
intentar que se entusiasmen una vez más con los hechos del
mundo: el hecho de que todos estamos formados de átomos, los
enormes intervalos de tiempo y espacio existentes, nuestra propia
posición histórica como resultado de un notable proceso evolutivo, y
nuestra propia posición en la secuencia evolutiva. Y además, el
aspecto más notable de nuestra visión científica del mundo es su
universalidad en el sentido de que, aunque decimos que somos
especialistas, realmente no lo somos. Una de las hipótesis más
prometedoras de toda la biología es que todo lo que hacen los
animales o hacen las criaturas vivientes puede entenderse mejor en
términos de lo que pueden hacer los átomos, es decir, en términos
de leyes físicas, en definitiva, y la perpetua atención a esta
posibilidad —hasta el momento no se ha encontrado ninguna
excepción— ha sido una y otra vez fuente de sugerencias respecto a
cuáles son realmente los mecanismos. No es apreciado como
debiera el hecho de que nuestro conocimiento es universal, que la
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 136 Preparado por Patricio Barros
posición de las teorías es tan completa que andamos a la busca de
excepciones y vemos que son muy difíciles de encontrar —al menos
en física—, y si se gasta tanto en todas estas máquinas y demás es
para encontrar alguna excepción a lo que ya se conoce. Y, si no es
así, ese es otro aspecto de lo maravilloso que es el mundo, en el
sentido de que las estrellas están hechas de los mismos átomos que
las vacas y que nosotros mismos, y que las piedras.
De cuando en cuando todos tratamos de comunicar a nuestros
amigos no científicos esta visión del mundo; y muy a menudo nos
vemos en dificultades porque nos equivocamos al tratar de
explicarles las últimas preguntas, tales como el significado de la
conservación de CP23, cuando no saben nada sobre las cosas más
elementales. Durante los cuatrocientos años transcurridos desde
Galileo hemos estado reuniendo información sobre el mundo que
entonces no se conocía. Ahora estamos trabajando en alguna vía de
salida y en los límites del conocimiento científico. Y las cosas que
aparecen en los periódicos y que parecen excitar la imaginación
adulta son siempre aquellas cosas que ellos no pueden entender,
porque no se les ha instruido en absoluto en ninguna de las cosas
mucho más interesantes y bien conocidas [para los científicos] que
la gente ha descubierto antes. No es este el caso de los niños,
gracias a Dios, por el momento; al menos hasta que se hagan
adultos.
23 La conservación de CP supone que las leyes de la física son invariantes si se cambia el signo de las cargas
eléctricas y, simultáneamente, se invierten todas las coordenadas. En otras palabras, que tan posible es un proceso
físico como su imagen especular y con las cargas invertidas. En realidad, hay evidencia experimental de que la
conservación CP se viola en las interacciones débiles. (N. del t.)
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 137 Preparado por Patricio Barros
Pienso, y todos ustedes deben saberlo por experiencia, que la gente
—quiero decir la persona media, la gran mayoría de las personas, la
inmensa mayoría de las personas— son lamentablemente,
penosamente, absolutamente ignorantes de la ciencia del mundo en
el que viven, y pueden seguir así. No quiero decir nada de ellos; lo
que quiero decir es que pueden seguir sin que les preocupe lo más
mínimo —solo tibiamente— y cuando ocasionalmente ven la CP
mencionada en los periódicos, preguntan qué es eso. Y una cuestión
interesante de la relación entre la ciencia y la sociedad moderna es
precisamente esa: ¿por qué es posible que la gente en una sociedad
moderna permanezca tan penosamente ignorante, y pese a todo
razonablemente feliz, cuando hay tanto conocimiento al que no
pueden acceder?
A propósito de conocimiento y maravillas, Mr. Bernardini dijo que
no deberíamos enseñar maravillas sino conocimiento.
Quizá haya una diferencia en el significado de las palabras. Yo creo
que deberíamos enseñarles maravillas, y que el objetivo del
conocimiento es apreciar todavía más las maravillas. Y que el
conocimiento es simplemente poner en el marco correcto la
maravilla que constituye la naturaleza. Sin embargo, él estará
probablemente de acuerdo en que yo he cambiado algunas palabras
y ese significado se ha filtrado en la conversación. En cualquier
caso, quiero responder a la pregunta de por qué la gente puede
permanecer tan penosamente ignorante y no tener dificultades en la
sociedad moderna. La respuesta es que la ciencia es irrelevante. Y
en un minuto explicaré lo que quiero decir. No es que tenga que
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 138 Preparado por Patricio Barros
serlo, sino que dejamos que sea irrelevante para la sociedad. Volveré
a esta cuestión.
Los otros aspectos de la ciencia que son importantes y que tienen
algún problema en relación con la sociedad, aparte de las
aplicaciones y los fenómenos reales que se descubren, son las ideas
y las técnicas de la investigación científica: los medios, si ustedes
prefieren. Porque yo creo que resulta difícil comprender por qué el
descubrimiento de dichos medios, que parecen tan autoevidentes y
obvios, no se hizo mucho antes: ideas sencillas que, con solo
ensayarlas, se ve lo que sucede y así sucesivamente. Es probable
que la mente humana evolucionase a partir de la del animal; y
evoluciona de cierta forma [tal] que es como cualquier herramienta
nueva, en cuanto que tiene sus problemas y dificultades. Tiene sus
problemas, y uno de los problemas es que se contamina por sus
propias supersticiones, se confunde, hasta que finalmente se
descubrió una forma de mantener más o menos una línea de
actuación para que los científicos puedan hacer un pequeño
progreso en cierta dirección en lugar de ir en círculos y verse
obligados a algún agarradero. Y creo que este es, por supuesto, el
momento adecuado para discutir esta cuestión debido a que los
inicios de este nuevo descubrimiento se remontan a la época de
Galileo. Estas ideas y técnicas, por supuesto, son conocidas por
ustedes. Yo simplemente las revisaré; es, una vez más, una de esas
cosas en las que uno tiene que entrar en detalles cuando habla a
una audiencia profana; aquí solo las mencionaré para que ustedes
aprecien de qué estoy hablando concretamente.
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 139 Preparado por Patricio Barros
La primera es la cuestión de juzgar la evidencia; bien, lo primero
realmente es: antes de empezar uno no debe saber la respuesta. Así
que uno empieza estando inseguro de cuál es la respuesta. Esto es
muy, muy importante, tan importante que me gustaría
entretenerme un poco en este punto, y hablar de ello aún más a lo
largo de mi charla. La cuestión es que la duda y la incertidumbre
son algo necesario para empezar, pues si uno ya conoce la
respuesta no hay necesidad de reunir ninguna evidencia sobre ello.
Bien, estando inseguros, la próxima cosa es buscar evidencia, y el
método científico consiste en empezar con ensayos. Pero otra forma,
y una muy importante que no debería despreciarse y que es vital,
consiste en reunir ideas para tratar de conseguir una consistencia
lógica entre las diversas cosas que uno conoce. Es algo muy valioso
tratar de relacionar esto, lo que uno sabe, con aquello, lo que otro
sabe, y tratar de descubrir si son compatibles. Y cuanta mayor sea
la actividad en el intento de reunir ideas de diferentes direcciones,
mejor será.
Una vez que hemos buscado la evidencia tenemos que juzgar la
evidencia. Existen las reglas normales sobre la forma de juzgar la
evidencia; no es correcto tomar solo lo que a uno le gusta, sino que
hay que considerar toda la evidencia, hay que tratar de mantener
cierta objetividad sobre el asunto —suficiente para seguir su
marcha— y no depender en última instancia de la autoridad. La
autoridad puede ser un indicio de cuál sea la verdad, pero no es la
fuente de información. Mientras sea posible deberíamos descartar la
autoridad cuando quiera que las observaciones estén en desacuerdo
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 140 Preparado por Patricio Barros
con ella. Y, finalmente, el registro de los resultados debería hacerse
de forma desinteresada. Esta es una frase muy divertida que
siempre me fastidia, porque da la impresión de que, una vez que
alguien ha estudiado todo acerca de algo, le importan un bledo los
resultados. Pero no se trata de eso. El desinterés aquí significa que
los resultados no deben publicarse de una forma que trate de
inducir en el lector una idea que es diferente de lo que la evidencia
indica.
Y todos ustedes son conscientes de todos estos aspectos.
Ahora bien, todo esto, todas estas ideas y todas las técnicas están
en el espíritu de Galileo. El hombre cuyo nacimiento estamos
conmemorando tuvo mucho que ver con el desarrollo y la difusión y,
lo que es más importante, la demostración de la potencia de esta
forma de considerar las cosas. En cualquier centenario, o en este
caso cuatricentenario, uno siempre se pregunta antes o después:
¿qué diría este hombre si estuviese aquí ahora y le enseñásemos el
mundo? Por supuesto, dirán ustedes, esto es algo espinoso y no se
puede hacer en una charla, pero eso es lo que voy a hacer ahora.
Supongamos que Galileo estuviera aquí y le mostrásemos el mundo
actual y tratásemos de complacerle, para ver qué descubre él. Y le
hablaríamos de la cuestión de la evidencia, de aquellos métodos de
juzgar cosas que él desarrolló. Y señalaríamos que nos mantenemos
exactamente en la misma tradición, la seguimos exactamente,
incluso en los detalles de hacer medidas numéricas y utilizarlas
como una de las mejores herramientas, al menos en física. Y que las
ciencias se han desarrollado en muy buena forma, continua y
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 141 Preparado por Patricio Barros
directamente a partir de sus ideas originales, en el mismo espíritu
que él desarrolló. Y como resultado ya no hay más brujas y
fantasmas.
Realmente digo [que el método cuantitativo funciona muy bien] en
ciencia, pero eso es de hecho casi una definición de la ciencia
actual; las ciencias de las que se ocupó Galileo, la física, la
mecánica y cosas semejantes, se han desarrollado, por supuesto,
pero las mismas técnicas funcionan en biología, en historia,
geología, antropología, etc. Sabemos mucho sobre la historia pasada
del hombre, la historia pasada de los animales y de la Tierra
mediante técnicas muy similares. Con éxito algo similar, pero no tan
completo debido a las dificultades, los mismos sistemas funcionan
en economía. Pero hay lugares donde solo de boquilla se presta
atención a las formas, en los que muchas personas solo siguen los
movimientos. Me daría un poco de vergüenza decírselo a Mr.
Galileo, pero realmente no funciona muy bien, por ejemplo, en las
ciencias sociales. Por ejemplo, mi propia experiencia personal. Como
ustedes se habrán dado cuenta, hay una terrible cantidad de
estudios sobre los métodos de educación en curso, especialmente en
la enseñanza de la aritmética; pero cuando traten de averiguar si
realmente se conoce una forma de enseñar aritmética mejor que
cualquier otra, descubrirán que hay una enorme cantidad de
estudios y de estadística, pero todos son inconexos y son mezcla de
anécdotas, experimentos no controlados y experimentos muy poco
controlados, de modo que hay muy poca información resultante.
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 142 Preparado por Patricio Barros
Y ahora, finalmente, puesto que me hubiera gustado mostrarle
nuestro mundo a Galileo, debo mostrarle algo que me da mucha
vergüenza. Si miramos fuera de la ciencia y consideramos el mundo
que nos rodea, descubrimos algo bastante lamentable: que el
entorno en que vivimos es activa e intensamente acientífico. Galileo
podría decir: «Yo advertí que Júpiter era una bola con lunas y no un
dios en el cielo. Díganme, ¿qué sucedió con los astrólogos?». Bien,
ellos publican sus resultados en los periódicos, al menos en Estados
Unidos, todos los días y en todos los diarios. ¿Por qué tenemos aún
astrólogos? Cómo se puede escribir un libro como Mundos en
colisión, de alguien con un nombre que empieza por V, ¿es un
nombre ruso? ¿Huh? ¿Vininkowski? 24 ¿Y cómo se hizo famoso?
¿Qué es toda esa tontería acerca de Mary Brody25 , o algo parecido?
No lo sé, eso es un disparate. Siempre hay algún disparate. Hay una
infinita cantidad de disparates, lo que, dicho de otra forma, significa
que el entorno es activa y fuertemente acientífico. Todavía se habla
de telepatía, aunque cada vez menos. Por todas partes hay
curaciones por la fe. Hay toda una religión basada en la curación
por la fe. Hay milagros en Lourdes donde sigue habiendo
curaciones. Ahora bien, podría ser verdad que la astrología fuera
correcta. Podría ser verdad que ir al dentista un día en el que Marte
forma un ángulo recto con Venus fuera mejor que ir otro día. Podría
24 En realidad se trataba de Immanuel Velikovsky: Mundos en colisión (Doubleday, Nueva York, 1950). (N. del e.)
[En su libro, Velikovsky exponía la teoría de que un cometa expulsado de Júpiter había pasado en dos ocasiones cerca de la Tierra antes de asentarse en órbita solar como lo que ahora conocemos como el planeta Venus. Sus pasos
próximos a la Tierra serían responsables de hechos tales como la separación de las aguas del mar Rojo o la detención
del Sol referidos en el Éxodo. (N. del t.)] 25 Probablemente se refiera a Bridey Murphy, un supuesto caso de reencarnación en Colorado, que hizo correr ríos de
tinta a mediados de los años cincuenta. (N. del t.)
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 143 Preparado por Patricio Barros
ser cierto que uno puede curarse por el milagro de Lourdes. Pero si
eso es cierto debería ser investigado. ¿Por qué? Para mejorarlo. Si
fuera cierto que podemos descubrir si las estrellas influyen en la
vida, entonces podríamos hacer el sistema más potente mediante
investigaciones estadísticas, juzgando la evidencia objetivamente y
de forma científica, con más cuidado. Si el proceso de curación
funciona en Lourdes, la pregunta es: ¿a qué distancia del lugar del
milagro puede permanecer la persona que está enferma? ¿Quizá
han cometido un error y eso no funciona realmente en la fila de
atrás? ¿O funciona tan bien que hay mucho sitio para que puedan
situarse muchas personas cerca del lugar del milagro? ¿O es
posible, como sucede con los santos que se han canonizado
recientemente en Estados Unidos —hay una santa que
aparentemente curaba la leucemia de forma indirecta—, es posible,
digo, que cintas que han estado en contacto con la sábana del
enfermo (una vez que la cinta ha tocado previamente alguna reliquia
del santo) incrementen la curación de la leucemia? La pregunta es:
¿se está diluyendo su efecto poco a poco? Ustedes pueden reírse,
pero si creen en la verdad de la curación, entonces tienen la
responsabilidad de investigarla para mejorar su eficiencia y hacerla
satisfactoria en lugar de trampear. Por ejemplo, podría resultar que
al cabo de un centenar de contactos ya no funcionase. Ahora bien,
también es posible que los resultados de esta investigación tengan
otra consecuencia, a saber: que no hay nada.
Y otra cosa que me molesta, debería mencionarla también, son las
cosas que pueden discutir los teólogos en los tiempos modernos sin
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 144 Preparado por Patricio Barros
sentirse avergonzados. Hay muchas cosas que pueden discutir y de
las que no tienen por qué avergonzarse, pero algunas de las cosas
que ocurren en los congresos religiosos, y las decisiones que tienen
que tomarse, son ridículas en los tiempos modernos. Me gustaría
explicar que una de las dificultades, y una de las razones por las
que esto puede seguir ocurriendo, es que no se comprende la
profunda modificación que se produciría en nuestra visión del
mundo si tan solo un ejemplo de estas cosas funcionase realmente.
La idea global, si uno pudiera establecer la verdad, no ya de la idea
global de la astrología sino tan solo de un mínimo punto de la
misma, podría tener una influencia fantástica en nuestra
comprensión del mundo. Y por eso, la razón de que lo tomemos a
risa es que confiamos tanto en nuestra visión del mundo que
estamos seguros que ellos no van a contribuir en nada. Por otra
parte, ¿por qué no nos desembarazamos de ello? Llegaré a por qué
no nos desembarazamos de ello en un minuto, porque la ciencia es
irrelevante [para la astrología], como he dicho antes.
Ahora voy a mencionar todavía otra cosa que es un poco más
dudosa, pero sigo creyendo que en la forma de juzgar la evidencia,
en la forma de informar de la evidencia y demás, hay un tipo de
responsabilidad que sienten unos científicos hacia otros y que se
puede representar como una especie de moralidad. ¿Cuál es la
forma correcta y la forma errónea de informar de los resultados?
Desinteresadamente, de modo que los otros sean libres de entender
exactamente lo que uno está diciendo, y tan fielmente como sea
posible para no taparlo con los propios deseos. Eso es útil, es algo
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 145 Preparado por Patricio Barros
que nos ayuda a cada uno de nosotros a comprender a los demás, a
trabajar de hecho en una dirección que no depende de nuestros
propios intereses sino que contribuye al desarrollo general de las
ideas; es algo muy valioso. Y por eso hay, si ustedes quieren, una
especie de moralidad científica. Yo creo, aunque sin mucha
esperanza, que esta idea, este tipo de moralidad debería extenderse
mucho más; y que cosas tales como propaganda deberían ser una
palabra sucia. Que una descripción de un país hecha por gente de
otro país describa ese país de una forma desinteresada. ¡Qué
milagro! ¡Eso es más raro que un milagro en Lourdes! Los anuncios,
por ejemplo, son un caso de una descripción científicamente
inmoral de los productos. Esta inmoralidad está tan extendida que
uno se ha habituado a ella en la vida cotidiana, y ya no la considera
algo malo. Y pienso que una de las razones importantes para
aumentar el contacto de los científicos con el resto de la sociedad es
explicar, y tratar de despertar en ella, esta condición permanente de
claridad de mente que proviene de no tener información, o [no] tener
información siempre en una forma que resulte interesada. Hay otras
cosas en las que los métodos científicos serían de valor; son
perfectamente obvias, pero se hacen cada vez más difíciles de
discutir; cosas tales como tomar decisiones. Yo no quiero decir que
debiera hacerse científicamente, como [la forma] en que la
Compañía Rand en Estados Unidos se sienta y hace cálculos
aritméticos. Eso me recuerda mis días de novato en la facultad en
los que, al hablar de mujeres, descubrimos que utilizando
terminología eléctrica —impedancia, reactancia, resistencia—
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 146 Preparado por Patricio Barros
teníamos una comprensión más profunda de la situación. La otra
cosa que horripila a un hombre científico en el mundo actual son
los métodos de elegir líderes (en todas las naciones). Hoy día, por
ejemplo, en Estados Unidos, los dos partidos políticos han decidido
emplear a expertos en relaciones públicas, esto es, hombres
anuncio que están entrenados en los métodos de decir la verdad y
mentir para desarrollar un producto. No era esta la idea original. Se
supone que ellos van a discutir situaciones y no solo a formular
eslóganes. Sin embargo, es cierto que, si miran la historia, la
elección de líderes políticos en Estados Unidos ha estado en muchas
ocasiones basada en eslóganes. (Estoy seguro de que cada partido
tiene ahora cuentas bancarias de millones de dólares y van a sacar
algunos eslóganes muy inteligentes). Pero yo no puedo hacer ahora
un resumen de todo esto.
He dicho que la ciencia era irrelevante. Esto suena extraño y me
gustaría volver sobre ello. Por supuesto es relevante, por el hecho
mismo de que es relevante para la astrología; porque si entendemos
el mundo como lo hacemos, no podemos entender cómo pueden
tener lugar los fenómenos astrológicos. Y por eso es relevante. Pero
para la gente que cree en la astrología no hay relevancia, porque los
científicos nunca se molestan en discutir con ellos. La gente que
cree en la curación por la fe no se preocupa por la ciencia en
absoluto, porque nadie discute con ellos. Uno no tiene que aprender
ciencia si no le apetece. De modo que uno puede olvidarse del
asunto si supone demasiada tensión mental, que es lo que sucede
normalmente. ¿Por qué puede uno olvidarse del asunto?; porque no
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 147 Preparado por Patricio Barros
hacemos nada respecto a ello. Creo que debemos atacar estas cosas
en las que no creemos. No atacar por el método de cortar cabezas,
sino atacar en el sentido de discutir. Creo que deberíamos pedir a
esa gente que traten por sí mismos de obtener una imagen
coherente de su propio mundo; que no se permitan el lujo de tener
su cerebro dividido en cuatro fragmentos, o ni siquiera dos
fragmentos, y en un lado creen esto y en otro lado creen eso, pero
nunca tratan de comparar los dos puntos de vista. Porque hemos
aprendido que tratando de juntar y comparar los puntos de vista
que tenemos en nuestra cabeza, hacemos algún progreso en la
comprensión y en la apreciación de dónde estamos y adónde vamos.
Y creo que la ciencia ha seguido siendo irrelevante porque
esperamos hasta que alguien nos plantea preguntas o hasta que se
nos invita a dar una charla sobre la teoría de Einstein a gente que
no entiende la mecánica newtoniana, pero nunca se nos invita a
refutar la curación por la fe, o a la astrología, a cuál es la visión
científica actual de la astrología.
Creo que principalmente deberíamos escribir algunos artículos.
Ahora bien, ¿qué sucedería? La persona que cree en la astrología
tendría que aprender algo de astronomía. La persona que cree en la
curación por la fe tendría que aprender algo de medicina, pues hay
muchos argumentos en un sentido u otro; y algo de biología. En
otras palabras, será necesario que la ciencia se haga relevante. El
comentario que leí en alguna parte, según el cual la ciencia es
correcta mientras no ataque a la religión, fue la clave que necesitaba
para entender el problema. Mientras no ataque a la religión no hay
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 148 Preparado por Patricio Barros
que prestarle atención y nadie tiene que aprender nada. Por eso
puede distanciarse de la sociedad moderna excepto en sus
aplicaciones, y así queda aislada. Y luego tenemos esta lucha
terrible por tratar de explicar cosas a gente que no tiene ninguna
razón para querer saberlo. Pero si ellos quieren defender su propio
punto de vista, tendrán que aprender cuál es el de ustedes. Así que
sugiero, quizá incorrectamente y quizá erróneamente, que somos
demasiado educados. Hubo en el pasado una era de conversación
sobre estas cuestiones. La Iglesia sentía que las ideas de Galileo
atacaban a la Iglesia. La Iglesia actual no siente que las ideas
científicas ataquen a la Iglesia. Nadie se preocupa por ello. Nadie
ataca; quiero decir que nadie escribe tratando de explicar la falta de
coherencia entre las ideas teológicas y las ideas científicas que hoy
sostienen diferentes personas, o siquiera la falta de coherencia
sostenida a veces por el mismo científico entre sus creencias
religiosas y sus creencias científicas.
El siguiente tema, y el último tema principal del que quiero hablar,
es el que realmente considero más importante y más serio. Y eso
tiene que ver con la cuestión de la incertidumbre y la duda. Un
científico nunca está seguro. Todos lo sabemos. Sabemos que todos
nuestros enunciados son enunciados aproximados con diferentes
grados de certeza; que, cuando se hace un enunciado, la cuestión
no es si es cierto o falso, sino más bien qué probabilidad tiene de
ser cierto o falso. « ¿Existe Dios?». «Cuando lo ponemos en forma de
pregunta, ¿qué probabilidad hay de ello?». Esto supone una
transformación terrorífica del punto de vista religioso y por eso es
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 149 Preparado por Patricio Barros
por lo que el punto de vista religioso es acientífico. Debemos discutir
cada cuestión dentro de las incertidumbres permitidas. Y a medida
que la evidencia crece, aumenta o disminuye la probabilidad de que
una cierta idea sea correcta. Pero nunca la hace absolutamente
cierta en un sentido o el otro. Ahora hemos descubierto que esto es
de importancia trascendental para progresar. Debemos dejar sitio
para la duda o no hay progreso ni hay aprendizaje. No hay
aprendizaje sin plantear una pregunta, y una pregunta requiere
duda. La gente busca certeza. Pero no hay certeza. La gente está
aterrorizada: ¿cómo puedes vivir y no saber? No es extraño en
absoluto. Uno solo cree que sabe, como cuestión de hecho. Y la
mayoría de nuestras acciones están basadas en un conocimiento
incompleto y realmente no sabemos de qué va todo, o qué finalidad
tiene el mundo, ni sabemos mucho de otras cosas. Es posible vivir y
no saber.
Ahora bien, la libertad de dudar, que es absolutamente esencial
para el desarrollo de las ciencias, nació de una lucha frente a la
autoridad constituida de la época que tenía una solución para cada
problema: la Iglesia. Galileo es un símbolo de esa lucha, uno de los
luchadores más importantes. Y aunque el propio Galileo fue
obligado aparentemente a retractarse, nadie toma su confesión en
serio. No sentimos que deberíamos seguir a Galileo por este camino
y que todos deberíamos renunciar. De hecho, consideramos la
retractación como una locura (que la Iglesia pedía tales locuras lo
vemos una y otra vez). Y nos sentimos solidarios con Galileo como
nos sentimos solidarios con los músicos y los artistas de la Unión
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 150 Preparado por Patricio Barros
Soviética que han tenido que retractarse, y por fortuna en número
algo menor en los últimos tiempos. Pero la retractación es algo
absurdo, por mucha habilidad con la que esté preparada. Es
perfectamente obvio para cualquier observador exterior que no hay
nada que considerar, y que no necesitamos discutir la retractación
de Galileo para demostrar nada sobre Galileo, excepto quizá que él
era viejo y que la Iglesia era muy poderosa. El hecho de que Galileo
estuviera en lo cierto no es esencial para esta discusión. Lo esencial,
por supuesto, es el hecho de que él estaba siendo reprimido.
Todos nos sentimos tristes cuando miramos el mundo y vemos qué
poco hemos conseguido comparado con lo que pensamos que son
las capacidades de los seres humanos. La gente del pasado, en la
pesadilla de sus tiempos, tenía sueños para el futuro. Y ahora que el
futuro se ha materializado vemos que los sueños han sido
superados en muchos aspectos, pero en otros aspectos aún más
numerosos muchos de nuestros sueños actuales son parecidos a los
sueños de la gente en el pasado. En el pasado hubo grandes
entusiasmos por uno u otro método de resolver un problema. Uno
era que la educación debería llegar a ser universal, pues entonces
todos los hombres llegarían a ser Voltaire y lo tendríamos todo
solucionado. La educación universal es probablemente algo bueno,
pero uno puede enseñar el mal tanto como el bien; uno [podría]
enseñar la falsedad tanto como la verdad. La comunicación entre
naciones, a medida que se desarrolla mediante el desarrollo técnico
de la ciencia, debería ciertamente mejorar las relaciones entre
naciones. Bien, depende de lo que uno comunique. Uno puede
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 151 Preparado por Patricio Barros
comunicar la verdad y uno puede comunicar mentiras. Uno puede
comunicar amenazas o favores. Había una gran esperanza en que
las ciencias aplicadas liberarían al hombre de sus penalidades
físicas; y en medicina, especialmente, parece que todo es para bien.
Sí; pero mientras estamos hablando, hay científicos trabajando en
laboratorios ocultos tratando de desarrollar, como mejor pueden,
enfermedades que otros hombres no puedan curar. Quizá hoy
soñamos con que la satisfacción económica de todos los hombres
será la solución al problema. Entiendo por ello que todo el mundo
debería tener lo suficiente. No pretendo decir, por supuesto, que no
debiéramos intentarlo. No quiero decir, con lo que estoy diciendo,
que no deberíamos educar, o no deberíamos comunicar, o que no
deberíamos producir saciedad económica. Pero es dudoso que esa
sea por sí sola la solución a todos los problemas. Porque en aquellos
lugares donde tenemos un cierto grado de satisfacción económica,
tenemos un montón de nuevos problemas, o probablemente viejos
problemas que solo parecen un poco diferentes porque resulta que
sabemos bastante acerca de la historia.
De modo que hoy no nos sentimos muy bien, no vemos que lo
hayamos hecho demasiado bien. Los hombres, los filósofos de todas
las edades, han tratado de encontrar el secreto de la existencia, el
significado de todo eso. Porque si pudiesen encontrar el significado
real de la vida, entonces todo este esfuerzo humano, toda esta
maravillosa potencialidad de los seres humanos, podría moverse en
la dirección correcta y avanzaríamos con gran éxito. Por eso
ensayamos estas ideas diferentes. Pero la cuestión del significado
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 152 Preparado por Patricio Barros
del mundo, de la vida, y de los seres humanos, etc., ha sido
respondida muchas veces por muchas personas. Por desgracia,
todas las respuestas son diferentes; y la gente que tiene una
respuesta mira con horror las acciones y los comportamientos de la
gente que tiene otra respuesta. Horror, porque ven las cosas
terribles que se hacen; porque ven cómo el hombre está siendo
llevado hacia un callejón sin salida por esta visión rígida del
significado del mundo. De hecho, quizá sea realmente por la
fantástica magnitud del horror por lo que se ha hecho evidente cuán
grandes son las potencialidades de los seres humanos, y es esto
posiblemente lo que nos hace confiar en que si pudiésemos mover
las cosas en la dirección adecuada, las cosas serían mucho mejores.
¿Cuál es entonces el significado del mundo? No sabemos cuál es el
significado de la existencia. Como resultado de estudiar todas las
opiniones que hemos mantenido antes, descubrimos que no
sabemos el significado de la existencia. Pero al decir que no
sabemos el significado de la existencia hemos encontrado
probablemente el canal abierto: y este es simplemente admitir que,
a medida que progresamos, debemos dejar oportunidades abiertas
para las alternativas; que no debemos hacernos entusiastas del
hecho, del conocimiento, de la verdad absoluta, sino que debemos
seguir siempre inseguros, [que nosotros] «corremos el riesgo». Los
ingleses, quienes han desarrollado su gobierno en esta dirección, lo
llaman «arreglárselas», y aunque un poco tonto, algo que suena
estúpido, es la forma más científica de progresar. Decidir la
respuesta no es científico. Para progresar, uno debe dejar la puerta
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 153 Preparado por Patricio Barros
entreabierta a lo desconocido: solo entreabierta. Estamos solo al
principio del desarrollo de la raza humana; del desarrollo de la
mente humana, de la vida inteligente: tenemos años y años por
delante. Tenemos la responsabilidad de no dar hoy todas las
respuestas, de no dirigir a todo el mundo en una dirección y decir:
«Esta es la solución a todo». Porque entonces estaremos
encadenados a los límites de nuestra imaginación actual. Solo
seremos capaces de hacer aquellas cosas que hoy pensamos que
son las cosas que hay que hacer. Mientras que si dejamos siempre
algún resquicio a la duda, algún lugar para la discusión, y
procedemos de una forma análoga a las ciencias, entonces esta
dificultad no aparecerá. Por consiguiente, creo que, aunque hoy no
sea el caso, puede llegar un día, me gustaría confiar en ello, en que
seamos completamente conscientes de que el poder del gobierno
debería ser limitado; que los gobiernos no deberían tener el poder de
decidir la validez de las teorías científicas; que es ridículo que traten
de hacerlo; que no van a determinar las diversas descripciones de la
historia o de la teoría económica o de la filosofía. Solo de esta forma
podrán desarrollarse finalmente las posibilidades reales de la raza
humana futura.
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 154 Preparado por Patricio Barros
Capítulo 5
Hay mucho sitio al fondo
En esta famosa conferencia pronunciada ante la American Physical
Society el 29 de diciembre de 1959, en Caltech, Feynman, el «padre
de la nanotecnología», expone, décadas por delante de su tiempo, el
futuro de la miniaturización: cómo poner toda la Enciclopedia
Británica en la cabeza de un alfiler, la drástica reducción de tamaño
de los objetos tanto biológicos como inanimados, y los problemas de
lubricación en máquinas más pequeñas que el punto que cierra esta
frase. Feynman hace su famosa apuesta, desafiando a los jóvenes
científicos a construir un motor operativo de un tamaño no mayor de
1/25 centímetros en cualquier dirección.
Contenido:
§. Una invitación a entrar en un nuevo campo de la física
§. ¿Cómo escribimos pequeño?
§. Información a pequeña escala
§. Mejores microscopios electrónicos
§. El maravilloso sistema biológico
§. Miniaturizar el computador
§. Miniaturización por evaporación
§. Problemas de lubricación
§. Un centenar de manos minúsculas
§. Reordenar los átomos
§. Átomos en un mundo pequeño
§. Competición entre institutos
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 155 Preparado por Patricio Barros
§. Una invitación a entrar en un nuevo campo de la física
Imagino que los físicos experimentales deben mirar con envidia a
hombres como Kamerlingh-Onnes26, quien descubrió un campo
como el de las bajas temperaturas que parece un pozo sin fondo en
el que se puede profundizar cada vez más. Un hombre así es
entonces un líder y tiene cierto monopolio temporal en una aventura
científica. Percy Bridgman27 abrió otro campo nuevo al diseñar un
modo de obtener presiones más altas, y fue capaz de entrar en él y
llevarnos hasta el final. La consecución de vacíos cada vez mayores
constituyó un desarrollo semejante.
Me gustaría describir un campo en el que se ha hecho poco, pero en
el que en teoría puede hacerse muchísimo. Este campo no es
exactamente similar a los otros en cuanto que no nos va a decir
mucho de física fundamental (en el sentido de «¿qué son las
partículas extrañas?»), sino que se parece más a la física del estado
sólido en el sentido de que podría decirnos mucho de gran interés
sobre fenómenos extraños que ocurren en situaciones complejas.
Además, un punto de la mayor importancia es que tendría un
enorme número de aplicaciones técnicas.
De lo que quiero hablar es del problema de manipular y controlar
cosas a una escala pequeña.
En cuanto menciono esto, la gente me habla de miniaturización, y
de cuánto ha progresado hoy. Me hablan de motores eléctricos que
26 Heike Kamerlingh-Onnes (1853-1926), ganador del Premio Nobel de Física en 1913 por sus investigaciones de
las propiedades de la materia a bajas temperaturas, que condujeron a la producción del helio líquido. (N. del e.) 27 Percy Bridgman (1882-1961) ganó el Premio Nobel de Física en 1946 por su invención de un aparato para
producir presiones extremadamente altas, y su trabajo en física de altas presiones. (N. del e.)
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 156 Preparado por Patricio Barros
tienen el tamaño de la uña de un dedo meñique. Y hay un
dispositivo en el mercado, me dicen, con el que se puede escribir el
Padrenuestro en la cabeza de un alfiler. Pero eso no es nada; ese es
el paso más primitivo y vacilante en la dirección que intento
discutir. Hay un mundo extraordinariamente pequeño debajo. En el
año 2000, cuando miren hacia esta era, se preguntarán
maravillados por qué hasta el año 1960 no empezó nadie a moverse
seriamente en esta dirección.
¿Por qué no podemos escribir los 24 volúmenes de la Enciclopedia
Británica en la cabeza de un alfiler?
Veamos lo que esto implicaría. La cabeza del alfiler tiene un
diámetro aproximado de un milímetro y medio. Si la ampliamos 25
000 veces, el área de la cabeza del alfiler se transforma en un área
equivalente a la de todas las páginas de la Enciclopedia Británica.
Por consiguiente, todo lo que hay que hacer es reducir 25 000 veces
en tamaño toda la Enciclopedia. ¿Es eso posible? El poder de
resolución del ojo es aproximadamente de dos décimas de
milímetro, que es aproximadamente el diámetro de uno de los
puntitos de las reproducciones de la Enciclopedia. Esto, cuando uno
lo reduce 25 000 veces, aún tiene 80 angstroms28 de diámetro, unos
32 átomos uno detrás de otro, en un metal ordinario. En otras
palabras, uno de dichos puntos seguiría conteniendo en su área
1000 átomos. Así que el tamaño de cada punto puede ajustarse
fácilmente para las necesidades del fotograbado, y no hay problema
28 Un angstrom = una diez mil millonésima de metro. (N. del e.)
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 157 Preparado por Patricio Barros
de espacio en la cabeza de un alfiler para poner la Enciclopedia
Británica.
Además, si está escrito así, también puede leerse. Imaginemos que
está escrito en letras metálicas; es decir, donde está el negro en la
Enciclopedia, hemos levantado letras de metal que tienen realmente
1/25 000 de su tamaño ordinario. ¿Cómo lo leeríamos?
Si hubiéramos escrito algo de esa forma, podríamos leerlo utilizando
técnicas de uso común actualmente. (Sin duda se encontrarán
formas mejores cuando lleguen a escribirse realmente, pero para
plantear mi argumento de forma conservadora solo consideraré
técnicas que conocemos hoy). Presionaríamos el metal contra un
material plástico y haríamos un molde del mismo; luego quitaríamos
el plástico con mucho cuidado, evaporaríamos sílice en el plástico
para obtener una película muy delgada, luego lo ensombreceríamos
evaporando oro a cierto ángulo respecto a la sílice de modo que
todas las letras pequeñas se destacarían claramente, disolveríamos
el plástico de la película de sílice, ¡y entonces lo examinaríamos con
un microscopio electrónico!
No hay duda de que si la cosa se redujese 25 000 veces en forma de
letras en relieve en el alfiler, sería fácil para nosotros leerlo hoy.
Además, no hay duda de que sería fácil hacer copias del máster;
solo necesitaríamos presionar de nuevo la misma placa metálica
sobre plástico y tendríamos otra copia.
§. ¿Cómo escribimos pequeño?
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 158 Preparado por Patricio Barros
La siguiente pregunta es: ¿cómo lo escribimos? Hoy no tenemos una
técnica estándar para hacerlo. Pero supongamos que no es tan
difícil como parece al principio. Podemos invertir las lentes del
microscopio electrónico para reducir igual que para ampliar. Iones
procedentes de una fuente, enviados a través de las lentes del
microscopio colocadas en orden inverso, podrían concentrarse en
un haz muy pequeño. Podríamos escribir con ese haz como
escribimos en un osciloscopio de rayos catódicos, barriendo líneas,
y teniendo un ajuste que determina la cantidad de material que va a
depositarse a medida que exploramos las líneas.
Este método podría ser muy lento debido a las limitaciones de carga
espacial. Habrá métodos mucho más rápidos. Podríamos hacer
primero, quizá mediante un proceso fotográfico, una pantalla que
tenga agujeros con la forma de las letras. Entonces haríamos pasar
un arco por detrás de los agujeros y extraeríamos iones metálicos a
través de los mismos; luego podríamos utilizar otra vez nuestro
sistema de lentes y formar una pequeña imagen en forma de iones,
que depositaría el metal en la aguja.
Una forma más simple podría ser la siguiente (aunque yo no estoy
seguro de que funcione): tomamos luz y, mediante un microscopio
óptico que funcione en sentido inverso, la concentramos en una
pantalla fotoeléctrica muy pequeña. Entonces salen electrones de la
pantalla que está siendo iluminada. Estos electrones se concentran
mediante las lentes del microscopio electrónico para incidir
directamente sobre la superficie del metal. ¿Grabará el metal un haz
semejante si funciona el tiempo suficiente? No lo sé. Si no funciona
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 159 Preparado por Patricio Barros
para una superficie metálica, sería posible encontrar alguna
superficie con la que cubrir la aguja original de modo que, allí
donde inciden los electrones, se produzca un cambio que
pudiéramos reconocer más tarde.
No hay problema de intensidad en estos dispositivos. Al menos no
los que son habituales en amplificación, donde uno tiene que tomar
unos pocos electrones y dispersarlos sobre una pantalla cada vez
más grande; aquí es precisamente lo contrario. La luz que
obtenemos de una página se concentra en un área muy pequeña, de
modo que es muy intensa. Los pocos electrones que proceden de la
pantalla fotoeléctrica son reducidos a un área minúscula de modo
que, una vez más, son muy intensos. ¡Yo no sé por qué no se ha
hecho esto todavía!
Eso es por lo que se refiere a la Enciclopedia Británica en la cabeza
de un alfiler, pero consideremos todos los libros del mundo. La
biblioteca del Congreso tiene aproximadamente 9 millones de
volúmenes; la biblioteca del Museo Británico tiene 5 millones de
volúmenes; hay también 5 millones de volúmenes en la Biblioteca
Nacional de Francia. Sin duda hay duplicaciones, de modo que
digamos que hay unos 24 millones de volúmenes de interés en el
mundo.
¿Qué sucedería si yo imprimo todo esto a la escala que hemos
estado discutiendo? ¿Cuánto espacio se necesitaría? Se necesitaría,
por supuesto, el área de aproximadamente un millón de cabezas de
alfiler porque, en lugar de tener solo los 24 volúmenes de la
Enciclopedia, ahora tenemos 24 millones de volúmenes. El millón de
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 160 Preparado por Patricio Barros
cabezas de alfiler pueden colocarse en un cuadrado de mil alfileres
de lado, o un área de aproximadamente 3 metros cuadrados. Es
decir, la réplica de sílice con el sustrato delgado de plástico con la
que hemos hecho las copias, con toda esta información, tiene un
área de aproximadamente el tamaño de 35 páginas de la
Enciclopedia. Esto es aproximadamente la mitad de las páginas que
hay en esta revista. Toda la información que toda la humanidad ha
registrado en libros puede ser transportada en un panfleto en la
mano y no escrita en código, sino en una simple reproducción de las
imágenes originales, los grabados, y cualquier otra cosa a una
escala pequeña sin pérdida de resolución.
¡Qué diría nuestra bibliotecaria en Caltech, que corre de un edificio
a otro, si yo le dijera que dentro de diez años toda la información
cuya pista trata de seguir —120.000 volúmenes, apilados desde el
suelo hasta el techo, cajones llenos de fichas, almacenes llenos de
libros viejos— podrían guardarse solo en una tarjeta de biblioteca!
Cuando la Universidad de Brasil, por ejemplo, descubre que su
biblioteca se ha quemado, podemos enviarle una copia de todos los
libros de nuestra biblioteca dándoles una copia de la placa maestra
en unas pocas horas y enviándosela en un sobre no mayor ni más
pesado que cualquier otra carta normal por correo aéreo.
Ahora bien, el nombre de esta charla es «Hay mucho sitio al fondo»,
no solo «Hay sitio al fondo». Lo que he demostrado es que hay sitio:
que se puede reducir el tamaño de las cosas de una forma práctica.
Ahora quiero demostrar que hay mucho sitio. No discutiré ahora
cómo vamos a hacerlo, sino solo que es posible en principio; en
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 161 Preparado por Patricio Barros
otras palabras, que es posible según las leyes de la física. No estoy
inventando la antigravedad, que puede ser posible algún día solo si
las leyes no son las que hoy creemos. Yo les estoy diciendo lo que
podría hacerse si las leyes son las que pensamos; si no lo estamos
haciendo es simplemente porque todavía no hemos llegado a ello.
§. Información a pequeña escala
Supongamos que, en lugar de tratar de reproducir las imágenes y
toda la información directamente en su forma actual, escribimos
solo el contenido de información en un código de puntos y rayas, o
algo similar, para representar las diversas letras. Cada letra
representa seis o siete «bits» de información; es decir, se necesitan
solo seis o siete puntos o rayas para cada letra. Ahora, en lugar de
escribir todo, como he hecho antes, en la superficie de la cabeza de
un alfiler, voy a utilizar también el interior del material.
Representemos un punto por una pequeña partícula de un metal, la
raya siguiente por una pequeña partícula adyacente de otro metal, y
así sucesivamente. Supongamos, para ser conservadores, que un bit
de información va a necesitar un pequeño cubo de 5 por 5 por 5
átomos; es decir, 125 átomos. Quizá necesitemos un centenar y
algún tipo especial de átomos para estar seguros de que la
información no se pierde por difusión, o por algún otro proceso.
He estimado cuántas letras hay en la Encyclopaedia, he supuesto
que cada uno de mis 24 millones de libros es tan grande como un
volumen de la Encyclopaedia, y he calculado entonces cuántos bits
de información hay (1015).Por cada bit permito 100 átomos. Resulta
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 162 Preparado por Patricio Barros
que toda la información que el hombre ha acumulado
cuidadosamente en todos los libros del mundo puede escribirse de
esta forma en un cubo de material de 1/8 milímetros de grosor, que
es la mota más simple de polvo que puede ser vista por el ojo
humano. ¡De modo que hay mucho sitio al fondo! ¡No me hablen de
microfilm!
Este hecho —que enormes cantidades de información pueden
transportarse en un espacio extraordinariamente pequeño— es, por
supuesto, bien conocido para los biólogos, y resuelve el misterio que
existía antes de que entendiéramos esto claramente: cómo era
posible que en la célula más minúscula pudiera estar almacenada
toda la información necesaria para la organización de una criatura
tan compleja como nosotros. Toda esta información —si tenemos
ojos oscuros, o si pensamos siquiera, o que en el embrión la
mandíbula debería desarrollarse primero con un agujero lateral de
modo que posteriormente un nervio pueda desarrollarse a través del
mismo—, toda esta información está contenida en una fracción
pequeñísima de la célula en forma de moléculas de ADN de cadena
larga en las que aproximadamente se utilizan 50 átomos para un bit
de información acerca de la célula.
§. Mejores microscopios electrónicos
Si he escrito en un código, con 5 por 5 por 5 átomos para un bit, la
pregunta es: ¿cómo podría leerlo hoy? El microscopio electrónico no
es suficientemente bueno; con el máximo cuidado y esfuerzo, solo
puede resolver unos 10 angstroms. Me gustaría tratar de
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 163 Preparado por Patricio Barros
inculcarles, mientras estoy hablando sobre estas cosas a pequeña
escala, la importancia que tiene mejorar el microscopio electrónico
en un factor cien. No es imposible; no va contra las leyes de la
difracción de los electrones. La longitud de onda del electrón en un
microscopio semejante es de solo 1/20 de angstrom. Así que debería
ser posible ver los átomos uno por uno. ¿Qué ventajas tendría ver
con claridad los átomos de forma individual?
Tenemos amigos en otros campos, en biología, por ejemplo. A
menudo nosotros los físicos los miramos y decimos: « ¿Sabéis,
colegas, por qué estáis haciendo tan pocos progresos?». (En realidad
yo no conozco ningún campo donde se estén haciendo progresos
más rápidos que los que se hacen hoy en biología). «Deberíais usar
más matemáticas, como hacemos nosotros». Ellos podrían
contestarnos, pero son educados, de modo que responderé por ellos:
«Lo que deberíais hacer para que nosotros hagamos progresos más
rápidos es construir un microscopio electrónico cien veces mejor».
¿Cuáles son los problemas más centrales y fundamentales hoy en la
biología? Hay preguntas como: ¿Cuál es la secuencia de bases en el
ADN? ¿Qué sucede cuando hay una mutación? ¿Qué relación hay
entre el orden de las bases en el ADN y el orden de los aminoácidos
en la proteína? ¿Cuál es la estructura del ARN; es una cadena
simple o una cadena doble, y cómo está relacionado en su orden de
bases con el ADN? ¿Cuál es la organización de los microsomas?
¿Cómo se sintetizan las proteínas? ¿Dónde va el ARN? ¿Cómo se
asienta? ¿Dónde se sitúan las proteínas? ¿Dónde entran los
aminoácidos? En la fotosíntesis, ¿dónde está la clorofila; cómo está
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 164 Preparado por Patricio Barros
dispuesta; dónde están implicados los carotenoides en esto? ¿Cuál
es el sistema de conversión de luz en energía química?
Es muy fácil responder a muchas de estas preguntas de biología
fundamentales; ¡solo hay que mirar la cosa! Uno verá el orden de las
bases en las cadenas; verá la estructura del microsoma. Por
desgracia, el microscopio actual ve a una escala que es demasiado
tosca. Hagamos el microscopio cien veces más potente y muchos
problemas de la biología se harán mucho más fáciles. Yo exagero,
por supuesto, pero los biólogos nos estarían ciertamente muy
agradecidos y preferirían eso a la crítica de que deberían utilizar
más matemáticas.
La teoría actual de los procesos químicos está basada en la física
teórica. En este sentido, la física proporciona la base de la química.
Pero la química tiene también análisis. Si uno tiene una sustancia
extraña y quiere saber cuál es, debe seguir un largo y complicado
proceso de análisis químico. Hoy se puede analizar casi cualquier
cosa, de modo que estoy un poco retrasado con mi idea. Pero si los
físicos quisieran, también podrían ir más allá de los químicos en el
problema del análisis químico. Sería muy fácil hacer un análisis de
cualquier sustancia química complicada; todo lo que habría que
hacer sería mirarla y ver dónde están los átomos. El único problema
es que el microscopio electrónico es demasiado pobre en un factor
cien. (Más tarde, me gustaría plantear la cuestión: ¿pueden los
físicos hacer algo acerca del tercer problema de la química, a saber,
la síntesis? ¿Hay una forma física de sintetizar cualquier sustancia
química?).
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 165 Preparado por Patricio Barros
La razón por la que el microscopio electrónico es tan pobre es que el
valor-f de las lentes es solo de 1/1000; no tenemos una apertura
suficientemente grande. Y yo sé que hay teoremas que demuestran
que, con lentes de campo estacionario axialmente simétrico, es
imposible conseguir un valor-f mayor, y todas esas cosas; y que, por
lo tanto, el poder de resolución en la actualidad está en su máximo
teórico. Pero en todo teorema hay hipótesis. ¿Por qué tiene que ser
simétrico el campo? Propongo esto como un desafío: ¿no hay alguna
forma de hacer el microscopio electrónico más potente?
§. El maravilloso sistema biológico
El ejemplo biológico de escribir información a una escala pequeña
me ha inspirado para pensar en algo que debería ser posible. La
biología no consiste simplemente en escribir información; consiste
en hacer algo con ella. Un sistema biológico puede ser
extraordinariamente pequeño. Muchas de las células son
minúsculas, pero son muy activas; fabrican diversas sustancias; se
mueven; se agitan; y hacen todo tipo de cosas maravillosas, todo a
una escala muy pequeña. Además, almacenan información.
Consideremos la posibilidad de que pudiéramos hacer también un
objeto muy pequeño que haga lo que queramos, ¡qué podamos
fabricar un objeto que maniobre en este nivel!
Puede haber incluso un interés económico en este negocio de hacer
las cosas muy pequeñas. Permítanme recordarles algunos de los
problemas que presentan los computadores. En los computadores
tenemos que almacenar una gran cantidad de información. El tipo
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 166 Preparado por Patricio Barros
de escritura que mencionaba antes, en la que yo tenía todo como
una distribución de metal, es permanente. Mucho más interesante
para un computador es una forma de escribir, borrar y escribir algo
nuevo. (Esto se debe normalmente a que no queremos malgastar el
material sobre el que acabamos de escribir. Pero si pudiésemos
escribir en un espacio muy pequeño, no supondría ninguna
diferencia; simplemente podría ser desechado después de ser leído.
No cuesta mucho el material).
§. Miniaturizar el computador
Yo no sé cómo hacer esto a pequeña escala en la práctica, pero sé
que los computadores son muy grandes; ocupan habitaciones
enteras. ¿Por qué no podemos hacerlos muy pequeños, hacerlos con
cables pequeños, elementos pequeños y, por pequeño, quiero decir
pequeño? Por ejemplo, los cables deberían tener de 10 a 100 átomos
de diámetro, y los circuitos deberían ser de algunos miles de
angstroms de sección. Cualquiera que haya analizado la teoría
lógica de los computadores ha llegado a la conclusión de que las
posibilidades de los computadores son muy interesantes si pudieran
hacerse más complicados en varios órdenes de magnitud. Si
tuvieran millones de veces los elementos actuales, podrían formar
juicios. Tendrían tiempo de calcular cuál es la mejor forma de hacer
el cálculo que van a realizar. Podrían seleccionar un método de
análisis que, según su experiencia, fuera mejor que el que les
habíamos dado. Y en muchos otros aspectos tendrían
características cualitativamente nuevas.
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 167 Preparado por Patricio Barros
Si miro sus caras soy capaz de reconocer inmediatamente las que
he visto antes. (En realidad, mis amigos dirán que he elegido aquí
un ejemplo poco afortunado para ilustrar este tema. Al menos
reconozco que se trata de hombres y no de manzanas). Pero no hay
ninguna máquina que, a esa velocidad, pueda tomar una imagen de
un rostro y decir siquiera que es un hombre; y mucho menos que es
el mismo hombre que se le mostró antes, a menos que sea
exactamente la misma imagen. Si el rostro ha cambiado; si estoy
más cerca del rostro; si estoy más lejos del rostro; si la luz cambia…
lo reconozco de todas formas. Ahora bien, este pequeño computador
que llevo en mi cabeza es capaz de hacer eso fácilmente. Los
computadores que construimos no son capaces de hacerlo. El
número de elementos que hay dentro de mi cráneo es enormemente
mayor que el número de elementos que hay en nuestros
«maravillosos» computadores. Pero nuestros computadores
mecánicos son demasiado grandes; los elementos en este cráneo
son microscópicos. Yo quiero hacer algunos que sean sub
microscópicos.
Si quisiéramos hacer un computador que tuviera todas estas
maravillosas capacidades extra, tendríamos que construirlo, quizá,
con un tamaño similar al del Pentágono. Esto tiene varios
inconvenientes. En primer lugar, requiere demasiado material; quizá
no haya suficiente germanio en el mundo para todos los transistores
que habría que colocar dentro de este enorme objeto. Está también
el problema de la generación de calor y el consumo de potencia; se
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 168 Preparado por Patricio Barros
necesitaría recurrir a la TVA29 para poner en marcha el computador.
Pero una dificultad incluso más práctica es que el computador
estaría limitado en su velocidad. Debido a su gran tamaño, se
necesita un tiempo finito para llevar la información de un lugar a
otro. La información no puede ir más rápida que la velocidad de la
luz, de modo que, en definitiva, cuando nuestros computadores se
hagan cada vez más rápidos y cada vez más complicados,
tendremos que hacerlos cada vez más pequeños.
Pero hay mucho sitio para hacerlos más pequeños. No hay nada que
yo pueda ver en las leyes de la física que diga que los elementos del
computador no pueden hacerse enormemente más pequeños de lo
que son ahora. De hecho, puede haber ciertas ventajas.
§. Miniaturización por evaporación
¿Cómo podemos hacer un dispositivo semejante? ¿Qué tipo de
procesos de fabricación utilizaríamos? Una posibilidad que podría
considerar, ya que hemos hablado de escribir colocando átomos en
una cierta configuración, sería evaporar el material y, a
continuación, evaporar el aislante. Luego, para la capa siguiente,
evaporar otra posición de un cable, otro aislante, y así
sucesivamente. De este modo, uno simplemente evapora hasta que
tiene un bloque de material que contiene los elementos —bobinas y
condensadores, transistores y todo lo demás— de dimensiones
extraordinariamente finas.
29 TVA = Tennessee Valley Authority. Agencia gubernamental de Estados Unidos encargada de gestionar los
recursos hidráulicos del valle del Tennessee, en especial la producción y distribución de energía. Sus estatutos han
servido de modelo para organismos similares en otros lugares. (N. del t.)
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 169 Preparado por Patricio Barros
Pero me gustaría considerar, solo por diversión, que existen otras
posibilidades. ¿Por qué no podemos fabricar estos pequeños
computadores de un modo parecido a como fabricamos los grandes?
¿Por qué no podemos taladrar agujeros, cortar, soldar, estampar,
moldear formas diferentes, y todo a un nivel infinitesimal? ¿Cuáles
son las limitaciones en cuanto al tamaño mínimo que tiene que
tener un objeto antes de que ya no podamos moldearlo? Cuántas
veces, cuando ustedes están trabajando en algo frustrantemente
minúsculo, como el reloj de pulsera de su mujer, se han dicho: « ¡Si
pudiera entrenar a una hormiga para hacer esto!». Lo que me
gustaría sugerir es la posibilidad de entrenar a una hormiga para
que entrene a una pulga para hacer esto. ¿Cuáles son las
posibilidades de máquinas pequeñas pero móviles? Quizá sean o no
útiles, pero seguramente sería divertido hacerlas.
Consideremos cualquier máquina —por ejemplo, un automóvil— y
preguntémonos por los problemas para hacer una máquina similar
infinitesimal. Supongamos que en el diseño concreto del automóvil
necesitamos una cierta precisión de las partes; necesitamos una
exactitud, supongamos, de 2/10.000 de centímetro. Si hay una
imprecisión mayor en la forma del cilindro y todo lo demás, la cosa
no va a funcionar muy bien. Si yo hago el objeto demasiado
pequeño, tengo que preocuparme por el tamaño de los átomos; no
puedo hacer un círculo de «bolas» por así decir, si el círculo es
demasiado pequeño. Así que si yo cometo este error de un 2/10.000
de centímetro, que corresponde a un error de 10 átomos, resulta
que puedo reducir las dimensiones de un automóvil 4000 veces,
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 170 Preparado por Patricio Barros
aproximadamente, de modo que tiene 1 mm de tamaño.
Obviamente, si ustedes rediseñan el automóvil de modo que
funcione con una tolerancia mucho mayor, lo que no es en absoluto
imposible, entonces podrían hacer un dispositivo mucho más
pequeño.
Resulta interesante considerar cuáles son los problemas en
máquinas tan pequeñas. En primer lugar, con piezas tensadas al
mismo grado, las fuerzas van como el área que estamos reduciendo,
de modo que cosas como el peso y la inercia no son importantes
relativamente. En otras palabras, la resistencia del material es
mucho mayor en proporción. Las tensiones y la expansión del
volante debido a la fuerza centrífuga, por ejemplo, estarían en la
misma proporción solo si la velocidad de rotación se incrementa en
la misma proporción en que decrece el tamaño. Por el contrario, los
metales que utilizamos tienen una estructura granular, y esto sería
muy molesto a pequeña escala porque el material no es homogéneo.
Plásticos y vidrios y cosas de esta naturaleza amorfa son mucho
más homogéneos, y por ello tendríamos que fabricar nuestras
máquinas con tales materiales.
Hay problemas asociados con los componentes eléctricos del
sistema: con los cables de cobre y las piezas magnéticas. Las
propiedades magnéticas a escala muy pequeña no son las mismas
que a escala muy grande; está implicado el problema de los
«dominios». Un imán grande está constituido por millones de
dominios, pero a escala pequeña solo puede hacerse con un
dominio. El equipamiento eléctrico no puede reescalarse
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 171 Preparado por Patricio Barros
simplemente; tiene que ser rediseñado. Pero no puedo ver ninguna
razón por la que no pueda rediseñarse para trabajar de nuevo.
§. Problemas de lubricación
La lubricación implica algunas cuestiones interesantes. La
viscosidad efectiva del aceite sería cada vez mayor a medida que
aumentara la reducción (y si aumentamos la velocidad tanto como
podamos). Si no aumentamos tanto la velocidad, y cambiamos el
petróleo por queroseno o algún otro fluido, el problema no es tan
grave. Pero, de hecho, ¡quizá no tengamos que lubricar en absoluto!
Tenemos una gran cantidad de fuerza extra. Dejemos que los
engranajes trabajen en seco; no se calentarán porque el calor se
disipa muy rápidamente en un dispositivo tan pequeño. Esta rápida
pérdida de calor impediría que la gasolina hiciera explosión, de
modo que es imposible un motor de combustión interna. Pueden
utilizarse otras reacciones químicas que liberan energía en frío.
Probablemente un suministro externo de potencia eléctrica sería
más conveniente para máquinas tan pequeñas.
¿Qué utilidad tendrían tales máquinas? Quién sabe. Por supuesto,
un automóvil pequeño solo sería útil para que lo condujeran las
pulgas, y supongo yo que nuestros intereses cristianos no van tan
lejos. Sin embargo, sí advertimos la posibilidad de la fabricación de
elementos pequeños para computadores en fábricas completamente
automáticas, que contengan tornos y otras máquinas herramientas
a un nivel muy pequeño. El torno pequeño no tendría que ser
exactamente como nuestro torno grande. Dejo a su imaginación la
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 172 Preparado por Patricio Barros
mejora del diseño para sacar todo el partido de las propiedades de
objetos a escala pequeña, y de forma tal que el aspecto
completamente automático sería más fácil de conseguir.
Un amigo mío (Albert R. Hibbs)30 sugiere una posibilidad muy
interesante para máquinas relativamente pequeñas. Él dice que,
aunque es una idea descabellada, sería interesante que en cirugía
uno se pudiera tragar al cirujano. Ustedes ponen al cirujano
mecánico dentro de un vaso sanguíneo y él entra dentro del corazón
y «mira». (Por supuesto, la información tiene que ser extraída).
Descubre qué válvula es la defectuosa y toma una pequeña navaja y
la extirpa. Otras máquinas pequeñas podrían ser incorporadas de
forma permanente para ayuda de algún órgano que funcione
inadecuadamente.
Ahora llega la pregunta interesante: ¿Cómo construimos un
mecanismo tan minúsculo? Se lo dejo a ustedes. Sin embargo,
permítanme sugerir una posibilidad extraña. Ustedes saben que en
las plantas de energía atómica hay materiales y máquinas que no se
pueden manejar directamente porque se han hecho radiactivos.
Para desatornillar tuercas y colocar pernos y todo eso, tienen un
conjunto de manos amo y esclavo, de modo que operando un
conjunto de palancas aquí, uno controla las «manos» allí, y puede
girarlas de esta forma y manejar las cosas de manera bastante
delicada.
La mayoría de estos dispositivos están hechos actualmente de forma
bastante simple, en cuanto que hay un cable concreto, como una
30 Un estudiante y más tarde colega de Feynman. (N. del e.)[Ambos son coautores del libro Quantum Mechanics and
Path Integrals, que presentaba un nuevo enfoque de la mecánica cuántica. (N. del t.)]
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 173 Preparado por Patricio Barros
cuerda de marioneta, que va directamente desde los controles a las
«manos». Pero, por supuesto, también se han hecho cosas utilizando
servomotores, de modo que la conexión entre una cosa y la otra es
eléctrica en lugar de mecánica. Cuando uno gira las palancas, estas
mueven un servomotor y cambian las corrientes eléctricas en los
cables, lo que recoloca un motor en el otro extremo.
Ahora bien, yo quiero construir exactamente el mismo dispositivo:
un sistema amo-esclavo que funcione eléctricamente. Pero quiero
que los esclavos estén hechos de forma especialmente cuidadosa
por modernos maquinistas a gran escala de modo que sean de un
cuarto de la escala de las «manos» que uno maneja normalmente.
Así que ustedes tienen un esquema por el que pueden hacer cosas a
una escala de un cuarto en cualquier caso, los pequeños
servomotores con manos pequeñas juegan con tuercas y tornillos
pequeños; taladran pequeños agujeros; son cuatro veces más
pequeños. ¡Ajá! Así fabrico un torno de un cuarto de tamaño; fabrico
herramientas de un cuarto de tamaño; y hago, a la escala de un
cuarto, otro conjunto más de manos ¡de nuevo a un cuarto de
tamaño con respecto al anterior! Esto supone un dieciseisavo de
tamaño con respecto a mi punto de vista. Y una vez que haya
acabado de hacer esto establezco una conexión directa desde mi
sistema de escala grande, quizá por medio de transformadores, a los
servomotores de un dieciseisavo de tamaño. Así yo puedo ahora
manipular las manos de un dieciseisavo de tamaño.
Bien, ustedes ya tienen por dónde empezar. Es un programa
bastante difícil, pero es una posibilidad. Podrían decir que se puede
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 174 Preparado por Patricio Barros
ir mucho más lejos en un paso que pasar solo de uno a cuatro. Por
supuesto, todo esto tiene que ser diseñado muy cuidadosamente y
no es necesario simplemente hacerlo como si fueran manos. Si
piensan en ello con detenimiento, es probable que puedan llegar a
un sistema mucho mejor para hacer cosas semejantes.
Si ustedes trabajan con un pantógrafo, incluso hoy, pueden
conseguir mucho más que un factor de cuatro en un solo paso. Pero
no pueden trabajar directamente con un pantógrafo que haga un
pantógrafo más pequeño que a su vez haga un pantógrafo más
pequeño, y ello es debido a la holgura de los agujeros y las
irregularidades de la construcción. El extremo del pantógrafo oscila
con una irregularidad proporcionalmente mayor que la irregularidad
con la que ustedes mueven sus manos. Si desciendo a esta escala,
encontraría que el extremo del pantógrafo que hay en el extremo del
pantógrafo que hay en el extremo del pantógrafo estaría agitándose
tanto que no haría nada razonable.
En cada etapa es necesario mejorar la precisión del aparato. Si, por
ejemplo, tras haber construido un pequeño torno con un pantógrafo
encontramos su tornillo de plomo irregular —más irregular que el
tornillo en la escala grande—, podríamos refinar el tornillo contra
nueces frágiles que se pueden invertir de la forma usual hacia atrás
y delante hasta que este tornillo de plomo sea, en su escala, tan
preciso como nuestros tornillos originales en nuestra escala.
Podemos hacer superficies lisas frotando superficies rugosas en
triplicado —en tres pares— y las superficies lisas se hacen entonces
más lisas que las cosas con las que empezamos. Así pues, no es
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 175 Preparado por Patricio Barros
imposible mejorar la precisión a una escala pequeña mediante las
operaciones correctas. De modo que, cuando construimos este
material, es necesario en cada paso mejorar la precisión del equipo
trabajando allí un rato, haciendo tornillos de plomo precisos,
bloques de Johansen, y todos los demás materiales que utilizamos
en una máquina precisa que trabaja en el nivel superior. Tenemos
que detenernos en cada nivel y fabricar todo el material necesario
para pasar al nivel siguiente; un programa muy largo y muy difícil.
Quizá ustedes puedan imaginar una forma mejor que esta para
llegar a una escala pequeña con más rapidez.
Pese a todo, al final ustedes solo han conseguido un torno bebé
cuatro mil veces más pequeño de lo normal. Pero estábamos
pensando en hacer un computador enorme, que íbamos a construir
taladrando agujeros con este torno para hacer pequeñas arandelas
para el computador. ¿Cuántas arandelas pueden ustedes fabricar
en este torno?
§. Un centenar de manos minúsculas
Cuando yo construyo mi primer conjunto de «manos» esclavas a la
escala de un cuarto, voy a construir diez conjuntos. Hago diez
conjuntos de «manos», y las cableo con mis palancas originales de
modo que cada una de ellas haga exactamente la misma cosa y al
mismo tiempo, en paralelo. Ahora, cuando estoy construyendo mis
nuevos dispositivos, de nuevo de un cuarto de tamaño, hago que
cada uno fabrique diez copias, de modo que tendría un centenar de
«manos» de 1/16 de tamaño.
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 176 Preparado por Patricio Barros
¿Dónde voy a colocar el millón de tornos que voy a tener? Pues no
tiene ningún secreto; el volumen es mucho menor que incluso el de
un torno a escala completa. Por ejemplo, si construyo mil millones
de pequeños tornos, cada uno de ellos de 1/4000 de la escala de un
torno regular, hay muchos materiales y espacio disponible porque
en los mil millones de tornos hay menos que un 2 por 100 de los
materiales que hay en un torno grande. Ya ven que los materiales
no suponen ningún coste. Así que quiero construir mil millones de
factorías minúsculas, modelos una de otra, que están fabricando
simultáneamente, taladrando agujeros, estampando piezas y así
sucesivamente.
Cuando reducimos el tamaño, surgen varios problemas
interesantes. No todas las cosas se reducen de escala
proporcionalmente. Está el problema de que los materiales se
adhieren por las atracciones moleculares (Van der Waals)31. Sería
algo parecido a esto: una vez que ustedes han hecho una pieza y
desenroscan la nuez de un perno, esta no se caerá debido a que la
gravedad no es apreciable; incluso sería difícil sacarla del perno.
Sería como aquellas películas antiguas en las que aparece un
hombre con las manos llenas de melaza que trata de deshacerse de
un vaso de agua. Habrá varios problemas de esta naturaleza que
tendremos que estar dispuestos a plantear.
§. Reordenar los átomos
31 Fuerzas de Van der Waals. Débiles fuerzas atractivas entre átomos y moléculas. Johannes Diderik Van der Waals
(1837-1923) recibió el Premio Nobel de Física en 1910 por su trabajo sobre la ecuación de estado para gases y
líquidos. (N. del e.)
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 177 Preparado por Patricio Barros
Pero yo no tengo miedo a considerar la pregunta final respecto a si,
en última instancia —en un futuro lejano—, podremos disponer los
átomos de la forma que queramos; ¡los propios átomos, hasta el
final! ¿Qué sucedería si pudiésemos ordenar los átomos uno a uno
en la forma en que queramos? (Dentro de lo razonable, por
supuesto; ustedes no pueden colocarlos de modo que sean
químicamente inestables, por ejemplo).
Hasta ahora nos hemos contentado con excavar en el suelo para
encontrar minerales. Los calentamos y hacemos cosas a gran escala
con ellos, confiamos en obtener una sustancia pura con solo ciertas
impurezas, y así sucesivamente. Pero debemos aceptar siempre
cierta disposición atómica que nos da la naturaleza. No hemos
obtenido nada, digamos, con una disposición de «tablero de ajedrez»,
con los átomos de impureza dispuestos a 1000 angstroms de
distancia, o en alguna otra pauta concreta.
¿Qué podríamos hacer con estructuras estratificadas con las capas
precisas? ¿Cuáles serían las propiedades de los materiales si
realmente pudiéramos disponer los átomos de la forma que los
queremos? Sería muy interesante investigarlos teóricamente. No
puedo ver exactamente lo que sucedería, pero apenas puedo dudar
que cuando tengamos cierto control de la organización de las cosas a
una escala pequeña, obtendremos un abanico enormemente mayor
de las posibles propiedades de las sustancias, y de cosas diferentes
que podamos hacer.
Consideremos, por ejemplo, un fragmento de material en el que
construimos pequeñas bobinas y condensadores (o sus análogos de
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 178 Preparado por Patricio Barros
estado sólido) de 1000 o 10.000 angstroms por circuito, uno justo al
lado del otro, sobre un área grande, con pequeñas antenas
sobresaliendo en el otro extremo; una serie completa de circuitos.
¿Es posible, por ejemplo, emitir luz de un conjunto entero de
antenas, igual que emitimos ondas de radio desde un conjunto
estructurado de antenas para transmitir programas de radio a
Europa? Lo mismo sería emitir luz en una dirección definida con
intensidad muy alta. (Quizá un haz semejante no sea muy útil
técnica o económicamente).
He pensado en algunos de los problemas de construir circuitos
eléctricos a pequeña escala, y el problema de la resistencia es serio.
Si ustedes construyen un circuito correspondiente a pequeña
escala, su frecuencia natural aumenta, puesto que la longitud de
onda se reduce con la escala; pero la profundidad de la envoltura
solo disminuye con la raíz cuadrada de la razón de escala, y por ello
los problemas de resistencia adquieren una dificultad creciente.
Posiblemente podamos combatir la resistencia mediante el uso de la
superconductividad si la frecuencia no es demasiado alta, o con
otros trucos.
§. Átomos en un mundo pequeño
Cuando llegamos al mundo muy, muy pequeño —digamos circuitos
de siete átomos— tenemos un montón de cosas nuevas que
sucederían y que representan oportunidades de diseño
completamente nuevas. Los átomos a pequeña escala no se
comportan como nada a gran escala, pues satisfacen las leyes de la
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 179 Preparado por Patricio Barros
mecánica cuántica. Así, a medida que descendemos y jugamos con
los átomos ahí abajo, estamos trabajando con leyes diferentes y
podemos confiar en hacer cosas diferentes. Podemos fabricar de
modos diferentes. Podemos utilizar no solo circuitos, sino algún
sistema que implique los niveles de energía cuantizados, o las
interacciones de los espines cuantizados, etc.
Otra cosa que notaremos es que, si descendemos lo suficiente, todos
nuestros dispositivos pueden ser producidos en serie de modo que
sean copias absolutamente perfectas unos de otros. No podemos
construir dos máquinas grandes de modo que las dimensiones sean
exactamente las mismas. Pero si nuestra máquina es de solo 100
átomos de altura, solo tenemos que corregir a una mitad de un 1
por 100 para estar seguros de que la otra máquina tiene
exactamente el mismo tamaño; ¡a saber, 100 átomos de algo!
En el nivel atómico, tenemos nuevos tipos de fuerzas y nuevos tipos
de posibilidades, nuevos tipos de efectos. Los problemas de la
fabricación y reproducción de materiales serán muy diferentes.
Como he dicho, me inspiro en fenómenos biológicos en los que las
fuerzas químicas se emplean de forma repetitiva para producir todo
tipo de efectos extraños (uno de los cuales es el autor). Los
principios de la física, por lo que puedo ver, no hablan en contra de
la posibilidad de manejar las cosas átomo a átomo. No es un intento
de violar ninguna ley; es algo que, en principio, puede hacerse; pero
en la práctica no se ha hecho porque somos demasiado grandes.
En última instancia, podemos hacer síntesis química. Un químico
viene y nos dice: «Miren, quiero una molécula que tenga los átomos
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 180 Preparado por Patricio Barros
dispuestos de esta forma; constrúyanme dicha molécula». El
químico hace una cosa misteriosa cuando quiere hacer una
molécula. Él ve que tiene ese anillo, de modo que mezcla esto y
aquello, y lo agita y juguetea con todo. Y, al final de un proceso
difícil, normalmente consigue sintetizar lo que quiere. Para cuando
yo tenga operativos mis dispositivos, de modo que podamos hacerlo
con física, él habrá descubierto cómo sintetizar absolutamente
cualquier cosa, así que esto será realmente inútil.
Pero es interesante que, en principio, sea posible (creo yo) para un
físico sintetizar cualquier sustancia química que elabore el químico.
Den las recetas y el físico lo sintetiza. ¿Cómo? Coloquen los átomos
donde dice el químico y de este modo fabrican ustedes la sustancia.
Los problemas de la química y la biología pueden reducirse mucho
si nuestra capacidad para ver lo que estamos haciendo, y para
hacer cosas a nivel atómico, se desarrolla en definitiva, un
desarrollo que yo creo inevitable. Ahora bien, ustedes podrían decir:
« ¿Quién debería hacer esto y por qué debería hacerlo?». Bien, yo
señalo algunas de las aplicaciones económicas, pero sé que la razón
de que ustedes lo hicieran podría ser por pura diversión. Pero
¡divirtámonos! Organicemos una competición entre laboratorios.
Que un laboratorio construya un motor minúsculo y lo envíe a otro
laboratorio, y que este lo devuelva con algo que encaje dentro del eje
del primer motor.
§. Competición entre institutos
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 181 Preparado por Patricio Barros
Solo por diversión, y para que los niños se interesen en este campo,
propondría que alguien que tenga algún contacto con los institutos
de enseñanza secundaria piense en hacer algún tipo de competición
entre institutos. Después de todo, ni siquiera hemos empezado en
este campo, e incluso los niños pueden escribir más pequeño que
nunca se ha escrito antes. Podrían organizar una competición entre
los institutos. El instituto de Los Ángeles podría enviar un alfiler al
instituto de Venice en el que se diga: « ¿Va todo bien?». Ellos
devolverían el alfiler, y en el punto de la «i» dice: «No va mal».
Quizá esto no les anime a hacerlo, y solo la economía lo hará. Por lo
tanto quiero hacer algo; pero no lo puedo hacer en este momento
porque no he preparado las bases. Mi intención es ofrecer un
premio de 1000 dólares al primer tipo que pueda coger la
información que hay en una página de un libro y colocarla en un
área 1/25 000 veces menor en escala lineal de tal forma que pueda
leerse con un microscopio electrónico.
Y quiero ofrecer otro premio —si puedo imaginar una forma de
enunciarlo de modo que no entre en una maraña de discusiones
sobre definiciones— de otros 1000 dólares para el primer tipo que
haga un motor eléctrico rotatorio que pueda ser controlado desde
fuera y, sin contar los cables, tenga solo 1/10 de centímetro cúbico.
No creo que tales premios tengan que esperar mucho a los
pretendientes.
Finalmente, Feynman tuvo que satisfacer ambos desafíos. Lo que
sigue está tomado de Feynman and Computation, editado por
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 182 Preparado por Patricio Barros
Anthony J. G. Hrey (Perseus, Reading, Ma., 1998), reproducido con
permiso. (N. del e.)
Él pagó ambos: el primero, menos de un año después, a Bill
McLellan, un alumno de Caltech, por un motor en miniatura que
satisfacía las especificaciones, pero que supuso cierta decepción
para Feynman en cuanto que no requería ningún nuevo avance
técnico. Feynman ofreció una versión actualizada de su charla en
1983 en el Jet Propulsory Laboratory. Predijo «que con la tecnología
actual podemos fácilmente… construir motores de un cuarentavo de
ese tamaño en cada dimensión, 64 000 veces más pequeño que… el
motor de McLellan, y podemos fabricar miles de ellos a la vez».
Pasaron otros veintiséis años antes de que él tuviera que pagar el
segundo premio, esta vez a un estudiante graduado de Stanford
llamado Tom Newman. La escala del reto de Feynman era
equivalente a escribir los veinticuatro volúmenes de la Enciclopedia
Británica en la cabeza de un alfiler: Newman calculó que cada letra
tendría una anchura de solo unos cincuenta átomos. Usando
litografía de haz electrónico cuando su director de tesis estaba fuera
de la ciudad, fue finalmente capaz de escribir la primera página de
Historia de dos ciudades de Charles Dickens con una reducción de
escala de 1/25 000. Se suele reconocer que el artículo de Feynman
dio inicio al campo de la nanotecnología, y ahora existen
competiciones regulares para un «premio Feynman de
nanotecnología».
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 183 Preparado por Patricio Barros
Capítulo 6
El valor de la ciencia
De entre sus muchos valores, el mayor debe ser la libertad de duda
En Hawai, Feynman aprende una lección de humildad mientras
visita un templo budista: «A todo hombre se le da la llave de las
puertas del cielo; la misma llave abre las puertas del infierno». Esta
es una de las piezas más elocuentes de Feynman, donde reflexiona
sobre la relevancia de la ciencia para la experiencia humana y
viceversa. También da una lección a sus colegas científicos acerca de
su responsabilidad en el futuro de la civilización.
* * * *
De cuando en cuando, la gente me sugiere que los científicos
deberían prestar más consideración a los problemas sociales;
especialmente que deberían ser más responsables al considerar el
impacto de la ciencia en la sociedad. Supongo que esta misma
sugerencia se la hacen a muchos otros científicos, y parece que está
muy extendida la creencia de que se obtendrían grandes éxitos si
los científicos se dedicasen solamente a estos difíciles problemas
sociales y no perdieran tanto tiempo engañándose con problemas
científicos menos vitales.
Mi impresión es que los científicos pensamos sobre estos problemas
de cuando en cuando pero no les dedicamos un esfuerzo continuo,
por la sencilla razón de que nosotros sabemos que no tenemos
ninguna fórmula mágica para resolver problemas, que los
problemas sociales son mucho más difíciles que los científicos y que
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 184 Preparado por Patricio Barros
normalmente no llegamos a ninguna parte cuando pensamos sobre
ellos.
Creo que, cuando considera problemas no científicos, un científico
es tan torpe como el vecino de al lado; y cuando habla sobre un
tema no científico, suena tan ingenuo como cualquiera que no esté
instruido en el tema. Puesto que la cuestión del valor de la ciencia
no es un tema científico, esta charla puede servir de ejemplo para
demostrar mi tesis.
La primera forma en que la ciencia tiene valor resulta familiar para
cualquiera. Se trata de que el conocimiento científico nos permite
hacer todo tipo de cosas y construir todo tipo de cosas. Por
supuesto, si hacemos cosas buenas no es solo mérito de la ciencia;
también es mérito de la elección moral que nos condujo a un buen
trabajo. El conocimiento científico es un poder que capacita para
hacer cosas buenas o malas, pero no incluye un manual de
instrucciones sobre cómo utilizarlo. Semejante poder tiene un valor
evidente, incluso si el poder puede ser invalidado por lo que uno
hace.
Aprendí una manera de expresar este problema humano común en
un viaje a Honolulú. Allí, en un templo budista, el hombre que lo
cuidaba explicó algo de la religión budista para los turistas, y luego
terminó su charla diciéndoles que él tenía algo que decirles que
nunca olvidarían, y yo nunca lo he olvidado. Era un proverbio de la
religión budista: «A todo hombre se le da la llave de las puertas del
cielo; la misma llave abre las puertas del infierno».
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 185 Preparado por Patricio Barros
¿Cuál es, entonces, el valor de la llave del cielo? Es cierto que si
carecemos de instrucciones claras que determinen cuál es la puerta
del cielo y cuál es la puerta del infierno, la llave puede ser un objeto
peligroso, pero obviamente tiene valor. ¿Cómo podemos entrar en el
cielo sin ella?
Además, las instrucciones no tendrían valor sin la llave. Por eso
resulta evidente que, pese a que la ciencia podría producir un
tremendo horror en el mundo, tiene valor debido a que puede
producir algo.
Otro valor de la ciencia es la diversión o el disfrute intelectual que
obtienen algunas personas de leer y aprender y reflexionar sobre
ella, y que otras personas obtienen de trabajar en ella. Este es un
punto muy real e importante, y algo que no es suficientemente
considerado por aquellos que nos dicen que nuestra responsabilidad
social está en reflexionar sobre el impacto de la ciencia en la
sociedad.
¿Tiene este mero disfrute personal algún valor para la sociedad en
conjunto? ¡No! Pero también es una responsabilidad considerar el
valor de la propia sociedad. ¿No se trata, en última instancia, de
disponer las cosas de modo que la gente pueda disfrutar de ellas? Si
es así, el disfrute de la ciencia es tan importante como cualquier
otra cosa.
Pero no quisiera subestimar el valor de la visión del mundo que es el
resultado del esfuerzo científico. Nos hemos visto llevados a
imaginar todo tipo de cosas infinitamente más maravillosas que las
fantasías de los poetas y los soñadores del pasado. Ello muestra que
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 186 Preparado por Patricio Barros
la imaginación de la naturaleza es muchísimo mayor que la
imaginación del hombre. Por ejemplo, es mucho más notable el
hecho de que todos nosotros estemos pegados —la mitad de
nosotros boca abajo— por una misteriosa atracción a una bola
giratoria que ha estado flotando en el espacio durante miles de
millones de años, que ser llevados a lomos de un elefante
sustentado en una tortuga que nada en un mar sin fondo.
He pensado sobre estas cosas tantas veces en solitario que espero
que me excusen si les recuerdo algunas ideas que estoy seguro que
todos ustedes han tenido —o al menos ideas similares— y que nadie
pudo siquiera haber tenido en el pasado, porque la gente no tenía
entonces la información que tenemos hoy acerca del mundo.
Por ejemplo, estoy en la orilla del mar, solo, y empiezo a pensar.
Están las olas que rugen… montañas de moléculas, cada una
ocupándose estúpidamente de su propio trabajo… billones por
separado… pero formando espuma blanca al unísono.
Época tras época… antes de que cualquier ojo pudiera ver… año
tras año… tronando en la costa como ahora. ¿Para quién, para
qué…? en un planeta muerto, sin ninguna vida que mantener.
Nunca en reposo… torturado por la energía… desperdiciada
prodigiosamente por el sol… derramada en el espacio. Una pulga
hace que el mar ruja.
En lo profundo del mar, todas las moléculas repiten las mismas
pautas que cualquier otra hasta que se forman nuevas pautas
complejas. Ellas construyen otras semejantes a sí mismas… y
empieza una nueva danza.
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 187 Preparado por Patricio Barros
Creciendo en tamaño y complejidad… seres vivos, masas de átomos,
ADN, proteínas… en una danza cada vez más complicada.
Desde la cuna a la tierra seca… aquí está de pie… átomos con
conciencia… materia con curiosidad.
De pie junto al mar… maravillado ante las maravillas… yo… un
universo de átomos… un átomo en el universo
Contenido:
§. La gran aventura
§. La idea notable
§. Educación, para el bien y para el mal
§. Nuestra responsabilidad como científicos
§. La gran aventura
El mismo temor, el mismo respeto y misterio, viene una y otra vez
cuando consideramos cualquier problema con profundidad
suficiente. Con más conocimiento se hace un misterio más profundo
y más maravilloso, que nos seduce para penetrar en él aún más
profundamente. Nunca preocupados porque la respuesta pueda
mostrarse decepcionante, sino con placer y confianza levantamos
cada piedra nueva para encontrar una extrañeza inimaginada que
lleva a preguntas y misterios más maravillosos; ¡una gran aventura
ciertamente!
Es cierto que pocas personas ajenas a la ciencia tienen este tipo
concreto de experiencia religiosa. Nuestros poetas no escriben sobre
ello; nuestros artistas no intentan interpretar este hecho notable.
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 188 Preparado por Patricio Barros
No sé por qué. ¿A nadie le inspira nuestra imagen actual del
universo? El valor de la ciencia sigue sin ser cantado por los
cantores, así que ustedes se ven reducidos a oír no un canto o un
poema, sino una conferencia vespertina sobre ella. Esta no es
todavía una edad científica.
Quizá una de las razones es que uno tiene que saber cómo leer la
música. Por ejemplo, el artículo científico dice, quizá, algo así: «El
contenido en fósforo radiactivo del cerebro de la rata disminuye a la
mitad en un periodo de dos semanas». Ahora bien, ¿qué significa
eso?
Significa que el fósforo que hay en el cerebro de una rata (y también
en el mío, y en el de ustedes) no es el mismo fósforo que había hace
dos semanas, sino que todos los átomos que hay en el cerebro están
siendo reemplazados, y los que había allí antes se han ido.
De modo que ¿qué es esta mente, qué son estos átomos con
consciencia? ¡Patatas de la semana pasada! Eso es lo que ahora
puedo recordar que sucedía en mi mente hace un año; una mente
que ha sido reemplazada hace tiempo.
Esto es lo que se entiende cuando uno descubre cuánto tiempo se
necesita para que los átomos del cerebro sean reemplazados por
otros átomos, para advertir que lo que yo llamo mi individualidad es
solo una pauta o una danza. Los átomos entran en mi cerebro,
danza a danza, luego salen; siempre átomos nuevos pero ejecutando
siempre la misma danza, recordando cuál era la danza de ayer.
§. La idea notable
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 189 Preparado por Patricio Barros
Cuando leemos acerca de esto en el periódico, dice: «El científico
afirma que este descubrimiento puede tener importancia para la
cura del cáncer». El artículo solo está interesado en el uso de la
idea, no en la idea misma. Apenas nadie puede entender la
importancia de una idea, es así de notable. Solo, posiblemente,
algunos niños la captan. Y cuando un niño capta una idea como
esa, tenemos un científico. Estas ideas se filtran (a pesar de todo
eso que se dice de que la TV reemplaza al pensamiento), y montones
de niños adquieren el espíritu, y cuando ellos tienen el espíritu
ustedes tienen un científico. Cuando están en nuestras
universidades ya es demasiado tarde para que adquieran este
espíritu, de modo que debemos intentar explicar estas ideas a los
niños.
Me gustaría ahora abordar un tercer valor que tiene la ciencia. Es
un poco más indirecto, aunque no mucho. El científico tiene mucha
experiencia con la ignorancia, la duda y la incertidumbre, y creo que
esta experiencia es de gran importancia. Cuando un científico no
conoce la respuesta a un problema, es ignorante. Cuando tiene una
intuición sobre cuál es el resultado, él está inseguro. Y cuando está
condenadamente seguro de cuál va a ser el resultado, tiene algunas
dudas. Hemos descubierto que para progresar tiene una
importancia trascendental el reconocer la ignorancia y dejar lugar a
la duda. El conocimiento científico es un corpus de enunciados de
grados de certeza variable: algunos más inseguros, algunos casi
seguros, ninguno absolutamente cierto.
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 190 Preparado por Patricio Barros
Ahora bien, nosotros los científicos estamos acostumbrados a esto,
y damos por hecho que es perfectamente coherente estar inseguro,
que es posible vivir y no saber. Pero yo no sé si todo el mundo se da
cuenta de que esto es cierto. Nuestra libertad para dudar nació de
una lucha contra la autoridad en los primeros días de la ciencia.
Fue una lucha muy profunda y muy fuerte. Nos hace preguntarnos
—dudar, eso es todo— y no estar seguros. Y creo que es importante
que no olvidemos la importancia de esta lucha y con ello perdamos
quizá lo que hemos ganado. Aquí hay una responsabilidad hacia la
sociedad.
Todos nos entristecemos cuando pensamos en las maravillosas
capacidades que parecen tener los seres humanos y las
comparamos con sus pequeños logros. Una y otra vez la gente ha
pensado que podríamos hacerlo mucho mejor. Quienes vivían en el
pasado vieron en la pesadilla de sus tiempos un sueño de futuro.
Nosotros, que somos su futuro, vemos que sus sueños, en algunos
aspectos superados, han seguido siendo sueños en muchos otros
aspectos. Las esperanzas actuales para el futuro son, en buena
parte, las mismas que las de ayer.
§. Educación, para el bien y para el mal
En otros tiempos se pensaba que las posibilidades de las personas
no se habían desarrollado debido a que la mayoría de estas
personas eran ignorantes. Con educación universal, ¿podrían todos
los hombres ser Voltaire? El mal puede enseñarse al menos tan
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 191 Preparado por Patricio Barros
eficazmente como el bien. La educación es una gran fuerza, pero lo
es para el bien o para el mal.
Las comunicaciones entre las naciones deben promover el
entendimiento: así llegó otro sueño. Pero las máquinas de
comunicación pueden ser canalizadas o bloqueadas. Lo que se
comunica puede ser verdad o mentira. La comunicación es también
una gran fuerza, pero para el bien o para el mal.
Las ciencias aplicadas deberían liberar a los hombres al menos de
los problemas materiales. La medicina controla las enfermedades. Y
aquí el registro parece ser para bien. Pese a todo hay hombres
trabajando pacientemente para crear grandes plagas y venenos.
Serán utilizados en las guerras del mañana.
Casi todos desaprueban la guerra. Hoy nuestro sueño es la paz. En
la paz, el hombre puede desarrollar mejor las enormes capacidades
que parece tener. Pero quizá los hombres del futuro encontrarán
que dicha paz puede ser también buena y mala. Quizá los hombres
pacíficos se den a la bebida por aburrimiento. Quizá la bebida se
convierta entonces en el gran problema que parece apartar al
hombre de conseguir todo lo que él piensa que debería sacar de sus
capacidades.
Evidentemente, la paz es una gran fuerza, como lo es la sobriedad,
como lo son el poder material, la comunicación, la educación, la
honestidad y los ideales de muchos soñadores.
Tenemos más fuerzas que controlar que los antiguos. Y quizá lo
estemos haciendo un poco mejor que la mayoría de ellos. Pero lo
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 192 Preparado por Patricio Barros
que deberíamos ser capaces de hacer parece gigantesco si se
compara con nuestros confusos logros.
¿A qué se debe esto? ¿Por qué no podemos conquistarnos?
Porque descubrimos que incluso las grandes fuerzas y capacidades
no llevan con ellas instrucciones claras sobre cómo utilizarlas. A
modo de ejemplo, la gran acumulación de conocimiento acerca del
comportamiento del mundo físico solo nos convence de que este
comportamiento parece carecer de significado. Las ciencias no
enseñan directamente el bien y el mal.
A lo largo de las épocas los hombres han tratado de descifrar el
significado de la vida. Han comprendido que si se pudiera dar
alguna dirección o significado a nuestras acciones, se liberarían
grandes fuerzas humanas. Por eso se han dado muchas respuestas
a la pregunta sobre el significado de todas las cosas. Pero las ha
habido de todos los tipos diferentes, y los proponentes de una
respuesta han mirado con horror las acciones de los creyentes en
otra. Horror, porque desde un punto de vista diferente todas las
grandes capacidades de la raza estaban siendo dirigidas hacia un
callejón sin salida, falso y limitador. De hecho, es gracias a la
historia de las enormes monstruosidades creadas por falsas
creencias por lo que los filósofos han comprendido las capacidades
aparentemente infinitas y maravillosas de los seres humanos. El
sueño consiste en encontrar el canal abierto.
¿Cuál es, entonces, el significado de todo? ¿Qué podemos decir para
disipar el misterio de la existencia?
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 193 Preparado por Patricio Barros
Si tenemos en cuenta todas las cosas, no solo lo que sabían los
antiguos, sino todo lo que hoy sabemos y que ellos no sabían,
entonces creo que debemos admitir francamente que no sabemos.
Pero al admitir esto, hemos encontrado probablemente el canal
abierto.
Esta no es una idea nueva; esta es la idea de la edad de la razón.
Esta es la filosofía que guio a los hombres que construyeron la
democracia en la que vivimos. La idea de que nadie sabía realmente
cómo dirigir un gobierno condujo a la idea de que deberíamos
establecer un sistema por el que nuevas ideas pudieran
desarrollarse, intentarse, descartarse, y formar más nuevas ideas;
un sistema de ensayo y error. Este método fue un resultado del
hecho de que la ciencia ya se estaba mostrando como una aventura
exitosa a finales del siglo XVII. Incluso entonces estaba claro para
las personas con preocupaciones sociales que la apertura de las
posibilidades era una oportunidad, y que la duda y la discusión
eran esenciales para avanzar en lo desconocido. Si queremos
resolver un problema que nunca antes hemos resuelto, debemos
dejar entreabierta la puerta a lo desconocido.
§. Nuestra responsabilidad como científicos
Estamos en los primerísimos comienzos de la raza humana. No es
irrazonable que tropecemos con problemas. Hay decenas de miles
de años en el futuro. Nuestra responsabilidad es hacer lo que
podamos, aprender lo que podamos, mejorar las soluciones y
transmitirlas. Nuestra responsabilidad es dejar las manos libres a
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 194 Preparado por Patricio Barros
los hombres del futuro. En la impetuosa juventud de la humanidad
podemos cometer grandes errores que puedan bloquear nuestro
crecimiento durante mucho tiempo. Esto es lo que haremos si
decimos que tenemos ahora las respuestas, tan jóvenes e
ignorantes; si eliminamos toda discusión, toda crítica, diciendo:
«Eso es, muchachos, ¡el hombre está salvado!», y con esto
condenemos al hombre por mucho tiempo a las cadenas de la
autoridad, confinado a los límites de nuestra imaginación actual.
Así ha ocurrido muchas veces antes.
Nuestra responsabilidad como científicos, sabedores del gran
progreso y el gran valor de una filosofía satisfactoria de la
ignorancia, del gran progreso que es el fruto de la libertad de
pensamiento, está en proclamar el valor de esta libertad, enseñar
que la duda no debe ser temida, sino bienvenida y discutida, y exigir
esta libertad como nuestro deber para con todas las generaciones
venideras.
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 195 Preparado por Patricio Barros
Capítulo 7
Informe minoritario de Richard P. Feynman en la investigación
de la lanzadera espacial Challenger
Cuando la lanzadera espacial Challenger explotó poco después de
ser lanzada el 28 de enero de 1986, seis astronautas profesionales y
una profesora de enseñanza secundaria encontraron una muerte
trágica. La nación quedó destrozada, y la NASA vio quebrantada su
autocomplacencia, producto de años de misiones espaciales exitosas,
o, al menos, sin víctimas mortales. Se constituyó una comisión,
dirigida por el secretario de Estado William P. Rogers y compuesta
por políticos, astronautas, militares y un científico, para investigar la
causa del accidente y recomendar medidas para impedir que
sucediera de nuevo un desastre semejante. Quizá el hecho de que
Richard Feynman fuera ese científico haya supuesto que la pregunta
de por qué falló la Challenger no haya quedado enterrada en un
eterno misterio. Feynman tenía más agallas que la mayoría de los
hombres, no temía recorrer todo el país para hablar con los hombres
de a pie, los ingenieros que habían reconocido que la propaganda se
estaba imponiendo sobre la precaución y la seguridad en el programa
de la lanzadera. Su informe, considerado como embarazoso para la
NASA, estuvo a punto de ser rechazado por la Comisión, pero
Feynman luchó por verlo incluido; fue relegado a un apéndice.
Cuando la Comisión convocó una conferencia de prensa en directo
para responder a preguntas, Feynman hizo su ahora famoso
experimento casero con una de las juntas, o anillos-O, de la
lanzadera y un vaso de agua helada. Probó de forma espectacular
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 196 Preparado por Patricio Barros
que aquellas juntas clave habían fallado debido a que unos gestores
ansiosos por impresionar a sus jefes con la puntualidad de sus
programas desoyeron la advertencia de los ingenieros que
aconsejaban aplazar el lanzamiento. Este es ese informe histórico.
Contenido:
§. Introducción
§. Cohetes de combustible sólido (SRB)
§. Motor de combustible líquido (SSME)
§. Aviónica
§. Conclusiones
§. Introducción
Parece que existen opiniones muy diferentes respecto a la
probabilidad de un fallo con pérdida del vehículo y de vidas
humanas. Las estimaciones van desde aproximadamente un 1 por
100 hasta un 1 por 100.000. Las cifras más altas proceden de los
ingenieros, y las cifras más bajas de la administración. ¿Cuáles son
las causas y consecuencias de esta falta de acuerdo? Puesto que un
1 por 100.000 implicaría que se podría lanzar una lanzadera cada
día durante trescientos años con la esperanza de perder tan solo
una, sería más adecuado preguntar: « ¿Cuál es la causa de esta
fantástica fe de la administración en la maquinaria?».
También hemos encontrado que los criterios de certificación
utilizados en los informes de aptitud de vuelo tienden a ser cada vez
menos estrictos. El argumento de que el mismo riesgo se corrió
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 197 Preparado por Patricio Barros
anteriormente sin que hubiera fallos se suele aceptar como
argumento en favor de la seguridad de aceptarlo de nuevo. Por esta
razón, se aceptan una y otra vez debilidades obvias, a veces sin
hacer un intento suficientemente serio para remediarlas, o para
retrasar un vuelo debido a su presencia continuada.
Existen varias fuentes de información. Están los criterios de
certificación publicados, incluyendo una historia de las
modificaciones en forma de exenciones y desviaciones. Además de
esto, los registros de los informes de aptitud de vuelo para cada
vuelo documentan los argumentos utilizados para aceptar los
riesgos del vuelo. Se obtuvo información del testimonio directo y los
informes del responsable de seguridad, Louis J. Ullian, respecto a la
historia de los éxitos de los cohetes de combustible sólido. Había un
estudio adicional debido a él (como presidente del comité de
seguridad para el aborto de lanzamiento [LASP]) que trataba de
determinar los posibles riesgos de accidentes en intentos de poner
en vuelo una fuente de alimentación de plutonio (REG) para futuras
misiones planetarias, que producirían contaminación radiactiva.
También se dispone del estudio de la NASA sobre la misma
cuestión. Para la historia de los motores principales de la lanzadera
espacial se mantuvieron entrevistas con la administración y los
ingenieros en Marshall, y entrevistas informales con ingenieros en
Rocketdyne. También se mantuvo una entrevista informal con un
ingeniero mecánico independiente (Caltech) que fue consultor de la
NASA sobre motores. Se llevó a cabo una visita a Johnson para
recoger información sobre la fiabilidad de la aviónica
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 198 Preparado por Patricio Barros
(computadores, sensores y efectores). Finalmente existe un informe,
«Un examen de las prácticas de certificación potencialmente
aplicables a motores de cohetes tripulados reutilizables», preparado
en el Jet Propulsion Laboratory por N. Moore et al., en febrero de
1986, por encargo de la Oficina de Vuelos Espaciales en la sede
central de la NASA. Trata de los métodos utilizados por la FAA32 y el
ejército para certificar sus turbinas de gas y sus motores para
cohetes. También estos autores fueron entrevistados de manera
informal.
§. Cohetes de combustible sólido (SRB)
Una estimación de la fiabilidad de los cohetes de combustible sólido
fue realizada por el responsable de seguridad, estudiando la
experiencia de todos los vuelos de cohetes anteriores. De un total de
casi 2900 vuelos, 121 fallaron (1 de cada 25). En estos se incluyen,
no obstante, los que pueden denominarse errores iniciales, cohetes
lanzados en los primeros intentos y en los que se han detectado y
corregido errores de diseño. Una cifra más razonable para los
cohetes ya experimentados podría ser de 1 cada 50. Con un cuidado
especial en la selección e inspección de las piezas, podría lograrse
una cifra por debajo de 1 entre 100, aunque un 1 entre 1000 no es
probablemente alcanzable con la tecnología actual. (Puesto que hay
dos cohetes en la lanzadera, estas tasas de fallo para cohetes deben
multiplicarse por dos para obtener las tasas de fallo de la lanzadera
32 FAA = Federal Aviation Agency. Sección del Departamento de Transportes que establece las normas de
seguridad de los transportes aéreos. (N. del t.)
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 199 Preparado por Patricio Barros
a partir de las tasas de fallo de los cohetes propulsores de
combustible sólido).
Los oficiales de la NASA argumentan que la cifra es mucho más
baja. Señalan que las cifras anteriores se refieren a cohetes no
tripulados, pero puesto que la lanzadera es un vehículo tripulado,
«la probabilidad de éxito de la misión está necesariamente muy
próxima a 1,0». No está muy claro lo que quiere decir esta frase.
¿Significa que está próxima a 1 o que debería estar próxima a 1? Su
argumento continúa diciendo que: «Históricamente, este grado
extraordinariamente alto de éxito ha dado lugar a una diferencia
entre las políticas de los programas de vuelos espaciales tripulados
y los programas no tripulados; por ejemplo, uso de probabilidad
numérica frente a juicio técnico». (Estas citas proceden de Space
Shuttle Data for Planetary Mission RTG Safety Analysis, páginas 3-1,
3-2, 15 de febrero de 1985, NASA, JSC). Es cierto que si la
probabilidad de fallo fuera tan baja como un 1 por 100.000 se
necesitaría un desmesurado número de pruebas para determinarla
(pues lo único que se obtendría sería una serie de vuelos perfectos
de los que no sale una cifra precisa, salvo que la probabilidad es
probablemente menor que el número de tales vuelos en la serie).
Pero si la probabilidad real no es tan pequeña, los vuelos
manifestarían problemas, casi fallos, y posiblemente fallos reales
con una estimación razonable. De hecho, en algunas ocasiones la
experiencia previa de la NASA ha puesto de manifiesto precisamente
estas dificultades, casi accidentes, y accidentes, todos los cuales
son advertencias de que la probabilidad de fallo del vuelo no era tan
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 200 Preparado por Patricio Barros
pequeña. La inconsistencia del argumento para no determinar la
fiabilidad a partir de la experiencia histórica, como hizo el
responsable de seguridad, está en que la NASA también apela a la
historia, cuando empieza diciendo: «Históricamente, este grado
extraordinariamente alto de éxito de las misiones…». Finalmente, si
vamos a reemplazar la utilización de la probabilidad numérica
estándar por un juicio técnico, ¿por qué encontramos una
disparidad tan enorme entre la estimación de la administración y el
juicio de los ingenieros? Podría parecer que, con algún objetivo, ya
fuera para consumo interno o externo, la administración de la NASA
exagerara la fiabilidad de su producto hasta extremos fantásticos.
No se reproducirá aquí la historia de la certificación y los informes
de aptitud de vuelo. (Véase otro apartado de los informes de la
Comisión). Resulta muy evidente el fenómeno de la aceptación de
precintos de vuelo que han mostrado erosión y dilatación en vuelos
anteriores. El vuelo del Challenger es un ejemplo excelente. Hay
varias referencias a vuelos que habían tenido lugar antes. La
aceptación y éxito de dichos vuelos se toma como evidencia de
seguridad. Pero la erosión y la dilatación no son las que el diseño
había previsto. Son advertencias de que algo está mal. El
equipamiento no está funcionando como se esperaba, y por
consiguiente hay un peligro de que pueda funcionar con
desviaciones incluso mayores de forma inesperada y no
completamente entendida. El hecho de que este peligro no
condujera a una catástrofe antes no es garantía de que no vaya a
hacerlo la próxima vez, a menos que se haya alcanzado una
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 201 Preparado por Patricio Barros
completa comprensión del mismo. Cuando se juega a la ruleta rusa,
el hecho de que el primer disparo no haya producido daños sirve de
poco consuelo para el siguiente. El origen y las consecuencias de la
erosión y la dilatación no se entendían. No ocurrieron de la misma
forma en todos los vuelos y todas las juntas; a veces eran mayores y
a veces eran menores. ¿Por qué no iban a conducir alguna vez a una
catástrofe, cuando se dieran ciertas condiciones determinadas?
Pese a estas variantes de un caso a otro, los oficiales se
comportaban como si lo entendieran, dándose argumentos
aparentemente lógicos unos a otros que con frecuencia se basaban
en el «éxito» de vuelos previos. Por ejemplo, para determinar si el
lanzamiento del vuelo 51-L33 era seguro pese a la erosión del anillo
en el vuelo 51-C, se hizo notar que la profundidad de erosión era
solo de un tercio del radio. En experimentos realizados haciendo
cortes en el anillo se había advertido que era necesario un corte con
una profundidad de un radio antes de que el anillo fallara. En lugar
de preocuparse por la razonable posibilidad de que las variaciones
de estas condiciones mal comprendidas pudieran crear esta vez una
erosión más profunda, se afirmó que había «un factor de seguridad
de tres». Este es un uso extraño del término «factor de seguridad»
del ingeniero. Cuando se construye un puente para soportar una
cierta carga sin que las vigas se rompan, agrieten o se deformen
permanentemente, debe diseñarse de modo que los materiales
utilizados soporten realmente tres veces esta carga. Este «factor de
seguridad» admite excesos imprevistos de carga, o cargas extra
33 Este era el vuelo en el que se produjo el accidente. (N. del t.)
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 202 Preparado por Patricio Barros
desconocidas, o una debilidad en los materiales que podrían tener
fallos inesperados, etc. Si en estas condiciones se somete el nuevo
puente a la carga esperada y aparece una grieta en una viga, esto
indica un fallo del diseño. No había factor de seguridad en absoluto;
incluso aunque el puente no se venga abajo realmente porque la
grieta solo ha llegado a un tercio del grosor de la viga. Los anillos-O
de los cohetes propulsores de combustible sólido no estaban
diseñados para desgastarse. La erosión era una clave de que algo
iba mal. La erosión no era algo a partir de lo cual pudiera inferirse
la seguridad.
Sin una comprensión completa, no se podía confiar en que las
condiciones del vuelo siguiente no fueran a producir una erosión
tres veces más grave que en la ocasión anterior. En cualquier caso,
los oficiales se engañaron al pensar que tenían esta comprensión y
confianza, pese a las variaciones peculiares de un caso a otro. Se
hizo un modelo matemático para calcular la erosión. Era un modelo
que no se basaba en los conocimientos físicos, sino en un ajuste a
una curva empírica. Más concretamente, se suponía que un chorro
de gas caliente incidía sobre el material del anillo-O, y se
determinaba la temperatura en el punto de remanso (hasta aquí,
con leyes termodinámicas y físicas razonables). Pero para
determinar cuánto caucho se erosionaba se suponía que esto
dependía solo de dicha temperatura a través de una fórmula
sugerida por datos tomados de un material similar. Una
representación logarítmica sugería una línea recta, de modo que se
supuso que la erosión variaba como la potencia 0,58 de la
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 203 Preparado por Patricio Barros
temperatura, siendo determinado este 0,58 por ajuste. En cualquier
caso, ajustando algunos otros números, se determinó que el modelo
daba cuenta de la erosión (hasta una profundidad de un tercio del
radio del anillo). ¡No hay nada más erróneo aquí que creerse la
respuesta! En todos los lugares aparecen incertidumbres. La
intensidad del chorro de gas era impredecible, pues dependía de
agujeros formados en la masa. La dilatación mostraba que el anillo
podría fallar incluso si no se erosionaba completamente, sino solo
parcialmente. Se sabía que la fórmula empírica era imprecisa, pues
no pasaba directamente por los mismos puntos que sirvieron para
determinarla. Había una nube de puntos bastante por encima, y
otra bastante por debajo de la curva ajustada, de modo que era
razonable predecir erosiones importantes por esta sola razón.
Incertidumbres similares afectaban a las otras constantes que
aparecían en la fórmula, etc., etc. Cuando se usa un modelo
matemático, debe prestarse una cuidadosa atención a las
incertidumbres del modelo.
§. Motor de combustible líquido (SSME)
Durante el vuelo 51-L los tres motores principales de la lanzadera
espacial funcionaron perfectamente, incluso si, en el último
momento, empezaron a apagarse los motores cuando el suministro
de combustible empezó a fallar. Sin embargo, surge la pregunta
acerca de si, de haber fallado y haber investigado con tanto detalle
como lo hicimos con el cohete propulsor de combustible sólido,
habríamos encontrado una similar falta de atención a los fallos y
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 204 Preparado por Patricio Barros
una fiabilidad en entredicho. En otras palabras, los fallos de
organización que contribuyeron al accidente ¿se limitaban al sector
del cohete propulsor de combustible sólido o eran una característica
más general de la NASA? Con ese fin se investigaron los motores
principales de la lanzadera espacial y la aviónica. No se hizo ningún
estudio similar del vehículo orbital ni del tanque externo.
El motor es una estructura mucho más complicada que el cohete
propulsor de combustible sólido, y en él interviene una ingeniería
mucho más detallada. En general, la ingeniería parece ser de alta
calidad y aparentemente se presta una considerable atención a las
deficiencias y los defectos encontrados en el funcionamiento.
La manera usual de diseñar tales motores (para aviones militares o
civiles) puede denominarse el sistema de componentes, o diseño de
abajo arriba. En primer lugar, es necesario entender completamente
las propiedades y limitaciones de los materiales que se van a utilizar
(para aletas de turbina, por ejemplo), y se han iniciado test en
bancos experimentales para determinarlos. Con este conocimiento
se diseñan y ponen a prueba por separado piezas componentes
mayores (tales como engranajes). A medida que se advierten
deficiencias y errores de diseño, estos son corregidos y verificados
con pruebas adicionales. Puesto que solo se prueban piezas de una
en una, estas pruebas y modificaciones no son muy caras.
Finalmente se construye el diseño final y el motor completo, con las
especificaciones necesarias. Para entonces, hay una buena
probabilidad de que la máquina tenga éxito en general, o que
cualquier posible fallo sea fácilmente aislado y analizado porque los
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 205 Preparado por Patricio Barros
modos de fallo, limitaciones de materiales, etc., se entienden muy
bien. Hay una buena probabilidad de que las modificaciones para
que el motor supere las últimas dificultades no sean muy difíciles de
hacer, pues la mayor parte de los problemas graves ya han sido
descubiertos y tratados antes en las primeras y menos caras etapas
del proceso.
El motor principal de la lanzadera fue tratado de una forma
diferente: de arriba abajo, podríamos decir. El motor fue diseñado y
ensamblado de una vez con relativamente pocos estudios
preliminares y detallados del material y los componentes. En este
caso, cuando se encuentran problemas en los engranajes, las aletas
de las turbinas, los conductos refrigerantes, etc., es más caro y
difícil descubrir las causas y hacer cambios. Por ejemplo, se han
encontrado grietas en las aletas de las turbinas de la turbo-bomba
de oxígeno a alta presión. ¿Son debidas a fallos en el material, al
efecto de la atmósfera de oxígeno sobre las propiedades del material,
a las tensiones térmicas de arranque o desconexión, a la vibración y
las tensiones de funcionamiento estacionario, o son debidas
fundamentalmente a alguna resonancia a ciertas velocidades, etc.?
¿Cuánto tiempo podemos funcionar desde el inicio de una grieta
hasta la rotura, y cómo depende esto del nivel de potencia? Usar el
motor entero como un banco de prueba para resolver estas
cuestiones es extraordinariamente caro. Nadie quiere perder
motores enteros para descubrir dónde y cómo ocurren los fallos.
Pese a todo, un conocimiento preciso de esta información es
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 206 Preparado por Patricio Barros
esencial para adquirir confianza en la fiabilidad del motor en uso.
Sin una comprensión detallada, no puede llegarse a esta confianza.
Una desventaja adicional del método de arriba abajo es que, si se
alcanza a comprender un defecto, una simple modificación, tal como
una forma nueva para la carcasa de la turbina, puede ser imposible
de implementar sin rediseñar completamente el motor.
El motor principal de la lanzadera espacial es una máquina muy
notable. Tiene una razón de propulsión a peso mayor que cualquier
motor anterior. Está construido en el límite de, o fuera de, cualquier
experiencia previa en ingeniería. Por consiguiente, y tal como se
esperaba, se han manifestado muchos tipos diferentes de defectos y
dificultades. Puesto que, por desgracia, estaba construido al modo
de arriba abajo, estos son difíciles de localizar. El objetivo de una
vida media de 55 disparos equivalentes (27 000 segundos de
operación, bien en una misión de 500 segundos, o en un ensayo)
con el que fue diseñado, no ha sido alcanzado. El motor requiere
ahora mantenimiento y reemplazamiento muy frecuente de piezas
importantes, tales como turbo-bombas, placas metálicas para
blindaje, etc. La turbo-bomba de combustible a alta presión tuvo
que ser reemplazada cada tres o cuatro misiones equivalentes
(aunque eso quizá se haya corregido ahora) y la turbo-bomba de
oxígeno a alta presión cada cinco o seis. Esto es como mucho un 10
por 100 de la especificación original. Pero lo que más nos interesa
aquí es la determinación de la fiabilidad.
En un total de unos 250.000 segundos de funcionamiento, las
máquinas han fallado seriamente quizá 16 veces. La ingeniería
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 207 Preparado por Patricio Barros
presta mucha atención a estos fallos y trata de remediarlos lo más
rápidamente posible. Esto se hace mediante estudios de prueba
sobre bancos especiales diseñados experimentalmente para el fallo
en cuestión, mediante inspección cuidadosa del motor en busca de
claves reveladoras (tales como grietas), y mediante unos estudios y
análisis considerables. De esta forma, pese a las dificultades del
diseño de arriba abajo, muchos problemas han sido aparentemente
resueltos con arduo trabajo.
A continuación se da una lista de algunos de los problemas. Los que
están seguidos por un (*) están probablemente resueltos:
Grietas en las aletas de la turbina en las turbo-bombas de
combustible a alta presión (HPFTP). (Quizá han sido resueltas).
Grietas en las aletas de la turbina en turbo-bombas de oxígeno
a alta presión (HPOTP).
Ruptura de línea en el Sistema de Encendido Ampliado (ASI).*
Fallo en la válvula de purgado.*
Erosión en la cámara ASI.*
Fractura en la placa metálica de la turbina HPFTP.
Fallo en el conducto refrigerante HPFTP.*
Fallo en el codo de la salida de la cámara de combustión
principal.*
Fallo en el codo de entrada en la cámara de combustión
principal.*
Torbellino subsíncrono HPOTP.*
Sistema de corte de seguridad de aceleración de vuelo (fallo
parcial en un sistema redundante).*
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 208 Preparado por Patricio Barros
Desprendimientos en el engranaje (parcialmente resuelto).
Una vibración a 4000 hercios que hace inoperantes algunos
motores, etc.
Muchos de estos problemas resueltos eran las dificultades iniciales
de un nuevo diseño, pues 13 de ellos ocurrieron en los primeros
125.000 segundos y solo tres en los siguientes 125.000 segundos.
Naturalmente, nunca se puede estar seguro de que se hayan
eliminado todos los problemas y, para algunos de ellos, quizá la
corrección no haya abordado la verdadera causa. Así pues, no es
irrazonable conjeturar que pueda haber al menos una sorpresa en
los próximos 250.000 segundos, con una probabilidad de 1/500 por
motor y por misión. En una misión hay tres motores, pero algunos
accidentes estarían posiblemente controlados y solo afectan a un
motor. El sistema puede abortar con solo dos motores. Por
consiguiente, digamos que las sorpresas desconocidas no nos
permiten conjeturar, ni siquiera respecto de sí mismas, que la
probabilidad de un fallo en la misión debido al motor principal de la
lanzadera espacial es menor que 1/500. A esto debemos sumar la
probabilidad de fallo debido a problemas conocidos pero aún no
resueltos (aquellos sin asterisco en la lista anterior). Los
discutiremos más abajo. (Los ingenieros en Rocketbyne, el
fabricante, estiman la probabilidad total en 1/10.000. Los
ingenieros de Marshall la estiman en 1/300, mientras que la
administración de la NASA, a quien informan estos ingenieros,
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 209 Preparado por Patricio Barros
afirma que es 1/100.000. Un ingeniero independiente consultado
por la NASA piensa que 1 o 2 por 100 es una estimación razonable).
La historia de los principios de certificación para estos motores es
confusa y difícil de explicar. Inicialmente parecía existir la regla de
que, para certificar un tiempo de funcionamiento del motor, cada
uno de los motores de un par tomado como muestra debe haber
funcionado sin fallos durante un tiempo doble al que se va a
certificar (regla de 2x). Al menos esa es la práctica de la FAA, y la
NASA parece haberla adoptado, confiando originalmente en que el
tiempo certificado fuera de 10 misiones (y, por consiguiente, de 20
misiones para cada muestra). Obviamente, los mejores motores para
utilizar serían, por comparación, aquellos con un tiempo de
funcionamiento total (vuelo más prueba) máximo: los denominados
«líderes de flota». Pero ¿qué pasa si una tercera muestra y otras
varias fallan en un corto tiempo? Ciertamente, el hecho de que dos
de ellos tuvieran una duración anormalmente alta no nos ofrecería
mucha seguridad. El tiempo corto podría ser más representativo de
las posibilidades reales y, en la idea de un factor de seguridad de 2,
deberíamos actuar la mitad del tiempo de las muestras de corta
vida.
Este lento deslizamiento hacia un factor de seguridad cada vez
menor puede verse en muchos ejemplos. Tomemos el de las aletas
de la turbina HPFTP. En primer lugar, la idea de poner a prueba un
motor entero fue abandonada. En cada motor se han reemplazado
muchas piezas importantes (como las propias turbo-bombas) a
intervalos frecuentes, de modo que la regla debe ser trasladada de
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 210 Preparado por Patricio Barros
los motores a los componentes. Aceptamos un tiempo de
certificación para un HPFTP si cada una de dos muestras aleatorias
ha funcionado con éxito durante el doble de ese tiempo (y por
supuesto, como cuestión práctica, sin insistir ya en que este tiempo
sea tan grande como 10 misiones). Pero ¿qué es «con éxito»? Cuando
se trata de ofrecer en la práctica un factor de seguridad mayor que
2, la FAA considera como fallo una grieta en la aleta de una turbina.
Un motor puede funcionar durante un cierto tiempo desde el
instante en que se inicia una grieta hasta que se ha hecho
suficientemente grande para provocar una fractura. (La FAA está
considerando nuevas reglas que tomen en cuenta este tiempo de
seguridad extra, pero solo si se analiza con mucho cuidado con
modelos conocidos dentro de un rango de experiencia conocido y
con materiales completamente verificados. Ninguna de estas
condiciones se aplica al motor principal de la lanzadera espacial).
Se encontraron grietas en muchas aletas de turbina de HPFTP en la
segunda etapa. En un caso se encontraron tres al cabo de 1900
segundos, mientras que en otro caso no se encontró ninguna al
cabo de 4200 segundos, aunque normalmente estos ensayos más
largos mostraban grietas. Para seguir con esta historia tendremos
que darnos cuenta de que la tensión depende mucho del nivel de
potencia. El vuelo del Challenger iba a producirse, y ya se habían
realizado vuelos previos, con los motores funcionando durante la
mayor parte del tiempo a un nivel de potencia llamado 104 por 100
del nivel de potencia tasado. A juzgar por algunos datos materiales
se supone que, al nivel 104 por 100 de nivel de potencia tasado, el
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 211 Preparado por Patricio Barros
tiempo para la producción de grietas es aproximadamente el doble
que al 109 por 100 o nivel de potencia total (FPL). Estaba previsto
realizar futuros vuelos a este nivel debido a que debían llevar cargas
más pesadas, y se hicieron muchas pruebas a dicho nivel. Por
consiguiente, al dividir el tiempo del 104 por 100 por 2 obtenemos
unidades llamadas equivalente de nivel de potencia completa
(EFPL). (Obviamente, esto introduce cierta incertidumbre, pero no
ha sido estudiada). Las primeras grietas mencionadas más arriba
ocurrieron a 1375 EFPL.
Ahora la regla de certificación se convierte en «limitar todas las
aletas de la segunda fase a un máximo de 1375 segundos EFPL». Si
uno objeta que se ha perdido el factor de seguridad de 2, se le
señala que la turbina actuó durante 3800 segundos EFPL sin
grietas, y la mitad de esto es 1900, de modo que estamos siendo
más conservadores. Nos hemos engañado de tres maneras. En
primer lugar, tenemos solo una muestra, y no es la líder de flota,
pues en las otras dos muestras de 3800 segundos se detectaron en
conjunto 17 aletas con grietas. (Hay 59 aletas en el motor). En
segundo lugar, hemos abandonado la regla 2x y hemos sustituido el
tiempo doble por un tiempo igual. Y finalmente, 1375 segundos es el
tiempo que había transcurrido cuando detectamos una grieta.
Podemos decir que no se había detectado ninguna grieta por debajo
de 1375, pero la última vez que miramos y no vimos grietas era al
cabo de 1100 segundos EFPL. No sabemos en qué momento se
formó la grieta entre estos instantes; por ejemplo, pueden haberse
formado grietas a 1150 segundos EFPL. (Aproximadamente 2/3 de
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 212 Preparado por Patricio Barros
los conjuntos de aletas probadas con más de 1375 segundos EFPL
tenían grietas. De hecho, algunos experimentos recientes muestran
grietas ya a los 1150 segundos). Era importante mantener alto el
número, pues el Challenger iba a utilizar un motor muy próximo al
límite para el instante en que el vuelo terminase.
Finalmente, se afirma que los criterios no se han abandonado, y que
el sistema es seguro, abandonando así el convenio de la FAA según
el cual no debería haber grietas y considerando como fallo solo una
aleta completamente fracturada. Con esta definición, ningún motor
ha fallado todavía. La idea es que, puesto que hay un margen de
tiempo suficiente para que una grieta crezca hasta fracturarse,
podemos garantizar que todo es seguro inspeccionando todas las
aletas en busca de grietas. Si se encuentran, las reemplazamos, y si
no se encuentra ninguna tenemos tiempo suficiente para una
misión segura. De esta forma, el problema de la grieta deja de ser
un problema de seguridad de vuelo y se convierte en un mero
problema de mantenimiento.
Quizá esto sea realmente cierto. Pero ¿hasta qué punto sabemos
que las grietas siempre crecen con lentitud suficiente para que no
pueda producirse ninguna fractura en una misión? Tres motores
han funcionado durante tiempos largos (aproximadamente 3000
segundos EFPL) con unas pocas aletas agrietadas y sin que se
rompan aletas.
Pero quizá se haya encontrado una corrección para este
agrietamiento. Cambiando la forma de la aleta, redondeando la
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 213 Preparado por Patricio Barros
superficie, y cubriéndola con aislante para excluir un choque
térmico, las aletas no se han agrietado hasta ahora.
Algo muy similar aparece en la historia de la certificación de la
HPOTP, pero no daremos aquí los detalles.
Es evidente, en resumen, que los informes de aptitud de vuelo y las
reglas de certificación muestran un agravamiento de algunos de los
problemas del motor principal de la lanzadera espacial que guarda
una estrecha analogía con el deterioro visto en las reglas para el
cohete propulsor de combustible sólido.
§. Aviónica
Por «aviónica» se entiende el sistema cibernético del vehículo orbital
tanto como sus sensores de entrada y efectores de salida. En primer
lugar, nos restringiremos a los ordenadores propiamente dichos y
no nos interesaremos en la fiabilidad de la información de entrada
procedente de los sensores de temperatura, presión, etc., o de si la
señal de salida del ordenador es o no seguida fielmente por los
efectores de disparos de cohetes, controles mecánicos, pantallas de
los astronautas, etc.
El programa informático es muy complicado, con más de 250.000
instrucciones. Es responsable, entre muchas otras cosas, del
control automático del ascenso completo hasta la órbita, y del
descenso hasta bien entrada la atmósfera (por debajo de Mach 1)
una vez que se ha presionado un botón que decide el lugar de
aterrizaje deseado. Sería posible realizar todo el aterrizaje
automáticamente (excepto que la señal de despliegue del tren de
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 214 Preparado por Patricio Barros
aterrizaje se deja expresamente fuera del control del ordenador y
debe ser dada por el piloto, manifiestamente por razones de
seguridad), pero semejante aterrizaje completamente automático no
es probablemente tan seguro como un aterrizaje controlado por un
piloto. Durante el vuelo orbital se utiliza, para el control de las
cargas, la presentación de la información a los astronautas y el
intercambio de información con la base en tierra. Es evidente que la
seguridad del vuelo requiere una precisión garantizada de este
complicado sistema de hardware y software informático.
En resumen, la fiabilidad del hardware se garantiza teniendo cuatro
sistemas informáticos independientes esencialmente idénticos. Cada
sensor posible tiene también múltiples copias, normalmente cuatro,
y cada copia alimenta una de las cuatro líneas de ordenador. Si las
entradas de los sensores no están de acuerdo, se utiliza como
entrada efectiva algún promedio o la selección de la mayoría, según
las circunstancias. El algoritmo utilizado por cada uno de los cuatro
computadores es exactamente idéntico, de modo que sus entradas
(puesto que cada uno de ellos ve una de las copias de los sensores)
son las mismas. Por consiguiente, en cada paso los resultados de
cada computador deberían ser idénticos. De cuando en cuando se
comparan pero, puesto que podrían operar a velocidades
ligeramente diferentes, se establece un sistema de parada y espera
en instantes especificados antes de hacer cada comparación. Si uno
de los computadores no está de acuerdo con los otros, o tarda
mucho en tener lista su respuesta, se supone que los tres que
coinciden son correctos y el computador discordante se elimina del
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 215 Preparado por Patricio Barros
sistema. Si ahora falla otro computador, a juzgar por el acuerdo de
los otros dos, aquel se excluye del sistema, y el resto del vuelo se
cancela y se inicia el descenso hacia el lugar de aterrizaje,
controlado por los dos computadores restantes. Se ve que este es un
sistema redundante puesto que el fallo de un solo computador no
afecta a la misión. Finalmente, y como un aspecto extra en la
seguridad, existe un quinto computador independiente, cuya
memoria está cargada solo con los programas para ascenso y
descenso, y que es capaz de controlar el descenso si hay un fallo de
más de dos de los computadores de entre los cuatro principales.
No hay suficiente espacio en la memoria de los computadores
principales para todos los programas de ascenso, descenso, y para
los programas de la carga en vuelo, de modo que los astronautas
tienen que cargar la memoria unas cuatro veces a partir de cintas.
Debido al enorme esfuerzo necesario para reemplazar el software de
un sistema tan complicado, y para comprobar un nuevo sistema, no
se ha hecho ningún cambio en el hardware desde que el sistema se
estableció hace aproximadamente quince años. El hardware actual
es obsoleto; por ejemplo, las memorias son del viejo tipo de núcleo
de ferrita. Cada vez es más difícil encontrar fabricantes que
suministren este tipo de computadores pasados de moda que sean
fiables y de alta calidad. Los computadores modernos son mucho
más fiables, pueden funcionar con mucha más rapidez y con
circuitos más simples, y permiten hacer más cosas; y no se
necesitaría cargar la memoria tantas veces pues sus memorias son
mucho mayores. El software se comprueba con mucho cuidado de
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 216 Preparado por Patricio Barros
una forma de abajo arriba. Primero se comprueba cada nueva
instrucción, y luego se verifican los módulos o secciones de código
con una función especial. El alcance se aumenta paso a paso hasta
que se incorporan los nuevos cambios en un sistema completo y se
pone a prueba. Este output completo se considera como producto
final, de nueva distribución. Pero de forma totalmente
independiente hay un grupo de verificación independiente, que
adopta una actitud contraria a la del grupo de desarrollo del
software y comprueba y verifica el software como si fuera el cliente
de un producto entregado. Hay otra verificación adicional al usar los
nuevos programas en simuladores, etc. Un descubrimiento de un
error durante la prueba de verificación se considera muy grave, y su
origen se estudia cuidadosamente para evitar tales errores en el
futuro. Tales errores inesperados se han encontrado solo seis veces
en toda la programación y los cambios de programas (para cargas
nuevas o alteradas) que se han hecho. El principio que se sigue es
que toda la verificación no es un aspecto de la seguridad del
programa, sino que es simplemente un test de dicha seguridad, en
una verificación no catastrófica. La seguridad del vuelo debe
juzgarse solamente sobre la base de cómo funcionan los programas
en las pruebas de verificación. Un fallo aquí genera una
preocupación considerable.
Para resumir, la aptitud y el sistema de comprobación de software
informático son de la máxima calidad. No parece que exista ningún
proceso de engaño gradual similar a la degradación de las normas
que es tan característica de los sistemas de seguridad del cohete
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 217 Preparado por Patricio Barros
propulsor de combustible sólido o del motor principal de la
lanzadera espacial. Por supuesto, ha habido sugerencias recientes
por parte de la administración para reducir estas pruebas
complicadas y costosas como innecesarias en este último periodo de
la historia de la lanzadera. Hay que resistirse a ello pues esto
supone pasar por alto las mutuas influencias sutiles y las fuentes
de error generado por cambios incluso menores de una parte del
programa por otra. Hay peticiones continuas de cambios cada vez
que se sugieren nuevas cargas y nuevas demandas y modificaciones
por parte de los usuarios. Los cambios son costosos porque
requieren unas pruebas exhaustivas. La forma adecuada de ahorrar
dinero es reducir el número de cambios requeridos, y no la calidad
de las pruebas para cada uno.
Se podría añadir que este complicado sistema podría mejorarse
mucho con técnicas de hardware y programación más modernas.
Cualquier concurso externo tendría todas las ventajas que supone el
empezar de nuevo, y sería oportuno considerar cuidadosamente si
esa es o no una buena idea para la NASA.
Finalmente, volviendo a los sensores y efectores de la aviónica,
encontramos que la actitud hacia el fallo y la fiabilidad del sistema
no es ni mucho menos tan buena como para el sistema informático.
Por ejemplo, hubo problemas con ciertos sensores de temperatura
que fallaban a veces. Pero dieciocho meses después todavía se
estaban utilizando los mismos sensores, aun fallando algunas
veces, hasta que un lanzamiento tuvo que ser suspendido porque
dos de ellos fallaron al mismo tiempo. Incluso en un vuelo posterior
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 218 Preparado por Patricio Barros
fue utilizado de nuevo este sensor poco fiable. Una vez más, los
sistemas de control de reacción, los chorros del cohete utilizados
para reorientación y control en vuelo, siguen siendo poco fiables.
Hay una redundancia considerable, pero también una larga historia
de fallos, ninguno de los cuales ha sido todavía suficientemente
extenso para afectar seriamente a un vuelo. La acción de los chorros
se comprueba mediante sensores, y si estos dejan de dispararse los
computadores deciden que se dispare otro chorro. Pero el hecho es
que no están diseñados para fallar, y el problema debería ser
resuelto.
§. Conclusiones
Cuando se quiere mantener un programa razonable de
lanzamientos, sucede a veces que la ingeniería no puede
desarrollarse a un ritmo suficientemente rápido para mantener las
expectativas de los criterios de certificación originalmente
conservadores diseñados para garantizar un vehículo muy seguro.
En estas situaciones, de forma sutil, y a menudo con argumentos
aparentemente lógicos, se alteran los criterios de modo que los
vuelos puedan seguir siendo certificados a tiempo. Por consiguiente,
se realizan vuelos en condiciones relativamente poco seguras, con
una probabilidad de fallo del orden de un 1 por 100 (es difícil ser
más preciso).
La administración oficial, por el contrario, afirma creer que la
probabilidad de fallo es mil veces menor. Una razón para esto puede
ser un intento de garantizar al gobierno de la NASA la perfección y
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 219 Preparado por Patricio Barros
el éxito, y asegurar la financiación. La otra puede ser que crean
sinceramente que es verdad, lo que demuestra una casi increíble
falta de comunicación entre ellos mismos y sus ingenieros.
En cualquier caso, esto ha tenido consecuencias muy
desafortunadas, la más seria de las cuales es animar a ciudadanos
normales a volar en una máquina tan peligrosa, como si esta
hubiera alcanzado la seguridad de un avión ordinario. Los
astronautas, como los pilotos de pruebas, deberían conocer sus
riesgos, y nosotros los admiramos por su valor. ¿Quién puede dudar
que McAuliffe34 era igualmente una persona de gran valor, que
estaba más próxima a un conocimiento del verdadero riesgo que el
que la administración de la NASA nos haría creer?
Hagamos recomendaciones para asegurar que los empleados de la
NASA trabajan en un mundo de realidades cuando buscan una
comprensión suficientemente buena de las debilidades e
imperfecciones tecnológicas para tratar activamente de eliminarlas.
Deben vivir en la realidad al comparar los costes y la utilidad de la
lanzadera con otros métodos de ir al espacio. Y deben ser realistas
al hacer contratos, al estimar los costes y la dificultad de los
proyectos. Solo deberían proponerse programas de vuelo realistas,
programas que tengan una posibilidad razonable de ser llevados a
cabo. Si así planteados el gobierno no los apoyara, entonces así sea.
La NASA debe ser franca, honesta e informativa con los ciudadanos
a quienes pide apoyo, de modo que estos ciudadanos puedan tomar
las decisiones más sabias para el uso de sus recursos limitados.
34 Sharon Christa McAuliffe era la profesora que murió en el accidente. Su misión era realizar experimentos en condiciones de microgravedad con fines educativos. (N. del t.)
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 220 Preparado por Patricio Barros
Para una tecnología exitosa, la realidad debe tener preferencia sobre
las relaciones públicas, pues la naturaleza no puede ser engañada.
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 221 Preparado por Patricio Barros
Capítulo 8
¿Qué es la ciencia?
¿Qué es la ciencia? ¡Es sentido común! ¿O no lo es? En abril de 1966
el maestro de profesores pronunció un discurso ante la Asociación
Nacional de Profesores de Ciencias en el que dio a sus colegas
profesores lecciones de cómo enseñar a sus estudiantes a pensar
como científicos y a ver el mundo sin prejuicios, con curiosidad y,
sobre todo, duda. Esta charla es también un tributo a la enorme
influencia que tuvo el padre de Feynman —un viajante de
uniformes— sobre la forma de mirar el mundo de Feynman.
Agradezco a Mr. DeRose la oportunidad que me brinda de unirme a
ustedes, profesores de ciencias. Yo también soy un profesor de
ciencias. Tengo demasiada experiencia en enseñar a estudiantes
licenciados en física, y como resultado de dicha experiencia sé que
no sé cómo enseñar.
Estoy seguro de que ustedes, que son auténticos profesores que
trabajan en el nivel inferior de esta jerarquía de profesores,
instructores de profesores y expertos en currículos, también están
seguros de que tampoco saben cómo hacerlo; de lo contrario no se
habrían molestado en venir a la convención.
El tema « ¿Qué es la ciencia?» no lo escogí yo. Fue Mr. DeRose quien
lo propuso. Pero me gustaría decir que, en mi opinión, « ¿Qué es la
ciencia?» no es en absoluto equivalente a «cómo enseñar ciencia», y
debo llamar su atención sobre esto por dos razones. En primer
lugar, por la forma en que me estoy preparando para dar esta
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 222 Preparado por Patricio Barros
conferencia puede parecer que estoy tratando de decirles cómo
enseñar ciencia; pero no va a ser así en absoluto, porque no sé nada
sobre niños pequeños. Tengo uno, y por eso sé que no sé. La otra
razón es que creo que la mayoría de ustedes (dado que hay tantas
charlas y tantos artículos y tantos expertos en este campo) tienen
cierta sensación de falta de autoconfianza. En cierto modo, a
ustedes siempre les están diciendo que las cosas no van demasiado
bien y que deberían aprender a enseñar mejor. Yo no voy a
reprenderles por las cosas malas que están ustedes haciendo ni voy
a indicarles cómo pueden ser mejoradas; no es esa mi intención.
Como cuestión de hecho, los estudiantes que hoy ingresan en
Caltech son muy buenos, y encontramos que van mejorando con los
años. Ahora bien, yo no sé cómo se ha hecho. Me pregunto si
ustedes lo saben. Yo no quiero interferir con el sistema; es muy
bueno.
Hace tan solo dos días tuvimos una reunión en la que decidimos
que ya no es necesario impartir un curso de mecánica cuántica
elemental en los estudios de doctorado. Cuando yo era estudiante,
ni siquiera había un curso de mecánica cuántica en el doctorado
porque se consideraba un tema demasiado difícil. Cuando empecé a
dar clases por primera vez, teníamos uno. Ahora la enseñamos a los
estudiantes de licenciatura. Descubrimos ahora que no es necesario
tener cursos de mecánica cuántica elemental para licenciados de
otras facultades. ¿Por qué estamos apretando? Porque somos
capaces de enseñar mejor en la universidad, y eso se debe a que los
estudiantes que ingresan están mejor preparados.
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 223 Preparado por Patricio Barros
¿Qué es la ciencia? Por supuesto, todos ustedes lo saben si la
enseñan. Eso es sentido común. ¿Qué puedo decir yo? Si ustedes no
lo saben, el manual del profesor que acompaña a todo libro de texto
ofrece una explicación completa del tema. Es una especie de
destilación distorsionada, descafeinada y tergiversada de palabras
de Francis Bacon de hace algunos siglos, palabras que entonces se
suponía que eran la filosofía profunda de la ciencia. Pero uno de los
mayores científicos experimentales de la época, y que realmente
estaba haciendo algo, William Harvey35, dijo que lo que Bacon decía
que era la ciencia era la ciencia que haría un lord canciller. Él
hablaba de hacer observaciones, pero omitía el factor vital del
criterio acerca de qué observar y a qué prestar atención.
Y por eso, la ciencia no es lo que los filósofos han dicho que es, ni,
por supuesto, lo que dicen que es los manuales de los profesores. Lo
que realmente es, es un problema que yo me planteé a mí mismo
una vez que acepté dar esta charla.
Al cabo de algún tiempo recordé un pequeño poema:
Un ciempiés estaba muy feliz,
hasta que un sapo le dijo en broma:
Dime, ¿qué pata viene detrás de qué otra?».
Esto le hizo dudar a tal extremo
que distraído cayó en una zanja
sin saber cómo andar.
35 Harvey (1578-1657) descubrió el sistema circulatorio de la sangre. (N. del e.)
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 224 Preparado por Patricio Barros
He pasado toda mi vida haciendo ciencia y sé lo que hacía, pero
ahora me siento incapaz de explicar lo que he venido a contarles —
qué pie viene detrás de qué otro— y, además, me preocupa la
analogía con el poema y que ya no sea capaz de hacer investigación
cuando vuelva a casa.
Varios periodistas han intentado repetidamente conseguir una
especie de resumen de esta charla. La preparé hace poco tiempo, así
que fue imposible ofrecérselo; pero ahora los veo a todos
apresurándose para escribir un titular que dice: «El profesor llamó
sapo al presidente de la Asociación Nacional de Profesores de
Ciencias».
Dada esta circunstancia de la dificultad del tema y mi antipatía
hacia las exposiciones filosóficas, lo presentaré de una forma no
muy habitual. Simplemente voy a decirles cómo aprendí yo lo que es
la ciencia. Esto es un poco infantil. Yo la aprendí cuando era niño.
La he llevado en mi sangre desde el principio. Y me gustaría decirles
cómo lo conseguí. Esto suena como si yo estuviera tratando de
decirles cómo enseñar, pero no es esa mi intención. Yo voy a
decirles lo que es la ciencia tal como yo aprendí lo que es la ciencia.
Mi padre me la enseñó. Se cuenta —yo no soy directamente
consciente de la conversación— que cuando yo estaba en el vientre
de mi madre, mi padre dijo que «si es un niño, será un científico».
¿Cómo lo hizo? Él nunca me dijo que yo tenía que ser un científico.
Él no era un científico; era un hombre de negocios, un gerente de
ventas de una compañía de uniformes, pero leía acerca de la ciencia
y la amaba. Cuando yo era muy joven —es la primera historia que
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 225 Preparado por Patricio Barros
recuerdo—, cuando todavía comía en una silla alta, mi padre jugaba
a un juego conmigo después de cenar. Había comprado todo un lote
de viejas baldosas rectangulares del suelo de un baño de alguna
casa de Long Island. Las colocábamos en fila, una detrás de otra, y
me dejaba empujar la última y observar qué pasaba con el conjunto.
Hasta aquí, todo bien.
A continuación, el juego mejoró. Las baldosas eran de colores
diferentes. Yo tenía que colocar una blanca, dos azules, una blanca,
dos azules, y otra blanca y luego dos azules; tal vez yo quería
colocar otra azul, pero tenía que ser una blanca. Ustedes reconocen
ya el ingenio engatusador habitual: primero hacer disfrutar con el
juego, ¡y luego introducir poco a poco material de valor educativo!
Bien; mi madre, que es una mujer mucho más sensible, empezó a
darse cuenta de la insidia de sus esfuerzos y dijo: «Mel, deja al
pobre niño que coloque una baldosa azul si quiere hacerlo». Mi
padre dijo: «No, yo quiero que preste atención a las pautas. Son las
únicas matemáticas que puedo enseñarle a este nivel primitivo». Si
yo tuviera que dar una charla sobre ¿qué son las matemáticas?, ya
les habría dado la respuesta. Las matemáticas son la búsqueda de
pautas. (El hecho es que esta educación tuvo algún efecto. Tuvimos
una prueba experimental directa cuando fui al jardín de infancia.
En esos días hacíamos entramados. Lo han suprimido; es
demasiado difícil para los niños. Acostumbrábamos a entramar
papel coloreado en tiras verticales y construir pautas. La profesora
del jardín de infancia estaba tan sorprendida que envió una carta
especial a casa para informar que este niño era muy poco normal,
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 226 Preparado por Patricio Barros
porque parecía ser capaz de imaginar por adelantado qué pauta iba
a obtener, y construía pautas sorprendentemente complicadas. Así
que el juego de las baldosas sí que hizo algo por mí).
Me gustaría presentar otra evidencia de que las matemáticas son
solo pautas. Cuando estaba en Cornell, me sentía bastante
fascinado por el conjunto de los estudiantes, que para mí consistía
en algunas personas razonables diluidas en una gran masa de gente
estúpida que estudiaba economía doméstica, etc., incluyendo
montones de chicas. Yo solía sentarme en la cafetería con los
estudiantes y comía y trataba de oír sus conversaciones para ver si
salía alguna palabra inteligente. Pueden ustedes imaginar mi
sorpresa cuando descubrí algo tremendo, o así me lo pareció.
Oí una conversación entre dos chicas, y una le estaba explicando a
la otra que «si quieres trazar una línea recta, ves, tú tienes que
desplazarte cierta cantidad hacia la derecha por cada fila que subes,
es decir, si tú te mueves cierta cantidad constante a medida que
subes una fila, consigues una línea recta». ¡Un principio profundo
de geometría analítica! Seguía. Yo estaba bastante sorprendido. No
era consciente de que la mente femenina fuera capaz de entender la
geometría analítica.
Ella siguió y dijo: «Supón que tú tienes otra recta que viene del lado
contrario y quieres averiguar dónde se van a cortar. Supón que en
una recta tú te mueves dos pasos hacia la derecha por cada uno
que te mueves hacia arriba, y la otra recta se mueve tres pasos
hacia la derecha por cada uno que se mueve hacia arriba, y
empiezan a veinte pasos de distancia, etc.». Yo estaba atónito. ¡Ella
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 227 Preparado por Patricio Barros
descubrió dónde estaba el punto de corte! Resultó que una chica le
estaba explicando a la otra la forma de tejer calcetines con diseño
de rombos.
Así aprendí una lección: la mente femenina es capaz de entender la
geometría analítica. Las personas que durante años han estado
insistiendo (frente a cualquier evidencia obvia en sentido contrario)
en que el hombre y la mujer son iguales y capaces de pensamiento
racional pueden apoyarse en esto. La dificultad puede estar
simplemente en que nunca hemos descubierto una forma de
comunicar con la mente femenina. Si se hace de la forma correcta,
quizá ustedes sean capaces de sacar algo de todo esto.
Ahora seguiré con mi propia experiencia como joven aprendiz en
matemáticas.
Otra cosa que me dijo mi padre —y no puedo explicarla por
completo, puesto que fue más una sensación que una historia— era
que el cociente entre la circunferencia y el diámetro de cualquier
círculo era siempre el mismo, fuera cual fuera su tamaño. Eso no
me parecía demasiado obvio, pero este cociente tenía alguna
propiedad maravillosa. Era un número maravilloso, un número
profundo, π. Había un misterio en este número que yo no acababa
de entender cuando era joven, pero era algo grande, y el resultado
fue que yo buscaba π en todas partes.
Cuando más tarde estaba estudiando en la escuela cómo
representar fracciones en forma decimal, y cómo representar 3 1/8,
escribí 3,125; y pensando que reconocía a un amigo escribí que eso
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 228 Preparado por Patricio Barros
era igual a π, el cociente entre la circunferencia y el diámetro de un
círculo. El maestro lo corrigió y puso 3,1416.
Ilustro estas cosas para mostrar una influencia. Lo importante para
mí era la idea de que existe un misterio, que hay algo maravilloso
acerca de ese número, y no qué valor tenía ese número. Mucho más
tarde, cuando estaba haciendo experimentos en el laboratorio —
quiero decir en mi propio laboratorio casero—, jugueteando… no,
excúsenme, yo no hacía experimentos, nunca los hice; solo
jugueteaba. Yo hacía radios y artilugios. Jugueteaba. Poco a poco,
con libros y manuales empecé a descubrir que había fórmulas
aplicables a la electricidad que relacionaban la corriente y la
resistencia, y así sucesivamente. Un día, buscando las fórmulas en
algún libro descubrí una fórmula para la frecuencia de un circuito
resonante que era 2π (LC)1/2, donde L es la inductancia y C la
capacitancia del circuito. Y ahí estaba π, pero ¿dónde estaba el
círculo? Ustedes se ríen, pero yo entonces estaba muy serio. π era
algo que tenía que ver con círculos, y aquí está π saliendo de un
circuito eléctrico, donde [representa] el círculo. ¿Saben ustedes, los
que se ríen, de dónde sale π?
Tengo que amar la cosa. Tengo que buscarla. Tengo que pensar
sobre ella. Y entonces me di cuenta, por supuesto, de que las
bobinas están hechas en círculos. Aproximadamente medio año más
tarde encontré otro libro que daba la inductancia de bobinas
redondas y de bobinas cuadradas, y en estas otras fórmulas había
otras π. Empecé a pensar de nuevo sobre ello, y me di cuenta de
que la π no procedía de las bobinas circulares. Lo entiendo mejor
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 229 Preparado por Patricio Barros
ahora; pero en el fondo sigo sin saber dónde está ese círculo, de
dónde sale esa π. […]
* * * *
Me gustaría decir una palabra o dos — ¿puedo interrumpir mi
pequeña historia?— sobre las palabras y las definiciones, porque es
necesario aprender las palabras. Eso no es ciencia; lo que no quiere
decir que solo porque no sea ciencia no tengamos que enseñar las
palabras. No estamos hablando de qué hay que enseñar; estamos
hablando de qué es la ciencia. No es ciencia saber cómo se pasa de
grados centígrados a Fahrenheit. Es necesario, pero no es
exactamente ciencia. En el mismo sentido, si están discutiendo qué
es el arte, ustedes no dirían que el conocimiento del hecho de que
un lápiz 3-B es más blando que un lápiz 2-B es arte. Hay una clara
diferencia. Eso no significa que un profesor de arte no deba
enseñarlo, o que un artista se las arregle muy bien si no lo sabe.
(Realmente ustedes pueden descubrirlo en un minuto si hacen la
prueba; pero eso es una forma científica de explicarlo en la que
quizá no piensen los profesores de arte).
Para hablar a los demás tenemos que conocer palabras, y todo eso
está bien. Es una buena idea tratar de ver la diferencia, y es una
buena idea saber cuándo estamos enseñando las herramientas de la
ciencia, tales como las palabras, y cuándo estamos enseñando la
propia ciencia.
Para aclarar aún más mi observación, escogeré cierto libro de
ciencia para criticarlo desfavorablemente, lo que no es muy justo
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 230 Preparado por Patricio Barros
porque estoy seguro que con poco esfuerzo puedo encontrar cosas
igualmente desfavorables que decir sobre otros libros.
Hay un libro de ciencia de grado elemental que, en la primera
lección del primer curso, empieza a enseñar ciencia de una manera
poco afortunada, porque parte de una idea falsa de lo que es la
ciencia. Hay una imagen de un perro, un perro de juguete con
cuerda: una mano le da cuerda y entonces el perro es capaz de
moverse. Debajo de la última imagen dice: « ¿Qué le hace moverse?».
Más adelante, hay una imagen de un perro real y la pregunta: «
¿Qué le hace moverse?». Luego hay una imagen de una motocicleta
y la pregunta: « ¿Qué le hace moverse?», y así sucesivamente.
Al principio pensé que se estaban preparando para decir de qué
ciencia se trataba: física, biología, química. Pero no era así. La
respuesta estaba en el manual del profesor; la respuesta que yo
estaba tratando de aprender es que «la energía le hace moverse».
Ahora bien, la energía es un concepto muy sutil. Es muy, muy difícil
de captar. Lo que quiero decir con ello es que no es fácil entender la
energía lo suficientemente bien como para utilizarla de forma
adecuada, de modo que uno pueda deducir algo correctamente
utilizando la idea de energía. Eso está más allá del primer curso.
Igualmente se podría decir que «Dios le hace moverse», o «un
espíritu le hace moverse», o «la movilidad le hace moverse». (De
hecho, está igualmente bien decir «la energía le hace pararse»).
Mirémoslo de esta forma: eso es solo la definición de energía.
Debería invertirse. Cuando algo puede moverse podríamos decir que
hay energía en ello, pero no que «lo que le hace moverse es la
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 231 Preparado por Patricio Barros
energía». Esta es una diferencia muy sutil. Sucede lo mismo con
este enunciado sobre la inercia. Quizá pueda hacer la diferencia un
poco más clara de esta manera:
Si ustedes preguntan a un niño qué es lo que hace moverse al perro
de juguete, si ustedes preguntan a un ser humano corriente qué es
lo que hace que se mueva un perro de juguete, eso es en lo que
ustedes deberían pensar. La respuesta es que ustedes le dieron
cuerda; el muelle trata de desenrollarse y empuja los engranajes.
Qué buena manera de empezar un curso de ciencia. Desmonten el
juguete; vean cómo funciona. Vean la astucia de los engranajes;
vean los trinquetes. Aprendan algo sobre el juguete, cómo está
compuesto, el ingenio de la gente que concibe los trinquetes y otras
cosas. Eso está bien. La pregunta es acertada. Es la respuesta la
que no es muy afortunada, porque lo que estaban tratando de hacer
es enseñar una definición de energía. Pero con ello no se ha
aprendido nada.
Supongamos que un estudiante dijera: «Yo no creo que sea la
energía lo que le hace moverse». ¿Adónde nos llevaría la discusión?
Finalmente descubrí una forma de comprobar si uno ha enseñado
una idea o si solo ha enseñado una definición. Compruébenlo de
esta forma: ustedes dicen: «Sin utilizar la nueva palabra que acaban
de aprender, traten de expresar de otra manera lo que acaban de
aprender en su propio lenguaje». «Sin utilizar la palabra “energía”,
díganme lo que saben ahora sobre el movimiento del perro». Ustedes
no pueden hacerlo. De modo que no aprendieron nada salvo la
definición. No aprendieron nada sobre ciencia. Quizá todo eso sea
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 232 Preparado por Patricio Barros
correcto. Quizá ustedes no quieran aprender algo sobre ciencia
inmediatamente. Tienen que aprender definiciones. Pero para una
primera lección, ¿no es eso posiblemente destructivo? Creo que,
como lección número uno, aprender una fórmula mística para
responder a preguntas es muy malo. El libro contiene algunas otras:
«la gravedad le hace caer»; «las suelas de sus zapatos se gastan
debido a la fricción». El cuero de los zapatos se gasta debido a que
se frota contra la acera y los pequeños cortes y protuberancias de la
acera agarran fragmentos y los arrancan. Decir simplemente que es
a causa de la fricción es lamentable, porque no es ciencia.
Mi padre trabajaba un poco con la energía y utilizaba el término
una vez que yo ya tenía alguna idea sobre ello. Yo sé lo que hubiera
hecho él, porque de hecho eso mismo es lo que él hacía (aunque no
con el mismo ejemplo del perro de juguete). Si quisiera dar la misma
lección, diría: «Se mueve porque el Sol brilla». Y yo diría: «No. ¿Qué
tiene eso que ver con el brillo del Sol? Se movió porque yo le di
cuerda».
— ¿Y por qué, amigo mío, puedes tú moverte para dar cuerda a este
muelle?
—Yo como.
— ¿Qué comes tú, amigo mío?
—Yo como plantas.
— ¿Y cómo crecen las plantas?
—Crecen porque el Sol brilla.
Y lo mismo sucede con el perro. ¿Qué hay de la gasolina? Es energía
acumulada del Sol que es captada por las plantas y conservada en
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 233 Preparado por Patricio Barros
el suelo. Cualquier otro ejemplo termina en el Sol. Y, así, la misma
idea acerca del mundo que trata de exponer nuestro libro de texto
queda reformulada de una forma muy excitante. Todas las cosas
que vemos moverse se mueven porque el Sol brilla. Explica la
relación entre una fuente de energía y otra, y puede ser negada por
el niño. Este podría decir: «No creo que se deba a que el Sol brilla», y
ustedes pueden iniciar así un debate. De modo que hay una
diferencia. (Más tarde yo podría desafiarle con las mareas, y con lo
que hace que la Tierra gire, y entrar de nuevo en contacto con el
misterio).
Este es simplemente un ejemplo de la diferencia entre definiciones
(que son necesarias) y ciencia. La única objeción en este caso
concreto era que se trataba de la primera lección. Ciertamente debe
aparecer más adelante, al explicar qué es la energía, pero no en una
pregunta tan simple como « ¿Qué hace que un perro se mueva?». A
un niño se le debería dar una respuesta de niño. «Abrámoslo;
mirémoslo».
Durante los paseos por el bosque con mi padre yo aprendí mucho.
En el caso de los pájaros, por ejemplo; en lugar de nombrarlos, mi
padre diría: «Mira, fíjate que el pájaro está siempre picoteando en
sus plumas. Picotea mucho en sus plumas. ¿Por qué crees tú que
picotea en sus plumas?».
Yo conjeturaba que era porque las plumas estaban alborotadas y el
pájaro estaba tratando de ordenarlas. Decía: «Muy bien, ¿cuándo se
alborotarán las plumas, o cómo se alborotarán?».
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 234 Preparado por Patricio Barros
«Cuando vuela. Cuando camina, está bien; pero cuando vuela
alborota las plumas». Entonces él decía: «Tú conjeturarías que
cuando el pájaro acaba de posarse tendría que picotear más en sus
plumas que cuando las hubiera ordenado y hubiera estado
caminando un rato por el suelo. Muy bien; veamos».
De modo que mirábamos, y observábamos, y resultaba, por lo que
yo podía ver, que el pájaro picoteaba igual y con la misma
frecuencia independientemente de cuánto tiempo hubiera estado
andando por el suelo, y no solo directamente después del vuelo.
Así que mi conjetura era errónea, y yo no podía conjeturar la razón
correcta. Mi padre me reveló la razón.
Se trata de que los pájaros tienen piojos. Hay un poco de escama
que sale de la pluma —me enseñó mi padre—, materia que puede
comerse, y el piojo se la come. Hay un poco de cera que rezuma
entre las articulaciones de la pata, y hay un bichillo que vive allí y
que puede comer cera. Ahora el bichillo tiene una fuente tan
abundante de alimento que no lo digiere demasiado bien, de modo
que el extremo de su trasero produce un líquido que tiene
demasiado azúcar, y en dicho azúcar vive una minúscula criatura,
etc.
Los hechos no son exactos. El espíritu sí que es exacto. En primer
lugar aprendí sobre parasitismo, un animal en otro, y en otro, en
otro…
En segundo lugar, él continuaba diciendo que dondequiera que
existe cualquier fuente de algo que pueda servir de alimento para
que siga la vida, siempre hay alguna forma de vida que encuentra
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 235 Preparado por Patricio Barros
un modo de utilizar dicha fuente; y que cada trozo de material
residual es comido por algo.
La moraleja de esto es que el resultado de la observación, incluso si
yo era incapaz de llegar a la conclusión final, era una maravillosa
pieza de oro, con un maravilloso resultado. Era algo maravilloso.
Supongamos que se me pidiera que observara, que hiciera una lista,
que escribiera, que hiciera esto, que mirara…, y, cuando escribiera
mi lista, esta pasaba a ser una más entre otras ciento treinta listas
en un cuaderno. Yo aprendería que el resultado de la observación es
relativamente inútil, que no se sigue mucho de ello.
Creo que es muy importante —al menos lo fue para mí— que, si van
ustedes a enseñar a la gente a hacer observaciones, muestren que
algo maravilloso puede salir de ellas. Aprendí entonces de qué
trataba la ciencia. Era paciencia. Si ustedes mirasen, y observasen,
y prestasen atención, obtendrían una gran recompensa de ello
(aunque posiblemente no en todas las ocasiones). Como resultado,
cuando me hice un hombre más maduro trabajaba esforzadamente
en ciertos problemas, hora tras hora y durante años —a veces
muchos años, a veces menos tiempo— fracasando en muchos de
ellos, y tirando mucho material a la papelera. Pero de cuando en
cuando aparecía el oro de ese nuevo conocimiento que yo había
aprendido a esperar cuando era niño, el resultado de la observación.
Pues nunca se me enseñó que la observación no valía la pena.
Dicho sea de paso, en el bosque aprendimos otras cosas. Seguíamos
paseando y veíamos todas las cosas habituales, y hablábamos de
muchas cosas: del crecimiento de las plantas, de la lucha de los
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 236 Preparado por Patricio Barros
árboles en busca de luz, de cómo trataban de subir tan alto como
podían y de cómo podían resolver el problema de subir agua a una
altura mayor que 10 o 12 metros, de las pequeñas plantas en el
suelo que buscaban los débiles rayos de luz que llegaban hasta allí,
de todo lo que crecía, y así sucesivamente.
Al día siguiente de haber visto todo esto, mi padre me llevó de nuevo
al bosque y dijo: «En todo este tiempo que hemos estado mirando el
bosque, solo hemos visto la mitad de lo que sucede, exactamente la
mitad».
Yo le pregunté: « ¿Qué quieres decir?».
Él me respondió: «Hemos estado mirando cómo crecen todas estas
cosas, pero por cada cantidad de crecimiento debe haber la misma
cantidad de descomposición; de lo contrario los materiales
quedarían consumidos para siempre. Aquí habría tirados árboles
muertos que habrían consumido toda la materia del aire, y del
suelo, y esta no volvería al suelo ni al aire, y nada más podría crecer
porque no habría material disponible. Por cada fragmento de
crecimiento debe haber exactamente la misma cantidad de
descomposición».
Siguieron muchas caminatas por el bosque durante las que
rompíamos viejas ramas, veíamos bichos divertidos y hongos que
crecían; él no podía mostrarme bacterias, pero veíamos sus efectos,
y así sucesivamente. Yo veía el bosque como un proceso de reciclaje
constante de materiales.
Había muchas cosas de este tipo, muchas descripciones de cosas,
expresadas de una forma singular. A menudo empezaba a contar
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 237 Preparado por Patricio Barros
algo parecido a esto: «Supón que viene un hombre de Marte y se
pone a observar el mundo». Es una forma muy buena de considerar
el mundo. Por ejemplo, cuando yo estaba jugando con mis trenes
eléctricos, él me decía que hay una gran rueda movida por agua que
está conectada por hilos de cobre, que se extienden y extienden y
extienden en todas direcciones; y luego hay pequeñas ruedas, y
todas estas pequeñas ruedas giran cuando gira la gran rueda. La
única relación entre ellas es por medio de cobre y hierro, nada más,
no hay partes móviles. Tú haces girar aquí una rueda, y giran todas
las ruedas pequeñas que hay por todas partes, y tu tren es una de
ellas. Era un mundo maravilloso del que me hablaba mi padre. […]
* * * *
Lo que la ciencia es, pienso yo, quizá sea algo parecido a esto: hubo
en este planeta una evolución de la vida hasta la fase en que habían
evolucionado animales, que son inteligentes. No quiero decir
simplemente seres humanos, sino simplemente animales que
juegan y pueden aprender algo por experiencia (como los gatos).
Pero en esta fase cada animal tendría que aprender de su propia
experiencia. Ellos se desarrollaban poco a poco, hasta que algún
animal pudo aprender de la experiencia más rápidamente, y pudo
incluso aprender mediante observación de la experiencia de otro; o
uno podría mostrar algo al otro, o veía lo que hacía el otro. Así que
se dio la oportunidad de que todos pudiesen aprenderlo, pero la
transmisión era ineficaz y morían, y quizá el que aprendió murió,
también, antes de que pudiese transmitírselo a los otros.
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 238 Preparado por Patricio Barros
La pregunta es: ¿es posible aprender lo que alguien aprendió por
accidente y hacerlo a un ritmo más rápido que el ritmo con que se
olvida lo aprendido, bien sea debido a la mala memoria o debido a la
muerte de los aprendices o inventores?
Así que quizá llegó un instante en el que, para algunas especies, el
ritmo de incremento del aprendizaje alcanzó un punto tal que
repentinamente sucedió algo completamente nuevo; las cosas
podían ser aprendidas por un animal, transmitidas a otro y a otro,
con tanta rapidez que no había pérdidas para la raza. Así se hizo
posible una acumulación de conocimiento de la raza.
Esto se ha denominado enlace temporal. No sé quién lo llamó así
por primera vez. En cualquier caso, tenemos aquí algunos ejemplos
de estos animales, aquí sentados tratando de enlazar una
experiencia con otra, cada uno tratando de aprender del otro.
Este fenómeno de tener una memoria de la raza, de tener un
conocimiento acumulado transmisible de una generación a otra, era
nuevo en el mundo. Pero llevaba dentro una enfermedad. Era
posible transmitir ideas erróneas. Era posible transmitir ideas que
no eran provechosas para la raza. La raza tiene ideas, pero no son
necesariamente provechosas.
Así que llegó un momento en que las ideas, aunque acumuladas
muy lentamente, no eran solo acumulaciones de cosas prácticas y
útiles, sino grandes acumulaciones de todo tipo de prejuicios y de
creencias extrañas y singulares.
Entonces se descubrió una forma de evitar la enfermedad. Esta
consiste en poner en duda que lo que se que está transmitido desde
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 239 Preparado por Patricio Barros
el pasado es realmente verdadero, y tratar de encontrar ab initio, de
nuevo a partir de la experiencia, cuál es la situación, antes que
confiar en la experiencia del pasado tal como se ha transmitido. Y
eso es la ciencia: el resultado del descubrimiento de que vale la
pena volver a comprobar por nueva experiencia directa, y no confiar
necesariamente en la experiencia del pasado. Así lo veo. Esta es mi
mejor definición.
Me gustaría recordarles todas las cosas que ustedes conocen muy
bien para darles un poco de entusiasmo. En religión, se enseñan
lecciones morales, pero no se enseñan solo una vez: ustedes son
influidos una y otra vez, yo pienso que es necesario influir una y
otra vez, y recordar el valor de la ciencia para los niños, para los
adultos y para cualquier otra persona, en varios aspectos. No solo
para que se conviertan en mejores ciudadanos, más capaces de
controlar la naturaleza y todo eso. Hay otras cosas.
Está el valor de la visión del mundo creada por la ciencia. Está la
belleza y la maravilla del mundo que se descubre a través de los
resultados de estas nuevas experiencias. Es decir, las maravillas del
contenido que acabo de recordarles: que las cosas se mueven
porque el Sol brilla, lo que es una idea profunda, muy extraña y
maravillosa. (Pese a todo, no todas las cosas se mueven porque el
Sol brilla. La Tierra gira independientemente de que el Sol brille, y
las reacciones nucleares produjeron recientemente energía en la
Tierra, una nueva fuente de energía. Probablemente los volcanes
están en general [impulsados] por una fuente diferente del brillo del
Sol).
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 240 Preparado por Patricio Barros
El mundo se ve de forma muy diferente después de aprender
ciencia. Por ejemplo, los árboles están hechos de aire, básicamente.
Cuando se queman, vuelven al aire, y en él calor llameante se libera
el calor llameante del Sol que estaba ligado para convertir el aire en
árboles, y en las cenizas está el pequeño remanente de la parte que
no procede del aire, y que venía en su lugar de la tierra sólida.
Estas son cosas bellas, y el contenido de la ciencia está
maravillosamente lleno de ellas. Son muy inspiradoras, y pueden
utilizarse para inspirar a otros.
Otra de las cualidades de la ciencia es que enseña el valor del
pensamiento racional, así como la importancia de la libertad de
pensamiento; los resultados positivos vienen de poner en duda que
las lecciones sean todas verdaderas. En la enseñanza en especial
ustedes deben distinguir la propia ciencia de las formas o los
procedimientos que se suelen utilizar en el desarrollo de la ciencia.
Es fácil decir: «Nosotros escribimos, experimentamos y observamos,
y hacemos esto o aquello». Pueden copiar esa forma exactamente.
Pero las grandes religiones se diluyen por seguir la forma sin
recordar el contenido directo de las enseñanzas de los grandes
líderes. Del mismo modo, es posible seguir las formas y llamar a eso
ciencia, pero es pseudociencia. De esta manera todos sufrimos el
tipo de tiranía que hoy se da en las grandes instituciones que han
caído bajo la influencia de consejeros pseudocientíficos.
Por ejemplo, tenemos muchos estudios sobre didáctica en los que la
gente hace observaciones y se hacen listas y estadísticas, pero esto
no se convierte luego en ciencia establecida, en conocimiento
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 241 Preparado por Patricio Barros
establecido. Son simplemente una forma imitativa de la ciencia. Es
parecido a lo que sucede con los habitantes de las islas de los Mares
del Sur, que construyen aeropuertos, torres de radio, todo ello
hecho de madera, esperando así que llegue un gran avión. Incluso
construyen aviones de madera de la misma forma que los que ven
en los aeropuertos de los extranjeros que viven a su alrededor, pero,
de forma extraña, esos aviones no vuelan. El resultado de esta
imitación pseudocientífica es producir expertos, lo que son muchos
de ustedes: expertos. Ustedes, profesores que están realmente
enseñando a los niños en el nivel inferior, quizá puedan dudar de
los expertos de cuando en cuando. Aprendan de la ciencia que
ustedes deben dudar de los expertos. Como cuestión de hecho, yo
puedo definir la ciencia también de otro modo: ciencia es la creencia
en la ignorancia de los expertos.
Cuando alguien dice que la ciencia enseña tal y tal cosa, está
utilizando la palabra incorrectamente. La ciencia no lo enseña; es la
experiencia la que lo enseña. Si ellos le dicen que la ciencia ha
demostrado tal y tal cosa, ustedes podrían preguntar: « ¿Cómo lo
demuestra la ciencia —cómo lo descubrieron los científicos—…
cómo, qué, dónde?». La ciencia no lo ha demostrado, sino que es
este experimento, este efecto, el que lo ha demostrado. Y, una vez
oídos los experimentos (pero debemos oír toda la evidencia), usted
tiene tanto derecho como cualquier otro a juzgar si se ha llegado a
una conclusión reutilizable.
En un campo que es tan complicado que la auténtica ciencia no es
aún capaz de llegar a ninguna parte, tenemos que confiar en una
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 242 Preparado por Patricio Barros
especie de sabiduría pasada de moda, una especie de sencillez
definitiva. Estoy tratando de inspirar al profesor en el nivel inferior
para que tenga alguna esperanza y alguna autoconfianza en el
sentido común y en la inteligencia natural. Los expertos que les
están guiando quizá estén equivocados.
Probablemente he arruinado el sistema, y los estudiantes que están
ingresando en Caltech ya no serán tan buenos. Creo que vivimos en
una era acientífica en la que casi todo el embate de las
comunicaciones y los programas de televisión, los libros y demás
cosas son acientíficos. Esto no significa que sean malos, sino que
son acientíficos. Como resultado, hay mucha tiranía intelectual en
nombre de la ciencia. Finalmente, un hombre no puede vivir más
allá de la tumba. Cada generación que descubre algo a partir de su
experiencia debe transmitirlo, pero debe transmitirlo con un
delicado equilibrio entre respeto y falta de respeto, de modo que la
raza (ahora que es consciente de la enfermedad a la que está
sometida) no imponga sus errores de forma demasiado rígida en su
juventud, sino que en efecto transmita la sabiduría acumulada, más
la sabiduría que quizá no sea sabiduría.
Es necesario enseñar a aceptar y a rechazar el pasado con una
especie de equilibrio que requiere una habilidad considerable. La
ciencia es la única de todas las disciplinas que contiene dentro de sí
misma la lección del peligro de la creencia en la infalibilidad de los
maestros de la generación precedente.
Sigamos así. Gracias.
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 243 Preparado por Patricio Barros
Capítulo 9
El hombre más inteligente del mundo
He aquí la maravillosa entrevista con Feynman para la revista Omni
en 1979. Este es Feynman hablando de lo que más conoce y ama —
la física— y lo que menos ama, la filosofía. («Los filósofos deberían
aprender a reírse de sí mismos»). Aquí discute Feynman el trabajo que
le valió el Premio Nobel, la electrodinámica cuántica (QED); luego
pasa a la cosmología, los quarks y esos molestos infinitos que
fastidian tantas ecuaciones.
«Pienso que la teoría es simplemente un modo de barrer las
dificultades debajo de la alfombra —dijo Richard Feynman—. Por
supuesto, no estoy seguro de ello». Suena al tipo de crítica,
ritualmente mesurada, que surge de la audiencia cuando en una
reunión científica se ha presentado un artículo polémico. Pero
Feynman estaba en el podio, pronunciando el discurso de un
ganador del Premio Nobel. La teoría que estaba cuestionando, la
electrodinámica cuántica, ha sido calificada recientemente como «la
más precisa nunca concebida»; sus predicciones son habitualmente
verificadas con una precisión de una parte por millón. Cuando
Feynman, Julian Schwinger y Sin-Itiro Tomonaga la desarrollaron,
independientemente, en los años cuarenta, sus colegas la saludaron
como «la gran limpieza»: una solución a antiguos problemas y una
rigurosa fusión de las dos grandes ideas del siglo en física, la
relatividad y la mecánica cuántica.
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 244 Preparado por Patricio Barros
A lo largo de su carrera, Feynman ha combinado la brillantez teórica
y el escepticismo irreverente. En 1942, después de recibir su
doctorado en Princeton con John Wheeler, participó en el Proyecto
Manhattan. En Los Álamos era un genio de veinticinco años, que no
se intimidaba ante los titanes de la física que le rodeaban (Niels
Bohr, Enrico Fermi, Hans Bethe) ni por la urgencia y alto secreto del
proyecto. El personal de seguridad estaba desconcertado por su
facilidad para abrir cajas fuertes; a veces escuchando los
minúsculos movimientos del mecanismo del candado, a veces
conjeturando qué constante física había utilizado el usuario de la
caja como combinación. (Feynman no ha cambiado desde entonces;
muchos de sus estudiantes en Caltech han aprendido, además de
su física, habilidades para desvalijar cajas).
Después de la guerra, Feynman trabajó en la Universidad de
Cornell. Allí, como cuenta en esta entrevista, Bethe fue el
catalizador de sus ideas sobre la solución del «problema de los
infinitos». Los niveles exactos de energía de los electrones en los
átomos de hidrógeno, y las fuerzas entre los electrones (que se
mueven a tal velocidad que había que tener en cuenta los efectos
relativistas), habían sido ya objeto de trabajos pioneros durante tres
décadas. Todo electrón, afirmaba la teoría, estaba rodeado por
«partículas virtuales» transitorias conjuradas del vacío por la masa-
energía del primero; a su vez, estas partículas conjuraban a otras, y
el resultado era una cascada matemática que predecía una carga
infinita para cada electrón. Tomonaga había sugerido en 1943 una
forma de evitar el problema, y sus ideas se hicieron conocidas
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 245 Preparado por Patricio Barros
precisamente cuando Feynman en Cornell y Schwinger en Harvard
estaban dando el mismo paso crucial. Los tres compartieron el
Premio Nobel de Física en 1965. Para entonces, las herramientas
matemáticas de Feynman, las «integrales de Feynman», y los
diagramas que había ideado para describir las interacciones entre
partículas eran parte del equipamiento de cualquier físico teórico. El
matemático Stanislaw Ulam, otro veterano de Los Álamos, dice de
los diagramas de Feynman que son «una notación que impulsa las
ideas en direcciones que pueden mostrarse útiles o incluso
novedosas y decisivas». La idea de partículas que viajan hacia atrás
en el tiempo, por ejemplo, es un producto de dicha notación.
En 1950 Feynman se trasladó a Caltech, en Pasadena. Todavía
conserva el inconfundible acento de un neoyorquino trasplantado,
pero el sur de California parece el hábitat adecuado para él: entre
las «historias de Feynman» que cuentan sus colegas, su afición por
Las Vegas y la vida nocturna en general ocupa un lugar importante.
«Mi mujer no podía creer que yo hubiera aceptado realmente una
invitación para dar una charla donde tuviera que llevar un
esmoquin —dice—. Cambié de opinión un par de veces». En el
prefacio a The Feynman’s Lectures of Physics, ampliamente utilizado
como libro de texto desde que fueron recogidas y publicadas en
1963, él aparece con una sonrisa maniaca, tocando un tambor de
conga. (Se dice que en los bongos puede dar diez golpes con una
mano mientras da once con la otra; inténtenlo y quizá decidan que
la electrodinámica cuántica es más fácil).
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 246 Preparado por Patricio Barros
Entre los otros logros de Feynman está su contribución a la
comprensión de las transiciones de fase en el helio super enfriado, y
su trabajo con su colega de Caltech Murray Gell-Mann36 sobre la
teoría de la desintegración beta de los núcleos atómicos. Ambos
temas están aún lejos de la solución final, señala él; de hecho, no
duda en calificar a la propia electrodinámica cuántica de «estafa»
que deja sin responder cuestiones lógicas importantes. ¿Qué tipo de
persona puede hacer un trabajo de este calibre al tiempo que
alimenta las dudas más penetrantes? Sigan leyendo y descúbranlo.
Para alguien que mire la física de altas energías desde fuera, su
objetivo parece estar en encontrar los constituyentes últimos
de la materia. Parece una búsqueda que podemos remontar
hasta el átomo de los griegos, la partícula «indivisible». Pero con
los grandes aceleradores, ustedes obtienen fragmentos que son
más masivos que las partículas de partida, y quizá quarks que
nunca pueden ser separados. ¿Qué supone eso para la
búsqueda?
Yo no pienso que esa sea siempre la búsqueda. Los físicos están
tratando de descubrir cómo se comporta la naturaleza; quizá hablan
descuidadamente acerca de cierta «partícula última» porque así es
como se considera la naturaleza en un momento dado, pero…
Supongamos que la gente está explorando un nuevo continente, ¿de
acuerdo? Ven agua que corre por el suelo, ya han visto eso antes y
36 ] Gell-Mann (n. 1929) ganó el Premio Nobel de Física en 1969 por sus contribuciones y descubrimientos
concernientes a la clasificación de las partículas elementales y sus interacciones. En 1954, Gell-Man y G. Zweig
introdujeron el concepto de quarks. (N. del e.)
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 247 Preparado por Patricio Barros
lo llaman «ríos». Así que dicen que están explorando para encontrar
las cabeceras, van río arriba, y seguro que ahí están, todo va muy
bien. Pero, miren, cuando han remontado suficientemente lejos
descubren que el sistema entero es diferente: hay un gran lago, o
fuentes, o ríos que corren en círculo. Usted podría decir: « ¡Ajá! Han
fallado», pero no es nada de eso. La razón real de lo que estaban
haciendo era explorar el terreno. Si resultó que no había fuentes,
ellos podrían sentirse ligeramente embarazados por su forma
descuidada de explicarse, pero nada más. Mientras parezca que la
forma en que las cosas están construidas es a base de ruedas
dentro de ruedas, entonces uno está buscando la rueda más
interna. Pero podría no ser así, ¡en cuyo caso uno está buscando
cualquier maldita cosa que uno encuentre!
Pero seguramente ustedes deben tener alguna idea de lo que
van a encontrar; ¿tiene que haber cordilleras y valles y cosas
así…?
Sí, pero ¿qué pasa si cuando uno llega allí son todo nubes? Uno
puede esperar algunas cosas, puede elaborar teoremas sobre la
topología de las divisorias del terreno, pero ¿qué pasa si uno
encuentra una especie de bruma, tal vez, con cosas que se
concentran a partir de ella, sin que haya forma de distinguir la
tierra del aire? ¡Toda la idea de partida se ha esfumado! Este es el
tipo de cosas excitantes que suceden de vez en cuando. Uno es
presuntuoso si dice: «Vamos a encontrar la partícula final, o las
leyes del campo unificado» o «el» algo. Si sale algo sorprendente, el
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 248 Preparado por Patricio Barros
científico disfruta aún más. ¿Piensa usted que él va a decir: « ¡Oh!,
no es como yo esperaba, no hay partícula final, no quiero
explorarlo»? No, él va a decir: « ¿Qué demonios es eso, entonces?».
¿Ha visto usted que eso suceda?
No supone ninguna diferencia: yo tengo lo que tengo. Uno tampoco
puede decir que siempre vaya a haber sorpresas; hace algunos años
yo era muy escéptico acerca de las teorías gauge37, en parte porque
esperaba que las interacciones nucleares fuertes fueran más
diferentes de la electrodinámica de lo que ahora parece que son. Yo
estaba esperando bruma, y ahora parece que hay cordilleras y valles
después de todo.
¿Van a hacerse las teorías físicas más abstractas y
matemáticas? ¿Podría darse hoy el caso de un teórico como
Faraday a comienzos del siglo XIX, sin mucha formación
matemática pero con una poderosísima intuición física?
Diría que hay muchísimas probabilidades en contra. Por una parte,
uno necesita las matemáticas simplemente para entender lo que se
ha hecho hasta ahora. Aparte de eso, el comportamiento de los
sistemas subnucleares es tan extraño comparado con aquellos para
cuyo manejo ha evolucionado el cerebro que el análisis tiene que ser
muy abstracto: para entender el hielo, uno tiene que entender cosas
que en sí mismas son muy diferentes del hielo. Los modelos de
Faraday eran mecánicos —muelles y cables y bandas tensas en el
37 Teorías en las que los potenciales de interacción pueden neutralizarse multiplicando las funciones de onda que
describen a las partículas por una fase local apropiada. (N. del t.)
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 249 Preparado por Patricio Barros
espacio— y sus imágenes estaban tomadas de la geometría básica.
Creo que hemos entendido todo lo que podemos desde ese punto de
vista; lo que hemos encontrado en este siglo es bastante diferente,
bastante oscuro, y hacer más progresos exigirá muchas
matemáticas.
¿Limita eso el número de personas que pueden contribuir, o
siquiera entender lo que se está haciendo?
Quizá algún otro desarrollará una manera de pensar sobre los
problemas de modo que podamos entenderlos más fácilmente.
Quizá se enseñen cada vez más pronto. Sabe usted, no es cierto que
lo que se denominan matemáticas «abstrusas» sean tan difíciles.
Tomemos algo como la programación de un ordenador con la lógica
cuidadosa necesaria para ello, el tipo de pensamiento que papá y
mamá decían que es solo para profesores. Bien, ahora eso forma
parte de un montón de actividades cotidianas, es un modo de vivir;
sus hijos están interesados y pegados a un ordenador ¡y están
haciendo las cosas más locas y maravillosas!
…¡con anuncios de escuelas de programación en cualquier caja
de cerillas!
Cierto. Yo no creo en la idea de que haya unas pocas personas
especiales capaces de entender las matemáticas, y que el resto del
mundo es normal. Las matemáticas son un descubrimiento
humano, y no son más complicadas de lo que los seres humanos
pueden entender. Hace tiempo yo tenía un libro de cálculo que
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 250 Preparado por Patricio Barros
decía: «Lo que un loco puede hacer, puede hacerlo otro». Lo que
hemos sido capaces de establecer acerca de la naturaleza puede
parecer abstracto y amenazador para alguien que no lo ha
estudiado, pero eran locos los que lo hicieron, y en la próxima
generación todos los locos lo entenderán.
Hay una tendencia a la pomposidad en todo esto, para hacerlo todo
profundo. Mi hijo está siguiendo un curso de filosofía y ayer por la
noche estábamos considerando algo de Spinoza… ¡y había el
razonamiento más pueril! Estaban todos esos atributos y
sustancias, todas estas elucubraciones sin sentido, y nos echamos a
reír. Ahora bien, ¿cómo pudimos hacer eso? Aquí está este gran
filósofo holandés, y nosotros nos reímos de él. ¡Es porque no tenía
ninguna excusa! ¡En esa misma época vivía Newton, Harvey estaba
estudiando la circulación de la sangre, había gente con métodos de
análisis mediante los que se estaba avanzando! Uno puede tomar
cada una de las proposiciones de Spinoza y sus proposiciones
contrarias, y mirar el mundo… y no puede decir cuáles son las
correctas. Cierto, la gente sentía admiración porque él había tenido
el valor de abordar estas grandes cuestiones, pero no sirve de nada
tener el valor si no se llega a ninguna parte con la cuestión.
En sus lecciones publicadas, los comentarios de los filósofos
sobre la ciencia no quedan muy bien parados…
No es la filosofía lo que me molesta, es la pomposidad. Si al menos
ellos se hubieran reído de sí mismos. Si simplemente hubieran
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 251 Preparado por Patricio Barros
dicho «yo pienso que es así, pero Von Leipzig pensaba que era asá, y
él también dio en la diana». Si hubieran explicado que esta es su
mejor conjetura… Pero lo hicieron muy pocos; en su lugar, ellos
aceptan sin titubeos la posibilidad de que quizá no haya ninguna
partícula fundamental última, y dicen que uno debería dejar de
trabajar y sopesarlo con gran profundidad. «No has pensado con
profundidad suficiente, déjame primero definir el mundo para ti».
Bien, ¡yo voy a investigarlo sin definirlo!
¿Cómo sabe usted qué problema tiene el tamaño adecuado para
atacar?
Cuando yo estaba en el instituto tenía esta idea de que uno podía
tomar la importancia del problema y multiplicarla por la
probabilidad de resolverlo. Usted sabe cómo es un muchacho con
mentalidad técnica, le gusta la idea de optimizarlo todo…, en
cualquier caso, si uno puede conseguir la combinación correcta de
esos factores, no se pasa la vida sin llegar a ninguna parte con un
problema, o resolver montones de pequeños problemas que otros
podrían hacer igual.
Tomemos el problema que valió el Premio Nobel para usted,
Schwinger y Tomonaga. Tres enfoques diferentes: ¿Estaba este
problema especialmente maduro para su solución?
Bien, la electrodinámica cuántica había sido inventada a finales de
los años veinte por Dirac y otros, inmediatamente después de la
propia mecánica cuántica. Ellos la hicieron esencialmente correcta,
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 252 Preparado por Patricio Barros
pero cuando uno iba a calcular respuestas tropezaba con
ecuaciones complicadas que eran muy difíciles de resolver. Uno
podía tener una aproximación de primer orden, pero cuando trataba
de refinarla con correcciones empezaban a surgir estas cantidades
infinitas. Todo el mundo sabía eso durante veinte años; estaba en la
contraportada de todos los libros de teoría cuántica.
Entonces tuvimos los resultados de los experimentos de Lamb38 y
Rutherford39sobre los desplazamientos de los niveles de energía del
electrón en el átomo de hidrógeno. Hasta entonces, la predicción
grosera había sido suficientemente buena, pero ahora uno tenía un
número muy preciso: 1060 megaciclos o lo que fuera. Y todo el
mundo dijo ¡caray!, este problema tiene que ser resuelto…, ellos
sabían que la teoría tenía problemas, pero ahora estaba esta cifra
muy precisa.
Así que Hans Bethe tomó esta cifra e hizo algunas estimaciones de
cómo se podrían evitar los infinitos restando este efecto de ese otro,
de modo que las cantidades que tendieran a infinito se cortasen, y
probablemente se detuvieran en este orden de magnitud; y él llegó a
algo en torno a los 1000 megaciclos. Recuerdo que él había invitado
a un grupo de gente a una fiesta en su casa, en Cornell, pero había
recibido una llamada para alguna consulta y tuvo que salir de la
ciudad. Llamó durante la fiesta y me dijo que había calculado esto
38 Willis Lamb (n. 1913), ganador del Premio Nobel de Física en 1955 (compartido con Polykarp Kusch) por sus
descubrimientos concernientes a la estructura fina del espectro del hidrógeno. (N. del e.) 39 Robert R. Rutherford, colaborador de Lamb en los experimentos que sirvieron de base a la moderna
electrodinámica cuántica. (N. del t.)
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 253 Preparado por Patricio Barros
en el tren. Cuando volvió dio un seminario sobre ello, y demostró
cómo este procedimiento de corte evitaba los infinitos, pero era
todavía muy ad hoc y confuso. Dijo que sería bueno que alguien
pudiera mostrar la forma de limpiarlo. Al día siguiente fui a hablar
con él y le dije: « ¡Oh!, eso es fácil, yo puedo hacerlo». Ven, yo había
empezado a tener ideas sobre esto cuando estaba en el MIT. Incluso
había cocinado entonces una respuesta; por supuesto, falsa. Ven,
aquí es donde entramos Schwinger, Tomonaga y yo, para desarrollar
una forma de convertir este tipo de procedimientos en análisis
sólido; técnicamente, para mantener la invariancia relativista en
todo el proceso. Tomonaga había sugerido ya cómo podía hacerse, y
en esta misma época Schwinger estaba desarrollando su propia vía.
Así que fui a Bethe con mi forma de hacerlo. Lo divertido era que yo
no sabía cómo resolver el problema práctico más sencillo en esta
área; debería haberlo aprendido mucho antes, pero había estado
ocupado jugando con mi propia teoría, de modo que yo no sabía
cómo averiguar si mis ideas funcionaban. Lo hicimos juntos en la
pizarra, y salía mal. Incluso peor que antes. Fui a casa y pensé una
y otra vez, y decidí que tenía que aprender a resolver ejemplos. Así
lo hice, y volví a Bethe y lo intentamos, y funcionó. Nunca hemos
sido capaces de descubrir lo que fue mal la primera vez…, algún
error estúpido.
¿Cuánto le dedicó a ello?
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 254 Preparado por Patricio Barros
No mucho, quizá un mes. Me hizo bien, porque revisé lo que había
hecho y me convencí de que tenía que funcionar, y que estos
diagramas que había inventado para mantener las cosas derechas
eran realmente correctos.
¿Se dio usted cuenta en ese momento que iban a ser
denominados «diagramas de Feynman», que iban a figurar en los
libros?
No, no; recuerdo un instante. Yo estaba en pijama, trabajando en el
suelo con papeles a mi alrededor, con estos diagramas de apariencia
divertida con manchas y líneas que salen de ellas. Me dije, ¿no sería
divertido que estos diagramas fueran realmente útiles, y otras
personas empezasen a utilizarlos, y Physical Review tuviese que
imprimir estas tontas figuras? Por supuesto, no podía preverlo; en
primer lugar, no tenía ni idea de cuántas de estas figuras iba a ver
en Physical Review; y en segundo lugar, nunca se me ocurrió que, si
los utilizaba todo el mundo, ya no resultarían divertidos…
En este punto la entrevista se aplazó para ir al despacho del doctor
Feynman, donde la grabadora se negó a ponerse en marcha de
nuevo. El cable, el interruptor, el botón de «grabar», todo estaba en
orden; entonces Feynman sugirió sacar el cassette y volverlo a meter].
Así. Vea, solo tiene que conocer el mundo. Los físicos conocen el
mundo.
¿Sacarla y volverla a poner?
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 255 Preparado por Patricio Barros
Correcto. Hay siempre alguna suciedad, algún infinito, o algo.
Sigamos. En sus lecciones, dice usted que nuestras teorías
físicas funcionan unificando varias clases de fenómenos, y
entonces se presentan los rayos X o los mesones o similares.
«Hay siempre muchos cabos sueltos en todas direcciones».
¿Cuáles son algunos de los cabos sueltos que ve usted hoy en la
física?
Bien, están las masas de las partículas: las teorías gauge dan bellas
pautas para las interacciones, pero no para las masas, y
necesitamos entender este conjunto irregular de números. En la
interacción nuclear fuerte tenemos esta teoría de quarks y gluones
coloreados40, establecida de forma muy precisa y completa, pero con
pocas predicciones duras. Es técnicamente muy difícil tener un test
preciso de la teoría, y eso es un desafío. Siento apasionadamente
que ese es un cabo suelto; aunque no hay evidencia en conflicto con
la teoría, no es probable que hagamos muchos progresos hasta que
podamos comparar predicciones duras con números duros.
¿Qué pasa con la cosmología? ¿Qué hay de la sugerencia de
Dirac de que las constantes fundamentales cambian con el
tiempo, o la idea de que las leyes físicas eran diferentes en el
momento del Big Bang?
Eso abriría un montón de cuestiones. Hasta ahora, la física ha
tratado de encontrar leyes y constantes sin preguntar de dónde
40 «Color» es en realidad un nombre que dan los físicos a cierta propiedad de quarks y gluones, no porque tengan
algún color real sino a falta de un nombre mejor para una nueva propiedad de las partículas elementales. (N. del e.)
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 256 Preparado por Patricio Barros
proceden, pero quizá nos estemos aproximando al punto donde nos
veamos obligados a considerar la historia.
¿Tiene usted alguna conjetura sobre eso?
No.
¿Ninguna en absoluto? ¿Ninguna inclinación en ningún
sentido?
Realmente, no. Así es como soy respecto a casi todo. Antes, usted
no me preguntó si yo pensaba que existe una partícula
fundamental, o si todo es borroso; yo le hubiera dicho que no tengo
la más mínima idea. Ahora, para trabajar duro en algo, uno tiene
que llegar a creer que la respuesta está allí, de modo que hay que
cavar duro allí, ¿correcto? Así que uno se predispone o adopta un
prejuicio temporalmente, pero en el fondo de su cabeza, se está
riendo continuamente. Olvide lo que ha oído sobre ciencia sin
prejuicios. Aquí, en una entrevista, hablando del Big Bang yo no
tengo ningún prejuicio…, pero cuando estoy trabajando, tengo un
montón de ellos.
¿Prejuicios a favor de… qué? ¿Simetría, simplicidad…?
A favor del humor del día. Un día estaré convencido de que hay
cierto tipo de simetría en la que cree todo el mundo. Al día siguiente
trataré de descubrir las consecuencias de que no la haya, y todo el
mundo estará loco salvo yo. Pero algo que es normal entre los
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 257 Preparado por Patricio Barros
buenos científicos es que, mientras están haciendo lo que estén
haciendo, no están tan seguros de sí mismos como habitualmente lo
están otros. Pueden vivir con una duda continua, pensar «quizá sea
así» y actuar sobre eso, sabiendo todo el tiempo que es solo «quizá».
Muchas personas encuentran eso difícil; piensan que significa
desapego o frialdad. ¡No es frialdad! Es una comprensión mucho
más profunda y cálida, y significa que uno puede estar cavando en
alguna parte donde está temporalmente convencido de que
encontrará la respuesta, y alguien llega y dice: « ¿Has visto lo que
están sacando allí?», y uno mira y dice: «¡Vaya; estoy en el lugar
equivocado!». Sucede continuamente.
Hay otra cosa que parece suceder con mucha frecuencia en la
física moderna: el descubrimiento de aplicaciones para tipos de
matemáticas que previamente eran «puras», tales como el
álgebra matricial o la teoría de grupos. ¿Son ahora los físicos
más receptivos de lo que solían ser? ¿Hay menos retraso en el
tiempo?
Nunca hubo retraso. Tomemos los cuaternios de Hamilton41; los
físicos se desprendieron de la mayor parte de este potentísimo
sistema matemático y mantuvieron solo una parte, la parte
matemáticamente casi trivial, que se convirtió en el análisis
vectorial. Pero cuando se necesitó toda la potencia de los cuaternios,
41 Sir William Rowan Hamilton (1805-1865), matemático irlandés que inventó los cuaternios, una construcción
alternativa al análisis vectorial y tensorial. (N. del e.)
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 258 Preparado por Patricio Barros
para la mecánica cuántica, Pauli42reinventó el sistema en el acto en
una nueva forma. Ahora, usted puede mirar atrás y decir que las
matrices y los operadores de espín de Pauli no son otra cosa que
cuaternios de Hamilton…, pero incluso si los físicos hubieran
mantenido el sistema en su mente durante noventa años, no
hubiera supuesto más que unas pocas semanas de diferencia.
Digamos que usted tiene una enfermedad, la granulomatosis de
Werner o la que sea, y la consulta en un libro de referencia en
medicina. Podría encontrar muy bien que ahora sabe más sobre ella
que su doctor, aunque él se ha pasado mucho tiempo en una
escuela de medicina… ¿ve usted? Es mucho más fácil aprender algo
sobre un tema especial y restringido que sobre todo un campo. Los
matemáticos están explorando en todas direcciones, y es más rápido
para un físico captar lo que necesita que tratar de estar al tanto de
todo lo que concebiblemente pudiera ser útil. El problema que
mencionaba antes, las dificultades con las ecuaciones en la teoría
de quarks, ese es el problema de los físicos, y vamos a resolverlo, y
quizá cuando lo resolvamos estaremos haciendo matemáticas. Algo
maravilloso, y algo que no comprendo es el hecho de que los
matemáticos habían investigado grupos y cosas así antes de que
apareciesen en física, pero con respecto a la velocidad del progreso
en física, no creo que sea tan importante.
42 Wolfgang Pauli (1900-1958), ganador del Premio Nobel de Física en 1945 por su descubrimiento del principio de
exclusión.(N. del e.)
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 259 Preparado por Patricio Barros
Una cosa más de sus lecciones: usted dice allí que «la próxima
gran era del despertar del intelecto humano puede muy bien
producir un método de entender el contenido cualitativo de las
ecuaciones». ¿Qué quiere decir con esto?
En ese pasaje estaba hablando de la ecuación de Schrödinger43. Uno
puede obtener de dicha ecuación átomos ligados en moléculas,
valencias químicas, etc., pero cuando uno mira la ecuación no
puede ver nada de la riqueza de los fenómenos que conoce el
químico; o la idea de que los quarks están permanentemente ligados
de modo que uno no puede tener un quark libre; quizá se pueda y
quizá no se pueda, pero la cuestión es que cuando uno mira las
ecuaciones que supuestamente describen el comportamiento de los
quarks, uno no puede ver la forma en que se comporta el agua; no
puede ver la turbulencia.
Lo que deja a la gente que se pregunta acerca de la turbulencia
—los meteorólogos, los oceanógrafos, los geólogos y los
diseñadores de aviones— completamente confundidos, ¿no es
cierto?
Absolutamente. Y pudiera ser que sea una de esas personas
completamente confundidas y frustradas quien lo descubra, y en
ese momento estará haciendo física. Con la turbulencia ya no se
trata simplemente de que la teoría física solo sea capaz de manejar
casos sencillos: es que no podemos manejar ninguno. No tenemos
ninguna buena teoría fundamental en absoluto.
43 Erwin Schrödinger (1887-1961), ganador (con P. A. M. Dirac) del Premio Nobel de Física en 1933 por el
descubrimiento de nuevas formulaciones de la teoría atómica. (N. del e.)
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 260 Preparado por Patricio Barros
Quizá sea la forma en que están escritos los libros de texto,
pero pocas personas fuera de la ciencia parecen saber que hay
problemas físicos complicados y muy reales que están
descartados en lo que se refiere a la teoría.
Esa es una educación muy mala. La lección que uno aprende
cuando se hace mayor en física es que lo que podemos hacer es una
fracción muy pequeña de lo que hay. Nuestras teorías son realmente
muy limitadas.
¿Hay mucha variación de un físico a otro en su habilidad para
ver las consecuencias cualitativas de una ecuación?
¡Oh, sí!, pero nadie es muy bueno en eso. Dirac decía que entender
un problema físico significa ser capaz de ver la respuesta sin
resolver ecuaciones. Quizá exageraba; quizá resolver ecuaciones es
la experiencia que uno necesita para obtener una comprensión. Pero
hasta que uno lo comprenda, está simplemente resolviendo
ecuaciones.
Como profesor, ¿qué puede hacer usted para estimular esa
habilidad?
No lo sé. No tengo manera de juzgar hasta qué grado consigo
hacerme entender por mis estudiantes.
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 261 Preparado por Patricio Barros
¿Rastreará algún día un historiador de la ciencia las carreras de
sus estudiantes como han hecho otros con los estudiantes de
Rutherford, Niels Bohr o Fermi?
Lo dudo. Siempre estoy decepcionado con mis estudiantes. Yo no
soy un profesor que sepa lo que está haciendo.
Pero usted puede señalar influencias en sentido opuesto,
digamos, la influencia que en usted tuvieron Hans Bethe o John
Wheeler…
Por supuesto. Pero yo no sé qué efecto pueda estar teniendo. Quizá
sea solo mi carácter: no lo sé. No soy psicólogo ni sociólogo, no sé
cómo entender a la gente, incluido yo mismo. Usted pregunta,
¿cómo puede enseñar este tipo, cómo puede estar motivado si no
sabe lo que está haciendo? Como cuestión de hecho, yo adoro
enseñar. Me gusta pensar en formas nuevas de mirar las cosas
cuando las explico, de hacerlas más claras, pero quizá no las esté
haciendo más claras. Probablemente lo que estoy haciendo es
divertirme.
He aprendido a vivir sin saber. No tengo que estar seguro de que
estoy teniendo éxito y, como dije antes acerca de la ciencia, pienso
que mi vida es más plena porque soy consciente de que no sé lo que
estoy haciendo. ¡Estoy encantado con la anchura del mundo!
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 262 Preparado por Patricio Barros
Cuando volvíamos al despacho, usted se detuvo para discutir
una lección sobre visión de los colores que va a impartir. Eso
está muy lejos de la física fundamental, ¿no es cierto? ¿No
diría un fisiólogo que usted entra en un «coto reservado»?
¿Fisiología? ¿Tiene que ser fisiología? Mire, deme un poco de tiempo
e impartiré una lección sobre cualquier cosa de fisiología. Estaré
encantado de estudiarla y descubrir todo sobre ella, porque puedo
garantizarle que sería muy interesante. Yo no sé nada, pero sé que
todo es interesante si se profundiza en ello lo suficiente.
Mi hijo también es así, aunque sus intereses son mucho más
amplios que los míos a su edad. Él está interesado en la magia, en
la programación de ordenadores, en la historia de la Iglesia
primitiva, en topología… ¡Oh!, él va a vivir una época ajetreada, ¡hay
tantas cosas interesantes! Nos gusta sentarnos y hablar sobre lo
diferentes que podrían ser las cosas de lo que esperamos; tomemos
los aterrizajes de las Vikingo en Marte, por ejemplo, estamos
tratando de pensar cuántas formas de vida podría haber que no se
pudiesen descubrir con ese equipo. Sí, se parece mucho a mí, de
modo que he transmitido esa idea de que todo es interesante al
menos a otra persona.
Por supuesto, no sé si eso es bueno o no… ¿Ve usted?
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 263 Preparado por Patricio Barros
Capítulo 10
Ciencia tipo «cultos cargo»:
Algunos comentarios sobre ciencia, pseudociencia y aprender a
no engañarse
Discurso de la ceremonia de graduación en Caltech en 1974
¿Qué tienen que ver los brujos, la ESP, los habitantes de las
islas de los Mares del Sur, los cuernos de rinoceronte y el
aceite Wesson con la ceremonia de graduación en una
facultad?
Todos ellos son ejemplos que utiliza el astuto Feynman para
convencer a los nuevos graduados de que la honestidad en la ciencia
es más gratificante que todo el prestigio y todos los éxitos
momentáneos del mundo. En este discurso a los estudiantes de
Caltech en 1974, Feynman da una lección de integridad científica
frente a la presión de los pares y las inflexibles agencias de
financiación.
Durante la Edad Media hubo todo tipo de ideas descabelladas, tales
como que un trozo de cuerno de rinoceronte aumentaba la potencia
sexual. (Otra idea descabellada de la Edad Media son estos
sombreros que hoy llevamos, que en mi caso es demasiado holgado).
Luego se descubrió un método para seleccionar las ideas, que
consistía en tratar de ver si una funcionaba y, si no funcionaba,
eliminarla. Este método llegó a organizarse, por supuesto, en
ciencia. Y se desarrolló muy bien, de modo que ahora estamos en la
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 264 Preparado por Patricio Barros
edad científica. De hecho, es una edad tan científica que nos resulta
difícil entender cómo pudieron existir alguna vez los brujos, cuando
nada de lo que ellos proponían funcionó nunca, o muy poco. Pero
incluso hoy encuentro a muchas personas que antes o después me
hablan de ovnis, o de astrología, o de alguna forma de misticismo,
conciencia expandida, nuevos tipos de conciencia, ESP y todo eso. Y
he llegado a la conclusión de que no es un mundo científico.
La mayoría de la gente cree en cosas tan fantásticas que he decidido
investigar por qué lo hace. Y lo que se ha calificado como mi
curiosidad por la investigación me ha creado una dificultad pues
descubrí tanta basura de la que hablar que no puedo decirlo todo
en esta charla. Estoy abrumado. Primero empecé a investigar varias
ideas del misticismo y las experiencias místicas. Me metí en tanques
de aislamiento (son lugares oscuros y relajados, y flotas en sales de
Epsom) y tuve muchas horas de alucinaciones, así que sé algo sobre
ello. Luego fui a Esalen, que es un semillero de ideas de este tipo (es
un lugar maravilloso; deberían visitarlo). Entonces quedé
abrumado. Yo no me daba cuenta de todo lo que había.
Por ejemplo, estaba sentado en una sala de baños y había otro tipo
y una chica en la sala. Él dice a la chica: «Estoy aprendiendo a dar
masajes y me pregunto si podría practicar contigo». Ella dice que
bien, de modo que se sube a una mesa y él empieza con su pie,
trabajando en su dedo gordo y presionándolo. Entonces se vuelve a
la que aparentemente es su instructora y dice: «Siento una especie
de hendidura. ¿Es la pituitaria?». Y ella responde: «No, no es así
como yo la siento». Yo digo: «Estás a mil kilómetros de la pituitaria,
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 265 Preparado por Patricio Barros
hombre». Y ambos me miran —yo me había descubierto, ya ven— y
ella concluye: «Es reflexología». De modo que cerré los ojos y
aparenté estar meditando.
Este es solo un ejemplo del tipo de cosas que me abruman. También
estudié la percepción extrasensorial y los fenómenos PSI, y la última
manía era Uri Geller, un hombre que se supone que es capaz de
doblar llaves frotándolas con sus dedos. Así que fui a la habitación
de su hotel, por invitación suya, para asistir a una demostración de
lectura de pensamiento y doblado de llaves. No hizo ninguna lectura
acertada de mi mente; nadie puede leer mi mente, supongo. Y mi
hijo sostuvo una llave y Geller la frotó, y no sucedió nada. Entonces
él nos dijo que funcionaba mejor bajo el agua, así que pueden
imaginarse a todos nosotros en el cuarto de baño con el grifo abierto
y la llave bajo el agua, y a él frotando la llave con sus dedos. No
sucedió nada. Así que fui incapaz de investigar ese fenómeno.
Pero entonces empecé a pensar, ¿qué otra cosa hay que creamos
nosotros? (Y entonces pensé en los brujos, y en lo fácil que hubiera
sido ponerles a prueba señalando que nada funcionaba realmente).
Así que descubrí cosas que creen más personas incluso, tales como
que tenemos alguna idea de cómo educar. Hay grandes escuelas de
métodos de lectura y métodos para aprender matemáticas, y todo
eso, pero, si ustedes se fijan, verán que los niveles de lectura siguen
bajando —o apenas suben—, pese al hecho de que continuamente
utilizamos a estas mismas personas para mejorar los métodos. Hay
un remedio de brujo que no funciona. Debería estudiarse, ¿cómo
saben ellos que su método debería funcionar? Otro ejemplo es la
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 266 Preparado por Patricio Barros
forma de tratar a los criminales. Obviamente no hemos hecho
ningún progreso —mucha teoría, pero ningún progreso— para
disminuir el número de crímenes con el método que utilizamos para
tratar a los criminales.
Pese a todo se dice que estas cosas son científicas. Las estudiamos.
Y pienso que las personas normales con ideas de sentido común
están intimidadas por esta pseudociencia. Una profesora que tiene
alguna buena idea de cómo enseñar a leer a sus hijos se ve obligada
por el sistema escolar a hacerlo de otra forma, o es incluso
engañada por el sistema escolar que le hace pensar que su método
no es necesariamente bueno. O una madre de hijos malos, después
de imponerles una u otra disciplina, se siente culpable para el resto
de su vida porque no hizo «lo correcto» según los expertos.
Por eso deberíamos examinar realmente las teorías que no
funcionan, y la ciencia que no es ciencia.
Traté de encontrar un principio para descubrir más cosas de este
tipo, y di con el sistema siguiente. Cada vez que se encuentren en
una conversación en una fiesta en la que no se sintieran incómodos
si la anfitriona llegara y dijera: «¿Por qué están ustedes hablando
del trabajo?», o su mujer llegara y dijera: «¿Por qué estás
coqueteando otra vez?», entonces pueden ustedes estar seguros de
que están hablando de algo de lo que nadie sabe nada.
Utilizando este método descubrí algunos otros temas que había
olvidado, entre ellos la eficacia de diversas formas de psicoterapia.
Así que empecé a investigar en la biblioteca, y otros sitios, y tengo
tanto que contarles que no puedo decírselo todo. Tendré que
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 267 Preparado por Patricio Barros
limitarme a unas pocas cosas. Me centraré en las cosas en las que
creen más personas. Quizá el año que viene dé una serie de charlas
sobre todos estos temas. Necesitaré mucho tiempo.
Creo que los estudios sobre educación y psicología que he
mencionado son ejemplos de lo que me gustaría llamar ciencia tipo
«cultos cargo». En los Mares del Sur hay un pueblo que practica los
«cultos cargo». Durante la guerra veían aterrizar aviones con
montones de mercancías, y ahora quieren que ocurra lo mismo. Así
que se las han arreglado para construir cosas como pistas de
aterrizaje, hacer hogueras a los lados de la pista, construir una
cabaña de madera para que se siente un hombre dentro, con dos
piezas de madera en su cabeza como si fueran auriculares y varas
de bambú que sobresalen como antenas —él es el controlador— y
esperan que aterricen los aviones. Lo están haciendo todo bien. La
forma es perfecta. Todo parece exactamente como era antes. Pero no
funciona. No aterriza ningún avión. Por eso llamo a estas cosas
ciencia tipo «cultos cargo», porque ellos siguen todos los preceptos y
formas aparentes de la investigación científica, pero les falta algo
esencial, porque los aviones no aterrizan.
Ahora me corresponde a mí, por supuesto, decirles lo que les falta.
Pero sería igual de difícil explicar a los isleños de los Mares del Sur
cómo tienen que disponer las cosas para obtener alguna riqueza con
su sistema. No es algo sencillo como decirles cómo mejorar la forma
de los auriculares. Pero noto que hay un aspecto que está ausente
en general en la ciencia tipo «cultos cargo». Se trata de la idea que
todos esperamos que ustedes hayan aprendido al estudiar ciencia
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 268 Preparado por Patricio Barros
en la escuela; nunca decimos explícitamente cuál es esta, sino que
simplemente esperamos que ustedes la capten en todos los ejemplos
de investigación científica. Es interesante, por consiguiente,
exponerla ahora y hablar de ella explícitamente. Es una especie de
integridad científica, un principio de pensamiento científico que
corresponde a un tipo de honestidad absoluta, a la mayor
transparencia posible. Por ejemplo, si ustedes están haciendo un
experimento, deberían informar de todo lo que piensan que podría
invalidarlo y no solo de lo que piensan que está bien; hablar de
otras causas que pudieran explicar sus resultados; y de cosas que
ustedes piensen que han eliminado mediante otro experimento, y de
cómo funcionaron, y asegurar que otros colegas puedan decir que
han sido eliminadas.
Hay que dar los detalles que pudieran arrojar dudas sobre su
interpretación, si ustedes los conocen. Si saben que algo es
completamente erróneo, o posiblemente erróneo, deben explicarlo
del mejor modo posible. Si construyen una teoría, por ejemplo, y la
anuncian, o la hacen pública, entonces también deben señalar
todos los hechos que no concuerdan con ella, tanto como los que
concuerdan con ella. Hay también un problema más sutil. Cuando
ustedes hayan reunido un montón de ideas para construir una
teoría elaborada, deben asegurarse que las cosas que encajan en
ella no son solo las cosas que les dieron la idea para la teoría, sino
que la teoría acabada explica otras cosas además de aquellas.
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 269 Preparado por Patricio Barros
En resumen, la idea es tratar de dar toda la información que sirva a
los demás para juzgar el valor de su contribución, y no solo la
información que lleva a juzgar en una u otra dirección concreta.
La forma más fácil de explicar esta idea consiste en contrastarla,
por ejemplo, con la publicidad. Ayer por la noche oí que el aceite
Wesson no empapa la comida. Bien, eso es verdad. No es
deshonesto, pero de lo que estoy hablando no es solo de no ser
deshonesto; se trata de una cuestión de integridad científica, que es
otro nivel. Lo que debería añadirse a esa frase publicitaria es que
ningún aceite empapa la comida, si se utiliza a cierta temperatura.
Si se utilizaran a otra temperatura, todos lo harían, incluido el
aceite Wesson. Así que es la implicación que se ha transmitido, y no
el hecho, lo que es verdad, y la diferencia es lo que tenemos que
tratar.
Hemos aprendido de la experiencia que la verdad se impondrá.
Otros experimentadores repetirán su experimento y descubrirán si
ustedes estaban equivocados o acertados. Los fenómenos de la
naturaleza estarán de acuerdo o en desacuerdo con su teoría. Y
aunque ustedes puedan alcanzar cierta fama y excitación
momentánea, no se ganarán una buena reputación como científicos
si no han tratado de ser muy cuidadosos en este tipo de trabajo. Y
es este tipo de integridad, este tipo de cuidado para no engañarse, lo
que está casi completamente ausente en buena parte de la
investigación de la ciencia tipo «cultos cargo».
Buena parte de su dificultad es, por supuesto, la dificultad del tema
y la inaplicabilidad del método científico al tema. De todas formas,
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 270 Preparado por Patricio Barros
habría que comentar que esta no es la única dificultad. El problema
es por qué los aviones no aterrizan; pero no aterrizan.
La experiencia nos ha enseñado mucho acerca de cómo manejar
algunas de las formas de engañarnos. Un ejemplo, Millikan midió la
carga de un electrón en un experimento con gotas de aceite que
caían y obtuvo una respuesta que ahora sabemos que no era
completamente correcta. Se desviaba un poco porque él utilizaba un
valor incorrecto para la viscosidad del aire. Es interesante examinar
la historia de las medidas de la carga del electrón después de
Millikan. Si ustedes las representan en función del tiempo,
encuentran que una es un poco mayor que la de Millikan, y la
siguiente es un poco mayor que la anterior, y la siguiente un poco
mayor aún, aunque finalmente se estabilizan en un número que es
más alto.
¿Por qué no descubrieron enseguida que el nuevo número era más
alto? Es algo —esta historia— de lo que los científicos están
avergonzados, porque es evidente que la gente hacía cosas como
esta: cuando descubrían un número que estaba muy por encima del
de Millikan, pensaban que algo debía estar mal, y buscaban y
encontraban una razón por la que algo debería estar mal. Cuando
obtenían un número más próximo al valor de Millikan, ya no
buscaban con tanto interés. Y así eliminaban los números que
estaban demasiado lejos, y hacían otras cosas parecidas. Ahora
hemos sabido estos trucos, y ahora no tenemos este tipo de
enfermedad.
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 271 Preparado por Patricio Barros
Pero esta larga historia de aprender a no engañarnos —de tener una
integridad científica absoluta— es, lamento decirlo, algo que no
hemos incluido específicamente en ninguna asignatura concreta
que yo conozca. Simplemente esperamos que ustedes la hayan
captado por ósmosis.
El primer principio es que ustedes no deben engañarse, y ustedes
son las personas más fáciles de engañar. Así que tienen que tener
mucho cuidado con eso. Una vez que ustedes no se engañen a sí
mismos, es fácil no engañar a otros científicos. Después de eso solo
tienen que ser honestos de un modo convencional.
Me gustaría añadir algo que no es esencial para el científico, aunque
es algo que yo creo, y es que ustedes no deberían engañar al
profano cuando están hablando como científicos. No trato de
decirles lo que tienen que hacer cuando engañan a su mujer, o
engañan a su novia, o a quien sea, cuando ustedes no tratan de ser
científicos sino que solo tratan de ser seres humanos corrientes.
Dejaremos esos problemas para ustedes y para sus rabinos. Yo
estoy hablando de un tipo extra y específico de integridad que no
solo es no mentir, sino hacer lo imposible por demostrar que quizá
estén equivocados: eso es lo que deberían hacer cuando actúan
como científicos. Y esta es nuestra responsabilidad como científicos,
por supuesto para con otros científicos, y yo pienso que también
para con los profanos.
Por ejemplo, me quedé un poco sorprendido cuando estaba
hablando con un amigo que iba a hablar por la radio. Él trabaja en
cosmología y astronomía, y se preguntaba cómo iba a explicar
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 272 Preparado por Patricio Barros
cuáles eran las aplicaciones de su trabajo. «Bien —dije yo—, no hay
ninguna». Y él dijo: «Sí, pero entonces no obtendremos más apoyo
para este tipo de investigación». Pienso que esto es deshonesto. Si
ustedes se están representando a sí mismos como científicos,
entonces deberían explicar al profano lo que están haciendo; y si no
quieren apoyarle en estas circunstancias, esa es su decisión.
Un ejemplo de este principio es este: si ustedes están dispuestos a
poner a prueba una teoría, o si quieren explicar alguna idea,
deberían siempre decidir publicarla cualquiera que fuese el
resultado. Si solo publicamos resultados de un cierto tipo, podemos
hacer que el argumento parezca bueno. Debemos publicar ambos
tipos de resultados. Por ejemplo —tomemos otra vez la publicidad—,
supongamos que ciertos cigarrillos tienen alguna propiedad
especial, como puede ser un bajo contenido en nicotina. La
compañía difunde ampliamente que esto significa que es bueno para
ustedes; pero ellos no dicen, por ejemplo, que hay una proporción
diferente de alquitrán, o que sucede alguna otra cosa con el
cigarrillo. En otras palabras, la probabilidad de publicación depende
de la respuesta. Eso no debería hacerse.
Yo afirmo que esto es también importante cuando se trata de dar
algún tipo de asesoramiento. Supongamos que un senador les pide
consejo acerca de si en este estado debería hacerse una perforación,
y ustedes deciden que sería mejor hacerla en otro estado. Si ustedes
no publican tal resultado, creo que no están dando un consejo
científico. Están siendo utilizados. Si su respuesta resulta ir en la
dirección del gobierno o de los políticos, ellos pueden utilizarla como
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 273 Preparado por Patricio Barros
un argumento a su favor; si resulta contraria, ellos no la harán
pública. Eso no es dar consejo científico.
Otros errores son más característicos de una ciencia pobre. Cuando
yo estaba en Cornell solía hablar con la gente del departamento de
psicología. Una de las estudiantes me dijo que quería hacer un
experimento que era algo parecido a esto: no lo recuerdo en detalle,
pero otros habían descubierto que en determinadas circunstancias
X, las ratas hacían algo A. Ella tenía curiosidad por saber si,
cuando las circunstancias cambiaban a Y, las ratas seguirían
haciendo A. Así que su propuesta era hacer el experimento en las
circunstancias Y, y ver si seguían haciendo A.
Yo le expliqué que primero era necesario repetir en su laboratorio el
experimento de los otros —hacerlo en las circunstancias X para ver
si ella también podía obtener el resultado A— y luego cambiar a Y, y
ver si A cambiaba. Entonces sabría si las diferencias en los
resultados se debían a circunstancias que ella podía controlar.
Ella estaba encantada con esta nueva idea, y fue a decírselo a su
profesor. Y la respuesta de este fue: «No, tú no puedes hacer eso
porque ese experimento ya se ha hecho y estarías perdiendo el
tiempo». Eso se había hecho en 1935 o así, y entonces parece que la
política general era tratar de no repetir experimentos en psicología,
y cambiar solo las condiciones para ver lo que sucede.
Actualmente hay cierto peligro de que suceda lo mismo, incluso en
el famoso campo de la física. Me quedé sorprendido al oír hablar de
un experimento realizado en el gran acelerador del National
Accelerator Laboratory, en el que una persona utilizaba deuterio.
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 274 Preparado por Patricio Barros
Para comparar los resultados obtenidos con hidrógeno pesado con
lo que podría suceder con hidrógeno ligero, él tuvo que utilizar datos
de un experimento hecho por otro investigador y realizado en un
aparato diferente. Cuando le preguntaron por qué, dijo que no
podría conseguir tiempo dentro del programa para hacer el
experimento con hidrógeno ligero en su propio aparato, pues hay
muy poco tiempo disponible en estas instalaciones tan costosas y
no iba a obtener ningún resultado nuevo. De este modo, quienes
gestionan los programas en NAL están tan ansiosos de nuevos
resultados, y conseguir así más dinero para mantener la cosa en
marcha con fines mediáticos, que están destruyendo, posiblemente,
el valor de los propios experimentos, que es el objetivo principal.
Suele ser difícil para esos investigadores completar su trabajo tal
como exige su integridad científica.
No obstante, no todos los experimentos en psicología son de este
tipo. Por ejemplo, ha habido muchos experimentos con ratas
corriendo por todo tipo de laberintos, y cosas similares, con
resultados poco claros. Pero en 1937 un hombre llamado Young
hizo uno muy interesante. Tenía un pasillo largo con puertas en un
lado por donde entraban las ratas, y puertas en el otro lado donde
estaba la comida. Él quería ver si podía adiestrar a las ratas para
que entraran en la tercera puerta independientemente del lugar
donde él las colocase inicialmente. Las ratas iban inmediatamente a
la puerta donde había estado la comida la vez anterior.
La pregunta era: puesto que el pasillo estaba tan bien construido y
era tan uniforme, ¿cómo sabían las ratas que esta era la misma
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 275 Preparado por Patricio Barros
puerta que antes? Obviamente había algo en la puerta que la hacía
diferente de las otras puertas. Así que pintó las puertas con mucho
cuidado, haciendo que las texturas de las puertas fueran
exactamente iguales. Pero las ratas todavía podían distinguir.
Entonces él pensó que quizá las ratas estaban oliendo la comida, así
que utilizó sustancias químicas para cambiar el olor en cada
prueba. Aún podían distinguir. Luego se dio cuenta de que las ratas
podrían distinguir viendo las luces y la disposición del laboratorio,
como cualquier persona con sentido común. Así que cubrió el
pasillo, pero las ratas seguían distinguiendo.
Finalmente descubrió que las ratas podían distinguir por el sonido
que hacía el suelo cuando la rata corría por él. Y solo pudo
determinarlo al cubrir el pasillo de arena. Así que examinó una tras
otra todas las claves posibles y finalmente pudo engañar a las ratas
para que aprendieran a entrar en la tercera puerta. Si él relajaba
cualquiera de estas condiciones, las ratas eran capaces de
distinguir.
Ahora, desde el punto de vista científico, este experimento merece
un 10. Este es el experimento que hace razonables los experimentos
con ratas que corren, porque descubre las claves que están
utilizando realmente las ratas, y no las que uno piensa que están
utilizando. Y ese es el experimento que dice exactamente qué
condiciones hay que establecer para ser cuidadoso y controlar todo
en este experimento con ratas.
Indagué en la historia posterior de esta investigación. El siguiente
experimento, y el que siguió a este, nunca mencionaban al señor
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 276 Preparado por Patricio Barros
Young. Nunca utilizaban ninguno de sus criterios de poner arena en
el pasillo o tener mucho cuidado. Solo ponían ratas a correr al
mismo viejo estilo de antes, y no prestaban atención a los grandes
descubrimientos del señor Young ni se citaban sus artículos porque
no descubrió nada acerca de las ratas. De hecho, él descubrió todas
las cosas que hay que hacer para descubrir algo sobre las ratas.
Pero no prestar atención a experimentos como este es una
característica de la ciencia tipo «cultos cargo».
Otro ejemplo son los experimentos ESP del señor Rhine44 y otras
personas. Conforme diversas personas han ido expresando sus
críticas —y ellos mismos han hecho críticas de sus propios
experimentos— ellos mejoran las técnicas de modo que los efectos
son cada vez menores, y menores, y menores, hasta que poco a poco
desaparecen. Todos los parapsicólogos están buscando un
experimento que pueda repetirse estadísticamente, que se pueda
hacer otra vez y obtener el mismo resultado, de forma regular. Ellos
ponen a correr a un millón de ratas —no, esta vez son personas—,
hacen un montón de cosas y obtienen cierto efecto estadístico. La
próxima vez que lo intentan ya no lo obtienen. Y ahora aparece un
hombre que dice que es una exigencia irrelevante esperar un
experimento repetible. ¿Es esto ciencia? Este hombre habla también
de una nueva institución, en una charla en la que se estaba
despidiendo como director del Instituto de Parapsicología. Y, al decir
a la gente qué cosas había que hacer a continuación, afirma que
una de las cosas que tienen que hacer es asegurarse de que solo
44 Joseph Banks Rhine, fundador del Laboratorio de Parapsicología en la Universidad de Duke en Carolina del Norte.
(N. del t.)
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 277 Preparado por Patricio Barros
adiestren a estudiantes que hayan demostrado su capacidad para
obtener resultados EPS en una medida aceptable, y no gastar su
tiempo en aquellos estudiantes ambiciosos e interesados que solo
obtienen resultados por azar. Es muy peligroso tener una política
semejante en la enseñanza: enseñar a los estudiantes cómo obtener
ciertos resultados, en lugar de cómo hacer un experimento con
integridad científica.
Así que yo les deseo —no tengo más tiempo, así que solo tengo un
deseo para ustedes— que la buena suerte les lleve a alguna parte
donde sean libres para mantener el tipo de integridad que he
descrito, y donde no se vean forzados a perder la integridad por una
necesidad de mantener su posición en la organización, o de apoyo
financiero, o algo similar. Quizá ustedes tengan esa libertad. Puedo
darles también un último consejo: no digan nunca que van a dar
una charla a menos que sepan claramente de qué van a hablar y
más o menos qué es lo que van a decir.
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 278 Preparado por Patricio Barros
Capítulo 11
Tan sencillo como uno, dos, tres
Una llamativa historia de Feynman, estudiante precoz que
experimenta —consigo mismo, con sus calcetines, su máquina de
escribir y sus compañeros estudiantes— para resolver los misterios
del recuento y del tiempo.
Cuando yo era un niño que crecía en Far Rockaway, tenía un amigo
que se llamaba Bernie Walker. Los dos teníamos «laboratorios» en
casa, y hacíamos «experimentos» diversos. Una vez estábamos
discutiendo algo —debíamos tener once o doce años por entonces—
y yo dije: «Pero pensar no es otra cosa que hablar para tu interior».
— ¿Sí? —dijo Bernie—. ¿Conoces la forma endiablada del cigüeñal
de un automóvil?
—Sí. ¿Qué pasa con ella?
—Bien. Ahora, dime ¿cómo la describes cuando te estás hablando a
ti mismo?
Así aprendí de Bernie que los pensamientos pueden ser visuales
tanto como verbales.
Más tarde, en la universidad, empecé a interesarme por los sueños.
Me preguntaba cómo era posible que las cosas pareciesen tan
reales, igual que si la luz estuviera incidiendo en la retina del ojo,
aunque los ojos están cerrados: ¿están siendo estimuladas de
alguna otra forma las células nerviosas de la retina —por el propio
cerebro, quizá—, o tiene el cerebro algún «departamento de juicio»
que rebosa mientras se sueña? La psicología nunca me dio
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 279 Preparado por Patricio Barros
respuestas satisfactorias a tales preguntas, aunque me interesé por
el funcionamiento del cerebro. En su lugar, había todas esas cosas
sobre la interpretación de los sueños y todo eso.
Cuando estaba en la facultad en Princeton, un tonto artículo de
psicología suscitó muchas discusiones. El autor había decidido que
lo que controlaba la «sensación del tiempo» en el cerebro es una
reacción química en la que interviene el hierro. Yo pensé: «¿Cómo
demonios se le pudo ocurrir eso?».
Pues así es como lo hizo: su mujer tenía una fiebre crónica muy
variable. Entonces él tuvo la idea de poner a prueba la sensación del
tiempo que ella experimentaba. Hizo que ella contara segundos
mentalmente (sin mirar el reloj), y comprobó cuánto tiempo tardaba
en contar hasta sesenta. Tuvo a la pobre mujer contando durante
todo el día: cuando su fiebre subía, él comprobó que ella contaba
más rápido; cuando la fiebre bajaba, contaba más despacio. Así
que, concluyó él, lo que gobernaba la «sensación de tiempo» en el
cerebro debía funcionar a más velocidad cuando ella tenía fiebre
que cuando no tenía fiebre.
Siendo un tipo «científico», el psicólogo sabía que el ritmo de una
reacción química varía con la temperatura del entorno de acuerdo
con una fórmula que depende de la energía de la reacción. Midió las
diferencias en la velocidad de recuento de su mujer y determinó
cómo variaba esta velocidad con la temperatura corporal. Luego
trató de encontrar una reacción química cuya velocidad variara con
la temperatura de una forma similar a la velocidad de recuento de
su mujer. Encontró que las reacciones con hierro eran las que mejor
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 280 Preparado por Patricio Barros
encajaban en la pauta. Y de este modo dedujo que la sensación de
tiempo de su mujer estaba gobernada por una reacción química en
su cuerpo en la que intervenía el hierro.
Bien, a mí todo esto me parecía un montón de disparates; había
muchas cosas que podían ser erróneas en su larga cadena de
razonamientos. Pero era una pregunta interesante: ¿Qué es lo que
determina la sensación del tiempo? Cuando tratas de contar a un
ritmo uniforme, ¿de qué depende ese ritmo? ¿Y qué puedes hacer tú
para cambiarlo?
Decidí investigar. Empecé a contar segundos —por supuesto, sin
mirar el reloj— hasta 60, a un ritmo pausado y constante: 1, 2, 3, 4,
5… Cuando llegué a 60 solo habían pasado 48 segundos, pero eso
no me preocupó. El problema no era contar exactamente un minuto,
sino contar a un ritmo estándar. La próxima vez que conté hasta 60,
habían pasado 49 segundos. La próxima vez, 48. Luego 47, 48, 49,
48, 49… Así que descubrí que podía contar a un ritmo bastante
regular.
Ahora bien, si yo me sentaba simplemente, sin contar, y esperaba
hasta que pensaba que había pasado un minuto, eso sí era muy
irregular: había grandes variaciones. Así que descubrí que es muy
pobre estimar un minuto por pura conjetura. Pero contando, yo
podía ser muy preciso.
Ahora que sabía que podía contar a un ritmo regular, la siguiente
pregunta era: ¿qué afecta al ritmo?
Quizá tenga algo que ver con el ritmo cardiaco. Así que empecé a
subir y bajar las escaleras, arriba y abajo, para que mi corazón
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 281 Preparado por Patricio Barros
latiera muy deprisa. Luego entré en mi habitación, me tumbé en la
cama y conté hasta 60.
También probé a subir y bajar las escaleras y contar para mí
mientras estaba subiendo y bajando.
Los otros muchachos me veían subir y bajar las escaleras, y se
reían. « ¿Qué estás haciendo?».
Yo no podía responderles —lo que hizo que me diera cuenta de que
no podía hablar mientras estaba contando mentalmente— y seguía
subiendo y bajando las escaleras, como un idiota.
(Los muchachos de la facultad solían mirarme como a un idiota. En
otra ocasión, por ejemplo, un muchacho entró en mi habitación —yo
había olvidado cerrar la puerta durante el «experimento»— y me
encontró en una silla con mi pesado abrigo de piel de carnero,
asomado a la ventana abierta de par en par en pleno invierno,
sosteniendo un cazo en una mano y removiéndolo con la otra. «¡No
me molestes! ¡No me molestes!», dije. Yo estaba removiendo gelatina
y observándola atentamente: me había picado la curiosidad por
saber si la gelatina se coagularía con el frío si la mantenías en
movimiento constante).
En cualquier caso, después de tratar todas las combinaciones de
subir y bajar las escaleras y tumbarme en la cama, ¡sorpresa! El
ritmo cardiaco no tenía efecto. Y puesto que yo me acaloraba mucho
subiendo y bajando las escaleras, imaginé que la temperatura
tampoco tenía nada que ver con ello (aunque debía haber sabido
que la temperatura no aumenta realmente cuando uno hace
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 282 Preparado por Patricio Barros
ejercicio). De hecho, no pude encontrar nada que afectara a mi
ritmo de recuento.
Subir y bajar escaleras acabó por hacerse muy aburrido, así que
empecé a contar mientras hacía cosas que tenía que hacer de todas
formas. Por ejemplo, cuando iba a la lavandería, tenía que rellenar
un formulario diciendo cuántas camisas tenía, cuántos pantalones,
etc. Descubrí que podía escribir «3» delante de «pantalones» o «4»
delante de «camisas», pero no podía contar mis calcetines: había
demasiados. Estoy utilizando ya mi «máquina de contar»… 36, 37,
38… y aquí están todos estos calcetines delante de mí… 39, 40,
41… ¿Cómo cuento los calcetines?
Descubrí que podía disponerlos en formas geométricas, como un
cuadrado, por ejemplo: un par de calcetines en esta esquina, un par
en esa, un par aquí, y un par allí; ocho calcetines.
Continué con este juego de contar por pautas, y descubrí que podía
contar las líneas de un artículo de periódico agrupando las líneas en
pautas de 3, 3, 3 y 1 para dar 10; luego 3 de esas pautas, 3 de esas
pautas, 3 de esas pautas y 1 de aquellas pautas hacían 100. Seguí
así hasta el final del periódico. Una vez que había acabado de contar
hasta 60, sabía en qué parte de la pauta estaba y podía decir: «He
llegado a 60, y hay 113 líneas». Descubrí que incluso podía leer los
artículos mientras contaba hasta 60, ¡y no afectaba al ritmo! De
hecho, podía hacer cualquier cosa mientras contaba para mí,
excepto hablar en voz alta, por supuesto.
¿Qué pasa con escribir a máquina copiando palabras de un libro?
Descubrí que podía hacerlo también, pero aquí mi ritmo cambió. Yo
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 283 Preparado por Patricio Barros
estaba excitado: ¡finalmente había encontrado algo que parecía
afectar a mi ritmo de recuento! Lo investigué más a fondo.
Yo seguía, escribiendo a máquina las palabras sencillas a gran
velocidad, contando para mí mismo 19, 20, 21, escribiendo a
máquina, contando 27, 28, 29, escribiendo a máquina, hasta…
¿Qué demonios es esta palabra? Oh, sí… y entonces sigo contando
30, 31, 32, y así sucesivamente. Cuando llegué a 60, estaba
retrasado.
Tras alguna introspección y más observación me di cuenta de lo que
debía haber sucedido: yo interrumpía mi recuento cuando llegaba a
una palabra difícil que «necesitara más cerebro», por así decir. Mi
ritmo de recuento no se frenaba: lo que sucedía, más bien, era que
el propio recuento se interrumpía momentáneamente de vez en
cuando. Contar hasta 60 había llegado a ser algo tan automático
que al principio ni siquiera noté las interrupciones.
A la mañana siguiente, durante el desayuno, informé de los
resultados de todos estos experimentos a los otros muchachos que
estaban en la mesa. Les dije todas las cosas que yo podía hacer
mientras contaba mentalmente, y dije que lo único que no podía
hacer en absoluto mientras contaba mentalmente era hablar.
Uno de los muchachos, un colega llamado John Tukey, dijo: «Yo no
creo que puedas leer, y no veo por qué no puedes hablar. Te apuesto
a que yo puedo hablar mientras cuento mentalmente, y te apuesto a
que tú no puedes leer».
Así que yo hice una demostración: ellos me dieron un libro y yo leí
durante un rato, mientras contaba para mí. Cuando llegué a 60
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 284 Preparado por Patricio Barros
dije: «¡Ahora!»: habían pasado 48 segundos, mi tiempo normal.
Luego les conté lo que había leído.
Tukey estaba asombrado. Después de ponerle a prueba varias veces
para ver cuál era su tiempo normal, él empezó a hablar: «María
tenía un corderito; yo puedo decir lo que quiera, no hay ninguna
diferencia; no sé qué es lo que te molesta»… bla, bla, bla, y
finalmente: «¡Ya está!». ¡Clavó su tiempo! ¡Yo no podía creerlo!
Hablamos un rato sobre ello y descubrimos algo. Resulta que Tukey
estaba contando de una forma diferente: él visualizaba una cinta
que iba pasando con números. Decía: «María tenía un corderito», y
él observaba. Bien, ahora estaba claro: él está «mirando» su cinta
que pasa, de modo que no puede leer, y yo estoy «hablando» para mí
cuando estoy contando, de modo que no puedo hablar.
Tras este descubrimiento, traté de imaginar una forma de leer en
voz alta mientras contaba, algo que ninguno de los dos podíamos
hacer. Yo imaginaba que tendría que utilizar una parte de mi
cerebro que no interfiriera con los departamentos de la visión o el
habla, así que decidí utilizar mis dedos puesto que eso implicaba el
sentido del tacto.
Pronto conseguí contar con mis dedos y leer en voz alta. Pero yo
quería que todo el proceso fuera mental, y no descansase en
ninguna actividad física. Así que traté de imaginar la sensación de
mis dedos moviéndose mientras yo estaba leyendo en voz alta.
Nunca lo conseguí. Imaginé que era porque no había practicado lo
suficiente, pero podría ser imposible: nunca encontré a nadie que
pudiera hacerlo.
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 285 Preparado por Patricio Barros
Con este experimento Tukey y yo descubrimos que lo que pasa por
las cabezas de distintas personas cuando piensan que están
haciendo lo mismo —algo tan simple como contar— es diferente
para distintas personas. Y descubrimos que hay una forma externa
y objetiva de comprobar cómo trabaja el cerebro: no hay que
preguntar a una persona cómo cuenta y fiarse de sus propias
observaciones; en lugar de ello, hay que observar lo que la persona
puede hacer y no puede hacer mientras cuenta. El test es absoluto.
No hay forma de batirlo, no hay forma de falsearlo.
Resulta natural explicar una idea en términos de lo que uno ya
tiene en su cabeza. Los conceptos se apilan uno encima de otro:
esta idea se enseña en términos de esa otra, y esa se enseña en
términos de otra, que procede de contar, ¡y eso puede ser muy
diferente para personas diferentes!
A menudo pienso sobre esto, especialmente cuando estoy
enseñando alguna técnica esotérica tal como la integración de
funciones de Bessel. Cuando veo las ecuaciones, veo las letras en
colores; no sé por qué. Mientras estoy hablando, veo imágenes vagas
de funciones de Bessel del libro de Jahnke y Emde45, donde flotan js
de color marrón claro, ns ligeramente de color violeta, y xs marrón
oscuro. Y me pregunto qué demonios debe parecerle a los
estudiantes.
45 Las Tables of Functions with Formulae and Curves de E. Jahnke y F. Emde fueron durante mucho tiempo el libro
de referencia obligado para visualizar la representación gráfica de muchas funciones de interés. (N. del t.)
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 286 Preparado por Patricio Barros
Capítulo 12
Richard Feynman construye un universo
En una entrevista hasta ahora inédita, realizada bajo los auspicios
de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia, Feynman
recuerda su vida en la ciencia: su aterradora primera conferencia
ante una audiencia repleta de premios Nobel; la invitación a trabajar
en la primera bomba atómica y su reacción a ello; la ciencia tipo
«cultos cargo»; y esa extemporánea llamada de madrugada de un
periodista que le informaba de que acababa de ganar el Premio
Nobel. Respuesta de Feynman: «Podría usted habérmelo dicho por la
mañana».
Mel Feynman era un viajante de una empresa de uniformes en la
ciudad de Nueva York. El 11 de mayo de 1918 recibió con alegría el
nacimiento de su hijo Richard. Cuarenta y siete años después,
Richard Feynman recibía el Premio Nobel de Física. En muchos
aspectos, Mel Feynman tuvo mucho que ver con dicho logro, como
relata Richard Feynman.
Bueno, antes de que yo naciera, él [mi padre] le dijo a mi madre que
«este niño va a ser un científico». No se pueden decir ahora cosas así
ante los movimientos de liberación de las mujeres, pero esas son las
cosas que se decían aquellos días. Pero él nunca me dijo que yo
tenía que ser científico… Me enseñó a apreciar las cosas que iba
conociendo. Nunca hubo ninguna presión. Más adelante, cuando yo
había crecido, él me llevaba a dar paseos por el bosque y me
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 287 Preparado por Patricio Barros
mostraba los animales y los pájaros y todo eso… me hablaba de las
estrellas y de los átomos y todo lo demás. Me decía lo que pasaba
con ellos y qué los hacía tan interesantes. Tenía una actitud hacia el
mundo y una manera de mirarlo que yo encontraba profundamente
científica para un hombre que no tenía una formación científica
directa.
Richard Feynman es ahora profesor de física en el Instituto de
Tecnología de California en Pasadena, donde ha permanecido desde
1950. Dedica parte de su tiempo a la enseñanza y otra parte a
teorizar sobre los minúsculos fragmentos de materia con los que está
construido nuestro universo. A lo largo de su carrera, su imaginación
a veces poética le ha llevado a muchas áreas exóticas: las
matemáticas implicadas en la construcción de una bomba atómica, la
genética de un virus simple y las propiedades del helio a
temperaturas extremadamente bajas. El trabajo que le valió el Premio
Nobel por el desarrollo de la teoría de la electrodinámica cuántica
ayudó a resolver muchos problemas físicos de un modo más directo y
más eficiente que lo que había sido posible hasta entonces. Pero, una
vez más, lo que puso en marcha esa larga cadena de logros fueron
largos paseos por el bosque con su padre.
Él tenía su modo de mirar las cosas. Solía decir: «Supongamos que
fuéramos marcianos que veníamos a la Tierra y mirábamos a estas
extrañas criaturas que hacen cosas; ¿qué pensaríamos? Por ejemplo
—decía—, supongamos que nosotros no dormíamos nunca: somos
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 288 Preparado por Patricio Barros
marcianos y tenemos una conciencia que trabaja continuamente. Y
entonces nos encontramos con estas criaturas que paran durante
ocho horas todos los días, cierran sus ojos y se quedan más o
menos inertes. Tendríamos una pregunta interesante que hacerles.
Les diríamos: “¿Qué se siente durante todo este tiempo? ¿Qué pasa
con sus ideas? Ustedes están funcionando muy bien, están
pensando con claridad y… ¿qué sucede entonces?, ¿se para todo
repentinamente o se va haciendo todo cada vez más lento hasta que
llega a pararse? ¿Cómo exactamente desconectan ustedes sus
pensamientos?”». Más tarde reflexioné mucho sobre ello, y cuando
estaba en la universidad hice experimentos para tratar de descubrir
la respuesta a qué es lo que sucede con los pensamientos de uno
cuando se duerme.
Inicialmente, el doctor Feynman tenía intención de ser ingeniero
eléctrico, utilizar la física para hacer cosas útiles para él y el mundo
que le rodeaba. No tardó mucho en darse cuenta de que lo que más le
interesaba realmente era aquello que hace que las cosas funcionen,
los principios teóricos y matemáticos que subyacen a la actuación del
propio universo. Su mente se convirtió en su laboratorio.
Cuando yo era joven, lo que llamo el laboratorio era tan solo un
lugar para juguetear, hacer radios, artilugios, fotocélulas y
cualquier otra cosa. Me quedé muy sorprendido cuando descubrí a
qué le llaman laboratorio en una universidad. Es un lugar donde se
supone que uno mide algo de forma muy seria. Yo nunca medí una
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 289 Preparado por Patricio Barros
maldita cosa en mi laboratorio. Solo jugueteaba y hacía cosas. Este
era el tipo de laboratorio que tenía cuando era joven y pensaba de
esa manera. Pensaba que ese era el camino que yo iba a seguir.
Pues bien, en ese laboratorio tenía que resolver ciertos problemas.
Solía reparar radios. Por ejemplo, tenía que coger una resistencia
para ponerla en serie con un voltímetro de modo que este operase
con diferentes escalas. Cosas así. De modo que empecé a descubrir
estas fórmulas, las fórmulas de la electricidad, y un amigo mío tenía
un libro con fórmulas sobre electricidad y con las relaciones entre
las resistencias. Tenía cosas como: la potencia es el producto de la
intensidad de corriente por el voltaje; el voltaje dividido por
intensidad de corriente es la resistencia; había seis o siete fórmulas.
A mí me parecía que todas estaban relacionadas, que no eran
realmente independientes, sino que unas podían derivarse de otras.
Y así, empecé a tantear y, a partir del álgebra que había aprendido
en la escuela, entendí la forma de hacerlo. Me di cuenta de que las
matemáticas eran importantes en este asunto.
Así que cada vez me interesé más por el asunto de las matemáticas
asociadas a la física. Además, las matemáticas por sí mismas tenían
un gran atractivo para mí. Las amé toda mi vida. […]
Después de graduarse en el Instituto de Tecnología de
Massachusetts, Richard Feynman se trasladó a la Universidad de
Princeton, aproximadamente 700 kilómetros al suroeste, donde
finalmente obtendría su doctorado. Fue allí, a la edad de veinticuatro
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 290 Preparado por Patricio Barros
años, cuando dio su primer seminario formal. Fue una conferencia
llena de acontecimientos.
Cuando era licenciado trabajaba como ayudante de investigación
con el profesor Wheeler46, y juntos habíamos elaborado una nueva
teoría sobre cómo actuaba la luz, cómo tenía lugar la interacción
entre átomos en diferentes lugares; en aquella época era una teoría
aparentemente interesante. Así que el profesor Wigner, que era
quien organizaba los seminarios, sugirió que diéramos un seminario
sobre ello, y el profesor Wheeler dijo que puesto que yo era joven y
no había dado ningún seminario antes, sería una buena
oportunidad para aprender a hacerlo. Así que esta fue la primera
charla técnica que di.
Empecé a prepararlo. Entonces vino Wigner y me dijo que pensaba
que el trabajo era suficientemente importante y por ello había
invitado especialmente al seminario al profesor Pauli, que era un
gran profesor de física que procedía de Zurich, al profesor Von
Neumann, el mayor matemático del mundo; a Henri Norris Russell,
el famoso astrónomo, y a Albert Einstein, que vivía allí cerca. Me
debí quedar absolutamente pálido o algo similar porque él me dijo:
«Ahora no te pongas nervioso, no te preocupes por ello. Antes de
nada, si el profesor Russell se queda dormido, no te sientas mal,
porque él siempre se queda dormido en las conferencias. Cuando el
profesor Pauli mueva la cabeza mientras tú hablas, no te animes,
porque él siempre mueve la cabeza, tiene parálisis», y así
46 John Archibald Wheeler (n. 1911), físico, más conocido entre el público por haber acuñado el término «agujero
negro». (N. del e.)
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 291 Preparado por Patricio Barros
sucesivamente. Esto me tranquilizó un poco, pero seguía
preocupado. Así que el profesor Wheeler me prometió que él
respondería a todas las preguntas y que todo lo que yo tenía que
hacer sería dar la conferencia.
Recuerdo mi entrada… ustedes pueden imaginarse esa primera vez,
era como atravesar un fuego. Había escrito todas las ecuaciones en
la pizarra por adelantado, así que toda la pizarra estaba llena de
ecuaciones. A la gente no le gustan tantas ecuaciones, prefieren
entender las ideas. Y recuerdo que entonces me levanté para hablar
y allí estaban estos grandes hombres entre la audiencia: era
aterrador. Aún puedo ver mis propias manos cuando sacaba los
artículos del sobre en donde los llevaba. Temblaban. Pero en cuanto
cogí el papel y empecé a hablar me sucedió algo que siempre me ha
sucedido desde entonces y que es maravilloso. Si estoy hablando de
física, amo el tema, solo pienso en física, no me preocupa dónde
estoy; no me preocupo por nada. Y todo fue muy fácil. Simplemente
expliqué todo el asunto lo mejor que pude. No pensé en quién había
allí. Solo pensaba en el problema que estaba explicando. Y al final,
cuando llegara el tiempo de las preguntas, yo no tenía nada por lo
que preocuparme porque el profesor Wheeler iba a responderlas. El
profesor Pauli se puso de pie, estaba sentado junto al profesor
Einstein. Dijo: «Yo no creo que esta teoría pueda ser correcta debido
a esto y aquello y esta otra cosa y así sucesivamente, ¿no está usted
de acuerdo, profesor Einstein?». Einstein dijo: «No-o-o-o», y ese fue
el no más bonito que he oído nunca.
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 292 Preparado por Patricio Barros
Fue en Princeton donde Richard Feynman supo que incluso si él
viviera toda su vida en el mundo de las matemáticas y la física
teórica, había otro mundo ahí fuera que insistiría en hacerle
demandas muy prácticas. En aquellos años el mundo estaba en
guerra, y Estados Unidos acababa de empezar a trabajar en la
bomba atómica.
Precisamente en aquella época, Bob Wilson entró en mi habitación
para hablarme de un proyecto que estaba empezando y que tenía
que ver con producir uranio para bombas atómicas. Dijo que había
una reunión a las tres y que era un secreto, pero él sabía que
cuando yo supiese cuál era el secreto tendría que ir con él, de modo
que no había peligro en decírmelo. Dije: «Cometes un error al
contarme el secreto. No voy a ir contigo. Me vuelvo a hacer mi
trabajo, a trabajar en mi tesis». Él salió de la habitación diciendo:
«Vamos a tener una reunión a las tres». Eso [sucedió] por la
mañana. Empecé a caminar por el piso y a pensar en las
consecuencias que tendría que la bomba estuviese en manos de los
alemanes y todo eso, y decidí que era muy excitante y muy
importante hacerlo. Así que fui a la reunión de las tres y dejé de
trabajar en mi doctorado.
El problema consistía en que había que separar los isótopos del
uranio para construir una bomba. El uranio se presenta
básicamente en dos isótopos, y el U235 era el reactivo y queríamos
separarlos. Wilson había ideado un esquema para hacer la
separación —formar un haz de iones y agrupar los iones— basado
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 293 Preparado por Patricio Barros
en que la velocidad de los dos isótopos a una misma energía es
ligeramente diferente. Así que si uno crea pequeños montones y los
hace descender por un largo tubo, uno de los isótopos se adelanta al
otro y pueden separarse de este modo. Ese era el plan que él tenía.
Yo era un teórico en aquella época. Lo que yo tenía que hacer
inicialmente era descubrir si el dispositivo tal como estaba diseñado
iba a funcionar; ¿podría hacerse siquiera? Había un montón de
preguntas sobre las limitaciones del espacio de carga y todo eso,
pero yo deduje que podía hacerse.
Aunque Feynman dedujo que el método de Wilson para separar
isótopos de uranio era teóricamente posible, finalmente se utilizó otro
método para producir uranio235 para la bomba atómica. De todas
formas, había aún mucho sitio para Richard Feynman y su
teorización de alto nivel en el laboratorio principal en Los Álamos,
Nuevo México, encargado de desarrollar la bomba. Tras la guerra, se
unió al grupo del Laboratorio de Estudios Nucleares en la Universidad
de Cornell. Hoy tiene sentimientos encontrados acerca del trabajo que
desarrolló para hacer posible la bomba atómica. ¿Había hecho lo
correcto o lo equivocado?
No, yo no creo que estuviese equivocado en el momento en que tomé
la decisión. Pensé sobre ello y creí correctamente que era muy
peligroso que los nazis lo consiguieran. Sin embargo, hubo, creo yo,
un error en mi pensamiento, pues una vez que los alemanes fueron
derrotados —eso fue mucho después, tres o cuatro años después—
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 294 Preparado por Patricio Barros
seguíamos trabajando muy duro. Yo no me detuve; ni siquiera
consideré que ya no existía el motivo original para hacerlo. Y eso es
algo que aprendí: que si tienes alguna razón muy fuerte para hacer
algo y empiezas a trabajar en ello, debes reconsiderarlo todo de vez
en cuando y ver si siguen existiendo los motivos originales. En
aquella época tomé la decisión, creo que era correcta, pero quizá
haya sido erróneo continuar sin volver a plantearlo. No sé qué
hubiera sucedido si lo hubiera reconsiderado. Quizá hubiera
decidido seguir de todas formas, no lo sé. Pero la cuestión de no
replantearlo cuando las condiciones originales que me hicieron
tomar la decisión original habían cambiado, eso es un error.
Después de cinco años estimulantes en Cornell, el doctor Feynman,
como muchos otros hombres del este antes y después de él, fue
atraído por California y por los igualmente estimulantes ambientes
del Instituto de Tecnología de California. Y había otras razones.
En primer lugar, el clima no es bueno en Ithaca. En segundo lugar,
me gusta ir a los clubs nocturnos y cosas así.
Bob Bacher me invitó a ir allí a dar una serie de conferencias sobre
un trabajo que yo había desarrollado en Cornell. Así que di la
conferencia y él me dijo: «¿Quieres que te preste mi automóvil?». Me
encantó la idea y cogí su automóvil, y todas las noches me daba una
vuelta por Hollywood y Sunset Strip. Pasé unos días muy buenos:
esa mezcla de buen clima y un horizonte más amplio que el
disponible en una pequeña ciudad al norte del estado de Nueva
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 295 Preparado por Patricio Barros
York es lo que me convenció finalmente para venir aquí. No fue muy
duro. No fue un error. Era otra decisión que no fue un error.
En la facultad del Instituto de Tecnología de California, el doctor
Feynman ejerce como Richard Chace Tolman Profesor de Física
Teórica. En 1954 recibió el Premio Albert Einstein, y en 1962 la
Comisión de Energía Atómica le concedió el Premio E. O. Lawrence
por «contribuciones especialmente meritorias al desarrollo, uso y
control de la energía atómica». Finalmente, en 1965, recibió el premio
científico más importante de todos, el Premio Nobel. Lo compartió con
Sin-Itiro Tomonaga de Japón y Julian Schwinger de Harvard. Para el
doctor Feynman, el Premio Nobel supuso un rudo despertar.
Sonó el teléfono, el tipo dijo [que era] de alguna emisora de radio. Yo
estaba muy molesto porque me hubieran despertado. Esa fue mi
reacción natural. Ya saben, uno está medio dormido y fastidiado.
Así que el tipo dice: «Nos gustaría informarle de que ha ganado el
Premio Nobel». Y yo pienso para mí —vean, aún estoy fastidiado—
que eso no estaba registrado. Así que dije: «Podría habérmelo dicho
por la mañana». Y él dice: «Pensaba que le gustaría saberlo». Bien,
dije que estaba dormido y colgué el teléfono. Mi mujer preguntó:
«¿Quién era?», y yo le anuncié: «He ganado el Premio Nobel». «Sigue,
me estás tomando el pelo». A menudo he tratado de engañarla pero
nunca lo consigo. Cada vez que trato de engañarla ella me descubre,
pero esta vez estaba equivocada. Pensaba que yo estaba bromeando.
Pensaba que era algún estudiante borracho o algo parecido. Así que
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 296 Preparado por Patricio Barros
no me creyó. Pero cuando diez minutos más tarde llegó la segunda
llamada telefónica procedente de un periódico, le dije al tipo: «Sí, ya
lo he oído, déjeme en paz». Luego descolgué el auricular y pensé que
iba a volverme a dormir y que a las ocho colgaría de nuevo el
auricular. No pude volverme a dormir, y mi mujer tampoco. Me
levanté y me puse a andar, y finalmente colgué el auricular y
empecé a contestar las llamadas.
Poco tiempo después, iba en taxi a algún lugar y el taxista empieza
a hablar y yo hablo con él y le cuento mis problemas con las
preguntas que me hacen estos tipos y que yo no sé cómo
explicarme. Dice él: «Oí una entrevista que le hicieron a usted, le vi
en televisión. Un tipo le preguntó: “¿Querría explicar en dos minutos
lo que hizo para ganar el premio?”. Y usted trató de hacerlo y era
una locura. ¿Sabe lo que yo hubiera dicho? “Diablos, hombre, si yo
pudiera decírselo en dos minutos no hubiera merecido el Premio
Nobel”». Así que esa es la respuesta que yo doy desde entonces.
Cuando alguien me pregunta, le digo siempre: si yo pudiera
explicarlo fácilmente, no hubiera merecido el Premio Nobel.
Realmente no es muy limpio, pero es una respuesta divertida.
Como se ha mencionado antes, el doctor Feynman recibió el Premio
Nobel por sus contribuciones al desarrollo de una teoría que iba a
definir el campo recién emergente de la electrodinámica cuántica. Es,
como dice el doctor Feynman, «La teoría de todo lo demás». No se
aplica a la energía nuclear o a la fuerza de la gravedad, sino que se
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 297 Preparado por Patricio Barros
aplica a la interacción de los electrones con las partículas de la luz
llamadas fotones. Subyace a la forma en que fluye la electricidad, al
fenómeno del magnetismo, y a la forma en que se producen los rayos
X e interaccionan con otras formas de materia. El adjetivo «cuántica»
en electrodinámica cuántica remite a una teoría de mediados de los
años veinte que establece que los electrones que rodean al núcleo de
todo átomo están limitados a ciertos estados cuánticos o niveles de
energía. Solo pueden estar en dichos niveles y en ningún lugar
intermedio. Los niveles cuantizados de energía se determinan por la
intensidad de la luz que absorbe el átomo, entre otras cosas.
Una de las mayores y más importantes herramientas de la física
teórica es la papelera. Uno tiene que saber cuándo tiene que dejarlo,
¿no? De hecho, yo aprendí casi todo lo que sé sobre electricidad,
magnetismo y mecánica cuántica y todo lo demás al intentar
desarrollar esta teoría. Y por lo que obtuve en definitiva el Premio
Nobel fue porque, en 1947, la teoría habitual para la gente, la teoría
ordinaria que yo estaba tratando de corregir y cambiar, se veía en
dificultades; por eso es por lo que yo trataba de corregirla. Pero
Bethe había descubierto que si uno hace justamente las cosas
correctas, si desprecia algunas cosas y no desprecia otras, si hace lo
correcto, puede obtener respuestas correctas que se pueden
comparar con los experimentos; y él me hizo algunas sugerencias.
Por entonces yo sabía bastante de electrodinámica porque había
estado ensayando esta teoría loca y la había escrito en 655 formas
diferentes; y por eso yo sabía cómo hacer lo que él quería, cómo
controlar y organizar este cálculo de una manera muy uniforme y
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 298 Preparado por Patricio Barros
conveniente, y cómo obtener métodos potentes para hacerlo. En
otras palabras, utilicé el material, la maquinaria que había
desarrollado para mi propia teoría, y lo apliqué a la vieja teoría —
ahora suena bastante obvio, pero no pensé en ello durante años— y
descubrí que era extraordinariamente potente para esa época y
pude hacer cosas con la vieja teoría de un modo mucho más rápido
que lo que cualquiera había hecho antes.
Además de muchas otras cosas, la teoría de la electrodinámica
cuántica del doctor Feynman proporciona nuevas ideas para entender
las fuerzas que mantienen unida a la materia. También añade algo
más a lo que sabemos de las propiedades de las partículas
infinitamente pequeñas y de corta vida a partir de las que está
compuesta cualquier otra cosa en el universo. A medida que los
físicos han penetrado cada vez más en la estructura de la materia,
han descubierto que lo que en tiempos parecía muy simple puede ser
muy complejo, y que lo que en tiempos parecía muy complejo puede
ser muy simple. Sus herramientas son los colisionadores de átomos
de alta energía que pueden romper las partículas atómicas en
fragmentos cada vez más pequeños.
Para empezar, miramos la materia y vemos muchos fenómenos
diferentes: vientos y olas, y la luna y todo este tipo de cosas. Y
tratamos de reorganizarlo. ¿Es el movimiento del viento similar al
movimiento de las olas, y así sucesivamente? Poco a poco
descubrimos que muchas, muchísimas cosas son similares. No hay
una variedad tan grande como creíamos. Tenemos todos los
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 299 Preparado por Patricio Barros
fenómenos y tenemos los principios subyacentes, y uno de los
principios más útiles parecía ser la idea de que las cosas están
hechas de otras cosas. Descubrimos, por ejemplo, que toda la
materia estaba hecha de átomos, y así se entienden muchas cosas a
medida que se entienden las propiedades de los átomos. Al principio
se supone que los átomos son simples, pero resulta que para
explicar todas las variedades y todos los fenómenos de la materia,
los átomos tienen que ser más complicados, y que hay 92 tipos de
átomos. De hecho, hay muchos más, porque los hay con pesos
diferentes. El problema siguiente era comprender la variedad de las
propiedades de los átomos. Y descubrimos que podemos
comprenderla si hacemos que los propios átomos estén hechos de
constituyentes: en este caso concreto, un núcleo en torno al cual
giran electrones. Y que los diferentes átomos consisten solo en
números diferentes de electrones. Es un sistema bellamente
unificador que funciona.
Todos los diferentes átomos son tan solo el mismo objeto con un
número diferente de electrones. Sin embargo, los núcleos difieren. Y
así empezamos a estudiar los núcleos. Hubo una gran variedad en
cuanto empezamos a realizar experimentos haciendo chocar
núcleos… Rutherford y todo eso. Esto fue a partir de 1914, y al
principio parecía que eran complicados. Pero luego se advirtió que
podían entenderse si también están compuestos de constituyentes.
Están hechos de protones y neutrones que interaccionan mediante
cierta fuerza que los mantiene unidos. Para entender los núcleos
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 300 Preparado por Patricio Barros
tenemos que entender dicha fuerza un poco mejor. Dicho sea de
paso, en el caso de los átomos había también una fuerza: es una
fuerza eléctrica y la entendemos. Así que además de los electrones
estaba también la fuerza eléctrica, que representamos mediante
fotones de luz. La luz y la fuerza eléctrica están integradas en algo
llamado fotones, de modo que el mundo exterior, por así decir, el
mundo fuera del núcleo consiste en electrones y fotones. Y la teoría
del comportamiento de los electrones es la electrodinámica
cuántica, y por trabajar en ella es por lo que obtuve el Premio Nobel.
Pero ahora entramos en los núcleos y descubrimos que podrían
estar formados por protones y neutrones, pero está esta extraña
fuerza. Tratar de entender esta fuerza es el siguiente problema.
Yukawa sugirió que podría haber otras partículas, y por eso hicimos
experimentos haciendo chocar protones y neutrones de alta energía;
y realmente salieron cosas nuevas, igual que se producen fotones
cuando se hacen chocar electrones de energía suficientemente alta.
Así que tenemos estas cosas nuevas que salen. Eran mesones.
Parecía entonces que Yukawa tenía razón. Continuamos haciendo
experimentos. Y lo que sucedió entonces fue que obtuvimos una
tremenda variedad de partículas; no solo un tipo de fotón, ya ven,
sino que hicimos chocar fotones y neutrones y obtuvimos más de
400 tipos de partículas diferentes: partículas lambda, partículas
sigma… Todas diferentes. Y mesones π y mesones K, y así
sucesivamente. Bueno, también obtuvimos muones, dicho sea de
paso, pero estos no tienen aparentemente nada que ver con los
neutrones y los protones. Al menos no más que los electrones. Se
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 301 Preparado por Patricio Barros
trata de una extraña pieza extra que no entendemos para qué sirve.
Es simplemente como un electrón, pero más pesado. De modo que
tenemos electrones y muones que no interaccionan fuertemente con
estas otras cosas. A estas otras cosas las llamamos partículas con
interacción fuerte, o hadrones. Incluyen a protones y neutrones y
todas las cosas que uno obtiene inmediatamente cuando los hace
chocar con mucha fuerza. Así que el problema ahora es tratar de
representar las propiedades de todas estas partículas de alguna
forma organizada. Ese es un gran juego y todos estamos trabajando
en ello. Se denomina física de altas energías o física de partículas
fundamentales. Se suele llamar física de partículas fundamentales,
pero nadie puede creer que 400 constituyentes diferentes sean
fundamentales. Otra posibilidad es que ellas mismas estén
formadas por algunos constituyentes más profundos; esa parece ser
una posibilidad razonable. Por eso se ha inventado una teoría, la
teoría de los quarks, según la cual algunas de estas cosas como el
protón, por ejemplo, o el neutrón, están formados por tres objetos
llamados quarks.
Nadie ha visto todavía un quark; y es mala suerte, porque podrían
representar el bloque constituyente fundamental para todos los
demás átomos y moléculas complicados que constituyen el universo.
El nombre fue escogido, sin que hubiera ninguna razón especial para
ello, por un colega del doctor Feynman, Murray Gell-Man, hace
algunos años. Para sorpresa del doctor Gell-Man, el novelista irlandés
James Joyce ya había anticipado ese nombre treinta años antes en
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 302 Preparado por Patricio Barros
su libro Finnegan’s Wake. La frase clave era «tres quarks por Muster
Mark». Esto suponía una coincidencia incluso mayor puesto que, como
explicaba el doctor Feynman, los quarks que constituyen las
partículas del universo parecen darse en grupos de tres. En la
búsqueda de los quarks, los físicos hacen chocar protones y
neutrones a energías muy altas con la esperanza de que se dividirán
en sus quarks constituyentes.
Muy cierto, y una de las cosas que está retrasando la teoría de los
quarks es que obviamente es complicada, porque si las cosas
estuvieran hechas de quarks, si hacemos chocar dos protones,
deberíamos producir a veces tres quarks. Resulta que en este
modelo de quarks del que estamos hablando, los quarks llevan
cargas eléctricas muy peculiares. Todas las partículas que
conocemos en el mundo tienen cargas enteras. Normalmente una
carga eléctrica positiva, una negativa o una carga nula. Pero la
teoría de quarks dice que los quarks llevan cargas como menos un
tercio o más dos tercios de una carga eléctrica normal. Y si existiera
una partícula semejante, se pondría fácilmente de manifiesto
porque el número de burbujas que formaría en una cámara de
burbujas cuando deja una traza sería mucho [menor]. Supongamos
que tuviera una carga de un tercio; entonces excitaría una novena
parte —un tercio al cuadrado— de átomos a lo largo de su camino,
así que habría una novena parte de átomos en su camino respecto a
los que habría en el caso de una partícula ordinaria. Y eso sería
evidente; si uno ve una traza débilmente dibujada es que hay algo
raro. Y se ha buscado y buscado una traza semejante, y todavía no
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 303 Preparado por Patricio Barros
se ha encontrado. Así que este es uno de los problemas graves. Ahí
está la excitación. ¿Estamos en el camino correcto o estamos dando
vueltas en la más completa oscuridad cuando la respuesta está en
otra parte?, ¿o la estamos husmeando de cerca y simplemente no la
hemos alcanzado todavía? Y cuando la alcancemos, entenderemos
de golpe por qué el experimento parecía diferente.
¿Y qué pasa si estos experimentos a alta energía con colisionadores
de átomos y cámaras de burbujas muestran que el mundo está hecho
de quarks? ¿Seremos capaces de verlos alguna vez de un modo
práctico?
Bien, en cuanto al problema de entender los hadrones y los muones
y demás, yo no puedo ver por el momento ninguna aplicación
práctica en absoluto, o prácticamente ninguna. En el pasado
muchas personas decían que no podían ver ninguna aplicación y
más adelante se encontraron aplicaciones. Con estos antecedentes,
muchas personas prometerían que cualquier cosa está abocada a
ser útil. Sin embargo, para ser honesto… Quiero decir que parece
ridículo; decir que nunca saldrá nada útil es obviamente una
tontería. Así que voy a hacer una tontería y voy a decir que estas
malditas cosas nunca tendrán ninguna aplicación, hasta donde
puedo prever. Soy demasiado estúpido para verla. ¿Correcto?
Entonces, ¿por qué hacerlo? Las aplicaciones no lo son todo en el
mundo. También es interesante comprender de qué está hecho el
mundo. Es el mismo interés, la misma curiosidad del hombre que le
lleva a construir telescopios. ¿Qué utilidad tiene descubrir la edad
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 304 Preparado por Patricio Barros
del Universo? O ¿qué son esos cuásares que están explotando a
grandes distancias? Lo que quiero decir es, ¿qué utilidad tiene toda
esa astronomía? No tiene ninguna. De todas formas, es interesante.
Es el mismo tipo de exploración de nuestro mundo que yo estoy
siguiendo, y es la curiosidad lo que yo estoy satisfaciendo. Si la
curiosidad humana representa una necesidad, entonces el intento
de satisfacer esta curiosidad es práctico en ese sentido. Así es como
yo lo consideraría por el momento. Yo no haría ninguna promesa de
que vaya a ser práctico en un sentido económico.
En cuanto a la propia ciencia y a lo que significa para todos nosotros,
el doctor Feynman dice que es reacio a filosofar sobre el tema. De
todas formas, eso no le impide lanzar algunas ideas interesantes y
provocativas acerca de lo que él cree que es y que no es la ciencia.
Bien, diré que es lo mismo que fue siempre desde el día en que
empezó. Es la búsqueda de comprensión de algún tema o alguna
cosa basada en el principio de que lo que sucede en la naturaleza es
verdadero, y esta es el juez de la validez de cualquier teoría sobre
ella. Supongamos que Lysenko dice que si uno corta las colas de las
ratas durante 500 generaciones, las ratas que nacen luego no
tendrán cola. (Yo no sé si él dice eso o no. Digamos que es el señor
Jones el que lo dice). Entonces, si uno lo intenta y no funciona,
sabemos que no es cierto. Ese principio, la separación de lo
verdadero de lo falso mediante el experimento o la experiencia, ese
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 305 Preparado por Patricio Barros
principio y el cuerpo de conocimiento resultante que es coherente
con dicho principio, eso es la ciencia.
Para la ciencia necesitamos también, además del experimento,
muchos intentos de generalización por parte del intelecto humano.
De modo que no es meramente una colección de todas aquellas
cosas que resultan ser ciertas en los experimentos. No es solo una
colección de hechos acerca de lo que sucede cuando uno corta colas
[de ratas] porque eso sería demasiado para poder guardarlo en
nuestras cabezas. Hemos encontrado un gran número de
generalizaciones. Por ejemplo, si es cierto para ratas y gatos,
decimos que es cierto para los mamíferos. Luego descubrimos que
es cierto para otros animales; luego descubrimos que es cierto para
las plantas, y finalmente se convierte en una propiedad de la vida
hasta cierto nivel y que no heredamos como un carácter adquirido.
No es exactamente, absolutamente cierto. Más tarde encontramos
experimentos que muestran que las células pueden transmitir
información a través de las mitocondrias o alguna otra cosa, de
modo que introducimos modificaciones a medida que avanzamos.
Pero los principios deben ser lo más amplios posible, deben ser lo
más generales posible y seguir estando en completo acuerdo con el
experimento: ese es el reto.
Ya ven ustedes, el problema de obtener hechos a partir de la
experiencia… suena muy, muy simple. Solo hay que probar y ver.
Pero el hombre tiene un carácter débil y resulta que probar y ver es
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 306 Preparado por Patricio Barros
mucho más difícil de lo que ustedes piensan. Tomemos, por
ejemplo, la educación. Cierto tipo llega y ve la forma en que la gente
enseña matemáticas. Y dice: «Yo tengo una idea mejor. Haré un
computador de juguete y les enseñaré con él». Así que lo intenta con
un grupo de niños, él no ha conseguido muchos niños, quizá
alguien le deja un aula para intentarlo. A él le gusta lo que hace.
Está entusiasmado. Entiende muy bien de qué va el asunto. Los
chicos saben que es algo nuevo, así que todos están entusiasmados.
Aprenden muy, muy bien, y aprenden la aritmética ordinaria mejor
que los otros chicos. Así que uno hace un test: ellos aprenden
aritmética. Entonces esto se registra como un hecho: que la
enseñanza de la aritmética puede mejorarse con este método. Pero
no es un hecho, porque una de las condiciones del experimento era
que el mismo hombre que lo ideó era el que estaba impartiendo la
enseñanza. Lo que realmente quisiéramos saber es lo siguiente: si
simplemente se describe este método en un libro a un profesor
medio (y uno tiene que tener profesores medios; hay profesores por
todo el mundo y debe haber muchos que están en la media), que
entonces toma este libro y trata de enseñar con el método descrito,
¿será mejor o no? En otras palabras, lo que sucede es que uno tiene
todo tipo de afirmaciones de hechos sobre educación, sobre
sociología, incluso psicología…, todo tipo de cosas que son, yo diría,
pseudociencia. Se han hecho estadísticas que según dicen estaban
hechas con mucho cuidado. Se han hecho experimentos que no son
realmente experimentos controlados. [Los resultados] no son
realmente repetibles en experimentos controlados. Y se publica todo
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 307 Preparado por Patricio Barros
este material. Porque la ciencia que se hace con cuidado ha tenido
éxito; y se piensa que, haciendo algo parecido, se obtiene algún
honor. Yo tengo un ejemplo.
En las islas Solomon, como mucha gente sabe, los nativos no
entendían los aviones que llegaban durante la guerra y traían todo
tipo de cosas para los soldados. Así que ahora tienen cultos
dedicados a los aviones. Construyen pistas de aterrizaje artificiales y
encienden hogueras a lo largo de las pistas para imitar las balizas, y
un pobre nativo se sienta en una caja de madera que él ha
construido, con auriculares de madera y varillas de bambú que
representan antenas, y mueve su cabeza atrás y adelante, y hay
antenas de radar hechas de madera y todo tipo de cosas con la
esperanza de atraer a los aviones para que les dejen cosas. Están
imitando la acción. Es lo mismo que hacían los otros tipos. Pues
bien, una condenada buena parte de nuestra actividad moderna en
muchos, muchísimos campos, es ciencia de este tipo. Un remedo de
la aviación. Esa sí es una ciencia. Pero la ciencia de la educación,
por ejemplo, no es ciencia en absoluto. Es un montón de trabajo.
Requiere un montón de trabajo tallar esas cosas, esos aviones de
madera. Pero eso no quiere decir que realmente estén descubriendo
algo. La criminología, la reforma penitenciaria —entender por qué la
gente comete crímenes; considerar el mundo—, las entendemos
cada vez más con nuestra moderna comprensión de estas cosas.
Más sobre educación, más sobre crimen; las puntuaciones en los
test están bajando y hay más gente en la cárcel; los jóvenes cometen
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 308 Preparado por Patricio Barros
crímenes, simplemente no lo entendemos. Simplemente no está
funcionando, no se descubre nada sobre estas cosas con el tipo de
imitación del método científico que están utilizando ahora. Por otra
parte, yo no sé si funcionaría el método científico en estos campos si
supiéramos cómo hacerlo. Es particularmente débil en este aspecto.
Quizá haya algún otro método, por ejemplo, tener en cuenta las
ideas del pasado y la experiencia acumulada por la gente durante
mucho tiempo. El no prestar atención al pasado solo es una buena
idea cuando uno dispone de otra fuente de información
independiente y ha decidido seguirla. Pero uno tiene que pensar
bien a quién va a seguir si pretende [ignorar] la sabiduría de las
personas que han considerado esto y reflexionado sobre ello, y han
llegado de forma no científica a una conclusión. Ellos tienen tanto
derecho a tener razón como el que uno tiene en los tiempos
modernos; a llegar igualmente de forma no científica a una
conclusión.
Bien, ¿cómo va eso? ¿Lo estoy haciendo bien como filósofo?
En esta edición del Futuro de la Ciencia —una serie de entrevistas
grabadas con laureados Nobel— han oído ustedes al doctor Richard
Feynman del Instituto de Tecnología de California. La serie ha sido
preparada bajo los auspicios de la Asociación Americana para el
Avance de la Ciencia.
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 309 Preparado por Patricio Barros
Capítulo 13
La relación entre ciencia y religión
En una especie de experimento mental, Feynman adopta los
diferentes puntos de vista presentes en un panel imaginario que
representara el pensamiento de científicos y espiritualistas, y discute
los puntos de acuerdo y de desacuerdo entre ciencia y religión,
anticipando en dos décadas el vivo debate actual entre estas dos vías
esencialmente diferentes de búsqueda de la verdad. Entre otras
cuestiones se pregunta si los ateos pueden tener una moral basada
en lo que la ciencia les dice, de la misma forma que los espiritualistas
pueden tener una moral basada en su creencia en Dios, un tema
inusualmente filosófico para el pragmático Feynman.
En esta época de especialización, los hombres que dominan un
campo son a menudo incompetentes para discutir otro. Por esta
razón, cada vez son menos frecuentes los debates públicos sobre las
relaciones entre aspectos diversos de la actividad humana. Cuando
pensamos en los grandes debates del pasado sobre estos temas nos
sentimos celosos de aquellos tiempos, pues nos hubiera gustado
vivir la emoción de dichas discusiones. Los viejos problemas, tales
como el de la relación entre ciencia y religión, siguen con nosotros y
creo que presentan los mismos dilemas difíciles de siempre, aunque
no se suelen discutir públicamente debido a las limitaciones que
conlleva la especialización.
Pero yo llevo mucho tiempo interesado en este problema y me
gustaría discutirlo. En vista de mi evidente falta de conocimiento y
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 310 Preparado por Patricio Barros
comprensión de la religión (una carencia que se irá haciendo cada
vez más patente conforme avancemos), voy a ordenar la discusión
de este modo: supondré que no es solo un hombre sino un grupo de
hombres quienes están discutiendo el problema, que el grupo
consta de especialistas en muchos campos —las diversas ciencias,
las diversas religiones, etc.— y que vamos a analizar el problema
desde varios ángulos, como en un panel. Cada uno va a ofrecer su
punto de vista, que podrá ser moldeado y modificado por la
discusión posterior. Además, imagino que alguien ha sido elegido
por sorteo para ser el primero en presentar sus ideas, y yo he sido el
elegido.
Empezaría planteando un problema al panel: un hombre joven,
educado en una familia religiosa, estudia una ciencia y, como
resultado, empieza a tener dudas —y quizá más tarde deja de
creer— en el Dios de su padre. Este no es un caso aislado; sucede
una y otra vez. Aunque no tengo estadísticas, creo que muchos
científicos —de hecho, creo que mucho más de la mitad de los
científicos— dejan de creer realmente en el Dios de sus padres; es
decir, no creen en un Dios en el sentido convencional.
Ahora bien, puesto que la creencia en Dios es un aspecto
fundamental de la religión, este problema que he seleccionado nos
lleva directamente al problema de la relación entre ciencia y religión.
¿Por qué llega este joven a dejar de creer?
La primera respuesta que podríamos oír es muy simple: ya lo ven,
ha aprendido de los científicos y (como acabo de señalar) todos ellos
son ateos de corazón, de modo que el mal se propaga de uno a otro.
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 311 Preparado por Patricio Barros
Pero si alguien puede llegar a sostener esta opinión, creo que sabe
menos de ciencia que yo de religión.
Otra respuesta posible diría que un conocimiento limitado es
peligroso: este joven ha aprendido un poco y piensa que lo sabe
todo, pero pronto se le pasará esta sofisticación de principiante y se
dará cuenta de que el mundo es más complejo, y empezará a
entender de nuevo que debe haber un Dios.
Yo no creo que necesariamente se le pase. Hay muchos científicos
que se calificarían a sí mismos de maduros y que siguen sin creer
en Dios. De hecho, y como me gustaría explicar más adelante, la
respuesta no es que el joven piensa que lo sabe todo: es
exactamente lo contrario.
Una tercera respuesta que se podría obtener es que en realidad este
joven no entiende la ciencia correctamente. Yo no creo que la ciencia
pueda refutar la existencia de Dios; pienso que eso es imposible. Y
si es imposible ¿no significa esto que es compatible la creencia en la
ciencia con la creencia en un Dios, un Dios ordinario de la religión?
Sí, es compatible. A pesar de que he dicho que más de la mitad de
los científicos no creen en Dios, hay muchos científicos que sí creen
en la ciencia y en Dios de un modo perfectamente compatible. Pero
esta compatibilidad, aunque posible, no es fácil de alcanzar, y me
gustaría discutir dos cosas: por qué no es fácil de alcanzar y si vale
la pena intentar alcanzarla.
Por supuesto, cuando digo «creer en Dios» sigue habiendo un
misterio: ¿qué es Dios? Lo que yo entiendo por ello es un tipo de
Dios personal, característico de las religiones occidentales, a quien
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 312 Preparado por Patricio Barros
se reza y quien tiene algo que ver con la creación del universo y la
guía moral.
Para el estudiante que aprende ciencia hay dos fuentes de dificultad
al tratar de conciliar ciencia y religión. La primera fuente de
dificultad es esta: que en la ciencia es imperativo dudar; para
avanzar en la ciencia es absolutamente necesaria la incertidumbre
como una parte fundamental de tu naturaleza interior. Para avanzar
en el conocimiento debemos seguir siendo humildes y admitir que
no sabemos. Nada es cierto o está probado más allá de toda duda.
Uno investiga por curiosidad, porque hay algo desconocido, no
porque conozca la respuesta. Y a medida que uno obtiene más
información en las ciencias, no es que esté descubriendo la verdad,
sino que está descubriendo que esto o aquello es más o menos
probable.
Es decir, si investigamos más, descubrimos que los enunciados de
la ciencia no tratan de lo que es cierto y lo que no es cierto, sino que
son enunciados acerca de lo que se conoce con diferentes grados de
certeza: «Es mucho más probable que tal y cual cosa sea cierta que
no sea cierta»; o «tal y cual cosa es casi segura pero hay todavía
algún asomo de duda»; o, en el otro extremo: «bien, realmente no lo
sabemos». Todos los conceptos de la ciencia se encuentran en
alguna zona intermedia de una escala graduada, pero en ninguno
de los extremos, la falsedad absoluta o la verdad absoluta.
Creo que es necesario aceptar esta idea, no solo para la ciencia sino
también para otras cosas; es de gran valor reconocer la ignorancia.
Es un hecho que, cuando tomamos decisiones en nuestra vida, no
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 313 Preparado por Patricio Barros
sabemos en absoluto que las estamos tomando correctamente; solo
pensamos que lo estamos haciendo lo mejor que podemos; y eso es
lo que deberíamos hacer.
Contenido:
§. Actitud de incertidumbre
§. La creencia en Dios y los hechos de la ciencia
§. El comunismo y el punto de vista científico
§. Interconexiones
§. La ciencia y las cuestiones morales
§. Las herencias de la civilización occidental
§. Actitud de incertidumbre
Creo que una vez que sabemos que realmente vivimos en la
incertidumbre, deberíamos admitirlo; tiene gran valor ser
conscientes de que no conocemos las respuestas a diferentes
preguntas. Esta actitud mental —esta actitud de incertidumbre— es
vital para el científico, y es esta actitud mental la que debe adquirir
en primer lugar el estudiante. Llega a ser un hábito del
pensamiento. Una vez adquirida, uno ya no puede dar marcha
atrás.
Lo que sucede, entonces, es que el joven empieza a dudar de todas
las cosas porque no puede tenerlas como una verdad absoluta. Y así
hay un ligero cambio en la pregunta de «¿Existe un Dios?» a «¿Hasta
qué punto es seguro que existe un Dios?». Este cambio muy sutil es
un gran golpe y supone una separación entre los caminos de la
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 314 Preparado por Patricio Barros
ciencia y la religión. Yo no creo que un auténtico científico pueda
volver a creer en lo mismo que creía antes. Aunque hay científicos
que creen en Dios, no creo que piensen en él de la misma forma que
lo hacen las personas religiosas. Si son coherentes con su ciencia,
pienso que ellos se dicen algo parecido a esto: «Yo estoy casi seguro
de que existe un Dios. La duda es muy pequeña». Esto es muy
diferente de decir: «Yo sé que existe un Dios». No creo que un
científico pueda alcanzar nunca ese punto de vista, esa
comprensión realmente religiosa, ese conocimiento real de que
existe un Dios: esa certeza absoluta que tienen las personas
religiosas.
Por supuesto, este proceso de duda no siempre empieza abordando
la pregunta de la existencia de Dios. Normalmente se someten
primero a examen algunos principios especiales, tales como la
cuestión del más allá, o detalles de la doctrina religiosa, como los
detalles de la vida de Cristo. Es más interesante, no obstante, ir
derechos y francos al tema central, y discutir el punto de vista más
extremo que duda de la existencia de Dios.
Una vez que la pregunta ha perdido su carácter absoluto, y se
desliza por la escala de la incertidumbre, puede terminar en
posiciones muy diferentes. En muchos casos la conclusión es muy
próxima a la certeza. Pero en otros, por el contrario, el resultado
neto de un examen riguroso de la teoría que mantenía su padre
respecto a Dios puede ser la afirmación de que es falsa casi con
certeza.
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 315 Preparado por Patricio Barros
§. La creencia en Dios y los hechos de la ciencia
Esto nos lleva a la segunda dificultad que encuentra nuestro
estudiante para conciliar ciencia y religión. ¿Por qué se concluye a
menudo que la creencia en Dios —al menos, el Dios del tipo
religioso— se considera muy poco razonable, muy poco probable?
Pienso que la respuesta tiene que ver con las cosas científicas —los
hechos o los hechos parciales— que el hombre aprende.
Por ejemplo, el tamaño del universo es impresionante; nosotros
estamos montados en una minúscula partícula que da vueltas
alrededor de un Sol entre cien mil millones de soles en esta galaxia,
que a su vez es una entre mil millones de galaxias.
Además, está la íntima relación entre el hombre biológico y los
animales, y entre una forma de vida y otra. El hombre es un recién
llegado a un vasto drama en desarrollo; ¿es posible que todo lo
demás sea tan solo un andamio para su creación? Y también están
los átomos de los que todo parece estar construido, siguiendo leyes
inmutables. Nada puede escapar a ello; las estrellas están hechas
del mismo material, y los animales están hechos del mismo
material, pero con tal complejidad como para aparecer
misteriosamente vivos, como el propio hombre.
Es una gran aventura contemplar el universo más allá del hombre,
pensar en lo que significa sin el hombre, como lo fue durante la
mayor parte de su larga historia, y lo es en la inmensa mayoría de
los lugares. Cuando finalmente se alcanza esta visión objetiva y se
aprecian el misterio y la majestad de la materia, volver la mirada
objetiva al hombre visto como materia, para ver la vida como parte
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 316 Preparado por Patricio Barros
de un misterio universal de la máxima profundidad, es sentir una
experiencia que apenas se puede describir. Normalmente acaba en
risas ante la inutilidad de intentar comprender. Estas visiones
científicas acaban en sobrecogimiento y misterio, perdidos en el
borde de la incertidumbre, pero parecen tan profundas y tan
impresionantes que la teoría de que todo está dispuesto
simplemente como un escenario para que Dios observe la lucha del
hombre entre el bien y el mal parece insuficiente.
Así que supongamos que este es el caso de nuestro estudiante
concreto, y que crece en él la convicción de que, por ejemplo, la
oración individual no es oída. (No estoy tratando de refutar la
realidad de Dios; estoy tratando de darles una idea de las razones
por las que muchos llegan a pensar que la oración carece de
sentido). Por supuesto, y como resultado de esta duda, la pauta de
la duda se orienta a los problemas éticos; porque, en la religión que
él aprendió, los problemas morales estaban relacionados con la
palabra de Dios, y si ese Dios no existe, ¿cuál es su palabra? Pero,
al final, y de forma bastante sorprendente, creo yo, los problemas
morales quedan relativamente intactos; es posible que al principio el
estudiante decida que algunas pocas cosas eran erróneas, pero con
frecuencia cambia luego de opinión y termina con un punto de vista
moral que no es fundamentalmente diferente del inicial.
Parece haber una especie de independencia en estas ideas. Al final,
es posible dudar de la divinidad de Cristo y, pese a todo, creer
firmemente que es bueno comportarte con tu prójimo como
quisieras que él se comporte contigo. Es posible tener estas dos
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 317 Preparado por Patricio Barros
ideas al mismo tiempo; y espero que ustedes encuentren que mis
colegas científicos ateos se suelen conducir bien en sociedad.
§. El comunismo y el punto de vista científico
Me gustaría comentar, de pasada, y puesto que la palabra «ateísmo»
está estrechamente relacionada con «comunismo», que las ideas
comunistas son la antítesis de lo científico, en el sentido de que en
el comunismo se dan respuestas a todas las preguntas —preguntas
políticas tanto como morales— sin ninguna discusión y ninguna
duda. El punto de vista científico es exactamente lo contrario; es
decir, todas las cuestiones deben ser puestas en duda y discutidas;
debemos discutir todo: observar las cosas, comprobarlas, y por lo
tanto cambiarlas. El gobierno democrático está mucho más próximo
a esta idea, porque hay discusión y hay oportunidad de
modificación. No se lanza la nave en una dirección definida. Es
cierto que cuando hay una tiranía de ideas, de modo que se sabe
exactamente lo que tiene que ser cierto, se actúa con mucha
decisión, y eso parece bueno… durante un tiempo. Pero la nave se
enfila inmediatamente en la dirección errónea, y ya nadie puede
modificar la dirección. De modo que las incertidumbres de la vida
en una democracia son, creo yo, mucho más compatibles con la
ciencia.
Aunque la ciencia tiene cierto impacto en muchas ideas religiosas,
ella no afecta al contenido moral. La religión tiene muchos aspectos;
responde a todo tipo de preguntas. En primer lugar, por ejemplo,
responde a preguntas acerca de qué son las cosas, de dónde
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 318 Preparado por Patricio Barros
proceden, qué es el hombre, qué es Dios, las propiedades de Dios y
todo eso. Llamemos a esto el aspecto metafísico de la religión.
También nos dice otra cosa: cómo debemos comportarnos. No me
refiero a cómo hay que comportarse en ciertas ceremonias, y qué
ritos hay que llevar a cabo; dejemos eso aparte. Lo que quiero decir
es que nos indica cómo debemos comportarnos en la vida en
general, de una forma moral. Da respuestas a cuestiones morales;
ofrece un código moral y ético. Llamemos a esto el aspecto ético de
la religión.
Ahora bien, nosotros sabemos que, incluso con valores morales
aceptados, los seres humanos son muy débiles; hay que recordarles
los valores morales para que puedan seguir a sus conciencias. No se
trata simplemente de tener una conciencia recta; es también una
cuestión de mantener la fortaleza para hacer lo que se sabe que es
correcto. Y es necesario que la religión dé fortaleza y consuelo, e
inspiración para seguir estas ideas morales. Este es el aspecto
inspirativo de la religión. Ofrece inspiración no solo para la
conducta moral: ofrece inspiración para las artes y para todo tipo de
grandes pensamientos y acciones.
§. Interconexiones
Estos tres aspectos de la religión están interconectados y, en vista
de esta estrecha integración de ideas, se tiene en general la
sensación de que atacar un aspecto del sistema es atacar a la
estructura entera. Los tres aspectos están conectados más o menos
de la siguiente forma: el aspecto moral, el código moral, es la
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 319 Preparado por Patricio Barros
palabra de Dios, que nos implica en una cuestión metafísica. Luego
viene la inspiración porque uno está haciendo la voluntad de Dios;
uno es para Dios; en parte uno siente que está con Dios. Y esto es
una gran inspiración porque pone las acciones propias en contacto
con el universo en conjunto.
Así que estas tres cosas están muy bien interconectadas. La
dificultad es esta: que la ciencia entra a veces en conflicto con la
primera de las tres categorías, con el aspecto metafísico de la
religión. Por ejemplo, en el pasado hubo una discusión acerca de si
la Tierra era el centro del universo, y si la Tierra se movía alrededor
del Sol o permanecía inmóvil. El resultado de todo esto fueron
terribles luchas y calamidades, pero finalmente se resolvió (con la
retirada de la religión en este caso concreto). Más recientemente
hubo un conflicto sobre la cuestión de si el hombre tiene una
ascendencia animal.
El resultado en muchas de estas situaciones es una retirada de la
visión metafísica religiosa, pero de ninguna manera hay un colapso
de la religión. Y además no parece haber ningún cambio apreciable
o fundamental en la visión moral.
Después de todo, ¿es que si la Tierra se mueve alrededor del Sol ya
no es mejor poner la otra mejilla? ¿Supone alguna diferencia el que
la Tierra esté inmóvil o que se mueva alrededor del Sol? Cabe
esperar un nuevo conflicto. La ciencia se desarrolla y se descubrirán
nuevas cosas en las que estará en desacuerdo con la teoría
metafísica actual de ciertas religiones. De hecho, incluso con todas
las retiradas pasadas de la religión, todavía hay conflictos reales
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 320 Preparado por Patricio Barros
para individuos concretos cuando aprenden acerca de la ciencia y
oyen hablar de la religión. La cosa no se ha integrado muy bien; hay
aquí conflictos reales, y pese a todo la moral no se ve afectada.
Como cuestión de hecho, el conflicto es doblemente difícil en esta
región metafísica. Para empezar, los hechos pueden estar en
conflicto, pero, incluso si no lo estuvieran, la actitud es diferente. El
espíritu de incertidumbre en la ciencia supone una actitud hacia las
cuestiones metafísicas completamente diferente de la certeza y la fe
que se exige en la religión. Hay definitivamente un conflicto, creo yo
—tanto en hechos como en espíritu— en los aspectos metafísicos de
la religión.
En mi opinión, no es posible que la religión encuentre un conjunto
de ideas metafísicas que garanticen que no se va a entrar en
conflicto con una ciencia en continuo avance y en continuo cambio,
una ciencia que se adentra en lo desconocido. No sabemos cómo
responder a las preguntas; es imposible encontrar una respuesta
que algún día no se descubra que es falsa. La dificultad surge
porque la ciencia y la religión están aquí tratando de responder a
preguntas en el mismo dominio.
§. La ciencia y las cuestiones morales
Por el contrario, yo no creo que surja un conflicto real con la ciencia
en el aspecto ético, porque creo que las cuestiones morales están
fuera del dominio científico.
Permítanme dar tres o cuatro argumentos para mostrar por qué
creo esto. En primer lugar, ha habido conflictos en el pasado entre
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 321 Preparado por Patricio Barros
la visión científica y la religiosa acerca del aspecto metafísico y, pese
a todo, las más antiguas visiones morales no colapsan, no cambian.
Segundo, hay hombres buenos que practican la ética cristiana y que
no creen en la divinidad de Cristo. Ellos mismos no encuentran aquí
ninguna incompatibilidad.
En tercer lugar, aunque creo que de vez en cuando aparece alguna
evidencia científica que podría interpretarse como prueba en apoyo
de algún aspecto concreto de la vida de Cristo, o de otras ideas
metafísicas religiosas, me parece que no hay ninguna evidencia
científica que apoye la regla de oro. Creo que es de algún modo
diferente.
Veamos si puedo dar una pequeña explicación filosófica de por qué
es diferente, de por qué la ciencia no puede afectar a la base
fundamental de la moral.
Un problema humano típico, uno al que la religión pretende ofrecer
respuesta, se plantea siempre de la forma siguiente. ¿Debería yo
hacer esto? ¿Deberíamos nosotros hacer esto? ¿Debería el gobierno
hacer esto? Para responder a esta pregunta, podemos dividirla en
dos partes. Primera: si yo hago esto, ¿qué sucederá? Y segunda:
¿Quiero yo que eso suceda? ¿Qué de valor —o de bueno— saldría de
ello?
Ahora bien, una pregunta como: si yo hago esto, ¿qué sucederá?, es
estrictamente científica. De hecho, la ciencia puede definirse como
un método para tratar de responder solo a preguntas que pueden
plantearse como: si yo hago esto, ¿qué sucederá?, y el cuerpo de
conocimientos que así se obtiene. La técnica consiste esencialmente
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 322 Preparado por Patricio Barros
en esto: pruébalo y observa. Entonces uno reúne una gran cantidad
de información a partir de tales experimentos. Todos los científicos
estarán de acuerdo en que una pregunta —cualquier pregunta, ya
sea filosófica o de otro tipo— que no pueda plantearse en una forma
que pueda ponerse a prueba mediante el experimento (o, en
términos sencillos, que no pueda plantearse en la forma: si yo hago
esto, ¿qué sucederá?) no es una pregunta científica; está fuera del
dominio de la ciencia.
Yo afirmo que lo que uno quiere que suceda, el valor que pueda
tener el resultado y cómo se juzga dicho valor (que es el otro
extremo de la pregunta: ¿debería yo hacer esto?), todo eso debería
estar fuera de la ciencia porque no es una pregunta que se pueda
responder con solo saber lo que sucede. Uno aún tiene que juzgar lo
que sucede, de una manera moral. Así, por esta razón teórica, creo
que hay una completa compatibilidad entre la visión moral —o el
aspecto ético de la religión— y la información científica.
Volver al tercer aspecto de la religión —el aspecto inspirativo— me
lleva a la pregunta fundamental que me gustaría plantear a este
panel imaginario. La fuente de inspiración actual —para fortaleza y
consuelo— en cualquier religión está estrechamente entretejida con
el aspecto metafísico. Es decir, la inspiración proviene de trabajar
para Dios, de obedecer su voluntad, sintiéndose uno con Dios. Los
lazos emocionales con un código moral basado de esta manera
empiezan a debilitarse seriamente cuando se expresan dudas, por
pequeñas que sean, respecto a la existencia de Dios. Por eso,
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 323 Preparado por Patricio Barros
cuando la creencia en Dios se hace insegura, este método de
obtener inspiración empieza a fallar.
Yo no conozco la respuesta a este problema central: el problema de
mantener el valor real de la religión como fuente de fortaleza y
ánimo para la mayoría de los hombres y, al mismo tiempo, no exigir
una fe absoluta en los aspectos metafísicos.
§. Las herencias de la civilización occidental
La civilización occidental, a mi modo de ver, se mantiene sobre dos
grandes herencias. Una es el espíritu científico de aventura: la
aventura en lo desconocido, que debe ser reconocido como
desconocido para ser explorado; la exigencia de los misterios
irresolubles del universo que siguen sin respuesta; la actitud de que
todo es incierto; en resumen: la humildad del intelecto. La otra gran
herencia es la ética cristiana: la acción basada en el amor, la
hermandad de todos los hombres, el valor del individuo, la
humildad del espíritu.
Estas dos herencias son lógicamente y completamente compatibles.
Pero la lógica no lo es todo; uno necesita su propio corazón para
seguir una idea. Si la gente vuelve a la religión, ¿a qué está
volviendo? ¿Es la Iglesia moderna un lugar para dar consuelo a un
hombre que duda de Dios; más aún, a uno que no cree en Dios? ¿Es
la Iglesia moderna un lugar para dar consuelo y aliento al valor de
tales dudas? Hasta ahora, ¿no hemos extraído fortaleza y consuelo
para mantener una u otra de estas herencias compatibles de un
modo que ataque a los valores de la otra? ¿Es esto inevitable?
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 324 Preparado por Patricio Barros
¿Cómo podemos obtener inspiración para mantener estos dos
pilares de la civilización occidental de modo que puedan permanecer
juntos con pleno vigor, sin temerse uno a otro? ¿No es este el
problema central de nuestro tiempo?
Lo propongo al panel para su discusión.
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 325 Preparado por Patricio Barros
Procedencias
«El placer de descubrir» es la transcripción corregida de una
entrevista con Richard P. Feynman que fue emitida como un
programa de televisión en la BBC2 llamado Horizon: El placer de
descubrir. Está reimpreso con permiso del productor Christopher
Syckes, Carl Feynman y Michelle Feynman.
«Los computadores del futuro» fue publicado originalmente en 1985
como una Nishina Memorial Lecture. Aquí está reimpreso con
permiso del profesor K. Nishijima en representación de la Nishina
Memorial Foundation.
«Los Álamos desde abajo» fue publicado originalmente por el
Instituto de Tecnología de California en la revista Engineering and
Science. Está reimpreso con permiso.
«Cuál es y cuál debería ser el papel de la cultura científica en la
sociedad moderna» está reimpreso con permiso de la Sociedad
Italiana de Física.
«Hay mucho sitio al fondo» fue publicado originalmente por el
Instituto de Tecnología de California en la revista Engineering and
Science. Está reimpreso con permiso.
«El valor de la ciencia» procede de Qué te importa lo que piensen los
demás: aventuras de un personaje curioso tal como se las contó
Richard P. Feynman a Ralph Leighton. Copyright1988 por Gweneth
Feynman y Ralph Leighton. Reimpreso con permiso de W. W. Norton
& Company, Inc.
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 326 Preparado por Patricio Barros
«¿Qué es la ciencia?» está reimpreso con permiso de The Physics
Teacher, volumen 9, pp. 313-320. Copyright 1969 American
Association of Physics Teachers.
«Ciencia tipo “cultos cargo”: discurso de la ceremonia de graduación
en Caltech en 1974» fue publicado originalmente por el Instituto de
Tecnología de California en la revista Engineering and Science. Está
reimpreso con permiso.
«Tan sencillo como uno, dos, tres» procede de Qué te importa lo que
piensen los demás: aventuras de un personaje curioso tal como se
las contó Richard P. Feynman a Ralph Leighton. Copyright 1988 por
Gweneth Feynman y Ralph Leighton. Reimpreso con permiso de W.
W. Norton & Company, Inc.
«La relación entre ciencia y religión» fue publicado originalmente por
el Instituto de Tecnología de California en la revista Engineering and
Science. Está reimpreso con permiso.
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 327 Preparado por Patricio Barros
Sobre el autor
RICHARD PHILLIPS FEYNMAN (Nueva York, Estados Unidos, 11 de
mayo de 1918 - Los Ángeles, California, Estados Unidos, 15 de
febrero de 1988). Físico teórico estadounidense.
Revisó todo el panorama de la electrodinámica
cuántica, y revolucionó el modo en que la ciencia
entendía la naturaleza de las ondas y las
partículas elementales. En 1965 compartió el
Premio Nobel de Física con el estadounidense
Julian S. Schwinger y el japonés Tomonaga
Shinichiro, científicos que de forma
independiente desarrollaron teorías análogas a la de Feynman,
aunque la labor de este último destaca por su originalidad y
alcance. Las herramientas que ideó para resolver los problemas que
se le plantearon, como, por ejemplo, las representaciones gráficas de
las interacciones entre partículas conocidas como diagramas de
Feynman, o las denominadas integrales de Feynman, permitieron el
avance en muchas áreas de la física teórica a lo largo del período
iniciado tras la Segunda Guerra Mundial.
Descendiente de judíos rusos y polacos, estudió física en el Instituto
Tecnológico de Massachusetts, y se doctoró luego en la Universidad
de Princeton, donde colaboró en el desarrollo de la física atómica
entre 1941 y 1942. Los tres años siguientes lideró el grupo de
jóvenes físicos teóricos que colaboraron en el Proyecto Manhattan
El placer de descubrir www.librosmaravillosos.com Richard Feynman
Colaboración de Sergio Barros 328 Preparado por Patricio Barros
en el laboratorio secreto de Los Álamos, bajo la dirección de Hans
Bethe.
En los años cincuenta justificó, desde el punto de vista de la
mecánica cuántica, la teoría macroscópica del físico soviético L. D.
Landau, que daba explicación al estado superfluido del helio líquido
a temperaturas cercanas al cero absoluto, estado caracterizado por
la extraña ausencia de fuerzas de rozamiento.
En 1968 trabajó en el acelerador de partículas de Stanford, período
en el que introdujo la teoría de los partones, hipotéticas partículas
localizadas en el núcleo atómico, que daría pie más tarde a la
introducción del moderno concepto de quark. Su aportación a la
física teórica ha quedado recogida en títulos tales como Quantum
electrodynamics 1961) y The theory of fundamental processes(1961).