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Introducción

Nunca antes ha habido una época en la que pudiéra-mos lograr hacer tantas cosas tan rápidamente. Ni tampoco una época en la que estuviéramos tan inun-dados de información y ocupaciones, tan sobrecar-gados de correos electrónicos y de cosas para ver y leer, ni tan estresados con las extraordinarias exi-gencias de nuestra vida.

Hoy en día, para mucha gente, el trabajo es un to-rrente incesante de correos electrónicos, de noticias y solicitudes, de llamadas telefónicas y mensajes ins-tantáneos, de papeles, notas y archivos. El día co-mienza y termina con una bandeja de entrada llena de correos y cada uno de éstos implica dar una infor-mación o emprender una acción que no tenemos tiempo de realizar. Estamos saturados de informa-ción y no tenemos idea de cómo disminuir su fl ujo.

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Todo esto es estresante e inefi ciente. Y si lo pen-samos, no es la forma en que queremos vivir.

Encontrar la calma en medio del caos

¿Qué alternativa existe ante esta sobrecarga de in-formación y de ocupaciones? ¿Debemos seguir el ejemplo de Thoreau y construir una cabaña en el bos-que y cortar todo nexo con la sociedad y la tecnolo-gía modernas?

Propongo una posición intermedia: una en la que aún podamos disfrutar del acceso a enormes canti-dades de información, en la que aún tengamos una comunicación inmediata cuando queramos, en la que aún podamos realizar las cosas rápidamente, pero en la que elijamos cuánto consumimos y hace-mos. Una vida más simple, en la que logremos lo que deseamos.

La solución radica en ponerle límites a la cantidad de cosas que consumimos y hacemos. Radica en apro-vechar al máximo el tiempo enfocándonos en las co-sas más importantes en lugar de hacerlo en todo. Ima-gínate una vida en la que tengas una jornada de traba-jo bastante apacible, en la que los niveles de estrés


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sean mínimos, en la que puedas concentrarte en el trabajo. Imagínate que sólo tienes que realizar algunas tareas y que éstas son seleccionadas para que tengan el mayor efecto posible. Alcanzarás metas muy impor-tantes sin el estrés de tener que hacerlo todo a la vez.

Tal vez suene idílico, pero sin duda alguna es al-canzable. Yo lo logré empleando un sistema que es muy fácil de implementar.

Todo se reduce a realizar elecciones.

Simplicidad

Creo con fi rmeza en la simplicidad. Mi vida es mejor cuando la simplifi co, cuando reduzco el bullicio y puedo disfrutar de las cosas que me gustan. Mi tra-bajo resulta mejor cuando elimino las distracciones y puedo concentrarme. Mi escritura tiene más fuer-za cuando suprimo las palabras prescindibles y em-pleo solamente las necesarias para expresar las ideas principales.

La simplicidad signifi ca muchas cosas diferentes según el contexto. Para algunos implica volver a usar las materias primas en vez de objetos ya con-feccionados; construir y hacerlo todo uno mismo en


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vez de comprarlo ya hecho; y hacer todo uno mismo en vez de depender de otros. A pesar de que esta de-fi nición me atrae bastante, la simplicidad que busco en mi vida se halla en lo que hago. Hacer menos, pero lograr más gracias a mis elecciones.

La simplicidad se resume en dos pasos:

1. Identifi car lo esencial.2. Eliminar el resto.

En este libro hablaremos de múltiples formas de aplicar estos dos pasos a varias áreas de la vida labo-ral y personal, pero siempre volveremos a esas dos ideas: concentrarse en lo esencial y dejar de lado todo lo demás.

Esto hará que te sientas mucho más feliz y menos estresado, y quizá, para tu sorpresa, te hará ser más productivo.

Así he obtenido resultados

Hace sólo unos años estaba hasta el cuello de deu-das, tenía un horario laboral que casi no me permi-tía ver a mi familia y que me sometía diariamente a


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niveles altísimos de estrés; tenía sobrepeso y un es-tado de salud malo; ingería alimentos fritos, sala-dos y grasos todos los días; no hacía ejercicio y fu-maba; me sentía infeliz en el trabajo, e iba camino a la perdición a toda prisa. Mi vida era complicada y no tenía tiempo para las cosas que me agradaban.

Entonces tomé una decisión: decidí simplifi car y llevar a cabo cambios positivos. Comencé por dejar de fumar: me enfoqué primero en esto de manera exclusiva. Invertí toda mi energía sólo en esta meta y ocurrió algo asombroso: esa energía concentrada me permitió superar los primeros obstáculos para dejar el tabaco, algo en lo que ya había fracasado en varias ocasiones.

Vencer esa barrera me ayudó a motivarme para alcanzar metas y hábitos nuevos, y en cada uno de ellos apliqué el mismo método: concentré toda mi energía y mi atención en ese reto específi co y los obstáculos fueron cayendo. Me enfocaba únicamen-te en una meta (a la que denomino mi «meta úni-ca») y no en tratar de hacerlo todo al mismo tiempo.

En los últimos años he conseguido gracias a este método:

1. Empezar a correr. 2. Comenzar una dieta más saludable.


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3. Volverme organizado y productivo.

4. Entrenarme y correr dos maratones.

5. Tener dos empleos y duplicar mis ingresos.

6. Convertirme en una persona madrugadora

(me levanto a las 4:00).

7. Volverme vegetariano.

8. Completar dos triatlones.

9. Empezar Zen Habits, un exitoso blog.

10. Quedar absolutamente libre de deudas.

11. Ahorrar por primera vez una suma consi-

derable para un fondo de emergencias.

12. Simplifi car mi vida.

13. Ordenar mi casa.

14. Adelgazar casi veinte kilos.

15. Escribir y vender dos exitosos libros

digitales.

16. Escribir el primer borrador de una novela.

17. Renunciar a mi trabajo y trabajar en casa.

18. Comenzar un segundo blog exitoso para

escritores, Write To Done.

19. Publicar este libro.

E hice todo lo anterior mientras criaba y les dedi-

caba tiempo a mis seis hermosos hijos.

Esto puede sonar como si fuera mucho, pero todo


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lo logré dando pequeños pasos, haciendo sólo una

cosa a la vez. Una vez más usé el concepto de «meta

única»: me enfoqué solamente en un objetivo y con-

centré toda mi energía en lograrlo.Mi blog Zen Habits, que ilustra cómo alcancé es-

tas metas, está ahora entre los primeros cincuenta blogs del mundo, tiene más de sesenta mil suscrip-tores y cerca de dos millones de lectores mensuales. Muchos de mis lectores me preguntan cómo consi-go hacer tantas cosas a pesar de contar con el mis-mo número de horas al día que el resto de la gente. Ésta es mi respuesta: es cuestión de ponerse límites y de enfocarse en lo esencial.

Los seis principios de la productividadsimplifi cada

La primera parte de este libro analizará los seis principios guías del poder de lo simple, es decir, las ideas que te ayudarán a maximizar tu productivi-dad y a simplifi car tu vida. Estos principios del po-der de lo simple seguirán apareciendo a lo largo del libro:


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1. Establecer límites.2. Elegir lo esencial.3. Simplifi car.4. Enfocarse.5. Construir hábitos.6. Empezar en pequeño.

La segunda parte de este libro, «En la práctica», ofrecerá consejos prácticos para implementar estos principios en áreas fundamentales, desde el trabajo hasta la vida personal.

Lo que este libro hará

Primero, permíteme decirte lo que este libro no hará: no te enseñará a escribir una novela, a correr una maratón o a dejar de fumar. Éste no es un ma-nual práctico sobre cómo hacer estas cosas, sino de cómo simplifi car y enfocarse en lo esencial; cómo hacer menos y a la vez lograr más; cómo concen-trarse y utilizar esto para alcanzar tus metas, inde-pendientemente de lo que desees lograr.

Este libro trata más sobre limitaciones que sobrevolumen.


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Cada capítulo está diseñado para enseñarte a concentrarte en menos cosas y a usar esa concentra-ción para aumentar tu poder en diferentes áreas de tu vida. Aprenderás a simplifi car lo que haces, a dis-minuir el volumen de tareas, proyectos, comunica-ción e información. Aprenderás a reducir el desor-den en su vida con el objetivo de estar menos estre-sado y ser más productivo. Aprenderás que la sim-plicidad puede ser sumamente poderosa y de qué manera podrás usarla para alcanzar tus metas, una por una.

Se te enseñará a crear una jornada y un ambiente laboral más tranquilos, dondequiera que trabajes.

Éste es un libro sobre lo simple, y sobre la forma en que enfocarte en ello puede transformar tu vida.

Además, no es un libro abstracto: te proporciona-rá consejos muy pragmáticos sobre cómo poner en práctica diariamente el concepto de lo simple.


primera parte

Los pr inc ip ios


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uno

Por qué lo simplees poderoso

Vivimos en un mundo en el que, casi siempre, más es mejor. Queremos más dinero para comprar un coche y una casa más grandes, más ropa, electrodo-mésticos y muebles. Queremos centros comerciales más grandes en lugar de las tiendas pequeñas que solíamos tener. Consumimos, producimos y hace-mos más cosas que nunca.

Sin embargo, en algún momento, nos topamos con un límite. Podemos hacer cosas o consumirlas sólo hasta cierto punto. El día cuenta con un número limitado de horas y cuando nuestra producción al-


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canza esa cifra, no podemos hacer más. Muchas per-sonas ven estos límites como problemas, mientras que otras los ven como un reto: ¿cómo puedo com-primir más actividades dentro de mi día? Si manejo mi tiempo de un modo efectivo y aprendo a ser más productivo, ¿podré hacer más cosas en el número limitado de horas que tengo disponibles?

El problema de intentar aumentar constante-mente el volumen es que no siempre se obtienen los mejores resultados. Hacer una enorme cantidad de cosas no es sinónimo de estar haciendo algo signifi -cativo. De hecho, se deja tanto al azar, que es casi como jugar a la ruleta: si se hacen sufi cientes tareas, una de ellas con seguridad valdrá la pena.

Pero no funciona de esta manera. Hacer más sig-nifi ca que probablemente harás muchas cosas que carecen de importancia y que además vas a estar ex-tenuado y estresado.

Imagina a dos periodistas que trabajan en un diario: uno decide hacer una gran cantidad de ar-tículos a la semana, y el otro, solamente uno. El pe-riodista que escribe treinta artículos semanales lee rápidamente una gran cantidad de fuentes en busca de un poco de información que resulte remotamen-te interesante y la convierte en un artículo breve, rápido y bastante limitado al que casi no se le presta


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atención. Su editor se siente complacido por la can-tidad de trabajo que hace y lo incentiva mediante elogios.

El segundo periodista decide que si sólo va a es-cribir un artículo esta semana más vale que sea so-bresaliente. La mitad del primer día la dedica a la investigación, a dejar fl uir ideas y a pensar hasta que escoge una historia de gran impacto que sabe que le va a encantar a la gente. Será un artículo que ganará premios. Dedica dos días a la investigación y otros tantos a la escritura y a la verifi cación de datos.

Adivina qué sucede: no sólo escribe el mejor ar-tículo de la semana, sino que recibe premios, su texto encanta a los lectores y lo hace merecedor de un ascenso y un reconocimiento amplio y durade-ro. A partir de este artículo y otros similares, este periodista puede construirse una carrera. El pri-mer periodista pensó en volúmenes grandes, pero a corto plazo. El segundo se enfocó en menos y, sin embargo, tuvo mucha más repercusión a largo plazo.

Ése es el poder de lo simple.


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Lecciones del haiku

El haiku, una forma de poesía japonesa bastante conocida, nos puede enseñar dos lecciones intere-santes sobre por qué lo simple es poderoso. El haiku, como tal vez sepas, es un poema por lo general rela-cionado con la naturaleza y tiene sólo diecisiete sí-labas escritas en tres líneas (cinco sílabas, luego siete y por último cinco). Un poeta que escriba un haiku debe trabajar con estas limitaciones, y expre-sar una idea o una imagen completa en este núme-ro específi co de sílabas. Puede ser una tarea intimi-dante cuando se tiene algo importante para trans-mitir.

El poeta tiene dos alternativas: puede sacar fue-ra, deprisa, diecisiete sílabas y terminar un haiku en poco tiempo, o puede escoger con esmero única-mente las palabras e imágenes esenciales necesarias para expresar su idea. Esta segunda alternativa, es-coger sólo lo esencial, es la que genera algunos de los poemas más profundos en un formato tan restringi-do. Por lo tanto, las lecciones que podemos apren-der del haiku son los primeros dos principios de la productividad simplifi cada:


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Principio 1: al establecer limitaciones se tiene que elegir lo esencial. Por lo tanto, aprende a marcarlas en todo lo que hagas.

Principio 2: al elegir lo esencial se genera un gran efecto con recursos mínimos. Escoge siempre lo esencial para maximizar tu tiempo y energía.

Estas dos lecciones son la piedra angular de este libro. Son el poder de lo simple en dos principios. Todo lo que sigue es simplemente un análisis de es-tos conceptos o formas prácticas de aplicarlos a mu-chas áreas de la vida.

Elegir las cosas que tengan el mayor efecto

Podemos actuar en nuestra vida laboral como el pri-mer periodista del ejemplo anterior, realizando una tarea tras otra como locos, pues es probable que así logremos hacer muchas cosas y que nos elogien por ello. A la gente le gusta ver trabajadores incansables que asumen todas las tareas que les endilgan.

Sin embargo, podemos elegir otra cosa: podemos ser como el segundo periodista y decidir hacer me-nos cosas, pero con un mayor efecto. ¿Qué quiere


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decir eso del «mayor efecto»? Una tarea o un pro-yecto puede producir un «gran efecto» de diversas maneras. Podría:

• Conseguir un reconocimiento duradero.• Hacerte ganar mucho dinero con el tiempo.• Ser muy benefi cioso para tu empresa en tér-

minos de rentabilidad, de posicionamiento de marca, de expansión a nuevas áreas, etc.

• Cambiar tu carrera o tener el potencial de ha-cerla progresar considerablemente.

• Cambiar tu vida personal de una forma impor-tante.

• O aportar algo a la sociedad o a la humanidad en general.

Éstos son sólo unos ejemplos, y es probable que se te ocurran otras formas en las que una tarea o un proyecto puedan tener un gran efecto.

¿Cómo se puede establecer qué tareas tienen un mayor efecto? Por lo general hay dos buenas mane-ras de hacerlo.

1. Examina tu lista de tareas.Mira todos los elementos que aparecen en la lista

y formúlate las siguientes preguntas con respecto a


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cada uno: ¿tendrá efectos que durarán más allá de esta semana o de este mes? ¿Cómo cambiará mi em-pleo, mi carrera, mi vida? ¿De qué modo favorecerá una de mis metas a largo plazo? ¿Qué importancia tiene esa meta? A partir de las respuestas puedes es-tablecer qué elementos tendrán un mayor efecto a largo plazo. Aunque esto puede parecer un procedi-miento tedioso, con la práctica de hecho se vuelve muy fácil y pronto serás capaz de realizarlo en pocos minutos.

2. Comienza con tus metas.Si empiezas por identifi car las cosas que real-

mente quieres lograr el próximo año, puedes pla-near tus tareas de tal modo que cada día hagas algo en pro de tu objetivo. Supongamos que tienes tres metas a largo plazo; por tanto, cada día deberás se-leccionar una tarea de la lista que te vaya acercando a esos objetivos. Esto te garantizará que estás cum-pliendo las tareas de mayor efecto porque éstas tie-nen una relación directa con una meta a largo plazo.

¿Cuál de estos dos métodos deberías usar? El que mejor te funcione. En capítulos posteriores hablare-mos más sobre trabajar con metas y tareas, pero por ahora sólo quiero señalar que no son métodos exclu-yentes. Puedes intentar una combinación de ambos y,


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de hecho, creo que es necesario que lo hagas. Aunque te esfuerces al máximo planifi cando estas metas, siem-pre habrá tareas que cumplir aparte de ellas. Todas las tareas relacionadas con tus metas estarán agrupa-das en una larga lista (si tienes el cuidado de anotar-las) y podrían verse fácilmente retardadas por aque-llas ocupaciones sin relación con tus objetivos. En-tonces deberás revisar la lista (método número uno) y elegir las tareas que generarán un gran efecto en lugar de tratar de abordarlas todas sin tener en cuen-ta la relevancia que tienen en tu vida.

Aplicar limitacionesa cada aspecto de la vida

Las lecciones del haiku de poner límites para forzar las elecciones, de escoger lo esencial y encontrar el poder de lo simple, podemos aplicarlas no sólo a las tareas de nuestras listas de cosas por hacer sino a todo en la vida. Si hay alguna área de tu vida que te esté agobiando y que te gustaría simplifi car, ponle limitaciones.

¿Tienes demasiados correos electrónicos en tu bandeja de entrada? Aplica una limitación: sólo re-


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visarás el correo electrónico dos veces al día y única-mente responderás cinco mensajes cada vez. Así te verás obligado a trabajar de manera más efi ciente y a escribir únicamente correos importantes.

¿Tienes demasiados proyectos? Limítalos a tres. ¿Tienes demasiadas cosas en tu casa? Restríngelas a doscientos elementos. De eso se trata.

Analizaremos en detalle las diferentes áreas de la vida y veremos cómo las lecciones del haiku pueden transformarlas en algo poderoso y signifi cativo, pero por ahora te resultará útil plantearte las siguien-tes preguntas:

• ¿Qué áreas de mi vida me resultan agobiantes?• ¿Qué me gustaría simplifi car?• ¿Además de querer limitar el número de tareas

que debo cumplir en diferentes áreas, quiero limitar el número de bienes que poseo, la infor-mación que recibo o las responsabilidades que tengo?

Por ahora, éstas son tan sólo preguntas prelimina-res; analizaremos estas cuestiones en detalle y averi-guaremos qué es esencial y qué no lo es en la medida en que avancemos en los capítulos siguientes.


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