El precio del Control

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128 Aprender a educar ningún problema para querer a su hilo incondicionalrnente y prestarle su entera atención. Al examinar los pensamientos, observe que se refi.eren a us. ted, naturalmente, porque son sr¿s pensamientos. Es usted el único que piensaque algo falla, algo es terrible o que su imagen a los ojos de los demás se ve perjudicada. Usted es quien desea detener la rabieta por su propio bien basándose en estos pensa. mientos. Si observa másprofundamente, ni siquiera sabe si son pensamientos suyos. Son automáticos.Si pudiera estudiar có, mo reaccionaríasi estospensamientos no se le ocurrieran, [a rabietadel niño tal vez le parecería algo inofensivoy responde- ría con mucho más amor y conexión con su hijo. La rabieta es una forma válida de expresar emociones in' tensas contenidas y como tal es un procesode curación.Los llantos o rabietaspara conseguirlo inalcanzable son fáciles de evitar si estamos atentos a las señales comunicativasapacibles del niño y evitando la coerción. Cuando las rabietas sanadoras tienen lugar y se detienen con compensaciones, el problema no seresuelve porque la necesidad real no seha satisfecho. EL PRECIO DEL CONTROL Cuando se imponen limitaciones al niño, este tiende a oponer' se a ellasy albergar resentimiento, 1ocual conduce a las rabie' ras o la agresividad. Támbién puede conducir a la obediencisr que los padres suelen confundir con lo que significa ser un nl' ño "bueno". El niño obedienteprobablemente exteriorizatá.stt malestaracumulado mediante otras turbulencias emocionales o más adelante en la adolescencia o vicia adulta con el consu' mo de drogas,la agresividad, trasrornosalimentarios, depte' sión y otras dificultades. Libertad de expresión 129 La ,.lpotencia es la emoción clave: que esconde la rabia. podemos evitar la impotencia si no desspojarnos al niño de su poder )' Lrrr)tegemos su libertad de elecc::ióny autogobierno. Al Lirro riernpo, debemos evitar cargarle ,con urr poder que vaya más all:, ,ie 1oque sea capaz de gestionaxr, que suele serel poder sobre 1,,', ,-lemás. La combinaciónde imlp6tencia por un lado y exceso ,i; poderpor el otro abruma al niLño. Exislen situaciones en que nuestra q:¡psriencia resultaútil p?r& rrl.']r,itener la seguridad y bienestaf del niño. No obstan- te,aun :lre existen raras veces en que rnecesitamos actuar con rapide: ' explicarnos más tarde, en la r¡1¿ysría de las circuns- tancia: ie la vida esto no es, realment¡s, necesario. En lugar de ello, ,-u"ndo el niño está a punto d[,e hacer algo peligroso o desc,,r,siderado, hay que darle inforrtración que pueda em- plear para tomar decisiones seguras y consideradas. De este modo'se evita tener que actuar con ilntervención, límites y controlqLle resultan insultantes y le coslocan a usted por en- cima rL.lniño. El niño sesientepoderoso cuando tc¡ma decisiones autóno- mamelric y es dueño de ellas. No obstalnte, disponer de auto- nomía , r lrruydiferente a disponerdel c:clntrol sobre los demás, lo cual .i.iLrSt? al niño. Si le entra el páruico a causa de las emo- ciones,.le su hi1o, é1 usará su poder sobroe usted, pero este poder le abrrirna y le conduce a másrabietas. Si L,¡ mayoría de las vecesel niño r€cibe información para poder ii)r-nar decisiones autónomas, satbrá aceptar situaciones en qLle Lio pued? hacer lo que quiera: no puede ir en triciclo por el rireclio de la calzada, ni romperplaatos, ni jugar con fuego, ni lastinrar a los demás, ni arrojar objer¡es por la casa, ni ir en coche sin abrocharse el cinturón de se$Lrridlad. Cuando el niño 9ornprende esto tomando como base lla cornunicación cons- tructir'¿r )'no el control, su deseo rr?tur;'sl de tomar las decisio- l i l 1 l i I I

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Epígrafe extraído del libro "Raising our children raising ourselves" de Naomi Aldort

Transcript of El precio del Control

Page 1: El precio del Control

128 Aprender a educar

ningún problema para querer a su hilo incondicionalrnente yprestarle su entera atención.

Al examinar los pensamientos, observe que se refi.eren a us.ted, naturalmente, porque son sr¿s pensamientos. Es usted elúnico que piensa que algo falla, algo es terrible o que su imagen

a los ojos de los demás se ve perjudicada. Usted es quien desea

detener la rabieta por su propio bien basándose en estos pensa.

mientos. Si observa más profundamente, ni siquiera sabe si son

pensamientos suyos. Son automáticos. Si pudiera estudiar có,

mo reaccionaría si estos pensamientos no se le ocurrieran, [a

rabieta del niño tal vez le parecería algo inofensivo y responde-

ría con mucho más amor y conexión con su hijo.

La rabieta es una forma válida de expresar emociones in'

tensas contenidas y como tal es un proceso de curación. Los

llantos o rabietas para conseguir lo inalcanzable son fáciles de

evitar si estamos atentos a las señales comunicativas apacibles

del niño y evitando la coerción. Cuando las rabietas sanadoras

tienen lugar y se detienen con compensaciones, el problema

no se resuelve porque la necesidad real no se ha satisfecho.

EL PRECIO DEL CONTROL

Cuando se imponen limitaciones al niño, este tiende a oponer'

se a ellas y albergar resentimiento, 1o cual conduce a las rabie'

ras o la agresividad. Támbién puede conducir a la obediencisr

que los padres suelen confundir con lo que significa ser un nl'

ño "bueno". El niño obediente probablemente exteriorizatá.stt

malestar acumulado mediante otras turbulencias emocionales

o más adelante en la adolescencia o vicia adulta con el consu'

mo de drogas, la agresividad, trasrornos alimentarios, depte'

sión y otras dificultades.

Libertad de expresión 129

La ,.lpotencia es la emoción clave: que esconde la rabia.

podemos evitar la impotencia si no desspojarnos al niño de su

poder )' Lrrr)tegemos su libertad de elecc::ión y autogobierno. Al

Lirro riernpo, debemos evitar cargarle ,con urr poder que vaya

más all:, ,ie 1o que sea capaz de gestionaxr, que suele ser el poder

sobre 1,,', ,-lemás. La combinación de imlp6tencia por un lado y

exceso ,i; poder por el otro abruma al niLño.

Exislen situaciones en que nuestra q:¡psriencia resulta útil

p?r& rrl. ']r,itener la seguridad y bienestaf del niño. No obstan-

te, aun :lre existen raras veces en que rnecesitamos actuar con

rapide: ' explicarnos más tarde, en la r¡1¿ysría de las circuns-

tancia: ie la vida esto no es, realment¡s, necesario. En lugar

de ello, ,-u"ndo el niño está a punto d[,e hacer algo peligroso

o desc,,r,siderado, hay que darle inforrtración que pueda em-plear para tomar decisiones seguras y consideradas. De estemodo'se evita tener que actuar con ilntervención, límites ycontrol qLle resultan insultantes y le coslocan a usted por en-cima rL. l niño.

El niño se siente poderoso cuando tc¡ma decisiones autóno-mamelric y es dueño de ellas. No obstalnte, disponer de auto-nomía , r lrruy diferente a disponer del c:clntrol sobre los demás,lo cual .i.iLrSt? al niño. Si le entra el páruico a causa de las emo-ciones,.le su hi1o, é1 usará su poder sobroe usted, pero este poderle abrrirna y le conduce a más rabietas.

Si L,¡ mayoría de las veces el niño r€cibe información parapoder ii)r-nar decisiones autónomas, satbrá aceptar situacionesen qLle Lio pued? hacer lo que quiera: no puede ir en triciclopor el rireclio de la calzada, ni romper plaatos, ni jugar con fuego,ni lastinrar a los demás, ni arrojar objer¡es por la casa, ni ir encoche sin abrocharse el cinturón de se$Lrridlad. Cuando el niño9ornprende esto tomando como base lla cornunicación cons-tructir'¿r

)'no el control, su deseo rr?tur;'sl de tomar las decisio-

l

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nes correctas probablemente le conduzca a ser considerado vhacer 1o que sea seguro porque esto es 1o que quiere.

Por naturaleza,los niños anhelan hacer lo correcto, encajar,estar a salvo y complacernos. Si un niño se inclina por lo coñ-trario, es una señal de que los padres han ejercido .l .ontioi?lrelacionarse con é1. Aquello que vea en su hijo r"g.rr"m.ni.

puede servirle de espejo, utilícelo para su propio crecimienro,y su hi-¡o mejorará porque usted mejora. Si el niño no colabo-ra, pregúntese hasta qué punto colabora usted con é1. Anote y.examine los pensamientos que nutren su necesidad de control;

cuando arroje luz sobre estas respuestas automáticas, gradual-

mente conseguirá ser el padre que desea ser.

He aquí dos ejemplos extraídos de los talleres que dirijo pa-

ra ilustrar dos maneras diferentes de manejar un problema re-

lacionado con la seguridad, una mediante ei control y la otra

mediante la confiarrzay la conexión personal:

EL padre de Amber le dijo que nunca debía ju-

gar en el arroyo que cruza su jardín si no estaba con

sus padre.s. Dos semanas mds mrde, Amber, de tres

años de edad, pensó que podría acercarse un poco

aL riachuelo y lanTar una piedra dentro. AIhacerlo,

La asustó el grito de su madre: "iNo, Amber! SaL de

ahí inmediatamente" .

Amber se apartó, asustada J auergonzada. Su

madre Le regañó y Le amenazó con castigarla La

próxima 0rc7.

Es posible que Amber no vuelva a jugar cerca del arroyo so'

la, pero no porque entienda el rnotivo, no porque confíe en sus

padres ni en sí misma y en su deseo de estar segura. Si evita el

riachuelo es por miedo a la desaprobación de sus padres y alcas'

Libertad de exoresión 131

tigo. 3i un día se enfada y desea vengarse, puede arriesgarse y,,castigar" a sus padres metiéndose en el arroyo o dando otros

pasos "prohibidos". O, cuando no quiera su aprobación, sino

que desee experimentar con su propia autonomía, puede satis-

facer este deseo haciendo cosas que le hayan "prohibido". De

un mcdo u otro, es probable que viva otras experiencias opre-

,iu¿5 irjo sus padres y que acumule mucha rabia para expresar

mediarrte rabietas, agresividad o autodestrucción.

El niño deseará estar a salvo y cuidar de sí mismo cuando se

le haya dado información y cuando se sienta seguro junto a suspadres" Se siente seguro cuando sus padres no le obligan a cum-plir r,rnas normas sino que se comportan como sus aliados.

ElpaÁre deRichardle preguntó si quería jugar enel riachuelo que corría cerca de su nueua ca"sa" J éL di-

io que sí. Bajaron juntos hasta el agua y eL paÁre ex-plicó a suhijo de nes años, Richard,los peligros querepresentnba el agua. ELpadre de Richardkmzó p¡e-dras t hojas aI aguny explicó alniño quelns personasno pueden respirar cuando se caen al agua. Enton-ces metieron los pies en el agua Pom notar In fuerTade ln corriente. Después de jugar y diuertirse, el pa-dre pidió aRichcwd que siernpre sehiciera acornpañnrpor mcwná. o papá si quería jugar cerca del arroyo.

AI dta siguiente, Richard pidió a su madre queIe acompañara aL arroyo. " Ahora no puedo" , dijoeLIn . "Pero en cu&nto acabe de hablnr por teléfono,bajaremos juntos," Al" cabo de ueinte minutos ma-dre e hijo fueron hacia el. riachuelo . Tras un períodode aventuras fluviales casi diarias, Richardperdió suirterés inicial y sóLo bajaba al río con maTnd o papáde uez en cuando. I'Junca bajó solo al agua porque

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confiaba en sus padres J en su propio sentido co-mún, que aÁ4uirió en supresencia.

Con una relación de confianza Richard no tiene motipara sentirse indefenso, porque no se ejerce control sobreY tampoco desarrolla ningún interés en desafiar a susSeguirá utilizando la información que le han dado

años en todos los aspectos de su vida con poco deseo deacuerdos o hacer algo peligroso o poco considerado.

Cuando sea posible, proporcione información al niño yte ponerle en situaciones demasiado difíciles de com

en las que sea complicado elegir la opción más segura. P

cionar al niño un entorno física y socialmente seguro lete realizar acciones seguras y consideradas.

CUANDO EL NIÑO RECURRE A LA PATALETAPARA CONSECUIR LO QUE QUIERE

Un niño que usa la expresión emocional como método

conseguir algo asume dos cosas basándose en su experi

no 1o conseguirá de otro modo y, si grita 1o bastante fuerte

durante el rato sufrciente, conseguirá 1o que quiere o una

pensación. El resultado son dos estados mentales pertu

res: se siente impotente debido al control de los padres, por

lado, y abrumado por el enorme poder que tiene cuando sus

grimas provocan el pánico en sus padres.

Si bien los sentimientos siempre son válidos, no deben

necesariamente la base de las acciones. Un niño molesto

que le han dicho que debe dejar de echar tierra a otro ni

un niño decepcionado porque no ha conseguido ser el pri

de la fila tienen ambos sentimientos válidos que necesitan

Libertad de expresión 133

presar,,que se escuchen y se validen. Esto no significa que deba-

Lo, ani-ar al niño a echar tierra a los demás ni que luchemos

por su derecho a ser el primero. (Sí, en cambio, debemos averi-

iuur ti existe alguna necesidad no satisfecha que motive las in-

renciones del niño')

Su hi¡o puede estar furioso porque no ha echado usted a otro

niño para que él pudiera ser el primero o porque no le deja echar

arena a un niño más pequeño en el parque. Si ha experimenta-

do muchas veces la impotencia y la falta de libertad para gober-

nar su propia vida, este enfado puede provocar una rabieta. Del

mismo modo, si a menudo se siente abrumado por su poder so-

bié usted o por la libertad de hacer 1o que le plazca, es probable

a1r! se ponga a rabiar para provocar la autoridad de los padres.

Por mucho que deseemos evitar el control, existen situacio-

nes en que debemos intervenir y no hay tiempo para la con-versación.. El niño entonces probablemente se sentirá herido,contrariado o furioso. He aquí un ejemplo que ilustra la liber-tad que se confiere al niño cuando sus llantos no cambian larealidad sino que son escuchados y validados:

Dave, de cinco años, quería estnr con suherma-na Liln" , de nueue años , en su habitnción . Liln queríaestar sol"a,. Dac,)e le suplicó y Liln estuuo de acuerdocon ln condición de que Daqte no Ie empujara comoIohabíahecho arttes, Daue aceptó.

AI cabo de un rato, Daue salió Llorando. "LiInme hn echndo porque lahe empujado ."

Lila Ie hnbía dndo a Daue varias oportunidnÁ.espora que dejara de empujarln antes de echarle.

Dave se tiró al suelo all"aÁo de su mnilre y gritóque no q,tolvería a empujar a suhermana J que que-ría uolq,ter con ella.