El Principito Libreto

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EL PRINCIPITO ADULTO.- (Voz en off) Cuando yo tenía seis años vi una vez un libro sobre la selva virgen que se llamaba “Historias Vividas” (se ilumina una enorme pantalla donde se proyecta la portada del libro) era una preciosa estampa que representaba a una serpiente boa que se tragaba a una fiera. (Se ve como una serpiente engulle su presa, esta serpiente es una pintura animada que busca a su presa y aparece un actor al frente vestido de león que se intimida al ver la boa que lo cautiva y se lo traga.) El libro decía “Las serpientes boas engullen a su presa entera, sin masticarla. Así duermen tranquilamente sin moverse durante los seis meses que dura su digestión”. (La boa eructa violentamente arrojando únicamente la cola del león.) Todo esto me sorprendió tanto que me motivo a dibujar y dibujar sobre aventuras, por lo que tracé mi primer dibujo con un lápiz de color. (Se ve a un niño dibujando en el piso y mostrando su dibujo a la cámara.) Aquí está mi dibujo numero uno. ¿Les da miedo mi dibujo? (Lo muestra al público y a los actores. (Circulan frente a la pantalla un buen número de personajes con trajes de distintas épocas) PERSONAJE UNO.- ¿Por que nos habría de atemorizar un sombrero? PERSONAJE DOS.- ¿Un sombrero? ¿A quien le asusta un sombrero? PERSONAJE TRES.- Vamos, ni a un niño por pequeño que sea le asustaría un sombrero. PERSONAJE CUATRO.- Yo jamás me asustare por un simple sombrero. PILOTO.- (Voz en off) Nadie entendió, mi dibujo no representaba un sombrero sino una serpiente boa que digería un elefante. Tuve entonces que explicarles y dibujar el interior de la serpiente boa a fin de que me entendieran. (Dibuja nuevamente la serpiente con el elefante dentro) Las personas adultas siempre necesitan explicaciones. (Muestra nuevamente a la cámara su dibujo, mientras los adultos critican su trabajo) PERSONAJE DOS.-Niño tienes que dejar de dibujar. PERSONAJE TRES.- ¡Eso no sirve para nada! PERSONAJE CUATRO.- ¡Deja de perder el tiempo! PERSONAJE UNO.- Deberías de poner más interés en la geografía, la historia, el calculo o la gramática. 1

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EL PRINCIPITO

ADULTO.- (Voz en off) Cuando yo tenía seis años vi una vez un libro sobre la selva virgen que se llamaba “Historias Vividas” (se ilumina una enorme pantalla donde se proyecta la portada del libro) era una preciosa estampa que representaba a una serpiente boa que se tragaba a una fiera. (Se ve como una serpiente engulle su presa, esta serpiente es una pintura animada que busca a su presa y aparece un actor al frente vestido de león que se intimida al ver la boa que lo cautiva y se lo traga.) El libro decía “Las serpientes boas engullen a su presa entera, sin masticarla. Así duermen tranquilamente sin moverse durante los seis meses que dura su digestión”. (La boa eructa violentamente arrojando únicamente la cola del león.) Todo esto me sorprendió tanto que me motivo a dibujar y dibujar sobre aventuras, por lo que tracé mi primer dibujo con un lápiz de color. (Se ve a un niño dibujando en el piso y mostrando su dibujo a la cámara.) Aquí está mi dibujo numero uno. ¿Les da miedo mi dibujo? (Lo muestra al público y a los actores. (Circulan frente a la pantalla un buen número de personajes con trajes de distintas épocas)

PERSONAJE UNO.- ¿Por que nos habría de atemorizar un sombrero?PERSONAJE DOS.- ¿Un sombrero? ¿A quien le asusta un sombrero?PERSONAJE TRES.- Vamos, ni a un niño por pequeño que sea le asustaría un sombrero.PERSONAJE CUATRO.- Yo jamás me asustare por un simple sombrero.PILOTO.- (Voz en off) Nadie entendió, mi dibujo no representaba un sombrero sino una serpiente boa que

digería un elefante. Tuve entonces que explicarles y dibujar el interior de la serpiente boa a fin de que me entendieran. (Dibuja nuevamente la serpiente con el elefante dentro) Las personas adultas siempre necesitan explicaciones. (Muestra nuevamente a la cámara su dibujo, mientras los adultos critican su trabajo)

PERSONAJE DOS.-Niño tienes que dejar de dibujar. PERSONAJE TRES.- ¡Eso no sirve para nada!PERSONAJE CUATRO.- ¡Deja de perder el tiempo!PERSONAJE UNO.- Deberías de poner más interés en la geografía, la historia, el calculo o la gramática.

PILOTO.- (Voz en off) Fue así como abandone a la edad de seis años una magnifica carrera de pintor. Así es, las personas mayores, nunca comprenden por si solas las cosas y resulta muy fastidioso para los niños, tener que darles continuamente explicaciones. Por lo que...tuve que elegir otro oficio… (Saca de su mochila un avioncito que hace volar y pasando de proyección a sombras recorre con el avión los distintos paisajes, selvas, montañas, valles, ciudades y desiertos) Aprendí a pilotar aviones, aquí es donde me di cuenta que mi tiempo no es con los adultos allá abajo en la tierra y por eso decidí ir al cielo y me puse a volar. Necesito aire, un lugar en donde estrellas sea todo lo que vea y donde las águilas me enseñan su aleteo. ¡El mundo allá abajo!… (Se escucha el fallo del motor y desde la parte alta del auditorio se desliza el avión hasta llegar al escenario donde se estrella en lo que ahora son dunas del desierto. Mientras se desliza el avión, se coloca la escenografía de las dunas y el piloto aparece como un adulto. Oscuro, el hombre está inconsciente y empieza a amanecer, se percata en donde se encuentra y ve que esta en pleno desierto. Revisa su avión e intenta arreglarlo, mientras trabaja un niño pequeño se acerca sin que éste se de cuenta)

PRINCIPITO.-Por favor... ¡dibújame un cordero! PILOTO.- ¡¿Eh?!PRINCIPITO.- Dibújame un cordero...PILOTO.- (Notablemente sorprendido y tratando deducir de donde había llegado o salido) Pero... ¿qué

haces tú aquí?PRINCIPITO.- Por favor dibújame un cordero...PILOTO.- Oye pero… (Continua sorprendido y revisa a su alrededor, esperando ver a alguien mas. Al no

tener suerte, se acerca lentamente a su mochila para sacar papel y lápiz y comienza a dibujar lo único que sabe hacer)

PRINCIPITO.- ¡No! ¡No! Yo no quiero un elefante dentro de una boa. Una boa es muy peligrosa y un elefante ocupa mucho sitio. En mi casa todo es pequeño, lo que yo necesito es un cordero. Dibújame un cordero.

PILOTO.- (Sacando otra hoja y dibujando el cordero) Mmm... A ver, ¿que te parece esto?

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PRINCIPITO.- (Mirando atentamente el resultado) No, ése está ya muy enfermo .Hazme otro.(Desconcertado el piloto vuelve a hacer otro dibujo.)

PRINCIPITO.- Fíjate bien... eso no es un cordero, es un carnero, tiene cuernos... (Le hace otro dibujo y se lo muestra) tampoco, ese está muy viejo. Yo quiero uno joven para que viva mucho tiempo.PILOTO.- (Molesto) ¿Tu crees que tengo tu tiempo? Tengo que arreglar mi avión… (Reaccionando por ver la cara que ponía el principito, continúa dibujando) Mira esto es una caja, el cordero que tú quieres está adentro.

PRINCIPITO.- Así es precisamente como yo lo quería. ¿Crees que coma mucha hierba este cordero?PILOTO.- ¿Por qué? PRINCIPITO.- Por que en mi casa todo es pequeño...PILOTO.- No te preocupes con la que haya le alcanzará, por que te he hecho un cordero muy pequeño.PRINCIPITO.- (Asomándose a través de los orificios de la caja que había dibujado) No tan pequeño como tu

dices... ¡Mira se durmió!... (El principito se aleja un poco del piloto, entretenido viendo su cordero y notablemente feliz, platica

con el cordero y se ríe con el.)PRINCIPITO.- (Dirigiéndose al piloto que intenta arreglar su avión) ¿Qué es esa cosa?PILOTO.- No es una cosa. Es un avión. Vuela. Es mi avión.PRINCIPITO.- ¿Como? ¿Caíste del cielo? PILOTO.- Si.PRINCIPITO.- (Carcajeándose) ¡Ah! Eso es divertido (Esto molesta al piloto) Así que tú también vienes del

cielo. ¿De que planeta llegaste?PILOTO.- Entonces ¿vienes de otro planeta?PRINCIPITO.- Con esta cosa, no puedes haber venido de muy lejos.PILOTO.- ¿De donde vienes, hombrecito? ¿A dónde quieres llevarte mi cordero?PRINCIPITO.- Lo que está muy bien es la caja que me diste, pues durante la noche le servirá como casa…PILOTO.- Claro, y si te portas bien te daré una cuerda para atarlo durante el día. Y una estaca también.PRINCIPITO.- (Molesto)¿Atarlo? ¡Que idea tan extraña!PILOTO.- Pero si no lo atas, se ira y se te perderá...PRINCIPITO.- (Riéndose) ¿Pero a donde quieres que vaya?PILOTO.- No se, posiblemente lejos.PRINCIPITO.-No importa a donde vaya, el lugar donde vivo es muy pequeño. (Melancólicamente) No se

puede llegar muy lejos.(Mientras el principito está entretenido viendo el cordero, el piloto reflexiona en voz alta, saca de entre sus cosas unos binoculares y mientras busca en el cielo va diciendo al público.) PILOTO.- ¿De donde? ¿De que planeta o asteroide vendrá este niño extraño?(Mientras el piloto ve con sus binoculares hacia el publico a su alrededor aparecen los planetas que son movidos por titiriteros haciendo movimientos circulares y en un movimiento dancístico) Tengo serias razones para creer que el planeta de donde viene el principito es el asteroide B-612.

Éste asteroide fue descubierto en 1909 por un astrónomo turco.PRINCIPITO.- ¡Oye! Me gustan mucho las puestas de sol. Vamos a contemplar una...PILOTO.-Pero hay que esperar....PRINCIPITO.-Esperar, ¿qué?PILOTO.- Esperar a que el sol empiece a ocultarse.PRINCIPITO.- Es verdad, creí estar en mi planeta. Ahí, es tan pequeño que basta mover mi silla unos

cuantos pasos, cada vez que lo desees y así disfrutar de un crepúsculo. ¿Sabes...? Cuando uno está muy triste son agradables las puestas de sol.

PILOTO.- Entonces, el día que decides ver cuarenta y tres atardeceres ¿estabas muy triste? (el principito no responde)

PRINCIPITO.-Si un cordero se come los arbustos, también se come las flores. ¿No es así?PILOTO.- Un cordero come todo lo que encuentra.PRINCIPITO.- ¿Hasta las flores con espinas?PILOTO.- Si. Hasta las flores con espinas.PRINCIPITO.-Entonces ¿para que sirven las espinas? PILOTO.- (Molesto) Las espinas no sirven para nada, es la maldad de las flores lo que las hace brotar. (Se

produce un largo silencio.)PRINCIPITO.- (Con resentimiento) ¡No te creo! las flores son débiles, inocentes, se defienden como pueden

y las espinas hacen que se sientan terribles. (El piloto nuevamente no responde) Tu crees, de verdad que las flores...

PILOTO.- ¡No hombre, no! ¡Yo no creo nada¡ ¡No ves que estoy ocupado en cosas serias!

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PRINCIPITO.- ¡De cosas serias!... Hablas como los adultos. Lo confundes todo... ¡no sabes distinguir! Conozco un planeta donde vive un señor el cual jamás ha aspirado el aroma de una flor, jamás ha admirado una estrella o amado a una persona. Todo lo que ha hecho en su vida es solo sumas. Pero para mí no es un hombre, ¡es un hongo!

PILOTO.- ¿Un qué?PRINCIPITO.- ¡Un hongo! (Molesto) Hace millones de años que las flores dan espinas; hace millones de

años que los corderos comen toda clase de hierbas, incluyendo las flores. ¿Y no es cosa seria tratar de comprender por que las flores hacen el esfuerzo de fabricar sus espinas que para nada les sirven? Y el que yo conozca una flor única en el mundo, la cual solo existe en mi planeta y que un corderito pueda destruirla de un solo golpe sin percatarse de lo que hace, ¿No es importante? (Sollozando) Si alguien ama a una flor que es única entre millones y millones de estrellas, eso es suficiente para que ese alguien sea feliz cuando la mira y se diga “Mi flor está ahí, en alguna parte…”Pero si el cordero se comiera a la flor, sería para él como si de pronto todas las estrellas se apagaran. ¿Acaso eso no es importante?

PILOTO.- (Intentando consolarlo) La flor que amas no está en peligro. Le dibujare un bozal a tu cordero y una armadura para tu flor. Pero sígueme contando ¿Qué paso con tu flor?

PRINCIPITO.- Una mañana resplandeciente, ocurrió algo extraordinario en mi planeta…(De pronto se ve como se acerca un planeta que sale del fondo del escenario flotando hasta ponerse en el centro, el Principito aparece como títere. Él allí, se ve platicando con su flor, al mismo tiempo que deshollina sus volcanes. Oscuro donde se encuentran el principito y el piloto.)LA FLOR.- (bostezando) Ahhh…acabo de despertar, le ruego que me disculpe…estoy toda despeinada

aún…EL PRINCIPITO.- (Admirado) ¡Que bella es usted!LA FLOR.- ¿Verdad que sí? Y nací al mismo tiempo que el sol. Creo que es hora de desayunar. ¿Tendría

usted la amabilidad de darme un poco de agua? (El principito corre presuroso al otro lado de su planeta y viéndose él de cabeza toma una regadera la cual llena de agua para regresar a bañar a la pequeña flor.)

Mmmm que fresca y rica. ¡Que vengan los tigres con sus garras si quieren!EL PRINCIPITO.- No hay tigres en mi planeta. Y además los tigres no comen hierba.LA FLOR.- (Molesta) ¡Yo no soy una hierba!EL PRINCIPITO.-Perdón.LA FLOR.- No le tengo miedo a los tigres, pero si le tengo horror a las corrientes de aire. ¿No tendría usted

un biombo?EL PRINCIPITO.- (Para sí mismo) ¿Horror a las corrientes de aire? Que mala suerte para una planta. Esta

flor es muy complicada…LA FLOR.- Por la noche tendrás que ponerme bajo un fanal. Hace mucho frío en este lugar. No es de lo

mejor. (Tose) Cof, cof… ¿Y el biombo?EL PRINCIPITO.- ¡Ah! si, iba a buscarlo, pero usted me habló. LA FLOR.- ¿Te han dicho alguna vez que eres muy egoísta? (El principito títere va en busca del biombo) ¿Me quieres?EL PRINCIPITO.- Si, tu has embellecido mi planeta…LA FLOR.- ¡No te creo! Necesitare una campana de cristal, por las noches pasare mucho frioEL PRINCIPITO.- Pero el aire fresco te hará bien. (La flor se molesta. El principito títere se ve triste) (Luz en el principito actor y el piloto)

EL PRINCIPITO.- No debí haberla escuchado. Nunca hay que escuchar a las flores. A las flores hay que mirarlas y respirarlas. Las flores son tan contradictorias y yo soy demasiado joven para saber amarla. Un día me di cuenta que no comprendía nada. La quería pero no me sentía feliz. Así que decidí dejar mi planeta y recorrer el universo para intentar comprender algo… (Nuevamente aparece el títere y la flor)

EL PRINCIPITO.- Me tengo que ir.LA FLOR.- Qué apuesto te ves. ¿Te vas por mi culpa?EL PRINCIPITO.- Soy muy joven para comprenderte.LA FLOR.- No, esta bien, nunca te dije cuanto te quería, solo me ocupe en quejarme por las noches que

pasaba frio y en reprocharte todo…EL PRINCIPITO.- Adiós.LA FLOR.-Adiós. He sido una tonta. Te pido perdón. Trata de ser feliz. Olvídate de la campana de cristal ya

no la quiero. El aire fresco me hará bien. Soy una flor.EL PRINCIPITO.-Pero los animales…

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LA FLOR.- Tendré que soportar dos o tres orugas si quiero conocer las mariposas. Dicen que son tan bellas… Y si no ¿quien me visitará? Tú estarás lejos. Y en cuanto a los animales feroces, no me asustan. Tengo mis garras. Anda no te demores tanto en partir. Decidiste irte ya. (Sollozando) Vete ya.

EL PRINCIPITO.- (Tristemente) Adiós(El principito posteriormente de despedirse de la flor arranco su vuelo tirado por sus palomas quienes lo venían llevando por todo el espacio. Deberá verse como el títere principito es llevado al espacio por unas palomas, que lo descienden en un asteroide, al aterrizar deberá verse otra vez como actor. El esteroide B612 sale del escenario. Al descender el principito a este primer asteroide se dio cuenta que estaba habitado por una reina quién estaba vestido de púrpura y armiño.) LA REINA.-Oh ¡He aquí un súbdito! EL PRINCIPITO.- ¿Como puede reconocerme si nunca antes me ha visto? LA REINA.-Acércate para verte mejor. (El principito al verlo, solo bosteza) LA REINA.-Te prohíbo que bosteces delante de mi, es de mala educación y sobre todo que yo soy tu

monarca. EL PRINCIPITO.-No puedo evitarlo. Hice un largo viaje y no he dormido. LA REINA.-Entonces te ordeno que bosteces. No he visto bostezar a nadie desde hace años. Los bostezos

son para mi una curiosidad ¡Vamos bosteza otra vez! Es una orden.EL PRINCIPITO.-Eso me intimida…ya no puedo…LA REINA.- Humm,hum…Entonces te ordeno…que bosteces.EL PRINCIPITO.- ¿Puedo sentarme?LA REINA.-Te ordeno que te sientes.EL PRINCIPITO.- Majestad… le pido perdón por interrogarlo.LA REINA.-Te ordeno que me interrogues.EL PRINCIPITO.-Majestad… ¿sobre que reina usted?LA REINA.- Sobre todo.EL PRINCIPITO.- ¿Sobre todo?LA REINA.- ¿Sobre todo eso?EL PRINCIPITO.- ¿Y las estrellas le obedecen?LA REINA.-Claro. Me obedecen de inmediato. No tolero la indisciplina.EL PRINCIPITO.- ¡Oh! cuanto poder, si yo fuera como usted ordenaría que en mi planeta tan pequeño

hubiera cientos de puestas de sol en un mismo día sin tener que correr mi silla. Señor quisiera ver aquí en este momento una puesta de sol…concédame ese favor…ordene al sol que se ponga…

LA REINA.-Si yo le ordenara a un general volar de flor en flor como lo hace una mariposa, o escribir una tragedia, o transformarse en un pájaro marino, y si el general no ejecutara la orden recibida, ¿de quién sería la culpa? ¿Mía o de él?

EL PRINCIPITO.-Sería culpa suya.LA REINA.- Exacto. Hay que exigir a cada cual lo que cada cual puede dar. La autoridad se basa ante todo

en la razón. Si le ordenas a tu pueblo que se lance al mar, habría una revolución. Tengo derecho a exigir obediencia, por que mis órdenes son razonables.

EL PRINCIPITO.- ¿Y mí puesta de sol?LA REINA.- Tendrás tu puesta de sol. La exigiré. Pero en mi ciencia de gobernar, voy a esperar que las

condiciones sean favorables.EL PRINCIPITO.- ¿Y cuando va a ser eso?LA REINA.- Humm, ¡humm!... será… (consulta su reloj de arena) será esta noche como a las siete cuarenta.

Y verás como me obedecen.EL PRINCIPITO.- (aburrido y bostezando) No tengo más que hacer aquí. Me voy.LA REINA.-No te vayas. No te vayas y te nombro ministro.EL PRINCIPITO.- ¿Ministro de que?LA REINA.- De… ¡de justicia!EL PRINCIPITO.- ¡Pero si no hay nadie a quién juzgar.LA REINA.- Nunca se sabe. Aún no he recorrido todo mi reino. Soy viejo. Aquí no hay una carroza, y me

cansa caminar.EL PRINCIPITO.-Pero si yo ya lo vi todo (hecha un vistazo) No hay más nadie. necesito estar aquí.LA REINA.-Entonces te juzgaras a ti mismo. Es lo más difícil. Es mucho más difícil juzgarse uno mismo que

juzgar a los demás. Si logras juzgarte correctamente entonces serás un verdadero sabio.EL PRINCIPITO.-Yo puedo juzgarme en cualquier lugar.

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LA REINA.- ¡Espera! Creo que en mi planeta hay una vieja rata. La escucho por las noches. Podrías juzgarla. La condenaras a muerte de vez en cuando y su vida dependerá de tu justicia. Pero la perdonaras cada vez para conservarla. Pues hay solo una.

EL PRINCIPITO.-A mi no me gusta condenar a muerte. Y además creo que me voy.LA REINA.-No. No te vayas.EL PRINCIPITO.-Si su majestad desea ser obedecida al pie de la letra podría darme una orden razonable.

Podría ordenarme por ejemplo, que me fuera en un minuto. Me parece que las condiciones son favorables…

(La reina no responde y queda confundida, hasta que decide)LA REINA.- Está bien. (Autoritario) Te nombro mi embajador.EL PRINCIPITO.-Las personas mayores son muy extrañas(El principito emprende el vuelo hasta encontrarse con el segundo planeta. Este planeta estaba habitado por un vanidoso. Viste muy elegante y de sombrero. Llega el principito ante él.)VANIDOSO.-Vaya, vaya… ¡he aquí un admirador!EL PRINCIPITO.-Buenos días, tiene usted un sombrero curioso.VANIDOSO.- Es para saludar. Es para saludar cuando me aplauden. Por desgracia nunca pasa alguien por

aquí. ¡Vamos apláudeme! (Aquí el vanidoso se quita el sombrero y solicita con actitud ser aplaudido. Este juego se hace repetidamente hasta llegar a la monotonía y aburrimiento del principito)

VANIDOSO.- ¿Realmente me admiras mucho?EL PRINCIPITO.-¿Que quiere decir admirar?EL VANIDOSO.-“Admirar” significa reconocer que soy el hombre más bello, mejor vestido, el más rico y el

más inteligente del planeta.EL PRINCIPITO.-Pero si estas solo en este planeta.VANIDOSO.-Dame ese gusto. Admírame de todos modosEL PRINCIPITO.-Te admiro. ¿Pero que hay de interesante en eso? VANIDOSO.- ¿Cómo que qué hay de interesante? Absolutamente ¡Todo! Sin la ropa que visto y este

sombrero no seria quien soy. Nadie puede portar estos lindos zapatos mejor que yo.EL PRINCIPITO.- Yo los veo igual a todos. ¿Qué tienen de especial esos zapatos? (El vanidoso ríe)EL VANIDOSO.- Obviamente no sabes nada. Eres solo un chiquillo. Veraz, todo el mundo sabe que lo

realmente importante es verse bien, lucir como un brillante, lo demás… a nadie le importa.EL PRINCIPITO.- No estoy muy de acuerdo en eso, será mejor irme…EL VANIDOSO.- (Sonriendo) No soportas saber que luzco mejor que tu, ¿verdad? (Y el principito partió inmediatamente)ELPRINCIPITO.-Las personas mayores son definitivamente extrañas.(El tercer planeta estaba ocupado por un hombre de negocios. Este hombre estaba tan ocupado que ni siquiera levanto la cabeza a la llegada de El principito)EL PRINCIPITO.- ¡Buenos días!EL HOMBRE.-Tres y dos cinco. Cinco y siete doce. ¡Buenos días! quince y siete veintidós. Veintidós y seis

veintiocho. Veintiocho y tres treinta y uno. ¡Uf! Esto suma quinientos un millones seiscientos veintidós mil setecientos treinta y uno.

EL PRINCIPITO.- ¿Quinientos millones de qué?EL HOMBRE.- ¿Eh? ¿Estás ahí todavía? Quinientos millones de… ya no sé… ¡He trabajado tanto! ¡Yo soy

un hombre serio y no me entretengo en tonterías! Dos y cinco siete…EL PRINCIPITO.- ¿Quinientos millones de qué?EL HOMBRE.- (Levantando la cabeza) Desde hace cincuenta y cuatro años que habito éste planeta, solo

me han molestado tres veces. La primera, hace veintidós años, por culpa de un abejorro que había caído aquí de Dios quien sabe dónde. La segunda por una crisis de reumatismo, hace once años, yo no tengo tiempo de hacer ejercicio, soy un hombre serio. Y la tercera vez… ¡la tercera vez es ésta! Decía, pues, quinientos millones…

EL PRINCICITO.- ¿Millones de qué? EL HOMBRE.- De esas cosas de allá arribaEL PRINCIPITO.- ¿Qué cosas?EL HOMBRE.- De esas cositas que brillan (señalando arriba sin dejar de mirar sus cuentas)EL PRINCIPITO.- ¿Estrellas?EL HOMBRE.- Si, eso. Estrellas… (Mirando al principito preocupadamente) quinientos millones treinta…EL PRINCIPITO.- ¿Por qué cuentas estrellas?EL HOMBRE.- ¿Qué? (procurando no distraerse en sus cuentas)EL PRINCIPITO.- ¿Por qué cuentas estrellas?EL HOMBRE.- Porque son mías y quiero saber cuántas estrellas hay.

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EL PRINCIPITO.- ¿Y qué ganas siendo dueño de las estrellas?EL HOMBRE.- Eso me convierte en un hombre rico.EL PRINCIPITO.- ¿Y de qué te sirve ser un hombre rico?EL HOMBRE.- Pues… no lo sé.EL PRINCIPITO.- ¿Cómo pueden ser tuyas todas las estrellas?EL HOMBRE.- Mira, si encuentras un diamante que nadie reclama, el diamante es tuyo. Si encuentras una

isla que a nadie pertenece es tuya. Si eres el primero en tener una idea genial es tuya y a mí se me ha ocurrido una idea. Las estrellas son mías, puesto que nadie, antes que yo, ha pensado en poseerlas.

EL PRINCIPÍTO.- Si yo tengo una bufanda puedo ponérmela al cuello y llevármela. Si yo tengo una flor puedo hacer algo por ella. Pero tú, ¿Qué haces por las estrellas?

EL HOMBRE.- ¿Qué qué hago? Las cuento, las administro y ya. No entenderías, eres muy pequeño para entender.

EL PRINCIPITO.- Yo tengo una flor a la que riego todos los días, poseo tres volcanes a los que deshollino todas las semanas, Es útil para mis volcanes y para mi flor que yo la posea. Pero tú, tú no eres nada útil para las estrellas. (El hombre no encontró respuesta y volvió a sus números.)

EL HOMBRE.- Quinientos… ¡oh! ¡No puede ser! me hiciste perder la cuenta otra vez. A ver, díctame estos números.

(Y el principito partió inmediatamente.)EL PRINCIPITO.- Las personas mayores son definitivamente extrañas.

(El cuarto planeta estaba habitado por un general.)EL GENERAL.- (Aparece marchando) Un, dos, un, dos. (Al principito) ¡Levántate! ¡Arriba! ¡Hombros! Atrás,

atrás, ¡atrás! ¡El brazo!EL PRINCIPÍTO.- ¿Que brazo? EL GENERAL.- No tan atrás. ¡Descansen ya! Bienvenido a la base. ¿Qué te trae por aquí?EL PRINCIPITO.- Vine a aprender.EL GENERAL.- ¿Aprender qué?EL PRINCIPITO.- Aprender acerca de la vida, señor.EL GENERAL.- ¿Aprender de la vida? ¿Qué quieres aprender de la vida?EL PRINCIPITO.- Cosas.EL GENERAL.- Ah, sí claro. ¡Compañía, paso ligero! ¡Ya! ¿Quieres saber lo que es la vida? ¡La vida es

muerte! Eso es la vida. ¡Compañía, alto! Muchacho, éste es tu día de suerte. Estas en el lugar indicado para saberlo. Hasta tu llegada no había un solo soldado en el ejército y un general, ese soy yo. De surgir un enemigo, no podría combatirlo.

EL PRINCIPITO.- ¿Enemigo? ¿Qué enemigo?EL GENERAL.- No hay ninguno. Primero hay que formar un ejército y luego encontrar un enemigo.

¡Compañía cuerpo a tierra! ¡Avancen arrastrándose! (El principito obedece) El país te necesita, el ejército te necesita y te necesito yo. Todo mundo quiere buscar enemigos, todos quieren ser soldados. Habla muchacho, ¿alguna pregunta?

EL PRINCIPITO.- Si. ¿Cuál es el planeta más próximo?EL GENERAL.- (Por un momento se queda callado) ¿El planeta más próximo? ¡Ah sí! Ese que da vueltas.

Se llama lodo. No, espera… barro, polvo… no, espera. ¡Tierra! Si eso, Tierra. Bueno, continuemos. ¡Compañía!

(El principito partió inmediatamente)EL PRINCIPITO.- Las personas mayores son definitivamente extrañas.(Al llegar a la Tierra, el principito subió a la cima de una alta montaña.)EL PRINCIPITO.- Desde ésta montaña tan alta, podre ver a todo el planeta y a todos los hombres… (Pero

no alcanzó a ver más que algunas puntas de rocas.) ¡Buenos días! (respondió el eco) ¡Buenos días! ¡Buenos días! ¡Buenos días! ¿Quién eres tú? (responde el eco) ¡estoy solo! (repite el eco) Que raro, no estoy seguro de que esto sea La Tierra. Aquí los hombres carecen de imaginación. No saben más que repetir lo que se les dice… En mi tierra tenía una flor, ella siempre era la primera en hablar… (El principito continúo caminando hasta encontrarse con una serpiente enroscada en un árbol.) ¡Buenas noches!

SERPIENTE.- ¡Ey! Le estás hablando a mi cola. ¡Por acá! Buenas noches.EL PRINCIPITO.- Perdón. ¿Sobre qué planeta eh caído?SERPIENTE.- Sobre la Tierra, en el desierto de Sahara.EL PRINCIPITO.- ¡Ah! Pensé que me había equivocado ¿Y no hay nadie sobre la Tierra?

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LA SERPIENTE.- Esto es un desierto y La Tierra es muy grande. ¿Y qué vienes tú a hacer aquí? Tienes aspecto de ser una persona pura y sensible. ¿Pero a qué viniste a éste asqueroso y triste lugar llamado Tierra?

EL PRINCIPITO.- Deseo conocer sobre éste planeta. Y tengo problemas con una flor. Eres un bicho raro.SERPIENTE.- Pero soy más poderoso que el dedo de un rey.EL PRINCIPITO.- (Sonriendo) No me pareces muy poderoso… ni siquiera tienes patas, tampoco puedes

viajar… (La serpiente se enrosca en el tobillo del principito.)SERPIENTE.- Puedo llevarte más lejos de lo que tú crees. Al que yo toco, le hago volver a la tierra de

donde salió. Pero tú vienes de una estrella. Me das lastima, tan débil que te ves. Si algún día quieres regresar a tu planeta, puedo ayudarte a regresar, te prometo que no se siente mucho el dolor, tan solo una pequeña dosis…

EL PRINCIPITO.- ¡Oh! No hace falta que me lo expliques. Te he comprendido. SERPIENTE.- Entonces recuérdalo, yo puedo ayudarte. Te estaré esperando.(El principito se aleja. Oscuro) (El Principito se encuentra con el jardín de rosas).

PRINCIPITO.- Buenos días.ROSAS.- Buenos días.PRINCIPITO.- ¿Dónde están los hombres?ROSAS.- ¿Los hombres? Creo que existen seis o siete. Los he visto hace años. Pero nose sabe nunca dónde encontrarlos. El viento los lleva. No tienen raíces. Lesmolesta mucho no tenerlas.PRINCIPITO.- Os parecéis mucho a mi flor. ¿Quiénes sois?ROSAS.- Somos rosas.PRINCIPITO.- ¡Ah! Mi flor me había contado que era la única de su especie en eluniverso.ROSAS.- Pues nosotras somos cinco mil.ROSAS.- En un solo jardín.PRINCIPITO.- Se sentiría muy avergonzada si viera esto. Tosería muy fuerte yaparentaría morir para escapar al ridículo.ROSAS.- ¿Te creías rico con una flor única?ROSAS.- ¿No posees más que una rosa ordinaria?PRINCIPITO.- La rosa y mis tres volcanes que me llegan a la rodilla, uno de los cualesquizá esté apagado para siempre. Realmente no soy un gran príncipe. (Yllora tendido sobre el suelo.)

(Se va iluminando lentamente otra parte del escenario. Se alcanza a ver en la pantalla un jardín de hermosas rosas. Se ilumina de nuevo el escenario y aparecen muchas rosas con diversos colores y formas. Entra el principito.)EL PRINCIPITO.- Cuando mi rosa se entere de que hay millones de flores como ella, se sentirá

decepcionada. (Entre los rosales se aprecia un zorro.)EL PRINCIPITO.- Yo me creía rico, creía poseer una flor cuya especie era única en el mundo. Pero solo

tenía una rosa como cualquier otra. No creo que todo eso me convirtiera en un gran príncipe. (Llora)

(Aparece el GUARDAAGUJAS.)PRINCIPITO.- Buenos días.GUARDAAGUJAS.- Buenos días.PRINCIPITO.- ¿Qué haces aquí?GUARDAAGUJAS.- Clasifico a los viajeros por paquetes de mil. Despacho los trenesque los llevan, unas veces hacia la derecha y otras hacia la izquierda. (Pasaun rápido iluminado, rugiendo como el trueno, haciendo temblar la cabinade las agujas.)PRINCIPITO.- Llevan mucha prisa. ¿Qué buscan?GUARDAAGUJAS.- Hasta el hombre de la locomotora lo ignora. (Pasa un segundorápido iluminado en sentido inverso.)PRINCIPITO.- ¿Vuelven ya?GUARDAAGUJAS.- No son los mismos. Es un cambio.PRINCIPITO.- ¿No estaban contentos donde estaban?GUARDAAGUJAS.- Nadie está nunca contento donde está. (Y ruge el trueno de untercer rápido iluminado.)PRINCIPITO.- ¿Persiguen a los primeros viajeros?

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GUARDAAGUJAS.- No persiguen absolutamente nada. Ahí adentro duermen obostezan. Sólo los niños aplastan sus narices contra los vidrios.PRINCIPITO.- Sólo los niños saben lo que buscan. Pierden tiempo por una muñeca detrapo y la muñeca se transforma en algo muy importante, y si se les quita lamuñeca, lloran...GUARDAAGUJAS.- Tienen suerte.(El GUARDAAGUJAS sale y el PRINCIPITO se acerca al ZORRO.)ZORRO.- Es siempre mejor venir a la misma hora. Si vienes, por ejemplo, a las cuatrode la tarde, comenzaré a ser feliz desde las tres. Cuanto más avance la horamás feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitado e inquieto; ¡descubriréel precio de la felicidad! Pero si vienes a cualquier hora, nunca sabré a quéhora preparar mi corazón... los ritos son necesarios.PRINCIPITO.- ¿Qué es un rito?ZORRO.- Es también algo demasiado olvidado. Es lo que hace que un día sea diferentede los otros días; una hora, de las otras horas. Entre los cazadores, porejemplo, hay un rito. El jueves bailan con las muchachas del pueblo. Eljueves es, pues, un día maravilloso. Yo suelo ir a pasearme hasta la viña. Silos cazadores no bailaran en día fijo, todos los días se parecerían y yo notendría vacaciones.(Aparece el MERCADER.)PRINCIPITO.- Buenos días.MERCADER.- Buenos días. ¡Píldoras, señoras y señores, píldoras! ¡Píldorasperfeccionadas que aplacan la sed! ¡Vendo píldoras!PRINCIPITO.- ¿Qué has dicho que vendes?MERCADER.- ¡Píldoras, amigo! Se toma una por semana y no se siente más lanecesidad de beber.PRINCIPITO.- ¿Por qué vendes eso?MERCADER.- Es una gran economía de tiempo. Los expertos han hecho cálculos. Seahorran cincuenta y tres minutos por semana.

EL ZORRO.- (Escondido entre un manzano.) Buenos días. EL PRINCIPITO.- Buenos días. (Volteando a su alrededor sin ver nada.)EL ZORRO.- Estoy aquí, bajo el manzano.EL PRINCIPITO.- ¿Quién eres tú? Qué bonito eres. EL ZORRO.- Soy un zorro. ¿Y tú eres un príncipe? (el principito asentó con la cabeza.)EL PRINCIPITO.- Estoy triste, ¿quieres jugar conmigo?EL ZORRO.- ¿Dónde están los otros?EL PRINCIPITO.- (Mirando a su alrededor) ¿Qué otros?EL ZORRO.- Los otros, los cazadores.EL PRINCIPITO.- Aquí solo estoy yo. Por favor juega conmigo, no te hare daño. EL ZORRO.- ¿Y tu escopeta?EL PRINCIPITO.- ¿Qué escopeta? Yo no tengo ninguna escopeta.EL ZORRO.- Que raro, los seres humanos siempre llevan una.EL PRINCIPITO.- Soy de otro planeta.EL ZORRO.- ¿No hay armas en tu planeta?EL PRINCIPITO.- NoEL ZORRO.- ¿Hay cazadores en tu planeta? EL PRINCIPITO.- No.EL ZORRO.- ¿De veras?EL PRINCIPITO.- Anda juega conmigo.EL ZORRO.- No puedo. ¿Y gallinas?EL PRINCIPITO.- No. EL ZORRO.- Bueno, no se puede tener todo en la vida.EL PRINCIPITO.- ¿Por qué no quieres jugar conmigo?EL ZORRO.- Porque yo soy un zorro y tu eres un humano. Yo cazo gallinas y tú cazas zorros.EL PRINCIPITO.- Yo no hago eso.EL ZORRO.- Eres un ser humano, también mientes.EL PRINCIPITO.- ¡Yo no digo mentiras!EL ZORRO.- Entonces no eres un ser humano. (El zorro corre de un lado a otro.)

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EL PRINCIPITO.- ¿Quieres dejar de moverte? Me estas mareando.EL ZORRO.- Esta bien, está bien, solo avísame si te piensas mover por favor. Me gustaría dejarte algo muy

claro. Bajo tu apariencia de príncipe, hay un niño como otros niños. Yo soy un zorro y soy igual a millones de otros zorros. Pero si tú me domesticas ya no seré un zorro como los demás ni tú tampoco serás un niño como los demás. Tú serás único para mí y yo seré único para ti. (El principito intenta acercarse, el zorro sale huyendo.)

EL PRINCIPITO.- ¿Dónde estás?EL ZORRO.- ¡Te moviste!EL PRINCIPITO.- Perdón. No lo volveré a hacer. (El zorro se asoma de nuevo.)EL ZORRO.- Llevo una vida muy monótona, los hombres salen, yo me escondo. Los hombres se van, yo

salgo. Pero si tú me domesticaras todo sería diferente. EL PRINCIPITO.- (Le sonríe) No te asustes, solo me sentaré. ¿Y qué tengo que hacer?EL ZORRO.- Pues venir todos los días y sentarte dónde estás ahora.EL PRINCIPITO.- ¿Y qué debo hacer yo?EL ZORRO.- Nada.EL PRINCIPITO.- ¿Nada?

EL ZORRO.- Así es. Nada. De lo contrario me asustaré y nunca volveré. Al principio me esconderé entre los árboles, temblando de miedo. Con el paso del tiempo, iré acercándome más y más y un poco más. (Se toman de la mano haciendo un pequeño juego por el bosque. Después se detienen)

EL ZORRO.- Creo que voy a llorar.EL PRINCIPITO.- Yo no quería lastimarte. Pero tú me pediste que te domesticara.EL ZORRO.- Lo sé.EL PRINCIPITO.- Entonces no te beneficiaba en nada ¿verdad? Ha sido perder el tiempo.

EL ZORRO.- No. Todo este tiempo que pasaste conmigo me ha hecho sentir muy especial. Hace que me sienta importante.

EL PRINCIPITO.- Pero ahora yo me siento triste de dejarte.EL ZORRO.- Debí advertirte que eso ocurriría. Uno siempre se encariña del animal al que cuidas. Ahora ve a ver las rosas, comprenderás que la tuya es única en el mundo. (El zorro sale, El principito va hacia las rosas.)

EL PRINCIPITO.- No son nada, ni en nada se parecen a mi rosa. Nadie las ha domesticado ni ustedes han domesticado a nadie. Ahora comprendo que es como lo dijo el zorro. Él, al igual que mi rosa es única en el mundo, al menos para mí. Y mi rosa ya no es igual a ustedes, porque por las noches yo la atendía cuando se quejaba, era mi rosa y sé que debo volver con ella para cuidarla. (El zorro se acerca de prisa.)

EL ZORRO.- (Le da una pequeña nota.) Te he traído un regalo, como es un secreto te lo he escrito. (Se abrazan.) Ahora debo marcharme, iré de inmediato a los trigales. Donde me sentaré a recordar tus cabellos de oro. (Se va. Oscuro.)

(Se ilumina un espacio donde aparece el piloto y El Principito.)EL PILOTO.- Dime, ¿que decía la nota? (el principito lo mira sin responder y suspira.) Debes tener sed.EL PRINCIPITO.- El agua puede ser buena también para el corazón. Vamos a buscar un pozo…EL PILOTO.- ¿Un pozo? ¿En medio del desierto? Eso es imposible… (El Principito se levanto y se puso en

marcha.)EL PRINCIPITO.- Las estrellas son hermosas por una flor que no se ve. El desierto es bello, porque aunque

no se ve nada de noche, algo resplandece en él. (De inmediato el piloto se levantó y lo siguió.)

EL PILOTO.- Pero dime, ¿Qué decía la nota?EL PRINCIPITO.- (saca el papel que le dio el zorro y lo lee) “Solo con el corazón se puede ver con claridad,

lo esencial es invisible a los ojos.” (Oscuro.)(Se ilumina el espacio. El sol cada vez se hace más prominente en el desierto. El piloto y El Principito se ven cansados y sedientos.)EL PILOTO.- Debemos regresar. ¡Aquí no encontraremos nada!EL PRINCIPITO.- Tú solo sabes ver la envoltura de un dulce, lo superficial. Yo sólo sé ver mi flor, la que me

motiva a seguir adelante. Recuerda lo que dijo el zorro.EL PILOTO.- (Cae rendido al suelo. Enfadado) ¡Es imposible! ¡Aquí no hay agua!EL PRINCIPITO.- Los hombres de tu tierra cultivan cinco mil rosas en un jardín. Intentando buscar la

felicidad en todas ellas y sin embargo no son felices. Porque no saben que lo que realmente buscan, se encuentra en una sola de ellas o simplemente en un poco de agua.

(Se ve a lo lejos un pozo. El hombre sorprendido corre hacia él)EL PILOTO.- ¡Agua! ¡Encontramos el agua!

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EL PRINCIPITO.- Los ojos son ciegos, hay que buscar con el corazón. (Intenta sacar agua del pozo, pero el cubo es muy pesado.)

EL PILOTO.- Déjame ayudarte.EL PRINCIPITO.- Quiero probar del agua de tu planeta. Dame de beber.(Beben del agua. El piloto lo abraza con ternura.)EL PILOTO.- Cuanta razón tienes. Ser adulto es complicado. Muchos de nosotros hemos dejado de soñar,

hemos perdido la esperanza, nos volvemos maquinas. Olvidamos ver con el corazón. EL PRINCIPITO.- Descansemos un poco. Quiero soñar con mi flor. (Se quedan dormidos. De pronto el espacio se envuelve con un extraño ambiente. La serpiente aparece. El Principito despierta y se dirige hacia ella.)EL PRINCIPITO.- Has venido. Ya es tiempo, ¿verdad? Solo quiero regresar a mi estrella. Junto a mi flor. LA SERPIENTE.- Y yo quiero que regreses con ella. Como te habrás dado cuenta, este planeta ya está muy

contaminado.EL PRINCIPITO.- ¿Estás seguro que no me dolerá mucho?LA SERPIENTE.- (Acercándose lentamente al Principito.) Solo cierra tus bellos y soñadores ojos y piensa

en tu flor. Sueña… Mañana estarás con ella.EL PRINCIPITO.- Tengo miedo. No quiero sufrir. (En ese momento el piloto despierta y ve a la serpiente asechando lentamente al principito.)EL PILOTO.- ¡No! ¿Qué haces? (Corre hacia ellos, pero llega muy tarde. La serpiente clava sus dientes en

la pierna del Principito que cae al suelo. La serpiente se aleja de prisa. El piloto toma en sus brazos al Principito.) Pero ¿Qué has hecho? (desesperadamente intenta extraerle el veneno, pero El Principito lo detiene.)

EL PRINCIPITO.- ¡No! Es la única forma de regresar. Yo confío en ti y sé que regresaras a tu tierra, en tu maquina. También yo vuelvo hoy a mi planeta.

EL PILOTO.- (Sollozando) No, quédate…EL PRINCIPITO.- Es mucho más lejos y mas difícil pero…EL PILOTO.- Tienes miedo, ¿verdad?

EL PRINCIPITO.- Si, pero no me iré solo, llevo conmigo a tu cordero y su caja. Ahora solo hace falta un bozal para que mi flor no corra peligro, dibújame un bozal. (El piloto le dibuja un bozal.)

EL PILOTO.- Quiero oír otra vez tu risa…EL PRINCIPITO.- Lo más importante nunca se ve…EL PILOTO.- Así es, tú me lo has enseñado.EL PRINCIPITO.- Es muy dulce mirar al cielo por las noches cuando se sabe que puede haber una flor en

alguna de las estrellas. (Ríe)EL PILOTO.- Si, es cierto… (Mirando al cielo.)EL PRINCIPITO.- Por la noche miraras las estrellas, mi casa es demasiado pequeña para señalártela. Pero

eso es mejor. Así podrás admirar a todas las estrellas y sabrás que puede haber algo especial en cada una de ellas.

EL PILOTO.- Mi muchachito, quiero escuchar de nuevo tu riza.EL PRINCIPITO.- Mi regalo será precisamente ese. Cuando me escuches reír en alguna estrella.EL PILOTO.- Serán como miles de cascabelitos que saben reír.EL PRINCIPITO.- Es hora de que me dejes.EL PILOTO.- ¿Dejarte? No…EL PRINCIPITO.- No quiero que me veas y sientas pena por mí. Pensaras que estoy muerto, pero no es

así. Solo veras mi cuerpo, que no puedo llevar conmigo, es muy pesado…EL PILOTO.- No puedo dejarte así…EL PRINCIPITO.- Esto es solo un cuerpo, como un caracol… no tiene nada de triste un caracol… (Silencio)

cuando tú mires las estrellas, yo también las estaré mirando y en ellas veré muchos pozos, llenos de agua como la que me diste de beber… ¡será tan divertido!…

EL PILOTO.- Ahora comprendo cuanto te dolió dejar a tu zorro. EL PRINCIPITO.- Mi flor… ella es tan inocente… solo tiene cuatro espinas para defenderse contra todo el

mundo… Ahí está… eso es todo… (Silencio. Oscuro.)Voz en OFF: (Mientras se ve regresar al piloto a su avioneta…) Ahora han pasado seis años y no he podido

olvidar a mi pequeño principito… y me gusta por las noches escuchar a las estrellas, que suenan como quinientos millones de cascabeles… me pregunto si el borrego se habrá comido a la flor, olvide dibujarle una correa de cuero a su bozal… espero que no. Esta ha sido la historia más hermosa y triste que jamás me haya pasado. Pero si algún día, caminan por la playa, el bosque o la orilla de un rio, no olviden mirar al cielo. Si de casualidad pasaran por allí, deténganse un momento y observen cuidadosamente. Si un niño llega hasta ustedes, si

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este niño ríe y tiene cabellos de oro, adivinarán enseguida quien es. ¡Sean amables con él! Pero sobre todo díganle ¡cuán feliz me ha hecho conocerlo! (se escucha en todo el escenario y en la sala la risa del principito)

OSCURO FINAL

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