El proceso de ejecución. Títulos ejecutivos. Despacho...

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1 El proceso de ejecución. Títulos ejecutivos. Despacho de la ejecución. Oposición a la ejecución. Ejecución no dineraria. El proceso de ejecución Cualquier sujeto que tenga derecho a una prestación de otro puede acudir a los tribunales cuando la prestación no se realice voluntariamente por quien deba efectuarla. Se puede pedir a los tribunales la tutela consistente en que se dicte una sentencia que declare que el demandante tiene derecho a que el demandado realice en su favor la prestación de que se trate y se condene a este último a hacerlo. Esta clase de pretensiones constituyen el objeto del proceso de declaración. Ahora bien, lo que realmente interesa al demandante, en estos casos, es que se realice la prestación a la que tiene derecho: que se le entregue el dinero que se le debe, o las cosas a las que tenga derecho, o que se realice el servicio contratado, o que el demandado se abstenga de realizar determinados actos. El proceso de declaración, por sí solo, no satisface este interés. Lo más que se puede conseguir es que el tribunal declare que el demandante tiene derecho a la prestación que solicita, y que ordene al demandado realizarla, pero el tribunal no realiza ni ordena ninguna actividad procesal conducente a que el demandante reciba de manera efectiva aquello a lo que tiene derecho. Cuando el demandado no cumple voluntariamente lo que le ordena la sentencia, el demandante puede pedir y obtener de los tribunales otra clase de tutela jurisdiccional mediante una actividad procesal dirigida a que el acreedor reciba de manera efectiva aquello a lo que tenga derecho o, cuando esto no sea posible, al menos un equivalente pecuniario o una justa indemnización. Esta es la tutela jurisdiccional ejecutiva, que se dispensa por medio del proceso de ejecución. El artículo 117.3 de la Constitución incluye dentro de la potestad jurisdiccional que se atribuye en exclusiva a jueces y magistrados tanto la actividad que consiste en "juzgar" como la que se dirige a "hacer ejecutar lo juzgado". La primera hace referencia a la actividad jurisdiccional declarativa y a los procesos de declaración mientras que la segunda hay que entenderla referida a la actividad jurisdiccional ejecutiva y a los procesos de ejecución. El proceso de ejecución es, por tanto, conforme a la Constitución, tan jurisdiccional como el proceso de declaración, lo que implica, entre otras cosas, que solamente los jueces y magistrados independientes, inamovibles, responsables y sometidos únicamente al imperio de la ley pueden ser titulares de la potestad de "hacer ejecutar lo juzgado", que no se puede confiar por el legislador a ninguna otra autoridad. Proceso de declaración no seguido de proceso de ejecución La expresión "juzgando y haciendo ejecutar lo juzgado", que utiliza el art. 117.3 de la Constitución parece sugerir que la actividad jurisdiccional ejecutiva se proyectaría

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El proceso de ejecución. Títulos ejecutivos. Despacho de la ejecución. Oposición a la ejecución. Ejecución no dineraria.

El proceso de ejecución

Cualquier sujeto que tenga derecho a una prestación de otro puede acudir a los tribunales cuando la prestación no se realice voluntariamente por quien deba efectuarla. Se puede pedir a los tribunales la tutela consistente en que se dicte una sentencia que declare que el demandante tiene derecho a que el demandado realice en su favor la prestación de que se trate y se condene a este último a hacerlo. Esta clase de pretensiones constituyen el objeto del proceso de declaración.

Ahora bien, lo que realmente interesa al demandante, en estos casos, es que se realice la prestación a la que tiene derecho: que se le entregue el dinero que se le debe, o las cosas a las que tenga derecho, o que se realice el servicio contratado, o que el demandado se abstenga de realizar determinados actos. El proceso de declaración, por sí solo, no satisface este interés. Lo más que se puede conseguir es que el tribunal declare que el demandante tiene derecho a la prestación que solicita, y que ordene al demandado realizarla, pero el tribunal no realiza ni ordena ninguna actividad procesal conducente a que el demandante reciba de manera efectiva aquello a lo que tiene derecho.

Cuando el demandado no cumple voluntariamente lo que le ordena la sentencia, el demandante puede pedir y obtener de los tribunales otra clase de tutela jurisdiccional mediante una actividad procesal dirigida a que el acreedor reciba de manera efectiva aquello a lo que tenga derecho o, cuando esto no sea posible, al menos un equivalente pecuniario o una justa indemnización. Esta es la tutela jurisdiccional ejecutiva, que se dispensa por medio del proceso de ejecución.

El artículo 117.3 de la Constitución incluye dentro de la potestad jurisdiccional que se atribuye en exclusiva a jueces y magistrados tanto la actividad que consiste en "juzgar" como la que se dirige a "hacer ejecutar lo juzgado". La primera hace referencia a la actividad jurisdiccional declarativa y a los procesos de declaración mientras que la segunda hay que entenderla referida a la actividad jurisdiccional ejecutiva y a los procesos de ejecución.

El proceso de ejecución es, por tanto, conforme a la Constitución, tan jurisdiccional como el proceso de declaración, lo que implica, entre otras cosas, que solamente los jueces y magistrados independientes, inamovibles, responsables y sometidos únicamente al imperio de la ley pueden ser titulares de la potestad de "hacer ejecutar lo juzgado", que no se puede confiar por el legislador a ninguna otra autoridad.

Proceso de declaración no seguido de proceso de ejecución

La expresión "juzgando y haciendo ejecutar lo juzgado", que utiliza el art. 117.3 de la Constitución parece sugerir que la actividad jurisdiccional ejecutiva se proyectaría

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siempre sobre una previa actividad jurisdiccional declarativa: primero se juzga y luego se hace ejecutar lo juzgado. Siendo cierto que no es raro que el proceso de ejecución vaya precedido de un proceso de declaración, hay que tener en cuenta, por un lado, que no siempre el proceso de declaración va seguido de un proceso de ejecución y, por otro, que no siempre es necesaria una previa sentencia dictada en una proceso de declaración para que se pueda promover un proceso de ejecución.

No siempre las sentencias dictadas en un proceso de declaración requieren para su plena efectividad una ulterior actividad jurisdiccional ejecutiva. Cuando lo que se pide en el proceso de declaración es un cambio jurídico (acción constitutiva), la sentencia que estima la demanda (sentencia constitutiva) satisface por sí sola el interés del demandante, sin necesidad de ninguna actuación ulterior del demandado ni de ninguna actividad jurisdiccional ejecutiva posterior a la sentencia. Lo mismo ocurre cuando en el proceso de declaración se pide únicamente la declaración de un derecho del demandante que el demandado niega o discute (acción meramente declarativa); también en estos casos la sentencia que estima la demanda (sentencia meramente declarativa) satisface por sí sola el interés del actor, sin necesidad de ninguna actividad ulterior del demandado ni de los tribunales. Por eso el art. 521.1 LEC dispone que "no se despachará ejecución de las sentencias meramente declarativas ni de las constitutivas".

Las sentencias constitutivas y las meramente declarativas pueden requerir, para su plena efectividad, ciertas actuaciones complementarias entre las que cabe mencionar especialmente las inscripciones en Registros públicos. Para hacer referencia a estas actuaciones es de uso extendido la expresión ejecución impropia. A este respecto, dispone la LEC que todas las personas y autoridades, especialmente las encargadas de los Registros públicos, deben acatar y cumplir lo que se disponga en las sentencias constitutivas y atenerse al estado o situación jurídicos que surja de ellas, salvo que existan obstáculos derivados del propio Registro conforme a su legislación específica (art. 522.1 LEC).

Tampoco se puede promover un proceso de ejecución tras un proceso de declaración que finaliza con una sentencia desestimatoria de la demanda. Una sentencia absolutoria, por definición, se limita a dejar las cosas como están, por lo que no hace falta ninguna transformación material de la realidad ni, por tanto, ninguna actividad jurisdiccional ejecutiva.

No es necesario el proceso de ejecución, finalmente, cuando el condenado en el proceso de declaración cumple voluntariamente. Para que el condenado pueda evitar la ejecución mediante el cumplimiento voluntario de lo ordenado en la sentencia, el artículo 548 LEC dispone que no se despache la ejecución dentro de los veinte días posteriores a la notificación de la sentencia al ejecutado. Por otro lado, si se despacha ejecución tras el cumplimiento voluntario de la sentencia, el ejecutado podrá alegar el cumplimiento como causa de oposición a la ejecución, solicitando que se ponga fin a ésta (art. 556.1 LEC).

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Por lo demás, en el proceso civil de ejecución rige con plenitud el principio dispositivo, por lo que, aunque el proceso de declaración tenga por objeto una acción de condena, termine con sentencia estimatoria de la demanda y el condenado no la cumpla voluntariamente, no habrá proceso de ejecución si no lo promueve el demandante victorioso.

Proceso de ejecución sin previo proceso de declaración

La vinculación entre proceso de declaración y proceso de ejecución se rompe también porque la ejecución forzosa puede promoverse y desarrollarse sin un previo proceso de declaración. El ordenamiento jurídico atribuye a ciertas clases de documentos creados al margen del proceso la denominada "fuerza ejecutiva", lo que quiere decir que para la efectividad de los créditos que se hagan constar en ese tipo de documentos el acreedor puede reclamar la tutela jurisdiccional ejecutiva sin necesidad de un previo proceso de declaración.

Tampoco hay proceso de declaración previo a la ejecución forzosa cuando se ejecuta un laudo arbitral o un acuerdo de mediación logrado al margen de un proceso (art. 517.1.2º LEC). Por otro lado, cuando la ejecución se basa en una transacción judicial (lograda con o sin la intervención de un mediador) la actividad jurisdiccional ejecutiva sigue al proceso de declaración en que se haya producido la transacción, pero lo que se ejecuta es un acuerdo entre las partes homologado por el tribunal y no el resultado del ejercicio por el tribunal de la función jurisdiccional en su vertiente declarativa, que solamente puede plasmarse en una sentencia de fondo sobre el asunto litigioso.

Título ejecutivo y acción ejecutiva

Concepto de título ejecutivo

Título ejecutivo es el documento del que resulta la existencia de un crédito y al que el ordenamiento jurídico atribuye la eficacia de permitir que, con ese documento, el acreedor pueda solicitar la tutela de su derecho mediante el proceso de ejecución.

Clases de títulos ejecutivos

La LEC distingue dos clases de títulos ejecutivos: (i) las sentencias firmes de condena y otros títulos cuya ejecución, conforme a la LEC, está sujeta a las mismas reglas, y (ii) los demás documentos a los que la LEC atribuye fuerza ejecutiva cuya ejecución difiere en algunos aspectos de la ejecución de sentencias y títulos asimilados a ellas.

Esta clasificación coincide sólo de manera aproximada con la que distingue entre títulos ejecutivos judiciales y extrajudiciales, ya que en el primer grupo hay títulos que no tienen origen judicial (laudos arbitrales y acuerdos de mediación elevados a escritura pública) y en el segundo grupo hay títulos de origen judicial (los autos de cantidad máxima a que se refiere el art. 517.2.8º LEC).

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A) Sentencia firme de condena y títulos ejecutivos asimilados

El régimen jurídico de la ejecución de sentencias se aplica, conforme a la LEC, a los siguientes títulos ejecutivos:

1) Las sentencias firmes de condena (art. 517.2.1º LEC). Cuando se trata de sentencias de condena dineraria tienen fuerza ejecutiva si expresan la cantidad o las bases para liquidarla; si son completamente ilíquidas no permiten el acceso a la ejecución. Las sentencias a favor de consumidores o usuarios no determinados requieren que se dicte un auto que determine que el ejecutante es beneficiario de la sentencia (art. 519 LEC).

2) Los laudos o resoluciones arbitrales (art. 517.2.2º LEC).

3) Los acuerdos de mediación elevados a escritura pública de acuerdo con la Ley de mediación en asuntos civiles y mercantiles (art. 517.2.2º LEC).

4) Las resoluciones que aprueban u homologan transacciones judiciales y acuerdos logrados en el proceso (art. 517.2.3º LEC).

5) Las demás resoluciones judiciales que, por disposición legal expresa, llevan aparejada ejecución. Se encuentran en este caso el auto que acoge un allanamiento parcial (art. 21.2 LEC); los autos que resuelven las reclamaciones de derechos y honorarios de procuradores y abogados (arts. 34.2 y 35.2 LEC); el auto que aprueba la tasación de costas (art. 246.3 LEC); o el auto que fija las indemnizaciones a testigos (art. 375.2 LEC), entre otras resoluciones.

B) Otros títulos ejecutivos

La LEC atribuye fuerza ejecutiva también, aunque con un régimen jurídico diferente en algunos aspectos al de la ejecución de sentencias, a los siguientes documentos:

1) Las escrituras públicas. Se atribuye fuerza ejecutiva a la primera copia; si es segunda copia, solamente tendrá fuerza ejecutiva cuando (i) esté dada en virtud de mandamiento judicial y con citación de la persona a quien deba perjudicar, o de su causante, o (ii) se haya expedido con la conformidad de todas las partes (art. 517.2.4º LEC).

2) Las pólizas de contratos mercantiles firmadas por las partes y por el fedatario público que las intervenga. La póliza deberá presentarse acompañada de certificación en la que el fedatario acredite la conformidad de la póliza con los asientos de su libro registro y la fecha de éstos (art. 517.2.5º LEC).

3) Los títulos al portador o nominativos, legítimamente emitidos, que representen obligaciones vencidas y los cupones, también vencidos, de dichos títulos, siempre que los cupones confronten con los títulos y éstos, en todo caso, con los libros talonarios (art. 517.2.6º LEC). Conforme al mismo precepto,

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la protesta de falsedad del título formulada en el acto de la confrontación no impedirá, si ésta resulta conforme, que se despache la ejecución, sin perjuicio de la posterior oposición a la ejecución que pueda formular el deudor alegando falsedad en el título.

4) Los certificados no caducados expedidos por las entidades encargadas de los registros contables respecto de los valores representados mediante anotaciones en cuenta a los que se refiere la Ley del Mercado de Valores, siempre que se acompañe copia de la escritura pública de representación de los valores o, en su caso, de la emisión, cuando tal escritura sea necesaria, conforme a la legislación vigente (art. 517.2.7º LEC). Instada y despachada la ejecución, no caducarán los certificados.

5) Los demás documentos que, por disposición legal expresa, lleven aparejada ejecución (517.2.9º LEC).

6) El auto que establece la cantidad máxima reclamable en concepto de indemnización, dictado en casos de rebeldía del acusado o de sentencia absolutoria o sobreseimiento en procesos penales incoados por hechos cubiertos por el Seguro Obligatorio de Responsabilidad Civil derivada del uso y circulación de vehículos de motor (art. 517.2.8º LEC).

Los documentos que se encuentren en alguno de los cuatro primeros casos anteriores solamente tienen fuerza ejecutiva cuando en ellos se exprese una deuda que cumpla los siguientes requisitos:

1) Que se trate de una deuda de dinero (art. 520.1 LEC). Se admiten deudas en moneda extranjera convertible y en cosas o especies computables en dinero.

2) Que el importe de la deuda sea superior a 300 euros (art. 520.1 LEC). La cantidad se puede alcanzar mediante la adición de varios títulos (art. 520.2 LEC).

Título ejecutivo y acción ejecutiva

La acción ejecutiva se puede definir como el derecho del acreedor a obtener una concreta tutela jurisdiccional ejecutiva. Es un derecho subjetivo público cuyo contenido es una prestación a cargo del Estado consistente en la realización de la actividad jurisdiccional ejecutiva precisa para satisfacer el derecho del acreedor.

La acción ejecutiva es un derecho distinto del derecho subjetivo privado que le sirve de base: una cosa es el derecho del acreedor a que el deudor le pague 100 y otra distinta es el derecho que ese acreedor puede tener frente al Estado para que éste, a través de los tribunales, obtenga 100 a costa del patrimonio del deudor y los entregue al acreedor.

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El título ejecutivo es imprescindible para que exista acción ejecutiva: no hay acción ejecutiva sin título ejecutivo. Ahora bien, sí se puede dar que un acreedor disponga de título ejecutivo y no tenga acción ejecutiva. El título es un documento que exterioriza la existencia de una acción ejecutiva, pero puede ocurrir que la acción ejecutiva a que se refiera el documento no haya llegado a nacer en la realidad o se haya extinguido (por ejemplo, cuando se concierta un préstamo en escritura pública y el deudor paga al vencimiento la suma que le prestaron, si el acreedor conserva la escritura después del pago seguirá teniendo un título ejecutivo, pero no tendrá acción ejecutiva pues el crédito a que se refiere la escritura ya no existe).

¿Qué papel desempeñan el título ejecutivo y la acción ejecutiva en el proceso de ejecución? El título ejecutivo es suficiente, por sí solo, para que el proceso de ejecución comience; basta para ello la mera presentación del título ejecutivo. Para despachar la ejecución no se comprueba si la acción expresada en el título existe o no en realidad; a la vista del título, si es formalmente válido, se tiene por existente la acción ejecutiva y el tribunal despacha la ejecución e inicia las actuaciones ejecutivas correspondientes.

La existencia de la acción ejecutiva solamente se comprueba si el deudor formula oposición de fondo a la ejecución. La oposición del deudor se basa en que éste entiende que, pese a la existencia de título ejecutivo, el acreedor no tiene acción ejecutiva. La oposición debe formularse en el plazo de 10 días desde que se notifica al deudor el comienzo del proceso de ejecución y da lugar a un incidente declarativo dentro del proceso de ejecución que termina con un auto del tribunal que se pronuncia sobre si el acreedor tiene o no tiene acción ejecutiva: (i) si considera que el acreedor tiene realmente la acción ejecutiva expresada en el título, se desestima la oposición y la ejecución sigue adelante; (ii) si considera que la acción ejecutiva que el título expresa no existe en realidad, estima la oposición y pone fin a la ejecución, alzando todas las medidas ejecutivas que ya hubiese adoptado.

El tribunal de la ejecución

Competencia

El art. 545 LEC regula la competencia de los tribunales civiles en materia de ejecución forzosa, estableciendo criterios diferentes en función del título ejecutivo en que se funde la pretensión del ejecutante:

1) Ejecución de resoluciones judiciales y de transacciones y acuerdos judicialmente homologados o aprobados

La competencia corresponde al tribunal que conoció del asunto en primera instancia o al que homologó o aprobó la transacción o acuerdo (art. 545.1 LEC). Es una regla de competencia funcional que excluye el juego de las reglas de competencia objetiva y territorial y el reparto de negocios. La competencia no corresponde necesariamente al mismo tribunal que dictó la resolución que se ejecuta, sino al que conoció del asunto en la primera instancia: si se ejecuta la sentencia dictada en segunda instancia por la

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Audiencia Provincial, la competencia para la ejecución no corresponde a la Audiencia, sino al Juzgado.

2) Ejecución de laudos arbitrales

La competencia objetiva corresponde a los Juzgados de Primera Instancia y la territorial al del lugar en que se haya dictado el laudo (art. 545.2 LEC).

3) Ejecución basada en títulos extrajudiciales

La competencia objetiva corresponde a los Juzgados de Primera Instancia. En cuanto a la competencia territorial, la LEC permite al ejecutante elegir entre los siguientes fueros (art. 545.3 LEC):

1º El domicilio y demás fueros generales del ejecutado con arreglo a lo previsto en los arts. 50 y 51 LEC.

2º El lugar de cumplimiento de la obligación, según el título.

3º Cualquier lugar en que se encuentren bienes del ejecutado que puedan ser embargados.

Hay que tener en cuenta, además, las siguientes reglas adicionales:

a) Si hubiese varios ejecutados, el ejecutante podrá elegir el Juzgado que corresponda al fuero general de cualquiera de ellos o el del lugar en que se encuentren bienes embargables de cualquiera de los ejecutados (art. 545.3, II LEC).

b) En los procesos de ejecución de títulos extrajudiciales no es aplicable la sumisión, expresa o tácita (art. 545.3, I, i.f. LEC).

c) Para los procesos de ejecución que tengan por objeto exclusivo la realización de una garantía real (prenda o hipoteca), la competencia se determina con arreglo a lo dispuesto en el art. 684 de la LEC.

d) Aunque el título no sea extrajudicial, se aplican las mismas reglas para la ejecución del auto de cantidad máxima a que se refiere el art. 517.2.8º LEC.

Tratamiento de la competencia

El tratamiento procesal de la competencia es el que corresponde, en general, a los diversos tipos de reglas que la determinan (objetiva, territorial o funcional). Existen, no obstante, algunas reglas especiales que afectan, fundamentalmente, al tratamiento procesal de la competencia territorial para el proceso de ejecución:

1) Examen de oficio de la competencia territorial

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Antes de despachar ejecución, el tribunal debe examinar de oficio su competencia territorial, atendiendo exclusivamente a los datos que resulten de la propia demanda, del título ejecutivo y de los demás documentos aportados. Si el tribunal entendiera que no es territorialmente competente, debe dictar auto absteniéndose de despachar ejecución e indicando al ejecutante el tribunal ante el que deba presentar la demanda (art. 546.1 LEC). El auto que deniega el despacho de la ejecución por falta de competencia territorial es recurrible directamente en apelación, sin perjuicio de previa reposición facultativa y sustanciándose los recursos sólo con el ejecutante (arts. 546.1, i.f. y 552.2 LEC). Una vez despachada ejecución el tribunal no podrá, de oficio, revisar su competencia territorial (art. 546.2 LEC).

2) Declinatoria

El ejecutado podrá impugnar la competencia territorial mediante declinatoria (art. 547 LEC). El plazo para proponer la declinatoria es de cinco días a contar desde la primera notificación que se haga al ejecutado en el proceso de ejecución. La declinatoria se sustancia y se decide igual que en el proceso de declaración, conforme a lo previsto en el art. 65 LEC.

Actuación del tribunal en la ejecución forzosa

En los procesos de ejecución los actos más importantes del tribunal son las resoluciones judiciales, pero en estos procesos tienen más peso que en los de declaración las resoluciones del Secretario Judicial.

1) Corresponde al titular del órgano jurisdiccional (el juez): (i) dictar la orden general de ejecución por la que se autoriza y despacha la misma; (ii) decidir sobre oposición a la ejecución definitiva basada en motivos procesales o de fondo; (iii) resolver las tercerías de dominio; (iv) las demás resoluciones que le confíe expresamente la LEC (art. 545.5 LEC).

2) Corresponde al Secretario Judicial: (i) la concreción de los bienes del ejecutado a los que ha de extenderse el despacho de la ejecución, (ii) la adopción de todas las medidas necesarias para la efectividad del despacho de la ejecución, (iii) ordenar los medios de averiguación patrimonial, así como (iii) acordar las medidas ejecutivas concretas que procedan (art. 545.4 LEC).

Las partes en el proceso de ejecución

Concepto

Son parte en el proceso de ejecución la persona o personas que piden y obtienen el despacho de la ejecución y la persona o personas frente a las que ésta se despacha (art. 538.1 LEC).

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Legitimación

1) Legitimación activa

Corresponde a quien aparezca como acreedor en el título ejecutivo. El tribunal sólo debe despachar ejecución si lo solicita un sujeto que aparezca como acreedor en el título (art. 538.2 LEC).

2) Legitimación pasiva

La legitimación pasiva en el proceso de ejecución corresponde a:

a) Quien aparezca como deudor en el título (art. 538.2.1º LEC), y a

b) Quien, sin figurar como deudor en el título se encuentre en alguna de las situaciones siguientes: (i) responda personalmente de la deuda por disposición legal o en virtud de afianzamiento acreditado mediante documento público (art. 538.2.2º LEC); (ii) resulte ser propietario de los bienes especialmente afectos al pago de la deuda en cuya virtud se procede, siempre que tal afección derive de la Ley o se acredite mediante documento fehaciente; la ejecución se concretará, respecto de estas personas, a los bienes especialmente afectos (art. 538.2.3º LEC).

3) Reglas especiales sobre legitimación

En caso de sucesión (art. 540 LEC)

La legitimación de quienes aparezcan como acreedor y deudor en el título se extiende también a los sucesores de éstos, aunque los sucesores no aparezcan designados en el título ejecutivo (art. 540.1 LEC). La sucesión deberá justificarse al tribunal conforme a lo previsto en el art. 540.2 y 3 LEC.

Ejecución sobre bienes gananciales (art. 541 LEC)

Cuando en el título ejecutivo aparezca como deudor uno sólo de los cónyuges y deban embargarse bienes gananciales, el art. 541 de la LEC dispone lo siguiente: (i) la demanda ejecutiva deberá dirigirse y la ejecución se despachará exclusivamente frente al cónyuge que aparezca como deudor en el título (art. 541.1 LEC); (ii) pueden embargarse bienes gananciales, en cuyo caso se notificará la traba al cónyuge no deudor (art. 541.2 y 3 LEC); (iii) el cónyuge notificado podrá interponer los recursos y usar de los medios de impugnación de que dispone el ejecutado para la defensa de los intereses de la comunidad de gananciales (art. 541.4 LEC); (iv) además de lo anterior, en función del tipo de deuda por la que se siga la ejecución, el cónyuge no deudor podrá formular oposición a la ejecución (cuando se trate de una deuda contraída por el cónyuge que figure como deudor en el título, pero de la que deba responder la sociedad de gananciales) o bien pedir la disolución de la sociedad conyugal (cuando se trate de una deuda propia del cónyuge que figure como deudor en el título de la que

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sólo deba responder la sociedad de gananciales previa excusión de los bienes privativos del cónyuge deudor) (art. 541.3 LEC).

Ejecución frente al deudor solidario (art. 542 LEC)

Sólo podrá despacharse la ejecución frente a deudores solidarios que, en tal concepto, figuren en el título ejecutivo.

Asociaciones o entidades temporales (art. 543 LEC)

La ejecución se despachará, como regla, frente a la asociación o entidad temporal. Solamente se podrá dirigir contra los socios, miembros o integrantes (i) si, por acuerdo de éstos o por disposición legal, respondieran solidariamente de los actos de la unión o agrupación, o (ii) si la ley expresamente estableciera el carácter subsidiario de la responsabilidad de los miembros o integrantes de las uniones o agrupaciones, en cuyo caso será preciso acreditar para el despacho de la ejecución la insolvencia de éstas.

Entidades sin personalidad jurídica (art. 544 LEC)

Se puede despachar la ejecución frente a los socios, miembros o gestores que hayan actuado en el tráfico jurídico en nombre de la entidad, siempre que se acredite cumplidamente, a juicio del tribunal, (i) la condición de socio, miembro o gestor y (ii) la actuación de dicho sujeto ante terceros en nombre de la entidad.

Postulación

En el proceso de ejecución las partes deben actuar con Abogado y Procurador. Esta regla solamente tiene las siguientes excepciones: (i) ejecución de resoluciones dictadas en procesos en que no sea preceptiva la intervención de dichos profesionales (juicios verbales de menos de 2000 euros), y (ii) ejecución derivada de procesos monitorios cuando la cantidad por la que se despache ejecución no sea superior a 2000 euros (art. 539.1 LEC).

Personación

Aunque la condición de parte se tiene desde que se despacha la ejecución, para participar efectivamente en el proceso las partes tienen que personarse en forma en las actuaciones.

El ejecutante se persona al presentar la demanda ejecutiva. Al ejecutado se le notifica el despacho de la ejecución y puede personarse en cualquier momento para defender sus derechos (son frecuentes los procesos de ejecución en que el ejecutado no se persona).

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Pluralidad de sujetos en las posiciones de ejecutante y ejecutado

1) Pluralidad de ejecutantes

La pluralidad de ejecutantes en un proceso de ejecución se puede producir por las siguientes causas:

a) Cuando en el título aparecen varios sujetos en la posición de acreedor y todos ellos promueven conjuntamente la ejecución.

b) En caso de acumulación de varios procesos de ejecución promovidos por distintos acreedores (art. 555.2 LEC).

c) En caso de tercería de mejor derecho: el tercerista pasa a ocupar la posición de ejecutante junto al acreedor que promovió la ejecución (art. 616.2 LEC).

2) Pluralidad de ejecutados

La pluralidad de ejecutados en un proceso de ejecución se produce cuando se despacha la ejecución frente a varios sujetos pasivamente legitimados (por figurar todos en el título; o frente a deudor y fiador; o frente al deudor y al dueño de bienes especialmente afectos al cumplimiento de la obligación).

Los terceros respecto del proceso de ejecución

Hay ciertos terceros cuyos derechos o intereses pueden verse amenazados por un proceso de ejecución seguido entre otros sujetos y a los que la ley tiene en cuenta, permitiéndoles actuar en el proceso en defensa de sus derechos o intereses amenazados. Se encuentran en este caso:

1) Los dueños de bienes embargados

Cabe distinguir dos casos:

Cuando se embargó el bien como consecuencia de una falsa apariencia de pertenencia al ejecutado el verdadero dueño del bien puede pedir el alzamiento del embargo mediante la tercería de dominio.

Cuando se trata de bienes que pertenecen a un tercer poseedor, esto es, a un sujeto que no es el deudor, pero que responde de la deuda con algún bien de su pertenencia; en este caso la demanda ejecutiva debe dirigirse frente al tercer poseedor y, si no se ha hecho, el tercer poseedor podrá intervenir en la ejecución con las mismas facultades que el ejecutado (arts. 538.3 y 662 LEC).

2) Terceros acreedores del ejecutado

Conviene distinguir dos casos:

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Los terceros acreedores del ejecutado que tengan un derecho a cobrar con preferencia al ejecutante pueden hacer valer su preferencia mediante la tercería de mejor derecho.

Los terceros acreedores del ejecutado que no tengan derecho a cobrar con preferencia al ejecutante, pueden tener en ciertos casos derecho a percibir el sobrante que quede después de pagar al ejecutante y se les permite intervenir en la ejecución para velar por su interés en que haya sobrante (arts. 639.4, 640.3, 641.3 y 659 LEC).

3) Ocupantes de inmuebles que vayan a ser enajenados en la ejecución

A estos sujetos se les da la oportunidad de ser oídos antes de que el tribunal decida si tienen o no derecho a permanecer en el inmueble después de la enajenación forzosa (arts. 661 y 675 LEC).

La demanda ejecutiva

Concepto

La demanda ejecutiva es el acto mediante el que se promueve el proceso de ejecución. Todo proceso de ejecución se promueve mediante demanda ejecutiva y se inicia mediante auto que despacha la ejecución

Contenido de la demanda ejecutiva

1) Identificación de las partes

La demanda ejecutiva debe identificar:

a) Al ejecutante, así como a su Procurador y a su Abogado (art. 399.1 y 2 LEC).

b) A la persona o personas frente a las que se pretenda el despacho de la ejecución, expresando sus circunstancias identificativas. (art. 549.1.5º LEC)

2) Fundamentación de la demanda

La fundamentación de la demanda ejecutiva debe incluir:

a) La referencia al título ejecutivo (art. 549.1.1º LEC)

b) La cita de los preceptos legales relativos a la competencia del Juzgado, fuerza ejecutiva del título, legitimación de las partes y procedencia del despacho de la ejecución.

c) Cuando sea necesario, los datos adicionales precisos para justificar (i) la legitimación (en casos de sucesión, fiadores, etc.), (ii) la reclamación de intereses, (iii) la cantidad reclamada en casos de ejecución por saldo de operaciones o de intereses variables, (iv)

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el importe que se pida para intereses y costas de la ejecución, (v) la identificación y pertenencia al deudor de los bienes cuyo embargo se solicite o, en fin, (vi) la procedencia y contenido de las medidas de investigación patrimonial que se pidan.

3) Peticiones

La súplica de la demanda ejecutiva debe indicar:

a) La tutela ejecutiva que se pretende, en relación con el título ejecutivo que se aduce, precisando, en su caso, la cantidad que se reclame (art. 549.1.2º LEC).

b) Peticiones complementarias, que pueden consistir en: (i) designación de bienes y petición de embargo (art. 549.1.3º LEC), o (ii) petición de medidas de localización e investigación de bienes (art. 549.1.4º LEC).

Documentos que han de acompañar a la demanda ejecutiva

Con la demanda ejecutiva deben presentarse, como regla general, los siguientes documentos:

1) El documento que acredite la representación del procurador (art. 550.1.2º LEC).

2) El título ejecutivo (art. 550.1.1º LEC).

3) Otros documentos exigidos para casos especiales (art. 550.1.4º LEC). Se encuentran en este caso: (i) el documento público que acredite el afianzamiento, si se pide el despacho de la ejecución frente al fiador; (ii) el documento fehaciente que acredite la afección del bien, si se pide ejecución frente a un tercer poseedor; (iii) el documento fehaciente que acredite la sucesión; (iv) el documento con fuerza ejecutiva que acredite la solidaridad de la deuda; (v) los documentos que acrediten los precios o cotizaciones aplicados para el cómputo en dinero de deudas no dinerarias (art. 550.1.3º LEC); (vi) la certificación de la entidad acreedora y demás documentos exigidos en ejecuciones por saldo de cuenta y por intereses variables.

4) Facultativamente, otros documentos que el ejecutante considere útiles o convenientes para el mejor desarrollo de la ejecución (art. 550.2 LEC).

Demanda ejecutiva en caso de ejecución de resoluciones judiciales

En este caso el contenido de la demanda ejecutiva se simplifica pues basta que se incluya: (i) solicitud del despacho de la ejecución y (ii) la identificación de la sentencia o resolución cuya ejecución se pretenda (art. 549.2 LEC).

Respecto a los documentos a acompañar, (i) no es necesario que se aporte el título, pues al ser una resolución del tribunal ya consta en éste (art. 550.1.1º LEC), (ii) ni tampoco el poder del Procurador, cuando sea el mismo que representó al acreedor en el proceso de declaración (art. 550.1.2º LEC).

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El despacho de la ejecución

Decisión inmediata sobre el despacho de la ejecución

El tribunal debe resolver sobre el despacho de la ejecución a la vista de la demanda ejecutiva y documentación que se acompañe, de manera inmediata y sin oír previamente al ejecutado (inaudita parte debitoris).

Comprobación de los requisitos necesarios para el despacho de la ejecución

Antes de resolver el tribunal debe comprobar:

1) La concurrencia de los presupuestos y requisitos procesales (jurisdicción y competencia, personalidad del ejecutante) (art. 551.1 LEC).

2) La regularidad formal del título ejecutivo, atendiendo a los requisitos de forma y de contenido exigidos legalmente. Este control es especialmente importante en caso de títulos extrajudiciales (art. 551.1 LEC).

3) La conformidad de la tutela ejecutiva que se pretende con la naturaleza y contenido del título, verificando que todas las peticiones que se formulan en la demanda están amparadas en el título o directamente en la ley (legitimación activa y pasiva, adecuación de la tutela que se pretende al contenido del título) (art. 551.1 LEC).

4) El cumplimiento de requisitos temporales, que incluyen (i) la caducidad de la acción ejecutiva, en caso de resoluciones judiciales o arbitrales (plazo de cinco años establecido en el art. 518 LEC); y (ii) el plazo de espera de 20 días antes de despachar ejecución por resoluciones judiciales o arbitrales (art. 548 LEC).

Denegación del despacho de la ejecución

Si no concurren los presupuestos y requisitos legalmente exigidos, y previa oportunidad de subsanación no aprovechada, en su caso, el tribunal dictará auto denegando el despacho de la ejecución.

Frente al auto que deniega el despacho de la ejecución cabe recurso de apelación previa reposición facultativa. Estos recursos se sustancian sólo con el acreedor (art. 552.2 LEC).

Orden general de ejecución y despacho de la misma

El tribunal, por medio de auto, dictará la orden general de ejecución acordando el despacho de la misma cuando entienda (i) que concurren todos los presupuestos procesales, (ii) que el título ejecutivo es completo y no adolece de irregularidades

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formales y, en fin, (iii) que la tutela ejecutiva pretendida es conforme con la naturaleza y contenido del título (art. 551.1 LEC).

El auto que contenga la orden general de ejecución y acuerde el despacho de ésta debe expresar: (i) la persona o personas a cuyo favor se despacha la ejecución y la persona o personas contra quien se despacha ésta; (ii) si la ejecución se despacha en forma mancomunada o solidaria; (iii) la cantidad, en su caso, por la que se despacha la ejecución, por todos los conceptos; (iv) las precisiones que resulte necesario realizar respecto de las partes o del contenido de la ejecución, según lo dispuesto en el título ejecutivo, y asimismo respecto de los responsables personales de la deuda o propietarios de bienes especialmente afectos a su pago o a los que ha de extenderse la ejecución, según lo establecido en el artículo 538 de la LEC (art. 551.2 LEC).

Decreto del Secretario Judicial sobre medidas ejecutivas

Después de la orden general de ejecución y el despacho de la misma, en el mismo día o en el siguiente hábil, el Secretario judicial responsable de la ejecución debe dictar un decreto que expresará: (i) las medidas ejecutivas concretas que resultaren procedentes, incluido si fuera posible el embargo de bienes; (ii) las medidas de localización y averiguación de los bienes del ejecutado que procedan, conforme a lo previsto en los artículos 589 y 590 de la LEC; y (iii) el contenido del requerimiento de pago que deba hacerse al deudor; en los casos en que la ley establezca este requerimiento (art. 551.3 LEC).

Notificación al ejecutado

El auto que contenga la orden general de ejecución o acuerde el despacho de ésta, así como el decreto del Secretario judicial sobre medidas ejecutivas, junto con copia de la demanda ejecutiva, serán notificados al ejecutado. La notificación se hará al procurador del ejecutado, cuando conste su representación en las actuaciones.

El ejecutado no será citado ni emplazado, pero podrá personarse en la ejecución en cualquier momento, entendiéndose con él, en tal caso, las ulteriores actuaciones (art. 553 LEC).

Recursos

Contra el auto que autoriza y despacha la ejecución no se da recurso alguno; el ejecutado puede impugnarlo promoviendo incidente de oposición a la ejecución, dentro de los diez días siguientes a la notificación (art. 551.4 LEC).

Contra el decreto dictado por el Secretario judicial cabrá interponer recurso directo de revisión, sin efecto suspensivo, ante el Tribunal que hubiere dictado la orden general de ejecución (art. 551.5 LEC).

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Acumulación de ejecuciones

La LEC contempla la acumulación de varios procesos de ejecución en uno solo, distinguiendo los siguientes casos:

1) Acumulación de procesos de ejecución pendientes entre el mismo acreedor ejecutante y el mismo deudor ejecutado. En este caso la acumulación es imperativa y se acordará por el Secretario judicial de oficio o a instancia de cualquiera de las partes (art. 555.1 LEC).

2) Acumulación de procesos de ejecución promovidos por distintos ejecutantes frente al mismo ejecutado. En este caso la acumulación podrá acordarse a instancia de cualquiera de los ejecutantes, si el Secretario judicial competente en el proceso más antiguo lo considera más conveniente para la satisfacción de todos los acreedores ejecutantes (art. 555.2 LEC).

3) Acumulación de ejecuciones que se dirijan exclusivamente sobre bienes especialmente hipotecados. Esta acumulación sólo es posible cuando todas las ejecuciones que se acumulen se sigan para hacer efectivas garantías hipotecarias sobre los mismos bienes (art. 555.4 LEC).

En todos los casos de acumulación de ejecuciones, las solicitudes de acumulación se tramitarán según lo previsto en la LEC para la acumulación de procesos de declaración (arts. 555.3 y 74 y siguientes LEC).

La oposición a la ejecución

Desde que se le notifica el auto que contiene la orden general de ejecución y el despacho de ésta, el ejecutado dispone de un plazo de diez días durante el cual puede promover un incidente de oposición a la ejecución. La oposición puede basarse en: (i) defectos procesales y (ii) motivos de fondo (inexistencia de la acción ejecutiva).

Oposición a la ejecución por defectos procesales

La oposición a la ejecución se puede basar en los siguientes defectos procesales: (i) carecer el ejecutado del carácter o representación con que se le demanda; (ii) falta de capacidad o de representación del ejecutante o no acreditar el carácter o representación con que demanda; (iii) nulidad radical del despacho de la ejecución por no contener la sentencia o el laudo arbitral pronunciamientos de condena, o porque el laudo o el acuerdo de mediación (o el documento presentado) no cumpla los requisitos legales exigidos para llevar aparejada ejecución, o por infracción, al despacharse ejecución, de lo dispuesto en el artículo 520; y (iv) la falta de autenticidad del laudo, cuando el laudo no haya sido protocolizado notarialmente (art. 559.1 LEC).

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Oposición a la ejecución por motivos de fondo: diferentes regímenes según la clase de título

Los motivos en que puede basarse la oposición de fondo varían en función de la clase de título en que se base la ejecución:

Ejecución de títulos judiciales.

La oposición de fondo a la ejecución de títulos judiciales solamente puede basarse en los siguientes motivos: (i) pago o cumplimiento de lo ordenado en la sentencia, realizado con posterioridad a ésta, que habrá de justificarse documentalmente; (ii) caducidad de la acción ejecutiva, y (iii) los pactos y transacciones que se hubiesen convenido para evitar la ejecución, siempre que dichos pactos y transacciones consten en documento público (art. 556.1 LEC).

Ejecución de títulos extrajudiciales.

La oposición de fondo a la ejecución de títulos extrajudiciales puede basarse en los siguientes motivos: (i) pago, que se pueda acreditar documentalmente; (ii) compensación de crédito líquido que resulte de documento que tenga fuerza ejecutiva; (iii) pluspetición o exceso en la computación a metálico de las deudas en especie; (iv) prescripción y caducidad; (v) quita, espera o pacto o promesa de no pedir, que conste documentalmente; y (vi) transacción, siempre que conste en documento público (art. 557 LEC).

Ejecución del auto de cantidad máxima.

Cuando la ejecución se base en el auto de cantidad máxima del art. 517.1.8º de la LEC, la oposición de fondo podrá basarse en todas las causas de oposición previstas para títulos extrajudiciales y además en las siguientes: (i) culpa exclusiva de la víctima; (ii) fuerza mayor extraña a la conducción o al funcionamiento del vehículo; y (iii) concurrencia de culpas (art. 556.3 LEC).

Tramitación de la oposición

1) Escrito promoviendo el incidente

La oposición a la ejecución se promueve por escrito que debe presentarse en el plazo de diez días desde la notificación del despacho de la ejecución (arts. 556.1 y 557.1 LEC).

El escrito de oposición debe expresar todos los motivos en que la oposición se funde, procesales y de fondo; si se alegan motivos de fondo se puede solicitar la celebración de vista (art. 560,II LEC).

2) Efectos de la admisión a trámite de la oposición

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Cuando se trata de ejecución de títulos judiciales la admisión a trámite de la oposición no suspende el curso de la ejecución (art. 556.2 LEC).

Si se trata de ejecución de títulos extrajudiciales o del auto de cantidad máxima, la admisión a trámite de la oposición sí suspende el curso de la ejecución (arts. 556.3 y 557.2 LEC).

3) Alegaciones del ejecutante sobre los motivos de oposición basados en defectos procesales

Si se hubiesen alegado motivos de oposición basados en defectos procesales, el ejecutante podrá formular alegaciones sobre dichos motivos por escrito, en el plazo de 5 días (art. 559.2 LEC).

4) Trámite de subsanación

Si el defecto procesal alegado fuese subsanable, el tribunal concederá al ejecutante un plazo de subsanación de 10 días (art. 559.2 LEC).

5) Auto resolviendo sobre los defectos procesales

Concluidos los trámites de alegaciones del ejecutante y, en su caso, de subsanación, el tribunal debe resolver mediante auto sobre los defectos procesales alegados como motivo de oposición. Caben las siguientes posibilidades:

a) Si se aprecian defectos insubsanables o no subsanados, se dicta auto poniendo fin a la ejecución con costas para el ejecutante.

b) Si se desestima la oposición basada en defectos procesales, se dicta auto que ordenará: (i) que siga adelante la ejecución, si no se alegaron motivos de oposición de fondo (art. 559.2, II LEC), o (ii) que continúe la tramitación del incidente de oposición, si se alegaron motivos de fondo (art. 560 LEC, primer párrafo).

6) Alegaciones del ejecutante sobre los motivos de fondo

El ejecutante podrá formular alegaciones sobre los motivos de fondo en que se base la ejecución por escrito, en el plazo de cinco días desde el traslado del escrito de oposición, si no se alegaron motivos basados en defectos procesales o desde la notificación de la resolución que desestime la oposición basada en defectos procesales, en otro caso (art. 560, I LEC). Al formular sus alegaciones, el ejecutante puede solicitar la celebración de vista (art. 560, II LEC).

7) Vista

Solamente se celebrará vista cuando el tribunal estime que la oposición no puede resolverse con los documentos aportados. La vista se desarrollará conforme a lo previsto para el juicio verbal (art. 560, II, III y IV LEC).

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8) Auto resolviendo sobre la oposición de fondo

La oposición de fondo se resolverá por el tribunal por medio de auto, que tendrá uno de los siguientes contenidos:

a) Declarar procedente que la ejecución siga adelante, cuando se desestime la oposición completamente, con condena en costas al ejecutado, o cuando se estime sólo parcialmente, sin condena en costas (art. 561.1.1ª LEC).

b) Declarar que no procede la ejecución, cuando se estime completamente algún motivo de oposición, con condena en costas al ejecutante (art. 561.1.2ª y 2 LEC).

Contra el auto que resuelva la oposición cabe recurso de apelación. La apelación contra el auto que desestime la oposición no suspende la ejecución. En caso de apelación contra el auto que estime la oposición a la ejecución se podrán mantener los embargos y sus medidas de garantía hasta que se resuelva el recurso, siempre que el ejecutante preste caución suficiente (art. 561.3 LEC).

La impugnación de actos ejecutivos concretos

Ejecutante y ejecutado pueden impugnar actos ejecutivos concretos que consideren contrarios a Derecho, bien porque infrinjan normas legales, bien porque sean contradictorios con el título ejecutivo (el embargo de un determinado bien; la fijación del valor de un bien a efectos de subasta, la imposición de una multa coercitiva, etc.).

1) Infracción de normas procesales

Las vías procesales para impugnar actos ejecutivos que infrinjan normas legales son (art. 562 LEC):

1º. Recurso de reposición si la infracción constara o se cometiera en resolución del Tribunal de la ejecución o del Secretario judicial.

2º. Recurso de apelación en los casos en que expresamente se prevea en la LEC

3º. Mediante escrito dirigido al Tribunal si no existiera resolución expresa frente a la que recurrir; en el escrito se expresará con claridad la resolución o actuación que se pretende para remediar la infracción alegada.

2) Actos contradictorios con el título ejecutivo

Para impugnar actos ejecutivos que sean contradictorios con el título ejecutivo cabe utilizar las siguientes vías (art. 563 LEC):

a) Recurso de reposición y, si se desestima, de apelación, cuando se impugnen resoluciones judiciales.

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b) Recurso reposición seguido, en su caso, de recurso de revisión ante el tribunal y, si se desestima, recurso de apelación, cuando se impugnen resoluciones del Secretario judicial.

La parte recurrente podrá pedir la suspensión de la actividad ejecutiva impugnada, que se concederá si presta caución suficiente para responder de los daños que el retraso en la ejecución pueda causar a la otra parte.

Suspensión y término de la ejecución

El proceso de ejecución sólo se puede suspender por las siguientes causas:

1) Por acuerdo de todas las partes personadas en el proceso (principio dispositivo) (art. 565, I LEC).

2) En los casos expresamente previstos en la Ley:

a) Oposición a la ejecución en ejecuciones por título extrajudicial o por auto de cantidad máxima (arts. 557.1 y 556.3 LEC).

b) Admisión de demanda de revisión o de rescisión de la sentencia de cuya ejecución se trate (art. 566 LEC). La suspensión por esta causa no es automática, sino que requiere (i) instancia de parte, (ii) informe de Ministerio Fiscal (en caso de revisión), (iii) que quien la solicite preste caución y, además, (iv) que el tribunal la considere aconsejable.

c) Concurso del ejecutado (art. 568 LEC). Se suspenderá la ejecución en el estado en que se halle en cuanto conste en el procedimiento la declaración de concurso.

d) Prejudicialidad penal, por “hechos de apariencia delictiva que, de ser ciertos, determinarían la falsedad o nulidad del título o la invalidez o ilicitud del despacho de la ejecución”. La suspensión requiere (i) que haya un proceso penal pendiente en el que se estén efectivamente investigando esos hechos, (ii) se acuerda por el tribunal previa audiencia de las partes y del Ministerio Fiscal y (iii) puede ser evitada por el ejecutante prestando caución suficiente para responder de lo que perciba y de los daños y perjuicios que la ejecución produzca al ejecutado (art. 569 LEC).

La ejecución forzosa termina cuando se consigue la completa satisfacción del acreedor ejecutante. La terminación del proceso de ejecución por esta causa se acuerda por decreto del Secretario judicial, contra el cual podrá interponerse recurso directo de revisión (art. 570 LEC).

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Ejecución no dineraria

La ejecución no dineraria: concepto y características generales

Se denomina ejecución no dineraria al proceso de ejecución que tiene por objeto satisfacer un derecho del ejecutante cuyo contenido es distinto de la entrega de una cantidad de dinero. En general, la ejecución no dineraria puede tener por objeto pretensiones ejecutivas relativas a prestaciones de entrega de cosas que no consistan en una cantidad de dinero, prestaciones de hacer y prestaciones de no hacer.

En la ejecución no dineraria el título ejecutivo es siempre judicial (sentencia firme de condena, laudo arbitral firme o transacción judicial). Los documentos no judiciales que menciona el art. 517 LEC sólo son título de ejecución cuando se refieren a deudas pecuniarias (art. 520 LEC).

Reglas comunes a toda ejecución no dineraria

La ejecución no dineraria se promueve mediante demanda ejecutiva y comienza mediante auto que despacha la ejecución. El despacho de la ejecución se notifica al ejecutado, quien podrá formular oposición en el plazo de diez días. Sobre estas cuestiones rigen las normas comunes a todo proceso de ejecución (arts. 548 y sigs. LEC).

Las peculiaridades de la ejecución no dineraria se refieren a las actuaciones subsiguientes al despacho de la ejecución. En este sentido, en los procesos de ejecución no dineraria cabe distinguir los siguientes tipos de actuaciones:

1) Como no se trata, al menos en principio, de obtener dinero para entregarlo al ejecutante, las actuaciones ejecutivas se dirigen, en primer lugar, a intentar que el ejecutante reciba exactamente la prestación a que tiene derecho según el título (que se le entregue la cosa o que el deudor realice la prestación de hacer a la que esté obligado).

2) Sólo cuando las anteriores medidas no resultan efectivas, se sustituye la prestación no dineraria por un equivalente pecuniario, que se satisface al ejecutante mediante embargo y realización forzosa de bienes del deudor.

3) Finalmente, tanto si la prestación debida se satisface en sus propios términos como si se sustituye por su equivalente pecuniario, en los procesos de ejecución no dineraria suele ser necesario obtener dinero (mediante embargo y realización forzosa) para el pago de las costas y, en ocasiones, para indemnizar al ejecutante daños y perjuicios.

La LEC prevé ciertas medidas ejecutivas que son comunes a todo proceso de ejecución no dineraria, sea cual sea el contenido de la prestación (excepto si se trata de prestación de no hacer):

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1) Requerimiento al ejecutado para que cumpla en sus propios términos lo que establezca el título ejecutivo, dentro del plazo que el tribunal estime adecuado; ese requerimiento se acuerda en el auto que despacha la ejecución (art. 699 LEC).

2) Medidas de garantía que resulten adecuadas para asegurar la efectividad de la condena, que sólo se adoptan a instancia del ejecutante y si el Secretario judicial las juzga necesarias (art. 700 I LEC).

3) Embargo de bienes del ejecutado en cantidad suficiente para asegurar el pago de las eventuales indemnizaciones sustitutorias y las costas procesales. El Secretario judicial debe acordar este embargo si el ejecutante lo solicita (art. 700 II y III LEC). Contra el decreto que acuerde el embargo cabe recurso directo de revisión.

La ejecución no dineraria termina si el ejecutado, dentro del plazo que el tribunal le haya concedido, realiza la prestación a que se refiera el título. En otro caso, la ejecución continúa, pero a partir de aquí las medidas ejecutivas son diferentes según cuál sea el contenido de la prestación.

Ejecución por deberes de entregar cosas

Entrega de cosas genéricas o indeterminadas

Si el ejecutado no cumple el requerimiento dentro del plazo, el Secretario judicial acordará, a elección del ejecutante, alguna de las medidas siguientes:

1) Poner al ejecutante en posesión de las cosas debidas: esta medida resultará apropiada cuando el ejecutado disponga de las cosas en cuestión (v.gr., ha de entregarse una tonelada de trigo y el ejecutado tiene esa cantidad de cereal en un granero de su propiedad) (art. 702.1 LEC).

2) Facultar al ejecutante para que adquiera las cosas debidas a costa del ejecutado, ordenando al mismo tiempo el embargo de bienes suficientes para pagar la adquisición (art. 702.1 LEC).

3) Cuando el ejecutante manifieste que la adquisición tardía de las cosas genéricas o indeterminadas no satisface su interés, se determinará el equivalente pecuniario de la prestación y se liquidará la indemnización de daños y perjuicios. Las cantidades correspondientes se entregarán al ejecutante mediante embargo y realización forzosa de bienes del ejecutado (art. 702.2 LEC).

Entrega de bien mueble determinado

Cuando el ejecutado no efectúe la entrega dentro del plazo que se le señale en el auto que despacha la ejecución, se adoptarán las medidas siguientes:

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1) Si el bien mueble que ha de ser entregado existe y puede ser habido, el Secretario judicial pondrá al ejecutante en posesión del bien; para ello podrá emplear los apremios que el secretario judicial crea precisos. Si para hacer la entrega fuese necesaria la entrada en lugares cerrados el Secretario judicial deberá recabar la autorización del tribunal y podrá pedir el auxilio de la fuerza pública (art. 701.1 LEC). Para averiguar la localización del bien, el Secretario judicial interrogará al ejecutado o a terceros que puedan tener noticia sobre su paradero (art. 701.2 LEC).

2) Si la cosa que deba entregarse al ejecutante no puede ser habida, se sustituye la entrega por una “justa compensación pecuniaria” que se satisface al ejecutante previo embargo y realización forzosa de bienes del deudor (art. 701.3 LEC).

Entrega de bien inmueble

Para la efectividad de condenas a entregar bienes inmuebles la LEC prevé dos medidas:

1) Adecuación del Registro de la Propiedad a lo que disponga el título ejecutivo, disponiendo el Secretario judicial lo que sea necesario a tal efecto (art. 703.1 LEC).

2) Lanzamiento de los ocupantes y entrega de la posesión del inmueble al ejecutante.

a) Si el inmueble es la vivienda habitual del propio ejecutado o personas que de él dependan: se le concede un plazo de un mes (prorrogable por un mes más) para desalojar el inmueble y, si no lo hace, se procede al lanzamiento (art. 704.1 LEC).

b) Si el ocupante es un tercero: se le notifica la ejecución para que en el plazo de diez días presente los títulos que justifican su situación; el ejecutante podrá pedir el lanzamiento alegando que se trata de un ocupante “de mero hecho o sin título suficiente”; esta petición se sustancia y decide según lo previsto en el art. 675 (art. 704.2 LEC).

c) La LEC regula diversas incidencias que pueden presentarse en el lanzamiento en relación con objetos pertenecientes al ejecutado que se hallen en el inmueble y con la existencia de desperfectos en la finca causados por el ejecutado o los ocupantes (art. 703.1 II, 2 y 3 LEC).

Ejecución por deberes de hacer

Hacer no personalísimo

Si el ejecutado no realiza la prestación de hacer en el plazo del requerimiento, se adoptará, a elección del ejecutante, una de las siguientes medidas:

1) Facultar al ejecutante para encargar la prestación a un tercero a costa del ejecutado (art. 706.1 LEC). En este caso: (i) se valora previamente el coste de la prestación por un perito tasador designado por el Secretario judicial; (ii) se requiere al ejecutado para que deposite la cantidad en que se haya valorado la prestación; (iii) si el ejecutado no

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efectúa el depósito se procede mediante embargo y apremio para obtener la cantidad necesaria (art. 706.2 LEC).

2) Indemnizar al ejecutante los daños y perjuicios (art. 706.1 LEC), que se cuantifican con arreglo a lo previsto en los arts. 712 y sigs (art. 706.2, II LEC).

Emisión de una declaración de voluntad

Cuando la ejecución tenga por objeto una sentencia o laudo en que se condene al ejecutado a emitir una declaración de voluntad, el auto que despacha la ejecución no concede al ejecutado plazo para cumplir lo ordenado en el título (podrá hacerlo, para evitar la ejecución, dentro del plazo de 20 días del art. 548 LEC).

En estos casos, al despachar la ejecución, el tribunal acordará alguna de las siguientes medidas:

1) Si estuviesen predeterminados en el título todos los elementos del negocio o contrato a que se refiera la declaración de voluntad, el tribunal dictará auto en el que resolverá tener por emitida la declaración (art. 708.1 LEC).

2) Si el título expresara los elementos esenciales del contrato o negocio pero estuviera indeterminado algún elemento no esencial, el tribunal dará audiencia a las partes y dictará auto teniendo por emitida la declaración y fijando los elementos no esenciales de que se trate (art. 708.2, I LEC).

3) Si la indeterminación afecta a elementos esenciales del negocio o contrato no se dictará auto teniendo por emitida la declaración y, en su lugar, se determinará, se hará efectiva mediante embargo y apremio y se entregará al ejecutante la correspondiente indemnización de daños y perjuicios (art. 708.2, II LEC).

Hacer personalísimo

Durante el plazo del requerimiento, el ejecutado puede presentar al tribunal alegaciones encaminadas a poner de manifiesto que la prestación debida no es personalísima (art. 709.1 LEC).

Si, transcurrido el plazo, el ejecutado no realiza la prestación, el ejecutante, a su elección, pedirá al tribunal una de las siguientes medidas:

1) Que se apremie al ejecutado con multas coercitivas mensuales hasta que realice la prestación debida (art. 709.1 LEC).

2) Que se le entregue un equivalente pecuniario de la prestación debida (art. 709.1 LEC).

El tribunal resolverá, teniendo en cuenta en su caso las alegaciones que el ejecutado hubiese efectuado en el plazo del requerimiento:

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a) Si considera que la prestación es personalísima, acordará la medida que haya pedido el ejecutante (art. 709.1 LEC).

b) Si considera que la prestación no es personalísima, ordenará seguir la ejecución con arreglo a lo dispuesto para las condenas de hacer no personalísimo (art. 706 LEC).

Cuando se acuerden multas coercitivas mensuales, se impondrán durante un año, si el ejecutado no realiza antes la prestación; transcurrido el año, se sustituye la prestación debida por la entrega al ejecutante de su equivalente pecuniario (art. 709.3 LEC).

Si el ejecutante no pide multas mensuales y opta, desde el principio, por el equivalente pecuniario, se obtiene éste mediante embargo y apremio y, además, se impone al ejecutado una multa única (art. 709.2 LEC).

Ejecución por condenas de no hacer

La ejecución de condenas de no hacer comprenderá, según los casos, alguna o varias de las siguientes medidas:

1) Requerimiento al ejecutado para que deshaga lo mal hecho: para la efectividad de este requerimiento podrá intimarse al ejecutado con multas coercitivas mensuales (art. 710.1 y 2 LEC).

2) Requerimiento al ejecutado para que se abstenga de reiterar el quebrantamiento de la condena con apercibimiento de incurrir en delito de desobediencia a la autoridad judicial (art. 710.1 LEC).

3) Indemnización de los daños y perjuicios que el quebrantamiento de la condena de no hacer haya causado al ejecutante (art. 710.1 y 3 LEC).

Jaime Vegas Torres (2014)