El Psicoanalista y Su Fantasía Sexual

8/19/2019 El Psicoanalista y Su Fantasía Sexual

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El psicoanalista y su fantasía sexual

Si aceptamos el supuesto freudiano que arma que “la civilización se ha

edicado en gran medida sobre energía erótica bloqueada, concentrada,acumulada y desviada no debe resultarnos extra!o que uno de los tipos quem"s ha ayudado a la humanidad a entender el importante papel que lasexualidad e#erce en nuestra vida $y el tremendo da!o que causa la represiónsexual$ fuese un reprimido de órdago%

Sigmund &reud '()*+(-.-/ ya de chaval era mo#igato, inexpresivo, proclive acensurar, uno de esos cerebritos que sólo en lo intelectual encuentran unconsuelo% 0asta tal punto no permitía que sus emociones 1uyesen que ledesagradaba la m2sica y, siendo el mayor de seis hermanos, la prohibió en su

casa% Sin otro af"n m"s que el estudio, creció entre libros, fue el primero declase en el colegio, en el instituto, luego en la facultad de 3edicina% 4nprototipo de macho alfa que centró su energía en la investigación neurológicacon un claro deseo de sobresalir, ser admirado y recordado en los anales de lahistoria%

5 los 6+ a!os tuvo un 1echazo% 7a afortunada8 3artha, una #oven renada,mani"tica de la limpieza, con la que mantuvo un noviazgo largo y casto% Enaquellos a!os, para &reud el sexo estaba asociado a la culpa8

7a muchedumbre da rienda suelta a sus apetitos, y nosotros nos privamos detal expansión% 9os reprimimos para mantener nuestra integridad y

economizamos nuestra salud, nuestra capacidad de disfrutar con las cosas,nuestras emociones: nos ahorramos a nosotros mismos para algo, sin saberrealmente qu;% < ese h"bito de represión constante de los instintos naturalesnos presta la cualidad de renamiento =carta de &reud a 3artha, ()).>%

?@enamientoA 3"s tarde postuló que la represión sexual es la causa de todaslas neurosis% Bl mismo era un poco neurótico, se preocupaba sin razón por lasalud de 3artha% Se atormentaba pensando en la posibilidad de que sus o#erasy palidez fueran consecuencia de los abrazos que se dabanC aunque llegaronvírgenes al matrimonio%

&ue un novio y luego un marido celoso y posesivo que dio con la mu#er perfectaporque 3artha fue siempre obediente y sumisa, dedicada toda su vida aarropar a su marido en las cosas pr"cticas, madre de sus hi#os y ama de casaecaz con la que, no obstante, no compartió su pasión intelectual%

?Du; contar de sus relaciones sexualesA 9i fu ni fa al principio, y pronto elinter;s sexual declinó% En varias cartas aludió a su escasa actividad sexual,habló de impotencia o de incapacidad para alcanzar el placer% “7a excitación



sexual ya no tiene ning2n valor para mí, di#o en ()-% 7uego teorizó sobre elasunto8

@ecordaremos, ante todo, que nuestra moral sexual cultural restringe tambi;nlas relaciones sexuales dentro del matrimonio mismo, obligando a los cónyugesa satisfacerse con un n2mero muy limitado de concepciones% For esta

circunstancia no existe tampoco en el matrimonio una relación sexualsatisfactoria m"s que durante algunos a!os, de los que habr" que deduciraquellos periodos donde la mu#er debe ser respetada por razones higi;nicas% 5lcabo de estos tres o cinco a!os el matrimonio falla por completo en cuanto a lasatisfacción de las necesidades sexuales =C> es así el destino de la mayorparte de los matrimonios, que encuentran de nuevo los cónyuges transferidosal estado anterior de su enlace, pero tanto m"s pobres cuanto que han perdidouna ilusión y se encuentran su#etos de nuevo a la tarea de dominar y desviarsu instinto sexual%

Sigmund y 3artha tuvieron seis hi#os y con el matrimonio convivió la hermanasoltera de 3artha, con la que el inventor de la cura a trav;s de la palabra

hablaba m"s, daban #untos largos paseos y compartía con ella sus re1exiones%Se especuló mucho sobre si hubo lío entre ambos% 9o lo creo% @esultainverosímil dado el conservador concepto familiar de &reud, de 3artha yposiblemente de la cu!ada% &reud, que llegó a decir “Estoy a favor de una vidasexual innitamente m"s libre aunque yo, por mi parte, he hecho muy pocouso de esa libertad, nunca abandonó premisas de represión en su vida íntimay tampoco en su pr"ctica psicoanalítica% Genía cierta tirria a las manifestacionesafectivas, creía, por e#emplo que acariciar a los beb;s era una forma peligrosade estimulación sexual precoz, y consideraba nociva la masturbación, unvehículo de efectos patog;nicos% 5penas habló de su sexualidad privada, peroen sus libros y apuntes puede leerse entre líneas sus propias vivencias% Sumetodología psicoanalítica casaba como anillo al dedo con su personalidad

parapetada% El div"n le resultaba cómodo porque no soportaba el contactovisual con los pacientes, su función se limitaba a interpretar las produccionesinconscientes, una tarea eminentemente intelectual%

<o me uno a los biólogos que consideran que el secreto me#or guardado de&reud tenía que ver con ciertas tendencias homosexuales, concretamente creoque en sus deseos rondaba la fantasía de sexo oral con otro hombre% 9o creo,sin embargo, que se permitiese llevar su fantasía a la pr"ctica%

&reud realizó un profundo e#ercicio de introspección para elaborar sus tesis ytambi;n consintió que algunos de sus colegas le analizasen, pero cuando seacercaban demasiado cortaba la terapia, temeroso de que llegasen a alg2naspecto de su psique que no deseaba saliese a la luz%

0a corrido tinta sobre si ese tab2 sexual tendría que ver con ciertas tendenciashomosexuales% 7o cierto es que a lo largo de su vida tuvo una sucesión deamigos íntimos, con los cuales mantuvo copiosas relaciones epistolares%3uchas de esas cartas se conservan y resulta sorprendente con el apego queles habla, ;l, que era tan circunspecto en el trato personal% 5 veces se expresacomo si se tratase de una relación amorosa, muy especialmente con &liess, un



7ouis Preger, &reud, el genio y sus sombras, Parcelona8 Qavier Lergara Editor,6RR(%

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