EL PUEBLO CHIMÚ-SERRANO CONTUMACINO de Mario Florián Díaz

38
_________________________________________________________________________________________________________________ “Año de la Infraestructura para la Integración ” “Año del Sesquicentenario de la Creación Política del Departamento de Cajamarca Ésta, es una edición escaneada del original, puesta en manos del magisterio cajamarquino, con fines educativos, por el Equipo Regional de Capacitación Docente de Educación Primaria de la Dirección Regional de Educación de Cajamarca. Marzo de 2005 ------------------------------------------------------------------------ --------------------------------------------------------- MARIO FLORIÁN EL PUEBLO CHIMÚ-SERRANO CONTUMACINO DIRECCIÓN REGIONAL DE EDUCACIÓN DIRECCIÓN DE GESTIÓN PEDAGÓGICA MINISTERIO DE EDUCACION

description

Ésta, es una edición escaneada del original, puesta en manos del magisterio cajamarquino, con fines educativos, por el Equipo Regional de Capacitación Docente de Educación Primaria de la Dirección Regional de Educación de Cajamarca.Marzo de 2005

Transcript of EL PUEBLO CHIMÚ-SERRANO CONTUMACINO de Mario Florián Díaz

sta, es una edicin escaneada del original, puesta en manos del magisterio cajamarquino, con fines educativos, por el Equipo Regional de Capacitacin Docente de Educacin Primaria de la Direccin Regional de Educacin de Cajamarca.Marzo de 2005

---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------MARIO FLORIN

EL PUEBLO

CHIM-SERRANO

CONTUMACINO

Las anotaciones son de puo y letra del autor.

FIG. 3.- Idolillo antropomorfo, en piedra arenisca, de

El Salitral. (Cuenca del Ro Jequetepeque, Distrito

de Yonn. Provincia de Contumaz).INTRODUCCION

Tres Incalculables tesoros Indgenas se han hurtado en el territorio de Cajamarca, entre los siglos XV y XX. El primero oro, plata y piedras preciosas, reunido en la plaza de Qasamarka por el general cuzqueo Qhapaq Yupanki, hermano del Emperador Pachakuti Inka Yupanki, fue llevado por este conquistador al Cuzco como botn de guerra (siglo XV). El segundo oro, plata, acoplado en el cuarto del rescate de Qasamarka por el auki usurpador del trono, Atau WalIpa, fue repartido entre los Invasores espaoles que acaudillaba Francisco Pizarro (siglo XVI). Y el tercero metales labrados de oro, plata y cobre, cermica ornamental, estatuaria ptrea, tejidos- fue robado por los comerciantes de antigedades de Lima, Chiclayo, Trujillo, Chepn y Pacasmayo en la Cuenca del Ro Jequetepeque (siglo XX). El gran saqueo del riqusimo tesoro arqueolgico del distrito de Yonn, en la provincia de Contumaz, tesoro que era preciada herencia dejada por los antepasados autctonos al pueblo contumacino y peruano, ocurri durante el perodo presidencial del Arquitecto Fernando Belande Terry y la segunda representacin parlamentara del Dr. Fidel A. Zrate Plasencia, burgus pro-oligrquico aprista que, al Igual que la clase dirigente tembladerina-contumacina-cajamarquina, dej, Indiferentemente, que se corneta este crimen de lesa cultura.

Con mis propios ojos vi. el pillaje en Tembladera. Cientos de wakeros o buscadores de antigedades, en las orillas del Ro Jequetepeque o en los cerros Inmediatos al Ro, extraan ofrendas funerarias de las tumbas para venderlas, en bajos precios, a los ladrones de wakos, a vista y paciencia de las autoridades. Contempl, asombrado, en una casa de venta, en compaa de Ernesto Alva Chiclote, vasos de estilo Qasamarka y vasos figurativos cupisniques o chavinoides, de color plomizo y asa-estribo, entre los que se destacaba uno que representaba un majestuoso cndor en volumen. Advert un monolito con motivos zoomorfos mticos privativos de Chavn. Y, entonces, llor, con amargura, mi falta de poder y fuerza. Pens en los Museos que se habran podido formar en ciudades y pueblos como Cajamarca, Contumaz, Cascas, Tembladera, Catn, Chilete, Trinidad, San Benito, Gusmango y Toledo con la riqueza hurtada. Y tuve conciencia plena de que la ms rica provincia cajamarquina en tesoros arqueolgicos era la de Contumaz. Pero esta grandeza le importaba poco a la egosta, metalizada e hispanizante clase oligrquica dominante tembladerina-contumacina-cajamarquina. E, igualmente, al tambin, hispanizante diputado burgus aprista Zrate Plasencia. Pero este delito histrico-cultural no quedar impune. La sociedad socialista tembladerina-contumacina- cajamarquina de maana, tribunal sumo e incorruptible, condenar y execrar el robo, casi pblico, de su legado arqueolgico por los siglos de los siglos, eternamente, mientras haya vida en el planeta.

Consciente de la magnitud y el esplendor del pasado aborigen contumacino, obra maestra del heroico personaje colectivo llamado pueblo (tanto del bien artstico como de la gravitacin histrica en el espacio cajamarquino del Reino Unido Chim-Serrano Contumacino de Kuismanko o Gusmanko-Chuquimanko. cuyos reyes fueron seores de Qasamarka), pens, en mi juventud, descorrer una pequea parte del velo de ese pasado misterioso. Y, por este motivo, segu la carrera de Historia en la U. N. M. de San Marcos de Lima. Y me traslad, luego, a la ciudad de Contumaz, en 1945, a comenzar mi estudio. Pero los grandes seores de la provincia me cortaron el hilo raudamente. Estando de profesor en el Colegio Nacional Secundario de Contumaz, con el pretexto de una huelga que hicieron los alumnos (1945), el diputado Zrate Plasencia, teniendo para s que yo poda ser su rival poltico en lo futuro, me hizo expulsar del plantel, sin tener en cuenta que haba sido uno de los fundadores del Frente Democrtico Nacional, movimiento cvico que haba ganado las e1ecciones. Exiliado de mi patria-tierra contumacina, volv a la Universidad. Me gradu de doctor en Historia. Y, en 1930, fui nombrado Inspector de Monumentos Arqueolgicos de la Costa del Norte. Entonces pude conocer e investigar los ncleos arqueolgicos de la Cuenca del Ro Jequetepeque (distrito de Yonn). Pero, por desgracia, otro seor contumacino, el todopoderoso gamonal y senador, Octavio Alva Len, en represalia por mis luchas contra la oligarqua latifundista que l diriga en la provincia, en colaboracin con las autoridades contumacinas que dirigieron un Memorial al Ministerio de Educacin Pblica acusndome de revolucionario e izquierdista, me hizo poner en la calle nuevamente. Ms tarde, el mismo seor contumacino se opuso a que fuera nombrado Inspector General de Monumentos Arqueolgicos, plaza que haba creado para m el senador ayacuchano don Luis Enrique Galvn, maestro y amigo mo, a quien mova a lstima mi triste situacin de perseguido. Desde entonces, impedido de poder vivir en la tierra que me vio nacer, me vi obligado a dedicarme, en Lima, a la docencia secundaria y universitaria. Y mi persecucin dur 24 largos aos: o sea, desde la asuncin al poder del burgus aprista Zrate Plasencia 1945., pasando por el desplome final del latifundista Alva Len 1962, hasta la cada estrepitosa de Zrate Plasencia 1968-.

El presente trabajo, en razn de los terribles golpes que me infirieron los dos grandes seores, de la provincia de Contumaz, Alva Len y Zrate Plasencia, es apenas un plido reflejo de lo que pens hacer cuando era Inspector de Monumentos de la Costa del Norte. Pero, de todas maneras, es una aportacin. Estoy seguro que, en un tiempo no lejano, la sociedad socialista tembladerina-contumacina-cajamarquina me har Justicia, y reprobar la persecucin rabiosa que desataron contra m los dichos grandes seores contumacinos del siglo XX.

EPOCA PREINKAIKA

ESTABLECIMIENTO HUMANO Y ASCENDIENTE CULTURAL

Hace miles de aos que el espacio que, hoy, comprende la provincia de Contumaz y los distritos de Cospn y La Asuncin (en la provincia de Cajamarca) fue ocupado, poco a poco, por migraciones, venidas de lejos, que buscaban tierras frtiles y climas saludables: Andinas del Norte (tribus ecuatorianas) y Costeas de raza yunga, de los Valles de Cupisnique, Santa Catalina, Chicama y Pacasmayo (Ecuatorianos Andinos, Cupisniques y Muchiks). Ms tarde, se dieron cita en este mismo espacio, tan desigual y fragoso, nuevas oleadas humanas: Andinas del Sur (Tiawanakus o Qollas), Andinas Prximas (Qasamarkas- o naturales del Valle de Qasamarka-. cuya cultura era resultado local de elementos ecuatorianos, yunkas y qollas) y Yunkas o Costeas (Chimes, provenientes de los Valles de Chicama, Santa Catalina y Chicama) (Tiawanakus o Qollas, Qasamarkas, y Chimes).

Las expresiones culturales de quellqas, la estatuaria monoltica y la cermica descubierta en ncleos arqueolgicos corno Santa Catalina de Chugod -en el distrito de Cupisnique-, Santa Clara o Ycnn Viejo, Tembladera, Montegrande, Paypay y Ventanillas de Toln -en el distrito de Yonn-, pertenecen, por su estilo, a las Culturas Cupisnique, Chavn de la Costa o Chavinoide y Qasamarka; y la metalurgia extrada de Las Totorillas -en el distrito de Gusmango-, de las Cuevas de Las Botijas, de la Cuchilla y del Pozo Chuu de Cascabamba -en el distrito de Contumaz-, y parte de la alfarera de Santa Catalina de Chugod y de Tembladera, as como la inmensa cantidad de nombres de lugares o toponimias -Alfacurrn, Lupudn, Chimamul, Nansh, Llalln; Paypav, Chontn, Conturnaz, etc.- son claras manifestaciones de las Culturas Muchik y Chim. Y algunos nombres de poblaciones y regiones corno Culquimarca (de qollki, plata; y marka, pueblo: Horacio H. Urteaga: Los Reinos preincaicos del Norte del Per y el Curacazgo de los Caxamarcas, en El Per, Bocetos Histricos; 2 serie; Lima, 1919) y Calate (de qala, piedra), y algunas voces supervivientes como china (moza de servicio) y paku (rojo: cndor paku o pako), denotan filiacin qolla o tiawanakense.

Este mltiple ascendiente cultural conturnacino (Ecuatoriano Andino -Cbavinoide-Muchik Qolla -Qasamarka-Cbim) se aprecia, tambin, en otras ruinas. Marciano Rodrguez Alva, escritor y minero, afirma que en las fortalezas de Chungarrn y Tantarika se hallan restos de objetos guerreros, huacos y tejidos de los tipos Chim y Cajamarca (Documental Hitrico-Geogrfico de la Provincia de Contumaz; Trujillo, 1972; trabajo que es parte de la Monografa Indita del autor. Rodrguez Alva ha sido uno de los primeros contumacinos que ha estudiado el ayer autctono 1ugareo, y sus escritos son positivos y enseadores en muchos aspectos, aunque poco seguros en materia lingstica). Fuera de l, otro escritor contuniacino, el profesor Juan Luis Alva Plasencia, ha hecho luz sobre el arte rupestre de Contumaz (Contumaz Centenaria y el Per; Lima, 1972).

El territorio contumacino, situado en la Regin Cisandina u Occidental -del norte del pas-, entre la Costa -Valles de los Ros Jequetepeque y Chicama y la Sierra Trasandina; y entre el espacio de las Culturas Cupsnique-Muchik-Chim y el espacio de la Cultura Qasamarka, comprende tres zonas disconformes: 1.- De cabecera de costa o yunka (calurosa), 2.- De sierra propiamente dicha (templada), y 3.- De puna o pramo (frgida), en donde se hallan los montes ms elevados de la provincia: el. Cerro Chinchn y el Cerro Chuu, a ms de 4.000 metros sobre el nivel del mar, y la laguna leyendaria de Kuan.

Las especiales condiciones de la ecologa autctona contumacina -tierras feraces. variedad de climas, lluvias temporales, valles regados y pastos naturales-hicieron posible a los primeros grupos humanos contumacinos (quienes crean descender de cinco animales sagrados, tenidos como troncos raciales o espritus protectores -el Puma, el Cndor, el Halcn, el Aguila y la Culebra- y de un Elemento Clico: el Trueno o el Rayo) desarrollar la horticultura y la agricultura (con plantas alimenticias e industriales como el aj, el maz, la kuka, la calabaza, el man, el frijol, el pepino, la yuca, el algodn, el camote, el pacae, la lcuma, el zapallu, la caigua, el tomate, la chirimoya, la papaya, la guanbana, la granadilla, la guayaba, etc., en las tierras ardientes o yunkas, donde reinaban males endmicos; y con plantas alimenticias como la papa, el maz, el zapallu. el ollucu, la maswa, la quinua, la chaucha, la oka, el tarwi, el kaigua, la arracacha, el yacn, la tuna, etc., en tierras templadas y fras, exentas de enfermedades). Al mismo tiempo que la horticultura y la agricultura, los primeros contumacinos desarrollaron la ganadera: pastorearon algunos rebaos comunales de llamas y criaron animales domsticos como el perro y el cuy.

AYLLUS AUTONOMOS PRIMITIVOS:

SOCIEDAD COLECTIVISTADEMOCRTICA

Los primeros pobladores contumacinos, practicantes de la magia, organizados en grupos de familias -clanes, ayllus o tribus-, que tenan un mismo origen (chim-serrano) y un mismo jefe (guerrero y director espiritual al mismo tiempo), fueron, pues, horticultores, agricultores y pastores, oficios que haban aprendido en otras latitudes. Fijados en diversas tierras -o markas-, en razn del quehacer agrcola, se limaron, culturaron y perfeccionaron poco a poco. Ejercieron entonces la artesana: cermica, metalurgia, textilera y otros oficios manuales. Social y econmicamente, eran autodirigidos, autogestionarios, autnomos y colectivistas o cooperativos: sus jefes eran elegidos, en asamblea, por toda la sociedad tribal. Hombres y mujeres se empleaban, con uncin y entusiasmo, en hacer producir sementeras a la tierra madre, en dar culto a sus paqarinas e dolos y en honrar a sus directores espirituales y a sus hechiceros. Poco pastoreaban. Y slo en sus ratos libres, con una inspiracin mgico-religiosa y un sentimiento animista panteista se dedicaban a expresar la belleza -arquitectura, escultura, canto, msica, baile y danza- y a aplicar sus conocimientos tcnicos en la realizacin de sus concepciones. Mas, frecuentameme, los primeros ayllus contumacinos se vean obligados a luchar bajo la direccin de sus sinchis o jefes, contra otros ayllus que hacan irrupcin en sus tierras o rnarkas, a levantar recintos fortificadas para evitar ataques por sorpresa de sus enemigos-murallas, pukaras- y a aprender el difcil arte de la guerra. Los ayllus libres corntumacinos vivan en el campo (en aldeas o llaktas: unos campesinos ocupaban la parte alta de la aldea, y, otros, la parte baja) y no en poblados grandes. Y por esta causa, no levantaron pueblos y ciudades. Pero si obraron huertas en los suelos regados, chakras en las tierras baadas por la lluvia, andenes o terrazas de cultivo en las faldas de los cerros para evitar la erosin de la tierra por la lluvia, represas, canales de irrigacin, herramientas de labranza -arado de pie, barreta-, depsitos para guardar alimentos, batanes, morteros, estatuas a sus troncos raciales tutelares, tumbas para sus muertos, adoratorios o wakas paras sus dolos de antepasados comunes divinizados, etc.

LOS SEORIOS Y REINOS:

SOCIEDAD COLECTIVISTACLASISTAAUTOCRATICA

En el andar del tiempo, los ayllus libres contumacinos ms poderosos -ya por razones de amistad, ya por motivos blicos- se reunieron en confederaciones y alianzas y se sometieron a las leyes del ayllu ms fuerte o ayllu cabecilla. Y, de este modo nacieron los Seoros Contumacinos: el de Kuismanko o Gusmanko y el de Chuquimanko (ambos, pertenecientes a la civilizacin desconocida totalmente de los Chim-Serranos, como cree el doctor Hans Korkheimer), los que establecieron su dominio en dilatadas regiones o comarcas, y lucharon, juntos, contra invasiones chimes costeas). El territorio del Reino de Kuismanko o Gusmanko comprendi los actuales distritos de Gusmango, Contumaz, Toledo y San Benito; y el territorio del Reino de Chukimanko abraz los distritos actuales de Cupisnique, Tantarika y Yonn (Cuenca del Ro Jequetepeque). Uno y otro Reino estaban dirigidos por sinchis guerreros y ambiciosos. Los ayllus regnicolas de estos dos Reinos continuaron siendo agricultores, colectivistas o cooperativas y autogestionarios, pero ya no libres ni autnomos. Y como ayllus dependientes y sojuzgados, se vieron compelidos a pagar tributos, a travs de sus propios sinchis, a los grandes sinchis y a los grandes sacerdotes de los Reinos mencionados: ora frutos de la tierra, ora objetos manuales, ora trabajo colectivo para las obras pblicas, ora coantinges de jovenes para la guerra (mita), etc. La socieda democrtica aborigen contumacina se troc, entonces, en una sociedad clasista. Esta por obra de los grandes sinchis de Kuismanko o Gusmanko y de Chukimanko, se dividi en dos clases antagnicas: la noble, dirigente o dominadora (formada por sinchis, sacerdotes, guerreros, familiares y favorecidos) y la popular (compuesta por las grandes mayoras de trabajadores rurales). La primera clase haca la guerra y trataba la paz con sus rivales, diriga los cultos y ceremonias, administraba los negocios pblicos, establec a el calendario de fiestas religiosas, agrcolas y guerreras, y, se dedicaba a holgar y a divertirse la mayor parte del ao. Era, pues, una clase privilegiada. Y la segunda clase (o plebeya), obedeca los mandatos de la clase paternal primera, ejerca los oficios manuales, mora en las guerras, alcanzaba los triunfos, y fecundaba la tierra madre con el sudor de su frente. Era, pues, una clase desfavorecida.

Ms tarde, los grandes sinchis de Kuismanko o Gusmanko y de Chukimanko guerrearon entre si (como narra todava la tradicin oral, transmitida de padres e hijos, del pueblo de Catn), obteniendo la victoria el seor de Kuismanko o Gusmanko. Entonces l form el Reino Unido de Kuismanko-Chukimanko. Y, como siempre, resisti las embestidas de los chimes costeos. De ah a mucho espacio, cuando ya el Seora de Kaskas se haba colegiado con el Reino Unido Kuismanko-Chukimanko, un sinchi emprendedor y guerrero (bautizado, mas tarde, en qheswa, en la ciudad del Cuzco, con el sonoro ttudo de Gusmango Capac -El Seor Rico y Poderoso de Kuismanko o Gusmanko- por el Emperador Pachakuti Inka Yupanki), extendi su dominio, a travs de nuevas alianzas y confederaciones con sinchis de Seoros lejanos, hasta ms all del Seoro autnomo de Qasamarka, que tena por capital la ciudad de Qasamarka, que tena por capital la ciudad de Qasamarka, Reino que, desde entonces, tom el nombre general de Kuismanko o Gusmanko. Gusmango Capac se erigi en seor de tan inmenso territorio, entronizando el linaje de los Gusmangos. Y el Reino, comprenda varios Seors confederados, ocupaba la mitad del actual departamento de Cajamarca.Ms tarde, a causa del inmenso poder de tierras y de hombres de Gusmango Capac, este avasall el Reino costeo del Chim, a la sazn decadente y envejecido, a cuyo sinchi -Chimu- le convirti en aliado y tributario (Pedro Sarmiento de Gamboa: Historia Indica. Mas, de pronto, la invasin cuzquea del general Qhapaq Yupanki acab, en parte con el dominio absoluto de Gusmango Capac y el de su aliado y tributario Chimu.

Los grandes seores del Reino de Kuismanko o Gusmanko , (o Qasamarka), del linaje de los Gusmangos, al al decir del cronista Pedro Cieza de Len (La Crnica del Per), eran muy obedecidos de sus indios y tenan muchas mujeres. La una de las cuales era la principal, cuyo hijo, si lo haban, suceda en el seoro. Y cuando falleca, usaban lo que guardaban los dems seores y caciques pasados, enterrando consigo de sus tesoros y mujeres, y hacanse en estos tiempos grandes lloros continuos. Los templos y adoratorios eran muy venerados, y ofrecan en ellos por sacrificio sangre de corderos y de ovejas y decan que los ministros destos hablaban con el demonio. Y cuando celebraban sus fiestas se juntaba nmero grande de gente -en plazas limpias y muy barridas, adonde se hacan los bailes y areitos, en los cuales no se gastaba poca cantidad de vino, hecho de maz y de otras races. Todos andaban vestidas con mantas y camisetas ricas, y traen por seal en la cabeza, para ser reconocidos dellos, una hondas, y otros unos cordones a manera de cinta muy ancha.

NOMBRES PROPIOS DE LOS AYLLUS PRIMORDIALES

Los ms importantes ayllus -libres y autodirigidos- contumacinos, fueron. en opinin de Rodrguez Alva. los siguientes: Los Kuismankos (de Gusmango), los - Chukirnankos (de Chuquimango), los Qolkimarkas (de Culquimarca), los Ankasmarkas (de Ancasmarca) los Wankamarkas (de Huangamarca) los Kaskas (deCascas); los Lledenes (de Lledn), los Lambares (de Lambar) y los Yetones (de Yetn).

El ayllu Kuisrnanto o Gusmanko y el ayllu Chukimanko, corno hemos dicho, terminaron en Seoros o Reinos. El Seoro de Kuismanko o Gusmanko, conforme a Rodrguez Alva, tuvo su centro urbano en El Cerro de La Cruz Grande, llamado ahora Gusmango Viejo a 3,669 metros sobre el nivel del mar, donde se aprecian todava restos de viviendas ptreas, pozos empedrados y una especie de bveda de lajas. Su adoratorio o waka estaba en Kurllete. Sus cementerios, en Chansi y en Las Rosas. Otro de sus focos urbanos estuvo en el Cerro Chungarrn o Shongarrn, a 2,819 metros de altura, desde cuya cima se columbra el Valle de Chicama. All se ergua la ms grande de las fortalezas de los Kuisrnankos o Gusmankos. (Al Este de cste Cerro, se halla situado el actual pueblo de Cusmango, de fundacin espaola, cuyos pobladores, en los tiempos que corren, desde el punto de vista cultural, son mestizos y no indios). Las huellas del Seoro de Chukimanko, rival del Seoro de Kuismanko o Guismanko, se advierten en focos arqueolgicos como Tantarika, Catn, San Lorenzo, la Cinaga y la Cuenca del Ro Jequetepeque. Como hemos dicho el Seoro de Kuismanko o Gusmanko absorbi al Seoro de Chukimanko y form el Reino Unido de Kuismanko-Chukimanko.

TABLA ARQUEOLOGICA PROVINCIAL

Como todo el territorio nacional, el espacio de la provincia de Contumaz es un museo formidable. Los principales ncleos y vestigios arqueolgicos son los siguientes:

En el distrito de Contumaz: Las Cuevas de Las Botijas (donde, en 1940, se hall un dolo de cobre, de estilo chim, el Cerro Cunantn, el Cerro de las Anuas, Cachii, El Ushn, Silacot, La Hoyada Verde (en los Cerros La Caracashua y Porcot: momias, alfarera, objetos de cobre, mates, tejidos), La Quinuita, el Cerro Irnb y la Cueva de Las Vigas (momias, alfarera, en la ex-hacienda San Antonio), El Pozo Chuu y Las Pircas (en las punas de Cascabamba, toda llena de ichu o gualte, cndores, huaychayes, lik-likes, y con patos silvestres en las lagunas Kuan y Chuu; donde, en - 1947, los alumnos del Colegio Nacional Secundario de Contumaz descubrieron momias, wakos, calabazas y tejidos), el Cerro Espritu Santo o Santa Mara (en el casero de Huangamarca), Las Ventanillas (en la ex-hacienda Catudn), El Agua Sucia, La Ermita (momias, tejidos y cermica), las Peas de El Quique (Cueva de La Cruz) y El Waytaro que muestran qellqas o petrografas, de trazo geomtrico, hechas conocer en el II Simposium de Arte Rupestre de Lima (1967) por el profesor Alva Plasencia, la Cuchilla (cuevas y tumbas entre Nansh y Cushtn) y la Pea Shaska o Chaska (tumbas situadas encima del abismo, entre Calate y Llod).

En el distrito de Gusmango, patria-tierra de los Kuismankos o Gusmankos: El Cerro Chungarrn o Shongarrn (ruinas de una poblacin amurallada que tiene una plazoleta central en forma rectangular, chullpas y alfarera tosca), Kurllete (restos de muros lticos con ventanas), Chans (tumbas talladas en las peas a modo de hipogeos, las que contienen cadveres envueltos en tejidos ornamentados, de lana y algodn), el Cerro de La Cruz Grande (que exhibe una bveda de lajas, que es parte, tal vez, de una fortaleza subterrnea, y, que, segn la tradicin oral del sitio, guarda el tesoro del rescate de Atau Wallpa), Las Rosas (en cuyas chullpas, a modo de torrecillas, las momias estn colocadas de pie y no en cuclillas o en sentido horizontal como era la costumbre), Las Totorillas (de cuyas tumbas se han extrado grandes cantidades de armas ofensivas de cobre, como makanas en forma de estrellas) y Las Tayas.

En el distrito de Cupisnique: La Cueva del Choloque (cermica y objetos de cobre, sita en la ex-hacienda San Lorenzo), un monolito o plancha ltica con la figura de un felino en relieve, lleno de cavidades alveoladas en el cuerpo, las que fingen ser las manchas de la piel (el felino -animal totmico- se tena por uno de los antepasados raciales -tutelares del pueblo chim-serrano contumacino-; el monolito se exhibe en el patio de la casa-hacienda San Lorenzo), Cupisnique, entre los lmites del distrito y la provincia de Pacasmayo (una parte del valle del mismo nombre, en la poca de la Cultura Cupisnique, tena agua: lluvia y canales de irigacin. Vase: Los Mochicas de Rafael Larco Hoyle; Lima, 1936) y Santa Catalina de Chugod (alfarera de los tipos Cupisnique, Qasamarka, Muchik y Chim, tejidos. de lana y algodn con simbolizaciones de felinos, y grandes piedras con huecos para enterramientos bumanos).

En el distrito de Tantarika, patria tierra de los Chukimankos: las monumentales ruinas asentadas en la falda oriental del Cerro Tantarika o Tantarincha (a 2400 metros sobre el nivel del mar y a 35 kilmetros de la costa, desde cuya cima se divisa el Valle de Pacasmayo y buena parte de las sierras contumacinas y cajamarquinas -Cordilleras de Cascabamba y elCumbe- y las comarcas de San Pablo y San Miguel de Pallaques). Estas ruinas abarcan varias hectreas, en las que sobresalen: Grupos de casas de piedra y barro, de uno o ms pisos; viviendas subterrneas; salas, dos plazas rectangulares hasta donde llegaba el agua por canales; una pared con dos filas de nichos, donde los wakeros han sacado joyas de oro en forma de lagartijas, petos con aspectos de ave y prendedores de cobre, todos ellos de estimlo chim; pasadizos, bvedas; galeras; ventanas; umbrales de madera; murallas ptreas; terrazas de cultivo; grandes piedras talladas (acaso, dolos de sentido mgico); acueductos, morteros; quellqas; tumis y hachas de cobre; silbatos de arcilla a manera de aves y reptiles; tejidos de algodn, etc. Se cree que Tantarika fue un pueblo fortificado (preinkaika) del Reino de Chukimanko, desde donde estos chim-serranos contuinacinos perciban, brumosamente, la Ciudad Sagrada de Pacatnamu, capital del Reino Costeo de su nombre, en Pacasmayo; pero el pueblo, ms tarde, fue utilizado por los Inkas.

Tantarika, atalaya militar formidable, fue visitada en 1940 por la Expedicin Arqueolgica de la Universidad de La Libertad, integrada por el profesor alemn Hans Horkheirner, el periodista Jos Eulogio Garrido y el dibujante Mar R. Daz, la que emiti un informe (Rev. de la Universidad de La Libertad, Ao XVI, N 13; Trujillo, 1940). El doctor Horkheimer hizo conocer las ruinas a travs de dos trabajos (El Distrito de Trinidad, Nueva Zona Arqueolgica- Rev. Chaski. Vol. 1, N 3; Lima, 1941- y Vistas Arqueolgicas del Norte del Fer. Trujillo, 1941). Ha hablado, tambin, de Tantarika la Rev. Por, del magisterio primario contumacino; (Mayo-Junio de 1951).Las ruinas del pueblo de Tantarika estn aureoladas de dos leyendas: una heroica y otra agrcola. La primera, recogida por Horkheimer de labios de los habitantes mestizos del lugar -Catn-, dice que, a causa de la guerra entre el sinchi de Tantarika (o de los Chukimankos) y el sinchi de los Kuismankos o Gusmankos, los pobladores de Tantarika construyeron defensas (murallas) en el Cerro prximo a Cholol. Y la segunda, transmitida hasta hoy por la tradicin popular oral contumacina, narra los amores desdichados entre una hermosa doncella, Tantarika, hija del sinchi de los Chukimankos, y el joven Kuan, hijo del sinchi de los Wankamarkas, quien, segn Rodrguez Alva dominaba las alturas de Cascabamba.

Tantarika tuvo un origen yunka. Horkheimer afirma que mientras que todos los pueblos de la regin tienen nombres no quechuas -Gusmango, Catn, Cholol-, el nombre de Tantarika es quechua. y quiere decir reunin por poco tiempo El nombre debieron ponerle los Inkas, luego de la conquista de Qasamarka, en el momento de hacer uso del pueblo. Una parte del pueblo, conforme al mismo autor, fue construida en la Epoca Preinkaika, y otras son obras del Incanato, Y agrega que, en la Epoca Inkaika, Tantarika fue un sitio de reuniones por poco tiempo de colonistas militares o de tropas militares, sea para la inspeccin o para la partida a la guerra. Adems, se puede pensar en una reunin por poco tiempo de los jefes subalternos en caso de visita del tucuyricuy o inspector imperial. A mi modo de ver, sin embargo, la voz qheswa no es Tantarika (de tanta-ricuy) sino Tantarihcha (de tanta, junta, reunin; y riccha, vigilia), y significa: Junta que no duerme.

Otros vestigios arqueolgicos del distrito de Tantarika son: Las Cuevas de Chacladn (cementerios situados a 3 kilmetros y al Este del pueblo de Catn, pueblo que dista 5 kilmetros de Tantarika), el Monolito de la Tranca del Cerro Membrillo (cerca del pueblo de Catn), que figura un hombre desnudo con un rgano viril desmesurado (antepasado totmico), Cholol, y La Piedra de Chukimanko o Piedra del Inka (de 15 metros de altura, debajo de la cual existe una cueva con pequeas viviendas de habitantes primitivos del lugas, depsitos de alimentos, sepulturas, y el dibujo de un gato o de otro felino estilizado, en la misma manera como se encuentrn en los tejidos chims (Rorkheimer).

En el distrito de Yonn: Santa Clara-Yonn Viejo (junto a la Quebrada Chauss, que desciende de Trinidad), Yatahual, Yonn Muevo, Tembladera, Chungal, Montegrande, El Mosquito, El Salitral, El Gallito Ciego, Mal Viento, Paypay y Ventanillas de Toln (focos arqueolgicos ubicados en las frtiles playas ardientes o yunkas del Ro Jequetepeque, donde se hallan ruinas de aldeas (con casas hechas de piedra y barro), wakas, montculos funerarios o cementerios, miles de petrogbfos simblicos (representaciones de grupos escenogrficos con sentido argumental ideogrfico, de estilo chavinoide y y cupisnique: acciones guerreras, religiosas y de la vida domstica, en las que intervienen hombres, perros, monos, cndores, felinos, culebras, iguanas, lagartijas, llamas, venados, pelcanos, batracios, halcones, otras aves de presa, gusanos, astros, figuras geomtricas y divinidades totmico-mitolgicas), cermica (de los estilos Cupisnique, Chavin de la Costa o Chavinoide, Qasamarka, Muchik y Chim), batanes, morteros, carbn vegetal de cocina, momias, metalurgia, tejidos, edificios y obras monumentales como las Wakas de Chungal y Ventanilias de Toln, caminos, acueductos, etc. (Vase, al respecto: El Documental de Rodriguez Alva, Contumaz Centenaria y el Per de Alva Plasencia, quien ha interpretado el simbolismo de algunos petroglifos, mi trabajo Las Ruinas de El Salitral- Rev. Cultura Peruana; Lima, enero-febrero de 1951, y los cuadernos inditos de Ernesto Alva Chiclote, maestro primario y estudioso autodidacta de la arqueologa de los distritos de Yonn y Cupisnique).

En el distrito de Clilete: Las ruinas de Montegrande, Tabacal (la Waka Brava), Canusn, Las Murallas y el Cerro Pilcay (en Llalln). (Rodrguez Alva).

En el distrito deToled: Ruinas no estudiadas todava.

En el distrito de San Benito: Los vestigios arqueolgicos, de nombres muchik-chimes, como Culancote (petrografas con las imgenes del Sol y la Luna), Moturquio, Colbot, Chimamul, Chillona, Alfacurrn, Los Molles, Los Corrales, Balconcillo, Yetn, Jagey (donde existe un petroglifo simblico argumental, de 1.70 de alto por 0.90 de ancho, que ofrece en una de sus caras, dibujos que representan, segn parece, un sistema de reparticin de aguas, pues dicha petrografa se halla junto a una acequia-madre, en el sitio denominado Reparticin (Rodrguez Alva), punto hasta donde, en opinin de Rafael Larco Hoyle, llegaba el territorio de la Nacin Costea Muchik.

En el distrito de Cascas. Contrapesan la calidad, cantidad y trascendencia de los restos culturales de los distritos de Cupisnique, Tantarika y Yonn, las ruinas arqueolgicas de Cascas, patria-tierra del Seoro de Kaskas, cuyos hijos fueron ,grandes constructores de adoratorios o wakas, y dueos de una comarca extensa que era fertilizada por la lluvia y por los Rios Ochape, Kaskas y El Alto Chicama.

El distrito posee dos centros arqueolgicos preinkaikos de gran importancia: El Cerro de Pueblo Viejo (donde Rodrguez Alva, en 1966, descubri las ruinas de Tutahuaico). y el Cerro del Toro o Chepate Alto, cerca del distrito de Cospn. Estos dos ncleos prehistricos fueron visitados, en 1967, en 1971 y en 1973, por el periodista y estudioso Gustavo Alvarez Snchez, Presidente del Instituto Liberteo de Arqueologa, en compaa de algunos casquinos cultos como Elmo Palacios. En las faldas del Cerro Pueblo Viejo (o Ciudad de las Chulipas), a 3,200 metros de altura, se hallan ms de 50 chullpas de piedra labrada, rectangulares y circulares, de extraa arquitectura, las que tienen varios compartimientos y techos de dos aguas de lajas. Algunas de ellas tienen hasta tres pisos, y sus ventanas que dan hacia el lado por donde sale el sol. Parcense a las antiguas pagodas chinas. Y las ruinas de Chepate Alto, a 8 kilmetros de la ciudad de Cascas, muestran canales de irrigacin de hasta 20 kilmetros de largo (los que traan el agua de la puna de Cascabamba), una fortaleza con terrazas superpuestas, vestigios de un extenso poblado con viviendas hechas de piedra y barro, petroglifos (hay uno que representa un grupo humano que ejecuta una danza ritual de caza de llamas), cementerios con tumbas, a modo de ventanas trapezoidales, en la cima de un cerro, pinturas rupestres en cuevas, hechas, probablemente, por cazadores pre-agrcolas y murallas de varios kilmetros de extensin.

Otros vestigios arqueolgicos casquinos son: Las qellqas, de estilo clanvinoide, de El Guabalito, la Waka del mismo sitio (ambas, en el fundo El Espejo), la Waka de Cascas (en la Plaza de Armas, debajo de la actual Iglesia Catlica), las ruinas de El Antivo, El Barranco, del Cerro Calvayuque (cermica roja y negra, tejidos), El Balcn (en Salmuche), El Palito, Collacate, Ochape, Cerro Colorado, Lupudn (donde se advierten numerosos acueductos), Machasen (pinturas rupestres), Palmira, Punguchique, Sausalito, la Quebrada de los Fsiles (en el casero de la Pampa de losAngulos, donde se han descubierto restos fosilizados de mastodontcs antediluvianos), Los Hornos, Sinupe (en el Alto Chicama), etc. (Vase: La Prensa; Lima, 6 de enero de 1956; La Industria; Trujillo, 26 de enero de 1972; El Documental de Rodrguez Alva; La Prensa; Lima, 8 de agosto de 1973; y la monografia Cascas, Pueblo Enhiesto Promisorio de Hidalgua Proverbial, de Jos R. Camacho Daz; Trujillo. 1974).

EPOCA INKAIKA

LA CONQUISTA IMPERIAL QHESWA CUZQUEA

Cuando el ejrcito imperialista cuzqueo, dirigido por el general Qhapaq Yupanki, hermano del Emperador Pachakuti Inka Yupanki (Sarmiento. Garcilaso Inka, Cobo, Cabello Valboa) penetr en Cajamarca y Contumaz, dominados por Gusmango Capac, el cual haba reducido a vasallaje a los estados del Gran Chim (dice siguiendo a Sarmiento y a Cabello Valboa, el histodor Jos de la Riva Agero, en su. Civilizacin Peruana; Lima, 1937), el gran cinche y gran tirano que haba robado muchas provincias comarcanas a Cajamarca, provincia muy poblada de gente y rica de oro y plata, apercibi su gente y llam a otro cinche, su tributario, nombrado Chimo Capac, y juntos los poderes de ambos fueron vencidos y tornados prisioneros por el dicho general conquistador cuzqueo quien luego hizo juntar en la Plaza de Qasamarka, los tesoros del botn de guerra: ingentes riquezas de oro y plata, piedras preciosas y conchas coloradas (Sarmiento: Historia Indica). (Aunque Miguel Cabello Valboa, en la Miscelnea Antrtica, narra que Cus-mango fue muerto). Qhapag Yupanki se ensoberbeci de la conquista de Qasama~ka y dijo, glorindose. que l ms haba ganado y adquirido que su hermano, el Inga Yupangui. Sabida esta loa por el Emperador, temi que se le rebelase y le mand llamar al Cuzco, trayendo sus riquezas y los hijos de Gusrnango y Chimo, y lo hizo matar, secretamente, en Rimaktampu, cuando Qhapaq Yupanki se acercaba a 1a ciudad (Sarmiento). Ms tarde, Pachakuti Inka Yupanki hizo gracia de la vida a los hijos de Gusmango y Chimo y los dej volver a sus pases. Gusinango y Chimo, que, en realidad, tenan otros nombres vernculos, los que se ignoran, fueron dejados libres en sus tierras, con guarnicin bastante, en condicin de confederados y no de sbditos. De ah a poco espacio, cuando se produjo la rebelin de los hijos de Chuchi Qhapaq, el otrora poderoso sinchi del Qollao, el Emperador Pachakuti Inka Yupanki pidi a Gusrnango y a Chimo el sealado favor de gente de guerra.

FIG. 3.- Idolillo antropomorfo, en piedra arenisca, de

El Salitral. (Cuenca del Ro Jequetepeque, Distrito

de Yonn. Provincia de Contumaz).

Y ambos, luego, alcanzaron del Inka el ttulo de Qhapaq, adicionado al nombre de sus pases -Gusmarigo Capac y Chimo Capac- y el derecho a pertenecer a la nobleza inkaika como miembros advenedizos o de privilegio.

Aos ms tarde, despues de la llegada de Thupaq Inka Yupariki, sucesor de Pachakuti Inka Yupanki, a la ciudad de Qasamarka (1470), donde, segn Cabello Valboa, hall a sus soldados en buena orden, y por el Ynca, y en su obediencia la tierra; despus de la destruccin total del Reino del Chim provincia a la cual destruy (Thupaq Inka Yupanki) con ser Chimo Capac su sbdito- (Sarmiento); tras la scgunda visita de Thupaq Inka Yupanki a la ciudad de Qasamarka, quien vino por la ruta Pacasmayo-Niepos; y tras el sometimiento imperial definitivo de todos los seoros que integraban el Reino de Kuismanko o Gusmanko (o Qasamarka), el extenso territorio de este Reino, dominado, hasta entonces, por el linaje de los Gusmangos (o descendientes del seor contumacino Gusmango Capac), fue convertido por el Inka mencionado en una nueva wamani o provincia ~el Imperio del Tawantinsuyu, con el nombre de Wamani de Qasamar:a

Thupak Inka Yupanki hall como seor de Qasamarka a Concacax, ltimo rey de Cuismancu y del 1inaje de los Gusznangos, (Vase: Los Caciques de Cajamarca; Trujillo; Edicin de la Univ. Nacional de Trujillo, 1955; y Cajamarca, Apuntes para su Historia; Cuzco, 1975, del historiador cajamarquino Horacio Villanueva Urteaga, quien, adems, ha hecho conocer el documento Filiacin, Ascendencia y Descendencia del Linaje de Don Luis Caruarayco; Trujillo, 1955). Concacax tuyo un hijo llamado Chuptongo, quien, por quedar hurfano de padre en muy tierna edad, fue llevado al Cuzco por Thupaq Inka Yupanki, quedando como kuraka de Qasamarka un hermano, de Concacax y to carnal de Chuptongo nombrado Cosatongo. Chuptongo fue educado en el Cuzco, y el Emperador, en premio de sus virtudes, le hizo tutor de su menor hijo (Wayna Qhapaq). Mas tarde, en el Cuzco, de vuelta de una expedicin a Quito con el Inka Wayna Qhapaq, Chuptongo pidi licencia a este inka para tornar a su reino de Qasamarka (o Kuismanko o Gusmanko), y Wuyna Qhapaq se la dio con el obsequio de cien mujeres. Entonces Chuptongo estableci su casa y su corte en el pueblo de Gusmango El Viejo, donde vivi y gobern quieta y pacficamente, y tuvo muchos hijos e hijas, entre todos los cuales tuvo por legtimos herederos de su gobierno y seoro, conforme a su ley y constumbre, un hijo llamado Carhuatongo, el mayor, y otro llamado Carhuarayco, el segundo. Carhuatongo que fue partidario de Atau Wallpa, muri en la captura de ste por los invasores espaoles en la plaza de Qasamarga (16 de noviembre de 1532), en tanto que Carhuarayco que viva en la ciudad de Qasamarka, se banderiz con Waskhar; y, luego, dobl la rodilla ante Pizarro, quien, por eso, le reconoci sus derechos -escribe Villanueva Urteaga- al seoro y cacicazgo de su padre.

ADMINISTRACION INKAIKA DE LA WAMANI DE QASAMARKA

Los Inkas, conforme a Cieza de Len (La Crnica del Per), tuvieron en mucho a la Wamani de Qasainarka, e hicieron en la ciudad sus palacios, y edificaron un templo para el sol, muy principal, y gran nmero de tampus en la ciudad y en los lugares comarcanos. Los lnkas llevaron al Valle qasamarkino gran cantidad de mtrnas (yunkas, qollas, kaaris, qheswas) que obedecan al mayordomo mayor. Y sealaron, en la Wamani, tierras para el Sol y para el Inka. La ciudad de Qasamarka tena una gran plaza triangular rodeada de edificios bajos y de salones para depsitos y alojamientos. Las casas eran bajas, con paredes de piedra y techos de paja. Posea un ajllawasi y una fortaleza. Y habitaban la ciudad dos mil vecinos (Francisco de Xerez: Relacin de la Conquista del Per).

La administracin imperial cuzquea cens, a traves de los kipukamayuqs, a todos los jefes de familia de la Wamani, con el fin de que stos cumplan la tasa tributaria anual y los servicios del Sol y la mita, en unidades sociales de base decimal: chunkas (10 familias), pachakas (100 familias) y warankas (1,000 familias). La chunka y la pachaka estaban dirigidas por jefes de ayllus o pequeos kurakas nativos. Y la waranka, por un gran kuraka, tambin oriundo de la tierra. Dos de los warankas de la Wamani de Qasamarka (los ex-reinos de Cuismanko o Gusmanko y de Chukimanko) se hallaban situados en la actual provincia de Contumaz.

En el ao de 1535, en tiempo de la Invasin Espaola, segn la Provisin del Gobernador Francisco Pizarro a favor de Melchor Verdugo (o Cdula de Depsito), primer encomendero de la provincia de Cajamarca sta comprenda varios kurakasgos (de warankas y pachakas) al mando de kurakas nativos (como Espalco de Cuysmango), siendo el jatun-kuraka o cazique principal de la dicha provincia que se dice Carna arayco, seor de Chuquimango (Vase: Algunas Provisiones de Pizarro sobre Encomiendas, de H. R. Urteaga. Rey. del Archivo del Per. Enero-junio de 1942. T. IV. Lima). Y, segn La Visita de Cajamarca, llevada a efecto en las minas de. plata de Chiquelete (ahora, Chilete), cuando Contumaz no exista como pueblo, el 24 de agosto de 1540, por Cristbal de Barrientos, vecino de la ciudad de Trujillo, por instruccin de Francisco Pizarro y Fray Vicente Valverde (cuya copia, hecha en 1560, guarda la Comunidad de Gusmango, existiendo otras tres copias posteriores en el Archivo General de Indias de Sevilla), la Wamani de Qasamarka, con todos sus pueblcs y aldeas, constaba de 7 warankas: Gusmango, Chuquimango, Chondal, Bamnbamarca, Caxamarca, Pomamarca y la de los Mitimaes o Extranjeros Serranos (warankas que ocupaban, a juicio del historiador cajamarquino Waldemar Espinoza Soriano, los territorios de las actuales provincias de Contumaz, Cajamarca, Celendn, San Miguel de Pallaques, Hualgayoc, Santa Cruz y la mitad de la de Chota).

El kuraka de la waranka de Gusmango, Carhuarayco, afincado en la ciudad de Qasamarka (del linaje de los Gusmangos, descendiente directo de Concacax, ltimo rey de Guismanku, era el jatun-kuraka o kuraka principal de la Wamani de Qasamarka, siguindole, en orden de importancia, el kuraka Carhuarayco y laa waranka de Gusmango (integrada por 12 pachakas) estaba en el primer lugar, de acuerdo al estricto rden jerrquico del rgimen social de Cajamarca, recalca Espinoza Soriano, siguindole la waranka de Chuquimango, que tena 10 pachakas y pueblos (Documentos exhumados y analizados por Waldemar Espinoza Soriano: El Primer Informe etnolgico de Cajamarca. Ao de 1540. Separata de la Rey. Peruana de Cultura. Nos. 11-12; Lima, 1967).

Carhuarayco fue, pues, como dice Villanueva Urteaga, el primer curaca cajamarquino de la cristiandad. Se bautiz, despus, adoptando el nombre de Felipe; prest entonces valiosos servicios a los espaoles y llam a varios seores y caciques de la regin de Chachapoyas que, por este solo hecho, vinieron a someterse voluntariamente y a prestar obediencia al gobernador Pizarro. Posteriormente, cuando en 1535, concedi el marqus la encomienda de los indios da Cajamarca a Melchor Verdugo, la respectiva provisin reconoci a Felipe Carhuarayco sus derechos al cacicazgo, y, posiblemente, nuestro cacique mereci, del citado encomendero, el trato exigido por su alta dignidad, a pesar de que es histrica la desconsideracin y crueldad que Verdugo usaba en su trato con los indios, haciendo honor a su apellido. Carhuarayco, en sus Memoriales, se titulaba cacique y seor de las siete guarangas de Cajamarca (Espinoza Soriano).

LA VIA QASAMARKACHAN CHAN

Desde el tiempo (preincaico) del viejo Gusmango Capac, el camino principal entre las ciudades de Qasamarka y Chan-Chn, a juicio de Rodrguez Alva, tena este itinerario: Qasamarka - Wankamarka - Contumaz (lugar, entonces, sin poblado alguno) - Gusmango - Jagiiey - Chan-Chn. Este camino era recorrido por chasquis y viajeros, quienes hacan su descanso en el sitio de Contumaz, que era, entonces, probablemente, un tampu (posada y depsito de vveres, vestuarios, armas, etc.).

CONDICION DE LOS JATUNRUNAS DE LOS AYLLUS INTEGRANTES DE LAS

CHUNKAS, PACHAKAS Y WARANKAS CONTUMACTNAS,

ORGANISMOS TRIBUTARIOS DEL ESTADO INKAIKODesde la creacin de la Wamani de Qasamarka (1470), los jatunrunas (de 18 a 50 aos, casados o viudos) de los ayllus o agrupaciones multifamiliares trabajadoras campesinas, pertenecientes a las chunkas, pachakas y warankas contumacinas (de sierras y valles calientes regados), bajo el ojo vigilante del tukuirikuq (gobernador imperial del Inka, juez, visitador y recogedor de tributos), del jatun-kuraka de la Wamani, y de los kurakas de warankas, pachakas y chunkas, tributaron, anualmente; al Estado lnkaiko, por medio de sus mandones, productos de los tres reinos naturales y cosas de artesana (papas, maz, chuu, kuka, aji, maz, llamas, ropas de lana y algodn, usutas, metales preciosos, joyas, armas, municiones, etc.) y mitaron hombres jvenes, para el servicio militar y hombres adultos para el trabajo, por turno, en obras pblicas, minas, caminos, tampus, acueductos, andenes, puentes, etc. (Visita de 1540). As, pues, el ayllu contumacino, que, como hemos dicho, fue libre en sus origenes, dominado, ms tarde, por los seores de los Reinos de Kuismanko o Gusmanko y de Chukimanko, y sojuzgado, finalmente, por el Imperio del Tawaxitiusuyu, sufri una transformacin negativa: de grupo autnomo y cooperativo que fue en sus orgenes, qued convertido en un organismo tributano del Estado Inkaiko (como dice, refirindose al ayllu en general, el escritor Patricio Alba: El Falso Socialismo Incaico de Fernando Belande Terry. Semanario La Libertad. Lima, N 52, 1956). Adems, los jatunrunas contumacinos tributaron y mitaron a sus propios kurakas.

Sin embargo, algunos estudiosos como H.H. Urtega (El Per Bocetos Histricos) sostienen que en la Wamani de Qasanarca hubo poca influencia de las leyes del Imperio, lo mismo que en religin y costumbres.No se descubre la huella del comunismo tahuantinsuyano. Los indios disfrutaron de un semidominio agrario. Las familias posean un terreno de cultivo, propio y exclusivo, que se trasmita por herencia y no podra ser arrebatado por el curaca, ni por las gentes intrusas. Y que la ley inkaika slo se cumpli en la construccin de tampus(servidos siempre por mitmas), en el proveinmiento de stos, y en tributos para el Inka y el Sol. Est claro, sin embargo, que los jatunrunas contumacinos cultivaron, colectivamente, en forma obligada, las tierras del Inka y del Sol, y trbajaron, por turnos, en calidad de mitayos, las minas de plata de Chiquelete (100 hombres por la waranka de Kuismanko o Gusmanko y 100 hombres de la waranka de Chukimanko, los que sumados con los mitayos de las otras warankas qasamarkinas, daban un total de 700 mitayos: Visita de 1540). (Segn Espinoza Soriano, en La Visita de 1572-74, los kurakas aseguraron a los encuestadores espaoles que las minas de plata de Chiquetete se trabajaron desde antes de los Inkas, pero ms intensamente en tiempo de Wayna Qhapaq y que la vajilla para el palacio real o inkawasi de Pultumarka o Baos del Inka, para el jatuntambo o tambo real de Yamobarnba. para los adornos del templo llamado Intikancha en Cajamarca y otros tambos reales de la misma provincia se hicieron con la plata extrada de esa mina).

Los jatunrunas contumacinos, en la Epoca Inkaika, continuaron, como siempre, fabricando sus objetos manuales creyendo en sus propios mitos, dioses y supersticiones honrando a sus sacerdotes-hechiceros ofrendando a sus paqarinas y ttemes, vistiendo pobremente (ropas de lana y algodn: unku o camisa, yakolla o poncho, wara o pantaln corto, usutas o sandalias de cuero de llama o venado, chuspa o bolsa de provisiones que llevaban sobre el hombro, y una waraka, a manera de vincha, con la que cean su frente y su larga cabellera), celebrando sus solemnidades religiosas y civiles, cultivando las tierras propias y ajenas, hilando, tejiendo paos, construyendo represas, canales de riego y andenes, y expresando la belleza a travs del arte. Conservaron la costumbre de hablar de pie con sus kurakas. quienes Ios escuchaban sentados en un banco y con una insignia metlica en la mano. Pro-siguieron viviendo en habitaciones pequeas y oscuras (de paredes de piedra y barro y techo de paja) y durmiendo en poyos de barro, a poca distancia del perro nativo (allqo) y del cuy.

En conclusin: La socidad rural contumacina autctona, en las pocas preinkaika e inkaika, estuvo dividida en dos clases sociales antagnicas: la clase noble o dirigente y la clase popular o dirigids. La primera, gobernaba. La segunda, obedeca y trabajaba. Y, adems. pagaba tributos y mitaba (primero, a sus sinchis naturales; luego, a los grandes sinchis de los Seoros o Reinos de Kuismanko o Gusmanko y de Chukimanko; ms tarde, al seor del Reino Unido de Kuismanko-Chukimanko; y, fInalmente, la Inka del Cuzco y a sus propios kurakas -de chunkas, pachakas y warankas-).

la clase trabajadora campesina dirigida era, pues, una clase trabajadora, tributaria y niitaya.

RELIGIN TOTEMISTA

Dijimos que los ayllus contumacinos ofrecan homenaje religioso, por creerlos sus antepasados raciales y genios tutelares o protectores, a cinco animales tenidos como sagrados -el Puma, el Cndor, el Halcn, el Aguila y la Culebra-, ttemenes jams eclipsados por el Sol de los Inkas en la fe popular. Pero en la religin (politeista) contumacina haba, tambin, ritos y ceremonias, sacrificios y plegarias, para otras divinidades como la Tierra Madre, el Agua, la Lluvia, el Trueno o el Rayo, las Paqarinas (cuevas, cumbres) y los Mallkis (momias de sus antepasados). Muchos de estos dioses tenan rcpresentaciones artsticas (dolos) de oro, plata, cobre, arcilla, lana, hueso y piedra, a las que nuestros ayllus consagraban joyas, manjares, cantos, danzas, chicha y otros presentes. Pero los ayllus, adems, ofrecan sacrificios y oraciones a dolos de tamao pequeo o idolillos (los que pertenecan al ayllu o a una familia), llamados conopas, que eran estatuillas antropomorfas o zoomorfas hechas de metal, arcilla, piedra, hueso o lana, a las que, por tomarlas como sus espritus protectores, crean, supersticiosamente, que comunicaban (a una persona, a una familia, a un ayllu o a la misma tierra madre) sus esencias o complementos espirituales. (como dice el historiador Clements R. Markham en su obra Los Inkas del Per. Versin castellana de Manuel Beltroy; Lima, 1920).

Uno de estos amuletos contumacinos, al que, sin duda, llamaran Cndor Padre. (Figura l), propiedad particular de un jefe de ayllu, extrado del sepulcro de una cueva del paraje La Cuchilla, en el distrito de Contumaz, a comienzos de este siglo, por el campesino Sebastin Castillo, apodado o Sebacho, consrvase, ahora, en mi poder. Es la representacin del dios mtico-totmico Cndor, considerado como uno de los troncos raciales y tutelares del pueblo yunka-serrano contumacino, objeto de oro que tiene estas medidas: 04 cms. de alto, 02 cms. de ancho en la parte media y 05 cms. en la base (base que, a los ojos vista, es la figura de un rgano viril humano, cuyo gran tamao no guarda proporcin con el cuerpo del cndor. Esta imagen del ttem-ave, vaca por dentro, es profundamente simblica y muestra los caracteres propios del estilo muchik-chim. El orfebre contumacino, plasmador cabal de las concepciones mticas de la colectividad en su arte (lenguaje plstico de la metalurgia), proclama, a los cuatro vientos, que el Cndor Mtico es el padre comn racial y por eso lo personaliza o le comunica una naturaleza humana: plasma su imagen con un pene (humano), exageradamente grande como queriendo decir que el falo es la fuente sagrada de la reproduccin humana y de todas las generaciones. Tal Cndor-Humano Padre (o Cndor Personalizado Padre Padre), amuleto inviolado del ayllu trasmita sus virtudes sobrenaturales (poder fuerza, espritu guerrero) a las agoreras y fetichistas agrupaciones multifamiliares totmicas rurales trabajadoras contumacinas. La dicha imagen urea, es, pues, una prueba evidente de que el Cndor fue uno de los ttemenes principales del pueblo chim-serrano contumacino, como hemos sostenido antes, y de que este pueblo practicaba el culto flico. Existen, adems, otras figuraciones de la divinidad totmica-mtica Cndor en el arte contumacino (una petrografa, de Tantarika. representa a la deidad cndor devorando una serpiente -Rodrguez Alva-, lo mismo que muchas petrografas argumentales de la Cuenca del Ro Jequetepeque; as como infinidad de vasijas, de aspecto ptreo, de color ceniciento, con asa-estribo, de estilo chavinoide, descubiertas en la misma Cuenca, que figuran al Cndor en volumen.

Demostracin de que el Puma (o el Felino) fue tenido como otro de los antepasados raciales y espritus tutelares del pueblo comumacino, es un pequeo bastn de mando o insignia de poder de un jefe de ayllu (Figura 2), el cual mide 24 cms. de largo. El cetro, que es de cobre-plano en su primera parte y redondo en la segunda-, me fue obsequiado, en 1945. en la ciudad de Contumaz, por don Miguel Alva, quien asegur que proceda de una de las ruinas de la meseta de Cascabamba. El bastn exhibe, como adorno, en su parte superior, la figura, en bulto redondo, de un felino (de 03 cms. de alto, por 03 cms. de ancho), la que descansa en un tablero ms extenso que el cuerpo del bastn. El ttem-felino est plasmado con harto realismo, tal como es fsicamente el animal, con la cola levantada y casi en forma de arco, con unos ojos grandes y una boca abierta que infunde terror a causa de que salen de ella cuatro enormes y curvos colmillos que se entrecruzan sobre la boca a manera de dobladas lanzas. La obra del joyero contumacino, realista y animalista, exterioriza el estilo muchik-chim.

El arte contumacino tiene, adems, otras representaciones del ttem-felino. En una petrografa de Tantarika, el felino (animal mtico-sagrado) aparece devorando su presa (Rodrguez Alva), en un friso de las construcciones bajo bloques de rocas, en la quebrada de Chuquimango (friso rojo en un muro transversal blanqueado), se aprecia el dibujo de gato o de otro felino estilizado, en la misma manera como se encuentra en los tejidos de los chims (Horkheimer), y en las petrografas simblico-argumentales del Ro Jequetepeque. Asimismo, algunas vasijas ornamentales muchiks de las tumbas de Santa Catalina de Chugod, figuran al ttem-felino en volumen.

Durante la dominacin inkaika, el coito al Sol no fue popular en el espacio contumacino. El pueblo rural contuinacino continu adorando, como en tiempos preinkaikos, a sus antiguas wakas y manteniendo el mismo ritual religioso, frente al ceremonial helaco del oficialismo cuzqueo.

LENGUA MUCHICKCHIMU

En cuanto a la lengua, los ayllus contumacinos hablaron la yunka (muchik-chim) o una variedad regional de sta. Nunca supieron qheswa, como han credo, erradamente, los contumacinos cultos de la Epoca Republicana Oligrquica. Y es que el espacio contumacino estaba dentro de la zona de influencia de la lengua pa1eo-costea yunka, y la poblacin Contumacina tena un origen costeo. No olvidemos que el cura lingsta Fernando de la Carrera Daza, en su obra Arte de la Lengua Yunga de los Valles del Obispado de Trujillo (Lima, 1644), afirma que el yunka era idioma universal en todas las fronteras del espacio contumacino: Chocope, el Valle de Chicama, Paijn, San Pedro de Lloc, Chepn, Jequetepeque, Guadalupe. Pueblo Nuevo (en el actual Departamento de La Libertad) y San Miguel de la Sierra, Nepos o Niepos, San Pablo, etc. (en el actual Departamento de Cajamarca).

Prueba testimonial de que en el espacio contumacino se habl la lengua yunka y no la lengua qheswa es la incalculable cantidad de nombres yunkas de lugares y de poblados, la que hace contraste con la escasez de toponimias y voces qheswas. La misma voz Conturnaz es muchik-chim. Sin embargo, algunos intelectuales contumacinos creen que esta palabra proviene del runa simi, y sostienen una hiptesis qbeswa. Segn don Samuel Alva, el nombre Contumaz se deriva de los vocablos kuntur -cndor- y masha o washa -alas, vuelo, nido-, y significa cndor con las alas extendidas, en actitud de vuelo, en el amanecer. Y conforme a Rodrguez Alva, la voz Contumaz procede de kuntur -cndor- y de marka -lugar o sitio y quiere decir lugar, asiento, regin o sitio de cndores. La teora qheswa sobre el origen de la voz Contumaz es completamente errnea.

La hiptesis yunka sobre este mismo asunto es defendida por dos estudiosas: El doctor H. H. Urteaga, hitoriador cajamarquino (Los Reinos Preincaicos del Norte del Per y el Curacazgo de Los Caxamarca; Lima, 1919), piensa que Contumaz es nombre de poblacin que lleva antepuesto el nombre de la divinidad antigua de ls yungas costeos: con o Cun (dios); y don Jos Amilcar Torres, maestro peruano natural de Tembladera, conocedor de la lengua yunka, asevera que la voz Contumaz emana de la locucin yunka quersu mang tzhang (tu maz para cancha: quersu -cancha-, mang -maz- y tzhang -posesivo de tu, tuyo-) (La Unin, Pacasmayo 13 de febrero de 1957). Sin duda alguna, la hiptesis yunka sobre el origen del nombre Contumaz es la verdadera, aunque el nombre continuar siendo siempre un enigma-lingstico.

Naturalmente que, en la Epoca Inkaika, las kurakas, sus hijos y otros funcionarios menores contumacinos fueron exigidos por las autoridades cuzqueas a aprender la lengua general del Inka -runa simi o qheswa- pero stas dejaron que los jatunrunas rurales de los ayllus cantumacinos continuaran hablando su lengua materna muchic-chim. No obstante, muchos lugares y poblados fueron re-bautizados por la burocracia imperial, con voces o locuciones qheswas. La poblacin rural del Valle de Qasamarka, sin embargo, de la fusin idiomtica del habla antigua qasarnarkina, del qheswa cusqueo y del kaari (o lengua de los kaaris. mi tmas tradas al Valle qasamarkino de la ecuatoriana Kaaribamba), cre la variedad dia1ectal del qheswa qasamarkino, segn cree el lingista Germn Pino Durn (.Alfabeto Bsico Quechua. El Comercio; Lima, 20 de diciembre de 1975).

ECONOMA RURAL

La sociedad colectivista, autogestionaria y autodirigida autctona contumacina, emple los mejores medios para aprovechar la tierra, Y la hizo producir en abundancia. Hombres, mujeres y nios, a travs del trabajo colectivo, se dedicaban ms a la agricultura que a otras ocupaciones manuales u oficios (cermica, metalurgia, textilera). Los varones, puestos en hilera, cantando, alegremente, a coro, araban la tierra madre con el arado de pie (taqlla), en tanto que las mujeres, puestas en otra hilera, mientras acompaaban a los hombres a cantar a coro, desmenuzaban los terrones con sus rauranas (llamadas, hoy, Racuanas).

Los ayllus contumacinos no slo labraron las tierras llanas sino tambin los cerros empinados, donde hicieron terrazas agrcolas. Abonaron sus chakras y huertos con excrementos de cuy, llama y guana de las islas. Construyeron represas y conductos artificiales para llevar al agua a sus siembras. Vivieron trabajando la tierra todo el tiempo. Y apenas si hacan alto en los perodos de cosecha y de las fiestas religiosas, agrcolas y guerreras. En razn del aprovechamiento casi total del suelo, la poblacin aument considerablemente porque tena que comer. Pero ella coma poco. Mas nunca paso hambre.

La regin de Tantarika, en las pocas preinkaika e inkaika, (como not el doctor Horkheimer), tena una poblacin ms densa que en la actualidad. Eso prueban no slo los monumentos mencionados sino tambin la frecuencia de pircas antiguas en las alturas de los cerros. La falta actual de represas y terrazas de cultivo son causas de que las lluvias, cada vez ms, arrastran el humus desde las faldas de los cerros y quebradas. De tal manera, la base econmica de la vida en esta regin se ha reducido considerablemente en comparacin de la poca prehispnica (Horkheimer). Y esta triste realidad socio-econmica actual, se cumple en la mayor parte de regiones y comarcas de nuestra patria-tierra contumacina.

ANEXOS

TANTARIKA LEYENDAR1A

(Apunte aparecido en la revista Turismo; Lima,

Ao XIV, N152, febrero-marzoe de 1950).

Pueblo de piedra chukimanko, situado en una de las faldas del Cerro Tantarika, a 2,400 metros sobre el nivel del mar. Flora tupida cie la base y los flancos del cerro, la que se vuelve breve y espaciada en la cumbre, batida siempre por el viento. Qu paisaje ms maravilloso se descubre desde Tantarika: hacia una parte del confn, se entreveen montaas imponentes, que parecen tocar el cielo, y hondas quebradas yunkas que descienden al Rio Jequetepeque; y hacia otra parte del espacio, se divisa la tierra llana de Pacasmayo y el mar.

El pueblo de Tantarika est muerto ahora. Pero sus dos leyendas -una agrcola y otra heroica-, transmitidas por la tradicin oral contumacina. viven todava. Dice la leyenda agrcola que, en tiempos preinkaikos, un joven noble llamado Kuan, hijo del sinchi de los Wankamarkas, que era seor de las punas de Cascabamba, donde existen dos lagunas de aguas fras, Kuan y Chuu, conoci, en uno de sus viajes, en el lugar de las ruinas, llamado Tantarika, a una hermosa doncella, nombrada, asimismo, Tantarika, hija del seor del Reino de Chukimanko, quien era, tambin, dueo del pueblo de Tantarika. El joven Kuan se enamor, a primera vista, de la doncella, y gravemente enfermo de amor, tom a su ayllu de la puna.

No haba pasado mucho tiempo, cuando lleg al pueblo de Tantarika el sinchi de los Wankamarkas, en compaa de su hijo, con la difcil embajada de solicitar la mano de la doncella Tantarika para Kuan a su padre, el seor de Chukimanko. Este, luego de escuchar al sinchi puneo y de aceptar algunos de sus presentes, manifest, con rostro grave, que slo aceptara desposar a su luja con Kuan, si ste lograba traer, de las lagunas de Cascabamba, una acequia de agua hasta la campia que rodeaba al pueblo de Tantarika, la cual no produca sementeras todo el tiempo por falta de agua de regado. Y el sinchi de los Wankamarkas y el joven Kuari aceptaron la demanda. Y se hicieron muchas fiestas en celebracin de los esponsales.

Pas el tiempo. Y el joven enamorado, con la ayuda de su pueblo, llev a efecto un milagro. Por un conducto artificial secreto, una maana, el indomeable Kuan trajo el agua fra de sus lagunas hasta una da las grandes plazas del pueblo. Y en la corriente del agua, a modo de ofrendas de amor llegaron flores raras de la puna.

Mas, oh, felona!, el gran seor de Chukimanko, demostrando no tener respeto alguno por su palabra (que, en aquel tiempo, era ley), no quiso que las bodas de Kuan y Tantarika, se realizaran. Dio nuevos pretextos engaosos. Entonces, Kuan, lleno de dolor, decepcionado, rencoroso, en un arrancue sbito de ira, hundi el agua del conducto artificial secreto en Las Altamisas, y el lquido elemento, corriendo bajo tierra, fue a brotar en el lejano sitio de Santa Clara o Yonn Viejo, a orillas del Ro Jequetepeque, donde contina manando hasta el presente en forma de puquial.

La leyenda heroica, recogida por el arquelogo alemn Hans Horkheimcr, en 1940, de boca de los habitantes mestizos del pueblo de Catn, vecinos de las ruinas, es menos defundida que la leyenda agrcola. Y tiene por asunto la guerra entre el sinchi del pueblo de Tantarika (o del Seoro de Chukirnanko) y el sinchi del Seoro de Kuismanko o Cusmanko. Narra que, a causa de esta lucha. los habitantes de Tantarika construyeron defensas (murallas) en el cerro prximo a Cholol. Tal relacin es conforme a la existencia de muros en este cerro, los cuales son del mismo tipo que los de Tantarika. (Hans Horkheimer: El Distrito de Trinidad, Nueva Zona Arqueolgica. Rev. Chaski. Vol 1. N 3; Lima, 1941).

El pueblo de Tantarika, en la fecha, est semioculto por el bosque, el cual ha borrado, tanbin, las fuentes de agua que daban de beber al pueblo. No se ve en las cercanas ni una choza, ni campesino alguno. Silencio csmico, hiertico, absoluto.

Pese a la luz propia del pueblo de Tantarika, piedra-mirador con ptina de tiempo, no he tomado a l desde un inolvidable mes de marzo de 1941 en que lo vi por primera vez, en unin de mi hermano, Corcino Florin, y de don Lino Reyes, natural de Lima.

LAS RUINAS DE EL SALITRAL

(Apunte aparecido en la revista Cultura

Peruana; Lima, enero-febrero de 1951).

Las mrgenes del Ro Jequetepeque estn consteladas de inditos focos arqueolgicos, tanto en el rea yunka-costea como en el rea yunka-andina (distrito de Yonn, provincia de Contumaz). Los petroglifos de Yonn Viejo o Santa Clara, que don Antonio Raymondi conociera en el siglo XIX, son uno dc los ms importantes testimonios culturales.

El sitio denominado El Salitral, frente al pueblo actual de Montegrande, al sur de Yonn, en la margen izquierda del Ro -un verdadero Nilo vivificador- es un yacimiento arqueolgico desconocido por la ciencia. Es un haz de ruinas de 6 kilmetros cuadrados de extensin. Las ruinas son fragmentos de pequeas aldeas, defendidas por murallas extensas de piedra. Las aldeas de ndole yunka-andina, muestran plazas, recintos cerrados, calles y pasadizos estrechos. Las viviendas, hechas de piedra y barro, son rectangulares y cuadradas. Por dondequiera se ven batanes y morteros. En estas ruinas hall un idolillo, inciso en una piedredilla de arenisca, de color marrn claro u ocre. Dicha piedrecilla tiene las dimensiones siguientes: altura (04 cms. y medio) y ancho medial (03 cms. y medio). Y el personaje antropomorfo inciso mide: altura (03 cms. y medio) y ancho medial (02 cms. y medio). Se trata de un amuleto mgico, de un idolillo, de una conopa. Tal personaje, de trazo geomtrico, se presenta como flotando sobre una cabeza humana -cabeza trofeo?- y junto a un ave (cndor). Es una bella muestra de Arte yunka-andino. (FIgura 3).

La cermica de el Salitral -fragmentera desparramada- es muy diversa en cuanto a su cromatismo -moncroma y polcroma-: roja. negra, blanca, marrn y roja de rojo indio. Hay de estilo chavinoide, Qasamarka -la ms artstica-, muchik y chim. Abundan platos, ollas, tazas y tinajones: unas veces sin ornamentacin o decoracin; y otras, con ornamentos figurativos en alto y en bajo relieve.

AL norte de El Salitral, como a 4 kilmetros, se halla gran cantidad de piedras grandes con petrografas: figuras de reptiles, aves y hombres, todos provistos de extraos atributos. Sobre todo, en el paraje llamado El Mosquito. Las piedras son de color rojizo, muy semejantes a las famosas piedras del Cerro Mulato (Chongoyape). Las petrografas tienen un oscuro simbolismo. Dos se destacan ms: una que representa una escena guerrera en la que combaten aves, felinos y reptiles; y, otra que es un capricho geomtrico, derivado, al parecer, del dibujo realista de la cabeza del felino (estilo Chavn o Chavinoide). En Yonn Viejo, hay petroglifos geomtricos del mismo estilo.

No existen necrpolis en El Salitral. La intemperie las ha destruido para siempre.

Este importante yacimiento arqueolgico, situado entre las fronteras de la costa y la sierra (calor costeo, lluvia andina) ha debido recibir, sin duda alguna, diversas oleadas culturales, distintas migraciones andinas y costeas. Algunas de sus aldeas ptreas estn prendidas en las faldas de cerros empinados -como El Cerro Perol y El Cerro de los Cndores-, separados entre s por quebradas abismales. Estas y otras aldeas son frutos del generoso Rio Jequetepeque. Y slo l -cntaro sagrado- guarda las cenizas de la vieja historia de la poblacin yunka-serrana de sus orillas. BIBLIOTECA CONTUMACflA

Contumaz: Sociedad y Literatura

Volumen N 1.

Ensayo.

Lima. 1977. DIRECCIN REGIONAL DE EDUCACIN

DIRECCIN DE GESTIN PEDAGGICA

_________________________________________________________________________________________________________________

Ao de la Infraestructura para la Integracin

Ao del Sesquicentenario de la Creacin Poltica del Departamento de Cajamarca

MINISTERIO DE EDUCACION

EMBED CorelDRAW.Graphic.10

_1104814913.unknown