"El que dijo sí y el que dijo no" - Rosalía, Manuel, Javier

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EL QUE DIJO SÍ Y EL QUE DIJO NO Juez deseo: juzgar al Gran Dictador de camino al juzgado, se encuentran con: Coro de economistas (materialismo) – son los hijos del Gran Dictador. No es bueno para nuestra economía remover las cenizas del pasado. Coro de jueces cantores (leyes) -Lecturas arbitrarias. Lenguaje jurídico muy codificado-: Las leyes habilitan al juez para juzgar al Gran Dictador. Las mismas leyes impiden que el juez juzgue al Gran Dictador. Gran Coro de los muertos (conciencia) – representan la conciencia del juez. Los muertos se le manifiestan en forma de pensamiento. Al abrir la puerta del juzgado, dos opciones: Decir SÍ. Decidir juzgar. Lo íntimo se hace público. Lo inhabilitan. No consigue juzgar al Gran Dictador. No puede abrir nuevas causas. El juez vaga, sin trabajo, por la calles de la Gran Ciudad. Decir NO. No juzga. Un no público puede convertirse en un íntimo. Sigue ejerciendo, pero su conciencia no descansa. Por la noches el Gran Coro de los Muertos no le deja dormir. ¿Se puede ¿el interés del juez es el interés común?

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EL QUE DIJO SÍ Y EL QUE DIJO NO

Juez deseo: juzgar al Gran Dictador

de camino al juzgado, se encuentran con:• Coro de economistas (materialismo) – son los hijos del Gran Dictador. No es bueno para

nuestra economía remover las cenizas del pasado. • Coro de jueces cantores (leyes) -Lecturas arbitrarias. Lenguaje jurídico muy codificado-:

• Las leyes habilitan al juez para juzgar al Gran Dictador.• Las mismas leyes impiden que el juez juzgue al Gran Dictador.

• Gran Coro de los muertos (conciencia) – representan la conciencia del juez. Los muertos se le manifiestan en forma de pensamiento.

Al abrir la puerta del juzgado, dos opciones:

Decir SÍ. Decidir juzgar. Lo íntimo se hace público. Lo inhabilitan. No consigue juzgar al Gran Dictador. No puede abrir nuevas causas.El juez vaga, sin trabajo, por la calles de la Gran Ciudad.

Decir NO. No juzga. Un no público puede convertirse en un sí íntimo. Sigue ejerciendo, pero su conciencia no descansa. Por la noches el Gran Coro de los Muertos no le deja dormir. ¿Se puede continuar la lucha en silencio?

¿el interés del juez es el interés común?

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PARÁBOLA

Y salió el juez a impartir su justicia. En el camino a la casa de la Señora Justicia, se encontró con un grupo de jóvenes licenciados en economía y los jóvenes le dijeron: ¿A dónde vas? ¡Vuélvete a tu casa! La bolsa está frágil. Provocarás una bancarrota con tus pamplinas. Solo piensas en ti. Y el juez, pensativo, siguió su camino hasta encontrarse con algunos de sus colegas; mientras unos le decían: ¡Por la ley 13.76 del artículo IV de la causa 1.237 no tienes potestad para hacer tal cosa!, otros le recriminaban: ¡Ya era hora! Según ese mismo artículo debes de hacerlo. Solo tu puedes hacerlo. Y el juez, algo confuso, caminó hasta la puerta de la casa de la Señora Justicia, donde se le aparecieron cientos de fantasmas, cada uno con una mano y con un pie del otro, todos mezclados, y le dijeron: ¡Queremos nuestros brazos y queremos nuestras manos!Al pasar bajo el umbral de la casa de la Señora Justicia, ésta le ofreció un vaso de leche con galletas -por las molestias del paseo- y el juez tuvo que decidir si seguía o no con su causa. El juez que decidió juzgar al Gran Dictador; fue juzgado. No pudo defender esta causa ni

otras venideras, ya que fue suspendido de empleo y sueldo por un tiempo similar a la eternidad. Lo privado se convirtió en público y fue condenado por ello.

El juez que decidió no juzgar al Gran Dictador; no fue juzgado. Pudo defender otras causas, pero ninguna de tal importancia. Por la noche el Gran Coro de los Muertos se le aparecía en sueños, reclamando su derecho a una nariz única, a una oreja en cada lado. Lo privado siguió siendo privado y el juez tuvo las manos atadas.

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TESIS: juzgar al Gran Dictador.ANTÍTESIS: no juzgar al Gran Dictador.SÍNTESIS: cualquier opción es positiva y negativa. Fomentar el pensamiento crítico.

El Coro de Jueces Cantores representa la codificación de la justicia, la balanza se puede inclinar a los dos lados, depende de quién interprete las leyes. ¿Cuál es el verdadero motivo que impulsa al juez a actuar: piensa en las familias de los muertos, piensa en su propio beneficio, gloria y fama?Se puede introducir un coro que represente al Jurado Popular. Este coro estaría presente en el juicio al propio juez y polarizaría más los puntos de vista.

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EL ABUELO QUE DIJO SÍ Y EL ABUELO QUE DIJO NO

Un viejo anciano tenía a su mujer moribunda, agonizando en su vieja cama de hierro. Como última voluntad ésta le pidió que encontrara al hijo pequeño que les arrebató la guerra. La Maldita Guerra, como gustaba decir a la pobre viejecilla.El abuelo, en su largo periplo, se encontró con el Gran Coro de los Muertos. Éstos le empezaron a reclamar la vida que les fue quitada, los miembros que les pertenecían, las nucas sin profundos agujeros. Y el viejo aceptó su reto, pues le pareció escuchar la vocecilla de su joven hijo entre aquel batiburrillo de ecos.Más adelante, apareció en su camino, un grupo abogados. Abogados y dueños de las tierras donde descansaban sin descansar fantasmas de épocas pasadas. Sus fantasmas. Y los licenciados le impidieron el paso más allá de sus cercas. El viejo tenía dos opciones:

Hubo un abuelo que por la noche escabulló su cuerpo entre las vallas y con ayuda de sus temblorosas manos empezó a escarbar, como escarba la gallina con su pico en busca de la sabrosa lombriz. Al poco tiempo de ensuciar sus artríticas rodillas, un fuerte fogonazo le nubló la vista. Los propietarios le juzgaron por allanamiento de morada y pasó sus últimos días encerrado en una sucia celda, lejos de su mujer.

Otro abuelo, en cambio, mirando fijamente las arrugas de sus brazos, decidió volver a casa y cuidar de su mujer. Se inventó una bonita historia y la acompañó hasta su último suspiro. Cuando ésta murió, en cambio, no pudo descansar ninguna noche. Su mujer, en sueños, no paraba de aullar nanas a su niño desaparecido.