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El RanchoMINISTERIO DE EDUCACIÓN DE LA PROVINCIA DEL CHUBUT

Modalidad Educación en Contextos de EncierroSelección de trabajos realizados en elTaller Literariode la Escuela N° 7708 (Ex 791)en la Unidad Penal N° 14 SPFEsquel – Patagonia argentina

Coordinadora del Taller LiterarioProf. Valeria Lombardelli

Coordinadora del Taller Libros CartonerosYanina Dillon

Coordinadora Pedagógica ECE 7708 (Ex 791)

Prof. Nilda BulzomiDirector Escuela N° 7708 (Ex 791)Prof. Carlos Miselli

Editado en Esquel, a fines de 2015

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Palabras preliminares

La poesía irrumpe en “El rancho” 2015 y lo habita en su plenitud. Dialoga con escritores y lo hace con voces y ritmos latinoamericanos habilitando, en un abrazo integral, otros idiomas.

En cualquiera de los lenguajes, colores y melodías, refiere a ciertas sombras habituales en el encierro, a la nostalgia y la extrañeza, a desilusiones y esperanzas.

La nueva edición viene de la mano de otra guía que renueva estilos, lecturas y lazos y que rescata, como sello intrínseco, esa posibilidad eterna que la palabra regala junto a la oportunidad de construir “lo fuerte y lo fiel” más que el papel.

Y renueva, también, su presentación impresa probando otros formatos productivos.

Nilda Bulzomi

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Voces

Ruido de vientoRuido de lluviaRuido de los televisoresRuido de motorRuidos diversosTodos penetran mis oídos.

Ruidos de pasosRuidos de risasRuidos de gemidosRuidos de gritosRuidos de rejasRuidos que no pasarán.

Ruido de caballos relinchandoRuido de gallos cacareandoRuido de perros ladrandode gatos maullando de bocinasvoz de voces alterándose.

El sonido del pulsode la respiracióndel corazón.Y una voz, un gritoen cuello¡libertad! ¡libertad! ¡libertad!

Wang L.

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Malos recuerdos

Es una noche de densa oscuridad,que cubre el paisaje de negra soledad.Estoy con cuatro amigos de la vida,sentados alrededor de una fogata,meditando sobre lo pasado y lo porvenir, el devenir, las penas, la ventura.Las llamas nos miran con ojos penetrantes,iluminando los rincones de la memoria,despejando el camino a recuerdos ocultos,perdidos en las tinieblas del alma.Las sombras nocturnas me acechan desde atrás,susurrando en mis oídos amenazas,urgiéndome a sacar a la luz brillante,mis vivencias ocultas, jamás contadas, reprimidas.Veo las flamas bambolearse con una brisa rasante,reflejando y cambiando el matiz de los semblantes.Pienso sosegado, en la historia de mi vida.Me intimida lo que encuentro olvidado,que no quiero revelarlo todavía,quizás en otra ocasión, quizás en otra vida.Es una noche de densa soledad,Que cubre el alma de negra oscuridad. Jorge G.

Verano

Si te quieres divertir con alegría y precauciónSolo tienes que pasar unverano en New York.

Te llaman tus amigoscasi implorando, de rodillas,Te invitan a las playasy a los parques ¡maravillas!

A la sombra de un árbolMi bandeja paisa degustary después de una siesta placenteraEl tiempo no parece pasar.

Son las fiestas de independencia de nuestros países latinoamericanos ¡a disfrutar!Con la salsa y el son colombiano, Puertorriqueño y cubano nos hace delirar.

Y oyendo el swing de las orquestas tocar.En el parque de Flooshing y Central.Todo esto parece un sueñoPero es una realidad.

Orlando. G.

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Transparencia

Un hombre en la oscuridadCamina en soledad por la ciudad

Peregrina por la vidaSu cuerpo es su propia casa

Ilumina solo su ser al caminarIngeniero que idea el argumento de una obra en construcción

Siente melancolía por el barrioDespide al amor

Y termina solo en la vida recorriendo ese largo camino en busca de la felicidad.

Creación colectiva del Taller Literario, Inspirados por el dibujo “Caminante Nocturno”, de Troche

Al fin

Me encontraba en lo alto del árbolel frío viento soplóde mi frágil rama me soltó.

Mi descenso fue lento,al suelo al fin caíy por mucho tiempo allí permanecí.

Daniel G.

HAIKUS

Mientras esperotoman vida los sueños,

así soy libre.

Onceavo mes.No voy a ningún lado.

Alguien sale.

Cárcel de tizaforrada en acero Quiero ver el sol.

Cristian N.

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Abro los ojos,pasó la tempestad:

la vida sigue.

Los hombres pasan,la luna es la misma,

el dolor también.

Jorge G.

En inviernovi por mi ventanita

el calor del sol

Wang L.

En Argentinael arresto es veloz,

la condena no

En Colombiano sólo hay cárteles:

hay mucho café.

Lo blanco no essiempre la pureza.Mente sin ideas.

Orlando G.

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“En un pueblo muy pequeño y lejanolleno de paz y amordonde hay una estación de policíaque es la única forma de llamarte día a díapara saber cómo están, Madre Mía.”

365 llamadas es la Odisea de este gran amorY todos los días te pido, madre que me tengas en oración.

Por lo que más deseo y aunque tú no lo sepasY nunca te lo diré, Que es mi ¡LIBERACiÓN!

Orlando G.

Carta de un preso

Hoy 24 de Septiembre es el díaMás alegre y melancólico de mi vidaCumples 83 primaveras, Madre Querida

Mi otra madre, hoy también es su día,Virgencita de las Mercedes,Patrona de los cautivos.

Madre, te llamo y me dices: “Hijo Dios y la VirgenTe bendigan y protejan¿Y esa grabación de dónde es?”

Mi corazón del pecho se quiere salirY una mentira piadosa te tengo que decir

Porque de tristeza, si la verdad te digo,mi corazón se quiere morir.Y como soy hijo de tus entrañas crees que nunca te voy a mentir

Y con unas palabras, salidas con muchoesfuerzo de mi amor, con precaución,Te hago entrar en razón.

Y con lágrimas en mis ojosque no dejo que interfieran en el sonido de mi voz, me oigas con seguridad y firmeza diciéndote,supuestamente, donde estoy

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Instrucciones para escuchar una melodía llamada salsa

1. Sentir correr por las venas, un torrente de nuestra herencia de sangre americana, que llega hasta los latidos del corazón y se confunden con el sonido de las congas y el tambor

2. Percibir como el oído se desvanece lenta y deliciosamen-te, con los diferentes sonidos del piano, la trompeta, la guitarra, el güiro, el bajo, y el saxofón.

3. Ver como los poros de la piel se ponen como de gallina al es-cuchar la primera nota que interpreta la orquesta en el salón.

4 Asimilar los mensajes de las letras de la canción, que no solo son de amor, despecho o traición, sino también de alegrías, injusticias y corrupción.

5 Escuchar el ritmo del tintineo de copas de licor, con los ami-gos en un rincón.

6 Y todo esto lo llevará a una sola conclusión, que este hermo-so hechizo se llama: “sin salsa no hay paraíso”

Orlando G.

Instructivo para recordarme

1. Abre bien la boca para dar un gran bostezo con los brazos levantados, bien estirados.

2. Con los ojos parpadeantes, tratando de hacer foco en el techo, con el brazo izquierdo tantea el lugar donde debe-ría estar acostado yo.

3. En ese instante recuerda dónde estoy en este momento.

4. Vuelve a recostarte y deja volar la imaginación, comenzan-do un día hace veintisiete años, cuando nos conocimos.

5. Continúa recordando todo lo bueno y solo lo bueno, por-que es lo único que merece recordarse, porque trae alegría al alma y ayuda a enfrentar el día, otro día, separados.

Jorge G.

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Instrucciones para hacer un poema

Ante todo, primero busque paciencia, tolerancia y tiempo; busque papeles en blanco y lapiceras, porque va a tener que escribir demasiado, hasta que se le adormezca la mano. Vol-car sobre el papel todos sus pensamientos, todo aquello que se le ocurra, concéntrese en lo que escriba. Léalo y empiece a encontrar las palabras y las frases que más le atraen y comien-ce a jugar con esas palabras, divagando e imaginando secuen-cias de lo que quiera expresar, de lo que quiera contar. Una vez terminado con ese procedimiento lea el poema, extraiga lo que sobra y si es necesario agregue lo que falta. Ahora: a pasarlo en limpio y compartirlo con los amigos y allegados, escuchar sus críticas o elogios, y una vez que lo hayan leído, preguntarse ¿era este el poema que quería escribir?

Javier L.

Instrucciones para morir

Basta con vivir disfrutando la vida,Sin preocuparse por la muerte.

Javier L.

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El nacimiento del sol

Me regocijo al ver el nacimiento del sol.Durante cuatro años trabajé en un barco de pesca, donde lo veía a menudo. Una vez, los cielos estaban muy claros, yo estaba en la cubierta del barco, de pie, alzando los ojos al horizonte; el mar vasto se juntaba con los cielos, un hilo negro los unía.

El alba lentamente iba apareciendo. Los arreboles de la madrugada se habían extendido sobre el horizonte. Los destellos se habían asomado, paso a paso. Un borde de oro aperecía. En seguida el sol, como un cachorro de ciervo saltando, en cinco minutos quedó colgado entero en el cielo. Sus resplandores iluminaron la faz del gran mar. Mientras las gaviotas desplegaban las alas revoloteando por el espacio.

Una voz salió del corazón y clamó - ¡Paraíso!¡Paraíso!¡Ensueño!¡Ensueño!Quiero verlo otra vez, otra vez, otras veces.

Wang L.

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¿Cuál camino, Can Cerbero?

La visión de un hombre moribundo: veía su figura en medio de la oscuridad, cuando de pronto sintió que de su mano izquierda salía una luz que iluminaba un sendero; éste ter-minaba formando la figura de un perro. Esta visión le hizo preguntarse de inmediato: ¿Cómo fue mi vida?

¿La de un ser humano bueno y feliz? ¿Ó llevé una vida de perros?Pero nunca se supo la respuesta, se la llevó al otro mundo.

Si nos dejo una reflexión en forma de pregunta, a los que estamos vivos.

¿Cómo llevamos nuestras vidas?

Orlando G.

Estrellas

Estoy observando a través de un telescopio todas las décadas que vivo. En el espacio encuentro todo tipo de sucesos. Hay muchas cosas que hoy me duelen. En los ochenta vi el cometa, era niño, contaba las estrellas, miraba la luna, me imaginaba poder tocarla, le hallaba mu-chas formas. En los noventa fui un rebelde adolescente que soñaba con tener mi banda rock, y tocaren un pub todas las noches los temas del Flaco, Pescado Rabioso y Charly. Miraba el espacio, las estrellas y me preguntaba: ¿llegaré algún día a poder tocar o cantar con el Flaco? Miraba las estrellas y le pedía a ellas, por favor, denme ese don de la música que amo. Quisiera volver a aquella década.

Sergio A.

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El reposo

Había dos pintores de arte que convinieron hacer cada uno una pintura que mostrara un paisaje del reposo.

El primero pintó una montaña en perspectiva y un lago cal-mo situado al pie. La paz de las aguas cristalinas, como un espejo; ella está solitaria, y lejos del mundo mortal.

El segundo pintó una impetuosa catarata. Al lado de ella había un arbusto pequeño, una rama doblada sobre la faz de las aguas, por encima de ella, un nido asentado sobre la rama, apenas mojada, salpicada por la espuma. En el medio del nido un pájaro dormido.

Wang L.

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Si yo cumplo no prometo

“Todos prometen y nadie cumple”, en Dicen las paredes, del Libro de los abrazos

Eduardo Galeano

Un día 29 de julio, me acuerdo que eran elecciones y el pueblo aullaba por sus gobernantes mientras yo estaba en casa toman-do un café porque el frío abrigaba mi cuerpo. Ellos prometían, ya nadie creía. El reloj sonaba como dos palomas en celo.

Desconcertado yo pensaba que esto iba a cambiar mi vida. Pero no era así.

Salí de mi casa. Ese día, chicos y grandes jugaban en la plaza milagrosa. Las escuelas estaban llenas de papeles con letras borrosas. Fui a la fila, era el momento, entré. Estaba lleno de silencio: me encontré con boletas llenas de promesas y una me llamó la atención: su cara tenía hambre de gloria, yo no lo conocía, pero ahí estaba, esperando.

Ante la duda rompí el voto y me fui. Porque todos prometen y nadie cumple.

Eduardo C.

Dime de qué te jactas y te diré de qué careces

Erase una vez un pueblo muy pequeño. Había un hombre muy rico, orgulloso y prepotente que mandó a edificar una torre muy alta en el centro del pueblo. Su ego llegó a ser tan grande que todos los días subía a la parte más alta de la torre a mirar cómo se veía el pueblo sin él.

Después de mucho tiempo se dio cuenta de que necesitaba estar entre la gente. Pero la gente a él no lo necesitaba.

Eduardo C.

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El mate (fobias)

Ese miedoso equilibrista vestido de verde es un personaje muy templado. Pone la pava al fuego, con miedo a que se de-rrame agua. Su espíritu y dedicación lo llevaron a ser un gran maestro cebador de mate. Usa una yerba suave, especial, deja fluir el agua tibia sobre la bombilla: surge ese calor armoniza-do con el sabor exquisito a madera de la calabaza, que cuida como si fuera su mayor tesoro. Sólo su boca toca esa celosa bombilla, que después de usar, hace hervir por temor a que se infecte. Es un obsesionado de la limpieza e higiene.

Sobresale a simple vista esa aversión apasionada hacia algo; lo delata no querer compartir su mate; y para aquél que no se dio cuenta, yo cantaré a los cuatro vientos, para que todos lo sepan: a mi amigo el equilibrista no le gusta compartir su mate.

Javier L.

Aprendizajes

De los políticos, aprendimos a decir la verdad.De los militares, aprendimos a amar.De los ladrones, aprendimos la seguridad.De los curas, aprendimos a regalar.De los maestros, aprendimos a insultar.De la muerte, aprendimos a vivir.De los niños, aprendimos a trabajar.¿De quién aprendimos a no aprender?

Inspirado en el texto “Primeras letras”, en Bocas del tiempo, de Eduardo Galeano

Javier L.

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Una mañana de sorpresa

-¿Qué hora es?, Uh, son las 8:00, ya es tiempo de levantarse, ¡pero qué frío está hoy!-

Aylen sabía que tenía que levantarse, hoy tenía prueba en el cole, pero la helada y la nieve hacían que la pachorra creciera. Tapada hasta la nariz movía sus grandes ojos verdes de un lado a otro y pensaba qué iba a hacer, pues no había estudiado. Pensaba que si inventaba algo se iba a sentir culpable de esa mentira, su madre no se lo merecía. Con sólo pensar que tenía que caminar 3 kilómetros hasta el cole su fiaca aumentaba.

Sus hermanos ya no estaban, se habían ido a trabajar y la persona que siempre la llevaba tampoco. Extrañaba mucho a su padre. Añoraba esos días en que junto a él bajaba y subía en su camioneta blanca.

De pronto el tuc tuc de su puerta y su madre, desde abajo: - Aylén, ¿qué pensás hacer hoy?, ¿vas a ir al cole? -. Un nudo creció en su garganta: ¿qué iba a decir? – Mamá se va a enojar – pensó. Y el tuc tuc de la puerta la hizo pensar más todavía, pues, no quedaban en la casa más que su mamá y su hermanita Ruth que no caminaba y era imposible que subiera la escalera…Su cabecita quedó como anestesiada ¿quién sería?¡Pero qué gran sorpresa la de Aylen! Al sentir el picaporte que giraba y sentir el picaporte de la puerta de madera su mirada giró como un rayo hacia la entrada y las lágrimas empezaron a rodar por sus mejillas: había vuelto papá, la persona que tanto esperaba ver… ¡qué alegría!¡qué emoción! De un salto lo abrazó, lo besó y fue corriendo a lavarse los dientes y la cara y corriendo tomó sus útiles y le dijo a su padre: hoy me llevás vos.

Carlos. U

Una buena charla

C –Buen día, buen hombre, soy su conciencia.H –Hola. ¿Cómo le va espíritu o conciencia? ¿Qué anda haciendo?C-Veo como caminas, como te manejas por la vidaH-¿Y qué le parece a usted?C-Lo veo bien encaminado, ha logrado encontrar su rumboH-¿De verdad me lo dice? Me hace sentir feliz.C-Disfrute y no se aparte del camino por el que marcha La felicidad está más adelante.H-¡Uy, qué bueno! Y muchas gracias por sus palabrasC-Un solo consejo más buen hombre.H-Si, ¿Cuál?C-Si se cae levántese y siga, no baje los brazos, nadie es perfecto. Avance

Carlos U.

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Fui corriendo hasta el taller de mi abuelo, que era carpin-tero, y comencé a construir con sus herramientas una nave que me permitiría llevarla de regreso.

A las pocas horas ya la tenía terminada; no era una obra de arte pero era lo suficientemente fuerte para poder viajar. La cargué en un carro que me había hecho mi abuelo que enganché en mi bicicleta para poder llevarla hasta donde estaba la estrella. Le-vanté a mi amiga y la acomodé. Ella me ayudó a subir tomán-dome de la mano. Tenía miedo y muchas dudas ¿Funcionará?

De pronto la estrella, con lo poco que le quedaba de energía, impulsó la nave hacia el espacio. Cuando comenzó a tomar vuelo parecía que iba a desarmarse. Hasta que tomó una buena altura y ahí la nave se estabilizó. Me quedé tranquilo. Ahora sabía que todo marchaba bien.

Después de unos minutos llegamos la Vía Láctea, donde ella aprovechó a beber para satisfacer su sed y llenarse de ener-gía, se encontraba muy débil! Inmediatamente empezó a recuperar su hermoso brillo.

Seguimos el viaje, parecía eterno. Yo iba observando todo a mi alrededor muy lentamente, pero el reloj corría muy rápido. Mientras la estrella me contaba de su vida y de cada una de sus millones de hermanas.

En un momento logró ver a su madre, por la distancia que nos separaba parecía inalcanzable.

Seguimos un poco más y llegando donde se encontraba su

La estrella perdidaUn cuento para mi hijo

Me encontraba mirando el cielo como lo hacía todas las noches de verano en mis vacaciones, recostado sobre el césped del patio de la casa de mis abuelos.

Me gustaba descubrir esos brillosos y diminutos satélites.

Iban de un lado al otro, como si giraran sin rumbo. Parecían perdidos, solitarios en el gran cosmos, me preguntaba ¿por qué están ahí? En ese instante vi venir hacia mí una brillante luz enceguecedora que al acercarse iba perdiendo luminosidad.

Di un salto y me levanté exaltado, al mismo tiempo sorprendi-do y asustado.

A escasos metros de donde me encontraba sentí una explosión y oí que alguien se lamentaba de dolor. Me acerqué lentamente y con cuidado y vi una pequeña estre-lla. Al arrodillarme ante ella, me susurró al oído con dificultad y con una voz muy suave, que estaba jugando y que se había alejado un poco del lado de su madre. Que sin darse cuenta se encontró perdida y empezó a caer hasta llegar ahí.

Me dijo que no sabía cómo regresar, y que si no lo hacía antes de que salga el sol moriría, se apagaría para siempre convirtiéndose en una simple roca más de la tierra. Me suplicó que la ayudara y le dije que no se preocupara, que la ayudaría a regresar a su hogar.

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amada madre, la estrella brilló como nunca antes había bri-llado en toda su vida. Las lágrimas de emoción que despedía eran como pequeñitos destellos que salían de ella.

¡Ahí la deje! Junto a su madre. Cuando estaba partiendo de regreso a mi hogar, ella se acercó y me dio de recuerdo, para que nunca olvide su amistad, una de sus lágrimas, eran lágrimas de alegría. Así, de esa forma sellamos lo que había pasado esa noche inolvidable.

Javier L.

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El nacimiento del solWang L.

EstrellasSergio A.

¿Cuál camino, Can Cerbero?Orlando G.

El reposoWang L.

Dime de qué te jactas y te diré de qué carecesEduardo C.

Si yo cumplo no prometoEduardo C.

AprendizajesJavier L.

El mate (fobias)Javier L.

Una buena charlaCarlos U.

Una mañana de sorpresaCarlos U.

La estrella perdidaJavier L.

Palabras preliminaresNilda Bulzomi

VocesWang L.

VeranoOrlando G.

Malos recuerdosJorge G.

TransparenciaCreación colectiva

Al finDaniel G.

HAIKUSCristian N., Jorge G., Orlando G., Wang L.

Carta de un presoOrlando G.

Instrucciones para recordarmeJorge G.

Instrucciones para escuchar una melodía llamada salsaOrlando G.

Instrucciones para hacer un poemaJavier L.

Instrucciones para morirJavier L.

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