El Relato de Vida y El Sujeto

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TEMAS SOCIALES N” 30 enero 2000 • 1 T T T T T 30 Boletín del Programa de Pobreza y Políticas Sociales de SUR ENERO 2000 SUR Centro de Estudios Sociales y Educación JosØ M. Infante 85•Fono:236 0470• Fax: 235 9091• Santiago, Chile SOCIAL SOCIAL SOCIAL SOCIAL SOCIALES ES ES ES ES E E E E E M M M M M A A A A A S S S S S PRESENTACIÓN En este Temas Sociales queremos dar continuidad a un traba- jo iniciado a principios del aæo 99, con la publicación de la Revista Proposiciones N” 29 y la venida del profesor Vincent de Gaulejac y su conferencia sobre los relatos de vida y la sociolo- gía clínica. 1 Esta vez hemos podido contar con la visita del pro- fesor Jacques Rheaume, 2 que nos ha permitido profundizar y aprender de este enfoque multidisciplinario que es la sociología clínica. En su conferencia, 3 el profesor Rheaume, junto con presentar los fundamentos de su aproximación a la sociología clínica, nos entrega una mirada comprensiva de la relación entre el sujeto y el mundo, relación que siempre, aunque desde miradas diver- sas, ha ocupado a las ciencias humanas. Y es esta articulación entre el sujeto individual y lo social lo que funda tambiØn la sociología clínica y su pasión por el sujeto social complejo. Complejo porque el sujeto humano estÆ atravesado por mœlti- ples dimensiones: es un individuo que se encuentra en relación con otras personas, con parejas, amigos, grupos; que forma parte de un orden familiar, de grupos y de organizaciones for- males; que existe en una sociedad, en un continente y en un mundo. Comprender al sujeto humano colectivo o individual supone, en primer lugar, captar esta gama de expresiones y actitudes. Sin embargo, seæala Rheaume, esta complejidad del sujeto social no se detiene aquí. El individuo es tambiØn histo- ria, se desarrolla a travØs del tiempo. Es esta pasión por lo que Rheaume llama el sujeto social com- plejo la que hace evidente, a quienes fundan la sociología clíni- ca, las limitaciones que ofrece el permanecer encasillado en una sola disciplina. Los apasionados por el sujeto social complejo enfrentan el desafío de abrirse camino a pesar de encontrarse comprimidos en una camisa de fuerza disciplinaria. Para la so- ciología clínica, la interdisciplinariedad en su doble carÆcter de disciplina e indisciplina, es entonces no sólo una condi- ción bÆsica a su quehacer, sino tambiØn un lugar privilegiado de reflexión. A esta definición bÆsica de la sociología clínica, Rheaume agrega tambiØn una dimensión que no siempre encontramos entre los cientistas sociales: la convicción de que el conoci- miento es indisociable de la acción social. La sociología clínica apuesta a la existencia y fortalecimiento de un lazo entre la teo- ría y la prÆctica. La investigación clínica busca reanudar el lazo entre ambas, guiada siempre por su afÆn de comprender al su- jeto social complejo. Sin embargo, afirma Rheaume, es claro que la condición de investigador lo ubica en una situación de distancia en relación a los actores sociales. La apuesta no pre- tende, entonces, mÆs que acompaæar a aquellos que, a travØs de su esfuerzo, tambiØn buscan transformarse, en definitiva, en sujetos. Aunque la producción democrÆtica del saber, seæala Rheaume, es una verdadera utopía, es una utopía que puede y debe ser fuente de inspiración. El sujeto social complejo tambiØn lo es. Sin embargo, nada impide que todos, de maneras distintas, busquemos serlo. Porque sujetos somos siempre un poco; so- ciales, es mÆs difícil; pero complejos, mucho mÆs aœn. F. MÆrquez, D. Sharim, U. Silva EL RELATO DE VIDA Y EL SUJETO SOCIAL COMPLEJO Conferencia del Profesor Jacques Rheaume 1 Boletín de Temas Sociales N” 23, SUR. 2 El profesor Rheaume, canadiense, doctor en sociología de la Universidad de Montreal, es actualmente director del Centro de Investigación y de Formación del Centro Local de Salud y Servicios Comunitarios; y director del Consejo de Quebec de la Investigación Social. Es miembro del Grupo de Novela Familiar y Trayectoria Social, que trabaja sobre relatos de vida grupal desde una perspectiva psicosociológica. 3 Conferencia dada en la Escuela de Psicología de la P. Universidad Católica, noviembre de 1999.

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ENERO2000

SUR Centro de Estudios Sociales y EducaciónJosé M. Infante 85·Fono:236 0470·Fax: 235 9091· Santiago, Chile

SOCIALSOCIALSOCIALSOCIALSOCIALESESESESESEEEEEMMMMMAAAAASSSSS

PRESENTACIÓN

En este Temas Sociales queremos dar continuidad a un traba-jo iniciado a principios del año 99, con la publicación de laRevista Proposiciones Nº 29 y la venida del profesor Vincent deGaulejac y su conferencia sobre los relatos de vida y la sociolo-gía clínica.1 Esta vez hemos podido contar con la visita del pro-fesor Jacques Rheaume,2 que nos ha permitido profundizar yaprender de este enfoque multidisciplinario que es la sociologíaclínica.

En su conferencia,3 el profesor Rheaume, junto con presentarlos fundamentos de su aproximación a la sociología clínica, nosentrega una mirada comprensiva de la relación entre el sujeto yel mundo, relación que siempre, aunque desde miradas diver-sas, ha ocupado a las ciencias humanas. Y es esta articulaciónentre el sujeto individual y lo social lo que funda también lasociología clínica y su pasión por el sujeto social complejo.Complejo porque el sujeto humano está atravesado por múlti-ples dimensiones: es un individuo que se encuentra en relacióncon otras personas, con parejas, amigos, grupos; que formaparte de un orden familiar, de grupos y de organizaciones for-males; que existe en una sociedad, en un continente y en unmundo. Comprender al sujeto humano colectivo o individualsupone, en primer lugar, captar esta gama de expresiones yactitudes. Sin embargo, señala Rheaume, esta complejidad delsujeto social no se detiene aquí. El individuo es también histo-ria, se desarrolla a través del tiempo.

Es esta pasión por lo que Rheaume llama el sujeto social com-plejo la que hace evidente, a quienes fundan la sociología clíni-ca, las limitaciones que ofrece el permanecer encasillado en una

sola disciplina. Los apasionados por el sujeto social complejoenfrentan el desafío de abrirse camino a pesar de encontrarsecomprimidos en una camisa de fuerza disciplinaria. Para la so-ciología clínica, la interdisciplinariedad �en su doble carácterde disciplina e indisciplina�, es entonces no sólo una condi-ción básica a su quehacer, sino también un lugar privilegiadode reflexión.

A esta definición básica de la sociología clínica, Rheaumeagrega también una dimensión que no siempre encontramosentre los cientistas sociales: la convicción de que el conoci-miento es indisociable de la acción social. La sociología clínicaapuesta a la existencia y fortalecimiento de un lazo entre la teo-ría y la práctica. La investigación clínica busca reanudar el lazoentre ambas, guiada siempre por su afán de comprender al su-jeto social complejo. Sin embargo, afirma Rheaume, es claroque la condición de investigador lo ubica en una situación dedistancia en relación a los actores sociales. La apuesta no pre-tende, entonces, más que acompañar a aquellos que, a través desu esfuerzo, también buscan transformarse, en definitiva, ensujetos.

Aunque la producción democrática del saber, señala Rheaume,es una verdadera utopía, es una utopía que puede y debe serfuente de inspiración. El sujeto social complejo también lo es.Sin embargo, nada impide que todos, de maneras distintas,busquemos serlo. Porque sujetos somos siempre un poco; so-ciales, es más difícil; pero complejos, mucho más aún.

F. Márquez, D. Sharim, U. Silva

EL RELATO DE VIDA Y EL SUJETO SOCIAL COMPLEJOConferencia del Profesor Jacques Rheaume

1 Boletín de Temas Sociales Nº 23, SUR.2 El profesor Rheaume, canadiense, doctor en sociología de la Universidad de Montreal, es actualmente director del Centro de

Investigación y de Formación del Centro Local de Salud y Servicios Comunitarios; y director del Consejo de Quebec de laInvestigación Social. Es miembro del Grupo de Novela Familiar y Trayectoria Social, que trabaja sobre relatos de vida grupal desdeuna perspectiva psicosociológica.

3 Conferencia dada en la Escuela de Psicología de la P. Universidad Católica, noviembre de 1999.

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CONFERENCIA DEL PROFESORJACQUES RHEAUME4

En esta ocasión, presentaré algunas re-flexiones sobre el relato de vida o el mé-todo biográfico, situando esta forma deinvestigación en el contexto de una aproxi-mación clínica y un cuadro de análisispsicosociológico. Hay un cierto númerode nociones que necesitan ser aclaradasconceptualmente, y ello constituye el ob-jetivo de esta presentación.

Es importante situar el punto de vistadesde el cual me ubico para abordar eltema de los relatos de vida. Desde los ini-cios de mi vida profesional, me he inte-resado en la cuestión de las relacionesentre el individuo y la sociedad. Lo hehecho en mis estudios filosóficos, psico-lógicos, después sociológicos; en mi en-señanza y en mis investigaciones.

En filosofía, mi tesis de maestría trata-ba sobre el problema de las relacionesentre el cuerpo y el alma en la historia delpensamiento filosófico. La fenomenologíaexistencial de Maurice Merleau-Ponty (Lovisible y lo invisible; Fenomenología dela percepción) me parecía en aquel en-tonces, y me parece aún, el análisis filo-sófico más satisfactorio para esta cuestión.Cuestión que, en los términos más anti-guos, trataba finalmente de las relacionesentre el sujeto físico y espiritual y el mun-do; de la problemática del sujeto en elmundo, unidad contradictoria e indiso-ciable.

En psicología social, mi tesis de maes-tría planteaba la pregunta sobre la forma-ción de adultos a través del estudio de lasrelaciones entre un programa de forma-ción en pedagogía �que implicaba a ungrupo de profesores de nivel collégial (tér-mino del liceo) en Quebec�, y el medioorganizacional e institucional de la escuela.La pregunta era: ¿Representa la formaciónuna estrategia de reproducción cultural,bajo las apariencias de una mayor auto-nomía de los sujetos individuales, o unfactor de verdadero cambio colectivo?¿Cómo conciliar el cambio individual yel cambio institucional?

En sociología, mi tesis doctoral retoma-ba, de otra manera, la misma pregunta:¿Cuál es la dimensión social de la prácti-ca terapéutica en psicología? La investi-gación consistía en explorar las represen-

taciones sociales, y más precisamente, lasociología implícita de un cierto númerode psicoterapeutas de gabinete. Con laexpresión sociología implícita, quierosignificar el conjunto de representacio-nes que se hacen los psicoterapeutas,cuando hablan de su práctica: los objeti-vos que persiguen, la visión que tienende su clientela, el contexto social de supráctica, su concepción del cambio, in-dividual y social. Por ejemplo, ¿cómo in-tegran ellos el hecho de que su clientelaprovenga de un medio más desfavorecidoo, por el contrario, burgués? ¿Marca estouna diferencia en su concepción de la te-rapia? ¿De su compromiso?

Del alcance de estas preguntas, de misenseñanzas en el dominio de la psicoso-ciología de grupos y organizaciones, asícomo de mis investigaciones posteriores,nace mi interés por las historias o los re-latos de vida. Me inicié en esta aproxi-mación en 1990, por la vía del métododel relato de vida en grupo, tal como lodesarrollaron en Francia Vincent deGaulejac y sus colegas, en la investiga-ción y la formación. Posteriormente mesumé también a trabajar con este métodoen investigación y formación.

Las siguientes reflexiones se inscribenen este contexto.

I. ALGUNOS PRESUPUESTOSEPISTEMOLÓGICOS Y ÉTICOS

El relato de vida reposa sobre una vi-sión filosófica, implícita o explícita. Meapoyaré, para presentar esta visión, en losescritos de Vincent de Gaulejac y MichelLegrand y sobre nuestra propia experien-cia de relatos de vida. Presentaré igual-mente algunas reflexiones sobre ladimensión ética que se deriva de estospresupuestos epistemológicos.

A. LA DIALÉCTICA Y LA HISTORICIDAD

La metodología general del relato devida, tal cual la concebimos, reposa so-bre la dialéctica de las relaciones del su-jeto y el mundo y sobre el conceptoconcomitante de historicidad.

El concepto de dialéctica nos remiteaquí a los trabajos precursores de Hegely de toda la corriente del idealismo ale-mán. Recordemos brevemente cómo in-terviene este concepto en la obrafundadora que es la Fenomenología delEspíritu. La dialéctica expresa este movi-miento incesante y esa relación del suje-

to al mundo de las cosas, del otro, o delos objetos. Este movimiento dialéctico sehace siempre por la irrupción radical dela negatividad, de esta distanciación crea-dora que permite la conciencia reflexivadel para-sí. Esta conciencia es primera-mente negadora, negación del otro. Ellaes también reconocimiento progresivo deeste otro que es también sí-mismo, en unmovimiento de apropiación que pasa porla acción, la mediación de la acción delsaber, del trabajo, del hacer. Recordemosla dialéctica del maestro y del esclavo. Enella, por el trabajo y la realización efecti-va de un mundo para-sí, el esclavo con-quista la libertad que le permite salir dela alienación de ser sólo una cosa para elmaestro.

Sin embargo, no seguiremos completa-mente las conclusiones de Hegel, paraquien el curso de la historia constituía larealización exitosa y necesaria, la síntesisfinal del para-sí y del en-sí, en el EspírituUniversal. Más bien retomaremos la his-toria del concepto tal como evolucionóentre los existencialistas como Jean-PaulSartre, o en los fenomenólogos críticoscomo Maurice Merleau-Ponty. Sartremarca fuertemente en sus trabajos la ex-periencia irreductible del sujeto que nopuede ser de otra forma que negatividad,ruptura, negación incesante frente al com-promiso (emprise) de las cosas con elsí-mismo. El Sujeto es esa libertad radicalque toma la figura del absurdo, una delas grandes formas de romanticismo exis-tencial de nuestro fin de siglo. Este con-cepto del absurdo se aproxima a la nociónde �mala conciencia�, tal como la defineHegel, entendida como la distancia radi-cal entre la idea y su realización. Pero paraSartre, la experiencia del absurdo no re-presenta solamente un momento de ladialéctica, prontamente superada, sino lacondición humana insuperable. El escapedel sujeto a su alienación en el mundo esel proyecto central de la dialéctica, de unsujeto condenado a ser libre.

Merleau-Ponty desarrolla de otra formaeste proceso dialéctico del sujeto/en/el/mundo, fuente de paradoja y ambigüe-dad fundamental. Es lo incompleto, elcarácter no terminado del para-sí comodel en-sí, lo que hace posible su vínculode oposición y de complementariedadnunca acabada. Es el desarrollo incesantedel sujeto, del para-sí consciente que per-mite el rechazo del mundo tal-cual-es; yal mismo tiempo, obliga a la confronta-

4 Traducción de Francisca Márquez B.,1999.

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ción inevitable a este mundo para reali-zarse como sujeto. Por medio de este he-cho, el mundo se vuelve menos opaco,menos cosa y progresivamente �materiade sujeto�, mundo transformado y habi-tado por el hombre. Sin embargo, estadialéctica a dos términos �sujeto y mun-do� no se alcanza jamás y no puede rea-lizarse, porque la condición humana eslo inacabado, lo incompleto.

B. LA HISTORICIDAD

La historicidad es el trabajo incesantede los sujetos-en-el-mundo, trabajo indi-vidual y colectivo, que realiza el ProyectoHumano en la dialéctica de la búsqueda ylo inacabado. La noción de historicidadintroduce el carácter esencial del tiempo,de la temporalidad, de la historia. No dela historia como secuencia de eventosobjetivos que pueden ser descritos o ex-plicados como hechos determinantes,como secuencia de hechos causales quese imponen al hombre. No es el tiempoobjetivado del reloj, marcado por los des-plazamientos en el espacio; pero tampo-co el tiempo subjetivo y arbitrario de losindividuos, sino más bien la historia y eltiempo que en la memoria viva de lossujetos / actores sociales resulta de la re-lación reflexiva sobre el mundo y el otro.Expresión de una libertad siempre enobra, individual y colectiva. La historici-dad es la vida que toma conciencia deella misma, en la sucesión de sus momen-tos de libertad. Es el tiempo vivo, dondeel pasado encuentra la libertad a travésde desprenderse hoy de las viejas eleccio-nes para hacer otras nuevas. Es la dialéc-tica de lo �realizado y por realizar�, pararetomar el título de un libro de CorneliusCastoriadis.

En efecto, la historia humana puede sermirada como un conjunto de hechos,objetos de la historia científica; pero tam-bién podemos comprenderla como el re-sultado y la producción de los sujetos/en/el/mundo. Constreñidos, sin duda, perosiempre preguntándose por el �qué ha-cer� ahora, por aquello que uno puede ydebe hacer.

El relato de vida reposa sobre dos con-ceptos centrales: la dialéctica y la histori-cidad. Esta visión conduce a una posiciónética. Es decir, a una concepción de fina-lidades, de sentido de la vida y de la ac-ción que se apoya sobre la misma base

filosófica. Es aquello que llamamos unaÉtica de lo Trágico.

C. LO TRÁGICO Y LA EMANCIPACIÓN

El hombre trágico es aquel que persi-gue un saber y valores universales, váli-dos para todos, en un proyecto humanode totalización; siempre viviendo la ex-periencia radical de su finitud, de sus lí-mites, de la muerte. Esta visión de lotrágico se muestra en los trabajos deLucien Goldman sobre la obra de Pascal yRacine, que sitúan en el siglo XVII laemergencia de la concepción moderna delo trágico. Es la experiencia existencial deun Dios oculto, de la presencia ausentede un principio fundador que no se ma-nifiesta jamás y que, sin embargo, debe-mos seguir. Es el rechazo del mundo talcual es y, al mismo tiempo, el compro-miso en este mundo, en el trabajo delconocimiento y de realización ética de losvalores de la verdad, del honor, de justi-cia a la imagen de un Dios o de un Abso-luto que debería ser.

Recordemos que en la esencia de lo trá-gico así definido, existe necesidad de pro-curar una totalidad en el saber, el hacer,el amar, en tanto que apertura constituti-va del ser humano. Y al mismo tiempo,sin cesar de tener la experiencia de sufinitud.

Esta figura trágica puede ser completa-da por otra figura ética, la figura román-tica. Si lo trágico moderno emerge alre-dedor del siglo XVII en Francia, el héroeromántico se desarrollará plenamente elsiglo XIX. Destaquemos, por ejemplo, lostrabajos de la filosofía alemana, como laobra de Federico Nietsche, que invocauna moral sobre el superhombre y la vo-luntad de poder que condena toda formade dependencia y de servidumbre respec-to a la religión o a toda moral de sumi-sión. Lo romántico se distingue de lo trá-gico por la afirmación exaltada de laconciencia del sujeto. Pero el sujeto pue-de encerrarse en lo trágico en la medidaen que la búsqueda individual, opuesta alas fuerzas del mundo, se distancia final-mente de la finitud radical. La figura ro-mántica puede, entonces, tomar otras for-mas. Todas las variaciones un pocoradicales de la búsqueda narcisista pue-den encontrarse en ella, desde la afirma-ción del sí-mismo solitario al voluntaris-mo salvador del mundo.

Podríamos también desprender otra fi-gura ética asociada al mundo industrial ehiperindustrial de este siglo, en particu-lar en América del Norte: la figura prag-mática, la Ética del Hacer. Este pragma-tismo recibe sus cartas de noblezafilosófica en la filosofía norteamericanade inicio de siglo; por ejemplo, en obrastales como las de John Dewey o GeorgesHerbert Mead. Lo pragmático se orientahacia un mundo por transformar. El suje-to es concebido aquí como acción o inte-racción, no como búsqueda interior opsíquica. Está presente como fuente deacción y puede, en el proyecto social opolítico, juntarse y apoyarse sobre posi-ciones románticas o trágicas. De hecho,es necesario comprender el juego de es-tas figuras éticas en un movimiento dia-léctico tal como se describe más arriba.El conflicto principal entre el sujeto (para-sí) y el mundo (en-sí) está en el centro dela figura trágica que expresa el movimien-to. La figura romántica señala la lucha delsujeto contra el mundo; la de lo pragmá-tico, en cambio, marca lo real del mundocontra el sujeto. Lo trágico constituye asíla unión necesaria y la oposición de loromántico y de lo pragmático, en un pro-yecto de totalización siempre inacabada.Cuando en ocasiones se disocia la tenden-cia romántica o la tendencia pragmáticadel movimiento trágico, el movimientodialéctico se rompe y se detiene, se vuel-ve ilusión romántica o una razón instru-mental.

II. LA PERSPECTIVAPSICOSOCIOLÓGICA

¿Cuáles son las condiciones científicasnecesarias para inscribir en el campo delas ciencias humanas y sociales la aproxi-mación del relato de vida? Un cierto nú-mero de condiciones son necesarias. Paradesarrollar una teorización adecuada, for-mulemos estas condiciones bajo las si-guientes proposiciones:

• Tomar como objeto al �individuo so-cial�, por retomar una expresión deMichel Legrand. El sujeto humano com-plejo en sus dimensiones psíquicas,pero perteneciente también a grupos so-ciales diversos, a organizaciones, a ins-tituciones, inscrito en una sociedadespecífica y en amplios conjuntos so-cio-geográficos. El sujeto complejo sedefine también por su pertenencia o suno-pertenencia a una religión, una cla-

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se socioeconómica, un régimen políti-co, un sistema de salud, etc. Asimis-mo, el individuo social puedemanifestarse de maneras diferentes: ver-balmente, gestualmente, por un discur-so racional o una expresión afectiva,consciente o inconscientemente... Enfin, el sujeto complejo se realiza pro-gresivamente en una historia, un tiem-po individual y colectivo, condiciónnecesaria a la realización de sí.

• La perspectiva psicosociológica o mul-tidisciplinaria nos parece la más indi-cada para una comprensión más ampliade este objeto. Ella supone recurrir amúltiples conjuntos conceptuales elabo-rados en diversas disciplinas: psicolo-gía, sociología, antropología, historia,lingüística, por nombrar algunas. Esgrande el peligro de terminar finalmen-te desarrollando una suerte de eclecti-cismo superficial. De allí una doblenecesidad. Primero, apoyarse en una for-mación sólida en al menos una de lasdisciplinas pertinentes y estar abierto alas otras perspectivas disciplinarias. Ensegundo lugar, operar con eleccionesque sean coherentes con el objeto: elindividuo social complejo y los presu-puestos epistemológicos y éticos anun-ciados más arriba. Por tanto, debendesarrollarse dos aspectos: una teoríadel sujeto y una teoría de las relacionessociales.

• La perspectiva psicosociológica reposasobre una teoría del sujeto, la de unsujeto individual y social, enraizado ensu cuerpo, abierto a la interacción so-cial, sumergido en la historicidad. Elpsicoanálisis puede otorgar tal base teó-rica, pero no así cualquier teoríapsicoanalítica. Otras aproximacionespsicológicas pueden ser complementa-rias, como ciertas teorías humanistas ociertos conceptos de la aproximacióncognitivista. Cito, a modo de ejemplo,los trabajos de S. Freud, M. Klein, H.Searle, C. Rogers, A. Maslow y W.Reich.

• La perspectiva psicosociológica debe in-cluir igualmente una teoría de las rela-ciones sociales, de las clases sociales,del poder, de la cultura que da lugar alos actores sociales, a los sujetos-actoressociales. Una sociología de los movi-mientos sociales, de lo social-histórico,permite responder a esta exigencia. Ci-temos, a título de ejemplo, los trabajos

de A. Touraine, A. Giddens, J. Haber-mas, E. Morin y C. Castoriadis.

• En suma, la elaboración psicosociológicadel sujeto humano complejo implicaun punto de vista muy particular en re-lación al conocimiento de las cienciashumanas y sociales. Se trata hoy día dedesarrollar una posición de nuevosenciclopedistas. Esto consiste en poderlibremente hacer referencia a saberesdiferentes para comprender al individuosocial, al sujeto-actor social que se ex-presa en el relato de vida. Pero existetambién un contexto específico de pro-ducción de este saber, una metodolo-gía particularmente adecuada a lasexigencias teóricas que acabamos deplantear: la aproximación clínica.

III. LA APROXIMACIÓN CLÍNICAEN CIENCIAS HUMANAS YSOCIALES

La aproximación clínica es una meto-dología de investigación que, a imagende la relación clínica tal como podemosencontrarla en medicina o en psicología,supone una interacción entre un primeractor social que entra en relación con otrapersona o grupo y que expresa una de-manda de ayuda para comprender mejoro cambiar una situación difícil.

Pero hasta aquí llega la metáfora. Con-trariamente al experto médico, el investi-gador en ciencias humanas y socialesinscribe su intervención en una filosofíade intercambio de saberes. Ello implicalos siguientes elementos:

a)El respeto y el tratamiento adecuado dela demanda de investigación, donde seexaminan los intereses respectivos delos investigadores y de los otros parti-cipantes.

b)Una implicación crítica de los investi-gadores en el contexto de la acción delos demandantes. Implicación, pues atítulo de investigador-participante, élforma parte de la situación e interactúacon los otros. Crítica, a través de insta-lar una distancia que es aquella del in-vestigador que introduce un punto devista de observación y de reflexión teó-rica.

c)El dispositivo de investigación debe fa-vorecer un intercambio de saberes en-tre el saber académico y el saber de lapráctica; se da así a cada tipo de saberun estatus de igualdad en la diferencia.

Los análisis de los investigadores sonconfrontados a la visión de los otrosparticipantes en un trabajo deco-análisis que toca los momentos esen-ciales de la investigación.

d)La aproximación clínica es así un tra-bajo de interpretación, de parte del in-vestigador, de las interpretacionescontenidas en el discurso de los otrosparticipantes de la investigación. Estainterpretación de la interpretación co-rresponde a una doble hermenéutica dela búsqueda de sentidos, para retomaruna expresión de Paul Ricoeur. La in-vestigación se apoya así sobre una lógi-ca de la interpretación, más que sobreuna lógica de la prueba y de la demos-tración, tal como podemos encontrarlaen una aproximación más tradicional dela investigación científica, racional/empírica. En fin, una aproximación clí-nica plantea la pregunta sobre los valo-res y la ética como componenteindisociable de la investigación y la ac-ción. El trabajo del saber compartidono puede sino reposar sobre una mira-da emancipadora de los sujetos-actoressociales, para el logro de mayor liber-tad y democracia.

¿Cómo reencontrar estos diferentescomponentes teóricos y metodológicos enla aproximación del relato de vida?

IV. EL RELATO DE VIDA:ELEMENTOS DE DEFINICIÓN

A. EL MÉTODO

El relato de vida, la historia de vida, elmétodo biográfico, son nociones que amenudo son utilizadas indistintamente.Tomemos el ejemplo de la biografía. Elladesigna tanto la biografía elogiosa y no-velesca �por ejemplo, la vida de la Prin-cesa Diana�, como la biografía históricarigurosa, como aquella de César o Ale-jandro Magno. Encontramos allí los dospolos extremos de la historia de vida:construcción novelesca para seducir oimpactar, o construcción científica rigu-rosa fundada sobre una documentaciónprecisa. En los dos casos, sin embargo, sepermanece en el relato biográfico de losotros.

Pero existe también el relato autobio-gráfico, en el cual una persona relata suvida, por escrito u oralmente, de manera

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parcial o total. Aquí también se planteala pregunta por la construcción puramen-te subjetiva del relato o su fundamentoen hechos o situaciones verificables y�objetivas�. Existen también dos posibi-lidades, según que esta autobiografía seahecha para sí o para otro.

El relato de vida para investigación, talcomo la comprendemos desde una pers-pectiva de investigación psicosociológicay clínica, podría ser definido así (siguien-do a Michel Legrand): es un relato o unanarración sobre la propia vida, contado aalguien, en un contexto interactivo, parafines de investigación. Podríamos tambiénaplicar esta definición a objetivos de for-mación.

Subrayemos los principales elementosde esta definición:

• El relato es construido por la personamisma.

• El relato está destinado a alguien, es uncontexto de comunicación.

• El relato está orientado sea hacia la in-vestigación, sea hacia la formación.

• El relato hace de objeto de compromi-so entre los objetivos del narrador y losdel investigador o el formador.Vemos, por esta definición, que el rela-

to de vida de investigación o de forma-ción es distinto del relato de vida deautoformación, y del relato de vida talcomo podemos encontrarlo en un con-texto de terapia, por ejemplo. En efecto,en estos dos últimos casos, el relato devida está centrado sobre el desarrollo dela persona y el rol del interlocutor. En es-tos contextos, su rol es ser ayuda, acom-pañante, confidente.

En concreto, la práctica de los relatosde vida tiene momentos distintos entreinvestigación y formación, momentos deautoformación y de efectos terapéuticos.

El relato de vida para investigación pue-de tratar sobre diversos temas. Puedehaber relatos para comprender la evolu-ción de un oficio o de una práctica profe-sional; para comprender la trayectoria devida de toxicómanos, de excluidos, decreadores, de militantes políticos, etc.Pero siempre el relato de vida apunta acomprender el proyecto único de histori-cidad de un sujeto-actor social. Y estesujeto-actor puede también ser un colec-tivo.

El relato de vida para investigación si-gue, globalmente, las siguientes fases:

• Un tiempo de preparación de la inves-tigación, que incluye la formulación deun tema y una pregunta de investiga-ción, una revisión de la documentaciónexistente, una discusión con los intere-sados, un contrato o un entendimientode investigación, la elección de perso-nas o de grupos.

• Un tiempo de realización de los rela-tos, de expresión de ellos por mediosdiversos: escritos, orales, visuales, etc.

• Un tiempo de análisis y de interpreta-ción, que asocia en una perspectiva clí-nica, a los investigadores y a los narra-dores.

• Una fase final de difusión a diversospúblicos objetivos.

Daré algunos ejemplos que ilustran loseñalado.

Hablaré de una experiencia en curso enQuebec con grupos de personas sin te-cho (le sans�abri), convocados por unmonitor / formador a integrarse a un gru-po comunitario para la elaboración de undiario. Éste se elaboraba primero en uncafé y luego en un café internet. Ello per-mitió poner la información al servicio deotra gente interesada en el grupo. El gru-po pidió a la universidad hacer una suer-te de evaluación crítica de su experienciapara ayudarlos a entender mejor lo queestaban haciendo y trabajar hacia sureorientación futura. Se planteó un peque-ño cuestionario a estos cuarenta miem-bros de la asociación; posteriormente, sehicieron relatos de vida a seis de ellos paraprofundizar y comprender mejor su tra-yectoria de vida, comprender cómo seprodujo este proceso de des-inserciónsocial, cómo pudieron retomar un estilode vida comunitario y cómo imaginan elfuturo. El proyecto ha tenido un segui-miento de dos a tres años, con el objeti-vo de ver cómo se ha desarrollado lapropia reflexión del grupo a partir de suexperiencia. Aquí se trata del uso del re-lato de vida en investigación, que debie-ra servir a comprender mejor la situacióngeneral del grupo. La historia colectiva setransforma progresivamente en un enfo-que interesante que permite retomar yaportar una cierta solidaridad en torno alrecuento de las vivencias colectivas.

En el marco de los Seminarios de Nove-las y Trayectorias Familiares, se mezclan,en cambio, más complejamente la inves-tigación y la formación. Ello porque losanimadores / investigadores participan-

tes, junto con estar interesados en for-marse como profesionales en esta meto-dología, también quieren comprender lapropia historia de vida.

En el caso de los sin-techo, había sinduda también un interés por contar lapropia historia, a tal punto que nos pre-guntaban: �A usted, señor investigador,¿también le interesa escuchar estas histo-rias?� Ellos aceptaron participar en esteestudio, porque sabían que tendría algu-na utilidad para su grupo; pero no habíaun interés particular en profundizar enlos sentidos de las propias historias, o deformarse profesionalmente o de utilizar-los. Eran partidarios de un acuerdo másglobal entre el grupo y los investigadores.Esto nos puso frente a problemas de mo-tivación y del conocimiento que se pro-duce: ¿Nos contarán la historia quepiensan que satisface mejor las expectati-vas de los investigadores? El peligro es quecomiencen a darle una connotación másnovelesca. De todas maneras, en todo loque es autobiográfico, siempre estamosfrente al problema de la subjetividad queatraviesa todo nuestro relato. Es un mate-rial absolutamente subjetivo.

Aquello que define el enfoque clínico,por otra parte, es justamente su interéspor aprehender esta elaboración de sig-nificación subjetiva. Porque de todas ma-neras, aunque exista una subjetividad quepredomina, siempre se está haciendo re-ferencia a una cierta realidad que rodeaal sujeto.

Es necesario tener claros los límites delrelato de vida. Este no nos informará deacontecimientos pasados externos. El ob-jetivo de las historias de vida es dar cuentade las relaciones de sentidos, más que derelaciones o recuento de acontecimien-tos y hechos �verdaderos�. Muchas ve-ces, el investigador puede complementarel propio relato con otras fuentes, paracontrastar y comparar elementos más sub-jetivos con elementos más externos de lahistoria del sujeto. Sin embargo, no siem-pre el objeto del relato de vida es verifi-car la �veracidad� de los acontecimientosque son relatados por el sujeto. Hay queseñalar que la gente siempre es mejor in-formante de lo que se piensa. El que rela-ta siempre se preocupa de dar ciertosreferentes precisos en su relato de vida, yson ellos mismos quienes hacen el traba-jo de verificación. Por ejemplo, hemostenido el caso de relatos de vida familiar,donde personas que recuerdan muchas

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cosas de su infancia, entre sesión y se-sión parten donde sus abuelos y sus pa-dres a preguntarles y verificar con ellossus propios recuerdos. Buscan fotos vie-jas, documentos de familia, para saberbien si fue en 1943 o 1942 que se produ-jo tal o cual hecho. Espontáneamente losmismos sujetos tienen necesidad de veri-ficar y precisar los recuerdos de su pro-pia historia.

En la aproximación clínica, al hacer re-latos de vida nunca nos vamos a transfor-mar en un archivo histórico, en el sentidomás clásico, contrariamente a algunoshistoriadores que se preocupan cada vezmás de la historia oral, para poder cons-truir así una historia más completa queaquella que solamente se basa en archi-vos y documentos.

Quiero referirme también al caso delsujeto alcohólico y los grupos de toxicó-manos. En ellos, el problema de la digni-dad tiene un lugar central. El discursopredominante en el caso de la toxicoma-nía, es que ésta es una enfermedad y, porende, negativa. En realidad, lo que pre-domina en la sociedad no es el interéspor el sujeto drogadicto o alcohólico. EnEuropa, sin embargo, desde estudios di-ferentes comienza a afirmarse la tesis deque, paradójicamente, a través de estasconductas los sujetos pueden encontrarsu identidad. A través de la recuperaciónde la historia de la propia vida y su senti-do puede verse cómo la experiencia de latoxicomanía y el alcoholismo toman otrosignificado. Sin quererlo, los grupos dealcohólicos anónimos se centran en lacapacidad del sujeto de recuperase en tan-to tal. Frente a los testimonios, se dicen�somos capaces de vivir mejor, a pesarde nuestra dificultad�. En este caso, losalcohólicos anónimos no van exactamen-te en el sentido de los relatos de vida,pero lo común al enfoque clínico es quemientras no recuperes los sentidos, inde-pendientemente de tu enfoque terapéuti-co, no puedes avanzar. E incluso recupe-rando los sentidos, hay un cierto tipo dedrogadictos y alcohólicos a los cuales leses muy difícil salir adelante. Sin embar-go, para todos, la historia de vida es unmedio potente para descubrir y develar lossentidos de la propia historia.

B. ENTRE EL YO Y EL NOSOTROS: ELCUERPO SOCIAL5

Retomemos el cuerpo social. Es decir,las marcas concretas de la historia perso-nal en situación social. El tiempo hacedescubrir el espacio: al principio era allí,en tal lugar, en tal tipo de casa, en talbarrio, en un circuito preciso de luga-res accesibles e inaccesibles...

Un episodio de la genealogía: Un lu-gar, un espacio en movimiento, ascen-sión, remoción social, una opción, unaacción...

Un episodio de la adolescencia: los pri-meros amores, en un lugar, con tal ves-timenta, con tales medios...

De fragmento en fragmento, el lugar yel vínculo social toman cuerpo. Los senti-mientos reflotan sobre este fondo de den-sidad de pertenencia social: en tal grupo,no en cualquiera, en el paso de un gru-po a otro...

El trabajo, los proyectos, la produccióny la búsqueda se ven de golpe invadidosde materialidad social. Se cruzan y secompletan de sentidos con las experien-cias de sumisión, de retiro, de evasión,de revuelta, de vergüenza que marcantoda actividad humana como gesto y ac-ción social. La impotencia, la incertidum-bre se despliegan sobre el trasfondo deuna sociedad enferma por su insuficientecarga subjetiva y social, de sujetos-acto-res divorciados. El individualismo apare-ce de golpe como síntoma amenazante dela neurosis o de una anomia social. Lalibertad de mercado, con sus indefinidasposibilidades de consumo y libertinajenarcisista, reemplaza la libertad trágicade la búsqueda del infinito...

En breve, la historia de vida es un lugarde re-enraizamiento y de experiencia con-creta, siempre social, siempre tambiénindividual, siempre dialéctica, siempreambigua. Es una vuelta a la búsquedainacabada, jamás alcanzada y, sin embar-go, siempre perseguida. Yo puedo enton-ces abandonar la unidad imaginaria pararetomar el proyecto de una unidad abier-ta, histórica.

En este sentido, la teorización que bus-ca explicar la experiencia humana no fun-ciona. Siempre es, si se la toma en serio,

un engaño. La búsqueda teorizante es sinembargo, inevitable. Ella es pensamientoen movimiento y condición de ser y deactuar, temporalmente y siempre. Lateorización, tomada con humor, se vuel-ve una referencia y la condición de unalibertad jamás perdida, jamás alcanzada.

Y en todo esto, la historia de vida na-rrada es la articulación con la experien-cia del tiempo y del espacio vivido, deaquello que yo llamo la experiencia de micuerpo social, de esta materialidad com-partida entre nosotros, en la cual el �pro-pio cuerpo� no es, sin embargo, obviable.Es anclaje contra el desesperado imagina-rio y la vuelta al vínculo social.

Las certezas que nos quedan: la referen-cia necesaria a la experiencia; la natura-leza siempre individual y social de estaexperiencia; la dimensión esencialmentehistórica de toda elaboración pertinentesobre la comprensión del actuar huma-no. Sólo una pérdida: La certeza de la ver-dad y la felicidad.

5 Extracto de: Jacques Rhéaume, �Entrele je-nous et le corps social�. En: L.Bourdages, S. Lapointe et J. Rheaume,Le je et le nous en histoire de vie (Paris/Montreal: L´Harmattan, 1998).

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proposiciones 29HISTORIAS Y RELATOS DE VIDA:INVESTIGACIÓN Y PRÁCTICA EN LAS CIENCIAS SOCIALES

EditorialFrancisca Márquez & Dariela Sharim: Del testimonio al relato de vida

HISTORIA Y ANTECEDENTES DEL ENFOQUE BIOGRÁFICOPierre Bourdieu: El espacio para los puntos de vista • José Bengoa: El testigo.Apuntes de clases de un Curso de Historias de Vida • Rosario Correa: La aproxi-mación biográfica como opción epistemológica, ética y metodológica • JorgeAceves: Un enfoque metodológico de las historias de vida • Daniel Bertaux: Elenfoque biográfico. Su validez metodológica, sus potencialidades • Carlos Piña:Tiempo y memoria. Sobre los artificios del relato autobiográfico

LA SUBJETIVIDAD COMO PROPUESTA DE CONOCIMIENTODariela Sharim: Dimensión subjetiva del género. Una aproximación desde losrelatos de vida • Vincent de Gaujelac: Historias de vida y sociología clínica •Guy de Villers: La historia de vida como método clínico • Michel Legrand: Lacontra-transferencia del investigador en los relatos de vida • Jacques Rheaume:El polo clínico en las ciencias humanas

INVESTIGACIÓN Y FORMACIÓN: APROXIMACIONES METODOLÓGICASElizabeth Jelin, Juan José Llovet & Silvina Ramos: Un estilo de trabajo: lainvestigación microsocial • Francisca Márquez: Relatos de vida entrecruzados:trayectorias sociales de familia • Ximena Váldes: Historia de vida. Una forma decomprender los cambios en el campo chileno • Debie Guerra y Juan CarlosSkewes: La historia de vida como contradiscurso: pliegues y repliegues de unamujer • Agnes Couez: Experiencias de relato de vida de formación • Pedro Mege:La delación fotográfica en la correcta vida del Profesor Miranda-Brown • GabrielSalazar: Ciudadanía e historia oral: vida, muerte y resurrección

NOTAS BIBLIOGRÁFICAS �HISTORIA ORAL� Y �RELATOS DE VIDA�

Consultas sobre ventas en: José M. Infante 85, Providencia, SantiagoFonos: (56-2) 236 0470 – 235 8143 · Fax: (56-2) 235 9091

E.mail: [email protected]

En este número de Temas Sociales se recoje la conferencia dictadapor el profesor Vincent de Gaujelac, con ocasión del lanzamientode Proposiciones 29, dedicada a �Historias y relatos de vida: Inves-tigación y práctica en las ciencias sociales�, en Santiago, 29 de abrilde 1999.

Vincent de Gaujelac es Director del Laboratorio de Cambio Socialen la Univerisdad de Paris VII y Presidente del Comité de Investiga-ción en Sociología Clínica de la Asociación Internacional de Socio-logía.

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A medida que Chile constata la imperiosa necesidad de involucrar a la ciudadaníaen la protección y recuperación ambiental del país, también se hacen evidentes lasdificultades para implementarlo.

La publicación de este libro constituye una herramienta práctica para el sectorpúblico, empresarios y dirigentes sociales que deseen promover el involucramien-to de la comunidad de la sociedad organizada.

El texto describe los espacios formales y no formales de participación en distintosinstrumentos de gestión, tales como el sistema de evaluación de impacto ambien-tal, normas de calidad y de emisión, planes de prevención y descontaminación,planes reguladores comunales y auditorías ambientales. También incluye concep-tos generales para abordar planes de participación, planes de comunicación yestrategias de resolución de conflictos ambientales.

Está a la venta en Casa de la Paz, Antonia López de Bello 024, Providencia.Teléfono: 737 4280. E.mail: [email protected]

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Boletín del Programa de Pobreza y Políticas Sociales de SURCoordinador: Enrique Oviedo

SUR Centro de Estudios Sociales y EducaciónJosé M. Infante 85, Providencia·Fono: (56-2) 236 0470·Fax: (56-2) 235 9091

Santiago, Chile

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Isabel Rojas, Alejandra Sandoval y Karina Torres (la Niña, la Tinta y la Santa Karina)nos ofrecen sus amaneceres de juventud en un acercamiento a la creación literariatal vez desnuda del academicismo de la formalidad y carente de los recursos ymercadeo extraídos de los talleres, pero pletóricos de espontaneidad y de unaasertividad poco frecuente entre los chilenos.

Los �rollos� de los jóvenes, la falta de respuestas a sus inquietudes elementales, laincoherencia de una sociedad que separa a sus integrantes y se mueve con unalógica del arrasamiento cultural, la evidencia de que en Chile se ha insertado lacáscara de la modernidad, pero no su esencia, van quedando al trasluz en estaspáginas cuyas autoras nos ofrecen, además, un raro ejemplo de valor al exponer aljuicio público pensamientos y visiones, al contrario de generaciones completas dejóvenes que no se atrevieron a dar �el paso� y han preferido relegar la musacreadora al último rincón de sus desvanes.