El Rescate en Montaña y La Responsabilidad Jurídica de La Administración

19
El rescate en montaña y la responsabilidad jurídica de la Administración LOS HECHOS. El sábado 2 de marzo de 2013, dos escaladores, una chica (35 años) y un chico (39 años), se precipitaron desde una altura de unos 20 metros cuando realizaban un rapel simultáneo en una vía del sector El Rut en Redován (Alicante) (ver noticia ). La técnica del rapel simultáneo consiste en colocar la cuerda en doble y, en vez de rapelar de uno en uno y esperar a que el compañero llegue a la reunión, cada uno de los miembros de la cordada baja en simple y a la vez por cada uno de los cabos, llegan al siguiente punto de rapel, se anclan, pasan de nuevo la cuerda y vuelta a empezar (Desnivel ). El problema que, al parecer, sufrieron estos escaladores es que no tuvieron la precaución de hacer nudos de tope al final de los cabos de cada cuerda y, además, a uno de ellos la cuerda se le quedó corta, cayendo y provocando que, al descargarse el peso de su cuerda, su compañero también se precipitara (un caso similar sucedió en El Chorro, Málaga ). El resultado fue que ella resultó gravemente herida con politraumatismos y él falleció. Sin embargo, los testimonios relatan que en el nexo causal del desgraciado suceso intervino otro factor, éste de carácter sistémico: la intervención de los servicios profesionales de socorro y rescate. La polémica se destapó con un artículo de opinión publicado en el portal desnivel.com , por una testigo del accidente y del operativo de rescate, Inés Mª Velasco Serna, que iba en un grupo en el que, casualmente, también había dos

description

ARTICULO SOBRE RESPONSABILIDAD EN RESCATE

Transcript of El Rescate en Montaña y La Responsabilidad Jurídica de La Administración

Page 1: El Rescate en Montaña y La Responsabilidad Jurídica de La Administración

El rescate en montaña y la responsabilidad jurídica de la AdministraciónLOS HECHOS.El sábado 2 de marzo de 2013, dos escaladores, una chica (35 años) y un chico (39 años), se precipitaron desde una altura de unos 20 metros cuando realizaban un rapel simultáneo en una vía del sector El Rut en Redován (Alicante) (ver noticia). La técnica del rapel simultáneo consiste en colocar la cuerda en doble y, en vez de rapelar de uno en uno y esperar a que el compañero llegue a la reunión, cada uno de los miembros de la cordada baja en simple y a la vez por cada uno de los cabos, llegan al siguiente punto de rapel, se anclan, pasan de nuevo la cuerda y vuelta a empezar (Desnivel). El problema que, al parecer, sufrieron estos escaladores es que no tuvieron la precaución de hacer nudos de tope al final de los cabos de cada cuerda y, además, a uno de ellos la cuerda se le quedó corta, cayendo y provocando que, al descargarse el peso de su cuerda, su compañero también se precipitara (un caso similar sucedió en El Chorro, Málaga). El resultado fue que ella resultó gravemente herida con politraumatismos y él falleció.

Sin embargo, los testimonios relatan que en el nexo causal del desgraciado suceso intervino otro factor, éste de carácter sistémico: la intervención de los servicios profesionales de socorro y rescate. La polémica se destapó con un artículo de opinión publicado en el portal desnivel.com, por una testigo del accidente y del operativo de rescate, Inés Mª Velasco Serna, que iba en un grupo en el que, casualmente, también había dos enfermeros. Los sucesos, según relató esta testigo, parece que transcurrieron así:Cada enfermero se puso a atender a cada una de las víctimas.Una tercera persona avisó al 112, informó del suceso, del estado de las víctimas (inconscientes) y del tipo de acceso a la zona.La escaladora recupera parte de la consciencia y, al estar enrollada con la cuerda por la que rapelaba, decidieron cortarla y quitarle el Gri-Gri.A los 10 minutos el chico entra parada cardiorrespiratoria (PCR) e inician entre los dos enfermeros la RCP.En la zona había otros escaladores, una chica que se acercó a ayudar, muchos estaban dispuestos a colaborar (relevos, bajar para guiar a los servicios de emergencia, etc.), si bien otros recogieron sus cosas y se marcharon, mientras otros seguían escalando.A los 45 minutos llega la primera ayuda: una pareja de la Guardia Civil que, no obstante, no trae nada especial para ayudar, ni siquiera un botiquín. Informan de que el helicóptero no va a venir.Tras 35 minutos de RCP, los dos enfermeros dejan de practicar esta maniobra al chico.

Page 2: El Rescate en Montaña y La Responsabilidad Jurídica de La Administración

Llegan los bomberos, y algunos escaladores les cogen el botiquín y las camillas para ir adelantando. Al llegar los bomberos, tres de ellos se dirigen al chico, y uno más hacia la chica.Llega también la Policía y los iniciales socorristas dejan paso a los servicios profesionales. Los bomberos inmovilizan la parte cervical de la chica y la colocan en la camilla (parece ser que con algunos problemas).Una hora y media más tarde llega el SAMU que, en lugar de subir hacia el lugar del accidente por "carecer del calzado adecuado", se queda abajo, con lo que entre bomberos y escaladores se hace un pasillo humano para bajar a la chica inmovilizada en la camilla con la mayor estabilidad posible.A las dos horas aparece un helicóptero de reconocimiento, ya que no está medicalizado ni preparado para el rescate.

El artículo de la testigo provocó unos 140 comentarios en el portal de Desnivel.com, además de en otros foros de internet. De hecho, motivó que al día siguiente apareciera un artículo de Desnivel.com en el que se entrevistaba a miembros de los grupos de rescate de Alicante. La información complementaria de los efectivos del 112 es la siguiente:Los bomberos que asistieron al accidente procedían de Orihuela, a unos 15 minutos de Redován, y "no eran especialistas en montaña pero para este accidente, disponen de camilla y conocimientos suficientes para colaborar con los equipos sanitarios, ayudando a evacuar al herido por la senda hasta donde se encuentren las ambulancias. No se trata de un rescate en pared".El Centro de Coordinación Provincial de bomberos moviliza al grupo de rescate de bomberos, personal especializado en montaña y solicita al 112 elúnico helicóptero de rescate, de toda la Comunidad Valenciana, ubicado en Manises (Valencia), sabiendo que no llegarán a actuar pues los equipos terrestres, una vez en el lugar, en poco más de diez minutos estarán en el lugar del accidente."Allí se necesita urgentemente personal médico con equipo especializado que estabilice a la muchacha herida. Ese personal sanitario lo mueve el CICU (Centro de Coordinación Sanitaria de la Provincia)".Cuando el helicóptero llega a San Vicente del Raspeig, la persona herida ya estaba en manos del personal del SAMU, según informó el mando de bomberos que allí se encontraba a los rescatadores. El personal especializado de bomberos que se dirigía a la zona con vehículos, fue retirado al llegar los bomberos de Orihuela, pues "había suficiente personal para afrontar el servicio".El helicóptero que apareció en la zona posteriormente al rescate, y del cual bajó un especialista de bomberos "(...) tenía como misión ver el lugar y asegurar que el accidente no había sido por desprendimientos u otras causas que pudieran poner en peligro a más escaladores".Posteriormente personal del GREIM, que había sido movilizado también al caer estas personas, llegaron más tarde por tierra, accedieron a la vía e hicieron el atestado policial.SITUACIÓN DEL RESCATE PROFESIONAL EN MONTAÑA EN LA COMUNIDAD VALENCIANA.En la misma entrevista, los miembros del 112 de Alicante expusieron también la precariedad de recursos en la que les estaba dejando la Administración Pública. La Provincia de Alicante, durante

Page 3: El Rescate en Montaña y La Responsabilidad Jurídica de La Administración

más de 25 años, dispuso de helicóptero medicalizado, pagado por la Diputación de Alicante y su utilización era conjunta para traslados sanitarios entre hospitales, urgencias en accidentes en carretera y el rescate en montaña. Su dotación era piloto, mecánico gruista, médico enfermero y dos rescatadores bomberos especialistas en montaña.

Desde el 1 de enero de 2012, la Provincia de Alicante (que es la que tiene más accidentes de montaña de toda la Comunidad Valenciana) no dispone de helicóptero para rescate para ahorrar 1.600.000 €, fruto de la sistemática política de recortes presupuestarios en los que está inmersa toda la Administración Pública. Hasta el día 1 de marzo, el único helicóptero que se encontraba en la provincia era el de la brigada helitransportada de incendios, que habían medicalizado, pero sin médico ni enfermero permanente; este personal se incorporaba desde su ambulancia SAMU cuando eran requeridos, es decir, podían encontrarse en otro servicio a más de media hora en coche del helipuerto. De hecho, justo a los pocos meses de eliminar el servicio de rescate helitransportado, hubo diversos rescates en montaña, en los que se tuvo que recurrir al helicóptero de Valencia o del GREIM de Ontinyent (como el de la senderista en la Sierra de Bernia; el de dos escaladores en la Sierra del Cid; o el de un escalador en el Puig Campana, ), y otros,como el de la Sierra de Bernia, que incluso se tuvieron que hacer por vía terrestre por carecer de helicóptero de rescate. En todos esos casos, tanto bomberos como miembros de las brigadas contraincendios, denunciaron públicamente los problemas operativos de tener que recurrir a helicópteros basados en Mutxamel o Manises, además con un uso polivalente (uso médico y uso de lucha contraincendios) para los rescates en montaña:"Estamos de acuerdo en que una asistencia médica es lo más urgente pero en los incendios y rescates también puede haber víctimas". Delegado de Personal de UGT en el Consorcio de Bomberos. Fuente: Diario Información, 24/04/2012.El helicóptero carece de grúa y de operador, "lo que dificulta la llegada a lugares de rescate a 1.500 metros en una provincia tan montañosa. Estamos haciendo los transportes en camilla como en el Aconcagua". Bomberos y Brigadistas. Fuente: Diario Información, 24/04/2012."Ante cualquier accidente en suelo urbano o en carretera no habrá ningún problema". Las trabas se sucederán, afirma un portavoz de la unidad, "cuando haya que realizar un rescate en montaña o en un barranco de difícil acceso". Fuente: Las Provincias, 24/04/2012."(...) un solo aparato para tantos usos y lugares distintos puede provocar una demora importante y morírsenos alguien, y se nos van a escapar todos los incendios. Hemos retrocedido 50 años". Bomberos y Brigadistas. Fuente: Diario Información, 24/04/2012."(...) sólo es útil para transporte sanitario ya que, en caso de incendio, tendrán que desmontar el kit de medicalización e instalar sus herramientas, como la cesta para recoger y arrojar agua. Asimimo, destacaron que el helicóptero carece de grúa y de operador, lo que dificulta la llegada a lugares de rescate en zonas de montaña, según señalaron los equipos de emergencias." Fuente: Diario Información, 25/04/2012.La situación se agravó en marzo de 2013, cuando el Consell decidió retirar la grúa al helicóptero de rescate (Bell 412, matrícula KBB) que justo el año anterior se anunció "a bombo y platillo" como

Page 4: El Rescate en Montaña y La Responsabilidad Jurídica de La Administración

una solución (demasiado, parece ser) polivalente. Esta medida, que no supone un ahorro, implica que en las zonas de difícil acceso, donde no pueda tomar tierra o hacer un vuelo estacionario, dicho helicóptero pierde gran parte de su operatividad y los tiempos de respuesta resultan excesivos, especialmente en el extremo sur de la provincia alicantina. Así pues, desde marzo de 2013 sólo hay un helicóptero de rescate con grúa en toda la Comunidad Valenciana: en Manises. Además, el personal de helicóptero no está especializado en rescates en montaña e incluso ni siquiera en la especialidad HEMS (emergencia sanitaria en helicóptero). Es más, incluso se ha dado el caso de que, al ser necesario un helicóptero con grúa de rescate para la evacuación del accidentado y tener que proporcionarle una atención sanitaria urgente en un lugar de difícil acceso (Sierra del Benicadell), ha habido que movilizar dos helicópteros, el sanitario y el dotado de grúa; pues el que venía de Valencia con grúa y rescatador carece de médicos y el que venía de Alicante con médicos, pero sin grúa ni rescatador. Por desgracia este accidente acabó con la muerte de la víctima. La junta de personal del Consorcio Provincial de Bomberos de Alicante emitió un comunicado denunciando la ineficacia e inoperatividad en materia de rescate helitransportado de la Generalitat Valenciana.“Durante los últimos 8 años, si el helicóptero tenía acceso al lugar, se había garantizado un tiempo máximo de 40 minutos en poner al herido en manos del médico. Esto era posible gracias a un buen equipo, formado por piloto, gruista, médico, enfermero y bomberos especialistas en montaña. Ahora el tiempo de respuesta mínimo es de más de una hora y al igual que le pasa al GREIM en esta Comunidad, se acude con personal especialista pero no sanitarios. (...) La sensación que hay entre el personal que tiene que trabajar en rescate de forma habitual es que con el mismo costo económico, bien gestionado, se podría hacer un trabajo mejor. (...) Los bomberos que nos dedicamos al rescate en esta provincia nunca creímos que las vidas de los que salimos a practicar deportes en el medio natural importaran tan poco a los que nos dirigen políticamente”. Bomberos del Grupo de Rescate de Alicante. Fuente: Desnivel.com, 07/03/2013.La última información de que disponemos es que, desde abril-mayo hasta noviembre, hay un helicóptero de rescate para la provincia de Alicante.

LA RESPONSABILIDAD ADMINISTRATIVA EN LOS SERVICIOS DE SALVAMENTO Y RESCATE.Desde hace varios años, básicamente desde que comenzó a azotarnos con fuerza la crisis financiera que aún sufrimos, se ha avivado mucho la polémica sobre el cobro de los rescates en distintas Comunidades Autónomas (Canarias, País Vasco, Asturias, Comunidad Valenciana, o Cataluña), ante lo que ya se ha pronunciado en contrario la FEDME, o sobre la eficiencia de los servicios de rescate en montaña, con la finalidad, lógica e implícita, de reducir el servicio de los mismos (caso de Alicante, como hemos visto, pero también de Andalucía y Mallorca) y poder reducir también el gasto público autonómico. Esto nos obliga a preguntarnos sobre las consecuencias jurídicas que puede tener el funcionamiento, más o menos eficiente y eficaz, de los servicios de salvamento y rescate, que es algo que no se suele plantear con tanta frecuencia.

El ordenamiento jurídico español reconoce, en nuestra Constitución Española de 1978 (CE) y a todos los ciudadanos, algunos derechos fundamentales, esto es, dotados de una especial protección constitucional (arts. 53 y 168.1 CE), como son el derecho a la vida y a la integridad física y moral (art. 15 CE) y el derecho a la seguridad (art. 17.1 CE). Estos derechos, obviamente, conllevan la correlativa obligación para el resto de ciudadanos y para los poderes públicos de respetarlos (art. 9.1 CE). Por eso, en lo que se refiere al socorro de personas cuya vida o integridad física esté en peligro, la omisión de ese deber está tipificada en nuestro Código Penal (CP) como delito con una multa de 3 a 12 meses (art. 195.1 CP) que se agrava a penas de prisión cuando la

Page 5: El Rescate en Montaña y La Responsabilidad Jurídica de La Administración

situación de peligro fuera provocada, tanto fortuita como imprudentemente, por la misma persona que omitió el deber de socorro (art. 195, apdos. 2 y 3 CP).En lo referente a los poderes públicos, además de la obligación genérica (art. 9.1 CE), la CE les impone deberes especiales de garantizar la seguridad pública (arts. 104.1 y 149.1.29ª CE), así como la salud de la población (art. 43.2 CE). Las normas con rango de Ley más importantes que han desarrollado estas disposiciones son la Ley Orgánica 2/1986, de 13 de marzo, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad (LOFCS), la Ley 2/1985, de 21 de enero, sobre Protección Civil (LPC) y el art. 268.1 del Texto Refundido de la Ley de Puertos del Estado de la Marina Mercante (RDL 2/2011, de 5 de septiembre), en lo que respecta a la Sociedad de Salvamento y Seguridad Marítima.La LOFCS recoge entre los principios básicos que orientan la actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, el de que éstos actúen "[...] con la decisión necesaria, y sin demora cuando de ello dependa evitar un daño grave, inmediato e irreparable [...]" (art. 5.2.c LOFCS). Para ello, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad llevarán a cabo sus funciones "[...] con total dedicación, debiendo intervenir siempre, en cualquier tiempo y lugar [...]" (art. 5.4 LOFCS). Es más, entre las funciones de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, está específicamente la de "Auxiliar y proteger a las personas y asegurar la conservación y custodia de los bienes que se encuentren en situación de peligro por cualquier causa." (art. 11.1.b LOFCS).En cuanto a la LPC, establece claramente que "La acción permanente de los poderes públicos, en materia de protección civil, se orientará al estudio y prevención de las situaciones de grave riesgo, catástrofe o calamidad pública y a la protección y socorro de personas y bienes en los casos en que dichas situaciones se produzcan" (art. 1.1 LPC), y la define como un "servicio público" (art. 1.2 LPC). Entre las obligaciones preventivas que incumben a la Administración Pública, se menciona expresamente la de "Asegurar la instalación, organización y mantenimiento de servicios de prevención y extinción de incendios y salvamento" (art. 14.c LPC).La doctrina de nuestro Tribunal Constitucional ha definido la Protección Civil como "[...] el conjunto de acciones dirigidas a evitar, reducir o corregir los daños causados a personas y bienes por toda clase de medios de agresión y por los elementos naturales o extraordinarios en tiempos de paz, cuando la amplitud y gravedad de sus efectos les hace alcanzar el carácter de calamidad pública [...]" (Sentencia del Tribunal Constitucional [en adelante, STC] n.º 123/1984 de 18 de diciembre [RTC 1984123]), basándose en el Decreto de 29 de febrero de 1968 que creó la Subdirección General de Protección Civil en el entonces Ministerio de Gobernación. Esa misma sentencia dirimió el conflicto de competencias entre el Estado y las Comunidades Autónomas, de forma que, al estar incluida la protección civil en el concepto de seguridad pública, cabe que los respectivos Estatutos de Autonomía les atribuyan competencias en la materia, como recoge el art. 149.1.29ª CE.No obstante, en algún caso los tribunales han entendido, aplicando el art. 2.1 LPC, que "[...] la misión de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y de la Policía de el País Vasco es garantizar la seguridad ciudadana y prestar auxilio en los casos de accidentes de acuerdo con los planes de protección civil, siendo por lo tanto su función la de participar y colaborar con los organismos encargados de dichas funciones." (STSJ del País Vasco, Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección 3ª, n.º 680/2001 de 29 de junio, F. J. 4º [JUR 2001267590]). Por tanto, según esta interpretación, la misión de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en materia de socorro, salvamento y rescate, es complementaria o subordinada a la principal que ostentan los órganos y unidades de Protección Civil. La anterior interpretación debe ser matizada para aquellas unidades de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que hayan sido creadas, entre otras misiones, para prestar los servicios de socorro, salvamento y rescate, como es el caso del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (GREIM) de la Guardia Civil, que ya desde sus orígenes tenía como misión la de “[...] lograr una mayor eficacia tanto en la búsqueda y rescate de accidentados como en los servicios

Page 6: El Rescate en Montaña y La Responsabilidad Jurídica de La Administración

peculiares del Cuerpo y de aquellos otros en los que, en bien del Servicio, sea aconsejable aprovechar esta Especialidad [...]” (Orden General n.º 5 de 11 de marzo de 1967, por la que se crea la Especialidad de Esquiador-Escalador. También en la Orden General de 5 de mayo de 1981; y en la vigente Orden General n.º 3 de 16 de marzo de 2000, de Reorganización del Servicio de Montaña) o del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) también de la Guardia Civil, una de cuyas misiones es la de "vigilar, socorrer y rescatar en medios líquidos o no líquidos, pero que requieran medios autónomos de respiración" (Orden General n.º 25, de 19 de junio de 1981, creación de los Grupos de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil, BOGC n.º 13).La responsabilidad patrimonial de la Administración Pública.Queda claro, por lo que hemos comentado en el apartado anterior, que los servicios de socorro, salvamento y rescate quedan configurados por la Constitución Española y el resto de normas jurídicas que la desarrollan, como un servicio público. Lógicamente, los servicios públicos no son entes abstractos ni entelequias jurídicas, sino organizaciones con unos determinados recursos humanos y materiales, procedimientos, cualificaciones, etc., que tienen como misión su actuación e intervención en el mundo físico, práctico y real, dentro de su respectivo ámbito funcional.Pues bien, como también es lógico, a veces esa intervención en el mundo real puede provocar daños, lesiones y perjuicios, y en tal caso ¿estamos obligados a soportar tales daños y no ser resarcidos por los mismos, ya que se trata de la Administración que, además, está prestando un servicio público? Antes de 1950 la respuesta hubiera sido afirmativa, ya que, aplicando la doctrina general de la responsabilidad civil, los tribunales declaraban generalizadamente la irresponsabilidad absoluta del Estado ante los daños o disminuciones patrimoniales provocados de forma no intencionada por éste. Sin embargo, en 1957 se dictó el Reglamento de desarrollo de la Ley de Expropiación Forzosa, cuyo art. 133 reguló específicamente por primera vez en España la responsabilidad patrimonial del Estado, aunque se limitó a la reparación del daño en ese ámbito puramente económico. Posteriormente, la Constitución Española, en su art. 106.2, se limita a confirmar la cláusula general de responsabilidad patrimonial introducida por el art. 121 de la Ley de Expropiación Forzosa:Los particulares, en los términos establecidos por la Ley, tendrán derecho a ser indemnizados por toda lesión que sufran en cualquiera de sus bienes y derechos, salvo en los casos de fuerza mayor, siempre que la lesión sea consecuencia del funcionamiento de los servicios públicos.No será hasta que se dicte la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común (LRJPAC) cuando se extienda a todas las esferas administrativas la aceptación de la responsabilidad patrimonial de la Administración. Es el art. 139 LRJPAC el que reconoce el derecho de los particulares a ser indemnizados por la Administración Pública correspondiente, por toda lesión sufrida en cualquiera de sus bienes y derechos, salvo en los casos de fuerza mayor, siempre que la lesión fuera consecuencia del funcionamiento normal o anormal de los servicios públicos. El fundamento de la responsabilidad patrimonial de la Administración Pública que, en definitiva, afecta a las arcas públicas que toda la ciudadanía contribuyente ayuda a mantener, es que si la actuación administrativa tiene por objeto beneficiar, con mayor o menor intensidad a toda la población, lo justo es que si con ello se causa algún perjuicio, éste se distribuya también entre todos.El Tribunal Supremo ha exigido que para declarar la responsabilidad patrimonial de la Administración Pública, por el funcionamiento de los servicios públicos, hayan de concurrir los siguientes requisitos o presupuestos:1.- Un hecho (acción u omisión) imputable a la Administración.2.- Lesión o perjuicio antijurídico (injustificado e ilegal) efectivo, real y presente (no hipotético, potencial o futuro), económicamente evaluable e individualizado en relación a una persona o grupo de personas.

Page 7: El Rescate en Montaña y La Responsabilidad Jurídica de La Administración

3.- Relación de causalidad entre el hecho y la lesión o el perjuicio, es decir, que sea consecuencia del funcionamiento normal o anormal de los servicios públicos.4.- Que no concurra fuerza mayor u otra causa de exclusión de la responsabilidad.En cuanto a los dos primeros requisitos, no parece que presenten especiales dificultades interpretativas, a los efectos que ahora nos interesan, y nos centraremos en comentar brevemente los dos últimos.La relación de causalidad es el vínculo entre la lesión y el agente que la produce, es decir, entre el acto dañoso y la Administración, e implica una actuación del poder público en uso de potestades públicas. Para que exista tal vínculo o relación no es necesario demostrar que los titulares o gestores de la actividad administrativa que ha generado el daño, hayan actuado con dolo (intención) o culpa (negligencia), y ni siquiera es necesario probar que el servicio público se ha desenvuelto de manera anómala, pues los preceptos constitucionales y legales que componen el régimen jurídico de la responsabilidad patrimonial de la Administración Pública, extienden la obligación de indemnizar a los casos de funcionamiento normal de los servicios públicos. En términos del propio Tribunal Supremo "[...] cualquier consecuencia dañosa derivada del funcionamiento de los servicios públicos debe ser, en principio, indemnizada, porque de otro modo se produciría un sacrificio individual en favor de una actividad de interés público que debe ser soportada por la comunidad." (Sentencia del Tribunal Supremo [en adelante, STS] de 2 de junio de 1984, [RJ 1994, 4778]).Precisamente el carácter objetivo de la responsabilidad patrimonial de la Administración hace que sólo se excluya en los supuestos de fuerza mayor y no en los de caso fortuito, lo que implica que "[...] el carácter fortuito del hecho causante de una lesión no excluye la responsabilidad patrimonial [...]" (STS de 1 de diciembre de 1989 [RJ 1989, 8992]). El concepto jurídico de fuerza mayor se puede definir resumidamente como aquellos hechos que, aun siendo previsibles, sean, sin embargo, inevitables, insuperables e irresistibles, siempre que la causa que los motive sea extraña e independiente del sujeto obligado, en nuestro caso, la Administración (STS de 23 de mayo de 1986 [RJ 1986, 4455]).No obstante, la jurisprudencia ha recalcado que, a pesar de que la responsabilidad patrimonial de la Administración Pública es objetiva por la prestación de un determinado servicio público y la titularidad de la infraestructura material para prestarlo, no implica que éstas queden convertidas "[...] en aseguradoras universales de todos los riesgos con el fin de prevenir cualquier eventualidad desfavorable o dañosa para los administrados que pueda producirse con independencia del actuar administrativo, porque de lo contrario se transformaría aquél en un sistema providencialista no contemplado en nuestro ordenamiento jurídico" (STS de 5 de junio de 1998 [RJ 1998, 5169]). Por tanto, para que el daño concreto producido por el funcionamiento del servicio público, a uno o varios particulares, sea antijurídico basta con que el riesgo inherente a su utilización haya rebasado los límites impuestos por los estándares de seguridad exigibles conforme a la conciencia social.Estos "estándares de seguridad exigibles conforme a la conciencia social" son difíciles de determinar a priori. En las actividades en el medio natural podríamos pensar que los fenómenos naturales extremos son un claro ejemplo de caso de fuerza mayor (aún predecibles, son inevitables). Sin embargo, en el caso de la inundación (excepcional e histórica en esa cuenca) del camping "Las Nieves" de Biescas (Huesca) el 7 de agosto de 1996, el tribunal no consideró que existiera una causa de fuerza mayor (Sentencia de la Audiencia Nacional [en adelante, SAN] de 21 de diciembre de 2005, Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección 1ª, F. J. 17º, [RJCA 2006188]), ya que:[...] hoy día el avance de la ciencia y la técnica en la predicción de fenómenos naturales es evidente; y que la intervención de las Administraciones Públicas en las actividades

Page 8: El Rescate en Montaña y La Responsabilidad Jurídica de La Administración

humanas, sobre todo en aquellas que pueden suponer un riesgo para las personas y sus bienes, es cada vez mayor. En este punto se ha de hacer hincapié, por lo que luego se expondrá, en que uno de los fines de toda organización administrativa en un Estado de Derecho es servir al interés general, y como tal hay que entender siempre con carácter primordial el de la salvaguarda de la vida y la integridad física de los administrados, así como de sus bienes ; por lo que, en ningún caso, se puede entender que la prestación de un servicio ha de ser ajena e independiente a esos fines, que están ligados íntimamente a derechos fundamentales de la persona garantizados por nuestra Constitución vigente. [...] De ahí que las Administraciones Públicas que tengan competencia en relación con esas instalaciones o el lugar en que se vayan a implantar, han de estudiar y valorar, en el ejercicio de sus atribuciones y con todos los medios a su alcance, porque existe, además, una normativa que se lo impone, el entorno natural de ese lugar y prever los fenómenos naturales que puedan repercutir en la integridad de las personas así alojadas y en sus bienes; valoración que, lógicamente, se ha de extender a todos los ámbitos científicos y técnicos que tengan alguna relación con el concreto sitio en donde se va a ubicar el campamento, y se ha de hacer, también, desde esa perspectiva de la vulnerabilidad de esta instalación frente a los fenómenos naturales, en lo que respecta a las personas que allí se van a alojar y a sus bienes.Por tanto, para valorar si se han rebasado los estándares de seguridad exigibles conforme a la conciencia social, habremos de estar a lo que se pueda predecir y resolver según el estado de los conocimientos de la ciencia o de la técnica existentes en el momento de producción de la actuación administrativa dañosa (art. 141.1 LRJPAC) y al grado de intervención de la Administración en las actividades humanas que supongan un riesgo para las personas y los bienes.La responsabilidad patrimonial de la Administración Pública y los servicios de salvamento, socorro y rescate.Hasta la fecha, en la casuística de nuestros tribunales, no hay condenas a la Administración Pública por la deficiente dotación, organización o planificación de los servicios de salvamento y rescate en montaña o marítimo, que haya supuesto o agravado un daño o lesión a la/s persona/s socorrida/s. Sin embargo, sí que encontramos condenas a la Administración Pública cuando alguno de los miembros de dichos grupos de salvamento y rescate han sufrido daños o han muerto. Así, por ejemplo, en la Sentencia del Tribunal Superior de Justicia (en adelante, STSJ) de Aragón, n.º 207/2007, de 18 de abril, Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección 2ª, F. J. 7º (JUR 2007322799), el tribunal declaró la responsabilidad de la Administración por el fallecimiento de un bombero mientras realizaba unas prácticas subacuáticas en un pantano, ya que:[...] según se desprende de las actuaciones la comunicación entre los bomberos -supervisor, instructor y equipo de apoyo- fue deficiente; las comunicaciones entre los bomberos y el personal de la CHE, en el momento de producirse el accidente, fue confusa y contradictoria, con relación al cierre y apertura de compuertas -había un buzo que en ese momento se encontraba en el agua y que resultó igualmente herido al ser arrastrado por la fuerza de la corriente- y no se ha desvirtuado la afirmada inexistencia de procedimiento escritos en caso de emergencia, todo lo cual determina unadeficiente reacción de los responsables de la práctica ante la situación de emergencia producida [...]Por tanto, en este caso la condena de la Administración Pública se produjo por el deficiente procedimiento de comunicaciones y por la ausencia de procedimientos escritos de actuación en caso de emergencia, que impidieron una adecuada reacción ante la situación de emergencia.En otro caso, la muerte de un bombero durante la extinción de un incendio supuso la condena a la Administración Pública por su funcionamiento anormal, debido a la insuficiencia de medios puestos a disposición (los equipos no permitían la comunicación desde el interior de un garaje) y

Page 9: El Rescate en Montaña y La Responsabilidad Jurídica de La Administración

la escasez de efectivos movilizada el día de los hechos (STSJ de Galicia, Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección 1ª, n.º 267/2000, de 23 de febrero, F. J. 3º [RJCA 20001033]).Por otro lado, podemos acudir a la doctrina jurisprudencial que se ha ido elaborando en situaciones análogas a la de los servicios de salvamento y rescate en montaña o en el mar, como son las emergencias sanitarias y las intervenciones de los bomberos. Uno de estos casos fue el de una asistencia del servicio de transporte sanitario urgente dos horas después de la primera llamada de emergencia, "sin que la no disponibilidad de ambulancias como causa del retraso en atender al fallecido pueda ser calificada como de fuerza mayor que permita no imputar responsabilidad patrimonial a la Administración" (STSJ de Madrid, Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección 9ª, n.º 1201/2006 de 11 de julio, F. J. 6º, [RJCA 200724]). Casos similares se resuelven en el mismo sentido en las STSJ de Madrid, Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección 9ª, n.º 1303/2010, de 16 de diciembre (JUR 201195248); o la STSJ Madrid,Sección 8ª, n.º 786/2010, de 21 de julio (JUR 2010336289).El retraso injustificado en la actuación de los bomberos también ha sido objeto de diversos pronunciamientos por nuestros tribunales (STSJ de Andalucía, Málaga, Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección 1ª, n.º 1041/2006, de 31 de mayo [RJCA 2007118]; STSJ de Andalucía, Sevilla, Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección 3ª, de 9 de febrero de 2006 [JUR 2006196525]; STSJ de Cataluña, Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección 1ª, n.º 13/2005 de 19 de enero [JUR 200582234]).En otro caso, esta vez de salvamento en playas o costas, la Administración también fue condenada por estar desatendido el puesto de socorro de una playa pública en la que se ahogó un bañista, ya que, aunque la Administración Local no estaba obligada legalmente a establecer dicho servicio, decidió prestarlo ygeneró la confianza legítima de que era la entidad que realizaba las labores de socorro y asistenciales en una playa de su término municipal (STSJ de la Comunidad Valenciana, Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección 1ª, n.º 374/1998 de 27 de abril [RJCA19981293]). Así pues, la desatención administrativa de un servicio de socorro y salvamento, es decir, el no funcionamiento en absoluto del servicio, es también un caso de funcionamiento anormal.En otro caso, la Administración es condenada ya que "[...] el tratamiento recibido por el paciente no fue el adecuado y que no se ofreció al paciente unaadecuada ordenación de medios para conseguir la curación de la patología que presentaba. Además, es necesario señalar que por parte de la Administración no se ha ofrecido explicación alguna ante dos circunstancias tan reseñables como son el hecho de que se invirtiera un tiempo tan prolongado en el traslado y que se acabara el oxigeno en la ambulancia", cuando se transporta a un paciente cuya única exigencia es el suministro de oxigeno de modo continuado para evitar que se produjese la contracción de los alvéolos pulmonares (SAN, Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección 4ª, de 22 de septiembre de 2004, [JUR 2005218339]).Otra sentencia reciente establece que "[...] no se valoró debidamente el grado de gravedad del cuadro y la existencia de antecedentes. Todas estas circunstancias habrían determinado que en una correcta praxis se hubiera acudido con una ambulancia medicalizada, por el contrario con independencia de que así lo solicitase o no la médico, se acude con una ambulancia convencional y ello, ante la obesidad que padecía el paciente y que hacía imposible el traslado en un vehículo de esas características, supuso en primer lugar y como señala el informe, una medida agravante y estresante que acelera el proceso. Por otra parte, el traslado en una furgoneta particular sin la debida asistencia de personal y medios determinó un cierto retraso y la ausencia de aplicar medidas médicas adecuadas, que posiblemente no habrían evitado la muerte, pero que podrían haber actuado de manera correctora, determinando un resultado en todo caso más beneficioso. Así por tanto, esa pérdida de oportunidad consistente en la imposibilidad de traslado de una ambulancia medicalizada pese a ser la opción correcta, debe ser considerada como una pérdida

Page 10: El Rescate en Montaña y La Responsabilidad Jurídica de La Administración

de oportunidad y tener una plasmación indemnizatoria." (STSJ de Extremadura, Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección 1ª, n.º 474/2012 de 17 de mayo, F. J. 4º, [JUR 2012181981]).La condena a la Administración Pública por la actuación de los servicios de extinción de incendios también se ha producido por la inadecuación de los medios empleados para apagar el fuego, suponiendo la reignición de los rescoldos, concretamente por la escasa dotación enviada, por no terminar de apagar el incendio y por el excesivo tiempo empleado en la extinción (STSJ de Andalucía, Málaga, Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección 3ª, n.º 189/2011 de 9 de mayo, F. J. 5º [JUR 2011352024]).Sin embargo, la responsabilidad patrimonial de la Administración no se aplica automáticamente por los tribunales, ya que, siguiendo con los casos de las emergencias sanitarias, esta responsabilidad no concurre si las condiciones meteorológicas, el tráfico, la distancia y otras intervenciones simultáneas, dificultan la asistencia en un tiempo menor (STSJ de Andalucía, Sevilla, Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección 3ª, de 31 de marzo de 2011, F. J. 4º y 5º [JUR 2011260949]); cuando los datos facilitados por quien alerta a los servicios de emergencia no permiten el envío de los medios adecuados para una prestación efectiva del servicio (STS, Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección 4ª, de 14 de febrero de 2012, F. J. 3º y 4º [RJ 20124895]), o cuando una intervención más rápida no hubiera evitado la muerte de la víctima, dada la gravedad del accidente, las lesiones o la enfermedad (SAN, Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección 4ª, de 10 de octubre de 2011 [JUR 20029653]; STSJ de Galicia, Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección 2ª, n.º 82/2004 de 30 de enero, [RJCA2004694]; o STSJ del País Vasco, Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección 1ª, n.º 255/2005 de 31 de marzo [JUR 2005204603]).Por lo que se refiere a la suficiencia y adecuación en el despliegue de los medios para una prestación efectiva del servicio de rescate y socorro en montaña, parece clara su demostración cuando la Administración, en el momento de conocer la ocurrencia del accidente, no realiza una eficaz y eficiente ordenación de los recursos que tenía a su disposición. Pero, ¿se puede exigir a la Administración una dotación amplia y completa para los servicios de rescate y socorro? En el plano político, ésta es una reivindicación, desde nuestro punto de vista, plenamente legítima. En el plano jurídico, en cambio, no hay cobertura legal para exigir a la Administración que disponga de medios ilimitados, pero sí es una obligación administrativa, y así lo debe demostrar la propia Administración, "que los medios materiales y personales disponibles dentro del sistema estaban operativos" (Sentencia de la Audiencia Nacional, Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección 8ª, de 13 de julio de 2004, F. J. 6º, [JUR 2005\218408]). El concepto de "disponible dentro del sistema", como se interpretó en el caso que resolvía esta sentencia de la Audiencia Nacional que acabamos de citar, incluye no sólo la dotación de recursos de un departamento, entidad, agencia u organismo concreto, sino de cualquier Administración pública. En ese caso que resolvió la Audiencia Nacional, la víctima del accidente de tráfico fue trasladada a un hospital, en Ceuta, que carecía de servicio de neurocirugía, y la paciente necesitaba urgentemente ser trasladada a dicho servicio, estando el más cercano en Sevilla; además, tampoco contaba con helicóptero para realizar dicho traslado urgente. La Administración pública fue condenada por no coordinarse con otras unidades administrativas con la suficiente eficacia y celeridad, como exigía la urgencia de la paciente, y concretamente solicitar con inmediatez al Gobierno Militar que efectuara el traslado con un helicóptero de la Comandancia General de Ceuta, que fue el que finalmente se utilizó, pero demorándose todo el proceso siete horas.Finalmente, hay que tener en cuenta un criterio que utilizó la Audiencia Nacional a la hora de resolver la responsabilidad de la Sociedad Estatal de Salvamento y Seguridad Marítima, entidad dependiente del Ministerio de Fomento, por su no intervención en el rescate de dos personas que habían naufragado durante una regata. En su resolución, la Audiencia Nacional, además de

Page 11: El Rescate en Montaña y La Responsabilidad Jurídica de La Administración

recordar la doctrinal general sobre la responsabilidad patrimonial de la Administración Pública, cuando se adentró en la valoración del nexo de causalidad entre la omisión de actividad protagonizada por Salvamento Marítimo y el resultado de la muerte de los dos náufragos, especificó que dicho nexo causal sólo podría demostrarse si, a su vez, quedaba demostrada la hipótesis de que "[...] con el despliegue de medios suplementarios de salvamento a que antes nos hemos referido se hubiera evitado, en hipótesis, el fallecimiento de los jóvenes tripulantes [...]" (SAN, Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección 8ª, de 5 de noviembre de 2004, F. J. 8º [JUR2005234478]). Esta hipótesis de supervivencia, matizó el tribunal, debe ser también "[...] la más probable de entre las posibles, es decir, que entre todas las posibilidades que pudieron hipotéticamente darse, atendidas las circunstancias que concurrieron en este caso, la más verosímil desde el punto de vista de la lógica, de los conocimientos científicos y de las reglas de la experiencia debió ser la del salvamento". El criterio del tribunal en ese caso fue que, para considerar demostrada tal hipótesis de supervivencia, deben darse dos demostraciones: "La primera, que ambos regatistas sobrevivieron al naufragio de su velero durante unas horas, pues si hubieran fallecido en el momento del naufragio ningún rescate hubiera sido posible por muchos medios que desplegasen los servicios de salvamento, y la segunda, que esas horas fueron las suficientes para que los servicios de salvamento, con las indicaciones recibidas, les hubieran localizado y rescatado" (F. J. 9º). En el caso enjuiciado, la Audiencia Nacional entendió que no estaba probada la segunda de las demostraciones, es decir, la "razonable posibilidad del rescate", y desestimó la reclamación contra la Administración demandada.CONCLUSIONES.La montaña, a pesar de ser un medio difícil, hostil y aislado, no es un lugar ajeno al Derecho, no es un "paraíso alegal". Las normas de las que nos dotamos también se aplican ahí, con las necesarias adaptaciones. Todas las personas y organizaciones que actúan voluntariamente o bien por imperativo legal en zonas de montaña están sujetas a un determinado régimen de responsabilidad jurídica por sus acciones u omisiones. Normalmente, cuando pensamos en la responsabilidad jurídica en la montaña, nos viene a la mente aquello de lo que se ha hablado más habitualmente: la responsabilidad civil o la penal de los particulares (deportistas, guías, etc. y sus organizaciones). Sin embargo, no debemos olvidar que la Administración Pública también está sometida a un régimen de responsabilidad jurídica y que diversos organismos públicos actúan en zonas de montaña, por muy diversos motivos. Por tanto, el servicio público de rescate y socorro en montaña también puede generar a la Administración Pública una obligación de resarcimiento de los daños causados por su funcionamiento normal o anormal. Máxime si aplica a las personas rescatadas una tasa por el servicio público prestado.

¿Y cuándo se va a producir esa responsabilidad patrimonial de la Administración Pública respecto del servicio público de rescate y socorro en montaña? Pues cuando concurran estas circunstancias:

1.- Un hecho (acción u omisión) imputable a la Administración, en nuestro caso, una intervención, o falta de la misma (si la Administración conocía o debía haber conocido la ocurrencia del accidente), en un accidente en montaña.

2.- Lesión o perjuicio antijurídico (injustificado e ilegal) efectivo, real y presente (no hipotético, potencial o futuro), económicamente evaluable e individualizado en relación a una persona o grupo de personas.3.- Relación de causalidad entre el hecho y la lesión o el perjuicio, es decir, que sea consecuencia del funcionamiento normal o anormal de los servicios públicos. Existirá dicha relación de causalidad si, según el estado de los conocimientos de la ciencia o de la técnica existentes en el

Page 12: El Rescate en Montaña y La Responsabilidad Jurídica de La Administración

momento de producción de la actuación administrativa dañosa, se puede demostrar que:

Las personas sobrevivieron al accidente durante un tiempo suficiente para que los servicios de rescate y socorro, con las indicaciones recibidas, las hubieran localizado y rescatado (hipótesis de supervivencia).

El despliegue de medios de rescate y socorro era insuficiente (criterio cuantitativo) o inadecuado (criterio cualitativo) para una prestación efectiva del servicio, considerando todos los medios materiales y personales disponibles y operativos dentro del sistema.

No concurrían condiciones meteorológicas, de tráfico, distancia u otras intervenciones simultáneas, que dificultaran la asistencia en un tiempo menor.4.- Que no concurra fuerza mayor u otra causa de exclusión de la responsabilidad . La fuerza mayor existe cuando el hecho, aun siendo previsible, sea, sin embargo, inevitable, insuperable e irresistible, siempre que la causa que lo motive sea extraña e independiente del sujeto obligado. El caso fortuito no exime de responsabilidad patrimonial a la Administración.https://www.isoaventura.es/index.php/blogs/26-rescate-montana-responsabilidad-administracion/26-rescate-montana-responsabilidad-administracion