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El Şàngó que nunca existió Por: Oduafunmi © Elégùn – caballo – de Sàngó – en un reciente festival de la deidad del fuego y el rayo en Sàngó (foto FB – autor desconocido) Curioseado en la peculiar tradición del Batuque – práctica afrobrasileña de origen yorùbá muy extendida al sur del país – me deparé con una curiosa ‘manifestación’ de Şàngó, cuya naturaleza, no me remitía a nada de lo que por Báńbí, conocía yo. ¿Qué era aquello de ‘Xangô Kamuká’? Por más que indagué, no recibí una respuesta convincente. De hecho ni repuesta intentaron darme. Apenas era. Buscando, encontré una revista electrónica – Ọlọ́run – en cuyas páginas leí una extensa [y enrevesada] monografía, que trataba de trazar los antecedentes del Nàgókọ́bí – ‘lado’ (rama para nosotros) del mentado culto, cuya deidad patrona era justamente ‘Kamuká’. Con no poco grado de especulación, el autor trata de trazar un forzado vínculo con las tradiciones ọ̀yọ́ – presentes según concepto general entre los ‘batuqueiros’ – y en particular con la aparatosa iniciación del aláààfin. Cada vez que veo una referencia al ‘palacio’, tengo que hacer una mueca. Desde que Ọdẹdèyìí le dijo a Lydia Cabrera, que hacer un ‘rey’, como en el àfin real de ̀ yọ́, mucho ha llovido y tronado.

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El Şàngó que nunca existió

Por: Oduafunmi ©

Elégùn – caballo – de Sàngó – en un reciente festival de la deidad del fuego y el rayo en Sàngó (foto FB – autor desconocido)

Curioseado en la peculiar tradición del Batuque – práctica afrobrasileña de origen yorùbá muy extendida al sur del país – me deparé con una curiosa ‘manifestación’ de Şàngó, cuya naturaleza, no me remitía a nada de lo que por Báńbí, conocía yo. ¿Qué era aquello de ‘Xangô Kamuká’? Por más que indagué, no recibí una respuesta convincente. De hecho ni repuesta intentaron darme. Apenas era.

Buscando, encontré una revista electrónica – Ọlọ́5run – en cuyas páginas leí una extensa [y enrevesada] monografía, que trataba de trazar los antecedentes del Nàgókọ́5bí – ‘lado’ (rama para nosotros) del mentado culto, cuya deidad patrona era justamente ‘Kamuká’.

Con no poco grado de especulación, el autor trata de trazar un forzado vínculo con las tradiciones ọ́<yọ́5 – presentes según concepto general entre los ‘batuqueiros’ – y en particular con la aparatosa iniciación del aláààfin.

Cada vez que veo una referencia al ‘palacio’, tengo que hacer una mueca. Desde que Ọdẹdèyìí le dijo a Lydia Cabrera, que hacer un ‘rey’, como en el àfin real de Ọ<yọ́5, mucho ha llovido y tronado.

Y mayores son las teorías al respecto que tratan de darle un origen noble, a un rito que parece haber nacido más en las mentes de sus instauradores que las cortes del extinto imperio.

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La vanidad es cosa de él, de ‘Aláààfin’. Pero también el castigo a la mentira y a la pretensión, a los cuales destina rayos y eternas maldiciones a sus casas.

Traté de meterme por dentro de los ritos, para entender qué era. Pero ni modo. Es obvio que otra jerga y otro canon, limitan mucho el entendimiento de las cosas. Por eso, la primera vez no capté (aunque siempre supuse que ‘algo más’ habría de tal curioso apelativo).

El contexto lo es todo. Sin él, el tan útil conocimiento idiomático queda cojo de una pata. Por ejemplo: Ọya ‘laja’, el supuesto camino de Emília Fontes de Araújo, presunta princesa africana que las fuentes consideran de linaje real e introductora de usos ọ́<yọ́5 en el sur brasileño[1].

‘Aquella que vence en la guerra’, sugiere como traducción para este inusual ‘camino’. Pero si uno mira mejor ¿qué ve? ¡Ọlọ́5jà! ¡Sí! El usual oríkì de la diosa del río Níger, cuyo apelativo como ‘dueña del mercado’ enuncia su carácter de comerciante (una función exclusiva de la mujer yorùbá).

‘Kamuká’, venía a ser una manifestación especialmente beligerante del dios del rayo, que no se asienta en cabeza humana y que apenas sirve como un fundamento colectivo, como mentor de la comunidad que de él se desprendía: la ‘nàgókọ́5bí’.

Lo primero que salta a la vista es que el apelativo es bastante obvio. No es, como sugieren, una referencia a Ọ<kanbí (Unigénito) de Òòduà, el cual sería àkọ́5bí rẹ< (su hijo mayor, lit. el primero en nacer). Sino, simplemente una indicación que los nàgó – un subgrupo del sudeste yorùbá – fue el primero entre los demás (ọ́<yọ́5, ìjẹ<sà y djẹ<djẹ< o incluso, en las prácticas africanistas del Brasil, donde igual a Cuba, una tradición – la kétu – desterró prácticas más primitivas y primigenias[2]).

Por ahí, la ‘realeza’ se descarta (aunque para mí eso es bastante obvio, pero los individuos insisten en ver sangre azul en sus venas, cuando la más de las veces, sobre todo en el sur, corren por ellas sangres teutonas y semejantes).

Ahora ¡cuál sería mi sorpresa! al leer una nueva monografía al respecto que el nombre completo sería ‘Xangô Agodo Kamuka Barauofina’. ¡Enseguida me di cuenta! ¡Era…

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Una frase que ha causado una confusión de 150 años… Los adeptos de la ‘nación Kanbina’ del Batuque, creen que ‘Kamuka’ es una manifestación peculiar de Sàngó.

Ọkà, puede ser lo mismo maíz, que cerveza hecha de él o incluso una pasta de ñame, también conocida como àmàlà, que es la que mejor pega, si de Şàngó se trata. Ewu, podría incluso peligro (lo cual justificaría el temor que se le tiene).

Ofínràn es el sucesor de Onígbógi, el 9º alááàfin y el sufijo de un conocido oríkì de Şàngó: Olúfínràn[3].

Básico. Sencillo. Elemental. Sin necesidad de irse al Parque Nacional KamukU, que queda fuera de las fronteras y alcance del país y la fe yorùbá[4].

O incluso tensar la distante cuerda del linaje dinástico. Más, cuando la realeza difícilmente viniera en el barco, por ser los altos dignatarios los cómplices del tráfico.

Primero vendieron los ọ́<yọ́5 (a los ẹ<gbádò). Luego los vendieron juntos (los llamados ‘arará’, tras la caída en 1831-33 del ‘imperio’ de Ọ<yọ́5, que a punta de lanza impuso no sólo su dominio, sino su dios, como elemento de dominación ideológica).

Marc Schiltz (Şàngó in Africa) indica claramente cómo el aláààfin usó y abusó del culto de Şàngó y de sus mọ́gbà, para dominar a sus vasallos y cómo eso reconfiguró el paisaje ritual de muchos lugares, específicamente, Sábẹ5 & Kétu, donde se llegó a conciliadoras salidas que pondrían los pelos de punta al más machista de sus devotos.

Los ẹ<gbádò no fueron excepción, al punto que crearon una leyenda en que su diosa mayor, Yewa, se ve deshonrada por la insolencia de Olúfínràn.

Pero ello no indica una herencia real (que si subsiste, es en Bahía y allá, sospechamos, viene por la voluntad expresa de Aninha Ọbábíyìí de darle credenciales de autoridad a su joven casa, rechazada por las otras ya existentes; sin negar el renombrado orílẹ< Òpó Àfọ́<njá, que encabeza uno de sus más antiguos templos).

En Cuba, como pasó en África, Şàngó volvió a subyugar a los demás òrìşà. Aquí los oníşàngó, a ejemplo de sus pares, moldearon la naciente Regla de Òòşà, confiriéndole a Aládó, un papel preponderante.

Ọbátayò, Ọbátẹ<rọ́<, Ọbádíméjì, Şàngótọ́lá, sentaron las pautas del culto, convirtiendo a su òrìşà, en ‘rey de la religión’, como mismo fue rey del fallido imperio. A pesar de, oficialmente, ser de Òòşà (Ọbàtálá).

No quedó ceremonia mayor sin el testimonio [inexplicable] de Şàngó; no quedó odùfá que no tuviera, al menos, una elemental mención del òrìşà del rayo que tampoco respetó la variedad ritual, aniquilada ante la prevalencia del estilo ‘habanero’ que, con el tiempo, se

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ha tragado, incluso, la potente fuente matancera (también normada por la autoridad de Olúfínràn como modelo).

De hecho, el kàrí òòşà a la cubana, se creó sobre la base del rito de elégùn de Şàngó generando un parámetro específico sólo exigible a ellos. Pero no al resto de los iniciados. Parámetro que invalidó cualquier otro modelo de lọ́ sọ́<dọ́< òòşà.

Y es aquí, donde el Batuque y Cuba parecen emparentarse, pues en la supresión de modelos alternativos, como los descritos en Como una memoria que dura (de la argentina Silvina Testa, Ediciones Memoria, Centro Pablo, 2004) y otros, que no exigían raspados y pinturas, se fue un esquema válido de iniciación a òrìşà, que sin embargo, se mantuvo con gran éxito en el sur de Brasil. A despecho de la crítica ará kétu, que no la considera apta, por no afeitar, ni colocar òşú en sus cabezas. Muy parecido a lo que en algún momento pasó aquí.

Ejemplos: la reconversión de Ọbádíméjì, originalmente Adé Ọ<sun, y hecho en el campo. La de Báńjóko. La ‘expulsión’ previa de Monserrate de La Habana. La reiniciación de Valentín Alfonso, ahijado de Elena Mestre, ọ́lọ́5ọ́<şun de Sagua la Grande, que a pesar de una prolífera carrera religiosa, no fue reconocida como ìyálóòşà en el nuevo sistema.

La Mestre, hospedó a Félix Laserie, cuando sus compatriotas lúkúmí Ma Antoñica (Ọ<şúnfúnkẹ5), Ma Joaquina (Báńmẹ5fun), Ma Basilia y Ma Susana del Cabildo Santa Bárbara fallecieron.

Con él, hizo en 1926 a Agustina Thondike en lo que allá llamaban ‘santo africano’ (Èşù + òrìşà, en este caso ¡Şàngó!), que no llevó raspado, ni año vestida de blanco, ni mucho menos santos de fundamento (sólo Ọ<şun como ‘mamá’). Laserie, según testimonio de la propia, vino con su bisabuela que era yorùbá y como prueba de ello contaba con 3 rayitas en la mejilla.

Las mismas tres que tenía Adéşínà, ño Remigio Herrera, el prestigioso babaláwo, que ayudó a establecer el culto de Ifá en Cuba. Y que, paradójicamente, fue el ọ́ba de los ritos de Antoñica Wilson y Joaquina Mora. Lo cual desmiente la tesis de que en La Habana, nunca se estiló el llamado ‘santo de pata & cabeza’, ya que esa fue la herencia que legaron, hasta que en los años 40, muchos de los olóòşà de Sagua, empezaron a ceder ante la modernidad por sólo tener ‘medio asiento’.

Cerrando el ciclo

Razón tenía la fuente citada por el trabajo, al afirmar que era ‘apenas un nombre’ y más que un nombre, una frase que describía, crípticamente, lo que era menester hacer durante una circunstancia poco propicia.

“[...] Kamucá no es una Clase del Orixá Xangô, es un nombre apenas… (…)” (Tadeu, p 59.)[5]

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Al final, el ‘Şàngó-ká-mú’kà’, que los batuqueiros vienen adorando hace casi 150 años, no era un òrìşà, ni un su aspecto.

Waldemar Antonio dos Santos, onísàngó, fundador de la ‘nación Kanbina’ del Batuque, al cual se le atribuye la introducción del culto a ‘Kamuká’ (foto iledeoxalaeogum).

A Waldemar Antônio dos Santos, se le atribuye la fundación de la ‘Kanbina’, en 1883.

Según Ayrton de Xangô, quien trajo el cambini (que sería una especie de oyè, según se entiende por contexto) fue Gululú, un africano que vivía en el antiguo Beco do Poço, y hablaba portugués muy mal. Sus parámetros son parecidos al lado ìjẹ<şà (!).

Y aquí es donde contestamos otro lado débil de la teoría. Si es ìjẹ<şà ya no es ọ́<yọ́5 (de hecho, si es nàgó tampoco, ni puede haber vínculo con aláààfin alguno, ni siquiera con Gbaru el 22º ó 23º según se vea que reinó (1732-1738)[6], cuyo gobierno es demasiado distante con la fecha de introducción del culto en Río Grande del Sur).

La presencia de vodun como Légba y Zina, refuerzan la idea nàgó (que no debe ser asumido como un etnónimo general, sino de un subgrupo puntual, colindante con el actual Benin). También el no raspado y la ausencia de òşú, si bien Erick Wolf, cita un canto a Yemọ́ja que hace mención a él, que puede indicar una pérdida – bajo el influjo nàgó – de los estilos ọ́<yọ́5 e ìjẹ<şà, que sí los utilizan:

Adòşú mo gbé

Ke ara orò

Adòşú mo gbé

Ke ara Asẹ ̀sun

La teoría bantú, tampoco es fuerte (a pesar de haber un término como kamuka, que según el investigador significa: desfallecer, morir. (dicionário kikongo), de ahí el presunto

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vínculo con ‘Eégún’, que a su vez sirve de base para el nexo con rito puntual de la coronación, como si en un rito estribara todo).

Los cantos en yorùbá[7], más la frase previa, no dejan duda que no hay influencia bantú en dicho culto:

El canto con que se saluda este falso aspecto de Sàngó, demuestra 1) que es de origen yorùbá; 2) que no se trata de una manifestación, sino una frase mal interpretada…

Las fuentes orales confirman la idea que no es una deidad en sí:

“[...] XANGÔ AGODÔ KAMUCÁ BARUÁLOFINA es el orixá rey de la Nación Religiosa Cabinda, practicada en el Estado de Río Grande del Sur. Xangô es el nombre del Orixá; AGODÔ es la clase de este orixá; KAMUCÁ é es nombre de este Orixá Rey que fue Asentado para el Babalorixá REI, WALDEMAR ANTÔNIO DOS SANTOS; BARUÁLOFINA es el mote de este Orixá REI de la Nación religiosa de Cabinda (Tadeu, p. 59)”.

Mote, en este caso sería el equivalente de oríkì, los cuales, como sabemos pueden ser tan cortos como una palabra o tan largos como un extenso panegírico que exalta las cualidades – de ahí el término brasileño – de los orisa.

“A Waldemar le hicieron Agodô, y fue asentado el Kamuka en su casa, por ello se le conoció como Waldemar de Kamuka, pero la gente no sabe que Kamuka es un asentamiento, así como Legba y Zina, que no monta, ni baila en el salón (informante – Baba Raúl Şàngó)”.

“[...] Kamucá no es una Clase del Orixá Xangô, es un nombre apenas… (…)” (Tadeu, p 59.)

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“Tadeu pertenece a una familia que no tiene el fundamento de Kamuka”.

Este Orixá comenzó a ser evocado a partir del fallecimiento del famoso pionero de la nación kambinba, afirma un creyente. Este ‘Şàngó’ inexistente, se asentaría en el ìgbàlẹ< – originalmente, el igbó de Egúngún, ahora el ojúbọ́ de los batuqueiros.

Conclusión

Esto nos muestra una vez más la trascendencia cardinal de la lengua en la práctica y rescate de las tradiciones de origen yorùbá. Y el modo en que muchos de los secretos fueron resguardados en fórmulas oscuras, pero obvias para el que las enunciaba. Sin contar, el peso de la historia en la conformación de los ritos.

© Este trabajo, es fruto de un intelecto, una visión y un conocimiento ajeno. Como tal debe ser respetado (por legos y versados, ya sean del Batuque, el Candomblé o la Santería). Estudiosos, honren con ética lo que no pudieron hasta ahora descubrir, pues fueron mis ojos, no los suyos los que vieron el detalle…

¡Caso contrario que la eterna maldición de Òòduà y el fiero ‘Ká mu’kà’ los persiga! ;)

[1] Curioso que viniendo de Ọ<yọ́5, este ‘lado’, tampoco raspe (como es usual en esta vertiente afrobrasileña). Y obvio que no es por ser ‘sangre de la sangre’ del òòşà, como mal explica la fuente basado en el testimonio de Baba Àìkúlọ́lá, porque en la práctica eso se perdió hace siglos. Mejor seguir el rastro que proporciona Baba Osvaldo t’Ọbàtálá, que tiene mejores credenciales. Empezando porque los olóyè que no son raspados, ocupan cargos de preeminencia con respecto al òrìşà y ofician en ceremonias de los simples militantes, que sí llevan òşú y fárí; obviamente, el caso que describía Baba Àìkú se sacó de contexto y se ajustó a una teoría sin pies, mas con pelo…

[2] Como mismo la formación de la Regla de Òòşà, invalidó todas las otras prácticas, en Brasil, la ‘nación kétu’, se impuso como único modelo válido (al menos en el nordeste, pues en el sur y norte, existen modelos alternativos de base, aparentemente, nàgó);

[3] Enunciar las credenciales de Şàngó como buscapleitos sobra. Pienso yo.

[4] Que queda en el estado Kaduna al norte de la actual Nigeria, a cientos de kilómetros de Yorubaland (link);

[5] Citado en http://olorun.com.br/site1/magazines/magazine/revista-olorun-n-18-abril-2014/36/component.html (ídem al resto de las referencias orales)

[6] No existe oba Ọ<yọ́5 con el nombre de ‘Baru’, como impropiamente sugieren las fuentes;

[7] Citado por Baba Osvaldo Ọbàtálá en su libro Àdúrà, mas la traducción del presente es mía;

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6 respuestas a El Şàngó que nunca existió1. giraldo55 dijo:

ase te falto que ña remigio dirigio el orisaoco da ma wisa, ya pepa tenia 4 años y participaron, ma toñica wilson, oloshun, la madre de idelisa rodrigues, varios de los drekes, se hiso en sierra morena, antes de 1900, ahi si tendrian la razon de que si hubo awo que dirigian ceremonias de orisas

 oduafunmi dijo:

Siempre es un placer tenerlo por aquí mi estimado Hugo. Sus vivencias son muy útiles y, sobre todo, confirman lo que otras fuentes informan sobre modelos alternativos de oosa y de la práctica de hoy.

SS, O

 giraldo55 dijo:

ase ooo, por eso no dejo de leer tu web, pues intruye,no destruye, que odudua te mas ase

  oduafunmi dijo:

Y como de costumbre, mi padre, le rindo el foribale que Ud. merece, no sólo por sus años, sino por su conocimiento y su disposición a transmitirlo… Me acordé de Ud. hace unos minutos. Tengo frases suyas grabadas en mi memoria de forma indeleble. Cosas que parecerán bobas, pero que uno las recuerda para siempre,

MIS RESPETOS

Ihosvany Andrade dijo:

Un honor,placer ;leer este gran trabajo de Oduafumi que a su ves esta haciendo un gran fruto a esta religión que desafortunadamente esta pasando por cosas desagradables a esto falta de conocimiento y de ciertos enfocamientos, ya esta surgiendo artículos de oro como digo yo,y espero que las personas valoren este gran trabajo de paciencia y tiempo que esta haciendo Oduafumi. Mis respetos, saludos y para alante ;) 

oduafunmi dijo:

Gracias mi estimado amigo. El placer es mío en tenerte por aquí, leyéndome. Aunque a veces me ponga ‘pesa’o’, tú sabes que es importante compartir estos pedacitos de

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conocimiento. Y como dicen: atando cabos, se hace soga, un abrazo cordial y que todo siga bien por allá, por ‘Alamar del Norte’, jajaja ;)