El Sentido de las Ciudades

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Capítulo 8: El sentido de las ciudades “Las ciudades muertas” El siguiente artículo hace referencia al epígrafe sobre las ciudades muertas. Ya que la mayor parte de la asignatura la estoy enfocando hacia Extremadura, seguiré con ello. Además, Extremadura es una comunidad poco poblada, con muchos pueblos “muertos”, sin habitantes. En este caso vamos a hablar de dos poblaciones que fueron muy importantes en su momento: Cáparra y Granadilla, ambas situadas en el norte de la provincia de Cáceres. Cáparr a Cáparra es una antigua ciudad espa ñola situad a en el norte de Extremad ura, en la comarca del valle del río Alagón, dentro de la provincia romana Lusitania. Está atravesada por la llamada Vía de la 1 Fuente propia. 2/01/2011

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Epígrafe "Las Ciudades Muertas" del tema 8

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Capítulo 8: El sentido de las ciudades “Las ciudades muertas”

El siguiente artículo hace referencia al epígrafe sobre las ciudades muertas. Ya que la

mayor parte de la asignatura la estoy enfocando hacia Extremadura, seguiré con ello.

Además, Extremadura es una comunidad poco poblada, con muchos pueblos “muertos”,

sin habitantes.

En este caso vamos a hablar de dos poblaciones que fueron muy importantes en su

momento: Cáparra y Granadilla, ambas situadas en el norte de la provincia de

Cáceres.

Cáparra

Cáparra es una antigua ciudad española situada en el norte de Extremadura, en la

comarca del valle del río Alagón, dentro de la provincia romana Lusitania. Está

atravesada por la llamada Vía de la Plata. Está abandonada en la actualidad y data de la

época

prerromana.

Tiene una

extensión

aproximada de

12 hectáreas,

aunque la

muralla abraza

un territorio

mayor, de

aproximadamente 16 hectáreas.

Cáparra fue más pequeña y menos importante que otras ciudades romanas de

la Península Ibérica, pero estaba entre los principales núcleos urbanos entre el río Tajo y

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la Sierra de Gredos, juntos con Caurium (Coria), Augustóbriga (Talavera la Vieja) y

Egitania (Idanha-a-Velha).

Su organización urbana corresponde a un planteamiento ortogonal, teniendo como eje

principal la Vía de la Plata, que la atraviesa de norte a sur.

El nombre de la ciudad no es de origen latino, sino prerromano, probablemente vetón,

como el origen mismo del asentamiento. Se le conocen otros nombres, como: Capara,

Cappara, Capera y Kapasa.

La existencia de

la ciudad está

muy bien

documentada

desde la

antigüedad. Tolo

meo la menciona

formando parte

del territorio de

los vetones, pero

otros

historiadores lo

hacen dentro del

lusitano, por lo

que se puede

concluir que la

ciudad estaba en

el límite entre

ambos pueblos.

A partir del

año 74 dC., cuando el emperador Vespasiano proclamó el Edicto de Latinidad para las

provincias hispanas, la ciudad accedió a la categoría de municipio de derecho latino -

municipium con ius latii minor-, aunque se desconoce el momento exacto bajo

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Arco de Cáparra. Fuente propia. 2/01/2011

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la Dinastía de los Flavios en el que fue promocionada a este estatuto. Sus habitantes, al

adquirir la ciudadanía romana por desempeñar magistraturas, quedaban adscritos a la

tribu Quirina. A partir de ese momento, Capara comenzó su verdadero despliegue y

desarrollo como ciudad, quedando de ese periodo numerosos restos, entre ellos el

famoso arco, su símbolo inequívoco.

Durante la Alta Edad Media, la ciudad empieza a despoblarse, acentuándose el

abandono a partir de la invasión musulmana, y posteriormente no existen datos de

que fuera repoblada una vez que el territorio fue conquistado por los reinos cristianos.

El conocido tetrapylum es el edificio más importante que ha sobrevivido hasta la

actualidad. Se trata de un arco cuadriforme, el único en España de sus características.

Se sitúa en el centro de la ciudad, bordeado por el Foro y los baños públicos y otros

monumentos principales. Es muy probable que en él confluyeran las dos calles

principales: el Cardo y el Decumano.

Se encuentra muy bien documentado, gracias a las inscripciones conservadas en

él y en concreto a una que está en el pilar de la derecha del frente sur del monumento,

en la que se alude a "Marcus Fidius Macer", a un nuevo "Fidius Macer", así como a

"Bolosea", hija de "Pellus", su mujer. Se da a entender que este "Fidius Macer" fue la

persona que mandó erigir el arco cumpliendo de este modo el testamento de sus padres.

Por otras inscripciones se sabe de la relevancia de este ciudadano de "Capera", pues se

le menciona tres veces como magistrado, dos veces dunviro y como "praefectus

fabrum", o jefe de los obreros municipales. En cuanto a la fecha de su erección, se le

sitúa en la época Flavia, a finales del s. I.

Tiene unas medidas en su planta de 8,60 por 7,35 m, calculándosele una altura

de 13,30 m en su estado originario. El monumento se eleva sobre cuatro pilares que

soportan cuatro arcos de medio punto adornados con una arquivolta o moldura que

envuelve el trasdós. Cada pilar se asienta sobre un basamento rematado por una cornisa

bastante resaltada. Los frontales norte y sur disponen de dos pedestales adosados sobre

los que se colocarían esculturas representativas de las parejas citadas en las

inscripciones. No sería de extrañar que, por sus dimensiones, en los pedestales del norte

se encaramaran retratos ecuestres, al menos así lo presenta García Bellido en la

reconstrucción ideal del arco.

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Granadilla

Granadilla es una villa del norte de la provincia de Cáceres, España, incluida en el

municipio de Zarza de Granadilla.

Fue desalojada a mediados del siglo XX a consecuencia de la declaración de zona

inundable debido a la construcción del Embalse de Gabriel y Galán.

En 1980 la villa fue declarada Conjunto Histórico-Artístico, y cuatro años después,

en 1984, fue elegida para su inclusión en el Programa de Recuperación de Pueblos

Abandonados.

A finales de la década de los cincuenta, con la irreversibilidad de las primeras

expropiaciones, se producen también las primeras salidas de familias. Granadilla verá

muy pronto el relevo de su párroco y, años más tarde, dejará de tener médico titular.

El éxodo masivo siguió al inicio de los años sesenta, según iba creciendo el nivel del

pantano y pagadas las expropiaciones de las sucesivas cotas, motivando la evacuación

de más de noventa familias campesinas de Granadilla.

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Plaza de Granadilla. Fuente propia. 2/01/2011

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De esa manera tan desagradable y tan poco respetuosa con los débiles, que no

corresponde a la grandeza que un día tuvo, comenzó el abandono definitivo de

Granadilla. Sus últimos moradores se fueron durante el año 1966, pero antes de ello

pudieron llegar a ver sus fértiles tierras de la Vega Baja inundadas por las subidas del

nivel de las aguas. Sus medios de vida desaparecieron permaneciendo solo el pueblo a

flote, como una inmensa nave, formando una península de difícil acceso por cuanto por

entonces todas las carreteras también quedaron inundadas.

El territorio del

pueblo fue dividido

en 1965 entre los

municipios

limítrofes

de Mohedas y Zarza

de Granadilla,

pasando la

capitalidad del

partido a Hervás.

La

rehabilitación y recuperación de Granadilla comenzó a partir del año 1986, en el que

fue restaurado urgentemente el castillo debido a su lamentable estado de deterioro a

causa de las lluvias. Al carecer de cubierta de protección, los sillares interiores de

granito comenzaron a disgregarse peligrosamente, fenómeno que hoy día puede aún

observarse al pasar los dedos por ellos. Aunque estéticamente no es muy afortunada, la

rehabilitación de este castillo sirvió para frenar su progresiva ruina, además de servir de

excelente atalaya desde donde se puede observar todo el pueblo y un amplio panorama

con hermosas puestas de sol.

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Pantano alrededor de Granadilla. Fuente propia. 2/01/2011

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El verdadero

impulsor material del

milagro de Granadilla fue

el arquitecto Antonio

Espejel, encargado de su

recuperación y

rehabilitación tras el

acuerdo tomado por

los ministerios de Obras

Públicas y Urbanismo,

Educación y Ciencia, y el

de Agricultura, Pesca y

Alimentación a través

del ICONA. La placa de

azulejos fue puesta en la

fachada principal del

antiguo ayuntamiento, hoy

convertido en Museo de

Granadilla.

Muchos estudiantes acuden cada año a ayudar a rehabilitar el pueblo. Gracias a

ellos y a muchas más personas el pueblo va resurgiendo poco a poco, aunque todavía

queda mucho para que se terminen estas tareas de rehabilitación. Durante la celebración

de los Difuntos (1 y 2 de noviembre) muchos granadillanos se siguen dando cita en el

pueblo y a fines del siglo XX se abre una agria polémica entre los partidarios de que el

pueblo siga como está (utilización por parte de estudiantes) o de que se abra la

posibilidad de que antiguos propietarios recuperen sus propiedades.

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Castillo de Granadilla. Fuente propia. 2/01/2011