El show de Truman

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UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA INFANTIL JUEGO TECNOLOGÍA Y LENGUAJE ESTUDIANTES: ALEJANDRA FONSECA - 20131187054 CATALINA GARCÍA - 20131187030 10 DE SEPTIEMBRE DE 2014 Truman y la sociedad del simulacro La película el show de Truman (1998) es un film estadounidense dirigido por Peter Weil y protagonizado por Jim Carrey. Su argumento principal consiste en la transmisión por televisión de una vida simulada en una ciudad diseñada para una única persona, Truman Burbank, protagonista del show. El aunque inconsciente de ello vive la vida que le diseña Ed Harris con “normalidad”. A lo largo de la película al protagonista le suceden una serie de acontecimientos y situaciones como el episodio del “aguacero”, el “ascensor” o “la transmisión de radio en su auto” que lo llevan a preguntarse sobre su existencia y a sospechar sobre su identidad real, su rol y su papel en la pequeña ciudad en la que nació y de la cual jamás ha salido. Así, Truman tiene ganas de conocer el mundo, de viajar y salir de la ciudad, pero se da cuenta que las situaciones que le impiden salir de ella parecen estar totalmente pensadas y confabuladas en su contra, como el episodio en el cual “viaja con mery en su auto y el tráfico no lo deja avanzar, se devuelve y vuelve a intentar salir por la misma calle y ya no hay tráfico” estas situaciones lo llevan casi a locura. Entonces Truman decide intentar salir de la ciudad sin decirle a nadie y a escondidas incluso de los lugares visibles de su casa. Venciendo sus miedos, y llegando a los límites de la ciudad diseñada bajo una cúpula gigante el director Christof le habla y le pide quedarse, a lo que Truman se niega, se despide como siempre lo había hecho, toma su propio camino y decide salir de esa realidad ficticia en la cual el director controla su vida. En el texto de Eva Gil: Simulacro, Subjetividad y Biopolítica: De Foucault a Baudrillard.(2005). Se plantea como las sociedades de control ejercen poder sobre la subjetividad del sujeto en relación con la era del conocimiento en la cual estamos inmersos, en este caso la subjetividad está representada por el dispositivo del simulacro, que según el autor constituye el dominio simbólico de la sociedad. En este orden de ideas se plantean dos clases primarias de sociedad contemporánea: la sociedad de productores y la sociedad de

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UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS

L ICENCIATURA EN PEDAGOGÍA INFANTIL

JUEGO TECNOLOGÍA Y LENGUAJE

ESTUDIANTES:

ALEJANDRA FONSECA - 20131187054

CATALINA GARCÍA - 20131187030

10 DE SEPTIEMBRE DE 2014

Truman y la sociedad del simulacro

La película el show de Truman (1998) es un film estadounidense dirigido por Peter Weil y protagonizado por Jim Carrey. Su argumento principal consiste en la transmisión por televisión de una vida simulada en una ciudad diseñada para una única persona, Truman Burbank, protagonista del show. El aunque inconsciente de ello vive la vida que le diseña Ed Harris con “normalidad”. A lo largo de la película al protagonista le suceden una serie de acontecimientos y situaciones como el episodio del “aguacero”, el “ascensor” o “la transmisión de radio en su auto” que lo llevan a preguntarse sobre su existencia y a sospechar sobre su identidad real, su rol y su papel en la pequeña ciudad en la que nació y de la cual jamás ha salido. Así, Truman tiene ganas de conocer el mundo, de viajar y salir de la ciudad, pero se da cuenta que las situaciones que le impiden salir de ella parecen estar totalmente pensadas y confabuladas en su contra, como el episodio en el cual “viaja con mery en su auto y el tráfico no lo deja avanzar, se devuelve y vuelve a intentar salir por la misma calle y ya no hay tráfico” estas situaciones lo llevan casi a locura. Entonces Truman decide intentar salir de la ciudad sin decirle a nadie y a escondidas incluso de los lugares visibles de su casa. Venciendo sus miedos, y llegando a los límites de la ciudad diseñada bajo una cúpula gigante el director Christof le habla y le pide quedarse, a lo que Truman se niega, se despide como siempre lo había hecho, toma su propio camino y decide salir de esa realidad ficticia en la cual el director controla su vida. En el texto de Eva Gil: Simulacro, Subjetividad y Biopolítica: De Foucault a Baudrillard.(2005). Se plantea como las sociedades de control ejercen poder sobre la subjetividad del sujeto en relación con la era del conocimiento en la cual estamos inmersos, en este caso la subjetividad está representada por el dispositivo del simulacro, que según el autor constituye el dominio simbólico de la sociedad. En este orden de ideas se plantean dos clases primarias de sociedad contemporánea: la sociedad de productores y la sociedad de

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consumidores. La sociedad de productores ejercen el poder mediante la vigilancia y la disciplina y la sociedad de consumidores ejerce el control mediante la seducción. En este sentido existe una estrecha relación entre lo planteado por Gil (Ibid.) y el argumento en el cual se basa la película “El Show de Truman”. Primero, la película presenta una crítica a la realidad, una reflexión sobre la propia vida, sobre la identidad y el cómo la asumimos, y se enmarca en una utopía, una sociedad ficticia, falsa, controlada, pensada e indeseable en sí misma y no tanto por indeseable sino por ser un mundo que supone ser el mejor para Truman, pero no lo es a pesar de todo, porque es un mundo controlado, es un mundo producto que la autora llama la sociedad de consumidores, vehiculada mediante el control y cuya principal tecnología del poder es el sinóptico. El sinóptico convierte al espectáculo en simulacro, por ello la audiencia, el reality y la sintonía del show de Truman se puede considerar una audiencia de carácter sinóptico que funciona mediante la seducción y nos lleva a adquirir determinadas formas de comportamiento en concordancia con la sociedad de mercado, en concordancia con el principal fin que buscan los individuos del panóptico, es decir el producir para generar individuos del consumo; Además se producen mecanismos que generan normas de comportamiento que nos convierten en subjetividades aptas para la sociedad del consumo, es decir nos dan información sobre lo que es importante o no socialmente y ello constituye un dominio simbólico de la subjetividad del sujeto, reduciendo el ámbito de lo privado a la gestión y producción de impresiones del simulacro. Mientras tanto, Truman está por momentos en el ámbito panóptico en el cual el deseo se presenta como la carencia de un objeto a obtener a largo plazo, en esa medida se generan grandes deseos a largo plazo y se recurre a la disciplina como un mecanismo de control social, de esta manera Truman dentro de su mundo ficticio trabaja a diario para lograr su meta de llegar a las islas Fiji. Aunque para el director (Christof) Truman se encuentra en el ámbito sinóptico como se evidencia en la frase “aceptamos la realidad del mundo que se nos presenta, es así de sencillo” y como lo señala Gil, el ámbito sinóptico produce una subjetividad harto narcisista, vehiculada por el simulacro en la cual la otredad es siempre percibida como amenaza. En varias situaciones Truman se da cuenta de que el comportamiento de su esposa es muy extraño, en ocasiones parece una excelente vendedora de productos para el hogar y en otras es acelerada o tajante con su esposo (le cambia los temas de conversación) hasta que la lleva al límite de la desesperación, de tal forma que ella confiesa y después miente asegurando que eso no fue lo que ella dijo, según Gil los ámbitos sinópticos nos ofrecen normas de comportamiento apareciendo como potentes mecanismos reguladores de la subjetividad de los sujetos y a su vez subjetivando lo público para alcanzar un fin, llevar a los individuos a consumir. La sintonía, el reality, y la publicidad de productos en la película el show de Truman representa las formas en las que se combinan hoy en día la sociedad disciplinaria, que vigila

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a los sujetos para mantenerlos controlados con relación a la sociedad del consumo y esta a su vez controla la subjetividad del sujeto haciendo que consuma y satisfaga un placer momentáneo. En el final de la película, Truman decide volver a la realidad, salir del ámbito de control sinóptico y entrar en el panóptico (deseando alcanzar nuevas metas a largo plazo) mientras sus televidentes en cambio se quedan sumergidos en la sociedad del consumo, esperando "que más les puede brindar la sociedad de productores". Así se confirma uno de los argumentos de la tesis de Gil, quien propone que tanto el ámbito panóptico como el ámbito sinóptico conviven en el contexto socio-histórico actual y que la sociedad de consumidores (sinóptico) está superpuesta y generada a partir de la sociedad de productores (panóptico). Para finalizar la película muestra, como el ámbito sinóptico como dispositivo hegemónico con el cual se ejerce el poder en las sociedades de control, representa la vida manejada como un show, manejada por la propaganda, por las pantallas, por la televisión y por lo que se vende haciendo uso de las tecnologías de la información y la comunicación generando invisibilidad en la vigilancia que resulta de las sociedades de productos y por ende ejerciendo el control sobre la subjetividad de los sujetos inmersos en las sociedades de consumo.

Referencias

• Gil Rodríguez, E.P (2005) Simulacro, Subjetividad y Biopolítica: De Foucault a Baudrillard. Revista Observaciones filosóficas. N° 1. Recuperado el 09 de Septiembre de 2014, de http://observacionesfilosoficas.net/simulacrosubjetividad.html

• Weir, P (Director.), (1998) El show de Truman. [Película] Los Ángeles: Paramount Pictures.