El siglo XVIII fue una época de cambios en la que el absolutismo monárquico alcanza su mayor...

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El siglo XVIII fue una época de cambios en la que el absolutismo monárquico alcanza su mayor esplendor, pero la burguesía, que desde hacia tiempo concentraba y manejaba el poder económico, no se contentaba con esta situación, sino que empezaba a pugnar por obtener un lugar dentro del ámbito político. Este deseo se vio reflejado en un nuevo movimiento cultural y filosófico, llamado ilustración, que tenia como pilares las ideas del racionalismo y del conocimiento. Defendían, en el aspecto social, el individualismo, el igualitarismo y la libertad de todos los seres humanos. Defendía que el progreso y el conocimiento eran el verdadero camino hacia la felicidad, el autentico destino del hombre. Fue apoyado principalmente por el sector de la burguesía, aunque también en algunos casos el apoyo del bajo clero y la baja nobleza, que buscaban una transformación social y política. La ilustración tuvo su cuna en Francia con pensadores como Voltaire, Rousseau, Diderot o Montesquieu, que pertenecian a la burguesía francesa. Posteriormente se extendió por toda Europa, llegando luego a América. Tuvo grandes repercusiones en los ámbitos social, económico, político y artístico. 1775: Guerra de la Independencia de los Estados Unidos: Enfrento a las 13 colonias británicas en América del norte contra el Reino de Gran Bretaña. La lucha fue por la independencia de las colonias sometidas por los europeos, que se beneficiaban económicamente de sus recursos naturales pero que no se preocupaban por el bienestar de sus habitantes. Durante la guerra las colonias obtuvieron el apoyo militar de Francia, enemigo histórico de Gran Bretaña. La guerra finalizo con la derrota de los británicos en 1883. 1789: Revolución francesa: Francia atravesaba una crisis social. Con las nuevas ideas ilustradas del liberalismo y la democracia, el tercer estado (que integraban todas las personas que no pertenecían a la nobleza y al alto clero) empezó a luchar por obtener un lugar en la política.

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El siglo XVIII fue una época de cambios en la que el absolutismo monárquico alcanza su mayor esplendor, pero la burguesía, que desde hacia tiempo concentraba y manejaba el poder económico, no se contentaba con esta situación, sino que empezaba a pugnar por obtener un lugar dentro del ámbito político.

Este deseo se vio reflejado en un nuevo movimiento cultural y filosófico, llamado ilustración, que tenia como pilares las ideas del racionalismo y del conocimiento. Defendían, en el aspecto social, el individualismo, el igualitarismo y la libertad de todos los seres humanos. Defendía que el progreso y el conocimiento eran el verdadero camino hacia la felicidad, el autentico destino del hombre. Fue apoyado principalmente por el sector de la burguesía, aunque también en algunos casos el apoyo del bajo clero y la baja nobleza, que buscaban una transformación social y política.

La ilustración tuvo su cuna en Francia con pensadores como Voltaire, Rousseau, Diderot o Montesquieu, que pertenecian a la burguesía francesa. Posteriormente se extendió por toda Europa, llegando luego a América. Tuvo grandes repercusiones en los ámbitos social, económico, político y artístico.

1775: Guerra de la Independencia de los Estados Unidos:

Enfrento a las 13 colonias británicas en América del norte contra el Reino de Gran Bretaña. La lucha fue por la independencia de las colonias sometidas por los europeos, que se beneficiaban económicamente de sus recursos naturales pero que no se preocupaban por el bienestar de sus habitantes. Durante la guerra las colonias obtuvieron el apoyo militar de Francia, enemigo histórico de Gran Bretaña. La guerra finalizo con la derrota de los británicos en 1883.

1789: Revolución francesa:

Francia atravesaba una crisis social. Con las nuevas ideas ilustradas del liberalismo y la democracia, el tercer estado (que integraban todas las personas que no pertenecían a la nobleza y al alto clero) empezó a luchar por obtener un lugar en la política.

La revolución francesa se inicio cuando los representantes del tercer estado llevaron a los Estados Generales (asamblea convocada por el Rey de manera excepcional y a la que acudían representantes de cada estamento) nuevas propuestas basadas en las ideas del poder del pueblo y el liberalismo. Ante la negativa que obtuvieron se rebelaron y se declararon integrantes de la Asamblea Nacional.

Tras largos años de conflictos, guerras civiles y golpes de estado se consiguió vencer el poder absolutista en Francia.

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El Barroco fue un período de la historia en la cultura occidental que produjo obras en numerosos campos artísticos: literatura, arquitectura, escultura, pintura, música, ópera, danza, teatro, etc. Se produjo principalmente en Europa occidental, aunque debido al colonialismo también se dio en numerosas colonias de potencias europeas, principalmente Latinoamérica. Cronológicamente, abarca todo el siglo XVII y principios del XVIII, dependiendo de cada país su mayor o menor prolongación en el tiempo. Se suele situar entre el Manierismo y el Rococó, en una época de fuertes disputas religiosas entre países católicos y protestantes, y de marcadas diferencias políticas entre los estados absolutistas, donde la aristocracia ejercía un férreo poder, y los parlamentarios, donde una incipiente burguesía empezó a poner los cimientos del capitalismo.

Como estilo artístico el Barroco surgió a principios del siglo XVII (según otros autores finales del XVI) en Italia —período también conocido en este país como Seicento—, desde donde se extendió hacia la mayor parte de Europa. Durante mucho tiempo (siglos XVIII y XIX) el término «barroco» tuvo un sentido peyorativo, con el significado de recargado, engañoso, caprichoso, hasta que posteriormente fue revalorizado a finales del siglo XIX por Jacob Burckhardt y, en el XX, por Benedetto Croce y Eugeni d'Ors. Algunos historiadores dividen el Barroco en tres períodos: «primitivo» (1580-1630), «maduro» o «pleno» (1630-1680) y «tardío» (1680-1750).

Aunque se suele entender como un período artístico específico, estilísticamente «barroco» también indica cualquier estilo artístico contrapuesto al clasicismo, concepto introducido por Heinrich Wölfflin en 1915. Así pues, el término «barroco» se puede emplear tanto como sustantivo como adjetivo. Según este concepto, cualquier estilo artístico atraviesa por tres fases: arcaica, clásica y barroca. Ejemplos de fase barroca serían el arte helenístico, el arte gótico, el romanticismo o el modernismo.

El Siglo de Oro español

Por Siglo de Oro se entiende la época clásica o de apogeo de la cultura y la política española, esencialmente el Renacimiento del siglo XVI y el Barroco del siglo XVII. Ciñéndose a fechas concretas de acontecimientos clave, abarca desde la publicación de la Gramática castellana de Nebrija en 1492 hasta la muerte de Calderón en 1681.

La novela alcanzaría su más alto nivel de universalidad y expresión con Don Quijote de Miguel de Cervantes y otros géneros claramente españoles como el de la novela picaresca (Lazarillo de Tormes y el Guzmán de Alfarache de Mateo Alemán).

Fue también una época dorada para la poesía. En el siglo XVI, Boscán y Garcilaso de la Vega adaptaron la poesía lírica italiana al castellano alcanzándose la máxima expresión en la poesía mística de Fray Luis de León y San Juan de la Cruz y en la prosa de Santa Teresa. Dos grandes figuras de los siglos XVI y XVII fueron Luis de Góngora, cuyo estilo difícil y complejo derivaba originalmente de un movimiento latinizante ("culteranismo"), y Francisco de Quevedo, maestro del "conceptismo".

El teatro es otro género que también alcanzó un gran nivel. Las obras dramáticas ya no se pusieron en escena en los alrededores de las iglesias después de la creación de los "corrales de comedias", algunos de los cuales todavía existen, como el de Almagro (Ciudad Real). Juan de Encina, Torres Navarro y Gil Vicente fueron los precursores de Lope de Vega, Tirso de Molina y Calderón de la Barca.

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Características literarias del Barroco:

El Conceptismo: Consiste en utilizar muchas ideas con el menor número posible de palabras. Se basan en asociaciones ingeniosas de palabras, paradojas, antitesis, chistes y juegos de palabras. Su mayor representante fue Quevedo.

El Culteranismo: Busca la belleza formal sin importar el contenido si no la forma. Utiliza recursos expresivos como el hipérbaton, perífrasis y metáforas... Es un arte de minorías por su lenguaje oscuro; su mayor representante fue Góngora.

En literatura se impuso el Neoclasicismo: los autores ilustrados buscaron un nuevo modelo estético que respondiera a sus aspiraciones de mejora de la sociedad, de aplicación del pensamiento racionalista y de divulgación del conocimiento. Esto explica que triunfaran los principios clásicos, basados en la armonía y el equilibrio, y que se rechazaran los excesos de la imaginación y de la expresión que habían caracterizado a la literatura barroca. Al igual que había sucedido en el Renacimiento, el arte clásico se convirtió en el modelo de los ilustrados.

La literatura neoclásica queda también sujeta a la razón. Se escriben por entonces tratados que establecen las reglas a las que se debe someter toda obra literaria, como la Poética de Luzán (1737). En el siglo XVIII se defendían los siguientes principios en literatura:

La obra debía responder a un modelo universal y tenía que ser un reflejo de la realidad, ajustado a los principios de verosimilitud y decoro.

Las creaciones debían seguir la preceptiva clásica, sin mezclar lo trágico y lo cómico. La literatura debía tener esencialmente una intención didáctica. La obra literaria había de

cumplir el principio clásico de «enseñar deleitando». Sin embargo, el arte dieciochesco produjo también una literatura de inspiración clásica en la que se recreaban los placeres de la vida dentro de un entorno natural poblado por figuras mitológicas.

La creación literaria se guía por la razón, por lo que los escritores manifiestan su espíritu crítico ante el mundo que los rodea.

A finales del siglo, algunos escritores rechazan la rigidez de la normativa neoclásica y ensalzan los sentimientos por encima de la razón. Este movimiento se denomina Prerromanticismo, ya que anuncia ciertas características románticas.