El Submarino S-80.

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Análisis del proceso de construcción de la serie de submarinos españoles S-80.

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Atenea · Número 2268

T E C N O L O G Í A por César Pintado

Lejos de ser un derivado avanzado del Scorpène francés, los S-80 españoles están muy por delante de los últimos submarinos de propulsión diesel-

eléctrica. Por ejemplo, frente a la AIP (Air Independent Propulsion) clásica, la ventaja del S-80 reside en su tec-nología de propulsión: no depende del hidrógeno, usa el bioetanol como combustible y además cuenta con una pila de combustible que no necesita un hidrógeno puro al 100%.

La idea de Navantia es convertir el astillero de Car-tagena en un referente internacional en el diseño y construcción de submarinos de propulsión AIP, y lo está consiguiendo. Las armadas de Australia, Noruega e India ya se han interesado por el S-80. Una demanda potencial de hasta 30 unidades, que no se puede dejar pasar, pero volveremos sobre eso.

EL dEsarroLLoEl camino del S-80 se ha alargado más de tres décadas desde su concepción hasta su prevista entrada en servi-cio con tres fases diferenciadas:

Los estudios preliminares (1982-1991). En los estu-dios de preliminares de viabilidad se vio claramente la necesidad de separar el proyecto de la plataforma del sistema de combate. Para la propulsión se estudió inclu-so la posibilidad de dotar el submarino con un reactor nuclear de baja potencia, aunque esa alternativa quedó pronto descartada.

Definición del programa (1997-2003). En el segundo trimestre de 1997 se reinicia el programa S-80 con el co-mienzo de la fase conceptual del proyecto. El estudio de viabilidad se realiza a lo largo de 1998 y en el primer trimes-

el más avanzado submarino convencional

la armada española contará con El reto de la E.N. Bazán

en su momento fue crear un submarino de última generación, diseñado en

base a las necesidades de la Armada española y con desarrollo eminentemente

nacional, de forma parecida a las fragatas F-100. No

obstante, se decidió contar con dos socios tecnológicos, uno para la plataforma y otro

para el sistema de combate (Lockheed Martin), lo que, junto a la participación de

otras empresas que han asumido diferentes partes del

proyecto, ha hecho del S-80 un rompecabezas

integrado por Navantia

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el más avanzado submarino convencional

la armada española contará con

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Impresión artística del S-80 navegando en superficie.

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En AtEnEA digital

podrá encontrar detalles adicionales del programa S80, en el artículo del Almirante tafalla

http://www.revistatenea.es/RevistaAtenea/REVIStA/articulos/Gestionnoticias_3338_ESP.asp

www.revistatenea.es

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tre del 2000 se dispone ya del “Proyecto Básico del Buque”. Al año siguiente se actualizan los requisitos operativos de los nuevos submarinos y a lo largo de 2003 se desarrolla la documentación necesaria para la fase de desarrollo y cons-trucción. La orden de ejecución de los cuatro primeros sub-marinos de la serie se firma en marzo de 2004.

Al final del programa del S-80 quedó planteado como dos proyectos distintos pero integrados, por un lado la plataforma, responsabilidad de Navantia, y por otro el sistema de combate con Lockheed Martin y Navantia. Las demoras se acumularon en las dos décadas anterio-res debido en buena parte a las dudas e indecisiones de la Armada, a la escasez de presupuestos y a los cambios en el orden de prioridades.

Otras causas fueron la selección de los socios tec-nológicos, los cambios en el proyecto y la necesidad de que pudiesen lanzar misiles de crucero. Así se creó el consorcio para el desarrollo y comercialización de un nuevo submarino para exportación, participado a partes iguales entre Navantia y DCNS. A lo largo de los años hubo declaraciones que apuntaron a que el Scor-

pène podría finalmente ser el submarino S-80, pero fue el propio retraso del proyecto lo que obligó a buscar un producto más avanzado.

Proyecto final y construcción (2004-2016). La luz verde a las cuatro unidades se dio en los primeros días de enero de 2004, y en la actualidad ya han comenzado las obras de todas ellas, si bien se encuentran en distin-tas fases. La duración total del programa desde el co-mienzo del proyecto (enero de 2004) hasta la entrega del cuarto submarino (primer trimestre de 2016) es de 12 años y un trimestre. La construcción de las cuatro

unidades se planteaba en un intervalo de 10 años, en-tre el segundo trimestre de 2006 y el primero de 2016. El plazo de construcción para cada submarino es de 69 meses seguidos de un período de pruebas de 24 meses para el S-81 y 15 para el resto.

Existe, según Navantia, un retraso en el programa, pre-viéndose la botadura del S-81 a mediados de 2012. Se espe-ra que esta demora pueda absorberse acortando el plazo para las pruebas de mar. Aun así, la entrega del S-81 a la Armada no se espera antes del primer trimestre de 2014. A inicios de este año ya estaban construidas las cinco seccio-nes del casco resistente del S-81 y tres del S-82. En junio de 2010, el director del astillero declaraba que los grados de avance eran del 30% para el S-81, del 15% para el S-82, del 5% para el S-83 y “muy poco” del S-84.

Si bien los S-80 están proyectados para realizar mi-siones de muy diverso tipo, las clásicas seguirán siendo guerra antisubmarina, guerra antisuperficie, protección de la fuerza naval, minado ofensivo y adiestramiento de buques de superficie, aviones y helicópteros en guerra antisubmarina. Otra faceta interesante la constituyen las operaciones de inteligencia y vigilancia.

Al margen de esto, es insoslayable la importancia es-tratégica de estos buques dotados con misiles de cruce-ro, convirtiéndose en un importante vector de ataque a tierra y en un elemento de disuasión esencial.

EL productoEl S-80 pertenece al grupo de los SSK-AIP, es decir, sub-marinos convencionales de propulsión anaerobia. Su estructura es monocasco, el casco resistente es al mis-mo tiempo el exterior excepto a proa y a popa. El diseño del submarino es modular, con formas externas optimi-zadas para reducir su firma sonora. El sistema de con-trol de plataforma permite la máxima automatización y reducir la tripulación a tan sólo 32 personas, lo que permite embarcar personal adicional, como un equipo de operaciones especiales de 8 miembros.

La gestión del sistema de combate se realiza median-te 7 consolas, denominadas CONAN SUB e instaladas en las fragatas F-100 y las F-80 modernizadas. Los me-dios de detección acústicos activos y pasivos serán seis:

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Hidrófonos del sonar del S-80.

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Cuadros eléctricos y convertidores

Auxiliares Local diesel AIP Mando y contol Habitabilidad

BateríasAuxiliaresLOXCoferdamBaterías

Armas

MEP

Esquema del S-80.

à Sonar cilíndrico de casco ubicado en proa.à Sonar de franco de barrido lateral, con sensores pasi-vos a lo largo del casco.à Sonar remolcado, con una antena lineal remolcada pasiva que contiene los grupos hidrofónicos.à Telémetro sonar pasivo (sin emisión de ondas de nin-gún tipo) mediante sensores situados a ambas bandas.à Sonar de navegación, para la detección de obstácu-los y minas.à Interceptador sonar, para la detección de emisiones de sonar basado en tres sensores distribuidos en la cu-bierta del buque.

Además, los submarinos contarán con un radar Aries de detección en superficie y navegación, desarrollado por Indra, que también proporciona los transpondedores IFF y los sistemas de contramedidas electrónicas (incluyendo los señuelos contra torpedos y sonar lanzables desde el interior). Las comunicaciones serán de tipo integrado e in-cluirán sistemas de transmisión de datos por satélite.

EL armamEntoEl sistema de armas estará centrado en seis grupos lan-zatorpedos de 533 mm, con sistema de lanzamiento activo por turbo bomba situados en proa, que podrán lanzar:à Torpedos multipropósito, pesados y de largo alcance DM 2 A-4 Seehecht.à Misiles antibuque UGM-84 Sub-Harpoon.à Misiles de crucero UGA-109 Tomahawk, aunque se estudia la posibilidad de adquirir un producto similar de fabricación europea.à Minas.

El número total de torpedos o misiles es de 18, 6 en disposición de tiro dentro de los tubos y los restantes estibados dentro de la sección de proa. En el caso de las

minas en número varía en función del tamaño y de la posibilidad de introducir más de una por tubo. La carga de las armas se realiza a través de una escotilla específi-ca inclinada en la sección de proa.

La propuLsiónEl S-80 es un submarino diesel eléctrico al que se ha añadido un sistema auxiliar de propulsión compuesto básicamente por un reformador de bioetanol y una pila de combustible. El sistema de producción de energía marca la diferencia respecto a los distintos tipos exis-tentes de propulsión anaerobia. Su resultado acaba siendo energía eléctrica en forma de corriente continua y la potencia de esa energía debe ser adecuada para po-der alimentar el sistema de propulsión eléctrico o ser utilizada para la recarga de las baterías. Expresado de forma sencilla, el sistema de propulsión del S-80 está formado por:à Tres generadores diesel eléctricos MTU.à Un motor eléctrico sincrónico de imanes permanen-tes, con una potencia de 3.500 kW.à Dos locales de baterías de litio, con 180 elementos en cada uno.à Una hélice con siete palas.à Un sistema AIP que incluye reformador de bioeta-nol, pila de combustible, sistema de control y equipos auxiliares. La novedad es que el hidrógeno se obtiene por un proceso químico de reformado a partir de bioe-tanol, fácilmente almacenable y que no supone proble-mas de seguridad.

La construcciónDe los astilleros de Navantia, las instalaciones de Car-tagena son las únicas que permiten la construcción y el ensamblado final de los módulos del buque en gradas

INFO

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cubiertas. La mayor parte de las tareas necesarias para la construcción se realizan en los diferentes talleres si-tuados en las cercanías de las entradas y buena parte de los equipos y herramientas utilizados fueron adqui-ridos para el programa Scorpène.

El casco resistente está dividido en cinco secciones. Entre la segunda y la tercera se intercala el cofferdam, que contiene la esclusa para la entrada o salida de buceadores, para escape libre en caso de accidente, y que puede enlazar con la escotilla de otro submarino. Dicho casco está cons-truido en acero especial HLES 80. En la fabricación se re-curre al sistema de construcción modular integrada usado en la fabricación de buques de superficie.

La diferencia en este caso es que el casco resistente es lo primero que se construye, para posteriormente instalar en el interior de las secciones los bloques prefa-bricados. La construcción del casco resistente se inicia con el corte y conformado de la chapa de acero de alta resistencia. El paso siguiente es la construcción de los anillos del casco. La unión de las secciones va forman-do las cinco secciones (cámara del motor eléctrico, cá-mara de generadores y baterías, propulsión AIP, cámara de mando, habilitación y maquinaria auxiliar y cámara de torpedos).

La fabricación de un buque de este tipo implica la integración de numerosos equipos de procedencias muy diversas. A medida que aumenta la complejidad se incrementa el número de equipos que deben ser com-prados a empresas especializadas, siendo fundamental la integración de equipos realizada por Navantia.

La Armada demostró valor al decidir entrar en algo tan novedoso para la industria naval española como es el diseño y construcción de una nueva clase de subma-

rino. Navantia ha jugado por su parte con el apoyo de desarrollar el nuevo submarino con una Armada que se hace cargo de los costes.

Posiblemente la mayor parte de las dudas y problemas se han centrado en el sistema de propulsión, hasta el pun-to de que en algún momento se dudaba de la viabilidad de la planta anaerobia. También han surgido problemas en la reducción del AIP a un tamaño adecuado para su integra-ción dentro del casco resistente de un submarino.

En los próximos años se prevé un mercado exterior am-plio para los submarinos de propulsión anaerobia. Debido a los retrasos producidos, el negocio previsto va siendo co-pado poco a poco por el astillero alemán HDW.

Navantia debe convencer a los potenciales compra-dores de su ventaja sobre la competencia (el Scorpène, el Marlin y los submarinos de HDW) y para ello debe ocurrir que los futuros clientes puedan ver el S-80 bo-tado y navegando. Hay ejemplos de grandes fiascos por no respetar esa regla esencial, como el de los submari-nos de la clase Collins en Australia.

El peligro si no se consiguen otros clientes es que se re-pita la historia de los cazaminas, para los que se creó una gran infraestructura para fabricar sólo 6 unidades para la Armada. Mantener cuatro centros de construcción dedica-dos exclusivamente a los buques de guerra excede la capa-cidad de contratación de la Armada española.

Si no se cierran más ventas hay que concluir que so-bran astilleros o que deben dedicarse a la construcción de otros buques. Se puede plantear pues una situación en Cartagena como la producida en Cádiz, con su su-pervivencia ligada a la contratación de más unidades o a las revisiones quinquenales. El éxito del S-80 es por consiguiente una necesidad imperativa. n