El Testigo (Rockero) de La Patria

2

Click here to load reader

Transcript of El Testigo (Rockero) de La Patria

Page 1: El Testigo (Rockero) de La Patria

7/23/2019 El Testigo (Rockero) de La Patria

http://slidepdf.com/reader/full/el-testigo-rockero-de-la-patria 1/2

El testigo (rockero) de la patria

“Algo ha cambiado” 

C. G., “Influencia” 

“Fui lo que creí, soy lo que está pasando” 

C. G., “Reloj de plastilina” 

En agosto de 1991, Emecé sacó a la luz una tirada de 5000 ejemplares de uno de esos libros

idiotas que algunas personas escriben con el secreto fin de mejorarnos la vida. Para esa

fecha, llevaba casi un año y medio en la lista de bestsellers del New York Times. Cuando,

tras intensa búsqueda, lo conseguí en una librería de la peatonal de Mar del Plata, durante el

verano de 1998, nada sabía de las listas del diario más famoso del mundo; conocía el título,

que el autor era un tal Robert Fulghum y que había persistido como una obstinación en la

cabeza de Charly García por más de tres años.

García había elegido una línea de ese texto para el título del disco de Casandra Lange, Estaba en llamas cuando me acosté; después había insistido con eso durante el unplugged ;

después lo clavó en el corazón de Say no more, que empieza así:

“La noticia apareció en un periódico sensacionalista, decía, simplemente, que se había

 producido un incendio. Después de llegar los bomberos, la policía, la prensa, rescatar al

hombre, apagar el fuego, le hicieron la pregunta obvia:

-  ¿Cómo se inició el incendio?

-   No sé, estaba en llamas cuando me acosté”.

Con ese fragmento casi literal y condensado del prólogo de Fulghum, Charly Garcíainiciaba su “guerra contra la nada”. Tomaba como lema los deseos de Sebastian para

mantener a flote la tierra de Fantasía en  La historia sin fin  y disponía una traducción

 particular: “mi capricho es ley”. Este sería el telón de fondo de esa trama fragmentaria con

la que García iba a escribir los extensos 90’s.

Say no more, como proyecto integral, partió en dos nuestra más reciente década infame. Su

único desenlace posible era la extinción. No obstante, en el trayecto de su parábola vital,

dejó una serie de escenas que hacen de la vida-reality de García un texto que, a golpes de

repentismo, acaba por componer un relato coherente de aquellos años salvajes en los que la

 primera línea del rock podía darse el lujo, todavía, de ser genuina antes que “profesional”:ahí está el testimonio autodestructivo del Calamaro de  El Salmón, ahí está la primera

 película de Páez (que hipotecó su estudio para filmarla), ahí están los últimos estertores de

Los Redondos, ahí estaba Omar Emir Chabán regenteando el under  desde el caos. El rock

no era aún la banda sonora oficial de la Nación.

Page 2: El Testigo (Rockero) de La Patria

7/23/2019 El Testigo (Rockero) de La Patria

http://slidepdf.com/reader/full/el-testigo-rockero-de-la-patria 2/2

Quedan, entonces, esas escenas: Charly García multiplicado en cientos de entrevistas

hablando de una utopía rockera escrita con aerosol sobre cualquier superficie; Charly

García con Mercedes Sosa en Cosquín, cuando el Cosquín Rock no era siquiera un sueño

eterno; Char ly García diciéndole “pelotudo”, en vivo, a Jorge Lanata, cuando todavía no

existía el kirchnerismo; el presidente Menem con un brazalete Say no more junto a Charly

García en la tapa de Clarín; Charly García cantando una y otra vez “Encuentro con el

diablo”  tras su visita a Olivos; Charly García cantando “Kill my mother” mientras las

Madres de Plaza de Mayo desfilaban por el escenario ante trescientas mil personas; Charly

García crucificado en el cd  Demasiado ego y en la  Rolling Stone  porque se siente dios;

Charly García tirándose a una pileta desde un noveno piso para demostrar a su manera que

no somos todos iguales; Charly García vestido de Talibán para dar un concierto en la Casa

Rosada, “numerosos etc.”.

Las escenas finales son lo suficientemente miserables como para darlas por conocidas; el

límite del proyecto Say no more fue una decisión judicial. Internación mediante, entre aquel

final anunciado y el anunciado regreso de 2009, se produjo un quiebre, algo que Osvaldo

Lamborghini hubiera calificado como “un error irreparable”. Sin embargo, un destello de

irónica lucidez en el cerebro arrasado de García cerraba definitivamente el relato Say no

more con un detalle que funciona como instrucción de búsqueda hacia atrás. Pocos meses

antes del show en Vélez, apareció el último tema nuevo de García hasta la fecha, ese en

cuyo videoclip se viste de policía, la canción se llama “Deberías saber por qué”. Los que

alguna vez lo buscamos con insistencia no pudimos no recordar, con nudo en la garganta,

que el título de aquel libro idiota que Emecé publicó hace poco más de veinte años era

Todo lo que hacemos sin saber por qué. Cuando entregó el manuscrito a la editorial, en

febrero de 1989, Fulghum no pudo saber que, con tres o cuatro de sus poco menos dedoscientas páginas, Charly García habría de construir su universo final.