El tirano filósofo como canis rabidus: el emperador Juliano desde Jerónimo

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1 Humanismo y pervivencia en el Mundo Clásico, V. 5 (2015), PAG-PAG.

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Jerome is the first author of Latin Christian literature to attack the emperor Julian as a tyrant and as a rabidus canis, reproach, with which he opens the profile of the emperor as cynical, along with Origen, Celsus and Porphyry (in the beginning of De viris illustribus), decries his anti-Christian books and, finally, justifies a worthy and terrible death of the Apostate (Ep. 70,3,2). Jerome’s specific invective, inserted in the tradition of portraits of mad rulers from the Homeric poems, was relatively popular, as it is demonstrated not only by severalpoems and hymns, preferably from the Carolingian period, but also byits application to Muhammad and Averroes, among other new enemiesof the Christian faith.

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Humanismo y pervivencia en el Mundo Clásico, V. 5 (2015), PAG-PAG.

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José Mª Maestre Maestre - Sandra I. Ramos Maldonado Manuel A. Díaz Gito - Mª Violeta Pérez Custodio

Bartolomé Pozuelo Calero - Antonio Serrano Cueto(eds.)

HUMANISMO Y PERVIVENCIADEL MUNDO CLÁSICO

HOMENAJE AL PROFESOR JUAN GIL

V.2

ALCAÑIZ - MADRID 2015

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OTRAS ENTIDADES COEDITORAS Y PATROCINADORAS

La publicación de esta obra se ha llevado a cabo también gracias al Proyecto de Investigación de la DGICYT: FFI2012-31097.

© INSTITUTO DE ESTUDIOS HUMANISTICOS y CSICCoordinación editorial de la obra completa: Sandra I. Ramos MaldonadoPortada y diseño: Olga Ramos MaldonadoIlustración de cubierta: Joaquín Escuder VirueteCoordinación editorial y premaquetación del Vol. II: Manuel A. Díaz GitoMaquetación del Vol. II: Jesús Serrano CuetoISBN Obra completa: 978-84-00-09965-7eISBN Obra completa: 978-84-00-09968-8ISBN Vol. II: 978-84-00-09967-1eISBN Vol. II: 978-84-00-09970-1NIPO: 723-15-119-2eNIPO: 723-15-120-5D.L. Vol. II: M-24634-2015Imprime: Imprenta Kadmos (Salamanca)

Humanismo y Pervivencia del Mundo Clásico V. Homenaje al profesor Juan Gil / José María Maestre Maestre, Sandra Inés Ramos Maldonado, Manuel Antonio Díaz Gito, María Violeta Pérez Custodio, Bartolomé Pozuelo Calero, Antonio Serrano Cueto, eds.- Alcañiz: Instituto de Estudios Humanísticos; Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas; Cádiz: Universidad, Editorial UCA; Cáceres: Universidad de Extremadura, Servicio de Publicaciones; León: Universidad, Servicio de Publicaciones; Zaragoza: Universidad, Servicio de Publicaciones; Teruel: Instituto de Estudios Turolenses, 2015.

5 vols.; 24 cms.ISBN Obra completa: 978-84-00-09965-7eISBN Obra completa: 978-84-00-09968-81. Humanismo- Influencia Clásica- España. 2. Literatura Renacentista Española- Influencia Clásica.

3. Gil, Juan- Homenajes. I. Maestre Maestre, José María, ed. II. Ramos Maldonado, Sandra Inés, ed. III. Díaz Gito, Manuel Antonio, ed. IV. Pérez Custodio, María Violeta, ed. V. Pozuelo Calero, Bartolomé, ed. VI. Serrano Cueto, Antonio, ed. VII. Instituto de Estudios Humanísticos, ed. VIII. Consejo Superior de Investigaciones Científicas, ed. IX. Universidad de Cádiz, Editorial UCA, ed. X. Universidad de Extremadura, Servicio de Publicaciones, ed. XI. Universidad de León, Servicio de Publicaciones, ed. XII. Universidad de Zaragoza, Servicio de Publicaciones, ed. XIII. Instituto de Estudios Turolenses, ed. XIV. Título.

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Humanismo y pervivencia del Mundo Clásico, V. 2 (2015), 607-622.

El tirano filósofo como canis rabidus: el emperador Juliano desde Jerónimo

Mª Teresa Muñoz García de IturrospeUniversidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea

Resumen: Jerónimo es el primer autor de la literatura cristiana latina en atacar a Juliano como tirano y como canis rabidus, vituperio con el que inaugura el perfil del emperador como cínico, junto con Orígenes, Celso y Porfirio (en el comienzo de su repertorio De viris illustribus), menosprecia sus libros contra los cristianos y, en fin, justifica una merecida y terrible muerte (Ep. 70,3,2). La invectiva concreta de Jerónimo, inserta en la tradición de los retratos de gobernantes enloquecidos desde los poemas homéricos, fue relativamente popular, como lo demuestra no sólo su calco en poemas e himnos, preferentemente de época carolingia, sino también su aplicación a Mahoma y Averroes, entre otros nuevos enemigos de la fe cristiana.

Palabras clave: Emperador Juliano Jerónimo de Estidón. Vituperio. Repercusión literaria.

Abstract: Jerome is the first author of Latin Christian literature to attack the emperor Julian as a tyrant and as a rabidus canis, reproach, with which he opens the profile of the emperor as cynical, along with Origen, Celsus and Porphyry (in the beginning of De viris illustribus), decries his anti-Christian books and, finally, justifies a worthy and terrible death of the Apostate (Ep. 70,3,2). Jerome’s specific invective, inserted in the tradition of portraits of mad rulers from the Homeric poems, was relatively popular, as it is demonstrated not only by several poems and hymns, preferably from the Carolingian period, but also by its application to Muhammad and Averroes, among other new enemies of the Christian faith.

Keywords: Emperor Julian Jerome of Strido. Vituperation. Literary success.

* Este trabajo ha sido realizado dentro del Grupo de Investigación “Tradiciones Clásicas” de la UPV/EHU (GIU-07-26) y del Proyecto MEC HUM2007-64581.

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Ardiente cronista de su tiempo de acontecimientos tan señalados como la toma de Roma por Alarico,1 Jerónimo de Estridón es el primero de los autores de la lengua latina en atacar a Juliano poco más de treinta años después de su muerte en el otoño de 363,2 a la vez como a un despreciable filósofo y como un emperador furens más, en sendos vituperios insertos en sus más completos catálogos de escritores célebres, esto es, en el prefacio a sus “Hombres ilustres” (año 392) y en el excurso sobre la literatura latina cristiana de la carta al rétor Magno (Ep. 70,3,2, ca. 397), que comparten además una finalidad claramente apologética de exhibición de los méritos intelectuales, literarios y filosóficos de los nuevos y tan a menudo despreciados autores cristianos. En ambos casos se reitera la identificación del filósofo como canis rabidus, condición miserable que explica y justifica la execrable muerte y la segura condena de Juliano como emperador:

Discant igitur Celsus, Porphyrius, Iulianus, r a b i d i adversus Christum c a n e s .(Hier. Vir. ill. praef.)

Iulianus Augustus septem libros in expeditione Parthica adversum Christum3 evomuit et iuxta fabulas poetarum suo se ense laceravit. Si contra hunc scribere temptavero, puto, interdices mihi, ne r a b i d u m c a n e m philosophorum et historicorum doctrinis, id est Herculis clava, repercutiam? Quamquam Nazareum nostrum et –ut ipse solebat dicere– Galilaeum statim in proelio senserit et mercedem linguae putidissimae conto ilia perfossus acceperit. (Hier. Ep. 70,3,2)

La de Juliano es una de las muertes más predichas de la Antigüedad4 e inaugura sendas tradiciones, la del elogio, que lo canoniza5 y es abierta por

1 Epp. 128; 123,16; 126,2; 127,11; In Ezech. 3, prol.2 Su desaparición es descrita con detalle, entre otros, por Amiano (25,3, que lo compara

en sus últimos momentos con Epaminondas [6]) y por Libanio (Or. 24,6-7; 17-18). Analiza estos relatos D. Conduche, “Ammien Marcellin et la mort de Julien”, Latomus 24 (1965), pp. 359-380. El mismo Jerónimo había añadido en su chronica detalles no históricos, como la estancia en el desierto, la sed y el hambre, que más bien recuerdan la suya es Calcis, veinte años atrás (Hier. Chron. 243b): Iulianus in Persas profectus.… Ubi a quodam simulato perfuga ad deserta perductus, cum fame et siti apostatam perdidisset exercitum et inconsultius a suorum erraret agminibus, ab obvio forte hostium equite conto ilia perfossus interiit anno aetatis XXXII.

3 Cirilo de Alejandría contradice, en el prefacio de su refutación el número de siete libros refiriéndose a tres, que, por otra parte, difícilmente pudieron ser “vomitados” durante la expedición contra los persas, por lo que el testimonio de Jerónimo es poco fiable en este sentido.

4 Cf. R. Teja Casuso, “Los orígenes del profetismo político cristiano: el monje-profeta”, en Mª L. Sánchez León (ed.), L’endevinació al món clàssic, Palma, 2007, esp. pp. 245-247.

5 Se trata, desde el paganismo, de un caso único: “Numerosas ciudades le han situado a él en la morada de los dioses y como a un dios lo veneran. Ya hay quien le pidió con súplicas algún beneficio y no dejó de lograr su objetivo” (Lib. Or. 18,304, traducción de

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Amiano en latín y en griego por Libanio desde su Oración fúnebre o Epitafio (Or. 18),6 y la del vituperio, que empieza en griego con Cirilo de Alejandría y su tratado Pro Christiana religione adversus Iulianum Imperatorem, y en latín con los epitomistas cristianos y justamente con Jerónimo. Éste, ya asentado de forma definitiva en Belén, recupera la identificación del increpado con un perro filósofo que otro autor latino, Lucifer de Cagliari, ya había empleado en su invectiva contra el antecesor de Juliano, Constancio II: eius sancta humilitas te canem rabidum fecerit latrare contra eius divinam maiestatem (Lucif. Moriendum esse pro Dei filio 15).7

En el prefacio del De viris illustribus es muy relevante, de otro lado, la colocación de Juliano en tercer lugar, después de los defensores filosóficos del platonismo y polemistas anticristianos Celso y Porfirio,8 con los que poco después el Jerónimo epistológrafo conformará de nuevo una tríada de impíos: Haec replico, non ut evangelistas arguam falsitatis –hoc quippe impiorum est, Celsi, Porphyrii, Iuliani–, sed ut reprehensores meos arguam imperitiae et impetrem ab eis veniam (Ep. 57,9,1, año 395).9 Por su parte, en el pasaje arriba mencionado de la carta 70, un Jerónimo feroz en la sátira compara a Juliano con Orto, el perro bicéfalo hermano de Cerbero que custodiaba las vacas del monstruoso Gerión, machacado por la maza de Hércules en su décimo trabajo. Ante el emperador-perro rabioso el de Estridón podría utilizar las enseñanzas de filósofos e historiadores como si fueran la maza de Hércules, símbolo por otra parte del deseo de prudencia y saber. Finalmente, con su

Ángel González Gálvez). Sobre la conversión en héroe post mortem del emperador, cf. Odile Lagacherie, “Libanios et Ammien Marcellin: les moyens de l’héroïsation de l’empereur Julien. Étude comparée du discours I, 132-133 (Bios) de Libanios et de l’Histoire XXV 3, 1-9 d’Ammien Marcellin”, Revue des Études Grecques 115, 2 (2002), pp. 792-802.

6 Libanio habría escrito este epitafio en el año 365 o en 368; cf. Ugo Criscuolo, “Giuliano nell’epitafio di Libanio”, en Giuliano imperatore: le sue idee, i suoi amici, i suoi avversari, Galatina (Lecce), Concedo, 1998, pp. 267-291; y Glen W. Bowersock, Julian the Apostate, London, Duckworth, 1978, cap. 1, pp. 1-11, sobre los diferentes textos que permiten una aproximación contemporánea al reinado de Juliano.

7 También Ps.-Prud. De cataclysmo 5,7, et tu velut canis rabidus contra totum mundum latras.

8 Siglos después se sigue usando para Porfirio, rabidus orientalis adversus ecclesiam canis (Gildas, De excidio Britanniae 4,29,16). Para Neil Wright, History and Literature in Late Antiquity and in Early Medieval West, Aldershot 1995, pp. 154-155, la lectura de Gildas del catálogo de Jerónimo fue atenta y no se redujo a esta cita, que es la que editores del texto como Thompson reconocen de forma aislada. Otro de los momentos de imitación es también de locura, la del violentísimo ataque lanzado por el obispo Demetrio contra Orígenes, que Gildas transfiere al usurpador Máximo: tanta insania in dominos debacchatus est (De excidio 13,2), frente al jeronimiano tanta adversus eum debacchatus insania est (Hier. Vir. ill. 54).

9 Cf. el mismo superlativo para los arrianos, impiissimi Ariani (Hier. In ps. 142,10).

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inesperada y vergonzosa muerte, el emperador recibe la paga (merces) que es el castigo merecido por su muy vergonzosa lengua, vehículo de su actividad intelectual, virulenta y malsana. Además de todo, Juliano el Apóstata, en la particular versión jeronimiana, se ve obligado a reconocer su derrota ante Jesucristo.10

En suma, la eliminación violenta de Juliano, como la de otros emperadores locos, es el único medio de limpiar el sórdido mundo que ha provocado durante su vida pública.11 Por ello, como por ejemplo Calígula o Cómodo, es casi una víctima sacrificial o expiatoria12 y no sirve, como sucedió con Decio, ni para alimentar a los pájaros.13

* * *

Filósofo y mago que vive rodeado de brujos y charlatanes14 (incluso entre las fuentes historiográficas paganas),15 Juliano es también considerado por sus detractores cristianos como un persecutor, no menos cruel que los más sangrientos emperadores, como Valente, desviado completamente de la justicia y semejante a una fiera del circo en sus reacciones (Amm. 29,1,27, eruditior ad laedendum in modum harenariae ferae), mientras Joviano es el contrapunto:

10 Curiosamente se ha abierto en los últimos años, dentro de los estudios de Jesús como personaje histórico, la posibilidad de que se tratara de un cínico sui generis. Así, Paul Rhodes Eddy, “Jesus as Diogenes? Reflections on the Cynic Jesus Thesis”, Journal of Biblical Literature 115, 3 (1996), pp. 449-469.

11 Cicerón (Off. 3,6,32) es especialmente contundente y, después de la justificación, acude a una metáfora de amputación médica: neque est contra naturam spoliare eum, si possis, quem est honestum necare, atque hoc omne genus pestiferum atque impium ex hominum communitate exterminandum est [...] sic ista in figura hominis feritas et immanitas beluae a communi tamquam humanitatis corpore segreganda est. (también en Pro Mil. 4,10). Una vez más, Hilario de Poitiers, In Const. 2, 8-11, retoma este símil quirúrgico.

12 En la misma línea se expresa sobre Calígula Cass. Dio 59,30,1, sfavgion (“víctima para un sacrificio”) y 72 [73],15, kavqarma (“víctima expiatoria”).

13 Lactant. De mort. pers. 3,4 (pabulum).14 Sobre la imagen de Juliano, cf. R. Braun - J. Richer (eds.), L’empereur Julien. De l’histoire

à la légende, Paris, Les Belles-Lettres, 1978. 15 El propio Juliano forja, con la inestimable ayuda de Libanio, esa imagen de gran

sofista y filósofo. Véanse su Or. 9,203b y los pasajes de su Elogio de la emperatriz Eusebia, donde evoca con especial fuerza su pasión por la filosofía (123D,8-124,7), así como las inscripciones CIL III 7088 e ILS 751, Iuliano… philosophiae magistro. Encomios de Libanio dedicados a esta figura de gobernante-filósofo se encontrarán en Or. 1,130; 12,94; 18,26; 18,203. Cf. Epitome de Caesaribus 43,5; Eutr. 10,16,3; Zos. 3,2,1; Marinos, Vita Procli 36; e incluso Temistio, Or. 7,99d.

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pagano perseguidor convertido16 que no quiere dejar mártires,17 alejado del modelo de emperador cristiano que pronto proporcionaría Teodosio II,18 además capaz de controlarse y practicar la filosofía en sus actos.19

Aunque se ha dicho que las fuentes cristianas despreciaron o por lo menos omitieron esta faceta del emperador (si bien aceptaron con matices el valor literario y estilístico de sus escritos20 y algo más abiertamente su excelente educación),21 el uso de Jerónimo tanto en la carta 70 como en el proemio de De viris illustribus contradice este descuido; y los historiadores de la Iglesia del siglo V Filostorgio (HE 7,1) y Teodoreto (HE 3,15-19)22 pronto presentarán a Juliano como perseguidor sanguinario tradicional. El de Estridón lo considera más peligroso en su faceta intelectual, como autor contrario al cristianismo.23 En esta dirección, el pulso de su ataque aproxima a San Jerónimo a su admirado Gregorio de Nazianzo, que había dedicado a Juliano dos invectivas extremadamente violentas (Orationes 4 y 5),24 donde sobre todo no perdonaba la pretensión del emperador de considerar el helenismo como monopolio del paganismo.25 Sócrates Escolástico (ca. 380-ca. 450) en su Historia Ecclesiastica

16 La confesión de la fe en Cristo había valido a Joviano, depulsor erroris, la conversión al cristianismo de los generales que le entronizaron como emperador a la muerte de Juliano (Rufin. Hist. 11,1, ‘et nos Christiani sumus’).

17 La sangre fortalecía a la Iglesia; cf. Eus. Hist. Eccl. 8,4,4.18 La extraordinaria clemencia natural de Teodosio es planteada por Agustín: cf. Y.-M.

Duval, “L’éloge de Théodose dans la Cité de Dieu (V 26.1). Sa place, son sens et ses sources”, Recherches Augustiniennes 4 (1966), p. 160, n. 96. Aborda el modelo teodosiano F. J. Lomas, “Teodosio, paradigma de príncipe cristiano. Consideraciones de Ambrosio, Rufino de Aquileya y Agustín sobre la imperial persona”, Studia Historica 8 (1990), pp. 149-165.

19 Mientras, Juliano pretendía ser filósofo sin actuar como tal (según una vez más Socr. Hist. Eccl. 7,22,6-9).

20 Prud. Apoth. 451; Socr. 3,1,3; Juan Malalas 13,18; 13,24; Evagrio el Escolástico, Hist. Eccl. 1,20; etc.

21 Socr. 3,1, sobre los años de formación, capítulo en que el historiador cristiano sigue estrechamente a Libanio (más detalles en la monografía de Peter van Nuffelen, Un héritage de paix et de piété. Étude sur les histoires ecclésiastiques de Socrate et de Sozomène, Leuven, Peeters, 2004).

22 Cf. R. Penella, “Julian the Persecutor in Fifth Century Church Historians”, The Ancient World 24 (1993), pp. 31-43, esp. p. 41. De forma específica, C. Buenacasa, “La persecución del emperador Juliano a debate: los cristianos en la política del último emperador pagano (361-363)”, Cristianesimo nella Storia 21,3 (2000), pp. 509-529.

23 Se trataría de un nuevo sentido para el término persecutio, bien explicado por Sócrates: “Entiendo por persecución toda forma de incordiar a quienes viven en paz” (Socr. 3,11,1 y 12).

24 Ed. J. Bernardi, Grégoire de Nazianze. Discours contre Julien, Paris, Cerf, 1995.25 Cf. U. Criscuolo, “Gregorio di Nazianzo e Giuliano”, en Studia graeca Antonio Garzya

sexagenario a discipulis oblata, Napoli, D’Auria, 1987, pp. 165-208.

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sigue a ambos en su censura del Apóstata, acusado por él en particular de querer ser en vano un filósofo con ademanes de emperador: “Un filósofo, si quiere imitar lo que es la acción de los emperadores, no logrará su objetivo” (HE 3,1,58-59).

La intensidad emocional o qumov, que habría sido un rasgo real de Juliano (Lib. Or. 15,3; Eunapio Historiae, fr. 28,1; 25,3), era además una característica tradicional de los perseguidores.26 También la fealdad –y Juliano es otro emperador sobre todo feo– de los más jóvenes príncipes es signo de un envejecimiento precoz y de monstruosidad, en el que no podemos entrar.27

Ya entre los poetas griegos la agresividad asociada a los perros se utiliza como insulto en la invectiva.28 De manera similar, para los cristianos el perro es casi siempre un animal negativo,29 con la autoridad de la Biblia. Así, Ireneo de Lyon compara la vida de los más impulsivos y ardientes hombres con la de los perros, esto es, los animales irracionales (Iraen. Adversus haereses, 72-75), y el mismo Jerónimo insulta como perros –otras veces cerdos y a veces serpientes– a quienes osan atacar sus traducciones.30 También Rabano Mauro arrebata cualquier mérito posible a los perros, los más voraces y molestos de los animales, empezando por su supuesta lealtad, e inmediatamente los

26 Cf. Eus. Hist. Eccl 8,14,15; 10,4,14; 10,8,16; De laudibus Constantini 5,3-4; J. Chrysost. De S. Babyla contra Julianum et gentiles 52.

27 De hecho Juliano compuso su propio autovituperio, de acuerdo con la preceptiva de los progymnásmata. Cf. E. Redondo Moyano, “Humor y retórica: Antiochikós o Misopógon de Juliano”, en Mª J. García Soler (ed.), El humor (y los humores) en el mundo antiguo, Amsterdam, Hakkert, 2009, esp. pp. 66-72.

28 Así, Calímaco se refiere a Arquíloco como un hombre que unía “la ruda ira del perro y el agudo aguijón de la avispa” (Call. Fr. 380, ed. Pfeiffer); Cratino también se había referido antes así a Arquíloco (Cratin. Fr. 6K - A, ed. Kock). En la misma línea, Hiponacte es tan susceptible e irritable que “ladraba hasta a su padre” (AP 7,408 (Leónidas de Taranto); cf. Gow-Page 1965, vol. 2, p. 367) y Calímaco dice de Eudemo que tiene voz de perro, lo que para un poeta parece un contrasentido (Call. Fr. 192,10, ed. Pfeiffer).

29 Una de las excepciones a este uso es el elogio de Jerónimo, bien aislado: sagacissimum genus animantium… pro parvo cibo dominorum tecta defendunt (In Ier. 4, pr.). Por lo demás, es sabido que en la tradición satírica latina el perro representa la impudicia, y que aún es una apelación a menudo injuriosa.

30 Los falsos sabios tienen el rictus de los perros (C. Ioh. 11, tu et choros tuus, canino rictu) y no sólo ladran sino que echan espumarajos por la boca (In Tit. 3,9, Quid… prodest spumantibus labiis et latratu garrire canum?); aún Isidoro es más claro, Horret sapientia spumeum verborum ambitum ac fucum mundialis eloquentiae inflatis sermonibus perornatum (Sent. 2,29,12); retomado por Martín de Braga, Opera omnia, ed. Barlow, p. 74: nec pomposas in ea spumas rhetorum quaeres quia humilitatis virtus non verborum elatione sed mentis puritate requiritur. También en una carta a Fructuoso (Ep. 44 [ed. Madoz, 202]), Braulio de Zaragoza contrasta la simplicidad de los Evangelios con las spumas gentilium eloquiorum.

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compara con los malos sacerdotes o con los paganos (De Universo 8,1,40);31 y santos como Martín de Tours y Alberto de Siena interceden a menudo para proteger a criaturas indefensas, como conejos y cerdos, de sus ataques rabiosos. Más allá va Pedro Damián, ya en torno al año 1000, para quien el perro sigue siendo encarnación del diablo (recede, canis inmunde, en la Vita beati Romualdi 7, p. 27),32 sin duda evocando los ataques de nuestro Jerónimo contra Juliano o contra Pelagio.33

* * *

Para su uso de la identificación de Juliano con un rabidus canis, donde rabies se aplica a un ser humano –en textos científicos sólo en contextos en los que animal y hombre se evocaban simultáneamente–,34 Jerónimo tiene como más cercana y posible fuente a Cirilo de Alejandría (Cyril. Adv. Iul. 3), pero también a Estacio (sobre Nerón, Silv. 2,7,100, rabidus tyrannus) y más lejanamente a Plauto (con un tono diferente, Hegio, istic homo rabiosus habitus est Alide [Capt. 547]). También le resultaría próximo el ejemplo de invectivas de otros emperadores que habían exhibido su rabies, como Valente y Gallo (Amm. 29,1,27 y 14,1,10), donde más que una enfermedad es un sentimiento airado y un frenesí que el mismo Amiano a menudo aplica a la caracterización de los bárbaros.35

El perro rabioso ya aparece en la Ilíada para que la Fortuna increpe a un filósofo –desde el momento en que el perro, como los demás animales, carece de lovgo o de la facultad de levgein, aunque tenga una vox para lalein–;36 Antístenes, dirigente de la escuela cínica, de la misma manera que Héctor es,

31 El pasaje se incluye en el capítulo De bestiis: ... Canes intelliguntur muti sacerdotes vel improbi, ut in Isaia: Canes muti non valentes latrare. […] Canes, populus gentium, ut in Evangelio…

32 Los perros son así mencionados en las vitae de, entre otros, Benito de Aniani (cap. 25), Lebuino de Deventer (cap. 5), Gerardo de Aurillac (cap. 10) y Norberto de Xanten (cap. 66).

33 Hier. In Hier. 3,1,3, Ipseque (sc. diabolus) mutus latrat per Alpinum canem (scil. Pelagium). Cf. Hier. Ep. 14,8,3 (al monje Heliodoro), eiectus de ecclesia rabido daemonum ore discerpitur; Ep. 97,2,3, pontificem Christi eiusque discipulos rabido ore discerpere?; In Eccles. 11, omnes qui veterem legem rabido ore dilaniant; Ep. 54,5, videas plerasque rabido ore saevire et tincta facie (sobre las viudas desvergonzadas).

34 Rabidus y rabiosus servían en latín, como su equivalente griego lussalevo, para calificar a los animales afectados de rabia, porque para los hombres contaminados se prefería los términos de médicos de origen griego hydrophobia o hydrophobas.

35 Proinde concepta rabie saeviore, quam desperatio incendebat et fames, amplificatis viribus ardore incohibili in excidium urbium matris Seleuciae efferebantur… (Amm. 14,2,14); [Austoriani] ferarum similes rabie concitarum exsiluere sedibus suis (id. 28,6,4).

36 Plut. De garrulitate 1 (Mor. 502b); 8 (Mor. 506a-b); 16 (Mor. 510c-d) etc.

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según la descripción de Posidón, un “caudillo rabioso como una llama” (Il. 13,53),37 a su vez adelantada por el intachable Teucro, que dispara primero ocho flechas que no pueden alcanzar a ese perro rabioso, y una novena que hiere de muerte a su hermano intachable, Gorgitión (Il. 8,297-303).38

En la literatura latina el perro que ladra da nombre, por ejemplo, al perro virgiliano Hylax (Ecl. 8,107), pero sobre todo se asocia a defecto moral, por lo que desde la literatura griega más antigua ofrece una excusa para el ataque y el insulto (también Horacio y su odiada bruja Canidia de la sátira 1,8 y de los epodos 5 y 17).39

Juliano ladra como en la tragedia de Sófocles una Electra furiosa le “ladra” a su madre, con una serie de improperios amenazadores (El. 294, ejmmanhv).40 Un paralelo romano de caracterización canina de una mujer que intenta usar la palabra y defenderse con sus ladridos ante un tribunal es el de Caya Afrania (V. Max. 8,3,2).41 Un inconveniente que pondrían los mismos entendidos antiguos es que el perro rabioso enmudece, si atendemos a Filóstrato, autor de la Vita Apollonii, en un episodio en el que Apolonio ayuda a curarse a un hidrófobo, con una mezcla de técnica mágica y de terapia naturista (Philostr. V A 6,43),42 y advierte en su ladrido el primer síntoma de recuperación. Con todo, el siempre airado Jerónimo, execra hasta a los canes muti, non valentes latrare del profeta (Is. 56,10), y defiende los ladridos de los cristianos frente a quienes blasfeman, como los de los perros guardianes de los rebaños –en este caso, el del Señor).43

37 luvtta aparece en Homero tres veces (Il. 9,239; 305; 21,542), siempre referido a la rabia del guerrero, pero sin equivaler técnicamente a rabies. Cf. James M. Redfield, Nature and Culture in the Iliad. The Tragedy of Hector, Durham, Duke University, 2004 [1975], p. 285. C. Mainoldi, L’image du loup et du chien dans la Grèce ancienne d’Homère à Platon, Paris, Association de Strasbourg, 1984, pp. 105-109, examina el salvajismo latente que los cánidos representan en la poesía épica.

38 En Estobeo 2,8,21, se dirigen estos versos a Diógenes. Cf. G. M. Baer (ed.), The Natural History of Rabies, Boca Raton, CRC, 19912, p. 1.

39 Para este uso en Calímaco, cf. A. Kerkhecker, Callimachus’ Book of Iambi, Oxford, Clarendon, 1999, p. 52.

40 También en la tragedia euripidea es la misma reina Hécuba quien se transforma literalmente en un perro loco (Eur. Hec. 1263-1273). A este respecto, Robert E. Meagher, The essential Euripides: dancing in dark times, Wauconda, Bolchazy-Carducci, 2002, p. 105), destaca que esta metamorfosis salvaje es aún más evidente en la versión latina de Ovidio: rictuque in verba parato / latravit conata loqui (Met. 13,568-569).

41 Cf. Eva Cantarella, Tacita Muta, Roma, Editori Riuniti, 1985, p. 58.42 Nótese que el mismo Libanio sostiene que la forma de vida de Juliano se parecía a la

de Apolonio de Tiana (Or. 16,56). 43 Cf. In Is. 15, qui… gregem Domini custodire debebant… et latrare pro Domini diligunt

somnia. Con una pequeña defensa de los perros, para autojustificarse: latrant pro dominis

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Desde Calígula, en la literatura romana la locura es uno de los rasgos que habitualmente se atribuyen a los emperadores tiranos,44 aunque no faltan antecedentes griegos; ya en la Ilíada es un Aquiles inflamado quien llama a Agamenón “cara de perro” y “rey que devora la comunidad” (Il. 1,158-159; 231). Nos hallamos ante un tipo de un hombre desprovisto de su identidad humana, después de una metamorfosis que hace que el furiosus, según el particular bestiario recogido por Séneca (De ira 1,1,5-7), se metamorfosee en cinco animales; el perro rabioso ocupa el último lugar (rabidarum canum tristis aspectus est), tras el jabalí (spumant apris ora), el toro, el león, y la serpiente. Son fieras que, en el imaginario latino, servían asimismo para revestir/adornar las virtudes o los defectos del romano, ofreciendo un “modelo de ética humana”.45 El mismo Cicerón había identificado a Pisón con un asno, siguiendo la moda en los ambientes grecorromanos de análisis fisiognómicos, a medio camino entre las ciencias médicas y la moral.46

En el discurso cristiano, donde la identificación es aún más directa, esta figura tan deteriorada del loco tirano animalizado se utiliza también contra herejes y cismáticos.47 Ya en Israel el perro carroñero se consideraba un animal tan impuro como el cerdo, asociado a los demonios y los cultos idólatras, y en el Nuevo Testamento denomina de forma metafórica a los paganos. Una vez más Hilario de Poitiers es un antecedente próximo para nuestro Jerónimo, en su ataque contra el antecesor de Juliano; el emperador Constancio, perseguidor de los cristianos, es un auténtico lupus rapax y leo saeviens (Hil. In Const. 1,5; 7,5; 10,5; 11,1 y 24). Hilario no se limita a la analogía, como Séneca, sino que introduce una equiparación entre animal y hombre por su valor maléfico

suis, et tu me non vis latrare pro Christo? (Adv. Ruf. 3,42,33; cf. In ps. 82,3, Illia [haeretici] blasphemant et nos latramus; Ep. 69,8,8, latratu canum… luporum rabies deterrenda est.

44 Tiberio habría escapado de esta enfermedad. Cf. Y. Zavetz, “Caligula, Imperial Madness and Modern Historiography”, Klio 78 (1996), pp. 105-129.

45 Cf. J. Aymard, “L’animal et les vertus «romaines»”, en Hommages L. Herrmann, Bruxelles, Latomus, 1960, pp. 118-123, aquí p. 123.

46 In Pis. 73. En este sentido, Plutarco imagina al alma de Nerón como una serpiente destinada a devorar a su madre (Mor. 567E). Augusto se habría, por ejemplo, asociado a un león, según Elisabeth C. Evans, Physiognomics in the Ancient World, Philadelphia, American Philosophical Society, 1969, pp. 53-54; más reciente, David Rohrbacher, “Physiognomics in Imperial Latin Biography”, Classical Antiquity 29, 1 (2010), pp. 92-116.

47 Hilar. Pict. Fr. et al., ne lupi schismatici furtum facerent et raperent er insidias, aut canes haeretici, rabido furore exciti, insani oblatrarent (carta de 347). Cf., además, F. Jacques, “Le schismatique, tyran furieux. Le discours polémique de Cyprien de Carthage”, Mélanges de l’École Française de Rome 94, 2 (1982), pp. 921-949, con el ejemplo de Novato: “Le portrait de la lettre 52 ne fait que démarquer l’image reçue des factieux et des tyrans; vices et crimes sont pris à l’arsenal du discours politique républicain, de la biographie et de l’histoire … [Novatus] est essentiellement un dément furieux qui s’exclut du monde des hommes, un monstre contre nature qui insulte les lois divines et humaines” (pp. 925 y 931).

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y su capacidad de dañar a un pueblo piadoso que no lo merece. También en el retrato de Nerón ofrecido por Orosio hay una metamorfosis justamente a golpe de rabia: crudelitatis autem rabie ita efferatus est (Oros. 7,7,9). Y es que de entre los síntomas de locura que asaltaban a los príncipes tiranos destaca la rabia, que los médicos sabían era causada por un veneno que se metía en el cuerpo por la mordedura de un perro.48 Filón también lo empleó para Calígula (Phil. Leg. 93), apoyándose en la convicción de que de alguna manera el príncipe tiene un cuerpo singular, permeable a las enfermedades de los animales, y que con el furor que le infiere la rabia se transforma desde el interior, con el riesgo para los demás de los efectos de esta bestialidad y de una posible contaminación.49 Es lo que sucede al tirano perseguidor de cristianos Maximino Daia, víctima de un veneno con efectos comparables a los de la pestilentia, que le hacen llegar a comer tierra.50

* * *

Juliano es para Jerónimo un perro ladrador en el sentido de que, como reconocen hasta sus defensores, tiene el defecto de, siendo tan enérgico en las esferas políticas y militares, “contestar de igual a igual a los descontentos de Antioquía en el Misopógon y aparentemente no hacer nada contra los insultos de los manifestantes”, que incluso hubieran merecido la pena de muerte por el delito de lesa majestad.51 Sin embargo, este tratado de Juliano es una reacción literaria airada que sus mismos contemporáneos entendieron como signo de su furia, resentimiento propio de los príncipes tiranos a la vez obligados a

48 Cf. Françoise Gaide, “La rage dans les textes médicaux latins antiques: noms, description, étiologie, traitements”, en C. Déroux (ed.), Maladie et maladies dans les textes médicaux latins antiques et médiévaux, Bruxelles, Latomus, 1998, pp. 29-41.

49 Con todo, otros autores, algunos de ellos contemporáneos de Jerónimo, emplean rabidus furor: Juvenco (Hist. Ev. 167,3), Hilario de Poitiers (Fr. cit. nota 48) y Flodoardo de Reims (De triumphis Christi apud Italiam 2 [PL 135, 638A], exsecrat intrepidus rabidum temnitque furorem; De triumphis Christi Antiochiae 12,58 [PL 135, 558C], quam rabidus furor accendit Diocletiani). También en una inscripción romana de la época del papa Dámaso, dedicada al mártir M. Vibio Liberal, muerto por orden de Marco Aurelio en 166, conservada según un calco de 1722, tomado en el cementerio de Santa Inés (De Rossi, ICVR II 101, 23 ex codice Palatino, Gruter 1171, 9 = Anthologia Latina 904,5-6): plus fuit irato quam grato principe felix, /quem perimens rabidus misit ad astra furor.

50 De mort. persec. 49,4: … insustentabli dolore usque ad rabiem mentis elatus est.51 Cf. Lib. Or. 16,28-37. Para Amiano este mezclarse con sus súbditos resulta ser una

especie de vanidad: popularitatis cupiditate cum indignis loqui saepe afectans… volgi plausibis lateus… laudum etiam ex minimis rebus intemperans appetitor (25,4,18; cf. 15,1,2; 25,4,17). Cf. Axel Brandt, Moralische Werte in den Res Gestae des Ammianus Marcellinus, Göttingen, Vandenhoeck & Ruprecht, 1999, p. 408.

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menudo disimular su ira.52 Sin embargo Gregorio de Nazianzo lo describe como un ser incapaz de controlar sus pasiones y que desbordaba el palacio con sus gritos y el ruido de la agitación cuando imparte allí justicia (Greg. Naz. Or. 5,21).

Contrasta la dureza de Gregorio, de Jerónimo y de los atacantes posteriores con los intentos del propio Juliano, en cartas y discursos, por demostrar la tolerancia que domina sus medidas, en particular las referidas a la libertad de culto, como en la dirigida a los ciudadanos de Bostra (Jul. Ep. 114), donde marca una clara antítesis con la fuerte represión que había llevado a cabo su antecesor Constancio,53 a la clemencia, como en la destinada a Aecio (id. Ep. 46), o a la vuelta de los exiliados, en el edicto recogido en la carta 110. Quizá en una posición intermedia y más próxima a lo que pudo ser la realidad, para sus defensores si bien podía ser lo que nosotros seguimos describiendo como perro ladrador, Juliano era poco mordedor –sine crudelitate terribilis… minabatur ferro potiusquam utebatur (Amm. 25,4,8), de modo que si castigaba lo hacía genuina lenitudine (id. 25,4,9)– y poco hablador –linguae fusioris et admodum raro silentis–; de hecho, es un modelo para estos autores de gobernante temido pero respetado: auctoritas adeo valuit, ut dilectus artissime, dum timetur (id. 25,4,12).54

El modo austero de vida que predica Juliano y confirman sus defensores recuerda el ideal ascético de los cínicos (modelo de comportamiento ardientemente preconizado por Jerónimo), entre quienes quiere integrarse el propio emperador: “nosotros, que hemos recibido de él [de Diógenes] el bastón con una sabiduría superior” (Or. 6 = Adv. imperitos canes 181B,5-6). Juliano llega a ponerse en el lugar de un profesor de filosofía, y en su tratado nos da un rápido –lo habría escrito en dos días– curso de filosofía cínica (cf. ibid., especialmente 187C-188C y 202A-203B).

52 Quodcirca in eos deinceps saeviens ut obtrectatores et contumaces volumen composuit invectivum, quod Antiochense vel Misopogonem appellavit… coactus dissimulare pro tempore ira sufflabatur interna (Amm. 22,14,2). Sobre su carácter airado en el retrato de Amiano, cf. Barbara Sidwell, The Portrayal and Role of Anger in the Res Gestae of Ammianus Marcellinus, Piscataway, Gorgias, 2010, p. 6. Sobre el conflicto en Antioquía, donde luego Jerónimo pasaría unos años, cf. A. Marcone, “Il conflitto fra l’imperatore Giuliano e gli Antiocheni”, Atene e Roma 26 (1981), pp. 142-152.

53 Son medidas que cronistas y polemistas cristianos como Sozómeno (HE 5,4,8 y 5,1) y Filostorgio (HE 7,4) presentan como un intento malévolo de dividir a las comunidades cristianas a base de revivir antiguas disputas religiosas. Según Gregorio de Nazianzo, dejaba que sus subordinados y los funcionarios municipales se encargaran de la represión, mientras él persuadía con la palabra o lo intentaba al menos (es la línea que repiten asimismo Efraín, Rufino y Juan Crisóstomo).

54 Si seguimos a Amiano, su última disposición oficial habría sido así de “piadosa”: opto bonum post me repperiri rectorem (25,3,20).

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Juliano, que consideraba haber hallado el buen camino en la religión romana tradicional, había comparado el cristianismo en varias ocasiones tanto con una enfermedad (no vso)55 como con un camino (oJdo v)56 equivocado, mientras la doctrina de los despectivamente denominados Galileos, así como su actitud, son calificadas por el emperador pagano como sinrazón (a jpo vnoia)57 y locura (mwriva).58

* * *

Jerónimo no emplea detalles médicos, porque para él la rabia es un insulto que ya había empleado en cartas polémicas anteriores, como el libelo contar el obispo Juan de Jerusalén: Ego si patrem, si matrem, si germanum adversus Christum meum audivissem ista dicentes, quasi rabidi canis blasphemantia ora lacerassem, et fuisset in primis manus mea super eos (Hier. C. Ioh. 8). La rabia, como la blasfemia, personifica aquí, como para los soldados que sufren el ataque de Heliogábalo, la peste que se abate y se propaga sobre el Imperio, con la locura como síntoma médico asociado: sed milites pestem illan imperatoris velari nomine pati nequierunt… Nec defuit tamen furor usque ad exitium voti pessimi (HA El. 10,1,13,4).

De hecho, los filósofos estoicos habían establecido un paralelismo entre la transmisión de ciertas enfermedades y la de la monstruosidad moral y de la deshonra/mancilla, que luego los ciudadanos virtuosos deberán restablecer.59 La muerte del tirano sirve, como en el caso de Calígula (Phil. Leg. 14-16; 18-21) y en el ya referido de Juliano (Hier. Ep. 70,3,2), para dar paso a un renacimiento, a una recuperación de las enfermedades del alma y de la insania publica.60

Diógenes el Perro61 (cf. Eus. Praeparatio Evangelica 15,13) es objeto de ataques justamente por Juliano –que había sido un admirador suyo– en su Adversus imperitos canes (= Or. 6) y en el tratado Ad Heraclium de cynica secta (= Or. 7,362), de la misma forma que Gregorio se distancia expresamente del

55 Caesares 314B,2; Mis. 346B,8; 361 A 5; Ep. 89b, 288A,4.56 Epp.111, 434 D 6 y 61C, 424A.57 Epp. 46,404 C 1;89a, 454B,1; 114, 436B,3.58 Ep. 83, 376 D,1.59 Plut. Mor. 559A (= De sera numinis vindicta 14), w{sper zw/on.60 Cf. Sen. Ep. 94,17, que refuta la teoría de Aristón de Quíos de la parenética o uso de

los preceptos, para curar a los enfermos.61 Según La Suda (s. v. Diógenes, n. 1143-1144), fue Diógenes de Sínope el primero en

recibir el apelativo de “Perro”, aunque con él era conocido ya desde Aristóteles, Rhet. 1411 a 24. Cf. C. Macías Villalobos, “Algunas notas sobre el ideario y modo de vida cínicos”, Analecta Malacitana electrónica 26 (2009), p. 8.

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obispo Máximo, tutor de Juliano y antes que hombre de iglesia filósofo cínico (Hier. Vir. ill. 127), “filósofo de nosotros con ropaje ajeno”. Jerónimo, por tanto, riza el rizo y ataca a Juliano aún de forma póstuma, con la perspectiva de una obra ya cerrada, utilizando contra el emperador sus ataques.

Siglos después otros filósofos seguirán viéndose condenados a ser atacados por perros rabiosos, con el ilustre antecedente de Diógenes el Cínico, que según el epigrama-epitafio para él compuesto habría llegado al Hades mordido por uno de aquellos.62 Así, en Theologia platonica de immortalitate animarum de Marsilio Ficino, el mordido fatalmente es Polemón: Polemon Academicus rabidissimos canum morsus dum sentiret, ne expalluit quidem (13,1, año 1474).63

Subrayaremos ahora la utilización por parte de Jerónimo de elementos conocidos en la obra de Amiano quien, en su relato de lo sucedido después de la batalla de Estrasburgo del año 357 (en cuyo campo de batalla el joven Juliano fue aclamado por sus soldados como Augustus), asocia immodicus furor y rabies al referirse a los alamanes, una vez más los enemigos bárbaros (Amm. 16,12,31, hi sunt barbari, quos rabies et inmodicus furor ad perniciem rerum suarum coegit occurrere nostris viribus opprimendos, en el final de un breve discurso antes del combate). Los enemigos de Roma son para él también ferae,64 excepto los persas, que son más civilizados y por tanto tienen como emociones la ira y la indignatio (ira et rabies, Liv. 6,33,4; Tac. Ann. 1, 31; Hist. 3, 80 -populus-).

Facundo Hermianense, que escribió en Constantinopla en 546, transcribe una carta del emperador a Plotino, en la que como encabezado nos lo presenta Iulianus Christo perfidus imperator. Flodoardo de Reims (894-966) aplica el modelo de ataque de Jerónimo en De triumphis Christi Antiochiae, 12, para Diocleciano: Quam rabidus furor accendit Diocletiani. Pocpo después, en pleno renacimiento carolingio y una vez más en una composición poética dedicada a los mártires, Floro de Lyon llama dos veces a Juliano rabidus en el Hymnus de Natale Sanctorum Joannis et Pauli (en Carmina varia 3, Hos morte addixit sacra pro lege tyrannus /Contemptor Christi Julianus rabidus […] sed rabidus semper et in ipsa morte rebellis, / Infremit), pero el primer epíteto con que perfila y caracteriza a Juliano es contemptor, bien lejos del uso del mismo

62 Transmitido por Diógenes Laercio, Vidas y doctrinas de los filósofos ilustres, 10,79 “¡Oh! Diógenes dime, ¿qué destino te llevó al Hades? / El diente rabioso de un perro, respondió”. No es sino una de las tres versiones diferentes que el mismo Diógenes Laercio propone para la muerte del cínico de Sínope.

63 Ed. M. Schiavone, Bologna, Zanichelli, 1965, p. 194.64 En esta dirección, T. E. J. Wiedemann, “Between Men and Beast: Barbarians in

Ammianus Marcellinus”, en I. S. Moxon et al. (eds.), Past Perspectives: Studies in Greek and Roman Historical Writing, Cambridge - New York, Cambridge University, 1986, pp. 189-201.

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término por Amiano en su panegírico del mismo emperador: placidus, opum contemptor… (Amm. 25,4,7).65

Entre los siglos X y XI, la caracterización se repite en un relato martirial sobre San Babila y tres niños, mártires en Antioquía, siendo imperator Numeriano. Se trata de un texto procedente de San Pedro de Cardeña y publicado en el Pasionario Hispánico 22,2,66 que pronto pasó a tener un uso litúrgico: rabiem ipsius imperatoris extinxit. […] Rabidus hic lupus temtat inrumpere et hunc sancte orationis locum […] maculare. En la misma dirección, es habitual en otros textos litúrgicos dedicados a mártires (véase la inscripción de Roma en la nota 50), como, por poner un ejemplo hispánico, en un himno de la liturgia mozárabe dedicado a san Marcelo (In festivitate sancti Marcelli): Exinde exclamat rabidus tyrannus: / Iste Marcellus, mea qui praecepta /Temnit, et arma putat abneganda,/ Morti ne detur?67

Tomás Moro evoca también en su Responsio ad Lutherum (1523) la misma imagen del perro rabioso y con una finalidad sumamente similar: non raro sanctissimos quosque velut rabidus canis arrodis et dente rabifico el ipsum et antidotum tibi vertis in venenum (p. 68, Omnia latina opera, Lovanii 1566). En esta línea, Miguel Servet califica como “enragé” a Calvino, como Bucer, que, aunque luego acabó siendo su discípulo, lo trata de “Un écrivain possédé de la passion de médire, un chien enragé” (scriptor maledicendi Studio infectus, canis rabidus, Vita Calvini de Pap. Masso, cit. en Giovanni Perrone, Le protestantisme et la regle de foi, 48). Asimismo el anticlerical Comte también le llama, como Jerónimo, “insensé”, en su Discours sur l’ensemble du positivisme (Paris, Carilian, 1848, 99),68 que, como Felipe II y Napoleón Bonaparte, no había hecho nada positivo para el avance de la civilización.

* * *

Capítulo aparte, y prueba de la popularidad de los escritos de Jerónimo, lo constituye la recreación del modelo de ataque a Juliano en otros perseguidores de la fe cristiana. Así se advierte para Mahoma desde, al menos, Pedro el Venerable (Ep. 17), que ataca al profeta del Islam asimismo como un ser

65 A su vez se trata de una evocación, quizá inconsciente, de Tácito (Hist. 4, 5.2). Cf. T. D. Barnes, Ammianus Marcellinus and the Representation of Historical Reality, Ithaca - London, Cornell University, 1998, p. 195.

66 Cf. 139b-c, ed. Ángel Fábrega Grau, Madrid-Barcelona 1955, vol 2, p. 196.67 En C. Blume (ed.), Analecta Hymnica Medii Aevi. Vol. 27. Hymnodia Gotica, Die

Mozarabischen Hymnen des alt-spanischen Ritus, Leipzig, OR Reisland, 1897, 95,2, p. 137.68 “Je proposerais d’y joindre la solennelle réprobation simultanée des trois principaux

rétrogradateurs que nous offre l’ensemble de l’histoire, Julien, Philippe II, et Bonaparte, le premier le plus insensé, le second plus nuisible, et le troisième plus coupable”.

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entre el Anticristo y Arrio.69 Como los herejes atacados por los primeros cristianos, Mahoma es otro cerdo y perro (porcus […] ille et canis immundus para Jacques de Vitry, Historia Orientalis, p. 17, antes de 1240)70 que acaba devorado por cerdos y perros en al menos seis versiones sobre su final,71 y a quien sobrevienen inevitables crisis epilépticas, al fin y al cabo intermediarias de la venganza divina.72

Petrarca se apoyará en el modelo de Jerónimo para su vituperio de Averroes y del averroísmo.73 De hecho, en sus cartas Seniles abundan sus iras contra los seguidores del cordobés, de forma casi obsesiva. En una de ellas, dirigida a Luigi Marsili (15,6, Petrarca 1554, 810:12) recuerda un opúsculo ya iniciado –pero que no llegó a terminar– contra los errores de los averroístas. Encarga a Marsili (ca. 1395), entonces estudiante de teología en las universidades de París y Padua, que le había ayudado a recoger materiales para el trabajo, que lo concluya. Averroes es como Juliano un perro rabioso que se ha separado de toda religión:

Extremum queso ut, cum primo perveneris quo suspiras (quod cito fore confido), contra canem illum rabidum Averroim, qui, furore actus infando, contra dominum suum Christum contraque catholicam fidem latrat, collectis undique blasphemis eius (quod, ut scis, iam ceperamus, sed me ingens semper et nunc solito maior occupatio nec minor temporis quam scientie retraxit inopia), totis ingenii viribus ac nervis incumbens, rem a multis magnis impiam

69 Véanse M.-Th. D’Alverny, “Pierre le Vénérable et a Légende de Mahomet”, en A Cluny, Congrès 1949, Dijon, Bernigaud - Privat, 1950, pp. 161-170 y, más recientemente y con bibliografía anterior, John V. Tolan, “Peter the Venerable on the Diabolical Heresy of the Saracens”, en A. Ferreiro (ed.), The Devil, Heresy, and Witchcraft in the Middle Ages, Leiden, Brill, 1998, pp. 345-367.

70 Jacques de Vitry, Libri duo quorum prior orientalis, sive hierosolimitana. Alter occidentalis, Duaci, Bellerus, 1597.

71 Mientras la tradición musulmana presenta al profeta rodeado de su familia, los primeros autores cristianos que recogen la vida de Mahoma cuentan esta versión y añaden que en su aniversario se sacrificaban como recuerdo de esta profanación del profeta y para vengar la injuria unos perros, que los cristianos estimaban que eran martyres (Eulogio de Córdoba, Liber Apologeticus Martyrum 16; además, Álvaro de Córdoba, Epistola VI ad Iohannem Hispalensem, 8-9). Recordemos que el Islam considera al perro como símbolo de glotonería y voracidad (J. Chevalier - A. Gheerbrant, Diccionario de los símbolos, Barcelona 19934, 816-821).

72 Statim vero vertigine correptus in terram cecidit et procubuit sese volvens et revolvens, dentibus stridentibus et ore spumanti, quod vobis inter orandum admodum familiare est, o Musulmanni (Bartolomé de Edesa, Confutatio Agareni, P.G. 104, col. 1427, trad. al latín por Migne). Cmp. Isid. Sent. 3,6: Omnis saecularis doctrina spumantibus verbis resonans ac se per eloquentiae tumorem attollens, per doctrinam simplicem et humilem Christianam evacuata est.

73 Amplía la deuda de Petrarca para con Jerónimo David Marsh, “Petrarch and Jerome”, Memoirs of the American Academy in Rome 49, 2004, pp. 85-98, con bibliografía anterior.

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neglectam, opusculum unum scribas et michi illum inscribas, seu tunc vivus ero seu interim abiero. (Petrarca, 1554: 812)

* * *

En fin, Jerónimo, en la tradición de la literatura contra los tiranos, ha vinculado la muerte del emperador con la que él considera una peligrosa actividad como filósofo, manteniendo un continuo tono pedagógico (hay que evitar que los sucesores en el poder sigan ese modelo) y la tensión dramática (suscitar el miedo y/o la satisfacción en el auditorio), porque es un último acto que acumula los elementos censurables clave de la vida del salvaje tirano que, en este caso, se aparece como un emperador filósofo loco, modelo por su parte de nuevos retratos de tiranos, que incluirán, como hemos visto, a Averroes.

Una vez más, Jerónimo es un cronista que da cuenta de los acontecimientos miserables más recientes y que deja voluntariamente al margen los pasados, lo que le permite convertirse en un mejor y más comprensible ejemplo para sus lectores y en un atacante turbador para sus enemigos.

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ÍNDICE GENERAL

Liminar

José María Maestre Maestre, “Prólogo ...................................................Emma Falque Rey, “Semblanza del profesor Juan Gil (I)” .......................Daniel López-Cañete Quiles, “Semblanza del profesor Juan Gil (II)” ... Juan Gil Fernández, “Mis maestros” ........................................................

VOLUMEN I: FILOLOGÍA GRIEGA Y LATINA

manuscritos, ediciones, traducciones y comentarios

Juan Francisco Alcina Rovira, “Un comentario medieval al De officiis de Cicerón y su difusión hispana: mss. Esc. T.II.14, MBN 9225, BAV Chigi H.VII.224, B.CORSINIANA Rossi 66” ....................................

Luis Gil Fernández, “La Epistola de rebus Persarum de don García de Silva y Figueroa” ......................................................................................

Jesús Luque Moreno, “Pro- y re- desde la prehistoria hasta el latín más reciente” ..................................................................................................

Francisca Moya del Baño, “Don Francisco de Quevedo, ‘filo-filólogo’ clásico” ....................................................................................................

Theodericus Sacré, “De Alexandro Antonio Bischetti sive Iohanne Francisco ab Iesu Maria (fl. 1640-1664) Alexandri VII P.M. praecone” ................................................................................................

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Índice general

28982898

Manuel Ayuso García, “Aportaciones de la edición de Basilea (1532) del De Nuptiis Philologiae et Mercurii al texto de la exposición de Geometría” ..............................................................................................

Ramón Baltar Veloso, “Un fantasma decapitado y sin aspiración” .........Matilde Conde Salazar, “Los impresos incunables de las Vitae duodecim

Caesarum de C. Suetonius Tranquillus conservados en bibliotecas españolas” ................................................................................................

Ignacio J. García Pinilla-Antonio Alvar Ezquerra, “Para una edición del De rebus gestis a Francisco Ximenio Cisnerio de Álvar Gómez de Castro” ....................................................................................................

Paraskevi Gatsioufa, “Notas sobre los manuscritos griegos de la abadía del Sacromonte” .....................................................................................

Alejandro Martínez Sobrino, “Jodocus Badius Ascensius a las Sáturas de Persio: De Auctoritatibus” ........................................................................

Javier Moraleda Díaz, “El incunable valenciano de Salustio (1475): análisis del texto y filiación” ....................................................................

Mª José Muñoz Jiménez, “Marcial en el manuscrito 246 de la Biblioteca Histórica de Santa Cruz de Valladolid” ..................................................

Carmen Teresa Pabón de Acuña, “Incunables de Cicerón en España que contienen el diálogo De legibus” .............................................................

José Palomares Expósito, “Varia: adiciones al Satiricón y enmiendas a la Garcineida (con un excurso sobre la bóveda de Fernando Gallego)” ....

Sandra Inés Ramos Maldonado, “De usu Pliniano: Erasmo y Longueil ante Plinio el Viejo y sus ediciones de la Naturalis Historia” .................

Mª Ángeles Robles Sánchez, “Richardus Bentleius (1662-1742) y su edición de Horacio a la luz de su correspondencia” ...............................

Ángel Urbán, “El discurso de Dión Crisóstomo, Diógenes o sobre la Virtud (Or. 8)” ...................................................................................................

Irene Villarroel Fernández, “Ovidio en el ms. 94 de la Biblioteca Pública del Estado en Tarragona” ...........................................................

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Índice general

28992899

Fuentes epigráFicas

Jaime Siles Ruiz, “Juan Gil: aportaciones a la epigrafía prerromana de la Península Ibérica”....................................................................................

Marta Bailón García, “El culto a Fortuna Dea y sus advocaciones en la Lusitania romana visto a través de las fuentes epigráficas” .....................

Joan Carbonell manils, “Las supuestas síloges epigráficas de Alfonso y Gaspar de Castro. A propósito de los papeles J. Matal y A. Agustín del Ms. Vat. Lat. 6040” ................................................................................

Xavier Espluga Corbalán, “Fuentes epigráficas hispanas en las Castigationes Plinianae de Ermolao Barbaro (1491)” ............................

Gerard González Germain, “E scholio in lapidem. Recreaciones humanísticas epigráficas de un pasaje de Juvenal (sch. 6, 638)” ............

Mª del Rosario Hernando Sobrino, “Apuntes de epigrafía de Nicolás Antonio: manuscritos autógrafos de la Biblioteca Nacional de España (Madrid)” ................................................................................................

Juan giL y eL miLenarismo

Eustaquio Sánchez Salor, “El mesianismo sobre Jerusalén de la Edad Media y del Renacimiento. A propósito de: Juan Gil, ‘Carlomagno, el imperio y Jerusalén’” ...............................................................................

Emilio Suárez de la Torre, “Juan Gil y el fin del mundo” ......................Pablo Toribio Pérez, “Alanos, vándalos y suevos en la exégesis apocalíptica

de Isaac Newton: una fuente y un texto desconocidos” .........................

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Índice general

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VOL. II: LITERATURA TARDO-ANTIGUA Y MEDIEVAL. LITERATURA HUMANÍSTICA (I)

HistoriograFía cristiana

Mª Teresa Muñoz García de Iturrospe, “El tirano filósofo como canis rabidus: el emperador Juliano desde Jerónimo” .....................................

Miguel Ángel Rábade Navarro - Francisca del Mar Plaza Picón, “Valor y uso del término barbarus en Orosio y Salviano” .................................

reLigión: corán, BiBLia y conversos

César Chaparro Gómez, “A propósito de una antología de plegarias bíblicas de la Biblioteca de Barcarrota” ........................................

Tomás González Rolán, “El humanismo cívico entre las soluciones al problema converso en la Castilla de mediados del siglo XV” ....

José Martínez Gázquez, “Las traducciones latinas del Corán, una percepción limitada del Islam en la Europa Medieval y Moderna”....................................................................................

Helena Carvajal González, “Cives Romanus sum: la pervivencia de la herencia clásica en la representación de San Pablo” ..................

Cándida Ferrero Hernández, “Pervivencia de tópicos medievales en el humanista Pedro Guerra de Lorca” .....................................

nuevo mundo y Literatura de viaJes

Gregorio Hinojo Andrés, “Influencias clásicas en el Libellus de medicinalibus Indorum herbis” .....................................................

J. Eduardo López Pereira, “Del relato literario de viajes al viaje como peregrinación del Mundo Antiguo al Renacimiento” .........

Jesús Paniagua Pérez, “Animales y mitos clásicos en Indias” ...........Consuelo Varela, “El oficio de intérprete en el Nuevo Mundo” ......Eulogio Baeza Angulo, “Ouidius in Orbe Nouo” ............................Manuel Antonio Díaz Gito, “El oráculo del cemí: Ignacio de Loyola

en la Columbeis de Giulio Cesare Stella” ......................................

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Índice general

29012901

José Carlos Martín de la Hoz–Eduardo Fernández Fernández, “Un humanista en la corte de los Reyes Católicos: Juan López de Palacios Rubios” ..........................................................................

Antonio Ignacio Molina Marín, “Un nuevo mundo, una nueva geografía” ....................................................................................

Raúl Platas Romero, “El uso de las fuentes clásicas en el libro II de De bello hereticorum del Fortalitium Fidei de Alfonso de Espina” .

Xavier Tubau, “La decretal Quod super his y el Democrates secundus de Juan Ginés de Sepúlveda” .......................................................

Israel Villalba de la Güida, “Virgilio y la épica neolatina de tema colombino: el episodio de Dido y Eneas en la Columbeida de Giulio Cesare Stella (1585-1589)” ..............................................

traductores

Benjamín García-Hernández, “Descartes en latín y traducido, a la vista de Plauto” ...........................................................................

José Luis Moralejo, “De nuevo sobre el tacitismo español del siglo XVII: el traductor autocensurado” ..............................................

Miguel Rodríguez-Pantoja, “Versiones de Erasmo al castellano en el siglo XVI: los coloquios Pietas puerilis y Funus” .......................

José A. Beltrán Cebollada, “Pedro Simón Abril, traductor de las Epístolas Familiares de Cicerón (1589)” .......................................

Marco Antonio Coronel Ramos, “Las traducciones castellanas (Valencia, 1528 y Alcalá, 1529) del De institutione feminae Christianae de J. L. Vives (Amberes, 1524)” ................................

Ramiro González Delgado, “Primeras traducciones del griego a lengua asturiana” .........................................................................

Julián Solana Pujalte – Ignacio J. García Pinilla, “Erratas y correcciones manuscritas de autor en la traducción latina de la Política de Aristóteles de Juan Ginés de Sepulveda editada por Michel de Vascosan (París, 1548) (II): los escolios” .....................

Hélène Rabaey, “La Nueva traslación y interpretación española de los cuatro sacrosantos evangelios de Jesu Christo de fray Juan de Robles, un alegato a favor de la lectura en lengua vulgar de los Evangelios y la concordia entre cristianos” ....................................................

Raimon Sebastian Torres, “Las fuentes latinas de Ferrer Sayol como traductor de Paladio” .........................................................

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Índice general

29022902

eL proBLema de La Lengua en eL sigLo xvi

Jenaro Costas Rodríguez, “Ambrosio de Morales y sus observaciones críticas sobre el castellano del siglo XVI: la carta latina al maestro Valentín” ..................................................................................... 1069

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Índice general

2903

VOL. III: LITERATURA HUMANÍSTICA (II)

retórica y póetica Latinas

Trinidad Arcos Pereira, “Los primeros niveles de la enseñanza de la retórica: los progymnasmata” ...............................................................

Andrés Gallego Barnés, “Orar en tiempos revueltos” ......................Juan Lorenzo Lorenzo, “Los tres ‘tenores’ de la Retórica clásica en

retóricas renacentistas” ................................................................Mª Elisa Cuyás de Torres, “Lorich: el lugar común” ......................Toribio Fuente Cornejo-Luis Alfonso Llera Fueyo, “Observa-

ciones a las anotaciones a la Poética de Aristóteles del humanista valenciano Pedro Juan Núñez” ....................................................

Mª Dolores García de Paso Carrasco, “La sententia en Alardus Aemstelredamus” ........................................................................

Ferran Grau Codina, “Un ejemplo de comentario ramista: el Artificium orationis Ciceronis pro Caio Rabirio perduellionis reo de Pedro Juan Núñez” .....................................................................

Mª Luisa Harto Trujillo, “Exempla y consolationes” ......................Manuel López-Muñoz, “Las Praelectiones de Agustín Valerio a su

Rhetorica Ecclesiastica ad Clericos” ................................................Manuel Márquez Cruz, “La Oratio in funere Iohannis Strozzi de

Leonardo Bruni y la Oración fúnebre de Pericles recogida por Tucídides: ¿sólo inspiración retórica?” .........................................

Luis Merino Jerez, “La memoria en la Tertia et ultima pars Rhetoricae de Juan Lorenzo Palmireno” ........................................................

Carlos de Miguel Mora, “Aristóteles, Escalígero y Weinberg” ........Mª Violeta Pérez Custodio, “La recepción de los ejercicios retóricos

del Pseudo-Hermógenes en la España del XVI”...........................María Asunción Sánchez Manzano, “El uso de la terminología y

doctrina retórica en la edición que hizo H. Alonso de Herrera de los Rhetoricorum libri de Jorge de Trebisonda” .............................

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Índice general

29042904

EpistoLograFía

Juan Mª Núñez González, “La doctrina de epistolis conscribendis de Pedro Juan Núñez” .....................................................................

Mª Elena Curbelo Tavío, “La teoría epistolar en Christoph Hegendorff” ................................................................................

Bartolomé Pozuelo Calero, “El epistolario latino perdido de Pedro Vélez de Guevara y su valor documental” ....................................

poesía y teatro

Rosa Mª Marina Sáez, “De officio feminae. Sobre un epigrama de Pedro Ruiz de Moros” .................................................................

Darío Martínez Montesinos, “Cinco epigramas inéditos del humanista Pedro Juan Perpiñán (1530-1566)” ............................

Luis Pomer Monferrer, “La temática mitológica en los epigramas de Falcó” .....................................................................................

Mª Dolores Rincón González, “Sobre la égloga dramática: M. Verardi y Juan del Encina” ..........................................................

Antonio Serrano Cueto, “Hacia un repertorio de la poesía nupcial latina de los siglos XV y XVI” .....................................................

Gorana Stepanic, “El reloj de arena en un epigrama latino de Dubrovnik del siglo XVIII” ........................................................

gramática y Lengua

José Ramón Carriazo Ruiz, “Las palabras y las frases romances contenidas en la Tertia et ultima pars rethoricae de Juan Lorenzo Palmireno” ..................................................................................

Javier Durán Barceló, “Sexto Pompeyo Festo en la collectio vocabulorum (1488) de Alfonso de Palencia” ...............................

Juan Francisco Fraile Vicente, “Genitiuus neque graece nec latine a uerbo regi potest o la defensa de la elipsis nominal por parte de ‘El Brocense’” ...................................................................................

retórica y poética en casteLLano

José Javier Iso Echegoyen, “Para una edición de la Agudeza y arte de ingenio de Gracián” .....................................................................

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Índice general

29052905

Pere Bescós Prat, “Sia cosa més per poetas que de istoriògrafos tractada: poética y traducción en Francesc Alegre” .....................................

Francisco Javier Escobar Borrego, “Tradición retórica e Historiografía clásica en la España defendida, de Francisco de Quevedo (con un enfoque comparativo respecto a la Vida de Marco Bruto)” .............................................................................

Aurora Martínez Ezquerro, “El Diálogo de la lengua o el concepto de retórica en el Humanismo renacentista” ..................................

1607

1615

1637

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Índice general

2906

VOLUMEN IV: LITERATURA HUMANÍSTICA (III)

BiograFía e HistoriograFía

José María Maestre Maestre, “¿Gonzalo de Santa María, fuente de la biografía latina de Juan II de Aragón compuesta por Lucio Marineo Sículo?” ...................................................................................................

Juan R. Carbó García, “Tanto monta. Pervivencias clásicas y goticismo en las genealogías legitimadoras de los Trastámaras” ..............................

José Solís de los Santos, “La buena lid del césar Carlos o el panadero de Barbarroja” ..............................................................................................

Jorge Tomás García, “Motivos plinianos de la ‘Vida de Pausias de Sición’ en las Vite dei Pittori Antichi Greci e Latini de P. M. Guglielmo della Valle” .......................................................................................................

poLítica y pensamiento

Carmen Codoñer Merino, “Modelos de monarcas y validos en la literatura española del siglo XVII. Rómulo. Séneca y Nerón” ................

Marc Mayer Olivé, “El prefacio de las Antiquitates de Juan Annio de Viterbo: oportunidad e intención política” ............................................

Jordi Pérez i Durà, “Los escritores clásicos, soporte de las críticas de los diaristasa Gregorio Mayans” ...................................................................

Francisco Calero Calero, “La autoría de Europa Heautentimorumene” ..Gregorio Rodríguez Herrera, “Propercio en la Polyanthea de Nano Mirabelio” ...............................................................................................

Guillermo Soriano Sancha, “Felipe III y Enrique VIII en el aula de Quintiliano. La educación del gobernante en Sir Thomas Elyot y Juan de Mariana” ............................................................................................

José Luis Teodoro Peris, “El Specimen veteris Romanae litteraturae deperditae... (1784) y el Novum Lexicon historicum et criticum antiquae Romanae litteraturae deperditae... (1787) de Mateo Aymerich: biblioteca de autores y herramienta ideológica” ......................................................

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Índice general

29072907

FiLosoFía y ciencia

Luis Charlo Brea, “Pervivencia de la lengua latina en una obra médica del siglo XVII” ........................................................................................

Miguel Ángel González Manjarrés, “La Oratio in laudem physiognomoniae de Jodocus Willich” .....................................................

Ana Isabel Martín Ferreira–Cristina de la Rosa Cubo, “Antiguos y modernos en los orígenes de la pediatría y la ginecología modernas: el Liber de affectionibus puerorum de Francisco Pérez de Cascales (1611)”....................................................................................................

Mª Jesús Pérez Ibáñez–Alejandro García González, “António Luíz, aproximación a un médico humanista” .................................................

emBLemática

Francisco Talavera Esteso, “Los Collectanea hyeroglyphicorum en las ediciones facticias de los Hieroglyphica de Pierio Valeriano” ..................

Jaume Alavedra i Regàs, “El concepto renacentista de emblema en los Hieroglyphica de Horapolo” ....................................................................

Humanismo, Literatura y sociedad

Alfredo Alvar Ezquerra, “La escritura y el festejo del recuerdo en primera persona: la santificación de san Isidro y los madrileños (beatificación 24-VI-1619, canonización 12-III-1622)” ..............................................

Aires Augusto Nascimento, “Humanismo, uma atitude mais que um momento na história” .............................................................................

Alfonso Alcalde-Diosdado Gómez, “Beatrice y Maria Rogia, almas gemelas” ..................................................................................................

José M. Cañas Reillo, “Aspectos del humanismo en Cuenca” ................Fermín Ezpeleta Aguilar, “Los Coloquios de Erasmo en los Diálogos de

Bartolomé de Argensola” ........................................................................José Manuel Floristán Imizcoz, “El enigmático destino de Nicolás de la

Torre, copista griego de Felipe II” ..........................................................Guillermo González del Campo, “Argumentos humanísticos a favor y

en contra de la leyenda de Trajano” ........................................................Alejandra Guzmán Almagro, “La magia amorosa y sus fuentes clásicas en

Martín del Río (Disquisitionum Magicarum libri VI, III.3)” .................Ángel Narro Sánchez, “Conoce a tu enemigo. Vives, lector de Ovidio”

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Índice general

29082908

Joaquín Pascual Barea, “Rodrigo de Santaella en la Roma humanista de Sixto IV (1475-1480)” ...........................................................................

Carolina Real Torres, “Del humanismo a la Ilustración: Bernardo Cólogan y Fallon” ...................................................................................

Juan Jesús Valverde Abril, “Los Apophthegmata de Conrado Licóstenes y la Collectanea moralis philosophiae de Fray Luis de Granada: un camino de ida y vuelta” ........................................................................................

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Índice general

2909

voLumen v: pervivencia deL mundo cLásico

tradición cLásica en Las Literaturas vernácuLas

Joaquín Mellado Rodríguez, “De Ovidio a Garcilaso: Apolo y Dafne en el soneto XIII” .............................................................

Fernando Navarro Antolín, “Macrobio y el sueño literario. Pervivencia y tradición en las letras hispanas” ..............................

Antonio Pérez Lasheras, “Algo más sobre la tradición clásica en Góngora” ....................................................................................

José Luis Vidal Pérez, “Mendelssohn, intérprete de Sófocles” ........Guillermo Aguirre Martínez, “Perspectiva del mito clásico en la

poesía de José Ángel Valente” ......................................................Mª Teresa Amado Rodríguez, “Álvaro Cunqueiro y la ‘Canción

rodia de la golondrina’” ...............................................................José Ignacio Andújar Cantón, “El mundo clásico en El rapto de las

Sabinas de Francisco García Pavón, humanista del siglo XX” ......Juan Luis Arcaz Pozo, “Catulo, símbolo de la postmodernidad” ....Rocío Badía Fumaz, “La figura de Orfeo como imagen del poeta en

Aníbal Núñez” ............................................................................Jesús Bermúdez Ramiro, “La figura de ‘Venus’ en la poesía de Rafael

Alberti” .......................................................................................Francisco José Bravo de Laguna Romero, “Mundo clásico y crítica

social en el teatro del ecuatoriano Peky Andino Moscoso” ...........Sandra Camacho Cuenca, “Influencias clásicas en el Amadís de

Gaula” ........................................................................................Vicente Cristóbal López, “Tradición clásica en Juan del Encina” ..Pablo Cuevas Subías, “La Huesca del mecenas Lastanosa y el Arte de

ingenio de Baltasar Gracián” ........................................................Mª Concepción Fernández López, “Una cita más temprana de la

Eneida” .......................................................................................

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Índice general

2910

Flavio Ferri-Benedetti, “Metastasio adaptado para el teatro español: el caso de la “Issipile” .....................................................

Mª Cruz García Fuentes, “Tradición e innovación en la fábula mitológica Júpiter y Dánae del aragonés A. Díez y Foncalda” .......

Joaquín García Nistal, “Ecos de la tratadística clásica en la Nueva España del siglo XVII: La obra teórica y práctica de fray Andrés de San Miguel” ...........................................................................

Inés Illán Calderón, “Hacer los deberes. Humanismo e innovación para la pervivencia democrática” .................................................

Manuela Ledesma Pedraz, “El helenismo del emperador Adriano en Mémoires d’ Hadrien de Marguerite Yourcenar” ......................

Mª Pilar Lojendio Quintero - Francisco Salas Salgado, “Madrid por dentro de Cristóbal del Hoyo o la erudición clásica en el siglo XVIII” ........................................................................................

Estela Martínez Cabezón, “Medea la encantadora: la figura de la hechicera en las novelas de caballerías” ........................................

Heinrich Merkl, “El Quijote cervantino como respuesta al Eutidemo de Platón. Sobre mentira y contradicción” ..................................

Rubén Josep Montañés Gómez, “Caronte en la cultura popular griega” .........................................................................................

Andrés Ortega Garrido, “Materiales clásicos en Exorcismos de esti(l)o de Guillermo Cabrera Infante” .........................................

Vanessa Puyadas Rupérez, “El Egipto grecolatino en las manifestaciones pictóricas del s. XVIII: Cleopatra VII en la obra de Angelika Kauffmann” .............................................................

Elena Redondo Moyano, “Gore Vidal y su recreación novelesca de Juliano el Apóstata” .....................................................................

Antonio Río Torres-Murciano, “Valerio Flaco en el Siglo de Oro” ...........................................................................................

José Riquelme Otálora, “Herencia situacional recibida por la Calamita de Torres Naharro del Heautontimorumenos y Eunuchus terencianos” ................................................................................

Adrián J. Sáez García, “Ecos y referentes clásicos en el Coloquio de los perros de Cervantes” ...............................................................

Pilar Saquero Suárez-Somonte, “Notas sobre la pervivencia del Bursario de Juan Rodríguez del Padrón en las letras castellanas y portuguesas del siglo XV” ...........................................................

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Índice general

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enseñanza deL Latín, didáctica e innovación

Iohannes Cienfuegos García, “Qualis in Hispania discetur Latinitas?” ...................................................................................

Javier Espino Martín, “Barroquismo carnavalesco o empirismo ilustrado en la enseñanza del latín en el siglo XVIII: La Gramática y conducta del dómine Don Supino (1790) de Manuel de Vegas y Quintano” ..................................................................................

Manuel López-Muñoz - Luis Inclán García-Robés, “Chiron, una propuesta didáctica para el siglo XXI” .........................................

Fotografías para el recuerdo .............................................................Índices de nombres propios .............................................................

Índice antroponímico .................................................................Índice toponímico ......................................................................

Índice de autores .............................................................................Índice general de la obra ..................................................................

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