El toro enamorado de la luna

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EL TORO ENAMORADO DE LA LUNA. Había una vez, un pequeño reino llamado Tangamandapio, donde vivía un pequeño y humilde niño granjero que se llamaba Juan, quien se dedicaba a cuidar animales. Un día, mientras cuidaba a sus animales en el campo, arribó una pequeña niña para jugar con los becerros de las vacas, esta niña era muy linda, tenia el cabello dorado tanto como el oro, y una risa tan blanca como la arena del mar, y el pequeño granjero asombrado por aquella niña corre tras un árbol para poder observarla mientras juega con los pequeños animales, cuando de pronto el toro papá de los becerros regresa hacia sus crías y se dispone a atacar a la niña, Juan se percata de las intenciones del toro y de inmediatamente corre para socorrer a la pequeña niña y espantar al animal para que la dejara en paz. La niña le agradece al granjerito y le pregunta: ¿Cuál es tu nombre? Y el responde: me llamo Juan y ¿tu? A lo que ella responde: ¡Soy Luna!. Después de lo sucedido un gran carruaje con grandes y blancos caballos llega a donde estaba Luna y ella sube para emprender la partida hacia el castillo del reino. Al pasar los años el pequeño niño se convirtió en un joven que no pudo olvidar la belleza de aquella pequeña niña a quien salvó una vez. Un día se las ingenio para acercarse disfrazado de un toro al castillo bajo el balcón de la princesa para poder verla, sin embargo al llegar bajo el balcón de la princesa escucha una conversación del rey donde decía que pronto su hija se casaría con un príncipe de un reino colindante para así poder extender su territorio, Juan al oír estos se entristece y regresa a su casa, y en el trayecto de vuelta las personas que pasaban por ahí le veían disfrazado y entonces lo apodaron como El Toro Juan. Al no poder asimilar Juan la noticia del casamiento de la princesa, decide que no puede presenciar esas celebraciones, así que se marcha del reino por un tiempo para tratar de olvidar a la princesa. Durante el trayecto de su viaje por

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EL TORO ENAMORADO DE LA LUNA.

Había una vez, un pequeño reino llamado Tangamandapio, donde vivía un pequeño y humilde niño granjero que se llamaba Juan, quien se dedicaba a cuidar animales.

Un día, mientras cuidaba a sus animales en el campo, arribó una pequeña niña para jugar con los becerros de las vacas, esta niña era muy linda, tenia el cabello dorado tanto como el oro, y una risa tan blanca como la arena del mar, y el pequeño granjero asombrado por aquella niña corre tras un árbol para poder observarla mientras juega con los pequeños animales, cuando de pronto el toro papá de los becerros regresa hacia sus crías y se dispone a atacar a la niña, Juan se percata de las intenciones del toro y de inmediatamente corre para socorrer a la pequeña niña y espantar al animal para que la dejara en paz. La niña le agradece al granjerito y le pregunta: ¿Cuál es tu nombre? Y el responde: me llamo Juan y ¿tu? A lo que ella responde: ¡Soy Luna!.Después de lo sucedido un gran carruaje con grandes y blancos caballos llega a donde estaba Luna y ella sube para emprender la partida hacia el castillo del reino.

Al pasar los años el pequeño niño se convirtió en un joven que no pudo olvidar la belleza de aquella pequeña niña a quien salvó una vez. Un día se las ingenio para acercarse disfrazado de un toro al castillo bajo el balcón de la princesa para poder verla, sin embargo al llegar bajo el balcón de la princesa escucha una conversación del rey donde decía que pronto su hija se casaría con un príncipe de un reino colindante para así poder extender su territorio, Juan al oír estos se entristece y regresa a su casa, y en el trayecto de vuelta las personas que pasaban por ahí le veían disfrazado y entonces lo apodaron como El Toro Juan.

Al no poder asimilar Juan la noticia del casamiento de la princesa, decide que no puede presenciar esas celebraciones, así que se marcha del reino por un tiempo para tratar de olvidar a la princesa. Durante el trayecto de su viaje por causas del destino encuentra a una señorita que era atacada por un león, en seguida Juan fue a rescatarla y se da cuenta que es la princesa Luna, pero ahora no fue como aquella vez que Juan salvó a Luna del toro, esta vez el león fue mas difícil de vencer y dejo muy mal herido a Juan, la princesa al darse cuenta de quien es corre a socorrerlo, pero llega tarde, ya que nada se podía hacer por Juan, entonces Juan en el lecho de su muerte le confiesa a la princesa su amor, y ella sorprendida empieza a llorar inconsolablemente, ya que ella le dice que siente lo mismo, pero por su posición de princesa nunca pudo ser su amor, después de esto Juan paso a mejor vida y la princesa lloró junto a el.

Desde entonces la gente que vio lo sucedido cuentan la historia de un Toro que se enamoró de la Luna.

Elaborado por:Miriam Andresi Enriquez

Ivonne Cortez ChavesEsteban Ruiz Regalado