El trabajo social ¿Tecnología?

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El trabajo social ¿Tecnología? APUNTES PARA UNA REFLEXION SISTEMATICA ATALIVA AMENGUAL Profesor Instituto de Ciencias Políticas de la U. C. INTRODUCCION Las líneas que siguen dan cuenta de un trabajo que estamos realizando con profeso- res de la Escuela de Trabajo Social en el Ta- ller Experimental de Tecnología Social. Cuando hablamos de trabajo social lo ha- cemos al mismo tiempo en un sentido general y en otro específico. Cuando hablamos de trabajo social nos re- ferimos en general a todas las tecnologías que tienen por objetivo modificar la realidad so- cial, así, por ejemplo: pedagogía, periodismo, etc., y también nos referimos específicamente a la disciplina y profesión denominadas "Tra- bajo Social", cuyos antecedentes históricos se denominaban "Asistencia Social" y "Visita Social". Asimismo nos parece una buena oportuni- dad para hacer y mostrar el servicio que pueden ofrecer los profesores de metodología de la ciencia al colaborar en la reflexión con quienes se dedican a una disciplina deter- m:nada. Finalmente anotamos que hacemos una es- pecial y reiterada referencia a la Revista de Trabojo Social de la Universidad Católica de Chile, por cuanto es en la Escuela de Trabajo Social de dicha Universidad donde, por con- venio con el Instituto de Ciencia Política, ejer- citamos un fecundo diálogo del cual este y otros trabajos dan, en parte, cuenta. No des- conocemos que habría otras revistas que po- drían citarse con igual o mayor propiedad, pero es comprensible que lo más próximo sea objeto de referencia. Esta referencia a lo pró- ximo expresa un privilegio comprensible, pero en ningún caso un exclusivismo inexcusable. Es en este contexto en que nuestra inten- ción y el trabajo mismo se harán inteligibles. CAPITULO 1 EL TRABAJO SOCIAL COMO DISCIPLINA TECNOLOGICA 1. 1. El Trabajo Social Con el fin de asegurar una mínima acu- mulatividad y una secuencia a los lectores de la RTS me permitiré recordar algunas propo- siciones hechas en los números anteriores de esta Revista respecto al trabajo social. Recuérdese además que esas proposiciones, a su vez, se fundaban, y de algún modo re- sumían, los esfuerzos hechos en Chile durante un largo y complejo período de vida social, de la vida universitaria y de la profesión. 1 Pilar Alvariño señalaba que el Trabajo So- cial pasó "del cumplimiento de una función más bien asistencial, a una función orientada a capacitar y a organizar a la comunidad para que asuma una posición participativa en la transformación de la sociedad". 2 Más ade- lante señala que la actividad social del tra- bajador social consistiría en una nueva con- cepción del Trabajo Social, en "actuar ahora con todos los beneficiarios, adscritos o po- 1 Alvarliño Pilar. El Proyecto como modelo de acción so- cial, RTS Ng li, página 11. 2 Loc. clt. pág. 12.

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El trabajo social ¿Tecnología?APUNTES PARA UNA REFLEXION SISTEMATICA

ATALIVA AMENGUALProfesor Instituto de Ciencias

Políticas de la U. C.

INTRODUCCION

Las líneas que siguen dan cuenta de untrabajo que estamos realizando con profeso-res de la Escuela de Trabajo Social en el Ta-ller Experimental de Tecnología Social.

Cuando hablamos de trabajo social lo ha-cemos al mismo tiempo en un sentido generaly en otro específico.

Cuando hablamos de trabajo social nos re-ferimos en general a todas las tecnologías quetienen por objetivo modificar la realidad so-cial, así, por ejemplo: pedagogía, periodismo,etc., y también nos referimos específicamentea la disciplina y profesión denominadas "Tra-bajo Social", cuyos antecedentes históricos sedenominaban "Asistencia Social" y "VisitaSocial".

Asimismo nos parece una buena oportuni-dad para hacer y mostrar el servicio quepueden ofrecer los profesores de metodologíade la ciencia al colaborar en la reflexión conquienes se dedican a una disciplina deter-m:nada.

Finalmente anotamos que hacemos una es-pecial y reiterada referencia a la Revista deTrabojo Social de la Universidad Católica deChile, por cuanto es en la Escuela de TrabajoSocial de dicha Universidad donde, por con-venio con el Instituto de Ciencia Política, ejer-citamos un fecundo diálogo del cual este yotros trabajos dan, en parte, cuenta. No des-conocemos que habría otras revistas que po-drían citarse con igual o mayor propiedad,pero es comprensible que lo más próximo seaobjeto de referencia. Esta referencia a lo pró-

ximo expresa un privilegio comprensible, peroen ningún caso un exclusivismo inexcusable.

Es en este contexto en que nuestra inten-ción y el trabajo mismo se harán inteligibles.

CAPITULO 1

EL TRABAJO SOCIAL

COMO DISCIPLINA TECNOLOGICA

1. 1. El Trabajo Social

Con el fin de asegurar una mínima acu-mulatividad y una secuencia a los lectores dela RTS me permitiré recordar algunas propo-siciones hechas en los números anteriores deesta Revista respecto al trabajo social.

Recuérdese además que esas proposiciones,a su vez, se fundaban, y de algún modo re-sumían, los esfuerzos hechos en Chile duranteun largo y complejo período de vida social,de la vida universitaria y de la profesión. 1

Pilar Alvariño señalaba que el Trabajo So-cial pasó "del cumplimiento de una funciónmás bien asistencial, a una función orientadaa capacitar y a organizar a la comunidadpara que asuma una posición participativa enla transformación de la sociedad". 2 Más ade-lante señala que la actividad social del tra-bajador social consistiría en una nueva con-cepción del Trabajo Social, en "actuar ahoracon todos los beneficiarios, adscritos o po-

1 Alvarliño Pilar. El Proyecto como modelo de acción so-cial, RTS Ng li, página 11.

2 Loc. clt. pág. 12.

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tenciales del sistema, capacitando y motivan-do su incorporación a la toma de decisionesque repercuten directamente en el enfoquey calidad de los servicios que se les ofrecen". 3

En el número anterior de la misma Re-vista 4, en parte del documento básico de lareestructuración de la Escuela de Trabajo So-cial de la Universidad Católica de Chile, seseñala s que "el Trabajo Social podría clasi-ficarse como una tecnología". Más adelantetratando de especificar esta afirmación se diceque "enfrenta y modifica situaciones sociales,enfocándolas como un todo". 6

Se podrían seleccionar de los mismos artícu-los citados otros párrafos, pero para nuestrosobjetivos bastan los señalados.

Estos esfuerzos de dilucidación manifiestanel dinamismo de una disciplina y la respon-sabilidad de los profesionales que la ejerci-tan. Sin duda estos y otros intentos que po-drían mencionarse están dando frutos apre-ciables para la vida social.

Teniendo en cuenta todo lo afirmado, esconveniente señalar la necesidad de seguir enesa línea de indagaciones y reflexiones, puesa pesar de los aportes lúcidos realizados hastael presente, aún parecen no estar lo suficien-temente claros cuáles sean los objetos, obje-tivos y procedimientos del Trabajo Social enel presente. Ello no es característica exclu-siva de esta disciplina y de la profesión quede ella se hace. Más aún, es buena señal queello ocurra, pues manifiesta una sensibilidady dinámica que permiten evitar los anacronis-mos disciplinarios y profesionales y readecuarlas actividades humanas a las situaciones ace-leradamente cambiantes de nuestra sociocul-tura.

1. 2. El Trabajo Social como disciplinatecnológica

Es claro que es empresa riesgosa reflexio-nar sobre un objeto sobre el cual se tieneconocimiento imperfecto y que por conse-cuencia es difícil de problematizar dilucidada-mente. Correr ese riesgo es, sin embargo, ine-vitable si no se quiere abándonar la empresade pensar. Así, pues, lo que sigue es más bienla búsqueda de caminos, más que un camino.

3 Loc. cit. página 13.4 RTS Ng 9-10.5 Página 11.6 Loc. cit.-ídem.

Dentro de esos límites, sin embargo, esposible ir señalando con cierta seguridad al-gunos aspectos:

1) El Trabajo Social es una disciplina

El primero de ellos es que el Trabajo So-cial es o por lo menos aspira a ser una disci-plina, o en otras palabras, un rigor institu-cionalizado.

En un trabajo anterior 7 intentamos expli-car qué entendíamos por disciplina y porqué la hacíamos sinónimo de rigor institu-cionalizado, y decíamos que lo considerába-mos rigor por ser un ejercicio metódico pleno.Asimismo en la medida que el rigor se trans-formaba en la norna conductual de un grupo,decíamos que era institucionalizado.

El método lo veíamos como una manera ra-cional de proceder respecto de los fines, losmedios y a las relaciones entre medios yfines.

Así, de lo dicho se desprende que cuandodecimos que el Trabajo Social es una disci-plina, o que intenta serlo, estamos aludiendoa que pretende proceder de modo racional,metódicamente, y hacerlo de manera plena, y,por otra parte, pretende que esta manera deproceder sea una norma de conducta compar-tida por quienes se dedican al Trabajo Social.

2) El Trabajo Social es una disciplina social

El segundo aspecto es el que esta disciplinatiene por objeto "lo social". Este término "so-cial" está insuficientemente dilucidado res-pecto a su contenido conceptual. Así, por ejem-plo, el término, a veces, alude a la "comu-nidad"8, o a "todos los beneficiarios, ads-critos y potenciales del sistema" 9; otras veces,el "ámbito de acción va de la política a laadministración y de allí a la comunidad" 10;o es una actividad que "se da fundamental-mente a nivel de las personas y los grupos,si bien es cierto no podrá desentenderse dela acción a nivel de la estructura social". "1

Í Amengual, Ataliva, ~Reflexión sobre la Tecnología".RTS N9 12, pág. 12 (La racionalización de las actividades).8 Alvarlño, Pilar, RTS Ns 11. pág. 12 (Un nuevo enfoquede la profesión).9 Ibid. pág. 13.lo Ibid. pág. 14 (La Comunidad).II Parte del documento básico de la reestructuración dela Escuela de Trabajo Social de la U. Católica. RTS Ng 9-10.pág. 12 (El objeto de acción del Trabajo Social).

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Se podría aumentar el número de las citas,pero probablemente llegaríamos de todos mo-dos a decir que "tiene un campo de acciónmuy amplio al igual que la gama de sus fun-ciones, siendo por lo tanto difícil lograr unadelimitación precisa". 12

Hoy nos parece un indicio que permitiríaencontrar una vía de mayor especificacióncuando se dice que "enfrenta y modifica si-tuaciones sociales enfocándolas como un to-do". 13

Las expresiones "situación social" y "comoun todo" parecen ofrecer un buen campo pa-ra el análisis reflexivo que se orienta a deli-mitar el objeto de la disciplina, pues por unaparte se alude a una categoría abstracta quepermite clasificar a los grupos y personas encuanto miembros de grupo y por otro se en-fatiza un modo de enfocar esas entidades co-mo totalidades, lo que por consecuencia exigeuna comprensión compleja. Reiteramos quesólo es un indicio que se nos aparece fecundointuitivamente, pero es eso y nada más. Sólomayor reflexión nos permitiría saber si efec-tivamente lo es.

Lo que sí queda claro es la necesidad dedilucidar el objeto sobre el cual se quiereinfluir y el aspecto bajo el cual se quiere in-fluir sobre él. El intento de elevar el nivel deracionalidad de una actividad no permite ce-jar en ese intento por difícil que aparezcay aquí, sin duda, 'hay un problema relevantey ciertamente complejo para quienes reflexio-nan sobre la disciplina y la profesión.

3) El Trabajo Social como disciplinatecnológica

Las reflexiones que aquí haremos están fun-dadas en un trabajo publicado en un númeroanterior de la Revista de Trabajo Social 14,por lo tanto, la aclaración o profundizaciónde las proposiciones que aquí 'haremos pue-den buscarse en él.

El primer punto a subrayar es que el Tra-bajo Social "enfrenta y modifica situacionessociales". 15 El objetivo de la actividad esmodificar la realidad social y, por lo tanto, se

ý2 Ibid. pág. 11.3 Ver referencia 6.

14 Amengual, Ataliva, ~Reflexión sobre la Tecnología".RTS NQ 12.

15 Ver referencia 6.

le puede aplicar todo lo que decimos respectoa las actividades orientadas al hacer. 16 Peroese objetivo modificatorio quiere obtenerse demanera eficaz, lo que exige que la acción searacional, más aún, disciplinada. 17 En otraspalabras, no basta una práctica modificatoriaque se desarrolle por tanteos, por ensayos deacierto y error, sino que se exigen procedimien-tos no sólo eficientes sino eficaces, es decir,debe ser una actividad técnica. 18

Pero la tendencia por racionalizar las acti-vidades hace que se intente no sólo saber có-mo proceder de manera racional, de maneratécnica, sino que seamos impulsados a saberpor qué ese modo de proceder es eficaz. Nonos basta ser eficaces, requerimos explicar-nos la eficacia.

Por otra parte, la rapidez de los cambiosde la realidad social 'hace necesario de ma-nera constante variar las técnicas; asimismo, laacumulación progresiva de distintas técnicasrequiere de criterios para elegir aquellas ade-cuadas a cada situación y propósito. En fin,estas y otras razones que podrían aducirse nosmanifiestan los motivos subyacentes a esabúsqueda, que permita explicarse la eficaciade los procedimientos técnicos que se requie-ren para la modificación de la realidad social.En otras palabras, nos darán razón de porqué el Trabajo Social se plantea la necesidadde erigirse en disciplina tecnológica. La ne-cesidad de asegurar la eficacia nos lleva aconsiderar el Trabajo Social como tecnolo-gía. 19

Hacer del Trabajo Social una actividad nosólo práctica, ni aun sólo técnica, sino tecno-lógica, plantea el requerimiento de construirun conocimiento tecnológico. Este conocimien-to será una resultante de aplicar el métodocientífico a los problemas prácticos que seplantean en el "enfrentamiento y modifica-ción" de la realidad social.

La aplicación del método de la ciencia alos mencionados problemas generará teoríastecnológicas, reglas fundadas y datos que se-rán a la vez culminación de una etapa y pun-to de partida de otra en un proceso que siem-pre será inacabado, haciendo patente la ne-cesidad permanente de la investigación. Estanecesidad se hace más evidente si se tiene en

16 Amengual, opus. clt. pág. 10.17 Ibid. pág. 12.;8 Ibid. pág. 14." Ibid. pág. 16.

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cunta que las hipótesis contrastadas y losdatos precisos no son suficientes para asegu-rar el éxito pleno de una acción, pues, en todaacción intervienen muchas otras variables.

Cabría preguntarse si estas reflexiones nopodrían ser calificadas de especulaciones ale-jadas de la realidad del Trabajo Social.

Creemos que nuestras reflexiones no sonsimplemente aplicaciones deductivas, coheren-tes en el mejor de los casos, pero no atin-gentes a la realidad del Trabajo Social.

Nos parece interesante señalar que esfuer-zos como los planteados, por ejemplo, en eltrabajo de Pilar Alvariño ya citado 20 sobre"El proyecto como modelo de acción social",nos manifiestan la tendencia a construir unconocimiento tecnológico, puesto que se orien-ta a la construcción de modelos que son elinstrumento articulatorio entre la ciencia y latécnica. 21

El intento que mencionamos se ubica en elnivel de la operación en un complejo caracte-rizado por la política social, el sistema bu-rocrático, la comunidad; y como tal propor-ciona acumulaciones para la construcción deteorías tecnológicas operativas. 22

Asimismo, la Escuela de Trabajo Social dela Universidad Católica de Chile, en su docu-mento de reestructuración, clasifica su que-hacer como tecnología, explicitando cuál esla referencia conceptual del término. 23

De lo dicho puede verse que las reflexionestambién responden a la dinámica concreta,aquí y ahora, de la disciplina y la profesión.

Así pues puede afirmarse la necesidad yla existencia de una búsqueda por constituirel Trabajo Social como tecnología. Esta bús-queda está llevando a pensar en modelos queson los instrumentos generadores de conoci-miento tecnológico al articular la ciencia yla técnica con propósito de modificar la rea-lidad social.

En este trabajo no pretendemos analizar loslogros de esta búsqueda, sino hacerla patentey además recalcar la importancia que ellatiene para el futuro disciplinario y profesionaldel Trabajo Social.

20 Ver referencia 1.21 Véase al respecto RTS N" 12, pág. 20.', Véase al respecto BUNGE, Mario, La Investigación

científica, Edit. Ar'el, Barcelona 1969, pág. 634.23 Véase referencia 5.

CAPITULO II

EL TRABAJADOR SOCIAL

Cuando hablamos del trabajador socialempleamos una categoría profesional que abar-ca una multiplicidad de individuos que actúande diversas maneras.

Una observación, no metódica pero atenta,nos permite ver que diversos individuos, to-dos ellos trabajadores sociales, actúan detuodos muy diversos. En algunos casos pode-mos observar ciertos comportamientos profe-sionales que se caracterizan más por ser untanteo, un ensayo por aciertos y errores y quenos hace ver al trabajador social como un"práctico" eficiente, pero no siempre eficaz.

Creemos que éste es un efecto retardadode ciertas etapas del desarrollo del TrabajoSocial como profesión y de manera especialde ciertas etapas de la historia del desarrollode las Escuelas de Trabajo Social. Ciertosprofesionales por diversas causas han queda-do fijados en pautas de comportamiento típi-co de una etapa de dicho desarrollo. Estehecho ha ocasionado la necesidad de cursosde "reciclaje".

Otros trabajadores sociales actúan con unamás evidente racionalidad y sus comporta-mientos tienen las características de las con-ductas propiamente técnicas. El avance en lastécnicas sociales ha hecho también necesarioscursos de perfeccionamiento.

En otros casos el trabajador social, pordiferentes motivos, se comporta de manerasemejante al científico social.

Hay casos también en que el comporta-miento del trabajador social aparece casi idén-tico al de un activista político.

Sabemos que hemos hecho una esquema-tización que no es, ni pretende ser, exhaus-tiva de los diversos modos de comportamien-to de los trabajadores sociales. Su intenciónes mostrar que hay una pluralidad de estilosde trabajo y que no es fácil encontrar uncomportamiento uniforme ni característico deltrabajador social.

Sin duda ninguna el perfeccionamiento dela disciplina y el desarrollo de las Escuelasde Trabajo Social harán que decrezca estadispersión de comportamientos. De todos mo-dos es necesario tener en cuenta que estadiversidad de comportamientos corresponde auna diversidad de causas y circunstancias.

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Muchas veces el trabajador social ha tenidoque enfrentarse a la realidad social con unaformación que consideraba enfáticamente as-pectos éticos de la vida social, pero que noproporcionaba instrumental técnico. Otras ve-ces el trabajador social recibió conocimientostécnicos abstractos, pero careció de la posibi-lidad de desarrollar habilidades técnicas. Enotras ocasiones observamos trabajadores so-ciales que recibieron una formación técnicatambién a nivel de habilidades, pero que co-rrespondía a técnicas sociales que quizá yaeran relativamente anacrónicas en el momen-to de ser enseñadas y, por lo tanto, de pocautilidad para cuando tuvo que enfrentarsecon la realidad. En otros casos, la formacióntécnica fue adecuada, en cuanto a conoci-mientos, habilidades de técnicas vigentes yútiles, pero restringida a cierto tipo de fun-ciones que desarrolla el trabajador social yque muchas veces no corresponde a la fun-ción que de hecho tal trabajador social tieneque realizar.

Las razones explicativas de estas situacio-nes son múltiples. Lo que interesa destacar esque en todos estos casos, por diversos quesean, el trabajador social, a pesar de haberrealizado esfuerzos -a veces extraordina-rios-, se encuentra en la imposibilidad deenfrentarse técnicamente con la realidad y porconsecuencia no le queda más alternativa queenfrentarse prácticamente, aunque no sea sudeseo y aunque comprenda lo inadecuado deun enfrentamiento práctico, que lo obliga altanteo. Esta situación es dramática, pues enmuchas ocasiones -quizá las más de lasveces- el trabajador social siente la necesi-dad de capacitarse técnicamente, pero por di-versas causas no tiene oportunidades.

Me cuido pues muy bien de tener una mi-rada displicente para quienes así trabajan;por el contrario, creo que son dignos deaprecio por su constante esfuerzo y merece-dores de tener más oportunidades de perfec-cionamiento de las que suelen tener. Hay qui-zá algunos trabajadores sociales que sí sonun verdadero freno para la disciplina y laprofesióri y son aquellos que postulan implí-cita o explícitamente una concepción que de-nominaré "practicista" y que consiste en des-preciar la teoría y la técnica y en afirmarque la "práctica" es lo único que vale y sirve.En la mayoría de los casos, esta postura en-

cubre una manifiesta ignorancia respecto a lafunción de la teoría o, lo que es peor, se tratade una racionalización de personas intelectual-mente perezosas.

Si a lo anterior se agrega que por una par-te es fundado presumir que el proceso decambios en la sociedad se acelerará y reque-rirá de continuas adaptaciones del compor-tamiento del trabajador social y por otra parte,e aumentarán y diversificarán las técnicasdisponibles para influir en la vida social, apa-rece claro que aumenta la posibilidad de queel trabajador social se vea reducido a enfren-tamientos prácticos.

Así pues el trabajador social, para poderser eficaz en esta situación, requiere ser ca-paz de asimilar rápidamente nuevas técnicas,ser capaz de discriminar entre técnicas dedesigual eficacia, estar capacitado para elegirentre diversas técnicas de acuerdo al proble-ma de que se trate, y -lo que es más impor-tante- estar preparado para poder usar lasacumulaciones de las diversas ciencias. Loanterior no parece factible si el trabajadorsocial no logra proceder como tecnólogo.

Si se quiere que el trabajador social noactúe con un enfrentamiento práctico, de en-sayo, si se necesita que actúe técnicamentey más aún que pueda tener capacidad detrascender las técnicas para elegir entre ellaslas más eficaces de acuerdo a los requeri-mientos de la acción en un medio social encambio a veces acelerado, si se requiere quepueda apropiarse de las nuevas técnicas so-ciales que se generan, si todo eso se quiere,es necesario -como decíamos- que tras-cienda la técnica y proceda como tecnólogo.

Pero trascender un determinado tipo decomportamiento requiere de un análisis delcomportamiento que debe ser trascendido, delos comportamientos que se postulan trascen-dentes y de los mecanismos que hacen posi-ble pasar de un tipo de comportamiento aotro.

Por economía hablamos de comportamien-tos técnicos, suponiendo que ello comunicaadecuadamente lo que pensamos. Sin embar-go, la polisemia de ciertos términos muy usua-les produce equívocos que es necesario evi-tar. Por eso trataremos de explicitar el re-ferente conceptual al que aludimos cuandousamos la palabra técnico. Además de unadilucidación del lenguaje, obtendremos una

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descripción que nos proporcionará una refe-rencia, al estilo de un "tipo-ideal" weberiano,que nos permita tipificar los diversos compor-tamientos observables en la actividad de lostrabajadores sociales en terreno.

Dejando ya de un lado un proceder mera-mente "práctico", nos concentraremos en lasconductas técnicas de los trabajadores socia-les, no desconociendo que en el ejercicio pro-fesional muchas veces y por distintos moti-vos se entremezclan conductas "prácticas" ytécnicas.

Cuando calificamos de técnica a una con-ducta aludimos a cierto tipo de procedimien-to regulado, es decir, que obedece a ciertaregla. Vemos que el individuo realiza "unnúmero finito de actos en un orden dado ycon un objetivo también dado". 24 En generala un proceder se lo califica de técnico cuandoobedece a un conjunto coherente de reglasde procedimiento que conducen a un fin pre-viamente determinado.

Cuando observamos a un técnico, lo vemosutilizar técnicas con dos fines o, si se quiere,con dos objetivos fundamentales: para cono-cer o para hacer. Pero en general el técnicoaplica reglas cuyo fundamento ignora. Mani-pula la realidad -en nuestro caso, la realidadsocial- y si sus técnicas son adecuadas, mo-dificará eficazmente la realidad, y fundada-mente concluiremos que sabe cómo hacer lascosas. Cuando evaluamos una acción técnica,medimos la adecuada aplicación que el téc-nico hace de la regla o conjunto de reglas.

A menudo observamos que el ejercicio rei-terado de una técnica hace que el profesionallogre elevados niveles de eficacia en su pro-ceder. Pero también, junto a las anterioresobservaciones, podemos constatar que el ejer-cicio reiterado conlleva a una estereotipia enla acción a una rigidez en el actuar. Por unaparte el técnico llega a niveles óptimos deeficacir en su tarea, pero al precio de restrin-girse a la técnica que usa.

Este fenómeno, sin duda, es común a todoslos procesos de especialización. Creo que eraOrtega y Gasset quien decía que por la víade la especialización el hombre terminaba sa-biendo muchísimo de casi nada.

El aceleramiento de los cambios sociales yel más rápido aparecimiento de nuevas técni-

24 BUNGE, Mario, op. cit., pág. 694.

cas plantean una situación muy crítica para eltécnico social. Es así como observamos queeste técnico -y en otras actividades sucedelo mismo- como consecuencia de la especia-lización de sus conductas en el ejercicio deuna técnica queda cristalizado en procedi-mientos que, frente a los cambios sociales ytécnicos, aparecen rápidamente anacrónicos.Dado que el técnico sabe cómo manipulareficazmente la realidad pero ignora los fun-damentos que dan razón de esa eficacia, seencuentra con las alternativas de mantenerseen el mercado de trabajo operando con téc-nicas anacrónicas, de quedar fuera del mer-cado, de operar como "práctico", o finalmen-te de adquirir nuevas técnicas.

Suponiendo que la única alternativa acep-table sea la última, nos encontramos con nue-vos problemas.

Por una parte, el técnico tratará de capaci-tarse para operar con otro conjunto de reglas.Normalmente tendrá que elegir entre diversasalternativas frente a las cuales, por su forma-ción técnica, no tendrá criterios racionalesque le permitan elegir entre diversas técnicas.Sin duda, la experiencia acumulada y unabuena intuición le permitirán, de manera re-lativamente azarosa, decidir qué nueva téc-nica aprender.

Dado que la mayor parte de las técnicasnuevas que usamos se originan y desarrollanen culturas ajenas y, a veces, muy distintasa la cultura del técnico en cuestión, la "modatécnica" del país donde se origina la técnicatendrá una gran influencia en la decisión, ylas técnicas locales existentes en su propiacultura serán descartadas, a veces, sin consi-deración aunque pudiesen ser las más adecua-das si se las considerase.

De todos modos el técnico adquirirá unatécnica nueva hoy y aquí pero anacrónicaquizá ya hoy en el país donde se originó ysin duda en un mañana no tan lejano aquítambién.

Por otra parte sucede, a veces -y desgra-ciadamente no con poca frecuencia en técnicasocial- que, dada la situación de dependen-cia que se ha creado entre el hombre y latécnica que usa, el profesional frecuentemen-te, aunque de modo inconsciente, querrá re-ducir forzadamente los problemas a dimensio-nes que sean manipulables con las técnicasde que dispone, y así lo que debería ser un

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instrumento eficaz se transforma en origen deuna conducta ineficaz por no atender a larealidad, sino a una arbitraria reducción dela realidad.

Por otra vía podemos comprobar que eltécnico, en cuanto sujeto que opera con reglaseficaces, se transforma en profesional ineficazpor ser su conocimiento un conocimiento re-ducido al "cómo" operar.

Frente a diversas técnicas o a nuevas téc-nicas es necesario compararlas con el criteriode la eficacia.

Habitualmente se confunde la eficiencia deuna técnica con la eficacia. En realidad todaslas técnicas son eficientes, pero que sean efi-caces es otro asunto. Una técnica hoy aquíeficaz puede dejar de serlo allá o mañana.Una técnica es eficaz mientras no haya otroprocedimiento regulado para obtener el mis-mo objetivo, en el menor tiempo, con el me-nor costo y de manera óptima.

A veces la convicción de la eficacia de latécnica que se usa es función de la ignoranciade las demás técnicas.

Pero aun en el caso ideal de un técnicoóptimamente informado de todas las técnicasexistentes, el problema de la elección no po-dría solucionarse con esa nueva información.Juzgar de las técnicas es una acción meta-técnica, por cuanto trasciende el nivel de latécnica y tiene a la técnica como objeto.

Los técnicos suelen diferenciarse respectodel conocimiento que poseen de las técnicas.

Un primer grupo es el que sólo conoce lastécnicas que usa y, por lo tanto, no puedeafirmar otra cosa que la eficiencia de sustécnicas. No puede afirmar la eficacia, porcuanto ello significa poder hacer un juiciocomparativo entre todas las técnicas perti-nentes conocidas, analizándolas desde el pun-to de vista de su capacidad para obtener demanera óptima un objetivo, en el menor tiem-po y con el menor costo.

Un segundo grupo es el que, conociendoel conjunto de técnicas disponibles adecuadasal objetivo, puede compararlas con el criteriode la eficacia y jerarquizarlas de acuerdo aél. Este nivel sólo requiere saber cuáles sonlos tiempos, costos y grado de logro del ob-jetivo.

Una técnica está en función de la eficaciaen obtener un objetivo. El objetivo se da enuna situación espacio-temporal; es una modi-

ficación a producir en una situación concretay, por lo tanto, esa situación debe tenerse encuenta para elegir la técnica.

Así pues la eficacia de una técnica sólopuede afirmarse fundadamente teniendo encuenta la situación concreta. Una manera ade-cuada de comparar varias técnicas es dejarconstante la situación concreta que sirve dereferencia y aplicarles el criterio de eficacia.El juicio que se siga sólo es válido en la me-dida que permanezca constante la situación.

Cuando distintas técnicas son aplicadas asituaciones distintas no son comparables si nose introduce la variable de situación ademásde las de tiempo, costo y logro del objetivo.

Uno de los errores que a veces se cometenconsisten en aplicar técnicas eficaces en una si-tuación a otra situación distinta y por supues-to suele observarse que la técnica supuesta-mente eficaz es ineficaz.

Suele suceder también que, habiéndose ope-rado con una técnica eficaz en una situación,se la use en otra situación y no se evalúenlos resultados de su aplicación por cuanto sela sabe eficaz.

Este pensamiento simplista implica consi-derar que hay un solo tipo de situación, igno-rar que las situaciones son distintas y nodarse cuenta que la situación es una variableque incide en un análisis de la eficacia de latécnica. Es un "fideísmo técnico" y es otraforma de reduccionismo arbitrario.

El máximo aprovechamiento posible de unatécnica equivaldría a saber todas las situacio-nes posibles en que una técnica puede seraplicada haciendo eficaz la acción. Pero untécnico no tiene este conocimiento. En elmejor de los casos sabe proceder regulada-mente en cierto número de situaciones prede-finidas. Si la situación que se le presenta noestá dentro de las predefinidas no puede ac-tuar técnicamente. A lo más extrapolará aesta nueva situación técnicas que ha usadoen otras situaciones, o procederá de modo"práctico" por ensayos, o, en el caso de serprudente, se declarará incompetente.

Y precisamente el máximo aprovechamien-to del conocimiento técnico nos lleva a pre-guntarnos acerca de cómo saber el universoposible de situaciones en las cuales es posi-ble usar eficazmente los procedimientos téc-nicos.

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Una primera respuesta a esta pregunta sue-le consistir en señalar que el éxito repetidode aplicación de una regla es el modo desaber cómo puede ser aprovechada. Sin em-bargo, se hace patente que muchas reglas nofuncionan en algunas situaciones aparentemen-te iguales y ello conduce a una perplejidadfrente a su eficacia. Se requiere poder saberque la regla, o conjunto de reglas, operaráeficazmente siempre en determinadas circuns-tancias; de lo contrario, caeríamos en una si-tuación azarosa no aceptable para operacionesconcretas que deben ser eficaces.

Así pues el mero criterio de éxito no essuficiente para afirmar racionalmente la efi-cacia de una regla o de una técnica.

La segunda respuesta es la que afirma quela manera racional de afirmar la eficacia y eluniverso de eficacia de un procedimiento téc-nico es fundar las reglas o conjunto de ellasen leyes científicas.

No olvidándonos que la preocupación queorigina tanto la primera como esta segundarespuesta es maximizar el aprovechamientodel conocimiento técnico, que lo que se buscaes poder afirmar con probabilidad aceptableque -dada una determinada situación- unatécnica determinada será eficaz para obtenerun objetivo predefinido, podemos emprenderel sentido de esta segunda respuesta.

Por una parte tenemos una técnica que seexpresa en enunciados pragmáticos que indi-can una operación regulada en el sentido queya le atribuimos.

Por el lado de la técnica tenemos una cons-tancia expresada por el enunciado pragmáti-co. Pero por el lado de la situación real a laque hay que aplicar la regla o la técnica, ¿esposible establecer constancias que permitanconstruir una ecuación entre la realidad y laoperación técnica que aseguren que esta úl-tima será eficaz?

Precisamente las leyes, o más precisamen-te los enunciados nomológicos, son los quenos permiten dar una respuesta a esa pregun-ta, por cuanto afirman relaciones constantesentre variables; o en otras palabras, dan cuen-ta de esquemas objetivos, de estructuras dela realidad. Las leyes nos permiten saber loque ocurrirá o puede ocurrir y por lo tantonos permiten saber cuál es el tipo de influen-cia que deberíamos realizar si quisiésemos ob-tener un efecto que no ocurriría según el cur-

so normal de un determinado proceso natu-ral o social.

Sabiendo cuál es el tipo de influencia re-querido, podemos elegir entre los procedimien-tos técnicos disponibles, seleccionando aquelque sea más eficaz, es decir, que nos permi.ta influir en modificar la realidad a través deuna operación que nos exige el menor tiem-po, el menor costo, para obtener de maneraóptima el objetivo.

Así, a través de este procedimiento, he-mos fundado las reglas de operación en le-yes científicas. De la articulación de los enun-ciados pragmáticos (enunciados de reglas) yde los enunciados nomológicos (enunciadosde leyes) hemos obtenido un enunciado prag-mático fundado en conocimiento científico, esdecir, un enunciado nomopragmático (enuncia-do de una regla tecnológica).

Así el trabajador social, conociendo la cons-tancia entre variables que dan cuenta de pro-piedades del proceso u objeto social sobre elque quiere influir, se hace capaz de usar téc-nicas distintas, equivalentes o análogas encuanto a su eficacia, respecto de una mismasituación, y también se hace capaz de poderusar una misma técnica eficaz para situacio-nes distintas en determinados aspectos peroiguales en cuanto a su estructura, es decir, encuanto a la relación entre las variables que ex-presan iguales propiedades.

De este modo el técnico, al transformarseen tecnólogo, se libera de la estereotipia obli-gada y supera los reduccionismos arbitrariosa los cuales aludíamos.

CAPITULO III

LA ENSEÑANZA-APRENDIZAJE DELTRABAJADOR SOCIAL

Si es necesario que el trabajador social pro-ceda como tecnólogo, surge inmediatamentela pregunta de cómo obtener ese tipo de com-portamiento. Esta pregunta nos remite a losprocesos de enseñanza-aprendizaje, pues es através de ellos como se logra que las perso-nas actúen de modo habitual de acuerdo adeterminadas pautas de conducta.

No se nos oculta que si los objetivos, ob-jetos y procedimientos del trabajador social

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no están claros, es difícil descr*bir el rol deltrabajador social, y ello tiene importancia, puesdicho rol es la referencia para elaborar lascorrespondientes curricula y evaluarlas. Perosi bien lo que acabamos de decir es cierto,no deja también de ser cierto -como trata-mos de mostrarlo en el capítulo I- que hayalgunos aspectos claros que nos permiten ilu-minar el problema de la enseñanza aprendiza-je del trabajador social.. Si nuestras apreciaciones del capítulo II

son adecuadas, estaría claro que el trabaja-dor social debería ser capaz dc comportarsecomo tecnólogo, de lo cual se sigue que elproceso de enseñanza-aprendizaje deberíaorientarse a obtener dicho tipo de comporta-miento.

Este punto se hace evidente si el trabaja-dor social se forma en una universidad quesea tal, pues en ese caso el comportamientodebe ser el de un universitario que se dedicaal trabajo social, y por lo tanto le es inheren-te ser capaz no sólo saber cómo actuar en larealidad social sino también ser capaz de darfundamento racional a su acción.

Hay aspectos comunes a todo proceso deenseñanza-aprendizaie tecnológico, de los cua-les participa un enfoque tecnológico del tra-bajo social.

Estos aspectos comunes operan como crite-rios para la elaboración de cualquier curricu-lum que pretenda obtener comportamientostecnológicos. Nos parece de primera impor-tancia el poder dilucidar los criterios que per-mitan afirmar que un determinado proceso deenreñanza-aprendizaje asegura obtener com-portamientos tecnológicos.

Sin duda alguna un proceso de énseñanza-aprendizaje que t:ene por objetivo lograr com-portamientos tecnológicos del sujeto que estásometido a dicho proceso exige obtener delsujeto un comportamiento racional habitual lomás pleno posible, es decir, un comportamien-to riguroso. Como es obvio, si el objetivo es elrigor, o si se quiere el ejercicio habitual ple-no del método, dicho proceso debe ser élmismo riguroso.

Se desprende de lo anterior que la raciona-lidad y metodicidad son requisitos de la es-tructura del currículum respecto a sus conte-nidos y procedimientos.

Dentro del conjunto de posibles procedi-mientos racionales, interesa, cuando deseamoscomportamientos tecnológicos, enfatizar aquel

procedimiento racional que es el método ge-neral de la ciencia, por cuanto el tecnólogotiene que habérselas no sólo con ideas sinotambién con los hechos.

El método llamado científico es el proce-dimiento racional tanto de la ciencia comode la tecnología.

Señalemos que el método de la ciencia pre-supone los principios de la lógica que usa co-mo instrumento.

El método científico es la estrategia de ac-ción común a científicos y tecnólogos.

De lo anterior se siguen criterios que hande aplicarse para la toma de decisiones res-pecto al currículum del tecnólogo. y quedade manifiesto que un currículum orientado alograr conductas tecnológicas requiere contem-plar en sus contenidos y procedimientos elmétodo científico y su instrumento: la lógica.

La necesidad de acrecentar la precisión exi-girá también tener igual consideración res-pecto a los procedimientos matemáticos. Comola mayoría de las decisiones prácticas que tie,ne que tomar un trabajador social se deberánformular a partir de evidencias o conocimien-tos incompletos o limitados requiere a su vezde conocimiento y capacidad de operar conla estadística, concebida como una rama es-pecial de las matemáticas, que procura unanálisis lógico del problema de inferir conclu-siones a partir de evidencias incompletas.

Así pues de las exigencias de racionalidady rigor implicadas en el objetivo tecnológicode un proceso de enseñanza-aprendizaje sedesprende la necesidad del método de la cien-cia y de sus instrumentos lógicos y matemáti-cos como elementos constitutivos de cualquiercurrículum que quiere ser funcional a dichoproceso.

Pero afirmar esta necesidad no significa su-poner que el trabajador social deba ser uncientífico. Una cosa es proceder con el méto-do de la ciencia y otra, ser un científico. Elcientífico trata de acumular conocimiento teó-rico-empírico sobre la realidad, objetivo queno es el que se propone un tecnólogo, quienbusca modificar eficazmente la realidad.

El científico busca acumular el máximo po-sible del conocimiento acerca de la realidad,sin tener necesariamente una preocupación in-mediata por las modificaciones de la realidadque podrían lograrse con ese conocimiento;mientras que el tecnólogo tiene como objetivonecesario e inmediato modificar la realidad

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eficazmente, lo que lo induce a usar el mí-nimo de conocimiento requerido para un má-ximo de eficacia.

Las conductas tecnológicas son el objetivodel proceso de enseñanza-cprendizaje sobre elque nos interesa reflexionar. Se trata en otraspalabras de lograr un conocimiento y uncomportamiento que actualicen de manera ade-cuada las normas establecidas de comporta-miento humano con eficacia y en cualquiersituación en que el sujeto actúe en cuanto tra-bajador social. Precisamente ese logro, comohemos visto, requiere fundar las reglas técni-cas en leyes científicas.

Pero fundar las reglas técnicas en leyescientíficas implica conocer las leyes científi-cas. Primer requisito para conocer estas ideasde la ciencia que son sus leyes es compren-der el lenguaje en que se expresan* Así puesel conocimiento y la capacidad de uso del len-guaje de las ciencias en las cuales podemosfundar las reglas técnicas que usa para su ac-ción el trabajador social aparecen como un ele-mento que debe ser contempledo necesaria-mente en un currículum que pretenda ser fun-cional para un proceso de enseñanza-aprendi-zaje con objetivo tecnológico. Téngase encuenta que los lenguajes científicos son poli-sistemas linguales y que muchas veces unabuena comunicación científica exige el apren-dizaje de idiomas extranjeros implicados enel polisistema lingual de la ciencia, así, porejemplo, actualmente, la capacidad de lectu-ra en inglés aparece como conveniente, y qui-zá necesaria para quien quiere estar adecuaday oportunamente informado sobre las acumu-laciones de la ciencia, la tecnología y la téc-nica.

Así los idiomas, junto a la lógica y lasmatemáticas aparecen como instrumentos in-dispensables que el trabajador social tieneque conocer y manejar adecuadamente si quie-re lograr un nivel tecnológico en su acción.

Es conveniente, sin embargo, enfatizar quehemos dicho que el trabajador social en cuan-to tecnólogo debe conocer los enunciados no-mológicos (leyes) que las disciplinas científi-cas pertinentes a su quehacer han acumulado.

En ningún momento hemos afirmado quedebe formular los enunciados nomológicos(leyes). Esa formulación es propia del cien-tífico. Sin embargo, esta afirmación no debe

obscurecer la necesidad de conocer la teoríaen que se articulan las leyes de que se trate.

Si se quiere entender un enunciado nomo-lógico (una ley), hay que entender el lengua-je en el cual se enuncia. Ahora bien, sabemospor la lingüística que el signo y la significa-ción (significante + significado) de los tér-minos usados no son discernibles fuera delcontexto.

En nuestro caso, la teoría es el contextoque permite discernir la significación de lostérminos usados para construir los enuncia-dos nomológicos.

Lo anterior manifiesta claramente quequien quiera proceder tecnológicamente, aun-que no se dedique a la elaboración de e'nun-ciados nomológicos ni a la construcción deteorías, debe conocerlas y estudiarlas. Peroel interés por las teorías y enunciados nomo-lógicos en el caso del tecnólogo es en funciónde fundar la eficacia de las técnicas que usapara modificar la realidad.

Las técnicas pretenden ser modelos opera-cionales de un proceso de acción eficaz orien-tado a modificar la realidad.

Frente a un modelo de proceso operativose puede intentar un primer esfuerzo explica-torio implicando dicho modelo en una teoríafenomenológica. Un ejemplo de esta actitudes la implicación de las técnicas de enseñanza-aprendizaje en la teoría de Skinner. Pero unafundamentación más estricta requiere impli-car el modelo de proceso de operación enuna teoría interpretativa o representacional,entendida como aquellas que no sólo nos pro-porcionan un conocimiento de cómo se desa-rrolla un proceso, sino de por qué se desarro-lla, es decir, un modelo teorético que nosaclara el "mecanismo" del proceso. Un ejem-plo, tomando nuevamente las técnicas de en-señanza-aprendizaje, sería el de implicar di-cho modelo de proceso de operación en lateoría psicogenética de Piaget.

Lo anterior nos manifiesta la necesidad deque el proceso de enseñanza-aprendizaje deltrabajador social le permita acumular cono-cimiento respecto a las técnicas en cuanto pro-cesos estructurados de operación. Este cono-cimiento debe ser suficiente pero simplifica-do; en otras palabras, debe acceder a los mo-delos de las técnicas pertinentes.

Anteriormente enfatizamos, además, la ne-cesidad de no hacer reduccionismo respecto

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a la acción tecnológica olvidando que la si-tuación es una variable que debe considerarse.Dado que sería empresa imposible tratar dedar conocimiento pleno de todas y cada unade las situaciones en las cuales tendrá queactuar el trabajador social, el proceso de en-señanza-aprendizaje, más que intentar dar eseconocimiento, deberá al parecer proporcionarlos instrumentos que permitan al trabajadorsocial representarse en forma simplificada lacomplejidad de lo real; en otros términos,que le permitan construir un modelo de larealidad en la cual quiere influir.

Esta importancia de los modelos se hace

más patente si se tiene en cuenta que lasteorías, tanto científicas como tecnológicas, serefieren a modelos de la realidad y no a larealidad misma; es al conjunto de propieda-des que se supone responde a entidades rea-les de individuos de una clase -que son losque poseen determinadas propiedades- a loque responde el enunciado nomológico o no-mopragmático.

No es nuestro objetivo discutir los proble-mas de designación y referencia de los enun-ciados científicos, sino simplemente mostrarcómo es indispensable el conocimiento y usode ese instrumento que denominamos, conconsciente polisemia, modelo.

Así, pues, un trabajador social deberá co-nocer y construir modelos y por consecuen-cia el proceso de enseñanza-aprendizaje alcual se lo someta deberá implicar procesosque lo hagan capaz de conocer, construir yusar modelos.

Al construir modelos de objetos y/o pro-cesos de la situación y de los procesos técni-cos que influyen en ella, y al implicar estosmodelos en teorías, el tecnólogo logra fundarla eficacia de su operación.

No se nos oculta que habría que explicitary elaborar mucho más este y otros puntos.Pero nuestro interés es solamente dar cuentadel estado actual de una reflexión en procesoy ofrecerla simplemente como apuntes parauna reflexión sistemática.

* * * *

EN NUESTRO PRÓXIMO NUMERO:

JORGE GISSI El Trabajo Social y Las Ciencias Sociales.

RENATO RUIZ Psicología y Trabajo Social.

ANTOLIN LOPEZ : Ciencias Sociales y Planificación Comunal.

SERGIO GALILEA Planificación y Trabajo Social.

JUAN DE DIOS VIAL Extractos de un Discurso.

... Y OTROS ARTICULOS DE ENORME INTERES!

Además, nuestras secciones habituales de Cine,Libros, Cartas y Actualidad.

r0 -D¿,. r

El trabajo social ¿Tecnología?APUNTES PARA UNA REFLEXION SISTEMATICA

ATALIVA AMENGUALProfesor Instituto de Ciencias

Políticas de la U. C.

INTRODUCCION

Las líneas que siguen dan cuenta de untrabajo que estamos realizando con profeso-res de la Escuela de Trabajo Social en el Ta-ller Experimental de Tecnología Social.

Cuando hablamos de trabajo social lo ha-cemos al mismo tiempo en un sentido generaly en otro específico.

Cuando hablamos de trabajo social nos re-ferimos en general a todas las tecnologías quetienen o modificar la realidad___

cial, así. por ejemp 0 : pedagogía, perio ismo,y también nos referimos específicamente

a la disciplina y profesión denominadas "Tra-bajo Social", cuyos antecedentes históricos sedenominaban "Asistencia Social" y "VisitaSocial".

As:mimo nos parece una buena oportuni-dad para hacer y mostrar el servicio quepueden ofrecer los profesores de metodologíade la ciencia al colaborar en la reflexión conquienes se dedican a una disciplina deter-m.nada.

Finalmente anotamos que hacemos una es-pecial y reiterada referencia a la Revista deTrabajo Social de la Universidad Católica deChile, por cuanto es en la Escuela de TrabajoSocial de dicha Universidad donde, por con-venio con el Instituto de Ciencia Política, ejer-citamos un fecundo diálogo del cual este yotros trabajos dan, en parte, cuenta. No des-conocemos que habría otras revistas que po-drían citarse con igual o mayor propiedad,pero es comprensible que lo más próximo seaobjeto de referencia. Esta referencia a lo pró-

ximo expresa un privilegio comprensible, peroen ningún caso un exclusivismo inexcusable.

Es en este contexto en que nuestra inten-ción y el trabajo mismo se harán inteligibles.

CAPITULO I

EL TRABAJO SOCIAL

COMO DISCIPLINA TECNOLOGICA

1. 1. El Trabajo Social

Con el fin de asegurar una mínima acu-mulatividad y una secuencia a los lectores dela RTS me permitiré recordar algunas propo-siciones hechas en los números anteriores deesta Revista respecto al trabajo social.

Recuérdese además que esas proposiciones,a su vez, se fundaban, y de algún modo re-sumían, los esfuerzos hechos en Chile duranteun largo y complejo período de vida social,de la vida universitaria y de la profesión. 1

Pilar Alvariño señalaba que el Trabajo So-cial pasó "del cumplimiento de una funciónmás bien asistencial, a una función orientadaa capacitar y a organizar a la comunidadpara que asuma una posición participativa enla transformación de la sociedad". 2 Más ade-lante señala que la actividad social del tra-bajador social consistiría en una nueva con-cepción del Trabajo Social, en "actuar ahoracon todos los beneficiarios, adscritoso po-

Alverlflo Pilar. El Proyecto como modelo de acción so.clel, RTS No 11, págine 11.

2 .oc. clt. pág. 12.

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tenciales del sistema, capacitando y motivan- Dentro de esos límites, sin embargo, esdo su incorporación a la toma de decisiones posible ir señalando con cierta seguridad al-que repercuten directamente en el enfoque gunos aspectos:y calidad de los servicios que se les ofrecen".3

En el número anterior de la misma Re- 1) El Trabajo Social es una disciplinavista 4, en parte del documento básico de lareestructuración de la Escuela de Trabajo So- El primero de ellos es que el Trabajo So-cial de la Universidad Católica de Chile, se cial es o por lo menos aspir_ser-unaÁisci-señalas que "el Trabajo Social podría clasi - plina, o en-otras palabris.un rigor institu-ficarse como una tecnología". Más adelante d -li .tratando de especificar esta afirmación se dice En un trabajo anterior 7 intentamos expli-que "enfrenta ym odifipít. JtuacdoneuL£ _ialges, car qué entendíamos por disciplina y porenfoc a-como ur,_touor.ý6 qué la hacíamos sinónimo de rigor institu-

S-e-p-oíd'flnñseleccionar de los mismos artícu- cionalizado, y-dec iamos que lo considei'ba-los citados otros párrafos, pero para nuestros os- rgo-r po-ser -u n ejercicio metódico pleno.objetivos bastan los señalados. Asimnn da que el rigor se ffaní-

Estos esfuerzos de dilucidación manifiestan formaba en la norna conductual de ún gnrpo,el dinamismo de una disciplina y la respon- decíamos que era institucionalizado.sabilidad de los profesionales que la ejerci- El méto-d-ol- eía-os co-m-ou-ñiá ñanera ra-tan. Sin duda estos y otros intentos que po- -4 -e-pr-ce-der respc de-lo-s f óne-s,1odrían mencionarse están dando frutos apre- íne los--y a -atelí_es _en_-tre--e-d-_

ciables para la vida social. fiRe- - --_-_ - -s et m yTeniendo en cuenta todo lo afirmado, es Así, de lo dicho se desprende que cuando

conveniente señalar la necesidad de seguir en decimos que el TrabaioSocial es una disci-esa línea de indagaciones y reflexiones, pues plina, o que intenta serlo, estamos aludiendoa pesar de los aportes lúcidos realizados hasta a que pretende proceder de modo racinnalel presente, aún parecen no estar lo suficien- metódic ñte y hacerlo de manera plena, y,temente claros cuáles sean los objetos, obje-.-----p-r parte, pretende que esta manera detivos y procedimientos del Trabajo Social en proceder sea una norma de conduct&_. mar-el presente. Ello no es característica exclu- tida por quienes se dedican al Trabajo Social.siva de esta disciplina y de la profesión que -de ella se hace. Más aún, es buena señal que 2) El Trabajo Social es una disciplina socialello ocurra, pues manifiesta una sensibilidady dinámica que permiten evitar los anacronis- El segundo aspecto es el que esta.disciplinamos disciplinarios y profesionales y readecuar tiene por objeto "lo social". Este término "so-las actividades humanas a las situaciones ace- cial" está--'i'nsü ici-eñt¿m-ente dilucidado res-leradamente cambiantes de nuestra sociocul- pecto a su contenido conceptual. Así, por ejem-tura. plo, el término, a veces, alude a la "comu-

nidad" 8, o a "todos los beneficiarios, ads-1. 2. El Trabajo Social como disciplina critos y potenciales del sistema" 9; otras veces,

tecnológica el "ámbito de acción va de la política a laadministración y de allí a la comunidad" 10;

Es claro que es empresa riesgosa reflexio- o es una actividad que "se da fundamental-nar sobre un objeto sobre el cual se tiene mente a nivel de las personas y los grupos,conocimiento imperfecto y que por conse- si bien es cierto no podrá desentenderse decuencia es difícil de problematizar dilucidada- la acción a nivel de la estructura social". "mente. Correr ese riesgo es, sin embargo, ine-vitable si no se quiere abandonar la empresade pensar. Así, pues, lo que sigue es más bien 7 Amengual, Ataliva, "RAeflexlón sobre la Tecnología".la búsqueda de caminos, más que un camino. RTS N9 12, pág. 12 (La racionallzaclón de les actividades).

a Alvarlito, Pilar, RTS Ny 11, pág. 12 (Un nuevo enfoquede la profesión).

9 Ibid. pág. 13.3 Loc. clt. página 13. 10 ibid. pág. 14 (La Comunidad).4 RTS N 9-11, 11 Parte del documento básico de la reestructuración dePágina 11. la Escuela de Trabajo Social de la U. Católica. RTS N9 9-10.

6 Loc. clt.-idem. pág. 12 (El objeto de acción del Trabajo Social].

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Se podría aumentar el número de las citas,pero probablemente llegaríamos de todos mo-dos a decir que "tiene un campo de acciónmuy _amplio al igual que la gama de sus fun-ciónes, siendo por lo tanto difícil lograr unadelimitación precisa". 12

Hoy nos parece un indicio que permitiríaencontrar una vía de mayor especificacióncuando se dice que "enfrenta y modifica si-tuaciones sociales enfocándolas como un to-"do".í3

> Las expresiones "situación social" y "comoun todo" parecen ofrecer un buen campo pa-ra el análisis reflexivo que se orienta a deli-mitar el objeto de la disciplina, pues por unaparte se alude a una categoría abstracta quepermite clasificar a los grupos y personas encuanto miembros de grupo y por otro se en-fatiza un modo de enfocar esas entidades co-mo totalidades, lo que por consecuencia exigeuna comprensión compleja. Reiteramos quesólo es un indicio que se nos aparece fecundointuitivamente, pero es eso y nada más. Sólomayor reflexión nos permitiría saber si efec-tivanente lo es.

Lo que sí queda claro es la necesidad dedilucidar el objeto sobre el cual se quiereinfluir y el aspecto bajo el cual se quiere in-fluir sobre él. El intento de elevar el nivel deracionalidad de una actividad no permite ce-jar en ese intento por difícil que aparezcay aquí, sin duda, hay un problema relevantey ciertamente complejo para quienes reflexio-nan sobre la disciplina y la profesión.

3) El Trabajo Social como disciplinatecnológica

Las reflexiones que aquí haremos están fun-dadas en un trabajo publicado en un númeroanterior de la Revista de Trabajo Social 14,por lo tanto, la aclaración o profundizaciónde las proposiciones que aquí haremos pue-den buscarse en él.

El primer punto a subrayar es que el Tra-bajo Social "enfrenta y modifica situacionessociales". 15 El objetivo de la actividad es_modificar la realidad social y, por lo antoíe

2--- bid. pg. 11.

13 Ver referencie 6.' Amenguel, Atalíva, "Reflexión sobre la Tecnología'.

ITS Ng 11.Ver referencia 6.

le puede aplicar todo lo que decimos respectoa las actividades orientadas al hacer. 16 Peroese objetivo modificatorio quiere obtenerse demanera eficaz, lo que exige que la acción searacional, más aún, disciplinada. 17 En otraspalabras, no basta una práctica modificatoriaque se desarrolle por tanteqs, por ensayos deacierto -y exzr, sino que se exigen procedimien-tos no sólo eficientes sino eficaces, es decir,debe ser una actividad técnica. 18

Pero la tendencia por racionalizar las acti-vidades hace que se intente no sólo saber có-mo proceder de manera racional, de manñeYatécnica, sino que seamos impulsados a saberpor qué ese modo de proceder es -eficaz. Nonos basta ser eficaces, requerimos explcar-nos la 'ýící -

Por otra parte, la rapidez de los cambiosde la realidad social hace necesario de ma-nera constante vuiJtc -aasimismo, laacumulación progresiva de distintas técnicasrequiere de criterios para elegir aquellas ade-cuadas a cada situación y propósito. En fin,estas y otras razones que podrían aducirse nosmanifiestan los motivos subyacentes a esabúsqueda, que permita explicarse la eficaciade los procedimientos técnicos que se requie-ren para la modificación de la realidad-social.En otras palabras, nos darán razón de porqué el Trabajo Social se plantea la necesidadde erigirse en disciplina tecnológica. La ne-cesidad de asegurar la eficacia nos lle a aconsiderarel Týraba.qoca c9M tecnal'gía. 19

Hacer del Trabajo Social una actividad nosólo práctica, ni aun sóio.io tecno-

. requerimiento déconstruirun conocimiento tecnológico. Este conocimien-to será una resultante de aplicar el métodocientífico a los - '-- ""pIáIti~~ l problemas ios ue seplanñtean en el "enfrentainiéñto y modifica-ción" de la realidad social.

La aplicación del método de la ciencia alos mencionados problemas generará teoríastecnológicas, reglas fundadas y datos que se-rán a la vez culminación de una etapa y pun-to de partida de otra en un proceso que siem-pre será inacabado, haciendo patente la ne-cesidad permanente de la investigación. Estanecesidad se hace más evidente si se tiene en

16 Amengual, opus. cit. pág. 10.17 Ibid. pág. 12."8 Ibid. pág. 14.19 Ibid. pág. 16.

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cunta que las hipótesis contrastadas y losdatos precisos no son suficientes para asegu-rar el éxito pleno de una acción, pues, en todaacción intervienen muchas otras variables.

Cabría preguntarse si estas reflexiones nopodrían ser calificadas de especulaciones ale-jadas de la realidad del Trabajo Social.

Creemos que nuestras reflexiones no sonsimplemente aplicaciones deductivas, coheren-tes en el mejor de los casos, pero no atin-gentes a la realidad del Trabajo Social.

Nos parece interesante señalar que esfuer-zos como los planteados, por ejemplo, en eltrabajo de Pilar Alvariño ya citado 20 sobre"El proyecto como modelo de acción social",no- aáifiestañ-l-endeiCi-á coñfFuir-unconociaiento t6ecno6gico, puesto que se orien-ta a la coñistruüc i n-de -meos que son el

intrumento áaffIulitó entre la ciencia y atécnica. 21 -

ETiitento que mencionamos se ubica en elnivel de la operación en un complejo caracte-rizado por la política social, el sistema bu-rocrático, la comunidad; y como tal propor-ciona acumulaciones para la construcción deteorías tecnológicas operativas. 2

Asimismo, la Escuela de Trabajo Social dela Universidad Católica de Chile, en su docu-mento de reestructuración, clasifica su que-hacer como tecnología, explicitando cuál esla referencia conceptual del término. 23

De lo dicho puede verse que las reflexionestambién responden a la dinámica concreta,aquí y ahora, de la disciplina y la profesión.

Así pues puede afirmarse la necesidad yla existencia de una búsqueda por constituirel Trabajo Social como tecnología. Esta bús-queda está llevando a pensar en modelos queson los- instrumentos generadores de conoci-miento tecnológico al articular la ciencia yla técnica conpropósito de modificar la rea-lidad social.

En este trabajo no pretendemos analizar loslogros de esta búsqueda, sino hacerla patentey además recalcar la importancia que ellatiene para el futuro disciplinario y profesionaldel Trabajo Social.

20 Ver r1ferencla 1.21 Véase el respecto RTS Ng 12, pág. 20.2 Véase al respecto BUNGE, Marlo, La Investlgación

olentiflca, Edit. AriJl, Barcelona 1969, pág. 634.2 Véase referencia 5.

CAPITULO II

EL TRABAJADOR SOCIAL

Cuando hablamos del trabajador socialempleamos una categoría profesional que abar-ca una multiplicidad de individuos que actúande diversas maneras.

Una observación, no metódica pero atenta,nos permite ver que diversos individuos, to-dos ellos trabajadores sociales, actúan demodos muy diversos. En algunos casos pode-mos observar ciertos comportamientos profe-sionales que se caracterizan más por ser untanteo, un ensayo por acierto s yerroJ y que-nós ha¿e ver al trabajador social como un"práctico" eficiente, pero na -siempre-.eficaz.

Cremos que éste es un efecto retardadode ciertas etapas del desarrollo del TrabajoSocial como profesión y de manera especialde ciertas etapas de la historia del desarrollode las Escuelas de Trabajo Social. Ciertosprofesionales por diversas causas han queda-do fijados en pautas de comportamiento típi-co de una etapa de dicho desarrollo. Estehecho ha ocasionado la necesidad de cursosde "reciclaje".

Otros trabajadores sociales actúan con unamás evidente racionalidad y sus comporta-mientos tienen las características de las con-ductas propiamente técnicas. El avance en lastécnicas sociales ha hecho también necesarioscursos de perfeccionamiento.

En otros casos el trabajador social, pordiferentes motivos, se comporta de manerasemejante al científico social.

Hay casos también en que el comporta-miento del trabajador social aparece casi idén-tico al de un 'activista político.

Sabemos que hemos hecho una esquema-tización que no es, ni pretende ser, exhaus-tiva de los diversos modos de comportamien-to de los trabajadores sociales. Su intenciónes mostrar que hay una pluralidad de estilosde trabajo y que no es fácil encontrar uncomportamiento uniforme ni característico deltrabajador social.

Sin duda ninguna el perfeccionamiento dela disciplina y el desarrollo de las Escuelasde Trabajo Social harán que decrezca estadispersión de comportamientos. De todos mo-dos es necesario tener en cuenta que estadiversidad de comportamientos corresponde auna diversidad de causas y circunstancias.

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Muchas veces el trabajador social ha tenidoque enfrentarse a la realidad social con unaformación que consideraba enfáticamente as-pectos éticos de la vida social, pero que noproporcionaba instrumental técnico. Otras ve-ces el trabajador social recibió conocimientostécnicos abstractos, pero careció de la posibi-lidad de desarrollar habilidades técnicas. Enotras ocasiones observamos trabajadores so-ciales que recibieron una formación técnicatambién a nivel de habilidades, pero que co-rrespondía a técnicas sociales que quizá yaeran relativamente anacrónicas en el momen-to de ser enseñadas y, por lo tanto, de pocautilidad para cuando tuvo que enfrentarsecon la realidad. En otros casos, la formacióntécnica fue adecuada, en cuanto a conoci-mientos, habilidades de técnicas vigentes yútiles, pero restringida a cierto tipo de fun-ciones que desarrolla el trabajador social yque muchas veces no corresponde a la fun-ción que de hecho tal trabajador social tieneque realizar.

Las razones explicativas de estas situacio-nes son múltiples. Lo que interesa destacar esque en todos estos casos, por diversos quesean, el trabajador social, a pesar de haberrealizado esfuerzos -a veces extraordina-^rios-, se encuentra en la imposibilidad deenfrentarse técnicamente con la realidad y porconsecuencia no le queda más alternativa queenfrentarse prácticamente, aunque no sea sudeseo y aunque comprenda lo inadecuado deun enfrentamiento práctico, que lo obliga altanteo. Esta situación es dramática, pues enmuchas ocasiones -quizá las más de lasveces- el trabajador social siente la necesi-dad de capacitarse técnicamente, pero por di-versas causas no tiene oportunidades.

Me cuido pues muy bien de tener una mi-rada displicente para quienes así trabajan;por el contrario, creo que son dignos deaprecio por su constante esfuerzo y merece-dores de tener más oportunidades de perfec-cionamiento de las que suelen tener. Hay qui-zá algunos trabajadores sociales que sí sonun verdadero freno para la disciplina y laprofesión y son aquellos que postulan implí-cita o explícitamente una concepción que de-noncticist" y_ que consiste en des-Preciar la teoría y_la~ t ica-y-- en- afirm• que la "práctica" es lo único que y2IeysEn la mayorta de los casol ,-éít postura en-

cubre una manifiesta ignorancia respecto a lafunción de la teoría o, lo que es peor, se tratade una racionalización de personas intelectual-mente perezosas.

Si a lo anterior se agrega que por una par-te es fundado presumir que el proceso decambios en la sociedad se acelerará y reque-rirá de continuas adaptaciones del compor-tamiento del trabajador social y por otra partese aumentarán y diversificarán las técnicasdisponibles para influir en la vida social, apa-rece claro que aumenta la posibilidad de queel trabajador social se vea reducido a enfren-tamientos prácticos.

Así pues el trabajador social, ara.p___ser eficaz en esta situación, requiere ser ca-paz e¡similar rápidamente j.¿ya.énics,ser ¿-apa- de, discriminar entre técnicas dedesigual eficacia, estar capacitado para elegirentre diversas técnicas de acuerdo al proble-ma de que se trate, y -lo que es más impor-tante- estar prepa1'ado para poder usar lasacumulaciones de las diversas ciencias. Loanterior no parece factible si el trabajadorsocial no logra proceder como tecnólogo.

Si se quiere que el trabajador social noactúe con un enfrentamiento práctico, de en-sayo, si se necesita que actúe técnicamentey más aún que pueda tener capacidad detrascender las técnicas para elegir entre ellaslas más eficaces de acuerdo a los requeri-mientos de la acción en un medio social encambio a veces acelerado, si se requiere quepueda apropiarse de las nuevas técnicas so-ciales que se generan, si todo eso se quiere,es necesario -cmo decíamos- que tras-cienda la técnica y proceda como tecnólogo.

Pero trascender un determinado tipo decomportamiento requiere de un análisis delcomportamiento que debe ser trascendido, delos comportamientos que se postulan trascen-dentes y de los mecanismos que hacen posi-ble pasar de un tipo de comportamiento aotro.

Por economía hablamos de comportamien-tos técnicos, suponiendo que ello comunicaadecuadamente lo que pensamos. Sin embar-go, la polisemia de ciertos términos muy usua-les produce equívocos que es necesario evi-tar. Por eso trataremos de explicitar el re-ferente conceptual al que aludimos cuandousamos la palabra técnico. Además de unadilucidación del lenguaje, obtendremos una

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descripción que nos proporcionará una refe-rencia, al estilo de un "tipo-ideal" weberiano,que nos permita tipificar los diversos compor-tamientos observables en la actividad de lostrabajadores sociales en terreno.

Dejando ya de un lado un proceder mera-mente "práctico", nos concentraremos en lasconductas técnicas de los trabajadores socia-les, no desconociendo que en el ejercicio pro-fesional muchas veces y por distintos moti-vos se entremezclan conductas "prácticas" ytécnicas.

Cuando calificamos de técnica a una con-ducta aludimos a cierto tipo de procedimien-to regulado, es decir, que obedece a ciertaregla. Vemos que el individuo realiza "unnúmero finito de actos en un orden dado ycon un objetivo también dado". 24 En generala un proceder se lo califica de técnico cuandoobedece a un conjunto coherente de reglasde procedimiento que conducen a un fin pre-viamente determinado.

Cuando observamos a un técnkopp, lo vemosutilizar técnicas con do'flñes o, si se quiere,con dpsg-,objetivos fundamentales: para -.cer.parahace. Pero en general el técnicoaplica reglas cuyo fundamento ignora. Mani-pula la realidad -en nuestro caso, la realidadsocial- y si sus técnicas son adecuadas, mo-dificará eficazmente la realidad, y fundada-mente concluiremos que sabe cómo hacer lascosas. Cuando evaluamos una acción técnica,medimos la adecuada aplicación que el téc-nico hace de la regla o conjunto de reglas.

A menudo observamos que el ejercicio rei-terado de una técnica hace que el profesionallogre elevados niveles de eficacia en su pro-ceder. Pero también, junto a las anterioresobservaciones, podemos constatar que el ejer-cicio reiterado conlleva a una estereotipia enla acción a una rigidez en el actuar. Por unaparte el técnico llega a niveles óptimos deeficacia en su tarea, pero al precio de restrin-girse a la técnica que usa.

Este fenómeno, sin duda, es común a todoslos procesos de especialización. Creo que eraOrtega y Gasset quien decía que por la víade la especialización el hombre terminaba sa-biendo muchísimo de casi nada.

El aceleramiento de los cambios sociales yel más rápido aparecimiento de nuevas técni-

24 BUNGE, Mario, op. clt., pág. 694.

cas plantean una situación muy crítica para eltécnico social. Es así como observamos queeste técnico -y en otras actividades sucedelo mismo- como consecuencia de la especia-lización de sus conductas en el ejercicio deuna técnica queda cristalizado en procedi-mientos que, frente a los cambios sociales ytécnicos, aparecen rápidamente anacrónicos.Dado que el técnico sabe cómo manfpular--eficazmente la realidad pero ignora los fun-damentos que dan razón de esa eficacia, seencuentra con las alternativas de mantenerseen el mercado de trabajo operando con téc-nicas anacrónicas, de quedar fuera del mer-cado, de operar como "práctico", o finalmen-te de adquirir nuevas técnicas.

Suponiendo que la única alternativa acep-table sea la última, nos encontramos con nue-vos problemas.

Por una parte, el técnico tratará de capaci-tarse para operar con otro conjunto de reglas.Normalmente tendrá que elegir entre diversasalternativas frente a las cuales, por su forma-ción técnica, no tendrá criterios racionalesque le permitan elegir entre diversas técnicas.Sin duda, la experiencia acumulada y unabuena intuición le permitirán, de manera re-lativamente azarosa, decidir qué nueva téc-nica aprender.

Dado que la mayor parte de las técnicasnuevas que usamos se originan y desarrollanen culturas ajenas y, a veces, muy distintasa la cultura del técnico en cuestión, la "modatécnica" del país donde se origina la técnicatendrá una gran influencia en la decisión, ylas técnicas locales existentes en su propiacultura serán descartadas, a veces, sin consi-deración aunque pudiesen ser las más adecua-das si se las considerase.

De todos modos el técnico adquirirá unatécnica nueva hoy y aquí pero anacrónicaquizá ya hoy en el país donde se originó ysin duda en un mañana no tan lejano aquítambién.

Por otra parte sucede, a veces -y desgra-ciadamente no con poca frecuencia en técnicasocial- que, dada la situación de dependen-cia que se ha creado entre el hombre y latécnica que usa, el profesional frecuentemen-te, aunque de modo inconsciente, querrá re-ducir forzadamente los problemas a dimensio-nes que sean manipulables con las técnicasde que dispone, y así lo que debería ser un

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instrumento eficaz se transforma en origen deuna conducta ineficaz por no atender a larealidad, sino a una arbitraria reducción dela realidad.

Por otra vía podemos comprobar que eltécnico, en cuanto sujeto que opera con reglaseficaces, se transforma en profesional ineficazpor ser su conocimiento un conocimiento re-ducido al "cómo" operar.

Frente a diversas técnicas o a nuevas téc-n¤cas es necesario compararlas con el criteriode la eficacia.

Habitualmente se confunde la eficiencia deuna técnica con la eficacia. En realidad todaslas técnicas son eficientes, pero que sean efi-caces es otro asunto. Una técnica hoy aquíeficaz puede dejar de serlo allá o mañana.Una técnica es eficaz mientras no haya otroprocedimiento regulado para obtener el mis-mo objetivo, en el menor tiempo, con el me-nor costo y de manera óptima.

A veces la convicción de la eficacia de latécnica que se usa es función de la ignoranciade las demás técnicas.

Pero aun en el caso ideal de un técnicoóptimamente informado de todas las técnicasexistentes, el problema de la elección no po-dría solucionarse con esa nueva información.Juzgar de las técnicas es una acción meta-técnica, por cuanto trasciende el nivel de latécnica y tiene a la técnica como objeto.

Los técnicos suelen diferenciarse respectodel conocimiento que poseen de las técnicas.

Un primer grupo es el que sólo conoce lastécnicas que usa y, por .lo tanto, no puede

ifin.arú otra cosa.que la eficiencia de sustécnicas, No puede afirmar la eficacia, porcuanto ello significa poder hacer un juiciocomparativo entre todas las técnicas perti-nentes conocidas, analizándolas desde el pun-to de vista de su capacidad para obtener demanera óptima un objetivo, en el menor tiem-po y con el menor costo.

Un segundo grupo es el que, conociendoel conjunto de técnicas, disponibles adecuadasal objetivo_ puede compararlas con el criteriode la eficacia y jerarquizarlas de acuerdo a

-él. Este nivel sólo requiere saber cuáles sonlos tiempos, costos y grado de logro del ob-jetivo.

Una técnica está en función de la eficaciaen obtener un objetivo. El objetivo se da enuna situación espacio-temporal; es una modi-

ficación a producir en una situación concretay, por lo tanto, esa situación debe tenerse encuenta para elegir la técnica.

Así pues la eficacia de una técnica sólopuede afirmarse füdadamente teniendo encuenta la situación concreta. Una manera ade-cuada de comparar varias técnicas es dejarconstante la situación concreta que sirve dereferencia y aplicarles el criterio de eficacia.El juicio que se siga sólo es válido en la me-dida que permanezca constante la situación.

Cuando distintas técnicas son aplicadas asituaciones distintas no son comparables si nose introduce la variable de situación ademásde las de tiempo, costo y logro del objetivo.

Uno de los errores que a veces se cometenconsisten en aplicar técnicas eficaces en una si-tuación a otra situación distinta y por supues-to suele observarse que la técnica supuesta-mente eficaz es ineficaz.

Suele suceder también que, habiéndose ope-rado con una técnica eficaz en una situación,se la use en otra situación y no se evalúenlos resultados de su aplicación por cuanto sela sabe eficaz.

Este pensamiento simplista implica consi-derar que hay un solo tipo de situación, igno-rar que las situaciones son distintas y nodarse cuenta que la situación es una variableque incide en un análisis de la eficacia de latécnica. Es un "fideísmo técnico" y es otraforma de reduccionismo arbitrario.

El máximo aprovechamiento posible de unatécnica equivaldría a saber todas las situacio-nes posibles en que una técnica puede seraplicada haciendo eficaz la acción. Pero untécnico no tiene este conocimiento. En elmejor de los casos sabe proceder regulada-mente en cierto número de situaciones prede-finidas. Si la situación que se le presenta noestá dentro de las predefinidas no puede ac-tuar técnicamente. A lo más extrapolará aesta nueva situación técnicas que ha usadoen otras situaciones, o procederá de modo"práctico" por ensayos, o, en el caso de serprudente, se declarará incompetente.

Y precisamente el máximo aprovechamien-to del conocimiento técnico nos lleva a pre-guntarnos acerca de cómo saber el universoposible de situaciones en las cuales es posi-ble usar eficazmente los procedimientos téc-nicos.

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Una primera respuesta a esta pregunta sue-le consistir en señalar que el éxito repetidode aplicación de una regla es el modo desaber cómo puede ser aprovechada. Sin em-bargo, se hace patente que muchas reglas nofuncionan en algunas situaciones aparentemen-te iguales y ello conduce a una perplejidadfrente a su eficacia. Se requiere poder saberque la regla, o conjunto de reglas, operaráeficazmente siempre en determinadas circuns-tancias; de lo contrario, caeríamos en una si-tuación azarosa no aceptable para operacionesconcretas que deben ser eficaces.

Así pues el mero criterio de éxito no essuficiente para afirmar racionalmente la efi-cacia de una regla o de una técnica.

La segunda respuesta es la que afirma quela manera racional de afirmar la eficacia y eluniverso de eficacia de un procedimiento téc-nico es fundar las reglas o conjunto de ellasen leyes científicas.

No olvidándonos que la preocupación queorigina tanto la primera como esta segundarespuesta es maximizar el aprovechamientodel conocimiento técnico, que lo que se buscaes poder afirmar con probabilidad aceptableque -dada una determinada situación- unatécnica determinada será eficaz para obtenerun objetivo predefinido, podemos emprenderel sentido de esta segunda respuesta.

Por una parte tenemos una técnica que seexpresa en enunciados pragmáticos que indi-can una operación regulada en el sentido queya le atribuimos.

Por el lado de la técnica tenemos una cons-tancia expresada por el enunciado pragmáti-co. Pero por el lado de la situación real a laque 'hay que aplicar la regla o la técnica, ¿esposible establecer constancias que permitanconstruir una ecuación entre la realidad y laoperación técnica que aseguren que esta úl-tima será eficaz?

Precisamente las leyes, o más precisamen-te los enunciados nomológicos, son los quenos permiten dar una respuesta a esa pregun-ta, por cuanto afirman relaciones constantesentre variables; o en otras palabras, dan cuen-ta de esquemas objetivos, de estructuras dela realidad. Las leyes nos permiten saber loque ocurrirá o puede ocurrir y por lo tantonos permiten saber cuál es el tipo de influen-cia que deberíamos realizar si quisiésemos ob-tener un efecto que no ocurriría según el cur-

so normal de un determinado proceso natu-ral o social.

Sabiendo cuál es el tipo de influencia re-querido, podemos elegir entre los procedimien-tos técnicos disponibles, seleccionando aquelque sea más eficaz, es decir, que nos permi-ta influir en modificar la realidad a través deuna operación que nos exige el menor tiem-po, el menor costo, para obtener de maneraóptima el objetivo.

Así, a través de este procedimiento, he-mos fundado las reglas de operación en le-yes científicas. De la articulación de los enun-ciados pragmáticos (enunciados de reglas) yde los enunciados nomológicos (enunciadosde leyes) hemos obtenido un enunciado prag-mático fundado en conocimiento científico, esdecir, un enunciado nomopragmático (enuncia-do de una regla tecnológica).

Así el trabajador social, conociendo la cons-tancia entre variables que dan cuenta de pro-piedades del proceso u objeto social sobre elque quiere influir, se -hace capaz de usar téc-nicas distintas, equivalentes o análogas encuanto a su eficacia, respecto de una mismasituación, y también se hace capaz de poderusar una misma técnica eficaz para situacio-nes distintas en determinados aspectos peroiguales en cuanto a su estructura, es decir, encuanto a la relación entre las variables que ex-presan iguales propiedades.

De este modo el técnico, al transformarseen tecnólogo, se libera de la estereotipia obli-gada y supera los reduccionismos arbitrariosa los cuales aludíamos.

CAPITULO III

LA ENSEÑANZA-APRENDIZAJE DELTRABAJADOR SOCIAL

Si es necesario que el trabajador social pro-ceda como tecnólogo, surge inmediatamentela pregunta de cómo obtener ese tipo de com-portamiento. Esta pregunta nos remite a losprocesos de enseñanza-aprendizaje, pues es através de ellos como se logra que las perso-nas actúen de modo habitual de acuerdo adeterminadas pautas de conducta.

No se nos oculta que si los objetivos, ob-jetos y procedimientos del trabajador social

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no están claros, es difícil descr:bir el rol deltrabajador social, y ello tiene importancia, puesdicho rol es la referencia para elaborar lascorrespondientes curricula y evaluarlas. Perosi bien lo que acabamos de decir es cierto,no deja también de ser cierto -como trata-mos de mostrarlo en el capítulo I- que hayalgunos aspectos claros que nos permiten ilu-minar el problema de la enseñanza aprendiza-je del trabajador social.

Si nuestras apreciaciones del capítulo IIson adecuadas, estaría claro que el trabaja-dor social debería ser capaz de comportarsecomo tecnólogo, de lo cual se sipue que elproceso de enseñanza-aprendizaje deberíaorientarse a obtener dicho tipo de comporta-miento.

Este punto se hace evidente si el trabaja-dor social se forma en una universidad quesea tal, pues en ese caso el comportamientodebe ser el de un universitario que se dedicaal trabajo social, y por lo tanto le es inheren-te ser capaz no sólo saber cómo actuar en larealidad social sino también ser capaz de darfundamento racional a su acción.

Hay aspectos comunes a todo proceso deenseñanza-aprendizaje tecnológico, de los cua-les participa un enfoque tecnológico del tra-bajo social.

Estos aspectos comunes operan como crite-rios para la elaboración de cualquier curricu-lum que pretenda obtener comportamientostecnológicos. Nos parece de primera impor-tancia el poder dilucidar los criterios que per-mitan afirmar que un determinado proceso deenreñanza-aprendizaje asegura obtener com-portamientos tecnológicos.

Sin duda alguna un proceso de enseñanza-aprendizaje que t:ene por objetivo lograr com-portamientos tecnológicos del sujeto que estásometido a dicho proceso exige obtener delsujeto un comportamiento racional habitual lomás pleno posible, es decir, un comportamien-to riguroso. Como es obvio, si el objetivo es elrigor, o si se quiere el ejercicio habitual ple-no del método, dicho proceso debe ser élmismo riguroso.

Se desprende de lo anterior que la raciona-lidad y metodicidad son requisitos de la es-tructura del currículum respecto a sus conte-nidos y procedimientos.

Dentro del conjunto de posibles procedi-mientos racionales, interesa, cuando deseamoscomportamientos tecnológicos, enfatizar aquel

procedimiento racional que es el método ge-neral de la ciencia, por cuanto el tecnólogotiene que habérselas no sólo con ideas sinotambién con los hechos.

El método llamado científico es el proce-dimiento racional tanto de la ciencia comode la tecnología.

Señalemos que el método de la ciencia pre-supone los principios de la lógica que usa co-mo instrumento.

El método científico es la estrategia de ac-ción común a científicos y tecnólogos.

De lo anterior se siguen criterios que hande aplicarse para la toma de decisiones res-pecto al currículum del tecnólogo, y quedade manifiesto que un currículum orientado alograr conductas tecnológicas requiere contem-plar en sus contenidos y procedimientos elmétodo científico y su instrumento: la lógica.

La necesidad de acrecentar la precisión exi-girá también tener igual consideración res-pecto a los procedimientos matemáticos. Comola mayoría de las decisiones prácticas que tie.ne que tomar un trabajador social se deberánformular a partir de evidencias o conocimien-tos incompletos o limitados requiere a su vezde conocimiento y capacidad de operar conla estadística, concebida como una rama es-pecial de las matemáticas, que procura unanálisis lógico del problema de inferir conclu-siones a partir de evidencias incompletas.

Así pues de las exigencias de racionalidady rigor implicadas en el objetivo tecnológicode un proceso de enseñanza-aprendizaje sedesprende la necesidad del método de la cien-cia y de sus instrumentos lógicos y matemáti-cos como elementos constitutivos de cualquiercurrículum que quiere ser funcional a dichoproceso.

Pero afirmar esta necesidad no significa su-poner que el trabajador social deba ser uncientífico. Una cosa es proceder con el méto-do de la ciencia y otra, ser un científico. Elcientífico trata de acumular conocimiento teó-rico-empírico sobre la realidad, objetivo queno es el que se propone un tecnólogo, quienbusca modificar eficazmente la realidad.

El científico busca acumular el máximo po-sible del conocimiento acerca de la realidad,sin tener necesariamente una preocupación in-mediata por las modificaciones de la realidadque podrían lograrse con ese conocimiento;mientras que el tecnólogo tiene como objetivonecesario e inmediato modificar la realidad

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eficazmente, lo que lo induce a usar el mí-nimo de conocimiento requerido para un má-ximo de eficacia.

Las conductas tecnológicas son el objetivodel proceso de enseñanza-aprendizaje sobre elque nos interesa reflexionar. Se trata en otraspalabras de lograr un conocimiento y uncomportamiento que actualicen de manera ade-cuada las normas establecidas de comporta-miento humano con eficacia y en cualquiersituación en que el sujeto actúe en cuanto tra-bajador social. Precisamente ese logro, comohemos visto, requiere fundar las reglas técni-cas en leyes científicas.

Pero fundar las reglas técnicas en leyescientíficas implica conocer las leyes científi-cas. Primer requisito para conocer estas ideasde la ciencia que son sus leyes es compren-der el lenguaje en que se expresan. Así puesel conocimiento y la capacidad de uso del len-guaje de las ciencias en las cuales podemosfundar las reglas técnicas que usa para su ac-ción el trabajador social aparecen como un ele-mento que debe ser contempledo necesaria-mente en un currículum que pretenda ser fun-cional para un proceso de enseñanza-aprendi-zaje con objetivo tecnológico. Téngase encuenta que los lenguajes científicos son poli-sistemas linguales y que muchas veces unabuena comunicación científica exige el apren-dizaje de idiomas extranjeros implicados enel polisistema lingual de la ciencia, así, porejemplo, actualmente, la capacidad de lectu-ra en inglés aparece como conveniente, y qui-zá necesaria para quien quiere estar adecuaday oportunamente informado sobre las acumu-laciones de la ciencia, la tecnología y la téc-nica.

Así los idiomas, junto a la lógica y lasmatemáticas aparecen como instrumentos in-dispensables que el trabajador social tieneque conocer y manejar adecuadamente si quie-re lograr un nivel tecnológico en su acción.

Es conveniente, sin embargo, enfatizar quehemos dicho que el trabajador social en cuan-to tecnólogo debe conocer los enunciados no-mológicos (leyes) que las disciplinas científi-cas pertinentes a su quehacer han acumulado.

En ningún momento hemos afirmado quedebe formular los enunciados nomológicos(leyes). Esa formulación es propia del cien-tífico. Sin embargo, esta afirmación no debe

obscurecer la necesidad de conocer la teoríaen que se articulan las leyes de que se trate.

Si se quiere entender un enunciado nomo-lógico (una ley), hay que entender el lengua-je en el cual se enuncia. Ahora bien, sabemospor la lingüística que el signo y la significa-ción (significante + significado) de los tér-minos usados no son discernibles fuera delcontexto.

En nuestro caso, la teoría es el contextoque permite discernir la significación de lostérminos usados para construir los enuncia-dos nomológicos.

Lo anterior manifiesta claramente quequien quiera proceder tecnológicamente, aun-que no se dedique a la elaboración de enun-ciados nomológicos ni a la construcción deteorías, debe conocerlas y estudiarlas. Peroel interés por las teorías y enunciados nomo-lógicos en el caso del tecnólogo es en funciónde fundar la eficacia de las técnicas que usapara modificar la realidad.

Las técnicas pretenden ser modelos opera-cionales de un proceso de acción eficaz orien-tado a modificar la realidad.

Frente a un modelo de proceso operativose puede intentar un primer esfuerzo explica-torio implicando dicho modelo en una teoríafenomenológica. Un ejemplo de esta actitudes la implicación de las técnicas de enseñanza-aprendizaje en la teoría de Skinner. Pero unafundamentación más estricta requiere impli-car el modelo de proceso de operación enuna teoría interpretativa o representacional,entendida como aquellas que no sólo nos pro-porcionan un conocimiento de cómo se desa-rrolla un proceso, sino de por qué se desarro-lla, es decir, un modelo teorético que nosaclara el "mecanismo" del proceso. Un ejem-plo, tomando nuevamente las técnicas de en-señanza-aprendizaje, sería el de implicar di-cho modelo de proceso de operación en lateoría psicogenética de Piaget.

Lo anterior nos manifiesta la necesidad deque el proceso de enseñanza-aprendizaje deltrabajador social le permita acumular cono-cimiento respecto a las técnicas en cuanto pro-cesos estructurados de operación. Este cono-cimiento debe ser suficiente pero simplifica-do; en otras palabras, debe acceder a los mo-delos de las técnicas pertinentes.

Anteriormente enfatizamos, además, la ne-cesidad de no hacer reduccionismo respecto

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a la acción tecnológica olvidando que la si-tuación es una variable que debe considerarse.Dado que sería empresa imposible tratar dedar conocimiento pleno de todas y cada unade las situaciones en las cuales tendrá queactuar el trabajador social, el proceso de en-señanza-aprendizaje, más que intentar dar eseconocimiento, deberá al parecer proporcionarlos instrumentos que permitan al trabajadorsocial representarse en forma simplificada lacomplejidad de lo real; en otros términos,que le permitan construir un modelo de larealidad en la cual quiere influir.

Esta importancia de los modelos se hacemás patente si se tiene en cuenta que lasteorías, tanto científicas como tecnológicas, serefieren a modelos de la realidad y no a larealidad misma; es al conjunto de propieda-des que se supone responde a entidades rea-les de individuos de una clase -- que son losque poseen determinadas propiedades- a loque responde el enunciado nomológico o no-mopragmático.

No es nuestro objetivo discutir los proble-mas de designación y referencia de los enun-ciados científicos, sino simplemente mostrarcómo es indispensable el conocimiento y usode ese instrumento que denominamos, conconsciente polisemia, modelo.

Así, pues, un trabajador social deberá co-nocer y construir modelos y por consecuen-cia el proceso de enseñanza-aprendizaje alcual se lo someta deberá implicar procesosque lo hagan capaz de conocer, construir yusar modelos.

Al construir modelos de objetos y/o pro-cesos de la situación y de los procesos técni-cos que influyen en ella, y al implicar estosmodelos en teorías, el tecnólogo logra fundarla eficacia de su operación.

No se nos oculta que habría que explicitary elaborar mucho más este y otros puntos.Pero nuestro interés es solamente dar cuentadel estado actual de una reflexión en procesoy ofrecerla simplemente como apuntes parauna reflexión sistemática.

* * * *

EN NUESTRO PROXIMO NUMERO:

JORGE GISSI El Trabajo Social y Las Ciencias Sociales.

RENATO RUIZ Psicología y Trabajo Social.

ANTOLIN LOPEZ Ciencias Sociales y Planificación Comunal.

SERGIO GALILEA Planificación y Trabajo Social.

JUAN DE DIOS VIAL Extractos de un Discurso.

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