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DEFINICIÓN: El trastorno de

negativista desafiante (TND) se

define por un patrón recurrente

de conducta desafiante,

desobediente y hostil dirigido a las

figuras de autoridad que persiste por lo menos seis meses.

Los comportamientos habituales son quejas, llanto,

discusiones, gritos, entre otros. La

conducta negativista está asociada a una

baja autoestima, poca tolerancia a la

frustración, mala relación con amigos y eventualmente bajo

rendimiento académico.

La teoría indica que la agresividad e

impulsividad de los niños es un reflejo de esta

tendencia oculta en los padres. Lo que quiere decir, que todos los

padres tienden a proyectar algo sobre los hijos, sus necesidades,

sus deseos, sus carencias, sus frustraciones y

aspectos inaceptables de su propia personalidad.

En este sentido Spelling (1988) explica, que cuando

los padres de manera inconsciente identifican al

niño con un hermano odiado o con una parte objetable de su propia

personalidad, el resultado es un grave desorden de la

conducta del niño, que a menudo llega a un comportamiento extremadamente

destructivo y autodestructivo.

Algunos niños muy inseguros adoptan una actitud retadora y hostil ante el comportamiento imprescindible y explosivo de sus padres, por medio de su conducta provocativa y negativista, tratan de provocar en ellos la reacción que más temen.

La energía que se desgasta es en la desvalorización del otro.

MECANISMOS DE DEFENSA Escisión Renegación: berrinches, rabia. Esta

furioso porque le ponen limites y sabe que con berrinches logra lo que quiere.

Racionalización

intelectualización

Yo: debilitado debido a la dinámica familiar y carencia de afecto.

Ello: la agresión es externalizada sin filtro. En primer lugar hacia sus primeras figuras, pero luego el síntoma se extiende hacia toda figura que represente autoridad y a sus compañeros.

Superyo: no hay expresión de remordimiento o culpa por su comportamiento agresivo, incluso culpa a otros de su comportamiento.

Los problemas comienzan cuando los niños tienen entre 1 y 2 años y medio de edad. Los niños y adolescentes desarrollan este trastorno por haber tenido dificultades para aprender a separarse de su figura de apego primaria y desarrollar habilidades autónomas.

Para Mahler, esto equivaldría a que el niño no concluyó con la subfase de consolidación y constancia de objeto.

Las malas actitudes características del trastorno se consideran una continuación de las cuestiones normales durante el desarrollo que no fueron resueltas adecuadamente en los primeros años de vida. Según la Teoría del Apego de John Bowlby,, un apego seguro en el niño hará que su desarrollo personal sea optimo y adecuado.

La agresividad estaría ligada entonces con el displacer, el dolor, etc. y sería aliada de la pulsión de muerte que habita en cada sujeto.

La conducta del niño con TND supone un desgaste de energía muy grande, que es evidentemente visible para conservar su estructura narcisista (energía tanática: destruyo al otro para que no me destruya): › Pierde los estribos con frecuencia› Discute con adultos frecuentemente› Desafía activamente o rehúsa acatar las

peticiones o reglas de los adultos, con frecuencia› A menudo deliberadamente irrita a los demás› A menudo culpa a otros de sus errores o mala

conducta› Con frecuencia aparece enojado y resentido› Con frecuencia se muestra rencoroso o vengativo

Los niños agresivos muestran serias dificultades para

reconocer y nombrar sus sentimientos y tienden a

sobregeneralizar y a confundir el enojo con otros estados afectivos

como la tristeza. La dificultad para discriminar las

emociones, supone, a su vez, una pobre capacidad

para empatizar.

Inconsciente: pulsión de muerte presente en el niño manifestada por medio de los principales síntomas. También influye el hecho de que el trastorno puede aparecer después de un hecho traumático: accidente, enfermedad, muerte, etc.

El niño negativista desafiante pueden presentar enuresis, encopresis, mutismo selectivo,

evitación a la escuela, baja tolerancia a la frustración y trastorno del sueño y de la alimentación. Cuando se convierte en un

problema crónico el oposicionismo interfiere en las relaciones interpersonales, la persona se

aísla.

Un inicio temprano suele ser indicio de futuros trastornos de conducta. La presencia del trastorno es más común en familias en las que existe un problema en la relación de pareja, o en las que alguno de los progenitores posee una historia de Trastorno de Conducta, Trastornos del Humor, de la Hiperactividad o de la Personalidad Antisocial.