El triunfo de Evo Morales -...

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I El triunfo de Evo Morales: una visión histórica Mario Torrico Terán el triunfo electoral de Evo Morales en Solivia ha sido objeto de miiltiples aná- lisis en las illtimas semanas en periódicos, revistas y cadenas televisivas de diver- sos países y regiones. Desde columnistas hasta latinoamericanólogos intentan ex- plicar el ascenso a la silla presidencial del primer indígena en la región después de Benito Juárez. Algunos expresan que la victoria de Morales se debe al fracaso de las reformas económicas neoliberales iniciadas en 1985 y, ubicando el caso bolivia- no en un contexto latinoamericano de descontento general por la pobreza y desi- gualdad acrecentadas a partir de la aplicación del pacjuete de reformas contenidas en el Consenso de Washington, sostienen cjue la victoria del líder cocalero bolivia- no es una más de la ola de triunfos electorales de izquierda que estaría conforman- do un contrapeso regional a la influencia de Estados Unidos y a su intento por conformar el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Hugo C>háve/., Eula Da Silva, Néstor Kirchner, Tabaré Vásqucz, Evo Morales y Michelle Bachclet constituirían, en consecuencia, una nueva generación de líderes dispuestos a en- frentar el poderío norteamericano y a efectuar un giro social en las políticas econó- micas de sus países. Esta visión suele venir acompañada de un exagerado opti- mismo que desemboca en euforia y éxtasis en todos aquellos que durante años levantaron la \oz contra los supuestos efectos perversos del libre mercado y que vislumbran el regreso del Pastado al ámbito económico, un regreso que, sin embar- go, estaría marcado por las lecciones que dejó la desmedida intervención estatal de los sesenta y setenta, por lo c|ue perciben que obser\ aremos una inter\ ención más moderada. 59

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    El triunfo de

    Evo Morales: una visin histrica

    Mario Torrico Tern

    el triunfo electoral de Evo Morales en Solivia ha sido objeto de miiltiples an- lisis en las illtimas semanas en peridicos, revistas y cadenas televisivas de diver- sos pases y regiones. Desde columnistas hasta latinoamericanlogos intentan ex- plicar el ascenso a la silla presidencial del primer indgena en la regin despus de Benito Jurez. Algunos expresan que la victoria de Morales se debe al fracaso de las reformas econmicas neoliberales iniciadas en 1985 y, ubicando el caso bolivia- no en un contexto latinoamericano de descontento general por la pobreza y desi- gualdad acrecentadas a partir de la aplicacin del pacjuete de reformas contenidas en el Consenso de Washington, sostienen cjue la victoria del lder cocalero bolivia- no es una ms de la ola de triunfos electorales de izquierda que estara conforman- do un contrapeso regional a la influencia de Estados Unidos y a su intento por conformar el rea de Libre Comercio de las Amricas (ALCA). Hugo C>hve/., Eula Da Silva, Nstor Kirchner, Tabar Vsqucz, Evo Morales y Michelle Bachclet constituiran, en consecuencia, una nueva generacin de lderes dispuestos a en- frentar el podero norteamericano y a efectuar un giro social en las polticas econ- micas de sus pases. Esta visin suele venir acompaada de un exagerado opti- mismo que desemboca en euforia y xtasis en todos aquellos que durante aos levantaron la \oz contra los supuestos efectos perversos del libre mercado y que vislumbran el regreso del Pastado al mbito econmico, un regreso que, sin embar- go, estara marcado por las lecciones que dej la desmedida intervencin estatal de los sesenta y setenta, por lo c|ue perciben que obser\ aremos una inter\ encin ms moderada.

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    Por otro lado, hay quienes con miedo y pesimismo proyectan un futuro negro para la regin, signado por la re-estatizacin de la economa y por la proliferacin de restricciones democrticas de la mano de lderes populistas autoritarios que aprovechan el descontento popular para perpetuarse en el poder, y cuya expresin tpico-ideal la constituira Hugo Chvez. Finalmente, se pueden apreciar anlisis que asumen que el triunfo de Morales significa la inclusin democrtica de los grupos minoritarios (en el caso boliviano de los grupos mayoritarios) tras 500 aos de humillacin y desprecio.

    Dada la complejidad de la sociedad boliviana," considero que los anlisis que adoptan los enfoques anteriores ofrecen explicaciones parciales y muy limitadas. Ningimo de los pases hoy gobernados por lderes de izquierda haba enfrentado el riesgo de su disolucin; en ninguno de ellos se puso siquiera en entredicho la existencia misma del Pastado; asimismo, ninguno de estos lderes de izquierda debe afrontar la tarea de reconstruir no slo el sistema poltico sino tambin las es- tructuras c instituciones estatales, y en ninguna de estas naciones el problema t- nico es un tema de debate relevante. Por ello, el triunfo electoral de Evo Morales no puede considerarse como uno ms en la ola de victorias de la izquierda latino- americana (si es que algo as existe). Un anlisis sobre lo que viene ocurriendo en Bolivia debe ir ms all de la simple dicotoma Estado-mercado y de los efectos de determinada orientacin econmica. De la misma forma, encuentro difcil de

    creer que el resultado de una contienda electoral marque el fin del racismo exis- tente en las lites polticas y econmicas bolivianas y de sus prcticas excluyentes.

    De forma contraria a lo que ingenuamente puede pensarse, los indgenas no aparecen en la esfera pblica con Evo Morales o con el movimiento cocalero orga- nizado en los noventa; es ms, nunca estuvieron ausentes en las luchas sociales, en

    la Guerra Federal, en la cada del Estado oligrquico o en la Revolucin nacional. Si bien no tuvieron acceso a las estructuras de poder y las estructuras sociales y estatales los marginaban, s participaron en los cambios histricos que atraves Bolivia, y su participacin no se redujo al acarreo de una masa desorganizada. Sin embargo, la principal novedad que este periodo nos muestra es que por primera

    ' Este aspecto ha sido resaltado por diversos autores a travs de distintos trminos, talos como smielad ahiffirrada 'C//3SCU., 1988), opluri-multi(Totimx), IW.^) y cX'entu eslnuluriil{V.Mcum y L,a Serna, 199.S).

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    vez este sector toma la vanguardia en la conduccin poltica de un movimiento (ci Movimiento al Socialismo-MAS) con una retrica discursiva que posibilita la ads- cripcin y apoyo de amplios sectores urbanos no indgenas, lo que le permite al- canzar la mayora absoluta de votos por primera vez en la historia de la democra- cia competitiva boliviana. Gracias a ello Morales pudo asumir la presidencia sin tener que negociar un acuerdo congresal con otras fuerzas polticas.

    Con el fm de ofrecer una visin de la victoria de Evo Morales no limitada por el contexto coyuntural actual, este artculo expone de manera breve las luchas so- ciales y su influencia en la conformacin del poder estatal boliviano, lo que nos revelar que el triunfo electoral del MAS representa un quiebre histrico que da fin a una estructura estatal y de poder e inaugura otra. ste, sin embargo, no es el primer momento de ruptura, puesto que la historia de Bolivia nos muestra un pa- trn histrico cclico en el que un bloque de poder configura durante un periodo prolongado una estructura estatal que tiende a agotarse y, luego de un proceso de crisis general y conflicto, es sustituida por otra en la que un nuevo bloque de po-

    der se consolida. Vistos globalmente, estos quiebres revelan una larga lucha por la apertura de las estructuras polticas y econmicas de Bolivia, y la victoria de Evo Morales es un captulo adicional en este proceso histrico.

    EL ESTADO OLIGRQUICO

    A principios del siglo XX Bolivia tena, segn el censo de 1900, una poblacin de 1.555.818 habitantes, de los cuales el 93 por ciento era indgena (quechuas, ayma- rs, guaranes, moxeos, chiquitanos, chipayas, etctera) y los dems, eran mesti- zos o blancos. Del total, slo el 16 por ciento era alfabeto en el idioma castellano. As, el grueso de la poblacin boliviana era analfabeta, quechua o aymara parlante, y viva en condiciones de extrema pobreza. Cincuenta aos despus la situacin haba cambiado muy poco. El censo de 1950 mostraba una poblacin total de 2.704.165 habitantes, de los cules el 63 por ciento era indgena, el 74 por ciento estaba concentrado en el rea rural y slo el 25 por ciento era alfabeto.

    Estos datos, sin ser demasiado exhaustivos, muestran una realidad que deter- mina en gran medida el devenir histrico de Bolivia: las profundas diferencias so- ciales y culturales y la gran desigualdad econmica que han caracterizado y carac-

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  • I terizan a la sociedad boliviana. No podra entenderse la intensidad de las luchas sociopolticas y socioculturales bolivianas sin tomar en cuenta el carcter hetero- gneo de esta sociedad, carcter de donde pro\ iene la fuerza de los actores y de las luchas sociales. Estas ltimas han tenido mltiples y variados objetivos, desde reivindicaciones tnicas (vinculadas a la devolucin de las tierras arrebatadas a las comunidades indgenas en el siglo XIX), reconocimiento de identidades colectivas (en lo relativo a la defensa de las formas de organizacin social comunitarias y de las lenguas indgenas), luchas obreras (relacionadas con el establecimiento de una jornada de trabajo de ocho horas, salario mnimo y afiliacin sindical) hasta la lu- cha por el poder y la redistribucin econmica. Sin embargo, a pesar de la variedad de estas luchas, stas siempre han tenido al Estado como el principal referente opositor; por ello el conflicto poltico nunca ha estado ausente a lo largo de toda

    la historia de Bolivia. Como resultado del marco social descrito, se desarroll un espectro multifa-

    ctico de movimientos sociales, mismos que pueden ser agrupados dentro de tres grandes grupos: el movimiento obrero, el movimiento tnico-campesino y los mo- vimientos regionales. Cada uno de ellos ha estado presente a la largo de la historia boliviana y en determinados periodos alguno de ellos se ha destacado por encima del resto en su capacidad para presionar al Estado. Producto de ello, la historia boliviana se caracteriza por cambios bruscos originados en enfrentamientos violen- tos. La Guerra Federal de 1899, la Revolucin nacional de 1952, la instauracin de regmenes militares en 1964 y la recuperacin de la democracia en 1982 son pun- tos de infiexin que marcan el carcter del Estado y su relacin con la sociedad; son momentos que dieron fin a una configuracin de poder determinada e inau-

    guraron otra. Bolivia, al igual que muchos pases de Amrica Latina, ocup la mayor parte

    del siglo XIX intentando construir un orden legtimo en torno al Estado y defi- niendo sus lmites territoriales nacionales. La primera de estas tareas estuvo ms

    o menos resuelta recin a fines del siglo mencionado y fue a la que mayores es- fuerzos se destinaron. La cuestin de los lmites no fue un asunto de prioridad

    para los caudillos de turno y recin se defini completamente en la dcada del treinta del siglo XX, desatencin que le cost al pas ms de la mitad de su territo- rio y la experiencia traumtica de tres conflictos blicos: la Guerra del Pacfico

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    con Chile (1879), la Guerra del Acre con Brasil (1900) y la Guerra del Chaco con Paraguay (1932-1935).

    La construccin del Estado y la consolidacin de un orden legtimo requirie- ron de un sistema de alianzas polticas y de asociacin de intereses entre los sec- tores sociales y econmicos herederos del viejo orden colonial. As se conform el Estado oligrquico, que articul los intereses de un sector minero exportador ubi- cado en el occidente del pas (Potos, principalmente) y de los terratenientes ubicados en los valles de Cochabamba y Chuquisaca. La explotacin de la plata fue el principal sostn econmico del Estado, y las haciendas de los valles propor- cionaban los alimentos que requeran los muy poblados centros mineros. El resto del pas (las zonas norte y oriental) se encontraba prcticamente abandonado.

    A finales del siglo XIX el precio de la plata en el mercado mundial empez a declinar, lo cual ocasion enormes problemas fiscales al Estado y al sistema de alianzas polticas y de asociacin de intereses que existan en torno a l. Empeza- ron a surgir voces que acusaban al Estado de un centralismo excesivo, causante del empobrecimiento de la mayor parte del pas, lo que sumado al inicio del auge del estao, cuya produccin se centraba con mayor fuerza en el departamen- to de La Paz (aunque tambin en Oruro), socavaron el poder que se ejerca desde el eje Potos-Sucre. El resultado fue una guerra civil que enfrent a los liberales de La Paz con los conservadores de Sucre y Potos. La victoria de los primeros signific el traslado del poder poltico a la ciudad de La Paz, expresando el poder de las lites regionales paceas.

    En este conflicto nunca se habl de ampliacin de derechos a las mayoras nacionales o de mayor integracin de los grupos sociales excluidos de la vida econmica del pas. Sin embargo, el discurso de los liberales de federalizar el pas para acabar con el centralismo estatal signific la adherencia indgena a este movimiento. La rebelin del lder indgena Zarate VVilIca, orientada a transformar las relaciones serviles en las haciendas y a recuperar las tierras de comunidad ex- propiadas en dcadas anteriores, fue sin duda un acontecimiento de primera importancia que influy en el resultado final del conflicto. Una vez que los libe- rales tomaron el poder los lderes indgenas fueron traicionados y ejecutados, con lo que el movimiento indgena y sus reivindicaciones volvieron a quedar sumergidos.

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  • I Los liberales paceos le dieron al pas una dimensin nacional principalmente

    a travs de polticas de integracin educativa. Asimismo, el estao logr un mejor

    posicionamiento en el mercado mundial que lo que anteriormente haba logrado

    la plata, con lo que se experiment un nuevo auge econmico. A su vez, el sistema

    de alianzas que garantizaba un orden interno se constituy en torno a los grandes

    empresarios dueos de las minas de estao y a los terratenientes dueos de las

    haciendas. Nada haba cambiado para la mayor parte de la poblacin, y la guerra

    civil simplemente signific la sustitucin de una lite minera por otra y el traslado

    de la sede de gobierno."

    La actividad minera, ncleo del poder oligrquico, posibilit la emergencia

    del grupo social ms importante y combativo del siglo XX: los obreros mineros,

    fistos, en principio, slo perseguan objetivos relacionados con lograr una legisla-

    cin proteccionista en las relaciones de trabajo; sin embargo, a medida que fueron

    desarrollando organizaciones y federaciones sectoriales y nacionales, comenzaron

    a enfrentarse al poder minero^ y al Estado. En este proceso ejerci particular in-

    fluencia la llegada a Bolivia de las ideas marxistas y anarquistas tras los sucesos de

    la Revolucin mexicana y la Revolucin rusa, las cuales despertaron otro tipo

    de percepciones sobre Bolivia y posibilitaron la creacin de los primeros partidos

    polricos de izquierda. Sin embargo, ningn acontecimiento marcara de forma

    tan determinante el acontecer histrico de la primera mitad del siglo XX como la

    Guerra del Chaco. Ninguna confrontacin blica anterior haba logrado socavar

    las bases del poder oligrquico como la lucha de los dos pases ms pobres de

    Sudamrica: Bolivia y Paraguay.

    Ninguna de las guerras internacionales anteriores, Pacfico y Acre, en cuyas marchas

    penosas se atravesaron el desierto y las densas selvas del oriente, respectivamente,

    movilizaron tan cuantioso nmero de tropas como el que se puso en campaa para la

    Guerra del Chaco. Blancos, mestizos e indios; los soldados bolivianos que concurrieron

    - Formalmente la capital de la repblica continu siendo Sucre, aunque su importancia poltica y econmica decay considerablemente. Hoy en da Sucre es la sede del Poder Judicial, mantenindose en La

    Paz los Poderes Ejecutivo y Legislativo. ^ El poder minero era identificado con los tres barones del estao: Simn Patino. Mauricio Hoschild y

    Carlos Vctor Aramayo.

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    a los ardientes tuscales del chaco desde las dilatadas zonas urbanas y rurales del alti-

    plano, valle y llanos, fueron vctimas de la hostilidad del medio. Rodeados de rboles

    y maraas, de insectos y zorros hambrientos, sometidos a una presin atmosfrica di-

    ferente, los soldados del ejrcito boliviano debieron recorrer una geografa sin caminos.

    La tropa andina, carente de la ms elemental experiencia para combatir en el bos(|ue,

    perdi capacidad de movimiento e iniciativa para enfrentarse a un enemigo desconoci-

    do (...) Tantos o mayores estragos que los propios proyectiles paraguayos causaron so-

    bre esta tropa la tuberculosis, la disentera, la avitaminosis, el paludismo, la fiebre y la

    desesperacin, el hambre y la sed. (Arze Aguirre: .S6, 1999)

    En el Chaco confluyeron combatientes del altiplano, de los valles y de la zona

    oriental. All se fue generando la percepcin de que la guerra responda a intereses

    tanto de la oligarqua como de las empresas petroleras instaladas en esta zona: la

    Standard Oil, en territorio boliviano, y la Shell Oil, en terreno paraguayo. As, la

    guerra con el Paraguay inaugura un periodo histrico que culminar con la Revo-

    lucin nacional de 19.S2 y que se caracteriza por el cuestionamiento permanente

    del poder oligrquico, la activacin poltica de las masas populares, la emergen-

    cia de ideas nacionalistas y la organizacin poltica de distintos sectores de la so-

    ciedad. Fuera de este contexto no podra entenderse la fundacin en 1934 del

    Partido Obrero Revolucionario (POR) de filiacin trotskista, de la Falange Socia-

    lista Boliviana (FSB) en 1937 bajo la evidente influencia de la falange espaola,

    del Partido de Izquierda Revolucionaria (PIR) de tendencia stalinista en 1940, y en

    1941 del Movimiento Nacionalista Revolucionario (NINR), que desarroll una pro-

    puesta policlasista. As tambin surgi la Federacin Sindical de Trabajadores Mi-

    neros de Bolivia (FS TMB) en 1943, principal organizacin sindical opositora al po-

    der minero. Este conjunto de fuerzas no constitua un bloque homogneo; en

    realidad en muchas ocasiones entraba en contradiccin y pugna debido principal-

    mente a que los partidos polticos antes mencionados se disputaban la vanguardia

    del movimiento obrero-minero. No obstante, algunos de ellos posibilitaron el gol-

    pe de Estado en 1943 mediante el cual asumi la presidencia Gualberto Villarroel,

    un militar nacionalista con vnculos nazis que imprimi a su gobierno un carcter

    contrario a los intereses mineros y latifundistas y abiertamente favorable a las rei-

    vindicaciones indgenas. Villarroel fue depuesto y colgado de un farol de la plaza

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    principal de la ciudad de La Paz en 1946 en una accin de la an poderosa "rosca

    minero-feudal".'* De esta forma el poder oligrquico manifestaba su intencin de

    mantener el dominio econmico y poltico que haba logrado ejercer en el pas

    desde su fundacin y confirmaba que se requerira la accin conjunta de todas las

    fuerzas sociales opuestas a l para derrotarlo. Para ello, sin embargo, se necesita-

    ra un acontecimiento que desencadenara la explosin revolucionaria. Tal aconte-

    cimiento fueron las elecciones de 1951.

    El MNR fue sin duda el partido que mayor apoyo popular atrajo en la posguerra

    del Chaco debido a su propuesta nacionalista y policlasista. En sus filas se obser-

    vaban intelectuales de clase media, estudiantes, maestros, obreros y campesinos.

    Sin embargo, este amplio apoyo no le garantizaba el triunfo electoral, puesto cjue

    hasta antes de la revolucin Bolivia contaba con un sistema electoral discrimina-

    torio en el que solamente podan participar los sectores masculinos alfabetos con

    propiedades y rentas de probada solvencia. No obstante, el MNR se alz con la

    victoria postulando a Vctor Paz Estenssoro a la presidencia y a Hernn Siles Zua-

    zo a la vicepresidencia. El resultado fue inmediatamente desconocido por Mamer-

    ro Urriolagoitia, presidente an en ejercicio, quien gest un autogolpe para evitar

    entregar el poder a Paz y Siles. F^ue inevitable el alzamiento armado popular, civil

    y obrero que provoc la revolucin de abril de 1932, enfrentamiento que arroj la

    cifra de 600 personas muertas y tres das de ininterrumpida lucha armada en las

    principales ciudades del pas. El triunfo sobre el ejrcito fue proclamado el 11 de

    abril, dndose fin a un blocjue de poder y a un tipo de testado que haban perdura-

    do por ms de cien aos.

    LA REXOLl'CIN DE 1952 Y EA CON.S'IRUCXJIN NACIONAI,

    La Revolucin nacional fue llevada a cabo por una alianza plurisocial, dirigida por

    el MNR, en la (|ue confluyeron mltiples sectores de la sociedad boliviana motivados

    por diversas metas. Los sectores campesinos apoyaron el proceso revolucionario de-

    ^ Este trmino fue acuado en el periodo pre\ioa la re\"olik'in lic I'*.S2 para identificar al bl()(|ue de poder olisr(|uico basado en los barones del estao y en los terratenientes dueos de haciendas. La rosea minero-

    feudal era el enemi};o y sus intereses eran contrarios a los del pueblo.

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    mandando una reforma agraria y la eliminacin del sistema de haciendas y el pon- g;ueaje;^ las clases medias y sectores profesionales pretendan una ampliacin del poder para integrarse a l; los obreros mineros demandaban principalmente, ya que eran el sector ms activo polticamente, el reconocimiento del derecho a votar, la nacionalizacin de las minas y una importante participacin en el gobierno, y distintos grupos de la izquierda marxista vean en el proceso revolucionario la oportunidad de instaurar el socialismo en Bolivia. En consecuencia, la revolucin introdujo una serie de reformas que modificaron las bases mismas de la sociedad.

    No puede desconocerse la influencia internacional en el proceso revoluciona- rio. Gran parte de las reformas impulsadas se hicieron mirando el modelo revolu- cionario mexicano; as tambin, el contexto de la Guerra Fra, a pesar del marcado nacionalismo y antiimperialismo de la retrica discursiva del MNR, provoc que este partido nunca pensara en llevar la revolucin en direccin socialista; es ms, muchas de las reformas pueden caracterizarse como un esfuerzo por impulsar un proceso de modernizacin capitalista. En consecuencia, el gobierno de Vctor Paz se esforz mucho en mantener buenas relaciones con Estados Unidos.

    La revolucin de 1952 fue el acontecimiento del siglo XX de mayor importan- cia en Bolivia: signific la desaparicin del bloque de poder oligrquico, la mo- dernizacin econmica, el reconocimiento de los derechos ciudadanos de la gran mayora de la poblacin y, por primera vez en la historia, el intento de construc- cin de una identidad nacional. Entre 1952 y 195.3 el pas atraves por una etapa de profundas transformaciones que tuvo inicio en medidas como la nacionali- zacin de las minas, la reforma agraria y el voto universal. l>as dos primeras res- pondan a la necesidad de dinamizar la economa y promover la acumulacin capitalista desde el Estado, ya que las haciendas y el enclave minero obstruan la generacin de un excedente econmico que tuviera efectos multiplicadores e im- pulsara el crecimiento. Para ello se crearon empresas estatales entre las cuales las ms importantes fueron la Corporacin Minera de Bolivia (COMIBOL) y Yacimien- tos Petrolferos fiscales Bolivianos (VPI-B), mismas que controlaron el grueso del

    ^ En las haciendas rega un sistema de produccin muy similar al prcxalecicntc en Europa durante el feuda- lismo, en el cual los terratenientes otorgaban una parcela de tierra a alguna familia para (|ue sta produjera en ella y entregara una gran parte de lo producido al hacendado. Kl pongueaje consista en el ser\icio domstico gratuito de los indgenas en la casa del patrn.

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    ingreso nacional debido a la concentracin de las exportaciones en minerales e

    hidrocarburos. El voto universal, adems de garantizar futuras victorias electorales

    al MNR, dio fin a ms de cien aos de desconocimiento ciudadano de las mayoras

    mestizas e indgenas del pas.

    El proyecto nacionalista de construccin de una identidad nacional, afirma

    Caldern (1999), fue cultural y polticamente homogeneizador y, por ende, pro-

    fundamente autoritario. La reforma educativa llevada a cabo slo contempl la

    enseanza en el idioma castellano, desconociendo la importancia del resto de las

    lenguas originarias. A nivel poltico, el MNR monopoliz el poder estatal, lo que

    impidi transformar el cambio poltico en un cambio institucional slido. Adicio-

    nalmente, la fundacin de la Central Obrera Boliviana (COB), ente matriz de los

    trabajadores, posibilit el control corporativo de la sociedad por parte del Estado.

    De esta forma, el poder que cre la revolucin reposaba en una estructura econ-

    mica, poltica y s(x;ial de carcter estatal.

    El ncleo de las actividades econmicas estaba en manos de empresas y corporaciones

    estatales que funcionaban basados en anillos o roscas burocrticas de poder. El Estado

    organiz sus relaciones con la sociedad en base a relaciones burocrtico-clientelares, a

    travs de las cuales se otorgaban cargos y prebendas a cambio de legitimidad o apoyo

    poltico. En este marco, el poder del ejecutivo fue crucial, pues all se concentraban las

    decisiones; de ah el peso fundamental del caudillo o del jefe (...) Ciertamente, en el

    espejo latinoamericano el MNR mir constantemente al Partido Revolucionario Insti-

    tucional mexicano. (Caldern, 1999: 43.S)

    Un rasgo caracterstico de la poltica boliviana (y tambin de la latinoameri-

    cana) ha sido la personificacin del poder en la figura de algunos caudillos. La re-

    volucin gener figuras como Paz Estenssoro, Siles Zuazo, Guevara o Lechn que

    una vez en el poder empezaron a disputarse el liderazgo dentro del MNR. Inicial-

    mente el conflicto fue mitigado por un acuerdo entre estos lderes de rotar en la

    silla presidencial. As, al gobierno de Paz (19.S2-1956) le sigui el de Siles (1956-

    1960), al trmino del cual deba sucedede el de Guevara. .Sin embargo, la ambi-

    cin de poder de Vctor Paz hizo que ste rompiera el acuerdo previo, se hiciera

    elegir presidente nuevamente en 1960 y vulnerara la Constitucin en 1964 para

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    ser reelecto. Esta situacin gener la fractura y divisin del MNR en diversos par- tidos que se adjudicaban los logros de la revolucin/' Ante el caos poltico y la re- cesin econmica vividos en aquel entonces, algunos grupos disidentes del MNR, en coordinacin con la cpula militar, resolvieron derrocar a Paz Estensoro pocos meses despus de su reeleccin, l^a subida al poder del general Rene Barrientos, quien haba sido vicepresidente de Paz, dio inicio a 18 aos de gobiernos militares brevemente interrumpidos por intentos de restauracin democrtica. As, las am- biciones polticas de un grupo de caudillos le costaron al pas casi dos dcadas de autoritarismo y retroceso dem(x:rtico.

    La instalacin de un nuevo orden militar autoritario no signific la destruc- cin de los logros de la revolucin; es ms, el Estado continu siendo el eje de la conduccin econmica y del control burocrtico de la sociedad. Por otro lado, no puede verse todo el periodo de gobiernos militares como un proceso continuo, puesto que, en general, estos regmenes tuvieron dos grandes orientaciones pol- ticas nacionalistas: i) progresista y distribucionista (en las presidencias de Ovando y Torres), y ti) conservador y ms autoritario (en los gobiernos de Barrientos y Banzer). De la misma forma, distintos grupos sociales apoyaron a diversos gobier- nos militares; as, la presidencia de Ibrres fue apoyada por la COB, mientras que el gobierno de Banzer fue respaldado por los empresarios y por el movimiento c- vico regional de Santa Cruz, ciudad que cada vez tena mayores recursos econ- micos y por tanto mayor influencia.

    La crisis econmica de finales de los setenta debilit el apoyo empresarial que tena el gobierno de Banzer, quien, ante la presin social expresada en masivas huelgas de hambre y en manifestaciones multitudinarias que demandaban rees- tablecer la democracia, lideradas por la COB, convoc a elecciones en 1978. Sin embargo, la cpula militar no se resign a perder el poder poltico y en las elec- ciones se detect un escandaloso fraude que favoreca al candidato del banzerato, situacin que dio origen a cinco aos de crisis poltica, en la cual se sucedieron presidentes civiles, militares y juntas de gobierno.'' Finalmente, en 1982 asumi

    *" Siles Zuazo fund el Movimiento Nacionalisui Revolucionario de Izquierda (MNKI), Waltcr Guevara el Partido Revolucionarlo Autntico (l'RA) y Juan Lechn el Partido Re\oluclonaro de Izquierda Nacional (l'RIN).

    ' La siguiente es una lista de los gobiernos que se sucedieron entre 1978 y 1982: Juan Pereda (militar, 1978), David Padilla (militar, 1978-1979), Walter Guevara (civil, 1979), Alberto Natusch Busch (militar, 1979),

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    la presidencia Hernn Siles Zuazo, a la cabeza de la Unin Democrtica y Popular (liI)P), una coalicin de partidos y grupos de izquierda que cont con el apoyo de- cisivo de la COB.

    La transicin democrtica ocurri en condiciones semejantes a las vividas en 1952, puesto que el bloque de poder militar fue destruido no slo por las muertes ocurridas a lo largo de los 18 aos y a la carga moral resultante, sino tambin por- que durante los gobiernos militares se estableci el narcotrfico en Boiivia y mu- chos de los presidentes de este periodo se involucraron descaradamente en el tr- fico de cocana. Por esta razn, los militares no pudieron negociar espacios de poder en la nueva democracia. As, parece consolidarse el siguiente patrn hist- rico boliviano: no existen salidas negociadas en los momentos de sucesin de bloques de po- der, por lo que a un periodo ms o menos extendido en el que un grupo o coalicin se instala en el poder le sigue la ruptura total y la emergencia de un bloque de poder completamente nurco^

    Si algn actor fue determinante en la recuperacin de la democracia, ste fue la Central Obrera Boliviana. Ello fue posible gracias a que la Revolucin nacional cre un sistema poltico en el cual la instancia de mediacin ms importante era la COB; es decir, al convertirse el MNR en "el partido", no existan otras organiza- ciones partidarias que pudieran mediar efectivamente entre la sociedad y el Es- tado.'' De esta forma, esta entidad matriz de los trabajadores asumi las funciones de los partidos polticos dado su rol articulador del movimiento obrero-popular, por lo cual dirigi sus acciones hacia la unificacin de todos los sindicatos existen- tes y a la organizacin de los sectores no sindicalizados, gozando para ello de la afiliacin automtica de todos los trabajadores. Para lograr este objetivo, adopt una organizacin piramidal, vertical y centralista, misma que tena un doble pro- psito: i) obtener el consenso y acatamiento de cada uno de los sectores afiliados

    Lidia Gueiler (civil, 1979-1980), Luis Garca Meza (militar, 1980-1981). Junta de Gobierno: C:elso Torrclio, Waldo Bernal y Osear Pammo (militares. 1981), Celso Torrelio (militar, 1981-1982) y Guido Vildoso (militar. 1982). Este ltimo entreg el poder a Hernn Siles Zuazo. ganador de las elecciones de 1980.

    " Esto no significa que los grupos (ue componan el bloque de poder emergente fueran totalmente niLcvos sino que no estaban comprendidos dentro del bloque de poder anterior.

    " No se afirma que en este periodo no existan partidos polticos, sino que el MNK haba diseado un sistema en el (|ue ningin partido poda competir con l por el poder.

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  • I I

    a travs de la disciplina sindical, y //) buscar la representatividad participativa de

    todos los afiliados a travs de la apertura de su base piramidal.

    La COB fue algo ms que una central sindical debido a su capacidad de con-

    frontar las decisiones gubernamentales; es decir, era una organizacin que no slo

    se planteaba defender reivindicaciones salarialistas, tambin buscaba tener inje-

    rencia poltica. Su centralismo vertical haca que sus convocatorias a paros nacio-

    nales o huelgas fueran acatadas por todos los sectores, generando, dada la gran

    importancia econmica del sector minero que era su base principal, onerosas pr-

    didas al Estado. Por ello, la Central Obrera se ubic en el centro de la configura-

    cin de las fuerzas polticas, lo que le permiti vislumbrar la posibilidad de cons-

    truccin de un proyecto poltico propio: el gobierno de los trabajadores. En

    realidad, la realizacin de este proyecto estaba detrs de su oposicin a las dicta-

    duras militares y su apoyo al reestablecimiento democrtico. En la dcada del se-

    tenta se concentraron en torno a la COB los partidos de izquierda y el movimiento

    popular para luchar por la democracia, por lo cual, inicialmente, el nuevo gobierno

    de la UDP no pudo darse el lujo de no contar con el apoyo de la Central Obrera.

    RES TAURACIN DEMOCRTICA, REFORMAS ECONMICAS Y NUEVOS

    ACTORES SOCIALES

    La fortaleza poltica con que la COB sali del periodo autoritario, debido a su pre-

    ponderante participacin para reestablecer la democracia, provoc que esta organi-

    zacin ingresara al periodo democrtico dispuesta a realizar sus propios objetivos,

    tratando de imponer la participacin directa del movimiento obrero en las deci-

    siones gubernamentales, demandando la cogestin mayoritaria en las empresas

    estatales y la participacin predominante en el poder ejecutivo. La negativa que

    recibi del gobierno de la UDP dio inicio a un proceso de enfrentamiento entre

    ste y la Central Obrera, la cual, en un contexto de profunda crisis econmica, re-

    curri a huelgas sectoriales, paros nacionales, etctera, en rechazo a las medidas

    econmicas implementadas. Debe mencionarse que la severa crisis econmica

    que enfrent el primer gobierno elegido democrticamente despus de 18 aos

    de dictaduras militares, y que deriv en un proceso hiperinflacionario sin prece-

    dentes en la historia del pas, oblig a la l'DP a tomar diversas medidas para frenar

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  • I 1

    el deterioro econmico inicialmente no contempladas en su programa econmico y poltico, las cuales provocaron que la COB asumiera posiciones cada vez ms in- transigentes y desarrollara una estrategia de confrontacin dirigida a sabotear al nuevo gobierno.

    El descalabro del gobierno de la UDP'" provoc que la COB fuera culpada de los problemas econmicos y sfx;iales por dedicarse a vetar las decisiones guberna- mentales sin proponer alternativas reales para solucionar la crisis, con lo que se inici el fortalecimiento de los partidos polticos, la desmovilizacin del mo- vimiento obrero y el distanciamiento, en el seno de dicho ente matriz, de la cpula con las bases. El posterior retorno del MNR al poder," la implantacin en 1985 de una Nueva Poltica Elconmica (NPK) basada en los principios de una economa de mercado y la aparicin de la democracia pactada'" aceleraron el de- bilitamiento de esta central sindical.

    Los principales componentes de la NPE eran la eliminacin del dficit fiscal y la reduccin de la participacin del Estado en la economa, otorgando al sector privado la responsabilidad de guiar el proceso de desarrollo. Para ello, y debido a la crisis por la que atravesaba el sector minero a causa de la baja cotizacin de mi- nerales en el mercado internacional, se dispuso el despido y relocalizacin del grueso de los trabajadores mineros. Esta situacin golpe duramente a la COB ya

    '" La agudizacin de la crisis econmica y la imposibilidad del Kdbierno de Siles de frenar el proceso hiper- inflacionario diiie alcanz la cifra rcord mundial de 24.(K)0 por ciento) provoc (|ue ste, ante el temor de una nueva intervencin militar, llamara a elecciones anticipadas en l^H.S, un ao antes del fin de su periodo consti-

    tucional de mandato. '' Las elecciones de 1Q8.S dieron como ganadot a Aceitn Democrtica Nacionalista (AI)N), (|ue postulaba

    al general Hugo Banzer, exdictador de la dcada del setenta, y en segundo lugar qued el MNR, liderado por Vcror Paz Estensoro; sin embargo, debido a que ninguno de estos candidatos obtuvo la mayora absoluta requerida para asumir el gobierno, la eleccin qued en manos del Congreso, quien eligi a Paz. lder que as asumi su cuarta gestin presidencial. Debe hacerse notar que la votacin de los partidos de izquierda fue mnima.

    '' Debido a que el sistema poltico boliviano establece que en caso de que ningn candidato presidencial obtenga la mayora absoluta de votos el Congreso debe elegir como presidente a alguno de los dos candidatos t|ue (Kuparon el primer y segundo lugar, a partir de 1985 esta eleccin congresal posibilit la realizacin de pac- tos entre partidos polticos con el objetivo de asegurarse el poder y brindar gobernabilidad al nuevo presidente. Estos pactos polticos garantizaban la mayora legislativa (pie requera el ejecutivo para aprobar sus polticas a

    cambio de cargos pblicos para el o los partidos ijue apoyaban dicha eleccin. A este mecanismo, (|ue dio estabi- lidad a los gobiernos, se le denomin demonnfui ailtida.

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  • I

    que se reduca drsticamente el sector que tena mayor importancia en su interior, lo cual se sum al hecho de que su capacidad para provocar cuantiosas prdidas econmicas al Estado a travs de la huelga de los mineros no despedidos tambin disminuy ostensiblemente.

    Sin renunciar a la confrontacin, la COB dej de ser el actor central de las lu- chas polticas. Su lugar fue ocupado por los partidos polticos, quienes por primera vez se constituyeron en instancias de mediacin entre la sociedad y el Estado. Esta situacin dio estabilidad poltica a los gobiernos que se sucedieron entre 1985 y 20()0, estabilidad que fue muy bien aprovechada para profundizar las refor- mas econmicas hacia una economa de mercado. Asimismo, la aplicacin de la NPK llev al surgimiento de un nuevo sector cuya importancia cuantitativa y pol-

    tica fue cada vez mayor: los cocalcros, quienes en su mayora son ex mineros obli- gados por el cierre de minas a abandonar el occidente del pas y migrar a regiones semitropicales (principalmente el Chapare, en el departamento de Cochabamba) donde encontraron en el cultivo de la coca una fuente importante de ingresos.

    "Dnde estuvieron los campesinos e indgenas en todo este tiempo.'' Debido a que la COB, siguiendo la doctrina marxista, privilegi la representacin del prole- tariado minero y a que los campesinos fueron dotados de tierra con la reforma agraria, este sector no entr en los planes del proyecto poltico de la Central Obre- ra. Bajo las dictaduras militares el sector campesino se desmoviliz y slo el sur- gimiento del movimiento katarista, que rcelaboraba la identidad aymara y busca- ba la autoafirmacin campesina, pudo a finales de los setenta reorganizarlo y fundar la Confederacin Sindical nica de Trabajadores Campesinos de Solivia (CSITCB), rgano que expres con claridad la autonoma de los intereses sociales del campesinado. Con el debilitamiento de la COB y el aumento exponencial de los cocalcros, la CSliTCB tom cada vez mayor fuerza y logr a inicios de los noven- ta la creacin de leyes que reconocan "territorios indgenas".

    La importancia c|ue volva a asumir el movimiento campesino no fue descono- cida por los partidos. Desplazada la COB, la ilnica fuente potencial de conflictos eran las organizaciones indgenas y campesinas, por lo cual el MNR ofreci en 1993 al lder del movimiento katarista, Vctor Hugo Crdenas, acompaar la candidatu- ra de Gonzalo Snchez de Lozada, exministro de Paz Estenssoro y principal im- pulsor de las reformas econmicas. La llegada a la vicepresidencia de un indgena

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  • I

    por primera vez en la historia fue un logro nada despreciable que posibilit tanto el reconocimiento del carcter pluricultural y multitnico de la repblica en la Constitucin como la inclusin de las lenguas maternas indgenas en la enseanza

    escolar. Qu implicaciones tuvo esto? Paradjicamente, el MNR, partido que organiz la Revolucin nacional, impuls

    un modelo de desarrollo estatista e implemento un proyecto de nacin homoge- neizador; fue el que llev a cabo las medidas que dieron fin al proyecto revolucio- nario. En 1985 impuls un programa de reformas dirigidas a eliminar la participacin del Estado en la economa y en 1994 reconoci la existencia de culturas origina- rias. Sin embargo, quedaba pendiente una tarea que ni la revolucin ni la democra- cia pactada contemplaban: la inclusin de los campesinos en el poder.

    Desde finales de los noventa, la CSlTCB y el movimiento campesino han to- mado la vanguardia de la lucha social contra el neoliberalismo y la democracia pactada.'^ Su retrica discursiva gira alrededor de la pobreza generada por las po- lticas econmicas pro mercado, de la corrupcin e impunidad que los pactos polticos han provocado y del sometimiento del Estado boliviano a los condicio- namientos de Pastados Unidos (principalmente en materia de erradicacin de coca).''* La emergencia del Movimiento al Socialismo (M/VS), partido poltico na- cido de las organizaciones de productores de coca, y de su lder. Evo Morales, pro- vocaron un sismo en el mecanismo que desde 1985 haba garantizado la estabili- dad poltica. El segundo lugar obtenido por Morales en las elecciones de 2002 provoc que se conformara una alianza congresal que aglutinaba a todos los par- tidos menos al MAS, la cual posibilit que nuevamente asumiera la presidencia Gonzalo Snchez de Lozada. Este pacto poltico, por primera vez en casi veinte aos, no funcion, y Snchez de Lozada, a pesar de contar con un amplio apoyo

    '^ Las empresas extranjeras instaladas en B(ill\ ia a partir del proceso de privatizacin iniciado a inicios de los noventa fueron asumidas como la materializacin del neoliberalismo. El Movimiento Nacionalista Revolu- cionario (MNR), la Accin Democrtica Nacionalista (AI)N) y el Movimiento de Iz(|uierda Revolucionaria (MIK),

    principales partidos polticos que gobernaron el pas desde l'W.S en distintas coaliciones de gobierno, fueron tomados como la personificacin de la democracia pactada o partidocracia, y se les dio el denominativo de "partidos tradicionales" para enfatizjr su carcter conserv ador

    '* La erradicacin de coca es la pnncipal condicin que debe cumplir el gobierno boliviano para beneficiar- se del programa de ayuda econmica norteamericano. Dicho programa financia no siilo la lucha contra el nar- cotrfico, sino tambin en buena medida los salarios de los oficiales de la I-'uerzas Amiadas y del aparato pblico.

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  • I 1

    partidario y parlamentario que se dispona a aprobar la exportacin de gas natural a Estados Unidos por territorio chileno, termin huyendo del pas en 2003.'^ Mo- rales y otros dirigentes indgenas y sindicales demostraban as al pas que la pol- tica no se haca slo en el congreso sino tambin en las calles; demostraron una vez ms que las luchas sociales son el motor de la historia boliviana. As, paulatina- mente, se fueron configurando dos bloques que se alistaban a un nuevo enfren- tamiento por el poder y el control del Estado.

    FIN DE LA DEMOCRACIA PACTADA.' LP;CCIONES PARA EL FUTURO

    La eleccin de diciembre de 2005 no fue slo un escenario en el que se eligi a un nuevo presidente y a un nuevo gobierno; fue un espacio que enfrent a dos bloques de poder: uno centrado en los partidos polticos, la democracia pactada y la economa de mercado, y otro basado en los movimientos sociales, el reconoci- miento de las formas de representacin comunitaria e indgena (discursivamente expresada como la descolonizacin del Estado) y la restauracin de la participa- cin del Estado en algunas actividades econmicas. Ambos bloques slo coinci- dan en un tema: la necesidad de emprender un proceso que otorgue autonoma a los departamentos y que, al igual que se expres hace ms de cien aos, acabe con el centralismo estatal.'^' Sin embargo, tambin se registr una novedad: fue la primera vez que se dio un enfrentamiento democrtico entre bloques de poder.

    A lo largo del presente trabajo se ha visto que las conquistas sociales, el reco- nocimiento de derechos, la profundizacin democrtica, la ampliacin del poder, etctera, han sido obtenidos gracias al carcter siempre activo de los grupos so- ciales en Bolivia. En realidad, ninguna reforma importante a lo largo de la historia republicana ha sido fruto de la negociacin y el consenso, sino de la fuerza y la presin. Por ello indicamos que el patrn histrico muestra, en el caso boliviano.

    "" Debe recordarse que Bolivia perdi su acceso martimo en la Guerra del Pacfico contra Clhile, motivo por el cual (]ueda en la memoria colecti\ a un hondo resentimiento hacia ese pas vecino.

    "" Paradjicamente, el reconocimiento de autonomas regionales fue planteado tanto por los sectores indgenas del occidente boliviano como por las lites empresariales del oriente. Los primeros cnarbolan la

    bandera de la reafirmacin indgena y el reconocimiento a sus formas de organizacin, y los segundos buscan los beneficios econmicos de los hidrixarburos concentrados en las zonas de .Santa Ouz y Tarija.

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  • I S

    momentos de crisis general, enfrentamiento radical y ruptura total que impiden la concretizacin de salidas negociadas y que, por tanto, pr()\ocan la completa susti- tucin de bloques de poder. As, el Estado oligrquico fue aniquilado por la Revo- lucin nacional y el reestablecimiento democrtico elimin al poder militar.

    Usualmente se seala que los actores polticos responden al contexto en el

    que se desenvuelven, contexto en el que las instituciones juegan un papel muy importante. Superados los periodos de ruptura, destruido el bloque dominante anterior y con la intencin de crear un nuevo orden poltico estable que impida la reorganizacin de los vencidos, los nuevos bloques dominantes tendieron a crear instituciones rgidas, escasamente adaptables a situaciones nuevas. Las institucio- nes del Estado oligrquico no soportaron la presin de la apertura poltica y social, las estructuras del Estado del 52 no estaban preparadas para responder a choques econmicos externos, y las instituciones de la democracia pactada no pudieron adaptarse a las demandas de profundizacin democrtica y participacin. Por ello, luego de un enfrentamiento entre bloques, las estructuras del Estado deban re- construirse casi en su totalidad, tarea que el gobierno de Elvo Morales pretende realizar por medio de la instalacin de una Asamblea (Constituyente.

    Los temores de un desenlace violento en los das posteriores a la eleccin pa- recen haberse disipado. No hubo fuga de capitales, la poblacin no sali a las calles y Santa Cruz no declar su independencia al conocer el triunfo de Morales. La amplia mayora lograda por el MAS otorga legitimidad al nuevo gobierno, pero an est por verse si ello supone la completa derrota del anterior bloque. En rea- lidad, es posible que por primera vez el bando vencedor no busque la eliminacin del contrario. A pesar de su retrica antineoliberal. Evo Morales es consciente de que no puede cambiar el funcionamiento de la economa mundial y de que Boli- via necesita un impulso econmico, por ello su primera accin fue reunirse con la lite empresarial de Santa Cruz y garantizarles condiciones favorables para expor- tar. De la misma forma, est asumiendo una postura conciliadora con lo que resta del sistema poltico de la democracia pactada y, finalmente, a pesar de defender la legalizacin de la coca, ha manifestado su intencin de erradicar el narcotrfico. Este ltimo punto sin duda ser el ms tenso en materia de relaciones con Pasta- dos Unidos, pero tal parece que Morales es consciente de la importancia de la ayuda econmica norteamericana.

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  • I I

    Con estas consideraciones, dnde quedan los temores por una re-estatizacin de la economa? stos provienen sin duda de la propuesta de nacionalizar los hi- drocarburos. Dado el inmenso potencial gasfero de Bolivia,''^ los beneficios que podra reportar la exportacin de este recurso ofrecen la oportunidad de empren- der un proceso de acumulacin de capital, oportunidad que, debido a la ausencia de exploracin petrolera, no estaba presente hace algunos aos. El principal esco- lio radica en que los contratos petroleros firmados entre el Estado y las empresas extranjeras que actualmente se encuentran en Bolivia ofrecen muy pocas oportu- nidades para que este pas se beneficie de sus propias riquezas. La carga tributa- ria que se aplica a estas empresas es ridicula'** y el Estado no tiene ninguna ca- pacidad para controlar los volmenes de explotacin. Este hecho gener la percepcin en los grupos movilizados de que toda inversin extranjera es por defi- nicin contraria a los intereses nacionales. No tengo dudas de que la anunciada nacionalizacin se limitar a renegociar dichos contratos, lo cual puede eviden- ciarse en las declaraciones formuladas por Evo Morales acerca de que no habrn confiscaciones ni expropiaciones a estas empresas.

    Dnde queda entonces el cambio radical que se anuncia con el gobierno del MAS.' Considero que la asuncin del primer indgena a la presidencia no es poca cosa en un pas como Bolivia y tiene un enorme significado en el plano simblico. En los ltimos aos ha habido una gran revalorizacin de las culturas originarias, de las lenguas indgenas y de las identidades tnicas, lo cual implica que las lites tendrn que aprender a vivir con aquellos que son distintos, con aquellos a quienes negaron durante siglos. Si esto no es visto como una profundizacin democrtica, entonces no s qu pueda entenderse por democracia. Asimismo, estoy convencido de que en la Asamblea Constituyente se plantear la apertura de las estructuras estatales al reconocimiento de las formas de participacin y representacin indgenas.

    An no est claro cmo se abordarn las autonomas regionales, si se tratar slo de la federalizacin del pas o si implicar un proceso ms profundo. Sin em-

    " I^as resenas probadas de gas natural alcanzan 52 trillones de pies cbicos, cifra c|iie ubica a Boli\ia en el segundo lugar en Sudamrica, despus de \enezucla. en rescrxas gasferas.

    '" En 1990, antes de la privatizacin de VI'I-H, los hidrixarburos aporraban el 55 por ciento de los recursos del Tesoro General de la Nacin. En 2003. ya con la presencia de empresas extranjeras, aportaban slo el 7 por ciento, a pesar de que en este periodo los volmenes de explotacin se incrementaron en un 113,44 por ciento.

    77

  • I I

    bargo, ya se vislumbra que el modelo espaol de entidades autonmicas ser uno

    de los principales referentes. De lo que se puede estar seguro es que este proceso

    permitir el surgimiento de liderazgos locales y, posiblemente, la desconcentra-

    cin de muchos conflictos que eran eminentemente regionales pero que por la

    estructura unitaria del Estado alcanzaban dimensiones nacionales.

    Ibdava quedan muchas preguntas y muy pocas respuestas: este proceso re-

    cin empieza y no estar exento de conflictos. En el corto plazo, el gobierno de

    Evo Morales puede afrontar dos frentes de tensin, uno interno y otro externo. A

    nivel interno, y siempre que el sector empresarial tenga el respaldo del gobierno

    para producir y exportar, considero que ser la misma izquierda la que demande

    cambios ms profundos, dirigidos fundamentalmente a expulsar a las empresas

    extranjeras y a acabar con el neoliberalismo. A nivel externo la cercana de Mora-

    les con Hugo Chvez y Fidel C^astro puede provocarle algunos contratiempos con

    Estados Unidos, por lo que el gobierno del MAS podra acabar jugando al equili-

    brista en sus relaciones internacionales.

    Por ltimo, queda claro que en los prximos meses empezar un proceso de

    reagrupacin de los actores polticos de la democracia pactada. Sin embargo, el

    hecho de que haya habido un referndum en 2004 para intentar resolver el tema

    de los hidrocarburos, de que se vislumbra otra consulta para definir las autonomas

    y de que se convocar a una Asamblea Constituyente, muestran una participacin

    democrtica indita en la historia de Bolivia. Y es la profundizacin democrtica

    el principal logro de estos seis aos de conflicto, periodo en el que se sucedieron

    seis mandatarios y que desemboc en la eleccin del presidente que hoy tiene

    Bolivia. fj

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