El Tumulto de 1692

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El Tumulto de 1692. El Tumulto del año 1692 de la noche del domingo 8 de junio, fue más grave que el del 15 de enero de 1624. Todo se origino por el malestar en el pueblo por la falta de maíz y los altos precios de este. Causas. En el verano de 1691 llovió demasiado en el verano, tanto que se ahogaron las cosechas de trigo, la cuales e llaman de temporal y de riego. Debido a las intensas lluvias se inundo extraordinariamente la ciudad de Mexico. Cuenta Sirgüenza y Góngora “ Nadie entraba en la ciudad por no estar andables los caminos y las calzadas, faltó el carbón, la leña,, la fruta, las hortalizas, las aves y cuanto se conduce de afuera todos los días, así para sustento de los vecinos que somos muchos como de los animales domésticos que no son pocos; el pan no se sazonaba por mucha agua y consiguiente frio, la carne estaba flaca y desabrida por no tener los carneros y reses donde pastar”…. Muchas casa cayeron por ser de adobe, solo precios excesivos podían hallarse y las plazas estaba llenas de agua y lodo. Las calzadas y calles estaban inundadas. Para empeorar los ánimos de las personas el 23 de agosto ocurrió un eclipse el cual ha sido de los más largos que se han registrado y el año se declaro como malísimo. El trigo estaba contaminado por el gusano chiahiztli, el cual fue descubierto por Sirgüenza y Gongora con ayuda de un antecesor del microscopio. Los precios eran excesivos Cuenta Singüenza y Gongora “valia entonces el trigo rubio de la antecedente cosecha de trigo a tres pesos carga y el candial a cinco y a principios de septiembre valía este ocho y nueve y aquel siete, y al respecto de este precio, se achico el pan, clamaron los pobres y aun también los ricos con novedad tan perniciosa para el común y sin persuadirse a que las cosechas por lo que he dicho serian malísimas, blasfemaban con desesperación contra los labradores y habían llegado noticias muy individuales de todo lo antecedente al señor virrey y aunque por su uniformidad las tenía por

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El Tumulto de 1692.

El Tumulto del año 1692 de la noche del domingo 8 de junio, fue más grave que el del 15 de enero de 1624. Todo se origino por el malestar en el pueblo por la falta de maíz y los altos precios de este.

Causas.

En el verano de 1691 llovió demasiado en el verano, tanto que se ahogaron las cosechas de trigo, la cuales e llaman de temporal y de riego. Debido a las intensas lluvias se inundo extraordinariamente la ciudad de Mexico. Cuenta Sirgüenza y Góngora “ Nadie entraba en la ciudad por no estar andables los caminos y las calzadas, faltó el carbón, la leña,, la fruta, las hortalizas, las aves y cuanto se conduce de afuera todos los días, así para sustento de los vecinos que somos muchos como de los animales domésticos que no son pocos; el pan no se sazonaba por mucha agua y consiguiente frio, la carne estaba flaca y desabrida por no tener los carneros y reses donde pastar”….

Muchas casa cayeron por ser de adobe, solo precios excesivos podían hallarse y las plazas estaba llenas de agua y lodo. Las calzadas y calles estaban inundadas.

Para empeorar los ánimos de las personas el 23 de agosto ocurrió un eclipse el cual ha sido de los más largos que se han registrado y el año se declaro como malísimo.

El trigo estaba contaminado por el gusano chiahiztli, el cual fue descubierto por Sirgüenza y Gongora con ayuda de un antecesor del microscopio.

Los precios eran excesivos Cuenta Singüenza y Gongora “valia entonces el trigo rubio de la antecedente cosecha de trigo a tres pesos carga y el candial a cinco y a principios de septiembre valía este ocho y nueve y aquel siete, y al respecto de este precio, se achico el pan, clamaron los pobres y aun también los ricos con novedad tan perniciosa para el común y sin persuadirse a que las cosechas por lo que he dicho serian malísimas, blasfemaban con desesperación contra los labradores y habían llegado noticias muy individuales de todo lo antecedente al señor virrey y aunque por su uniformidad las tenía por ciertas, por especial decreto en que la propuso, consulto a los señores del Real Acuerdo lo que debía hacer.

EL virrey hiso todo lo posible para detener la carencia y nombro al oidor licenciado Don Pedro de la Bastida para que visitara la provincia de Chalco y enterarse del estado de las cosechas. Regreso con malas noticias. Las cosechas eran malísimas.

También se hicieron diligencias a otros valles como a puebla o Atlixco con noticias de buenas cosechas; pero el transporte era caro y aumentaba el precio de los productos.

Al haber falta de pan se empezó a comer tortillas, se aumento el precio del maíz porque este también se había perdido en gran cantidad.

Desesperada la gente acudía a la alhóndiga en busca de maíz pero este solo se expendía a una cuartilla a cada comprador.

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Preocupado el Virrey le ordeno al gobernador de Chalco que mandara todo lo que pudiera de maíz a la capital. Se hicieron diligencias a los valles de Toluca, Ixtlahuaca y Metepec al mando de Juean Escalante y Mendoza y Francisco de Sarasa. Ambos regresaron con grandes cantidades de grano.

También se enviaron diligencias a Celaya. Así con remesas de Chalco, Toluca y Celaya se pudo saciar la demanda de maíz en la alhóndiga.

Pero el gusto termino pronto desde el 3 de febrero hasta el 6 no dejo de llover y nevar sobre los montes en esas comarcas. Esto agravo la situación porque los pueblos a donde siempre se acudía por maíz se también les empezaba a escasear.

El 7 de abril en el segundo día de pascua en una función solemne en la catedral el franciscano fray Antonio de Escaray dio un sermón encendido a indiscreto. En la misa estaba presente el virrey, la Audiencia y los Tribunales se dice que “hablo con tanta imprudencia sobre la falta de vestimentos, que fue mucha parte ara irritar al pueblo, de suerte que si de antes se hablaba de esta materia con recato, desde este día se empezó a hacer con publicidad, atribuyendo las diligencias que hacia el virrey, solicitando vestimentos para la ciudad, a interés y utilidad suya y aplaudieron mucho a dicho predicador”.

EL conde de Galve convoco a una asamblea de los vecinos mas prominentes de la capital y se acordó decretar la libertad absoluta del comercio de trigo, maíz y otros granos, “pero sin perjuicio de los asegurado en Celaya y de lo embargado porque eso había de traerse a Mexico sin dilación”.

La situación mejoro gracias a las lluvias de febrero se adelanto la cosecha de trigo.

Gracias a las incesantes diligencias del virrey en mayo ya no hubo falta notable de maíz en la alhóndiga pero lo labradores de Chalco empezaron a extraviar el maíz que le correspondía a la ciudad de Mexico a otras partes, esto aumento de nuevo el costo del maíz a siete pesos.

El 6 de junio se corrió el rumor que se agotaba el maíz y fue tal el tropel de gente que acudió a la alhóndiga. Sirgüenza y Góngora narra el mal parto de una mujer en tal desorden. “oprimiéndose unos a otros por lograr la compra antes que se acabase, se ahogó una criatura que traia su madre, como acostumbraban las indias cargada a la espalda, como en algunas partes de España usan mora” y puntualiza Sirgüenza y Gongora como un guardia encargado de cuidar el orden en la alhóndiga le dio a aquella mujer con el látigo y con el bastón en la cabeza y en la espalda como diez o doce golpes porque intentaba ganar buen lugar. Los golpes la hicieron mal parir.

Un grupo de indios cargo el cuerpo hacia las casas arzobispales y se quejaron con el señor arzobispo de que a demás de que no les daban comida hacia mal parir a aquella mujer. Los familiares del arzobispo despidieron a aquella multitud que ya era de más de 200 indios. El gentío entonces se dirigió al palacio de los virreyes, pero no pasaron a los salones debido a que los guardias alabarderos se lo impidieron.

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El obispo al oír los gritos supo lo que había pasado con aquella mujer y averiguo que el mal parto era fingido como también las circunstancias de que estaba moribunda.

Al día siguiente el virrey dio la orden de que los soldados se armasen y se mantuvieran en alerta. Dio la orden que se acelerasen las entradas de maíz a la alhóndiga.

Toda la noche del sábado 7 estuvieron los indios tramando lo que haría. Bebiendo mucho pulque, acordaron “primero quitarle la vida al virrey; quemarle el palacio sería el segundo, hacerse señores de la ciudad y robarlo todo y quizá otras cosas peores iniquidades los consiguientes, y esto sin tener armas para conseguir tan disparatada y monstruosa empresa sino la del desprecio de su propia vida que les da el pulque y la advertencia del culpabilísimo descuido que vivimos entre tanta plebe….” Asienta y advierte Singüenza y Gongora.

El virrey inicio sus tareas típicas del domingo, asistió a misa y vio la procesión del Divinisimo que verificaban los de la orden seráfica.

La Virreina por su parte asistió a misa a la catedral y a visitar a Nuestra Señora de nuestro remedio, que se hallaba allí desde el 24 de mayo para ayudar a salir de la situación tan grave.

EL doctor Escalante encargado de la seguridad de la alhóndiga se estuvo ahí hasta un poco más de la cinco de la tarde. A pesar de su esfuerzo los empujones y pisotones no cesaron. Se fingió de nuevo sacar a una india medio muerta y fue llevada por varios indios al arzobispado. Se les negó la entrada. Cansada la gente de que el arzobispo no los atendiera un grupo de 40 indios se acerco al balcón central del palacio de los virreyes y espero a que legara más gente y cuando se engroso la muchedumbre se empezaron a gritar insultos contra el virrey y tirar piedras contra el palacio.

El mayordomo del virrey le grito a los soldados a las armas pero estos solo eran a lo mucho doce hombres alarmado reunió a la servidumbre y a otros soldados y pudo juntar a doscientos y comenzaron la defensa.

Con esto se desplegaron los indios pero fueron reforzados y empezaron a destruir los puestos que había en la plaza.

Unos soldados subieron a las azotea e iban a disparar contra los manifestantes pero fueron reprehendido po el capitán Pedro Manuel Torrres. Y comenzaron a disparar solo pólvora pero esto no genero ningún temor en contra de los asaltantes. Y Gritaban “tirad tirad y si no tenéis pelotas, echad tomates , por ventura nos espantan las bombas y los cohetes, pues que se nos da vuestra arcabuces, tomad pelotas y mirad la fuerza que nos da el pulque para arrojarlas”.

Nadie podía ya calmar a la turba, el seño arzobispo salió a calmar la turba pero se retiro al ver que no conseguía nada y que podía ser víctima de atentados.

Ya muy entrada la noche la polvora se había terminado y la defensa del castillo se hiso con piedras y cachos de madera. Ya para estas horas la muchedumbre alcanzaba las diez mil personas representadas por todas las castas.

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Sirguenza y Gongora comenta que siempre se ha tenido por mal gobierno permitir en aquel lugar semejantes puestos por ser tan fácilmente combustible lo que forma y tanta la hacienda que en los cajones se encierra”.

Al ver los indios que las piedras no hacían tanto decidieron ponerle fuego a palacio por todas partes y como para eso sobraban petates, puestos, jacales comenzaron indios e indias a destrozarlos y hacer montones para arrimarlos a las puertas y darles fuego.

Religiosos de la compañía de Jesús intentaron también calmar a la muchedumbre pero por miedo de ser victimas decidieron retirarse.

El doctor Manuel de Escalante y Mendoza, llevando entre manos el santísimo sacramento y rodeado de algunos clérigos, monacillos y vecinos que decían oraciones. La presencia del Divinisimo pudo generar en la turba miedo y veneración y es lo único que pudo apaciguarlos un poco.

El seño Escalante se dirigió a la plaza y hacia el palacio. Apresuro el paso y llego a las casas de maques del Valle de Oaxaca ahí los indios le habían prendido fuego a la puerta principal, ahí Escalante exhorto a los indios de que apagasen el fuego “ en obediencia y veneración del santísimo sacramento que llevaba en las manos, lo cual ejecutaron con sin resistencia con suma veneración y prontitud acudieron a remediar otro daños.

La multitud no abandono la plaza si saquear los cajones de la plaza. Hubo mucho desorden hasta que llego el Conde de Santiago Calimaya acompañado de varios vecinos que dieron una buena carga de carabinazos contra los saqueadores.

La gente huyo del palacio por la calle de moneda tratando de escapar de la llamas.

A las 9 de la noche ya no había gente en la plaza solo un montón de cuerpos muertos y de todo lo sucedido se le due referido al virrey que primero recibió la noticia de haber sido “una travesura de muchachos” a movimiento gigante.

En el convento de san francisco el virrey intento salir para organizar algún cuerpo de defensa pero fue detenido por lo frailes.

Ahí el virrey temiendo por otra revuelta comisiono a Don Aguirre para que viajar a Chalco y trajera todo el maíz posible y también comisiono a francisco Sirgüenza y Góngora para que viajara a Celaya a una misión de la misma índole. y a otras personas para que visitaran panaderías, carnicería, huertas y se mandaron cartas a ciudades con mayor escases para advertirles de lo que podría suceder.

El lunes por la mañana en la calle de San Francisco estaba llena de hombres a caballo y muchos soldados, la Audiencia y los vecinos más importantes de la capital. Todos esperaban la salida del Virrey para escoltarlo a la casa del Márquez del valle.

Ya estando ahí el Virrey empezó a dar las primeras ordenes, ascendió a diferentes mandos militares y oficiales. Se reorganizo la defensa de la ciudad. Se crearon nuevas milicias.

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Las cuales fueron descalificadas por un grupo opositor al virrey llamado los vasallos más leales de Vuestra Majestad” y les escribieron cartas al rey diciéndoles que eran mas para impresionar al populacho.

Las diligencias de Aguire y Singüenza entraron con mucho maíz de Chalco y Celaya. Esto fue transcendental porque no hubo comercio alguno abierto.

Hubieron 36 muertos de los cuales 22 eran indios, 7 fueron españoles, 2 mestizos 3 mulatos y 2 mujeres mulatas.

Las víctimas del tumulto fueron enterradas esa misma noche en un hoyo hecho en el cementerio de la catedral.

El miércoles 11 se iniciaron las ejecuciones de los culpables y sus manos fueron cortadas y las pusieron en unos palos en la horca y puerta del palacio.

Ocho días después ahorcaron a dos indios y azotaron a veinticuatro indios, indias y mestizos.

El jueves ahorcaron a un indio y su cabeza fue expuesta en un palo.

El viernes 20 se ahorcaron a dos indios, azotaron a 6 y fueron sacados a la vergüenza otros seis entre ellos 2 mujeres.

Hubo también tumultos en Tlaxcala y en Guadalajara

Al final Fueron ejecutados 10 indios, 1 español y un lobo amestizado.

12 de julio se publico un bando en el que se decía Se desterraba a todos los indios del centro de la ciudad, el 23 se hiso un bando el cual decía “para que los indios anden en su traje, descalzos y sin capote y que se presenten los mestizos y no traigan espadas”.

El 19 de julio se prohibió el pulque en toda nueva España tanto el consumo como la elaboración y la pena era 200 pesos para los españoles y azotes y obraje a los indios.