El Ultimo Grumete de La Baquedano

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EL ULTIMO GRUMETE DE LA BAQUEDANO RESUMEN 1 Alejandro silva Cáceres era un joven de 15 años vivía con su madre la que trabajaba lavando ropa en la marina, su padre se perdió el mar al igual que su hermano, pero tenían la esperanza de encontrarlo con vida, por eso es que Alejandro también quería ser marino para lo cual se escondió en el barco “la Baquedano” el cual realizaría su ultimo viaje. En la primera noche Alejandro fue descubierto y presentado frente al segundo comandante quien después de pedir permiso incluyó al joven como “él ultimo grumete”. Aprendió, asimismo, el nombre de los instrumentos y compartimientos de una corbeta de guerra, y posteriormente las maniobras de una navegación a vela hacer guardia y las labores de todos los marinos, sus compañeros lo aceptaron sin problemas. Ahí conoció al sargento Escobedo el cual les contaba sus historias en la Baquedano y un día le contó sobre el fantasma del “Leonora” que era en realidad un velero rescatado en el que la proa tenia forma de sirena que mientras los tripulantes dormían en el camarote, se les aparecía esta figura femenina, de cara hermosa y túnica blanca. Los tomaba del brazo y los conducía a través del velero, con la intención de arrojarlos por la borda y desaparecerlos sin dejar rastro alguno. Recorriendo en medio de la tempestad y los hermosos días en el mar llegaron a Punta Arenas donde Alejandro esperaba encontrar a su hermano Manuel, pero allí no lo encontró. Llegaron después al Cabo de Hornos donde Alejandro encuentra a su hermano mayor, Manuel, quien, vestido a la usanza de los indios yáganse, vivía en calidad de cacique con una india de buen parecer y tres hijos menores. Manuel, el que asumió como suyas las costumbres ancestrales de los yáganse. Alejandro muy contento pide permiso para pasar tres días con su hermano el cual lo lleva a “El Paraíso de la Nutria” donde come pingüinos y otros animales como los yáganse, y así pasó los tres días para la despedida Manuel le entregó regalos para su madre.

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EL ULTIMO GRUMETE DE LA BAQUEDANO

RESUMEN 1

Alejandro silva Cáceres era un joven de 15 años vivía con su madre la que trabajaba lavando ropa en la marina, su padre se perdió el mar al igual que su hermano, pero tenían la esperanza de encontrarlo con vida, por eso es que Alejandro también quería ser marino para lo cual se escondió en el barco “la Baquedano” el cual realizaría su ultimo viaje. En la primera noche Alejandro fue descubierto y presentado frente al segundo comandante quien después de pedir permiso incluyó al joven como “él ultimo grumete”. Aprendió, asimismo, el nombre de los instrumentos y compartimientos de una corbeta de guerra, y posteriormente las maniobras de una navegación a vela hacer guardia y las labores de todos los marinos, sus compañeros lo aceptaron sin problemas.

Ahí conoció al sargento Escobedo el cual les contaba sus historias en la Baquedano y un día le contó sobre el fantasma del “Leonora” que era en realidad un velero rescatado en el que la proa tenia forma de sirena que mientras los tripulantes dormían en el camarote, se les aparecía esta figura femenina, de cara hermosa y túnica blanca. Los tomaba del brazo y los conducía a través del velero, con la intención de arrojarlos por la borda y desaparecerlos sin dejar rastro alguno.

Recorriendo en medio de la tempestad y los hermosos días en el mar llegaron a Punta Arenas donde Alejandro esperaba encontrar a su hermano Manuel, pero allí no lo encontró. Llegaron después al Cabo de Hornos donde Alejandro encuentra a su hermano mayor, Manuel, quien, vestido a la usanza de los indios yáganse, vivía en calidad de cacique con una india de buen parecer y tres hijos menores. Manuel, el que asumió como suyas las costumbres ancestrales de los yáganse. Alejandro muy contento pide permiso para pasar tres días con su hermano el cual lo lleva a “El Paraíso de la Nutria” donde come pingüinos y otros animales como los yáganse, y así pasó los tres días para la despedida Manuel le entregó regalos para su madre.

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RESUMEN 2

El último Grumete de la Baquedano”, de Francisco Coloane (Quemchi, Chile, 1910), es una obra, que se salvó de un naufragio después de haber navegado por alta mar, bajo el brazo de un marino ansioso por narrar las aventuras que le tocó vivir a bordo de un buque de guerra.

El protagonista principal de la obra, Alejandro Silva Cáceres, era el segundo hijo de una madre viuda que, para solventar las necesidades de su humilde hogar, lavaba y planchaba las ropas de dril y paño de los marinos, cuyos oficiales lucían uniformes blancos y camisas de cuello almidonado los días domingos.

Alejandro, hasta antes de embarcarse clandestinamente en la “Baquedano”, era alumno aplicado en la escuela primaria y el liceo. Estudió con la obsesión de ingresar algún día a la Escuela de Grumetes de la Armada. Quería ser marino a cualquier precio, aun sabiendo que su padre murió en un naufragio, y que su hermano mayor, Manuel, desapareció en Magallanes, a donde se marchó con la ilusión de que en los mares del Sur se ganaba mucho dinero cazando nutrias, lobos, zorros y otros animales de piel fina.

De los trescientos y un hombres que estaban a bordo de la “Baquedano”, el último tripulante era Alejandro Silva Cáceres, oriundo de Talcahuano, quien, escondido en el peñol de la proa, inició la mayor aventura de su vida, luego de haber tomado la decisión de despedirse, por medio de una carta, de su madre y sus profesores de liceo. Aunque tenía apenas quince años, como el capitán de una de las novelas célebres de Julio Verne, poseía el espíritu valiente y sagaz de un marino dispuesto a enfrentar los avatares del destino. Al fin y al cabo, estaba consciente de que este era el último viaje de la corbeta “Baquedano” y la única oportunidad que tenía para convertirse en uno más de los grumetes del glorioso buque de guerra, que levantó los velámenes y zarpó rumbo a los canales del Sur, llevando a bordo a trescientos y un hombres que se internaron en la inmensidad del mar, con la proa en dirección al viento.

Alejandro, al cabo de ser descubierto en su escondite por el guadiamarina, fue presentado al capitán y luego al comandante, quien, al escuchar las explicaciones del muchacho, decidió que lo consideraran el último grumete. A partir de entonces, Alejandro aprendió a armar un “coy” con el colchón y las dos mantas de reglamento, a levantarse al toque de la corneta y a subordinarse al mando de sus superiores.

Aprendió, asimismo, el nombre de los instrumentos y compartimientos de una corbeta de guerra, y posteriormente las maniobras de una navegación a vela.

Así, poco a poco, empezó a amar a la “Baquedano” como a su propia madre, pues era una nave donde, además de impartir las instrucciones correspondientes a la Escuela de la Armada, se contaban historias de aparecidos y buques fantasmas, como ese cuento de “El fantasma del Leonora”, referido por un viejo sargento que pasó su vida a bordo de la “Baquedano”. En realidad, el fantasma del “Leonora”, velero rescatado de las rocas del Estrecho de Magallanes, no era más que el mascarón de proa; tenía aspecto de sirena, “los brazos abiertos como queriendo abrazar al mar y las aletas plegadas a los bordes, igual que una aparición, blanca como el mármol”. El sargento contó que, mientras los tripulantes dormían en el camarote, se les aparecía esta figura femenina, de cara hermosa y túnica blanca. Los tomaba del brazo y los conducía a

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través del velero, con la intención de arrojarlos por la borda y desaparecerlos sin dejar rastro alguno.

Francisco Coloane, aferrado a su pluma de narrador innato, nos cuenta las peripecias de su joven protagonista, con la experiencia de quien ha recorrido muchos mares y ha visto muchos sitios. Está claro que el autor, por su ascendencia natural, revive su niñez en medio de la naturaleza agreste y accidentada de Chiloé. Además, se debe recordar que Coloane navegó desde su infancia por los canales del Sur, que vivió desde su adolescencia en Puerto Montt y Punta Arenas, que era hijo de un capitán de barco ballenero que hacía su travesía hacia el Estrecho de Magallanes, y, para entender mejor sus vivencias y experiencias como hombre y escritor, se puede afirmar que Coloane no sólo fue navegante en los canales australes, sino también cazador de lobos, ovejero y diestro domador de potros en las estancias de Tierra del fuego.

De hecho, los tripulantes de la “Baquedano”, junto al joven protagonista, estaban destinados a resistir las embestidas del mar, con sus olas que se elevaban por encima de la cubierta, y los vientos que zarandeaban los velámenes, a tiempo que la corbeta se mecía cual una cáscara de nuez en medio de la tempestad que enseñaba que el marino, para sobrevivir a la travesía, debía mirar a la muerte cara a cara, enfrentándose a los peligros con la serenidad de los nervios y la tenacidad de los músculos.

Francisco Coloane, eximio narrador de los sentimientos humanos y las fuerzas indómitas de la naturaleza, nos permite imaginar, en el libro que comentamos, la violencia implacable de las aguas embravecidas: “El mar aumentaba sus furias; ya no parecía océano, sino un mundo de montañas enloquecidas que bailaban estrellándose unas contra otras. El viento aullaba y bramaba a ratos, el aguacero caía como si otro mar se descargara encima. De vez en cuando, algo como unos gritos lacerantes, plañideros, estentóreos, salían de las bocanadas de agua y viento: era la voz de la tempestad”.

De otro lado, Francisco Coloane, nos pasea a bordo de la “Baquedano”, realizando una descripción magistral de la zona austral de Chile. Coloane, como todo marino convertido en narrador, tiene la facultad de guiar al lector por un itinerario geográfico que compendia fiordos, cabos, penínsulas, archipiélagos, islas y bahías.

Bien se podría decirse que “El último grumete de la Baquedano” es un pretexto o un medio del cual se vale el autor para enseñarnos el paisaje accidentado y exuberante de lugares como Talcahuano, Puerto Montt, Golfo de Penas, Punta Arenas y Magallanes, donde los bosques, contemplados a lo lejos, se levantan como montañas recortadas contra el azul del cielo. No es menos maravilloso imaginar el paisaje de la bahía de Puerto Refugio, que, aparte de ser un sitio ideal para salir a mar abierto y cazar ballenas, está rodeado de grandes cordilleras cuya única vegetación son los robles y los musgos, o el encanto especial que ofrece el canal que conduce a Puerto Edén, cuyo espléndido paisaje, además de hacer honor a su nombre, es la tierra de los indios alacalufes, que viven de los productos que les concede la tierra y el mar.

La “Baquedano”, como cualquier buque de guerra que sigue la ruta del Sur, atraviesa por sitios mentados por los marinos más viejos, como es “La Tumba del Diablo” en Punta Arenas, población ganadera de la Patagonia, situada en las márgenes del Estrecho de Magallanes y frente a la legendaria Tierra del Fuego. Se dice que aquí fue amarrado y fondeado el Diablo, con tres toneladas de grilletes y cadenas, y que:

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“¡En las noches de tempestad arrastra sus cadenas debajo del mar, y los pocos marinos que lo han oído y están vivos dicen que es un ruido terrible, que queda en los oídos para siempre! ¡Más horrible que el de la tempestad!”.

Cabe recordar que la obra de Coloane no sólo trata de rescatar la fauna y la flora del Sur de Chile, sino también sus mitos y leyendas, cuyos personajes respiran a través de la pluma de este narrador que, aparte de saber anudar coherentemente los cabos sueltos de sus historias, es uno de los escritores tradicionales más fecundos de la literatura chilena contemporánea.

Con todo, casi al final del libro, cuando la “Baquedano” arribó al Cabo de Hornos, donde se cruzan las aguas del Pacífico y el Atlántico, el último grumete, Alejandro silva Cáceres, encuentra a su hermano mayor, Manuel, quien, vestido a la usanza de los indios yáganse, vivía en calidad de cacique con una india de buen parecer y tres hijos menores. Manuel, más que representar el sincretismo cultural, asumió como suyas las costumbres ancestrales de los yáganse. Quizá por eso, mientras contemplaba las aguas gélidas del mar, se le acercó a Alejandro y le dijo: “¡Los hombres somos como los témpanos, la vida nos da vueltas a veces y cambiamos!”.

En esta región inhóspita y agreste, conocida como “El Paraíso de la Nutria”, los indios yáganse sobreviven aislados del mundanal ruido de las urbes, llevando una vida sedentaria en medio de la nieve y el viento helado. Se alimentan casi exclusivamente de la caza de nutrias, lobos, pingüinos y otras aves, debido a que, a diferencia de los primeros occidentales que llegaron atraídos por la fiebre del oro, los habitantes ancestrales no conciben la propiedad privada y prefieren llevar una vida en simbiosis con la naturaleza, tomando los alimentos que les provee el mar, y, algunas veces, del trueque que realizan con los tripulantes de los barcos mercantes que atraviesan por ese helado confín del mundo.

“El último grumete de la Baquedano”, como todos los relatos clásicos bien contados, es una obra que no podía dejar de tener un desenlace feliz, ya que el joven protagonista, Alejandro Silva Cáceres, a su retorno a Talcahuano, lleva el uniforme de marino, y, para la alegría de su madre, las pieles y el oro que le entregó su hermano Manuel, como prueba de que el amor de un hijo por su madre es inmutable a pesar del tiempo y la distancia.

DESCRIPCION DEL ESPACIO

Lugar: buque escuela de la armada de chile “la baquedano”.

Ambiente: marino, un mar verde florecido de grandes olas regulares que reventaban en espuma, aparecen y desaparecen como lomos de negras y grandes bestias en la noche hacia el sur del oceano pacifico, empujadas por un fresco viento salobre que viene del mar en la inmensidad de este y de la noche.

PERSONAJES

Principal: alejandro silva caceres.

Secundarios: manuel silva caceres, madre de ambos llamada maria.

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Terciarios: tripulacion de 300 hombres entre ellos;Teniente de guardia, Timonel, Comandantes, Grumetes, Guardia del portalon, Marineros, Oficiales: de ruta, instructor,de guardia,oficial, artillero, Cabos, cabo escribiente. Guardiamarinas, Perro policial “patotolo”, Capitan de corbeta, Comandante calderon o 1er.comandante, Oficial del detalle o 2do.comandante, Contramaestres, Sargento 1ero.escribiente, Tenientes, teniente martinez., Guardias, guardia del trinquete, Instructores, Corneta de guardia, Vigias, El ranchero, Sargento Escobedo, Juan bautista carcamo, Cadetes, Suboficial radiotelegrafista.

Otros; Muchacho del puerto “pistoleros”, Jesus barria, Patron del Leonora, Mujer del mascaron, Cazadores de ballenas, Flota ballenera, Piloto de noruega, Indios alacalufes y yaganes, Director de tiro,Tambor mayor, Compañía, Publico, Teniente contador, India esposa de manuel, 3 hijos de manuel, Sacerdote o brujo, Jefe de la tribu.

DESCRIPCION FISICA Y PSICOLOGICA

ALEJANDRO SILVA CACERES:adolescente de regular estatura, de quince años de edad, delgado y nervudo, de cara palida, nariz un poco aguleña, ojos grises, acerados.cabellera color castaño claro, figura apuesta y atletica, niño huerfano de padre, tranquilo y melancolico, bondadoso y noble, vivaz y fuerte.

OFICIAL DEL DETALLE O 2DO.COMANDANTE: capitan de coberta, de mas o menos cuarenta años de edad, vigoroso y alto, hombre rudo y serio, frunse el ceño al disgustarse, de tono fuerte

COMANDANTE CALDERON, 1 ER. COMANDANTE: Capitan de navio, Alto, Gordo, moreno, De aspecto bonachon, De aire severo pero bondadoso

MOTIVO CENTRAL

Los deseos de alejandro de hacerse marinero

Motivos secundarios

Hacerse hombre.

Ir en busca de su hermano manuel.

Ganar dinero para mantener a su madre.

VOCABULARIO

Aleta : costado de popa

Bitacora: el libro de vida de un barco

Carlinga: espacio que queda entre la quilla y la sobrequilla.

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Cofa: barril o canastillo en lo alto del mastil, donde se colocan los vigias.

Cubichetes: casetas que resguardan las escotillas.

Desguazar: desmantelar un buque cuando esta viejo.

Escorado: ladeado, inclinado por efecto del viento en las velas.

Viada: impulso que hace andar a la nave despues de arriado el velamen o detenido el motor.

Horquillear: los primeros disparos para corregir la punteria.

Tangon: madero por donde descienden los marineros en vez de la escalera.

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RESUMEN 3

Título: El Ultimo Grumete de la Baquedano 

Autor: Francisco Coloane 

• Describe un personaje física, sicológica y socialmente. 

Alejandro Silva 

El es un adolescente de 15 años hijo de madre lavandera y de padre marino fallecido.

Vive en Talcahuano junto a su madre. Alejandro es un joven de cuerpo atlético, algo

moreno, no muy alto ni muy bajo, de contextura delgada, nariz un poco aguileña como

lo llama el narrador. Es una persona muy preocupada de la gente que quiere, sobre

todo de su madre y en fin, muy respetuoso con todos los que lo rodean o conviven

con él, profesores, su madre, etc. Tiene sueños y esperanzas, como el sueño de ser

un marino y también encontrar a su hermano perdido, dos cosas que le quitan el

sueño, puesto que prometio a su madre que sería grumete en el último viaje de la

corbeta chilena Baquedano, y aunque trato de entrar no pudo, por esto se embarcara

en su viaje “infiltrado”. En el aspecto social, se puede decir que es un joven de una

familia poco adinerada, hijo de una madre viuda, que vive de lavar ropa a los

marineros, lo que le alcanza para mantenerse a duras penas con su hijo, que aún

estudia, en general es un joven de una familia humilde, de un sector social medio-

bajo, y que vive en Talcahuano. 

• Resumen del libro en primera persona con el personaje escogido anteriormente 

La Baquedano hace su ultimo viaje, y yo no quede en el, aún cuando mi madre hizo

todo lo posible, porque yo fuera un grumete. Ese día estaba lista a zarpar desde mi

ciudad Talcahuano, cuando yo sabía que debía ir en ese viaje, mal que mal había

prometido a mi madre, que sería un grumete, y que viajaría al Sur a encontrar a mí

hermano, Manuel. Mi desesperación fue tal, que redacte dos cartas donde pedía

disculpa por haberme embarcado escondido en la corbeta escuela, una a mi madre y

otra a mis profesores. Durante un buen rato estuve escondido en un pañol del barco,

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cuando me encontraron, ya que obviamente algún día me iban a pillar, y los marinos

que me pillaron, me llevaron donde el comandante Calderón. Al contrario de lo que

pense que podía pasarme uno de mis sueños se cumplía en ese momento: fui

nombrado grumete, “Ultimo Grumete”. 

Era un grumete, el ultimo pero al fin y al cabo, un grumete en el ultimo viaje de la

Baquedano, así que sería el ultimo, puesto que la Chancha como se le llamaba, no

tendría mas grumetes que educar. Al principio no fue nada agradable, por mi

inexperiencia al contrario de mis pares. Algunos al otro día me miraron mal, muy

despectivos, otros fueron mas bromistas, y uno que otro fue muy agradable y

comprensivo y estuvo dispuesto a informarme de cómo funcionaban las cosas. 

Dentro del buque en el viaje, aprendí muchas cosas, tuve anécdotas muy divertidas,

como la de los tres bultos a estribor, etc. También aprendí y me interesó mucho la

radio, un sub oficial me estuvo enseñando algo. Conocí tierras muy lejanas,

costumbres marinas desconocidas para mi, leyendas que contaba el Sargento

Escobedo, ya que había sido un marino toda su vida y casi toda en la Baquedano, de

ahí a que después quedara medio loco con la noticia de que la Chancha quedaba

fuera de servicio y que jamas volvería a viajar en ella. 

Aún entre aprender tanto y estar tan jubiloso, por ser un grumete de la Baquedano,

me faltaba algo, que tal ves era lo mas importante para mi, y era que no había

encontrado a mi hermano. Cuando por primera ves llegamos a tierra a una ciudad, en

Punta Arenas, recuerdo que estaba muy feliz, y me puse a pensar en esto, y

buscándolo en todas las partes donde podía estar, no estaba. Entonces le escribí a mi

madre para que no se preocupara ella, tanto como estaba yo, aunque se lo escondí.

Realmente estaba preocupado, porque la único que quedaba era buscar donde yo

menos creía que podía estar, regiones desoladas, llenas de loberos, contrabandistas,

y buscadores de oro. Partimos hacia el Cabo de Hornos. 

Después partimos al lugar llamado “Detrás de los Témpanos”, nombre que e pusieron

los yaganes, donde pasamos por unos canales muy estrechos; en un momento se

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decidió que no había que seguir navegando, porque el canal no estaba apto y era

inseguro. De pronto, como me contó mi amigo que estaba de guardia, un oficial vio

unos yaganes que venían en sus canoas, dentro de los cuales venía un blanco, lo que

era totalmente raro. Este subió por la escalera del buque, y pidió al guardiamarina

hablar con el Capitán del Buque. Este penso que venía a pedir víveres, y lo increpó, a

lo que el blanco le contesto que el venía a comprar o cambiarlos, no a pedirlos. De

pronto, pasó por mi lado, y nos quedamos mirando algo confusos, y de pronto viene

un grumete, y me dice: Oye Alejandro, ni hermano que fueras del que entro; tu cara y

la de el son parecidas. Entonces me di cuenta de mi confusión, así que fui y le

pregunte su nombre, y el dijo que no era importante, y se fue. El oficial lo hizo

detenerse y le dijo que se lo dijera, ya que de todas maneras tendría que hacerlo si

quería comprar. Y lo dijo, y quede atónito, ¡era mi hermano!, no aguante mas y lo

abrasé llorando. El también reconoció su confusión, porque no penso que yo podría

ser el “pequeño Alejandro” que un día el dejo en Talcahuano junto a mi madre. 

En el buque me dieron permiso para salir tres días de la semana que íbamos a estar

anclados en ese lugar. Salí con mi hermano, que vivía con una tribu Yagan y cazaban

animales y buscaban oro, para vivir. El fue nombrado Jefe de ellos. Con el observe

mas costumbres nuevas y conocí lugares que ningún grumete mas, ni nadie del

buque conoció, ni conocería jamas, lugares hermosos, lleno de naturaleza, y yo

conviviendo tan cerca con ella y con mi hermano por supuesto. Cazamos juntos,

comimos juntos, conocí a su esposa y sus tres pequeños hijos. Pero después esos

días terminaron, y tuve que irme y dejar a mi hermano, pero al menos estaba mas

contento, de echo estaba muy feliz, porque se habían cumplido dos de mis sueños, y

eso me ponía contento. Nos despedimos y me dijo que piadosamente le ocultara parte

de la verdad a mi madre, que le dijera que buscaba oro, y que cuando tuviera mas

plata el volvería donde ella. Ojalá fuera así. Me regaló unas pieles y unos sacos con

pepas de oro, cosas de gran valor y que nos sirvieron a mi y a mi madre de sustento

económico. 

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Llegué a casa, le conté a mi Madre todo lo del viaje, lo que aprendí, las anécdotas, y

por supuesto lo de Manuel, y le entregué los regalos de mi hermano. Luego nos

pusimos a llorar abrazados, yo me sentía como un niño, sollozando entre los brazos

de mi madre. 

Ahora, dos semanas después, me encuentro con un amigo del viaje. Y me contó que

venía del Hospital Naval, porque andaba viendo al Sargento Escobedo, el de las

historias, ya que estaba enfermo medio loco, con la cuestión de que la Baquedano

quedaba fuera de servicio. Así que yo también lo fui a ver, y fue un encuentro emotivo,

donde pude constatar su locura, pero así también lo mucho que le estimaba, y lo que

el me estimaba a mí, cuando me dijo con la mano puesta en una visera imaginaria:

“YO SOY EL PRIMER SARGENTO, Y TU EL ULTIMO GRUMETE DE LA

BAQUEDANO”, y yo emocionado le respondí “ Si mi sargento “. 

ENSAYO DE EVALUACIÓN 

EL ÚLTIMO GRUMETE DE LA BAQUEDANO 

Francisco Coloane 

1.-¿Qué motivo tiene Alejandro para ingresar como polizonte a la Baquedano? 

encontrar a su hermano 

2. ¿Qué sentimientos invaden al protagonista, en sus primeros días a bordo de la

Baquedano? Dolor sufrimiento y alegria 

3. Enumere los motivos que le permiten a Alejandro convertirse en “último grumete”

de la Baquedano. 

porque era el ultimo viaje de la Baquedano y como no había mas grumetes llego el y

fue el ultimo 

4. Relate la anécdota de “los tres bultos” 

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5. Comente las reflexiones que hace Alejandro, durante la tormenta que azota a la

Baquedano. 

6. ¿Dé que manera los Alacalufes se defendían del abuso de los marinos? 

7. Caracterice físicamente a Alejandro. 

8. Describa el espacio social que poseen Alejandro y su madre. 

9. Describa el método de caza de los Yaganes 

10. Según su opinión, que quiere señalar el siguiente fragmento presente en la obra:

“Somos como los témpanos, la vida nos da vueltas y a veces nos cambia totalmente

la forma”

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RESUMEN 4

Alejandro silva Cáceres: joven de estatura mediana tiene quince años, fuerte pero delgado de tez blanca nariz pequeña y empinada, ojos grises, pelo castaño claro. Era melancólico sensible pero tranquilo, bondadoso, noble y muy esforzado también de un espíritu servicial y alegre. El personaje de Alejandro silva es estático ya que no cambia su forma de ser, Ósea es siempre bondadoso noble y muy esforzado además de ser inteligente. 

Comandante Calderón: era alto, gordo, de tez morena, robusto y muy fuerte. Tenía el pelo oscuro y ojos claros.Su personaje es estático ya que siempre era severo pero muy bondadoso y durante la historia no tiene cambios. 2º comandante: robusto, fuerte de edad avanzada (cuarenta años aprox.) alto un poco rudo y marcaba su tono de voz al ser mas alto que lo común. Su personaje al igual que el anterior es estático ya que mantiene su forma de ser: serio. 

Sargento Escobedo: era muy noble y bondadoso siempre daba buenos concejos era humilde pero a la vez serio y riguroso, cuando debía ser severo lo hacia era un poco sensible pero con el tiempo se medio loco. Era estático ya que nunca cambia sus sentimientos, solo pierde un poco la memoria. 

Manuel silva Cáceres: era inteligente, bondadoso, noble un tanto rudo pero esforzado por él y por sus amigos, era poco sensible y muy luchador, sobre todo para conseguir lo que quería. Su personaje es estático ya que a pesar de cambiar de forma de vida sigue siendo la misma persona con los mismos valores que siempre. 

ARGUMENTO RESUMIDO 

Alejandro silva Cáceres era un joven de 15 años vivía con su madre la que trabajaba lavando ropa en la marina, su padre se perdió el mar al igual que su hermano, pero tenían la esperanza de encontrarlo con vida, por eso es que Alejandro también quería ser marino para lo cual se escondió en el barco “la baquedano” el cual realizaría su ultimo viaje. En la primera noche Alejandro fue descubierto y presentado frente al segundo comandante quien después de pedir permiso incluyó al joven como “él ultimo grumete”. Aprendió, asimismo, el nombre de los instrumentos y compartimientos de una corbeta de guerra, y posteriormente las maniobras de una navegación a vela hacer guardia y las labores de todos los marinos, sus compañeros lo aceptaron sin problemas. Ahí conoció al sargento Escobedo el cual les contaba sus historias en la baquedano y un día le contó sobre el fantasma del “Leonora”que era en realidad un velero

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rescatado en el que la proa tenia forma de sirena que mientras los tripulantes dormían en el camarote, se les aparecía esta figura femenina, de cara hermosa y túnica blanca. Los tomaba del brazo y los conducía a través del velero, con la intención de arrojarlos por la borda y desaparecerlos sin dejar rastro alguno. Recorriendo en medio de la tempestad y los hermosos días en el mar llegaron a Punta Arenas donde Alejandro esperaba encontrar a su hermano Manuel, pero allí no lo encontró. Llegaron después al Cabo de Hornos donde Alejandro encuentra a su hermano mayor, Manuel, quien, vestido a la usanza de los indios yáganse, vivía en calidad de cacique con una india de buen parecer y tres hijos menores. Manuel, el que asumió como suyas las costumbres ancestrales de los yáganse. Alejandro muy contento pide permiso para pasar tres días con su hermano el cual lo lleva a “El Paraíso de la Nutria” donde come pingüinos y otros animales como los yáganse, y así pasó los tres días para la despedida Manuel le entregó regalos para su madre. Alejandro Silva Cáceres, a su retorno a Talcahuano, lleva el uniforme de marino, y, para la alegría de su madre, las pieles y el oro que le entregó su hermano Manuel. 

Descripción Lugar: buque escuela de la armada de Chile “La Baquedano” Física: era un buque amplio y muy bien cuidado con todo ordenado y siempre muy limpio, tenia las medidas de seguridad necesarias para todos los que en ella viajaban. Psicológica: era un ambiente placido aunque muy rígido pero en general había en todos ellos bondad y unidad lo que les hacia sentir que todos en una familia que se respetaba y se cuidaban mutuamente. Social: “La Baquedano “ era de aspecto de clase media ya que estaba Hecha de muy buena forma pero no era un barco lujoso pero tenia lo necesario para navegar en ella 

Clasificación Escrita en: prosa Tipo: Novela Posición del narrador Primera persona: protagonista 

Glosario   Aleta: costado de popa. sin: babor, estribor, costado. Ant: nave, Buque. 

Carlinga: espacio que queda entre la quilla y la sobrequilla. sin: suelo, superficie, espacio. Ant: situación, lugar, ubicación. 

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Bitácora: el libro de la vida de un barco. sin: libro, tomo. Ant: letrero, cartel. 

Cofa: barril o canastillo en lo alto del mástil. sin: cesta, canasta Ant: mochila, bolso. 

Cubichetes: casetas que resguardan las escotillas. sin: caseta, garita. Ant: portal. 

Desguazar: desmantelar un buque cuando esta viejo. Sin: desmantelar. Ant: reconstruir. 

Escorado: ladeado, inclinado por efecto del viento en las velas. Sin: acostado. Ant: recto. 

Viada: impulso que hace andar a la nave después de arrivado el velamen o detenido el motor. Sin: impulso. Ant: detenido. 

Horquillear: los primeros disparos para corregir la puntería. Sin: disparar. Ant: detonante. 

Tangón: madero por donde descienden los marineros en vez de la escalera. Sin: tablón. Ant: materiales. 

Juicio crítico valorativo y creativo 

A mí me gusto el libro ya que recalcaba valores como la valentia y el esfuerzo, y nos enseña que cuando uno quiere conseguir algo con esfuerzo y dedicación podemos lograr nuestro objetivo. También creo que podemos darnos cuenta de que la sencillez y humildad de un joven puede lograr muchas cosas.