El universo nuestro gran maestroeducar: un viaje hacia adentro maria cristina herdoiza

9
EL UNIVERSO NUESTRO GRAN MAESTRO EDUCAR: UN VIAJE HACIA ADENTRO María Cristina Herdoíza, Kom un puente con el mundo, [email protected] Eje temático: Las motivaciones para educar sin escuela o desescolarizar, y su influencia en los proceso educativos de las familias y comunidades. Perspectivas y argumentos sociales, religiosos, filosóficos, económicos, políticos, entre otros. La maternidad en un contexto urbano, los prejuicios sociales, la presión social y las decisiones incongruentes Ser madre fue siempre para mí un enigma, se habían tejido muchos miedos alrededor de la concepción, del parto, del cuidado de los hijos. En mis dos primeros embarazos, mi corazón siempre me pedía a gritos parto natural, en agua, una partera, pero me dominaba el miedo. Todo “decía” que un parto natural es riesgoso, que hay dolor, que no es posible hacerlo en casa, que una clínica brinda todas las garantías del caso, la cesárea se promocionaba por todos lados y estaba además esa alerta de las enfermedades de transmisión sexual. Miedo por un lado y por otro, riesgos, cuidados extremos. No lo digo porque tenga alguna enfermedad, no, en absoluto, solamente por ser mujer urbana occidental de clase media. Si bien acepto mi condición, cada día estoy más segura que quiero convivir en una comunidad indígena rural y posibilitar que las cosas de la vida fluyan naturalmente como debe ser. Mi primera hija, Camila, nació “aparentemente” bien, por cesárea, en una clínica privada por supuesto. Hubiese querido ponerle un nombre kichwa, pero hasta eso respondía a un condicionamiento social, cómo la primera hija va a tener un nombre “raro”?. A los 10 meses de edad ella empezó a llorar y gritar en la noche. El “médico” diagnosticó, espasmo del sollozo. Al poco tiempo, se repetían los episodios y tuve que acudir a un neurólogo, no era un espasmo, eran crisis convulsivas. Todo se trastocó, su proceso de desarrollo empezó a ser más lento. Gracias a mis múltiples búsquedas encontré un

Transcript of El universo nuestro gran maestroeducar: un viaje hacia adentro maria cristina herdoiza

Page 1: El universo nuestro gran maestroeducar: un viaje hacia adentro maria cristina herdoiza

EL UNIVERSO NUESTRO GRAN MAESTRO

EDUCAR: UN VIAJE HACIA ADENTRO

María Cristina Herdoíza, Kom un puente con el mundo, [email protected]

Eje temático: Las motivaciones para educar sin escuela o desescolarizar, y su influencia en los proceso educativos de las familias y comunidades. Perspectivas y argumentos sociales, religiosos, filosóficos, económicos, políticos, entre otros.

La maternidad en un contexto urbano, los prejuicios sociales, la presión social y las decisiones incongruentes

Ser madre fue siempre para mí un enigma, se habían tejido muchos miedos alrededor de la concepción, del parto, del cuidado de los hijos. En mis dos primeros embarazos, mi corazón siempre me pedía a gritos parto natural, en agua, una partera, pero me dominaba el miedo. Todo “decía” que un parto natural es riesgoso, que hay dolor, que no es posible hacerlo en casa, que una clínica brinda todas las garantías del caso, la cesárea se promocionaba por todos lados y estaba además esa alerta de las enfermedades de transmisión sexual. Miedo por un lado y por otro, riesgos, cuidados extremos. No lo digo porque tenga alguna enfermedad, no, en absoluto, solamente por ser mujer urbana occidental de clase media. Si bien acepto mi condición, cada día estoy más segura que quiero convivir en una comunidad indígena rural y posibilitar que las cosas de la vida fluyan naturalmente como debe ser.

Mi primera hija, Camila, nació “aparentemente” bien, por cesárea, en una clínica privada por supuesto. Hubiese querido ponerle un nombre kichwa, pero hasta eso respondía a un condicionamiento social, cómo la primera hija va a tener un nombre “raro”?. A los 10 meses de edad ella empezó a llorar y gritar en la noche. El “médico” diagnosticó, espasmo del sollozo. Al poco tiempo, se repetían los episodios y tuve que acudir a un neurólogo, no era un espasmo, eran crisis convulsivas. Todo se trastocó, su proceso de desarrollo empezó a ser más lento. Gracias a mis múltiples búsquedas encontré un libro de Glen Doman que me ayudó a comprender mejor a Camila y empezar a apoyarla en casa. Caminó a los 4 años, luego de deambular por diversas terapias y terapeutas, tan inhumanos e inconscientes como los “médicos” y “los políticos”. Finalmente encontré un espacio de aprendizaje adecuado para ella, pero la recibieron solamente por un tiempo, pues no trabajaban con niños con deficiencia cognitiva. Inicié otra romería hasta dar con la Fundación El Triángulo. Si bien es un espacio formal de educación para personas con discapacidad, su mística y el enfoque de artes escénicas y discapacidad me convenció. Ahora Cami tiene 19 años y continúa en la Fundación, desarrollando sus destrezas para ser más independiente y sus habilidades artísticas.

El tiempo siempre fue un enemigo del “educar”, pues había sido entregado sin ninguna garantía al “trabajo”. Una y otra mujer me ayudaron en el cuidado de Camila, pero a decir verdad creo que la maternidad fue compartida, se extendió a una mujer especialmente que aportó mucho en su cuidado en casa.

Page 2: El universo nuestro gran maestroeducar: un viaje hacia adentro maria cristina herdoiza

Con mi segundo hijo los miedos continuaron, quizá más acrecentados por la experiencia anterior. Segunda cesárea, esta vez con la asistencia de un neurólogo reconocido en el país, un anestesiólogo de confianza y el ginecólogo de la familia. Clínica privada y homeopatía para el posparto. Pude confrontarme con la familia y ponerle un nombre ancestral kichwa Anaiti – De los niños que originan el arcoíris – La mamá trabajando más y peor, respondiendo a eso que el sistema llama trabajo a presión. Todo trabajo con relación de dependencia es un trabajo a presión. Y al ser docente de colegios privados, la presión era aun más fuerte. Horarios rígidos, contenidos absurdos, uniforme, relaciones desiguales, sobrecarga laboral, confrontamiento contínuo, imposición…y todo esto a partir de que la opción por la escuela, no es de los niños, no es propia de ellos, sino que es una imposición primero del sistema y luego de los padres que se acogen al mismo. Seguramente muchos de los padres o madres jamás se han preguntado por qué llevamos a nuestro hijo o hija a la escuela? Quizá el para qué está claro, pero no el porqué. Ni siquiera o mismo lo había hecho.

Como docente intenté siempre hacer amenas mis clases, empezar desde la experiencia, integrar los viajes o visitas a lugares diversos, aplicar procesos de desarrollo personal, me preocupaba más que el contenido, que los chicos aprendieran a convivir, a resolver conflictos como lo llaman ahora, a saberse todos diferentes pero parte de un todo e iguales en cuanto a derechos y oportunidades. Pero enseñar esto, en medio de un sistema que pone en práctica todo lo contrario era imposible. 10 años subsistí a los embates del sistema y preferí dejar la docencia.

Me dediqué a la educación popular, al trabajo con organizaciones de base en temas de derechos humanos y movilidad. Viajé tanto, tanto que me enamoré del viaje y adopté ese camino, como universidad, porque en los viajes aprendí lo que nunca nadie me enseñó y no fue el hecho mismo de viajar, sino la casualidad o la causalidad como la entiendo ahora, los encuentros, el diálogo intercultural, la convivencia, la que me fue iniciando en el recorrido de mí misma.

La maternidad en contexto rural, el silencio, la distancia y las decisiones naturales

En medio de un viaje en bicicleta por la Patagonia mi condición de fertilidad extrema y el paisaje patagónico, lleno de bosques, agua, montañas y duendes hizo que viniera el tercer hijo – Omkem- Al parecer ya la vida me había puesto delante otros desafíos como el mismo hecho de viajar en bicicleta y recorrer algunos países, así que decidí acogerlo en mi vientre. Fue entonces que inicia un despertar, muy empujado por un pequeño ser, que se hacía sentir. Ya tenía otro tipo de información integrada a mí, sabía que todo estaba en mis manos y que podía padecer y sufrir el embarazo o disfrutarlo. Decidí disfrutarlo. Me fui a vivir a una casita de campo de mis padres en Baños y ahí pasé los 7 últimos meses del mismo, sin trabajar, sin familia ni materna ni paterna. Me rodeaba el silencio, los árboles, unas cuantas gallinas que se paseban por el jardín, los tremores pasajeros del volcán, la humedad de la hierba, la compañía de una familia que vivía al lado de nosotros cuidando la propiedad. Buena alimentación, sanita y variada del campo, animales salvajes, verdurita, guisos, empanadas. El tiempo y el espacio me llamaba a meditar, a mirarme hacia

Page 3: El universo nuestro gran maestroeducar: un viaje hacia adentro maria cristina herdoiza

adentro y encontrar ahí las respuestas. Fue una convivencia conmigo y con Omkem muy profunda. Había hecho dos niveles de reiki en Argentina, así que lo aplicaba también, cuando había algún problema, solo realizaba algunos decretos y afirmaciones positivas y cuando sentía alguna molestia en el cuerpo, fruto de alguna emoción mal canalizada, entonces me hacía algo de reiki. Así transcurrieron los meses en medio de una calma absoluta. Y cuando se cumplieron las 40 semanas, Omkem quizo nacer como naturalmente se nace, salir por el lugar correcto. Y así fue. Pese a dos cesáreas anteriores este tercer parto fue normal, aunque anormal en el sentido de dar a luz en una clínica, esta vez pública y ser “atendida”, si a eso se le puede llamar atención por la medicina occidental alopática. Los errores del sistema cada vez eran más evidentes y los había sentido en carne propia. Las escuelas, los hospitales, los médicos, las terapias, la alimentación, el trabajo. Entonces era obvio que había que salir del sistema. Yo había empezado a hacerlo y con el nacimiento de Omkem lo decidí. Por subsistencia mantuve vínculos laborales, pero luego de un tiempo decidí montar mi propio emprendimiento, una tienda ambulante de cosas del mundo KOM. Otra de las decisiones fue alimentarnos bien, dejar de lado el azúcar, las grasas y disminuir el consumo de harinas. Optamos por lo orgánico, los cereales, carnes blancas, ensaladas crudas y cocidas, vegetales en general, beber cuando hay sed, comer cuando hay hambre y hacerlo como un ritual, despacio, sin interrupciones ni distracciones, agradeciendo siempre al universo por la comida, la salud y por el amor. Omkem a los 2 años se integró a un proceso de reingeniería del alma en el que yo como mamá también estaba involucrada. Así integramos toda una filosofía en nuestras vidas, la causalidad, pensar, sentir y actuar, el otro eres tú, todos somos uno…Y en cuanto a los contenidos descubrimos que hay cosas como las matemáticas, leer y escribir que ya sabemos, solo necesitamos recordarlas. Y así continuamos el camino. Dejamos Quito, una ciudad enorme y complicada y nos fuimos a vivir primero en Ibarra y luego en Cotacachi. Ahí montamos nuestra tienda ambulante, no la abrimos todos los días, lo hacemos cuando hay un buen clima, cuando tenemos ganas de bajar al centro y montar el kiosko, sino nos quedamos en casa o salimos de paseo. Y cuando viajamos a Quito o a alguna otra ciudad metemos la mercadería en una gran maleta y la llevamos con nosotros para vender.

Hay algo que Omkem me dijo un día a propósito de esto: - mami, así como tú no tienes trabajo, yo no tengo escuela- Y es precisamente lo que trato de compartir ahora con ustedes, el nexo indiscutible entre lo laboral o el mundo del trabajo, la salud, la economía, la alimentación…lo uno lleva a lo otro.

Autonomía es la clave de todo esto y es precisamente lo que el sistema no enseña, no le conviene enseñar. Solo esta palabra dice mucho, pues hay una íntima relación entre la autonomía y lo que uno es, siente y piensa. Ser autónomo, no es fácil, requiere conocerse a uno mismo y trazar el camino hacia donde uno quiere ir y esto implica considerar lo que pienso, mis ideas, lo que siento, mis emociones y vivir lo que quiero vivir, materializarlo. Solo así los círculos de la vida se van completando y podemos pasar al siguiente nivel. Hay experiencias que como humanos debemos vivir y de ellas aprender. Nosotros decidimos cuantas veces queremos que éstas se repitan, dejarlas o reciclarlas. La búsqueda del amor es realmente complicada por

Page 4: El universo nuestro gran maestroeducar: un viaje hacia adentro maria cristina herdoiza

todo esto, pero sé que finalmente cuando uno está preparado éste llega y se queda para siempre.

La relación con la tierra, con los elementos, producir los alimentos propios, requiere también de un espacio físico, así que en el 2011 nos unimos a un proyecto de ecoaldea que aun sigue en construcción Achik Yaku, Agua Luminosa. Compramos entre 22 familias 170 ha. de terreno en el Valle de Intag de las cuales el 70 % es bosque (primario y secundario), una zona subtropical, reserva natural muy preciada y rica en todo sentido, su tierra muy fértil y sus subsuelos llenos de minerales, agua por todos lados. Aun ninguna familia vive allá, pero la intención es iniciar pronto el proceso de construcción de espacios familiares. La propiedad es una propiedad indivisa, en la que todo es colectivo. En este tiempo lo que hemos hecho es rehabilitar un espacio de vivenda y cocina comunitario. Acudimos regularmente, sembramos, cosechamos y disfrutamos de la naturaleza, del sol, del agua, del aire…

Omkem tiene cuatro años 10 meses. Entre este ir y venir de una ciudad a otra y estar saltando entre el mundo de oriente y occidente, en medio de pequeños viajes en bus o bicicleta, compartiendo siempre con las organizaciones campesinas e indígenas rurales y urbanas especialmente de mujeres, hemos aprendido mucho. Voy a intentar detallar esos aprendizajes sin escuela que hemos compartido con Omkem:

En cuanto a lo esencial del camino y que aun lo estamos aprendiendo

Llorar es humano, podemos hacerlo siempre que queramos

Si sucede un accidente, éste no es accidental, responde a que yo no estoy con mi sentir, pensar y actuar, es decir con el dominio pleno de mi, siendo fiel a mi espíritu.

Es necesario planificar, programar lo que quiero conseguir y cómo hacerlo, lo que quiero aprender y cómo hacerlo, lo que quiero tener y cómo hacerlo.

Mentalizar, tener siempre presente aquello que quiero, que anhelo en mi vida.

Hacer mantras.

Sanarnos y limpiarnos a nosotros mismo. (Oración de la cocreación)

Meditar antes de dormir y al despertar. (Mantra del amor, mantra del miedo, mantra de las valores para armonizar los chacras)

Compartir.

No competir.

Ser consciente.

Dialogar.

Cuidar y respetar nuestro cuerpo.

Ser independientes y en esa independencia hacer, construir.

Crear.

Page 5: El universo nuestro gran maestroeducar: un viaje hacia adentro maria cristina herdoiza

Inventar.

Decidir.

No acoger juicios externos.

No juzgar.

Ser frontal.

Ser auténtico.

Ser compasivo, amar incondicionalmente.

Perdonar.

Realizar afirmaciones positivas para desprogramarnos.

Amarnos a nosotros mismo.

Ser solidarios.

Ser inclusivos.

Tolerar.

Ser flexibles y abiertos.

Identidad abierta.

Compartir el alimento y dar gracias por él.

Dedicarle un tiempo a la cocina y hacerlo con amor.

Mantener el orden en casa.

Viajar siempre que sea posible.

El conocimiento de las matemáticas, las ciencias, el lenguaje es algo que día a día lo integramos, parte del vivir, del viaje, de la existencia misma. No vemos necesaria la escuela para ello, porque desbarataría todo lo esencial que en ese medio se superpone y se impone, consciente o inconscientemente. Además si es que creemos en las otras vidas, esos conocimientos ya los tenemos y lo único que hace falta es recordarlos. Si bien hay escuelas alternativas, que rompen con el currículo oficial, integran otros aprendizajes, conocimientos, métodos, es fundamental no interrumpir de ninguna manera la relación madre – hijo en el proceso de aprendizaje, pues en ésta fluye el amor y con él todo Todo aquello que queramos enseñar-aprender, compartir y que estemos dispuestos a recibir como legado universal.

La necesidad de escuela, médico, supermercados, gimnasios, empresas de energía y agua potable, transporte son creadas y nos distancian del ser, nos hace inútiles…el sistema se encarga de instalar estas creencias para que las cosas “funcionen” mecánicamente. La escuela enseña, los médicos curan, los supermercados te proveen de alimento, en los gimnasios bajas de peso, la empresa eléctrica te provee de energía, la de agua potable de agua, etc. etc. etc. Qué ocurriría si todo esto desaparece? Estaríamos en capacidad de generar nuestra propia energía,

Page 6: El universo nuestro gran maestroeducar: un viaje hacia adentro maria cristina herdoiza

proveernos de agua, tener nuestro propio alimento, movilizarnos por nuestra cuenta, autocuidarnos y autosanarnos…?

Ahora estamos intentando llegar a acuerdos entre varias familias para iniciar un proceso de homeschooling comunitario o unschooling comunitario, pero como ven la cosa va más allá, no es solo la escuela! Yo no quiero legalidad, tampoco quiero escuela, pero es muy difícil porque muchas familias tienen miedo. Además no quiero médico y me interesa cultivar el espíritu, el mío y el de mi hijo… Si la legalidad y el miedo se antepone, yo seguiré en mi proceso con Omkem plenamente segura de lo que estoy haciendo, aprendiendo en casa con él y a través del viaje interior y exterior y de la cotidianidad. Hay tanto que aprender, todo un mundo por desarrollar y eso la escuela ni siquiera lo sabe, ni se lo ha planteado. Si solo estamos aprovechando el 10% de nuestro cerebro, porqué no explorar más allá. Qué hay de la telepatía, la autosanación, los poderes de la mente, el poder de los cuatro elementos, los diversos seres que habitan el planeta....

Y resolviendo preguntas más trascendentales como:

¿Qué hacer si tú te mueres mami, podré mentalizarte, para que revivas?

¿Qué es el mal, mami?

¿Puedo tener otros poderes?

¿Cuándo muera puedo revivir en esta misma vida?

Para esto no hay ciencia pero sí una sabiduría universal que nos guía a encontrar ese conocimiento. Es en ese camino que estamos y agradecemos por él al universo, nuestro gran maestro.