El valor del Credo para la vida cristiana

12
“Servidores y testigos de la Verdad” Introducción Meditaciones 1 El valor del Credo para la vida cristiana

description

El valor del Credo para la vida cristiana

Transcript of El valor del Credo para la vida cristiana

Page 1: El valor del Credo para la vida cristiana

“Servidores y testigosde la Verdad”

IntroducciónMeditaciones 1

El valor del Credo para la vida cristiana

Page 2: El valor del Credo para la vida cristiana

Meditaciones 12

Page 3: El valor del Credo para la vida cristiana

El valor del Credo para la vida cristiana 3

ÍNDICE

El Credo, síntesis de la fe: su función doctrinal .......... 5

Mucho más que un resumen doctrinal: el Credo en la vida de la Iglesia ............................ 6

El catecumenado o la catequesis de iniciación cristiana .................................. 6La liturgia bautismal ..................................... 6El testimonio de los mártires ........................ 7La liturgia eucarística ................................... 7

La estructura trinitaria del Credo: los tres artículos de nuestra fe ................................. 8

El Credo: la fe de la Iglesia ................................... 9

Conclusión ......................................................... 10

Para la reflexión y el diálogo, la oración y la vida 11

IntroducciónMeditaciones 1

El valor del Credo para la vida cristiana

Page 4: El valor del Credo para la vida cristiana

Meditaciones 14

Edita:Arzobispado de MadridC/ Bailén 8. 28071 Madrid

www.misionmadrid.es

Page 5: El valor del Credo para la vida cristiana

El valor del Credo para la vida cristiana 5

Para una más fructífera celebración del próximo Añode la Fe, Benedicto XVI nos ha exhortado, entre otrosmedios, a “recuperar” el Credo, a estudiarlo, a medi-

tarlo, a rezarlo, a descubrir su más profundo sentido.

Como casi todo lo que es cotidiano, el Credo correel peligro de pasar desapercibido en nuestra vida. Bastaráhacer un pequeño examen para darnos cuenta del lugarreal y concreto que ocupa en nuestra existencia, ennuestra oración o en nuestro testimonio. Más allá de seruna fórmula que proclamamos juntos los domingos,¿qué valor le damos?

El Credo, síntesis de la fe: su función doctrinal

No hay duda de que el Credo es la síntesis de nuestrafe. Con otras palabras, el Credo contiene un resumende aquello que creemos. Por eso, recitar el Credo esmuy distinto a recitar una poesía, por bella que sea; ola alineación de nuestro equipo de fútbol favorito. Dehecho, el Credo no sólo se recita, sino que se confiesa.Como dice san Pablo en Rm 10,9: Si confiesas con tuboca que Jesús es Señor…

En este sentido, es claro que el Credo es algo másque una fórmula. Profundizaremos la cuestión a lo largodel curso, pero ya podemos adelantar que, si nos fijamosbien, el Credo comienza con las palabras “Creo en”.Con ello, el contenido de fe que vamos a profesar quedaenmarcado en nuestro propio acto de entrega, deconfianza y abandono; y en Aquél a quien éste se dirige,es decir, en Aquél en quien creemos, Dios. CompletemosRm 10,9: …y crees en tu corazón que Dios le resucitóde entre los muertos, te salvarás. La profesión externaha de ir acompañada de la obediencia profunda delcorazón que se entrega totalmente a Dios.

Page 6: El valor del Credo para la vida cristiana

Mucho más que un resumen doctrinal: el credo en la vida de la iglesia

Para darnos cuenta de que el Credo es mucho másque un resumen de contenidos doctrinales, repasemosalgunos ámbitos de la vida de la Iglesia en los que estees profesado.

El catecumenado o la catequesis de iniciación cristiana

Ya en los primeros siglos la confesión del Credoocupaba un lugar fundamental durante el catecumenado,tiempo en el que aquellos que querían ser cristianos sepreparaban para recibir el Bautismo. Los catecúmenosaprendían la Historia de la salvación y eran iniciados enla fe de la Iglesia. Cuando se iba acercando el tiempo derecibir el sacramento, se celebraba el rito de la traditiofidei (la transmisión de la fe), en el que la Iglesia entregabael Credo solemnemente a los catecúmenos. No se lesentregaba por escrito, grabado en tablas de piedra, sinooralmente, para que su contenido se imprimiese en suscorazones de carne y se hiciese vida en ellos.

Después debían profesar públicamente la fe recibida,ante el obispo y la asamblea litúrgica. Se ponía así de mani-fiesto que la fe de la Iglesia había sido asimilada, se habíahecho personal, carne de su carne. El Santo Padre aduceen Porta Fidei 16 unas palabras de san Agustín a los cate-cúmenos pronunciadas en este segundo momento, llamadoredditio fidei: «El símbolo del sacrosanto misterio que reci-bisteis todos a la vez y que hoy habéis recitado uno a uno,no es otra cosa que las palabras en las que se apoya sóli-damente la fe de la Iglesia, nuestra madre, sobre la baseinconmovible que es Cristo el Señor. […] Recibisteis y reci-tasteis algo que debéis retener siempre en vuestra mentey corazón y repetir en vuestro lecho; algo sobre lo quetenéis que pensar cuando estáis en la calle y que no debéisolvidar ni cuando coméis, de forma que, incluso cuandodormís corporalmente, vigiléis con el corazón».

La liturgia bautismal

Justo antes de ser sumergidos en las aguas bautismalesy después de haber renunciado al pecado y a Satanás, loscatecúmenos son invitados a profesar la fe de la Iglesia.De este modo, creen de corazón en la vida que están a

Meditaciones 16

Page 7: El valor del Credo para la vida cristiana

El valor del Credo para la vida cristiana 7

punto de recibir por medio del Bautismo. No son laspreguntas y respuestas de un examen, sino la expresiónde la vida nueva que los catecúmenos han ido abrazandodurante el catecumenado y que van a recibir como graciadel Espíritu Santo por medio del sacramento.

El testimonio de los mártires

Esta vida nueva que se recibe en el Bautismo es eltesoro a cambio del cual merece la pena venderlo todo.Por eso, no sorprende que algunas de las más bellasprofesiones de fe a lo largo de la historia de la Iglesiaestén vinculadas al destino de los mártires. Éstos,habiendo sido tomados por Cristo Jesús, lo juzgan todobasura en comparación con el conocimiento de suSeñor y anuncian la vida nueva que han recibido y queconstituye la razón de su existencia en toda circuns-tancia. Cuando les llegaba el momento de derramar susangre por Cristo, el Credo les proporcionaba palabrasde salvación, signo de la vida divina que testimoniaban.

Merece la pena explicitar dos de estos testimonios marti-riales. En las actas del martirio de Justino y de sus compa-ñeros (alrededor del año 170), uno de éstos, Hierax, afirmaal ser preguntado sobre quiénes son sus padres: “Nuestroverdadero padre es Jesucristo y nuestra madre la fe en Él”.Más cercano a nosotros, Andrés Kim Taegon, presbítero,uno de los numerosos mártires coreanos del s. XIX, hablabaasí poco antes del testimonio supremo: “Hermanos y amigosmuy queridos: Consideradlo una y otra vez. Dios, al principiode los tiempos, dispuso el cielo y la tierra y todo lo queexiste… creó de modo especial al hombre a su imagen ysemejanza. Si en este mundo lleno de peligros y de miseriasno reconociéramos al Señor como Creador, de nada nosserviría haber nacido ni continuar vivos. Aunque por la graciade Dios hemos venido a este mundo y también por la graciade Dios hemos recibido el bautismo y hemos ingresado enla Iglesia y, convertidos en discípulos del Señor, llevamosun nombre glorioso, ¿de qué nos serviría un nombre tanexcelso, si no correspondiera a la realidad?”.

La liturgia eucarística

Como sabemos, la profesión del Credo es una partesustancial de la Eucaristía dominical. El rasgo característicode dicha profesión es que se realiza en el marco de la cele-bración del día del Señor, en el que los cristianos, como

Page 8: El valor del Credo para la vida cristiana

Meditaciones 18

Cuerpo de Cristo y Pueblo de Dios, nos reunimos para dargracias a Dios por la vida divina que Cristo resucitado yglorioso nos ha alcanzado y para recibirla por medio delSacramento del Altar.

Ahora bien, Jesucristo, el Señor, la Alianza definitivaentre Dios y los hombres, cuyo Cuerpo es dado en laEucaristía como alimento y prenda de Salvación, es elfruto final de una historia de Amor que Dios inició cuandodecidió crear el mundo y al hombre. Pues bien, cuandoprofesamos el Credo nos insertamos en esta historia,en la Historia de la Salvación, en la Historia que Diosha entretejido con los hombres de todos los tiempos.Lo reconocemos como Dios Padre Todopoderoso porquien todo fue hecho y de quien proceden todos losbienes; como Dios Providente que por medio del espírituprofético ha mendigado siempre la amistad de loshombres, de modo aún más manifiesto cuando éstosrechazaban sus dones; como Padre de Jesucristo, elcual se encarnó por nosotros y nuestra salvación, paradestruir la muerte, para manifestar la vida en plenitud,para sellar la comunión entre Dios y los hombres en sucarne y para derramar en la plenitud de los tiempos elEspíritu Santo, el Espíritu de adopción filial, disponiendoa los hombres para la vida eterna.

Rezando el Credo, la comunidad cristiana, Pueblo de laNueva Alianza, el fruto de la acción de Dios a lo largo delos siglos, responde agradecido a una sola voz proclamando:Creo. Así sella con su fe y con su obediencia las maravillasque Dios ha realizado y que se actualizan cada vez que laIglesia celebra y reparte la Eucaristía a sus hijos.

La estructura trinitaria del Credo:

los tres artículos de nuestra fe

Ahora que ha quedado claro que el Credo es muchomás que una fórmula doctrinal, atendamos a su estructuray al orden que seguiremos en las catequesis que estamospresentando durante este Año de la Fe.

¿Cuántos son los artículos que estructuran el Credo?A lo largo de la historia encontramos distintas respuestas:tres, cinco, siete, doce, según autores y esquemas

Page 9: El valor del Credo para la vida cristiana

El valor del Credo para la vida cristiana 9

diversos. No es ahora el momento de explicar lasrazones históricas que condujeron a cada uno de ellos.

Dos son las estructuras del Símbolo de la fe máscomunes: la que divide el Credo en tres artículos y la quelo divide en doce. El Catecismo de la Iglesia Católica, cuyoesquema vamos a seguir en estas catequesis, utiliza la divi-sión en doce. Por un lado, se inspira en una antigua tradición-que hoy sabemos que no es históricamente atendible-,según la cual el Símbolo Apostólico -la fórmula más brevedel Credo que recitamos en nuestras eucaristías- fuecompuesto por los doce apóstoles, cada uno de los cualeshabría formulado un artículo. Si bien el relato no es cierto,sí lo es la intuición profunda que subyace a esta leyenda:nuestra fe tiene origen en la fe de los apóstoles. Es su testi-monio el que funda la fe de la Iglesia. Al dividir el Credo endoce artículos, reconocemos implícitamente que esta fe noes obra nuestra, que no hemos llegado a ella por mediode un consenso, sino que la hemos recibido del Señor pormedio de los Doce Apóstoles.

Ahora bien, el Credo es principalmente confesión delDios Uno y Trino. Resulta fácil comprobarlo si recordamoscómo renovamos nuestra fe durante la celebración de laVigilia Pascual. Después de la bendición del agua y dehaber rechazado a Satanás y a sus obras, somos pregun-tados con una triple interrogación: “¿Creéis en Dios Padretodopoderoso....? ¿Creéis en Jesucristo, su único Hijo...?¿Creéis en el Espíritu Santo?”: tres son las preguntas, tresson los artículos de nuestra fe, que corresponden a las tresinefables personas en el único Dios verdadero.

Por tanto, no olvidemos que aunque utilicemos la divisióntradicional en doce artículos, el Credo es un reconocimientodel Dios Uno y Trino, del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo,reconocimiento agradecido que expresamos como alabanzay como ofrenda espiritual.

El Credo: la fe de la iglesia

A lo largo de la exposición se ha hecho patente que lafe profesada en el Credo es la fe de la Iglesia. Como dicesan Pablo: Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo(Ef 4,5-6). En efecto, la fe es una y nos vincula a todos. Esla tabla de la salvación, a la que todos nos agarramos para

Page 10: El valor del Credo para la vida cristiana

Meditaciones 110

que nuestra vida y la de nuestros hermanos llegue a buenpuerto. Que la fe es una quiere decir también que no puedeestar sujeta a apetencia o gustos personales; que no sepuede romper, tomando las partes que me interesan y noatendiendo a otras. Profesando la única fe de la Iglesia, noslibramos de construirnos un Dios privado, un Jesús privado,a nuestra imagen, desprovisto de su fuerza salvadora.

Conclusión

A la luz de lo dicho, hemos de dar gracias a Diospor la invitación que el santo Padre Benedicto XVI harealizado a toda la Iglesia para que profundice en elconocimiento del Credo. Un conocimiento que no debeser sólo teórico, sino existencial, cordial, que nos llevea rezarlo, a celebrarlo, a confesarlo, a testimoniarlo y avivirlo. Es la intención que tienen las catequesis queseguiremos a lo largo de este curso.

Page 11: El valor del Credo para la vida cristiana

El valor del Credo para la vida cristiana 11

Para la reflexión y el diálogo

Señala una o dos ideas que te hanresultado nuevas (si las hay).¿Qué te ha sorprendido más de lo

que ha sido expuesto?¿Qué aspectos de los mencionados

consideras más ignorados en tuambiente de fe?

Para la oración

1 Corintios 15, 1-11Os recuerdo, hermanos, el Evangelio que os anuncié y

que vosotros aceptasteis, en el que además estáis fundados,y que os está salvando, si os mantenéis en la palabra queos anunciamos; de lo contrario, creísteis en vano. Porqueyo os transmití, en primer lugar, lo que también yo recibí:que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras;y que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según lasEscrituras; y que se apareció a Cefas y más tarde a losDoce; después se apareció a más de quinientos hermanosjuntos, la mayoría de los cuales vive, todavía, otros hanmuerto; después se apareció a Santiago, más tarde a todoslos apóstoles; por último, como a un aborto, se me apareciótambién a mí.Porque yo soy el menor de los apóstoles y no soy digno

de ser llamado apóstol, porque he perseguido a la Iglesiade Dios. Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y sugracia para conmigo no se ha frustrado en mí. Antes bien,he trabajado más que todos ellos. Aunque no he sido yo,sino la gracia de Dios conmigo. Pues bien; tanto yo comoellos predicamos así, y así lo creísteis vosotros.

- San Pablo transmite la fe que ha recibido.- Su encuentro con el Señor ha sido una gracia que

le ha transformado y le ha hecho trabajar como apóstol.- Todos los apóstoles, sean cuales sean las circuns-

tancias de su vida, predican la misma fe.

Para la vida1.- ¿Qué papel ha tenido el Credo hasta

ahora en tu vida cristiana?

2.- ¿Qué podemos hacer para quenuestra profesión de fe sea más viva?

Page 12: El valor del Credo para la vida cristiana

ORACIÓN PARA LA MISIÓN MADRID

Señor Jesucristo,Hijo de Dios vivo y Hermano de los hombres,te alabamos y te bendecimos.Tú eres el Principio y la Plenitud de nuestra fe.El Padre te ha enviado para que creamos en Tiy, creyendo, tengamos Vida eterna.

Te suplicamos, Señor, que aumentes nuestra fe:conviértenos a Ti,que eres la Verdad eterna e inmutable,el Amor infinito e inagotable.Danos gracia, fuerza y sabiduríapara confesar con los labiosy creer en el corazón que Tú eresel Señor Resucitado de entre los muertos.Que tu Caridad nos urjapara encender en los hombres el fuego de la fey servir a los más necesitadosen esta Misión Madrid que realizamos en tu nombrea impulsos del Espíritu.

Te pedimos con sencillez y humildad de corazón:haznos tus servidores y testigos de la Verdad;que nuestras palabras y obrasanuncien tu salvación y den testimonio de Tipara que el mundo crea.Te lo pedimos por medio de Santa María de la Almudena,a quien nos diste por Madre al pie de la cruzy nos guía como Estrella de la Evangelizaciónpara sembrar en nuestros hermanos la obediencia de la fe.

Amén.