Bci, hechos concretos, no palabras

“Hay que atreverse a saltar el río”la búsqueda de autonomía, no querer depender de otro ni tener un jefe, querer dejar una huella en el mundo, tener ansias de iniciar algo y de diseñar el curso de la propia vida. estas son algunas de las características inherentes a un emprendedor, cualquiera sea la magnitud del emprendimiento que inicie.

Cristóbal GarCía, académico PuC,director del laboratorio de Innovación (IlaB) uC:

“En el último tiempose han democratizado lasherramientas para emprender”.

emprendimiento: un alto nivel de resiliencia, tolerancia al fracaso y estar dispuesto a saltar el río son algunas de las condiciones que debe reunir un emprendedor, dice Cristóbal García, académico de la Pontificia universidad Católica de Chile y director del laboratorio de Innovación (IlaB) uC.

“Hay distintos tipos de emprendedores y emprendimientos. está el microemprendedor, que propone un emprendimiento que no es

innovador, como abrir un negocio familiar para ganarse la vida, y aquel que se embarca en uno de alto potencial, que busca crecer rápido de 2 a 5 empleados, a 10, 50, 100, 500... y también está el sueño de la política pública de emprendimientos”. a todos, explica, los definen características como las mencionadas que les ayudan a darle curso a sus sueños. “afortunadamente, en los últimos años se han desarrollado muchas herramientas y metodologías de emprendimiento que se han hecho accesibles para las personas. Como director fundador de Jump Chile (concurso nacional de emprendimiento) he visto cómo se han democratizado las herramientas para emprender y hoy todos pueden hacerlo. Cada uno en la escala de sus posibilidades e intereses”. la universidad no la ve indispensable, debido a la masificación de herramientas y cursos on line que existen. “No es una condición sine qua non. lo importante es estar inmerso en un ecosistema donde haya otras personas interesadas en tu proyecto, donde puedas validar clientes y contactar proveedores. también ayudan las políticas públicas que apoyan a los emprendedores”.

Por último, dice que si bien no hay edad para emprender, la mejor etapa es entre los 20 y los 30 años. “los costos de oportunidad son menores, hay menos que perder, menos compromisos, menos carga familiar y profesional. Pero hoy, con el tema del envejecimiento activo, los pensionados también pueden involucrarse en un emprendimiento, dar coaching, asesorar y llevar su experiencia a emprendedores más jóvenes”.

El éxito no está en lo fácil”—¿Cómo fueron sus inicios en el mundo de los negocios?“En la isla donde nací, y donde vivo, poco se sabía del mundo. Pertenezco a una familia que lo que sí sabía es que hay que trabajar y donde el estudio era solo una posibilidad. Mis padres nos decían a mi hermano, a mi hermana y a mí que ojalá fuéramos profesores. Mi hermana lo hizo. Los hombres teníamos un espíritu más aventurero y queríamos salir del mundo de la agricultura. La encontrábamos poco motivante. Nos atraía el mar. Y como vivíamos en una isla, nos fue fácil adquirir habilidad en el nado y el buceo. Hasta que mi hermano me dijo que pescáramos. Lo hicimos y le encontramos más sentido que a la agricultura. Éramos hombrecitos de trabajo. Pescábamos en la noche, vendíamos en el día y teníamos plata enseguida. Desde entonces, con mi hermano y socio, nunca hemos dejado de pensar en hacer algo nuevo”.

—¿Y cómo han logrado concretar lo que se les ha ocurrido?“No fui a la universidad. Fui bastante poco aplicado y extremadamente distraído. Seguro que ahora me habrían dado algún remedio… por suerte no ocurrió y pude seguir soñando. Había mucha pesca entonces. Mi papá nos vio capaces y nos ayudó. Pero la ayuda fue haciéndose poca y nuestros tíos, abuelos y primos confiaron y nos prestaban dinero que siempre les devolvíamos en el plazo estipulado.Experiencias como la nuestra hay muchas en el sur. A mi mamá, con tercer año básico, le era innato hacer negocios y animaba a mi papá. Ambos nos mostraron la escuela del negocio en casa y de ellos aprendimos que el camino al éxito no está en lo fácil, sino en donde no van todos. Una vez oí que el pescado más grande no está en la orilla sino donde el mar es más malo y correntoso”.

—¿Qué condiciones debe tener una persona para ser emprendedor?“Me sirvió creer desde siempre que yo era capaz y les debo a mis padres y a mi familia el haberme ayudado a demostrarlo. También fueron importantes mis primeros profesores. Me enseñaron a pararme en la vida, a comprender que mientras más grande es una persona, mayor es su humildad. Tengo 57 años y he pasado una enorme cantidad de barreras y si cuento mi historia es para dar un mensaje a los jóvenes y para que los profesores vuelvan a educar hombres y mujeres con menos doctorados, pero mejores personas. Si miro en retrospectiva, creo que lo que he logrado en la vida es gracias a cómo fui educado, con mucho amor, lo que me da fortaleza. Siempre soy feliz y pienso que tengo más de lo que nunca soñé. Eso da energías para seguir pensando”.

—Usted habla de los sueños, ¿qué importancia les da?“Soñar es bonito. Algunos sueños se cumplen, otros no. Cuando se es soñador ocurren cosas lindas. Aun soñando, trato de medirme y de ver de qué soy capaz. Tal vez por eso la universidad no estuvo en mis sueños. Una vez que me excusé por ello, Nassir Sapag me dijo que la universidad limita muchas veces la creatividad… Puede tener razón”.

—¿Cuál es su sueño futuro?“A quien le ha tocado vivir como lo he hecho yo tiene que rendir cuentas en algún momento. Por eso me preocupa hacer cosas con los niños, con los profesores… Estamos desarrollando una universidad y un plan piloto para formar a pescadores artesanales, hombres y mujeres. No sé nada, pero sé unir a la gente. Ojalá esto dé sus frutos”.

Él lo dice. Ha sido siempre un soñador. Quizás por eso, cuando habla de su vida pareciera contar un sueño, más que referirse al mundo real que lo conoce como uno de los propietarios de una de las empresas chilenas más destacadas del área marítima: Oxxean.El otro dueño es su hermano Ivar. Juntos se iniciaron en el oficio de la pesca, sin saberlo ni menos proponérselo, a bordo de la Tenglina, el bote a remos con que su padre salía hacía Angelmó desde su Tenglo natal todos los sábado a vender sus hortalizas. Tenían menos de 15 años de edad.Hoy, pasados los 50, manejan una empresa propietaria de puertos, marinas, naves y mucho más, que factura alrededor de 20 millones de dólares anuales. Estos últimos datos no los dio Jorge Pacheco. No le gusta hablar de lo que tiene, sino de lo bueno que es soñar.

“

palabras destaCadas...• Nuestros tíos, abuelos y primos confiaron y nos prestaban dinero que siempre les devolvíamos en el plazo estipulado. • Con mi hermano y socio, nunca hemos dejado de pensar en hacer algo nuevo. • El camino al éxito no está en lo fácil, sino en donde no van todos. • Algunos sueños se cumplen, otros no. Cuando se es soñador ocurren cosas lindas.

Una iniciativa de

ww3.bci.cl/valorempresario y síguenos en Facebook.com/BancoBci y twitter @BancoBci #valorempresario