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El Desierto, el Hombre y el Agua

UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL NORTE, UCN, Antofagasta, Chile

INSTITUT FRAN<;AIS DE RECHERCHE SCIENTIFIQUE POUR LE DÉVELOPPEMENT ENCOOPÉRATION, ORSTOM, Paris, France

Département des Eaux Continentales DEC, Unité de Recherches 21

Acción de incitación de ORSTOMDINÁMICA y USO DE LOS RECURSOS RENOVABLES (DURR)

Programa de investigaciónEl Desierto, el Hombre y el Agua

AGUA, OCUPACIÓN DEL ESPACIO Y ECONOMÍA CAMPESINAEN LA REGIÓN ATACAMEÑA

Aspectos dinámicos

EDITORIAL - Una nueva relación entre las sociedades y el medio ambiente

Pierre Pourrut - El desierto, el hombre y el agua - Problemática regional en tomo al agua

Lautaro Núñez - Evolución de la ocupación y organización del espacio atacamefío

Francisco Rivera - Contexto histórico ysocial del manejo de los recursos agropecuarios en los oasisde San Pedrode Atacama.

Hans Gundermann, Héctor González - Tierra, agua y sociedad atacamelia, Wl escenario cambiante

Pierre Pourrut, Lautaro Núñez - El agro y la identidad atacameiía: entre la crisis y la esperanza

Pierre POURRUT y Lautaro NÚÑEZ, editores científicosAntofagasta, septiembre de 1995

24 JUIN 1996

~ Z-,1f-112(~l1

rD 1)>Ib\¡--SCr z. ~I ORSTOM Documentation

F E~I~l!I~~ol~il~ ~VV\.eY\'-&-::--.--¡/--

Registro de Propiedad Intelectual W 95.055

I.S.B.N. 956 -7012 - 43 - 1

Folografía portada:Juan Pablo Loo

Primera edición, diciembre, 1995

Impreso en NORprint - u. C. del NorteA. Pral 12 61 - Antofagasta

IMPRESO EN allLE I PRINTEO IN CIDLE

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COMITÉ CIENTÍFICO INTER-INSTITUCIONAL DE DURR

Responsables Michel RIEU, 1991-94 Christian CHABOUD, 1994-95

Miembros Jean-Marie BETSCHM.P. CHARLES-DOMINIQUEAlainPAVE

Jean BOUTRAISYves GILLONMichel-Alain ROCHE

Philippe CURYChristian MULLONM.J. WEBER

GRUPO DE TRABAJO PLURIDISCIPLINARIO

CoordinadorORSTOM, Responsable administrativo y científico: Pierre POURRUTCoordinador UCN: Hugo ALONSO

ArQueolo&íaResponsable

Colaboradores:

Antropolo&íaResponsableColaborador

Lautaro NÚÑEZ, Director del Instituto de Investigaciones Arqueológicas yMuseo R.P. G. Le Paige (IIAM)Agustín LLAGOSTERA, IIAMPatricio NUÑEZ, Universidad de AntofagastaMaria Antonietta COSTA, IIAM

Francisco RIVERA, IIAMPierre POURRUT, ORSTOM

A&ronomía y A&ro-economíaResponsable :Colaboradores:

Hans GUNDERMANN, Taller de Estudios Andinos (TEA)Héctor GONZÁLEZ, TEAEmmanuelle CHÉHERE, tesis de grado ENA Paris-GrignonWidad SOUFI, DEA de ENA Paris-GrignonIsabel SEPÚLVEDA, TEAVerónica MORENO, TEADidier GENIN, ORSTOM Bolivia

.Dominique HERVÉ, ORSTOM Bolivia

Recursos HídricosResponsables: Claudio VERA y Alex COVARRUBIAS, UCN

Pierre POURRUT, ORSTOMColaboradores: Juan SEPÚLVEDA, tesis de grado UCN-ORSTOM

Oscar LOYOLA, tesis de grado UCN-ORSTOMJulio PIZARRO, tesis de grado UCN-ORSTOM

Química de suelos y a&uas;Responsable : Hugo ALONSO, UCNColaboradores: Lucy VARGAS, UCN

Lucía FREDES, tesis de grado UCN-ORSTOMRuMn ROJAS, tesis de grado UCN-ORSTOMEyleen ARAYA, memoria de licenciatura UCN-ORSTOMSandra FUENTES, memoria de licenciatura UCN-ORSTOM

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GeomorfologíaResponsable :Colaboradores:

SíntesisResponsables

Colaboradores:

Reinaldo BORGEL, Pontificia Universidad Católica (PUC)Jorge ARAYA, UeNPierre POURRUT, ORSTOM

. Pierre POURRUTBernard LACOMBE (versión en francés)Hugo ALONSOLautaro NÚÑEZ

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AGRADECIMIENTOS Y DEDICATORIA

Durante el desarrollo de nuestros trabajos sobre recursos lúdricos de la Segunda Región, pronto apareció nítidoel problema del uso del agua en el sector rural, ligado históricamente a la etnia atacameña. De allí nació lamotivación de un programa de investigación que relacionara el hombre, el desierto y el agua. Esta idea fueaprobada por ORSTOM a través de la acción incitativa del Programa DURR, siglas de Dinámica y Uso deRecursos Renovables.

Vaya a los que desde Francia apoyaron con su entusiasmo y su financiamiento esta idea, nuestros agradecimien­tos.

Hugo Alonso

Todos los que trabajaron en el programa de investigación El Desierto, el Hombre y el Agua, tanto Chilenos comoFranceses, lo hicieron motivados no solo por su interés científico sino que, muy especialmente, por comprendera esas mujeres y hombres, herederos de una cultura varias veces milenaria y que hoy observan con dolor comoesos valores han ido desapareciendo, junto ~ la productividad de su tierra y a la estabilidad de su sociedad.

A ellos, a esa comunidad atacameña que nos ha participado de sus ancestrales conocimientos, de sus inquietudesy esperanzas, dedicamos nuestros trabajos sintetizados en esta publicación.

Hemos tratado de no traicionar su confianza, de presentar aquí algo que sea el reflejo de la realidad de ayer y dehoy, y de entender su mensaje implícito. Respetuosamente, queremos hacer pública nuestra comprensión de larealidad en las tierras atacameñas y nuestra interpretación que desde el pasado nos proyecta al futuro.

Nuestros votos para que todos y cada uno de los miembros dela comunidad atacameña encuentre en ésta, su tierra,una parcela de la verdad que le pertenece.

Hugo Alonso y Pierre Pourrutcoordinadores

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EDITORIAL

UNA NUEVA RELACIÓN ENTRE LAS SOCIEDADES YEL MEDIO AMBIENTE

Emergencia de una nueva problemática

Cada día es más evidente el papel fundamental que los recursos renovables desempeñan en el funciona­miento de las sociedades, en especial en aquellas que deben afrontar situaciones difíciles o entornosinhóspitos. En paralelo, la renovación de dichos recursos se ve severamente obstaGulizada por la existenciade fenómenos cumulativos que resultan de interacciones múltiples. En el seno de las sociedades y de losecosistemas, o a la interface entre ambos, son tan vastas la amplitud y complejidad de estas interaccionesque, para tenerlas en consideración, no sirven de nada las aproximaciones parciales o la sola resolucióntécnica de los problemas.

Una forma de responder: la acción de incitación de ORSTOM

En el contexto de emergencia de esta nueva problemática científica, y teniendo presente la crecientesolicitación para realizar novedosas investigaciones finalizadas con miras al desarrollo, el Instituto Francésde Investigación Científica para el Desarrollo en Cooperación üRSTüM propone emprender nuevosestudios a realizarse en el contexto de una denominada"acCión de incitación".

Su tema está orientado hacia la Dinámica y uso de los Recursos Renovables (DURR), privilegiándose lasinvestigaciones sobre los recursos animales terrestres y acuáticos (faunas cinegóticas y pesqueras),recursos vegetales (bosques y pastizales) y recursos abióticos (agua y suelo).

El área geográf1ca considerada no es exclusiva, sino que se consideran a priori como más representativaslas investigaciones desarrolladas en los medios sensibles poco intervenidos de la faja inter-tropical.

Sus propósitos principales pueden ser definidos de la siguiente manera:

- promover acciones de investigación a raíz de una nueva aproximación de las interacciones que vinculanlas sociedades con la naturaleza;

- favorecer una comunidad de cuestionamientos alrededor de campos de investigaciones llevados pordistintas disciplinas que raras veces tienen la oportunidad de trabajar en conjunto;

- crear condiciones favorables para debates e intercambios, a través de una animación científica centradaen temáticas conSistentes;

- participar del espíritu de convocatoria propuesto por la Investigación Francesa, en estrecha coordinacióncon los demás programas inter-disciplinarios que el Centro Nacional de la Investigación Científica CNRSse propone desarrollar sobre el Medio Ambiente.

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Su problemática científica propia se establece en torno al análisis de las interacciones entre sociedades,recursos y entornos. Se trata de estudiar, como un solo conjunto, tanto la dinámica de los ecosistemas y desus recursos renovables como la sensibilidad de las sociedades a las modificaciones de su entorno en laperspectiva del uso que a estos recursos le están o le estarán dando.Se vislumbran él-lgunos conceptos esenciales ubicados en el centro de dicha problemática:

- la variabilidad, tanto de las sociedades como de los medios o de los recursos, y muchas nociones afinestales como tluctuación, cambio, umbral, inestabilidad, heterogeneidad, diversidad...

- la reacción a dicha variabilidad, traducida por el grado de resistencia o de adaptación y la emergencia denuevas funciones o sistemas.

La modalidad de inyesti~ación necesaria para precisar el contenido de los distintos conceptos es la inter­disciplinariedad, preferentemente con la participación de ciencias exactas, biológicas y sociales. Sonimprescindibles las aproximaciones disciplinarias diferentes para analizar el número máximo de compo­nentes, con el afán de llegar a la mayor objetividad. Requieren de una atención especial la diversidad yevolución deJas representaciones que las sociedades y comunidades cientít1cas están dando a conceptostales como la escasez, la utilidad, la incertidumbre, la aproximación, la competencia, el espacio, el tiempo,los tlujos...

Su produt'ío científico final, previsto al horizonte 1995-1996, es una síntesis general realizada a partir delos resultados de las síntesis parciales efectuadas por los programas en los distintos ámbitos investigados.A la luz de una máxima aproximación de los conceptos que intervienen y de un conocimiento cabal de losparámetros que rigen los mecanismos evolutivos, la síntesis tiene que ser la quinta esencia de lasexperiencias acumuladas, una especie de profesión de fe sobre los principios filosóficos respecto a laexplotación racional del medio ambiente por las sociedades.

Los programas de investigación seleccionados

Entre los muchos programas sometidos a su consideración, los 17 proyectos seleccionados por el Comitéinter-institucional DURR abarcan temas que van desde la modelización de la pesca artesanal en Senegalhasta el "extractivismo" en la Amazonía brasileña, en territorios tan diversos como son el Africa Centraly Occidental, la isla de Madagascar, Indonesia y América del Sur. En cuanto a este continente, han sidoelegidos programas en Bolivia, Brasil, Méjico, Venezuela y Chile.

En Chile, en el ámbito geográfico inhóspito del desierto de Atacama, las investigaciones se centraron enlas interacciones entre un recurso escaso, el agua, y las distintas sociedades que pugnan por apropiárselo.El estudio programático se titula El Desierto, el Hombre y el Agua.

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EL DESIERTO, EL HOMBRE Y EL AGUAProblemática regional en torno al agua

Pierre POURRUT

"(. ..) la industria humana debe callar, aprender de la sutilísima tan ingeniosa que las gentes naturales (. .. )

acerca de sacar a los ríos y las fuentes para hacer las tierras secas y estériles y que nunca dieronfrutos y las hicieronfertilísimas".

Bartolomé de las Casas, "De las Antiguas Gentes del Perú" (¿1550?)

Muyai puri yuyu lalu sayilami puri pac/Ullaawai G\i'ili awaiKimni isai karau /IIonle kolkoil/archiles isai karau sairi sairinasairi sairilla sairi sairiyellles lulaines yel/les kararyenles ilyaukar saflu is/i/yaUwaileyai /ikau semainoi palma likau semainoi kaper likau semai heya lechajmilai heya kalaluyake

. i yayawe i yayawei yawe yolaskitai yawe yolaskila

Agua del cerro Moyar, vegas del lago TalausAguada Tamas de la tierrafluid, fluid, fll/id....Cerro Kimnl atraed truellos y nubesCerro Chiliques atraed llnvia, lluvia, lIuviecilasUI/I'ia, lluviecilas, lluvia, I/uviavaciad hierbas y brebajes dulcesvaciad hierbas, pastos verdes....Fluid lejos, únanse las parejasy la papa peqUerUl, únanse las parejasy eluUlíz, únanse las parejasy sen'idme alojila,y servidme SerlOry harlo, hartoy IUI rla comiday harta comida.

Eaux du //lOllt Moyar. marécages du lac TalausSources d'eau pure de la Terre,Coulez, coulez. coule;.. ...MOllt úlUsa, loi qui altire le lonnerre elles nuages,Monl Chiliques, loi qui appelle la pluie e! la bruine,Que l'une ou ['aulre, bmille ou pluie,Arrose les herbes dOllllanl de doux breuvages,Arrose les cullures et les piilurages....Eaux, coulez de loute part, el vous, couples, unissez-vous,Genne, petite pomme de terre, ...couples, Imissez-volls,Et gentle loi aussi, /MiS, ...couples, unissez-vous,Accorde-//loi la prolection,Seigneurde la Nature, donne-moiTOIII cela en abondance,Et beaucoup, beaucoup de 1I0urrilure,Surloul beaucollp de lIOurrilure.

Parte de una rogativa en kUllza (dialecto atacameño hoy en día olvidado)cantada durante la ceremonia del Talátur, minga de limpieza de los canales del poblado de Socaire.

Texto rescatado por Thomas Bartel en 1957,

traducido al español por Lauúuo Núñez en 1991, con interpretación y traducción libre en francés por Pierre PourrUl.

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1. INTRODUCCIÓN

En plena línea del Trópico de Capricornio, entrelas elevaciones de la Cordillera de la Costa y lasestribaciones de la Cordillera de los Andes, se extiendeel desierto de Atacama, uno de los más absolutos delplaneta. Sin embargo, cuando los Españoles del sigloXVI llegaron a esta zona, fueron altamente impresio­nados al encontrar evidencias de una ocupación muyintensa y remota del territorio (fortalezas o pukaras,aldeas y cementerios, entre otros) y al observar comu­nidades indígenas con una amplia tradición en diferen­tes actividades agrícolas y pastoriles. A raíz de suvirtuosismo en andenería, manejo del riego y construc­ciones de obras de aprovechamiento hídrico, se hanmerecido la denominación de sociedades hidráulicas(P. Núñez, 1992).

Otro rasgo esencial de esta zona de la 11 Región deChile lo constituye el descubrimiento, en el transcursodel siglo pasado, de fabulosas riquezas mineras. En laactualidad, la explotación de estos recursos participaen más de un 30% a los ingresos del producto geográ­fico bruto del país y, obviamente, las laboresagropecuarias han quedado subordinadas y en partemarginadas en relación al alto rendimiento económicode la explotación minera.

11. EL ENTORNO AMBIENTAL

Debido a su dimensión alargada por más de 4.200km de norte a sur, mientras su ancho promedio apenasalcanza 175 km, Chile presenta características geográ­ficas y climáticas muy especiales. Según A. Miller, elpaís puede dividirse en tres unidades climáticas, ocu­pando cada una de ellas alrededor de un tercio de suextensión en latitud.

La parte septentrional se extiende al norte de los27°S, con una topografía accidentada, factor importan­te en la distribución climática, y distintos rasgos geo­gráficos que desempeñan papeles relevantes. Protegi­da de los flujos continentales procedentes del este porla formidable barrera de la Cordillera de los Andes,donde son pocos los pasos inferiores a 4.000 m.s.n.m.,fuertemente influenciada por la corriente fría deHumboldt y situada en la periferia del anticiclón del

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Pacífico sureste, con masas de aire muy estable, laparte norteña del país, en general, y la 11 Región, enparticular, es extremadamente árida.

Se debe notar, en especial, que todo el territorioubicado bajo los 3.000 m.s.n.m. está sometido a esca­sas lluvias anuales, inferiores a 10 mm y que, en la zonaaltiplánica, los valores se sitúan alrededor de los 200mm. La gran mayoría de las torinentas suceden entrediciembre y marzo, época cuando impera el régimenciclónico tropical del continente. Las cúspides andinasse ven entonces cubiertas por el manto de nieve carac­terístico del invierno boliviano.o altiplánico. Internán­dose hacia el este, el régimen térmico se hace cada vezmás riguroso y, asociadas con una radiación solar quecuenta entre las más elevadas del mundo, las amplitu­des diarias son extraordinarias. Arriba de los 4.000m.s.n.m. son comunes las variaciones que pasan de30°C en un solo día, con temperaturas máximas cerca­nas a los 20°C y temperaturas mínimas alrededor de20°C bajo cero.

III. GÉNESIS DE LAS INVESTIGACIONESPROPUESTAS

111.1. Problemática

La puesta en explotación de nuevos yacimientosminerales yel ri tmo acelerado del auge demográfico delos polos urbanos se traducen en un crecimiento muyelevado de los requerimientos de agua. Frente a recur­sos hídricos extremadamente limitados, en gran partecon una calidad físico-química apenas tolerable, esteelevado aumento de las necesidades hace difícil unabuena adecuación entre oferta y demanda.

Es por esta razón que el problema del suministrode agua está tomando cada día dimensiones crecientesy constituye la mayor preocupación de los servicios deplanificación del Gobierno Regional. En el caso de noincrementarse los caudales de agua actualmente reco­nocidos, y de no imponerse medidas drásticas para laracionalización de su uso, las previsiones en cuanto aextracciones futuras dejan claramente establecido quelos dos sectores actualmente en expansión (minero yurbano) tendrán en conjunto, a finalizar el siglo, undéficit de varios miles de litros por segundo.

En paralelo, los datos censales muestran quedesde hace veinte años, aproximadamente, se estáproduciendo un fuerte y generalizado movimientomigratorio del campo hacia la ciudad. Este procesopuede reflejar el enorme poder atractivo de las grandesurbes regionales, o manifestar el deseo voluntario deuna mayor participación en la modernidad de la socie­dad en desarrollo o, quizás, hacer patente la cóticadegradación de las condiciones de vida del minifundioen las áreas rurales andinas.

Es importante subrayar la peligrosa coincidenciade ubicación entre los perímetros agrícolas tradiciona­les, oasis o ayllos esparcidos entre 2.200 y 3.700m.s.n.m., por una parte, y las hoyas de explotación delagua, por otra, de modo que los intereses agrarios estánfuertemente presionados por el actual proceso de ex­pansión minera y su mayor exigencia de agua delopiedemonte andino. Considerándola bajo un ánguloglobal, la problemática trasciende la escala estricta­mente local ya que la zona genera alrededor del 90% delas reservas utilizadas en toda la 11 Región.

Es obvio que la situación descrita constituye unfreno al desarrollo de la región, tanto presente comoprogramado, y se alza como una enorme fuente deconflictos, sean estos actuales o potenciales, verdade­ros o simples elementos que constituyen plataformaspolíticas.

111.2. Fundamentos hipotéticos delasinvestigaciones

Lasinvestigaciones propuestas fueronfundamen­tadas en el marco de referencia arriba expuesto y endiversas opiniones unánimemente compartidas, expre­sadas por autoridades e investigadores responsablespertenecientes a un amplio espectro social y político,circunstancias a priori garantes de la mejor objetivi­dad. Entre otros conceptos conjeturales, las principa­les opiniones recogidas fueron las siguientes:

1. Una de las causas determinantes del abandono de lasáreas rurales es la importancia de las extracciones deagua efectuadas por las compañías mineras en la partealta de las hoyas hidrográficas. Dicha sustracción aca­rrea la disminución de las cantidades de agua destina-

das a la agricultura, acentúa su calidad ya mediocre yocasiona daños irreversibles al equilibrio frágil delecosistema de los valles o de las vertientes irrigadas;

2. La mayor parte del déficit de agua de los sectoreseconómicamente fuertes tendrá que ser compensadaendetrimento del sector agrícola, Lo anterior significaque el frágil sistema agrario de la 11 Región de losAndes chilenos, entorno tradicional de la etnia ataca­meña que se tomó milenios para crear y luego mejor,!rlas estrategias de adaptación a un medio fundamental­mente adverso, se encuentra en grave peligro de des­aparición.

Es prueba de honestidad decir que el programa deestudio se inició con algunas ideas preconcebidas. Esasí como fueron considerados como muy probables losdos criterios arriba enunciados, referentes al rolexpectativo del Estado y al monopolio del uso del aguapor las compañías mineras en detrimento del sectorcampesino, considerándose éste como oprimido ymarginalizado versus los imperativos del desarrolloeconómico regiona1. En contraparte, es bueno hacerhincapié que las investigaciones tomaron la alturasuficiente para analizar detalladamente los distintoscomponentes en juego y sacar conclusiones debida­mente respaldadas por la realidad.·

IV. FINALIDAD Y LÍMITES DELPROGRAMA DE INVESTIGACIÓN

Es preciso señalar en primer lugar que, frente a laintensificación progresiva de la competencia entreusos diversos del agua, la Universidad Católica delNorte y ORSTOM han firmado, a principios del año1991, un convenio específico en el campo de laHidrología con miras a evaluar las disponibilidadeshídricas de la II Región, estimar las demandasprospectivas de los diferentes sectores usuarios a dis­tintos plazos y, finalmente, presentar a los responsa­bles de la planificación regional una selección dealternativas susceptibles de delinear una política racio­nal de utilización multisectorial delos recursos hídricos,que satisfaga 10 mejor posible la integridad de lasdemandas.

Debido ala ambición del objetivo final del conve-

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nio, es evidente que las investigaciones desarrolladasen este marco no pem1itian emprender estudios dema­siado pormenorizados, incluso después de haber detec­tado ciertos temas focales de sumo interés científico yde relevante importancia a escala regional. Es aquídonde lafilosofíade la acción deincitacióndeORSTOMviene merecidamente a suplir esta falencia, puesto quesu propósito es centrar las investigaciones en proble­máticas específicas en complementación de estudiosprogramáticos más amplios.

En el caso presente, debido a los múltiples aspec­tos culturales, sociales y económicos que implican losproblemas del sector rural identificados en el capítuloanterior, se consideró que era importantepercibirlos endetalle, para que la incorporación de la informacióngenerada a los estudios del convenio permitiera cali­brar mejor las estrategias destinadas a una armoniosagestión del agua.

Es así como la región contemplada en el progra­ma El Desierto, el Hombre y el Agua, que correspondeprecisamente al área de influencia de las culturasprehispánicas y actuales de los Atacameños, fue deli­mitada entre las coordenadas 22° y 24° de latitud Sur y67° 30' Y 68° 50' de longitud Oeste. Además de laevaluación de las disponibilidades y de las demandasde agua en el área, se dio una atención especial alanálisis del funcionamiento de los sistemas de produc­ción agropecuarios atacameños, prehispánicos y con­temporáneos: con el fi nde identificar sus componentesevolutivas. Este aspecto dinámico de las interaccionesentre el hombre y el agua se abordó a través de unaevaluación antropo-arqueológica de las técnicas utili­zadas, de las creencias y tradiciones en torno al agua,así como de las formas de adaptación a la variabilidaddel recurso hídrico en el tiempo y en el espacio. Sinembargo, con el fIn de establecer un diagnóstico com­parativo, se programaron estudios socio-económicosdetallados en cuatro áreas cuya representatividad fueconsiderada suf1ciente para poder extrapolar los resul­tados y adaptar las conclusiones. Los perímetros fue­ron escogidos en dos subáreas culturales:

- a) en la cuenca hidrográfIca del río Salado, coninfluencia de los llamados Atacameños del norte:

zona de CASPANA - TALIKUNA y zona de

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TOPAIN - CUPO - TURI - AYQUINA;

- b) en la cuenca del Salar de Atacama, con influenciade los Atacameños del sur:

zona de SAN PEDRO DE ATACAMA sensu latoy zona de SOCAIRE

Para mayor información sobre la ubicación de laregión y localidades estudiadas, véase en adelante lafig.l del artículo de L. Núñez sobre la ocupación delespacio.

v. FORMACIÓN DEL GRUPO DEESTUDIOS INTER-DISCIPLINARIOS

Conforme con los grandes objetivos planteados,el primer trimestre de 1993 fue empleado en organizarun grupo de trabajo, con profesionales de altaexperien­cia para encabezar de manera permanente cada uno delos campos disciplinarios. Además de los participantes.de las dos entidades responsables de la coordinacióndel convenio científico suscrito entre la UCN yORSTOM, es obvio que se tuvo que recurrir a otrosorganismos e instituciones para encontrar todo el es­pectro de especialistas necesarios, en especial:

- Universidad de Antofagasta (UA);

- Instituto de Investigaciones Arqueológicas y Mu~seo (I1AM de la UCN), San Pedro de Atacama;

- Pontitlcia Universidad Católica de Chile (PUC),Santiago;

- Taller de Estudios Andinos (TEA), San Pedro deAtacama.

Las tareas del grupo básico permanente han sido:

- en primer lugar, determinar mancomunadamente elprograma de todas las actividades, en conformidadcon la finalidad de los estudios, y fijar los. pasoscronológicos de su cumplimiento;

- reorientar las investigaciones, en el caso de ser ne­cesario;

- definir, dirigir y responsabilizarse del buen desa-

rrollo de las memorias (tesis de grado u otras) a·realizarse por estudiantes, en particular para lostrabajos o encuestas de terreno.

En primer lugar, desde el 26 y hasta el 30 de abrilde 1993, se organizó una salida a terreno que permitióreunir en la escena de los estudios la gran mayoría delos integrantes del grupo (véase la lista al comienzo dellibro). Fue la ocasión para fructuosos intercambiosentre especialistas de ciencias. exactas, biológicas ysociales, 10 que resultó ser una ayuda decisiva paraplantear mejor las distintas actividades que debíancontemplarse en cada uno de los campos científicos ypara adecuarlas a la realidad del sector rural estudiadoa través de esta visión multi-disciplinaria. En estaoportunidad, la última jornada fue destinada a unprimer seminario para debatir, y luego decidir, delconjunto de las acciones a ser cumplidas, organizar lossub-grupos de trabajos temátjcos y finalmente progra­mar los plazos de cumplimiento de las tareas..

Reuniones plenarias periódicas, cada semestre,permitieron además asegurar un fiel respeto del calen­dario fijado, hacer los reajustes t1nancieros en funciónde los gastos, discutir del estado de avance de lasactividades y darle a ellas nuevas orientaciones cadavez que fue necesario. Estas reuniones fueron mante­nidas en su mayoría en los locales del Museo Arqueo­lógico, en San Pedro de Atacama.

VI. PRINCIPALES ACTIVIDADES DEINVESTIGACIÓN

Como resultado del primer seminario organizadoen San Pedro de Atacama en abril de 1993, fueronprogramadas en cada uno de los temas disciplinarioslas investigaciones que constan a continuación.

1. Recurso agua

- Evaluación de los recursos hídricos superficiales ysubterráneos: uso actual y potencialidades a nivellocal, extrapolaciÓn a toda el área estudiada;

- En las dos subáreas representativas, recopilación dela información disponible, medición de los caudales delas distintas fuentes utilizadas, evaluación de los recur­sos potenciales todavía disponibles, estimación cuan­titativa de las dosis de riego aplicadas e índice decomparación con la demanda potencial de los cultivos.Perspectivas del regadío en el contexto regional.

2. Suelos y potencialidades agropecUarias

- Estudio general de los factores limitantes para lautilización de los suelos en toda la zona de estudio;

- En los cuatro perímetros representativos, muestreode suelos en áreas actualmente cultivadas y en aquellasabandonadas en épocas anteriores: diagnóstico me­diante análisis físico-químicos (fertilidad, salinidad),elementos limitantes (B, As, otros...);

- De ser posible, recomendaciones para un manejoadecuado de los sistemas agropecuarios (cultivos yespecies adaptadas, técnicas de recuperación...) y delganado (camélidos y ovinos).

3. Paleoprocesos naturales. mapeamiento de asenta­mientos y superficies cultivadas

- Historiade los cambios climáticos ygeomorfológicos,como factores condicionantes de la ocupación delespacio y de las disponibilidades alimentarias;

Nota: se había considerado como un interesante apor­te científico el establecimiento, mediante fotointer­pretación, de las relaciones entre rasgos geomorfoló­gicos y asentamientos humanos, así como la caracteri­zación y distribución de las distintas obras agrícolas(diferentes tipos de terrazas, de andenes, melgas...),canales y sistemas de riego. Se debía comprobar esteanálisis mediante un chequeo periódico de terreno,siendo el producto final un mapeamiento en coordina­ción con los antropólogos y el responsable de losestudios edafólogicos y agropecuarios. La amplitud dela tarea no permitió ejecutarla.

4. Arqueología y antropQlogía- Estudio de las demandas de los diferentes sectores anivel regional ya nivel de las subáreas contempladas; - Identificación de los factores que condicionaron la

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ocupación del territorio en toda la región estudiada,mediante el análisis de la distribución espacial de lossitios arqueológicos. y el establecimiento de las reglasque, en distintas, épocas, gobernaban las relacionesentre las sociedades, las condiciones climáticas y elrecurso agua;

- En cada una de las cuatro zonas representativas:

a) Establecimiento de lasrelaciones prehispánicasentre asentamientos, ingeniería· hidráulica, uso delagua, posibilidades alimentarias en el pasado ycomparación de éstas con la situación actual;

b) Rescate de creencias, aspectos religiosos y tra­diciones en torno al agua.

- Contexto histórico ysocial del manejo de los recursosagropecuarios y evaluación del rol de distintos factoresexternos (dominio español, Estado, etc.);

- Identificación de las variables evolutivas y procesosdinámicos desde el pasado hasta el presente.

5. Economía y a~ro-economía

- A través del análisis de los datos obtenidos de laliteratura y de encuestas de opinión representativas:

a) diagnóstico agro-económico de la situación ac­tual del sector' agropecuario en los ayllos de SanPedro de Atacama (distribución de la tierra, rendi­mientos, ganadería, ingresos, egresos, fuerza labo­ral, etc.) con extensión a Socaire;

b) fuentes externas de ingreso e importancia rela­tiva; balance económico familiar;

- Establecimiento de posibles tendencias e identifica­ción de los procesos dinámicos que podrían en parteexplicarí~situacióndeabandono progresivo del sectorrural tradicional; perspectivas.

VII. LOS LOGROS Y SU PRESENTACiÓN

Implícitamente, se consideraba que todos loslogros mono-disciplinarios, trabajos bibliográficos o

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de terreno, memorias de tesis o pasantías centradas enlos problemas más cruciales, debían ser publicados endistintas síntesis temáticasque retomaban los principa­les resultados obtenidos, presentando cada una susconclusiones y recomendaciones.

Finalmente, durante la última reunión plenariaque tuvo lugar en diciembre de 1994, después demucho pensar y a pesar de que la decisión que se tomósignificaba dejar a un lado un gran número de resulta­dos, se llegó al consenso de abandonar el espírituanalítico vigente hasta el momento para dar paso, enprioridad, a la elaboración de los documentos cuyoenfoque se ajustaba a la trascendencia de la doblefinalidad del programa.

Es así como, en primer lugar, algunos trabajosdebían responder al propósito esencialmente prácticode suministrar la información de índole agro-económi­ca requerida para planificar mejor la gestión del aguaen la región estudiada. En este caso, era evidente queno se podía excluir todos los aspectos analíticos ya quealgunos resultados cuantificados eran indispensablespara alcanzar el objetivo fijado. La forma elegida paraello fue la definición de temas para ser tratados en tesisde grado. Es así como, en complemento de una memo­ria ya actualizada referente a las demandas de agua, sedecidió que dos de ellas deberían enfocar el regadío ysus perspectivas en cada una de las subáreas represen­tativas.

En paralelo, debido a que una de las metas funda­mentales de la acción de incitación de ORSTOMconsistía en aportar un cierto número de elementos derespuesta a su objetivo teórico, l,os documentos desti­nados a presentar el producto final debían constituir lamateria prima para el establecimiento de lasinteracciones entre el hombre yel medio ambiente. Seresolvió entonces reunirlos en un solo libro, el que estáaquí presentado. Los distintos artículos de fondo hansido elaborados con esta filosofía y cada uno de ellos,con su enfoque propio, trata de dar respuesta de lamejor manera posible a las tres interrogantes específi­cas que, en función de los múltiples factores externosanalizados, fueron formuladas:

¿cuáles son las reglas que rigen los movimientos de

las sociedades o los cambios en la' ocupación ymanejo de los territorios agrícolas?¿cuáles son las causas profundas de la situaciónactual de abandono del sector rural?

¿en qué medida los cambios identificados en lassociedades tradicionales han sido impuestos y enqué proporción resultan de una adaptación más omenos voluntaria?

El Desierto, el Hombre y el Agua -17

EVOLUCIÓN DE LA OCUPACIÓN Y ORGANIZACIÓNDEL ESPACIO ATACAMEÑO

Lautaro NÚÑEZ

"Ayil tanti sainoyes kaker tanti sainoisai pane yes kapamaiyai san Antonio... "

I. INTRODUCCIÓN

El objetivo de este estudio, que se ubica en elmarco de un programa multidisciplinario del convenioUCN-ORSTOM, radica en destacar la contribuciónfundamental de los datos arqueológicos para compren­der e identificar las condiciones del manejo y organi­zación del espacio y sus recursos en el escenarioprehistórico e histórico de la vertiente occidental de laPuna Atacameña, durante los últimos 5000 años deocupación humana. Para este efecto, además de lasinvestigaciones realizadas del presente ProgramaDURR (El Desierto, el Hombre yel Agua, II Región,CHILE), se han utilizado datos inéditos del proyectoFONDECYT N° 88-0843 y de otro financiado por laDGI-UCN, orientados a la reconstitución sintética delas relaciones entre los distintos patrones de ocupacióny su interacción con el ambiente del transecto Quebra­da Tulán (2300-6000 m.s.n.m.), para intentar desdeaquí una aproximaciónextrapoladaal piemontepuneñocomprendido entre los arroyos Puripica por el norte yTulán por el sur (Fig. 1).

Para definir una secuencia de episodios se hanconsiderado los patronesocupacionales másindicadoresdel proceso socioadaptativo, a través de vestigios deestructuras residenciales y laborales datadas con C14 ysus variaciones en tiempo, espacio y econOllÚa a lolargo del transecto Tulán (Tabla 1). Se ha considerado

18 • El Desierto, el Hombre y el Agua

"Semilla de maíz zapateadtu, primer sembrador,grano de maíz amarillo, zapateadtu papa, atraed el pan,

.harto San Antonio... "

Canto ritual kunza en rogativa por la abundancia de agua (faJatur)

tentativamente que las variaciones socioadaptativasidentificadas a lo largo del contraste de la zonaciónvertical (distritos ecológicos) del transecto Tulán, po­drían representar el "total" posible de patrones ocupa­cionales y de uso de recursos de la vertiente occidentalde la Puna Atacameña. Para este efecto se propone unanálisis macro espacial a base de sitios con documen­tación cronoestratigráfica.

11. CONSIDERACIONES TEÓRICAS

En un territorio como la Puna Salada, de bajadisponibilidad de recursos subsistenciales y alta fre­cuencia de sitios arqueológicos, el conocimiento de lasestrategias de apropiación y producción de bienes deconsumo es clave para comprender los orígenes de lahabitabilidad de la región más inhóspita del país.

El ambiente actual de la Puna de Atacama parece,en efecto, no ser muy distinto al vigente durante losinicio del régimen holocénico tardío, es decir, confluctuaciones fluviales y de pisos forrajeros, por lapsosde sequías y variaciones altitudinales y estacionales,con un régimen de lluvias de verano variable entre losextremos críticos del transeclO del Salar de Atacama(lOmm anuales) ylaAltaPuna (200 mm. auales). Así,las cubiertas forrajeras interfluviales bajo los 3000 mson siempre menos efectivas que las al tas, aunqueestos

"pastos de lluvias" se desarrollan durante la estaciónlluviosa. El dominio del desierto de altura es soloalterado por la zonación vertical del clima que asciendehasta las tierras altas con recursos útiles en las estacio­nes intermedias no invernales. Tal fluctuaciónvegetacional se asocia a un régimen árido dominante,de alta sequedad, lluvias poco previsibles, amplitudcrítica de temperaturas entre el día y la noche, altatransparencia atmosférica con intensa radiación solar yevaporación. Sin embargo, en este plano in~linado

aparentemente hostil, coronado con la línea de conosvolcánicos, se destacan microambientes con ocupacio­nes humanas "insulares", asociadas a diferentes fuen­tes de agua a través de vegas y lagunetas del Salar deAtacama, en los oasis piemontanos o zonas de des­agües, por las quebradas intermedias con arroyosandinos y vertientes locales subcordilleranas, inclu­yendo vegas y lagos alto-andinos. El proceso socio­adaptativo a estos recursos bajo condiciones límites,exigió en los últimos cinco milenios de la aplicación desutiles regímenes laborales destinados al uso eficientede la tierra atacameña.

La estrategia mayor estuvo orientada a aprove­char precisamente la alta diversidad de recursos flexi­bles, acentuado por locis de afloramientos rocososútiles, no siempre cercanos a los lzabitats, agregado aldesplazamiento estaCional de la avifauna y la pocaregularidad del régimen del lluvias y carga nival,además de los cambios de temperaturas de acuerdo a lavariación estacional. Por esto, a diferencia de la PunaSeca (Núñez y Santoro, 1988), donde los lzabitats seemplazan permanentemente sobre los 4000 m, aquí enla Salada todos los factores naturales y biológicosobservados conducen a percibir el poblamiento prehis­tórico bajo este límite, dentro de una orientación socio­adaptativa y productiva de alta movilidad estacional anivel del transecto in toto, capaces de aprovechar la altadiversidad de opciones estacionales complementarias.

Más que configurar un modelo general explicati­vo, se trata aquí de analizar componentes ambientales,productivos y culturales que permitan visualizar comose organizó el terri torio para alcanzar mayor compleji­dad sociocultural o "progreso social", que culminó conocupaciones productoras de alimentos y sedentarismopleno, estructurado a partir de una praxis de caza-

recolección (Lynch, 1973; Lavallée, 1990; Núñez,1980).

Para comprometerse con las expectativas de cre­cimiento demográfico frente ala diversidad y lo impre­visible de la fluctuación climática se observa aquí unaestrategia combinada de data arcaica preagrícola quepervivió durante los episodios posteriores. Esto es unmanejo trashumántico regulado por las estaciones,para un máximo de explotación de enclaves separados,combinando las labores permanentes con aquellas másmóviles. Por un lado, los asentamientos se disponen entorno a recursos de agua, locis vegetacionales óptimos,concentración de avifauna y canteras, de acuerdo a unaocupación intensiva de un territorio adecuado aparen­temente para cargas demográficas reducidas. Por elotro, una red de asentamientos transitorios con accesoregular a ecozonas óptimas y más distantes o comple­mentarias, explota el contraste del transecto puneño,en donde los desplazamientos estacionales pudierondesarrollarse en primavera y otoño, tanto hacia lastierras altas como a las zonas de fructificación de losoasis y bosques piemontanos cálidos, en el veranotardío, incluyendo el piso inferior del gran Salar(Bowman, 1924).

Este patrón de movilidad preagrícola, acentuadopor los períodos críticos y recurrentes de sequías pro­longadas, pudo estimular la reocupación intermitentede lugares localizados en un "mapa mental" claramentedetallado, de acuerdo a la naturaleza del cambio am-

o biental-estacional, presión demográfica y nuevas ne­cesidades. Así, la perdurabilidad de los asentamientoscomplementarios pudo ser básicamente variable, deacuerdo a las contradicciones internas de cada comuni­dad y la forma de organizar su fuerza de trabajo enrelación a la disponibilidad poco previsible de losrecursos atacameños.

Para comprender el tránsito hacia un manejo mássedentario del territorio fue necesario identificar losdistintos tonos laborales en términos de caza, recolec­ción, domesticación, horticultura, agropastoralismo yagricultura intensiva, con sus distintos énfasis y el usode determinados distritos, variables en tiempo, espacioy cultura a lo largo del transecto Tulán (Ver Anexo N°1).

El Desierto, el Hombre y el Agua • 19

III. DESCRIPCIÓN DE LOS DISTRITOSECOLÓGICOS DEL TRANSECTO TULÁN

El área de estudio se considera como unsemidesierto de altura con arbustos caducifolios de

. sequía, arbustos siempre verdes de hojas xerofóticas,gramíneas en champa y plantas de cojín. Globalmente

·la·coberiura vegetacional no supera el 50% de ocupa-ción, con un clímax por los 3.800m de altura (Villagránet al. 1981). Así, bajo los 3.800-3.150 dominan losarbustos y subarbustos. Las gramíneas en champa sedisponen entre los 3.800-3.700 m. Sobre los 3.800 lasgramíneas .tienden a combinarse con las plantas encojín. Cuatro situaciones marcan las relaciones entreesta área ylas ocupaciones humanas: la atracción de lasvegas del.salar, el arroyo con sus oasis y zona devertientes y los lagos con cerros de altura disponiblesde forraje. A 10 largo de este paisaje se identifican a suvez cuatro distritos ecológicos con sus respectivasocupaciones humanas diferenciadas, asociadas a re­cursos vegetacionales-faunísticos típicos. A continua­ción se resumen sus características a partir de susactuales evidencias de oeste a este (Fig. 2 y 3).

III.l. Distrito Tilocalar (2300-2380 m)

Corresponde al 'borde oriental del Salar deAtacama, en donde se localizan lagunetas con concen­tracionesde aves como los flamencos (pllOenicoparrussp;), playas con colonias densa de cholulos (Ctenomysfulvus) y vegas extensas en las playas del salar,tipificadas por una cobertura vegetacional de cojineteso champas en las zonas· más húmedas ("vegas deTilocalar"). Pero en los alrededores de las zonashúmedas, la vegetación es menos continua, esta vezcon una amplia cobertura de arbustos que crecen en lasplanicies marginales del Salar: rica-rica, cachiyuyo,pingo-pingo, brea, etc.

Algunos rasgos típicos de este distrito lo consti­tuye el déficit de lluvias, más altas temperaturas, aflo­ramientos de aguas salobres y costras, ausencia dearboledas (chañar y algarrobo), la imposibilidad deimplantar algún régimen de cultivos y su riquezaforrajera estable asociada a reducidas vertientes deagua potable. La presencia de densos depósitos dehuesos de camélidos en el sitio arcaico Tambillo,

·20 • Et Desierto, el Hombre y el Agua

ubicado en este ambiente, aunque más al norte, señala.que existió en el pasado una relación entre estas vegasy la sustentación decamélídos salvajes. En la actuali­dad las vegas de Tilocalar son ocupadas transitoria­mente por ovejeros dela localidad de Peine (borde SEdel Salar de Atacama).

El forraje disponible en las vegas del Salar aun­que es estable tiende a ser más óptimo entre los mesesde octubre, noviembre y diciembre, cuando ocurrentemporadas secas que crean etapas críticas, como aque­lla recurrente en octubre que afecta hasta el forraje depisos tan ricos como Socaire. De modo que los recursos"bajos" de las vegas del gran Salar fueron alternativastan importantes que dieron1ugar al habitatde Tilocalar,de larga perduración en términos de secuencia.. Deacuerdo a estos recursos la concentración de sitios entorno a esta vega se explica en términos de caza (V.gr.TU-97) y aquellos con cerámica involucrados con cazay crianza de llamas (V.gr. TU-85).

111.2. Distrito Tilomonte (2300-2750 m)

Se corresponde con un sector ecológico ypoblacionalmente bien acotado, en donde se combinael curso inferior del arroyo Tulán y su desagüe en tornoal oasis de Tilomonte, con su peculiar arboleda dechañares y algarrobos, incluyendo las sementeras re­gadas con un cultivo dominante: maíz.

El uso del espacio se orienta a la mantención delas arboledas como fuente de alimentación humana,bebidas y forraje alternativo. La presencia de un ce­menterio preincaico de caracteres denso (TU-77), se­ñala que una población estable se implantó bajo unpatrón arquitectónico aún no conocido. El énfasissubactual (siglos XIX y XX) en el uso de silos, odepósitos de cosechas ratifica, junto a la evidenciaarqueológica, que aquí existieron óptimos excedentesagrícolas. En reversa, el uso de este espacio limita alforraje local solo como recurso alternativo cuandoocurrían crisis de pastos al interior del distri too No debeexcluirse la mantención temporal de escasos rebañoslocales en las vegas del arroyo, adaptados al calor, quese trasladaban estacionalmente hacia los pisos másaltos (e. Chaile, comunicación personal).

No obstante, fuera del oasis y de las vegas delarroyo la cobertura vegetacional es pobre, de caráctersubandino, con evidencias de arbusto.s leñosos y secos,más dispersos, utilizados por rebaños que se trasladandentro del régimen trashumántico-ganadero hacia lospisos más altos.

111.3. Distrito Tulán (2750-3500 m)

Se trata de un sector con recursos bien focalizadosen el curso del arroyo de Tulán asociado a un locuspoblacional definido, en especial aguas abajo de lavertiente que origina al arroyo, cerca,de los recursos detoba artefactual localizados en Tulán Cerros (Figs. 4,5).

En este distrito comienza a observarse en su Cotasobre los 3000 m la vigencia de una coberturavegetacional equivalente al "piso andino inferior"(Villagrán, 1981), con arbustos, subarbustos, carófitas,equivalente a la formación del tolar andino (Fabianadensa - Baccharis boliviensis).

El tolar concentra el mayor potencial deforrájepuesto que algo más del 80% de sus plantas son útiles .a los rebaños de llamas y otros herbívoros. Pero comosu crecimiento es estacional su uso es flexible deacuerdo a las condiciones climáticas. Se le reconocecomo "campo", "pastos de cerros", "pastos de lluvias":pingo pingo, chaka-chaka, añawa, etc. El acceso altolar ocurre después de las lluvias estivales pOrque susrecúrsos forrajeros (plantas anuales de desarrolloestacional), son efímeras en términos de depender demás o menos lluvias locales. A juzgar por la evidenciade Toconce, es probable que también aquí más de diez .especies forrajeras se consumen por rebaños de llamasen el ámbito del tolar (Aldunate el. al., 1981). Bajo ellímite del tolar, en el fondo de la quebrada, los recursosde vegas del arroyo han concentrado camélidos salva­jes y domésticos, cierta avifauna menor y por cierto,solo escasos retazos planos para prácticas hortícolasefímeras.

En los alrededores de la quebrada Tulán se desa- .rrollan cuencas reducidas, quebradas y altiplaniciesinclinadas de este a oeste con forraje estacional de bajadensidad, de naturaleza seco y leñoso, aunque hay

depresiones y colinas con sectores de mayor significa­do, en donde se ven arbustos de flores azules que sonmuy requeridas por el ganado actual. Estas pampas sonutilizadas como recurso complementario a la quebraday constituyen el talaje de paso obligado desde lasquebradas hacia las vegas y tolar de mayor altura.

En el distrito Tulán, se han localizado evidencias decrianza de llamas entre los 1000-400 años a.e. (TU­54). De acuerdo alas evidencias de TU-55, datado alos750 años a.e., se habrían utilizado los siguientes recur­sos forrajeros:

a) Locales: pingo pingo (Ephedra) cortadera(Cortadería sp.), totora o juncos (Scirpus sp.), Chokelo Ojalar (Atripex microphylla Phil!) y brea (Tessariaabsinthioides).

b) Foráneos (trasladados): Festuca sp. y pajon.al (Siipa. sp.) comunes entre los 3 a 4.000 m además de paja

brava (Cyperaceae) proveniente de la alta puna, aso­ciadas a la alimentación de camélidos. Se incluye afrutos de chañar (Geoffrea decorticans) y algarrobo(Prosopis sp.) colectados en el distrito Tilomonte,también de uso forrajero alternativo (V. Popper, comu­nicación personal).

Aunque no se conoce la taxa paleobotánica utili­zada por todas las ocupaciones pastoralistas deltransecto, los recursos forrajeros de~critos pudieronser usados pordistintas comunidades agropastoralistasa lo largo de losdistritos de Tulán y Tilomonte, a partirde a lo menos 1.000 años a.e. (TU-54) hasta ahora, deacuerdo al manejo trashumántico de los rebaños de .corderos 'y llamas practicado por la familia Chaile.

111.4. Distrito Meniques (3500-5650 m)

Los recursos forrajeros se sitúan en el drenaje deTarajne hacia el este del piso anterior a lo largo dequebradas ypampas aledañas con algo más de potenciaen relación al distrito anterior. Hay quebradas y cursosde aguas que sostienen vegetaciónpermanente arbustivaque aún sirven como "estancias" intermedias entre elarroyo de Tulán y el piso del tolar. En general, el planoinclinado ignimbrítico que asciende hasta la Alta Punapresenta recursos de densidad creciente ya que gra-

El Desierto, el Hombre y el Agua • 21

dualmente la cobertura vegetal de interfluvio seincrementa más hasta alcanzar una cubierta forrajerasostenida a raíz del incremento de la lluvia estival("invierno Boliviano").

El componente típico de este distrito son losrecursos de las lagunas Miscanti y Meniques, en dondela población prehistórica configuró un locus relevante.Para acceder a este distrito se han utilizado rutasquebradeñas, con estaciones de paso entre el habitatmás funcional del arroyo de Tulán (2900 m) y lostolares, vegas y lagunas de altura (4200 m).

No se sabe si en algún lugar abrigado de este. distrito pudo imponerse algún cultivo. Los límites de .

altura hacen posible una agricul tura significativa hastaSocaire (3500 m). De modo que en general el recursode caza y pecuario es aquí más dominante en especialdurante las estaciones cálidas, aunque la obtención deobsidiana no ofrece límites de esta naturaleza. Lapermanencia humana aquí, durante todo el año esimposible. El régimen climático es drástico. En efecto,en este distrito domina el régimen de la alta puna(estepaúo de altura) con alta fluctuación de temperatu­ra entre el día y la noche (baja hasta - 100 - 20°C), condías despejados y asoleados. Las lluvias ocurren enverano (cerca de 200 mm anuales), dando lugar a una

I

cubierta esteparia de pastos duros (ishus) y tolares(Baccharis sp.). Estos recursos asociados a vertientespotables dispuestas en el paisaje alto-andino permitenhasta hoy que pastores de Peine y Socaire accedantransitoriamente a este habitat de lagunas y forrajeganadero (champa - pajonal), practicando recolecciónde huevos de parina y caza eventual. Tal situación nodebió ser muy distinta durante todos los episodios deeste estudio, con ascensos durante las estaciones deprimavera y verano. Sobre los 4250 m los recursos sedebilitan y se transforma el paisaje en un semi-desiertode altura.

Los recursos de este distrito configuran unabiomasa mayor comparada con los anteriores. Desdeun punto de vista avifaunístíco el listado más útil parael consumo en términos de caza es el siguiente: a)Mamíferos: vicuña (Lama vicugna), guanaco (Lamaguanicoe), zorro (Pseudalopex culoacus), viscacha(Lagidium viscacia), chinchilla (Chinchilla c1zinclzi-

22 • El Desierto, el Hombre y el Agua

!la), Sarteneja (Ctenomys sp.), gato montés (Oreaylurusjacobita); b) Aves: suri o avestruz (Pterocnemiatarapacensis) ,kiula (Tunamotispentlandi),perdiz gran­de, tórtola cordillerana (Metriopelia melanopteramelanoptera), canarios de cordillera, chorlo de la puna,etc.; c) Aves acuáticas: parina o flamenco(Plwenicoparrus sp.), guayata (Clzloephagamelanoptera), ajoya o tagua gigante (FoUca gigantea) ,lzuairavo (Nycticorax N. tayazuguira), gaviota andina(Larus serranus).

En términos de pastoreo, entre el distrito de Tulány Meniques y sus zonas aledañas, se alterna el recursoquebrada con vegas y pampas de interfluvio comoapoyo alternativo. Es probable que al igual que en elárea de Toconce (Aldunateet al., 1981), más del 60%de las especies vegetales sean forrajeras, concentradasmayormente en la formación del tolar y en menor gradoentre los recursos de las quebradas.

Aunque en la vegetación de vegas hay pocadiversidad de pastos, la continuidad del recurso y sumayorextensión espacial hacen de estos loeis forrajerosel interés de los pastores contemporáneos. En estesentido, los recursos de quebradas sin aguas corrientes(cubierta arbustiva), y aquellas con arroyos asociadosa champas de hierbas perennes y estables, son muyimportantes en las cotas bajo los 3500 m, hacia dondese refugian los rebaños durante la estación invernal.Aunque estos recursos son lineales, las llamas lo arti­culan como abrevadero y consumó de pasto "blando"en cierto horario del día, ascendiendo a las pampasaledañas donde consumen forraje "duro", tal como seadvierte hoy con su manejo en el distrito Tulán.

IV. ANÁLISIS DE LOS EPISODIOSOCUPACIONALES

De un total de 108 sitios reconocidos desde loslagos Meniques-Miscanti al Salar de Atacama se haninvolucrado conesta propuesta solo 30 con indicadoresresidenciales. Estos se han ordenado en el Anexo N° 1.Para los efectos de este estudio se han agrupado ennueve episodios compatibles con distintos modos dearticular un mismo espacio a lo largo de cinco mileniosde ocupación, los que serán descritos a continuación.

IV.1. Episodio 1 - Ocupaciones arcaicas(3000-1200 a.C.) (Fig.6)

Se ha definido este episodio a base de 14 sitios sinconsiderar sus 45 estaciones enlas canteras-talleres delárea Tulán Cerros, cronologizados con tres datacionesC14 y una cuarta que cae en su postrimería o tránsito alepisodio 2 (TU-94). Se trata de agrupaciones de caza­dores y domesticadores de camélidos suplementadospor la captura de fauna menor (roedores y aves) yrecolección de frutos de algarrobo, chañar y cactáceas(uso de morteros de hueco cónico profundo). Constitu­yen caseríos y estaciones semipermanentes a base derecintos circulares aglomerados (Fig. 7), junto a laquebrada Tulán (vertientes), cercanos a las canteras detoba desvitrificada Tulán (área Tulán Cerros), en don­de se advierte su mayor concentración (distrito Tulán).El coto de caza y domesticación (?) de camélidos entorno a las vertientes del arroyo Tulán fue el incentivopara disponer los asentamientos más densos en elcentro de transecto, bajo alturas moderadas (TU 1,2,51 Y 52), en donde las condiciones de permanenciaestán dadas por un arroyo generado en vertientespiemontanas no alteradas por las sequías.

Desde este tOCtlS de recursos arcaicos tardíosarticularon los enclaves bajos del distrito Tilomonte(recursos de oasis arbolado fructífero en los veranostardíos), a través de estaciones transitorias en talleres ycampamentos. Aquí las prácticas de recolección vege- .tal suplementaron a las tareas de caza de camélidosmenos dominante en esta zona de desagüe.

La explotación de los cotos de caza de camélidos,Ctenomys y recolección asociada en los distritos deTilomonte y Tulán era complementada con el acceso alas playas del Salar de Atacama, a las vegas forrajerasy vertientes (distrito Tilocalar), en donde se han ubica­do sus clásicos indicadores: puntas foliáceas ypedunculadas de toba Tulán y similares estructurasresidenciales circulares (TU 91, 92, 93) (Fig. 8).

Por otra parte, la presencia no muy densa de estosindicadores, entre los lagos Meniques y Miscanti (TU­101), a los 4200 m, ocurridos seguramente durante losmeses de octubre y diciembre, vienen a confirmar sudesplazamiento a 10 largo de todo el transecto, desde

los lagos de la Alta Puna hasta las playas del Salar deAtacama, teniendo como centro base el habitar conrecursos permanentes del distrito Tulán, una quebradaintermedia de altura moderada bajo los 3000 m queactúa como "tobogán" natural entre los recursos dealtura yel oasis asociado alas vegas del Salar (Niemeyery Schiappacasse, 1976).

Al observar su patrón de distribución (Fig. 6) seadvierteque cada vez ocupan menos lacuencas lacustresaltas (distrito Meniques), pervivientes de un críticoproceso de desecamiento regional (Grosjean y Núñez1994). Ocupan activamente el distrito Tulán, porqueaquí el estilo de vida semisedentario había logrado máséxito, paralelo a una dispersión proporcional entre eldesagüe del arroyo y el distrito Tilocalar. D~finitiva­

mente durante este episodio el foco demográfico co­mienza a centrarse en torno a 1as vertientes del arroyoTulán, considerado el lugar de mayor confiabilidad derecursos. Desde aquí se irradiaron más grupos de tareasa los distritos de Tilocalar y Tilomonte que al de mayoraltura o Meniques.

IV.2. Episodio 2 - Ocupaciones FormativasAntiguas (1200-400 a.e.) (Fig. 9)

Este episodio se ha identificado a través de cinco. sitios cronologizados con once dataciones C14. Origi­nado en el episodio anterior (Núñez, 1992) con unabase de sustentación arcaica, estas ocupaciones inicianla plena producción de alimentos a través de la crianzade llamas con apoyo en cacerías, horticultura de peque­ñas parcelas complementarias (quinua, maíz, ají ycucurbitas), además de recolecta de frutos de algarro­bo, chañar y de cactáceas, incluyendo notables logrosartesanales: cerámica, metalurgia de oro-cobre ytextilería.

Al observar su patrón de distribución (Fig. 9)llama la atención su articulación, como en el episodioanterior, a los distritos de Meniques (TU-88, 99), porcierto a Tulán (TU-54, 55) Y Tilocalar (TU-85). Esdecir, otra vez se está utilizando todo el transecto, sinembargo, la diferencia radica en que ahora ya no esnecesario dispersar grupos de tareas en varios enclavesde uso oportunístico. Se ha transitado desde instalacio­nes semipermanentes de campamentos del patrón TU-

El Desierto, el Hombre y el Agua • 23

52, a sólo dos verdaderas aldeas de gran complejidadarquitectónica y funcional como TU-54 (Fig. 10) condensos depósitos de desperdicios y la aparición de losprimeros cementerios (TU-58), como señales inequí­vocas de mayor labor sedentaria a raíz del éxito delproceso productivo más pecuario que agrario y de laexplotación metalúrgica de status (cobre-oro). Losespacios productivos de las aldeas TU-54 y 85 sonesencialmente ganaderos con parcelas de cultivos re­ducidas en su entorno o tal vez con disposición de losprimeros cultivos en el oasis de Tilomonte, a raíz de laóptima fructificación de sus suelos maiceros, perohasta: ahora ni estas aldeas ni sus estaciones semi­p~rman~ntes se han registrado en este oasis.

. ','

Duranteesteoepisodio junto a la cacería y recolec­ción·de'·ancestro arcaico comienza a dominar en elpaisaje' d traslado de rebaños de llamas entre losdistritos Tulán y Tilocalar, complementándose elforrajeo cón vegas del arroyo y de las vegas saladas dela playa del gran Salar y el ascenso estacional a loscotos de caza y pastoreo de los lagos del distritoMeniques. En efecto, se han identificado depósitos yestructuras con fogones entre los lagos Miscanti yMeniques (TU-99), con asociación estricta de cerámi­ca temprana con industria de láminas (toba Tulán).Estos ascensos transitorios de las ocupaciones delpatrón TU-54 tras la explotación de recursos de altura,guardan relaciÓn con prácticas de cacería de avifaunalocal, acceso a obsidiana y mantención de rebaños dellamas. En realidad, entre las dos aldeas de uso perma­nente y sincrónicas (TU~54 y 85) y las tierras altas sehan identificado varias estaciones intermedias comorefugios o paraderos del flujo trashumántico (de cazay ganadería) tanto en abrigos bajo roca (TU-55) comoen campamentos abiertos (TU-88). o

Por otro lado, campamentos intermedios entreTU-54 y 85 se han localizado en el distrito Tilomonte,a través del sitio TU-94, en donde junto a un notabl~

campamento del patrón antiguo TU-52 (V.gr. morteroscónicos y abundante talla lítica), además de estructu­ras, se ha datado un depósito de cenizas y basuras conuna datación que cae en este episodio.

Apartirdel presenteepisodioel manejo estacionalderebaños de llamas entrelos distritos Tulán yTilocalar

24 • El Desierto, el Hombre y el Agua

(quebrada y playa del Salar) irá incrementando porqueaún no se advierte un uso muy activo del forraje dealtura (V.gr. vegas del Pular). Pareciera que los recur­sos bajos, de los distritos Tulán-Tilocalar fueron sufi­cientes en ciertos períodos para los primeros rebañosde valor económico, anteriores a los 500 años a.e.

Hasta ahora el fin de este episodio considera unadatación intermedia-superior del orden de los 470 a.e.,sin embargo, una muestra del techo de la estratigrafíadel mismo sitio TU-54 recién se ha medido, con unresultado del orden de; 745±75 años a.e., de modo queconsiderado su sigma menos, podría englobarse elfinal de esta ocupación entre los 470-570 años a.e.

Mientras se mantenga la ausencia de este episo­dio en el oasis de Tilomonte, en donde la implantaciónagraria fue y es dominante, a nivel de todo el transecto,significa que estas ocupacionesformativas basaban susubsistencia entre cacerías y recolecta vegetal deancestro arcaico en asociación con crianza de llamas.Estas no se adaptan en términos de "buen multiplico"entre los cálidos oasis piemontanos. Tal límiteadaptativo podría explicar el "silencio" FormativoAntiguo detectado en torno al oasis de Tilomonte.

Por otro lado, la ocupación más densa de esteepisodio agropastoralista se advierte en las vegas deTilocalar (borde del Salar) en el extremo actual máscálido y árido del transecto. Esta aparente anomalíaadaptativa tiene una explicación ambiental, en cuantopor esta época se ha detectado un intervalo hiperáridoen las tierras altas de Miscanti, con recursos localesdisminuidos (M. Grosjean, comunicación personal).En efecto, el comienzo de la ocupación datado en TU­85, junto a1as vegas de Tilocalar, corresponde precisa­mente alas 3140±90 años a.P. (1190 a.e.); de modoque se propone que la opción por ocupar el tramo másbajo del transecto con notable permanencia, habríaresultado de un stress ambiental que afectó a todo eltransecto Tulán. En estas condiciones el locus deTilocalar como recurso alternativo, con potencial entérminos de equilibrio entre cacería y ocrianza decamélidos, habría estimulado la colonización deagropastores desde el distrito Tulán. Una recientedatación radiocarbónica para el techo de esta ocupa­ción ha dado el siguiente resultado: 870±75 años a.C.,

es decir, por los 700 a 800 años a.C. habrían ocurridolos últimos eventos de este episodio en Tilocalar,asociado a las vegas del gran salar.

Durante este episodio desde las aldeas complejasTU-85 y 54 se controlaban los espacios de cacería ycrianza de camélidos desde el borde del Salar a lasvertientes de Tulán respectivamente. El carácter máspermanente de esta vida residencial agropastoralistaguarda relación con los inicios regulares de mayorritualística, comienzo de obras minero-metalúrgicas(V.gr. uso popular de martillos), incremento de prácti­cas horticolas, y una división social y sexual del trabajobien constituida, para así definir quienes radican en lasaldeas de los que salen a determinadas tareas. Estosdesplazamientos ocurren más bien en estructuras resi­denciales abiertas, más que en abrigos bajo roca, talcomo ocurre en la vertiente trasandina, en donde a suvez no han sido registradas las aldeas de este episodio.

IV.3. Episodio 3 - Ocupaciones Formativas.Avanzadas (400 a.C. - 500 años d.C) (Fig. 11)

Este episodio se ha definido con nueve sitioscontrolados con siete dataciones C14 y por supuestoprovienen de lapraxis del episodio anterior. De hechoel transecto de nuevo se ocupa a lo largo de todos susdistritos ecológicos. Sin embargo, hay cambios nota­bles en la forma de organizar el espacio productivo yhabitacional. Ya no bastan las dos y grandes aldeas dearquitectura tan sofisticada a modo de loeis ocupacio­nales (TU-54 y 85). Al observar el patrón de distribu­ción (Fig. 11) se desprenden varias observaciones quetiene que ver con la instalación de una compleja redcaravanera local que mantiene integradas las nuevasinstalaciones aldeanas dispersas con cerámica negrapulida clásica a través de distintas modalidades:.

a) Se trata de aldeas con recintos subcirculares aglo­merados con escasas reocupaciones dispuestas en losdistritos de Tilocalar, Tilomontey Tulán, con propor­cionalidad, aunque el oasis de Tilomonte no fue ocupa­do directamente. En efecto, el sitio TU-71 (Fig. 15), sibien se sitúa en. este distrito, está apegado hacia lapampa lateral asociado a tráfico y pastos de lluvias.Tampoco ocupan con intensidad el distrito Meniques.Sólo se ha ubicado una estación transitoria de manejo

trashumántico de llamas hacia el ámbito del talar ylagunas adyacentes (TU-89).

b) Las aldeas de este episodio son sincrónicas (TU-82,71,59,57) datadas entre los 30 a410 años d~C., siendocontemporáneas con puestos de crianza de llamasdispuestas en corrales y abrigos bajo roca que tambiéncubren rangos temporales de 30 a 410 años d.C. (TU­56, 64 Y89) localizados principalmente en el distritoTulán.

De acuerdo al uso de suelos estas ocupacionescontinúan con énfasis las labores más ganaderas que,agrícolas (incluyendo funciones mineras). Su ampliadistribución guarda relación con la expansión de lasocupaciones con cerámica negra puHda clásica duranteel clímax de la cultura llamada San Pedro de Atacama,dando inicio a la tradición atacameña (Aldunate et al.1981-b, Berenguer et al., 1986). Como las cabecerassociopoliticas de estos pueblos radicaban en los oasispiemontanos (ayllos de San Pedro de Atacama), sedebe asumir que esta amplia distribución es una res­puesta política de un "protoseñorío" que ordena laforma y el modo de acceder a recursos distántes de suscabeceras, en especial la crianza de llamas en pisos

. adecuados menos cálidos que los ayllos agrarios.

Se está en presencia de un episodio en donde lanorma radica en ocupar todos los enclaves productivosposibles, con asentamientos menos densos que el ante­rior, pero más funcionales calibrados para el máximoprovecho de la diversidad sometida a un régimen dearidez estable.

Estas poblaciones derivadas del episodio anterior(TU-54, 85) proponen o recrean una nueva formaresidencial cuyo modelo paradigmático podría ser elpueblo sincrónico de Tulor (Llagostera et al., 1984),aplicando aquí sus tipicos recintos circulares aglome­rados y paredes curvadas al interior, aunque en escalade densidad muy reducida (Fig. 12).

Estas aldeas no presentan depósitos potentes dedesperdicios, de modo que es posible que su arraigo seade relativo corto tiempo (no más de quinientos años),dedicados a la explotación pecuaria, en tanto que lacrianza de llamas es menos dependiente de la crisis de

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sequía como 10 es la labor agrícola. Por otro lado, alaceptar que las cabeceras sociopolíticas radicaban enlos oasis cálidos piemontanos como Peine, Toconao ySan Pedro de Atacama, estas aldeas pequeñas repre­sentarían el mantenimiento de rebaños en ámbitosquebradeños acordes con pisos más altos en relación alos oasis bajos esencialmente agrarios, dando lugar aun régimen de plena complementaridad pecuaria yagrícola manejada a 10 largo de los transectos vertica­les.

Dos loGis aldeanos de este episodio se adviertenen el transecto. Por un lado tres aldeas más o menossincrónicas localizadas en las vegas de Tilocalar, lasque continúan la tradición pastoril del episodio ante­rior, esta vez ocupando el nivel más alto en relación al"acantilado muerto" de la playa del Salar. La altapresencia de vestigios de camélidos salvajes y domés­ticos y el uso de sus subproductos sostiene una intensaexplotación de las vegas locales. Si no ocuparon direc­tamente el oasis de Tilomonte, obviamente de allíobtuvieron, tras el envío de grupos de tareas, productostales como frutos de algarrobo, chañar y maíz (TU-82,79) (Fig. 17, 16).

Por otro lado, las aldeas del distrito Tulán aunquemenos aglomeradas y reducidas, más cercanas al pa­trón Tulor, también están orientadas al patrónagropastoralista. Desde el comienzo de la era secontinúa con las labores metalúrgicas, crianza de lla­mas locales y acceso temporal al distrito Tilomonte ajuzgar por la presencia de chañar (TU-57) (Fig. 12). Lapresencia aquí de palas líticas podría sugerir que lasprácticas hortícolas locales y/o en el distrito Tilomonte,ya habían logrado un espacio más significativo enrelación al episodio anterior.

Existe una relación sincrónica y funcional entre laaldea TU-57 y 59 (Fig. 12, 13, 14), Y los abrigosasociados a corrales llameros (TU-56 y 64) (Fig. 13),ubicados en el pie del acantilado ignimbrítico, domi­mindo el frescor y las sombras sobre la quebrada. Por10 mismo se acepta que desde los 30 años d.C. estamodalidad ocupacional asociada al uso de cerámicanegra pulida clásica, está dedicada a la mantención derebaños locales (pisos con coprolitos de llamas).

Por esta época emerge en el distrito Tilomonte

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una innovación en términos de ocupación en enclavesde tráfico caravanero y manejo de rebaños que unían laquebradadePeinecon Tulán. La aldea TU-71 (Fig. 15)con restos de fondo de corrales de llamas, datado a los360 años d.C., posee tiestos negros pulidos clásicos ysurge como un asentamiento de interfluvio estéril,exclusivamente para el apoyo del flujo de gentes,rebaños y cargas.

Después de los 400 a 600 afios d.C. hay un cambioradical en la forma de articular esta diversidad. Dehecho no se advierten más ocupaciones con aldeas bienestructuradas en los distritos de Tilocalar ni Tulán. Seasume que el piso alto Meniques continúa atrayendodesplazamientos estacionales trashumánticos comple­mentarios.

Si la aldea de Tilocalar (TU-82) con una datacióninicial de 340 años d.C., pudo mantenerse unos 500años ajuzgar por los componentes cerámicos posterio­res al comienzo del componente negro pulido clásico,habría un abandono hacia los 700-800 años d.C. Des­pués no se advierten otras aldeas tan densas como TU­82, que cubran el rango 800-1450 años d.C. Tampocose ve esto en el distrito Tulán. ¿Dónde se concentró lapoblación desde los 800 años d.C.? Es decir, debería­mos ubicardonde se fijó el nuevo"centro sociopolítico"que movilizaba las ocupaciones alo largo del transecto.

IV.4. Episodio 4· Ocupaciones del DesarrolloRegional (800-1450 años d.C.) (Fig. 18)

Para este episodio solo se cuenta con un grancementerio (TU-77) ubicado en el borde del oasis deTilomonte, el cual debió asociarse a un aldea muydensa, hasta ahora no identificada a raíz del uso posibledel material perecible aún perviviente en la localidad(quincha), aunque hay estructuras aglomeradas cerca­nas de data no conocidas. Por sus componentescerámicos (TU-77) se si túa en el rango temporal de esteepisodio. No hay otros vestigios mayores de esteepisodio en el resto de los distritos, salvo uno que otrorefugio bajo roca vinculado con el traslado de llamas(TU-55), lo cual no significa necesariamente que loshabitantes de esta época estaban limitados a vivirexclusivamente en Tilomonte. Por el contrario, si bienel núcleo sociopolítico y autoritario se encuentra en el

oasis, tal como ocurría en los ayllos de San Pedro deAtacama (hay tumbas en cistas de rango señorial),ahora el manejo de todo el transecto en términos degentes y recursos ocurre desde el distrito Tilomonte(Fig. 18).

No se sabe con exactitud desde cuando ocurre elcontrol agrario de este oasis. El análisis cerámico de loscontextos excavados en el cementerio indican que losprimeros enterramientos ocurrieron con cerámica ne­gra pulida clásica, del patrón sincrónico a la influenciaTiwanaku (500-900 años d.C.). Posteriormente, sehabrían ofrendado tiestos incisos ("juego de cola"),negra"casi pulida", y en general tiestos que Le Paige(comunicación personal) reconociera como de "la últi­ma época" sin influencias incas.

Una muestra de coprolito logrado in situ de unenterramiento con cerámica pre inca ubicado intactoen el centro-sur del cementerio se ha datado reciente­mente a los 960 años d.C., confirmándose el caráctertardío pre inca de la población TU-n, vinculada con laexplotación agraria del oasis de Tilomonte en su mo­mento clímax.

De acuerdo a la presencia de maíz, calabazas,algarrobo, chañar, ganchos de atalajes de llamascaravaneras, lana, azadones de uso agrario y huesos dellamas, queda fuera de duda que la explotación agrariaera dominante, toda vez que el pastoreo local presentalímites adaptativos.

Se acepta que tal vez los primeros en acceder alcontrol agrario más intensivo fueron los habitantesportadores de cerámica negra pulida clásica, durante elepisodio anterior, en cuanto así sucedió en los ayllos deSan Pedro de Atacama. De esta época se esperarían losprimeros intentos de innovaciones hidráulicas orienta­das al regadío canalizado en los oasis aún parcialmenteintervenidos por riego de inundación.

De uno u otro modo, ahoraes un hecho constatado(TU-n), que el oasis de Tilomonte tiene un tratamien­to agrario, es decir. fue transformado desde un parajede bosques de árboles nativos y arbustos naturales(V.gr. brea) en chacras regadas, combinándose laproducción de algarrobos y maíces en armonía. Desde

ahora la labor agrícola dejará de ser subsidiaria,con­centrándose enTilomonteel mayor arraigamiento agra­rio de toda la historia ocupacional del tran~eeto. SólOuna adecuada tecnología de regadío (canalización)pudo abrir amplias expectativas alimentarias de baseagrícola en una época de aridez sostenida, creándose elnuevo escenario de los oasis piemontanos tal como seobserva en la actualidad en términos de combinaciónentre arboledas sombreadas (menos evaporación) ychacras maiceras con tumos de regadío. Desde aquí seorganizaba el acceso a los distintos pisos o distritosecológicos de Tilocalar, Tulán y Meniques, sin dejarallí grandes vestigios estructurales, sino leves estacio­nes expuestas o en abrigos correspondientes al trasladotrashumántico de rebaños de II amas tal como se advier­te hasta hoy en la relación oasis cálidos piemontanos ymanejo estacional de ganado hacia las vegas y talar dealtura.

En este sentido el modelo pastoralista del episo­dio anterior pasa a reubicarse durante el presenteestadio con las nuevas ventajas agrarias, combinándo­se una estrategia que pervivió hasta el tiempo históricoy su remanente etnográfico actual. Que las prácticaspastoralistas y la reserva de lana local siguió siendoimportante, se advierte precisamente en TU-n, dondelos útiles de textilería fueron ofrendados con ciertaregularidad. A partir de ahora el régimen de trashu­mancia ganadera desde quebradas y vegas, pasa adepender de un nuevo régimen político y residencialque privilegia a los oasis agroalgarroberos. Desde aquísolo ciertos grupos de tareas saldrán con rebaños a lospastos estacionales, vegas permanentes y arroyos inte­riores. El resto mayoritario permanecerá en el oasismás agrario que ganadero. Así, los habitats comoTulán y Tilocalar pasaron a ser lugares periféricos,fuera del proceso sociocultural nucleado en los gran­des oasis piemontanos del cual Tilomonte era el menory más distante de todos. La presencia de minerales decobre, molienda, metalurgia sofisticadade cobre yoro,desde el episodio Formativo Antiguo, plantean que laeconomía pastoril se asoció inicialmente a laboresmineras. Esta asociación tipifica a las comunidadesformati vas de las tierras altas del áreacentro-sur andina(Lumbreras, 1981) Y su constancia no viene sino aconfirmar que la mantención de rebaños fue muycompatible con la explotación minera, tal como se ha

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advertido del análisis de este transecto.

IV.5. Episodio 5· Ocupación Incaica(1450 años d.C.) (Hg. 19)

Durante esta época el control socio-político radi­caba en los linajes señoriales locales emplazados enTilomonte y Peine. La administración inca reocupó elcamino preexistente entre los oasis piemontanos, dis­poniendo sus centros administrativos precisamentedonde estaba el poder local de acuerdo al episodioanterior. Uno de los tres centros más grandes del árease dispuso en Peine (Hg. 19), localidad que debiórecibir la tributación en mano de obra, bienes y produc­tos de las ocupaciones locales de Socaire, Peine yTilomonte-Tulán.

Esta vez el espacio productivo debía servir tantoa los señoríos locales como a la tributación imperial.Ahora el centro de las ocupaciones y la propia autori­dad política local permanece en Peine Viejo, con susdensas instalaciones de almacenaje a cargo de servido­res locales. Así, Tilomonte como aldea con un señoríolocal y súbditos arraigados allí, quedaba fuera delescenario centralizado en Peine. Ciertamente, el apara­to administrativo inca fue dispuesto en la banda nortedel arroyo de Peine, dominando las chacras y minaspreexistentes. A partir de estaépoca, el transecto Tuláncomienza a depender de las decisiones tomadas desdePeine (15 km), considerándose algo así como una"hacienda" del inca y del señorío local tal como lo hapropuesto P. Núñez (1994) para las tierras de Socaire.El hecho de que no exista desde esta época otrocementerio en Tilomonte, es una señal inequívoca deausencia de población permanente, de dependencia delos sucesos de Peine Viejo bajo el control inca y delseñorío local.

IV.6. Episodio 6 • Ocupación Hispánica Antigua(Siglo XVI) (Fig. 19)

El paso de los primeros ejércitos hispanos y lalucha de resistencia, a través del camino inca, trajoconvulsión local, pero no hay evidencias de estosimpactos en Tilomonte (Fig. 19). Sin embargo, lainstauración de una capilla católica en el tejido "urba­no" de la marca inca de Peine Viejo, a fines del siglo

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XVI, presupone que tanto la evangelización como elcontrol español del áreaen la única rutade conquistasehizo desde Peine Viejo, acentuándose más el caráctermarginal del transecto Tulán, en donde no se hanadvertido obras defensivas de ningún tipo. Como se haconstatado que ya afines del siglo XVI se incorporabanlocalmente cultivos y hervíboros europeos es probableque los primeros síntomas del cambio del uso de lossuelos comenzaron por esta época (Núñez, 1994).

IV.7. Episodio 7 • Ocupación Hispánica Avanzada(Siglo XVII y XVIII) (Hg. 20)

De acuerdo al patrón arquitectónico regional losprimeros pueblos trazados con modelos urbanos ocu­rrieron a fines del siglo XVIII. Antes pudieron aplicar­se las concentraciones obligadas de naturales en losllamados "pueblos de indios", algo así como "reduc­ciones" a la europea pero sin influencia de españoles,de lo cual hasta ahora no hay constancia en el área.Peine actual sería el resultado de planteas urbanos defines del siglo XVIII (Hidalgo, 1982). Por estas razo­nes el transecto Tulán quedó definitivamente depen­diente del centro indígena-hispano de Peine Nuevo, locual explica la carencia de toda iniciativa colonial pordarle al oasis de Tilomonte un carácter de pueblo conSanto patrono ycapilla. Más importante que lo anteriorfue la introducción de nuevos cultivos europeos: trigo,alfalfa, vid, frutales, etc. de los cuales solo los dosprimeros se incorporaron al oasis de Tilomonte. Seránestos cultivos dominantes aquí desde el siglo XVIIIhasta hoy, en tanto el ciclo de la alfalfa en apoyo alnegocio de remesas de vacunos trasandinos alcanzó ainfluir en el uso de la tierra, incluso en este, el másmarginal de todos los oasis. Se incorporó además elmanejo trashumántico de ovinos por las mismas vegasy quebradas que antes, durante los episodios pre­españoles, ocurría con los rebaños exclusivos de lla­mas a lo largo de todo el transecto.

IV.8. Episodio 8· Ocupaciones Republicanas(1800-1900) (Fig. 20)

Es difícil explicar el por qué al final de esteepisodio se reactivan las ocupaciones en Tilomonte.Tal parece que la disolución de la propiedad comunalantigua, al dar paso a la nueva economía individual,

con propiedades bien individualizadas, de acuerdo alnuevo orden de la postguerra Chileno-Boliviana, esta­bleció un reajuste en el manejo del oasis. De esta épocaprovienen varias residencias construidas bajo un pa­trón disperso, sin vocación aldeana, asociadas atrojas,de tradición atacameña, algunas configurando sectoresde almacenamiento bien definido. De esta época pro­viene un molino de trigo de energía fluvial detradiciónhispánica. Durante este período los vecinos localespracticaban un patrón de doble residencia, arraigándo­se en Peine, pero habitando a su vez en Tilomontedurante las estaciones de labor: siembras, cosechas,molienda, etc. La escasa basura de esta época señalauna estabilidad limitada a temporadas restringidas.

IV.9. Episodio 9 - Ocupaciones Actuales. (1900-1995) (Hg. 20)

Siguiendo el patrón de doble residencia, actual­mente los vecinos de Peine que tienen potreros agrariosen Tilomonte, acceden temporalmente a la colecta devainas de algarrobo, cosecha de maíz y trigo, incluyen­do viajes rápidos para regar y preparar la tierra, retor­nando a Peine, en donde han asumido la modernidadtras ios beneficios de un pueblo con servicios einteracción socioeconómica imposibles de lograrlosdesde Tilomonte.

Sin embargo, son los pastores que hoy viven enPeine, los que "desde siempre" han articulado el mane­jo de toda estacomarca, con pervivencia de patrones demovilidad, residencial y empírica propiamente andina.

De las conversaciones con la familia Chaile, talvez los últimos pastores que usan actualmente eltransecto Tulán, se desprenden importantes visionessobre el manejo del territorio que no parece ser muydistinto al pasado pre-europeo.

En la actualidad los rebaños de llamas se locali­zan en los asentamientos de altura, como Talabre,Camar y Socaire, donde el forraje de "campo" y "ce­rros" es más denso en sus entornos y estancias aleda­ñas. Generalmente, desde Peine y Tilomonte los reba­ños de corderos y llamas se trasladan a la alta puna poroctubre cuando las condiciones frígidas se han atenua­do. Es evidente que los rebaños de llamas no pueden

permanecer durante la estación fría junto a los ambien­tes de altura. Esto se debe a que estos mamíferos comolas aves no tienen capacidad de invernación, emigran­do estacionalmente a pisos más abrigados, retornandoarriba sólo en las estaciones cálidas (V.gr. Pular). En ­efecto, las condiciones térmicas de la alta puna setipifican por una temperatura media muy baja, connotables fluctuaciones diarias de más de SO°C enverano. Se puede decir que las estaciones de verano einvierno se dan en un mismo día. B·ajo este régimen elganado debe bajar a los habitats más cálidos de losdistritos de Tulán, Tilomonte y Tilocalar, en donde se.mantienen en circuitos que comparten las quebradasintermedias', como Tulán, con forraje estable y suspampas de interfluvio con talaje estacional, más de­pendiente de la menor o mayor cantidad de agua caída(lluvias de verano) .

De acuerdo a la disponibilidad estacional de fo­rraje en el transecto Tulán, el circuito de trashumanciallamera entre los pisos ecológicos contrastados y sepa­rados a través de los distritos estudiados, se puededisponer de modo siguiente:

Distrito Tilocalar: Presenta un forraje estable alter­nativo durante todo el año (vegas) con mayor talajedurante los meses de octubre, noviembre, diciembre yenero. Después los pastos blandos tienden a debilitarseparcialmente, aunque la vega permanece activa todo elaño.

Distrito Tilomonte: Ofrece pastos de "quebrada"estables todo el año, pero de baja densidad, suplemen­tado con recursos adicionales de frutos de chañar yalgarrobo, más útiles durante los meses de febrero ymarzo. Aquí se concentrarían en corto tiempo losrebaños a nivel de "potreros" en zonas húmedas y/oregadas yen "campos" reducidos, emplazados en pam­pas aledañas con forraje estacional dependiente de lafluctuación de la lluvia estival.

Distrito Tulán: Se continúa con la modalidad anteriorpero sin apoyo de arboledas. Esta vez el talaje en"pampas" tiende a ser más productivo por una mayorcoberturade pasto estacional (tolar), el cual se combinacon los pastos blandos del arroyo, que presentan menosocupación del distrito. ,-

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Distrito Meniques: Mayor concentración de forrajeen talares, vegas, planicies inclinadas de interfluvio yextensas coberturas piemontanas, útiles especialmentedurante los meses de octubre, noviembre, diciembre yenero (tolar).

Para el matrimonio Chaile la noción de "campo"involucra al tolar, vegas o espacios más abiertos, dondese localiza el forrajeo intensivo. Bajo la idea de "ce­rros" entienden el acceso a los recursos de más alturadispuestos en lugares reconocidos como: "Paniso" y"Pajonal", en donde el pastoreo de llamas es tambiénfrecuente.

Así, las actividades de "cerro" se centran en elpastoreo de llamas, en donde pocos pastores las condu­cen a los "pajonales", allí permanecen libres, solo concontroles esporádicos de los adultos. Las labores enestancias se localizan hasta las faldas del "cerro", en elmedio reconocido como "campo" o a lo menos a la"orilla del cerro" (Aldunateet al., 1981).

"campos" abiertos o "estancias" como La Cueva, endonde la vegetación arbustiva ocupa quebradas depoco labrado o en cursos y vegas de suelos húmedoscon pastos blandos. En los pisos más altos ocupan enprimavera las cubiertas de Hoca de hoja verde y flormorada, incluido el pajonal típico.

En general, el recurso forrajero de la alta puna esde contextura coriácea, con abundante celulosa, demodo que el aparato digestivo de los camélidos seespecializó en torno al talaje de pastos duros, asociadosal consumo menor de hojas tiernas y flores de com­puestas de las vegas fluviales como las ramoneadas enel arroyo Tulán.

Este patrón de trashumanci allamera de los pasto­res deTilomonte-Peine podríaresumirse tentativamentede modo siguiente:

Enero-Febrero-Marzo: Descenso de la alta puna porlluvias estivales si estas sonintensas.

Si el modelo de acceso estacional a la alta punafue sostenido, este debió implicar a distintos locis de Abril:forraje en "cerros" con vertientes y vegas bajo las altascumbres del área: Chilique, Miscanti, Meniques, etc.Incluso suelen arribar a faldeos tan distantes como elPular, a través de jornadas que superan los tres días,tiempo usual empleado para colocar rebaños en eldistrito Meniques y equivalentes, desde el curso infe- Mayo:rior de la quebrada Tulán.

Para la pareja de pastores informantes que sobre­vive entre Tilomonte y Peine, el traslado de densosrebaños de corderos ocurrehacia las vegas de los cerrosPular y éapur a más de 50 km desde su residencia"estable" en el oasis. Pero en general, saben que tienenacceso a todalaplanicie interfluvialdel drenajeTarajne- Junio-Julio-Agosto:Tulán, que cubre el distrito de Tulán y que estosrecursos se incrementan en la medida que asciendenentre las cotas de 3000 a 4000 m. Por los 2900 a 3500m distinguen las ventajas del siguiente forraje: Cho- Septiembre:quil, tipiaconte (flora azul), cachiyuyo, etc., utilizandoa la vez sectores rocosos y sombreados permanente-menteendonde se conservaaguadelluvias estacionalesde uso como abrevadero (cárcavas), cuando no secontactan vertientes propiamente tales. Pueden ocupar Octubre:

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Si ocuparon las tierras altasen verano (alta puna), des­cienden en abril por el co­mienzo de las bajas tempera­turas y/o primeras nevazones.

Ocupación estacional en lospisos bajos. Inicio variable delacrisis de recursos forrajerosen los pisos altos. Abandonode las estancias y vegas loca­lizadas en "campos" y "ce­rros" sobre los 3000 m

Mantención de rebaños enquebrada, oasis y vegas bajolos 3000 m.

Primeros ascensos posibles ala alta puna si las temperatu­ras han subido (comienza elbrote del forraje alto-andino).

Ascenso sostenido de reba-

Noviembre-Diciembre: Permanencia en torno a losrecursos de la alta p~na.

ños a los recursos de la altapuna (Distrito Meniques yotros más sureños).

Enero: Inicio del descenso a oasis yquebradas de acuerdo a la in­tensidad de las lluvias de ve­rano.

forraje alternativo fresco o almacenado (V.gr. algarro­bo y chala de maíz), en especial durante sequíasprolongadas. Esta situación no ocurre con frecuenciahoy a raíz del bajo monto de los rebaños, pero serecuerda que se les encerrabaen corral, tal como ocurreenel circuito trashumántico de laquebradade Puripica,endonde el Sr. J. Vilca solía concentrar temporalmentesus llamas en un gran corral del sector de la desembo­cadura del drenaje del Puritama y Puripica en torno asu residencia más estable: Guatín.

Independientemente de los circuitos trashu­mánticos de larga distancia ya referidos nos preocupaotro con llamas, de menor escala, detectado en laquebrada Tulán, sector vertiente-aguas abajo, que co­incide con el territorio utilizado por los agropastoresde TU-54. Los Chaile con 12 llamas propias y "encar­gadas" de familias de Peine y Socaire salen de Peine yTilomonte hacia recintos dispuestos junto a los abrigospre-europeos cerca de las vertientes de Tulán. Señalanque pocas veces permanecen largamente enTilomonte,porque deben mover su ganado por las vegas de laquebrada de Tulán y más arriba en las estancias, vegasy aguadas dispersas sobre los 3boo m. Hacia allí debensalir lo antes posible a no ser que exista crisis derecursos y las llamas deban alimentarse de vainas dealgarrobo del oasis solo por un tiempo, pues lo consi­deran muy caliente, de baja altura, que a lo menossostendría cierta recarga en los meses del desprendi­miento de la vaina (febrero-marzo) o después, logradadesde los silos de Tilomonte. Por otra parte, la densaconcentración de jerjeles (mosquitos de zonas húme­das en oasis cálidos) irrita a los rebaños y por otro ladolas tierras más útiles aquí están orientadas hacia lasprácticas agrícolas intensivas, dificultándose de uno uotro modo lapermanencia continua de rebaños densos.A pesar de estos límites, en casos excepcionales losrebaños de llamas del curso medio y alto del drenaje deZapar, señalan los Chailes, bajan hasta su curso infe­rior por algunas horas a abrevar yluego retornan a pisosmás altos y aireados lejos de la acción de los ambientescálidos inferiores. '

Es probable que el contacto de los rebaños dellamas entre quebrada Tulán y el oasis de Tilomonte sedio a través de permanencias cortas, sustentado con

Por otra parte, los rebaños de quebrada Tulánarticulaban las vegas de Tilocalar (7-10 km al SW deTilomonte), con mayor utilidad que el oasis, por cuantoaún hoy se observa mayor calidad del forraje "duro",vegas extensas, ausencia de mosquitos, espacios abier­tos aireados y vertiente con agua potable. Como laocupación de TU-S5 en Tilocalar es similar a losagropastores de TU-54, es indudable que los rebaños seinstalaban en las vegas más fértiles de Tilocalar articu­lando como paso obligado el oasis de Tilomonte: Poresto es que hasta ahora hay más rebaños de corderos enlas vegas de Tilocalar que en el oasis deTilomonte, endonde abundan algarrobales y cultivos de maíz. Elsurgimiento de potreros de alfalfa (con varios cortes alaño), es un episodio post-conquista y suplió el forrajeode algarrobo, chala de maíz y vegas de zonas húmedasen los pisos cálidos o bajos como Tilomonte y Peine,modificándose sustancialmente las relaciones entre losdistritos del transecto, en especial en lo concerniente alapoyo forrajero en el piso Tilomonte.

Para la familia Chaile el pastoreo antiguo enTilocalar debió ser aquel que se mueve en torno a unavega localizada, tal vez sin desplazamientos fuera delárea. Pero, si existió cierta crisis forrajera al interior,estas vegas bajas fueron alternativas básicas. Actual­mente, ellos no llevan sus llamas a Tilocalar, pues surebaño es mínimo y se sostiene con pocos recursos enel distrito Tulán, en torno a la aguada más importantedel curso medio de la quebrada homónima. Por otraparte, saben que el uso de potreros de alfalfa no tienevariación estacional y logra ahora suplir las crisis deforraje interior borrando la situación pre-europea queexistió antes entre los distritos del área.

Dejando afuera la posible articulación de crianza

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de llamas y pastoreo entre los distrito de Tilocalar yTilomonte, debe recordarse que la concentración desitios con vestigios de llamas (huesos, cuero, lanas,coprolitos y arte rupestre) se localizan inmediatamenteaguas abajo de la vertiente de Tulán. Aquí, en estasvegas se concentraron los primeros rebaños de laocupación agropastoralista temprana y es aquí dondehoy el Sr. Chaile y su señora sostienen un recintotransitorio y su rebaño de 12 llamas, en torno a losrecursos del fondo de la quebrada y de las planiciesaledañas, sin apoyo de frutos de arboledas ni de potrerosde alfalfa, es decir, bajo una situación más cercana a laevidencia arqueológica. De hecho los refugios bajoroca excavados siguen siendo utilizados hasta hoy porestos agropastores de Tilomonte y Peine, en cuyosoasis mantienen su doble residencia.

Aquí en el distrito Tulán el rebaño de llamas delos Chaile no requiere de pastores. Se autoconduce consus "punteros" por derroteros bien demarcados y tradi­cionales de tal modo que son controlados solo de vezen cuando. Suelen consumir sus pastos más apeteci­dos: choquil, vasal, papurpasto, iloca y malvas. Perocuando suben a las vegas altas sobre los 3500 m, losChaile acompañan sus rebaños a través de un recorridopor aguadas, como aquella de Cuno que los habilitapara alcanzar las vegas del Pular. Entonces, no sueltanlos animales a los pastos de quebrada Tulán, sino queesta vez usan los corrales, en donde los pastores duer­men y cocinan en un pircado abierto lateral al grancorral. Esto es para escuchar las incidencias y anorma­lidades nocturnas que puedan afectar al rebaño. Nosabemos si este patrón de desplazamiento entre corra­les para alcanzar un punto ventajoso y lejano (V.gr.vegas del Pular) fue utilizado para el traslado derebaños de llamas durante los episodios pre-europeos.

El rebaño de llamas de los Chaile suele dormir enzonas protegidas al este de los cerros que dominan elsector sureste de las vertientes. Acceden a estos refu­gios por los pasos al este de la vertiente o cruzando laquebrada hasta alcanzar la planicie de la banda sur,alrededor de las 6-7 PM. Duermen en las hoquedadesde sus revolcaderos y con la salida del sol se levantany se desplazan ramoneando por las planicies hastadescender a quebrada Tulán por senderos tradiciona­les. Esto es, si el acceso ocurre desde la banda sur,

32 • El Desierto, e/Hombre y el Agua

bajando sin pastores a la altura del sitio TU-57, o porTU-54 si hay gentes por el lugar anterior. Pueden aúnarticular la rica vega de Tulán-Cueva, bajando por TU­55 (7-9 AM.).

Si el acceso ocurre por la banda norte la únicabajada obligada se presenta junto al sitio TU-60 (granpanel con petroglifos de camélidos). Una vez en tornoal arroyo permanecen en la vega del fondo húmedo(choquil y junquillo), hasta que el calor aumenta y porlas 12 a 13 horas ascienden a la planicie en hilerasconducidas por "llama-puntero", hasta alcanzar la pam­pa aireada con forraje duro y disperso. Este movimien­to de ascenso no es mecánico. Un piño lo hace mástarde entre 5-6 PM, otros están sólo en la mañana frescadentro de la quebrada y suben entre 10.30 a 11.30 AM.a la planicie, en donde el forraje disperso aumentatierra arriba. Por otro lado, cuando hay forraje sufi­ciente en la pampa y cerros aledaños, al sureste de lavertiente, retornan al abrevadero del arroyo Tulán porlas 11 AM Yno tan temprano como se estableció másarriba.

En suma, esta combinación armónica entre losrecursos del fondo de la quebrada de Tulán, asociadoa las planicies y cerros aledaños, permite sustentar unrebaño de baja densidad, sin una intervención humanadominante, ni estructuras de corrales ad !loe, en unciclo diario que no exige de desplazamientostrashumánticos de larga distancia (esto último másbien compatible con el manejo de grandes rebaño). Talsituación parece ser el caso del sitio TU-54 cuyosdepósitos de basuras y alta densidad de ocupaciónseñala hábitos de vida más sedentarios, acorde con elpatrón de mantención de ganado que se acaba desumariar para el distrito Tulán.

De acuerdo a los Chaile el manejo agrícola deTilomonte se basa en el cultiva dominante de maíz, locual implica un ciclo de siembra y cosecha que ocupano más de la mitad de un año laboral. El "vacío"restante se habría cubierto con el manejo de rebaños dellamas, tal como se ha observado en términos contem­poráneos, es decir, con ascensos de rebaños a partir deun asentamiento "estable" en el oasis de Tilomonte,hacia el óptimo forrajeo interior.

Por otra parte, en el distrito Tulánellimite agrí­cola rio está dado tanto por las variaciones climáticas,sino por la estrechez y carencia de suelos adecuados.En reversa, la cubiertade pastos blandos permanentesapoyó más la crianza de llamas junto con las "pampas"aledañas. En verdad, el límite climático comienzadesde este distrito a ser mas adverso a la implantaciónde cultivos. Salvo la excepción microclimática y sue­los más aptos con agua menos contaminada comoSocaire (maíz, quinua, papas y crianza de llamas), nose encuentran otros nichos agrícolas en alturas sobrelos 2500-3040 m. En efecto, el límite climático sobrelos 3500 m se tipifica por la vigencia de una atmósferapura que permite el paso de las ondas lumínicas y decalor sin disminuir su intensidad (efecto negativo defiltro). De modo que es difícil mantener el calor, puestoque la más leve nubosidad da lugar a un régimen fríoque incluso enlos meses cálidos puede alcanzar a 19°C.Es más, las lluvias estivales pueden transformarse engranizos y nevadas en pleno verano sobre los 3500m.Bajo estas condiciones, en el distrito Tulán y muchomás en el distrito de Meniques; las posibilidades decuItivosson minimas.

Para los Chaile fuera del pastoreo y del usoagrícola de Tilomonte, sus antepasados cazaban en lastierras altas. Se practicaba la caza en los fondos dequebrada (chacu) junto a las vertientes o usando pircaslineales con palos ylanas para el "carreteo" de manadasde camélidos alugares donde pudieron desbarrancarseo ser cazados con fusiles y antes con flechas y dardos.

El registro de abundante puntasfoliáceas grandesy pedunculadas finas de obsidiana, en los sitiosformati vos, sugieren que la caza de mamíferos, aves yroedores complementaron la dieta doméstica ycultiva­da. Esta~ prácticas continuaron en la secuencia deltransecto hasta tiempos coloniales (Núñez, 1994). Aúnmás, tardíamente Phillipi (1860) observó quela cerca­na población atacameña de Peine estaba ausen,tepor­que se había trasladado a otras tareas de cosecha, fuera. .del lugar, tal vez como hoy ocurre con el acceso a lassementeras de Tilomonte. Algunos cumplian con labo­res' pecuarias.y mineras, aunque otros andaban decacería de camélidos salvajes.

Es probable que la caza de vicuña se concentrabaen su hahitatideal (altapuna); sobre los 3000m. Pero las

prácticas cinegéticas en torno a los guanacos pudieronabarcar pisos más bajos. Hasta ahora se les observa enhabitats subandinos (V.gr. Sierra de Domeyko), puestoque son más sensibles a las bajas temperaturas. Por lomenos ensu periodo de reproducción exigende tempera­turas cálidas para las crías neonatas. Por otro lado, fuerade la caza de cholulos (Ctenomys) y otros roedores a lolargo de todo el transecto regional; la captura de surispudo ocurrir desde la AIta Puna hasta pisos tan bajoscomo el distrito Tulán y Tilomonte, en donde se hanobservadogruposde40a50surisenlas pampas arbustivasque rodean el primer distrito (septiembre), alejándoseconsiderablementedel piso de 3000-3500 m, endonde seestablecen los sectores de reproducción (V.gr. cerca delsitio TU-89). Las prácticas de caza hoy están prohibi­das de modo que esta variable local en términos deacceso a recursos ha disminuido sensiblemente en loque concierne alascenso al espacio de mayor potencia­lidad: el distrito Meniques.

Hasta aquí la descripción de cada uno de losepisodios ocupacionales. No es el caso sugerir ahoracual será el futuro del transecto Tulán ni aún predecirsi alguna vez volverá a recuperar su habitabilidad conpermanencia y arraigamiento. Este tema se escapa deeste estudio ycae en las expectativas de las reivindica­ciones étnicas ylaposibilidad de reactivarel fenómenoagropecuario atacameño. De mantenerse esta situa­ción el oasis de Tilomonte es el mejor ejemplo dedeterioro ambiental y de abandono motivado esta vezpor causas esencialmente antrópicas.

V. ANÁLISIS MACROESPACIAL DE LOSPATRONES OCUPACIONALES

De acuerdo a los nueve episodios identificados alo 1argo del transecto Tulán, se intentará ahora extrapo­lar sus patrones ocupacionales y de uso de recursos,esta vez dentro de una visión macroespacial que inclu­ye la cuenca de Atacama entre los arroyos Puripica yTulán (Hg. 21).

V.l. Episodio 1 - Ocupaciones arcaicas(3000-1200 años a.C.)

. Las evidencias arcaicas registradas en Tumbre y

El Desierto, el Hombre y el Agua • 33

Calarcoco (Serracino y Pereyea, 1977), la conexiónPuripica-Pelun (Le Paige, 1965, Ms; Núñez et al.,1995) y Punta Negra (Lynch, 1986), demuestran queen otros transectos de la cuenca, fuera de Tulán, hanocurrido por esta época, y desde antes, desplazamien­tos trashumánticos de caza-recolección entre tierrasaltas, quebradas intermedias y oasis o vegas cercanasal gran Salar. Se acepta que el patrón de ocupaciónestacional, en términos de caza, recolección y domes­ticación de camélidos, ocurrió en y desde campamen­tos-bases semi permanentes emplazados en quebradascon arroyos estables de alturas moderadas. Desde aquíse articularon temporalmente los espacios de la AltaPuna (paleolacustres y cotos de caza), con laboressuplementarias de colecta de huevos, caza menor,obtención de obsidiana, etc.; se incluyeron los espaciosde oasis piemontanos aún no agriculturizados y lasvegas del Salar (caza y recolección). El registro deasentamientos-bases de esta naturaleza localizados enel curso medio-superiorde quebradaPuripica, Tumbre:Calarcoco y Tulán, ratifican el carácter macroespacialde este episodio (Fig. 21).

V.2. Episodio 2 - Ocupaciones FormativasAntiguas (1200-400 años a.e.)

Durante este episodio debieron ocurrir en otrostransectos tempranas ocupaciones agropastoralistas,es decir, con crianza de llamas, labores subsidiarias dehorticultura y mantención de hábitos de caza-recolec­ción. Se advierte ahora la emergencia de aldeas com­plejas, estructuradas con permanencia, localizadas enquebradas intermedias entre la tierras altas y la cuencadel Salar. El espacio es organizado en función delabores cercanas al asentamiento, con actividades eco­nómicas más ventajosas: pastoreo de llamas y accesosuplementario a trabajos minero-metalúrgico de bie­nes de status y cultivos a escala reducida.

Se. movilizan desde aldeas-bases a lo largo deltransecto vertical a través del uso estacional del espa­cio. A la ubicación de la aldea TU-54, en la quebradade Tulán, se suma la aldea de Tilocalar (TU-85), y lasincrónica de Calar, en la quebrada homónima junto alrío Vilama (Le Paige Ms, Orellana, 1988), además dePU-31, otro asentamiento menos estructurado y más

34 • El Desierto, el Hombre y el Agua

tardío emplazado en la quebrada de Puripica (Núñez etal., 1995). El espacio es organizado desde las quebra­das intermedias con alturas variables entre los 3000 a2500m.s.n.m.) con acceso a tierras altas y bajas respec­tivamente.

La identificación de estas escasas cuatro eviden­cias en los extremos de la cuenca podría sugerir queeventos similares pudieron ocurrir a lo largo de lostransectos intermedios asociados a vertientes y arroyospiemontanos.

V.3. Episodio 3 - Ocupaciones FormativasAvanzadas (400 a.C. - 500 años d.C.)

Desde un punto de vista cronológico este episo­dio se inicia cuando se abandonan las aldeasquebradeñas anteriores por los 400 a 600 años a.e., yse emplazan las primeras aldeas esta vez en los oasispiemontanos vinculados con el control de máshectareajeagrícola en espacios abiertos útiles para las andenerías·y/o retículos o melgas de inundación. En este sentidoaquí se observa que las ocupaciones pastoralistas tran­sitaron al manejo de suelos agrarios en el piso de oasis,entre las arboledas de algarrobales ychañarales asocia­das a los desagües permanentes. En verdad, se está enpresencia de la gran cuestión: como, cuando y quienesiniciaron el manejo agrario con irrigación de los oasisbajos piemontanos. Desdela visión del transecto Tulán,este episodio sería tardío si en verdad las cargasaluvionales en el oasis de Tilomonte no ocultan otrosasentamientos más tempranos.

Sin embargo, a la luz de las evidencias de los oasisde Toconao y San Pedro de Atacama, estos eventos,compatibles con los inicios del proceso deagriculturación, como labor económica más dominan­te que el pastoralismo, son definitivamente mástempranos.

En efecto, el inicio de ocupación de la aldeaTulor, datado desde los 590 a.e. a 100 d.e. (Llagosteraet al., 1984) y un segmento inicial del cementerioToconao-Oriente datado por los 580-350 a.e. a 690d.C. (Berenguer et al., 1986), dan cuenta de los prime­ros testimonios, post-fase Tilocalar, de un proceso

socio-readaptativo innovador en términos de una ver­dadera conquista de los oasis bajos del desiertoatacameño, a través de la implantación agrícola ensuelos útiles parael complejo de cultivos semitropicales:capsicum, maíz, Chenopodium quinua, cucurbitas yphaseolus, asociados a los frutos de algarrobo y cha­ñar. Estos recursos se complementaron con los cultivosdel complejo cordillerano localizados en los oasis másaltos como Socaire, en donde se adaptó un maíz localmuy resistente junto a tubérculos y quinua asociados adensa crianza de llamas. De modo que estos oasis altos(Tumbre, Camar, Socaire, etc.) sirvieroncomo fuentesalimentarias complementarias a aquellas más comunesemplazadas en el borde del salar: Atacama, Toconao,Peine y Tilomonte.

Para comprender las relaciones durante este epi­sodio, entre el transecto Tulán y los restantes locuspoblacionales, se debe alterar el esquema explicativo ycomenzar esta vez por disponer los datos desde elnúcleo (ayllos de San Pedro de Atacama) a la periferiasociopolítica de ese entonces (V.gr. transecto Tulán).

Los ayllos actuales de Atacama, reconocidos enconjunto como San Pedro de Atacama, fueron losnúcleos aldeanos preincaicos más densos. Se mantie­nen virtualmente desconocidos por carencia deexcavaciones, donde precisamente se instaló la mayorlabor agraria-aldeana de la población de la cuenca deAtacama in toto. A juzgar por el número y tamaño desus cementerios se acepta de manera inequívoca queaquí las ocupaciones respondieron con sufiCiente leal­tad y arraigo territorial. Es probable que las gentes delepisodio anterior (sin cerámica negra pulida clásica),hayan iniciado la colonización agrícola de los oasis deCoyo, TuloryToconao. Dehecho es imposible aceptarque todos los ayllos de Atacama fueron cultivados almismo tiempo, desde los inicios de este o del anteriorepisodio. En este sentido, la primera propuesta agríco­la habría comenzado en Tulor, junto a un bosque localcomo fuente de alimento no variable con las sequías yde acción complementaria durante la primera experi­mentación cultígena. Este evento habría ocurrido pre­cisamente aguas abajo, donde el arroyo de Atacamacubría una vasta extensión útil en términos de riego porinundación, tal como ocurrieraenel desagüe del arroyoTarapacá en relación al pueblo temprano de Caserones

(Núñez 1974, Llagostera et al., 1984). El desarrollo deesta temprana explotación agroalgarrobera fue sustan­cial para sustentar la emergencia de una agriculturalocal maicera apoyada subsidiariamente con crianza dellamas mantenida fuera del oasis cálido.

Para ordenar los eventos ocurridos entre estosayllos es necesario previamente establecer un ordencronológico de sus ocupaciones, aunque éstas sólo sehayan secuenciado a partir de colecciones funerarias(Le Paige Ms.). Para este efecto se han consideradovarias propuestas apoyadas por dataciones absolutas(Le Paige, 1965; Núñez, 1992 a-b, Tarragó 1989,Berenguer et al., 1986; Oakland, 1994 y Llagostera etaL, 1984). Del análisis del cuadro cronológico ajusta­do a estos oasis bajos (Tabla N° 2) se desprende que lasúltimas ocupaciones arcaicas de la fase Puripica preva­lecieron por los 2000 a 1850 años a.C., dando paso aldesarrollo de aldeas fomlativas agropastoralistas anti­guas, como Calar, junto al arroyo Vilama, inserta en lafase Tilocalar ya descrita en el transecto Tulán. (Epi­sodio N° 2). Una vez cubierto estos vacíos ocupacio­nales primigénicos bien advertidos (Berenguer et al.,1986), se inician las fases que guardan estricta relacióncon las ocupaciones agrarias en los ayllos de Atacama:Toconao, Séquitor, Quitor, Coyo y Solor. Así, sesugiere que estos oasis tendrían a 10 menos un usoagrario desde los 400 años a.c. hasta la actualidad, esdecir, un continuo potencial del orden de los 2400 años.

Desde las fases Toconao y Séquitor se advierteque la población lotal de los oasis piemontanos seintegra sociopolíticamente tras una identidad étnica,territorial y ritualística muy bien definida, caracteriza­da por. el temprano uso de la cerámica fina roja y negrapulida (funeraria y doméstica), que se populariza desdelos 30 a los 300 años d.C., dando inicio a las ocupacio­nes en los suelos más fértiles de los ayllos de Quitor,Solor y Tulor (componente tardío funerario), obvia­mente antes del arribo de la colonización Tiwanaku(500-900 afios d.C.).

Es probable que de estos oasis naturales fueraQuitor el primero en ocuparse porque allí se puedecontrolar el inicio del riego canalizado a nivel decabecera. Aquí la sucesión de ocupaciones perduraráhasta la erección del Pukará y el arribo de las huestes

El Desierto, el Hombre y el Agua • 35

incas y españolas. Por otra parte, en Solor habría undesarrollo ocupacional perviviente hasta los años 1220d.C., mientras que Tulor, más lejos dellocus de cana­lización y de los centros de renovación aldeana, habríaquedado abandónadodurante este episodio. Obvia­mente que estos eventos ocupacionales se proponen amodo de hipótesis porque los datos disponibles no sonmuy explícitos en torno a dataciones y contextos tecno­lógicos tal corno ocurre con los ayllos de Beter,Poconche y Cucuter, en donde se instuye su rol cornopioneros agrícolas al modo Coyo, pero se carece deexcavaciones concretas y de sus indicadores asociados(V.gr. edad de la cerámica imbricada de Poconche).

Se puede asegurar que entre los Oa los 300 añosd.C. el paisaje agrario está extendiéndose en los ayllosactuales de Quitor, Solor y Tulor, a través del usoracional de las aguas del cío Atacama. Desde estasaldeas salen grupos de tareas a colonizar espaciosforrajeros en el ámbito más frío de quebradas y altaPuna tal corno se planteó a lo largo del transecto Tulán,a raíz de la presencia allí de la cerámica negra clásicade Atacama, dispuesta en patrones residenciales análo­gos. Es la épocaen que esta cerámica sedistribuye endey allende los andes junto a caravaneros, agricultores ypastores que articulan los oasis de mayor altura cornoSocaire donde construyeron aldeas por esta mismaépoca. Efectivamente, desde el inicio de la era sesuceden notables obras hidráulicas con canalización yandenerías que cubren ca. 300 hectáreas a lo largo detoda la secuencia prehistórica, yaciendo en su mayoríaabandonadas en la actualidad (P. Núñez, 1994).'

VA. Episodios posteriores - Ocupaciones delDesarrollo Regional, Inca e Históricas

Durante,la fase Coyo se colonizan otros ayllosdatados en Atacama; Se trata de ocupaciones deriva­das del evento anterior que ahora aparecen en lossuelos de Soleor y Coyo, culminando por los 500 a los900 años d.C. en franca convivencia con ocupacionesprovenientes del estado Tiwanaku. Estos se orientarona las labo~es minero-metalúrgicas que prestigiaban aesta comarca bajo un acentuado proselitismo religiosoa cargo de dignatarios de status sociopolítico. Lapresencia de componentes Tiwanaku en los ayllosadyacentes asíl1amados Checar, Larache y Contituquis

36 • El Desierto, el Hombre y el Agua

(Conde Duque), asociados a las comunidades locales,permiten admitir que desde los 500 años d.C. todos losayllos estaban ya suficientemente agriculturizados.

Al observar la fotoaérea OAG 11 3083-153,11(Prof. R. Borgel, comunicación personal) efectiva-

. mente se advierten extensos vestigios de retículos omelgas de cultivo, hoy erosionadas por su abandono,en especial aguas abajo de Séquitor, Checar, Beter,Cucuter y entre Coyo-Séquitor. En algunos casos pare­cen pervivir de cultivos trigueros coloniales utilizandoexcedentes de aguas de "avenidas" tal como ocurrieracon Pampa I1uga en el Tamarugal (Núñez, 1974); otroscasos se asocian a acciones de aluviones por efectos detorrenteras y quizás, las menos, por cultivos antiguos araíz del desvío de los canales hacia zonas con suelosmejores y/o etapas de sequías prolongadas.

Al final, las últimas poblaciones inmediatamenteanteriores a los incas habían logrado un hectareajecercanamente similar al actual, arraigándose princi­palmente en los ayllos de Solor y Quitor, hasta que lasocupaciones incaicas se instalaran básicamente en elmás apartado ayllode Catarpe y ya entrada la conquistahispana en un sector aislado de ayllo de Contituquis.Es decir, siempre en la cabecera del valle, para acentuarel control de las bocatomas matrices del regadío, hege­monía sociopolítica, acceso hacia las tierras altas,justoen el espacio donde los señores atacameños habíanemblematizado su poder local (Pukará de Quitor).

Al observar globalmente que entre estos sitiosanalizados los más antiguos tienden a disponerse aguasabajo y los más recientes a la inversa, se podría inter­pretar que pudo existir cierta restricción de aguas porpulsaciones de sequías prolongadas, tal como hemosadvertido sincrónicamente en la quebradade Tarapacá,donde las poblaciones locales tardías e incas se dispu­sieron en la cabecera donde comienzan los mejoressuelos extensos y se facilitaba el control hidráulico ysocio político (Núñez, 1974). Sin embargo, aún no sedispone de otros datos alternativos en Atacama quetendrían que ver con asuntos geopolíticos y estrategiasorientadas a disponer en la cabecera menos vulnerableel centro sociopolítico defensivo inmediatamente an­tes y durante los incas, a través de señores que aspirana su vez a suelos climáticamente inás protegidos y

mejor regados ~ntre los ayllos deContituquis y Quitor.En verdad, la ubicación de zonas con cultivos abando- .nados aguas abaj~, mientras no estén deqi.damentedatados, no son suficientes para postular una tesis derestricción de regadío por algún estimulo de stressambiental prolongado.

No es el caso reiterar aquí el impacto de losnuevos instrumentos europeos (V.gr. arado), aplica­ción d,e tapiales para huertos más abrigados, uso decultivoseuropeos y la incorporaciónde bóvidos,ovinos,caprinos y equinos en el interior de las estructuraslaborales e ideológicas atacameñas durante los tressiglos de coloniaje; Está claro que estos cambios fue­ron programados desde el centro administrativo espa­ñol dispuesto en·Contituquis, un lugar tradicionalmen-.te usado por los poderes indios desde la conexiónTiwanaku hasta el arribo inca (fines del siglo XIV).Más significativo para esta clase de estudio lo consti­tuyen los sucesos del siglo XVII y comienzos delXVIII, cuando se impuso un notable reajuste en el usode la tierra nativa. El nuevo régimen habría fundadoun"pueblo de indios" en el ayllo de Beter, aguas abajo,con un nuevo plan de regadío canalizado orientado areactivarlo esta vez con una intensaexplotacióntriguera,a través de un asentamiento nativo concentrado allímismo para incrementar "las tierras de pan llevar" tal.como se decía por esa época.

. . Tampoco hay espacio aquí para comprender' el. proceso de deterioro de los oasis y de sus comuneros a

través de legislaciones insensatas al uso racional deldesierto, agravado por migraciones a los centros mine­ros aledaños y de tantas otras causas en,donde laenajenación del agua, tierras y orgullo andino, condu­jeron a la pauperización campesina provocada poragentes originalmente externos. Es en el interi9f deesta crisis contemporánea asumida recientemente por16s líderes de las justas -reivi~dicaciones étnicas endonde se deberíap esperar originales propuestas entérminos de etnodesarrollo. Se entiende entonces queaquí .no se leerá el futuro de los próximos episodiosatacameños porque como hombres de ciencias sociales'solo podemos evaluar y acompañar Ías decisiones,ojalá cargadas de sabiduría andina, de los genuinosprotagonistas del proceso en tomo a la recuperación de .los recursos atacameños.

Por ahora la enajenación del agua nativa para lamodernidad minero-industrial, la alta tasa de contami­nación y la. urgente necesidad. de optimizar su uso yrendimiento dentro de las comunidades, son gravesindicadores de una cuestión étnica y ética no resuelta.

VI. EPÍLOGO

Las evidencias arqueológicas demuestran que enun escenario con tendencia a la aridez (Holocenotardío), los antiguos pueblos arcaicos especializaronsus hábitos de caza, recolección ydomesticación (4000­2000 años a.c.), estableciendo sus habitats interme­dios en arroyos y vertientes más estables. A través deluso estacional de los distintos piso ecológicos entre elSalar y la Alta Puna, explotaron camélidos salvajes ydomésticos además de colecta vegetal, dependiendo dela relación lluvias-potencial forrajero disponible.

Pulsaciones de mayor aridez habrían creado lascondiciones locales necesarias para incrementar laproducción de alimentos en loeis favorables aislados,con mayor confiabilidad, acentuándose el manejo derecursos domésticos: pastoralismo y horticultura. Losasentamientos ahora dependen menos de los dinámi­cos cotos de caza y recolección, por los lS00 a 1000años a.c. A partir de estos eventos el control del riegopor Inundación, el acceso al forraje local de los pisosbajos y el más estacional de los más altos, además delagua de los arroyos y vertientes junto a asentamientosestables con cultivos hortícolas suplementarios, co­mienzan ajerarquizarel ambiente de quebradas, inclu­yendo los distritos complementarios arriba y abajo deSus espacios ocupados (pastoreo de llamas y horticul­tura).

Desde los 400 a 600 años a.e. se habría transitadodesde un régimen de riego de inundación a otro mássofisticado de canalización, para iniciar el uso agrícolamás potencial de los oasispiemontanos, constituyén­dose esta laboren la más dominante. Paralelamente, lasinstalaciones aldeanas más densas se fijaron en losoasis piemontanos. Desde aquí articularon las vegasdel Salar, las quebradas intermedias y alta puna, tras elpastoreo trashumante de llamas, ahora a nivel de acti­vidades complementarias. Durante esteóptimo agríco-

. El Desierto, el Hombre y el Agua • 37

la inmediatamente pre-inca el manejo del agua alcanzóun franco virtuosismo hidráulico en términos de riegocanalizado y de inundación a la vez (para eliminarsalinidad), construcción de andenarias para la prepara­Ción de suelos artificiales en pendientes, uso de arbo­ledas para detener procesos erosivos y evitar la altaevaporación, además de la aplicación de fertilizanteanimal y redes de canalización tras suelos más produc­tivos. Como la escasez de agua y las críticas sequíasalternadas fueron intermitentes, las respuestas fueronrestrictivas y expansivas según "como venga el tiem­po". Así, todo condujo al desarrollo de una verdaderacultura del almacenaje de alimentos paralelo a tumosrigurosos del riego disponible. Bastaleerenlatoponimiay las rogativas kunzas la reiteración de la palabra puri(agua) y saire (lluvia) en señal de advocación a lasfuentes andinas "dadoras." del agua de una comarcareconocida antes y ahora como la más seca de toda latierra.

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NÚÑEZ L., J. VARELA, M. GROSJEAN, M. PINO eI. CARTAJENA, 1994: Reconstitución multidisci­plinaria de eventos culturales. y ambientalespleistoceno-holocénicos en quebrada Puripica. Infor­me FONDECYT 1930022.

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El Desierto, el Hombre y el Agua· 39

ANEXO N° 1

EPISODIOS OCUPACIONALES DELTRANSECTO TULÁN-PEINE(de menor a mayor antigüedad)

DISTRITODESCRIPCIÓN INDICADORES INDICADORES

EPISODIOS smo ECOLÓGICO ECONÓMICOSDATACIONES

CULTIJRALES

EPISODIO 9 Abandono Tilomonte Concentración de Mayor aceptación Mantención del 1900-1995ocupación de las vecinos en Peine del proceso de mo- ciclo maicero y d.C.actual (1900- residencias actual. Acceso al dernidad desde Pei- alfalfero con uso1995 d.c.) del oasis. oasis temporal en ne y no en enclaves relativode los fru-

tiempos de riego, más aislados y sin tos de las arbole-siembra y cosecha. infraestructuracomo das locales. Pas-

Tilomonte. toreo de corderos«llamas y <ca-bras) a lo largo deltransecto: Peine-Tilomonte Tilo-calar-Tulán yPular.

EPISODIO 8 Reactivación Tilomonte Recintos habitacio- Residencias y trojas Reactivación de 1800-1900ocupación ocupación nales y trojas de al- del siglo pasadojun- uso de arboledas d.e.republicana oasis macenamiento dis- to a áreas de cultivos nativas (algarro-(1800-1900 Tilomonte. persos sin contigu- con retorno a semi bo y chañar). In-d.e.) rar aldea. permanencia (ausen- tensificación de

cia de cementerios). cultivo de maíz yalfalfa. Pastoreode cordero «lla-mas)alolargodeltransecto (trashu-mancia).

EPISODIO? Peine Tilomonte Fundación Hispáni- No hay información. Centralización y 1700-1800ocupación , actual: ca de Peine actual Espacio jerarquiza- control de activi- d.e.hispánica .abandono (Correlación) asociada a pobla- do en torno a la igle- dades indígenasavanzada ocupación ción local. sia. Ocupación de en Peine actual:(1700-1800 .estable de Tilomonte depen- incorporación ded.c.) Tilomonte. diente del control de alfalfa, bovinos,

Peine. ovinos, mulares,equinos, frutales,etc. Pastoreo decorderos yllamasa lo largo del tran-secto trashumán-tico.

EPISODIO 6 Peine Tilomonte Iglesia temprana y No hay información Centralización y 1600-1700ocupación Viejo. tránsito europeo (inicio de evangeli- control de activi- d.e.hispánica Inicio (Correlación) zación: capilla anti- dades indígenasantigua abandono gua y árbol con ins- económicas en(1600-1700 de cripciones hispáni- Peine Viejo: ini-d.c.) Tilomonte. cas). cio de introduc-

ción de ganade-ría y cultivos eu-ropeos.

40 • El Desierto, el Hombre y el Agua

DISTRITODESCRIPCIÓN INDICADORES INDICADORES

EPISODIOS smo ECOLÓGICO ECONÓMICOSDATACIONES

CULTURALES

EPISODIO 5 Tambo Tilomonte Centro administra- Combinación de ar- Concentraciónde ca. 1450 d.C.ocupación Peine tivo y de almacena- tesanías locales e tributación (agro-inca (Correlación) je (tambo-marca). incas. Urbanización pecuarios ymine-(1450 d.c.) Y centralización en ral), local y en

Peine. tránsito en tamboy marca inca (ca-mino inca).

EPISODIO 4 TU-77 Tilomonte Denso cementerio Cerámicacafé incisa Mango de azado- ClímaxDesarrollo de asentamiento ("juego de cola"). nes de madera, ocupacional:Regional permanente no Cerámica negra casi algarrobo, cala- 960 ± 150 d.C.(900-1450 identificado. pulida. bazas, ganchos ded.c.) Cerámica negra pu- atalaje, hueso de

lida clásjca. llama y maíz.Cerámica "últimaépoca" y"casi inca",equipo de textilería.

EPISODIO 3 TU-S9 Meniques Asentamiento bajo Cerámica temprana Pastoralismo. Pa- (410±90d.C.)Formativo roca. a tardía con indica- saje trashumán-Avanzado e dores como TU-54 y tico a tierras al-Integración más tardíos. taso(400a.C.-900d.c.)

TU-M Tulán Asentamiento bajo Cerámica negra pu- Crianza llamas (410±80d.c.)roca. lida clásica (inicio (fondoscorrales).

ocupación) wankacon grabado geomé~

trico empotrada.

TU-59 Tulán Asentamiento resi- Estructuras circula- Crianzade llamas (270 ± 50 d.c.)dencial complejo. res aglomeradas (pa- y caza de Cteno-

trón Tulor). Cerámi- mys. Uso tardíoca negra y roja puli- de chañar y a1ga-da clásica SPA. rrobo.

TU-57 Tulán Asentamiento resi- Estructuras circula- Recolección de (30 ± 80 d.C.)dencial complejo res aglomeradas (pa- frutos de cactá-

trón Tulor). Cerámi- ceas, chañar,ca negra pulida clá- crianza llamas y.sica SPA, palas y metalurgiacobre.torteras.

TU-56 Tulán Asentamiento bajo Cerámica negra pu- Crianza llamas y (30 ± SO d.c.)roca. lida y bruñida clási- uso de mineral de

ca S.P. Atacama cobre.(inicio ocupación)puntas finas pedun-culadas, azadas, pa-las.

El Desierto, el Hombre y el Agua • 41

EPISODIOS

EPISODIO 2FormativoAntiguo(1200-400a.e.)

srno

TU-96

TU-71

TU-79

TU-82

TU-99

TU-88

TU-58

TU-55

DISTRITOECOLÓGICO

Tilomonte

Tilomonte

Tilocalar

Tilocalar

Meniques

Meniques

Tulán

Tulán

DESCRIPCIÓN

Asentamiento bajoroca.

Asentamiento resi­dencial complejo.

Asentamiento resi­dencial complejo.

Asentamiento resi­dencial complejo.

Campamento es­tacional.

Campamento esta­cional.

Cementerio

Asentamiento bajoroca.

INDICADORESCULTURALES

Cerámica negra pu­lida clásica.

Estructuras ovoidalesaglomeradas, cerámi­ca negra pulida clási­ca (inicio ocupación),café y negra alisadagruesa, palas e indus­tria de láminas transi­cionales.

Estructuras circularesaglomeradas. Iniciocon cerámica negrapulida clásica yreocupaciones tardías.

Estructuras semi­circulares aglome­radas, inicio con ce­rámica negra pulidaclásica y reocupa­ciones más tardías.

Estructuras circula­res dispersas, indus­tria de láminas ymorteros PatrónTU-54 (cerámicatemprana).Mezclaconcompo­nentes TU-52).

Estructuras circula­res y depósitos confogones. Cerámicatemprana del PatrónTU-54 y 85."

Asociado a TU-54.

Industria de láminas ylascas, cerámicagrue­sa alisada temprana,microperforadores,lana, hilados, usoobsidiana.

INDICADORESECONÓMICOS

Pastoralismo. Pa­saje trashumán"tico entre vertien­te Tulán y oasisTilomonte.

Crianzade llamas(fondo de corral)caza de aves yCtenomys subsi­diaria. Laboresno agrícolas loca-

"les (pastoralis­mo).

Localizaciónpastoralista.

Localización pas­toralista, uso deminerales de co­bre, maíz, alga­rrobo, chañar,frutos cactáceas,lana, hilado ycrianzade llamas.

Caza de camé­lidos y avifaunalacustre. Restosde llamas de es­tancia tras hu ­mántica.

Caza de camé­!idos y avifaunamenor. Restos dellamas.

Agropastoralismo.(TU-54)

(Estanciade trashu­mancia)Caza y crianza decamélidos, rebañoslocales, avifaunacomplementaria yóptimousoforngero.

DATACIONES

(350-950 d.C)

(360±80d.e.)

(350-450 d.e.)

(340 ± 60 d.C)

(1000-400a.e.)

(1000-400a.e.)

(290±50 d.C)

(770±60 d.C)

42 • El Desierto, el Hombre y el Agua

DISTRITODESCRIPCIÓN INDICADORES INDICADORES

EPISODIOS smo ECOLÓGICO ECONÓMICOSDATACIONES

CULTURALES

TU-54 Tulán Asentamiento resi- Puntas foliáceas, Caza ycrianza de (470±70 a.C.)dencial complejo. pedunculadas finas, llamas. Consumo recinto medio

microperforadores, de aves y roedo- (540±80 a.C.)industria de lámi- res subsidiario. inicio recintonas, morteros exten- (630±70 a.C.)didos, cerámica pu- Recolección de inicio recintolida gruesa, imbri- frutos de cactá- (890±60 a.C.)cada, lana hilada, ceas. depósito mediouso de obsidiana, (950±70 a.C.)metalurgiaen cobre, depósito medioexcedentes de cuen- (990±60 a.C.)tas líticas y de con- depósito mediochas. O050±65 a.C.)Patrón arquitectóni- depósito medioca perimetral con O080±70 a.C.)recintos adosados y inicio depósitosuperposición de 0130±70 a.C.)ocupaciones. inicio depósito

Eventual patrÓn ar- Metalurgia de,

870±75 a.C.TU-85 Tilocalar Asentamiento resi-dencial complejo quitectónico TU- cobre, pastora- depósito tardío(bajo denso depósi- 54. Industria lítica lismo, intrusión (710 a.C.)to de desperdicios y transicional de toba de maíz, calaba- depósito

. - fogones). y sílice/obsidiana. za, restos de lla~ medio supoPuntas peduncu- mas (huesos y 0190 a.C.)ladas finas, micro- coprolitos) como inicioperforadores, mor- TU-54. Caza y ocupaciónteros extendidos, crianza.cerámica imbricaday pulida-alisadagruesa.Uso turbantes.

EPISODIO 1 TU-lO! Meniques Campamento-taller Estructuras circula- Caza y recolec- (3000-1000Arcaico estacional. res aislados, indus- ción local (camé- a.C.).(3000-1200 trias de toba Tulán, lidos y avifaunaa.C.) morteros cónicos lacustre).

(Patrón TU-52). .

TU-52 Tulán Asentamiento resi- Estructuras circula- Caza y consumo (2320±80dencial complejo. res, aglomeradas y de camélidos y a.C.)

depósitos. Talla de avifauna menor. (2390±95toba Tulán, indus- Recolección fru- a.C.)tria de láminas, ar- tos de cactáceas.tefactos, foliáceos,morteros cónicos,bloques con cortes,depósito eón dintel,microlíticos, usoobsidiana.

El Desurto, el Hombre y el Agua· 43

DISlRITODESCRIPCIÓN INDICADORES INDICADORES

EPISODIOS smo ECOLÓGICO ECONÓMICOS DATACIONESCULTURALES

TU-51 Tulán Taller-campamen- Uso obsidiana. In- Caza y consumo (3040±100to dustria de láminas, de camélidos y a.C.)

morteros cónicos, roedores.preformas foliá-ceas, microperfora-dores aquillados.

TU-2 Tulán Taller-campamen- Idem. TU-l Caza y consumo (3000-1000to de camélidos (in- a.C.)

cluye avifaunamenor).

TU-l Tulán Taller-campamen- Industriade láminas Caza y consumo (3000-1000to preformas foliáceas de camélidos (in- a.e.)

y pedunculadas, ta- cluye avifaunacitas, bloques con menor).cortes y uso obsi-diana.

TU-3a Tulán Talleres-canteras Estructuras aisla- Proceso de talla (3000-0 a.C.)TU-38 (Tulán Cerros) con das. Talla de toba lítica. Hay reooupa-TU-39 estaciones tempora- Tulán (industria de ciones post-

a TU-49 les. láminas). Alta fre- arcaicas.cuencia de núcleosy desechos lamina-res (fogones).

TU-73 Tilomonte Campamento-ta- Talla de toba Tulán Caza y consumo (3000-1000ller. del patrón TU-52, de camélidos. a.e.)

morteros hueco có-nico, depósitos/fo-gones.

TU-72 Tilomonte Taller Talla de toba Tulán Sin información. (3000-1000del patrón TU-52. a.C.)

TU-70 Tilomonte Campamento Talla lítica toba y Eventual caza de (3000-1000

morteros cónicos camélidos yreco- a.e.)

del patrón TU-52, lección local.estructuras circularaisladas.

TU-69 Tilomonte Campamento Estructuras circula- Eventual caza de (3000-1000res del patrón TU- camélidos yreco- a.e.)52. lección local.

TU-94 Tilomonte Campamento-taller Estructuras circula- Caza, consumo y (940 a.e.)res. Talla y morte- crianza (?) de Inicioros cónicos del pa- camélidos. Reco- ocupación

I trón TU-52. lección local. depósitomarginal.

Transiciónarcaico-

formativo.

44· El Desierto, el Hombre y el Agua

DISTRITODESCRIPCIÓN INDICADORES INDICADORES

EPISODIOS SITIO ECOLÓGICO ECONÓMICOSDATACIONES

CULTURALES

TU-91 Tilocalar Campainento-talle- Densa ocupación Caza y consumo (3000-1000res. del patrón TU-52, de carnélidos y a.C.)

con talla de toba recolección local.(tradición foliácea ypedunculada) mor-teros cónicos y es-tructuras circularesresidenciales aisla-das.

TU-93 Tilocalar Asentariüento bajo Talla lítica y morte- Caza y consumo (3000-1000roca ros cónicos del pa- de camélidos y a.C.)

león TU-52. recolección local.

TU-97 Tilocalar Campamento-taller Estructuras circula- Caza y consumo (3000-1000res. Talla lítica del de camélidos y a.c,)patrón TU-52, mor- recolección local.teros cónicos, cistascomo TU-91.

TU-92 Tilocalar Campamento-taller Estructuras aisladaS Caza y consumo (3000-1000circularesconcistas de camélidos y a.c,)o bodegas. Talla recolección local.lítica y morteros có-nicos del patrónTU-52 (restosesqueleta-rios humanos).

El Desierto, el Hombre y el Agua· 45·

TABLA 2

SECUENCIA DE LA TRADICIÓN ATACAMEÑA,DELOS OASIS DE SAN PEDRO DE ATACAMA

TIEMPO PERÍODOS ECONOMÍA FASES

1450 INKA CATARPE1400 .13001200 DESARROLLO SOLOR1100 REGIONAL AGRICULTURA1000 PASTORALISMO900· CAZA T800 INTEGRACIÓN RECOLECCIÓN COYO I

W700 CENTRO A600 SUR N500 ANDINA QUITOR A

K400 U---300200 SEQUlTOR100 PASTORALISMO

d.c. O FORMATIVO AGRICULTURAa.c. AVANZADO CAZA

100 RECOLECCIÓN200 TOCONAO

300 ---400500 FORMATIVO600 ANTIGUO700 PASTORALISMO800 HORTICULTURA900 CAZA TILOCALAR

1000 RECOLECCIÓN11001200 ---130014001500160017001800 ARCAICO CAZA1900 TARDÍO HORTICULTURA2000 DOMESTICACIÓN PURIPICA

2100 RECOLECCIÓN22002300

46 • El Desierto, el Hombre y el Agua

INDICE DE FIGURAS

AR,t;ENrI NA

'0O

I

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I REGION

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LANA ' RÍ!~~ANOE

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trULAN "¡rtlomonI'e __~ ....~r\_,

I,,,.- ......,( , I

LA ESCOIVOlOIl"

COBI.J/l

,rOCOPILLA

t22"5

1/1 REGION

VERTIENTE OCCIDENTAL DE LA PUNA DE ATACAMATRANSECTO QUEBRADA TULAN

Fig. 1: Ubicación deltransecto Tulán en el contexto geográfico de la 11 Región de Chile.

El Desierto, el Hombre y el Agua e 47

68~'

UBICACJaV CEL TRANSECro TVLANEN EL CONTEXTD (EOGRAFlX) ZONA..

-------- o ---...;---------- 201(11/.·-----I 1, •

. • (lttdlkflflo dtIJ IG.M) . • • : •

23030~ .' .. ' '. . o... ."."..

. . ,

TABLA 1

rRANSEcro rULANSECUENCIA ABSOLUTA DE LOS SITIOS DATADOS

EDAD SITIOS EN ORDEN DE MAYOR A MENOR AJmGUEDAD PERIODOS

-­TlJ"2 TlJ"2

­TU-!ll

AGRfCULTQI?ES y PASTORES DEL DESARROLLO-

-.. REGIONAL TARDIO.. ...... TlJ·77

------~---------------- ----- - ----------------¡:.¡-""""-~-_"'!!:~------_../'...~...... - ru.71 1lJ64 TU'89

..... ...... ru~9 ruaz AGROPASTORES FORM.JjTVs7 TlJes --' TlVOS AVANZAOOS.

----- ------------------------;:.-------~-~---------------~TlJ-:54""" ......

TU.94_ _ TlJ!l!l TlJas AGROPASTORES FORMA...... ~:54TV!l4 TlVOS TEMPRANOS -___________________________~.:..8.:______ ~

;¡;',; CAZAOORES-RECOLEC-TCRES y EVENTUALES

OOMESTICADoRES DECAMELlOOS ARCAICOS(TRASHUMANCIAAVANZADA)

0-

a.c.

1.000

1.000

2.000

AI\OS

1.450

3.000

48 • El Desierto, el Hombre y el Agua

O/STR/roS OEL TRANSEcTO TULAN

-I

Fig. 3: Dislrirus o pisos ecolúgicus dellnlnsecru litlán localizados desde el Salar de Aracalllaa la Alta Puna.

CROOUlS DéL TRANSECTO rulAN: SALAR Dé ATACAM4 - CERRO M/Ñ/OUES. LONG. 67"46' -67"48' 2300 - 5650 msnm

.-

UlMl.""-.-------.11500.'.00 ........)

B

Fig.4: Croquis a escala del transecto litláll en donde se localizan verticalmeme sus distritos ecológicos.

Et Desierto, et Hombre y et Agua· 49

PERFIL

· ..r"'.

1~~!~~~t16~~-~···;,~--..."" '\..-.Verfit/f/h, de rufán '"

600,..

A A"

Fig. 5: Ubicación de los principales sitios del distrito Tulán en torno a la vertiente.El corte A-A' (sector vertiente Tulán) es desarrollado en un perfil que explicita la ubicación del arroyo

y los sitios referidos en el texto. .

50 • El Desierto, el Hombre y el Agua

DlsrRmJS DEL rRANsccrD rULAN

_.I

F'ig. 6: épisodio 1: Ubicación de asentamientos arcaicos (3000-1850 años a.c.) en el transecto TuláfL-

: Muestreo de material lítico: Idem.: Excavación: Locus de talla lítica superficiales: Límtte del sitio: Emplantillado de piedras superficiales: Drenaje estacional efímero

\ }

\. ./._./ --.-.-..-.-.. -.--.-......_.-' '-

ABe

x

0.' .....

e

'---'. .., •I

Fig. 7: Episodio 1: Campamento arcaico TU-52 localizado en el distrito Tulán, cercano a la vertiente Tulán.

El Desierto, el Hombre y el Agua • 51

R2

~ OSIT 10 TULAN-92PERFIL ESTRATIGRAFICOTEST-I (R-l)-SECCIGN SW

TTcP~

.....\~t?" .

......

2

NM

.........

10cm

LEYENDA:Depósito de gravilla y arena estérIl ­Depósito fértil de cenizay huesosSed. fino estéril

Hortera con pintura roja

Piedra de estr.l%ura

111

I

2

II

3m

LEYENDA:

R-I (Test-I) recinto habita­cional

Posible recinto (emplanti­llado)

R-2 . Clsta funeraria

Fig. 8: Episodio 1: Campamento arcaico secundario localizado en el distritoTilocalar cercano a la playa del Salar de Atacama.

52 • Et Desierto, el Hombre y el Agua

O/srR/TOS DEL rRANgcro rULAN

-I

Fig. 9: Episodio 2: Ubicación de asel1/{/l/lientos oldewws agropastoralistas permanentes (For1ll(l/ivo Antiguo)de/transecto Tulán (J 200-400 años a.c.).

SlrtO rULAN-~4

l.EYENDA

D.J In!mOr muro perimétrico [ID) BlOQIN abolidocon cortes~ Bo/sén lt'Co",lb lkJ Pbsm d. corrkin[TI Fogón eslrucluro cz::::::J Lominas WI JDJrT)

~ Piedra de fogon ~ BolsOn con orl. oseos y l/l/cQs

I -+ I Apertura o bodego rn:J Cuerpoilldiun bdsén .IBES r Techo embo.etbdJ/bodego [J;Q] .Q/etpo cb/ie .n boIsén •CM] Modera [Q[] ClA!fPOmill Wllr1zon lílico

ITZJ Testigo reocupoción l::ml QwpomivconofrentJa,6áfJI FR I RJgon reocupocltin OLJ [Jolsén OITP'ioC!:J énlef7"Oflienlos reocupoc [M::] Mura obolido~ Bloque/cuontilollvo ~ Corluslralig/bMurol[K] Bloque con cod.s ~ TtnligornrJ Bloque con cdJezo carelldo C!J MJmt!to de ff!ClnloIBlloI Baque abolido con llamoy o f

corle. I ITNé

--'t;;¡;~~~m;;'~ ~+-~I..D,-l-P"'----+--- -------

....---...cc.....,···,id:(/11,' HH-I GG'I '•. ' FF·' EE-I OO-! CC-l BB-I AA-I

Fig.l0: Episodio 2: Aldea TU-54 agropastoralista del distrito Tulán (1000-400 mIOS a.c.).

El Desierto, el Hombre y el Agua • 53

o/srH/ros oeL rHANS{CrO rULAN

_.I

LEYENDA:

R-I Test-1

1111 Excavación.

• Hortero c6nico.

.. l'Iortero expandido'.

Bloque con ranuras

I~] Huro de piedra y barro

---: Area de cerámica y l1ticos.

NM

....O --ti' --,\

(tx \

·:t~:~·;~~·· \• .\- ")¡;'~·kJ;:t,.- ".,,:.,~, ./. ~t

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I

I,I

/,I

II

I,/

I/

/

//

/

"","

Fig. 12: Episodio 3: Aldea TU-57 agropastoralista del distrito Tulán (30 años d.C.).

54· El Desierto, el Hombre y el Agua

.4

I

Fig. 13: Episodio 3: Ubicación del refitgio bajo roca TU-64 (410 años d.c.) y el inicio aldeano TU-59(270 años d. C.) ubicados en el distrito Tulán: 1 y 2) zona de petroglifos, 3) corral reciente o reocupaci6n, o

4) límite del barranco ignimbrítico o zona de protección.

El DesÜ!rto, el Hombre y el Agua • 55

/NM

r-A

o 3mt.

Fig. 14: Episodio 3: Detalle de un recinto de la aldea TU-59 en el distrito Tulán(Formativo Avanzado).

56 • El Desierto, el Hombre y el Agua

AT

C-2SECCION SW A'

T

Itle

I I

30 Cm

leyenda:

I Arena con escasa basura11 Idem bajo fogonesX D~p6s¡to de coprolitos de llamasRl Recinto testeadoO Cuadricula de inspección de estratos

.Fig. 15: Episodio 3: Aldea TU-71 agropastoralista Formativa Avanzada del distrito Tilomonte (360 años d,C.),

El Desierto, el Hombre y el Agua • 57

o

NM

o oo

}1'ig. 16: Episodio 3: Aldea TU-79 reconocida previamente como Tilocalar-3(Croquis de Gustavo Le Paige Ms.), ubicada junto a las vegas de Tilocalar

(no datada). El recinto inferior equivale a ca. 3 mde diámetro.

A

T5

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Fig. 17: Episodio 3: Aldea TU-82 agropastoralista Fonllativa Avanzada de las vegas del distrito de Ti/ocalar (340 años d. C.)..

58 • El Desierto, el Hombre y el Agun

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Fig. 18: Episodio 4: Ubicación del cementerio TU-77 correlacionado con la ocupación aldeana permanente del oasisde Ti/omonte correspoildiente al Desarrollo Regional Tardío. (960 años d.c.).

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Fig. 19: Lpisodios 5 r (): UbiCllción de /11 ocupociún inca e llispúnica antiguo (Peine ViejoX

l'ig.20: Episodios 7, ::> y 1): Ubicación de la ocupación hispánica avanzada, republicana y actual (P'eine Nuevo).

El Desierto, el Hombre y el Agua • 59

FIG. 2/ UBICACION DE LOS EPISOOIOS OCUPACIONALES A NIVELMACROREGIONAL (3000 (J. C. • 199~ d. C. )

LEYENDA

'66°1 30' • OCUPACIONES ARCAICAS

O OCUPACIONES FORltlAnVAS ANTIGUAS

1'. A OCUPACIONES FORMATIVAS AVANZADAS• OCUPACIONES DEL DESARROLLO REfJlONAL TARO/(}• "'lI: )( OCUPACIONES HlSPANlCAS t::. INCA

2R03O' O OASIS BAJOS AGRARIOS

• OASIS ALTOS AGROPECIJARIOSVt¡; - DESPLAZAMIENTOS TRASHUNANTICOS

1 VEGAS FORRAJERAS

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2 OASIS AGRARIOS BAJOS

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Q)4 VEGl49, LASOS y TOLARES DE LA ALTA PUNA (CAZA-

PASTORALISMO) I I -

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Fig.21: Ubicación de los episodios ocupacionales a nivel macroregional (3000 a.c. - 1995 d.c.).

60 • El Desierio, el Hombre y el Agun

EL CONTEXTO HISTÓRICO Y SOCIALDEL MANEJO DE LOS RECURSOS AGROPECUARIOS

EN LOS OASIS DE SAN PEDRO DE ATACAMA

Francisco RIVERA

El uso y la gestión del recurso agropecuario puedeconsiderarse como el modo más evidente de apropiacióndel entornosocio-geográficoporpartedelosAtacameños,tanto en relación al desarrollo de las fuerzas productivascomo al manejo del medio ambiente con fines de subsis­tencia. En especial, el control del agua, fruto de la íntimarelación mantenida con el desierto, constituyesinduda elaspecto más trascendental del universo cultural y deldevenir de esta etnia. Estas afirmaciones están claramen­te expresadas en la tradición oral atacameña (pourrut yRivera, 1993).

Ahora bien, como punto de refere~cia antes deexaminar cuáles han sido las incidencias sucesivas delcontexto histórico-cultural en el ordenamiento y manejodel territorio agrícola por parte de los Atacameños, esnecesario definir brevemente la situación en la que seencuentra hoy en día el sector agropecuario de los oasis,o ayllos, de San Pedro de Atacama.

Una encuesta (INDAP, 1993) Yun análisis econó­mico (Gundermann, 1994) realizado en el marco de lainvestigación DURR muestran que, desde el punto devista de la rentabilidad, tanto los cultivos como la gana­dería atacameña están teóricamente en quiebra. Sin em­bargo, el sistema se mantiene, aumentándosesignificativamente las preguntas en tomo al tema muchomás que las propias respuestas. Por lo tanto, el propósitode lo que se expone más adelante será desCribir yaportarciertos elementos de respuestas a algunas interrogantescruciales, entre las cuales es posible destacar ¿cómo, através del tiempo, se gestó la crisis actual del recursoagropecuario?,¿c6mosepercibehoyestacrisis?,¿enquéproporción está dicha crisis vinculada con el manejo delagua?, de evidenciarsequelaescasez de agua desempeñaun papel preponderante en la actual crisis, ¿cómo armo­nizar su utilización agropecuaria frente a la demanda delos demás sectores consumidores?

Pararesponder a las preguntas arribaplanteadas, se

examinarán en los párrafos siguientes los principalesagentes o los factores limitantes que han intervenido oque actualmente interfierencomo elementosdecisivosenla relación que vincula los componentes socioculturalesy el binomio agua/agro. Es así como se analizarán,separadamente a pesar de sus innumerables vínculos, lasociedad tradicional en SanPedro de Atacama, el manejodelos sistemas de producción, laorganizacióndel trabajoy la gestión del riego.

1. INFLUENCIAS EXTERNAS Y SOCIEDADTRADICIONAL ENSANPEDRO DEATACAMA

Enprimer lugar, debeplantearsecomoun postuladoque una característica fundamental para entender la rea­lidad sociocultural de la comunidad atacameña de SanPedro de Atacama es la integración forzada, vertical ymarginadora que desde hace siglos los Atacameños hantenido como referente cultural en el contexto geopolíticocolonial y republicano, debido a la relativa debilidaddemográfica yde recursos con los cuales han tenido quehacer frente alos embates aculturadoresqueen diferentesépocas han impactado a la etnia local. Este aspecto esesencial en el proceso dinámico que concurrió a definirlos rasgos peculiares que, hoy en día, constituyen laidentidad de la sociedad atacameña ysus interrelacionescon el recurso agropecuario. Los principales hitos histó­ricos serán analizados brevemente en los párrafos quesiguen.

1.1. El período de dominio español

A los grupos humanos que vivían al comenzar laConquista (véase el artículo de L. Núñez) en las hoyashidrográficas del Loa y del Salar de Atacama,comotambién en la Puna cercana, se les denomina ataeamas.La vocación de esta región como activo nudo del tráficode gentes, productos, ideas y tecnologías, parece habersido una constante en los tiempos prehispánicos. Supoblaciónparecetambiénhaber sido considerable, lo que

El Desierto, el Hombre y el Agua • 61

supone una alta productividad alimenticia, y su movili­dad abarcaba un espacio muy amplio ya que se comuni­caban con etnias del suroeste boliviano, alta Puna ynoroeste argentino, como también con aquellas deTarapacá y Copiapó.

Haciendo suya la voluntad papal expresada en laBula Intercétera en 1493, la Corona española asumió lafunción evangelizadoracomo laconservacióndela sobe­ranía real en América. Se estableció el sistema derepartimientos de tierras y encomienda de indios con elfin de poder escuchar al indígena a través de alguien quevelara por sus intereses, ya que él era considerado ante lalegislación indiana como un incapaz relativo. Pero, enrealidad, funcionó como un sistem~ de privilegio otorga­do por el rey lo que permitió, en la práctica, esclavizar alos indios y estos debían pagar tributo al encomendero.Ya por 1555 aparece el Corregimiento de Atacama quedebía administrar justicia, controlar ycobrar los tributos,apresar a los desertores y dar aviso de la presencia decorsarios.

Con el surgimiento del centro minero de Potosí, enel suroeste de la actual Bolivia, se generó una concentra­cióndemanodeobrayunmercadoconsumidor que habíaque abastecer. Esta actividad adquirió un rol muy desta­cado en el sistema mercantil de la época y un aspecto enque se advierte la decisión de los colonizadores deincorporarla región aeste movimiento mercantil yasegu­rar el pago del tributo fue la arriería (flete o transporte deproductos y/o animales). EstarápidamenteseorganizóenAtacama, en dondeexistía el precedente delas caravanas .indígenas que buscaban complementar los productos deespacios geográficos diversos. En la segunda mitad delsiglo XVI, el Encomendero yCorregidor Juan VelásquezAltamirano controló el comercio de la extracción ytransporte del pescado desde Cobija hasta Potosí, mono- .polizando la mano de obra indígena, a quienes no lespagabaporque con su trabajo cancelaban los tributos quedebía pagar su comunidad (Martínez, 1985 b, citado porSanhueza, 1992).

Enestecontexto, el trabajo delos indígenaseramuysacrificado pues, además de las largas distancias y pro­nunciados desniveles orográficos que tenían que reco­rrer, unido a la sequedad y extremas oscilaciones térmi­cas, trabajaban exclusivamente en beneficio delencomendero sin percibir ninguna ganancia. Sin embar-

62 • El Desierto, el Hombre y el Agua

go, pronto los indígenas seenglobaron activamente aestesistemanetamentemercadistaycomenzaronavender suspropios productos en su beneficio, incluso incorporandola plata a este intercambio (Capoche, 1583-1959, citadopor Sanhueza, 1992). Los arrieros atacameños viajabana Potosí, Lípez y al noroeste argentino, en donde adqui­rían ganado, productos mineros yagrícolas. Estos viajes,no sólo los hacían como encomendados sino tambiénlibremente y llevados por su interés de intercambiar susproductos. En este actividad, el ganado camélido y des­pués el mular era de fundamental importancia comomediode transporte ycomo objeto de intercambio. Yporesto se entiende que su adquisición estuviese ligada alparentesco, ya que los miembros de una comunidadrecibían animalesacambiodetrabajodela tierra, cuidado .del ganado, para lo cual otros debían reemplazarle en laactividad agrícola:

"Por otra parte, la dispersión de los pastos natura­lesysuusodiferenciado,segúnlos nivelesaltitudinales,requerían de un sistema de asentamiento que permi­tiera esa flexibilidad. En la actualidad, las comunida­des agro-pastoriles andinas, y específicamente las deAtacama, se caracterizan por mantener un patrón depoblamiento disperso y complementario, que alternala residencia en núcleos poblacionales más perma­nentes con la ocupación temporal de viviendas oestructuras habitacionales llamadas estancias, dise­minadas en torno a las fuentes de agua y pastos dealtura".(AldunateyCastro, 1981, citado porSanhueza, 1992)

Es sabido el enfoque económico que un importantesector de los conquistadores dio a su gestión en América.Aunque en Atacama no existían grandes haciendas, loscorregidores trataron de obtener una producción igualosuperior aunahacienda del sector agrícola del centro delpaís, sin invertir mayormente:

"En Atacama, la característica heterogénea delterreno, los diferentes sistemas de transhumancia delganado y la inserción de los tributarios en haciendasdel Tucumán, Chichas yminas deLípez sin perderlosderechos en las unidades de origen, favorecieron unmovimiento constante de la población y un patróndisperso de asentamiento. Aún cuando quienes emi­graron aotras circunscripciones seguían pagando sus

tributos a los caciques, su cobranza se hizo cada vezmás difícil a medida que avanzaba el siglo XVIII".

(Hidalgo, 1987)

Tambiéri se daba el caso de indios que huían de losencomenderos y corregidores, ante la imposibilidad depagar, pero eran perseguidos, capturados y obligados atrabajar, siendo retenidos "legalmente" y obligados atrabajar gratis. Así, una parte de los tributarios fue que­dando sin acceso a tierras comunitarias, especialmente alas regadas, viéndose obligados a trabajarles a otros.Muchos Atacameños debieronsalir tambiénparaobt((ner"monedas", para 10 cual se instalaron en los bordes de lapuna, trabajando con ganado propio, o en minería. Lamayoría de ellos se dirigían a Lípez o a Tucumán.

Debido al desplazamiento de los habitantes delCorregimiento de Atacama los caciques debían hacerlargos viajes para la cobranza de tributos que debíanentregar al Corregidor. Estas migraciones comerciales,ganaderas o por trabajo minero, que se efectuaban desdemuchotiempo antes, hacían disminuir, más aún, lapobla­ción que habitaba en la Región Atacameña. De estemodo, el núcleo iba quedando despoblado en beneficiode la periferia. Los ausentes eran mucho más en SanPedro que en Chiu-Chiu. Sin enibargo, siempre algunosmiembros del grupo familiar quedaban al cuidado de laspropiedades y eran los mantenedores de la tradición.

La llegada de los europeos significó sin duda pro­fundos cambios en el pueblo atacameño, desde verseatacado por enfermedades desconocidas, producto delcontacto con gente tan diferente, hasta verse impuestauna nueva religión que cuestionaba la propia en diversosaspectos. El trabajo entregado a nuevos señores y su .participaciónen la labor minera, los animales no conoci­dos, la diversidad de armas y un idioma tan diverso,constituyeron un choque violento, impactante, que re­meció hasta los cimientos la propia cultura, mucho másque el dominio incaico, que por sus principioS era másarmonizadorcon los pueblos conquistados y sus modifi­cacionesatacaban más lo político que10 cultural queellosposeían (Hidalgo, 1984).

Frente aeste proceso de implantaciónde unanuevacultura, en los aspectos espiritual, económico, social ypolítico, ¿fue la actitud de la población indígena siemprepasiva, aceptadora o simplemente receptora de estos

cambios? Al parecer, no siempre es fatalmente necesariovisualizar a los indígenas actuando en el sentido de lapresión de los españoles dominantes. En esté sentido seenfatiza que:

"Laarrieríacolonial enAtaeamarepresentó unodelosmecanismosutilizados porlapoblaciónindígenaparainsertarse en la nueva estructura económica yrespon- .der a sus exigencias. Pero la actividad arriera fuetambién un elemento integrador que contribuyó amantener yreproducir los vínculos quehistóricamen­te se habían desarrollado entre diferentes gruposétnicos".

(M.e. Sanhueza,1992)

1.2. El período boliviano, 1825-1879

El Distrito de Atacama había pertenecido desde1559 a la Audiencia de Charcas, en el Alto Perú, depen­diente del Virreynato del Perú. Suslímites eran el ríoLoaal norte, Peine al sur, la Alta Puna de Atacama al orienteyla franja litoral al poniente. En 1776pasóa formar partede la provinciade Potosí, que dependía del Virreynato dela Plata. Para la mayoría de los historiadores, el río Loaconstituía entonces el límite norte de nuestro país, 10 quefue confirmado por el utipossidetis de 1810; laPresiden­cia de Charcas ho tenía salida al mar.

Luego del triunfo de Ayacucho y constituido elestado boliviano, Bolívar envió aexplorar el litoral y, en1825, denominó al puerto de Cobija caleta Lamar. Dionuevos bríos al tráfico transandino de arriería yBolivia seunió al Pacífico. En esta época, siguiendo la tradicióncolonial yapesardeestarenel sigloXIX,losAtacameñospagaban tributos y prestaban servicios personales.

En 1829, se separó aAtacama del Departamento dePotosí con un Prefecto residente en Cobija y, en 1839, setransformó en Departamento dividido en dos provincias,laProvincia del Litoral, oLamar, ylade Atacama con unSubprefecto residente en San Pedro. Su jurisdicciónalcanzaba hastael litoral ypronto San Pedro de Atacamase constituyó en el núcleo administrativo con mayorsignificación.

En 1827 sehabilitó elpuerto de Cobija yeste mismoaño el diario "El Cóndor" publicaba las experiencias de

El Desierto, el Hombre y el Agua • 63

un viajero:

"He llegado con alguna dificultad por traer muyestropeadaslas mulas, de las que algunas hanquedadoen el camino, el cual es hermoso en todos los sentidos,llano, abundante de pastos y aguadas, y el paso de la

. cordillera, aunque frío, tan suave que no se parece aninguno de los otros pasos que conocemos al norte.Todo está casi despoblado y hay escasez de recursos,que procededela incuriaycorto númerodehabitantessin que la naturaleza ponga obstáculo alguno a laabundancia de artículos necesarios para facilitar unconsiderable tránsito..."

(Cajías, 1975)

El gobierno boliviano procuró mejorar estas condi­ciones disponiendo que se repartan terrenos cercanos a

.los caminos', para que siembren alfalfa e interesando agentedePotosípara que se instalen con postas,... "quelosgobernadores deLípez yAtacama presten todo el auxilionecesario alos transeúntes". Cobija progresórápidamen­te, sobre todo, desde la llegada de dos buques de vapor almes y el inicio de la extracción de guano:

"Enabril de 1833,entiemposdel gobernadorAramayo,se creó una escuela en San Pedro de Atacama, otra enLamar y otra en Chiu-Chiu. Se les encargó a lospárrocos que hacieranlas clases, entregándoselessilabarios, cartillas y cartones. Según el gobernadorDorado (en 1833), la escuela de San Pedro deAtacama contaba con treinta alumnos, ellos sabíanleer en su mayoría y algo de aritmética"

" ....pero los locales de ambas escuelas (San Pedro yChiu-Chiu ) necesitan una formal reparación ya quefuncionan en viviendas alquiladas, sin luz e incómo­das. He ordenado se les habilite al menos una mesa yuna silla para el maestro. Tinteros ypizarras tambiénson indispensables. Sólo se les ha proporcionadopapel y algunas muestras. Por esta razón es que sehace másencomiablelalabordelos curas. Enel futurohay que establecer también una escuela en Calanla".

(Cajías, 1975)

1.3. Los inicios de la República Chilena

La expedición enviada en 1843 por el presidente

64 • El Desierto, el Hombre y el Agua

chileno don Manuel Bulnesdesató los problemaslinútro­fes con la vecina República de Bolivia, llegándose aconcertar el Tratado de 1866, en que se fijó el límite en elparalelo 24° S, dejando como condominio el territorioentre los paralelos 23° y 25° S. Además, se acordórepartirse los beneficios de la explotacióneconómica delsector, confirmándose ambos acuerdos en el Tratado de1874. Pero, en este último, se acordó también que elgobierno boliviano no subiría los impuestos a los empre­sarios chilenos por 25 años, lo que fue desconocido casiinmediatamente por el gobierno boliviano, provocandola intervención armada chilena.

Al inicio de la guerra las tropas chilenas llegaron aSan Pedro de Atacama yse designó como autoridad a unsub-delegado conjurisdicción hasta la Puna. En 1888, deacuerdo al Pacto de Tregua fimlado en 1884, se creó laprovincia de Antofagasta, de la cual formó parte SanPedro de Atacama. La provincia estaba formada por tresdepartamentos divididos en sub-delegaciones ydistritos.San Pedro de Atacama erauna sub-delegación acargo deun sub-delegado, responsable también de Toconao, Pei­ne y Socaire. En 1888 se creó la Municipalidad deCalama, de la que pasaron a depender.

En lo religioso, un Vicario nombrado por la admi­nistración eclesiásticacatólica, tenía bajo su jurisdicciónel mismo territorio que la sub-delegación civil. Sin em­bargo:

"La única entidad autogenerada en los grupos localeseran los jueces o Alcaldes de Agua, habilitados paraadministrar su abastecimiento en el riego de losterrenos"

(Hidalgo, 1992)

Al decaer las minas de plata del sur boliviano y lafundición del mineral en Huanchaca, en el puerto deAntofagasta, ocurrió lo mismo con la arriería andina,debiendo los Atacameñosrecuperarel trabajo de la tierra.Secomenzaron aabolir los cacicazgos, disminuyeron lastierras comunales, seprodujoun sistemade arrendamien­to yse incrementó la propiedad privada Trajo agitaciónuna política de recaudación de impuestos por la extrac­ción de sal, azufre, plata, cobre, azogue, así como por lallareta y el movimiento de ganado.

"En esta época no existía claridad con respecto a losderechosquelos atacameños sustentabanen torno alapropiedad de latierra. El comienzo de lavidarepubli­cana significó un cambio jurídico que no logró reco­ger las complicadas instituciones y costumbres enrelación a la propiedad india.. Una ley del año 1831trató declarificarlacuestióndela tierraatacameña, enel sentido de demarcar la propiedad de los caciques,aquellos de nobles linajes, con el fin de ordenar latransferencia a sus descendientes legítimos de acuer­do a las costumbres ya vigentes desde el períodoespañol".

(Núñez, 1993)

1.4. La época moderna

Por todo lo anteriQr, se puede cuestionar aquellasposturas que perciben alos Atacameños como una cultu­ra prácticamente aislada y que, solo desde hace pocotiempo, está siendo contaminada y destruida por losvalores occidentales.

Sin embargo, pese a las marcas profundas que hadejado un pasado más o menos remoto, parece que en lamayoría de los aspectos y más aún desde el ángulo de laapropiación de recursos del medio ambiente, es la socie­dad nacional la que influyó fundamentalmente para con­figurar la historia reciente ce la etnia atacameña y de losoasisdeSanPedro de Atacama, endonde lo agropecuariohaocupado un sitial de privilegioenlaconstrucciónde suidentidad.

Con el fin de analizar los aspectos contemporáneosesenciales queen el siglo XX han marcado las relacionessociales que giran en torno ala apropiación yproducciónde los recursos agropecuarios en el oasis de SanPedro deAtacama, se ha definido un hito en la historia de lacomunidad, el año 1957. Este hito permite separar dosperíodos claramentedistinguibles, en donde la presenciadel Estado de Chile en la región es la variable queinterviene más significativamente en lo agropecuario,bajo los parámetros de la relaciónTradicionalidad/Mo­dernidad. Paradójicamente, a pesar de que sus políticas ypersoneros hayan sido fundamentales en la estructura yrelación de fuerza con lo's actores sociales locales, el rolque le ha cabido al Estado sólo ha sido recientementeabordado en el marco del presente estudio (Rivera, 1993

Y 1994).

. El primer período se caracterizapor la existenciadeuna sociedad altamente jerarquizada, producto de laconjunción de tres factores: un fuerte arraigo de patróncultural tradicional de raíz indígeno-colonial, la existen­cia de una protoburguesía que controlaba las relacioneseconómicas y sociales de la comunidad y un Estado detipo rentista, que fijaba su atención fundamentalmente enla chilenización yen la explotación minero-extractiva dela región. Este momento histórico estuvo profundamentemarcado por el inicio del auge de la minería y unacentuado aislamiento logístico de la región. No obstan­te, fue cuando más funcionaron las redes internas desolidaridad, en el liderazgo ycontrol autorreferente de lacomunidad, particularmente en los trabajos comunita­rios:

"....Por decir, yo llegaba (antes), así muy de vez encuando alacasade la señora Antonia, que es la señoraque tenía sembrado mucho y yo veía que ella decía"hoy están sembrando en Coyo- talo cual persona ­tengo que ir aganar torna" ,- entonces ella iba aCoyoy después de Coyo venían a sembrar acá... ho! "-yoestoy ganando torna-lO, -por que estoy sembrando enBeter, tengo 10hectáreas ynecesito harto- yentoncescasi dedicaba un mes a trabajar así mm... para poderqueesedíavayan todos adevolverlelatorna, entoncesesedía, ellasepreparabalacomidasolamente, no parapagarle a las personas, solamente ella se preocupabaque tenía que tenerles la patasca, el locro, la comida yel pan. Hacer un amasijo grande para tenerles hartopan y que sé yo, y con una buena comida.. eso megustaba verlos como trabajaban antes, igual como eralo d~ la junta como se sembraba antes.... lO

(Felisa López Varas, 51 años)

En este tiempo, San Pedro recuperó para sí suancestral rol de eje de intersección de las rutas de inter­cambio en el ámbito sur-andino, con especial énfasis enel tráfico de ganado destinado a alimentar la crecientepoblación de las minas, oficinas salitreras yciudades deldesierto, lo que otorgó un segundo esplendor a las anti­guas estructuras del poder local, expresado en diversosámbitos, uno de los cuales fue el sistema agrario y Sugestión del riego.

El Desierto, el Hombre y el Agua • 65

El engorde del ganado argentino trasladado atravésde la cordillera, en un extenuante viaje de quince días,aproximadamente~ se convirtió en el eje de la vida econó­mica de la región, consolidando las estructuras de poderexistentes y agregando una serie de nuevos mecanismosmás íntimamente vinculados con la lógica del mercadocomo asignador de recursos. El cultivo predominanteerala alfalfa, necesario forraje para sustentar al ganado local,pero sobre'todo al ganado de paso, estimado en sumomento de auge en unas 30.000 cabezas al año(Aranda,1964).

Se dedicaron fundamentalmente al control de estafloreciente actividad comercial de tráfico de ganadotransandino los inmigrantes argentinos, bolivianos ycroatas. Esta clase dominante explotaba al máximo sucondiciónde intermediario entrela sociedad nacional ylasociedad local. Conjugando hábilmente los estándarestradicionales de trabajo, en especial la arriería con lamercantilizaciónmoderna, fue transformándoseesta cla­se acomodada en un grupo híbrido· que mantenía laraigambre aristócrata colonial y acumulaba bienes decapital fuera de la comunidad.

Conlaconstituciónde 1925, la orientaciónsistémicadel Estado se tradujo enprofundos cambios, producto delagotamiento del sustento social de su anterior modelo. Sibien esto no tuvo una gran repercusión inmediata en SanPedro, la gran crisis económica y política de 1929, alcontrario, significó el colapso de la industria del salitre,cerrándose las oficinas. La demanda de carne argentinadisminuyó vertiginosamente ytambién el rol de interme­diarios de los sectores acomodados en Atacama cayó enla obsolescencia, dadb que al desaparecer el mercadocomprador se quebró el sistema de tráfico dy ganadoimperante hasta ese momento. Su mortaja definitivaocurrió en 1948 con la inauguración del ferrocarrilSocompa-Antofagasta, el cual continuaba el tramo yaexistente Salta-Socompa, con 10 cual era más rentablesubir el ganado al tren en Salta ybajarlo en Antofagasta.Así, el circuito de arreo de ganado en tierras atacameñascareció de sentido, quedando reservado para mínimaspartidas muy ocasionales (Núñez, 1992).

Después del colapso de la economía basada en eltráficodeganado,lasituaciónsemodificasustancialmenteenel períododelos años cuarenta, más "moderno", el cual

66 • El Desierto, el Hombre y el Agua

está marcado por el comienzo de una fuerte intervencióndel Estado en la región y nuevas relaciones socio-labora­les entre la población atacamefia y la gran minería (espe­cialmente el yacimiento de cobre de Chuquicamata),proceso aún vigente aunqueconcaracterísticas diferentesalas de entonces. Tanto la crisis económica generalizadacomo la dinámica institucional del país (proceso de"chilenización" de post-guerra iniciado a comienzos delsiglo, modelos de gobernabilidad) obligaron a garantizarla presencia gubernamental con personeros del Estado,jugando papeles protagónicos incluso en rincones tanapartados como San Pedro de Atacama. Esto se manifes­taba ya no sólo en un control de la territorialidad (salva­guardia de fronteras, especialmente), sino que se interve­nía en la productividad y en las alternativas económicasatravésdel organismo creado con ese fin: la Corporaciónde Fomento de la Producción (CaRPO). Este influjo dela CaRPO, al igual queel desempeño delas reparticionespúblicas como el Servicio Agrícola yGanadero (SAG) yel Instituto de Desarrollo Agro-Pecuario (lNDAP), entreotros, ilustran el cambio fundamental de las políticas delEstado en relación con las regiones marginales como laregión atacamefia.

Este proceso se consolida en el transcurso de losdecenios de los años cincuenta y sesenta. Aún se recuer­danenSanPedro alos siguientes personeros:Luis Ediap,Alberto Wiedmaier y Jorge Romero, quienes tuvieronuna residencia permanente en la comunidad, además deaquellos que si bien no estuvieron de modo permanente,también realizaron una significativa tarea, tales comoXimena Aranda, Hans Niemeyer y Carlos Baytelman,entreotros. Todos loscuales realizaron unaextensalabor,ocupando fundanlentalmente fondos de La Ley del Co­bre. Entre sus trabajos, destacan la desinfección de plan­tas y animales, prospecciones de agua subterránea y unanueva red decanales constrUida entre 1960y 1964, la quemodificó el antiguo sistemade tres secciones porel actualde seis grupos donde todos riegan con la misma frecuen­cia, aproximadamente cada treinta días, y con aguasseparadas de los ríos San Pedro y Vilama.

Se sefialó al año de 1957 como un año sefiero en elcambio estructural de la comunidad de San Pedro deAtacama. En sí, ese afio puede ser considerado como unaño clave en la consolidación del nuevo modelo delEstado Benefactor. Es así como una buena parte de los

funcionarios que llegaron a San Pedro se agruparon conlos miembros de las faroilias destacadas de la comunidady formaron diversas organizaciones que propiciaban elprogreso de la comunidad. Tal es el caso de la fundaciónde la "Cooperativa Agrícola de San Pedro de Atacama",·de "La Junta de Adelanto", del "Club de los Cholulos".Entre todos ellos ya comenzaba a adquirir un renombrepropio como dirigente comunitario lafigura del PadreLePaige, quien había llegado a San Pedro dos años antes.Cabe señalar que ese año también el Padre Le Paigefundaba el Museo Arqueológico en las dependencias dela Casa Parroquial, dentro de un contexto de apertura alturismo cultural como instrumento de progreso local(Núñez, 1993)

Gracias a los datos aportados por el estudio deXimena Aranda y su equipo (1964), se tiene una certeraimagen del sistema agrario y la gestión del riego en elperíodo 1961 a 1963. Alaluzdelainformaciónde 1993­94 generada por la encuesta del Taller de EstudiosAndinos, 10 que ellapresentabahace treinta años no tieneabismantes diferencias con la situación agraria actual, 10que contradice una visión catastrofista que señalaría unadebacle econ6mico-social generalizada en los últimosaños.

Lamodificacióndel sistemaderiego, queseparólasaguas, disminuyó el caudal de riego pero mejorósignificativamente la calidad del agua para los regantesdel río San Pedro. El revestimiento de los canales matri­ces impidió mayores pérdidas por infiltración pero elaporte fundamental fue el cambio del férreo sistema .jerárquico en el control del riego por uno más democrá­tico, donde todos los regantes poseen derechos y deberessimilares en la gestión de las aguas. Aunque ya en 1963,debido a la extrema subdivisión de los predios y a losproblemas técnicos, la mayoríade ellos no dependíade laagricultura para su sustento, tanto en 10 que se refiere a laproducción agropecuariacomo enlacomercializacióndela misma Es así como se estimaba, en la década del 50,que se necesitaban diez hectáreas y media como mínimopara que una familia promedio pudiese sobrevivir (J. L.Lobos YLuis Ediap, 1963) y que menos del 12% de lasfamilias superaba esa cantidad de terreno predial, cifraahora (1994) menor aún. Por 10 cual se deduce que yahace años que 10 agropecuario no constituye la base delsustento de la e<;ünomía en San Pedro de Atacama(Gundermann & González, véase el artículo aquí presen-

tado).

. .

Estósantecedentes invitana formular la siguientehipótesis: desde el punto de vista económico, 10 mera­mente agrario, tanto en el sistema antiguo como en elmoderno, no ha sido suficiente para el sustento familiarpero, en ambos casos, el control del agua yla posesión detierras fueron y siguen siendo el eje fundamental de lasrelaciones de poder en el interior de la comunidad.Sobrepasan con mucho 10 estrictamente económico, enunaesferasemánticaque senutrede latradición religiosa,de 10 político y de 10 económico, entre otros. De allí losproblemas delas políticasestatales aplicadas enel segun­do período, las cuales se dedicaron a potenciar un tipoparticular de desarrollo agropecuario pero que no tuvie­ron toda la cobertura necesaria como para intervenir enámbitos menos visibles de la cultura local, 10 que, sinduda, excede el planteamiento estatal de la época. Noobstante esto, el impacto de estas iniciativas estatales fueen extremo importante, ya que potenció una decaídaestructura económico-social, postergando una crisis ge­neralizada, producto del colapso del mercado del que sehabía hecho monodependiente: la industria del salitre.Esto a su vez creó, al parecer, una nueva dependencia,ahora en tomo a la asistencialidad estatal, 10 que seejemplificaconlas siguientes palabras deunentrevistadosobre el control de plagas de la población vegetal:

. "... El problema fue que aquí la gente se acostumbróaque le regalaran todo el desinfectante y que tambiénle desinfectaran los perales... cuando se fueron los deINDAP, los árboles ya se habían acostumbrado aquelos desinfectaran, cuando ya no 10 hicieron, se apesta­ron; nunca antes se habían apestado tanto, ya quenadie hacía nada por desinfectarlos..."

(Antonio León, 73 años)

No obstante todas estas vicisitudes, existen eviden- .das que indican que el rol simbólico del agua, heredadode la cosmovisión tradicional de la etnia, es algo quemantiene una gran vigencia. Es así como, pese a losfactores limitantes identificados por Aranda (gran frag­mentación de los predios, mayor parte de la extensióndedicada al forraje y, sobre todo, una bajísima rentabili­dad de la producción agropecuaria, absolutamente insu­ficiente como para sustentar a una familia), sólo tres deentre los cuarenta y cuatro casos muestreados (TEA,

El Desierto, el Hombre y el Agua • 67

1993) riegan una superficie menor que la superficie totaldel predio (menos del 7%). Esto agravado por lo que losSanpedrinos afirman que el caudal que traen los ríos esmucho menor. por lo que no alcanzan a regar todas susmelgas. etc. Pero siguen regando. Dentro de la generali­zadacrisisorganizacional-comunitariadelosSanpedrinos.el manejo y la gestión del agua es una excepción: serespeta el cronograma y el horario de riego, aunque éstesea de madrugada.

2. FACTORES DECISIVOS EN LA GESTIÓNDEL SISTEMA DE PRODUCCIÓNAGROPECUARIA

Sumándose a los aspectos a veces contradictoriosque resultan de la compleja trama histórica, un examen:objetivo de los componentes del sistema de producciónagropecuaria muestra una situación que comporta mu­chos elementos aparentemente antinómicos.

Por ejemplo, es obvio que el desarrollo agrícola enSan Pedro de Atacama presenta hoy una serie de severosdésajustes de productividad y rentabilidad, basados encrónicos problemas de insumas, de tecnología, de rendi­miento y de comercialización, entre otros. Sin embargo,a pesar de la gran cantidad y complejidad de problemasenlos que seencuentrala agroganadería. éstaaún subsisteeincluso se están instaurando políticas que privilegian sudeSarrollo. Ya se ha señalado la creación del "LiceoAgrícola de San Pedro de Atacama". Es también el casode los proyectos fomentados por el Instituto de Desarro­llo Agropecuario (INDAP),en primerlugarel "Progranlade TransferenciaTecnológica" que hasta 1994fue ejecu­tado por el Taller de Estudios Andinos (lEA) y, másrecientemente, el convenio que conla mismafinalidad seestá llevando a cabo directamente con la Municipalidadde San Pedro de Atacama. Puede también señalarse queestándestinados al mejoramiento agroganadero másde lamitad de los proyectos del Fondo de Solidaridad e Inver~

sión Social (FOSIS) del Ministerio de PlanificaciónNacional (MIDEPLAN), el proyecto Chile-Norte confondos holandeses, etc.

De igual manera, al abordar la problemática deldesarrollo del agro atacameño. la encuesta llevada en elmarco de la presente investigación evidenció que ladecisión de proteger el agua, como recurso íntimamente

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ligado a la producción de la tierra, era ineludiblementemayoritaria. Sinembargo, yaunque la situaciónhaya másrecientemente evolucionado radicalmente en un sentidopositivo, en este entonces se vislumbraba que esta deci­sión discursiva no en todas pm1es se traducía en loshechos, ni tampoco en una neta voluntad de cambio.

Con el afán de aportar algo novedoso al debateacerca de la apropiación, desarrollo y gestión de losrecursos agropecuarios en su contexto étnico, se aborda­rán a continuación los componentes más esenciales deuna situación aparentemente contradictoria.

Uno de los puntos importante lo constituye el hechoque los agentes decidores, especialmente del Estado, hansiempre infravalorado la inherente diversidad cultural, loque queda demostrado por la yuxtaposición de diversosesquemas foráneos de gestión.

Pero la que más profundanlente ha marcado lasrelaciones productivas y distributivas de la comuna es lapobreza, en el más amplio sentido del término, situaciónque se ve agravada por problemas sociales en donde elalcoholismo es el preponderante. No es de extrañar queuno de los puntos más sensibles sea la alta tasa denatalidad en familias o pseudo-familias pobres, tema quehasta ahora ha sido poco tratado. Sin tener que entrar enun debate ético-moralista, es posible discernir que estetipo de inestabilidad social tiene fuertes implicanciassobre el patrimonio, en su aspecto más lato que va desdela herencia de tierras yaguas hasta la antigua pérdida delidioma kunza.

Dado que la vida sexual se inicia tempranamente,normalmente antes de los quince años, los embarazosadolescentes son algo muy común a pesar de que rarasveces culminan en matrimonios legales. Eso no significaun mayor drama para la mujer, dada las reminiscenciasdel Sirviñaku ,es decir el matrimonio de prueba andino.Hoy en día, por la mismarazón, es común que las parejasconvivan unos tres ocuatro años antes de decidir casarse,tiempo en el cual pueden nacer uno o dos hijos (porejemplo, entre losdiecinueve y veintitrés años de edad delamadre), los queseunen al primerhijo generalmente no­reconocido, de otro padre, producto de la búsquedasexual adolescente (como a los diecisiete años de lamadre).

Esta primera unión no necesariamente llega a buentérmino (puede aparecer cierto alcoholismo de la parejau otros motivos), por lo que puede producirse un nuevoenlace de facto o de jure. Como el nuevo hombre,comúnmente, no tiene problemas en aceptar los hijos queya tiene la mujer, por el acervo cultural ytambién porqueprobablemente él a su vez tiene hijos con otra u otrasmujeres, estas separaciones o la misI1,1a paternidad no­reconocidaes algo en extremo corriente. Es asícomo unamujer puede tener cuatro hijos de cuatro diferentes pa­dres, lo que evidentemente genera un verdadero caos enlas relaciones de herencia, especialmenteen la propiedad

. de la tierra A esto se debe agregar lo ya observado por

. Aranda (1964): siendo originalmente comunitarias, lastierras de los ayllos posteriormente se privatizaron sinque se instaure una tradición cultural de patrimonioprivado con destino apreservar la cantidad y/o la calidadde la tenencia de la tierra (mayorazgo uotras medidas), loque redundó en una extrema subdivisión de la ya escasatierra cultivable de los oasis.

Como resultado de io arriba expuesto, l~ vías de laherencia de la tierra son un verdadero e intrincado labe­rinto de muchos hijos reconocidos, no-reconocidos, y/oreconocidos tardíamente. En comparación,·conlo calcu­lado en1963 (véase acápite anterior, 1. L. Lobos: 75% delaspropiedades teníanuna menorsuPerficiequela reque­rida parasubsistir, calculadaen unas 10,5 hectáreas), hoyen día, según estimaciones del jefe provincial de laDireccióndeRiego (VíctorValdez, comunicaciónperso­nal), son alrededor del 95% las propiedades que poseenmenos de esa cantidad. El valor de la superficie máscomún gira alrededor de·una o dos hectáreas, las quepueden estar separadas entre sí en diferentesayllos, enporciones aveces muy pequeñas, producto deestaintrin­cada red de herencia. El ejemplo más típico lo constituyeel oasis de Toconao donde la subdivisión es extrema,llegándose a la situación en que una persona solo heredeentre 3 a 5 árboles frutales.

Todo esto ha sido traducido en una fuerte emigra­ción de la juventud, especialmente hacia el complejourbano Calama-Chuquicamata, en busca de oportunida­des laborales y del acceso al consumo de bienes yservicios propios de la ciudad. Otra causa frecuente deemigración se produce cuando los hijos terminan laenseñanza básica; las familias mejor constituidas desean

entoncesqueellos prosiganlaenseñanzamedia, evitandola separación. En este caso, las tierras de su propiedadenel oasis quedan en amparo de algún familiar o amigo. Enforma paralela,'se debe también señalar que, al adquirirun mejor poder económica, algunos Sanpedrinos yespe­cialmente los trabajadores del mineral de Chuquicainatacomienzanacomprarotras propiedades parael momentode su jubilación, lo que hace aún más complejo elseguimiento histórico de la tenencia de la tierra, tal combse advierte particulannente en el Ayllo de Solar. I

Como consecuencia de esta emigración sustancial,la edad promedio de las familias que .efectivamente·trabajan la tierra es elevada y, en ocasiones, se trataverdaderamente de ancianos. El hecho que faltan jóvenespara efectuar las labores agropecuarias los convierte ehtrabajadoresescasos que, paralos parámetros monetariosde San Pedro, cobran muy caro por sus servicios. Estfproblema está contemplado en el aspecto laboral que seaborda en el capítulo siguiente. I

3. ORGANIZACIÓN SOCIAL DEL TRABAJO

Uno de los puntos que más agudeza reviste en lacomunidad de SanPedro de Atacama, y también en otrascomunidades ataeameñas, es unagran crisis de liderazgoy no únicamente del que está personificado en la figuradel líder. Por sobre todo, se trata del liderazgo en laestructura social inmanente de las relaciones de trabajo(Newby y Sevilla-Guzmán, 1983), perdiendo ésta todaeficiencia como proveedora de respuestaS funcionalesefectivas (plattner, 1991; Merton, 1968;Lehmann, 1985;Geertz, 1963). Un ejemplo en San Pedro es la pérdidadelaefectividaddelas mingas o tornas, que sonlos tradicio­nales trabajos comunitarios donde los diferentes miem­bros de la comunidad aportan con su trabajo en una labdrespecífica que requiere de una significativa mano deobra, como es el caso de las siembras y de las cosechas.Para que este sistema funcione, se requiere que losmecanismos, tanto de solidaridad como de sanción so­cial, se encuentren en plena efectividad, lo que ya noocurre. Doña Felisa López Varas, secretaria del cuartogrupo de riego informó:

n ...Esquepordecir, usted si estuvieraviviendo allá(enlos ayllos), para poder mantenerse tendría que tenergallina ...he... corderito, tener su ,..he... pequeño terre-

El Desierto, el Hombre y el Agua • 69

no donde donde ha cultivado y además de eso, otrapersonaleda aotro, otro terrenomás yasíustedpuede,

. para ir complementándose, entonces le queda pocotiempo ...mm... pocotiempo parairacooperar ...mm...entonces ellos tienen que hacerse y de 10 contrariotienen que buscar auna persona que10 haga, contratara un pión (peón) que se llama. Y resulta que ahí,viendo que la gran mayoría, yo estoy hablando de misector, yla gran mayoría somos mujeres nos pidenunpoco caro a nosotras los piones ...m... nos exigen quele demos el desayuno, que le tenemos quedar almuer­zo, que le demos comida y más encima el sueldo quepara nosotras es caro ..."

"... Están cobrando $2500, $3000 pesos a veces, pero .. depende del trabajo, por ejemplo, el corte de pastocreo que es así. Otros trabajos menores no bajan de$2000 pesos, $1500 por ejemplo una limpia de cana­les, también para nosotras es difícil porque tenemosquebuscarpeones yasíesel cobroque$1500esel másbajo que podría pagar... la persona que nos cobraentonces todo eso, se imagina usted C<?mo nos vaachicando el presupuesto ..."

(FelisaLópez Varas, 51 años)

Los costos para mantener en productividad a lospredios agrícolas en los ayllos de San Pedro son muchomás altos de 10 imaginable en un primer momento. Enefecto, la fuerza laboral contratada como peones es carae inestable, dado su escasez (véase el capítulo anterior) yporque no existe un mercado informado que regule losprecios homogéneamente. Ahora, cabe señalar que lainestabilidad para afrontar algún trabajo es algo endémi-

. co entre los habitantes de la comuna, por 10 menos encomparación con los términos teleológicos de la legisla­ción laboral moderna yurbana. Una opinión muy enten­dida es la del Primer Secretario de la Ilustre Municipali­dad de San Pedro de Atacama, Manuel Escalante Pistán,yaque él es atacameño, Sanpedrino y, además, ingenierocomercial. Es decir que reúne en sí mismo una conver­gencia de puntos de vista que le permiten opinar sobrecómo se comportan los atacameños, como mimo deobraasalariada en las operaciones de los "contratistas":

"....El trabajo siempre se 10 dieron al que venía deafuera ... al huaso de Ovalleo de más al sur, yasí, elatacameño siempre hizo de obrero ... era la gente

70 • El Desierto, el Hombre y el Agua

que tenía que hacer el hoyo para poner el tamarugo,pero el capataz, el que teníala administración, todosesos venían de fuera ... y hoy en día ocurre igual ...Tengouna peleaaquíenlaMunicipalidad, paraqueojalá se diera preferencia a la gente de acá ... Ahorahay que entender nuestro error de atacameño, yotengo mucha queja de los contratistas ... Me dicen:"Sabe yo no contrato más aestagente, porque vieneatrabajarun día, yal otro día no salen" ... Claro para

.mí es el problema del alcoholismo, así que yo lestengo que decir:"no se quejen que el contratistatraegente de fuera ...", pero mira se produce todo uncírculo vicioso, el contratista también se aprovechade la situación y no le hace contrato de trabajo alatacameño. Si no hay contrato, no hay impuestos,no hay imposiciones, etc..., porque sabe que lapersona quiere trabajar para el día no más y trae defuera al que más necesita como personal estable.Los atacameños pasan no más, un día, otro día no,los van botando y recogiendo..."

(Manuel Escalant~ Pistán, 35 años)

4. EL ASPECTO ORGANIZACIONAL EN LAGESTIÓN DEL RIEGO

Tanto por ser parte constitutiva del gran horizontecultural andino, en el cual el riego constituye uno de losprincipalesejesculturales (ValderramayEscalante, 1988;Van Kessel y Condori,1993; Ganderillas et al, 1992;Allende et al, 1993; Seligman, 1986; Cavieres, 1985),como también porel hecho deestar insertos enel desiertocalificado como "más árido del mundo", los Atacameñosdesde siemprele han asignado alaorganización del riegouna importancia fundamental. Para ellos, el manejo delagua ha sido ysigue siendo el eje fundamental de la vida.No obstante su gran importancia sociocultural, los pro­blemas organizacionales también han alcanzado al ma­nejo del riego y su estudio es particularmente reveladordel modo como se han configurado las relaciones depoder en el interior de la sociedad sanpedrina. En estepunto es necesario se realice un recuento histórico que dealguna manera viene a complementar distintos aspectosanteriormente presentados.

4.1. Gestión del antiguo sistema de riego antes delos años 60

El antiguo sistema de canales de regadío de San

Pedro de Atacama no era revestido ymezclabael agua delos dos ríos San Pedro y Vilama; éste se mantuvo enfunciones hasta 1960, siendo reemplazado en 1964porelsistema actual. En los años de transición 1960-1964,realmente no funcionó ningún sistemacomo tal, sino quefue un tremendo caos lleno de injertos y conexionesimprovisadas entre los dos sistemas, constituyéndose enuna gran prueba a la versatilidad y al ingenio de losregantes y, muy especialmente, para el Juez de Aguas dela época, don Salvador Ramos del Ayllo de Tchécar.

Siguiendo a Aranda (1964) y Aranda et al. (1968),se identifican tres secciones de riego. La ,primera laconformaba los Ayllos de CondeDuque, San Pedro,Tchécar, Séquitor, una parte de Solcor, Yaye yLarrache.La segunda sección la componía los ayllos de Sólor, laotra parte de Solcor y Cúcuter, mientras que la terceraincluía los ayllos de Coyo, Béter, Túlor y Poconche. Noes casualidad que las familias más poderosas concentra­ran sus tierras en la primera sección, más privilegiada;además de la mejor calidad de los suelos, existían en susector centro-sur dos sutiles divisorias de aguas quefacilitaban el robo de agua, no respetando los mediosturnos. Los otros miembros de la comunidad se hacíanmás dependientes ypobres yaquelainsuficientecantidadde agua no lixiviaba las sales del suelo, haciéndolo cadavez de peor calidad, sin poder sostener una gran masa deganado ni tampoco unavariedadsignificativadecultivos.

El funcionamiento del sistema antiguo de canaliza­ción era bastante diferente al actual. Primero se regabacon todo el caudal del conjunto de ambos ríos San PedroyVilama, enunared cuyos canales no estabanrevestidos,por lo que las pérdidas por infiltración eran severas, lasque se veían agravadas si además los canales estabandañados uobstruidos. De allí que la disciplina imperanteen ese momento en cuanto ala "limpia de canales" fuerarigurosa y hubiese una gran aceptación de las accionespunitivas impuestas por la Junta de Riego, en contra dequienes no respondían a sus deberes como regantes. Elcentro del sistema era el Juez de Aguas y,juntoconél, seencontrabaun organismo colegiado, laJunta de Riego de .San Pedro de Atacama. El Juez de Aguas era realmentelafigura públicaque tomaba las decisiones que afectabandirecta e inmediatamente a la productividad agrícola deloasis; la Junta de Riego tomaba decisiones de más largoplazo.

El sistemafuncionaba apartir de un solo grancanalmatriz que tomaba el agua del río San Pedro, el cual sebifurcaba en dos canales a la altura del actual puente enel camino a Calama, a la entrada del pueblo. El primersubcanal se dirigía al sur-oriente y atravesaba el pueblo,el sectoroccidental del Ayllode Solcory Tolanchedondese leunían las aguas del río Vilama Después seguíahaciaelextremo sur-occidental del Ayllo de Solory finalmentepasaba por el Ayllo de Cúcuter. Cabe señalar que, antesde llegar a Tolanche, existían canales secundarios muylargosdebido al desnivel existenteenel relievedeorientea occidente, el que apartir de la divisoria de aguas de esesector hacía que las aguas adquirieran la suficiente velo­cidad como para llegar hasta la parte sur del pueblo deSan Pedro y hasta los AyIlos de Tchécar, Séquitor eincluso Larrache.

El segundo subcanal iba de la bifurcación mencio­nada, siguiendoporlosAyllosdeLarrache, Yaye,Séquitor,Coyo yTúlor, en una trayectoria casi lineal de norte asur,paralela al cauce natural· del río San Pedro. En Tulorgiraba ya con muy poca agua hacia el oriente para moriren las arenas del AyIlo de Béter, hasta Poconche~ Apartirde este canal se desprendía también un gran número decanales secundarios, eso síque no tanlargos como los delotro subcanal.

La esencia de la gestión de riego se sustentabaenlasagacidad y equidad del Juez de aguas, quien debíapermanentemente vigilar el estado del riego del oasis,repartiendo el aguadel modo que se describe acontinua­ción.

Cadaciclo durabade 35 a40 días. En la bifurcaciónse cerraba un canal, normalmente el occidental, y sedejaba fluir todo el caudal del agua; una vez que éstecompletaba su riego, se cerraba su compuerta dejando elagua en el otro canal. La diferencia más significativaconel sistema actual, que es por turnos horarios predetermi-

.nados, radica en que los predios eran regados completa­mente y, unavezcompletado su riego, el dueño le avisabayentregabael agua al predio siguiente aguas abajo. Yasíse ibacompletandoel riego desdeel Ayllo de Quitorhastalos Ayllos de Poconche y Beter. La cantidad de aguaocupadaen cada predio para regarlo completamentese ledenominaba turno completo y, como es de suponer, eradifícil que el riego fuera lo suficientemente rápido comopara completarse en todas partes dentro del ciclo de 35 a

El Desierto, el Hombre y el Agua • 71

40 días. El problemaocunia después de labifurcación yaque si un subcanal se demoraba, atrasaba al otro yéste nopodía comenzar so riego. Cuando ocunia una demorasignificativa, los ayllos situados aguas aróbacomo Quitary CondeDuque, que naturalmente tenían más agua, co­menzaban a expresar su malestar ya que no recibían elaguaporque ésta aún estabasiendo destinada alos ayllosde aguas abajo.

Las demoras colapsaban el sistema de riego por loque, para que no ocurriera una catástrofe, el Juez deAguas debía autorizar los llamados medíos tumos, esdecir, una pequeña cantidad de agua utilizable antes queterminarael ciclo de aguade todo el oasis. El medía turnosólo era para regar los cultivos más sensibles como losfrutales y las hortalizas, postergando el riego de lasespecies más resistentes, especialmente la alfalfa, hastaque se restableciera el turno completo. Evidentemente,esta era una solución parcial, que posponía por unostreinta días la crisis hídrica del sistema, de allí la necesi­dadde que el Juez de Aguas poseyeraunagran sagacidadpara no entramparse en los medios tumos y poderreestablecer con prontitud los turnos completos. Ahora,no solamente era necesaóa la sagacidad del Juez deAguas, sino queerafundamental el respeto yladisciplínaconqueeranseguidas las normativas emanadas deél ydela Junta de Riego, aunque ésta más bien se dedícaba acobrar las cuotas y a impartir las acciones punitivas.Debido a que se trata de una evidente red de poderestablecido, las opiniones en tomo ala figura del Juez deAguas y de la Junta de Riego son polémicas y enocasiones contradictorias, por ejemplo:

"...Antes existía una sola organización de regantes,para todo el valle, la Junta de Riego, donde soloentraban los más poderosos... , se entendían con elJuez de Aguas, al que designaban y con el InspectorMunicipal, y mandaban hasta por la fuerza a lospequeños propietaóos de los Ayllos"...

. (Alejandro Butrón, 69 años)

"...Claro, el Juez de Aguas, tenía que ser muy bueno,muy respetado, paraqueloobedecieran, ysaber, saberde que se trataba, no ve que sino lo empezaban apillarlos medios tumos, y no podía salir de ahí, hasta que loechabancomojuez... todo estabaen saber manejar los,medios turnos, para que fueran lo justo ynecesario, ypoder largar los tumos completos hasta Tulor..., y no

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dejarsepasar allevarporlos más patudos, los Ivanovicespecialmente, que siempre robaban agua, incluso sino la necesitaban..."

(Santiago Héctor Ramos, 42 años)

Tal como se analizó anteriornlente, en la primeramitad de este siglo la sociedad sanpedrina manteníadiferencias de todo tipo entre sus miembros. Existía unasuerte de élite que controlaba las relaciones económicas,siendo el intermediario entre una economía casi de true­que, como era la tradicional, y la economía monetaóapropia del resto del país (relaciones políticas con elgobierno regional o nacional y relaciones trasandinas,especialmente con Argentina, a través del manejo del yamencionado tráfico de ganado). Los que más dominaronesta situación fueron los comerciantes, generalmente node origen atacameño, como los Abaroade Bolivia, los Delos Ríos del noroeste argentino y más generalmente losYugoslavos llamados "austríacos", quienes recorrieronla sendade la acumulación del capital en muy pocos años,llegando como refugiados de guerra, sumamente pobres,y utilizando grandes artimañas para quedarse con tierrasyaguas del oasis.

Como ya se ha mencionado con anterioridad, sonjustamente estos miembros más poderosos los que con­trolaban la Junta de Riego y no respetaban los mediosturnos. Dado que sus tierras, las mejores del oasis, seencontraban en medía de ambos subcanales, robaban elagua alternativamente. Ellos procuraban también lograrvaóos objetivos, entre los cuales estaban menoscabar laimágen pública del Juez de Aguas, que tenía que serreelegido cada seis meses, y desmerecer a la Junta deRiego, con lo que se impedía el ascenso de algún tipo decaudillismo en la zona (con tal propósito, se llegó hastautilizar 'la deportación político-partidista - véase másadelante). Además, buscaban mantener en la pobrezao alnivel de sobrevivenciaalos predios agrícolas más peque­ños y, sobre todo, sustraer sistemáticamente más aguamás allá del medio turno para regar su alfalfa, necesariapara alimentar la enorme masa de ganado argentino entránsito. Todo esto como un macla de mantenerse con laexclusividad del contacto comercial.

Esta normativa manifiesta, no reconocida oficial­mente en el interior de la comunidad, era aceptada yaplicada de facto. Para los que sustentan que la sociedad

sanpedrina tradicional eraeminentementejerarquizadaycon grandes divisiones internas, uno de los basamentosmás sólidos lo pone de manifiesto la ocupación delterritorio, es decir la apropiación del espacio geográficodel oasis desde el punto de vista de su sistema de riego.Muestra como los sectores más poderosos ocuparon lossectores privilegiados, en aspectos tales como una cali­dad superior del suelo agrícola y la disponibilidad de unmayor caudal de agua con óptimas condiciones de relie­ve. Consecuentemente, através de la gestión del riego erala posibilidad de administrar y aumentar su poder políti­co-económico en la comunidad.

Como reflexión queda laimportancia simbólica delagua, que no se basa exclusivamente en bucólicas remi­niscencias sino también en concretas contingencias so­ciales, lo que a su vez no desmerece la importancia dellegado· cultural de la tradición andina, en tomo a laabsoluta complementariedad entre el Tata Mallku y laMama Pacha (Valderrama yEscalante, 1988). Más aún,la lucha por la preservación de los derechos sobre el aguasigue siendo la bandera de lucha que concita la mayorunidad, siendo apropiada por todas las tendencias políti­cas-en su proselitismo en la zona, tal como quedó demanifiesto en la elección municipal de 1992.

4.2. Gestión y manejo del riego a partir de losaños 60

Como ya se mencionó, uno de los hechos másrelevantes en términos de la intervención del Estado en lalocalidades el actual sistemadecanalizaciónde las aguasde riego quefue construidoentrelos años 196Üy 1964porel Ministerio de Obras Públicas. El trazado y estudiostécnicos del mismo fueron realizados por el ingenierohidráulico y arqueólogo Hans Niemeyer, con empresascontratistas foráneas y mano de obra local, siguiendo eneso el patrón de gestión, todavía comúnmente utilizado,en donde el disefio y las decisiones ejecutivas provienendesde fuera de la comunidad. Este sistema modificósustancialmente la realidad del riego existente hasta esafecha, asimilándolo en gran medida alos patrones vigen­tes en las Asociaciones de Canalistas del resto del país;por ejemplo, todos los nuevos canales son revestidos.

Para el sistema del río San Pedro, cuyas aguas sondeuna mejorcalidad, el trazado decanales es el siguiente.

Comienza en el sector de Cuchabrache, unos dieciséiskilómetros aguas arribadel pueblo,conunagranbocatomaque da nacimiento al canal San Pedro Alto. Una segundabocatoma, en Guachar,antes del Pucará de Quitar, creael canal poniente y, por último, una tercera bOcatoma enel sector de Quitar crea el canal intermedio. El canalponienteavanzaporlaperiferiadel AyllodeCondeDuque,casi sin canales derivados, hasta llegar a los Ayllos deYaye, Séquitor yCayo, en donde es utilizado enplenitud,con numerosos canales secundarios. El canal intermedioes más utilizado en Quitar, CondeDuque y en el pueblode San Pedro, para después derivar hacia Larrache yTchécar. El canal alto alimenta a Quitor, un poco aCondeDuque y San Pedro, siendo utilizado mayorita­riamenteen Solcor, Solar yhastaenCúcuter, donde llegacon poca agua

La bocatoma del río Vilama se ubica cerca del.pequeñopucará del mismo nombre. Aunque tiene aguasmuy contaminadas con sales, un canal secundario sedesprende cerca del pueblo para alimentar el estanquedeagua "potable" que surte el agua domiciliaria de SanPedró. Cabe sefialar que estas aguas no son sometidas aningún proceso de tratamiento para abatir su fuertesalinidad. El canal principal del Vilama avanza luego enel área desértica colindante con el pueblo y los ayllos, ypartede sucaudal es captado de modo "pirata" en su crucecon el canal que alimenta Solar; los soleños hacenconexiones "brujas" con el fin de aumentar su caudal,aunque signifique alcalinizar en su canal las aguas queprovienen del San Pedro. Las aguas del Vilama siguenhasta Poconche, luego giran al poniente hacia Beter yllegan finalmente con muy poco caudal a Tulor, siendolos más perjudicados estos dos últimos ayllos ya queantes recibían aguas del río San Pedro.

Como la obra había sido diseñada desde el exterior,sin intervención de los grupos campesinos del lugar, eradifícil de conseguir cualquiera modificación que benefi­ciara a algún grupo interno dentro de la comunidad, yaque dependíade ladecisiónde tal ocual agente decisordela burocracia altamente jerarquizada e institucionali­zada del poder estatal. Uno de estos forcejeos se relacio­nó con la canalización hacia el Ayllo de Solar:

"... Los soleños se movieron harto, para arreglar quecon los nuevos canales pudieranregar con el agua del

El Desierto, el Hombre y el Agua • 73

En cuanto al río Vilama, no existe una gestión por

El nuevo sistema de canalización obligó a unaprofunda reorganización de la gestión del riego y seconformaron cinco Grupos de Regantes, por cercaníageográfica. Estos grupos son:

San Pedro, hablaron con este Diputado radical ... donJonás Gomez, para que moviera las palancas allá enSantiago ... aunque ahora igual están usando el aguamezc1ada(SanPedro-Vilama), porqueyasehizo muypoca el agua del puro San Pedro..."

(Santiago Ramos, 42 años)

De todos modos, sepuede plantear como hipótesisquelaexternalidadconquesehizo el moderno sistemaderiego, al igual que otras obras, disminuyó el arraigo quetienenen lagente. Hoy porhoy, el sistemadecanales estáen crisis porque éstos, después de más de treinta años desu puesta en marcha, están continuamente rompiéndoseen su trayecto y colapsando sus bocatomas. Es compren­sible ya que no se ha hecho una mantención de losmismos; a saber, los actuales trabajos comunitarios enrelación a los canales son un pobre espectro de 10 quealguna vez fueron, cuando sólo eran de tierra.

En principio, pareciera que en cierta forma el Cela­dores el heredero del antiguo Juez de Aguas. En realidadno posee ni remotamente la autoridad ni la capacidad dedecisiónde éste, 10que se debe, más que porun problemadel cargo, aqueelliderazgo enel interiordelacomunidad

El sistema funciona con el listado de los predios aregar y el caudal más o menos estimado en cada 'canal,tanto primario como secundario. Con esta información,el Celador determina el tiempo de riego por hectárea 10que, ratificado o rechazado por las directivas locales ycentral, conduceaestablecer semestral o trimestralmenteun férreo calendario y horario de riego que define deantemano la fecha yla hora en que a cadaquien le toca elagua para regar; puedeserpor ejemplo alas 4 a.m.. Si poralgún motivo el regante no 10 hace cuando le correspon­de, pierde oportunidad de riego y simplemente tiene queesperar hasta que le vuelva a tocar. A pesar de taninflexible planificación del riego, y con excepciones porsupuesto, igual existenrobos de aguaaunque, adiferenciadel sistema antiguo, ahora todos sustraen un poco 10 queen cierta medida hace más democrático el sistema.

grupo dado que sus usuarios son escasos y que, sumandotodos sus ayllos, no alcanzan aser la mitad de cualquierade los grupos del San Pedro.

Cada grupo de regantes está dirigido por un Presi­dente, un Secretario y un Tesorero, los cuales llevan elcatastro de los usuarios de los canales matrices yderiva­dos además del hectareaje de las superficies regadas.Entre otras funciones, las Directivas llaman a reuniones,coordinan los trabajos en los canales, cobran las cuotas ypagan al Tomero y al Celador. El Celador debe asegurar­sequeel canal esté operativo yque no roben el agua, para10 cual debe controlar al Tomero, quien es la persona quese encuentra en la compuerta del o los canales secunda­rios para dar el agua cuando comienza el tumo para unpredio. Las Directivas trabajan en conjunto con el Cela­dor, quien tiene en principio la mayor autoridad. Todos

. ellos conforman finalmente la Junta Central de Regadíode San Pedro de Atacama, la cual también tiene sudirectiva Cabe señalarque apesar de ser la organizaciónque más funciona, ni laJuntaCentral ni los Grupos tienenpersonalidad juódica En este año el Presidente de laJunta Central de Regadío es don Alejandro Butrón, delayllo de Solor.

Catarpe y Quitor

CondeDuque, Yaye y Tchécar

Larrache y Solcor

Séquitor y Coyo

Sólor y Cúcuter

* Grupo N°l: .

* GrupoN~:

* Grupo N"3:

* Grupo~4:

*Grupo~5:

Esta modificación que encauzó las aguas del SanPedro hastaSolor permitió llevar aguas de mucha mejorcalidad que las del Vilama, más contaminadas en boro,con 10 cual se pudo sembrar una variedad más amplia decultivos, especialmente árboles frutales, los cuales noresisten al boro que ataca el metabolismo de loscarbohidratos como la fructosa. Al ampliarse la red decanalizacióndel SanPedro hasta Solor, se suponía que elcaudal disponible para los otros ayllos iba adisminuir, 10queevidentementeles produjo gran molestia; ahora bien,cabe señalarqueestonoha sido cabalmentecuantificado,dado que la cantidad desviada fue en una buena partecompensada al revestirse los canales, bajando la infiltra­ción y obteniendose un mayor rendimiento.

74 • El Desierto, el Hombre y el Agua

haperdidolegitimidadycapacidaddegestión. Apesardeque sea un trabajo asalariado, casi nadie quiere serCelador. El puesto10 deben ocuparpersonas deedad y noalcanza a haber un Celador para cada grupo, como sesupone que debería ser. Apesar de su edad, el que ocupala función debe atender un número doble o triple decanales, descuidando sus propios predios a causa de lasconstantes trasnochadas. Tal es el caso de don JuvenalCruz, quien debe atender los grupos 1 y 2, 10 quetécnicamente es muy difícil, o el caso de don FranciscoTejerina del grupo 4, quien por su edad y por su muydebilitada salud no está en condiciones de responder alcargo, pero no hay otro que quiera reemplazarlo. Para elgrupo 5, la situación- pareciera mejor ya que don JuanAlvarez no es tanviejo, ni tiene tierras propiasque cuidar,pero por 10 mismo su autoridadesbastanteprecariafrentealos regantes del grupo. Una situación similar se vive enel grupo 3.

5. A MANERA DE CONCLUSIÓN

El análisis de los distintos eventos arriba presenta­dos, que conforman el marco referencial de las influen­cias que atranscurir el tiempo impactaronsucesivamenteala comunidad atacameña en 10 directamente vinculadocon su identidad propia, permite hacerse una idea del roldel manejo del agua en la interacción dinámica que esteelemento desempeña en la crisis que está afectando alrecurso agropecuario. En efecto, en primer lugar, laexistenciade tal crisis debe plantearsecomo unpostuladoevidente ya que es demasiado simplista afirmar, como.opinan algunos, que la explotación económica es óptimasolo porque se está aprovechando al máximolos recursosdisponibles, agua y terrenos cultivables, como en elpresente caso.

A manera de conclusión, como un elemento máspara complementar los aportes de las otras comunicacio­nes presentadas en el marco del programa DURR, seharán los comentarios siguientes.

Las deficiencias que han sido identificadas en lagestión actual de los sistemas de producción agrariosatacameños resultan de varios factores limitantes. Laconvergencia de estos variados agentes, entre ellos lavejez de la mayoría de los dueños de tierras cultivables,la escasez de capital de inversión asícomo la ausenciade

un soporte tecnológico más potente, crean una suerte de"umbrales" de factibilidad económico-agrícolasegún lasnormativas modernas que rigen en cuanto a eficiencia yrendimiento.

Es menester señalarque el impacto del Estado, queen otros tiempos había en alguna medida limitado elmayor desarrollo de la agricultura en la zona, se estáhaciendo más directo y busca afanosamente aumentar eldesarrollo agrícolaatravésdesusestructuras especializa­das, INDAP, Dirección de Riego, etc. Sin querersubvalorarlo, es pertinente meditar sobre los efectosverdaderos de este esfuerzo y tratar de apreciar a su justamagnitud la relación entre los "costos marginales" y lainversión. A este efecto, es preciso pensar que en estemomento ésta se destina apersonas que en general sonde .edad avanzada y que ya tienen otra fuente de ingreso,especialmente jubilacionesy subsidios. Les significa unesfuerzo muy grande colocar en estado óptimo los terre­nos de cultivos frente a una ganancia incierta y que,incluso, podría hacer peligrar su preciado "subsidio con­tra la pobreza". Sin embargo, aunque es algo que no esposible averiguar con certeza, de no haber sido por elapoyo brindado porel Estado es posible que la deficitariaagricultura hubiese colapsado.

En este mismo orden de idea, se debe resaltar queexisteun statu quo en10 referente alautilizacióndel aguapara las labores agrícolas en San Pedro de Atacama, yaque si no existiesen ni los subsidios ni otras posibilidades·de sustento para las familias atacameñas, estas familiastendrían una mayor necesidad de rentabilizar el agro.Esto contribuyesin duda aexplicarla falta de dinamismoen la producción agropecuaria en este oasis. Evidenciatambién un comportamiento voluntario en el marco deuna problemática agropastoril de sobrevivencia; hastaque vengan mejores tiempos parece que los Atacameñoshan puesto su capital cultural en una especie de "hiberna­ción conservadora" (pourrut, 1995). Mientras tanto, sesigue privilegiando el cultivo de la alfalfa, como reminis­cencia del pasado augeganadero yporque, aún con todoslos problemas que tiene el manejo ganadero en el oasis,especialmente los corderos son una de los principalesfuentes de sustento de la economía predial.

El Desierto, el Hombre y el Agua • 75

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El Desierto, el Hombre y el AgUa • 77

TIERRA, AGUA Y SOCIEDAD ATACAMEÑA,UN ESCENARIO CAMBIANTE

Hans GUNDERMANN, Héctor GONZÁLEZ

INTRODUCCIÓN

El presente trabajo entregainformación, procede alanálisis y plantea algunas hipótesis sobre los procesos ydinámica de cambios que ha vivido la sociedad indígenaatacameña en la provincia 'de El Loa, Región deAntofagasta, ehile, durante las últimas décadas, ponien­do especial énfasis en su estructura agraria, sus transfor­maciones y la integración campesina a la región.

Tales contenidos están organizados en varias sec­ciones. La primera, referida a suelos y condicionesclimáticas nos introduce en las características del medioen el que se desenvuelve la agricultura atacameña. Lasegunda, referida a las aguas, presta atención a la canti­dad, calidad ydistribuciónde esteelemento tan vital parala agricultura en un medio desértico extremo como elatacamefio. La tercera, nos introduce en la agriculturalocal pasando revista a las producciones silvo­agropecuarias atacameñas, deteniéndose en la situaciónde las comunidades de San Pedro de Atacama, Toconaoy Socaire. La cuarta analiza el número, distribución yatributos de las unidades de producción atacameñas yanaliza la tenenciade la tierra. La quinta discute, centrán­dose también en las tres localidades mencionadas, losingresos campesinos ysuestructuraentrelos Atacamefios.En la sexta nos pronunciamos acerca del tipo de estrati­ficación económica y social observable en la sociedadatacameña rural. En la séptima se intenta una recapitula­ción de las secciones anteriores buscando definir laseconomías campesinas atacameñas. En la octava y últi­ma, finalmente, se abordan las tendencias de cambio queson verificables en la sociedad atacameña a partir de losprocesos y dinámica de su estructura agraria.

Aunque se ha buscado realizar, toda vez que se hapodido, afirmaciones válidas para el conjunto de lasociedad ataeamefia, buenapartedelo que acontinuaciónseexponeresulta del estudio de tres importantes localida­des de la comuna de San Pedro de Ataeama: San Pedro ysus ayllos, Toconao y Socaire. Aellas están referidas las

78 • El Desierto, el Hombre y el Agua

conclusiones a que se llegan en este trabajo. Asumimos,sin embargo, que con sólo algunos matices de diferencia,la mayoría de las proposicione.'.; aquí contenidas sonextrapolables hacia las otras comunidades de la zona deSan Pedro y a las del alto Loa.

1. ANTECEDENTES SOBRE CLIMA Y SUELOS

En el área donde se localizan las comunidadesatacameñas en la provincia de El Loa se encuentran dosagroclimas generales: el de desielto marginal de altura yel alto andino. El primero, que es el más importantedesdeel punto de vista de la localización de los asentamientosagrícolas, predominahasta lascurvas de nivel delos 4000m.s.n.m. El segundo predomina hacia el este del anteriorycorresponde al área del altiplano o altapuna atacamefia.

El régimen térmico del agroclima de desierto mar­ginal de altura se caracteriza por una temperatura mediaanual de 11,3° e; una máxima media de 18,7° e en losmeses más cálidos (enero yfebrero); yunanúnimamediade 4,0° e en el mes más frío (junio). En invierno latemperatura mínima absoluta del mes mas frío es de -1CfC. La duración de la estación sin heladas (temperaturasmínimas absolutas medias superiores a 2,Cf C) es de 2,5a4,5 meses.

Más que las temperaturas medias, las heladas deinvierno, con temperaturas nocturnas y matinales bajo Cfe, son las que determinan el afio agrícola. Las heladas sonel riesgo climático más grave yfrecuente enla temporadade crecimiento vegetativo. Se presentan normalmenteentre abril y septiembre, aún cuando a veces caen hastanoviembre, destruyendo las siembras de maíz yobligan­do a resembrar cuando éstas han sido tardías.

Laposición1atitudinalylascaracterísticasclimáticaspredominantes condicionan también uno de los mayoresíndices de radiación solar presentes en el planeta, conpredominiode las gamas ultravioletas endesmedro de lascalóricas. La humedad relativa del aire observable en el

área es notablemente baja, presentándose una evapora­ción calculada en 7 mm diarios.

En la zona de las comunidades estudiadas, el aguade lluvias es la principal fuente de agua del sistemahídrico interconectado del sistema del salar de Atacama.El régimen pluvial es estival y ha alcanzado, en prome~

dio, 35 mm anuales durante los últimos diez años en lalocalidad de San PeOro, aumentado progresivamentehacia. los asentamientos ubicados en cotas más altas.Estas precipitaciones tienen su origen en los vientosalisios, que acarrean cierta cantidad dé humedad prove­niente desde el altiplano Tropical, la cual es transportadapor la circulación continental ligada a la Alta de Bolivia.

La superficie cultivada en la zona atacameña,excluyendo Calama y Quillagua, sería de 2.443,7 hás,concentrando San Pedro de Atacama casi un 70% deellos. A pesar de que el total de la superficie cultivablellega a unas 15.000 hás, la superficie potencialmentecultivable se ha estimado en 3.003,7hás. Una posibilidadde incremento tan pequeñaseexplicapor la restriccióndeagua disponible para la agricultura y un empeoramientode su calidad, especialmente en el Loa Superior. '

La localidad agrícola de San Pedro de Atacamaforma parte del valle longitudinal del Salar de Atacama.Los suelos de, origen aluvial fueron formados por ladepositación del material de acarreo de los ríos SanPedroyVilama sobre los depósitos lacustres que han rellenado

la cuenca. Estos suelos aluviales son de posición planaestratificados, con pendientes del Oal 2%; las texturaspredominantes son arenosas; la erosión eólica varía deligera a moderada; el drenaje externo es bueno y eldrenaje interno variable, predominando los suelos depermeabilidad moderada a lenta, según los distintossuelos, que en general son profundos y de buenarraigamiento. Por su parte, los suelos de origen lacustreen San Pedro de Atacama son de texturas diversas,predominando las arenas y las texturas franco-arenosas;la pendiente es relativamente plana con pendientes del Oal 2%: la erosión eólica varía de ligera a moderada; eldrenaje externo es bueno yel drenaje interno rápido; sonsuelos profundos y de buen arraigamiento.

Toconao es un área de topografía más o menosplana con un miCforelieve de importancia representadopor dunas y depresiones transversales de este a oeste,producidas por acción eólica y por avenidas que provie­nen de los cerros del oriente. En esta área los suelosmuestran influencia de conos de depósitos recientes. Sonsuelos aluviales estratificados, en su mayor parte planos,con pendientes del Oal 2%.

En Socaire los suelos son de origen aluvial. Preva­lecenlosque son arenosos ycon abundantes gravasen lossectores de los "campos" de alfalfa. En los de las melgaso andenes son suelos arenosos de construcción artificial.Los drenajes son buenos. Las pendientes son relativa­mente más acusadas que en San Pedro y Tocoriao..

Cuadro N° 1Características de los suelos por localidad

SECTOR, TEXTIJRA SUELO TEXTIJRASUBSUELO DRENAJE

SAN PEDRO

Cayo Feo,Are.Aren Franco Arenoso Bueno. Cueuter Feo. Are. Aren Fr¡ineo Arenoso BuenoPoeonehe Franco Arenoso Feo. Lim a F.Ar BuenoSan Pedro Franco Areill. Arcillosa BuenoSequitor Arenoso Feo. Arenoso Bueno

Tular Arenoso Feo. Arenoso BuenoBeter Arenoso Feo. Ar a F.Lim Bueno

Vilama Arenoso Arenoso ExcesivoSolar Feo. Arenoso . Feo. Arenoso Bueno

TOCONAOToeonao Arena e/Grava Arena e/Grava ExcesivoTambillo Feo. Arenoso Arena' e/Grava Excesivo

leri Arena e/Grava Arena e/Grava ExcesivoSOCAIRE

Socaire Aren. e/Grava Aren. e/Grava BuenoFuente: Consecol Consultores, 1988

El Desierto, el Hombre y el Agua • 79

2. LAS AGUAS ATACAMEÑAS y SU USO

. Las princIpales cuencas de la zona atacameñason ladel río Loay ladel salarde Atacama. Son tambiénlas másimportantes y de mayor extensión de la región deAntofagasta. En los cursos superiores y medios, la cali­dad de las aguas, todavía con niveles de salinidad bajos oaceptables; ha permitido efectuar captaciones para el'consumo humano de Calama, Antofagasta y Tocopilla.En este tramo son también de gran importancia, pero concalidades variables,las captaciones para Chuquicamata.Más abajo de Calama también se extraen aguas para lasoficinas salitreras de MaríaElena yPedro deValdivia. Lazonamás afectadaes lacuencadel río Loa; Enestacuencase han reducido las aguas disponibles para riego agrícolay se ha intensificado su salinidad, como consecuencia delacaptacióndelas mejores aguasenlos cursos superiores.Las aguas con uso agrícola representarían en toda lacuenca aproximadamente 1417 1/s (un 45,5%), pero elárea de comunidades atacameñas solo retiene 2731/s (un8,8% del total).

Enlazanade las comunidadesestudiadas sepresen­tandas cuencasendorreicas, las correspondientes al Salarde Atacamay laPuna de Atacama. La gran cuenca ofosadel Salarde Atacama recibe todas las aguadas, vertientesyríos superficiales y subterráneos de la comuna. El Salarde Atacama yla zona de valles yoasis de altura aledaños,además de recibir agua de afloramientos lacustres, ríos yotras fuente,s superficiales, contiene enormes cantidadesde agua salada fósil en su subsuelo.

El sistema hídrico de la cuencadel salarde Atacamacorresponde a un sistema interconectado muy sensible.En el caso de las aguas fósiles del salar, según los actualesniveles de extracción, seestima que demorarían un lapsode cuarenta años en ser repuestas por el escurrimientosubterráneo. I Para la minería del litio, en franco auge, sehan prospectado ycavado pozos para extraer agua desdelas napas de este salar. Según los lugareños, esto habríarepercutido en la desaparición de enormes vegas ubica­das al sur de San Pedro· de Atacama, que .permitíanalimentar una gran masa ganadera Otras empresas inte­resadas en las fuentes de agua de la comuna son Codelco

yEssan,querealizan actualmente estudios para laextrac­ción de aguas del Ojo del Putana (afluente del río SanPedro) ydel río Zapaleri, excelente fuente de agua dulceubicada al este de la localidad de San Pedro de Atacama

Entérminosdel áreaagrícolacomprometida(aIXoxi­madamente 1.774 hás, es decir un 82,7% d~ la superficieregéJ.d3: de la comuna), los sistemas hidrográficos másimportantes son los de los ríos SanPedro yVilama, de loscuWes dependen las actividades agrícolas del sector nortedela comuna (Machuca, Río Grande ylos distintos ayllosdelgranoasisdeSanPedro). Hacia elsur, al este del Salarde Atacama,las localidades agrícolas (Toconao, Talabre,Camar, Socaire y Peine) dependen de pequeños cursossuperficiales de aguas de quebradas y afloramientos devertientes.

El río San Pedro, que en su curso superior recibe elnombre de Río Grande, se forma en la confluencia de lbsríos Jauna yPutana (que nacen en los cerros Tocorpuri yTatio yen el Ojo deAgua de Putana, respectivaniente, auna altura de 6000 m.s.n.m.). Más adelante recibe variosafluentes; de los cuales los principales son los ríos Ma,chuca ySalado. Apartirde laconíluenciaconesteúltimo,pasa a denominarse San Peqro.

Enla mayor parte de su largo recorrido (más de80kilómetros), este río y sus afluentes corren encajonadosen una arigosta y profunda quebrada, la que se ensanchaen algunos .trechos dando lugar a pequeñas zonas de.cultivo (Machuca, Río Grande, SanBartola,Cuchabrachi,

. Catarpe, Tambillo y Quitar) hasta llegar ala localidad deSan Pedro. En Cuchabrachi se encuentra la bocatomaprincipal del sistema de canalizaciónque riega los distin­

. tos ayllos de San Pedró de Atacama.

Las aguas del río SanPedro seinfiltran en aquellaspartes en que su lecho es de material peimeable y secontaminan al entrar en contacto con los cerros de salexistentes en sus márgenes. La salinización se produce,principalmente, en dos sectores: en un tramo de 300metros, frente aLagunita, yen un tramo de 7 kilómetros,frente a San Bartola. A su vez, el Río Salado se salinizaen un tramo de unos 8 kilómetros, ubicado inmediata-

I Información entregada por el sr. Andrés Rivera, geógrafo de la Universidad de Chile, que realiza estudios sobre el tema en el área,

80 • El Desierto, el Hombre y el Agua

mente abajo del cruce con el camino a San Bartolo.2

El río Vilama es de origen termal y nace de laconjunciónde loscaucesdel río Puritama (3695 m.s.n.m.) ,y del río Frío (a 3590 m.s.n.m.), que proviene de unaquebrada que nace 5kilómetros haciael Este. Escurreporun cajón pendiente, hasta que en Guatín recibe su últimoafluente, el río Puripica. Antes de llegar a San Pedro, elVilama continúa' encajonadq hasta el ayllo de Vilama,donde es captado casi en su totalidad. Parte de su caudales utilizado para abastecer de agua potable al poblado deSan Pedro de Atacáma y el resto se canaliza hastaPoconche, para el regadío de los ayllos más meridionales(poconche, Beter y Thlor).

El sistema formado por el río San Pedro y susafluentes permite el desarrollo de actividades agrícolasen la localidad de Machuca (donde aprovechan el río demismo nombre, con un caudal estimado de 23 Vs pararegar 18 hás) yen la localidad de Río Grande (donde secaptan las aguas del mismo río, con un caudal estimadoentre 600-780 Vs, para regar 56 hás). A su vez, en SanPedro, este mismo río (con un caudal estimado de 679­900 Vs), junto con el Vilanm (con un caudal estimado de213-230 Vs), permiten el regadío de los distintos ayllosque componen esta localidad y que suman un total deaproximadamente 1.700 hás.

Al surde San Pedro, de,sde su vertiente oriental, elSalar de Atacama recibe varios cursos menores de agua,los cuales se alimentan de las precipitacionesque ocurrentanto en la cordillera prealtiplánica como en el altiplanomismo. La mayoría de estos caudales hacen posible la 'existencia de oasis y el desarrollo de asentamientospoblados en sus márgenes, entre los que se cuentanToconao, Talabre, Camar, Socaire y Peine.

Para las actividades agrícolas de los habitantes deToconao, sonimportantes lasquebradasdeZapar, Honar,Potor, Hecar y Aguas Blancas. La qJJebradade Zapar seorigina aproximadamente a 25 kilómetros al oeste de ladiviso-ria de las aguas, entre el Salar y la Puna deAtacama. Con un caudal estimado entre 10 a 30 Vs, riega16 hás ubicadas en un sector de la quebrada ubicado a 5

kilómetros al Norte de Toconao.

La Quebrada de Honar nace cerca de la divisoria delaS aguas, recibiendo en su recorrido los aportes del ríoPuque y, cerca de Toconao, las vertientes de Poquisa ySapaque. Su caudal estimado es de 90 Vs, con los que seriegan las 76 hás cultivadas en la Quebrada de Jeri yen elLlano de Toconao. Existe un gran embalse en el mismopueblo de Toconao. La Quebrada de Potor, formada porla confluencia de los ríos Atana y Laguna Verde, sirvetambién actualmente de complemento al riego del Llanode Toconao, aportando un caudal estimado en 30Vs en elpunto Vilaco.

Los habitantes de la localidadde Socaireutilizanlasaguas del río del mismo nombre (con un caudal estimadoentre 150 a 200 Vs) y las vertientes de Cuno (40 Vs) yQuepe (15 Vs). El río Socaire nace cercano al portezuelo'comprendido entre los cerros Miscanti yLausa, recibien­do más abajo los aportes de la Quebrada de Nacimiento,que han sido canalizados para este efecto. La sumatoriadeestoscaudalespermiteel regadío deaproximadamente220 hectáreas.

Según datos de la D.G.A., la sumatoria de losescurrimientos superficiales que desembocan en el Salarde Atacama alcanzaría un total de 2.432 Vs. El caudalutilizado para labores agrícolas en la comuna de SanPedro de Atacama, en tanto, sería de aproximadamente2.383 Vs, con los que se regaría alrededor de 2.144,4hectáreas..El porcentaje de agua utilizada en laboresagrícolas, durante la estación estival, correspondería,entonces, a un 98,0% del total de las aguas que escurrenhacia el Salarde Atacama. De esta manera, la agriculturade la zona presenta un carácter predominante de riego.

En general, la calidad de las aguas disponibles parariego en el área de estudio va de regulara mala; Las demejor calidad son las del río Honar en Toconao y la de

, quebradas.y cursos de agua independientes del sectorpuneño, a una elevación superior a los 2.700 m.s.n.m.,alturacoincidenteconel máximoniveldel lagocuaternarioque dio origen al salar de Atacama.

2 Fernando Dávila, "Mejoramiento del regadío en San Pedro de Atacama. Informe Preliminar", CORFO.

El Desiertf!, el Hombre y el Agua • 81

Los predios agrícolas del área de estudio se organi­zan en melgas (o eras), platabandas de cultivo de exten­sión variable, separadas entre sí por pretiles de tierraapisonada o "bordos" de aproximadamente 50 cm de

ancho y 40 cm de alto. Las melgas se disponenescalonadamente y se van regando sucesivamente me­diante un control de esclusas,

Cuadro N° 2Recursos hídricos y superficies agrícolas por localidad

LOCALIDAD Y AGREGADOS NOMBRE FUENTE CAUDAL SUPo CULTIV. AFORODE AGUA

. MACHUCA Machuca MACHUCA 23 Us 5,0 hás MachucaPeñalireSan Juan 13,0 hás

RIOGRANDE Río Grande RIOGRANDE 600 a 780 Us 56,0 hás Río GrandeQ. de Río GrandeYerbas Buenas

SAN PEDRODE Cuchabrache ATACAMAo 679 a 900 Us 1700,0 hás CuchabrachiATACAMA Catarpeffambillo/ SAN PEDRO

/Guachar. Quitor

CondeduqueLaracheYayeSequitorCoyoSolorChecarCucuter

SAN PEDRO DE Calar VILAMA 213 a230 Us VilamaATACAMA Vilama

PoconcheBeterTulor

TOCONAO Llano de Toconao HONAR 60Us 76,Ohás JeriQuebrada de JenZapar Q.deZAPAR 11 Us 16,0 hás TranqueTambillo Napa Subterránea

TALABRE Talabre TALABRE lOUs 7,4 hás AcumuladorSoncor Q.deSONCOR 15 l/s 8,0 hás Vertiente

CAMAR Vertiente lOUs 15,0 hás VertienteSOCAIRE Socaire SOCAIRE 200Us 220,0 hás Bocatoma

PEINE Peine PEINE (vertientes) 25 Us 21,0 hás VertienteTilomonte TULAN 63 Us 5,0 hás VertienteTilopozo TlLOPOW s/d 2,0 hás

2,327 Us 2.144,4 hás

Fuentes: DGA, 1986CONSECOL,1987

INDAP, 1992

82 • El Desierto, el Hombre y el Agua

El sistema de riego predominante es por inunda­ción. Aún cuando podría discutirse la racionalidad oeconomía de un sistema como este, se ha demostradoeficaz, dado el tipo de tecnología agraria que histórica­mente han poseído los Atacameños, para el control desales en suelos en los que estas abundan.

En los meses de invierno, debido al intenso frío quehiela cultivos que no sean ajo y trigo, se produce unacontracción de las actividades agrícolas. Durante esteperíodo el agua es subutilizada, dejándosela escurrirhacia las vegas al Sur de los oasis y hacia el Salar deAtacama. En los meses más cálidos, en cambio, dondeexiste una mayor actividad agrícola, el agua se hace másescasa. Esto obliga, casi en todas las localidades, a laimposición de sistemas de turnos de agua por predio enexplotación.

Los lapsos entre turnos dependen de la disponibili­dad de agua y la superficie cultivada en cada localidad.Las variaciones extremas se observan en Peine, conturnos cada 15 días, y en Toconao, con turnos cuyafrecuencia llega hasta 32 días. En la localidad de SanPedro, donde se entregan normalmente 2 horas de riegopor hectárea, el lapso entre turnos de agua llega, enpromedio, alos 23 días. El ciclo de turnos más corto es de17 días, en los ayllos de Coyo y Sequitor; en tanto que elmás largo es de 30 días en algunos predios de Solcor. Elregadío de cultivos que necesitan una mayor cantidad deagua, normalmente se solucionaconlaorganizaciónde láentrega de medios turnos (o entresaques).

3. LAS PRODUCCIONES

El asentamiento atacameño en el Loa superior yenel Salar de Atacama data de tiempos precolombinos. Encuanto a la sociedad rural y campesina, 10 central de sueconomía fueron yen parte siguen siendo las actividadesagropecuarias. La agricultura atacameña ha sido históri­camente tributaria de un horizonte cultural andino gene­ral en cuanto aespecies vegetales yanimales, técnicas decultivo y manejo, infraestructura y uso del agua, organi­zación social del uso de factores productivos. Por cierto,

se verifican también otras formas, si no particulares, por10 menos con una cobertura espacial más regional en elsur andino (adaptaciones de desierto, manejo pecuario depuna árida, etc.).

El sistema agrícola en función se origina durantemomentos coloniales, en los que se integran especiesandinas (maíz, papas, quinoa)3 y de ultramar (trigo,cebada, alfalfa, diversas hortalizas y frutales). Aunqueprevalecenespecies yvariedades exóticas, las técnicasdecultivo suelen, por el contrario, depender más de unaherencia indígena. Es el caso de las técnicas de riego y,posiblemente, de algunas de las formas de organizaciónsocial de la distribución del agua aún vigentes en ciertascomunidades atacameñas. Otro tanto podría decirse de lacooperación laboral interfamiliar (ayni) en ciertas etapascríticas de los ciclos agrícolas y de los sistemas de eras ymelgas que hacen de la agricultura andina una verdaderajardinería.

La atacameña es todavía una agricultura mixta quecombina orientación hacia el mercado y componentesimportantes de autoconsumo. Es por ello que simultánea­mente presenta especialización, en algunos rubros ylugares, ydiversificación, en múltipIes cultivos yproduc­ciones en otros tantos sitios.

El patrón tradicional de cultivos incluye alfalfa, unaproducción clave para una agricultura que todavía siguesiendo interdependienteconlaganadería, el maíz, el trigoydiversas hortalizas (habas, cebollas, zanahorias y ajos)yfrutas (membrillos y peras, principalmente) donde elloes posible. En lugares como San Pedro y sus ayllos, seagrega una silvicultura tradicional basada en la explota­ción de chañares y algarrobos.

La especialización está originada en procesos dereorientación de producciones hacia las necesidades delmercado, a10que le suponenpotencialidades productivasderivadas de condiciones climáticas, calidad de suelos ydisponibilidad y calidad de aguas (por ejemplo, enToconao, con su evidenteorientaciónhacialaproducciónde frutas). Esta sehagenerado enciertas localidades yconvariados grados de desarrollo. La orientación de San

3 A lo que cabría también ag~egar una silvicultura especializada en la explotación de algarrobos y chañares, aún ampliamente desconocida.

El Desierto, el Hombre y el Agua • 83

Pedro a la producción de alfalfa tuvo su origen en su rolcomo estación de tránsito para los arreos de animalesdesde el Chaco argentino a la pampa salitrera y centrosurbanos del norte chileno. Su declinación se produjo haceyacasi40años,sinquesehayaproducidounareconversiónclara. La de Toconao, también se dio en relación alabastecimiento frutícola de la región, hasta que se abrióla Carretera Panamericana y fue posible la llegada deproductos frescos del sur del país. La de Lasana y Chiu­chiu, más reciente y con efectos dinarnizadores de esaslocalidades, enel abastecimiento hortícoladeCalama. Lade Rio Grande con el ajo, todavía emergente, y la deCaspana, con frutas yhortalizas para el mercado provin­cial, también endesarrollo.

En ausencia de praderas y pastizales que permitanlacrianzade animales solo en baseaforrajes naturales, enparticular ovejas, cabras, cuyes y conejos, vacunos yanimales de labranza,4la nota dominante de la ganaderíaatacameña es su dependencia de fuentes de aprovisiona­miento de alimentos desde la agricultura. Los prados dealfalfa, los restos de cosecha e incluso granos suelen serlos recursos predominantesen las crianzas campesinas dela zona. Encontrapartida, allí donde ello es posible (porla topografía yconfiguraciónde los terrenos) ynecesario(por las extensiones disponibles), mulas y a veces burrospermiten el laboreo de la tierra en sus etapas más pesadas

(como la aradura y fertilización). Asimismo, por tratarsedesuelos pobresyenmuchos sitioscreados artificialmente,el estiércol animal es vital para teneréxito en los cultivos,en ausencia de fuentes alternativas accesibles para aPor­tar nutrientes al suelo. De no,mediar una buena disponi­bilidad de este recurso la agricultura practicamente nosería posible.

Nos encontramos, entonces, con una agriculturaíntimamente ligada a la ganadería a través de una consi­derable interdepenctenciadeambas.Ello tieneimplicanciasevidentes, pues es un factor que intervienesignificativamenteenla configuración del tipo de estruc­tura de las actividades prediales prevalecientes en laagricultura atacameña. Tanlbiénincideen la forma comose organiza la distribución de las labores de cultivoanuales y los requerimientos indispensables de fuerza detrabajo de los hogares.

El cuadro siguiente resume lainformación disponi­ble más recientesobre el conjunto de producciones en lasdistintas localidades atacameñas. Ella muestrala concen­traciónexistente en unas cuatro o cinco producciones, ensu mayoríadestinadas al consumo directo por los mismosproductores, y una larga serie de otros cultivos menoresde autoconsumo o para el mercado.

CuadroN°3Tipos de cultivo según porcentaje de la superficie agrícola en las comunidades atacameñas

Caspana Toconee Ayquina cupo Lasana Chiuehiu S.PA R.Grande Toconao Socaire Peine alabre

Alfalfa 20,6% 47,6% 30,0% 73,7% 7,3% 9,4% 65,2% 41,7% 8,8% 75,8% 41,6% 21,8%

Maíz 8,1% 9,5% 30,0% 12,9% 11,0% 3,8% 18,1% -- 8,8% 7,4% 38,7% 44,2%

Trigo 2,0% -- 20,0% 5,2% 5,8% 2,6% 15,3% -- 2,5% 12,4% -- 33,3% .

Papas 4,1% 4,8% -- 2,6% -- 1,3% -- -- -- . 2,5% -- --

Hortaliza 24,3% 28,6% 10,0% 5,7% 75,3% 83,3% -- 58;3% -- 0,6% 19,8% 0,8%

Frutas 55,1% 9,5% -- -- -. -- 1,3% .- 95,0% -- -- --

hás. 24,7 hás 10,5 hás 10,0 hás 19,4 hás 103,6 hás 78,4 hás 543,1 hás 14,4 hás 40,0 hás 322,0 hás 20,7 hás 38;5 hás

Fuente: Elaborado en base a Consecol, 1988

4 Con la excepción de llamas y burros que, de manera más o menos permanente, en lugares como Socaire y Talabre, dependen sól6 de pastos naturales.

84 • El Desierto, el Hombre y el Agua

Las econollÚas campesinas atacameñás¿~mbiIi.an: pliamente los ovinos, le siguen los caprinos y luego losregularmente agricultura y ganadería. AinbéÍsestá~í<¡camélidos (11amas).Proporciones bastante menores tie­intimamente enlazadas, como se ha diCho. Se trata deenenlosbovinos, loscerdos, los mulares, equinos yburros,explotaciones ganaderas que incluyen pocas cabezas, .. Según puede verse en el cuadro siguiente.pero diversificadas en varias especies. Prevalecen am- ..

," \,

Cuadro N° 4Distribución de ganado doméstico según localidades en las comunidades atacameñas

Especie ovinos caprinos cerdos bovinos camelid mulares equinos burros Total

S.P. Atacama 2660 160 360 115 44 163 42 60 3604

Toconao 1000 500 50 -- 300 110 -- 80 2040

Rio Grande 1000 1200 -- -- 600 4 8 90 1902

Talabre 923 933 -- -- 1435 400 -- 50 3741

Camar . 300 200 -- -- lOO 2 -- 60 662

Socaire 2965 700 -- -- 520 20 -- lOO 4305

Peine 800 150 12 -- lO -- 1 45 1018

Chiuchiu 1700 200 100 -- 70 10 5 20 2105

Lasana 700 149 50 -- 67 -- 35 -- 1001

Ayquina-Too 3000 900 24 4 150 5 4 50 4137

Caspana 750 800 10 -- 350 180 1 100 . 2191

Toconce 800 350 4 -- 1400 20 -- 40 2614

Cupo 150 55 -- -- 200 5 10 50 470

TOTALES 16748 6297 610 119 5246 919 106 745 29790

PORCENTAJE 56,2% 21,1% 2,1% 0,4% 17,6% 3,1% 0,4% 2,5% 100%

Fuente: Consecol, 1988

Las crianzas de animales con esta configuración enla zona tienen su origen en la adaptación que durantetiempos coloniales realizaran los Atacameños con espe­cies originarias e introducidas, a condiciones de produc­ción campesinas cambiantes en relación al estado decosas preexistentes y a contextos ambientales de aridez(oasis de altura y cordilleras). Se mantienen rebaños dellamas, pero se integran burros y mulas, ovinos, cabras ybovinos, cerdos y crianzas menores.de origen exógeno

(gallinas y conejos terminan por reunirse en los corralescon los cuyes de ancestro precolombino). Unas y otrasreemplazarán en parte o todo y ampliarán los roles quepreviamente se hacía desempeñar a camélidos y cuyes(transporte, producción de alimentos y materias pri­mas, producción de fertilizantes, laboreo de la tierra),multiplicando quizá el potencial técnico y productivode las economías atacameñas, además de refundar unanueva forma de integración entre agricultura yganade-

El Desierto, el Hombre y el Agua • 85

ría.

En la producción pecuaria fue tradicionallacom­binación de recursos forrajeros y de alimentación na­turales (pastizales cordilleranos, fondos de quebradas,praderas estacionales de campos y pampas) yautoproducidos (alfalfa, broza de cosechas, semillas yfrutos de árboles locales, etc.). Debido a un incrementopaulatino de las condiciones de aridez, se verifica unadisminución de las fuentes naturales de alimentaciónanimal. Junto a otras razones, ello ha restringido noto­riamenteel volumen de producciónpecuaria atacameña,especialmentedecamélidos, cabras yovejas. Seredefineprogresivamente, entonces, el rol de la ganadería en elseno de las economías atacameñas y, por sucomplementariedad, también con la agricultura.

Los siguientes párrafos informan la situaciónparticular agropecuaria de la comuna de San Pedro deAtacama y, dentro de ella, la delas comunidades de SanPedro de Atacama y sus ayllos, la de Toconao y la deSocaire.

Ciertos parámetros agroecológicos permiten agru­parlas distintas localidades según dos pisos'ecológicos:"oasis de altura" y "quebradas intermedias". Las loca­lidades o lugares de producción agropecuariaemplaza­das en el sistema de "oasis de altura" son: AylloVilama, San Pedro de Atacama, Tambillo, Zapar,Toconao, Aguas Blancas, Santa Rosa, Peine yTilomonte. Las localidades agrupadas en el pisoecológico de "quebradas intermedias" son: Machuca,San Juan, Santiago de Río Grande, San Bartola, Guatín,Sanear, Talabre, Camar y Socaire.

De esta manera, en el área se pueden detectar dossectores homogéneos: uno constituido porlas localida­des ubicadas inmediatamente en los márgenes delSalar de Atacama (San Pedro, Toconao yPeine); y otropor las localidades ubicadas por sobre la cota de los2500 m.S.n.m. (Río Grande, Talabre, Camar y Socai­re). '

En el primer sector, en términos agrícolas, existeuna triada formada por la alfalfa, el maíz y el trigo, conexcepción de Toconao, donde la fruticultura superalargamente a la alfalfa. A su vez, en términos pecua­rios, la producción se orienta principalmente a losrubros ovinos y caprinos, aunque estos últimos sonreemplazados por camélidos en Toconao y Peine.

En el segundo sector, en términos agrícolas, siguesiendo importante el cultivo de la alfalfa, pero el maízes reemplazado en importancia por ciertas hortalizas(como el ajo en Río Grande, las habas en Talabre y eltrigo en Camar y Socaire). A su vez, en términospecuarios, los ovinos dejan de ocupar el primer lugar(con excepción de Socaire), siendo reemplazados poranimales más rústicos, como los caprinos en Río Gran­de y Camar y los camélidos en Talabre.

Como se verá más adelante, la diferenciaciónentre estos dos sectores no sólo opera en términos deorientación productiva, sino también en otros aspectos,como el tamaño de las explotaciones y los sistemas detenencia de la tierra.

3.1. San Pedro de Atacama

La localidad de San Pedro pertenece al sistema deOasis de Altura. En los distintos ayllos que la compo­nen, los principales cultivos son la alfalfa (que concen­tra un 78,3% de la superficie de cultivo), el maíz (conun 11,7%) y el trigo (con un 8,0%). En mínima escalatambién se producen ajos (0,6%) Y zapallos (0,1 %)destinados en parte a la comercialización, así comohabas (0,4%), papa (0,2%), cebolla (0,2%), tomate(0,2%), acelg'a (0,1 %), zanahoria (0,1 %), lechuga(0,1 %) Y otros, principalmente destinados alautoconsumo. Las hortalizas con alta demanda demercado representan sólo un potencial hasta ahoradifícil de explotar debido a la falta de aguas.

5 Los turnos son demasiado distantes entre sí (cada 15-35 días). Esto afecta particularmente a los campesinos que no cuentan con terrenos cercanos alcanal matriz de regadío, ya que sólo tienen derechoa medio turno para riego de hortalizas (cada 8 días), aquellos agricultores que tienen sus predios a menosde 500 mIS. del canal matriz y algunos ayllos específicos, donde existe menor disponibilidad o peor calidad de las aguas.

86 • El Desierto,' el Hombre y el Agua

CuadroN°5Distribución relativa de la superficie por tipo de cultivo, sin considerar frutales,

en los ayllos de San Pedro de Atacama

Ayllo

Cultivo Quitor Condeduque Séquitor Solcor Coyo Larache Solor Total %Solcor

Alfalfa 81;2 65,0 79,2 74,9 80,6 94,8 76,4 78,3

Maíz 9,3 9,8 15,4 15,6 10,0 2,0 14,3 11,7

Trigo 5,3 23,4 3,4 6,5 8,7 3,0 8,2 8,0

Ajo 0,9 0,3 0,9 1,9 0,1 - 0,2 0,6

Haba 0,6 0,8 0,6 - 0,1 - 0,1 0,4

Papa 0,5 - - - 0,1 - 0,4 0,2

Tomate 1,1 - - - 0,4 - - 0,2

Cebolla 0,6 0,1 0,1 0,7 - - - 0,2

Zapallo - 0,4 - 0,1 - - 0,2 0,1

Zanahoria 0,2 - - 0,1 - 0,1 - . 0,1

Acelga 0,1 - 0,2 0,1 - 0,1 0,1 0,1

Lechuga 0,1 0,2 0,2 - - - 0,1 0,1

Fuente: Encuesta Beneficiarios PTT, 1993

La mayor parte de la producción agrícola se destinaal autoconsumo, en una proporción de un 72,0%. Estasituación está influida por la alta representación de laalfalfa, que se destina casi en su totalidad a la crianza deanimales.

La variedad de alfalfa que se produce en San Pedroes la alta sierra, proveniente de las serranías de Perú yEcuador. El principal problematecnológico de este rubroes la inexistencia de un sistema adecuado de manejo: nose practica la rotación de cultivo; se corta la planta muymadura, antes de tener un porcentaje adecuado de flora­ción, o con una floración excesiva, ocasionando un malaprovechamiento de la calidad alimenticia del cultivo;debido a la falta de agua, en la rotación del riego sepriorizael cultivo demaíz; no sefertiliza ysesobreexplotala pradera, sobrepasando los 5 años de uso del recurso.

Existen algunas técnicas de cultivo que son propiasde estos oasis y que siguen siendo practicadas en elmanejo de este rubro. Así ocurre con la técnica desiembra, unainnovaciónatacameñaparala ambientacióndel cultivo, donde se mezclan las semillas de alfalfa conarena, en una relación aproximada de 1:1O. Ocurre tam­bién con la práctica del cultivo asociado, empleado parasoltar el suelo de la pradera, por la cual la alfalfa se asociaconcultivos anuales comoel trigo yel maíz, enunasuertedé rotacióncíclica del cultivo asociado. Sucede10mismoconel semilleo por apaleo yconelbarbechode lapradera.

El maíz representa la segunda orientación produc­tiva agrícola entre los campesinos de San Pedro. Se tratade un cultivo tradicional que se mantiene desde tiemposprecolombinos. Las variedades locales son de la razamorocho ycapia, que tienenun peóodo vegetativo de 185

El Desierto, el Hombre y el Agua • 87

días. Estas variedades mantienen un gran nivel de acep­tación cultural entre los lugareños.

En la localidad de San Pedro se producen tambiénalgunos frutales,existlendo un promedio de 26 árbolespor agricultor. Las variedades principales son perales,membrillos y, en menor escala, tunas ygranados. Apesardel buen desarrollo que alcanzan en esta zona y de lointegrado que está su producción al rubro agrícola, entrelos campesinos actualmente se observa desmotivaciónhacia la producción frutícola, que ha mermadodrásticamente en los últimos 10 años.

La producción pecuaria está orientada principal­mente al rubro ovino, que representa el 72,9% de la masade ganado total. Le siguen en importancia los rubroscaprino (13,2%), porcino (7,1 %), equino (3,0%), bovino(2,8%) ycamélido (l ,0%). Enpromedio, unaexplotacióncampesina de esta localidad posee 25,8 ovinos, 4,7caprinos, 2,5 porcinos, 1,1 equinos, 1,0 bovinos y 0,4camélidos. Asu vez, la cantidad de ovinos presente en losdistintos ayllos de San Pedro representaría el 46,4% de lamasa total de este tipo de animales existente en la cuencadel salar'.

El rubro pecuario es el más importante dentro de laorientación productiva general de los campesinos de losayllos de San Pedro, representando casi la mitad de susingresos brutos prediales. La mayor parte de la produc­ción ganadera, algo menos de dos tercios, se destina a laventa. Asimismo, el rubro pecuario representa tambienalrededor de dos tercios del total de productos comercia­lizados por una explotación tipo de esta localidad. Seentiende, entonces, que la principal orientación agrícolaenlos ayllos de SanPedro de Atacama seael rubro alfalfa.Este cultivo está integrado a la producción pecuaria,especialmente OVIna, y constituye, por tanto, la principalfuente de proteínas para su nutrición.

3.2. Toconao

A diferencia de los otros oasis de altura, la calidadde las aguas del río Honar, así como un favorable

microclimaymicrorelieve, permitenunimportantedesa­ITalIa de la fruticultura en Toconao. De hecho, el 86,0%de la superficie agrícola utilizada de esta localidad con­tiene frutales. Las variedades m{LS importantes son losmembrillos (que representan un 50,1%del total de árbo­les frutales existentes en la localidad), las parras (un28,2%), los perales (6,3%), los damascos (3,8%), losnaranjos (2,5%) Ylas higueras (2,2%). Otros tipos defrutales, como ciruelos (0,9%), duraznos (0,7%), manza­nos (0,5%) Yalmendros (0,1 %), tienen menor importan­cia. Unaexplotación campesina de Toconao mantiene enpromedio 206,3 árboles frutales, los que se descomponenen: 103,5 membrillos, 58,2 parras, 13,1 perales, 7,9damascos, 5,2 naranjos, 4,5 higueras y 4,2 duraznos,entre las variedades más importantes.

Aunque la producción frutícola de Toconao esmucho más importante y diversificada, al igual que enSan Pedro los árboles sufren danos importantes por lapresencia de diversas plagas. Esta situación respondetambién a la falta de control fitosanitario y, además, a unmanejo tecnológico inadecuado del sistema de produc-·ción frutícola. Asimismo, dado que la comercializaciónde la producción se realiza a compradores que vienen deCalama, la intervención de los productores de Toconaoen el precio final de venta al consumidor es muy baja.

La importancia de la fruticultura explica que enToconao, donde un predio alcanza una extensión prome­dio deO,854hás de superficie utilizada, sólo O, 120hás, esdecir un 14,0%, seencuentran sembradas concultivos, entanto que el 86,0% restante corresponde a árboles fruta­les. Los cultivos más importantes son la alfalfa (queconcentra un 66,1% de la superficie cultivada) y el maíz(un 31,3%). Otros cultivos con menor incidencia sonpapas (0,8%), tomates (0,5%), zanahoria (0,3%), lechuga(0,3%), trigo (0,2%), ajo (0,1 %) y zapallo (0,1 %).

La incidencia de los distintos tipos de animalesdentro de la masa total de ganado manejada por unaexplotación del lugar es la siguiente: ovinos un 65,1 %;camélidos un 16,1 %; caprinos un 8,6%, equinos un 6,1 %yjJorcinosun 4,1%. De acuerdo ainformaciónmantenida

6 Cifras y porcentajes obtenidos de la encuesta a beneficiarios del Programa de Transferencia Tecnológica Básica, Programa Especial San Pedro deAtacama, en 1993.

88 • El Desierto, el Hombre y el Agua

por el SAO, la masa pecuaria de esta localidad represen­tana un 14,5%del total existente en la cuencadel salar deAtacama Como en todos Íos asentamientos correspon-

dientes al sistema de oasis de altura, los ovinos son elrubromásimportantedentrodelaproducci6npecuariade.Toconao.

CuadroN°6Distribución de la superficie por tipo de cultivo, sin considerar frutales, en Toconao

Rubro hás. %

Alfalfa 1,1889 66,1

Malz 0,5638 31,3

Papa 0,0150 0,8

Tomate 0,0090 0,5

Zanahoria .0,0050 0,3

Lechuga 0,0050 0,3

Trigo 0,0030 0,2

Ajo 0,0020· 0,1

Zapallo 0,0024 0,1

Otros 0,0060 0,3- --,

Total 1,8001 100,0

. Fuente: Encuesta Beneficiarios P1T

3.3 Socaire

Socaire es el asentamiento agropecuario más gran­dedentro del sistemadequebradas intermedias. Segúnunestudio publicado en 1989, Socaire contaría con 220,25hás cultivadas. De acuerdo al mismo, ladistribuci6nde lasuperficie por tipo de cultivo sería la siguiente: alfalfa un49,7%; trigo un 41,0%; papa un.5,5%; maíz un 2,8%;haba un 0,6%; frutales (pera) unO,l %; cebollaun 0,03%;

ajo un 0,03%; yotrosunO,24%. Sinembargo, un catastrorealizado por el lEA en 1993, aparte de consignar unamenor cantidad de superficie agrícola (s6lo 48,51 hás),muestra también diferencias en la incidencia relativa deestos mismos rubros: alfalfa un 78,0%; trigo un 5,6%;papa un 2,2%; maíz un 2,2%; haba un 0,5%; frutales un0,7%; ajounO,l %; quinoa un 1,3%; yotras hortalizas un9,4%.

El Desierto, el Hombre y el Agua • 89

CuadroN°7DistribuciÓn de la superficie de cultivo en Socaire

Fuente 1 Fuente 2

Rubro hás. % hás. %

Alfalfa 109,5 49,7 37,84 78,0

Trigo 90,3 41,0 2,71 5,6

Papa 12,1 5,5 1,05 2,2

Maíz 6,2 2,8 1,09 2,2

Haba 1,3 0,6 0,222 0,5

Frutales 0,2 0,1 0,351 0,7

Cebolla 0,07 0,03 0,021 0,0

Ajo 0,07 0,03 0,036 0,1

Quinoa - - 0,65 1,3

Otros 0,51 0,24 4.54 9,4

Total 220,25 100,0 48,51 100,0

Fuentes: 1) Folla, J.c., 1989.2) Catastro TEA, 1993.

No es posible determinar si las diferencias entreestas dos fuentes obedecen a transformaciones en laorientación productiva agócola. De todas maneras, en

ambas, los cinco principales cultivos son la alfalfa, eltrigo, las papas, el maíz y las habas.

CuadroN°gDistribución de la masa ganadera en Socaire

Fuente 1 Fuente 2

Tipo N° % Incidencia N° %Animal Relativa

Micro Región

Equinos 221 11,5 18,0 180 4,5

Ovinos 1021 52,9 20,4 2317 58,0

Caprinos 527 27,3 ·19,4 1091 27,3

Camélidos 143 7,4 7,7 396 9,9

Porcinos 17 0,9 6,3 11 0,3

Total 1929 100,0 17,3 3995 100,0

Fuentes: 1) SAG, 1993.2) Folla J.c.. 1989.

90 • El Desierto, el Hombre y el Agua

Según datos, del SAG (1993), la masa de ganadoexistente en Socaire representaría un 17,3% del total deanimales de la Micro Región. Sin embargo, otras fuentes(como Folla, J.c.) indican quela información anterior dacifras inferiores a las reales, por 10 que la masa de ganadoque controlan los campesinos de esta localidad sería eldoble de la cantidad manejada por la institución estatal.De todas maneras, la incidencia relativa,por tipo deanimal en las distintas fuentes no ofrece tanta variación(con excepción del rubro equino). En Socaire los rubrospecuarios más importantes son los ovinos (que represen­tan un 58,0% de la masa total de animales presentes en lalocalidad) ylos caprinos (que concentran un 27,3% de lamisma).

4. LOS PRODUCTORES ATACAMEÑOS

El universo de productores atacameños asciende a,aproximadamente, 816 unidades. Su característica másdistintiva es la de constituir, casi sin excepción, hogaresounidades de producción campesinas. Se trata, enefecto,de familias y hogares rurales en que el trabajo sobre una

escasa tierra agrícola poseída se basa principalmente enla mano de obra familiar yen que su situación económicaseubicapor10 generalenlacondicióndeinfrasubsistenciao subsistencia precaria Caracteriza a este campesinadoatacameño una diferenciación socio-económica internabastante visible, pero sin mayor desarrollo en direcciónde constituir un estrato de productores capitalizados ypequeños empresarios. En el otro sentido, más bienexistiría una creciente necesidad de fuentes económicascomplementarias, rurales yurbanas, como unamaneraderesolverla tensión estructural entre una tierra (o más bienagua) cuyo volumen se mantiene o decrece, según loslugares, yunapoblaciónsujetaarápido crecimiento yconcrecientes necesidades de consumo monetarizado. Estosson los temas que se abordarán en las páginas siguientes.

De acuerdo a información mantenida por el muni­cipio, dentro de la comuná existiría un total de 578familias. En las localidades aquí consideradas vivirían478 grupos familiares, 313 en SanPedro, 109enToconaoy56 en Socaire. Esto significaque los tres asentamientosagrícolas concentran un 82,70% del universo de familiasexistentes en toda el área.

CuadroN°9. .N° de familias en el área estudiada, por localidad

Sistema Localidad N° Familias %

Oasis de altura San Pedro 313 54,2

Toconao 109 18,8

Peine 55 9,5

Subtotal 477 82,5

Quebradas Río Grande 21 3,6

intermedias Talabre 12 2,1

Camar 12 2,1

Socaire 56 9,7

Subtotal 101 17,5

Totales 578 100,0

Fuente: I.M. San Pedro Atacama, 1993

El Desierto, el Hombre y el Agua • 91

4.1. Fuerza de trabajo en la agriculturay fuera de ella

En promedio, el tamaño de los hogares' atacameñosseóa de 3,1 miembros'en San Pedro, 3,5 en Toconao yde5,6 en Socaire, con 2,2, 2,3 Y3,5 activos por unidadproductiva, respectivamente. Ellos se distribuyen con unligero predominio de las mujeres sobre los hombres, loque pudiera resultar de migraciones tempranas un tantomás pronunciadas en el caso de los hombres. El resto sonpasivos y cargas con 0,9 en un caso, 1,2 en el otro y 2,1en el tercero. Como puede verse y con la excepción deSocaire, se cuenta con una muy baja dotación de fuerza

. de trabajo de reemplazo (por lo demás, una parte de los

pasivos y cargas son ancianos y sólo el remanente sonindividuos menores de 15 añosY

'. Los hogares atacameños de estas comunidadesdispondóan, en promedio, de unafuerza detrabajo activanúnima suficiente para el desarrollo de actividadessilvoagropecuarias8

, pero manifiestan claras particulari~

dades demográficas. Con la excepción de Socaire, eltamaño proinedio de los hogares es pequeño y con pocapoblaciónjoven, lo que hablade una estructura de edadescargada hacia personas adultas, adultas mayores y ancia­nos, con pocos niños y nucleos en que la fuerza de trabajosea joven.

Cuadro N°tOPromedios de fuerza de trabajo en las economías campesinas atacameñas

según localidades estudiadas en la zona de San Pedro de Atacama.

. .. , Tamaño Activos Ocupados Pasivos

.. . L9calidad hogar H M En la Fuera de y,

,. agric, la agric. cargas

San Pedro 3,1 1,2 1,0 1,8 0,4 0,9

Quitar 2,9 1,3 0,6 1,6 0,3 1,0

Condeduque 3,1 0,9 1,1 1,7 0,3 1,1

Sequitor 2,4 0,9 0,9 1,5 n,3 0,6

Solcor 3,9 1,3 1,2 1,8 0,7 1,4

Cayo 2,9 1,5 1,1 2,1 0,5 0,3

Larache-SolCor 3,1 1,4 1,0 2,1 0,3 0,7

Solar 3,2 1,2 1,2 2,0 0,4 0,8

Toconao 3,5 1,1 1,2 1,7 0,6 1,2

Socaire 5,6 1,4 2,1 2,7 0,8 2,1

Fuente: Diagnósticos Productivos p.T.T.n., 1993 y 1994

7 En la realidad este porcentaje debería ser todavía menor ya que en la proporción mencionada se incluyen los casos de algunos ancianos inutilizadospara el trabajo agrícola.

8 Personas de 15 años y más en el hogar incluidos ancianos que permanecen a~tivos'en la agricultura.

92 • El Desierto, el Hombre y el Agua

La dotación de fuerza de trabajo descrita no seocupa totalmente en las actividades silvo­agropecuarias. En efecto, aparece un promedio porlocalidades estudiadas de 1,8 personas en San Pedro,1,7 en Toconao y 2,7 en Socaire trabajando en laagricultura y 0,4, 0,6 Y0,8 miembros en promedio,respectivamente, que laboran parcialmenteo a tiempo

. completo en trabajos remunerados fuera de la agricul­tura, al interior de sus localidades (peonaje agrícola,construcción y servicios varios) o fuera de ellas (enespecial, minería de altura o en el salar de Atacama).

Esto signitlca que la dotación de recursos pro­ductivos que poseen los hogares atacameños o que lasproducciones que logran extraer de ellos son tanexiguas que no les permite un nivel de ingresos y desatisfacciones materiales y vitales suficientes, de talmodo que exige que en promedio entre 0,4 y 0,8personas-mes se dediquen a otros trabajos remunera­dos. Todo esto sin considerar las migraciones defini­tivas, o sea, aquellos que fueron miembros de loshogares atacameños y que se han independizado total­mente de ellos encontrando en la mayoría de los casosocupación fuera de sus propias localidades.

4.2. La tenencia de la tierra

La atacameña es una sociedad de base o extrac­ción campesina. Se trata de un asentamiento antiguoen quebradas y oasis eri que los sistemas de tenenciacomunitarios han dado paso, muy probablemente des­de la mitad del siglo pasado, a un régimen de tenenciaprivada. Sobre este común telón de fondo se ha desa­rrollado, sin embargo, un sistema de tenencia muchomás complejo que incluye varias formas de tenenciaprecaria, algunas de las cuales implican rentas.

En las localidades agrícolas del salar de Atacamala tierra poseida por sus propietarios, particulares obajo formas sucesoriales indivisas, alcanzan un 56,0%.El resto corresponde a formas de tenencia precaria. Dehecho, de la superficie agrícola total, un 44,0% esconseguida por los productores mediante sistemas deocupación (de tierras eriales fiscales abiertas al culti­vo o bien de tierras abandonadas de las que no existen

reclamantes), custodia (en la que a cambio del res­guardo y cuidados del terreno se hace uso de forrajes,se puede cultivar un sector, se aprovecha chañares yalgarrobos, se puede cosechar la fruta, etc.), "riego"(en el que el regador y cuidador percibe alguna retri­bución en productos agrícolas, especies comestiblesy, a veces, en dinero; se trata, por lo tanto, de trabajode riego y vigilancia cuya contrapartida está pocoformalizada), mediería (en la que a cambio del prés­tamo de1a tierra, generalmente por un año, se compar­ten cosechas y también, por lo común, algunos de losgastos implicados en la producción) y arriendo (gene­ralmente por plazos más prolongados, segúncánonesexpresados en dinero por año). De todasm~neras, losarreglos de tenencia que suponen mecanismos derenta representan solamente un i 1,0%, mientras quelos que no la suponen suman un 33,0% de la superfi­cie. Dentro de los· primeros es más importante elarriendo de terrenos; entre los segundos, en tanto, lo

. es la custodia de predios, generalmente de parientes.

El desarrollo de tal sistema tiene una complejahistoria. Lo principal de ella es la existencia de meca­nismos para mediar la presión sobre la tierra. Estosmecanismos son las fuertes migraciones hacia fuentes

. de trabajo minero-regionales desde el siglo pasadoque disminuyen la presión demográfica sobre la tierraen el sector y un mercado de tierras existente, peropoco dinámico y asociado principalmente a la liquida­ción de haberes y patrimonios y no a la inversiónproductiva y dinamización agrícola. Aunque haya unvisible ausentismo de la tierra, que posibilita la com­plejidad del sistema de tenencia expuesto, no se trataobviamente deuna tierra que se enajene a la comuni­dad o a terceros por el mero abandono. Esta puedellegar a liquidarse mediante compraventas, pero per­siste un interés por su conservación. Dado que noexiste un fuerte mercado de tierras, no es fácil concluirsi la conservación de la tierra por los migrantes obe­dece a factores sociales y económicos o culturales.Creemos que los primeros tienen considerable impor­tancia en la retención de derechos pero, por 10 que seconoce del mundo andino, es altamente probable queopere también el segundo tipo de causalidad.

El sistema manifiesta diferencias entre los sectores

El Desierto, el Hombre y el Agua· 93

Cuadro N°nSistemas de tenencia de la tierra en la Micro Región (en %)

Tipo de Tenencia

SeCtor Localidad Propia Ocupación Custodia Riego Mediería Arriendo Total

Oasis San Pedro 53,7 2,3 29,9 2,0 2,9 9,2 100,0

. de Altura Toconao 6,6 0,1 36,4 0,6 0,0 0,3 100,0

Peine 82,4 0,0 17,6 0,0 0,0 0,0 100,0

Subtotal 54,4 2,2 30,0 1,9 2,8 8,7 100,0

.Quebrada Río Grande 72,0 0,0 20,1 0,0 0,7 7,2 100,0

Intermedia Talabre 100,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 100,0

Camar 80,3 0,0 19,7 0,0 0,0 0,0 100,0

Socaire 81,4 0,0 16,3 0,0 0,1 2,2 100,0

Subtotal 77,8 0,0 17,9 0,0 0,4 3,9 100,0

Totales 56,0 2,0 29,2 1,8 2,6 8,4 100,0

Fuente: CataslIo Propiedades TEA, 1993.

de oasis de altUra y de quebradas intermedias. En elprimero es mucho más acentuado el fenómeno de tenen­cia precaria de la tierra (un 45,6% de la superficie esmantenidaeri esa condición) queentre las localidades delsegundo (donde alcanza sólo a un 22,2%). Asimismo, enesteúltimo sector son también mucho menos importanteslos mecanismos que suponen renta de la tierra (sumandosólo un4,3% delasuperficie). Ello seríaexplicableporundesfase en los procesos migratorios que aíectan a unos yotros, que estarían impactando sobre la estructura agrariatanlbién de manera más retardada. En el Loa superior, enlocalidadescomo Ayquina,Lasana, Chíu-chíuyCaspana,por su parte, parecen estar operando mecanismos simila­res en un sistema de tenencia de la tierra que tambiénreconoce una visiblepresenciade formas deprecarism09

4.3. Rango de tamaño de las explotaciones campesi-

nas en el área de estudio

En general, la extensión promedio de una explota­ción campesina eri 1acomuna de San Pedro sería de 1,53hás. Los predios de mayor tamaño se encuentran en SanPedro (4,07hás.),Río Grande (l ,61 hás.)yToconao(l,23hás.). Los de menor tamaño en Peine (0,28 hás.), Talabre(0,17 hás.), Socaire (0,45 hás.) YCamar (0,66 hás.).

El tamaño de las explotaciones campesinas es mu­cho mayor en las localidades pertenecientes al sistema deoasis de altura, que presenta un promedio de 2,32 hás. Eneste sector destaca el tamaño de las explotaciones de lalocalidad de San Pedro. En el sector de quebradas inter­medias, la extensión promedio de las explotaciones esmucho más baja, alcanzando sólo a 0,64 hás. En este

9 Cf. Diagnóstico Agrícola de la Provincia de El Loa, Serplac 11 Región, 1985, vol. 3:32-35. Sus resultados arrojan porcentajes inferiores a lo de laencuesta TEA de 1993. Aunque pudiera haberse illcrementadoel precarismo en el último decenio, en el caso de! estudio mencionado se lIatóde una encuestaa productores, llÚenlIas que ellIabajo TEA tomó como unidad de análisis el lote de terreno (parcela o potrero). En el primer caso hay un mayor riesgo desesgo en favor de declaraciones sobre propiedad plena, disllÚnuyendo la importancia del precarismo.

94 • El Desierto, el Hombre y el Agua

Cuadro N° 12 ...,. Tamaño promedio de las explotaciones campesinas

por sectores y localidades

Sector Localidad Tamaño Medio(Hás)

Oasis de altura San Pedro 4,07

Toconao 1,23

Peine 0,28

Subtotal 2,32

-Quebradas intermedias Río Grande 1,61

Talabre 0,17

Camar 0,66

Socaire 0,45

Subtotal 0,64

Total 1,53

Fuentes: Diagnósticos productivos PTT

Catastro Propiedades TEA

sector destaca, de todas maneras, el tamaño de las explo­taciones de la localidad de Río Grande.

5. LOS INGRESOS CAMPESINOS

En toda el área sujeta a estudio no se encuentransegmentos de grandes o medianos productores agócolas,como tampoco un estrato de agricultores en que losingresos extraprediales sean de una envergadura tal quelo ubique definitivamente por encima de la común con­dición de pequeñas econonúas. Dentro de esta homoge­neidad general, sin embargo, es posible discriminar nu­merosas variaciones. Ellas se examinarán paraSan Pedro

de Atacama, Toconao y Socaire, mediante el análisis deingresos prediales, extraprediales y los niveles de estra­tificación socio-económica resultante. En este últimocaso discriminaremos entre campesinos empobrecidosen situación de pobreza extrema e infrasubsistencia enque la valorización de ingresos prediales yextrapredialesno alcanza a cubrir el salario núnimo legal mensual10,

campesinos pobres cuyos ingresos mensuales oscilanentreuno ydos salarios mensuales núnimos legales y, porúltimo, campesinos menos pobres con una situaciónrelativamente poco apremiante que la de las otras doscategoóas y cuyos ingresos suben de dos salarios núni­mas legales mensuales.

lO Durante la segunda mitad de 1993 yen el primer semestre de 1994 este fue de $ 46.000 pesos chilenos, unos US$ 110.

El Desierto, el Hombre y el Agua • 95

Cuadro N° 13Estructura de composición de ingresos brutos prediales

en San Pedro de Atacama

Rubros,

AgrIcola FrutIcolaConcepto Pecuario Arboles Otros Totales

Forrajeros

,

Ventas $ 70.343 24.736 198.084 2.107 - 295.270

% 23,8 8,4 67,1 0,7 - 100,0

Consumo. $ 180.837 34.412 119.652 12.982 ·47.875 395.758

% 45,7 ,8,7 30,2 3,3 12,1 100,0

Total $ 251.180 59.148 317.736 15.089 47.875 691.028

% 36,4 8,5 46,0 2,2 6,9 100,0

Fuente: Encuesta Beneficiarios JYfT

5.1. San Pedro de Atacama

En general, en una explotación campesina de estalocalidad, los ingresos agrícolas representan sólo un36;4% de las entradasbrutas prediales. Ala vez, lamayorpartedelaproducción agrícolasedestina al autoconsumo,en una proporción de un 72,0%.

En la actualidad, los ingresos frutícolas representansólo un 8,5% de las entradas brutas prediales de unaexplotación campesinade esta localidad. De todas mane­ras, pese a su baja incidencia global, un 58,2% de laproducción frutícola se destina a la venta y, por lo tanto,representa entradas monetarias para los campesinos.

El rubro pecuario es el más importante dentro de laorientación productiva general de los campesinos de losayIlos de San Pedro, representando, en promedio, el46,0% desus ingresosbrutosprediales.Lamayorpartedela producción ganadera, un 62,3%, se destina a la venta.Asimismo, el rubro pecuario representa un 67,1% deltotal de productos comercializados por una explotacióntipo de esta localidad. Se entiende, entonces, que la

96 • El Desierto, el Hombre y el Agua

principal orientación agrícola en los ayIlos de San Pedrode Atacama sea el rubro alfalfa.

5.2. Toconao

En esta localidad la fruticultura, con una incidenciadel 36,3%, es el rubro más importante en la estructura decomposición de los ingresos brutos prediales de unaexplotación campesina tipo del lugar. Asu vez, un 79,9%de la producción frutícola se destina a la venta, 10 querepresenta un 38,1% del total de ingresos porcomercialización de productos prediales. La producciónagrícola representa solamente un 9,4% de los ingresosbrutos prediales totales de unaexplotacióncampesinadellugar. La mayor parte de estos productos se destina alautoconsumo, en una proporción de un 74,3%. En térmi­nos de su comercialización, sólo tienen alguna importan­cia el maíz, la zanahoria yel tomate, a los que se agreganocasionalmente otros cultivos. De todas maneras, laventadeestosproductoses lamenos importante dentro delos ingresos provenientes por comercialización de laproducción predial, representando sólo un 3,2% de la

misma

Laproducción ganadera representaun 29,2%de losingresos brutos prediales de una explotación, constitu­yendo el segundo rubro más importante para el campesi­nado local. La mayor parte de la producción ganadera sedestina al mercado, en una propordónde un 67,0%. Asuvez, las ventas por este rubro representanun25,7% de los

ingresos totales provenientes por la comercialización de.producción predial, ocupando el tercer lugar en impor­tancia por este concepto (detrás de la fruticultura y lasartesanías). Esta situación permite explicar la manten­ción de la alfalfa como principal rubro de cultivo de loscampesinos de esta localidad.

Laproducción artesanal es bastanteimportantepara

Cuadro N° 14Estructura de composición de ingresos brutos prediales en Toconao

Rubros

Concepto Agrícola Frutícola Pecuario Arboles Otros Totales

Forrajeros

Ventas $ 9.867 118.050 79.567 80.157 21.900 309.541

% 3,2 38,1 25,7 25,9 7,1 100,0

Consumo $ 28.489 29.767 39.227 - - 97.483

% 45,7 8,7 30,2 - - 100,0

Total $ 38.356 147.817 118.794 80.157 21.900 407.024

% 9,4 36,3 29,2 19,7 5,4 100,0

Fuente: Encuesta Beneficiarios PTf

el campesinado de Toconao. De hecho, este rubro repre­senta un 19,7% de los ingresos brutos prediales de unaexplotación del lugar. A la vez, el mismo concentra el25,9% de las entradas provenientespor comercializaciónde la producción de una unidad campesina, constituyén­dose en el segundo en importancia por este concepto(detrás sólo de la fruticultura y ligeramente delante de laganadería). Laproducción artesanal se orientaa laelabo­ración de figuras yde bloques de piedra volcánicapara laconstrucción, de grandemandaenla comuna; en algunoscasos, además, se presenta la confección de tejidos, aveces de gran calidad.

Otros productos agropecuarios representan sólo un7,1 % de los ingresos brutos prediales de una explotación

del lugar y su orientación principal es hacia el mercado.Destaca en este rubro por su importancia la producciónvitivinícola asociada a la presencia de un alto número deparras porproductor. El vino de Toconao o "vino criollo"tiene gran reputación en la zona ysu precio local ($ 1.500labotellade 750c.c.)puedesuperar, incluso, al de un vino,embotellado proveniente de la zona central del país. Seproducen dos variedades de vino, blanco yrosado, de 22grados alcohólicos.

5.3. Socaire-

En Socaire los ingresos brutos prediales de unaunidad de producción campesina tipo se concentranalrededor de la ganadería (con un 41,9%), aunque sin

El Desierto, el Hombre y el Agua e 97

prevalecer de manera absoluta. La agricultura (con un28,7% del total) y otros varios, en los que predominaclaramente la producción de artesanías (con un 29,4%),se distribuyen de una manera relativamente equilibradalos porcentajes restantes. Desde otro punto de vista, lasproducciones son mayoritariamente comercializadas (un52,7%), despejando la imagen local que se mantiene dellugarenel sentido que seríaun reducto de agriculturamástradicional yele autoconsumO. En esto estaríajugandounpapel central la producción artesanal, básicamente textil,que se comercializa en faenas mineras de altura y a

turistas en San Pedro y Calama.

De todos modos, la agricultura sigue estando orien­tada mayoritariamente al consumo. Con la ganaderíaocurriría otro tanto, si se considera sólo carne yderivadostales como queso. Sedebe recordar, sin embargo, que losanimales proveenlalanayfibras paralos tejidos, de modoque por la vía del aprovisionanliento de materias primaspara la confección de productos básicamente comer­cializables la ganadería incide fuertemente en la orienta­ción crecientemente mercantil de estas economías.

Cuadro N° 15Estructura de composición de ingresos brutos prediales en Socaire

Rubros

Concepto Agrícola Pecuario Otros Totales

Ventas $ 57.627 61.545 111.977 231.149

% 24,9 26,6 48,5 100,0

Consumo $ 68.239 122.300 16.797 207.336

% 32,9 59,0 8,1 100,0

Total $ 125.866 183.845 128.774 438.485

% 28,7 41,9 29,4 100,0

Fuente: Encuesta beneficiarios PIT.

5.4. Los ingresos extraprediales

En San Pedro, las unidades campesinas presentaningresos prediales superiores a los extraprediales. Esdecir, queunaunidad deproducción tipo enestalocalidadtiene en las actividades silvoagropecuarias la fuente másimportante de sus ingresos campesinos (consumosautoproducidos valorizados más ventas de productos ysubproductos). Al igual que en Toconao y Socaire, elrestante40,2%consiste, sobre todo, en trabajo asalariadode alguno de los nliembros del hogar, además de subsi­dios del Estado (pensiones de vejez, de invalidez o

98 • El Desierto, el Hombre y el Agua

viudez, asignaciones fanliliares, etc). Laproporciónindi­cada es más baja en la categoría de los productores coningresos totales que los ubican en la infrasusbsistencia(un 39,5 %) y va aumentando en dirección de los produc­tores tipificados como pobres. En éstas la proporción deingresos prediales llega a un 67,5% de los totales. Estatendenciageneral se manifiestaen todos los ayllos deestalocalidad, con las excepciones de Solcor y Solor (dondeno se verifica con claridad una mayor proporción deingresos extraprediales a medida que se cambia del tipode campesinado).

Cuadro N° 16Composición de ingresos prediaIes y extraprediaIes (en %)

en San Pedro, Toconao y Socaire

Categoría productores campesinos

Infrasubsistentes Pobres Menos pobres Total

Localidad Predial . Extra Predial Extra' Predial Extra Predial Extra' ,

Predial Predial Predial Predial

Quitar 42,9 57,1 60,0 40,0 ioo,O 0,0 62,5 '37,S

Condeduque 40,0 60,0 50,0 50,0 100,0 0,0 58,3 41,7

Larache-Solcor 33,3 66,7 75,0 25,0 100,0 0,0 62,5 37,5

Solcor 44,4 55,6 40,0 60,0 66,7 33,3 47,1 52,9

Séquitor 50,0' 50;0' 88,9 n,1 100,0 0,0 76,2 23,8

Cayo 25,0 75,0 75,0 25,0 100,0 0,0 53,3 46,7

Solar 33,3 66,7 66,7 33,3 50,0 50,0 55,6 '44,4

San Pedro 39,5 60,5 67,5 32,5 83,3 16,7 59,8 40,2

Toconao 50,0 50,0 100,0 0,0 50,0 50,0 53,3 46,7

Socaire 57,9 42,1 79,0 21,0 49,3 50,7 . 68,0 32,0

Fuente: Elaboración propia en base a encuesta beneficiarios PTI

En Toconao, en tanto, la proporciÓn de los ingresosprediales también alcanza una ligera mayoría respecto a,los extraprediales, con un 53,3% de ellos. Por tratarse depocos casos es difícil analizar como se comporta larelación entre ingresos prediales yextraprediales amedi­da que se cambia de categoría de productor.

En Socaire, por su parte, los ingresos predialesalcanzan un 68%. Esto es coherente con la mayor orien­tación agropecuaria que retienen los campesinos de estalocalidad, pero en donde no se recusa de modo alguno elacceso a ingresos no prediales. Por lo demás, ésta seríauna tendencia en ascenso. En esta localidad, como era deesperar, serían los agricultores de infrasubsistencia losque recurrirían en mayor proporción a fuentes no agríco­las de ingresos. Los campesinos pobres se mantienen, encanlbio, fuertemente dependientes de la tierra.

El campesinado atacameño pobre, es' decir aquelque no teniendo una situación de pauperización grave

. alcanza apenas una situación de reproducción simple sinposibilidades de acumulación o 'áhorro, en la zona deestudio se concentraría en las produccionessilvoagropecuarias. En San Pedro, llega a un 67,5%, enSocaire un 79% y en Toconao alcanzaría porcentajestodavía superiores. Pero en los extremos" o sea, en ladirección de las economías que se encuentran en lainfrasubsistencia o en el de una pobreza menor, larecurrencia a ingresos extraprediales (trabajo asalariado,subsidios, ayuda de terceros) sería indispensable parapaliar las consecuencias de disponer de poca tierra o defuerza de trabajo laboralmente activa y sobrevivir muyprecariamente y, en el otro extremo, explicaría muchosde los casos en que se tiene montos de ingresos y unasolvencia económica mayor.

El Desierto, el Hombre y el Agua • 99

6. LA ESTRATIFICACIÓN DE LOSPRODUCTOSATACAMEÑOS

¿Es la población atacameña campesina una socie­dad, estratificada y en qué grado? La evidencia señaladiferencias claras de ingresos y patrimonio al interior deeste campesinado indígena. Sin embargo, las visiblesdiferencias .existentes no son, en la actualidad, la expre­sión,de un sistema estructuralmente diferenciado, comoen el pasado.

EnSanPedro de Atacama, los grupos que presentan

una mayor proporción de agricultores en situación deinfrasubsistencia sonSolcor (52,9%) YCayo (53,3%); entanto que Solar presentaría la menor proporción (un16,7%). Los grupos con mayor proporción de producto­res pobres son Larache-Solcor (50,0%) YSolar (50,0%);en tanto que los que presentan una menor proporción sonCayo (26,7%), Solcor (29,4%) YQuitar (31,3%). ElayUoque presenta una mayor proporción de productores me­nos pobres es Solar (33,3%); en tanto que el que presentauna menor proporción es Larache-Solcor (12,5%).

Cuadro N° 17Distribución relativa por categoría de productor en San Pedro y Toconao

Localidad Ayllo/Grupo Campesinado Campesinado Campesinado TotalInfrasubsistente Pobre menos pobre

San Pedro 40,2 37,4 22,4 100,0

Quitar 43,8 31,3 25,0 100,0

Condeduque 41,7 33,3 25,0 100,0

Solear 52,9 29,4 17,6 100,0

Larache-Soleor 37,5 50,0 12,5 100,0

Séquitor 38,1 42,9 19,0 100,0

Cayo 53,3 26,7 20,0 100,0

Solar 16,7 50,0 33,3 100,0

Toconao Toconao 80,0 6,7 13,3· 100,0

Socaire Socaire 40,0 50,0 10,0 100,0

Fuente: Diagnósticos Productivos JYrT

En Toconao las explotaciones campesinas conmenos de 1,39 hás corresponderían a las de productoresque seencuentranen estado de extremapobreza, aquellasque fluctúan entre 1,40Y2,81 hás alas de losproductorespobres y aquellas de 2,82 hás Ymás a las de los produc­tores menos pobres. De acuerdo a esos índices, en esta

localidad un 80,0% de los agricultores se encontraría ensituación de infrasubsistencia, un 6,7% pertenecería a lacategoría de pequeños productores pobres y un 13,3%correspondería al estrato de productores menos pobres.Toconao aparece entonces con una situación de pobrezaacentuada11

• Socaire, a su vez, aparece con un porcentaje

11 De todos modos, esta información debe tomarse con ciertas precauciones debido a los sesgos que pueden haberse deslizado producto del pequeñonúmero de casos considerados y que estos no fueron tomados aleatoriamente respecto al universo, sino que corresponden a aquellos productores que seacogieron a determinadas prestaciones estatales, en este caso a través de INDAP.

lOO • El Desierto, el Hombre y el Agua

muy semejante de agricultores en estado de infrasub­sistencia que en San Pedro de Atacama, pero una propor­ción un tanto mayor de pobres, lo que se revierte en lacategoría de menos pobre donde San Pedro manifiesta.porcentajes más altos. Ello habla de una estratificaciónmás acusada en la zona de San Pedro y unadistribuciónmás homogénea en sitios como Toconao y Socaire.

No se cuentaconinformación que permita efectuarla clasificación anterior en el resto de las localidades de

la zona estudiada. De todas maneras, a continuación sepresentan la distribución relativa de los productores deacuerdo alos rangos de tamaño de sus explotaciones. Seha incluido San Pedro, Toconao y Socaire para efectoscomparativos. De este cuadro comparativo resalta elhecho de que en las distintas localidades la mayor partede los productores se ubica en los estratos de tamaño másbajos, lo que, aparte de evidenciar un fenómeno deconcentración de la propiedad, puede estar revelandotambién altos porcentajes de productores muy pobres12

Cuadro N° 18Distribución relativa de las explotaciones campesinas por rango de tamaño, en toda la Micro Región .

"San Pedro Toconao Peine Río Grande TaIabre . Camar Socaire Total

EstratoTamaño Hás N" Hás N° Hás N° Hás N" Hás N" Hás N° Hás N" Hás N"

0,01- 0,5 0,7 6,5 6,6 40,0 43,0 82,1 5,0 29,0 82,4 94,7 64,8 72,8 28,7 71,6 7,2 52,4

0,51- 1,0 2,2 10,3 19,3 33,3 33,0 13,1 10,5 22,6 17,6 5,3 13,4 13,6 27,7 17,4 7,1 14,7

1,01- 3,0 14,2 29,0 16,2 13,3 24,0 4,8 25,0 22,6 - - 21,8 13,6 37,2 10,1 17,6 15,0•

3,01- 5,0 31,8 .30,8 25,7 6,7 - - 47,5 22,6 - - - - 6,4 0,9 28,7 10,9

5,01-10,0 28,2 15,9 32,2 6,7 - " 12,0 3,2 - - - - - - 22,7 4,9

10,01-20,0 22,9 7,5 - - - - - - - - - - - - 16,7 2,1

Totales 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100

Media 4,07 1,23 0,28 1,61 0,17 0,66 0,45 1,53Hás

Fuente: Diagnósticos Productivos PTTCatastro Propiedades TEA

Si se proyectan los porcentajes estimados por cate­goría de productor, en San Pedro de Atacama existirían126farniliasde agricultoresenestadodeinfrasubsistencia,117 de productores ·pobres y 70 de productores menospobres. En Toconao, en tanto, existirían 87 grupos fami­liares de productores muy pobres 7de pequeños produc­tores pobres y 15 de menos pobres. En Socaire, porúltimo, habrían 22 unidades infrasubsistentes, 28 enestado de pobreza y6en una situación relativamente más

acomodada. Proyectando al conjunto de la zona estudia­da, estamos hablando, entonces, de alrededor de un

·49,2% de campesinos en estado de infrasubsistencia, deun 31,8% de campesinos pobres y sólo un 19% deproductores con una situación algo más holgada. Loscampesinos atacameños de la zona estudiada y, en gene­ral, de la zona rural de la provincia de El Loa son,definitivamente, pobladores que se debaten en condicio­nes socio-económicas difíciles.

12 Cabe observar queel resto de las localidades (con excepción de Peine)pertenece al sistema de quebradas intermedias y que en ellas la ganadería tieneuna fuerte incidencia en la composición de los ingresos totales; es probable que el sólo datodel tamaño de la superficie de cultivo no sea del todo concluyente.

El Desiuto, el Hombre y el Agua -101

Cuadro N° 19Distribución de las familias por categorías de productores en San Pedro, Toconao y Socaire

Categoría de Productores

Localidad Infrasubsisten Pobres Menos pobres Total

N° % N° % N° % N° %

San Pedro 126 40,2 117 37,4 70 22,4 313 100,0

Toconao 87 80,0 7 6,7 15 13,3 109 100,0

Socaire 22 40,0 28 50,0 6 10,0 56 100,0

Totales 235 49,2 152 31,8 91 19,0 478 100,0

Fuente: Elaborado en base a encuesta beneficiarios PTT .

7. BALANCE DE LAS ECONOMÍASATACAMEÑAS

Las econonúas campesinas atacameñas tienen unaconfiguracióncompleja Con varios maticesycongradosmayoreso menoresde profundidad seríacomúnenel Loasuperior y en el salar de Atacama la combinación deproducciones agropecuarias con ingresos extrapredialesdedistintotipo,lacomplementariedadentreautoconsumosy realización mercantil de la producción, elautoabastecimiento y la dependencia del mercado y eldinero. Resalta de inmediato la multiplicidad de fuentesde ingresos que ostenta este campesinado: entradas porproducción agrícola autoconsumida o comercializada,producción pecuaria consumida o vendida, consumo y/ocomercialización de productos y subproductos pecua­rios, ingresosPor artesanías oderivados dela explotaciónde frutas y árboles, trabajo asalariado en distintas activi­dades, ingresos por transporte, comercio o prestacionesde servicios a otros campesinos, subsidios del Estado,jubilaciones, rentas diversas, etc. Casi sin excepción setiene tres, cuatro o más fuentes de entrada de bienes ydinero. Algunos llegan aconcentrarunassieteuocho víaspor las cuales componen su sistema económico. En ellassuele estar siempre presente un· componente deautoprodutción para el autoconsumo, una suerte de re­curso final al que acudir cuando los nunca muy segurosrecursos provenientes del mercadoodel Estado escasean.Se trata, según nos parece, de una estrategia elaborada

102 • El Desierto, el Hombre y el Agua

progresivamente durante el siglo pasado y particular­mente en el actual, mediante la cual se logra, dentro de lasituación de precariedad y fragilidad social en que sevive, márgenes núnimos de seguridad de vida.

No podría serde otro modo: se tiene muy poca tierraen general, como se vio en páginas anteriores. ~sta es porlo común poco productiva debido a la pobreza de lossuelos, la contaminación de las aguas de riego o suescasez y el rigor de las condiciones climáticas. En esascondiciones son, por lo común, poSIbles sólo produccio­nes que no se valorizan bien en el mercado por laabundancia de existencias provenientes de otras áreas y/o su baja calidad. La producción agropecuaria mismamuestra grandes variaciones de una temporada a otra osegúnciclosdemáslargo plazo; hay unagraninseguridadpermanente de alcanzar resultados satisfactorios. Por lodemás, dado los elevados porcentajes de productores ensituación de infrasubsistencia y pobreza, al no habercapacidad de ahorro y acumulación, por lo común noexisten excedentes reinvertibles o fondos de seguridadconloscuales paliar avataresdecrisis. En el otro extremo,el recurso a los mercados de fuerza de trabajo, aparte deestar reservado ante todo a personas en edadeslaboralmente más aptas, se encuentra con que hay muypocas oportunidadesde alcanzarempleosbienremunera­dos. No cabe extrañarse, entonces, en la opción por unadiversificación económica yseguridad, radicadaprecisa­mente en un sistema de entradas múltiples..

Podrá decirse que, en términos generales, esto notiene nada de particular ya que en otras partes del paísotros segmentos de campesinado indígena y no indígenaviven procesos socio-económicos similares. Así es, en

.efecto. Sin embargo, la sociedad atacameña viene aban-donando un sistema campesino relativamenteautosuficienteenfavor de unaintegración alos mercadosregionalesdesde, porlo menos, lasegundamitaddel siglo

. pasado, lo viene haciendo preferentemente con un mer­cado laboral minero o en relación con la explotaciónextensiva de materias primas y, dada la profundidadtemporal de estos cambios, el impacto generado ha encierto sentido redefinido estructuralementeesta sociedadindígena. Esto será materia de comentariosen las conclu­siones que siguen.

8. LAS TENDENCIAS DE CAMBIO EN LASOCIEDAD ATACAMEÑA

Las actividades silvoagropecuarias son la base osoporte de la economía, la Sociedad y la cultura de unpueblo como el atacameño. Por miles de años la produc­ción de sus exiguas tierras de labrantío yriego, la crianzade animales en los fondos de quebradas y las altascordilleras, laexplotacióndebosques nativos!3, lesocup6su vida diaria, inspiró las maneras de organizarse ytrabajar oles ayudó a moldear sus convicciones ysueños.La atacameña es una sociedad de la tierra yde la esquivaagua que la fecunda, del desierto y de las dilatadasdistancias que lo albergan. A pesar de lo radical de loscambios que han acaecido o de la brutalidad del impacto,ocasionado por muchos de ellos, persisteun apego deses­perado a la tierra de los origenes. No considerar estoimpide poder aproximarse a entender. la forma como lasociedad atacameña ha reaccionado a los embates delmercado, del Estado y de la modernidad más reciente­mente. En ella encontrará sustento, refugio, identidad; ensuma, sentido~ En las consideraciones que siguen quere­mostocar algunos aspectos del tema, los más atingeritesa las cuestiones que se vienen'analizando.

Una primera cuestión que salta ala vista qespués de

analizar la información respecto a composición de hoga­res, dotaciónde recursos, uso de la tierra, composicióndeingresos y estratificación socio-económica es la relativaheterogeneidad que ostentan las localidades y las econo­mías campesinas atacameñas, dentro de un escenariogeneral relativamente común, por lo menos a partir de loque se desprende de los casos estudiados y de lasextrapolaciones que se han podido realizar a partir deinformación secundaria. Encontramos comunidades yeconomías más amenos especializadas o diversificadas,más o menos integradas a mercados laborales, más omenosestratificadas internamente, con grados mayoresomenores de pobreza. Esta hete~ogeneidad no es solo elproducto de una oferta ambiental diferenciada" sino quetambién la consecuenciade procesos históricos locales yregionales. El examen de los tres casos estudiados ayudaa iluminar las caracteristicas más resaltantes de algunosde estos procesos.

El sistema campesino que habria prevalecido hastala primera mitad del siglo pasado' estaba basado en unfuerte componente de producción parael autoconsumo yel intercambio dentro deespacios ocircuitos ~conómicoscampesinos no mercantiles o poco mercantilizados. Yaseamediante produccióndirectaoa través del trueque lascomunidades atacameñas alcanzaban productos de losoasis, de las quebradas intermedias y de la altiplanicie.Los bienes así obtenidos satisfacían en gran medida elpatrónde necesidades dela población (fondo alimentario,dereposición productivayfondo social). Haceexcepcióna lo anterior la participación de un segmento de lapoblación campesina en el arrieraje zonal y allende losAndes que hacía posible la mantención de ciertos circui­tos mercantiles, pero que no habría constituido unaespecialización de las comunidades, sino una actividadcomplementaria auna base económica campesina. Todoesto significaba un grado de autonomía importante res­pecto de fuentes no campesinas de subsistencia.

La progresivamente mayor mercantilización que,aproximadamente desde la mitad del siglo pasado, seproduce en la zona y particularmente en lugares comoSan Pedro y Toconao, se relaciona con un prolongado

13 Sin contarla pesca, caza yrecolección en bordes de mar, salares o altiplanicies andinas o la explotación de ciertos minerales que sefueron abandonandode manera más o menÓs brusca o paulatina desde tiempos coloniales hasta apenas unas décadas atrás.

El Desierto, el Hombre y el Agua • 103

período de actividad minera en el desierto (salitre, platay más tarde cobre con Chuquicamata) y la cordilleraandina (bórax, cobre y azufre). Ello atrajo importantescontingentes de población y favoreció la formación oexpansión de pueblos y ciudades del desierto y la costaDemandó, asimismo, ingentes cantidades de bienes yproductos desde la inisma u otras zonas.

En respuesta a esta demanda, la agricultura de SanPedro ylade Toconao vivieron una situación de bonanzay esplendor por poco menos de un siglo, lo que lastransformó en las comunidades más prósperas, activas ypoderosasdelazona.SanPedro, consusextensosalfalfaresservía al arrierraje de animales mayores y menores entránsito, tanto hacia las ciudades del desierto y la costacomo hacia las faenas mineras yfactorías salitreras de lacordillera yde la depresión intermedia. Toconao, favore­cida por la excepcional calidad de sus aguas y porcondiciones microclimáticas era el huerto desde el que lazona se proveía de frutas yderivados, cuando todavía noera posible su abastecimiento desde otras zonas del país.Localidades de las quebradas intermedias como Socairetampoco estuvieron al margen. Por las inmediaciones desus tierras corrían las rutas hacia la pampa y los pueblosde la costa ymuchas veces su pobladores sirvieron comoarrieros, peones yguías por tales derroteros; esas mismascomunidades producían ganado menor que también eraapetecido por los comerciantes deganado instalados enlazona.

En relación a la tierra yel agua estas comunidadesvivieron circunstancias distintas. En Socaire se amplióconsiderablemente la superficie agrícola, destinándolapreferentemente a los alfalfares (sistema de "campos").Esto fue posible porque existían amplias disponibilida­desdeaguas ytierras. Se trató de una respuestacampesinasin resultados diferenciadores o estratificadores. Por elcontrario, parece más bien haber ayudado a mantenerdentro de ciertos límites la homogeneidad social yeconó­mica local. En San Pedro yToconao, por el contrario, elagua, como factor crítico que determina bajo las condi­ciones técnicas imperantes la superficie agrícola, seencontraba distribuida en su totalidad en un conjunto detierras también delimitado y asignado. Esta tierra, sinembargo, sujeta a un régimen parcelario de propiedad,era traspasable. Especialmente en San Pedro, la compra­ventade tierras ylapérdida de terrenos porendeudamien-

104 • El Desierto, el Hombre y el Agua

to en favor de comerciantes yagentes ligados al tráfico deganado yal abastecimiento delos establecimientos mine­ros yciudades estuvieron en labase de laformación de unestrato de individuos queconcentraron comercio, tierras,aguas, poder y que supieron poner a su servicio lasinstituciones comunitarias. EllO es muy claro a partir dela situación de asignaciones diferenciadas por ayllos yelcontrol del sistema de repartos de aguas imperanteen SanPedro antes de la década de los años 60, tal como ha sidodescrito por Rivera (1994).

Aguas y tierras destinadas a la producción agrícolaque no eran posibles de ampliar, concentración ypérdidade tierras, estratificaCión con resultados de diferencia­ción social y, paralelamente, aumento de la población,definieron unatensión estructural entre tierra ypoblaciónque se fue resolviendo a través de procesos de expulsióny desarraigo de la tierra. Este fue el requisito para que latransición que se venía viviendo desde un sistema emi­nentemente campesino en que prevalecía laautosustentación a uno muy ligado a los mercados deconsumo humano yde trabajo, implicando fuertes depen­dencias de sistemas económicos no agropecuarios y noatacarneños, sedesarrollaraenel sentido que actualmentetiene: una sociedad de origen campesino fuertementeintegrada regionalmente.

Los últimos cambios para San Pedro se inician conla depresión de los años 30, la clausura paulatina de laindustria salitrera y la consecuente disminución delarrieraje, hasta su casi completa desaparición. El ferro­carril de Antofagasta aSalta por Socompase añadirá mástarde. En el caso de Toconao el tiro de gracia provino dela creación de la carretera panamericana que permitió laafluencia de fruta barata y de mayor calidad desde elcentro del país.

El telón de fondo deellos sería, entonces, la pérdidade funcionalidad del agro local a nivel regional. Setrataría del término de un prolongado ciclo en el cual laagricultura local se veía incentivada por una fuerte ysostenida demanda para su productos. ¿Qué respuestasconstatamos en estas comunidades frente a la crisis quese les abrió? En vez de buscar otras alternativas deespecialización, como lo hicieron en el pasado paraorientar producciones de pallllevar hacia frutas, de unaparte, y alfalfa, de otra, la agricultura se deprime, no

cambia, pierde dinamismo y hasta cierto punto. seanquilosa. No se trató entonces de una respuesta a estascircunstancias de crisis por el lado del cambioagócola~La opción parece haberse dado en la dirección de unainserciónenlos mercadosdefuerzadetrabajo regionales,eSPecialmente mineros, después que los mercados loca­les yregionales para sus productos campesinosentran encrisis ydesaparecen. Larespuestaenel caso de SanPedroy Toconao habría sido, entonces, la de reforzar lasmigraciones, al poder encontrar o no convenir en térmi­nos relativos una respuesta campesina a la crisis (unretorno asistemas campesinos menos mercantiles obienreconversión productiva para el mercado). Pero, en unacomunidad como Socaire ¿qué ¡:espuesta se dio a loscambios que vivió la mineóa y el abastecimiento deproductos campesinos en la región?

En el caso de Socaire, a diferencia de S~ Pedro yToconao, al verse deprimido el arrieraje con fines mer­cantiles y la producción de ganado menor, la respuestaparece haber sido la de retraerse a un sistema campesinocon fuertes componentes de producción para elautoconsumo; cuestión que por 10 demás es todavíavisible en laorientaciónde muchos delos hogares de estalocalidad. Pero también en las migraciones, especial­mente a la ciudad de Calama, ya que la relación entretierra, agua y población parece haber llegado ya hacealgún tiempo también aun punto cótico. Además, con laapertura de faenas mineras en la alta cordillera y en elsalar de Atacama, se ha producido durante los últimosaños una notoria inserción de fuerza de trabajo localmasculina en estos mercados.

Un elemento omnipresente en los cambios que sevienen dando en la agricultura ylas econoIIÚas campesi­nas atacameñas son las migraciones. El alejamiento porlo menos temporal de la tierra es una suerte de válvula depresión a la tensión entre tierra-agua y población y a losefectos desequilibrantes de los cambios enlas estructuraseconómicas regionales a los que han estado insertos encuanto campesinos. Estas migraciones tanto temporalescomo definitivas repercuten fuertemente en las estructu­ras demográficas campesinas atacameñas. Es lasituaciónde una sociedad rural de pequeños propietarios con unaagricultura anacrónica que necesita expulsar parte signi­ficativa de sus mejores miembros para re-encontrar unequilibrio siquiera precario en la relación población -

tierra. Sin cambios tecnológicos y productivos de algunaimportancia gran parte de los individuos deberán encon­trar fuera· de los espacios locales mejores fuentes desubsistencia Aun los que permanecen necesitan contarcon "fuentes económicas complementarias ya que, demanera general, los recursos productivos yel valor de susproducciones no permitiría una subsistencia digna.

En relación a esta crisis y las formas de respuestáque la sociedad local dio aella es que pueden entendersediversos atributos deestos sistemascampesinos anotadosmás arriba: el tipo y características de los hogares, sudotación de fuerza de trabajo, los sistemas de tenenciadela tierra, laorientaciónenel uso del sudo, lacomposiciónde los ingresos, etc. No podríacomprendersela situaciónactual de estas localidades sin apelar a esta compleja'historia Ella marca y sella la suerte'actual de la agri-·cultura de los oasis de la antigua Atacama la AIta.

.Sin embargo, se tiene algo así Como 50añ~s desdequé se expresanlos elementos decrisis ysurgela dudadesi se trata de un proceso estable, similardesde sus inicios,o bien se ha moclificado en el tiempo. La informacióndisponible apunta en este último sentido. Ala migracióndefinitiva hacia centros mineros yurbanos se han agrega­do fenómenos de retorno. Tal parece que se estaóandando las siguientes tendencias: por unlado, lapoblaciónde los oasis y de Socaire, en particular aquella en edadeslaboralmente más activas, sigue siendo, como 10 ha sidopor más de un siglo, fuente o reserva de fuerza de trabajodisponible si el mercado10 requiere. Sinembargo, éstaesuna función declinante por las transformaciones demo­gráficas que vive el campesinado local. En la poblaciónoriginaria, especialmente en San Pedro y Toconao, laslocalidades más importantes de la zona, habóa cadavezmenos capacidad de reposición de fuerza de trabajo(relativamente pocas familias en edad reproductiva, po­cos niños y adolescentes). Parte importante de la actual­mente disponible suele provenir de las localidadesprecordilleranasysehaasentadoenSanPedrooToconao.Enellas, incluido Socaire, que por contar conprocesos demigración y asalariamiento relativamente más recientesno perfila con igual nitidez los fenómenos que se comen­tan, se estarían dando en etapas todavía primarias losprocesos de desplazamianto y alienación de la tierra,mucho más avanzados en los oasis.

El Desierto, el Hombre y el Agua • 105

Pero, también se han estado dando, más reciente­mente, fenómenos que son consecuenciade las migracio­nes e inserción en mercados laborales regionales. Elcampo parece, en ciertos casos, funcionar como base dereplieguefrente acrisis ocoyunturas desfavorables en losmercados de fuerza de trabajo regionales. La mayoríapasaría al sector terciario en las ciudades, pero los quemantienen relaciones, experiencia y medios productivosen las zonas agrícolas pueden ysuelen volver para paliaren la agricultura las circunstancias de desempleo y apre­tura económica por las que transitan.

.El canlpo atacameño parece estarse transformando,asimismo, en los espacios de retiro de fuerza de trabajogastada que vuelve al campo para terminar sus días, vivirrelaciones sociales en torno a vínculos locales y resolversituaciones económicas por menor costo en el contextode la vida rural.

Todo esto redefine complejizando los roles que pormás largo tiempo ha venido cumpliendo el campoatacameño en relación al resto de la región. En efecto,después de cumplir un rol en los circuitos mercantiles deganado y de proveer ella misma cantidades importantesde alimentos a la región, de haber entregado quizá lomejor de su población a la minería y a las ciudades deldesierto y la costa, además de sus aguas, la sociedad

. atacameña expulsada y rechazada de estos nuevos sitiostodavía encuentra en el terruño originario anlparo ymedios de vida que a muchos llegan a series esquivos enlos sitios de destino donde han llegado buscando mejoreshorizontes.

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106 • El Desierto, el Hombre y el Agua

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EL AGRO Y LA IDENTIDAD·ATACAMEÑA:ENTRE LA CRISIS Y LA ESPERANZA

Pierre POURRUT y Lautaro NÚÑEZ

Cuando se inició el programa de estudios DURR, todala atención estaba puesta en el rol decisivo del aguapara asegurar la pervivencia de la etnia atacameña dehoy, toda vez que el marco ambiental hiperdesértico,las presiones del uso minero y la pauperización campe­sina, entre otros factores, hacían evidentela vigenciade una crisis agropecuaria de carácter irreversible.

Esta situación, arrastrada a lo largo de los últimosquinientos años post conquista, tiene en realidad comorasgo común permanente la descolocación gradual delos Atacameños de su rol de conductores genuinos paraconvivir con el medio ambiente y sus recursos. En estecontexto, las evaluaciones sobre el potencial y la utili­zación del agua, realizadas por el programa, ya no ..podían entonces tener un valor en si mismas sino enrelación a las postergadas necesidades de una etniarelegada a una periferia, con escasa capacidad paraevaluar el destino de sus propios recursos.

Aunque esta premisa sigue siendo válida, el mar­co multi-disciplinario de los estudios emprendidos enEl Desierto, el Hombre y el Agua permitió gradual­mente acceder a un grado de comprensión suficientecomo para esclarecer cual ha sido el verdadero rol ycuales fueron los componentes dinámicos de las acti­vidades agrarias y pecuarias sustentadas en el agua delárea atacameña. Algunas reflexiones al respecto seránpresentadas a continuación.

1. En primer lugar, las investigaciones arqueológi­cas han probado que la silvicultura (uso de los bosqueslocales de prosopis), la explotación pecuaria (crianzasde llamas) y las actividades agrícolas (regadío deandel/erías y melgas) alcanzaron en el pasado un altohectareaje 1, algo similar al actual. Esta base económi­ca sustentó un intenso desarrollo aldeano con suficien-

te sedentarismo e incremento demográfico. Sin em­bargo, en este genuino estilo pre-europeo de vida, elregadío con fines agrarios no fue el único factorgatillante parael incremento sostenido de productos deconsumo. Tanto los subproductos de caza y crianza,además de la recolecta de frutos de arboledas y consu­mo de vegetales no cultivados, fueron prevHigiadosencantidad y calidad por las comunidades cosechadorasatacameñas.

Ya desde estos tiempos pre-europeos se advirtióque, además, otras actividades no agropecuarias alcan­zaron indudablemente un rol relevante en la economíapropiamente indígena. Se trata de la enorme capacidadde los antiguos Atacameños para articular diversasoperaciones de complementariedad tras el tráfico eintercambio de recursos desde y hacia otras comarcas(instalaciones coloniales, ferias, etc.), dinamizandosus economías a través de mecanismos de integraciónmacroregional. Entre ellos, el tráfico de recursos mari­nos, además de la producción de bienes de status yritualísticos como manufacturas y piezas fundidas,derivados de complejos procesos artesanales y minero­metalúrgicos, ayudan a comprender el alto grado dedesarrollo de las comunidades, sin que exista unadependencia tan estricta a las labores exclusivamenteagrícolas; Es decir, ya desde este tiempo se adviertenlas raíces de una estrategia siempre oportuna de desa­rrollo, basada en el tráfico de recursos a través deoperaciones de intercambio no siempre dependientesde la relación riego-tierra.

2. Los estudios histórico-coloniales han, por otroladá, dado cuenta de la enajenación de las tierras yaguas indias más jerarquizadas, de parte de los invaso­res, y de la consecuente implantación de nuevos mode­los económicos mercantilistas. Estos dieron lugar a

1 Estudios realizados en el marco del programa (Lucía Fredes. tesis de grado) muestran que el abandono de extensos sectores antiguamente cultivados.nose debe a una deficiencia en la fertilidad o empobrecimienlode las tierras: suelos abandonados y suelos en cultivo no presentan variaciones significativas ..en el contenido de macronutrientes analizados. .

El Desierto, el Hombre y el Agua • 107

nuevos patrones laborales ajenos a la productividad dela tierra, tales como arriería, minería, comercio, arte­sanía, peonaje agrario, servidumbre doméstica, labo-·res de servicios, etc.. Estos nuevos oficios y su accesoal sistema económico colonial fueron totalmente asi­milados por los Atacameños, haciéndolos suyos, de­jando de depender directamente de la explotaciónagraria.

Esta situación culminará con el acceso voluntarioa las labores mineras modernas de los siglos pasado ypresente, pero sin perder su identidad, mediante elregreso intermitente y/o definitivo a sus respectivascabeceras étnicas, retornando con sus rentas de jubila­dos o con ahorros suficientes para invertirlos en pro-

.piedades agrícolas.

Es pues una constante histórica el hecho que, apartir de una economía agropecuaria básica, losAtacameños hayan explorado y evaluado el potencialde las ofertas económicas externas a su medio. Haciaallí han logrado infiltrarse de manera oportuna en lasociedad urbano-industrial para lograr mejores expec­tativas de ingreso. Eneste sentido, su adaptación socialal medio no siempre ha pasado exclusivamente por laproductividad de la tierra, sino también a través deldescubrimiento de enclaves con más opciones socio­económicos de carácter no agrario, sin desperfilar suidentidad y vínculos aldeanos originarios.

3. En la actualidad, la cuestión social no es tandiferente en términos de un incremento deindependen­cia en relación a la sustentación agraria (véase el

artículo de H. Gunderman y H. González, en estapublicación). Pero sin duda alguna, cuando se toma encuenta el conjunto de los factores socio-culturales quecondicionan la situación actual del agro atacameño ysu relación con el agua, se comprende porque la prin­cipal respuesta a la estrechez de las estructuras agrariasha sido la migración hacia los centros mineros yurbanos regionales. Se puede considerar que el proce­so analizado se ha hecho más visible en los últimosdecenios, en cuanto los medios necesarios para lagestión de economías campesinas autosuficientes yano son posibles al interior de estos reducidos espaciosagrícolas con escasa competencia en las actuales ope­raciones de mercado.

Sin embargo, la no dependencia agraria, la degra­dación en cierto modo de la cultura campesina y elincremento de labores de servicios y otras tareas com­plementarias, no han sido factores suficientes paraexplicar lasituación de hoy; crisis más amplificada aúndesde la visión de los afuerinos al medio atacameño.Al respecto, entre los distintos logros obtenidos delprograma DURR, es interesante recalcar algunos as­pectos muy positivos que vienen a enriquecer el debatesobre la realidad actual y el futuro de la comunidadatacameña:

a) El análisis objetivo de los resultados del binomio"oferta de agua - verdadero consumo agrícola" haevidenciado que el argumento que más frecuentementese presenta para explicar el abandono progresivo delsector rural, es decir la escasez del agua de riego 2, apesar de existir localmente no constituye a nivel gene-

2 De los estudios sobre la demanda de agua efectuados en el marco del programa (Juan Sepúlveda. Julio Pizarro, Osear Loyola, tesis de grado), se ha~xtraído la tabla sintética siguiente:

EL AGUA DE RIEGO EN EL ÁREA ATACAMEÑA, en lIs

Localización Disponibilidades actuales Demanda óptima

Cupo 15 18Paniri 5 5

Toconce 15 20Caspana 50 71

TurilAyquina 119 80otras zonas agrio norte ? 50

San Pedro Río San Pedro 900de Atacama Río Vilama 230 1322 (conjunto SI'A)

108· El Desierto, el Hombre y el Agua

ral un factor verdaderamente decisivo o crítico.

b) Es alentador el hecho de haber identificado lacontinuación del proceso evolutivo que conduce a losmodelos identificados (véase el artículo de H.Gundermann y H. González, ya citado) entre poblacio­nes rurales o comunidades agrícolas sensu stricto, envías de articular otras fuentes de ingreso no tradiciona­les. Al respecto, se puede notar que algunas comuni­dades como Socaire, Talabre o Camar, que hasta unaépoca reciente habían mantenido relaciones muy espo­rádica.s con el mercado de productos agrarios y conaquel de las fuerzas de trabajo no agrícolas, ahora seencuentran motivadas por el acceso a ventajas econó­micas y sociales extra-locales y están en plena evolu-·ción hacia la conexión con centros exteriores.

CONCLUSIONES

De acuerdo a una percepción basadaen conceptosoccidentales, las impactantes visiones cotidianas delmaltratado agro atacameño, con suelos abandonados,regadíos improductivos, entre ancianos jubilados yniños poco involucrados con los valores de la tierra,además de las ventas de propiedades agrícolas a losafuerinos, son casi unánimamente interpretadas comoseñales de un colapso evidente.

Más al1á de esta aseveración comunmente com­partida, la aproximación multi-disciplinaria del pro­grama El Desierto, el Hombre y el Agua ha permitidotomar la altura suficiente como para extraer elementosde reflexión que trascienden este punto de vista. Eneste sentido, basta referirse a dos aspectos esenciales yaparentemente antinómicos cuya originalidad consti­tuye1a clave para otorgar al grupo étnico atacameño supropia identidad multifacética.

1. Cuando se analiza la tormentosa crónica de loseventos históricos de la región, se debe considerarcomo altamentedestacable el hecho que las tradicionesmás esenciales de la comunidad se hayan mantenidocasi intactas, pese a las impactantes influencias exter­nas de toda índole. Es el caso de los conceptos en tomoa la organización socio-económica, cuyas bases estánfundamentadas en un sistema de intercambio que im­plica la redistribución y la reciprocidad. Es así comoel sistema de cargos dentro de la vida social siguesiendo un elemento que tiene la función de canalizar laenergía del grupo en beneficio del conjunto social y, ala vez, de impedir la acumulación de riquezas de unapersona o familia 3. Es de subrayar el carácter verdade­ramente excepcional de esta constancia en la conserva­ción de los valores étnicos, a través de toda la historia.

2. En aparente contradicción con 10 anterior, buenaparte de la población atacameña mantiene hoy en díasus tierras como en estado de "hibernación", es decir,disponible para responder a estímulos gatillantes ex~

ternos y lograr así el máximo de ventajas de acuerdo aun eventual cambio de escenario, tal como ocurriócuando se impuso el cultivo alfalfero a raíz del tráficode ganado argentino. En este sentido, las expectativasdel "tuiismo cultural", la construcción de la nuevacarretera trasandina y la experimentación de nuevoscultivos son, a modo de ejemplos, razones suficientespara aguardar nuevas· respuestas aún másesperanzadoras.

A MANERA DE EPÍLOGO

Bajo estas circunstancias locales, el problemahídrico no es indicador de una crisis desestabilizadorade los asentamientos atacameños y su efecto producti­vo no puede medirse bajo los conceptos de eficiencia,

3 A través del desempeño de estos cargos y de los gastos que implican, se distribuye la riqueza y se impide la proDÚnencia econóDÚca de un DÚembroo faDÚlia (Julio Pizarra, tesis de grado en curso, inédito). La actual Junfa de Vecinos, presidida por un principal que ejerce el cargo por uIi sólo períodoen su vida, constituye un ejemplo de aplicación de estos principios de justicia. Es una entidad consultora y ejecutora de la opinión de los comuneros cuyasdecisiones no pueden tomarse sino por consenso absoluto. Tiene a su cargo la organización de las actividades públicas o ceremoniales y vela por elcumpliDÚento de la cuota de trabajos asignados a cada uno de los comuneros, que tiene la obligación de realizarlos en beneficio de todo el pueblo; en el

. caso de que no resida o esté ausente, encarga a un pariente o aDÚgo para que lo haga a nombre del grupo faDÚliar, mediante una retribución en dinero,productos agrícolas o derecho a usar sus tierras.

El Desierto, el Hombre y el Agua • 109

rentabilidad, valor agregado, etc. Su significado eco­nómico guarda relación con la estratégia étnica desupervivencia como resultado de un balance entre elacceso a la tierra y las conexiones externas cuando esoportuno.

En suma, si debemos imaginar el futuro agrícolade las comunidades de la cuenca de Atacama, modela­ríamos la hipótesis que hoy estamos en presencia de loque ha sido una constante histórica, una especie dereacción que, a nivel de la comunidad atacameña en suglobalidad, se traduce en lo que podría llamarse uninstinto de conservación étnica 4. Aún cuando pareceacentuarse la· tendencia que ubica a la sociedadatacameña bajo la dependencia de sistemas económi­cos de amplitud regional, nuestra opinión es que existe,desde hace algunos decenios, una voluntad deliberadade no someterse pasivamente a la influenciaacrtlturadora de la sociedadmodema. Por el contrario,más bien se observa que está sacando provecho de loqueella puede ofrecer, tal como los bienes de consumo,nuevas fuentes de ingreso o la misma educación for­mal. Por otra parte, en los ayllos y asentamientosrurales se está conservando un nivel de tradición, quizámínimo, pero suficiente para salvaguardar el patrimo­nio cultural étnico. Por lo anterior, no sepuede analizar

el sistema de producción agropecuario de losAtacameños según criterios estándares, al margen desus atributos socio-culturales y de sus propias estrate­gias de pervivencia, sobre lo cual ellos nos podríanenseñar muchísimo en relación a sus particularesidearios y reivindicaciones.

En realidad, lo que se ha expuesto hasta aquí es elejemplar proceso evolutivo-adaptativo de una socie­dad humana confrontada a un entorno ambiental ehistórico-social sumamente complejo. Esta hábil com­binación de actividades agrarias y no agrarias, deextraordinario valor en términos de respuestas origina­les y flexibles frente a los estímulos externos, reflejamás suspicacia, sabiduría y dinamismo de lo que sereconoce a través de los análisis superficiales de natu­raleza más bien burocrática. Por el contrario, todoparece señalar que las comunidades campesinas, aun­que pudieran incrementar el valor de la productividadde la tierra con mejor regadío y nuevos cultivos máscompetitivos, inhibiendo de esta manera el aumentomigracional de sus cuadros jóvenes, siempre estaránatentas a asimilar eventos socio-económicos externos,con el fin de reinterpretarlos internamente a través depautas propias que influirán favorablemente en laconservación del ethos atacameño.

4 Pierre Pourrut, en "Uso agrícola del agua en el área atacameña" - Jornadas del Programa Hidrológico Internacional, agosto de 1995

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ÍNDICE

Editorial:Una nueva relación entre las sociedades y el medio ambiente

Pierre POUlTUt:El desierto, el hombre y el agua ~ Problemática regional en torno al agua

Lautaro Núñez:Evolución de la ocupación y organización del espacio atacameño

Francisco Rivera:El contexto histórico y social delmanejo de los recursos agropecuariosen los oasis de San Pedro de Atacama

Hans Gundelmann, Héctor González:TielTa, agua y sociedad atacameña, un escenario cambiante

Pierre POUlTUt, LaiItaro Núñez:El agro y la identidad atacameña: entre la crisis y la esperanza

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