Elementos de defensa personal policial

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1 Elementos de defensa personal policial 1 Dr. Eloy Izquierdo Rodríguez. 5º dan de karate estilo Shotokai. Entrenador Nacional de Karate por la F.E.K. Acreditado por la Dirección General de la Policía como Instructor de Defensa Personal para centros de Seguridad Privada. Introducción Bajo la denominación “Defensa personal” se engloba todo un conjunto de técnicas de las diferentes artes de lucha destinadas a neutralizar una agresión o amenaza en una distancia en que es posible el contacto físico entre el agresor y el agredido. Generalmente, en los métodos revisados el agresor puede realizar su ataque o amenaza sin armas o con armas de diversos tipos. Además se plantean situaciones de dos o más agresores armados o no, contra una sola persona, a las que se intenta dar una solución desde el método. No puede hablarse de la existencia de una única técnica o forma de “defensa personal”, existen muchas “defensas personales” y casi podría decirse que una por instructor o poco menos. La razón fundamental de esta variedad es que cada forma de lucha, cada deporte de combate o si se quiere cada arte marcial, ha desarrollado un sistema basado en su táctica y técnica e incorporando un cierto número de otras formas de lucha para resolver las mismas situaciones. Aunque el interés por el conocimiento de técnicas que permitiesen defenderse de posibles agresiones no es nuevo, sí es cierto que en las últimas décadas se ha desarrollado una creciente preocupación entre el gran público por su propia seguridad que ha llevado al florecimiento de gimnasios y centros especializados, coincidiendo también con la popularidad de las formas de combate orientales (judo, karatedo, jujitsu, aikido, taekwondo, etc.) a través de sus variantes deportivas. No es difícil para un pequeño empresario del sector orientar su oferta hacia la vertiente educativa para los niños, hacia la faceta deportiva para los jóvenes con espíritu competitivo, hacia la actividad física saludable para personas sedentarias necesitadas de ejercicio y hacia la defensa personal para personas con inquietud por su seguridad personal. La orientación del deporte de combate hacia la defensa personal se traduce en la aplicación a diversas situaciones supuestamente reales (que en la mayoría de los casos no lo son) de las técnicas propias del sistema de lucha y su ensayo en unas condiciones que hagan posible la práctica continuada sin ningún tipo de riesgo, transmitiendo al cliente el convencimiento de su capacidad para resolver casi cualquier situación. Afortunadamente resulta difícil para el ciudadano medio verse en situaciones 1 Módulo del curso “Diploma especialización profesional universitario en ciencias policiales” Universitat de València. ADEIT. Título propio.

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Fundamentos tácticos y técnicos basados en distintas artes marciales sobre los que construir un sistema de defensa personal adaptado a las circunstancias y medios del grupo.

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Elementos de defensa personal policial1

Dr. Eloy Izquierdo Rodríguez. 5º dan de karate estilo Shotokai. Entrenador Nacional de Karate por la F.E.K. Acreditado por la Dirección General de la Policía como Instructor de Defensa Personal para centros de Seguridad Privada. Introducción Bajo la denominación “Defensa personal” se engloba todo un conjunto de técnicas de las diferentes artes de lucha destinadas a neutralizar una agresión o amenaza en una distancia en que es posible el contacto físico entre el agresor y el agredido. Generalmente, en los métodos revisados el agresor puede realizar su ataque o amenaza sin armas o con armas de diversos tipos. Además se plantean situaciones de dos o más agresores armados o no, contra una sola persona, a las que se intenta dar una solución desde el método.

No puede hablarse de la existencia de una única técnica o forma de “defensa personal”, existen muchas “defensas personales” y casi podría decirse que una por instructor o poco menos. La razón fundamental de esta variedad es que cada forma de lucha, cada deporte de combate o si se quiere cada arte marcial, ha desarrollado un sistema basado en su táctica y técnica e incorporando un cierto número de otras formas de lucha para resolver las mismas situaciones. Aunque el interés por el conocimiento de técnicas que permitiesen defenderse de posibles agresiones no es

nuevo, sí es cierto que en las últimas décadas se ha desarrollado una creciente preocupación entre el gran público por su propia seguridad que ha llevado al florecimiento de gimnasios y centros especializados, coincidiendo también con la popularidad de las formas de combate orientales (judo, karatedo, jujitsu, aikido, taekwondo, etc.) a través de sus variantes deportivas. No es difícil para un pequeño empresario del sector orientar su oferta hacia la vertiente educativa para los niños, hacia la faceta deportiva para los jóvenes con espíritu competitivo, hacia la actividad física saludable para personas sedentarias necesitadas de ejercicio y hacia la defensa personal para personas con inquietud por su seguridad personal.

La orientación del deporte de combate hacia la defensa personal se traduce en la aplicación a diversas situaciones supuestamente reales (que en la mayoría de los casos no lo son) de las técnicas propias del sistema de lucha y su ensayo en unas condiciones que hagan posible la práctica continuada sin ningún tipo de riesgo, transmitiendo al cliente el convencimiento de su capacidad para resolver casi cualquier situación. Afortunadamente resulta difícil para el ciudadano medio verse en situaciones

1 Módulo del curso “Diploma especialización profesional universitario en ciencias policiales” Universitat de València. ADEIT. Título propio.

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comprometidas y si éstas se presentan, la prudencia y el instinto de conservación invitan a evitarlas incluso con una discreta retirada en el último momento, ya que la “defensa personal” de poco les va a servir si no tienen una profunda experiencia en la lucha cuerpo a cuerpo, adquirida aunque sea a través de la práctica de un deporte de combate. Estamos convencidos de que la utilidad práctica de cualquier sistema de defensa personal requiere un adiestramiento profundo y una condición física adecuada, además de una práctica habitual que mantenga las capacidades adquiridas, tanto técnicas como físicas. Cualquier persona que por razones profesionales esté expuesta a situaciones de riesgo debe ser plenamente consciente de sus propias posibilidades y valorar en un instante esas posibilidades frente a la situación que se presente, sin olvidar que es tan grande el número de imprevistos que puede presentarse en una situación aparentemente controlada, que cualquier precaución puede quedar rápidamente desbordada sin posibilidad de reacción. 1. Bases de un programa de defensa personal para profesionales

El gran número de situaciones diferentes que puede darse y la variedad de las posibles respuestas hace que resulte prácticamente imposible un adiestramiento basado en la práctica exhaustiva de todas las situaciones hasta adquirir el nivel de maestría suficiente en cada una de ellas que permitiese resolver con suficientes garantías de éxito cualquier situación de peligro. Por esta razón evitaremos este planteamiento y no se darán aquí soluciones a situaciones concretas de una forma analítica, es decir, estudiando situación por situación. En primer lugar porque por mucho que nos extendiésemos siempre podría pedirnos explicaciones un lector que tras haber estudiado concienzudamente nuestro temario se había tenido que enfrentar a una situación que no le había sido mostrada. Y en segundo lugar porque, partiendo de la base de que el potencial agresor siempre actuará en la forma que mejor domine (y existen verdaderos especialistas en las técnicas más sorprendentes), resulta más que probable que en esa situación nos pueda sorprender y superar.

Además, en el caso de un enfoque hacia profesionales que por razones de su trabajo puedan verse implicados en situaciones comprometidas, habría que tener en cuenta una serie de posibilidades en cuanto a los propios medios de defensa (tonfa, defensa, etc.) con lo que, unido a los posibles elementos de que dispondría el potencial agresor multiplicaría las distintas situaciones que podrían darse, con lo que su estudio es a todas luces inviable, al menos para el profesional medio. Ello sin tener en cuenta los múltiples planteamientos tácticos que suponen las variaciones en el número de agresores o de compañeros que apoyen en una determinada situación.

En cualquier caso, existe gran número de manuales, vídeos y métodos publicados en los que están recogidas muchas técnicas y respuestas y aunque muchos de ellos son de una calidad dudosa, otros pueden resultar de gran utilidad para el estudioso.

No es actual el interés por la defensa personal en nuestro país, tanto en el ámbito particular como en el profesional. Sin haber realizado una búsqueda exhaustiva, encontramos ya a principios del siglo pasado manuales referentes a formas de defensa personal basados en

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el boxeo o la esgrima de bastón2 (adminículo éste de uso habitual en la época), y en el ámbito militar unos textos de 1934, de la Escuela Central de Gimnasia de Toledo perteneciente al Ejército de Tierra3 y que recopila con seriedad y desde luego con un enfoque claramente dirigido al adiestramiento del personal militar y de Cuerpos de Seguridad los fundamentos y técnicas de entrenamiento de diferentes formas de combate cuerpo a cuerpo tales como el boxeo inglés, el boxeo francés (savate), el jiu-jitsu y las luchas grecorromana y libre, dedicando también un capítulo a la esgrima de palo y bastón y su utilidad para el militar y especial atención a luchas poco conocidas como la que denomina “lucha parisina” propia de los bajos fondos de París, advirtiendo de su peligro y formas de actuación de sus practicantes.

De este último texto recogemos, a título de curiosidad, la cita siguiente sobre la

conveniencia de la práctica de combate sin armas para el soldado

“Huelga el indicar, que pese a todos los adelantos modernos, las batallas de verdad, siempre terminan con el cuerpo a cuerpo, es decir, la lucha entre los hombres a cuchillo o como se pueda, por lo que una de las partes de la educación del soldado debe ser el fomento del espíritu de acometividad, dándole confianza en sus propias fuerzas, y la seguridad de vencer aún sin armas, por los conocimientos adquiridos durante su permanencia en filas.”

y también esta otra que destaca su interés para los oficiales,

“El deporte de combate debe, pues, ocupar un lugar preferente en las unidades armadas, no sólo como deporte en sí, sino por la gran utilidad que puede prestarnos en caso de guerra o agresión particular, y si bien es útil para las jerarquías inferiores de la milicia, que son las que han de soportar el peso de la acción, no lo es menos para los superiores, para los oficiales, pues a mi entender, el practicar estos deportes científicamente, da un gran prestigio guerrero, y los coloca en condiciones de poder fácilmente castigar una insolencia, forzar a la obediencia al rebelde y aun contener una sublevación o indisciplina.”

También, por su curiosidad, recogemos algunas de las ilustraciones de ambos libros.

2 Barba, A. El boxeo y la esgrima de bastón. Col. “Manuales Soler”.Ed. Hispano-Argentina. Barcelona. (publicado entre 1900 y 1908). 3 Capitán Badenas. Deportes de Combate. Tomo I. Escuela Central de Gimnasia de Toledo. 1934.

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Esgrima de palo

Boxeo

Savate (boxeo francés)

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Otro aspecto que hay que tener en cuenta en cuanto a la aplicación de una técnica de defensa personal es la implicación legal de las acciones y la proporcionalidad de la respuesta frente a la agresión. En las técnicas que se utilizan como ejemplo se parte de un principio de garantizar la eficacia de la acción de defensa causando el mínimo daño al agresor y en cualquier caso manteniendo una proporción adecuada de la respuesta frente al ataque. No obstante, en el caso de profesionales, es el propio profesional el que debe valorar y controlar, de acuerdo con las limitaciones de su situación y posición, la contundencia de la respuesta, de acuerdo con el marco legal en que se desenvuelva y cada situación en particular. Dado que las implicaciones pueden ser muy distintas, estimamos que la consideración de estos aspectos no es objeto de este trabajo.

También debería considerarse que al hablar de “defensa personal” no debe pensarse únicamente en la respuesta a una acción, a un movimiento previo del atacante que es el que condiciona nuestra “defensa”, aspecto este que consideran la mayoría de manuales. En muchas situaciones puede ser más adecuado el tomar la iniciativa, sobre todo en situaciones de inferioridad, numérica o de otro tipo, en que el factor sorpresa puede ser determinante y la actitud de los agresores suficiente para el inicio de la acción. En este sentido amplio de la “defensa personal” sería más adecuado hablar de

“combate sin armas” o “lucha cuerpo a cuerpo”, no obstante, con la salvedad hecha, puede utilizarse sin ninguna objeción la denominación “defensa personal”, teniendo únicamente en cuenta que no se trata de una única forma, sino que está sujeta a diferentes interpretaciones dependiendo del origen de las técnicas que se utilicen. Nuestra propuesta de trabajo para el profesional que pueda eventualmente verse implicado en situaciones que puedan derivar en un enfrentamiento cuerpo a cuerpo, se basa en la necesidad previa de la práctica de una forma de lucha, de un deporte de combate bien sea judo, karate, boxeo, etc., durante un periodo de unos tres o cuatro años hasta alcanzar una maestría equivalente a la de cinturón negro, ello unido al mantenimiento de una forma física adecuada. A partir del bagaje técnico que proporciona la práctica de un deporte de combate (y no debe caerse en el error de practicar simultáneamente diversas formas de combate hasta que se adquiera una cierta maestría en una de ellas) pueden integrarse aspectos de otras que ayuden a resolver mejor determinadas situaciones. Téngase en cuenta que en un principio todas las formas de lucha contemplaban todos los aspectos del combate (distancias diversas, golpes, derribos de distintos tipos, luxaciones, etc.) pero la especialización determinada por el deporte fragmentó las técnicas y cada deporte incide más en un aspecto del combate con lo que las otras técnicas no válidas en la competición caen en desuso. Ello ha motivado la pérdida de los golpes o atemi en la enseñanza del judo o de las luxaciones y estrangulaciones en karate. Partiendo de este aprendizaje previo, aquí destacaremos los elementos tácticos del combate que hay que controlar y que son comunes a todas las formas de lucha con los matices propios de cada una de ellas. La integración de nuevos elementos técnicos se hace en función del bagaje individual previo incorporando aquellas soluciones provenientes de otras disciplinas.

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2. Fundamentos tácticos básicos Quizás esperase el lector que comenzásemos por explicar las bases técnicas, desplazamientos, defensas, ataques, etc., en lugar de empezar a tratar los conceptos tácticos. Así sería si estuviésemos planteando un método de defensa personal, pero nada más lejos de nuestra intención. En nuestro planteamiento, carece de importancia el que los fundamentos técnicos que se empleen procedan de una forma de combate u otra. Basándonos en nuestra propia práctica, tendríamos que resolver las situaciones desde el marco técnico que ofrece el karate, pero de igual modo podrían resolverse desde el judo, desde el aikido, el boxeo o la lucha canaria.

Figura 2.1. Solución desde el judo a la acción de “empujar” 3

3 Ratti O, Westbrook A. Los secretos del samurai. Alianza Deporte. Alianza. Barcelona. 1994.

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2.1. PRIMER PLANTEAMIENTO TÁCTICO: “EMPUJAR”

A un mismo problema, definido por la presentación de una situación, el planteamiento de una solución a una acción básica es distinto según desde el arte de combate de que se trate.

Figura 2.2. Solución desde el aikido a la acción de “empujar”4

4 Ratti O, Westbrook A. Los secretos del samurai. Alianza Deporte. Alianza. Barcelona. 1994.

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Por ejemplo, en judo, la respuesta a una acción de empujar (y esto equivale también a golpear) se resuelve tácticamente con la acción de atraer, de tirar hacia sí, de prolongar la acción del oponente para desequilibrarle, de acuerdo con el principio “ju” (flexible) del judo (vía, arte de la flexibilidad) (figura 2.1). Desde la perspectiva del aikido, esta misma acción de empujar se resuelve tácticamente mediante un giro, precedido o no de una entrada, en función de la distancia y profundidad del ataque (figura 2.2).

Desde la perspectiva del karate, este planteamiento se resolvería mediante una defensa (con o sin esquiva) y un contraataque que debe neutralizar al oponente. Este contraataque podría ser de diferentes tipos, incluyendo algún tipo de barrido, golpe de brazo o golpe de pierna.

Dentro de este planteamiento se incluirían todas las situaciones en que el oponente avanza hacia nosotros con intención de lanzar un ataque en la misma dirección y sentido de su desplazamiento. Este ataque puede ser de puño, de pierna, con cuchillo, con palo, etc. Las soluciones son muy similares desde el punto de vista táctico, únicamente tenemos que escoger una de ellas, que lógicamente será la más adecuada, en función del contrario y de nuestras propias aptitudes y conocimientos.

2.1. SEGUNDO PLANTEAMIENTO TÁCTICO: “TIRAR”

Ya hemos visto en el ejemplo anterior como resolvemos la acción de empujar. Del mismo modo y de acuerdo con el mismo principio, en judo, cuando el adversario tira, la acción se resuelve empujando (figura 2.3). En aikido, la acción de tirar se resuelve entrando (figura 2.4).

Las soluciones planteadas, tanto desde la perspectiva del judo como de la del aikido requieren una acción previa por parte del atacante o agresor para que el agredido pueda organizar su respuesta. Pero también podría haberse organizado la defensa desde otro planteamiento: Una vez se tiene la certeza de que el agresor está dispuesto a actuar, se toma la iniciativa con una acción propia de ataque. En este caso, el defensor resuelve su situación convirtiéndose en atacante.

Figura 2.3. Solución desde el judo a la acción de “tirar” (Dibujo de Ratti, 1994)

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Figura 2.4. Solución desde el aikido a la acción de “tirar” (Dibujo de Ratti, 1994) Al convertirse el defensor en atacante su posible acción pasa a ser, bien de empujar, bien de tirar, utilizando para ello los elementos técnicos de que dispone en función de la forma de combate que haya estudiado. Pues bien, dentro de estos dos planteamientos de “empujar” y “tirar”, aparentemente sencillos se engloba la mayoría de situaciones de ataque que se nos puedan plantear. A continuación expondremos unos cuantos ejemplos de los habituales en los manuales de defensa personal o de cualquier arte de combate sin armas para contribuir a fijar estos dos primeros fundamentos.

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Ejemplo 1 Acción: Ataque de arriba abajo entrando (con cualquier tipo de arma). Planteamiento táctico: “Empujar”. La acción del atacante puede asimilarse a la acción de empujar, es decir, aproximarse y extender un brazo en una acción de ataque. Solución: Aikido. La acción básica del defensor es entrar y girar. Al mismo tiempo se realiza una acción de control y derribo. 1. El atacante

inicia el ataque avanzando.

2. En el momento del ataque el defensor entra al mismo tiempo que se sale de la línea de ataque.

3. El defensor sujeta el brazo armado y pivota sobre su pie derecho.

4. A continuación levanta el brazo del oponente y comienza el desequilibrio en una acción continua con el giro.

5. Continúa el desequilibrio y empieza la acción de control del oponente y del arma.

6. Control, inmovilización y desarmado.

Figura 2.5. Ataque de arriba abajo (Fotos de Aikido5. Demostración por K. Ueshiba)

5 Ueshiba Kissomaru. Aikido. Hozansha Publishing Co. Tokyo. 1978.

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Ejemplo 2 Acción: Ataque directo a nivel alto con el puño o con un arma. Planteamiento táctico: “Empujar”. Al igual que en el ejemplo anterior, la acción del atacante puede asimilarse a la acción de empujar, es decir, aproximarse y extender un brazo en una acción de ataque. Solución: Judo, ju-jitsu, karate-do: Ante un ataque de puño a nivel alto, la acción básica del defensor es acompañar la acción del atacante y desequilibrarle en la misma dirección del ataque. Nótese que el concepto táctico es diferente al anterior, ya que en este caso no existe giro. De entre las múltiples posibilidades defensivas hemos escogido dos demostraciones que utilizan esta solución. a)

Figura 2.6. Ataque directo a la cara (Fotos de Karate-do Kiohan6)

En la segunda demostración, tras la interceptación del ataque, el defensor realiza un golpe con la finalidad de ganar un tiempo para situarse en posición para ejecutar la proyección. Una característica común a la mayoría de métodos o sistemas de defensa consiste en la ejecución de un golpe inmediata o simultáneamente a la técnica de defensa, desvío o blocaje para frenar el desplazamiento del atacante, impedirle que pueda encadenar otro ataque y hacer posible una acción de derribo o control. En todas las técnicas conviene valorar el posible daño que se puede causar al agresor 6 Funakoshi G. Karate-do Kiohan. Kodansha. Tokyo. 1973. (Demostración por T. Oshima).

1. El atacante realiza su ataque a nivel alto conel brazo derecho. El defensor desvía el puño consu brazo izquierdo y sujeta al atacante por lamuñeca al mismo tiempo que sitúa su manoderecha entre las piernas del atacante.

2. El defensor tira del brazo del atacante en las misma dirección del ataque, al mismo tiempo que con su otro brazo le levanta la pierna retrasada desequilibrándole.

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por las propias responsabilidades que pudieran derivarse de la acción defensiva. Téngase en cuenta que en la mayoría de métodos se finaliza con una neutralización del atacante en el suelo, muchas veces con un golpe en un punto vital tras el derribo ya que en los momentos en que estas técnicas se desarrollaron no se tenía en cuenta el daño que pudiera recibir el agresor, o lo que es más, se procuraba que este fuese lo mayor posible. b) 1. El atacante realiza un ataque a

nivel alto con su puño derecho. El defensor ejecuta un paso atrás con su pierna izquierda, defiende con su mano izquierda al mismo tiempo que golpea el plexo solar de su oponente con el puño derecho.

2. El defensor avanza hacia el oponente cruzando por delante de su pierna derecha al mismo tiempo que gira y sujeta con ambas manos su brazo derecho.

3. El defensor realiza una proyección sobre su hombro derribando al atacante y controlando su caída.

4. Una vez el atacante en el suelo, el defensor mantiene el control sobre el brazo derecho del atacante para neutralizar cualquier posible acción.

Figura 2.7. Ataque directo a la cara (Fotos de Karate-do Kiohan7) Con el planteamiento táctico expuesto de respuesta a la acción de “empujar” se pueden resolver un gran número de situaciones, al menos de las que recogen los manuales de defensa personal. Las soluciones basadas en técnicas de karate o ju-jitsu cuya característica común será siempre la secuencia: Acción defensiva (blocaje, desvío, esquiva) – golpe (o golpes), seguida o no de una acción de derribo u otra forma de control, son fáciles de encuadrar en uno u otro de los ejemplos expuestos según haya acción de entrada seguida de giro (solución según el modelo de aikido) o la acción consista en absorber y neutralizar el golpe y realizar un golpe (o más) de contraataque, seguidos o no de una acción de derribo o control del atacante. 7 Funakoshi Gichin. Karate-do Kiohan. Kodansha. Tokyo. 1973. (Demostración por T. Oshima).

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Ejemplo 3 Acción: Agarre de cualquier tipo, de frente o de lado o incluso de espaldas. Planteamiento táctico: “Tirar”. La acción del atacante puede asimilarse a la acción de tirar, es decir, sujetar para a continuación desequilibrar o proyectar, controlar para a continuación hacer un ataque o estrangular. Solución: Aikido. La acción básica del defensor es entrar, desequilibrar y derribar al contrario, controlándole posteriormente. a) 1. El atacante realiza un agarre

de muñeca con su mano derecha sobre la mano izquierda. El defensor realiza un desplazamiento lateral hacia la izquierda para rápidamente,

2. avanzar la pierna derecha en un desplazamiento profundo al mismo tiempo que se gira el cuerpo hacia la izquierda y

3. se proyecta todo el peso del cuerpo hacia la pierna adelantada derribando al contrario.

4. Una vez el contrario en el suelo se le puede controlar o finalizar con un ataque.

Figura 2.8. Agarre de frente (Fotos de Aikido8)

Sobre estas técnicas pueden darse algunas variantes, por ejemplo, en el caso siguiente, aunque el concepto táctico básico es el mismo (acción defensiva basada en la entrada cuando se produce el agarre), existe una acción previa basada en un desplazamiento hacia atrás para provocar un ligero desequilibrio que permita el entrar con facilidad. 8 Ueshiba Kissomaru. Aikido. Hozansha Publishing Co. Tokyo. 1978.

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b)

1. El atacante sujeta la solapa con

la intención de atraer hacia sí para golpear con su brazo izquierdo. La primera acción del defensor debe ser golpear al contrario con su mano derecha en la cara o cuello del oponente. Esta acción le permitirá realizar con más facilidad los movimientos siguientes.

2. Simultáneamente con el golpe, el defensor sujeta con su mano izquierda la muñeca derecha del oponente y tras golpear sujeta también con la otra mano, dando al mismo tiempo un paso atrás con su pierna izquierda.

3. El defensor tira hacia atrás para desequilibrar ligeramente al atacante y

4. pasa la cabeza por debajo de su brazo moviéndose hacia la izquierda.

5. Derribo hacia atrás. 6. Control de la mano en el suelo.

Figura 2.9. Agarre de frente (foto de Aikido9) Resulta evidente que en todos los agarres la mejor solución es no dejar que lleguen a consumarse, sobre todo en el caso de agarres por detrás. En el caso de los otros agarres la posición del defensor es menos peligrosa ya que cuenta con más recursos. Es habitual en la mayoría de los manuales resolver, con mejor o peor fortuna, un gran número de situaciones de agresión en las que se produce un agarre por detrás. En un contexto real, estas situaciones se darían en el caso de una acción de varios atacantes sobre una sola persona con la intención de golpearle o agredirle de otra forma. En el caso de llegar a la situación de que el agredido resultase inmovilizado se encontraría en una difícil posición de la que sin duda saldría malparado. No tendría tiempo ni posibilidad de aplicar ninguna de las técnicas del manual.

9 Ueshiba Kissomaru. Aikido. Hozansha Publishing Co. Tokyo. 1978.

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Ejemplo 4 Acción: Agarre de cualquier tipo, de frente, de lado o incluso de espaldas. Planteamiento táctico: “Tirar”. Solución: Judo, ju-jitsu. La acción básica del defensor es empujar al contrario, es decir, llevarle en la misma dirección y sentido en que el realiza la fuerza (v. fig. 2.3). La solución que presentamos, típica de cualquier manual de defensa personal refleja este principio de no oposición y realizar la acción defensiva en la misma dirección y sentido de la acción de agresión, en este caso desequilibrando al agresor hacia atrás.

Figura 2.10. Abrazo de frente (figura de Manual completo de defensa personal 10 ) 1. El ataque se produce de frente, en un intento de abrazo con la finalidad de girar y derribar. 2. Antes de que el agresor pueda enlazar sus manos, el defensor se suelta levantando los brazos. 3. Penetrar empujando y desequilibrar hacia atrás. 4. El ataque sobre la cara limita las posibles respuestas del agresor. 5. Derribar hacia atrás. 6. La caída puede controlarse o forzar el golpe de cabeza en el suelo.

Obsérvese que la diferencia entre “empujar” de esta solución y “entrar” de la solución de aikido es muy sutil y su significado es prácticamente el mismo: no oponerse a la acción sino resolver la situación haciendo que la acción del oponente se vuelva contra él.

Para una mejor comprensión del conjunto puede ser conveniente recoger en este punto el

10 Rahn, E. Manual completo de defensa personal. Ed. de Vecchi. Barcelona. 1995.

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principio básico de cada una de las dos disciplinas:

Judo: Tira cuando te empujen, empuja cuando te tiren. Aikido: Gira cuando te empujen, entra cuando te tiren.

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3. Fundamentos tácticos: La distancia

Hasta aquí hemos visto la aplicación de dos principios básicos de dos formas de lucha sin armas, con su aplicación se pueden resolver multitud de situaciones. Pero con estos dos únicos planteamientos tácticos no es suficiente. En todas las artes y formas de combate existe un elemento de la táctica cuyo dominio es fundamental: La distancia. En un sentido amplio podría aplicarse a cualquier deporte en que exista confrontación entre dos oponentes (por ejemplo en el fútbol, cuando un delantero se encuentra frente a un único defensor, ambos deben dominar perfectamente la distancia que les separa para conseguir su objetivo: impedir la progresión del delantero o desbordar al defensa).

El concepto de distancia en combate puede resultar simple a primera vista, pero desde un planteamiento táctico resulta bastante complejo ya que hay que considerar distintos factores. En primer lugar la distancia que nos separe de un potencial agresor debe ser suficiente para permitir una respuesta en el caso de un posible ataque. Esta distancia variará en función de las posibilidades del defensor, es decir, de la técnica que domine. Por ejemplo, una persona que no domine las técnicas de golpeo, bien sean de puño o de pierna necesita de una distancia más corta para organizar una acción defensiva.

En el caso de que el agresor lleve un arma (cuchillo, palo, etc.) la distancia de seguridad aumenta, en función del radio de actuación del arma, no obstante, en estos casos también una distancia más corta puede resultar más segura; por ejemplo, un agresor armado de un palo, bate, etc., no goza de muchas ventajas en una distancia corta en que puede ser golpeado o agarrado por el defensor. También debe tenerse en cuenta si el defensor dispone de algún tipo de elemento defensivo o de protección (defensa o tonfa, casco, escudo, etc.) Como punto de partida consideraremos tres distancias básicas, comunes a todas las artes marciales: 3.1. DISTANCIA CORTA En la distancia cualquiera de los oponentes tiene al otro al alcance de una acción simple, sin desplazamiento, por ejemplo coger o golpear. Dentro de esta distancia corta tendrían cabida todos los recursos técnicos de golpes en corto (gancho, codo, rodilla, etc.), barridos, proyecciones, presas, luxaciones, agarres, etc.

Figura 3.1. Distancia corta (foto de Aikido 11 ) En esta distancia es muy difícil la reacción ante una acción del oponente, por lo que,

salvo para tomar la iniciativa nunca debe permanecerse en esta distancia, sobre todo cuando existen varios posibles contrarios. En una situación de posible agresión, debiera estimarse como agresión el que el atacante potencial se intente acercar a una distancia corta y por lo tanto debe realizarse una acción defensiva o de toma de la iniciativa. En el caso de dejar que el contrario llegue a esta distancia la situación escapa al control del atacado y las consecuencias son imprevisibles, da ahí que todas las formas de combate sin armas proponen una acción inmediata, bien de ataque, bien de defensa, en cuanto el oponente consigue llegar

11 Ueshiba Kissomaru. Aikido. Hozansha Publishing Co. Tokyo. 1978.

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a esta distancia. Es fundamental el tener un control de esta distancia y un dominio técnico que permita

una respuesta inmediata en la distancia corta. El dominio técnico puede estar basado en cualquiera de las modalidades de lucha sin armas pero es imprescindible y debe incluir aspectos técnicos como el desequilibrio, el golpe en distancia corta, la luxación, etc.

Figura 3.2. Dominio de la distancia corta (dibujo de Los secreto del samurai12 ) 3.2. DISTANCIA MEDIA La distancia media es la distancia básica de combate en todas las modalidades. Puede

variar ligeramente en función de los condicionantes deportivos, por ejemplo, la distancia en boxeo es ligeramente menor que en karate al no estar permitido el empleo de las piernas, pero en general es la distancia mínima en que el oponente necesita avanzar para poder llegar con su técnica con opciones de éxito. En principio, la necesidad de efectuar este desplazamiento permite al defensor organizar su respuesta. Podría decirse que es una distancia de igualdad de posibilidades entre el ataque y la defensa. Simplemente con el desplazamiento y un único ataque el defensor dispone de suficientes recursos para responder eficazmente por lo que las oportunidades del atacante sean mayores debe realizar algún tipo de acciones de distracción, finta, etc., que permitan adquirir algún tipo de ventaja, o bien disponer de una técnica muy depurada que permita el ataque desde esta distancia.

Figura 3.3. Distancia media. El atacante avanza medio paso deslizando su pie derecho. El defensor avanza para situarse en distancia corta. (Foto de Karate13 ). 12 Ratti O, Westbrook A. Los secretos del samurai. Alianza Deporte. Alianza. Barcelona. 1994. 13 Nishiyama H, Brown RC. Karate. C. Tuttle. Tokyo. 1960.

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El desplazamiento que se requiere en la distancia media es el equivalente a

aproximadamente medio paso, que puede realizarse deslizando. También es la distancia en que es posible llegar al oponente con una patada realizada con la pierna retrasada, sin avanzar.

El defensor puede utilizar también el desplazamiento deslizando para mantener la distancia tras el ataque del contrario o para realizar una defensa y un contraataque. El desplazamiento deslizando es básico en todas las artes de combate orientales: karate, aikido, judo, ju-jitsu, kendo, etc.)

Figura 3.4. Desplazamiento de medio paso deslizando. A) Hacia delante. B) Hacia atrás.

3.3. DISTANCIA LARGA

La distancia larga es una distancia de observación, de preparación de las acciones posteriores, de estudio del contrario y de combate psicológico, pero no hay posibilidad de combate hasta que se pase a la distancia media.

El desplazamiento necesario para llegar al cuerpo del oponente desde la distancia larga es el equivalente a un paso completo.

La distancia larga es también la distancia de entrenamiento de las técnicas defensivas ya que permite la ejecución de la técnica por parte del defensor.

Figura 3.5. Distancia larga de entrenamiento de técnicas defensivas (foto de The heart of Karate-do14 ) 14 Egami Shigeru. The heart of Karate-do. Kodansha. Tokyo. 1980.

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4. Fundamentos tácticos: El tiempo En estrecha relación con la distancia está el tiempo, el momento en que tienen lugar las acciones. El control del tiempo tiene una importancia incluso mayor que el control de la distancia aunque deben dominarse ambos ya que van íntimamente unidos. El tiempo de respuesta a un ataque determina tres posibles situaciones, como veremos a continuación, y la respuesta debe ajustarse al tiempo para el que está establecida, en caso contrario no cumplirá con su función y se pasará rápidamente a una situación de desventaja; por ejemplo, si ante un ataque pensamos en responder con una defensa o blocaje y un contraataque, un retraso en este último puede suponer que el contrario encadene una segunda técnica de ataque que en este caso no podamos defender. Es posible que la distancia y la técnica fuesen las adecuadas, incluso adecuado el momento de la defensa, pero el fallo en el momento del contraataque supone el paso a una situación de debilidad. Las situaciones que ante un ataque derivan de la influencia del tiempo, comunes a todas las formas de lucha, son las siguientes:

1. Defensa y contraataque. 2. Técnica simultánea. 3. Anticipación.

En estos tres apartados puede englobarse la totalidad de las posibles respuestas y en el

entrenamiento deben reproducirse situaciones que permitan dominar las tres formas. Sería recomendable que al estudiar un método de defensa y sobre todo si se va a instruir a otras personas, se intentara clasificar las soluciones a las situaciones que se planteen de acuerdo con los apartados mencionados, con la finalidad de estructurar el entrenamiento de una forma en que la práctica de una situación sirva para aprender mejor otra similar. 4.1. DEFENSA Y CONTRAATAQUE

Dentro del apartado de defensa y contraataque se sitúan todas aquellas situaciones en

que la acción o conjunto de acciones defensivas se inician en la parte final de la acción de ataque, una vez el atacante ha completado o está a punto de completar su desplazamiento ofensivo.

La respuesta puede organizarse de las siguientes formas:

• Blocaje, contraataque y neutralización, generalmente con desplazamiento hacia atrás.

En la figura 4.1. se presenta un ejemplo de una situación estructurada temporalmente según las características descritas: - El atacante avanza para realizar un ataque de cuchillo de arriba abajo, el

defensor bloquea su ataque con una parada con el brazo izquierdo a nivel alto (fig. 1-3).

- El defensor realiza un golpe de contraataque con el codo sobre las costillas flotantes del agresor (fig. 4).

- A continuación desliza su brazo izquierdo hacia arriba para realizar una presa sobre el brazo armado del atacante y le derriba (fig. 5-8).

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Figura 4.1. Blocaje, contraataque y neutralización (Foto de Scientific Karate-do15 )

- Con el oponente en el suelo, el defensor lo neutraliza con un golpe de codo (fig. 10).

15 Hisataka MK. Scientific Karate-do. C.E. Tuttle. Tokyo. 1995.

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• Esquiva, contraataque y neutralización, con desplazamiento lateral, atrás o adelante, llevando el cuerpo fuera de la línea de ataque, generalmente con el refuerzo o apoyo de una técnica de defensa o blocaje. En la figura 4.2. se presenta un ejemplo de este tipo, como respuesta a un ataque por sorpresa desde atrás.

Figura 4.2. Esquiva, contraataque y neutralización (Foto de Bruce Lee’s fighting method 16 )

16 Lee B, Uyehara M. Bruce Lee’s fighting method. Vol 1. Ohara Publications Inc. Burbank. 1976.

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4.2. TÉCNICA SIMULTÁNEA Dentro del apartado de técnica simultánea se ubican todas aquellas situaciones en que la ejecución de la acción defensiva tiene lugar simultáneamente con el ataque, con un desplazamiento entrando hacia el agresor y realizando simultáneamente una acción de blocaje y una acción de neutralización, generalmente mediante un golpe. El desplazamiento de entrada hacia el agresor puede ser directo, en la línea del ataque o de esquiva, por fuera de la línea del ataque.

Figura 4.3. Técnica simultánea de defensa y contraataque. El movimiento defensivo puede continuar con una

acción de proyección del atacante (Foto de Karate 17 )

4.3. ANTICIPACIÓN

La anticipación tiene lugar cuando el defensor se convierte en atacante justo en el momento de inicio de la acción de ataque por parte del agresor, anticipándose con su acción de ataque a la acción del agresor. La búsqueda de la anticipación constituye el fin último del combate cuerpo a cuerpo, bien se trate de métodos con armas o métodos sin armas, de competición deportiva o de defensa personal. La posibilidad de neutralizar al agresor antes de que pueda iniciar su acción ofensiva supone una muestra de superioridad y control sobre el atacante y le neutraliza de forma inmediata. Su dominio supone bastantes años de práctica.

En las artes de combate orientales existe un principio táctico que se expresa con mucha claridad en la frase “moverse con el oponente” lo que entra además en estrecha relación con los fundamentos filosóficos de las artes de combate en el sentido de “moverse en armonía con el oponente” en una búsqueda de entrar en armonía con el universo. Este principio puede aplicarse no sólo a la esquiva sino también a la anticipación, al movimiento en armonía con el oponente anticipándose a cualquier acción suya. Este aspecto, llevado a su máxima expresión implica la ausencia de lucha, de confrontación, porque el contrario percibe la imposibilidad de realizar un ataque eficaz si la anticipación es lo suficientemente oportuna. Este es el objetivo último de la práctica de muchas artes marciales orientales: la búsqueda de la “no confrontación”.

17 Nishiyama H, Brown RC. Karate. C. Tuttle. Tokyo. 1960.

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5. Fundamentos técnicos

Ya hemos visto los fundamentos tácticos de un programa de defensa personal, estos fundamentos pueden ser estudiados desde un aspecto teórico, incluso previamente a tener otros conocimientos de un método de defensa o combate sin armas.

Es posible que haya alguna faceta no contemplada, por lo que desde la propia práctica

de una forma de combate debe hacerse una investigación de los posibles planteamientos que pudieran presentarse según la situación particular. Evidentemente no son iguales la situaciones a resolver por un competidor de judo o karate que por un profesional de la Policía, pero es muy probable que los aspectos tácticos de las situaciones en que ambos puedan verse tengan más semejanzas que diferencias, lo que puede cambiar ligeramente es la técnica con la que se soluciona el problema ya que el deportista está sujeto a un reglamento de competición que le sitúa en un marco con unas limitaciones y unas posibilidades y el profesional está sujeto a otras normas, que además son cambiantes en función de las situaciones, que limitan y condicionan su actuación.

Una vez conocidos los aspectos tácticos fundamentales expuestos anteriormente se presenta la necesidad de dotarse de los medios técnicos adecuados para solucionar cada planteamiento táctico. Esta elección es ante todo personal. Deben influir en ella las características de cada individuo, tanto las físicas, envergadura, peso, desarrollo muscular, etc., como psicológicas. Todas las formas de combate sin armas son perfectamente válidas, tanto si se trata de judo, como de aikido o karate, aportan el suficiente bagaje técnico para resolver cualquier situación. Únicamente puede ser necesaria una adaptación a las situaciones reales en cuanto a condiciones ambientales, limitaciones por la vestimenta, recursos típicos de los posibles agresores, etc., que a veces requieren el completar las técnicas habituales de cada forma de combate con otras menos practicadas por no estar contempladas en los reglamentos deportivos, pero sin duda cada forma de combate dispone de los recursos técnicos suficientes para resolver todas las situaciones.

Debe tenerse en cuenta que el desarrollo de muchas formas de combate sin armas tiene lugar en épocas pasadas en que la propia vida dependía de la habilidad en el combate, tanto con armas como cuerpo a cuerpo sin armas y que la lucha sin armas era una preparación para los métodos con armas. El refinamiento y eficacia de todas las formas de lucha conocidas fue sin duda mucho mayor en épocas pretéritas que en la actualidad.

La exposición que haremos a continuación de los fundamentos técnicos es meramente descriptiva en cuanto a sus aspectos generales. La forma de ejecución debe estudiarse a partir de la práctica de un método de combate. Recordaremos aquí la importancia que para el profesional tiene el adquirir un nivel técnico suficiente y que pensamos que debe ser, al menos, el de Cinturón Negro o equivalente en cualquier arte de combate, ello unido a una condición física adecuada. Además es necesario mejorar (o al menos mantener) el nivel técnico y la condición física a través de una práctica continuada y no asumir más riesgos que los estrictamente necesarios. Téngase en cuenta que durante la práctica deportiva un error se traduce únicamente en un punto en contra, en una situación real es la propia vida la que está en juego.

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5.1. DESPLAZAMIENTOS BÁSICOS

Los desplazamientos básicos pueden clasificarse en dos tipos: a) Desplazamientos de ataque

El objetivo de un desplazamiento de ataque es disminuir la distancia que nos separa del oponente o bien obligarle a cambiar de posición para colocarnos en un ángulo más favorable.

b) Desplazamientos de defensa

El objetivo de un desplazamiento defensivo es contribuir a la neutralización de la acción de ataque, bien aumentando la distancia con el oponente, bien cambiando de dirección apartándose de la trayectoria del ataque. A veces el desplazamiento por sí solo puede neutralizar por completo el ataque.

5.1.1. Desplazamientos en línea Los desplazamientos en línea tanto de ataque como de defensa, son muy semejantes en todas las formas de combate, puede variar ligeramente la posición de los pies y la amplitud

del paso, pero guardan una gran semejanza.

1. Desplazamiento deslizando. En el desplazamiento deslizando los pies se mueven simultáneamente para reducir o aumentar la distancia con el oponente. Es un desplazamiento muy rápido y que puede sorprender al contrario. Es básico en cualquier arte de combate.

En ataque: Este desplazamiento permite pasar

desde la distancia media a la distancia corta y debe ir unido a una acción de ataque.

Figura 5.1. Desplazamiento deslizando

En defensa: Neutraliza el avance del contrario manteniendo la distancia, normalmente va acompañado de una acción defensiva o únicamente de mantenimiento de la guardia. Tras un desplazamiento defensivo de este tipo se dan las siguientes posibilidades básicas:

a) Se realiza un contraataque

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b) Se realiza un paso atrás c) Se realiza un desplazamiento lateral o esquiva

2. Desplazamiento de medio paso. Su amplitud es menor que la del desplazamiento de paso completo pero tiene la ventaja de que no varía la guardia con lo cual no se produce el punto débil que supone un cambio de guardia y facilita tanto un ataque como una defensa rápidos desde una posición favorable.

En ataque: Este desplazamiento consiste en acercar el pie retrasado al de delante y deslizar éste rápidamente al frente. Al mismo tiempo se debe realizar una acción ofensiva. Es habitual que este desplazamiento siga a un ataque realizado utilizando el desplazamiento anterior en una acción combinada. En defensa: El desplazamiento se realiza acercando el pie adelantado al atrasado el cual se desliza rápidamente hacia atrás, realizando simultáneamente una técnica defensiva o manteniendo la guardia. En una acción defensiva este desplazamiento es de gran utilidad porque no provoca ninguna apertura en la guardia y la amplitud del desplazamiento es bastante grande. Figura 5.2. Desplazamiento de medio paso

3. Desplazamiento de paso completo

El desplazamiento de paso completo permite pasar de la distancia larga a la distancia corta. Independientemente de la modalidad de combate, y de que la acción sea ofensiva o

defensiva, es importante que el centro de gravedad no se eleve durante el desplazamiento, contrariamente a lo que sucede durante la marcha o la carrera, por lo que es una técnica que deberá ser estudiada con atención.

En ataque: Consiste en avanzar el pie retrasado rebasando al adelantado realizando un paso completo. A este desplazamiento normalmente le precede uno de los desplazamientos descritos anteriormente, por lo que suele utilizarse como segunda técnica.

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Figura 5.3. Desplazamiento de paso completo Al ser un desplazamiento largo resulta un tanto lento y se corre el peligro de ser

barrido por el contrario o bien sorprendido por una acción a la contra por lo que su utilidad básica se reduce prácticamente al entrenamiento. En la mayoría de los manuales se utiliza para exponer las técnicas, a pesar de que luego en la realidad es difícil que se utilice, al menos por una persona con conocimientos elementales de combate. Debe tenerse en cuenta que las técnicas entrenadas de esta forma resultan poco eficaces en la práctica si no se realiza un adiestramiento en situaciones más próximas a la realidad.

En defensa: El pie adelantado se acerca al atrasado y lo rebasa realizando un paso atrás completo. Es una técnica peligrosa para el ejecutante por el cambio de guardia que implica y lo forzado de la posición, ya que la inercia del movimiento hacia atrás impide una acción de contraataque rápida y eficaz. Sería prudente la práctica del desplazamiento hacia atrás seguido inmediatamente de un desplazamiento lateral para apartarse de la línea de ataque del oponente. Al igual que en el desplazamiento de ataque, es un desplazamiento típico de entrenamiento, pero en la práctica poco eficaz, por lo que las técnicas defensivas deben entrenarse con desplazamientos y situaciones más reales. El sentido de su utilización está en los primeros niveles del aprendizaje. 5.1.2. Desplazamientos de esquiva

Los desplazamientos de esquiva pueden ser de varios tipos, pero todos tienen en común la necesidad de un ajuste perfecto de la acción de esquiva con la acción de ataque, con la finalidad de evitar que el atacante pueda cambiar la trayectoria de su ataque, lo que sucede si la acción defensiva mediante la esquiva se precipita, adelantándose al momento del ataque en que ya no es posible la detención del mismo o el cambio de trayectoria.

A continuación exponemos algunos desplazamientos básicos de esquiva:

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Figura 5.4. Formas básicas de esquiva.

5.2. ACCIONES TÉCNICAS BÁSICAS

A continuación expondremos una clasificación de las acciones técnicas fundamentales, pero sin entrar en detalles ya que, como planteamos al principio, cada disciplina tiene las suyas propias y desde todas ellas se pueden conseguir resultados similares.

5.2.1. Defensivas Objetivos:

1º. Evitar la agresión 2º. Neutralizar al atacante

• Golpe, barrido, proyección • Control (golpe, inmovilización, luxación, estrangulación, etc.)

Las acciones defensivas son normalmente acciones complejas formadas por varias

técnicas destinadas a cumplir con los dos objetivos de la defensa, evitar el ataque mediante una acción de parada o blocaje o esquiva y la neutralización del oponente para evitar que pueda continuar con otra acción de ataque.

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En los manuales es habitual describir las defensas como técnicas aisladas, por ejemplo una defensa desviando un ataque alto, pero nos parece más adecuado hablar de “técnica defensiva” o “acción defensiva” al conjunto de técnicas destinadas a evitar el ataque y neutralizar al oponente, ya que van estrechamente relacionadas y se deben ejecutar de una

forma continua y fluida. No obstante, al principio del aprendizaje sí es adecuado estudiarlas por separado, pero posteriormente deben integrarse defensa, contraataque y neutralización como una única acción.

Las acciones

técnicas que se utilicen en el conjunto de la acción defensiva deben regularse en cuanto a la contundencia de las mismas.

Figura 5.5. La acción defensiva es un conjunto de técnicas destinadas a neutralizar al agresor (Foto de Karate do Kiohan 18 )

El experto debe estar preparado tanto para realizar acciones de gran contundencia

como para controlar la agresión sin causar ningún tipo de daño. La situación, el peligro potencial del agresor, etc., determinarán la contundencia de las acciones.

5.2.2. Ofensivas Las acciones ofensivas son el conjunto de técnicas que se utilizan para tomar la iniciativa en un enfrentamiento cuerpo a cuerpo. Habitualmente se componen de un desplazamiento hacia el oponente y de una o más técnicas (dos o tres como máximo). El objetivo es neutralizar al agresor potencial antes de que pueda realizar una acción de ataque. En ocasiones, una vez establecida la intención del agresor de realizar un ataque puede resultar adecuado la toma de la iniciativa por parte del defensor, para evitar verse en una posible situación de inferioridad si se deja la iniciativa al oponente. Tener en cuenta este 18 Funakoshi G. Karate-do Kiohan. Kodansha. Tokyo. 1973.

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planteamiento adquiere un especial interés en el caso de un enfrentamiento en condiciones de inferioridad numérica a varios agresores. No debe confundirse la acción ofensiva con la acción de anticipación. La acción ofensiva no requiere del inicio de un ataque por parte del agresor para realizarla como sucede con la anticipación, se toma la iniciativa una vez establecida la intención del atacante. Las técnicas ofensivas son características de cada forma de combate, pero básicamente podrían clasificarse en técnicas de puño o mano directas o circulares, en ataques de pierna y en barridos, proyecciones, luxaciones y estrangulaciones. No entraremos en su descripción ya que deben ser suficientemente conocidas por el practicante de cualquier método de lucha y están suficientemente descritas en los manuales de cada método. El bagaje técnico del profesional debe estar constituido por un número reducido de técnicas de cada tipo, seleccionadas de entre las que compongan el conjunto del método escogido y teniendo en cuenta las propias características para escoger aquéllas que se ajusten mejor a las condiciones individuales. El profesional debe procurar servirse de las técnicas que domine a través de un entrenamiento constante para resolver el mayor número posible de situaciones. El conocimiento de muchas técnicas puede ir en detrimento de la eficacia.

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