Ellos Siguen Estando Ahí

download Ellos Siguen Estando Ahí

of 3

description

Cuento realista, finales de los '80, principios de los '90. Autor: Nicolás Jorge Bruno

Transcript of Ellos Siguen Estando Ahí

  • Ellos siguen estando ah

    Nicols Jorge Bruno

    No seas gil, larg.

    Me mira sin verme y sin escucharme. Descarto la intencin de repetir lo dicho porque me

    doy cuenta de que otra vez lo que yo le dijera en ese sentido volvera a resbalar sobre su fanatismo.

    Pens en eso, en fanatismo, cuando desist de tratar de convencerlo de que largara y no estuve (no

    estoy) seguro de que sea sa la palabra adecuada. Lo de Luis es, quiz, una cierta frialdad

    conceptual desprovista del peso de los sentimientos. No estoy seguro, en una de esas son sus

    sentimientos los que lo empujan. Pero igual es un gil.

    No sera justo si largo.

    Me haba escuchado.

    Dejo de escribir, me echo hacia atrs en la silla y espero a que siga.

    Pero no puedo. Si lo hiciera no sera hacerme el burro (sonre). Sera un turro. Viste?:

    hago juegos de palabras.

    No lo acompa en la sonrisa; el pobre infeliz me da pena.

    Ands buscando el bronce? le pregunto y no espero respuesta. No va a llegar eh?

    Vos segu hinchando las guindas y clavado que sos boleta. Es grupo lo del bronce; para vos, plomo.

    Esta vez s que me est escuchando aunque no le est diciendo nada nuevo.

    Te acords de Lpez, el de Noticias Argent?

    S, ya s me interrumpe. Y Ramrez, Nicoletti y todos los que chuparon y nunca ms,

    ya lo s. Pero esta vez puedo porque...

    La cosa comenz hace ms o menos 20 das; el lunes de La Tablada, para ser ms preciso.

    Nos mandaron del diario a cubrir la nota y una vez cerca de la puerta del cuartel, a tres o cuatro

    cuadras ms o menos empezamos a tener problemas para llegar. Nos paraban con un no se puede

    pasar, respondamos que ramos periodistas, mostrbamos la credencial, nombrbamos al diario y

    nos mandaban al carajo. Como siempre, la misma historia. Pero nos fuimos acercando igual

    aprovechando descuidos o por atrs de algn coche. Y llegamos a la zona de fuego. Nos enteramos

    de eso porque vimos picar algunas balas a siete u ocho metros de donde estbamos, sobre el

    pavimento y Mamita! Nos zambullimos bajo un camin. El loco de Pestaluzzi no quiso y se subi a

    la caja del mionca porque qu quers: que enfoque las llantas desde adentro? nos dijo.

    Bueno, el da fue pasando entre canas y milicos por todos lados, con un calor de la gran siete

    y en realidad no hicimos nada muy importante ni atrevido salvo el tano que se gast como cinco

    Ellos siguen estando ah pgina 1

  • rollos. A eso de las siete estbamos juntos despus de hablar con el diario desde un pblico; a Luis y

    a m nos dijeron que nos quedramos si veamos que pudiera llegar a pasar algo en la noche, que en

    Redaccin iban a armar la nota con lo que les informamos, pero el tano tena que ir al diario para

    llevar los rollos.

    Despus de eso y mientras el tano estaba acomodando sus cosas, empez verdaderamente

    esta historia. Todava recuerdo la mirada con que acompa la pregunta:

    Luis . y pens la cosa un momento antes de continuar. Te acords de Mara Ins?

    Luis se acordaba claro que se acordaba, si andaba recontrametido con la petisa! Y yo

    tambin me acordaba. El tano sigui sin esperar la respuesta que conoca:

    Hace un rato enfoqu a un grupo de milicos y me paerce que entre ellos est uno de los

    que se la llevaron. Mir, son aquellos seal hacia unos cuantos tipos uniformados y de civil que

    estaban al lado de un camin militar fumndose un cigarrillo. Con Luis nos miramos un segundo.

    Ven, tano, no guards que quiero hacer una nota le dijo a Pestaluzzi mientras

    empezaba a caminar hacia el grupo en cuestin hacindome seas de que lo siguiera. Y quiero

    que hagas una toma clara.

    Dud un momento, porque lo de Mara Ins haba pasado haca ms de seis aos; el tano

    tena buena memoria visual pero era mucho tiempo. Al final, fui. Ya Luis estaba meta pregunta y el

    tipo al que se diriga me era vagamente familiar, pero hasta no ver el aenm el archivo la foto que

    pudieron sacar del momento en que chuparon a la petisa no poda estar seguro. El tano sac varias

    fotos mientras escuchbamos. Lo nico que dijo el tipo fue el regimiento de donde proceda y que

    los que estaban adentro eran extremistas atentando contra las instituciones. Tambin nos dijo que

    nos alejramos porque estos ya mataron a varios. Nos fuimos al diario con Pestaluzzi.

    Era. El hijo de puta era el mismo sin ninguna duda. Estuvimos puteando un rato largo.

    Mir vos el salvador de la Patria! el puo de Luis golpeaba las paredes. Este turro

    sigue cobrando sueldo, como si todo estuviera igual. Ah, no, yo a ste lo sigo a muerte; ya s de

    dnde es y lo voy a rastrear desde ahora hasta el momento en que entr al Ejrcito!

    Y as empez todo. Ahora lo tengo a Luis con la misma determinacin de ese momento,

    sentado frente a mi escritorio. Yo, pasada la bronca del reconocimiento empec a pensar y junto con

    el tano Pestaluzzi trat de que se dejara de joder, de que entendiera que los hroes muertos no le

    sirven a nadie.

    Pero no te das cuenta de que ya tengo todo, todo? Ya s por dnde anduvo este tipo

    desde el 72 hasta ahora, ya s dnde estaba cuando la chuparon a Mara Ins y dnde est ahora. S

    tambin quines estaban en su grupo en esa poca y algunos de ellos estn escrachados en esa foto.

    Tambin tengo

    Ellos siguen estando ah pgina 2

  • Te acords de la Obediencia Debida, del Punto final, de?

    De la concha de tu hermana tambin me acuerdo se levanta. Chau, me voy a apolillar

    porque maana a primera hora estoy en Tribunales.

    No intento detenerlo. Para qu?

    Sigo escribiendo. Al cabo de unos minutos me parece sentir unos tiros. Un presentimiento

    negro hace que me levante y vaya corriendo a la calle. Est tirado contra el Fitito, recontramuerto el

    pelotudo, con un agujero en la cabeza y varios en el cuerpo. Hay sangre por todos lados. Comienzan

    a llegar algunas personas que se acercan con aprensin.

    Yo vi todo, porque estaba enfrente comprando cigarrillos; pero fue todo muy rpido me

    dice un viejo con cara de asustado. Cuando sali del diario y vena para el coche arranc uno que

    estaba estacionado cerca y al llegar al lado le tiraron. Cay, el otro coche se par junto a l y le

    metieron un balazo en la cabeza. Despus salieron rajando.

    Ellos siguen estando ah pgina 3