En la variedad esta el sabor

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EN LA VARIEDAD ESTA EL SABOR Hay quienes se expresan peyorativamente por los que “no saben hablar la lengua”, cuando solo estos emplean una variedad lingüística correspondiente a su estado social y geográfico, que más allá de las normas y estandarizaciones, lo sigue alimentando la cultura. El presente texto tiene la amena intención de exponer cuales son el conjunto de manifestaciones o apegos que adopta una lengua “oficial” dentro de un contexto cultural, social y de relación intersubjetiva, que llamamos variedad lingüística; y sus normas. La variedad de uso de la lengua es común en cada país, región, ciudad, comunidad y persona que participe de un evento comunicativo y pertenezca a una especificidad cultural. Por lo tanto nadie habla la lengua estándar o por lo menos no hay quien no utilice una variedad lingüística. Dentro de las cuales hay también sub-variedades lingüísticas, lo que conocemos como dialectos que es el cariz diferenciador, el toque diferente, todo por lo cual denomina una singularidad en el hablante. Este aspecto permite identificar al usuario que habla la lengua. La misma sociedad ha creado convenciones, variantes y valoraciones a la lengua y/o a su uso, pues este es un instrumento de comunicación y es así como esta a merced de los hablantes. Dentro de esas convenciones que normatizan la lengua, dada la funcionalidad que se mantiene un grupo comunicativo, regido por el uso habitual de la mayoría; hay quienes consideran que la lengua debe ser un ideal del buen uso comunicativo, conocido como norma lingüística. Por otro lado, la norma sociolingüística no enseña particularmente que la lengua es valorada en la sociedad a través de la cultura y esta se realiza de manera implícita, a partir de las actitudes y apegos a la variante de prestigio considerada por la propia comunidad. Por ejemplo: Es normal el uso del tú en

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EN LA VARIEDAD ESTA EL SABOR

Hay quienes se expresan peyorativamente por los que “no saben hablar la lengua”, cuando solo estos emplean una variedad lingüística correspondiente a su estado social y geográfico, que más allá de las normas y estandarizaciones, lo sigue alimentando la cultura.

El presente texto tiene la amena intención de exponer cuales son el conjunto de manifestaciones o apegos que adopta una lengua “oficial” dentro de un contexto cultural, social y de relación intersubjetiva, que llamamos variedad lingüística; y sus normas.

La variedad de uso de la lengua es común en cada país, región, ciudad, comunidad y persona que participe de un evento comunicativo y pertenezca a una especificidad cultural. Por lo tanto nadie habla la lengua estándar o por lo menos no hay quien no utilice una variedad lingüística. Dentro de las cuales hay también sub-variedades lingüísticas, lo que conocemos como dialectos que es el cariz diferenciador, el toque diferente, todo por lo cual denomina una singularidad en el hablante. Este aspecto permite identificar al usuario que habla la lengua.

La misma sociedad ha creado convenciones, variantes y valoraciones a la lengua y/o a su uso, pues este es un instrumento de comunicación y es así como esta a merced de los hablantes.

Dentro de esas convenciones que normatizan la lengua, dada la funcionalidad que se mantiene un grupo comunicativo, regido por el uso habitual de la mayoría; hay quienes consideran que la lengua debe ser un ideal del buen uso comunicativo, conocido como norma lingüística. Por otro lado, la norma sociolingüística no enseña particularmente que la lengua es valorada en la sociedad a través de la cultura y esta se realiza de manera implícita, a partir de las actitudes y apegos a la variante de prestigio considerada por la propia comunidad. Por ejemplo: Es normal el uso del tú en contextos familiares, pero lo normal y aceptado de manera social es el uso del usted. Por el contrario, académicos piensan que es inconcebible que la lengua tenga variaciones en cualquiera de sus sentidos, estos apoyan el uso correcto de la lengua, de carácter gramatical e institucional.

Teniendo en cuenta lo anterior, es claro que la lengua tiene un origen convencional proveniente de las grandes mentes y prestigiosas academias o de las más altas conservaciones de la cultura, el cual estructuraban la lengua del buen uso o la hablada por la mayoría, y a partir de allí, queda a disposición de la comunidad o usuarios de la lengua que frente a valoraciones del contexto, apegos, estilos y otros factores que regulan, particularizan la lengua en hablas distintos - dialectos.

La variedad considerada como la de mayor prestigio y más cercana al sistema es la estándar – La escogida como la convencional explicable desde la supremacía social, es el bien decir y es

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respetado por la sociedad, pues es utilizada en escenarios sociales, sobre todos formales en el estado, la academia y la iglesia, así como en las prácticas escriturales.

Sin embargo esta variedad ha sido instrumento de represión y discriminación cultural y étnica. Como la variedad estándar es utilizada por aquellos que han asistido a la educación formal, no quiere decir que por eso los que no, no puedan alcanzarla a hablar. Nadie puede considerar su habla totalmente estandarizado, todos los usuarios de la lengua empleamos distintas variables lingüísticas, en momentos de informalidad. Lo cual hace pensar en diferentes niveles de estandarización de la lengua, determinados por los contextos socioculturales y por las situaciones de habla.

Para tener más claridad sobre esto, es necesario profundizar sobre estas variables dialectales. Dentro de ésta, una se refiere a la lengua que se adopta a un contexto geográfico, el cual es lingüística y culturalmente diferente a la de prestigio, sin embargo guarda relación con la lengua estándar de forma original y con los otros dialectos de forma estructural. Es decir, mantiene una función semejante a la estándar, pero con un toque de comportamiento pragmático, aunque este sea informal.

Existen otras variedades que no corresponde a un lugar sino a un contexto social, como es el estudiado por la sociolingüística la cual se preocupa por esclarecer la razón de origen de la variante y la identidad de quien la utiliza, estas son las variedades sociales. Mientras que la anterior variedad ubica al sujeto a un lugar de procedencia ésta da un indicio de su situación social, económica, status, hasta de el momento en el que se realizaba la conversación o de qué se trataba el tema.

Así como este factor identificador que es el registro, existen otros como el estilo, el dominio y la diglosia que permiten ubicar la conversación a partir de detalles en las variedades lingüísticas que lo hacen diferente o reconocible entre otras variantes.

En el caso del factor estilo éste ubica la formalidad o informalidad de la situación conversacional, dependiendo del contexto social y factores personales presente en la relación intersubjetiva de los participantes. Esas diferencias se manifiestan en la forma lexical, sintáctica y fonética de hablar.

Otro factor importante influye en el comportamiento del sujeto frente a la conversación detalle establecido como acomodación lingüística, en la que todo usuario de la lengua podrá ajustar su discurso a la importancia de la situación en que se presente o a la imagen que este quiera reflejar en el evento comunicativo; es distinto el discurso de un niño cuando se expresa frente al maestro que cuando habla con un compañero, esto evidencia el grado de acomodación del niño. Éste factor se considera como dominio, y es determinante en función del uso de la lengua estándar o popular de acuerdo a la intención o función establecida por el mismo usuario.

Concretamente, los sociolingüistas definen a la lengua como una variedad autónoma que incluyen todas las variedades heterogéneas. Ahora, no por eso se debe disfrazar la exclusión que muchas veces se comete por las personas quienes consideran que hablan la lengua a quienes utilizan un

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lenguaje muy informal y con distintas variedades lingüísticas dentro de su dialecto, por ejemplo: es erróneo calificar a un estudiante que esta aprendiendo a comunicarse, exigiéndole una lengua estándar la cual se supone debe conseguir a lo largo de su formación en vez de encontrarse al principio del camino. Pues esas implicaciones peyorativas tienen efectos en factores sociales, culturales y personales del estudiante, pudiendo generar como consecuencia la anulación de su comunicación por miedo a equivocarse de nuevo o hablar como en su contexto lo hace. En fin, considerar las variantes lingüísticas como sub-estándares califican erróneamente los usos lingüísticos de la lengua y a sus mismos hablantes.

En conclusión, la verdad este tema, a veces es hasta relativo dependiendo en la forma o como lo mires; en que comunidad o con que estilo hables tu lengua, el contexto cultural, económico, social y hasta educacional que tengas; la situación, momento y tema que trates en la conversación; la intención y funcionalidad de tu discurso; la imagen que quieras proyectar; lo formal o informal del evento comunicativo. Existen muchos y muchos otros factores que pueden influir en la lengua. Lo importante es resaltar que no hay una lengua madre, que permita distinguir o discriminar a otras, por lo tanto no hay estándar que estigmatice otros usos de la lengua. Nadie habla la lengua, todos utilizamos variantes lingüísticas, por lo tanto lanzar expresiones peyorativas como: “sub-estándar” “marginal” califican mal a las variedades según los factores que incidan en la situación. En fin, para que insistir en una lengua estándar, si en la variedad esta el sabor.

2010