En nueve episodios.

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Habitar de nuevo, volver a habitar, volver a usar de la manera más simple, desinhibida y verdadera, con la seguridad de que los espacios que habitamos, más que someterse a reformas, deben reformar el modo de usarse. Considerar habitar como un gesto amplio que contiene todos los usos de la arquitectura. en nueve episodios [1]

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Habitar de nuevo, volver a habitar, volver a usarde la manera más simple, desinhibida yverdadera, con la seguridad de que los espaciosque habitamos, más que someterse a reformas,deben reformar el modo de usarse. Considerarhabitar como un gesto amplio que contienetodos los usos de la arquitectura.

en nueve episodios [1]

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Esta exposición es la primera de varias muestras quemonográficamente abordaran distintas facetas delRehabitar y que estas galerías mostraran a lo largo deeste año. En la primera exposición se nos proponeusar de nuevas maneras lo que ya tenemos. Sacarprovecho a un parque ya edificado que parece aúncapaz de ofrecer viviendas como si fueran nuevas.Rehabitar es, ante todo, aprovechar, tal como sugierela comparación de la arquitectura doméstica con lacocina de Ángel Muro, el autor de El Practicón.Tratado completo de cocina al alcance de todos yaprovechamiento de sobras.

Rehabitar, aprovechar las sobras en el campo de laedificación, parece adquirir una relevancia innegable enun momento como el actual, en el que vocesautorizadas comienzan a proponer un serenodecrecimiento opuesto al descontrolado desarrollo quehemos visto en algunos casos en nuestro país.

Una exposición de arquitectura, casi sin arquitectura,que pone el énfasis en las personas, o al menos esoes lo que puede parecer al ver las imágenes,fotografías y dibujos colgados en las paredes de estassalas inventadas con cartón. Escenas con personas,rostros, pero también noticias, anuncios, recetas yalgún que otro reportaje, es lo que los responsables deesta muestra han reunido aquí para explicar quésignifica Rehabitar y, especialmente, qué sentidoadquiere en el momento actual esta palabra. Unaexposición sin edificios, planos o maquetas que, sin3

Ministerio de Vivienda

SALA LA ARQUERÍA DE NUEVOS MINISTERIOSPaseo de La Castellana 67, MadridT. 91 597 51 32

Comisariado, conceptualización, diseño del montaje y documentaciónXavier Monteys, Magda Mària, Pere Fuertes, Anna Puigjaner,Roger Sauquet, Carles Marcos, Eduard CallísCarlos Fdz. Rovira y Oscar Linares, colaboradoresHABITAR - grupo de investigaciónDepartamento de proyectos arquitectónicos, UPCPere Serra 1-1508173 Sant Cugat del Vallès, Barcelona www.etsav.upc.edu/habitarT. 93 401 78 90

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RehabitarEl arte de aprovechar las sobras

Una noticia aparecida en la prensa nos sirve parainiciar esta reflexión. En 2004, se habían construido enEspaña más viviendas que en Alemania, Francia e Italiajuntas; es decir, un país de 44 millones de habitanteshabía edificado más viviendas que tres países quesuman 204 millones de habitantes, casi cinco vecesmás. Durante los últimos años hemos podido leer –conpequeñas variaciones– esta misma información,confrontando la cifra de 800.000 nuevas viviendasanuales con la imparable degradación de nuestropaisaje. Estos datos, por otra parte, son hoy de unainnegable actualidad, ya que se encuentran en eltrasfondo de la crisis económica que, de formaparticular, afecta al sector inmobiliario.

Se trata pues de un escenario propicio para la revisiónde distintos factores, en especial aquéllos que5

embargo, al recorrerla, trasmite arquitectura por loscuatros costados.

Hemos preferido que los contenidos del trabajo llevadoa cabo por los integrantes del Grupo de InvestigaciónHabitar, del Departamento de Proyectos Arquitectónicosde la UPC, sean repartidos en nueve episodios, con elfin de poder desarrollar mejor el conjunto de ideasasociadas al hecho de Rehabitar.

Como Ministra de Vivienda, me complace mucho queen estas galerías tengan lugar este conjunto deexposiciones y agradezco la ocasión de colaborar con laUniversitat Politècnica de Catalunya.

Beatriz CorredorMinistra de Vivienda

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determinan o han determinado nuestra forma de hacerviviendas hasta ahora. El momento es interesante;quizás porque no tendremos otra ocasión para revisar afondo nuestras propuestas en materia de vivienda. Loque muestra esta exposición es un punto de vista sobreesta revisión, en la que sin duda pesan consideracionesde actualidad. De hecho, el planteamiento es muysencillo y podría resumirse como sigue: “antes de haceralgo nuevo, pensemos si hemos utilizadoadecuadamente lo que ya está hecho”; en definitiva,aprovechar mejor lo que tenemos. El conjunto dereflexiones que apuntan en esta dirección lasagrupamos bajo el nombre de rehabitar.

Rehabitación o sostenibilidad

Llama poderosamente nuestra atención la continuaaparición de noticias en los medios sobre cómodeben ser las nuevas viviendas. Mientras escribimosestas líneas, en la televisión se habla de una casaecoeficiente construida con materiales reciclados. En el fondo, se trata de un chalé convencional demadera dotado de los gadgets habituales para suecoeficiència, que “eso sí, todavía está fuera de lasposibilidades económicas de la mayoría”, afirma lalocutora ¿No sería más sensato reciclar –es decir,rehabitar– las viviendas ya hechas en lugar deconstruir nuevas viviendas a partir de materialesreciclados? 7

El País, 4 de febrero de 2005

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En los reportajes de prensa aparecen todo tipo de casasque se definen como ecoeficientes: viviendasdesmontables, reciclables o de baja incidencia energética.De hecho, hoy en día –con miles de pisos vacíos ysegundas residencias infraocupadas, con edificiosindustriales y de oficinas sin uso y en buen estado– seguirconstruyendo nuevas viviendas, aun pensando en suprefabricación, nos parece algo perfectamente aplazableo, como mínimo, a debatir en otros términos. El fabulosoparque de viviendas desaprovechado en Españamerecería una profundización y un abordajearquitectónico desde el punto de vista conceptual.Merecería asimismo que nos planteásemos hasta quépunto una parte del este discurso sostenible no es másque la excusa para seguir construyendo de forma acrítica.Quizás el problema sea el consumo energético, perotambién lo es el exceso y la sobreabundancia.

Rehabitar supone reconsiderar nuestro punto de vistasobre lo viejo o sobre lo que ya existe, habitualmentecontemplados de forma negativa. Para dar un apuntesobre esta extendida actitud, podemos recurrir a dosanuncios, uno del Ayuntamiento de Barcelona y el otrode una entidad bancaria. Ambos tienen ya algunos años,pero estamos convencidos de que, en el fondo, muypoco ha cambiado. “Ahora le será mucho más cómododeshacerse de ellos” –de los muebles viejos– o“Cámbielo todo”, nos decían. Que sea viejo no significaque sea inútil o esté muerto. De hecho, su vida útil puedeser aún más larga que la de algunos productos nuevos.Antes de tirar algo o de coger el martillo para derribarlo,9

Cartel del Ayuntamientode Barcelona anunciandola recogida domiciliaria demuebles y trastos viejos. Versión traducida.

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podríamos pasar un rato pensando en cómo aprovecharmejor las cosas y valorando si aquello que viene ensubstitución de lo viejo será necesariamente mejor.

Ésta es en realidad una cuestión crucial, ya que el CódigoTécnico de la Edificación –y muchas de las normas queregulan las viviendas en las distintas comunidadesautónomas de nuestro país– pueden dejar a las viviendasactuales al margen de la ley. A efectos prácticos, estasnormativas son una invitación a seguir haciendo nuevasconstrucciones con el pretexto de que las que tenemos noestán bien y suponen que una modificación substancialen una vivienda tiene que ajustarse a la norma. Encambio, tienen una cosa positiva y es que nos permitenapreciar aún más lo que tenemos. Rehabitar significatambién una reflexión crítica sobre estas normativas.

Una reparación dinámica

Rehabitar supone un abordaje distinto del proyecto dearquitectura. Por lo menos siempre que consideremos,claro está, el proyecto como la herramienta porexcelencia para la formalización de una nuevapropuesta. A nuestros ojos, resulta interesante queunas leves modificaciones en una casa puedan resultarmás acertadas que una vivienda planteada de nuevocomo una casa ideal ¿Por qué conseguimos mejoresresultados mejorando un edificio, aunque seapuntualmente, que cuando lo proyectamos de nuevo?11

Anuncio de préstamos para la reforma del hogar deCaixa Catalunya, a mediados de la década de losnoventa.Versión traducida.

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Esto es especialmente pertinente aquí porque rehabitar noes rehabilitar y, en cualquier caso, no nos referimos areformas o intervenciones que persigan la puesta al día deun edificio, estilísticamente hablando, sino de proponermodificaciones en el uso de los edificios. Rehabitar esvolver a usar un edificio, pero modificando la forma dehacerlo. No se trata de intervenciones plásticas,demasiado frecuentes, sino de una modificación del cómo.

En cierto sentido, podríamos compararlo con lo queRichard Sennett en El artesano (2008) denominareparación dinámica; en el sentido de completar, derealizar de hecho una corrección en toda regla de unobjeto cualquiera. Para él, hacer y reparar forman partede una única cosa. La reparación corrige, en ciertamedida, y aquí esta corrección viene producida por elnuevo uso que le damos.

Una actitud

Rehabitar significa el predominio del interior sobre elaspecto exterior. De hecho, este predominio setraduce algunas veces en una intervención mínima –o aparentemente nula– que, en cambio, tienerepercusiones muy importantes en el edificio sobre elque operamos y, por extensión, en la ciudad.

Rehabitar supone una de las cosas más atractivas desdeel punto de vista de la arquitectura: conseguir un13

Artículo de prensa sobre la firma sueca Ikea condiferentes personajes en el mismo interior. En cadaviñeta percibimos una casa diferente por el carácterque imponen los ocupantes.

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cambio radical en un espacio con la simple alteración desu uso, sin intervenciones estructurales; por decirlo deforma radical, sólo con nuestra presencia. Un hecho quepodemos ilustrar con la actitud que un viejo anuncio deIkea ejemplifica: “redecora tu vida”. Un mismo espaciovacío, formado por habitaciones comunicantes, quedatransformado por la presencia de diferentes personas.Ellos son la casa y la hacen distinta.

La cuestión de la presencia es esencial, como nosrecuerda un comentario de Bruno Taut: “lo másimportante en las fotografías de arquitectura no es elaspecto de los espacios con gente sino el aspecto de lagente en dichos espacios”. Son las personas quienestienen esta capacidad de transformar un espacio y, portanto, son esenciales para rehabitarlo. De hecho, laexpresión alude precisamente a esto. Mientrasrehabilitar hace referencia al objeto, rehabitar hacereferencia a la acción, al sujeto que la produce. Paraesta idea, resulta apropiado recurrir a la película deAntonello Grimaldi, Caos calmo (2008), en la que elprotagonista se obstina en permanecer en un banco dela plaza, frente a la escuela de su hija. Contra todopronóstico, acaba por convertir el banco –y, porextensión, la plaza– en su oficina y parcialmente en sucasa y obliga a los demás a desplazarse a lo que él hatransformado en nuevo centro de su actividad.

Esto es precisamente lo que plantea el belén que semonta cada año en tantos hogares en nuestro país.Esas figuras de barro dotan de sentido a una15

Antonio Grimaldi. Caos Calmo, 2008Fandango / PortobelloPictures / Phoenix FilmInvestment / RAI Cinema

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Filippino Lippi, Adoración de los Magos, 1469Galleria degli Uffizi, Florencia

Hermanos Le Nain. Adoración de los pastores, 1640The National Gallery, Londres

Sandro Botticelli. Adoración de los Magos, 1470-75The National Gallery, Londres

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Louis I. Kahn. La habitación, 1971Dibujo incluido en la publicación de su conferencia“The room, the street and human agreement”,pronunciada el 24 de junio de 1971 en el acto derecepción de la medalla del American Institute ofArchitects. AIA Journal, 56 (septiembre 1971).

Rogier van der Weyden. Retablo de Santa Columba,C.1455Alte Pinakothek, MunichPieza central de un tríptico

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construcción arruinada hasta convertirla en una casa ala que muchos acuden. Las pinturas de la adoración delos pastores o de los reyes magos –todo un génerodurante siglos– escenifican con matices esta actitudrehabitadora que resulta el auténtico invariante de estaspinturas. Esas personas dignifican un establo de talmodo que lo convierten en una casa, aunque sigan allílos animales. Para ello, resultan cruciales las personasy, en justicia, podríamos decir que más que el techo olas paredes medio derruidas, la arquitectura la hacenlas personas. La forma en que los animales arropan laescena desde el suelo y la postura de las personasreclinadas sobre el niño, sugieren ya los trazosarquitectónicos de la composición. Esto mismo es loque han señalado algunos críticos acerca del dibujo“The Room” (1971) de Louis I. Kahn, en el quepresenta la habitación como el origen de laarquitectura. Un dibujo, por cierto, comparable a lascomposiciones de algunas de estas adoraciones: eltrazo de los arcos de esta habitación parece surgir delas dos personas que conversan, como la prolongaciónde la espalda de uno de ellos. La arquitectura surge dela habitación como si fuera su origen pero también deestas dos personas que aloja.

En este sentido, pocas dudas nos quedan al observaralgunas obras realizadas por Thierry y Bruno Lahontâaen las que eliminan cuidadosamente las figuras dealgunas pinturas conocidas. La estancia de “LasMeninas” sin las infantas, los reyes o el mismoVelázquez, no se identifica con ningún lugar; una21

Diego Velázquez. Las Meninas, 1656Museo del Prado

Thierry Lahontâa.Después de Velázquez,2009Fondation Raffy

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prueba contundente de que la arquitectura no es sólo elespacio. Pero no basta con ocupar el espacio. Lacomparación de dos fotografías obtenidas de la prensanos muestra que, más allá de la presencia, la actitudpuede convertir un simple local en una casa –comoevidencia esta pareja marroquí fotografiada enAlgeciras– o, por el contrario, una actitud equivocadacomo la de estos soldados, transforma una casa en unlugar inhóspito.

Rehabitar, reamueblar

Si pudiéramos ver el interior de los apartamentos deun mismo edificio simultáneamente, nos daríamoscuenta de que siendo los mismos apartamentosparecen distintos al verlos cada uno con sus muebles.Los muebles son una extensión de sus ocupantes,como su ropa.

Paradójicamente, los muebles –y, más precisamente,nuestros muebles– tienen la capacidad de convertircualquier casa e incluso cualquier espacio en nuestracasa. Los muebles parecen estar por encima de losespacios; son los ingredientes para hacerlo habitable.Ver los mismos muebles cuando cambiamos de casa,en un espacio distinto, produce un efecto extraño ydifícil de definir, si no es considerándolo precisamentecomo la extensión de nosotros mismos, como unamanifestación de nuestro carácter.23

Una pareja marroquí fotografiada en Algeciras.José Manuel Navía

Unos marines estadounidenses ocupando el palaciopresidencial de Irak.AP Archive

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Una de las evidencias más claras al respecto estárelacionada con el hecho de cambiar los muebles delugar; cosa que, por otra parte, mucha gente practica deforma intuitiva y aún compulsiva. Quizás éste sea el modomás efectivo de hacer visible una crítica no verbalizada alespacio que habitamos. Cambiar la disposición de losmuebles –que no es lo mismo que cambiar los muebles–es, por tanto, la mejor manera de poner a prueba lacapacidad de transformación de la casa en la quevivimos. Pensamos que esta simple operación es uncambio profundo. Alterando la disposición de los mueblesmodificamos la forma de usar la casa; cambiar losmuebles de lugar también es una invitación a rehabitarla.

Un ejemplo de una máxima transformación con unmínimo cambio de mobiliario es el caso de lasfotografías que la entonces estudiante de arquitecturaSara Márquez Martín realizó durante su estancia enVenecia. Con estas fotografías, publicadas por laprensa, asistimos a un vital ejemplo de modificaciónespacial en una casa de alquiler de poco más de 40metros cuadrados en la que los habitantes residen porbreves periodos de tiempo. Aquí lo más importante esla mesa de la cocina; la reforma puede esperar.

Un cangrejo que camina hacia delante

El cangrejo ermitaño es un crustáceo pragmático queusa como casa el caparazón vacío de un molusco y25

Diferentes usos que la arquitecta Sara MárquezMartín, entonces estudiante, desarrolló en la cocinadel piso que ocupaba en Venecia, gracias a lapresencia de una gran mesa. Según apareciópublicado en el suplemento semanal de El País.

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que se muda a otros más grandes según va creciendo.Es oportuno señalar aquí que no nos interesa la formao el dibujo de la concha, no importan lascaracterísticas formales del caracol, su diseño. A LeCorbusier, por ejemplo, le gustaba dibujar y tambiénpublicar en sus libros fotografías de caracoles comoejemplos de una belleza armónica a imitar, como hizoen sus proyectos de museo en espiral. Aquí no nosinteresa la forma del caracol ocupado; nos incumbe laacción del cangrejo porque representa a la perfeccióneste pragmatismo que podríamos calificar deverdaderamente ecológico.

Ante el caso que plantea el cangrejo ermitaño nospreguntamos cómo lo debemos interpretar ¿Se trata deun error de la naturaleza al no haber dotado al cangrejode un caparazón suficientemente duro para protegersede sus depredadores y, por lo tanto, debemosconsiderarlo como un cangrejo defectuoso?; ¿o bienestamos ante una demostración de inteligencia de lanaturaleza que ha puesto en un mismo hábitat a uncaracol que muere y deja un caparazón aún útil, y a uncangrejo que necesita protección? No nos incumbeaquí la biología del caracol ni la del cangrejo, sino lamagnifica lección de oportunidad que representa ¿Porqué no aprender de este ejemplo?

La historia de la ciudad y la de la casa no son ajenas aeste fenómeno. Spalato, en Dalmacia, o Arlés, enFrancia, son en realidad caracoles abandonados yejemplos de esta idea. Una idea que surge de dar27

Cangrejo ermitaño, de la superfamilia de crustáceosdecápodos paguroideos (Paguroidea).

Página siguiente: Jacques Peytret, El anfiteatro de Arlés habitado, 1686 Colección Ville d'Arles, médiathèque. Foto C.I.C.L.

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aprovecharse. No tirar, no derribar indiscriminadamente.Incluso la extendida idea según la cual “es más baratohacerlo de nuevo que arreglarlo” nos parece, en estecontexto, cada vez más indefendible. Ya hace más de cien años del libro El Practicón. Tratado completo decocina y aprovechamiento de sobras (1894). En estetexto, Ángel Muro defendía una cocina basada enaprovechar lo que dejamos en la mesa y, a partir deestas sobras, elaborar platos exquisitos. Rehabitartendría que ser algo parecido al arte de aprovecharnuestras sobras, antes de que no sepamos qué hacercon ellas.

Rehabitar representa, sobre todo, la voluntad de volvera utilizar, de dar un nuevo uso; implica la curiosidad deprobar otros usos en un edificio. Pensar cómo podríausarse de otro modo. Representa una valoración de lanovedad al margen de la forma. No se trata de unnuevo objeto, no es una novedad más; la novedadradica en la forma de usarlo.

Animados por este conjunto de razonamientos, en lospróximos meses se sucederán en estas salas un totalde nueve episodios –incluyendo este primero–tratando de desgranar otras tantas aproximaciones ala idea de Rehabitar que permitirán conceder unasegunda oportunidad a los muebles antes deacometer una reforma; revisar la habitación dealquiler como extensión variable de la casa; abriralguna puerta más entre las piezas de una mismavivienda o una segunda entrada; poner una mesa en31

solución a un problema de la forma más pragmáticaposible. Se trata de reciclaje en estado puro, rehabitarun edificio colosal para convertirlo en una ciudad, hacerde sus crujías, de sus vanos o de sus torres,habitaciones; y de los corredores, la arena o losvomitorios, calles y plazas. Rehabitar también puedeabordar algunos monumentos o simplemente edificiossingulares. Mientras que en otras ciudades como Vienao Copenhague no hace mucho tiempo se convirtieron,por ejemplo, antiguos gasómetros en viviendas, aquí, ennuestro país, este ejemplo no se ha prodigado.

El grabado de Arlés habla por sí solo: una ciudad enteracompactada y comprimida hasta ocupar el antiguoanfiteatro romano y reformular la colocación de susmateriales, utilizando el monumento como cantera al airelibre. La ciudad que muestra el grabado es en realidadun monumento a la necesidad y un magnífico ejemplopara explicar qué significa en arquitectura la palabradisponibilidad. Paradójicamente hoy en día no tenemosninguna otra idea con los viejos monumentos querestaurarlos para convertirlos en atracciones o museos desí mismos. Resulta todo un retrato de nuestra época.

El arte de aprovechar

Más que rehabilitar se trataría, desde nuestro punto devista, de aprovechar. Observar los edificios o los objetoscomo cosas que aún tienen vida útil y que pueden

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la cocina para incitar cambios en su uso; disolver lahegemonía de la sala de estar; reanimar la calle–algunas calles– ralentizando el movimiento ydomesticando las plantas bajas o pensar en balconesy cubiertas como habitaciones exteriores. En definitiva, Rehabitar plantea cómo interrogarseacerca de la casa, subvirtiendo el uso que hacemosde ella, para infundirle nueva vida. Plantearse la casadel futuro es, sencillamente, pensar en el futuro denuestras casas.

Diseño gráficoXeixa Rosa

MontajeCultural Sense

Taller Vallirana

Marzo de 2010

D.L. xxxxxxxxxxxx ISBN LKDSJFLKAJFDJ

Página siguiente: Los habitantes de La casa del Futuro, de Peter yAllison Smithson, 1956, en un montaje sobre unavivienda antigua.

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