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Panamá: ................ .... .......... .. "Hoy venimos de Colón para decirles esto . El problema de las calles, la basura, la gente no quiere cooperar, los camiones llegan de mes en mes, por favor a ver si ustedes nos pueden ayudar " . Leopoldo Valderrama (12 años) la niñez y la mujer en la encrucijada del año 2,000 .. ........ . ....... . . .. . ...... . .. . ..... . ... . ..... . . .......... .. ........ .... ... . .. .. ... . . .... .... .. Area urbana En el área urbana las coberturas de agua y sa- neamiento son altas y aceptables . Sin embargo, sub- sisten serios problemas de operación, mantenimien- to de los sistemas potabilizadores y saneamiento de las fuentes . Se pueden enumerar la frecuente interrupción de los suministros y la pérdida del lí- quido debido a la rotura de viejas tuberías ; la conta- minación de la red de distribución, por estas mis- mas causas, se ha convertido en un peligro latente; la subfacturación, debido a la escasez de medidores; el desperdicio por la falta de una conciencia ciuda- dana sobre el valor real del agua ; y la reducción progresiva de la disponibilidad de recursos hídri- cos . La ciudad de Panamá tiene uno de los más altos consumos de agua por persona : 100 galones diarios promedio . Sin embargo, en las comunidades urba- no-marginales este promedio puede disminuir a menos de la mitad debido a la ausencia absoluta del servicio de agua, a las continuas interrupciones, en el suministro, entre otras- A pesar de la reciente ampliación de la capaci- dad del sistema, las proyecciones indican que, de mantenerse los actuales niveles de consumo y la creciente población, la necesidad de suministro de agua será cada vez mayor y la disponibilidad menor. Vale la pena señalar, en relación con el sanea- miento, que ninguna de la ciudades del área metro- politana (Panamá, Colón, San Miguelito y La Cho- 82

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Panamá:. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..

"Hoy venimos de

Colón para decirles

esto . El problema de

las calles, la basura, la

gente no quiere

cooperar, los camiones

llegan de mes en mes,

por favor a ver si

ustedes nos pueden

ayudar " .

Leopoldo

Valderrama

(12 años)

la niñez y la mujer en la encrucijada del año 2,000. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..

Area urbanaEn el área urbana las coberturas de agua y sa-

neamiento son altas y aceptables. Sin embargo, sub-sisten serios problemas de operación, mantenimien-to de los sistemas potabilizadores y saneamientode las fuentes . Se pueden enumerar la frecuenteinterrupción de los suministros y la pérdida del lí-quido debido a la rotura de viejas tuberías ; la conta-minación de la red de distribución, por estas mis-mas causas, se ha convertido en un peligro latente;la subfacturación, debido a la escasez de medidores;el desperdicio por la falta de una conciencia ciuda-dana sobre el valor real del agua ; y la reducciónprogresiva de la disponibilidad de recursos hídri-cos .

La ciudad de Panamá tiene uno de los más altosconsumos de agua por persona : 100 galones diariospromedio . Sin embargo, en las comunidades urba-no-marginales este promedio puede disminuir amenos de la mitad debido a la ausencia absolutadel servicio de agua, a las continuas interrupciones,en el suministro, entre otras-

A pesar de la reciente ampliación de la capaci-dad del sistema, las proyecciones indican que, demantenerse los actuales niveles de consumo y lacreciente población, la necesidad de suministro deagua será cada vez mayor y la disponibilidadmenor.

Vale la pena señalar, en relación con el sanea-miento, que ninguna de la ciudades del área metro-politana (Panamá, Colón, San Miguelito y La Cho-

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Panamá : la niñez v la mujer en la encrucijada del afro 2,000 :

rrera) cuenta con sistemas de tratamiento de lasaguas residuales . La bahía de Panamá es un claro ynotorio ejemplo de deficiencia en términos de sa-neamiento ambiental . En ese sitio se vierte la mayorparte de las aguas residuales del área metropolitanay constituye, de hecho, un serio y reconocido peli-gro para la salubridad pública.

En las zonas urbanas, marginales, la acumula-ción de basura en vías públicas también representaun peligro constante para la salud.

Es necesario utilizar nuevas tecnologías, bara-tas, para eliminar las excretas en áreas peri–urbanasde bajos ingresos con miras a dar respuestas saluda-bles al inevitable crecimiento de la población y desostener sistemáticamente las coberturas de sanea-miento en las ciudades.

Aspectos generales vinculados con lasostenibilidadLa deforestación y la degradación de los suelos

provoca alteraciones importantes en el equilibriohidrológico: inundaciones durante la época lluvio-sa, sedimentación de los cauces y embalses, erosión,contaminación y disminución de la cantidad y cali-dad del agua.

El país no cuenta con estudios para determinarla magnitud y los efectos de la deforestación . Sinembargo, es notoria y preocupante la escasez deagua en el arco seco de la península de Azuero . Lapráctica de la ganadería extensiva exterminó la ve-

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Panam t : Ia nimei y I<t n1U¡Cr 01 Irr cR(~m C~ijada del ano 2,000. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..

getación primaria de la otrora fértil región . Ahorahasta los potreros peligran.

Otro ejemplo de deforestación irracional se per-cibe en la cuenca del Canal de Panamá . De acuerdocon los últimos datos disponibles, 216,000 —el equi-valente al 60% de las 326,000 hectáreas de la cuen-ca del Canal habían sido virtualmente deforestadas,según datos del año 1984 . La erosión —que es lasecuela por antonomasia de la deforestación— dis-minuyó la capacidad de almacenamiento del lagoAlajuela en un 5% . Por esta vía no sólo se pone enpeligro el funcionamiento del canal interoceánico.También peligra el abastecimiento del vital líquidoal área metropolitana en donde, obviamente, se con-centra el porcentaje más alto de la población.

El saneamiento de la Bahía de Panamá, ya men-cionado anteriormente, es otro factor cuya magni-tud lo ubica como un problema general y que re-quiere para su solución de grandes inversiones.

En la ciudad de Panamá, el alcantarillado —enun sistema mixto— combina las aguas negras conlas fluviales y las descarga directamente en la Bahíade Panamá . En este lugar el nivel de las aguas bajaconsiderablemente 2 veces en 24 horas— consti-tuyendo un serio peligro para la salubridad pública.Sc hace imprescindible ante esta situación nosólo el saneamiento de la bahía sino el estableci-miento de las plantas de tratamiento de aguas ne-

as qne se regnieran.

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Panamá : lit niñez y la mujer era la encrucijada del aio 2,000. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..

Proyecciones de coberturas e inversionesnecesariasDurante los dos últimos años el Estado ha inver-

tido en agua y saneamiento unos B/ .11 .0 millonescomo promedio anual, cantidad que no es suficientey que tendría que ser incrementada en una terceraparte para cubrir las metas definidas para el año2,000.

En efecto y de acuerdo con proyecciones deUNICEF–Panamá, alcanzar las metas de universali-zación de las coberturas de agua y saneamiento pa-ra el año 2,000 requieren la inversión promedio deunos B/15.0 millones anuales : B/ .8.0 o B/ .9.0 mi-llones por año para procesamiento y distribuciónde agua y B/ .6.0 o B/ .6 .5 millones por año para sa-neamiento.

El cuadro N" 6 refleja la situación general y lasmetas previstas para mediados de la década, asícomo para el año 2,000 .

C( ;AURo N ' 6

Metas de agua y saneamiento'

METAS

Reducir en un 25% la diferencia entre población199D Actual': 1995

servida y no servida en agua potable 82% 89%0) 86 .5%Reducir en un 17% la diferencia entre la población

servida

no servida en saneamiento 87/0 88/1 61 89 .2%

Las metas al año 2000 son las de cobertura universal de agua potable y saneamiento.la) Estimaciones realizadas por el Ministerio de Planificación y Política Económica (MIPPE).(b) Estimaciones realizadas por UNICEFPanamá para el año 1993.FUENTE : Dirección de Estadística y Censo . Censo Nacional de Población y Vivienda de 1990 .

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rl14

"

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del arao 2,000. . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..

ucación

Vna de las características del contexto so-cio-económico de Panamá es —como ha sido men-cionado—la coexistencia de un sector urbano conindicadores similares al de los países de desarrollohumano alto. En este Panamá prácticamente todaslas metas del año 2,000 se han alcanzado . Las zonasrurales e indígenas, en cambio, poseen característi-cas comparables a la de los países de más bajo nivelde desarrollo humano . Este Panamá, según los in-dicadores, está muy lejos, y de manera acentuada,de las metas de fin de siglo.

Si bien la educación panameña exhibe, en térmi-nos generales, tendencias positivas, el examen desa-gregado por regiones o grupos étnicos revela pro-fundas disparidades y falta de equidad que prevale-ce en la sociedad panameña.

1 . SITUACIÓN EDUCATIVADE LA POBLACIÓN PANAMEÑA

E n 1990 la población panameña, a nivel glo-bal, había logrado un nivel educativo relativamentealto en comparación con otros países del área . Ese

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Panamá: la niñez y la mujer en la encrucijada del ario 2,000. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..

año registró una mediana de 6.7 años de escolaridadaprobada . Sin embargo, en las zonas indígenas lamediana fue de 3 años . Y la mediana de la escolari-dad de las muj'eres de estas áreas, en particular,apenas alcanzó los 2 .5 años.

En Panamá, la población escolar es atendida entérminos mayoritarios por el sector público a travésdel Ministerio de Educación y la red de escuelas,colegios e institutos distribuidos a lo largo y anchodel país. Según cifras preliminares, en 1994, aproxi-madamente el 85% de las escuelas, aulas, alumnosy docentes eran atendidos y provistos por el sectorpúblico. Únicamente el 15% del sistema educativoera responsabilidad del sector privado o particular.

GRÁFICA 1V= 11

Matricula según nivel educativoAño 1994

PRIMARIA 52%

~

/¡ — INICIAL 6%~

\

\ \\—OTRAS 2%

_. ---~UNIVERSIDAD 9%---

MEDIA 31%

Fuente : Dirección deEstadística . Ministeriode Educación.

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Panamá: la niñez y la mujer en la encrucijada del año 2,000. .. . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..

Es oportuno resaltar que durante los últimosaños la tasa de crecimiento de la educación particu-larha sido cuatro veces superior a la registrada porla educación oficial. T)e mantenerse esta tendencia,se estima que en 20 años la educación particularduplicará su coberfura actual . Estos cambios pocotienen que ver con la distribución del ingreso o conlos niveles de pobreza . Se vinculan, handamen.tal-mente, a la calidad de la educación.

De acuerdo con cifras preliminares del Ministe-rio de Educación, la matrícula de todo el sistemaeducativo para 190,4 ascendió a 696,134 alumnos.El 6% matriculó la educación inicial, 52% la educa-dón primaria, 31% la educación media, 9% la edu-cación universitaria y 2% otras.

1 .1. LA EDUCACIóN INICIAL

En Panamá, la educación inicial o pre-esco-lar, a diferencia de la educación primaria, era opta-tiva . No es sino hasta la aprobación de la nuevaLey de Educación (julio de 1995) cuando se estable-ce —a partir de los 3 años y 7 meses de edad— laobligatoriedad de la educación, inicial.

En 1993 la matrícula ascendió a 36,514 párvulos,el 71 % atendido en centros públicos y 29% en cen-tros privados. El 93% fue atendido por centrosformales o convencionales (kinder, jardines de in-fancia) y el 7% restante por centros no-formales(Centros familiares comunitarios de educación inicial).

Únicamente el 24% de los niños panameños, cu-

"El Derecho a la

Educación es

necesario para tener

una buena

capacitación, para

saber tomar una

buena decisión, para

entendernos, ahora así

como estamos

hablando, no ser

analfabetas como

muchos niños que

vemos en la calle

jugando y no están en

la escuela.

. . . El derecho a la

Educación es

obligatorio ."

Bosco Fernández

López

(12 años)

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Panamá :la niñez y ta mujer en la encrucijada del ano 2,000. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..

yas edades oscilaban ente los 4 y 5 años recibieroneducación inicial en 1993. La cobertura en el áreaurbana fue casi-tres veces superior a la rural (37%y 13%, respectivamente).

1 .2. LA EDUCACION PRIMARIA

L a educación primaria —obligatoria y gra-tuita según establece la Constitución de la Repúbli-ca de Panamá— concentró el 52% de la poblaciónescolar del país en 1994.

En 1993 la cobertura neta de la educación pri-maria —total de alumnos de 6-11 años matricula-dos— registró un 91 .5% a nivel nacional . No obs-tante constituir un indicador alto, próximo a la metade la universalización de la educación primaria, esnecesario destacar que en 9 de los 68 distritos quecomprende el país la cobertura neta es inferior al80%. Esta disparidad, de cara al cumplimiento delos objetivos de cobertura total que se persigue, de-be ser subsanada y, para ello, es indispensable redo-blar los esfuerzos en aquellas áreas en donde predo-minan la pobreza y la marginación.

Para 1993, el promedio nacional de la retención—total de niños/ as que ingresan a la escuela prima-ria y alcanzan el 5 4 grado— alcanzó el 73.5% . Esteporcentaje, sin embargo, es engañoso . Existen dis-paridades muy marcadas . Así como algunas tasasde retención están por encima del 90%, en los distri-tos urbanos, otras específicamente en 10 distritosrurales-indígeneas— están por debajo del 50%.

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Panamá : la niñez y la mujer en la encrucijada del alzo 2,000. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..Para el mismo año, el promedio nacional de la

tasa de edad de ingreso —total de niños/as que in-gresan a la escuela primaria a la edad de 6 años—alcanzó el 73 .6% . También, en este caso, se percibendisparidades muy marcadas: distritos urbanos cu-yas tasas están por encima del 80% mientras queen otros, rurales-indígenas, es inferior al 50% . Untotal de 14 distritos registraron en 1993 tasas deedad de ingreso por debajo del 60%.

Aún cuando el promedio nacional de la tasa derepetición—total de niños/as que no pasan al gra-

GRÁFICA N° 12Principales indicadores a nivel nacional de la educación primaria

Años 1990 y 1993

TOTAL

- ----

120 .0

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oE .—o.

1993~ 73.5

91 .5,I

73 .0

1 04.6

10 , 5

9 .1Í

4 .5 I

1990 ~~ 71 .3 ~ 91 .0 ; 71 .5 ~ 106.2 ~ 6 .5 ~ 10.4 i 1 .8

INDICADORES (TASAS)

Frente: «Estudio del sistema escolar primario de Panamá». UNICEFyMinisterio deEducación . Panamá,wiembre de 1994 .

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Panamá: la niñez y la mujer en la encrucijada del ario 2,000_ _do siguiente— registra una progresiva tendenciadecreciente a partir de 1985, durante el período1991-1993 osciló'en alrededor del 10% . El promedioobservado para 1990, que bajó al 6 .5% no es repre-sentativo de las tendencias históricas . En esa opor-tunidad se adoptaron disposiciones especiales —muy flexibles— como consecuencia de la interven-ción militar norteamericana.

Además de las disparidades reiterativas entrelas áreas urbanas y rurales indígenas, los mayoresíndices de repetición se producen en los primerosgrados. En el período estudiado, la tasa alcanzó18 .4% para el primer grado llegó a 1 .8 para el sexto

grado.

La repetición de unos 35,000 niños/as le cuestaa Panamá unos B/ .9.5 millones anuales.

El promedio de deserción escolar primaria —total de niños/as que abandonan la escuela antesde completar los 6 grados de escolaridad— se incre-mentó de 1 .9% en 1990 a 4 .5% en 1993 . Como en elcaso de la repetición, los mayores niveles de deser-ción ocurren en el primer y segundo grado : 7.3% y4.7%, respectivamente. De igual manera se expre-san las disparidades regionales señaladas . Un totalde 10 distritos registraron, en 1993, tasas de deser-ción superiores al 8 .0%, dos veces mayores que elpromedio nacional.

En términos generales la cobertura de la educa-ción primaria en Panamá es alta . Sin embargo, lastasas de retención, de cobertura de educación mi-

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Panamá : la niñez y la mujer en la encrucijada del ario 2,000.. . .. .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..

cial, de edad de ingreso, de repetición y deserción—estrechamente vinculadas entre sí— presentannotorias disparidades regionales, carencias de basey sugieren deficiencias en términos de calidad.

Según se desprende de la degradación de lospromedios, es necesario redoblar esfuerzos para be-neficiar a los niños/ as en los lugares más apartadoseinhóspitos del país.

En efecto, la baja cobertura de la educación ini-cial (24%) indica que la gran mayoría de niños/asingresa a la escuela primaria sin los conocimientosy las destrezas necesarios para desempeñarse efi-cientemente en la escuela primaria.

Es de considerar también la ruptura y relacióntraumática que generalmente se produce cuandoel niño/a se traslioia del hogar — es decir de unambiente abierto, flexible, sujeto a una suerte de li-bre albedrío, sin mayores rigores disciplinarios, pro-penso a excesivas gratificaciones, con una metodo-logía centrada en la niñez— a otro ambiente másrigido, en donde predomina una metodología direc-tiva motivada por la rigurosidad del aprendizaje.Este choque de ambientes —además de los que pu-dieran atribuirse a razones económicas— tienenmucho que ver con los índices de repetición y deser-ción en el primer y segundo grado de la escuelaprimaria, y podrían evitarse en gran medida si, através de la educación inicial, se prepara a los ni-ños/as previamente para le escuela primaria.

Existen suficientes evidencias que corroboran

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P'ananlá : la nlnez ! :a n111 i c1' en la +üY"i(' :Ia Q dei QrlO !,tÍíiii. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..

esta afirmación. Es importante, en consecuencia, de-sarrollar y expandir la cobertura de educación ini-cial, especialmente a través de programas no forma-les, de bajo costo y basados en la familia y la comu-nidad, como son los centros familiares y comunitarios

de educación inicial (CEFACEI) impulsados por elMinisterio de Educación.

En este caso también es importante destacar lasdisparidades observadas a través del análisis de losindicadores: 11 distritos con población indígenagnóbe-bugle (Bocas del Toro, Chiriquí Grande, Re-

medios, San Félix, San Lorenzo, Tolé y Cañazas) yEmberá (Chepigana, Pinogana, Cémaco y Sambú)y 1 no indígena, Las Minas, tienen los peores regis-tros de escolaridad en toda la república.

La tasa de cobertura neta es similar para niñosy niñas, registrándose porcentajes de 91 .6% y 91 .4%,respectivamente . En 1993, de acuerdo al análisisde los indicadores, no se encontraron diferenciasde género significativas en lo concerniente a cober-tura, retención, edad de ingreso, repetición y deser-ción.

Las tasas de repetición y deserción, por ejemplo,son mayores para los niños que para las niñas . Enlas tasas de repetición se observan diferencias másgrandes : 5 .9% para los niños y 3 .8% para las niñas.La tasa de deserción fue de 5 .1% para los niños yde 4 .0% para las niñas . Las niñas, con una tasa deretención de 74 .1%, acceden en mayor proporciónal 5° grado que los niños cuya tasa es de 70 .4%. Co-mo puede verse, de acuerdo con la tendencia gene-

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' á niñez y la mujer en la encrucijada del uño 2,000

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Panamá: la niñez y la mujer en la encrucijada de¡ alto 2,000. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..

rededor del 1 % del total de la matrícula de la escuelaprimaria. Su tasa de crecimiento para el período1980-1992 fue de 3%, con un relativo estancamientodurante los últimos siete años.

El retardo mental registra el 64% de lamatrícula de esta institución . El 11% registra defi-ciencia auditiva . El 25% de los matriculados serelaciona con otros impedimentos : síndrome deDown, parálisis cerebral, deficiencia visual, etc.De acuerdo a las edades, el 8% tiene de 0 a 5 años,el 53% tiene de 6 a 12 años y el 39% tiene de 13 a 18años.

Según los resultados del Estudio de la década de

las personas en discapacidad 1983-1993 se percibe unamayor concentración de los servicios en el áreametropolitana, un evidente desface de la legislaciónen relación con la discapacidad y el desarrollo delos servicios, y una creciente participación de las

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Panamá : la niñez y la mujer en la encrucijada del año 2,000. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..

ONGs en la dotación de recursos destinados a losdiscapacitados.

1 .4 . 6iLFABETIZACIÓN DE ADULTOS

L a tasa de analfabetismo de la población de10 años y más de edad, según el último censo, esde 10 .7% . Este porcentaje —en el que no se observadisparidad significativa por género— equivale entérminos absolutos a unas 189,000 personas.

Diversos indicadores evidencian la estrecha re-lación que existe entre educación y pobreza . No es_asual que los mayores índices de analfabetismose registren en los distritos clasificados con menorcapacidad de satisfacer las necesidades básicas yque, tampoco por casualidad, tengan una alta pro-porción de población indígena, verbigracia ChiriquíGrande (50%),San Lorenzo (47%), Tolé (43%) y Cé-maco (40%) . En cambio, en el otro extremo se sitúanlos distritos de Panamá, Chitré, David y Colón —con tasas que fluctúan alrededor del 5%— clasifi-cados como los de más alto índice de satisfacciónde necesidades básicas.

Es evidente que la gran mayoría de la poblaciónanalfabeta —según el perfil de las disparidadesmencionadas— procede de hogares que presentanbajas condiciones sociales y económicas . A su vez,el bajo nivel educativo constituye la principal limi-tarte de estos grupos para mejorar su calidad devida. Es, como puede verse, un círculo cerrado delque difícilmente se puede salir. Estas diferencias—como se ha venido reiterando y, en este caso, con

Joel Lutter

q 0 años)

" Yo opino que los

niños de Kuna Yala

tenemos derecho a

recibir educación en

nuestra propia

lengua ."

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Panamá: la niñez y la mujer en la encrucijada del aíro 2,000. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..

respecto a las oportunidades educativas— reflejanla falta de equidad que caracteriza a la sociedadpanameña.

En resumen, el analfabetismo se concentra enlas áreas rurales, generalmente en las poblacionesmás pobres y entre los grupos indígenas en particu-

lar. Las mujeres de estos asentamientos —con unatasa de 53%— son las más afectadas.

Las autoridades del Ministerio de Educación yde la Comisión Técnica Multisectorial estiman queel grupo mayor de 59 años, que constituye el 20%de la población analfabeta, es la principal limitantepara bajar los índices de analfabetismo en Panamá.

Por último, es importante destacar que, deacuerdo a estimaciones de UNICEF-Panamá, se re-querirá B/ .133 millones por año para lograr la co-bertura total de educación primaria, erradicar elanalfabetismo y duplicar (pasar de 24% a 48%) lacobertura de la educación inicial o pre escolar en elaño 2000.

El Estado ha destinado a educación alrededorde B/ .108.0 millones en 1994 y 1995 . Esto significaque, para alcanzar el objetivo ideal, debe aumentarla inversión en una quinta parte, o sea, unos B/25millones por año.

En términos generales, los esfuerzos que en ma-teria educativa desarrolla la sociedad panameña de-ben canalizarse en su conjunto para garantizar elperfeccionamiento de los recursos humanos con el

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Panamá' la niñez y la mujer en la eracrucljada del ano 2,000. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..

propósito de hacerlos más eficientes y competitivossegún los retos del siglo XXI.

En particular, alcanzar las metas'trazadas paramediados de la década v el año 2000 es de vitalimportancia, especialmente para la niñez paname-ña . El cuadro N' 7 resume dichas metas, la situaciónal año 1990, las perspectivas de fin de siglo e iniciode milenio .

CUADRO N2 7Metas de educación a mitad de la década del 90 y al año 2,000

META$ INDICADOR ie90 Actuar" 1995 21)00:Universalización de la Tasa de cobertura neta. 91 .0 91 .5 94 .0 100 .0educación primaria . Tasa de edad de ingreso 71 .5 73 .6 80 .5 100.0

Tasa de cobertura bruta 106 .2 104 .6 104.2 100 .0Tasa de retención (52 grado) 71 .3 73 .5 74 .2 80 .0

Erradicación Tasa de analfabetismodel analfabetismo . entre mayores de 10 años

de edad 10.7" n .d . n .a . 0 .0

Cifras correspondientes al año 1993.Cifras correspondientes al año 1990.

FUENTE : Dirección de Estadística . Ministerio de Educación y Dirección deEstadística y Censo de la Contraloría General de la República .

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CaphloW Mujer y desarrollo

1. LEGISLACIÓN Y DISCRIMINACIÓN

Se reconoce ampliamente que las mujeresdesempeñan un significativo papel en el procesode desarrollo nacional, situación que otorga, al igualque al hombre, derechos y oportunidades para par-ticipar en la vida pública y compartir con equidadlos frutos del desarrollo.

Panamá ratificó en 1981 la Convención sobre laeliminación de todas las formas ded iscriminación contrala mujer, la cual norma el principio de igualdad entrelos sexos . Sin embargo, este avance en la legislaciónno encuentra suficiente asidero en una sociedad endonde imperan estructuras materiales y culturalesque discriminan a la mujer y le asignan un papelde subordinación, lo que impide su participaciónequitativa, con derechos, responsabilidades y opor-tunidades compartidos con los hombres por igual.

Aunque la legislación vigente del Estado pana-meño consagra el principio de igualdad entre lossexos, existen vacíos jurídicos que mantienen la dis-criminación contra la mujer, como en el caso de lasamas de casa, quienes contribuyen a la economía

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.Panam ....

á : .la niñez y la mujer en la encrucijada del aíro 2,000. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..

del hogar sin que les sea reconocido . La falta deinstrumentos para evaluar el trabajo en el hogar,en general, y en particular en las áreas rurales, don-de adicionalmente a las tareas tradicionales com-parte muchas de las responsabilidades en las labo-res productivas, indica una subvalorización y acti-tud discriminatoria hacia la mujer.

La reciente aprobación del Código de la Familiarepresenta otro avance en la legislación para lograrla igualdad jurídica, pero sigue pendiente el incor-porar las recomendaciones de la Organización In-ternacional del Trabajo (O .I .T.) sobre Igualdad de re-muneración por igual trabajo del hombre y la mujer (No.100) y sobre la Discriminación por Razones de sexoen el empleo y ocupación (No . 111).

De igual manera, es necesario un análisis conenfoque de género del Código Penal, con el propósi-to de incorporar disposiciones que regulen figurasdelictivas aún no contempladas.

2. LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER

XJno de los problemas sociales más anti-guos y, a la vez más complejos, es la violencia contrala mujer . Esta no sólo ocurre como incidente aisladoen la vida de las mujeres casadas y jóvenes, sinoque su alta frecuencia causa sufrimientos incalcula-bles y deja profundas huellas en las víctimas y enla comunidad.

Es sabido que factores fundamentalmente de ín-dole cultural podrían convertir —y en efecto con-

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Panamá : la niñez y la mujer en la encrucijada de¡ año 2,000. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..

vierten— a las campesinas e indígenas en los gru-pos de mujeres más afectados por sentimientos debaja estima, desamparo e insuficiencia provocadospor la violencia. Todo ello contribuye a obstaculizarel acceso de estas mujeres a la política, al trabajo, ala educación, a la tierra, a la propiedad, al crédito ya la capacitación.

Si bien es cada vez mayor el número de personasque reconoce que este es un problema social, queexiste tanto dentro como fuera de la familia, lamen-tablemente la sociedad todavía produce estadísticase información parcial sobre la violencia y sus vícti-mas. Esta escasez estadística e informativa dificultaconocer la dimensión real del problema, y contribu-ye a postergar la toma de medidas correctivas ade-cuadas.

3. LA MUJER Y EL MERCADO LABORAL

S i bien en los últimos tiempos se reconocecon todas las de la ley la participación y el valiosoaporte de la mujer en el desarrollo, no es menoscierto que dicha participación, en muchas oportuni-dades, se, encuentra mediatizada en un marco deroles que evidencian actitudes discriminatorias, ex-plícitas o implícitas, en relación con el trabajo feme-nino. No debe olvidarse que la mujer, además departicipar activamente en el mercado laboral, tienela responsabilidad primaria de administrar el ho-gar.

Los indicadores sobre el mercado de trabajo pa-nameño señalan un incremento en la tasa de partici-

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pación femenina al pasar de 32% en 1982 a 41% en1994, la cual supera el 50% para el grupo de edadcomprendido entre los 30 y 39 años de edad . Elaumento de la participación femenina tiene impli-caciones directas sobre el bienestar económico delas familias.

Durante los últimos años se ha notado un incre-mento de ocupación femenina en una proporciónsuperior a la masculina, especialmente en oficios ycarreras que requieren mayor calificación (gerentes,administradores, profesionales y técnicos), lo cuales consistente con las tendencias que se observanen la educación superior a nivel de género . En esteúltimo aspecto, cabe señalar que la matrícula feme-nina en la Universidad de Panamá, en prácticamen-te todas las facultades y centros regionales, duplicala masculina . A ese dato hay que agregar que lasmujeres han representado, en promedio, durantela presente década, cerca de 3 cuartas partes del,to-tal de graduados . Tendencias similares se observanen otras universidades oficiales y particulares.

No obstante, el logro educativo de las mujeresno se refleja en el mercado laboral . El desempleofemenino (20 .1%) duplica al masculino (10.5%),mientras que, el ingreso promedio de las mujereses un 87% del percibido por los hombres . Estas di-ferenciales de ingreso son particularmente significa-tivas en los sectores tradicionales en donde el ingre-so femenino oscila entre un 55% y 60% con respectodel masculino. También en el sector moderno elingreso de las mujeres disminuye notablemente, alpunto de ser similar en el sector moderno rural . En

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Panamá,

la niñei. y la mujer el la encrucijada del año 2,000. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..

términos generales, la estructura de ingresos porgénero no se compagina con las características edu-cativas de la fuerza laboral . Ambos elementos sonindicativos de la discriminación a que se ve someti-da la mujer en el mercado de trabajo.

Por otro lado, y como consecuencia de la bajacapacidad de absorción de mano de obra de los sec-tores modernos, se observa una creciente inserciónde la mujer en los sectores informales de baja pro-ductividad y de escasa cobertura de los beneficiosde la seguridad social y de la legislación laboral.Entre otros elementos, se puede señalar que el em-pleo doméstico ha aumentado durante la presentedécada a una tasa promedio anual de 8%, la cualresulta muy superior a otras categorías identifica-das en las mediciones oficiales.

El en sector moderno del mercado se manifies-tan otras condiciones de rezago y discriminación

---~.~.

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Panamá : ?a niñez y la mujer en la encrucijada del alto 2,000. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..

que también afectan a las mujeres . Así, en el comer-cio, donde se ocupa una proporción importante deéstas, se han desárrollado mecanismos, al margendel Código de Trabajo, que impiden la obtenciónde su estabilidad laboral. En general, son frecuenteslas violaciones al fuero de maternidad y negaciónde permisos para lactancia . De igual manera, lascondiciones y relaciones de trabajo en la empresasmaquiladoras, donde la mayoría de las operariasson mujeres, distan mucho de las que prevalecenen otras actividades industriales.

4. PODER, PARTICIPACIÓN Y GESTIÓNPúBLICA

11radicionalmente, la política ha sido conside-rada como espacio exclusivo de los hombres. Laparticipación de la mujer es numerosa en la basede los partidos políticos ; sin embargo, resulta exi-gua en los niveles directivos . Por otro lado, la parti-cipación de la mujer en agrupaciones gremiales osindicales es muy baja y casi nula o esporádica enposiciones de poder.

En el órgano Ejecutivo sólo 2 mujeres ejercenfunciones a nivel de Ministro de Estado y ningunacomo Viceministra . En el órgano Legislativo, el92% de los legisladores son hombres, aunque supresidencia la haya ejercido una mujer. Por su par-te, 2 de los 9 magistrados de la Corte Suprema deJusticia y la Procuradora General de la Administra-ción son mujeres . A nivel de los Gobiernos Locales,la participación femenina es de igual forma, relati-vamente escasa : el 12% y 11% de los alcaldes y re-

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presentantes de corregimiento electos en 1994 sonmujeres.

El reconocimiento, al menos parcial, del aportede la mujer al proceso de desarrollo se concreta através de su participación, conjuntamente con lossectores más representativos de la sociedad pana-meña, en el Pacto de compromisos para el desarrollo, la

más importante e innovadora instancia de concerta-ción, en donde el Foro Mujer y Desarrollo y el Forode Mujeres de Partidos Políticos tuvo una participa-ción destacada.

No obstante, llama a la reflexión el surgimientode algunas acciones que podrían ser consideradascomo lesivas a los intereses de la mujer . En estesentido, se eliminó en la Asamblea Nacional la Co-misión de la Mujer, incorporando esta temática es-pecífica en la Comisión de Asuntos del Niño y laJuventud . Por otro lado, la Oficina de la Mujer enla Dirección de Bienestar Social del Ministerio deTrabajo ha sido reducida a un mínimo, lo que difi-culta la formulación, ejecución, supervisión y eva-luación de programas y proyectos dirigidos a lapoblación femenina del país, específicamente a laque se encuentra en situación de mayor vulnerabili-dad.

En los años anteriores, la Oficina de la Mujerfue la instancia gubernamental que inició y dio im-pulso al análisis de los programas sociales con elenfoque de género . Actualmente, el Estado carecede un centro de conocimiento y capacidad técnicapara continuar este proceso .

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5 . MUJER Y COMUNICACIÓN SOCIAL

Durante los últimos años y en múltiplesocasiones, una vez restituida la libertad de expre-sión, las organizaciones femeninas han elevado suvoz de protesta por el uso indebido y el abuso dela imagen de la mujer en los medios de comunica-ción. El Estado ha tratado de impedir la manipula-ción pornográfica de la imagen femenina y la pro-moción de la violencia inútilmente. No ha podidoenfrentar con eficacia el peso especifico que tienenlos medios masivos, una especie de poder omnímo-do, en la sociedad. Son pocas las orientaciones quenorman la representación de la mujer en la activi-dad publicitaria con respecto a su condición femeni-na: la imagen que se proyecta de ella no correspon-de a su veraz participación social, transformándolaen una imagen conformada por estereotipos discri-minatorios que atentan contra su aspiración indivi-

dual y colectiva.

Por otro lado, a través del Foro Mujer y Desarrolloy del grupo Comunicadores por la niñez, algunas eo-municadoras han creado redes de mutuo apoyo ysolidaridad entre mujeres que trabajan en los me-dios masivos.

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Cap ítulo Niñez y adolescenciaal margen del desarrollo

1. MARCO LEGAL

1.1. EL CÓDIGO DE LA FAMILIA

L uego de muchos años de análisis y discu-sión, en mayo de 1994 fue sancionada la ley 3, me-diante la cual se crea el Código de la Familia, corres-pondiendo al actual Gobierno su reglamentación,desarrollo y aplicación.

El Código —como base para el desarrollo socialy la protección integral de la niñez— constituye unavance positivo en el fortalecimiento del núcleo fa-miliar. De manera taxativa, señala el derecho deniños/as y adolescentes a "ser protegidos contratoda forma de violencia, descuido o trato negligen-te, abuso sexual, explotación y discriminación ."

Instituciones especializadas como los tribunalesy juzgados de menores, asi como la Policía de Me-nores (supeditada a los primeros), han sido creadoscon el propósito de lograr la protección integral dela niñez .

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Panamá : la niñez y la mujer en la encnicijada del año 2,000. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..

Los derechos de la niñez a la sobrevivencia y eldesarrollo, a la libertad y dignidad individual, tam-bién están ampliamente contemplados en el nuevoCódigo. Sin embargo, en algunas circunstancias,el interés superior de la niñez podría estar en con-flicto con los intereses de los miembros adultos dela familia . Por ello, en el artículo de transición delCódigo se reconoce la necesidad de desarrollar unalegislación específica de la niñez y la adolescencia,acorde con la realidad panameña y hasta las últimasconsecuencias compatible con la Convención de losDerechos del Niño.

1.2. EL CODIGO DE TRABAJO

L as disposiciones básicas relativas a la pro-tección de los menores de edad, en lo que al merca-do laboral se refiere, están contenidas en el Códigode Trabajo de 1972. Estas disposiciones en términosgenerales son recogidas y, en algunos casos, amplia-das en el Código de la Familia.

Mediante estas disposiciones legales se prohibeel trabajo de menores de 14 años de edad, de meno-res de 15 años que no hayan completado la educa-ción primaria y de menores de 18 años en ocupacio-nes que se consideren de riesgo o peligro . En el casode actividades agrícolas, se permite el trabajo deniños/as de 12 a 15 años solamente en tareas livia-nas y fuera de las jornadas normales de estudio.

De igual manera, el Código de Trabajo establecejornadas diarias y semanales diferenciadas para ni-ños/as mayores de 15 años de edad : previa autor¡-

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zación del Ministerio de Trabajo pueden realizarlabores remuneradas en jornadas inferiores a lasque rigen para el resto de los trabajadores.

Los escasos recursos físicos y humanos de quedisponen las instancias llamadas a hacer cumplirlas normas relativas a la protección del trabajo limi-tan, y en otros casos impiden, una labor efectiva.Ello es especialmente notorio en áreas rurales endonde niños/as ejecutan labores que incluso conlle-van alto riesgo para su vida y su salud.

2. LA DIMENSIÓN DE LA PROBLEMÁTICA

2.1. EDUCA06N Y MARGINALIZACI6N

E n Panamá, el total de niños/as que no asis-tían a la escuela primaria y cuyas edades fluctúanentre 6 a 11 años se estimaban para el año 1993 enunos 28,942, lo que significa que un 8 .5% de esegrupo etario —al no aprender a leer ni escribir—son potencialmente analfabetas y están al margendel desarrollo.

Si la cifra anterior se agrega a los 20,166 niños/asque, aún habiéndose matriculado en la escuelaprimaria, no logran alcanzar el quinto grado (gradoen que se considera que se ha aprendido a leer yescribir) el número aumenta a 49,108 niños/as.

Las cifras anteriores corresponden a una estima-ción del total nacional, por lo que vale la pena desta-car que las disparidades observadas en el capítulo

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Panama: la niñcz y la mujcr en la ciirruci¡~rcla d^i a j ir: 2,000. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..

tercero se manifiestan en igual proporción con res-

pecto a las áreas geográficas y de género.

En términos genéricos, uno de cada 3 niños/asen Panamá no logra terminar la educación básicay, en consecuencia, queda al margen de desarrollo.La mayor cantidad de éstos niños/as residen en

las comunidades rurales–indígenas (distritos de To-lé, Remedios, San Félix, San Lorenzo, ChiriquíGrande, Las Minas, Los Pozos, Chepigana y Pino-gana, entre los principales).

En los adolescentes, con edades entre 12 a 14años, que deberían estar estudiando la educación

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media inferior, la tasa de cobertura a nivel nacionalpara el año 1992 es de 74%, alcanzando un elevadí-simo 96% en el área urbana y apenas 52% en la rural.

De los adolescentes que logran matricularse enla educación media inferior, solamente el 52% llegaa graduarse . Esto significa que un total adicionalde adolescentes, aún cuando han terminado la es-cuela primaria y han aprendido a leer y escribir, aldescontinuar su educación media inferior, no estánlo suficientemente preparados para desempeñaruna actividad productiva . En consecuencia —aun-que en menor desventaja que aquellos que no termi-naron la escuela primaria— también están al mar-gen del desarrollo.

2.2 . TRABAJO Y 1VlARGINAGIZACI6N

Niños/as y adolescentes trabajadores menoresde 15 añosDe acuerdo a datos censales, en 1990 un total

de 11,655 menores de 10 a 14 años estaban incorpo-rados a la población económicamente activa, de loscuales 9,542 (82%) estaban ocupados . Estas cifraspermiten estimar la desocupación abierta para estegrupo específico en 18%, la cual no solamente essuperior al promedio nacional, sino que tambiénrefleja la enorme presión de niños/as y adolescentesmenores de 15 años por incorporarse a las laboresproductivas.

Esta presión tiene su mayor ex presión entre losniños y en las áreas rurales . En efecto, el 85% de losmenores de 15 años incorporados a la población

" Yo opino que

Lineth Bernal

(1Q años)

nosotros, los niños

tenemos muchos

derechos . Derecho a

desarrollo, educación,

alimentación, salud.

Pienso que todos los

niños tenemos

derechos, yalo ;ü ae

nuestros padres dicen:

«¿Y qué importa? Tú

eres un nido; tú no

vales nada .» Yo he

visto muchos casos de

abandono, mucha

desnutriei?

el

país ."

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Panamá: la niñez y la mujer en la encrucijada del año 2,000

económicamente activa residía en el área rural ycerca de 3 cuartas partes de esa fuerza laboral eranniños.

Según la misma fuente, los trabajadores infanti-les (10 a 14 años) representaban una cuarta partede los menores trabajadores con una tasa específicade participación inferior al 5% . La participación la-boral de niños/as de 10 a 14 años en el área rural es7.7% y es, a su vez, 6 veces superior a la registradaen el área urbana . La frecuencia de participaciónde niños es 2 .5 veces mayor que la de niñas . Especí-ficamente, entre niños del área rural, la tasa de parti-cipación fue de 11 .4%.

Por su parte, en la provincia de Chiriquí, dondeexiste una alta proporción de población indígena yen donde la mayor parte de la economía gira entorno a las actividades agrícolas, se concentra cercade una tercera parte de los trabajadores infantilesde 10 a 14 años.

En las provincias de Panamá y Colón, se registróun aproximado de 2,100 trabajadores infantiles deesta edad, correspondiendo la inmensa mayoría aniños.

Según se puede observar, la participación labo-ral de menores de 15 años en áreas geográficas defi-nidas como críticas, desde el punto de vista de lapobreza y de la no satisfacción de necesidades bási-cas, está estrechamente relacionado con las tenden-cias, ya analizadas, de la deserción, cobertura y re-tención escolar.

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En relación a la situación de niños/as en el mer-cado de trabajo, las cifras disponibles tienen algu-nas limitaciones: las Encuestas de hogares sólo estánreferidas a la población de 15 y más años de edad y

no es sino a partir de 1994 que se incorpora la pobla-ción de 10 a 14 años a estas mediciones . Es necesarionotar que la única información relativa a este grupoes la censal.

Es muy probable que las cifras disponibles, porvía del censo, tiendan a subestimar la magnitud delfenómeno del trabajo infantil . Su inserción laboralen actividades familiares de generación de ingresos,en las labores agrícolas en el campo o en el sectorinformal en las ciudades, hace que los adultos nolos consideran como trabajadores sino como ayu-dantes. Por otra parte, muchos niños/as asisten ala escuela y realizan actividades de generación deingresos, pero en el Censo o en las Encuestas de hoga-

res son registrados como estudiantes-no económica-mente activos . Las actividades no remuneradas deapoyo a la economía familiar, tales como la búsque-da de agua y leña, el cuidado de animales, faenasdomésticas etc, en las cuales trabajan muchas mu-jeres y niños /as tampoco son adecuadamente regis-trados y normalmente no son valoradas como tra-bajo.

En la región metropolitana, especialmente enla ciudad de Panamá, una de las más serias manifes-taciones de este problema son niños/as en la calle.A pesar de los esfuerzos que realizan tanto organi-zaciones gubernamentales como no gubernamenta-les, la situación persiste, observándose un aumento

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significativo en lo que va de la década . De acuerdoa datos suministrados por Casa Esperanza25 , ONGque orienta sus acciones a este grupo específico,entre octubre de 1993 y septiembre de 1994, se de-tectó un total de 266 niños/ as entre 5 y 17 años deedad en la calle, de los cuales el 70% tenía edadescorrespondientes a educación básica, 12% eran ni-ñas y la gran mayoría pertenecía al grupo étnicoafropanameño . Este total de niños/as en la callerepresenta un aumento de aproximadamente 20%respecto al año anterior.

Es de destacar que la mayor proporción de ni-ños/as contactados en la calle, entre los años 1992-1994, proceden del corregimiento de Curundú y delDistrito de San Miguelito (sobre todo del corregi-miento de Belisario Porras) . Ambas áreas se carac-terizan por la multiplicidad y complejidad de losproblemas sociales que afectan a sus residentes. Noobstante, las cifras de niños/as en la calle de Curun-dú muestran una reducción entre 1993 y 1994, sien-do este el sector donde Casa Esperanza concentrasus acciones comunitarias.

Las principales actividades de generación de in-gresos a las que se dedican niños/ as en la calle sonlas ventas, la mendicidad y la limpieza de zapatos.Los estudios de Casa Esperanza han permitidoigualmente determinar que la mayoría de niños/as provienen de hogares con más de 6 miembros ycon elevados niveles de pobreza extrema . La mayor

25 Casa Esperanza . .Pro rescate del niño en la calle . Perfil de la población,

meta y beneficiaria Panamá, 1995.

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2nIlá : la niñez y la mujer en la encrucijada del año 2,000. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..

parte de estas familias son jefaturadas por mujeresy una proporción mayoritaria de sus madres tuvie-ron su primer parto siendo adolescentes . Algunasde estas familias presentan problemas de activida-des ilegales, maltrato y tráfico o abuso de drogas.

Adolescentes trabajadoresLa Encuesta de hogares de 1991 registró unos

78,000 adolescentes de 15 a 19 años 26 que se declara-ron económicamente activos, lo que representa másde una tercera parte de este grupo de edad . Esteporcentaje o tasa de participación ha sido crecientedurante los últimos años, siendo la de los hombresel doble de la femenina. Estas cifras son indicativasdel problema que representa para una parte impor-tante de la juventud panameña al tener que asumir

26 la información por grupos de edad sólo permi te el análisis agregado pa-ra 1(n jGvcncs de 15 a 19 añtn y el último año de cifras disponibles paraC~ t(x efectos cs 1991,

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un rol de adulto dentro del mercado laboral, dejan-do el estudio como actividad principal.

Apesar de las limitaciones estadísticas, diferen-tes indicadores señalan una situación difícil, queademás tiende a deteriorarse, entre los adolescentesque están incorporados a la fuerza laboral.

El incremento de esta participación no ha encon-trado su contrapartida en la generación de puestosde trabajo, razón que explica las elevadas tasas dedesempleo específicas, la cual para los adolescentesvarones alcanzó el 29%, mientras que en el caso delas mujeres adolescentes ascendió a 46% en 1991.Es conveniente destacar que las tasas de desempleoentre los mayores de 20 años fueron de 12% y 19%para hombres y mujeres, respectivamente.

Por otro lado, la mayoría de aquellos adolescen-tes que logran ocuparse, lo hacen en condicionesmuy precarias en términos de ingresos, y ademásmarginados de la cobertura de la seguridad socialy la legislación laboral . Así, el 81% de este grupoestaba ocupado, bien en el sector tradicional rural(59%) o en el informal urbano (22%). Esto guardarelación con la baja proporción de los que se consi-deran plenamente ocupados y que, en el períodode referencia, disminuyó de 35% a 28%.

La mayor parte de los trabajadores que se ocu-pan en el sector informal o tradicional lo hacen co-mo trabajadores por cuenta propia o como trabaja-dores familiares no remunerados, categorías en lasque prevalecen los mayores niveles de subempleo.

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