Encuentro con 'nuestro' Davens en Haití

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Encuentro con nuestro Davens en Haití El tiempo transcurrido desde la última vez que nos vimos, antes de ponerme enferma y luego el viaje a España: ¡¡14 meses!! Yo pensé que no me reconocería, que no vendría a darme el abrazo como él lo solía hacer, que se mostraría huraño y receloso… Pero nada de eso sucedió. Le han cambiado de casa pues ya está en el grupo de los “mayores” (con cerca de 5 años) y ha empezado la escuela. Llegó en grupo con otros compañeros que también recibirían visita en ese cuarto sábado de mes, y fue sólo traspasar el portón, mirarme, reconocerme y correr a darme un abrazo. “Nuestro Davens” ha crecido, está delgado y tiene un reflejo de tristeza en su mirada, pero es el mismo pequeño a quien tuvimos varios meses en nuestra comunidad rescatándole de una muerte segura después de haber sido abandonado en una tienda de campaña en un campamento en el año 2011. Y como le traía un regalo desde Barcelona, no tardó en colocarse la camiseta y comunicar a unos y a otros quién era la persona que la trajo. Está expresivo, más formal, diciéndonos con orgullo que le gusta ir a la escuela. Pero continúa en el orfelinato y su futuro es incierto. Varias incógnitas se nos plantean que, a la vez, son posturas contradictorias: a pesar de no estar bien en lo que es una estructura de orfelinato pero ¿está mejor que si viviese abandonado en la calle? Y si no llega a ser adoptado, ¿cómo se defenderá en la vida? Querido Davens, sólo me queda decirte que aproveches la posibilidad de estudiar y que ESTAS EN LAS MANOS DE DIOS QUE NUNCA TE ABANDONA. ¡Animo y adelante! Clemencia Rodríguez H.

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Una duda con corazón

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Encuentro con nuestro Davens en Haití

El tiempo transcurrido desde la última vez que nos vimos, antes de ponerme enferma y luego el

viaje a España: ¡¡14 meses!! Yo pensé que

no me reconocería, que no vendría a

darme el abrazo como él lo solía hacer,

que se mostraría huraño y receloso… Pero

nada de eso sucedió. Le han cambiado de

casa pues ya está en el grupo de los

“mayores” (con cerca de 5 años) y ha

empezado la escuela. Llegó en grupo con

otros compañeros que también recibirían

visita en ese cuarto sábado de mes, y fue

sólo traspasar el portón, mirarme,

reconocerme y correr a darme un abrazo.

“Nuestro Davens” ha crecido, está

delgado y tiene un reflejo de tristeza en

su mirada, pero es el mismo pequeño a

quien tuvimos varios meses en nuestra

comunidad rescatándole de una muerte

segura después de haber sido

abandonado en una tienda de campaña en un campamento en el año 2011.

Y como le traía un regalo desde Barcelona, no tardó en colocarse la camiseta y comunicar a unos y

a otros quién era la persona que la trajo. Está expresivo, más formal, diciéndonos con orgullo que

le gusta ir a la escuela. Pero continúa en el orfelinato y su futuro es incierto. Varias incógnitas se

nos plantean que, a la vez, son

posturas contradictorias: a pesar de

no estar bien en lo que es una

estructura de orfelinato pero ¿está

mejor que si viviese abandonado en

la calle? Y si no llega a ser

adoptado, ¿cómo se defenderá en

la vida? Querido Davens, sólo me

queda decirte que aproveches la

posibilidad de estudiar y que ESTAS

EN LAS MANOS DE DIOS QUE

NUNCA TE ABANDONA. ¡Animo y

adelante!

Clemencia Rodríguez H.