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Encuentro en El Escorial, 1, 2 y 3 de Octubre de 2010 INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DE LOS SIETE RAYOS (por jesús jurado)

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Encuentro en El Escorial: 1, 2 y 3 Octubre 2010

INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DE LOS SIETE RAYOS

por Jesús Jurado

Introducción: El tema de esta ponencia, más bien pequeña aportación, asienta su

base en la información facilitada por Alice Ann Bailey y Djwhal Khul, a través de los escritos conocidos como “Tratado sobre los Siete Rayos”; esta obra resulta de tal envergadura que serían necesarios años de estudios, y muchos más de profunda reflexión, para llegar a la síntesis que los autores intuyeron en su momento. Sin embargo, este no será el caso de este estudiante de la Sabiduría Eterna, sino que más bien intenta presentar un aspecto genérico de esta enseñanza y dejar que el posible oyente o lector de este humilde escrito obtenga por su parte, a través del continuo análisis, las conclusiones pertinentes.

Si se ha tenido la paciencia necesaria para acercarse al Tratado sobre

los Siete Rayos se verá enseguida que, aparte de la profundidad de su mensaje, presenta también una base de conocimientos de muy hondo calado. Posiblemente se trate de un conjunto de enseñanzas que deberán ofrecer su mejor resultado en las próximas décadas del presente siglo y no tanto en el momento de su presentación en el pasado s.XX. Aunque conviene aclarar también que han movilizado conciencias en algunas de las disciplinas de que trata, tales como la psicología, la curación esotérica, la astrología, la educación, la política, la sanidad, la curación.…. y en los respectivos campos donde se desenvuelven estas materias. Así se aprecia que esta enseñanza se ha ofrecido para el conjunto de la Humanidad, y no para una parte concreta de la misma. Sin embargo, se ha de indicar desde el inicio de esta charla coloquio que el estudio de los siete rayos sólo ofrecerá resultados, a mi modesto entender, si va unido a una disciplina de acercamiento interno o espiritual, tal como la meditación esotérica puede ofrecer. Sostengo este punto de vista en la propia experiencia personal, pues no puedo ni deseo exponer conclusiones que no sean de mi autoría.

Esta experiencia me ha demostrado que esta enseñanza sí es práctica

en la medida en que se analiza y se reflexiona continuamente sobre la misma. Dejando de lado los conceptos asumidos del pasado, ofrecidos por otros destacados pensadores, y aceptando que tal vez podamos descubrir un tipo de verdad algo incómoda. Posiblemente cuando tratemos de indagar en algunos de los rayos mayores, como el primero por ejemplo, descubramos algo que nos puede poner algo nerviosos. Pero recordemos una vez más si cabe, que el investigador debe estar libre de prejuicios. Si no es así más vale que desista entonces de su empeño en seguir buscando las causas.


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Pues demuestra no estar maduro para ciertas verdades que están

aflorando en su conciencia. No obstante recordemos que nos debe caracterizar una temeridad sin límites a la hora de indagar en las causas de cualquier situación, o acontecimiento, que afecte a la familia humana o humanidad y, entonces, actuar en consecuencia.

El estudio de los Siete Rayos viene resonando en mi conciencia desde

hace varios años, bastantes para ser más preciso. Aunque no por ello la comprensión adquirida haya ido en aumento. No obstante en aquel momento ya percibí algo trascendente relativo a la enseñanza de los siete rayos. La comprensión aumentaba a medida que se profundizaba en la materia, sin embargo, costó bastante encontrarle a esta enseñanza un sentido práctico. A pesar de todo, el tiempo, y sólo el paso del tiempo, me enseñó que sí disponía esta enseñanza, como toda la enseñanza esotérica, de un profundo y claro sentido práctico. Que uno no sepa en principio apreciarlo no significa que éste no esté presente, sino que la conciencia personal en esos momentos estaba más interesada en otros aspectos del campo esotérico, que en buscar la capacidad regeneradora o transmutadota de las energías conocidas como “los siete rayos”.

Llegados a este punto sería interesante clarificar que todo lo que existe

en los mundos visibles e invisibles, mundos o esferas de manifestación, donde la conciencia humana evoluciona, es el resultado de la interacción de algunas de las energías llamadas siete rayos, o conocidas con este nombre. No hay nada en este sistema solar que no proceda o esté coloreado por una determinada línea de energía que responda a su vez a un patrón predefinido por el Creador. Así podríamos ir averiguando que los diferentes reinos de la naturaleza, incluyendo al reino humano, responden a estos patrones energéticos; que los planetas, estrellas, sistemas solares y constelaciones lo hacen en la misma medida. Teniendo en cuenta que no será la misma expresión, en cuanto a intensidad se refiere, la que pueda ofrecer un planeta que haya transmutado una parte de su substancia kármica, que la de otro que esté vías de conseguirlo. En el mismo sentido no responderá de la misma manera, a la energía de determinado rayo, un ser humano que tenga la conciencia focalizada en el Alma que otro que viva exclusivamente la vida de la forma material; sin prejuzgar con ello que esta conciencia no pueda evolucionar. Pues sí lo hace interactuando de forma casi automática.

Sólo cuando el ser humano ha decidido adentrarse en el mundo de la

conciencia, siguiendo los postulados clásicos del mandato délfico de “Hombre, conócete a ti mismo”, se podría apreciar con mayor intensidad la manera en que, las energías conocidas como “Siete Rayos”, interactúan dentro de sí mismo. Con ello no estaría indicando que no se deba de profundizar en este estudio; ni que no se deba tomar como base de conocimiento la ofrecida por un Maestro de la Jerarquía, sino que sostengo que sólo la investigación personal podría ofrecer algún resultado válido. Teniendo en cuenta que este resultado, para ser verdaderamente válido, no tendría que coincidir necesariamente con la opinión vertida por el Maestro. La razón, a mí entender, sería bien simple: no dispone este estudiante de ese nivel de conciencia de que habla el Maestro, entonces no le compete anotar resultados de estudio que su propia conciencia no ha podido evidenciar todavía.


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Aparte de la elucidación de los enunciados facilitados en su día por el

Maestro D.K., el estudiante de la Sabiduría Eterna siente la necesidad de realizar su pequeña aportación. Ésta no podrá venir en modo alguno en el sentido de transcribir punto por punto la obra original, pues para ello sería más práctico acercarse al original y dejar de lado el trabajo del estudiante.

No obstante el trabajo de éste debe ir en la línea de realizar una simple y

sencilla aportación que facilite la comprensión de las energías conocidas como “los Siete Rayos” de forma que pueda ser presentada a los asistentes al encuentro y que posibilite a su vez el inicio de un debate que, de entrada, se me antoja bastante complejo.

Antes de iniciar la enumeración de los Siete Rayos y su exposición, por

parte de este estudiante, sería interesante exponer su procedencia y/o posible origen. Según nos indica la obra esotérica, tanto la procedente de A.A.B. como la de H.P.B., estas energías proceden de la Constelación de la Osa Mayor; sus siete estrellas conocidas serían las emanantes de esta energía hacia el Sstema Solar donde el planeta Tierra tiene su ubicación. Esta constelación que ha hecho de generadora, junto a las Pléyades, de nuestro Sistema Solar, a través del Padre Sirio, representan, según la enseñanza esotérica, los Siete Chacras de la Cabeza del Logos Cósmico, o Chacra Coronario; Esa Entidad de la cual se expone en Tratado Sobre Fuego Cósmico “Que Nada Puede Decirse”; básicamente porque según parece se desconoce todo del Mismo.

Estas energías revierten al Sistema Solar a través del Gran Sol Sirio,

que actúa en este caso “como si” fuera el Yo Superior del Logos Solar, aunque la investigación interna podría indicar que más que Yo Superior sería la Tríada Espiritual; pues el Sol Sirio sería un sistema triple de soles, posiblemente no descubierto esto último de forma oficial, pero que la investigación ocultista apuntaría en esa dirección.

En el mismo sentido se expone que la constelación de Las Pléyades

sería el Chacra Laríngeo del Logos Cósmico y nuestro Sol y el Sistema Solar el Chacra Cardíaco de Esa Entidad. Por simple deducción cabría indicar también deberá haber una contraparte superior a Esa Entidad Cósmica en alguna esfera elevada de La Galaxia conocida con el nombre de Vía Láctea.

Entran estas energías procedentes de Esas Entidades en el ser humano

a través del centro coronario; actuando la glándula pineal. Aproximadamente situada en medio de la cabeza; desde ahí desciende hacia el centro ajna o entrecejo y en la glándula pitutitaria tendría su centro de distribución a nivel microcósmico. Distribuyendo esta señal energética a través de los chacras del entramado kármico humano. Pasando la energía del centro del entrecejo al centro laríngeo, de éste al cardíaco, del cardíaco al plexo solar, al centro sacro y finalmente al básico. No se menciona aquí al centro esplénico, asentado en el bazo, porque ha sido transcendido y el prana solar entra en el sistema humano de manera automática y se distribuye también de forma automática.


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Esta distribución iría descendiendo hasta llegar al centro básico, asiento del

Kundalini, o energía o fuego por fricción, mezclándose con la misma y provocando el

camino ascendente hasta alcanzar el centro coronario y salir fuera del sistema. Como se

puede ver, por esta simple explicación, la energía en el ente humano individualizado no

es retenida, sino que constantemente el ser humano recibe y exhala. No se queda con

nada, pues no puede ser retenida, sino utilizada con el único propósito de evolucionar.

Conviene aclarar aquí que los vórtices energéticos o chacras o plexos, están situados en

la contraparte etérica de la columna vertebral. Conectando los nadis con el sistema

nervioso humano para la propagación de la energía. Definiciones: Los estudiantes y los investigadores deben aceptarlas como hipótesis:

Uno Existe una Vida que se expresa a Sí Misma, primero, mediante siete cualidades

o aspectos básicos y, segundo, por medio de una infinita diversidad de formas. Dos Estas siete cualidades radiantes son los siete Rayos, las siete Vidas, que dan

Su vida a las formas, y al mundo de las formas le dan su significado, sus leyes y su anhelo de evolucionar.

Tres Vida, cualidad y apariencia, o espíritu, alma y cuerpo, constituyen todo lo que

existe. Son la existencia misma, con su capacidad de crecer, actuar y manifestar la belleza y estar en completo acuerdo con el Plan, el cual está arraigado en la conciencia de las siete Vidas de rayo.

Cuatro Estas siete Vidas, cuya naturaleza es conciencia y cuya expresión es

sensibilidad y cualidad específica, producen cíclicamente el mundo manifestado; trabajan juntos en la más estrecha unión y armonía; son los custodios del Plan y colaboran inteligentemente con él. Son los siete constructores, Quienes erigen el radiante Templo del Señor, guiados por la mente del Gran Arquitecto del Universo.

Cinco Cada vida de rayo se expresa predominantemente a Sí misma por medio de los

siete planetas sagrados, pero la vida de los siete rayos fluye a través de cada planeta, incluso la Tierra, y cualifica todas las formas. En cada planeta existe una pequeña réplica del esquema general, y cada uno está de acuerdo con la intención y propósito del todo.

Seis La humanidad, de la cual se ocupa este tratado, es una expresión de la vida de

Dios, y todo ser humano proviene de una de las siete fuerzas de rayo. La naturaleza del alma es cualificada o está determinada por la Vida de rayo que la exhaló, y la naturaleza de la forma es coloreada por la Vida de rayo que –según su apariencia cíclica, en el plano físico, en un momento determinado- establece la cualidad de la vida racial y de la forma en los reinos de la naturaleza. La naturaleza del alma o su cualidad, es la misma durante un período mundial; la naturaleza y la vida de su forma cambian de una vida a otra, según su necesidad cíclica y las condiciones grupales del medio ambiente. Esto último lo determina el rayo o rayos, que prevalecen en ese momento.

Siete La Mónada es la Vida vivida al unísono con las siete Vidas de rayo. Una

Mónada, siete rayos e infinidad de formas, estructuran los mundos manifestados.

Ocho Las Leyes que rigen el surgimiento de la cualidad o el alma, por intermedio de

las formas, son sencillamente el propósito mental y la orientación de vida de los Señores de rayo; Su propósito es inmutable, Su visión es perfecta y Su justicia es suprema.


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Nueve El modo o método para el desarrollo de la humanidad es la propia expresión o

auto comprensión. Cuando esto se logra, el yo que se expresa es el verdadero Yo o Vida de rayo, y la comprensión obtenida revela a Dios como la cualidad del mundo manifestado y la Vida que anima la apariencia y la cualidad. Las siete Vidas de rayo, o los siete tipos de almas, se observan como expresión de la Vida una, y la diversidad se pierde en la visión del Uno y en la identificación con el Uno.

Diez El método empleado para obtener esta comprensión es la experiencia,

comenzando con la individualización y terminando con la iniciación, produciendo así la perfecta fusión y expresión de vida, cualidad y apariencia.

Ésta es una breve definición del Plan. La Jerarquía de Maestros y Sus siete divisiones (que equivalen a los siete rayos) son Su custodio y tienen la responsabilidad, en determinada centuria, de llevar a cabo la próxima etapa de ese Plan.

( Extraído de Tratado Sobre Los Siete Rayos-I)

* * * Los Siete Rayos son la primera diferenciación de la divina triplicidad Espíritu-Conciencia-Forma.


* * *

Primer Rayo No está en manifestación. Segundo Rayo En manifestación desde 1575 d.C. Tercer Rayo En manifestación desde 1425 d. C. Cuarto Rayo Vendrá lentamente a la manifestación después del año 2025 d. C. Quinto Rayo En manifestación desde 1775 d. C.

Sexto Rayo Está saliendo rápidamente de la manifestación. Empezó a salir en el año 1625 d. C.

Séptimo Rayo En manifestación desde 1675 d. C.

* * * 1er. Rayo Expresión superior: La ciencia de los estadistas y de los gobiernos.

Expresión inferior: La Política y la diplomacia moderna. 2do. Rayo Expresión superior: El proceso de la iniciación, tal como lo enseña la jerarquía

de adeptos. Expresión inferior: Religión.

3er. Rayo Expresión superior: Medios de comunicación o interacción. Radio, teléfono,

telégrafo y transporte. Expresión inferior: El empleo y la distribución del dinero y del oro,

4to. Rayo Expresión superior: El trabajo masónico basado en la formación de la jerarquía

y relacionado con el segundo rayo. Expresión inferior: Construcción arquitectónica. Planeamiento moderno de las ciudades.

5to. Rayo Expresión superior: La ciencia del alma. La psicología esotérica.

Expresión inferior: Sistemas educativos modernos y ciencia mental. 6to. Rayo Expresión superior: Cristianismo y religiones diversas. (Obsérvese aquí la

relación que tiene con el segundo Rayo.) Expresión inferior: las iglesias y las religiones organizadas.

7mo. Rayo Expresión superior: Todo tipo de magia blanca.

Expresión inferior: Espiritismo "fenoménico".


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1º Rayo Voluntad o Poder Plano de la Divinidad. 2º Rayo Amor-Sabiduría Plano de la Mónada. 3º Rayo Inteligencia Activa Plano del Espíritu, Alma. 4º Rayo Armonía Plano de la intuición. 5º Rayo Conocimiento Concreto Plano mental. 6ª Rayo Devoción, Idealismo Plano astral. 7º Rayo Orden Ceremonial Plano físico.

* * *

1. Sector político Primero, sexto y séptimo rayos. 2. Sector religioso Segundo y cuarto rayos. 3. Sector educativo Tercero y quinto rayos

* * * La Humanidad 4to. Reino 5to. Rayo Conocimiento Concreto. El Animal 3er. Reino 6to. Rayo Devoción ascendente y progresiva. El Vegetal 2do. Reino 4to. Rayo Armonía y Belleza. El Mineral 1er. Reino 7mo. Rayo Organización y Ritual

* * * 1. Oído 7º Rayo Magia La Palabra de Poder. 2. Tacto 1º Rayo Destructor El Dedo de Dios. 3. Vista 3º Rayo Visión El Ojo de Dios. 4. Gusto 6º Rayo Idealismo El Deseo de las Naciones. 5. Olfato 4º Rayo Arte La Belleza de la Revelación. 6. Intelecto 5º Rayo Mente El Conocimiento acerca de Dios. 7. Intuición 2º Rayo Amor-Sabiduría La Comprensión acerca de Dios

* * *

1er. Rayo Poder Vida Idea Mónada. 2do. Rayo Amor-Sabiduría Conciencia Ideales Alma. 3er. Rayo Inteligencia activa Apariencia Ídolos Personalidad.

* * * 4to. Rayo Armonía, Conflicto 4to. reino Humano. Equilibrio. 5to. Rayo Conocimiento Concreto 3er, reino Animal. 6to. Rayo Devoción 2do. reino Vegetal. 7mo. Rayo Rito Ceremonial 1er. reino Mineral.

* * *

4to. Rayo Armonía a través del conflicto cuerpo físico. 5to. Rayo Conocimiento concreto cuerpo etérico. 6to. Rayo Devoción cuerpo astral. 7mo. Rayo Organización cuerpo mental.

* * * Cuerpo Físico 3º-7º Rayo Cuerpo Mental 1º-4º-7º Rayo Cuerpo Emocional 2º-6º Rayo



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* * * Los siete rayos, tal y como han sido definidos por la estudiante (A.A.B.)

que escribió la obra del Maestro D.K. pueden definirse en el siguiente orden:

1. Primer Rayo: Energía de Voluntad o Poder 2. Segundo Rayo: Energía de Amor - Sabiduría 3. Tercer Rayo: Energía de Inteligencia Activa 4. Cuarto Rayo: Energía de Armonía a través del conflicto 5. Quinto Rayo: Energía de Investigación o Ciencia 6. Sexto Rayo: Energía de Devoción e Idealismo 7. Séptimo Rayo: Energía de Orden Ceremonial o Magia

Como puede apreciarse a simple vista esta sencilla clasificación solo sirve para enumerar estas energías y definirlas de manera básica, pero no será válida para explicar el contenido y, menos aún, para realizar un estudio un poco más profundo de las mismas. Pero se debería recordar también las palabras que el propio D.K. expresó a muchos de sus discípulos en el sentido de que continuaran investigando y así, entre todos, poder ampliar el depósito de conocimientos que el estudio de los siete rayos debe generar. Conocimientos que están a disposición de cualquier estudiante sincero que, mediante su potencia mental, pueda sintonizar con esta base de datos, ideas, conceptos, opiniones…. Sólo la intuición le revelará al estudiante el lugar donde se halla la verdad. Pero para ello, como es bien sabido, primero deberá sintonizar su personalidad y ponerla en la frecuencia de recepción de una energía que está ahí, pero que no siempre se es consciente de ella.

División: Los siete rayos se dividen en tres de aspecto y cuatro de atributo. Al

igual que el ente humano y su composición septenaria; el cuaternario inferior, el mundo de la personalidad, equivaldría al resultado palpable de la manifestación de la energía de la Tríada Espiritual dentro de la forma. Por lo tanto la parte esencial sería esa que encierra en sí misma el propósito inicial y se reviste de una envoltura material para expresarlo.

En las energías conocidas como de los siete rayos se expresa que las

tres primeras manifiestan las tres corrientes primarias y de ahí se extrae lo suficiente para generar las cuatro restantes. De la síntesis generada por la energía del tercer rayo surgen las cuatro energías restantes o de atributo. Sería algo parecido a asumir que las tres leyes básica del sistema: Economía, Atracción y Síntesis o expuesto con el nombre de fuegos sería: Fuego por Fricción, Fuego Solar y Fuego Espiritual o Fohat; expuesto según al filosofía Vedanta respecto a los dioses creadores tendríamos: Brahma, Vishnú y Shiva. En terminología cristiana sería: Espíritu Santo, Hijo y Padre. El nombre dado a la energía más básica, fuego por fricción o espíritu santo o fuego de kundalini, también es conocido con el nombre de Virgen María o materia pura, que permite crear vehículos para que evolucione el Espíritu o Mónada.


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Parece sencillo de explicar y poner sobre el papel, pero para comprenderlo habría que evidenciar algún resultado concreto en la conciencia humana y entonces aplicarlo de forma certera sobre este estudio. Por ello el estudio de esta materia sí puede revelar alguna certeza sobre la eficacia del esoterismo. Pues si este conocimiento se evidencia a transmutando a la personalidad, el resultado entonces sería magnífico. Pero si sólo sirve para envanecerla, entonces sería mejor abandonarlo definitivamente.

PRIMER RAYO: El Que Libera de la Forma El Señor de la Muerte La energía de primer rayo es conocida con el nombre de Voluntad o

Poder; como las de los otros seis rayos restantes, se presenta en una esfera personal y en otra impersonal. Dicho en un lenguaje un poco más esotérico, sería como indicar que a medida que se responde al patrón de esta energía se va generando un nuevo dinamismo, que permite proyectar el aspecto más elevado de la misma. A nivel personal daría una persona de fuerte carácter, a nivel de hombre evolucionado tendríamos a un estadista o renombrado político o dirigente mundial.

En la esfera personal podemos distinguir entre la voluntad, tal y como es conocida, denominada voluntad personal; la buena voluntad, fruto de la reflexión y de la identificación paulatina con el resto de la creación, y la voluntad al bien. Esta última será sin duda la más difícil de asimilar. Curiosamente se intenta que la buena voluntad, la segunda etapa de la voluntad se vea incrementada porque ha demostrado su valía como herramienta de acercamiento entre los seres humanos. Especialmente en aquellas situaciones complejas y que demanden de las partes integrantes un aporte especial; una energía renovada, nueva, diferente a los posicionamientos conocidos. Esta energía conocida mundialmente como buena voluntad comienza a abrirse paso de manera muy tímida. Da la impresión que las resistencias a la misma están más patentes que nunca. Algo indica que el cambio en ese sentido se está produciendo. Sino las conciencias cristalizadas no estarían tan preocupadas. Saben que sus días se acaban y se resisten de manera rotunda al cambio que se avecina.

Esta energía de Voluntad o Poder, también definida como la energía propia de los dirigentes, del poder, de la política..., tiene en el aspecto voluntad, el primer aspecto del Creador, a uno de sus señuelos más preciados. Energía anhelada por cuantos se acercan al Sendero, pero desconocida bastante porque no se asimilan los móviles de la misma. Así cuando se habla de voluntad o poder, no se estaría hablando de la simple voluntad de la personalidad, esa que es común a gran parte de los seres humanos, sino a esa otra que tiene una procedencia muy superior y que sus efectos se hacen notar de manera explícita. Sería una energía que, cuando es invocada debidamente, produce cambios radicales; el efecto evocativo de la constante acción invocativa de la familia humana. Sucede que cuando el cambio viene, se le da la espalda por considerarlo demasiado agresivo y perturbador.


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Hablar del poder o de la política, de los dirigentes mundiales o

nacionales…. y lo que ello conlleva, e indicar a continuación que es el resultado de esta energía denominada de primer rayo, sería difícil de asimilar para aquellas conciencias focalizadas en el ámbito emocional.

Pues se considera que esta energía no resulta adecuada para realizar los cambios que la humanidad necesita en estos momentos. Que aplicando los remedios del pasado, que ya demostraron la escasa eficacia que contenían, se podrían solucionar cuantos problemas acucian al ser humano.

Sin embargo, se ha de expresar con claridad que sólo los cambios de

raíz, esos que popularmente indican como si se cortara por lo sano, pueden ofrecer resultados válidos; falta tiempo para advertirlos y deseos claros de soltar el lastre emocional y devocional que todavía se arrastra, fruto de la aún presente era de Piscis.

Esta energía llamada de síntesis, que por algún motivo es la primera de

la lista, mueve todo lo que se manifiesta. Tiene el poder de sintetizar cuanto está manifestado y es la encargada de transportarnos a nuevos estados de conciencia. Estados de conciencia continuamente demandados, pero que estremecen a las almas jóvenes cuando se atisban los primeros resultados. El ser humano orientado en la luz, como coloquialmente se indica de aquellos que realizan prácticas de tipo esotérico o espiritual, solicita continuos cambios para adaptarse mejor a la entrante energía que el Alma libera continuamente. Los cambios aparecen, no en la forma en que se había previsto, sino a través de crisis, de cambios no aceptados, que acaban generando conflictos. Entonces esta energía puede, a través de la parte personal, extraernos lo mejor que existe dentro de nosotros. Sólo se pide sinceridad de propósito y móvil correcto. Correcta acción y fidelidad a la verdad intuida, si no fuera así no valdría la pena continuar invocando cada día los cambios que anhelamos.

Posiblemente la energía de primer rayo sea la más difícil y compleja de

comprender en toda su dimensión, al menos para aquellos que no estén muy versados en la filosofía esotérica. Pues no solamente se encarga de llevar a cabo esos ideales que la humanidad ha ido tejiendo a lo largo de las diferentes épocas, sino que utiliza para ello el método más elemental de construcción: la destrucción previa de todo aquello que se opone al plan previsto.

Parece una contradicción que se recurra a la destrucción para construir

de nuevo; parece absurdo y un derroche de energía. Se argumenta que tal vez sería más sensato transmutar en lugar de destruir; pero es que este mensaje presenta un problema cuando se intenta transmutar una situación que no admite más demora y aparece al mismo tiempo un rechazo frontal al posible cambio. La precipitación de esta energía no admite más dudas. Aparece y se llevará por delante todo aquello que se oponga a su propósito.

Precisamente el rechazo a la energía de primer rayo está motivado en

antiguas energías petrificadas que necesitan ser destruidas, no transmutadas, pues ya han ofrecido todo lo que podían ofrecer. No hay más solución que romper; destruir aquello que no sirve y construir de nuevo.


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Si se realiza una analogía, que siempre sería bastante recomendable, entre el proceder humano y la acción de la naturaleza, se vería que la madre naturaleza siempre ha procedido a realizar cambios radicales cada cierto período de tiempo. La historia geológica del planeta nos habla continuamente de cataclismos, de decisiones de voluntad para proceder a una nueva fructificación en el futuro.

De la misma manera la personalidad llega un momento en que ha de ser

eliminada para construir una nueva en una siguiente oportunidad. Este proceso, si fuera mejor asimilado, presentaría un panorama mucho más alentador para todos aquellos que se acercan al mundo de la conciencia.

La muerte, acción de primer rayo, se podría apreciar en toda su

grandeza cuando se haya transmutado el apego a las formas caducas que todavía se aprecian en la humanidad. El por qué de esta conducta arcaica radicaría en los miedos que genera todo lo desconocido; asociándolo a peligro, destrucción y aniquilación. No obstante tanto para la conciencia personal como para la conciencia de la humanidad no supone nada de lo mencionado. Sólo una nueva oportunidad donde realizar un nuevo propósito, a través de unos vehículos personales más aptos y adecuados. Capaces de cumplir aquel propósito que durante tanto tiempo se ha intuido.

Se la conoce también con el nombre del rayo destructor y quién es

capaz de instrumentarla a través de su equipo se puede encontrar con grandes dificultades de aceptación. Sin embargo, es una energía capaz de movilizar cualquier situación. Aportando un extra de energía que más tarde será comprendida y aceptada. Es característica de los grandes estadistas, jefes de gobierno, políticos, militares y de todos aquellos que tengan a su cargo a un grupo organizado con un propósito determinado.

Si afirmásemos rotundamente que una guerra en el fondo no deja de ser

un acto de amor, posiblemente se nos tacharía de locos; pero si afirmamos que la destrucción periódica de formas, nunca de Vidas, pues ésta no muere jamás, es el recurso que emplea el Creador para llevar a cabo su Plan, entonces tal vez venceríamos la prevención que esta energía nos plantea.

Esta, la energía de Primer Rayo entra en el planeta Tierra procedente

del planeta Vulcano, planeta todavía no descubierto oficialmente, y que estaría situado entre Mercurio y el Sol; incide en el ser humano a través del chacra coronario, teniendo en la glándula pineal a su agente distribuidor en el entramado físico-etérico humano. El color rojo es el que se asocia a este rayo. La nota musical asociada sería la nota Si.

SEGUNDO RAYO: El Señor de Amor Eterno El Cristo Cósmico

La energía de segundo rayo es conocida con el nombre de Amor-Sabiduría. Sería la energía de la Conciencia que trata de abrirse paso a través de la materia. A través del mundo de la personalidad, del mundo de la forma.


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Expresado así vendría a significar que a consecuencia de la interacción entre la energía de voluntad (primer rayo) y la energía de tercer rayo (energía de la materia) surgiría la energía de segundo rayo de amor-sabiduría. Fruto de la interacción entre Espíritu y Materia; pues ambos vendrían a significar lo mismo, sólo que la perspectiva del observador le haría ver la diferencia, pero en síntesis no pueden existir la una sin la otra.

Desarrollar la conciencia, la capacidad de respuesta, será la tarea de

esta energía, en absoluto bien comprendida. No lo está en estos momentos porque el tema del Amor, a pesar de que el Cristianismo, por poner un ejemplo práctico, lleva unos dos mil años imperando, no ha sido ni de lejos bien asimilado. La conciencia personal sólo entiende esta energía de manera excesivamente personal, cuando la realidad indica que esta energía resulta totalmente impersonal, pero esa cuestión no ha sido todavía resuelta.

La conciencia humana adolece, mi entender, de un exceso de

emocionalidad; a consecuencia del exceso de identificación con el mundo de las emociones. Esta conciencia atlante resulta muy perjudicial para desarrollar la energía del segundo rayo. Ya que este rayo nos habla a su vez de impersonalidad. Si no se aprecia en este sentido, que se revise entonces la vida pública del Discípulo que la propagó y se verá que en su práctica no hubo personalismos ni identificaciones personales. Sólo hubo identificación a nivel de conciencia, a nivel de Alma.

El mundo de la enseñanza esotérica sería un directo benefactor de esta

energía de segundo rayo; la cual, bien mirado, presenta una duplicidad/dualidad considerable. En el sentido de llegar afirmar categóricamente que sólo a través del desarrollo del intelecto, utilizando la energía mental y accediendo a una nueva dimensión, se podría llegar a asimilar aún mejor el significado del Amor. Sin embargo, la búsqueda de la iluminación, a través del conocimiento exhaustivo de la mente, no de la simple acumulación de conocimientos, provocará la afluencia de un nuevo estado de conciencia que se podría calificar como de iluminada. Esta conciencia indicará con claridad el por qué el Amor es la energía cohesionadora por excelencia. Lo será en la medida en que se comprenda que el conocimiento transformado en sabiduría, fruto de la continua reflexión, deberá incluir la necesaria comprensión de la energía de atracción, la energía del segundo rayo, aunque no necesariamente se produzca el mismo resultado visto el problema desde la perspectiva contraria.

El lenguaje del corazón, del que tanto se habla en estos tiempos, no

sería otra cosa que la aplicación práctica de esta energía de segundo rayo, con aspectos de primero considerables; resultando que el desarrollo de la intuición, consecuencia del despertar del chacra cardíaco, genera una iluminación de los vehículos de la forma de expresión que obligan a quién lo ha experimentado a amarlos y por extensión aplicar el mismo procedimiento al resto de su comunidad, país, planeta…

Sólo cuando se ha trascendido la etapa de identificación con la parte

material, la intuición despierta y el resultado, aparte de nueva percepción personal, se manifiesta en un estado de tranquilidad y paz que es difícil de


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expresar para quién lo ha experimentado. Pero es enseguida comprendido por cuantos también lo han vivenciado.

Si afirmamos que el Amor es una energía cohesionadora aceptaríamos

también que forma parte del esquema básico de todo el Sistema Solar. Así, las tres leyes que Lo manifiestan nos hablan de: Economía, Atracción y Síntesis. El segundo aspecto, la Atracción o simplemente ley del Amor, sería el responsable de la interdependencia entre todos los estados de la materia. Tal y como la conocemos. Entendiendo a su vez que la materia no resulta solamente el aspecto visible más denso que solemos apreciar, sino que también el término estará referido a la parte del mundo etérico, del mundo emocional y por supuesto al mundo del mental concreto.

Pues estas energías, aunque mucho más sutiles que la simple energía

física, también están sometidas a ese proceso de continua transmutación y por lo tanto resultan materiales al igual que la energía que conocemos y que calificamos como la más densa.

Curiosamente a la materia la solemos asociar con el mundo mineral, ese

que despierta la conciencia a través del impacto producido de forma densa y que, por lo que parece resulta el más idóneo en estos momentos; pero que en un futuro no muy lejano el ser humano deberá transmutar; pues su conciencia habrá evolucionado hacia una identificación con el Todo que, de momento, no posee y por lo tanto no puede evidenciar.

La cualidad del segundo rayo demuestra ser más compleja de lo que a

simple vista pudiera parecer. Reflexionando sobre el tema se podría apreciar que el esquema planetario, solar y cósmico, donde nos encontramos y evolucionamos, resulta una consecuencia clara de esa energía. De esa capacidad de integrar y cohesionar que manifiesta tanto el Logos Solar, el Planetario, la Mónada o la propia Alma individualizada. Tanto es así que en estos momentos, o mejor dicho en este sistema solar, la energía que se está desarrollando es precisamente la energía de segundo rayo. Esta afirmación nos obliga a hacer hincapié en la expresión de la misma. En la forma o métodos en que pueda expandirse por el mundo, manifestando el elevado ideal que encierra.

Expuesta la cuestión en estos términos, la capacidad transmutadora de

la energía de segundo rayo, podría parecer una afirmación categórica y carente de sentido. Sin embargo, aplicado el término al planeta donde habitamos, la Tierra, sí podemos apreciar cómo esta energía se va abriendo paso de forma tímida pero con efectos de hondo calado. Poco a poco se aprecia un despertar claro de la conciencia humana hacia un mundo de valores nuevos. Valores en la línea de la energía de segundo rayo. Pensemos por un momento cómo sería el mundo si durante las últimas décadas no se hubiera aplicado la energía de segundo rayo a nivel internacional. Posiblemente la respuesta sería desalentadora. Aunque también reconocemos que falta camino por recorrer. El mismo trecho, a mi entender, que le falta al ser humano encarnado en aceptar su estado de conciencia y las implicaciones que ese estado de conciencia tiene con la problemática mundial.


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Cuando en páginas anteriores se hablaba del primer rayo, el rayo de la voluntad, y se expuso que la buena voluntad era energía de primer rayo, pero esencialmente energía de segundo rayo de amor sabiduría, se estaba indicando también que esta energía de segundo rayo puede y debe acompañar al resto de energías presentes, los siete rayos, de tal forma que pueda cualificarlos dándoles un empuje que posibilite que el uso de cualquiera de las otras energías resulte más eficaz si se aplica esta energía de segundo rayo. Ya que esta energía de segundo rayo está destinada a ser la primera y las demás se convertirán en subsidiarias del segundo rayo.

Tal vez pudiera resultar interesante para el ser humano apreciar dónde

se encuentra activa la energía del segundo rayo en estos momentos. En el campo educativo, aportando nuevo valores a la juventud y a la sociedad. Despertando la conciencia humana, hablando del principio eterno que anima al ente humano individualizado, podríamos ver los efectos de esta energía.

No solamente la energía de segundo rayo nos hablará del amor,

concepto vago y difícil de asumir, sino que al tratar sobre su sentido, utilidad, origen, aplicaciones…. podremos contribuir al desarrollo del vórtice energético humano capaz de manifestarla: El centro cardíaco o corazón.

En el ser humano común tendríamos el panorama de quién ama a los

demás, pero con tendencia natural al aislamiento. Pues su amor no es personal, es completamente impersonal, si lo manifiesta de manera clara, por ello será muy incomprendido. La soberbia intelectual, la búsqueda de la Sabiduría, pues es un rayo que posibilita el estudio constante, acaba generándole espejismos que tarde o temprano habrá de erradicar. Es el rayo de la enseñanza esotérica por excelencia, del proceso iniciático; el encargado de llevar a cabo la idea de la religión o camino de vuelta a la Casa del Padre.

La energía de Segundo Rayo nos habla también del proceso iniciático y

se canaliza hacia la Tierra a través del planeta Júpiter; en el centro cardíaco tiene su asidero natural y, en el despertar paulatino de la glándula timo, a su aliado más fiel en el vehículo físico-etérico. El color azul eléctrico es el que se asocia con este rayo. La nota musical asociada sería la nota La.

TERCER RAYO:

El Precursor de la Luz La Mente Universal

La energía de tercer rayo es conocida con el nombre de inteligencia

activa. La capacidad que posee la materia de adaptarse a cualquier circunstancia que la conciencia desee imprimirle. Así todo cuanto nos rodea en estos momentos de la evolución humana, en este período de la manifestación de la conciencia, se lo debemos en gran parte a la acción de esta energía; la cual, como sucede con las dos anteriores, tampoco resulta bien comprendida. Los prejuicios imperantes, arrastrados de la era pisceana, nos impiden apreciar una cualidad básica de cualquier tipo de evolución: la capacidad de adaptarse a lo nuevo, o simplemente la adaptabilidad.


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Aplicada al ser humano en concreto permite vislumbrar un panorama muy alentador. Aparte de su capacidad innata de adaptarse al cambio, permite ir eliminado paulatinamente todo aquello que se opone al plan trazado. No al Plan, en mayúsculas, sobre el cual habría que indicar que está trazado previamente y compete poco al ser humano centrado en los asuntos de su personalidad. Más bien será competencia de conciencias más elevadas o comprometidas, tipo discípulos aceptados, iniciados y adeptos. Al ser humano no le estaría permitido asumir ese papel, sino aceptar y vivenciar las rutinas de la vida diaria asumiendo poco a poco el compromiso de superación. Sólo así estas energías podrán liberar todo su potencial. Prefiero centrarme en el pequeño plan personal que necesita de la mente concreta, utilizando la energía de tercer rayo o energía mental, para construir aquello que se proponga. En primer lugar la búsqueda de su conciencia.

No olvidemos que la Sabiduría, conclusión última de la energía de tercer

rayo, viene a la luz a través de una criba selectiva de la materia mental y emocional, energía kama-manásica, hasta conseguir una esencia de producción propia que nos podrá acompañar el resto del camino.

Esa sabiduría se transmutará en iluminación y finalmente en inspiración.

La mente actúa en el ser humano como el coordinador de todos sus impulsos, al tiempo que le permite analizar, comparar y decidir sobre una u otra cuestión. Esta capacidad tan sencilla de expresar resulta más compleja de lo que se desearía.

El apego al mundo emocional, al pasado; el miedo en definitiva al

cambio, hace que el resultado del uso correcto de la mente no se aprecie en toda su intensidad. Porque el ser humano se niega a aplicar el fruto de sus investigaciones. Llamadas éstas reflexiones, meditaciones o simplemente diálogo interior.

Recordemos aquí el papel desempeñado en su momento histórico por el Iluminado y veremos como ese procedimiento puede y debe ser aplicado al ser humano. El resultado será el mismo, pero no necesariamente en una sola existencia; pero ofrecerá todo aquello que sí permitirá interactuar de forma más correcta con los vehículos de la personalidad y con el resto de los seres humanos. Su ejemplo perdura a través de los siglos y sigue siendo una antorcha iluminada orientado al mundo hacia la luz de la conciencia, que cada día obtiene más seguidores. No tanto en la forma, sino en el fondo de Su mensaje.

Esta capacidad extraordinaria, la adaptabilidad, posibilita que la materia,

la energía de tercer rayo, cumpla el propósito que tiene encomendado. El cual no sería otro que permitir, a través de la construcción de nuevas y variadas formas, la manifestación de la Conciencia a través de la propia materia. Si no existiera dicha capacidad, y de hecho en el pasado costó bastante asimilar esta idea, no estaríamos en condiciones de poder expresar el potencial de la energía de segundo o de primer rayo.

Posiblemente la energía de tercer rayo nos sea a todos nosotros el tipo

de energía más conocido, también resulta uno de los más desconocidos, pues se ignora bastante, a mi entender, su correcto significado. Hoy en día, cuando


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continuamente se producen cambios, aparentes unos y reales otros, esta energía está jugando un papel impresionante. La substanciación de nuevos instrumentos para que la conciencia humana se expanda masivamente, permite interactuar a seres humanos de diferentes partes del planeta; generando el suficiente dinamismo para que el resultado sea cada vez más apreciado.

El uso del dinero, o energía concretizada de tercer rayo, suele traer de

cabeza a muchos seguidores del mundo llamado esotérico o simplemente espiritual. No se concibe que una materia tan concretizada sea el vehículo de manifestación del Espíritu. Se rechaza así una oportunidad única de transmutar la finalidad en la que se usa esta energía y abocarla hacia otro campo donde pueda dar mejores frutos, no en cuanto a volumen de beneficios, sino en cuanto a la capacidad de regenerar las conciencias.

Se argumentará que eso no es posible pues el dinero sólo remueve lo

negativo en el ser humano. Cierto y falso al mismo tiempo. El dinero hace avaro al que ya lo era y espléndido y generoso a aquél otro que poseía esas cualidades. Es una energía neutra, como el resto del septenado de energías sobre las que trata ese simple escrito, por lo tanto la energía no toma partido. Lo toma quién la utiliza de forma errónea.

De ahí la necesidad de construir una mente pura donde no figuren los

apegos que hasta ahora hemos conocido. Perseverando hasta conseguir desarrollarla, comprenderla e iluminarla, hasta que llegue el lejano día en que deba ser eliminada porque ha finalizado su función.

A nuestro alrededor existen infinidad de creaciones de energía de tercer rayo; instrumentos de todo tipo y maquinaria de lo más sofisticado. Estas máquinas tienen el sello humano de creación, pero responden al mismo patrón que generó el Logos cuando puso en marcha Su proceso de manifestación kármica. El uso de la tecnología, de la maquinaria más sofisticada nos hace anunciar que Dios vive en la máquina; de hecho resulta así, pues cualquier creación humana lo es al mismo tiempo divina. Faltará que lleguemos a dilucidar correctamente esta aseveración, dejando los apegos al pasado y a unos supuestos ideales que, bien mirados, ya no tienen razón de ser. Pues nos hablan de supuestas y futuras realizaciones internas a las cuales la mayoría de seres humanos no han tenido acceso. Presentan un panorama de futuro espléndido, pero fracasan estrepitosamente a la hora de enjuiciar el presente. Ahí, nada menos que en ese punto, el presente, radica el fracaso de los ideales que arrastra la familia humana.

Al igual que el Logos visualizó el universo y éste se manifestó, el ser

humano diseña cualquier instrumento que su conciencia pueda elaborar y acaba materializándolo. Convirtiendo una simple idea en algo concreto y al servicio de los demás. Precisamente esta cualidad de poner a disposición de la familia humana infinidad de nuevas creaciones materiales, ha posibilitado que una parte de esta familia se pueda dedicar con mayor tranquilidad y seguridad al desarrollo de su conciencia.


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No es ningún contrasentido, pero disponer de las comodidades

materiales, energía material de tercer rayo, facilita disponer de tiempo suficiente para dedicarse al estudio de la conciencia. Si esto no hubiera sido así, la humanidad no habría alcanzado los niveles actuales de evolución.

La idea del ser humano de realizar creaciones -máquinas- cada vez

más avanzadas, estaría sustentada en aquella otra de que está hecho a imagen y semejanza de su Creador. Así a cada nueva y esplendente creación se responde de inmediato con otra aún más arriesgada y esto en una línea ascendente que parece no tener fin; pero que cada vez se intuye más, especialmente en algunos campos de manifestación de esta energía, que estamos llegando a un punto de difícil superación. Sin embargo, quedan problemas por resolver, como los de la energía y el transporte, por poner dos ejemplos, que posiblemente en las próximas décadas veamos, asombrados, las soluciones que se presentan para solventarlos.

Si miramos la historia veremos enseguida que las gentes del mundo

occidental provienen en su mayoría del medio rural. Que las ciudades fueron fruto de un largo proceso de maduración y substanciación. Sin embargo, cuando esta energía de tercer rayo comenzó a dar frutos a través de creaciones humanas, tipo máquina de vapor, ferrocarril, motor eléctrico, bombilla incandescente….., se produjo un trasvase urgente del campo a las ciudades. A las colonias fabriles, a los grandes complejos industriales donde se hacinaron miles de personas en durísimas jornadas de trabajo. El resultado de esta actividad no es que empeoraran las condiciones de vida de los trabajadores, sino que fruto de la interacción con la materia, con el mundo del trabajo, se posibilitó un proceso de socialización mucho más intenso.

De haber seguido como hasta en aquellos momentos, nada de lo que

tenemos hoy en día y que nos hace la vida más cómoda sería conocido. Ni existiría el ferrocarril, ni la aviación, ni la electrónica de consumo, por poner ejemplos claros de la incidencia de esta energía a través de destacados inventores. Ellos sintieron la necesidad y acabaron substanciando una posible solución.

La facilidad con que se han propagado, en las últimas dos décadas,

actividades propias de esta energía como las comunicaciones, Internet o la telefonía sin hilos, indican bien a las claras que la conciencia humana está consiguiendo todo aquello que internamente había estado demandando durante mucho tiempo. Así la utilización del vehículo etérico planetario para propagar señales de radio, procedimiento utilizado desde hace poco más de un siglo; y de televisión llevando la imagen a distancia, ha posibilitado que el ser humano sea más consciente que nunca de la existencia de sus congéneres. Al mismo tiempo también ha hecho aflorar otro problema: la soledad en la que se suele vivir en este tipo de sociedades; pero esta cuestión sería más achacable a lo novedoso de la situación que no la misma energía que posibilita todos estos descubrimientos.


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En esta línea la facilidad con que podemos comunicarnos con cualquier

parte del planeta supone un hito de desarrollo interno considerable; no es que sea normal como se argumenta demasiadas veces que esto suceda porque sí, sino que la demanda interna una vez más ha posibilitado el cambio que se anhelaba. Pero nunca en la forma y detalle en que se solicitaba.

La actividad inteligente, atribuida generalmente a la materia también,

debería ser tenida en cuenta a la hora de analizar la personalidad humana. Pues a niveles psicológicos se aprecia mejor el efecto de esta energía. Esa capacidad que ha demostrado el ser humano a través de infinitos procesos de redención de adaptarse a lo nuevo, porque lo viejo resultaba ya caduco para la energía que comenzaba a manifestarse. La acción de interrogarse sobre las más variadas facetas de la vida ha conseguido unos resultados increíbles.

Queda mucho por hacer, es verdad; pero también lo es que la gran

mayoría de la familia humana no logra potenciar su capacidad mental, por miedo o desconocimiento, a pesar de los esfuerzos de la enseñanza reglada. Así, mientras esta capacidad regeneradora de la mente superior no sea ampliamente manifestada, el ser humano seguirá siendo esclavo de la materia que tanto ama y tanto rechaza al mismo tiempo. La ama porque se identifica en exceso con ella, la rechaza porque su conciencia le indica tímidamente que no se puede identificar con algo perecedero. Aún así sigue perseverando porque intuye que la Luz se acabará imponiendo.

Aplicado al ser humano común esta energía le dotará del suficiente

dinamismo para realizar cuantas acciones crea oportuno. Es el rayo que caracteriza a gran parte de la humanidad en estos momentos. Pues la actividad, el continuo realizar en el campo que sea, posibilita que la conciencia se manifieste. Por el principio claro de que en la cantidad puede haber algo de cualidad. Pero si no existiera un mínimo de actividad sería imposible substanciar ninguna realidad interna.

El Tercer Rayo, el menor de los rayos de aspecto, desde la perspectiva

evolutiva de la conciencia, pero el más interesante tal vez para la conciencia encarnada, substanciará la energía suficiente para los cuatro rayos restantes de atributo.

Posibilitando la aplicación correcta de la energía de cada uno de los

rayos de atributo. Pues una vez más repito que, sin acción, no hay resultado posible.

Esta energía de Tercer Rayo se introduce al planeta Tierra a través del

planeta sagrado Saturno; el planeta del karma. El chacra laríngeo es el encargado de canalizar la energía de este rayo y la glándula tiroides es la asociada. El color amarillo es el que se asocia a este rayo. En el estudio de los siete rayos se aprecian diferentes colores para cada uno de los rayos expuestos. Sin embargo, estas diferenciaciones tienen que ver con la perspectiva adoptada. Así no resultaría el mismo color según el punto de vista adoptado. Si es un punto de vista humano, egoico o jerárquico. La nota musical asociada sería la nota So.


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Tal vez aquí, analizando la energía de tercer rayo, podríamos entresacar

una conclusión determinante; que la correcta acción, la correcta palabra entendida a varios niveles, nos daría la clave real de la evolución.

CUARTO RAYO: El Inferior de los Tres, el Superior de los Cuatro El Corrector de la Forma Este rayo conocido también como de “Armonía a través del conflicto”,

está vinculado históricamente con la creación de formas artísticas, tanto en sus aspectos de artes plásticas como de creaciones musicales o escénicas. Sin embargo, se nos indica en la obra esotérica que este rayo, que trajo a la Luz a los grandes creadores del Renacimiento, a los compositores de las grandes óperas y a los grandes compositores de sinfonías musicales está ahora en retroceso. Aunque se espera su plasmación objetiva en las próximas décadas. De ahí la apreciación de que las artes plásticas han perdido durante el siglo XX el concepto de realización ligado, tradicionalmente, a esta energía de cuarto rayo.

Lo más trascendente de esta energía de cuarto rayo no será tanto que

nos hable de armonía o de suprema realización, plasmando unos resultados que tienen más que ver con un espejismo humano que con una realidad palpable y objetiva. Así hablamos de armonía sin tener en cuenta que esa cualidad, característica de un estado de conciencia ligado a su fuente original, no se puede conseguir y menos plasmar de forma objetiva sin haber realizado el trabajo de transmutación de los vehículos de la personalidad.

El ser humano puede responder a esta energía de forma correcta en la

medida en que acepte que su participación puede decantar el resultado hacia uno u otro lado. Precisamente una característica que se aprecia en aquellas personas que responden a este patrón es que no desean comprometerse por temor a ser rechazadas. Desean y anhelan avanzar internamente, pero temen ser rechazados cuando alcancen ese estado de conciencia que ansían. Así el conflicto generado se aprecia más porque la armonía ha sido perdida de vista.

Asimilar la idea de armonía a realización interna será más complejo de lo

que aparenta ser a simple vista. Pues se acepta sin más que con desearlo automáticamente se obtiene el resultado. En la práctica esto no resulta tan obvio.

La razón, a mi entender, estriba en que se genera una continua fricción

ante los avances de la conciencia, o del Alma, en la propia personalidad. Así no se acepta que la armonía implique cambio radical. Pues esta radicalidad se asocia erróneamente a conciencias no focalizadas en la armonía. Cuando la realidad misma podría indicar que esta armonía que tanto se anhela no deja de ser una simple quimera que nos hemos creado los seres humanos para sobrellevar el conflicto en el que vivimos continuamente.


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Que no se diga que éste no existe, porque la propia existencia kármica

ya supone un estado inarmónico, o estado de conflicto. El miedo o prevención a utilizar la fuerza de voluntad resulta bastante patente en individualidades que respondan a este rayo.

¿Qué hacer entonces? Pues vivir el conflicto en armonía. Darle la vuelta

al mandato del cuarto rayo y aceptar que primero está la obligación, el conflicto, y después la devoción, la armonía; que si no se construye de manera sólida sobre los cimientos de ese conflicto, de esa continua fricción entre opuestos, no se podrá conseguir lo que tanto se desea: la armonía. Si se recuerda lo que se dijo respecto al primer rayo de voluntad o poder se verá que la buena voluntad, amor en acción, puede y debe convertirse en una característica de este cuarto rayo.

Llegados a este punto convendría aclarar que el concepto o la idea que

se tiene de armonía está más ligada posiblemente a la creación artística, a los grandes monumentos, a los grandes palacios del siglos pasados o del presente, en fin a creaciones materiales densas; más que a creaciones de conciencia, al despertar de esa conciencia que todos somos en realidad. Trabajar para deshacer situaciones donde impere el conflicto, luchar porque se acepte primero la existencia del mismo nos preparará para vivirlo en armonía. No hay otra salida. La belleza o la idea que tengamos de la misma serán reales en la medida en que nos aceptemos y aceptemos que los demás están pasando por una situación similar a la nuestra. Que no hay tantas diferencias como el miedo nos ha hecho creer; que los prejuicios, miedo a la realidad, nos convierten en conciencias cristalizadas que poco o nada pueden aportar a sus semejantes. Así que no queda más remedio que ponerse las pilas para vivir el conflicto, pero de la forma más armoniosa posible: aceptándolo de una vez. Sin reacciones adversas que acaben generando más conflicto y más karma.

Cuando tanto se insiste, especialmente en las últimas décadas, sobre la

cuestión de la divina indiferencia, de la serena expectación, para los seguidores de la corriente del Agni Yoga, o de vivir el reino de Dios en la Tierra, pues también podría ser definido así, se estaría indicando la búsqueda de un equilibrio al cual la conciencia humana puede y debe tener acceso. Lo tendrá en la medida en que corte sus ligazones con todo lo que impide esa armonía; cuando solucione el conflicto, el que sea, porque la luz de la armonía ha dado con la clave de su solución.

Recordemos aquí también que la búsqueda constante de la Luz, esa que

transmutará ineludiblemente a la personalidad, acaba descubriendo y manifestando la zona oscura de la forma de expresión. No aceptar esa nueva realidad y tratar de actuar como si no hubiera sucedido nada, acabará generando un nuevo conflicto. Pensemos, por un momento, que disponemos de las claves de superación del conflicto; sólo falta un poco de voluntad, de buena voluntad, capaz de romper los esquemas mentales y emocionales donde nos desenvolvemos habitualmente.

Ahora bien, este resultado tan anhelado demanda compromiso,

perseverancia y audacia. Ahí, ante la carencia de estas cualidades se estrellan la mayoría de deseos humanos. Pues no conciben que a través del buen hacer,


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del correcto pensar y de la correcta acción se puedan realizar auténticos prodigios. Recordemos por un momento que somos el cuarto reino de la naturaleza, eso ya nos debería indicar algo en concreto, pues tenemos encomendada la tarea de redimir a los tres reinos inferiores. El como lo hagamos dependerá de nosotros mismos. Pero recordando siempre que sin acción no hay resultado. Tal vez en esta energía de cuarto rayo se aprecie más, a mi entender, la capacidad que tiene la acción armónica – la correcta acción - de solucionar los conflictos. Que, repito, no son maldiciones divinas, sino creaciones humanas.

La búsqueda de esta armonía, que responde siempre a arquetipos de

realización interna, se puede apreciar, a mi entender, en el planeamiento urbanístico de las grandes urbes mundiales. No es gratuito que se siga la línea recta en los ensanches y en las grandes avenidas y el cuadrado, figura geométrica, sea un ejemplo a seguir a la hora construir las viviendas.

Este Cuarto Rayo, como los que siguen a continuación, son rayos de

atributo: es decir siguen la pauta marcada por el Tercer Rayo de Inteligencia activa o materia; adaptando esa energía con la cualificación específica que pueden aportar.

La energía de Cuarto Rayo entra en el planeta Tierra a través del

planeta Mercurio, y tiene en el centro básico a su vórtice de anclaje en el ser humano y en las glándulas suprarrenales al punto de distribución en el cuerpo físico. El color verde es el que se asocia a este rayo. La nota musical sería la nota Fa.

QUINTO RAYO: El Divino Intermediario El Dispensador del Conocimiento Para asimilar mejor la idea de la energía de quinto rayo deberíamos

conocer un poco el funcionamiento de la conciencia humana individualizada. Así la idea de que los seres humanos somos almas encarnadas estaría sustentada en que efectivamente el hijo de la mente, el Alma, la Conciencia humana, sería el punto de unificación entre la parte abstracta de la mente, esa que conecta con la Tríada Espiritual, y la parte concreta o personalidad, personificada ésta en la mente concreta. Su función es bien conocida, sin embargo deberá potenciarse hasta conseguir iluminarla y traspasar el control de la personalidad a la mente superior.

La energía de este Quinto Rayo está asociada al conocimiento concreto

o ciencia pura. Es la energía que facilita, a quienes la manipulan correctamente, el descubrimiento de verdades ocultas que han facilitado la existencia al ser humano desde sus orígenes. La asociamos al investigador, oculto casi siempre en su laboratorio, como si se tratase de un monje, devoto del ideal supremo de realización. En realidad habría que decir que así sucede. Pero con una diferencia substancial respecto al devoto religioso tradicional. El científico, exponente claro del activista de la energía de quinto rayo, se diferencia del devoto tradicional en un punto trascendental.


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No esgrime dogmas de fe, ni mucho menos sus realizaciones deben ser

aceptadas. Acepta humildemente el punto de conciencia alcanzado, en relación al campo o materia donde realiza sus investigaciones y pone al alcance de los demás su conquista. Curiosamente, para ser aceptado por la comunidad de integrantes de quinto rayo, debe indicar expresamente los pasos que ha dado y así el resto de miembros de la comunidad pueden llegar a las mismas conclusiones. Este es el requisito que la energía de investigación o ciencia, el rayo de la mente abstracta, exige a todos cuantos deseen utilizar o manipular este tipo de energía.

Sin embargo, existe una diferencia substancial entre los propagadores

del quinto rayo y del sexto, por poner un ejemplo bien claro; la opinión sustentada por un exponente de esta energía puede cambiar automáticamente en el momento en que otro miembro de la comunidad hace un descubrimiento o llega a una conclusión más avanzada o diferente del primero. Se establece entonces una relación horizontal entre los miembros de la comunidad, cuyo único interés es el amor a la verdad.

El método utilizado por estos investigadores, o científicos, se basa en

una serie de preceptos adoptados y aceptados por todos. No será ciencia, fruto de esta continua investigación, todo aquello que sólo uno de ellos pueda demostrar; con lo cual se está indicando una realidad de la nueva era. Pues recordemos que en la pasada era de Piscis, la verdad era sustentada por un miembro de la comunidad, un alquimista por ejemplo, por un sacerdote…. y el resto asentía de manera automática, sin plantearse para nada la posible verdad oculta o simplemente el error en que estaba sustentado. Recordemos ejemplos claros como el descubrimiento de la circulación de la sangre, la rotación de la Tierra y el Sol…., descubrimientos que acabaron con la vida física de quienes osaron poner la razón, fruto del análisis interior, consecuencia de una meditación prolongada, por encima del prejuicio y el dogma de fe.

Estos científicos, a su manera, ofrecieron a la comunidad, a la

humanidad entera sus conclusiones. Algunos tuvieron su momento de gloria, después pasaron al olvido, sólo la comunidad científica sabe de sus realizaciones. Pero eso no importa, eso simplemente demuestra el peregrinar de un hijo de Dios y el trabajo en solitario que debe realizar, aunque esté rodeado de un gran equipo. La investigación no cesa nunca, siempre habrá un motivo para continuar en la línea ascendente. Siempre la mente abstracta expresará su necesidad de plasmarse objetivamente.

La ciencia pura y la filosofía que la engloba, la investigación per se; la

ciencia aplicada, la que solemos apreciar continuamente y sobre la cual proyectan los investigadores sus realizaciones, canaliza, hasta concretizar, arquetipos de realización superior. El investigador hace de intermediario. Utiliza la energía de la mente concreta, la potencia, la discrimina y al final la descarta porque ha descubierto un nuevo punto de vista sustentado éste en la llegada de una energía desconocida para él; esta energía proveniente de la mente abstracta o superior, lugar donde radica el Alma o hijo de la mente, permitirá desvelar las verdades ocultas que configuran la existencia de la vida en el planeta. Permitirá saber, por ejemplo, el entramado interno de la materia, de la relación de la conciencia individual con la conciencia global; esta relación, que


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los científicos tratan de desvelar, puede aportar a la Humanidad la revelación que anda buscando desde el comienzo de los tiempos; pero no desde la perspectiva de la creencia o la fe, sustentada ésta en un chacra tan definido como el chacra solar, prototipo claro de la era pasada de Piscis; sino desde un chacra por encima del diafragma como es el chacra del entrecejo o centro ajna. Lugar por donde entra la energía de quinto rayo en el sistema individualizado humano. Teniendo en la glándula pituitaria a su exponente físico-etérico, transmitiendo al fluido sanguíneo la cualidad de esta energía. El color asociado sería el índigo. La nota musical sería la nota Mi. Esta energía procede del planeta Venus, aunque proviene de fuera del Sistema Solar, de la constelación de la Osa Mayor, como el resto de las energías de los Siete Rayos.

SEXTO RAYO: El Sostenedor de la Verdad El Guerrero en Marcha

Escribir sobre la energía del Sexto Rayo puede resultar más complejo de lo que a simple vista pudiera parecer. Así no hablaremos exclusivamente del lema del rayo: Devoción o Idealismo, lo cual ya encierra en sí mismo un gran contenido; sino más bien de cómo funcionaría esta energía a nivel individualizado y colectivo.

Recordemos aquí brevemente que casi todo lo que el ser

humano ha conocido a lo largo de la evolución humana, al menos desde que se tiene noticia escrita u oral, está bañado con esta energía. La cual nos habla nuevamente de un ideal de realización para el cual el ser humano no dispone de los necesarios instrumentos para llegar a concretizarla. Así durante esta era pisceana nos ha hablado del ideal de un futuro muy lejano colmado de bendiciones y parabienes. Pero en la práctica diaria se ha comportado como una de las energías más difíciles de asumir. Una de las energías, sino la que más, guerrera y violenta que ha conocido la humanidad.

Recordemos la historia de la familia humana en este planeta y

veremos lo que ha sucedido con las crisis que ésta ha padecido y vivenciado. Crisis potenciadas por la interpretación de un ideal que las masas no supieron ni pudieron comprender nunca. La gran mayoría pasó por este período despertando muy pocos pétalos de los chacras superiores. Prácticamente casi ninguno, convirtiendo la necesidad de acercarse al ideal de realización que esta energía potenciaba, en un campo de batalla ligado más a intereses personales o políticos de dominación masiva, que a la búsqueda correcta de ese idealismo, que bien sustanciado, hubiera aportado a la humanidad una realización inconmensurable.

No fue así en modo alguno. A nivel mundial se apreció una casta

dirigente que todavía perdura, con un criterio restrictivo sobre las actitudes a seguir en la vida diaria. Que para nada tienen que ver con la esencia de esta energía. De esta manera la devoción o el idealismo se han convertido en devoción al idealismo. Aquí, precisamente, hemos


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matado al Idealismo. Lo hemos convertido, pues estuvimos encarnados muchas veces en esta era pasada, en algo muerto y carente de sentido. Cuando este idealismo no nos hablaba únicamente del futuro, de ahí su muerte espiritual, sino que estaba encaminado a hacernos más asequible el presente. Pero para ello el ser humano necesitaba desarrollar algo que sólo poseía de forma embrionaria. El vehículo mental hubiera dado la clave de comprensión correcta de e sta energía de sexto rayo.

Cada una de las energías de los siete rayos tiene una relación

directa con uno de los vehículos de la forma humana; con un vórtice energético o chacra y con una glándula determinada. El sexto rayo tiene especial predilección por el vehículo emocional. Sin embargo, habría que decir que vista esta energía desde la perspectiva mental concreta ofrecería una visión muy diferente. Ni que decir tiene que desde la mente abstracta presentaría un panorama que no tendría nada que ver con lo que hemos conocido referente a esta energía.

El planeta Neptuno, planeta sagrado, ofrecería una realización

increíble con respecto a la energía disponible procedente de Marte. Pues la era de Piscis ha estado regida y lo sigue estando todavía en parte por las energías del segundo y del sexto rayo. Pero lo que la humanidad ha conocido durante este tiempo ha sido la energía de sexto rayo de Marte, planeta no sagrado como la Tierra, que transmite una energía no tan cualificada como la energía neptuniana. Sin embargo, también se ha de ser sincero e indicar que kármicamente, o la oportunidad que periódicamente ofrece la ley de la justa retribución, no hubiera podido ser de otra manera.

Quienes desde sus puestos de mando, ya sean iglesias

organizadas, jefaturas políticas, organizaciones sociales…. trataron de llevar a cabo este ideal de realización utilizaron para ello el sexto rayo proveniente de Marte, el dios de la guerra de la mitología clásica romana. Para quién esté interesado en la mitología clásica habría que indicar que este Marte era hijo del dios Júpiter y de la diosa Juno, esta a su vez era hija del dios Saturno. Tal vez si se miraran un poco más las energías que emanan de estos arquetipos se entendería mejor el comportamiento de Marte en este período evolutivo. Así aparecería que resulta Marte hijo de Júpiter, amor-sabiduría, y nieto de Saturno, aplicación del karma, o cumplimiento estricto de las Tablas de la Ley.

Vivenciar la energía de un rayo en concreto sería parte del trabajo

de cualquier trabajador de la conciencia o futuro discípulo. La energía de sexto rayo que hemos conocido ha sido más una energía ligada al plexo solar y al vehículo emocional que una energía que hablase de un idealismo real de realización humana, o de mente abstracta. Se ha convertido el camino de la imaginación, cualidad emocional, en la vía de realización.

En lugar de escoger el camino de la construcción mental o

visualización creativa. Haciendo devotos, seguidores poco inteligentes de una idea determinada, y convirtiéndolos, a fuerza de machacar


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continuamente el plexo solar con actos repetitivos, en auténticos fanáticos.

Recordemos las prácticas religiosas todavía desgraciadamente

imperantes en el mundo. Tales como rosarios, procesiones, novenas o repetición masiva de cánticos, mámtrams…Esto lo hemos apreciado en nuestro país referente a la práctica religiosa imperante y a la crisis que se vivió en las primeras décadas del pasado siglo. Un ejemplo claro de cómo se utiliza esta energía para generar conflictos armados o ideológicos de funestas consecuencias. Que al final ha demostrado la incapacidad mental humana de llegar a una solución desde la perspectiva mental concreta o racional.

Si se hubiera escogido ese camino, tanto en nuestro estimado

país, como en el resto del mundo, tendríamos ahora mismo una realización bastante diferente. Pero repito que no fue posible pues el ser humano no disponía de ese grado de conciencia y sólo podía interactuar de forma violenta. Su plexo solar estaba tan excitado, el laríngeo tan atrofiado y el corazón tan aletargado que sólo se utilizó la fuerza bruta, la fuerza animal, como camino de solución. El panorama resultante lo conocemos bien, tanto aquí como en cualquier parte del mundo. Por ello no nos podemos quejar demasiado. Depende de nosotros y de nadie más.

Si queremos ser guerreros de la Luz, debemos atenernos al

patrón imperante y desde la conciencia de búsqueda infinita, que siempre nos ha de acompañar, encontrar la solución más idónea. Pero cuando se demuestre que ésta ya no es válida, se debe descartar por otra que sea más incluyente que la anterior. El tránsito a ese nuevo paradigma se deberá realizar de forma armoniosa. De lo contrario seremos un guerrero, como se refleja en el mito de Escorpio, pero nunca saldremos triunfantes de la batalla.

La energía de sexto rayo también es conocida como la energía de

la religión organizada. Curiosamente los rayos de aspecto pares, el cuarto y el sexto son subrayos del tercero, de inteligencia activa o materia, sin embargo siguen la línea de menor resistencia del segundo rayo. Así la energía de amor sabiduría- energía de segundo rayo- se ha convertido en devoción en el sexto rayo y conflicto activo por alcanzar el ideal en el cuarto rayo.

Si el segundo rayo nos hablaba de amor, con letras grandes; su

línea menor hablaría de religar la conciencia con lo superior: la religión. Cómo se organiza ésta y cómo se expande su mensaje ha sido fruto de la interacción con la energía de sexto rayo. Así se ha vivido este gran ideal de cualquier hijo de Dios, en cualquier parte del mundo; no olvidemos pues que cualquier culto religioso del mundo responde a este patrón de energía entrante y saliente; o dicho de forma, tal vez más esotérica, al concepto y actividad de invocar y evocar: invocación-evocación. Por ello los hijos de Dios encarnados han tenido que vivir con una energía que les indicaba un camino a seguir, pero al no disponer de los elementos de juicio necesario, el vehículo mental estaba


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poco desarrollado, han tenido que conformarse con el vehículo emocional y a través de este vehículo alcanzar la meta más elevada: la completa devoción. Pero esta demostró y ha demostrado y todavía demuestra que para que sea pura deberá estar desligada de cualquier apego personal. De cualquier emocionalidad imperante y que sólo aquellos que consiguieron apaciguar su vehículo emocional, insertando en él energía más elevada, han podido comprender de verdad lo que supone la devoción. La cual repito, no tiene nada que ver con lo que hemos conocido. Tal vez pequeños grupos en cualquier religión organizada del planeta hayan podido expresarla en un estado puro. Pues ellos respondían a subplanos más refinados del plano astral.

Esta energía ha estado asociada de manera continua con el plano

astral, el plano de los deseos y de las emociones, por ello presenta las características que todos conocemos. Habría que decir que la familia humana es en una amplia mayoría todavía atlante. Trabajadora incansable de esta energía de sexto. Que sus conciencias no se pueden en modo alguno violentar imponiéndoles nuevos paradigmas de realización superior. Sin que estas conciencias, o almas encarnadas, hayan, por sí mismas, dado el paso necesario.

En la ciencia esotérica, ciencia que resulta más práctica de lo que

se supone, se indica que para responder de verdad a las energías de cualquier rayo, exceptuando tal vez el primero pues resulta bastante complejo de asimilar, se debería realizar un trasvase del lugar donde está depositada la conciencia-generalmente en el plexo solar- desde abajo del diafragma; usando los chacras o vórtices energéticos denominados inferiores o del cuaternario, tales como: el plexo solar, el sacro y el básico; hacia los chacras superiores: cardíaco, laríngeo, entrecejo y coronario…

Sin embargo, el camino que indicó el Nazareno hace unos dos mil

años indicó una vía de superación de la energía pisceana, tal y como se ha vivenciado durante esta era pasada, hacia una comprensión mayor e incluyente. No era otro que el trasvase natural de esta energía de devoción, bastante irracional, hacia el vórtice cardíaco. Esa energía conocida con el nombre del segundo rayo de amor-sabiduría fue potenciada con Su presencia, pero todavía, por lo novedoso, no ha dado el resultado apetecible. No lo ha dado porque el miedo y egoísmo del ser humano que prefiere vivir en el pasado del miedo conocido, a la liberación que aporta un corazón puro y libre de prejuicios. Donde sólo puede imperar el amor o armonía perfecta.

Este paso trascendental todavía no se ha dado en amplia escala y

por eso, en las últimas décadas, se han apreciado movimientos, aunque en los orígenes del cristianismo también existieron y en otras religiones igualmente, hacia el centro denominado “corazón”; entendiendo por este término un concepto más emocional que real del mismo; de hecho se habla de ese trasvase natural entre pétalos del plexo solar y del cardíaco; camino de menor resistencia y que habitualmente está asociado al camino del místico.


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Pero no olvidemos que cuando se ha alcanzado este camino con seguridad y resultado tangible, quienes lo han vivenciado presentan un panorama de realización muy diferente a lo que se suele comentar y apreciar habitualmente. Resultan personas llenas de amor, pero muy lejos de la presentación que habitualmente conocemos todos. Así, al amor, energía incluyente por excelencia, se le ha añadido, inteligencia y voluntad; aparte de una presentación clara de impersonalidad. Algo que no se comprende bien por parte de muchos exponentes del sexto rayo.

La razón a esa aparente contradicción habría que buscarla en el

apego que todavía perdura en los devotos de esta energía. De ahí la necesidad del tránsito y de que, cuanto antes se haga, mejor será el resultado final. Pues sólo aquellos que hayan alcanzado la meta de la mente abstracta podrán substanciar de verdad esta energía tan controvertida y al mismo tan incomprendida. La cual ha posibilitado el afloramiento de una civilización como la que impera en este planeta. Con sus altibajos, o lo que el ser humano aprecia de la misma, sólo se estaría indicando una parte de la dualidad que acompaña a la evolución en este, nuestro muy querido planeta Tierra.

La energía de Sexto Rayo entra en el planeta Tierra a través del

planeta Neptuno, y tiene en el centro plexo solar a su vórtice de anclaje en el ser humano y en la glándula páncreas al punto de distribución en el cuerpo físico-etérico y en el fluido sanguíneo. El color rosa es el que se asocia a este rayo. La nota musical asociada sería la nota Re.

SÉPTIMO RAYO: El Guardián del Templo El Trabajador del Arte Mágico El séptimo rayo, al igual que el anterior sexto rayo, resulta también

sumamente complejo, en algunos aspectos tal vez muchísimo más que el sexto rayo saliente. En las últimas décadas se está hablando continuamente del mismo. Como algo novedoso y trascendental, como el paradigma claro de la conciencia humana en la entrante era de Acuario. No obstante, como estudiantes de la Sabiduría Eterna, o simplemente Doctrina Secreta, pues éste era su nombre original, deberemos precisar que así resultará; pero que el trabajo de manifestación o substanciación de este rayo va a resultar posiblemente mucho más complejo que la instauración del sexto rayo. La razón no sería otra que el enunciado exacto de esta energía: rayo de orden ceremonial o magia. Básicamente rayo de orden, pero de orden nuevo. Ya que se intuye que el orden pasado y conocido, el orden que dominó durante el período de Piscis no puede ni debe ser mantenido más tiempo.

La cuestión planteada de esta manera sería interesante de analizar, pero

los resultados de este análisis deberán ser también muy tenidos en cuenta. Así se podría calibrar que estas fuerzas pisceanas, cristalizadas en dogmas de fe y autoritarismos, petrificadas por un uso irracional de esta energía, han dado cuanto podían. Pero hemos visto también que sólo desde la perspectiva más densa posible, que para nada el ideal ha sido una realidad. Sin embargo,


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nuevamente en este período en el cual nos adentramos apreciamos que el término ideal vuelve a aparecer; esta vez asociado al nuevo orden.

Aquí cabría hacerse una pregunta sencilla ¿sabemos bien lo que es el

Orden? Tal vez la respuesta sería demasiado desalentadora para responderla abiertamente. Por eso preferimos disfrazarla de ideales, de futuras y lejanas realizaciones, antes de encarar el problema desde la perspectiva del presente inmediato. Ese que nos insta continuamente a dar una respuesta y no posponerla para un futuro incierto y, en la mayoría de los casos inexistente. Sólo resulta un fruto de la emocionalidad que arrastra la familia humana, la humanidad en su conjunto, desde la pasada era de Piscis.

Si hablamos de orden nuevo, pues así parece resultar del análisis del

enunciado del arquetipo de realización, que presenta el séptimo rayo, estaríamos invocando a una nueva energía. Desconocida hasta el presente, pero que se ha intuido desde la noche de los tiempos. Energía a la cual nos abrazamos abiertamente y pensamos así que podrá apaciguar esa ansia interna de liberación que arrastra la familia humana. Posiblemente el tiempo, que todo lo cura, nos dará o quitará la razón sobre este planteamiento.

Recordemos que invocar lleva aparejado la liberación o evocación de la

energía invocada; por ello estamos apreciando conflictos en todo el mundo, y por eso también a nivel microcósmico, a nivel de conciencia individual, se aprecian variados conflictos, algunos de ellos bien complejos y enraizados. Pero que la solución no se acaba de acertar del todo. El por qué esto sucede así habría que investigarlo en la línea de la petrificación de las formas caducas, que no pueden resistir el empuje de la nueva energía liberada por el planeta sagrado Urano.

Esta energía uraniana o de séptimo rayo sería la causante de la

incertidumbre que vive la Humanidad en estos albores de Acuario. Está asociada a este signo zodiacal porque nos habla de una nueva realización de conciencia. De una realización basada en el mito acuariano del aguador; ese que era agua de vida vertida para los hombres sedientos. En esta nota clave de Los Trabajos de Hércules estaría, a mi entender, la clave interpretativa del séptimo rayo y de la entrante era de Acuario.

Pero la realidad en estos momentos suele diferenciarse un poco más de

lo anteriormente expuesto. Las formas caducas están cayendo a pasos agigantados. No parece que las que se construyen duren mucho más, ni que tampoco tengan el suficiente calado como para perdurar mucho tiempo ¿Qué estaría sucediendo en realidad?; pues que tal vez, el regente del primer decanato de Acuario, Saturno, que deberá estar presente durante unos setecientos y pico de años, nos esté, literalmente, leyendo la cartilla. Es decir nos está aplicando las míticas Tablas de la Ley mosaica.

Con su manifestación nos está ofreciendo una nueva y esplendente

oportunidad de corregir todo aquello que no ha funcionado hasta el presente y, por lo tanto, no lo podemos perdurar más en el tiempo. Debemos matarlo de inanición, de hambre. Fomentar entonces aquellos valores sobre los cuales sí podremos construir algo mejor y duradero. Aquí nuevamente el mito acuariano del agua liberadora de la forma caduca se presenta más actual que nunca.


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Si conseguimos unir, al menos a una parte de la Humanidad, a esta

nueva corriente, el propósito de nuevo orden que presenta Urano será una realidad. En caso contrario nos esperan décadas de dificultades. De no querer ver la luz superior, que sí está presente de verdad en estos momentos, y seguir engolfados en la luz de la materia. En el falso brillo del cobre y confundir a este metal con el oro de la sabiduría y realización superior.

En esta actual crisis mundial, mal llamada económica, pues resulta

claramente una crisis de valores, se tiene la desfachatez de presentar soluciones basadas en espejismos pasados. Espejismos y falsas soluciones basadas en los conceptos pisceanos de acumulación de la materia densa, ya sea el patrón oro, propiedades o el dinero contante y sonante; olvidando que sí pueden existir otras soluciones que puedan abarcar a un mayor número de seres humanos. Soluciones basadas en este nuevo orden que se avecina. Teniendo en la actitud del servidor-mito de Acuario- a su punta de lanza.

Este mito nos habla bien a las claras de compartir toda creación

humana. No tanto del amor, que ya aparecerá de forma mucho más manifiesta en el futuro; sino del compartir, de la buena voluntad, de la correcta acción, de la aceptación del diferente, del extranjero, de la diversidad cultural….de respetar a la madre naturaleza, pues a ella se lo debemos todo en este planeta; y con cuya interacción hemos evolucionado hasta el presente y no tenemos otro planeta a donde transferir el proceso de evolución. Pues kármicamente estamos ligados a la Tierra.

El egoísmo que se aprecia despreciando a la madre naturaleza sólo

pretende convertir al ser humano en un autómata y discapacitado espiritual. Han conseguido generar discapacitados mentales, pero andan locos buscando la fórmula mágica para convertir a la gran mayoría de los seres humanos en seres alienados y carentes de conciencia. En parte se aprecian estos resultados y de ahí la necesidad de volver a considerar a la naturaleza como la mejor y posible escuela de evolución para la conciencia humana.

Esta energía de nuevo orden mundial nos habla de todo eso y de

mucho más y a nivel de conciencia individual se expandirá por la Tierra. Pero primeramente se ha de realizar el trabajo de transmutación de los falsos cánones del pasado. Se ha de aceptar el presente. De ahí la continua insistencia en indicar que el pasado no existe, sólo el presente nos puede aportar todo lo necesario para desarrollar la conciencia en armonía. El futuro tampoco existe. No hay tiempo que perder por esa vía. Sólo la constante focalización en el presente nos dará la clave del Hombre de Acuario. Por eso se insiste tanto desde hace unas dos décadas en que no hay tiempo que perder. El cambio es inmediato y dependerá de cada uno la decisión que tome al respecto. Recordando que esta decisión incidirá de forma real en el resultado final.

El séptimo rayo aparte de lo descrito con anterioridad es el rayo del

ceremonial mágico, al que tanto se alude en la enseñanza esotérica en estos momentos. Habría que decir al respecto que el único ceremonial aceptable y mágico de verdad sería la búsqueda de la Luz. La búsqueda del Maestro, del Alma, y su correspondiente manifestación objetiva y palpable. Es un camino


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que solo se puede llevar a cabo de forma individual. No esperando a que los demás den un paso concreto para que después nosotros mismos les sigamos. Debemos hacerlo desde nuestro interior siguiendo el mandato de nuestra conciencia. De ahí el aserto generalizado de que ya no hay maestros que nos puedan enseñar. Es cierta esta afirmación, la comparto ampliamente, pero sólo será válida para aquellas conciencias fuertes que han demostrado a través de sus dificultades diarias que pueden mantenerse en la Luz.

No simplemente con desear una cosa ésta se consigue, sino que el

trabajo diario y la disciplina, esa actitud ante la existencia que tantas prevenciones genera, acabarán substanciando una nueva realidad. La cual demostrará su posible eficacia en la medida en que nos permita vivir las acciones del karma de manera armónica. Si de verdad han habido cambios en nuestro equipo de expresión y en nuestra conciencia, se evidenciarán de forma automática ante cualquier circunstancia que la acción de Saturno tenga a bien ofrecernos.

Llegados a este punto de la exposición convendría hablar de los mitos

que lleva aparejados la era entrante de Acuario y su línea de energía o séptimo rayo. Así se habla continuamente de la llegada de un nuevo Avatar, como en la pasada era de Piscis representó el Nazareno. Pero existe algo bien diferente a aquél momento histórico en que supuestamente apareció ese Avatar; expongo el término de supuesto avatar, porque entiendo bien a las claras que cualquier liberación de conciencia ha de ser primeramente interior y después exterior. En aquél momento incierto de la historia fueron muy complejas las circunstancias que se dieron y por tanto nos ha llegado una imagen del avatar, a mi modo de entender, bastante antropomorfizada. Demasiado relacionada con el ente humano, no desde la perspectiva de conciencia superior, sino de la inferior.

Demasiado énfasis han puesto sus seguidores en el sufrimiento, muerte

y resurrección de su avatar, y muy poco en desarrollar la conciencia que de verdad Su elevado mensaje encerraba. Se objetará que la energía pisceana no podía ofrecer otro fruto, lo comparto y al mismo tiempo lo rechazo. Pues una idea acuariana, como la que introdujo el Nazareno tenía todas las oportunidades para establecerse de verdad, como ideal de realización acuariano. Pero el dogmatismo y el ánimo de convertir a la nueva creencia a la fuerza, de buscar seguidores pura y simplemente para aumentar el poder, dieron al traste con este mensaje del Nazareno. La pregunta entonces sería la siguiente ¿para qué queremos otro Avatar, a otro mensajero del Dios Vishnú, si no hemos hecho caso al anterior? ¿Para satisfacer la curiosidad o porque realmente necesitamos de Su ayuda?

Se nos dice, así lo afirma la historia evangélica que cuando el anterior

Avatar marchó hacia los cielos les indicó a sus discípulos que realizaría una segunda venida a la Tierra; pero que entonces vendría con una espada. Curiosamente este símbolo, no de guerra o terror, sino de discernimiento e inteligencia aplicada, es el que necesita en estos momentos la Humanidad. Para cortar por lo sano el vínculo con el pasado. Ahí si se ve la necesidad de un nuevo avatar, pero resulta que este avatar no es otro que la conciencia humana manifestada. Por eso la acción de este Maestro deberá ser asumida desde la perspectiva del compromiso con el trabajo de redención de la materia, de la personalidad y el afloramiento consciente de la Conciencia Superior. Pues


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ya hemos explicado que el trabajo interno no puede ser transferido a los demás; y tampoco recibir a cambio la cosecha de los demás. Eso no es correcto aunque se haya estado haciendo hasta nuestros días.

Este signo de Acuario, la Nueva Era y la energía entrante del Séptimo

Rayo deben potenciar un aspecto que en Piscis quedó un poco relegado. Me refiero al trabajo grupal. Sabemos bien que en la pasada era todo aquel interesado en la obra interna, ya sean órdenes masónicas, rosacruces, seguidores de esta o de aquella doctrina, religiones…., acudían a realizar un trabajo conjunto, pues se estimaba que la fuerza del grupo externo -el espíritu pasivo del rebaño- era suficiente para potenciar el trabajo y así convertir en realidad la energía invocada. La idea no era descabellada, pero presentaba y presenta una falla enorme. La incapacidad de algunos miembros del grupo a la hora de realizar su trabajo. Pensaban y piensan que con que los demás se esfuercen, ellos pueden sentarse cómodamente en el diván y esperar a ver qué sucede. Esta actitud en Acuario no podrá ser mantenida por más tiempo. La razón no sería otra que la necesidad de acompasar el trabajo interno, el ritmo vibratorio, al trabajo a realizar; y eso sólo se puede hacer desde el silencio interior y desde la soledad interna.

Aquí veríamos la primera gran diferencia en cuanto al trabajo de estos

grupos acuarianos. Quienes se pongan al día y trabajen sin esperar nada a cambio, ninguna recompensa personal, podrán continuar adelante, pues la intuición se les abrirá ciertamente, pero aquellos otros que esperen que los demás se esfuercen para ellos recoger sus frutos, esos no avanzarán más, se quedarán convertidos en estatuas de sal, petrificados por mirar al pasado. El cual, como hemos indicado con anterioridad, no puede aportarnos nada nuevo en esta entrante era de Acuario.

Hablar de grupos en Acuario implica hablar también del Nuevo Grupo de

Servidores del Mundo; grupo que no existe a nivel externo, por lo tanto nadie podrá afiliarse a nivel externo al mismo. Tampoco se van a dar carnés de pertenencia, ni galardones o diplomas. Este grupo como se ve también resulta bien diferente a todo lo conocido anteriormente. Así nos encontramos con una idea precursora de Acuario de trabajo grupal pero sin personalismo alguno ¿Cómo funciona este grupo?, pues ni más ni menos que a niveles de mente superior, mente abstracta. Sólo válido para aquellas conciencias capaces de transmutar la personalidad, desligarse del mundo de los sentidos y lo que ello comporta y abocarse al Servicio, en cualesquiera de las áreas disponibles para el mismo.

Por ello a pesar de llamar la atención, al mismo tiempo presenta ciertas

prevenciones. Nadie se podrá otorgar privilegios ni dar supuestas órdenes. Sólo aquellos que han desarrollado de verdad la intuición y anteponen el bien general al propio y disponen de un equipo mental abstracto serán conscientes de la existencia de este grupo. Se espera que en los próximos siglos y en este también se vean claramente los frutos de su acción desinteresada. De momento las organizaciones no gubernamentales son una pequeña avanzadilla de lo que ha de venir.


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La energía de Séptimo Rayo entra en el planeta Tierra a través del planeta Urano, y tiene en el centro sacro a su vórtice de anclaje en el ser humano y en las glándulas gónadas al punto de distribución en el cuerpo físico-etérico y en el fluido sanguíneo. El color violeta es el que se asocia a este rayo. La nota musical asociada sería la nota Do.

Conclusión final: Solamente se ha intentado dar una pincelada de este conglomerado de

energías denominado de Los Siete Rayos. Bastaría para completarlo y ampliarlo otro apartado, de similar o mayor extensión, referido al ser humano orientado en la luz.; y apreciar entonces cómo estas energías influyen a través del rayo egoico, o en el rayo sintetizador de la personalidad, en el diario vivir del ser humano encarnado. Lo dejo para un posible y posterior estudio.

Ha faltado en este primer estudio incorporar el trabajo referido al ser humano.

A los grupos de almas, a los reinos de la naturaleza; al proceso de afirmación de un rayo; a la respuesta ofrecida a una energía entrante determinada… hasta conseguir exponer una comprensión en clave astrológica de la cuestión. Pues entiendo que ahí radica la cuestión principal del estudio de los Siete Rayos; averiguar la forma real en que interactúan en el ente humano individualizado. Exponer también algún método sencillo para averiguar los rayos dominantes en la personalidad y en el Alma. Tocar el tema de la curación esotérica pero teniendo en consideración, en el horizonte, el papel que desempeña por el Alma. En el mismo sentido convendría hablar del sendero de aspiración y del discipulado. Pero teniendo en mente la clave interpretativa que ofrecen los siete rayos.

Pero repito que todo eso quedará, si es posible, para un estudio posterior y

más avanzado. Esto sólo ha sido una muestra de lo que está por venir; la que en estos momentos este estudiante cree que puede ofrecer. Una opción más avanzada deberá ir aparejada de un compromiso aún mayor por parte de los asistentes, o de los posibles oyentes y lectores. Es decir, deberá haber una petición explícita de la necesidad de una mayor información, ligada claro está a un mayor compromiso interno. Sino no le sería posible a este servidor substanciar, desde los niveles internos, la información necesaria para elaborar el trabajo demandado.

Quiero dar las gracias desde aquí, a Rafael Mateu, la persona que en el anterior encuentro, celebrado en el Seminario Diocesano de Jaén, tuvo la idea de sugerirme esta introducción al estudio de los siete rayos. Me ha sido muy provechosa la experiencia. Pues ha demandado de mí una búsqueda interna muy activa. Recurriendo en exclusiva a mi base mental propia y sólo anotando en cursiva, en las páginas 4, 5 y 6 de este trabajo, correspondientes a la obra de introducción de esta materia - Psicología Esotérica I - unos postulados básicos para ser ampliados por cualquier estudiante que se adentre en esta materia; pero nunca para ser aceptarlos como dogmas de fe o procedentes de persona iluminada. He considerado que era necesario hacerlo así para que los posibles lectores de este trabajo escrito pudieran ampliar con precisión y claridad su punto de vista.

Fraternalmente,

Jesús Jurado González [email protected]

Sant Boi de Llobregat, Setembre 2010

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RAYOS- PLANETAS- SÍMBOLOS -CHACRAS- GLÁNDULAS- COLORES- N. MUSICAL

1º VULCANO V CORONARIO

PINEAL ROJO SI

2º JÚPITER

CARDÍACO TIMO AZUL

ELÉCTRICO LA

3º SATURNO

LARÍNGEO TIROIDES AMARILLO SO

4º MERCURIO

BÁSICO SUPRARRENALES VERDE FA

5º VENUS

AJNA PITUITARIA ÍNDIGO MI

6º NEPTUNO

PLEXO

SOLAR PÁNCREAS ROSA RE

7º URANO

SACRO GÓNADAS VIOLETA DO

Pd: ESTA CLASIFICACIÓ� HECHA POR EL AUTOR DE ESTE ESCRITO BASÁ�DOSE E� LOS SIETE RAYOS DEL M.D.K. SÓLO PRETE�DE FACILITAR LA COMPRE�SIÓ� DE U� TEMA TA� COMPLEJO COMO ES EL ESTUDIO DE LOS SIETES RAYOS;

ASÍ EL ASU�TO DE LOS COLORES DEBERÍA SER E�TE�DIDO MÁS COMO U�A POSIBLE OPCIÓ� DE TRABAJO QUE COMO ALGO CO�CLUYE�TE; SIMILAR CRITERIO DEBERÍA APLICARSE AL TEMA DE LAS �OTAS MUSICALES. SÓLO EL ESTUDIO DE ESTA MATERIA, REALIZADO A LO LARGO DE LOS AÑOS, MÁS LA AYUDA DE LA I�TUICIÓ�, PODRÁ� OFRECER U�A COMPRE�SIÓ� MÁS AMPLIA DE LA MATERIA.

SA�T BOI DE LLOBREGAT, SETEMBRE 2010 [email protected]

Encuentro en El Escorial: 1, 2 y 3 Octubre 2010 · que el estudio de los siete rayos sólo...

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